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Mark Paira

Máster en Gerencia Pública


F. markpaira / T. @mark_paira
TIEMPO DE
CAMBIOS

No se Avanza cuando se Gobierna viendo


el espejo retrovisor
“Necesitamos un gobierno que resuelva los problemas y tome buenas decisiones… no que
excuse sus indecisiones e inacciones”

Cuando un gobierno nuevo alcanza sus primeros 100 días de gestión y sea este
local, regional o nacional los ciudadanos esperamos un informe detallado de los
resultados alcanzados durante los tres primeros meses, las acciones que se tomó
con respecto a la situación problemática encontrada, pero fundamentalmente se
espera acciones positivas para resolver los problemas urgentes de la ciudadanía.

Al revisar el gobierno de Manuel Campos ahora que ha transcurrido los primeros


cien días, me pregunto: ¿Qué hacer para seguir avanzando? No es posible pensar
que Abancay siga el sendero del Desarrollo si la inversión pública está
absolutamente paralizada – 54 millones paralizados - los problemas de inseguridad
ciudadana, limpieza pública, el transporte público, el comercio ambulatorio, etc. se
agudizan más en sus problemas de siempre ni tampoco se ven acciones por parte
de la Municipalidad para resolver estos problemas que aquejan a la ciudadanía en
su conjunto.

Para seguir avanzado necesitamos un liderazgo de concertación, de dialogo sincero


con el pueblo y continuar con la política de democratizar la inversión pública a los
distritos y comunidades del ámbito de la provincia, lamentablemente el que
tenemos es un gobierno conflictivo, sin liderazgo, apático para solucionar los
problemas y que constantemente confunden autoridad con autoritarismo y han
hecho de la mentira un instrumento de la política, de esa política de pacotillas.

Me gusta la analogía de gobernar una ciudad con la de manejar un carro o auto.


No se puede conducir un auto viendo el espejo retrovisor, no es posible hacerlo
observando el tablero de control; no se avanza con aceleraciones en neutral, y
tampoco en reversa; ni se puede andar con el freno de mano puesto. De ninguna
manera, un auto se conduce viendo hacia adelante.

De la misma manera, para tomar las decisiones adecuadas que ayuden a resolver
los problemas y seguir avanzando, urge al Alcalde revisar sus propias acciones y la
de sus colaboradores, quién o quiénes en el gobierno están atados al pasado (espejo
retrovisor) quién o quiénes están ajustando el freno de mano, quién o quiénes están
obsesionados con cobrar venganza a sus opositores al gobierno, seguir con esa
obsesión de tergiversar y lanzar titulares con información falsa… es evidente que
quieren retrocesos (reversa) y por eso se dedican a dar puras aceleraciones en
neutral.

Todos queremos que se avance, que se resuelvan los problemas, que concluyan con
las obras paralizadas por esta gestión, que se gestionen más recursos para las obras
que el pueblo necesita, pero no es posible “mover a Abancay” sin esperanza ni
rumbo seguro. Tampoco es posible mover la ciudad sin liderazgo. El liderazgo de
hombres que tienen la responsabilidad de conducir destinos de un pueblo es
mucho más que solo administrar la institución municipal y presentarse como
autoridad dando mensajes de sus lamentaciones y absurdas justificaciones de sus
indecisiones e inacciones que ya son evidentes y que escucharemos más de lo
mismo cuando realicen su informe de cien días de gestión. El verdadero liderazgo
político se afirma en la credibilidad y la confianza que el pueblo tiene de sus
autoridades y eso se refleja desde la personalidad hasta las acciones del hombre
que gobierna.

Por desgracia este gobierno no tiene credibilidad ni confianza, la duda del pueblo
sobre los logros de esta gestión cada día crece, la desconfianza de no contar con
obras publicas agobia a quienes viven en los barrios y comunidades campesinas.
No se gana credibilidad con indecisiones, con acciones conflictivas y odios, se gana
credibilidad con la concertación, con el dialogo sincero, con acciones claras y más
inversión pública.

Abancay necesita un gobierno sincero, que respete y amplíe las libertades, que
provea seguridad a los ciudadanos, las familias y su propiedades, que sea
congruente entre lo que dice y hace, que los servicios que presta retroalimenten la
credibilidad en el gobierno. Es necesario que la clase política respete la ley y no
abuse del poder, que se combata la corrupción denunciándolo y no solo por
medios. Que respete el Estado de Derecho y las reglas del juego del ejercicio del
poder, la inversión y la economía, y de la vida social.

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