Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Details
Parent Category: Budismo en español
Category: Zen en español
Published: 26 February 2014
Hits: 4630
• Zen en español
La Verdad de la Causa del Sufrimiento. El deseo, el apego y la ignorancia son las causas del sufrimiento.
La Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Los seres humanos podemos experimentar un estado de conciencia exento de sufrimiento.
La Verdad del Camino hacia la Cesación del Sufrimiento. A este Camino se le llama el
Esfuerzo correcto.
Atención correcta.
Meditación correcta.
Todas las formas de Budismo tienen su fuente original en esta primera enseñanza
dada por
Sakiamuni Buda en el Parque de las Gacelas de Benarés, poco tiempo después de su
iluminación.
La enseñanza del Buda ha aparecido en este mundo para indicar a los seres humanos
el camino que conduce desde el sufrimiento a la liberación del sufrimiento.
Origen del Zen
Durante los siglos que sucedieron a la desaparición de Sakiamuni Buda, el Budismo
se extendió por toda India y el sudeste asiático. Pronto surgieron divergencias entre
distintas maneras de interpretar las enseñanzas originales del Maestro. Se crearon diversas
escuelas y se desarrolló una compleja exégesis sobre el sentido real de lo enseñado por el
Buda. Esto produjo una cierta confusión en el mundo budista primitivo. Ante esta
confusión, grupos cada vez más numerosos de maestros y monjes budistas decidieron
retirarse a las montañas y a los bosques para dedicarse exclusivamente a la práctica de la
meditación enseñada por el Buda. Así, de manera poco organizada, fue naciendo la llamada
Escuela de Dhyana. Dhyana es un término sánscrito que significa "absorción de la mente"
y designa el estado de conciencia propio de la meditación budista. Dhyana se convirtió en
Ch'an na, en chino. Más tarde la expresión quedaría abreviada en Ch'an. Zen es la
transcripción fonética al japonés del término chino Ch'an.
La enseñanza del budismo zen no está basada en las escrituras, sino que es
transmitida de corazón a corazón, de maestro a discípulo, a través de la realización de la
propia naturaleza original que tiene lugar gracias a la práctica de la meditación zen.
Breve historia del Budismo Zen.*
El Zen en India.
La historia del Zen comienza en la India. En la época del Buda, el yoga en tanto que
práctica de concentración del espíritu estaba ampliamente extendido. En su naturaleza, el
yoga va destinado a concentrar el espíritu en un solo punto: la realización de la serenidad a
través de la meditación en posición sedente. En realidad, los métodos del yoga se reducían
en esta época a privaciones de alimento, ayunos, a ciertos votos como por ejemplo
permanecer largo tiempo de pie sobre una sola pierna. A través de esta ascesis y de toda
una serie de ejercicios, el yogui se entrenaba a la indiferencia ante los estímulos del exterior
y al control del menor movimiento de su propio espíritu.
El Buda practicó este yoga durante doce años desde el momento en el que decidió
renunciar al mundo. Visitó a los santos y se entrevistó con grandes eruditos, recorriendo los
cuatro rincones del país. Pero, en definitiva, el Buda no consiguió a través del Yoga
encontrar respuesta a dos preguntas esenciales: ¿ Qué es el hombre? ¿Cómo debe vivir el
hombre?
El Zen en China
El Zen se extendería rápidamente por China seis generaciones después, gracias a Eno
(Huei-Neng) considerado como uno de los más grandes Patriarcas del Zen Chino. A partir
de Eno nació una flor con cinco pétalos. Esta frase Zen quiere decir que el Zen se abrió
como una flor de cinco pétalos y se extendió por todo el país a través de las cinco escuelas
que surgieron del linaje del Maestro Eno. Estas escuelas fueron Igyo, Hongen, Soto,
Unmon, Rinzai. Por las montañas y los bosques de China se comenzaron a construir
millares de Templos en los que vivían miles de personas entregadas al estudio y a la
practica del Dharma del Buda. Con el tiempo, el Zen impregnaría la civilización china
elevando su pensamiento, cultura y arte de vivir a cotas sublimes.
De estas cinco escuelas chinas, sólo tres llegaron a Japón: Soto, Rinzai y Obaku
(esta ultima es considerada como una rama de la escuela Rinzai). Las otras dos se
extinguirían en China.
El Zen en Japón.
En Japón sólo las escuelas Rinzai y Soto alcanzaron una implantación importante, la
primera debido a Eisai y la segunda a Dogen y Keizan. La tradición Rinzai esta basada en
una disciplina estricta destinada a desarticular las creaciones mentales. El Koan o pregunta
enigmática de difícil resolución adquiere una gran importancia y su resolución, mas allá del
intelecto, conduce a la experiencia del Satori y Despertar.
La Tradición Soto quiere antes que nada concentrarse sobre la Vía del Buda, es
decir, seguir la vida cotidiana del Buda, avanzando continuamente en la realización gracias
a la práctica diaria, sin esperar nada especial. La esencia del Soto es Shikantaza, sentarse,
solamente sentarse.
El Zen ha ejercido una influencia profunda en la vida cotidiana del pueblo japonés.
Esta influencia puede apreciarse en cualquier aspecto de la vida japonesa: alimentación,
vestidos, pintura, caligrafía, arquitectura, teatro, música, jardinería, decoración, etc.
Aun hoy día, a pesar de que muchos japoneses no saben qué es el Zen, en sus
comportamientos y manifestaciones puede verse la impronta dejada en el alma japonesa por
esta enseñanza.
El Zen en Occidente.
Hace relativamente poco tiempo que los occidentales hemos comenzado a mostrar
interés por el Zen y a practicarlo con interés y constancia sinceros.
En Los Angeles, Maezumi Roshi hizo famoso el Centro Zen de Los Angeles
(ZCLA) y su figura ocupa un lugar destacado en la historia del Zen en América. En Europa,
Taisen Deshimaru Roshi, fallecido en 1982, es considerado unánimemente como Primer
Patriarca Soto Zen de Europa. Tras quince años de misión, sus discípulos están repartidos
por todo el continente, en tanto que responsables de más de cien centros Zen. En la época
actual, se puede decir que todas las principales capitales europeas cuentan con un Dojo Zen
destinado a la practica de Zazen.
Podríamos ver en la historia reciente del Zen en Occidente tres fases bien marcadas:
Llegada de eruditos y libros Zen japoneses. Interés inicial en ciertos círculos intelectuales
de Occidente.
Llegada de Maestros Zen japoneses. Se inicia el contacto real con la transmisi6n Zen y con
la práctica. Aparecen los primeros monjes Zen occidentales. En esta fase nos encontramos ahora.
Hoy día, los occidentales podemos saber qué es el Zen y cada vez son mas las
personas que integran la práctica de la meditación en Zazen con sus actividades diarias. Un
gran numero de profesores, artistas, doctores y gente de toda condición social ven en la
práctica y en el arte de vivir del Zen una bocanada de aire fresco para su vida cotidiana y
una semilla de renovación integral para las civilizaciones occidentales. La historia del Zen
en Occidente no ha hecho mas que comenzar.
La Línea de la Transmisión.
La enseñanza del Zen sólo puede ser transmitida de corazón a corazón, de ser a ser,
de maestro a discípulo. La relación maestro-discípulo es pues fundamental. Desde el Buda
Sakiamuni hasta el momento presente, el budismo zen ha sido transmitido de maestro a
discípulo, generación tras generación. El árbol de la genealogía espiritual del budismo zen
tiene su raíz en el Buda Sakiamuni y ha crecido a lo largo de la historia desarrollando
diversos linajes.
Siete Budas: India China Japón
Sakiamuni Buda Daioshô Bodidarma Daioshô Eihei Dôgen Daioshô
Kodo Sawaki Roshi ha sido uno de los más grandes maestros de la historia
moderna del Zen japonés. Popularmente se le conocía con el nombre de "Kodo sin morada"
ya que se negó siempre a vivir en un templo y prefirió recorrer el país, viajando siempre
solo, enseñando zazen en las carceles, en las fábricas, en las universidades, allí donde
hubiera alguien deseoso de oír el Dharma y de practicarlo. Dio clases en la Universidad Zen
de Komazawa, fue educador en el segundo monasterio Soto de Japón, el famoso Sojiji. Su
enseñanza podría ser resumida en dos puntos: exactitud en la práctica de zazen y estudio
constante del Shobogenzo del Maestro Dogen.
Murió en 1966, después de haber enseñado durante toda su vida a laicos y monjes.
Su cuerpo fue entregado por deseo suyo a la Facultad de Medicina de Tokyo. Entre sus
principales discípulos destacamos a Shuyu Narita Roshi, Kosho Uchiyama Roshi, Suzuki
Kakuzen Roshi y Taisen Deshimaru Roshi.
Shuyu Narita Roshi fue el primer discípulo confirmado en el Dharma por el
Maestro Kodo Sawaki. Actualmente vive no lejos de Akita, en el norte de Japón, al pie de
una pequeña montaña, en el Templo Todenji, del que es vigésimo octavo sucesor.
En abril de 1983 Shuyu Narita Roshi transmitió el Dharma del Buda a Taiten
Guareschi, uno de los más antiguos discípulos de Deshimaru Roshi y principal impulsor del
Zen en Italia. En abril de 1986 Shuyu Narita Roshi vuelve a transmitir la esencia de su
enseñanza a Ludger Tenryu Tenbreul otro de los más antiguos discípulos del Maestro
Deshimaru y actualmente presidente de la Asociación Zen de Alemania.
Taisen Deshimaru Roshi nació en Saga, Japón, en 1914. Estudió Ciencias Políticas
y Económicas en Tokio y trabajó varios años para la primera empresa del país, la
Mitsubishi. Aún joven conoce al Maestro Kodo Sawaki de quien rápidamente se hará
discípulo. Desde entonces y durante treinta años sigue a su maestro por todas partes. Tras la
muerte de Kodo Sawaki, Deshimaru Roshi viene a Europa, lo cual marca un giro
importante en la historia del Zen y de la cultura europea. En efecto, fue el primer maestro
autorizado por la Escuela Soto japonesa para implantar en Europa las semillas del
Verdadero Zen.
Antes de sentarnos en zazen conviene tener presente algunos aspectos prácticos que
nos facilitaran la concentración y la estabilidad. Estas recomendaciones conciernen a la
verdadera sala de meditación transmitido por los Maestros Zen. A partir de estos consejos,
cada uno debe aplicar los que considere más convenientes para sus circunstancias.
El lugar.
Caminamos así hasta llegar a nuestro sitio. Por lo general, en los Dojos Zen
tradicionales, cada practicante tiene un lugar determinado. En el se encuentra un zafu (cojín
de Zazen) y un zafuton (especie de estera o cojín plano). El zafu es un objeto altamente
apreciado y respetado en el Zen. No es un cojín vulgar, sino el asiento del Buda. El origen
del zafu se remonta al Buda Shakyamuni. Se cuenta que antes de inmovilizarse en Zazen, el
Buda se fabricó un cojín de hierbas secas, con el fin de poder bascular la pelvis hacia
adelante y poder apoyar con fuerza las rodillas en el suelo. De esta manera se consigue una
postura estable y equilibrada y una curva lumbar justa. El zafu nunca debe ser golpeado con
el pie, ni arrojado, ni maltratado.
Cuando llegamos delante del zafu saludamos con las palmas de las manos juntas
(gassho), manifestando así nuestro respeto hacia el lugar en el que nos convertiremos en
Buda y nos situamos delante de nuestro zafu, frente al muro, una vez que hemos bordeado
el zafu por la izquierda.
Nos sentamos sobre el zafu tranquilamente, sin precipitación y sin dejarnos caer
como un peso muerto. Controlamos el movimiento que nos conduce de la posición erguida
a la posición sedente. Nos sentamos justo en el centro del zafu, ni demasiado a la izquierda
ni demasiado a la derecha, ni demasiado al borde ni demasiado atrás. Para Zazen existen
dos posturas posibles: loto y medio loto. Dogen Zenji escribe en el Fukanzazengi: "Para la
postura de loto poned primero vuestro pie izquierdo sobre el muslo derecho y el pie
derecho sobre el muslo izquierdo. Para la postura de medio loto, contentaros con presionar
vuestro pie izquierdo contra el muslo derecho.
A parte de estas dos posiciones; son válidas para Zazen, la postura llamada Seiza,
que es un sentarse sobre los talones, con apoyo de banquitos, sujeta-barbillas, etc.
Una vez que hemos tomado bien esta posición de piernas debemos estirar
completamente la columna vertebral, estirar la nuca y recoger la barbilla. Encerramos los
dedos pulgares en los puños, colocamos estos sobre las rodillas, vueltos hacia arriba y nos
balanceamos de izquierda a derecha, siete u ocho veces. Comenzamos con una oscilación
amplia y poco a poco vamos disminuyendo la amplitud, al igual que un péndulo, hasta
recuperar la perfecta verticalidad.. .
¿Cómo inmovilizarse?
2. Respiración justa.
Respiración justa.
Como hemos dicho antes, al principio de Zazen hay que inspirar varias veces por la
nariz y espirar por la boca. A partir de aquí la respiración debe volverse completamente
silenciosa y nasal. Muchos principiantes me preguntan: "¿Debo controlar o forzar mi
respiración?" Mi respuesta es siempre: "Sólo se puede controlar aquello que se conoce
íntimamente".
Las zonas más importantes que actúan directamente sobre la respiración son: caja
torácica, músculos dorsales, músculos pectorales, diafragma, músculos intercostales y
músculos abdominales.
Según el nivel de actuación de estas zonas, podemos decir que existen tres tipos
esenciales de respiración:
Esta es la respiración propia de Zazen, hacia ella debemos tender. Pero hay que
tener cuidado. Muchos practicantes se equivocan en este punto, ya que intentan forzar una
espiración larga y potente sin comprender antes el mecanismo completo de la respiración.
Sea como sea, la respiración es un asunto delicado que requiere consejos directos de
un Maestro Zen.
El aire contiene la energía del cosmos. Recibimos esta energía a través de nuestros
pulmones y de cada una de nuestras células. Es muy importante, pues, saber respirar.
Ordinariamente respiramos 15 o 20 veces por minuto, de una manera superficial puesto que
solo utilizamos una parte de nuestra capacidad pulmonar. Una respiración profunda y
completa no se efectúa solamente al nivel de la caja torácica, como hemos visto, sino que
debe apoyarse también en el abdomen.
No se trata de querer detener los pensamientos, lo cuál sería todavía peor, sino de
dejarlos pasar como nubes en el cielo, como reflejos en un espejo, sin oponerse a ellos, sin
apegarse a ellos. De esta manera, las sombras pasan y se desvanecen. Y poco a poco, una
vez que las imágenes del subconsciente han surgido y desaparecido, se llega al
subconsciente profundo, sin pensamiento, mas allá de cualquier pensamiento, HISHIRYO,
verdadera pureza.
Por una parte podemos caer en un estado de relajación física y mental caracterizado
por una gran actividad inconsciente, muy cercana al sueno, y por una falta de tono
muscular. Este estado es llamado konchin en el Zen. Es un estado de somnolencia, de falta
de claridad. La vigilancia se empaña y la conciencia se embrutece. El cuerpo pierde tono, la
cabeza cae hacia adelante, los dedos pulgares se desploman y las manos yacen inertes. La
respiración se vuelve totalmente inconsciente y se abandona a su propio ritmo. Este estado
debe ser evitado. El mejor método para ello es volver a una postura corporal justa: estirar la
columna vertebral, fortalecer el tono muscular y especialmente no dejar que los ojos se
cierren.
Por otra parte, podemos caer en un estado de distracción, de dispersión mental. Este
estado es llamado sanran en el Zen. Viene caracterizado por un tono muscular crispado y
por una actividad mental muy excitada. Aparecen muchos pensamientos, muchas
sensaciones, recuerdos, deseos... Esta es la actitud típica de los que piensan durante Zazen.
A nivel corporal, la barbilla se escurre hacia arriba, los dedos pulgares también se
encrespan y se tensan. Para evitar este estado debemos concentrarnos especialmente en una
espiración larga y suave. Debemos depositar nuestra atención en el hueco de la palma de la
mano izquierda y rehacer una postura corporal justa en general: recoger la barbilla y
mantener la horizontalidad de los dedos pulgares.
Equilibrando nuestro cuerpo podemos equilibrar nuestra mente. Dogen Zenji
enseñó: "El Zazen del que yo hablo no es el aprendizaje de una técnica de meditación. Es el
Dharma de la Paz y de la Felicidad, la Practica-Realización de un Despertar Perfecto. Zazen
es la manifestación de la Realidad Ultima. Las trampas y las redes del intelecto no pueden
atraparlo. Una vez que hayáis comprendido su esencia, seréis parecidos al tigre cuando
penetra en la selva y al dragón cuando penetra en el océano"
Zen y Civilización.
