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Análisis de

jurisprudencia, estudio y
argumentación de un
caso

EFIP I - Abogacía

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Jurisprudencia
Se entiende por jurisprudencia la interpretación que de la ley
hacen los tribunales para aplicarla a los casos sometidos a su
jurisdicción. Así, pues, la jurisprudencia está formada por el
conjunto de sentencias dictadas por los miembros del Poder
Judicial sobre una materia determinada. (Ossorio, 2000, pág.
531)

Definición
Comenzamos este módulo brindando un concepto de Jurisprudencia. La
razón es simple, vamos a aprehender a redactar una Nota a Fallo y a realizar
una búsqueda del mismo. Descubriremos cómo trabajar con las
herramientas necesarias para lograr un aprendizaje acabado que, nos
permita sobre el fin de éste primer recorrido, estar en condiciones de
cumplir con los objetivos que nos son requeridos para su aprobación.
Si nos centramos en la importancia de los fallos judiciales debemos indicar
que, estos, conforman una doctrina jurisprudencial que establece pautas a
seguir para próximas resoluciones análogas. Así, los jueces al momento de
emitir sus resoluciones las fundan en sentencias que han sido expedidas en
el mismo sentido. Aquí debemos hacer un alto, pues, nuestro ordenamiento
jurídico no determina que la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación sea vinculante.

Más allá de lo expuesto debemos indicar que:

No se puede desconocer que la doctrina establecida por las


cortes supremas, aun cuando estrictamente carezca de valor
de aplicación erga omnes, tiene una eficacia orientadora y, en
general, se respeta por todos los tribunales, siquiera sea para
evitar la revocación de las sentencias, cuando ellas son
recurribles ante el Tribunal Supremo. En la Argentina, los
fallos plenarios de las cámaras de cada fuero tienen también
valor jurisprudencial, en el sentido de que son de obligatorio
cumplimiento para ellas y, en lo sucesivo, para los jueces que
de ellas dependen. (Ossorio, 2000, pág. 531).

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Nota a Fallo
Definición
Hemos brindado las primeras nociones del concepto de jurisprudencia.
Ahora nos encaminaremos a establecer pautas para realizar una nota a fallo.
Para entender sobre el tópico que abordaremos debemos definirlo. En tal
sentido podemos conceptualizarlo del siguiente modo:

“Nota a fallo es un análisis que se realiza de una sentencia emanada de un


Tribunal Judicial. El abordaje de la misma se lleva a cabo por alguien que
conoce la temática que indaga, lo que conduce a vertir una opinión que
puede adquirir relevancia jurídica, pues, por la calidad, el rigor científico e
importancia de la misma, formará parte de la doctrina que realiza críticas
a los decisorios de los jueces”

¿Cómo se realiza una nota a fallo?


Podría parecer una obviedad pero en rigor de verdad no lo es. Un buen
primer paso es el estudio en profundidad de la Sentencia elegida que
“anotaremos”. Ello implica varias revisiones a través de las cuáles iremos
decantando la problemática tratada y formando una opinión sobre lo
decidido por el Tribunal.
Éste estudio pormenorizado nos permitirá realizar un “Sumario” en el que
detallaremos con precisión cada uno de los temas que analizaremos. La
elección del “Título” de nuestra nota lo dejamos para el final, suele suceder
habitualmente que, sea lo último que se defina ya que no es un tema menor.
Comenzaremos analizando por partes la estructura del trabajo para luego
visualizarlo de manera completa e integral.
A modo de ejemplo:

El derecho al olvido en la interpretación de la Corte Suprema de Justicia


de la Nación
Por Raúl Omar Toro (*)

SUMARIO: I. Introducción.– II. Análisis fáctico.– III. La interpretación de la Corte.– IV. El espíritu
de la ley según el debate legislativo.– V. Cómputo de los plazos quinquenal y bienal.– VI.
Armonización de la ley y la reglamentación.– VII. Tesis restrictiva.– VIII. Tesis amplia.– IX. ¿El
plazo es de caducidad o prescripción?– X. Conclusiones.– XI. Bibliografía.

