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Año: 2018.
Para esto, plantearemos citas textuales extraídas del texto de base y sobre éstas iremos
interviniendo utilizando posiciones diversas; introduciendo otras categorías y conceptos
que de cierta manera batallan con la bibliografía dada. Discutiremos el texto proponiendo
nuestras exposiciones a partir de la formación que hemos construido en el recorrido que
hemos transitado durante la carrera.
Comencemos…
Es acertado aspirar a una profesionalidad donde el saber posea su lugar, donde nuestros
conocimientos tengan sentido para otro, preguntándonos sobre los valores humanos, la ética
que envuelve al ser y nuestro quehacer; el compromiso y la responsabilidad de llevar
adelante el mundo que compartimos. El reto se centra en el dialogo entre el saber cotidiano
(para partir de él es como se fecundan las relaciones sociales), con el saber científico
disciplinar. Ubicando aquí la transposición didáctica que posibilita la integración en la
diversidad, para que los conocimientos transformen con sentidos la vida cotidiana. Hoy, la
educación y más bien el acto de educar; demanda la integración de la modernidad científica
con las necesidades culturales de formación. Lo más necesario de transmitir es la
autonomía, la investigación abierta y plural y la racionalidad critica.
De esta manera es posible afirmar que la enseñanza no es solo una profesión sino que es
una vocación en busca de cierta transmisión reconstructiva de saberes; desde la motivación
basada en el deseo, la empatía , el placer y el amor tanto por los objetos de conocimiento
como por los alumnos.
“[...] ¿Qué actitud adopta el hombre académico hacia su vocación? […] se dedica a la
ciencia por la ciencia, y no simplemente porque gracias a la exploración de la ciencia
otras personas consiguen éxitos comerciales o técnicos o pueden comer, vestirse,
iluminarse y gobernarse mejor”. (Weber “La ciencia como vocación”, pág. 91).
"La CIENCIA es un saber que busca leyes mediante las cuales poder explicar la realidad"
(Rubén H.Pardo).
Los seres humanos se incorporan al mundo cultural, mediante una participación activa con
el aprendizaje, apropiándose de conocimientos y técnicas, construyendo representaciones
simbólicas internas que les trascienden.
Aquí ubicamos al error como un aspecto que siempre aparece anclado al conocimiento,
provocando una construcción- reconstrucción de subjetivismo en función de otros
conocimientos y saberes. Así, pensar, conocer y saber cómo actividades dialógicas nos
llevan provocar inestabilidad de certezas. Dichos pensamientos son frágiles y restringidos
como la misma humanidad y su pensamiento conflictivo.
“[…] Están equivocados los jóvenes que reaccionan ante todo ello diciendo: “Si pero da
la casualidad de que asistimos a clase a fin de experimentar algo más que meros análisis
y declaraciones de hechos”. El error es que esperan de un profesor algo distinto de lo
que éste viene a ofrecerles. Ansían encontrar un líder y no un profesor. Pero estamos en
el estrado sólo como maestros. Y, como resulta fácil comprender, ambas cosas son
distintas”. (Weber “La ciencia como vocación”, pág. 105).
La interacción que se produce en el aula, son mediados por un desequilibrio entre los
saberes diferenciales puestos en juego; predomina la formas convencionales de instrucción,
y el modelo de comunicación tradicional (escuela normalista).
Esta relación transferencial es una fuente de información para comprender que está
ocurriendo a otro nivel en la escena inconsciente donde se contacta con la verdad subjetiva.
Por lo tanto, la psicopedagogía como disciplina se beneficia del dialogo con varias
disciplinas que la nutren de interrogantes y territorios con posibles respuestas, falsamente
infranqueables.
“[…] El pueblo a quien iban dirigidas estas palabras ha buscado y esperado más de dos
milenios, y nos estremece pensar en su destino. Ello debe servirnos como lección de que
nada se gana ansiando y esperando solamente, y debemos actuar de un modo distinto.
Debemos ponernos a trabajar y satisfacer las exigencias del momento, en las relaciones
humanas así como en nuestra vocación. Ello empero, resulta simple y sencillo si uno
descubre y obedece el demonio que sostiene los hilos de su propia vida”. (Weber “La
ciencia como vocación”, pág. 114).
Ante estas palabras, nos gustaría concluir diciendo que es impredecible construir nuevos
paradigmas para poder leer lo que sucede en los planos subjetivo y el intersubjetivo, para
poder construir una guía de acción que pueda integrarse con diversos campos de
conocimiento en la humanidad y en la calidad de vida de todos los involucrados en el
proceso.