Ser no es tener.
Nuestra verdadera riqueza, la que nos pertenece en propiedad y que nadie puede
robarnos, esta dentro de nosotros mismos, profundamente escondida y casi siempre mal
conocida.
Este fondo de nosotros mismos, estable y apacible, esta riqueza nuestra olvidada,
sólo se puede descubrir a través de un método radical y riguroso.
El Zazen, la práctica constante y asidua del Zen, es la llave que abre este reino
interior.
En el mundo del Budismo Zen, preguntas tales como: ¿Para qué? o ¿Por qué?
carecen totalmente de sentido. La pregunta esencial es: ¿Cómo?. ¿Cómo vivir, cómo morir?
De esta actitud se desprende una 4sabiduría práctica que puede ser aplicada a cada
momento de la vida cotidiana: Cómo dormir, como tomar los alimentos, cómo caminar,
cómo conducir el auto, cómo sentarse, cómo respirar, cómo atravesar de manera justa este
corto lapso de tiempo que va desde nuestro nacimiento hasta nuestro ataúd? ¿Con qué
actitud de espíritu?
Zazen no es, de todas maneras, una técnica de bienestar que se pueda usar con fines
utilitarios. Más bien, es a través del abandono del egoísmo y de la crispación causada por la
conciencia egótica, como podemos sumergirnos, sin miedo, en nuestra existencia y
evolucionar en ella como el pez en el agua, naturalmente, inconscientemente.
Las personas que continúan diariamente esta practica son testimonios de la profunda
renovación que han experimentado en sus vidas.
Zen y psicosomática.
Es evidente que pasar del estado en el que nos ha puesto una vida caracterizada por
la agitación y el desorden, por la avidez y la huida de nosotros mismos, a esta situación
original de la que estamos tan alejados, requiere esfuerzos largos y continuos.
Sin embargo, todo el mundo puede hacer Zazen. No existe ninguna contraindicación
médica. Y aunque la meta de Zazen no sea de ninguna manera curar, las condiciones
fisiológicas más defectuosas pueden mejorarse sensiblemente con su practica.
Pero el Zazen es una disciplina rigurosa que no puede ser practicada sin la ayuda de
un maestro. La presencia de éste es necesaria, no solamente para controlar la postura y para
enseñar la pacificación del espíritu, sino sobre todo para guiar a cada uno según sus medios.
Esta es la razón por la que Zazen debe ser practicado en la atmósfera apacible de una sala
de meditación. De esta manera el practicante se beneficia, no solamente de la dirección del
maestro, sino de la presencia de los demás participantes. El esfuerzo de cada uno se
multiplica en un vasto esfuerzo colectivo, que sostiene, alienta y apacigua.
Así solamente gracias a este ejercicio continuo, que poco a poco formara parte de
nuestra vida, comenzaremos a cambiar, imperceptiblemente al comienzo, pero cada vez
mas sensiblemente. Y no solamente nosotros, nuestra vida, los demás, el mundo, todo
cambia al mismo tiempo.
En realidad, lo que habrá cambiado será nuestra relación con la vida, con los demás,
con el mundo. Poco a poco nos iremos deshaciendo de la envoltura del ego. Nuestra
conciencia dejara por fin de estar dividida. Al estar derrumbadas y abolidas todas las
barreras, la comunicación se establecerá y el otro ya no será el "otro". Nuestra conciencia
participara en la vida sintiéndose una emanación del cosmos, identificándose a él.
En la época actual, todas las naciones del mundo deben superar el camino unilateral
de una ideología o de un nacionalismo estrecho. Las barreras nacionalistas o raciales deben
ser abolidas. Debemos apuntar hacia un objetivo común: El del camino universal. Debemos
entendernos y armonizar nuestras concepciones con un espíritu abierto. El espíritu moderno
de libertad debe deshacerse de las viejas supersticiones, de las creencias y de las
estrecheces formales, con el fin de poder encontrar en el fondo de nosotros mismos el
origen de una moral autentica, personal y universal a la vez, ligada a la conciencia profunda
de la vida.
Por otra parte, parece que el hombre no pueda vivir basándose simplemente en
valores sociales, religiosos y morales exteriores a él. Actualmente necesita un
afianzamiento interior, descubierto y vivido en lo mas profundo de él mismo.
La vida en sociedad educa al hombre según condicionamientos que le enseña a
juzgar el bien y el mal según unos criterios que son más un habito adquirido que una noción
realmente vivida.
Además hoy día, todo el mundo toma conciencia de este estado de hechos, lo cual
produce uno de los factores más importantes de la incomodidad sentida por los individuos.
Todo esto nos conduce a una búsqueda interior más aguda y personal, y nos acerca
de una manera diferente al problema:
Nosotros, en tanto que cuerpo y espíritu, somos la vida. Esta es la respuesta Zen.
Ver claramente en nuestro propio espíritu. El hecho de vivir y de realizar profundamente
esta unidad cuerpo-espiritu, nos hace descubrir la fuente de la vida en nosotros mismos,
aquí y ahora.
Este sentimiento de unidad universal es la base del amor que une a todo lo que vive.
Zen y Psicología.
Esta es la Vía del Zen y de las Artes Marciales Tradicionales. El Zen ha enseñado
siempre las dos Vías en una sola: desarrollo de la fuerza y de la sabiduría. Ambos aspectos
son necesarios e interdependientes.
Las Artes Marciales modernas están en general muy lejos de su espíritu original.
Hoy día se han convertido en un deporte, en una competición, y sus practicantes están lejos
del espíritu y del ideal del Budo auténtico.
Cuando la enseñanza Zen y el espíritu del Budo llegaron al Japón, el país estaba
envuelto en continuas luchas sangrientas entre los distintos clanes y feudos.
Progresivamente, el Zen y el espíritu de las artes marciales tradicionales chinas
consiguieron detener el sable y convertirlo en un soporte de meditación e introspección. Así
surgió el Kendo. En cuanto al arco y la flecha, su objetivo dejó de ser el corazón del
enemigo. El blanco perdió importancia, el verdadero blanco fue, a partir de entonces, el
propio espíritu ilusorio y limitado por las concepciones estrechas de nuestra personalidad.
Así nació el Kyudo, la Vía del Tiro con Arco.
Por contradictorio que parezca, el secreto del Kendo, la Vía del Sable, es no
desenvainar nunca el sable, es decir, desarrollar una fuerza y una sabiduría espiritual
capaces de intuir con antelación la posibilidad de luchar y evitar que esas posibilidades se
hagan reales.
La esencia de las Artes Marciales y del Zen es "no combatir", sino despertarse al
tronco común que nos une con todas las existencias del universo.
Karate y Zen
"No existe puerta en el camino de la vida que rehuse abrirse ante aquellos que quieren
pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son
buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el
camino".
"No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino".
Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la
complejidad del concepto de "Do" -el camino. Sin embargo, también es evidente que el
camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria.
Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el
apelativo "-Do": por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se
llamaban "Jutsu" (técnica). La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate,
Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo
moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales
siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do.
¿Por qué este cambio?. Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre
Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la
competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas
disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los
tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de
lograr este nivel técnico de Jutsu.
Do, por otra parte, vá mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa
"camino". En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que
todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo
Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta
iluminación.
También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos
antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica
en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar
al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de
Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica
del Karate.
Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este
camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente
nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y
extremadamente difícil. La moyor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o,
una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de
los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino.
En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de
éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona
dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo
para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por
supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender
nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no
tengais necesidad de aprender cortesía y modales: mas bien que ya deberiais conocerlos
antes de entrar al Dojo.
Debo añadir que en un Dojo de Karate debeis aprender algo más elevado que las
técnicas y que las cortesías, si pretendeis encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar
por completo vuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debeis convertios en una sola
persona, vosotros mismos, vuestro auténtico "yo".
"El Zen purifica y eleva a la más alta dimensión los deseos sanos del hombre. El
Zen puede ayudar a resolver la crisis de la civilización moderna, no solamente en la
conciencia profunda de cada uno, sino en la de toda la Humanidad", nos dijo el maestro
Taisen Deshimaru.
Esta es la sabiduría que nos conduce a la Sabiduría por la Puerta del Silencio y sin
deseo de provecho personal.
"Mantened las manos abiertas, toda la arena del desierto pasara por vuestras manos.
Cerrad las manos, sólo obtendréis un puñado de arena", dijo el maestro Dogen.
Zen y creatividad.
La actividad creadora surge de la espontaneidad manifestada 'aquí y ahora' en tanto
que actitud realista y apropiada.
Aquel que practica el Zen puede realizar ‘aquí y ahora’ sus potencialidades,
despertándose a su verdadera naturaleza, siendo plenamente él mismo. La creatividad no es
solamente una cualidad de genios. El niño es espontáneamente creador. Todo el mundo
puede serlo en su vida.
Zen y educación.
Nuestra memoria posee dos tipos de funcionamientos: por una parte está la memoria
pre-frontal, intelectual, y por otra parte la memoria orgánica, la del cuerpo, que se imprime
directamente a través de una modificación química en las neuronas situadas en la base del
cerebro. Esta memoria es la que constituye el subconsciente. Si practicamos Zazen,
influenciamos fuertemente nuestro hipotálamo y nuestro tálamo. El cerebro pre-frontal y el
cerebro frontal se tranquilizan. Por el contrario, el hipotálamo y el tálamo entran en
actividad. Los circuitos del cerebro se mejoran. Esta actividad química del tálamo y del
hipotálamo es extremadamente importante, ya que la intuición se desarrolla gracias a ella.
Zen y religión.
El Zen es ante todo una Postura, la postura sedente de Zazen, con sus tres
elementos: actitud del cuerpo, actitud del espíritu y respiración.
Una postura quiere decir evidentemente, en el sentido amplio del término, una
actitud ante la vida: actitud de fuerza y de equilibrio, de serenidad y de vigilancia, de
respeto y de tolerancia, de unión con la vida cósmica.
El Zen se sitúa más allá de todas las religiones tradicionales, pero al ser la raíz
misma del espíritu religioso, puede vivir entre todas las religiones, dar a cada una su
verdadero poder religioso, y, en el seno de todas las místicas, de la misma manera que un
pez viviendo en el agua. "El agua es la vida para el pez, pero el pez es también la vida para
el agua", decía Dogen.
Zen y libertad.
Trascender los limites de los propios conflictos, sentirse uno con los demás,
conducirse naturalmente es la vía de la libertad. La verdadera libertad es interior. Significa
confianza en sí mismo. De esta manera es posible conformarse a las reglas exteriores e
interiormente permanecer libre.
También se puede encontrar ecos del espíritu Zen, de su actitud ante la vida, en las
obras de Goethe, de William Blake y de Emerson, así como en los grandes místicos
cristianos tales como el Maestro Eckart, Tauler y Suso en el siglo xv, y Jacob Boehme en el
siglo XVII.
Zen y medicina.
Zen y eficacia.
Para purificar el espíritu no hay que detener la actividad. El Zen no es una técnica
de evasión o de huida. Por el contrario, la practica de Zazen desarrolla nuestra energía y la
concentra sobre el instante presente, nos permite afrontar la realidad cotidiana con una
calma, con una perspicacia, con una objetividad, de las que no nos creíamos capaces, y que
nos sorprenden. Frente a las dificultades, de cara a los problemas, se produce la reacción
justa y eficaz, naturalmente, espontáneamente, ya que nos hemos desembarazado de los
obstáculos interiores que antes nos lo hacían imposible. Debemos encontrar nuestra
verdadera paz interior en la actividad.
Zen y Arte.
La creación artística procede en este caso de una comunicación íntima con los
elementos y las estaciones. Y solo puede nacer del desapego del artista a sí mismo y de su
percepción de las estructuras ocultas del mundo que le rodea, ya que su misión es revelar la
armonía secreta de las cosas y la presencia invisible que la sostienen. De esta manera, cada
ser se encuentra en su sitio justo, sin noción de privilegio, tanto el animal como el vegetal,
la montaña, la nube, el espacio y el hombre, todos con la misma dignidad ya que su origen
es el mismo.
Una tal concepción del arte resalta sobre todo la espontaneidad.
Tanto la pintura como la caligrafía Zen deben surgir de un solo trazo, y no puede ser
retocada o arreglada. Y sin embargo, esta espontaneidad sólo se obtiene a través de una
larga practica y de una larga y paciente maduración interior.
Numerosos artistas occidentales son hoy día sensibles a esta promesa de renovación
que contiene el Zen.
Por ejemplo: si a un ciego de nacimiento se le quiere explicar qué es una flor blanca,
no podría entenderlo. Alguien podría decirle que es blanca como la nieve; esta persona
tocaría la nieve y diría "¡Qué frío es el blanco!". Al decirle que es blanca como un ganso,
tocaría un ganso y diría "¡El blanco es como un pájaro!".
Los filósofos utilizan la lógica usando razones convincentes para ser aceptados. En
la religión no se puede.
Muchas experiencias religiosas han sido vividas en distintas partes del mundo,
como las apariciones de las Vírgenes. Quienes no lo vivieron no pueden creerlo con un 100
% de certeza: lo tendrían que aceptar con fe.
Si tomo agua: ¿alguien sabe realmente qué estoy tomando? Puedo decirle que está
caliente, pero... ¿alguien sabe cuál es su temperatura? Aunque afirme que son 80° C,
ustedes no saben cuánto calor es. También puedo decir que es un poco salada. Ustedes
pueden imaginar lo que yo digo, pero lo mejor es probarlo personalmente. Aunque diera
muchas explicaciones, no lo comprenderían.
La teoría lógica no lo puede explicar, sólo puede transmitir algún aspecto del que
sólo entenderán algo aquellos que compartan el mismo idioma y el significado de los
términos usados.
Muchos dirán que son monjes aquellos que viven en un monasterio; entonces ratas,
cucarachas, moscas, etcétera también serían monjes. Muchos laicos conviven con monjes
en los monasterios, pero ellos no saben bien qué es ser monje.
El Zen es una experiencia, que trasciende el tiempo y el espacio; no los supera, los
trasciende; no se los puede superar porque son parte de nuestra vida.
No nos damos cuenta del espacio, salvo cuando el movimiento se nos limita.
Un taiwanés puede decir que en Buenos Aires hay muchos espacios verdes; en
cambio, un bonaerense se queja por la falta de espacios verdes.
PRINCIPIOS
1. Conducta pura
Para un iluminado, bueno y malo son lo mismo. Para quienes practican Zen, la
pureza es importante.
Pureza implica:
• demostración de ella a través del cuerpo.
• de la conducta mental.
• del habla
2. Tranquilidad en la vida
En medio del tránsito pesado surgen ansiedades, nervios, las personas manejan a
gran velocidad porque aprecian el tiempo hasta el último segundo; por eso están
intranquilos. Muestran violencia de acción y o palabra al no soportar a ciertas personas o
acciones.
3. Vida segura
No hay en este mundo algo realmente seguro. Podemos prevenir, pero no detener
con seguridad los desastres. Según el Zen, sabemos que estos riesgos son naturales,
entonces no hay razón para preocuparse. Los que más se preocupan y temen suelen morir
más temprano. Muchos compran armas, pero esto no les garantiza su seguridad; podemos
decir que los pone en más peligro.
4. Vida estable
Hay que mantener una cierta postura aunque no sepamos qué hacer; comprender
cómo somos y cuáles son nuestros límites. Sin una clara dirección, nosotros equivocamos el
camino o vamos en círculos.
Debo saber qué quiero. ¿Hasta dónde llego?..., ese es otro punto.
Algunos poseen una capacidad innata (por ej: canto), quienes no la tienen y quieren
seguir el canto, tendrán un gran problema, pero con una buena guía y una dirección firme y
clara, pueden obtener grandes logros.
O por ejemplo alguien conversa y a la vez está leyendo; presta más atención a una
cosa que a otra, entonces así puede prometer algo que quizás después no recuerde, a la vez
que probablemente almacena en su memoria una información errónea.
El factor ambiental a veces trae desequilibrios orgánicos. Nos alegramos ante los
elogios y nos enojamos ante las críticas. A veces ni siquiera es verdadero alguno de los dos.
El Zen no comparte ninguna de las dos posiciones, no usa la competencia. Cada uno
debe avanzar lo que puede. Ese es nuestro objetivo: avanzar según nuestro ritmo y nuestra
velocidad.