La “Introducción” será el punto de partida de nuestra tarea de “anotar un


fallo”, allí le indicamos al lector cuál es el tema que abordaremos, detallamos

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los autos, indicamos la fecha del fallo y podemos realizar una breve
descripción del instituto jurídico a tratar.

A modo de ejemplo:

I. Introducción
La Corte Suprema de Justicia de nuestro país se pronunció el 18/11/2011
acerca de la interpretación, que debía asignarse, al derecho al olvido en
nuestro sistema normativo. En sendos fallos, “Napoli v. Citibank N.A” (1), y
“Catania v. BCRA (Central de deudores)” (2) nuestro Máximo Tribunal sentó
las bases de la aplicación de este novedoso derecho. Además estableció el
alcance y significado del art. 26, inc. 4 (3), Ley de Protección de Datos
Personales y del art. 26, párr. 3, dec. Reglamentario (4).
El derecho al olvido ha sido definido por el suscripto como “aquel que permite
eliminar la información crediticia de las personas –físicas o jurídicas–
almacenada en archivos, transcurrido determinado plazo de tiempo. Ello
implica el cumplimiento del principio de finalidad, que se efectiviza cuando
los datos obsoletos y caducos que pierden virtualidad jurídica son
descartados. El fundamento de ello radica en que han dejado de ser útiles
respecto de los “fines” con los que se colectaron.

Habiendo sumergido al lector en el tema a través de la “Introducción”


continuamos con el “Análisis fáctico” del caso. Es el momento de
detenernos a relatar cuáles fueron las pretensiones esgrimidas y los puntos
sobre los cuáles se trabó la litis. Detallaremos además en qué hechos y
derechos funda el/los actor/es, su/s petición/es y, qué argumentos esgrimen
el/los demandados en su defensa. Es el tiempo de manifestar cuál fue la
evolución del expediente desde la primera instancia, ello, si estamos ante
las superiores.

En definitiva, lo que aquí hacemos, es contar “objetivamente” -pues aún no


es tiempo de subjetividades- el itinerario del trámite judicial que arroja la
sentencia que “anotaremos”. En el caso del ejemplo que acompañamos a
esta lectura, se trata de una Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Esta situación permite realizar apreciaciones también sobre los
fallos de los jueces inferiores en este apartado, si ello fuera posible.

El análisis fáctico del caso involucra además un detallado estudio y


valoración de la prueba producida. La prueba es la evidencia que se ha
colectado, el juez debe pronunciarse acerca de su pertinencia. Lo resuelto
debe tener directa relación entre las peticiones de las partes, lo probado y
el derecho invocado. Una sentencia sostenida por meras apreciaciones y/o

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subjetividades del tribunal carece de fundamentación lógica, ello conduce a
una segura y deficiente fundamentación legal. A ello debemos estar atentos.

A modo de ejemplo:

II. Análisis fáctico

El análisis fáctico de Catania y Napoli gira en torno al ejercicio de acciones


de hábeas data incoadas por los actores. Se perseguía y se logró la supresión
de información crediticia con fundamento en el derecho al olvido, receptado
en nuestro sistema normativo a través de los arts. 26, inc. 4 de la ley, y 26,
párr. 3 del decreto que la reglamenta.
En Catania, el actor reconoce como hechos ciertos la existencia del saldo
deudor de la cuenta corriente que poseía en el banco demandado; que
incurrió en mora el 19/8/1997, y que en el juicio ejecutivo iniciado para el
cobro de tal deuda, el Citibank NA obtuvo sentencia favorable el 16/11/1998
–deuda que aún no ha sido satisfecha– el almacenamiento de esta
información resulta prohibido por la ley, pues la información está caduca.
Se manifiesta que tratándose de una deuda que data de 1997, respecto de la
que se ha obtenido una sentencia favorable al acreedor en 1998, la
información relativa a la morosidad debió ser eliminada de la base de datos
en 2003, al transcurrir el plazo de cinco años contemplado en el art. 26, pto.
4, ley 25326 (fs. 120/120 vta.).
Y dijo el actor que la fecha “…a tomarse en cuenta es la del acontecimiento
que causó la situación de mora, es decir 1994/1993”, y que a partir de dicha
fecha, “…en el BCRA se ha venido repitiendo la misma información durante
más de cinco años…”, con lo que se han violado las prescripciones de la ley
(fs. 123).
Con relación a los saldos deudores informados por el Citibank NA respecto de
la tarjeta de crédito “MasterCard” y la tarjeta de crédito “Visa” (que habrían
sido dadas de baja el 23/9/1997 y el 6/4/2000, respectivamente), si bien el
actor no reconoció expresamente estas deudas, manifestó que “…aun
cuando las deudas fueran ciertas y la mora fuese la que denuncia el
Citibank,… dichas obligaciones estarían prescriptas a tenor de la
jurisprudencia y de la Ley de Tarjetas de Crédito 25065”, o bien, deberían ser
alcanzadas por el “derecho al olvido” establecido en el art. 26, pto. 4, ley
25326 (fs. 123/123 vta. y 124).
El juez de primera instancia rechazó la demanda en todas sus partes (fs.
319/321) y la sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo Federal, por mayoría confirmó la decisión del a quo (fs.
357/360).
En Napoli, la sala III de la Cámara Nacional en lo Civil y Comercial Federal

