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✔ ¿Es la inteligencia

emocional la clave del


éxito?

Debemos tener cuidado de no hacer del intelecto nuestro Dios; por


supuesto que tiene músculos poderosos, pero no tiene personalidad. –
Albert Einstein

Basándose en esta afirmación, un reciente estudio internacional


analizó a más de 500 líderes de negocios para descubrir por qué
hay personas que tienen más éxito que otras, trabajando en lo
mismo. ¿La clave? Personalidad (más que las afinidades
culturales o las habilidades de trabajo).

El problema está en saber qué quiere decir “personalidad” en el


ámbito de los negocios. La personalidad se compone de un
conjunto estable de preferencias y tendencias a través del cual nos
acercamos al mundo. Ser introvertido o extrovertido es un
ejemplo importante de la personalidad. Los rasgos de
personalidad se forman a una edad temprana y se fijan en los
primeros años de la edad adulta. Muchas cosas importantes de ti
cambian a lo largo de la vida, pero la personalidad es una
excepción.

Pero la personalidad no es lo mismo ni que el intelecto, ni que la


inteligencia emocional. Es esto lo que han malinterpretado estos
líderes de negocios. Las cualidades que han llamado personalidad
eran en realidad habilidades de inteligencia emocional, algo que
cualquier persona puede incorporar en su vida. Estas son las
habilidades que etiquetaron mal como características de
personalidad (siendo signos de inteligencia emocional):

1. No están preocupados por la recompensa. Una cosa que


nunca dice un buen empleado es: “Ese no es mi trabajo”.
Los empleados más exitosos son aquellos que trabajan más
allá de la descripción de sus trabajos, en lugar de estar
esperando reconocimiento.
2. Toleran el conflicto. Ni buscan situaciones conflictivas, ni
huyen del conflicto. Son capaces de mantener su
compostura mientras exponen su postura con calma y
lógica. Son capaces de resistir a los ataques personales.
3. Se centran en lo importante. A los alumnos pilotos se les
suele decir: “Cuando las cosas empiezan a ir mal, no te
olvides de pilotar el avión”. Los mejores empleados no se
distraen con los clientes de mal humor o las quejas entre
oficinas. Saben diferenciar entre los problemas reales y el
ruido de fondo.
4. Tienen coraje. Están dispuestos a hablar cuando otros no lo
están, ya sea porque se trate de una cuestión complicada o
para impugnar una decisión ejecutiva. Piensan antes de
hablar y eligen sabiamente el mejor momento para hacerlo.
5. Tienen su ego bajo control. Nunca dan a sus egos más
peso del que se merecen. Están dispuestos a admitir cuando
se equivocan y dispuestos a hacer cosas de otra manera, ya
sea porque es mejor o porque es importante para mantener la
armonía del equipo.
6. Nunca están satisfechos. Tienen la convicción de que las
cosas siempre pueden ser mejores. No importa lo bien que
vayan las cosas, siempre se puede mejorar.
7. Reconocen cuando las cosas están rotas y las arreglan.
No pasan los problemas por alto, sino que buscan ponerle
remedio de inmediato.
8. Son responsables. “No es mi culpa” es la frase más irritante
que se puede escuchar en una oficina. Los empleados más
exitosos son dueños de su trabajo, de sus decisiones y de
todos su resultados, sean buenos o malos.
9. Son agradables. Son queridos por todos los compañeros de
trabajo. Tienen habilidades de integridad y de liderazgo
(incluso si no están en una posición oficial de liderazgo).
Externamente, son personas en las que se pueden confiar
para representar a la empresa.
10. Neutralizan a la gente tóxica. Tratar con personas
difíciles es frustrante y agotador para la mayoría. Los
empleados exitosos controlan sus interacciones con
personas tóxicas al mantener sus sentimientos bajo control.
Saben identificar sus propias emociones y no permiten que
la ira o la frustración alimente el caos.

Por Jimena Azinovic

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