Sin importar lo bien que hayas ensayado lo que has planeado hacer, la ansiedad del
actuar puede destrozarte. Tu corazón funciona a batacazos y las palmas te sudan. Tu lengua
se vuelve pesada y estúpida y tus labios de adhieren a los dientes. Al mismo tiempo tu
cuerpo siente como si estuviera ardiendo por fuera y congelándose por dentro. Te sientes
rígido como una barra de acero pero estás tan gelatinoso que apenas puedes permanecer de
pie.
¿Qué sucede dentro de la mente que devasta el cuerpo de esa manera cuando "se
funden los plomos" y ya no hay ensayo que valga?
Antes de batallar con mi enemigo tenía que identificarlo. ¿Cuál era la diferencia
esencial entre cantar en un ensayo y cantar frente al público? No era el cantar. No era la
banda. Tampoco era el micrófono. Solo quedaba el público: algo dentro de mí estaba
respondiendo ante él como si me mirara no esperando escuchar lo que iba a cantar... sino
cómo lo iba a cantar. Iban a juzgarme: si cantaba bien me querrían; pero si no, no lo harían.
Naturalmente mi ego quería que me quisieran. Así son los egos.
Me sentí bastante mal cuando me di cuenta de que el cantar, algo que amaba hacer,
se había convertido en una herramienta, un medio por el cual iba a lograr que la gente me
quisiera. La música dejó de ser música en el momento que la abandoné mentalmente y puse
mi atención en la cabeza del público, cuando comencé a mirar y a escucharme a mí misma.
Recuerdo que una vez le preguntaron a una actriz cómo era capaz de llorar ante la
cámara y hacer que lágrimas reales recorrieran sus mejillas. Sin duda ella sabía que se
trataba de una situación fingida, que no había nada por lo que llorar. Pero con todo sus
lágrimas eran reales. "Es mi trabajo -dijo-. Soy actriz." Pero la pregunta seguía ahí, ¿cómo
lo hacía? "Bien -dijo-, recito un pequeño poema francés. A cada línea aprieto los músculos
de mis ojos, y contraigo las pestañas en una expresión de disgusto. Me había entrenado
utilizando un tipo de rutina biofeedback... afianzando cada paso mientras visualizaba las
lágrimas. Fijaba mi atención en el poema, y entonces, después de unas pocas líneas,
¡Voila!, lágrimas." El poema era Au Claire de la Lune y las líneas específicas que servían
para el truco eran, traducidas del francés: "Mi vela está muerta. No tengo más fuego. Por
amor de Dios, abre la puerta." A mí no me pareció particularmente triste pero
evidentemente esto desgarraba su corazón.
Esto fue lo que hice: me entrené para ir a mi interior y permanecer allí... segura en
mi Refugio Búdico. No, no mejoré mi voz, pero estaba sobremanera equilibrada. A menudo
pensaba que obtendría un público mayor y más apreciativo si tan solo me quedaba allí y
demostraba mi truco de equilibrio. Pero ese no era el problema que estaba intentando
resolver. Necesitaba conquistar mi ansiedad y obtener una nueva perspectiva sobre mi
habilidad musical. Y en eso tuve éxito.
Este problema de vernos desde afuera y preocuparnos sobre cómo nos ven los
demás ha estado rondando largo tiempo. Chuang Tzu lo describe como "la necesidad de
ganar".
Ya está nervioso.
Se vuelve ciego
O ve dos objetivos –
Le divide. Se preocupa.
Que en disparar –
Y la necesidad de ganar
Le resta poder.
No importa qué tarea tengamos que realizar, mientras pongamos nuestra atención en
el exterior, en la mente de los demás en vez de mantener nuestra atención donde debería
estar, segura en nuestro interior, en nuestra Mente Búdica, sufriremos ansiedad y haremos
confusión de las cosas.
Todo lo que hace falta para solventar el problema es una concentración feroz, un
truco de postura, y las palabras mágicas repetidas como un mantra. "Por amor de Dios, abre
la puerta."
Todo el que entra en el muro sin puerta del Zen tiene una historia que contar. La
mía empieza una tarde de verano cuando recibí la llamada de un amigo que se había
mudado recientemente a otro estado. "He encontrado a una sacerdotisa budista que enseña
Zen -me dijo-." "La noche pasada me dio un ejercicio pranayama llamado Respiración
Saludable." Inmediatamente me vi interesado. Tenía una cuestionable afición, coleccionaba
ejercicios de meditación. No era maestro de ninguno, pero igualmente me sentía orgulloso
de mi colección. "¡Cuéntame -le dije con ávido entusiasmo-!" Hablamos un rato y después
probé a realizarlo. Al día siguiente seguía exasperado por mis fútiles esfuerzos. Llamé a mi
amigo y me lamenté. "¡Es un ejercicio duro!" "No se supone que sea fácil -me dijo-. Tan
solo hazlo." Anteriormente había probado muchos tipos de ejercicios respiratorios, pero
ninguno resultó ser tan seductor como la Respiración Saludable. Su total simplicidad e
inesperada dificultad me hizo pensar que debía de tener algo. No fue hasta años más tarde
que saqué la Respiración Saludable de mi precioso baúl de ejercicios pranayama, y se
convirtió en el único al que dedicaría mi esfuerzo. Tardé ese lapso de años en desarrollar la
Actitud Correcta que sería necesaria para hacer funcionar el ejercicio.
Obstáculos
Cuando realizamos cualquier práctica Chan de forma pasiva, esperando a que nos
suceda algo misterioso, perdemos el tiempo y solo tenemos éxito en frustrarnos. Entonces,
tras breve tiempo, nos damos por vencidos. Permitiendo complacernos en la holgazanería,
no dejamos de dar vueltas a la montaña. No podemos tener éxito en ninguna meditación o
práctica pranayama mientras no nos entreguemos a ella al 100% con nuestro corazón,
nuestra mente y nuestro cuerpo.
Efectos psicológicos.
Efectos físicos
Efectos espirituales
Todos somos seres espirituales por naturaleza, así que, en realidad, no hay nada
espiritual que ganar con la práctica de la Respiración Saludable. Es decir, no hay nada que
ganar que no poseamos ya. Lo que hacemos tiene que ganar el despertar de nuestra
naturaleza espiritual. Con devoción religiosa hacia el ejercicio de la Respiración Saludable
podemos ganar esa penetración; un evento que llamamos satori - una gestalt, una
realización repentina de nuestra pura, libre y no-dualística naturaleza como seres humanos.
Cuanto esto sucede vemos repentinamente al ego como una ilusión arbitraria y vemos, con
claridad, lo que queda: nuestra Naturaleza Verdadera, o Naturaleza Búdica. Como un
holograma, el todo está contenido en cada parte, pero hasta que se calme la mente y
descanse el cuerpo, vemos con una mente que se lanza en todas las direcciones, creando
distinciones de forma, sonido, olor, gusto, tacto, y pensamiento. Solo vemos las partes y no
el todo.
Cuando la mente china entró en contacto con el pensamiento hindú, en la forma del
Budismo, alrededor del primer siglo d.c, dos desarrollos paralelos sucedieron. Por un lado,
la traducción de los sutras budistas estimularon a los pensadores chinos y los llevó a
interpretar las enseñanzas del Buddha hindú a la luz de sus propias filosofías. De esta
manera surgió un muy fructífero intercambio de ideas, que culminaron, en la escuela Hua-
yen (sanscrito: Avatamsaka) de budismo en China y la escuela Kegon de Japón.
Por otro lado, el lado pragmático de la mentalidad china respondió al impacto del
budismo hindú, concentrándose en los aspectos prácticos y desarrollándolos en una forma
especial de disciplina espiritual que recibió el nombre de Ch'an, una palabra normalmente
traducida como "meditación". Esta filosofía Ch'an fue eventualmente adoptada por Japón,
alrededor del año 1200, y ha sido cultivado ahí bajo el nombre de Zen, una tradición que se
mantiene viva hasta la actualidad.
A pesar de su carácter tan especial, Zen es puramente budista en su esencia pues su objetivo
no es ni más ni menos que el de Buddha: el lograr la iluminación, una experiencia conocida
en Zen como satori. La experiencia de la iluminación es la esencia de todas las escuelas de
filosofía orientales, pero Zen es única en que se concentra exclusivamente en esta
experiencia y no está interesada en ninguna interpretación más allá de esta. En las palabras
de Suzuki, "Zen es la disciplina en iluminación". Desde el punto de vista del Zen, el
despertar de Buddha y el enseñar de Buddha, que todos tenemos el potencial de lograr la
iluminación son la esencia del Budismo. El resto de la doctrina, incluido en los
voluminosos sutras, es visto solamente como suplementario. La experiencia del Zen es, por
lo tanto, la experiencia de la iluminación, de satori, y ya que esta experiencia, finalmente,
trasciende toda categoría de pensamiento, Zen no se interesa en ninguna abstracción ni
conceptualización. No tiene ninguna doctrina o filosofía especial, ningún credo ni dogma
formal y enfatiza su libertad de todo pensamiento fijo, esto la hace verdaderamente
espiritual.
Más que cualquiera otra escuela de misticismo oriental, Zen está convencido de que
las palabras nunca expresarán la verdad última. Debe haber heredado su convicción del
Taoísmo, que mostraba la misma actitud sin compromisos. "Si alguien pregunta sobre el
Tao y otro le responde", dijo Chuang Tzu, "ninguno de ellos lo conoce".
Pero la experiencia Zen puede ser pasada de Maestro a discípulo, y ha sido, de
hecho, transmitido por muchos siglos por métodos especiales propios de Zen. En un
resumen clásico de cuatro líneas, Zen es descrito como:
Estos diálogos hacen notar otro aspecto del Zen que es característico. La
iluminación en Zen no significa retirarse del mundo, sino al contrario, una activa
participación en la vida cotidiana. Este punto de vista atrajo mucho a la mentalidad china
que le colocaba mucha importancia a una vida práctica y productiva y a la idea de la
perpetuación de la familia, por lo que no podía aceptar el carácter monástico del Budismo
hindú. Los maestros siempre hacían hincapié que Ch'an, o Zen, estaba en nuestras
experiencias diarias, la "mente de todos los días", como proclamaba Ma-tsu. Se enfatizaba
el despertar en el medio de las actividades diarias y dejaban muy en claro que veían a la
vida diaria, no sólo como la forma de lograr la iluminación, sino como la iluminación
misma.
Hay dos escuelas principales de Zen en Japón actualmente, difieren en sus métodos
de enseñanza. La escuela Rinzai o "repentina"}, utiliza el método koan, se da prominencia a
entrevistas formales periódicas con el maestro, llamadas sanzen, durante las cuales se le
pregunta al estudiante su visión actual sobre el koan que ha estado tratando de resolver. La
resolución de un koan involucra largos periodos de intensa concentración que llevan a una
revelación repentina de satori. Un maestro con experiencia sabe cuando un estudiante ha
llegado al borde mismo de la iluminación repentina y le es posible choquearlo a una
experiencia satori con acciones inesperadas, tales como un golpe con una varilla o un grito
fuerte.
La escuela Soto o gradual evita los métodos de shock de Rinzai y apunta hacia la
maduración gradual del estudiante Zen, "como la brisa de primavera que acaricia la flor,
ayudándola a florecer." Propugna 'el sentar tranquilo' y el uso de su propio trabajo común
como dos formas de meditación. Ambas escuelas le confieren la mayor importancia a
zazen, o meditación sentado, que es practicado en los monasterios Zen todos los días por
muchas horas. La postura correcta y la respiración son las primeras cosas que debe
aprender un estudiante de Zen. En el Zen Rinzai, zazen es usado para preparar la mente
intuitiva para poder manejar el koan, y la escuela Soto lo considera la forma más
importante para ayudar al estudiante a madurar y evolucionar hacia satori. Más que eso, es
considerado como el logro visible de la naturaleza Buddha de uno mismo; cuerpo y mente
siendo fusionadosen una unidad armónica que no requiere ninguna mejoría. Como dice un
poema Zen: Sentado tranquilo, haciendo nada. La primavera llega, y el pasto crece por sí
solo.
¿Qué es el Zen?*
Se puede hablar mucho del Zen, pero ello no tiene mucho valor. Si intentamos
explicarlo, lo hacemos por la sencilla razón de que gran parte de las artes japonesas se
basan en esta práctica.
Para entender las artes tradicionales japonesas es necesario investigar, por una parte,
el sintoísmo, la religión animista primitiva japonesa, y por otra, el Zen, sobre el cual se
fundan, entre otras artes:
• La ceremonia del té (cha-no-yu).
• La arquitectura -principalmente de los templos budistas.
• Las artes marciales o el camino del guerrero (bushido).
• El teatro Nó, representación que es un verdadero estudio del movimiento y de la
emoción.
• La caligrafía y las pinturas en tinta china a mano alzada.
• El haiku, una forma muy popular de poesía cuyo representante moderno es el
eximio poeta Matsuo Basho.
El Zen es intuición pura. El Zen es el Zen, como han repetido los maestros; una
rama de la filosofía budista que propugna que el estado de Iluminación (satori) se alcanza
por medio de la meditación o de la reflexión o pensamiento sobre lo imposible (koan).
El budismo Zen se divide en dos ramas principales: la secta Soto y la secta Rinzai.
La primera es partidaria de alcanzar el satori mediante la meditación, llamada zazen. La
segunda, en cambio, si bien acepta la meditación, utiliza una forma directa de llegar al
satori mediante la reflexión y estudio del koan.
Ambas ramas, a pesar de ser japonesas, se remontan a la China, donde los budistas
de antaño discutían en los mismos términos cuál era el mejor camino para alcanzar la
iluminación. Por tanto, esta división no es nueva; antes bien, se puede trazar hasta los
orígenes mismos de la escuela Chan, en la China.
El satori es un estado más allá del dualismo del ser o no ser, del bien y del mal, de
lo hermoso y lo feo y del Buda y el no-Buda. Es un estado, por tanto, que se alcanza
mediante la superación de las percepciones humanas y mediante el entendimiento de que
ellas son el reflejo de un mundo al que creemos falsamente eterno e inmortal. El camino
para alcanzar el satori, no obstante, no es racional, sino que depende en grado mayor de la
intuición.
Mi primer contacto con el Zen ocurrió en 1993, en un templo de la secta Soto en la ciudad
japonesa de Iwaki, provincia de Fukushima. Mi maestro, por ende, insistía más en la
práctica de la meditación que en otra cosa; aunque combinaba el zazen con la recitación de
las sutras y la lectura de alguna de las 120 obras que escribió Dogen-zenji, el fundador.
Tai-san, mi maestro, es uno de los más fieles seguidores de Dogen que he conocido. El día
en que me presentaron ante él me dio un ejemplar en inglés del Shobogenzo-zuimonki, la
recopilación de los sermones de Dogen escrita por su discípulo Koun Ejo-zenji (1198-
1280). Es una obra particularmente atractiva para quien desee iniciarse en el budismo de
Dogen.
Dogen (1200-1253), junto con Eisai (1141-1215) introdujeron seiscientos años más
tarde la escuela Chan en Japón. La influencia de la secta Soto no ha sido tanta como la de la
secta Rinzai, que fue clave en la transformación del Estado japonés en algunos periodos.
Los abades de sus templos, situados principalmente en Kioto y Kamakura, recibieron a
menudo el título de maestros nacionales (kokushi) de parte de la corte imperial. Asimismo,
la primera obra de Eisai, Kozen gokoru ron (Sobre la promoción del Zen y la protección de
la nación), que data de 1198, fue el primer tratado de Zen en Japón.
Dogen, en cambio, después de volver de China y una vez que alcanzara el satori,
huyó de las intrigas políticas y construyó en 1233 el primer templo independiente de Japón,
el Kosho Horinji. Pero ni siquiera la indepencia del templo logró apaciguar su deseo de
trasladarse a un lugar más alejado de los asuntos de palacio y de cumplir con los deseos de
su maestro y antecesor, Rujing (1163-1228). Eiheiji fue el templo que fundó en las
montañas de la provincia de Echizen en 1243, en lo que es la actual provincia de Fukui,
para servir ese fin. El monasterio fue terminado un año más tarde. En la actualidad, el
Eiheiji continúa abierto a quien quiera iniciarse en el budismo y desechar la vida mundana.
Es conocido como uno de los lugares en los que se encuentran en estado más puro las
enseñanzas del budismo Zen.
Koan
1. No idolatrar ninguna doctrina, teoría o ideología, sea cual sea, incluido el budismo.
Los sistemas de pensamiento budistas deben ser considerados como guías para la
práctica y no como la verdad absoluta.