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revocó la sentencia de primera instancia haciendo lugar a la acción de
hábeas data impetrada por la actora. Se ordenó al Citibank que procediera a
suprimir los datos personales del actor con fundamento en el derecho al
olvido y que además comunicara esa circunstancia al BCRA, a fin de que dicha
entidad de contralor procediera a darlo de baja de la Central de Deudores del
Sistema Financiero.
La deuda poseía su origen en una tarjeta de crédito Diners desde el mes de
noviembre del año 1995 por la suma de $ 2212,43 y de una Mastercard desde
noviembre del año 1996 por la suma de $ 1379,05, con la particularidad de
haber reconocido la accionante la falta de pago de ambos saldos.

Tal como vemos en el ejemplo, el análisis fáctico involucró todos los


extremos invocados previamente. Ahora sí es el momento de explicitar
finalmente el fallo que anotaremos. Aquí relataremos qué resolvió el
Tribunal -en el caso de ejemplo la CSJN- y cuáles fueron los argumentos
utilizados. Es oportunidad de poner de manifiesto nuestra tarea de estudio
del fallo y brindar una primera opinión fundada del mismo.
En esta argumentación que haremos -se sostendrá nuestra postura- pues,
verteremos las razones lógico-jurídicas que fijan posición a favor o en
disidencia sobre lo resuelto. Es fundamental que nos detengamos a analizar,
cuál fue el itinerario racional y lógico que condujo al Tribunal a expedirse del
modo que lo hizo. Allí residen las razones o sinrazones de lo resuelto.
Ahora bien, sentadas las bases de nuestro primer abordaje del fallo, la tarea
continúa con nuestro trabajo de investigación, es ahora el momento de
argumentar jurídicamente la crítica que realizaremos. Cuando expresamos
el término crítica, sí debemos aclarar, que no necesariamente ella debe ser
en contra de lo resuelto, se puede estar de acuerdo en un todo, en una parte,
o en nada.
Lo que no podemos perder de vista es la cientificidad de nuestra tarea de
anotar un fallo, ello implica citar adecuadamente, para lo cual, utilizaremos
el Manual APA que nuestra Universidad adopta como normativa obligatoria
en trabajos de los estudiantes. Un trabajo de rigor científico debe contener
jurisprudencia, doctrina y mucho estudio. Estos parámetros coadyuvan a la
calidad de la crítica efectuada.

Algunos ejemplos de tópicos de abordaje de nuestra


tarea
El análisis, interpretación y fundamentación del Tribunal que dictó el último
fallo del caso que anotamos, en este caso la CSJN, pero desde nuestra
perspectiva. Para decirlo de otro modo verteremos nuestras opiniones y el
andamiaje jurídico sobre el que asentaremos las mismas.