2. No pensar que uno posee un saber inmutable o la verdad absoluta. Hay que evitar la
estrechez de mente y el apego a los propios puntos de vista. Aprender y practicar la
vía del no-apego con el fin de permanecer abiertos a los puntos de vista de los
demás. La verdad sólo puede hallarse en la vida y no en los conceptos. Hay que
estar dispuesto a continuar aprendiendo durante toda la vida y a observar la vida en
uno mismo en el mundo.
3. No forzar a los demás, incluidos los niños, a adoptar nuestros puntos de vista a
través de ningún medio sea cual sea: autoridad, amenaza, dinero, propaganda o
educación. Respetar las diferencias entre los seres humanos y la libertad de opinión
de cada uno. Saber, sin embargo, utilizar el diálogo para ayudar a los demás a
renunciar al fanatismo y a la estrechez de espíritu.
4. No evitar el contacto con el sufrimiento ni cerrar los ojos ante él. No perder la plena
conciencia de la existencia del sufrimiento en el mundo. Encontrar medios de
acercamiento a los que sufren, ya sea a través de contactos personales, visitas,
imágenes, sonidos... Despertarse y despertar a los demás a la realidad del
sufrimiento en el mundo.
5. No acumular dinero ni bienes cuando millones de seres sufren hambre. No convertir
la gloria, el provecho, la riqueza o los placeres sensuales en la meta de la vida. Vivir
simplemente y compartir el tiempo, la energía y los recursos personales con
aquellos que están en la necesidad.
6. No conservar la cólera o el odio en uno mismo. Aprender a examinar y a
transformar la cólera y el odio cuando aún no son más que semillas en las
profundidades de la conciencia. Cuando la cólera y el odio se manifiesten, debemos
enfocar la atención sobre la respiración y observar de manera penetrante con el fin
de ver y comprender la naturaleza de esta cólera u odio, así como la naturaleza de
las personas que se supone son la causa. Aprender a mirar los seres con los ojos de
la compasión.
7. No perderse dejándose llevar por la dispersión o por el entorno. Practicar la
respiración consciente y enfocar la atención sobre lo que está sucediendo en este
instante presente. Entrar en contacto con aquello que es maravilloso, lleno de vigor
y de frescor. Sembrar en uno mismo semillas de paz, de alegría y de comprensión
con el fin de ayudar al proceso de transformación en las profundidades de la
conciencia.
8. No pronunciar palabras que puedan sembrar la discordia y provocar la ruptura de la
comunidad. A través de palabras serenas y de actos apacigüadores, hacer todo el
esfuerzo posible para reconciliar y resolver todos los conflictos, por pequeños que
sean.
9. No decir cosas falsas para preservar el propio interés o para impresionar a otros. No
pronunciar palabras que siembren la división y el odio. No difundir noticias sin la
seguridad de que son ciertas. No criticar ni condenar aquello sobre lo que no se está
seguro. Hablar siempre con honestidad y de manera constructiva. Tener el coraje de
decir la verdad sobre las situaciones injustas incluso si nuestra propia seguridad
queda amenazada.
10. No utilizar la comunidad religiosa para el interés personal ni transformarla en
partido político. La comunidad en la que se vive debe sin embargo tomar una
posición clara contra la opresión y la injusticia y esforzarse en cambiar la situación
sin comprometerse en conflictos partidistas.
11. No ejercer profesiones que puedan causar daño a los seres humanos o a la
naturaleza. No invertir en las compañías que explotan a los seres humanos. Elegir
una ocupación que ayude a realizar el propio ideal de vida con compasión.
12. No matar. No dejar que los demás maten. Encontrar todos los medios posibles para
proteger la vida y prevenir la guerra. Trabajar por el establecimiento de la paz.
13. No querer poseer nada que pertenezca a los demás. Respetar los bienes de los demás
pero impedir cualquier tentativa de enriquececimiento a costa del sufrimiento de los
demás seres vivos.
14. No maltratar el cuerpo. Aprender a respetarlo. No considerarlo únicamente como un
instrumento. Preservar las energías vitales (sexual, respiración y sistema nervioso) a
través de la práctica de la Vía. La expresión sexual no se justifica sin amor profundo
y sin compromiso. Concerniente a las relaciones sexuales, tomar conciencia del
sufrimiento que puede ser causado a otras personas en el futuro. Para preservar la
felicidad de los demás hay que respetar sus derechos y compromisos. Ser
plenamente consciente de la propia responsabilidad a la hora de traer al mundo
nuevos seres. Meditar sobre el mundo al que traemos estos seres.
TEXTOS ZEN *
Bajo este nombre se reúnen en esta página un conjunto de escritos que giran en
torno a la práctica del Zen.
También se incluyen los kusen. ¿Qué es el kusen?. Ku, la boca. Sen, la enseñanza.
Es el secreto entre maestro y discípulo que las personas del exterior no pueden
comprender. El kusen es del maestro al discípulo y del discípulo al maestro. Algunas veces,
la enseñanza es simple; otras, larga y profunda. Pero no es literatura ni una conferencia.
El maestro debe atacar e impresionar el espíritu de los discípulos. El kusen usa un
lenguaje directo. A veces, irónico; a veces, cómico con un tono de humor. Las frases son
cortas, directas. Estas frases cortas son necesarias porque deben atacar.
El kusen no tiene como finalidad la educación del intelecto y del saber; debe
impresionar el cerebro profundo y hacer surgir la intuición y la sabiduría más elevada.
Durante zazen, los discípulos, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, oyen el
kusen, por lo que intentar memorizar no es necesario. El kusen penetra en el subconsciente
y la memoria lo graba automáticamente, inconscientemente, naturalmente. Durante el
kusen, el maestro crea la enseñanza transmitida por su maestro. Hay que insistir sobre esta
creación aquí y ahora.
San Do Kai
Hokyo Zan Mai
Fukanzazengi
Soy incapaz de utilizar un lenguaje vago del género so daro (sin duda que), o aru
kamo sirenai (puede ser que). Yo digo claramente: "Esto es esto y aquello es aquello." Si a
la lectura de este libro, vuestra actitud en la vida se vuelve un poco más fuerte, es gracias a
esta forma de hablar.
Kodo Sawaki 1940, primer día de la sesshin de Rohatsu, Geya, templo Zen de
Tengyo.
Aquí, en lo que podríamos llamar "el mundo humano" o "sobre esta tierra", existe el
fenómeno de la religión. El hombre primitivo también tenía una religión. Cuando
retumbaba el trueno, o temblaba la tierra, pensaba que esto era la obra de un dios. Con el
tiempo, la humanidad se volvió más complicada y las religiones también más complejas,
como el cristianismo o el budismo, que aparecieron y no se han hundido ante la ciencia
moderna.
Entre las religiones modernas, el budismo no ha sido fabricado por los hombres. El
budismo es el fin de las fabricaciones humanas. Cuando un hombre es súbitamente
liberado, decimos que es hodoketa. También el nombre de hotoke que se le da en japonés a
Buda tiene connotaciones muy interesantes. En todo caso, de todas las especialidades
célebres del Oriente, sin ninguna duda el budismo es la más importante.
Como quiera que sea, el ser humano está destinado a la muerte. Y el mundo humano
puede ser profundamente afectado por la existencia o la no existencia de un ser. La
existencia del ser humano Shakyamuni ha tenido una gran influencia. Porque Shakyamuni
aceptó a la vez la dulzura y la amargura de la vida, y actuaba desde las profundidades de
esta aceptación; sus sermones trataban de cosas adaptadas por completo a la realidad de la
vida. Eso solo satisfacía a todo el mundo. Así es el individuo Shakyamuni Buda.
Pero esta persona Shakyamuni está muerta (es decir, ha entrado en el nirvana).
Dicen que en el momento en el que entró en el nirvana, cierta persona se puso a bailar
diciendo: "¡Al fin nuestro padre tan severo se ha ido. A partir de ahora, podremos beber
tanto como nos plazca!." Viendo esto, Mahakashyapa dijo: "¡Nada de eso! ¿Puede haber
algo de peor gusto que bailar porque Shakyamuni haya muerto? Ahora que Shakyamuni nos
ha dejado, debemos tomar el dharma que nos ha enseñado como si fuésemos Shakyamuni
mismo."
Y bien, este Shakyamuni murió. Como no había una alternativa mejor, lo que él
había dicho fue fijado por escrito. Así es como aparecieron los sutras. En el Yuikyogyo está
escrito: "Si en lo sucesivo mis discípulos viajan y practican (las enseñanzas), eso es el
cuerpo del dharma del Tathagatha que existe desde siempre y no conoce el fin." Después
que la persona muere, el dharma en sí mismo se vuelve el maestro. Como consecuencia,
numerosos sutras hicieron su aparición.
Fueron traducidos al chino, después estas versiones chinas al japonés. En todos los
países, cuando una cultura extranjera hace su aparición, la gente dotada para los idiomas es
altamente apreciada. Pero, incluso después que los sutras hubiesen sido ya traducidos,
ciertas personas continuaron siendo objeto de admiración y de elogios simplemente porque
conocían el sánscrito, fuera cual fuese su valor moral o su personalidad. Incluso sin ser
monje ni guardar los preceptos se podía ser venerado como un ser iluminado por poco que
se fuese capaz de traducir cualquier cosa. Esto es evidente en el caso de Genjo cuya
importancia no ha disminuido con el paso del tiempo. Para que se pudieran leer en japonés,
las traducciones chinas debían ser copiadas. Estos sutras han pasado de mano en mano
desde los tiempos lejanos en que el venerado Shakyamuni murió, hace ya más de veinte
siglos, y la lingüística ha jugado un papel muy importante.
Aquí una persona, allí otra. Están Shakyamuni y Mahakashyapa, y deben volverse
unidad. Un poema de Manzan Osho dice: "Una comunión de corazón a corazón,
pensamiento tras pensamiento sin olvidar, viéndose el uno al otro cada día, ¿por qué separar
la vida y la muerte?" Sea cual sea el ardor de una pareja de amantes, no podrían jamás
alcanzar este estado. Quizás durante un corto período puedan conocer la "comunión de
corazón a corazón", pero no pueden entrar en la condición de pensamiento tras pensamiento
sin olvidar." Si se separan un poco, se olvidarán el uno del otro completamente. "Viéndose
cada día..."; si una abuela muere, se la olvidará bien pronto. ¿Por qué separar la vida y la
muerte? Estar muerto o vivo no es verdaderamente el problema. Vuestra persona y la mía
están siempre juntas. Por vuestra persona yo estoy iluminado.
A causa de esto, la vía de Sócrates pudo ser transmitida a una noble persona como
Platón sin el menor cambio en la forma o el contenido. Esto fue posible porque hubo
transmisión de la persona. En otros términos, ésta es la transmisión del Zen.
A propósito de esto, existe otra obra notable de Manzan Osho titulada Myodo
Nishidan Yo Ge, que dice esto: "En un zagu ninguna división, diez mil ri al otro lado del
océano, y nuestras cejas se tocan." El zagu es la pieza de tela a modo de estera que el monje
zen extiende ante sí para prosternarse. En algunas ocasiones, el borde del zagu del maestro
se posa sobre el borde del zagu del discípulo y se prosternan los dos juntos, a veces cara a
cara, a veces lado a lado. El sentido de: "En un zagu ninguna división", es que no hay la
menor separación ni el menor obstáculo entre el maestro y el discípulo.
Vista bajo esta perspectiva la poesía es muy interesante. Las cosas que la prosa no
puede expresar aparecen con una belleza exquisita gracias al efecto poético. Esto también
es la transmisión de la persona.
Algunas personas han dicho que en la escuela del Zen, debido a "fuera de la letra y
de las palabras", sería mejor que no hubiera ninguna literatura; y sin embargo, si se hace
inventario, es el Zen quien tiene la literatura más abundante (entre las escuelas budistas).
¿Por qué esto es así? Porque se descubren cosas nuevas llenas de creatividad. Porque son
originales, es interesante leerlas aunque sólo sea una frase. Como quiera que sea, si nadie
comprende el contenido, el lenguaje no es más que una concha vacía. Entonces somos
como ese ciego que fue a ver los cerezos en flor. Se puso a abrazar diferentes árboles
diciendo: "¿Dónde están los cerezos? ¿Es un cerezo esto que yo toco?." Esta es la única
diferencia entre los que han visto los cerezos en flor y los que no los han visto.
Por otra parte, gracias al ritmo poético y a la fuerza del sonido, los versos se
vuelven cada vez más fluidos a medida que se los recita. Aparte del Shodoka, hay
numerosos poemas del mismo género, tales como el Shin Jin Mei, el Sandokai, el Hokyo
Zan Mai, los poemas de Sesshi, el Shinpo No Gin y el Soan No Gin de Sekito Daishi.
Cuando el Hekigan no estaba todavía escrito, existían muchos largos poemas como
éste. En esta época a la gente le gustaba cantarlos y ponerles música, y así dieron lugar a la
música de ceremonia. Los poemas chinos son melodiosos; si se recitan en su lengua tienen
una bella sonoridad, más rica aún cuando se cantan. A su lectura, queda uno impresionado
por su belleza, mayor aún cuando se les recita. No exponen argumentos. Se puede tener una
experiencia religiosa sólo con recitarlos, como tocando la flauta o escuchando música.
Por el estudio podemos aprender que los cinco skandha son la forma, la percepción,
la concepción, la volición y la conciencia; que los seis órganos de los sentido son la vista, el
oído, el olfato, el gusto, el tacto y la facultad de pensar; y que la cadena de las doce
causalidades comprende la ignorancia, las acciones que se derivan de ésta, la conciencia,
las funciones mentales y su objeto, los cinco órganos y el espíritu, el contacto, la
percepción, el deseo, el apego, la existencia, el nacimiento, la vejez y la muerte. La ilusión,
la acción y el sufrimiento, el pasado, el presente y el futuro. Si acumulamos este tipo de
conocimientos quizás podamos pasar un examen pero esto no guarda ninguna relación con
la persona. El Zen no es así. La persona de Buda ha sido transmitida hasta aquí como la
electricidad. Para intentar explicar esto, el lenguaje tradicional es simplemente insuficiente,
así que se tiene que recurrir inevitablemente a palabras con resonancias poéticas. Entre los
textos zen que no están en prosa, el primero que apareció (en China) fue el Shin Jin Mei del
tercer patriarca. Seguidamente viene el Shodoka. El texto original está en lengua china,
pero, para hacerlo accesible al lector, he introducido en él kana y lo he vuelto a escribir.
Recomiendo a la gente resuelta aprender a leer en chino a causa de la profundidad de esta
lengua.
Los Darani de los hindúes y los Waka y Haiku japoneses son excelentes, pero las
cualidades de la literatura china son totalmente particulares. Además, la literatura taoísta
era muy popular en los tiempos de la transmisión del Zen, y dicen que influenció a éste.
Había un hombre de nombre Fugai Zenji. Entre sus discípulos hubo tres grandes
hombres: Ekido, Tanzan y Mukan. Parece ser que este Fugai era tan gordo que daba miedo.
Era un músico excelente y un calígrafo de talento. Sus dibujos eran verdaderamente
elegantes; yo tengo un Paranirvana de Buda hecho por él. Es mi tesoro y no se lo daría a
nadie aunque me lo pidiera. Inspirado por este Paranirvana de Buda durante varias decenas
de años he celebrado con entusiasmo una ceremonia anual por el paranirvana.
De entre los tres discípulos de Fugai, uno practicaba zazen, el otro no hacía más que
leer y escribir un manuscrito que intentaba descifrar con una lupa, y el tercero jamás cogía
un libro ni se sentaba nunca en zazen; se contentaba con gallear con insolencia. Fugai Osho
dijo al que practicaba solamente zazen: "Tienes una buena postura, eso es lo más
importante para un monje zen. He aquí un zafu para el que he ahorrado durante mucho
tiempo. Te lo regalo." "¡Oh, gracias!", respondió el discípulo. En nuestros días importamos
el miraguano, pero en los tiempos antiguos no ocurría así. Un zafu costaba entre tres y
cinco rio y esto era mucho dinero. Por eso el discípulo exclama: "¡Oh, gracias!." A partir de
entonces, dicen que éste se concentró aún más en zazen.
Como quiera que sea, es Mukan Osho el que prepara el Shodoka Preparado para la
Recitación y lo publica. Hasta ahí, los caracteres indican como el canto no figuraba en el
texto. Pero el Shodoka está considerado como "la música ceremonial" por excelencia del
canon búdico. El Shodoka Preparado para la Recitación había nacido. En él figura también
una introducción escrita por Rugaï Osho.