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A modo de ejemplo:

III. La interpretación de la Corte

Tanto en Napoli como en Catania lo que se discutía era el momento a partir


del cual se comienza a computar el plazo de caducidad que prevé la ley 25236
de Protección de Datos Personales. Sostuve la postura en mi tesis acerca de
que el plazo de los cinco años (para deudas impagas) y de dos años (para
deudas canceladas) debía ser aplicado en consonancia con el espíritu de la
ley manifestado en las sesiones legislativas que dieron nacimiento a la
norma.
El art. 26, inc. 4, ley 25236 y el art. 26, inc. 3, dec. 1558/2001 que la
reglamenta no fueron claros respecto del momento a partir del cual debía
computarse el plazo de caducidad. El art. 26, inc. 3 de la norma
reglamentaria establece como punto de partida el último dato adverso
archivado que revele que dicha deuda era exigible. Esa posición generó
múltiples interpretaciones.
La corte encuentra la solución correcta para resolver tanto Napoli como
Catania y otorga una directriz que nos indica cómo aplicar en la práctica el
derecho al olvido. La corte señala el espíritu de la norma sancionada por el
legislador y dice:
“…La primera de ellas, es que la ley ha consagrado el derecho del afectado a
exigir que –transcurrido cierto tiempo– los datos significativos para evaluar
su solvencia económico-financiera no sean mantenidos en las bases de datos
ni difundidos, con el objeto de que el individuo no quede sujeto
indefinidamente a una indagación sobre su pasado. Según se expresó, esta
clase de previsión no es novedosa y fue adoptada –con diversos matices– por
las legislaciones de numerosos países que fijaron plazos similares a los que
estableció la ley 25326 (ver, en especial, lo expresado en los consids. 5 y 6,
párr. 2, de la sentencia citada).
La segunda, es que –más allá de las bondades o no del sistema ideado– el
legislador expuso su preocupación acerca de que el mantenimiento de
información adversa en las pertinentes bases de datos durante un largo lapso
(como el de diez años previsto en el proyecto de ley originario) podría dar
lugar a una suerte de inhabilitación del deudor y a la consiguiente
imposibilidad de reingreso al circuito comercial y, por ende, juzgó aquel
mantenimiento como una solución disvaliosa. Es por ello, que en el texto de
la ley 25326 se estableció un plazo más breve que el inicialmente propuesto
en el proyecto de ley, a la vez que se distinguió la situación de aquellos
deudores que no han cancelado sus deudas (en cuyo caso el plazo sería de
cinco años), de los que sí lo han hecho (supuesto en el que el plazo se reduciría
a dos años), con total independencia de que en relación a los primeros pueda
perseguirse el cobro de la acreencia mientras la obligación sea jurídicamente
exigible...”

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La sanción de la ley procuró proteger derechos de neta raigambre
constitucional. El art. 26, inc. 4 y el art. 26, inc. 3, dec. reglamentario, son
materia de controversia frecuente, vinculado a la necesidad de rehabilitar
crediticia y financieramente a cientos de miles de argentinos excluidos del
sistema. La norma motivó diversas modificaciones en su tránsito por el
Senado. Fue motivo de un arduo debate parlamentario.

Un punto más a abordar nos conllevaría indagar sobre los antecedentes de


la ley que se cuestiona o que presenta dudas en su interpretación, si es que
ello resultara pertinente a los efectos que estamos estudiando.

A modo de ejemplo:

IV. EL ESPIRITU DE LA LEY SEGUN EL DEBATE LEGISLATIVO


De la lectura del debate legislativo emerge clara la idea de brindar a los
ciudadanos una herramienta que controlase la calidad de su información
crediticia. La preocupación no era menor. En el año 1998, época de debate
en el Senado, y en el 2000, lapso en que se sancionó la ley, el tráfico de datos
personales resultaba indiscriminado y arbitrario. Piénsese en la situación de
permanecer erróneamente informado como deudor moroso por un simple
caso de homonimia y los trastornos que esta situación acarreaba. ¿A quién
se le reclamaba?, ¿de qué manera?, ¿cuáles eran los derechos que nos
amparaban? La discusión parlamentaria puso en evidencia que el art. 26, inc.
4, incluiría en el sistema a los individuos excluidos por las sucesivas crisis que
atravesó nuestro país. Ello se lograría otorgándoles un derecho al olvido.
Del dictamen de Comisión 1006/1998 de fecha 29/9/1998 del Senado de la
Nación, se desprende que lo aprobado en relación al plazo de caducidad de
la información crediticia era el mantenimiento de ésta por diez años,
asimilando este término a la prescripción liberatoria de las deudas (5). Sin
embargo la disidencia parcial se propuso disminuir el plazo en cinco años,
equiparándoselo al término de vencimiento de los embargos e inhibiciones
(6). Los disidentes sostenían sus fundamentos con base en lo preceptuado en
el derecho comunitario. En su exposición el senador Yoma manifestaba en las
sesiones previas a la sanción de la ley:
“…Voy a plantear dos modificaciones. Una en el inc. 4 del art. 26, referido al
plazo dentro del cual las organizaciones de datos pueden mantener los datos
de las personas; se trataría de una reducción de diez a cinco años. Al
respecto, pensamos que es excesivo que las organizaciones comerciales de
datos tengan durante diez años este tipo de datos personales ya que, en los
hechos, implica una virtual inhabilitación, fundamentalmente para el
pequeño y mediano comerciante. Este plazo de cinco años no es arbitrario,
ya que en la anterior Ley de Quiebras, para el fallido fraudulento –no es éste
el caso–, la inhabilitación era de cinco años…” (7) (senador Jorge Yoma,

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Diario de sesiones del Congreso de la Nación).
El legislador muestra una notable preocupación focalizada en la reducción
de los tiempos de permanencia de los sujetos en los archivos informáticos. El
proyecto inicial incluía un plazo de diez años de caducidad para el archivo de
la información crediticia. El senador solicitó una reducción a cinco años,
quedando establecido el plazo de caducidad en el debate. La Cámara
iniciadora no previó en el primer proyecto aprobado el derecho al olvido
cuando las deudas no hubiesen sido canceladas. En esas condiciones el
proyecto ingresó a Diputados.
El Dictamen de Comisión de la Cámara de Diputados –orden del día 776/2000
del 28/8/2000– denota que lo imperativo era la sanción de la norma, y los
plazos de caducidad que se debían fijar en referencia al mantenimiento de la
información crediticia en los informes (derecho al olvido). En este dictamen,
el tratamiento de la información crediticia en su art. 26, inc. 4, imponía un
plazo de archivo de cinco años para deudas impagas y de tres para deudas
canceladas.
En el debate parlamentario la miembro informante diputada Elisa Carrió
manifestaba textualmente:
“…Las otras modificaciones introducidas a la sanción del Senado de la Nación
están referidas a las informaciones crediticias, básicamente se disminuye el
tiempo por el cual la información puede estar en el banco de datos, ya que la
sanción del Senado establecía un plazo de cinco años...”

Luego continuaremos -como lo realiza el autor de la nota que nos sirve de


ejemplo- ahondando sobre temas específicos que son esenciales para
fundamentar su posición. En ese contexto por la problemática que se aborda
en el caso continúan los siguientes temas:

V. CÓMPUTO DE LOS PLAZOS QUINQUENAL Y BIENAL


VI. ARMONIZACIÓN DE LA LEY Y LA REGLAMENTACIÓN
VII. TESIS RESTRICTIVA
VIII. TESIS AMPLIA
IX. ¿EL PLAZO ES DE CADUCIDAD O PRESCRIPCIÓN?

Todos estos temas no deben ser abordados obligatoriamente, estamos


trabajando sobre un formato que debería tomarse como ejemplo. Desde
luego, usted como autor de una nota a fallo, podrá elegir qué cuestiones
jurídicas tratar conforme a su propia investigación. Lo que sí no puede faltar
en la tarea de “anotar un fallo” es la conclusión a la que se ha arribado.

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¿Qué implica confeccionar una conclusión?
Ni más ni menos que su opinión volcadas de modo sucinto. Ello no conlleva
repetir nuevamente lo que ya hemos escrito sobre el fallo so pena de incurrir
en redundancia. Redundar puede conllevar a que el lector piense que quien
escribe no posee los conocimientos suficientes para abordar una temática
desde diferentes ópticas.
El tenor de los argumentos jurídicos que usted esgrime debe tener una
contundencia suficiente que -por su entidad- le permita sostener la crítica a
favor o no del fallo anotado. Ello se logra con precisión conceptual y
terminológica, redacción, caligrafía y sintaxis tal que el lector pueda
comprender la idea que usted está volcando. Usted debe lograr calidad en
su trabajo y ello se logra cuidando cada detalle del documento que va a
exhibir.