Por otra parte, el Shoyo Roku o el Hekigan tienen un fuerte sabor literario y se
parecen a obras más recientes incluso que el Kokinshu japonés. Además, si se las juzga
según su esencia, se tiene el sentimiento de que una expresión tan sofisticada tiene menos
eficacia. Por eso, obras como el Shin Jin Mei, el Shodoka y el Hokyo Zan Mai son
verdaderamente lo mejor y más elevado de la literatura zen. El Shodoka es llamado también
Daijo Ketsugi Kyo de Shintan Shoja. Es un Ketsugi Ky (sutra que resuelve los problemas)
mahayana escrito por un sabio chino. Estas son las cualidades y el rango del Shodoka.
No ve usted
En el Zen hay una obra titulada Hokyo Zan Mai. En este Hokyo Zan Mai está
escrito: "Vosotros que ahora recibís esto, guardadlo bien." El Hokyo Zan Mai y el Shodoka
son dos poemas. Aunque estos poemas le hablen a la gente (honorable) de "usted" o de
"tú", estas palabras no designan a nadie en particular. Están dirigidas directamente a cada
lector. Más precisamente, estas palabras alientan a la gente que practica el Zen y estudia la
Vía. "Usted" quiere decir cada uno de los que leen el Shodoka. Esta palabra "usted" figura
también al final del Shodoka en el verso "Puesto que usted no comprende esto, lo resolveré
yo por usted ahora." Al poner la palabra "usted" al principio y al final y al juntarlas, Yoka
Daishi nos hace partícipes de la historia. Nosotros mismos, en persona, somos interpelados.
Así dice: "¿No ha visto usted...." Si preguntamos "¿Visto qué?", la respuesta sería:
"¡Lo que voy a explicar!." En otras palabras dice: "No ve usted al hombre de la Vía que ha
ido más allá del estudio y vive sin esfuerzo." Dicho de otra manera: "¿No ve usted el
principio del universo entero?." Usted lo sabe todo sobre las fabricaciones humanas, etc.,
pero, ¿no ve usted al hombre de la Vía que ha cesado de estudiar y vive sin esfuerzo? ¿No
ve usted el principio del universo entero? En otros términos, ¿no ve usted que el dharma
del propio satori interior de Yoka Daishi no está separado de Buda, de mi y de los seres
sensibles de las diez direcciones?
El mundo de la religión es perfecto. Esto es así porque nuestras propias acciones son
las acciones de todos los Budas de las diez direcciones y de los tres mundos. En
consecuencia, el individuo no es tan pequeño. La gente piensa a menudo en grandes cosas;
en cuanto les sucede la menor cosa, quieren inmediatamente hacerlo saber a todo el mundo.
Anunciarles las cosas a los demás parece tener una gran importancia. Por otro lado, la gente
está llena de secretos. Y en estos momentos, ignoran que ellos mismos son el universo
entero. Nuestra persona, uno de nuestros estornudos, son el universo entero. Lo que un
hombre hace solo sin que nadie lo sepa es aplaudido y compartido por el mundo entero.
Así, la práctica de una persona renueva el satori de todos los Budas de las diez direcciones
y los tres mundos, y certifica de nuevo el estudio de la Vía. Al mismo tiempo, la acción
inmoral de una sola persona es una blasfemia contra todos los Budas de los tres mundos y
de las diez direcciones y contra los seres sensibles de las diez direcciones.
Porque pensamos que el individuo puede hacer lo que quiera, llegamos a cometer
sacrilegios. Pero si alguien actúa con el universo entero, su acción de hoy es eterna. Así,
cuando Yoka Daishi dice: "¿No ve usted?" además después dice: No ve usted "al hombre de
la Vía que ha ido más allá del estudio y vive sin esfuerzo." Pero al mismo tiempo, designa
el sentido total del Shodoka y muestra que nuestras acciones no pueden ser cortadas y
separadas del universo.
Puesto que esto es así, el satori de todos los Budas se vuelve la realidad del satori
de montañas y ríos, de la hierba y de los árboles. Tal es el sentido de la frase: "Los seres
sensibles y las cosas insensibles, obtienen el satori al mismo tiempo; la hierba, los árboles,
el país entero sin ninguna excepción obtienen la budeidad."
¿Entonces es mejor ser pobres? A fe mía, si nuestro cuerpo está sano, irá bien; pero si la
pobreza va a pervertir vuestro carácter, es una pobreza sin esperanza. Si no corrompe
vuestro carácter, la riqueza puede ser buena. Es cómodo tener dinero. También yo lo sé.
Pero según la persona que lo posee, el dinero puede ser amigo o enemigo. Si bien hay
personas a quien la pobreza amarga, las hay también a quienes la pobreza refuerza su
espíritu de independencia. Es sólo una cuestión de espíritu, una forma de pensar. Si hacéis
algo mal, vuestro padre os regaña, pero cuando tenéis necesidad de él y no está, os sentís
muy solos. Sin embargo no es más que un solo y mismo padre. Entonces, ¿dónde está la
raíz de todo esto? Simplemente en nuestra manera de cegarnos. La fuente de toda
ignorancia está en nuestra propia ceguera.
Miyamoto Musashi escribió el Dokukodo. Tomó prestado el título de una frase del
Shodoka que dice: "Va siempre solo, camina siempre solo." Es muy divertido.
Pero en nuestros días es a los otros a quien sacrificamos. No se piensa más que en sí
mismo, y en llenarse los bolsillos. Si alguien tiene un tropiezo, se lamenta, expresa
numerosas quejas y huye. Eso es porque se toma en serio y a los otros a la ligera.
Se dice que murió el 191 día del 51 mes del 21 año de Shoho; escribió pues este
texto una semana antes de morir. El original es un rollo conservado en Kumamoto.
Hay un individuo que ha venido a verme con los ojos inyectados en sangre, y el
rostro mostrando los signos de una depresión nerviosa. Me ha dicho: "No sé si voy a
aprobar el examen de funcionario." Probablemente quería practicar zazen para curar su
depresión nerviosa. Entonces le respondí: "Si alguien como usted no aprueba el examen, es
porque hay otros que son mejores que usted, así que, ¿no es ésta una razón para alegrarse?."
"¿¡Qué!?", respondió él. Yo no puedo hacer nada si este tipo es un tonto que no puede
comprender esto. Y como el mundo está lleno de esta clase de tontos que no pueden
comprender las cosas a ese nivel, no merece la pena ni contar esta historia. "Si usted lo
consigue, eso quiere decir que no hay nadie mejor que usted. ¿No comprende hasta qué
punto es triste para nuestro país el que haya tanta gente inútil de su género?", le dije.
"¡Oh!", respondió él. Estaría muy bien que la gente comprendiera las cosas a este nivel pero
se contentan con lamentarse de sus propios fracasos. Sería mejor que pensaran: "Si no he
aprobado el examen es porque hay muchos individuos mejores que yo. Aunque el Japón ya
no es lo que era, todavía queda un buen número de gente dotada. Es mejor que me retire, y
que esté agradecido por no haber conseguido el puesto." Pero la gente no comprende esto.
Los que lamentan sus fracasos son más numerosos que los que se inquietan poco de sus
propios asuntos.
Con la lectura de este Dokukodo, uno se apercibe de que, aunque sea muy corto,
cada frase acierta el centro de la diana.
El mundo brillante
Visto bajo este ángulo, la ignorancia es un caso de ceguera de sí mismo. Sobre esta
vía, toda la vida es ciega. Nos oscurecemos vida tras vida. Los que de esta forma avanzan
siempre hacia la oscuridad son llamados seres ignorantes. Para Buda no hay ignorancia.
Para los seres ignorantes no hay naturaleza de Buda. Esto es un hecho. Incluso cuando se
prosterna delante de un Buda un ser ignorante pensará: "¿Valdrá caro este Buda?", o
¿Cuánto me costará este Buda si lo compro?." Sea como sea, el Buda no responde. Desde
su punto de vista no hay seres ignorantes. El Buda dice: "Estáis bien, justo como sois."
Los seres ignorantes están llenos de complejos. Ellos no lo creen pero el Buda
repite: "Estáis muy bien como estáis." Si sois servidores, sed servidor, está muy bien.
Vuestros padres os han permitido nacer, habéis estado en la escuela elemental y ahora
ganáis treinta yens por mes. tal como estáis obtendréis el satori. Yo lo sé con toda certeza,
dice Buda. Pero el ser ignorante persiste en decir: "No valgo nada." Es lo que se llama "ser
hijo de millonario y vivir en la miseria." A pesar de que había nacido en una familia de
millonarios, el hijo huye pensando que lejos estará mejor, y se pone a vagar en busca de
esta mejora. Esto es profanarse a sí mismo. La ignorancia es profanarse a sí mismo
pensando: "Si hay algo mejor fuera de mí, entonces yo no valgo nada." Pero el ego es uno y
está bien tal como es. Para el cuerpo es lo mismo. Si el moco os cuelga de la nariz, es
perfecto así como está. Desde el punto de vista de Buda, está bien, pero desde el punto de
vista de los seres ignorantes, es la ignorancia.
He aquí un penique. Por lo que respecta a su utilización, que esté en poder de Buda
o de un ser ignorante, es siempre un penique. El penique no cambia. Pero si Ishikawa
Goemon lo hubiera recibido, entonces hubiese cambiado su uso. Se dice que un estafador
tan ingenioso como él, con un céntimo era capaz de comprar un caramelo, utilizarlo de
mala manera y volverse rico. En el bolsillo de Goemon, un penique se convertía en la
primera pieza que le traía la fortuna. Un ser ignorante compraría el caramelo y ¡Glup!, se lo
tragaría de golpe. Si una persona de gran piedad filial compra el mismo caramelo, ¿Qué uso
haría de él? En la utilización del mismo penique, aparecen diferencias en las personas.
La "Gran Rueda de la Ley" es creada por la "Rueda del Tesoro" que rueda
pacificando las cosas en un mundo ideal. La Rueda del Tesoro rueda pesadamente por toda
la región donde vive el Cakravartin y lo mismo nivela las altas montañas de la región que
pacifica a todos los enemigos. Decimos enemigos, pero no estamos hablando de enemigos
armados de flechas y espadas. El enemigo al que ella reduce a polvo se llama ignorancia.
En otros términos, ella se desplaza poco a poco hacia un mundo brillante. Tal es la Gran
Rueda de la Ley.
Durante la guerra ruso-japonesa, un hombre oyó decir que iba a recibir la medalla
militar de la Orden del Ciervo Volante de Oro. Entonces pidió prestada una gruesa suma de
dinero prometiendo devolverla cuando cobrara su pensión. Pasa el tiempo y dilapida el
montante de su pensión y de su indemnización en lugares sombríos. Gastada en lugares
brillantes o en lugares sombríos, es siempre la misma pensión. Contando con esta pensión,
se endeudó todo lo que pudo. Contando con la medalla militar, pasa las tardes con las
geishas. De esta manera su hogar conoció la desgracia y él no pudo reembolsar sus deudas.
Hubiera podido utilizar este dinero en un lugar brillante, para la salud de su país, para el
dharma o para la sociedad. La diferencia reside entonces en la dirección que se le da a un
solo y mismo objeto.
En el capítulo Bussho del Shobogenzo está escrito: "No existe un momento que no
sea el bueno, no existe un momento en que la naturaleza de Buda no se manifieste justo
ante nuestros ojos." En verdad, estas pocas palabras bastan para incluirlo todo. Se puede ir
a hacer camping y comer angulas a la brasa, o bien se puede venir a hacer zazen y comer
avena y arroz. Se puede comer una parca sopa de arroz y quejarse; se puede comer una
parca sopa de arroz y estar alegre.
Un poeta de haiku estaba muy enfermo desde hacía largo tiempo. Primero decía que
era bueno estar fuerte y miserable estar enfermo; pero él cultivaba cada vez más el arte del
haiku y su salud mental mejoró. Un día se puso a cantar: "¡Oh, esto es más de lo que
merezco! ¡Más de lo que merezco! Hoy, todavía puedo recibir con reconocimiento esta
sopa de arroz, y contemplar las flores. ¡Esposa, voy a vivir mucho tiempo!." Pero también
decía: "¡Oh, maldición, maldición! Hoy de nuevo estoy obligado a tragar este resto de arroz
que me dan pillos llenos de salud; y esas flores tan lozanas... me vuelven loco. ¡Esposa, así
no merece la pena vivir!." En la misma situación, el mismo momento, las mismas cosas,
podemos dar pruebas de reconocimiento o quejarnos.
Incluso nosotros, monjes, nos quejamos a veces. Algunos decidieron hacerse monje
porque su padre había muerto prematuramente. Es lastimoso. Algunos no pueden ni
siquiera comer una sardina en público. Yo pienso que eso es lamentable, y lo es.
Pero con seguridad, el deber de los hombres no se limita a comer. Más valdría que
se consagraran al dharma y que pensaran: "¡Qué feliz destino!, verdaderamente no me
merezco este buen karma que hace de mí un monje y me permite buscar el dharma.
Muchos son los que no lo pueden hacer porque no son monjes." Ante la misma situación,
pues, uno se puede lamentar o alegrarse.
"El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma." Este cuerpo vacío de la
ignorancia, tal como es, no está separado de la naturaleza única del espíritu. En otros
términos, la naturaleza absoluta del espíritu es la vida. ¿Tenemos verdaderamente la vida en
nosotros mismos? El hecho de que tenemos que morir no quiere decir que no tengamos que
vivir. Se podría decir que Yoshida Shorin no tiene vida porque murió hace
aproximadamente treinta años; pero él escribió: "Aunque realice las consecuencias de las
acciones, el espíritu japonés no puede renunciar." La naturaleza absoluta de su espíritu, tal
cual es, campea clara y abiertamente en una esquina de Satagaya, no cae jamás en la
melancolía, aunque le corten la cabeza. El espíritu japonés, poco importa lo que se diga,
está firmemente establecido y no morirá. Hideyoshi era así, Kusonoki Masashige también.
Con lógica comprendieron la lógica. Pero más aún, con este cuerpo vacío de la ignorancia
que puede morir en cualquier instante, ellos cumplieron una acción eterna más allá de la
muerte. Dicho esto, utilizamos en general este cuerpo vacío para comer demasiado y
embotar nuestro sistema digestivo, para beber demasiado y atrapar una cogorza, para
descuidar nuestro trabajo y desear un salario. Si por una parte este cuerpo vacío de la
ignorancia puede cumplir una acción del universo entero, por otra, las acciones limitadas
cumplidas por esta naturaleza absoluta del espíritu pueden no solamente no ser moderadas,
sino que incluso se obra mal. Es verdaderamente extraño.
Decís que no sabéis cómo resolver Mu, el koan de Joshu. Cuentan que uno se puso a
cuatro patas y ladró: "¡Guau, guau!", y que esta respuesta fue admitida. ¿Hay algo más
estúpido? Eso demuestra una total ignorancia de las circunstancias antiguas que rodeaban
este koan. "Si en la oscuridad oís la voz de un cuervo que no emite ningún sonido,
¿pensaréis que es un macho o una hembra?" Para pasar este koan, dicen que alguien se puso
los dedos en las orejas, cerró los ojos e hizo ruidos roncos: "¡Kaa, kaa!." ¿Hay algo más
idiota?
¿Lo que yo hago tiene vida? ¿Cuándo, cómo, eso tiene una vida? A menudo la gente
no puede dejar de fumar aunque el médico le diga que eso es peligroso para los pulmones...
. Eso es la vida de la sabiduríadel cuerpo del dharma. "La verdadera naturaleza de la
ignorancia, el cuerpo vacío de la ilusión, es el cuerpo del dharma." Si no se lee
atentamente, uno pasa totalmente por encima de estas dos frases. Pero el ser ignorante es el
Buda; exactamente tal cual es, es Buda.
Eso puede parecer un buen negocio, pero no lo es. A decir verdad es una afirmación
muy constreñida. A causa de ella, estas criaturas de la vida y de la muerte viven una vida
sin ida y vuelta. Aunque haya nacimiento y muerte, encontrar una vida sin escapatoria que
ni va ni viene y, una vez certificada ésta, trabajar verdaderamente para esclarecerla, tal es la
práctica budista. Allí, por primera vez encontramos una perspectiva luminosa. Las cosas ya
no son solamente este lugar limitado sino un yo eterno. Y sin embargo, las cosas que hace
la gente están limitadas a los lugares donde llegan, y son tan inestables como los precios del
mercado. Eso no es bueno. Hay una historia de los primeros años de la era Meiji sobre uno
que intentó vender por cincuenta yens la pagoda de cinco plantas de Horyu-ji. Otro cogió la
imagen lacada de Buda ante la que se prosternaba día tras día, la pisoteó y la quemó. ¡Qué
sacrilegio! Pero los seres humanos están siempre motivados e inducidos a error por sus
circunstancias limitadas.