A modo de ejemplo:
X. CONCLUSIONES
La Corte Suprema de Justicia de la Nación interpretó acorde al espíritu de la
norma madre (ley 25326) el sentido y alcance del art. 26, inc. 4 y de su dec.
Reglamentario.
1558/2001.
Con ambos fallos que comentamos otorgó reconocimiento jurisprudencial al
derecho al olvido culminando con una discusión que se extendió por más de
una década. En ellos quedó determinado el cómputo del plazo de cinco y dos
años en relación a desde cuándo debe contarse.
Quedó claro asimismo que los plazos que impone el articulado no son de
prescripción sino de caducidad. El fallo de la Corte es acertado y como
exégeta máxima del derecho patrio una vez más interpretó la ley tal el
espíritu con que fue sancionada, echando luz sobre aspectos muy debatidos
otrora.
Quedan pendientes de discusión aun la constitucionalidad de la norma
reglamentaria, toda vez que en los hechos el decreto reglamentario
contradice la ley y la deroga teniendo menor rango normativo tal como lo
hemos expresado supra; y cuál es la fecha que fija el hito que determina la
mora en el cumplimiento de las obligaciones, aspecto que si bien se aclara
en los fallos comentados, no es análogo en todos los casos, lo que implicaría
un análisis pormenorizado de cada caso en particular para la casuística
futura

Como se puede advertir en el ejemplo de marras la conclusión es la parte


más pequeña de todo el texto. Ello obedece a que el contenido del trabajo
por su extensión ya abordó las diferentes aristas del mismo. Una conclusión
debe tener un ciento por ciento de autoría de quien escribe, en modo alguno

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debe tener citas. Entendemos que es producción exclusiva y excluyente del
autor del artículo.

¿Cómo elegir el título de una nota a fallo o de un


artículo de estas características?
Comenzamos la presente lectura advirtiendo sobre el título de la nota a fallo
y su importancia, pues, es ni más ni menos que el punto de partida, a través
del cual, se atrae o no al lector a fin de que se interese por nuestra
producción científica. Podríamos decir que es la “marquesina de la obra”. En
el contexto descrito debemos prestar especial atención a cómo titulamos
nuestra nota a fallo.
Las sugerencias al momento de elegir un rótulo para nuestro trabajo
apuntan a, ser claros y concretos, respecto del tema que estamos
abordando. Evitar palabras de difícil comprensión, aunque sabemos que
quien lea lo escrito posee la estatura intelectual que le permitirá entender
nuestro producto. Un artículo científico desde su título debe arrojarnos una
idea que -por su claridad meridiana- nos permita situarnos rápidamente en
la temática.
Como corolario de todo trabajo de investigación debemos enumerar una a
una y por orden alfabético las referencias bibliográficas citadas en nuestro
trabajo. Si omitimos esta tarea nos exponemos a incurrir en plagio, situación
que configurada, nuestra Institución Académica sanciona con severidad.
Para que usted aprenda como citar adecuadamente, en los soportes para el
caso encontrará en Manual de Normas APA, aprobado por nuestra
Universidad.
Para concluir con el módulo y para que usted tenga una clara imagen de
cómo debe quedar redactada su nota a fallo diríjase por favor al Módulo 1
luego abra Actividad Práctica y luego “Soportes para el caso”. Allí encontrará
la jurisprudencia anotada completa, ensamblada como queda en su versión
final. En una primera parte encontrará los fallos jurisprudenciales
completos. A partir de la hoja 511, encontrará la nota a fallo completa.

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Fuente: elaboración propia

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Referencias
Ossorio, M. (2000). Diccionario De Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales.
Buenos Aires: Heliasta.

Toro, R. O. (2012). El derecho al olvido en la interpretación de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación. Córdoba: Abeledo Perrot.

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