La gente está totalmente falta de autenticidad. Es parecida a las gotas de rocío. Está
totalmente extraviada por pérfidos granujas. Y su vida se vuelve irrevocablemente
determinada, sin posibilidad de cambio. Así que si no tenéis aquí el satori, si no realizáis
que esto es "eso", no solamente seréis engañados por los otros, sino que además vuestro
nacimiento en tanto que seres humanos no tendrá ningún valor.
Una vez asido realmente el cuerpo del dharma, comprendemos que todos los seres
sensibles tienen la naturaleza de Buda, y que la hierba, los árboles y el país, todo alcanza la
budeidad. Esto está bien tal como es, y aquello también está bien tal cual es. Todo es así.
En otros términos, comprendemos que todo es normal. No por haber alcanzado la edad de
sesenta años somos mejores. Quince años están bien en tanto que quince años. Doce años
en tanto que doce años. No nos volvemos mejores porque envejezcamos. Si comprendemos
que las cosas están muy bien tal como son, entonces la condición normal es buena. Y no
podremos hacer nada si esto, en tanto que adultos, no lo hemos comprendido.
Se debería también llamar a los diecisiete caracteres chinos que van desde "No
ves..." a "...el cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma", introducción de Yoka
Daishi. Los antiguos dicen igualmente que en particular las dos frases: "La verdadera
naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda; el cuerpo vacío de la ignorancia es el
cuerpo del dharma", son un resumen del Shodoka. Este resumen se presenta bajo la forma
de una pareja. Dado que las frases van por pares, dos frases forman un resumen. Están estas
palabras: "La naturaleza propia absoluta va y viene sin sustancia, el cuerpo vacío e ilusorio
tiene un nacimiento y una muerte."
Desde el punto de vista budista, los seres ignorantes y Buda no son más que uno.
Uno se convierte tanto en los seres ignorantes como en Buda. El cuerpo del dharma y el
cuerpo vacío e ilusorio no están separados, son idénticos. El cuerpo del dharma es el
cuerpo vacío de la ignorancia. El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma.
Poco importa que uno sea capaz de hacer fácilmente una conferencia sobre los
sutras. Dar una conferencia sobre los sutras no requiere estudios académicos demasiado
difíciles. Pienso que con el progreso de la cultura habrá probablemente una estación de
radio consagrada a grabaciones académicas. Esto no tiene porqué tardar diez mil años; cien
o doscientos años deberían bastar. Es agotador leer libros. Lo único que tendremos que
escuchar en público, los ojos cerrados, será una grabación. Como cuando se conecta una
emisora de radio, cuando se haya sintonizado esta grabación, se podrá pasar directamente
sobre el capítulo, el párrafo, el artículo que se desee oír. En el futuro, los aparatos se
volverán cada vez más pequeños. Quizás podamos meter uno en el bolsillo y escuchar el
tema académico que deseemos oír en cualquier momento que elijamos, incluso acostados.
No tendremos necesidad de escribir un montón de cosas en cuadernos y aprenderlas de
memoria antes de un examen, como lo hacemos hoy día. En ese punto, el estudio ya no será
importante.
Nosotros mismos, como quiera que sea, al margen de los asuntos llamados de
estudio, tenemos el dharma de Buda. La ciencia llamada dharma de Buda podría ser
registrada, pero nuestro propio y auténtico dharma de Buda, "monedas contantes y
sonantes" que son nuestra real vitalidad humana, no puede ser registrada.
Hay un proverbio que dice: "Aunque no haya comido nada, el samurai se cuida los
dientes con esmero." Esto que hacían los samurais era muy interesante. Era algo vivo.
Pienso que no ha habido jamás una educación tan perfecta como la de los samurais
japoneses. No tenían necesidad de la vida. Si tenían el estómago vacío lo soportaban.
Aunque no tuvieran nada para comer, no se quejaban nunca. Por eso hubo hombres como
Senmatsu, que dijo: "Aunque mi estómago esté vacío, no diré que tengo hambre." La vida
del samurai era exaltante. Más que exaltación, llegaban a la Vía llevados por una fuerte
claridad. Ese es el resultado de la práctica zen emprendida por los samurais. Los diferentes
clanes entraban en competición para hacer progresar el bushido.
A decir verdad, uno tiene el sentimiento de que este verso expresa la sustancia del
Shodoka. No solamente la sustancia del Shodoka, sino también la esencia del Zen y el
sentido general del dharma de Buda. Verdaderamente es un verso de una gran delicadeza.
Cuando recibo algo de alguien, sólo siento tristeza. Al contrario, regalar me procura
un vivo placer. Verdaderamente, a mí me gusta dar. Si yo hubiera nacido rico, creo que
hubiera dilapidado mi fortuna en nada de tiempo. Pero, para mejor o para peor, no tengo
fortuna, por eso cada día tengo que esforzarme en conseguir lo poco que poseo. Esto no es
una ventaja ni un inconveniente.
Por eso el Buda llama al oro una serpiente venenosa... Hay una historia a este
respecto: Había una vez una pareja de viejos sin trabajo, un abuelo y una abuela que vivían
como mendigos. Shakyamuni pasó con Ananda cerca de donde vivían. Justo en ese
momento se desprende la tierra de una montaña vecina y piezas de oro empiezan a surgir
desde lo profundo de la tierra. Viendo esto, el Buda le dice a Ananda: "Hay serpientes
venenosas." Ananda dice también: "Hay serpientes venenosas", y continuaron su camino.
Los dos viejos oyeron la conversación de los viajeros. El viejo dice inmediatamente: "Voy
a echar una ojeada", y llama a la vieja. Llegados al lugar vieron las piezas de oro que
centelleaban. "¡Si esto son serpientes venenosas, no me importaría que hubiese miles!",
dijo. Cogió una y celebró una fiesta. Cogió otra y se compró ropa; al final se apoderó de
todas las serpientes venenosas.
Pero las piezas tenían grabado el sello del rey Ajatasatra; entonces siguiendo su
rastro la pareja de viejos fue arrestada. Estos se dijeron que si confesaban les quitarían sus
serpientes escondidas, así que hicieron entre ellos el pacto de no confesar en ninguna
circunstancia. Al final, estaban a punto de ser ejecutados. Fue entonces cuando el viejo
dijo: "Después de todo, sí que eran serpientes venenosas ¿no es así?" La vieja corroboraba:
"Ciertamente, eran serpientes venenosas!." Cuando les preguntaron si querían pronunciar
una última palabra, los dos al unísono gritaron: "(Eran serpientes venenosas!." A causa de
lo extraño de esta respuesta, los oficiales les interrogaron y la vieja pareja acabó por
confesar la verdad. Esta historia es el origen del dicho: "El oro es una serpiente venenosa."
Lao Tse dice: "La belleza no es una ventaja." Es una desgracia tener un rostro bello.
Siendo así, ¿es una suerte ser feo? ¿Quién podría decir tal idiotez? No se puede decidir
sobre tales asuntos. No tienen importancia. Porque una persona haya nacido bella o no, no
tiene porqué tener más o menos suerte que cualquier otra. Eso es una cosa que la gente
decide por su propia cuenta. La gente se queja siempre: "¡Usted es tan guapo, y yo no valgo
nada!." Pero eso no es tan importante. Valoramos una situación pasajera y por su causa
gemimos y envidiamos a los otros. Los hombres son criaturas extrañas. El rico mira al
pobre de arriba a abajo. El que tiene buen aspecto es arrogante. Una persona inteligente se
da aires de importancia. Pero, ¿qué es lo que cuenta? Después de muertos no queda nada de
nada. Si este género de cosas no hubiesen nacido, no existirían. No han aparecido más que
por un breve período.
...Creo que los seres humanos somos el moho segregado por el calor y la humedad
de la tierra. Hemos aparecido exactamente como el moho. En la noche se ven a menudo
champiñones que surgen de ninguna parte. Eso es lo que somos. Después las ideas
comienzan a germinar. El champiñón se vuelve champiñón parlante. Es por tanto un
champiñón lleno de ilusiones, muy complicado. Es un champiñón que raramente tiene el
satori, pero cuyo corazón está lleno de una terrible maldad. Y además, es un champiñón
que habla de cosas raras como la cultura, progreso, el pensamiento y la filosofía. Pero todo
esto es bien conocido.
Todo el mundo habla de cultura, cultura, cultura. Pero, ¿tenemos una verdadera
cultura? Incluso en los tiempos míticos la cultura estaba corrompida. Por eso el budismo
habla de la edad masa. Incluso en la guerra hay una gran diferencia entre los tiempos
antiguos y la actualidad. Antiguamente uno anunciaba su nombre y después desenvainaba
el sable. Pensaban que el uso de flechas era una cobardía. Pero en nuestros días, las
metralletas, el gas y los aviones siegan a la gente. Sólo en eso se ha progresado. La victoria
o la derrota vienen rápidamente. Antiguamente, incluso la conquista de los Ezo tardó tres o
cuatro años.
Esta es la clase de progresos que hemos conseguido. Pero la esencia de los seres
humanos no ha evolucionado en absoluto. La prueba es que un hombre como Shakyamuni
no ha aparecido dos veces. Alguien como Bodhidharma no se ha manifestado de nuevo;
tampoco a vuelto un maestro zen como Dogen. Si se miran las cosas de frente, nos damos
cuenta de que sólo aparecen tipos como yo, y esto es insignificante. ¿Es que comer
chocolate constituye un gran progreso cultural? ¿Es que calzar sandalias con las suelas de
plástico es tan maravilloso? No, eso no tiene nada de sensacional. Es más extraordinario
llevar sandalias de paja.
Este despertar completo al cuerpo del dharma nos asegura que estamos en un
continuo con el universo. Y porque estamos en este continuo con el universo, tenemos vida.
La cuestión es actuar en continuidad con el universo.
En la provincia de Ibaraki hay un lugar que se llama Makabe. Hace mucho tiempo
que vivía allí un criado que se llamaba Heishiro. Un día de gran frío acompañaba a su amo
en un largo viaje; su amo estaba dentro de la casa, y el criado metió las geta de su señor en
el interior de su kimono para calentarlas. Repentinamente el amo decidió partir y Heishiro
saco las geta de su kimono. No tuvo tiempo de arreglar las correas y las colocó de cualquier
modo. Pero el amo no comprendió que Heishiro había metido las geta dentro de su kimono
para calentarlas. Pensó que el inútil de su criado se había sentado sobre sus geta, así que
cogiendo uno de los zapatos ¡Plaf! golpea la frente de Heishiro. Heishiro se ofendió mucho.
"¡No solamente no ha visto que he calentado sus geta, encima me golpea la frente!." La
misma noche, para vengarse, se desliza fuera del castillo, llevando una de las geta. Estaba
obsesionado por la venganza y había decidido con este fin volverse monje y rezar por la
muerte de su amo. Seguidamente, practica el budismo con todo su corazón, y parte a
practicar a China a un lugar llamado Kinzan. Pero cuanto más maduraba su práctica, menos
capaz era de rezar por la muerte de su antiguo amo.
Después que hubo vuelto al Japón, el emperador cayó enfermo y el monje de Kinzan
recibió la orden de rogar por su curación. Y así se volvió muy célebre. Dado que no había
superior en el templo de Makabe, le ofrecieron el puesto y él acabó por encontrar a su
antiguo amo. Cuando volvieron a encontrarse, el monje llevaba consigo una geta podrida.
El señor encuentra eso extraño y pregunta: "¿Esta geta podrida es una especie de extraño
koan?." Entonces, por primera vez, el monje revela que él era el antiguo sirviente Heishiro
que había sido golpeado en la cabeza.
Un ghata de esta época dice: "Después que se despertó el cuerpo del dharma, nada
más existe. ¡Mirad! ¡He aquí a Heishiro de Makabe!."
Eso está probablemente expresado en algún dialecto local: "¡Eh, es Heishiro!." De
una parte estaba el viejo amo y de la otra el viejo Heishiro que en lo sucesivo se despertó
plenamente al cuerpo del dharma.
La frase que dice "La fuente original de nuestra propia naturaleza es la pura
naturaleza de Buda", significa también estar en un continuo con el universo.
Parece que cuando doy la vuelta al dojo, kyosaku en mano y que paso detrás de las
filas "nubes y agua", escalofríos recorren los músculos de la espalda como si yo fuera una
serpiente. De pronto, las posturas se enderezan, pero cuando el peligro se aleja, se dejan
caer de nuevo. ¡También tengo que golpear fuerte cuando uno se duerme, pero siempre para
recomenzar! He aquí lo que yo llamo "el zen del infierno." Si zazen es tan duro, ¿porqué
estos tipos se hacen monjes? No entiendo.
Hacer zazen para curarse de una enfermedad me parece menos aberrante. Un monje
vino a decirme el otro día se había desecho de su beriberi gracias al zazen. En dos o tres
meses, añadió. No se si ha recuperado de nuevo la salud pero ha adquirido una bella
postura, muy digna. Se dice que se cae enfermo cuando no se tiene nada que hacer, siendo
una buena ocasión para hacer zazen y curar de un solo golpe sus males de estómago
teniendo en cuenta que se está confinado en una habitación como en una lata conservas, y
que no se puede caer en la tentación de roer escondido, o de comer demasiado - lo que a
menudo es la causa del mal de estómago. Por otro lado, no hay tiempo para darse a
pensamientos ociosos cuando se oye el cimblar el kyosaku alrededor de si mismo, así el
espíritu desecho de cualquier otra preocupación, no vagabundea más allá. Que zazen
constituya una terapia infalible para los problemas psíquicos, a condición que sean ligeros,
estoy convencido, pero el objeto del zazen no es curar los cuerpos enfermos. No tenemos
tiempo verdaderamente para consagrarlo a sus pequeños males.
Hace algún tiempo tuve forúnculos en el culo, dos a la vez. En aquella época estaba
muy ocupado porque dirigía dos sesshines, una dentro de casa y otra fuera y no tenía
tiempo de llamar a un médico. Me dolía mucho al sentarme inmóvil y cuando el dolor se
volvía insoportable, me levantaba y andaba por el dojo. Está en mi naturaleza el golpear
con todas mis fuerzas cuando doy el kyosaku e incluso solo cuando paso, provoco una
tensión que de pronto endereza las espaldas. Entonces yo me decía andando que gracias a
estos forúnculos, ¡obtendré méritos infinitos!. Tenía una pomada, pero como tenía que
desplazarme de un sitio a otro sin parar, renuncié a los emplastos y dejé las cosas seguir su
curso. Se abrieron sin que me diera cuenta.
Enseguida viene el zen ávido. Siempre tenemos ganas de algo, como los espíritus
hambrientos y cuando un deseo se satisface, otro llega: "¡Como me gustaría este traje,
como me gustarían estos productos de belleza!" dicen las mujeres, y los hombres: "¡Si solo
tuviera mi sueldo!" Entre los espíritus hambrientos, muy pocos atormentados con el deseo
insaciable de hacer zazen, algunos, al contrario, desean el satori. En fin, queremos todo lo
que es bueno, bello y aspiramos ardientemente a la posesión de este objeto, tenemos
hambre de este objeto. Un espíritu ávido que practica zazen para obtener el satori no vale
mucho. Al obtenerlo, perderá la cabeza por una mujer y la misma palabra satori
desaparecerá en forma de humo como un cigarrillo. Por otro lado, el espíritu ávido nunca
está satisfecho. Cuando ha obtenido algo, se disinteresa. Cuando tiene dinero, quiero el
poder; cuando el poder, necesita la gloria.
El zen humano comporta también seres raros. Se dan una bella apariencia. Algunos
se hacen una raya, otros se dejan crecer la barba, llevan el kimono por encima de la ropa
urbana, así transpiran abundantemente. Les gusta el dinero y dependen de él. Además de su
coquetería y de su amor por el dinero, tienen supersticiones extrañas.
El zen celestial es él del éxtasis. Nos gusta zazen. Nos sentimos bien, sentados e
inmóviles, felices.
Hasta ahora, haciendo zazen, nos hemos quedado en el mundo del común de los
mortales. Hemos girado la rueda de la vida en los seis caminos o condiciones de existencia.
Hay tipos que practican zazen y que se quedan dando vueltos alrededor de encrucijadas.
Que utilizan la postura de zazen para reforzar su hara, encontrar el éxtasis, vivir mejor o
comer sanamente, todo eso está fuera de nuestro propósito y no vale la pena hablar de ello.
Desde la época en que Buda enseñaba, se han contabilizado noventa y seis errores de
practica y eso incluye cantidad de cosas.
El zen de los seis caminos o condiciones de existencia se sitúa fuera de la Vía, pero
los zen Shômon y Engaku están en el interior de la Vía. Estos últimos están hundidos en la
enseñanza del Buda, pero quedan todavía hombres ordinarios. Cuando se conviertan en
Bodhisattva, tomarán un lugar entre los santos, porque han escapado de la fortaleza de los
hombres ordinarios.
He enumerado todos los zen de mala calidad para que distingáis claramente el zen
del Buda. En el momento en que entendáis, todos los demás desaparecen. El infierno, la
avidez, la animalidad, la cólera, el humano, el celestial, incluso el Shômon o el Engaku,
todos estos estados de conciencia ya no existirán. Cuando zazen es fuerte de pronto, de
golpe, se realiza el zen de Buda. Dicho de otro manera, se comprende que somos Buda.
Las "Seis Perfecciones" se llaman las seis paramita. Son las virtudes que practica el
bodhisattva para alcanzar la otra orilla. A saber: el don, los preceptos, la paciencia, la
energía, la concentración y la sabiduría.
En nuestra época, cuando se habla del don, se piensa en una suma de dinero
concedida a un monje o a un templo. Aquí, significa practicar sin contar con un provecho
personal, ya sea de cosas materiales como el dinero, e incluso el satori o el paraíso. No solo
no deseamos el paraíso, sino que no tenemos miedo del infierno. El don metamorfosea la
vida cotidiana. Hace aparecer un hombre nuevo que no necesita nada, incluso de la misma
vida. Es un individuo formidable, libre, suelto, abierto y no convencional.
Nos equivocamos al pensar que los preceptos están fundados sobre las
prohibiciones. Está escrito: "En los preceptos la noción de castigo eterno no existe." Los
preceptos son virtudes fundamentales que llevan al hombre a hacer lo que es justo. No es
un problema de prohibición.
Tenemos menos tentación de excesos cuando hay que abrir las cuerdas de la propia
bolsa. Al contrario, si dais prueba de vigilancia cuando alguien os ofrece beber gratis
practicáis shojin. He elegido el celibato, y me pregunto a menudo como puedo vivir esta
vida. Quería decir a propósito de esto que sino se puede controlar uno mismo, es mejor ir a
la cárcel donde solo hay celibatarios. Un preso a perpetuidad está obligado a vivir en el
celibato. Incluso los caballos, excepto los sementales, viven solos. Si estos animales
soportan su vida sin sufrir problemas psíquicos, ¿cómo el hombre este rey de la creación no
es capaz?
Las seis perfecciones en realidad son solo una. Si las actualizamos en nuestra vida
cotidiana, engloban toda nuestra actividad física y psíquica. Por ejemplo, cuando se
practica el don, se come lo que es necesario sin desear más y se uno se comporta igual
cuando está invitado. La energía hace que por la mañana, os levantéis sin dilaciones. No os
apeguéis a vuestra cama hasta que vuestra mujer os llame, porque en este caso es un don
miserable. Todo esto es una cuestión de sensatez, lucidez, sabiduría. Hay que coger la
esencia de seis perfecciones sin disociarlas. Coger la esencia es comprender el zen del Buda
y comprender el zen de Buda es convertirse en Buda.
En realidad, lo más difícil es comprender como se puede, de golpe, convertirse en
Buda. Tenemos el ejemplo de un ladrón: "¡Mira alguien ha olvidado su reloj!" y ¡hala!
Como quien no quiere la cosa se lo guarda en su bolsillo. De pronto, se ha convertido en
ladrón. Así de rápido, podemos convertirnos en un espíritu ávido o en un bruto.
De todos los métodos de enseñanza es el más eficaz. Podemos estudiar solos una
vida entera sin ningún provecho. Lo mismo pasa con el manejo del sable y todas las
prácticas. No es suficiente gritar "¡Ya, ya!" sin razón y golpear, pues podéis estar seguros
de que corréis a vuestra perdición. Pero conforme a las reglas, si os ponéis en guardia y
vuestra postura es justa apuntando "¡ya!" tocáis al adversario. Todo el secreto está en la
postura. El maestro la ha heredado de sus ancestros y en que sigáis o no su enseñanza, está
la diferencia.
Conozco una anciana que enseña a sus nietos la costura, la ceremonia del té, el koto
y toda clase de cosas. Tuve la ocasión de verla hacerlo. Cuando se limpia un cuello de
crêpe japonés, frotándolo demasiado fuerte con jabón, se reduce y se arruga. La abuela
llamó a su nieta y le dijo: "¡Mírame como lo hago!" Hizo calentar agua en una marmita
hasta que hirviera a borbotones y pidió a su nieta coger una extremidad de la tela y
estiraron cada una de un lado, por encima del vapor para distenderla, después la puso a
secar.
Este ejemplo de savoir faire enseña exactamente lo que entiendo por tradición oral.
Todo lo que me oís decir sobre la enseñanza del Buda es un tradición oral, porque ella sola
permite coger los secretos y entenderlos bien, incluso si acabamos siempre por escribirlos
en un papel. La transmisión secreta hace ver al instante, por eso es tan importante. Zazen es
el secreto de la enseñanza de Buda que desde la antigüedad los maestros se enfloraron a los
discípulos: "¡Estirad los músculos de la espalda! ¡Empujad el cielo con la cabeza!
¡Empujad los intestinos, el pecho hacia afuera, es normal! ¡Dejad caer los hombros....!"
¡Sino conocéis la tradición oral, venís a hacer solo tres días de sesshin y estáis tan
agarrotados que lloráis! En la practica hay cantidad de experiencias como esa. Constituyen
la transmisión secreta y se enseñan de generación en generación. Las obras de Dogen, el
Fukan Zazengi y los dos capítulos del Shobogenzo, Bendowa y Zanmai ô zanmai así como
el zazen Yöjin-ki de Keizan Jokin pertenecen a esta tradición.
Un maestro preguntó a un joven monje que hacía zazen: "¿que haces?" El joven
monje le contestó "no hago nada" "¿¡Cómo no estás haciendo zazen!?" dijo el maestro.
"No, no hago nada, ni siquiera zazen." Este joven monje practicaba un zen muy fuerte.
Respiraba. Nada más penetraba en él. No hacía zazen para obtener el satori u otra cosa.
Estaba simplemente sentado en zazen. Es lo que se llama shikantaza: Estar completamente
concentrado en el acto.
Un día, un tipo listo, me dijo "Entiendo que la Vía de un monje sea shikantaza pero
yo, ¿puede ser shikantaza bebiendo un vaso de whisky?" Algunas personas interpretan
lógicamente que se puede practicar durmiendo, comiendo o divirtiéndose. Claro que se
puede, pero no será fácil para el que no haya hecho la experiencia de vivir shikantaza en la
mesa, en la cama o en los servicios. ¡Toda el problema está aquí!
En los últimos tiempos, repito siempre la misma cosa: el dinero está hecho para ser
gastado. Ahora bien, en nuestra época, demasiada gente se deja manipular y someter por el
dinero. Si heredan de sus padres, se convierten en esclavos de su fortuna y llevan una vida
de guardianes de caja fuerte sin hacer ninguna otra cosa.
En la rama Sôtô del zazen, los niños aprenden de memoria el Gakudô Yôjinshû.
Cuando son adultos, les queda en la memoria este texto pero lo entienden porque no se ha
restituido a las palabras la sustancia de la vida cotidiana. Ven las palabras sin comprender
su sentido. Hay que vivir verdaderamente las palabras.
"Transmitir simplemente términos, hacer recitar nombres, enseñar las joyas de los
demás de la mañana a la noche, todo eso no vale nada". "La palabra está verde, el término
no está maduro". ¡Esto está bien dicho! "Comprender de un golpe el zen de Buda" es
"fundar su práctica en las ilusiones y producir el espíritu de despertar antes de
comprender". Convertirse en Buda, es estar simplemente sentado en zazen. Discernir el
camino, es seguirlo. Práctica y despertar son solo uno. No hay que despertar sin practicar.
Practicando, es decir practicando en medio de las ilusiones, el despertar se produce
antes que seamos consientes. ¿No es eso una práctica maravillosa? Después cada práctica
emite una luz dulce que aclara el despertar original. Eso es lo que se entiende por
"comprender el zen de Buda". Claro que es evidente que leer libros sin practicar no sirve de
ayuda en la Vía del Buda.
Me preguntaba siempre que libros hay que leer para comprender el zen. Si estoy
tumbado, contesto sin moverme "tengo prisa, ven a hacer zazen todos los días". Esta clase
de preocupación hay que situarla en la serie de las pasiones. El zen es "hacer". El problema
está sobre todo en no cometer errores "haciéndolo". Doy explicaciones, casi siempre
cogiendo a la gente de la mano y enseñándole como sentarse. Soy extremadamente severo
con lo que concierne a la postura.
Zazen, es sentarse sin desear nada. Se habla de eternidad, pero la eternidad según la
Vía del Buda es practicar aquí y ahora. Si llego a hacernos entender eso en lo más profundo
de vosotros mismos, ¡no viviréis hasta los 50 años en la oscuridad! Pero sino cogéis este
punto esencial, no podréis seguir la Vía del Buda. Zazen también es practicar los preceptos
aquí y ahora. ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡La vida es una sucesión de "ahora"!
Haciendo zazen, hacéis cuerpo con el universo y la esencia de todas las cosas y en
consecuencia estáis sin ego. Cuando abandonáis vuestro ego, encarnáis la paciencia y esto
vuelve a decir que zazen es paciencia. Hay que hacer lo que está en la Vía y no hacer lo que
no está, eso da bases sólidas a vuestra vida cotidiana y os pide mucha energía. Viviendo de
conformidad con la Ley de Buda, lleváis juicios lúcidos y llenos de sabiduría. Es así como
"las seis perfecciones y las diez mil prácticas se realizan perfectamente en nuestro cuerpo".
El cuerpo significa el cuerpo del zen del Buda. Este vuelve a decir que las seis perfecciones
y las diez mil prácticas, así como todas las prácticas de la Vía del Buda están contenidas en
el zen de Buda. Las dos frases de este verso son extremadamente importantes, pienso son el
corazón del poema.
Los cinco skandha son la forma, la percepción, las ideas, la volición y la conciencia.
La forma comprende todas las cosas materiales. El sujeto y el objeto. Dicho de otra manera,
los ojos, las orejas, la nariz, la lengua y el cuerpo; y la forma, el sonido, el olor, el gusto, el
tacto y el dharma; las cosas que se pueden ver sólo con un microscopio o un telescopio; las
cosas que no se pueden escuchar mas que en la radio; diversos sonidos, olores y gustos...
todo esto es llamado forma.
En el libro titulado Isan No Kyosaku encontramos esta frase: "El sueño reside en el
cuerpo del dharma, forma en el vacío." Eso mismo es el champiñón. El champiñón, como
si él fuera muy grande, dice: "¡No me haga perder la cara!" "¿Quién es usted? Su cara no
tiene nada de especial." El champiñón responde sin avergonzarse: "¡Me ha deshonrado!"
"¡Pero si usted no es más que un champiñón!." Aunque este champiñón viva mucho tiempo,
no puede vivir cien años. Visto con un poco de perspectiva no es más que el champiñón de
una noche creado a partir de la vida del universo; de pronto surge y desaparece
repentinamente. No tiene ninguna importancia.
En algún lugar, hace mucho tiempo, un monje hacía zazen. Llegó un demonio con
un cadáver sobre los hombros y lo dejó caer delante del monje. Después de éste, viene otro
demonio que dice: "Dame ese cadáver." "¡Qué estás diciendo! Yo lo he acarreado aquí a
costa de grandes dificultades", dice el primer demonio, y empezaron a pelearse. Pero se
dieron cuenta de que su disputa no tenía salida, así que decidieron someterse al criterio del
monje. El segundo diablo dijo: "Yo he traído esto, ¿no es verdad?." El monje responde:
"Ese otro tipo lo ha traído aquí." Entonces el malvado demonio le arranca un brazo y lo
devora. "¡Qué miseria!" -dice el primer demonio- "¡Ocurrirme esto a mí!." Le quita un
brazo al cadáver y se lo pega al monje. El malvado demonio se apodera entonces del otro
brazo del monje y lo devora. El primer demonio lo reemplaza de la misma manera. Las
piernas también siguieron el mismo camino, y después la cabeza. De esta manera, mientras
que el monje hacía zazen, sus verdaderos miembros fueron arrancados y reemplazados por
los del cadáver. Ya no quedó nada de su yo original.
"Este no es el cadáver objeto de la batalla y esto no soy yo. ¿Qué es por tanto?."
Si reflexionamos sobre esto, es extraño que nazcamos sin ego. Antes de nacer,
permanecemos en la matriz. Minúsculas partículas en forma de cuchara saltan y se
precipitan hacia delante. Primero los champiñones del padre van al encuentro de los
champiñones de la madre, y enseguida, ¡Paff!, una célula única es creada. Este champiñón
situado justamente en el centro de la matriz, poco a poco, por un proceso metabólico, se
vuelve viable. Sin preocuparse del ego, nace. Una minúscula cosita ha nacido. Después se
pone a mamar del pecho de su madre y crece. Ingiere alimentos, come lo que necesita y
deja caer el demonio en los retretes. Después, nuevamente en un restaurante engulle al
demonio. En el baño, le corre el sudor; en la peluquería caen sus cabellos. De esta manera
metabolizamos nuestro camino hasta aquí y así, "Las nubes flotantes de los cinco skandhas
van y vienen sin rumbo."
El espíritu es exactamente igual, como en la frase: "Las burbujas de los tres venenos
se elevan y se desvanecen sin sustancia." Los tres venenos son la codicia, la cólera y la
estupidez. Los tres son burbujas en la superficie del agua. Antiguamente Shokusannui dijo:
"En este mundo, río a la deriva, los movimientos del espíritu son las burbujas." Todo el
mundo es una burbuja. La gente se lamenta o se alegra, ama o detesta, dice que eso es
mentira o verdad. Pero esta clase de cosas es "cuando uno se despierta plenamente al
cuerpo del dharma, ningún objeto existe", es: "La fuente original de nuestra propia
naturaleza es la naturaleza de Buda."
Desde el punto de vista humano, podemos ver esta realidad. En nuestra época, los
hombres, especialmente los intelectuales, esa gente acostumbrada a pasar exámenes y capaz
de llenar un papel sobre no importa qué tema, intenta hacer correr su pluma para
describirla, pero cuanto más lo intenta, más se sustrae de ella y lo que sale de su papel hace
pensar en una minúscula pequeña caquita.
Uno me ha dicho que un magistrado decía con gusto: "en todo hombre veo un
criminal." Decía sin duda la verdad. Este hombre se reconocía a sí mismo en las mentiras,
por lo que es normal que piense en términos de culpabilidad.
El hombre ordinario de nuestro mundo dirá que yo no soy un Buda, sino un hombre
como los demás porque me mira con gafas de color de hombre ordinario. Cuando lleva
gafas azules, ve el mundo en azul. Si tienen el color del deseo, no ve más en el mundo que
objetos de deseo.
Un día en las letrinas, un gusano cae sobre una placa de hielo. Mirando a este pobre
gusano en peligro, un alma compasiva vino a socorrerle y le depositó en un lugar donde
pudiera tener calor toda la noche. Al día siguiente, estaba muerto. Lo que para este hombre
era la felicidad, no era la felicidad del gusano. Nos equivocamos al pensar que lo que hace
la felicidad o la desgracia de los unos sirve también para los otros.
Hay que desarrollar el poder de nuestro ojo para ver de una sola mirada al pobre o al
rico, al hombre o a la mujer. Cuando consideramos solo la felicidad de uno o de otro, no
vemos nada. Cuando abrazamos todas las cosas de una sola mirada, dominamos el
universo. De todas las formas, no se pueden hacer las cosas hasta la mitad, o pararse en el
camino. No podemos quedarnos suspendidos en el aire. Hay que ir hasta el final y alcanzar
la meta, el punto donde nos despertamos a la verdadera realidad.
Está dicho en un poema: "Nacimiento y muerte van y vienen, verdad del hombre.
Para él los cuatro elementos y los cinco agregados son indestructibles." Se considera por
error que un nacimiento es un feliz acontecimiento. Pero se puede nacer deforme o idiota.
Entonces, no hay que meter sistemáticamente un nacimiento en el cajón de las felicidades.
También la costumbre de decir que la muerte es un evento desgraciado. En verdad,
tendremos que alegrarnos. El motor que produce nuestros sufrimientos ha dejado de girar.
Apercibís una mujer guapa, una pasión nace, miráis un buen plato, otra pasión surge. Se
diga como se diga, es nuestro cuerpo el que las produce y el día en que desaparecen,
deberíamos dar un soplido de alivio "¡Uff! por fin me he desecho de mi cuerpo y de los
sufrimientos de la vida!"
No Hay Impase
Cuando nos despertamos a la verdadera realidad: "Al instante, nuestros actos más
infames se aniquilan." Se pensaba que el cometía un crimen capital caía en el infierno
Avichi donde sufría sin un solo instante de descanso. Un instante, en terminología budista
es verdaderamente un instante corto: el tiempo de doblar el dedo índice dividido por sesenta
y dos. Lo que se entiende generalmente por sufrimiento no es un producto ya hecho, salido
de una caja. Cada uno de nosotros, según su carácter, tiene su propio sufrimiento y
fundamentalmente, si el sufrimiento y del placer, es como si nos despertáramos de un
sueño, en el instante tenemos un visión justa de la verdadera realidad y aprehendemos el
universo. Las ilusiones se desvanecen cuando aceptamos el sufrimiento tal como es y el
placer tal como es, lo mismo que: "Al instante, nuestros actos los más infames se
aniquilan." El infierno donde el sufrimiento no el descanso, desaparece.
Está escrito en un sutra: "El que se despierta a todos los Budas del pasado, del
presente y del futuro, ve naturalmente la esencia del mundo de la Ley donde todas las cosas
hacen Uno." Ver naturalmente la esencia del mundo de la Ley es precisamente abrazar el
universo de una sola mirada. La multiplicidad se convierte en unidad. Quiero, bien, quiero.
Odio, entonces odio. Soy yo como soy. Tú eres tú, tal como eres. Yamaoka Tesshû escribió
en una pintura del Fujiyama: "Con el tiempo claro o bajo las nubes, la montaña del Fuji es
bella, su silueta permanece igual." Así es la Verdadera Realidad.
"Si utilizo las mentiras para equivocar a los hombres, que caiga para siempre en el
suplicio de la lengua arrancada." Yoka Daishi jura que su testimonio es verdadero, sino que
caiga en el infierno de los mentirosos donde se arranca la lengua a los que confunden a las
gentes.
Ayer hablé de los momentos de nuestras acciones. Una acción se realiza sólo
cuando la hacemos. En verdad, no existe antes y no existe después, existe en el momento
mismo, en la totalidad del momento presente. Así, en nuestra vida, vamos de momento en
momento, como los puntos en la línea del kesa que hacen una línea recta. Nos equivocamos
pensando que nuestra vida es sólo una línea del nacimiento a la muerte, nos equivocamos
pensando que el tiempo es algo paralelo a nuestra vida, que tenemos que correr detrás o que
ya ha pasado. Es verdad que la vida pasa como una flecha pero el tiempo es nuestra
existencia y la existencia es el tiempo, el ser-tiempo.
Así, en el tiempo del zazen podéis entenderlo porque toda nuestra atención está
lista, preparada, y es por eso que os gusta zazen.
También, si uno decide totalmente practicar zazen, es la misma decisión que cortar
su karma, cambiar sus acciones y, tarde o temprano, el mal karma cambia. No nos damos
cuenta que era la misma decisión que la de empezar a practicar la Vía: empezar a buscar la
verdad.
Cuando uno viene cada mañana y sigue repitiendo zazen cada mañana, es seguro
que su karma cambiará. Antes de entrar en el dojo por la mañana, hay pocas ocasiones de
tener un mal karma. Las primeras acciones son muy naturales: despertarse, lavar su cuerpo,
vestirse, venir al dojo. Naturalmente, queda siempre el espíritu, los pensamientos, las
voliciones. Pero una vez en zazen, una fuerte atmósfera en el dojo y el espíritu se
tranquiliza, cambia; sólo queda la observación, la observación de la postura y la
observación de la actitud del espíritu. ¿Cómo pensar durante zazen?. No lo que pienso,
sino, ¿estoy pensando o no estoy pensando?. La observación no deja huellas. Y
naturalmente, cada zazen, una pequeña semilla de sabiduría se deposita en el granero de la
conciencia. Así, automáticamente, cambia el karma, sin querer, sin esfuerzo;
automáticamente aparece Bodaishin.
Bodaishin, el espíritu del despertar, el espíritu que nos conduce a la Vía, el espíritu
que nos sigue en la Vía.
Recuerdo que yo sentí mujo muy fuerte cuando murió Etienne. Yo ya practicaba
desde hacía muchos años pero él tenía sólo 4 ó 5 años más que yo. Etienne Zeisler,
Mokusho Zenko, que era nuestro hermano mayor en el Dharma. Murió muy rápido y como
era joven, fuerte, guapo, me impresionó mucho. Pensé: "Ahora hay que practicar el amor,
no tener más celos o historias con la gente". Pero este tipo de decisión no se toma solo.
Así, cuando alguien cercano muere, a veces aparece Bodaishin, el espíritu del
despertar, algo que conduce nuestra práctica. Pero mujo trata sobre todo de nosotros
mismos, de realizar la impermanencia de nuestra vida; es decir, que a cada momento
podemos morir. Así, lo que trata, lo que enseña el Zen, el zazen, es cómo existir con mujo,
comprender la aparición y desaparición, cómo vivir sin pudrir nuestro espíritu, sin ser
egoístas.
El conocimiento que resulta del pensamiento, del espíritu, del saber, está atado a la
duración de la vida, que pasa cuando se paran la inspiración y la espiración. Por eso,
tampoco el conocimiento constituye un yo. Eso no es filosofía, es sólo observación. Seguiré
mañana hablando de Bodaishin, el espíritu del despertar, el espíritu que nos conduce a la
Vía.
Bodaishin, el espíritu del despertar. Hoy es viernes, hay poca gente en el dojo. Es
difícil levantarse para todos pero la acción de levantarse, venir al dojo, practicar zazen, es la
manifestación de un Bodaishin fuerte. No cambiar la decisión.
Nos apegamos a este cuerpo, esta existencia. Hacemos toda una historia alrededor
de nuestra existencia pero al principio, en el origen, son sólo dos gotas, una blanca y una
roja, que coexisten, que se encuentran en el mismo instante. La existencia; nos apegamos al
espíritu que dice: "Yo" o "Es mío, es mi mujer, es mi trabajo, mi casa". Nos apegamos a
nuestro convencimiento, nuestra experiencia, de que sólo están atados a la duración de
nuestra vida. ¿Qué pasa con todo eso cuando se paran inspiración y espiración? Es un poco
como enseñar a alguien una fotografía de nuestra primera comunión y decir: "Ese soy yo".
No es falso pero tampoco es correcto. El rostro del chico de la primera comunión puede
aparecer una vez u otra durante la vida pero no permanece, no existe como algo único.
Ayer bajé a la cocina para buscar un cuenco, un cuenco en el que se había servido la
guenmai, para hacer una masa, y observé que este cuenco estaba sucio de la guenmai de la
mañana. La cacerola grande también estaba sucia de la guenmai del martes. No es mucho
lavar cinco minutos. No es sólo el trabajo del responsable de servir la guenmai.
Normalmente cada uno, después de la guenmai, debería lavar su cuenco. Sólo dos minutos
y todo queda limpio.
Practicar zazen con el cuerpo y el espíritu juntos, pensar con el cuerpo. La postura
es la base, la postura es el despertar mismo. Al principio cuesta; las rodillas, la columna
vertebral. Es muy importante bascular la pelvis hacia delante, a la altura de la quinta
vértebra lumbar. Eso permite empujar bien el suelo con las rodillas y tener estabilidad,
equilibrio, una base fuerte, un contacto fuerte con la tierra. Y, a partir del punto de la quinta
vértebra lumbar, estirar la columna vertebral, estirar la nuca, como si quisiéramos empujar
el cielo con la cima de la cabeza. Entrar el mentón, dejar caer los hombros, acabar con las
tensiones, mantener los pulgares formando una línea recta, fuerte, y liberar, relajar el
vientre. Así, podréis concentraros en una espiración profunda que empuja los intestinos.
Hay uno que quiere una entrevista íntima, personal, pero ya le enseñé
personalmente qué hacer con las dificultades que tiene con la postura y no lo hace. He
dicho: "Si la rodilla no puede tocar el suelo, hay que poner algo debajo, algo blando, para
tener el mismo movimiento de la pierna y de la pelvis". Esa persona pone algo duro, así que
no ayuda a su rodilla a bajar, sino que se levanta, levanta la rodilla y desequilibra la pelvis;
eso es muy peligroso.
Zazen no es un juguete, una cosa más de la vida, zazen es la Vía. Hay que seguir
exactamente la postura transmitida, sino es peligroso.
A veces, un golpe fuerte de la vida nos hace realizar mujo y nos abre la Vía. A
veces, un golpe fuerte de la vida nos hace realizar mujo pero nos deja en el dolor del
sufrimiento y la pasión.
Un rey tenía una mujer maravillosa, hija de la tierra. Un día, ella se preparaba para
atravesar el gran mar y el rey estaba muy triste. Un ministro dijo para consolarle: "El rey
tiene la fuerza del conocimiento y sabe que su señora volverá sin tardar, ¿por qué sufre
tristeza?". Y el rey contestó: "Lo que me entristece no es pensar que mi mujer no volverá,
sino que temo que a su vuelta su juventud se haya fugado". Eso es sólo ver una parte de la
impermanencia. Es la misma mirada que apegarse a los bienes, posesiones o apegarse a su
propia inteligencia, como apegarse también a una juventud. Un cuerpo que ya se nos
escapa. Realmente, ¿qué edad tenemos? ¿Cuánto tiempo nos queda para practicar, para
buscar la verdad?.
Cuando realizamos mujo es como un fuego que se quemara sobre nuestra cabeza y
Bodaishin se manifiesta, la Vía se manifiesta.
Es como una historia de amor que empieza, dura y se acaba. Nacimiento, duración y
destrucción, oponiéndose mútuamente por su carácter y su naturaleza. Como no existen
juntos, la impermanencia no existe. Así podéis comprender la importancia de la
concentración en el momento presente. Durante zazen podéis comprenderlo sin pensar, sólo
por zazen, la práctica durante el presente seguido de otro momento presente. Podéis entrar
en ‘uchu ippai no zazen’: el zazen que llena todo el Universo, la guenmai que llena todo el
Universo.
A la pregunta: "¿Cómo un pobre hombre como yo puede tener la naturaleza de
Buda?", el maestro Kodo Sawaki contestaba: "Imbécil, ¡qué dices!, ¿no estás en el corazón
mismo de la naturaleza de Buda?". Si hechas a la calle tus ilusiones, estás en el centro
mismo de zazen. El problema no es tener o no la naturaleza de Buda. Cuando bebes alcohol
cada articulación, cada músculo, cada célula, tu cuerpo entero está borracho. Cuando haces
zazen tu cuerpo entero es zazen.
Hoy no quería que hiciese un mondo pero no hago el mondo, no es una pregunta
muy importante. Los kimonos de las chicas: las chicas que llevan su kimono por la mañana
son las chicas que hacen la campanita y que me ayudan. Si de un lado hay culpa, de otro
está bien, porque me ayuda para la ceremonia. No hay culpa.
Bodaishin existe antes de tener su nombre. Bodaishin es el espíritu que nos enseña
la Vía. Bodai es bodhi el despertar. También Do, la Vía. Hay un capítulo del Shobogenzo
que se llama Hotsu Bodaishin: "Establecimiento de Bodaishin, el espíritu del despertar".
Al principio de este capítulo, el maestro Dogen dice: "En general, hay tres clases de
espíritu: el primero es citta, que aquí en Oriente es llamado el espíritu que piensa. El
segundo es hridaya, que aquí en Oriente es llamado el espíritu de las hierbas y los árboles.
El tercero es vriddha, que aquí es llamado el espíritu concentrado y con experiencia. Entre
los tres, Bodaishin, el espíritu del despertar, se establece en relación con el espíritu que
piensa, citta. Bodai, bodhi, es el sonido de una palabra india y aquí lo llamamos la verdad,
la Vía. Sin este espíritu que piensa es imposible establecer Bodaishin". No quiere decir que
el espíritu que piensa es Bodaishin, el espíritu del despertar, sino que establezcamos
Bodaishin con el espíritu que piensa. Pero establecer Bodaishin, ¿qué es? Es hacer el voto y
esforzarse en que antes de atravesar yo mismo, haré atravesar a todos los seres vivientes.
Antes de liberarme, liberaré a todos los seres vivientes. Ese es el voto del bodhisattva.
Al final del Hannya Shingyo lo cantamos juntos: "Gyatei, gyatei, hara gyatei, hara
so gyatei, boji sowaka". Es un mantra, es decir, una fórmula de protección, de ayuda.
"Gyatei, gyatei, hara gyatei, hara so gyatei, bo ji sowaka": "Vamos, vamos todos juntos a la
otra orilla, a la orilla del satori, del despertar". Así, desde el principio, Bodaishin enseña el
verdadero mushotoku, sin meta personal, la verdadera interdependencia entre los seres
vivientes.
Eso era una pregunta que hizo un monje al gran maestro Yakusan. Le pregunto:"
¿En que piensa usted cuando está en la postura de la montaña inmóvil?." El maestro
contestó:" Pensando en el estado de no-pensar". El monje dijó:"¿Cómo el estado de no-
pensar puede estar pensando?". Yakusan contestó:" Hishiryo".
Así empieza el Zazenhin. El como pensar durante zazen, como no-pensar; hishiryo.
A la pregunta del monje el maestro Deshimaru ha traducido:"Practico shiryo a propósito de
fushiryo. Shiryo es pensar, fushiryo es no-pensar. No podemos pensar en no-pensar;
hishiryo.
Yakusan era descendiente de Eno, el sexto patriarca: Eno, Seigen, Sekito, Yakusan.
Es la línea soto, siglo IX.
Así, ahora Dogen habla de la transmisión del soto zen. Transmitir el katsumyaku, la
transmisión ko. En un kanji que representa dos manos y un cuenco. Dos manos que ofrecen
un cuenco, ko, transmisión, ofrecer, dar, recibir.
Las palabras pensando en no pensar no son un nuevo medio inventado por Yakusan,
sino que incluyen el pensar como la piel, los huesos, la carne y la médula. Incluyen el no-
pensar como la piel, los huesos, la carne y la médula. También eso es la transmisión de
Bodhidharma a sus discípulos, los cuatro.
A uno le dijó:" Has recibido mi piel"; al segundo le dijo:"has recibido mis huesos";
al tercero le dijo:" has recibido mi carne"; y al cuarto, Eka, el segundo patriarca, le
dijo:"has recibido mi médula".
Esta claro que aunque el estado de no-pensar existe desde mucho tiempo, siempre es
impensable a cada momento. ¿Cómo podría estar pensando?. Y en zazen ¿cómo podría ser
imposible que el pensar existe?, ¿por qué la gente no entiende que zazen está más allá del
pensar y del no-pensar?
Zazen; aunque está el "yo", no es sólo pensar, es sostener la cabeza de zazen. Cuando
practicamos zazen sólo como el acto de zazen, en ese mismo instante el ego personal que
piensa no existe más. Eso podéis comprobarlo, practicarlo. Zazen solo realiza, zazen solo
actúa. Y aunque zazen sea zazen, ¿cómo zazen podría pensar en zazen?
Entonces zazen está más allá de la capacidad intelectual del Buda, más allá de la
capacidad intelectual del Dharma, más allá de la capacidad intelectual del estado de
realización, más allá de la comprensión intelectual y de la capacidad intelectual de la
comprensión misma.
Ahora está criticando el zazen equivocado como es de pensar, que zazen es borrar el
mental o poner la mente en blanco y esperar en estado de quietud.
No tiene nada que ver con la verdadera enseñanza de zazen. La conciencia Hishiryo
que transmite Yakusan, que transmite Buda.
Incluso esta opinión es inferior a la de los eruditos del pequeño vehículo, incluso es
inferior al vehículo de los hombres y de los dioses. El vehículo de los hombres es la
conciencia del mundo ordinario, tal como lo vivís. El mundo de los dioses el paraíso
idílico. ¿Cómo tales gentes pueden llamarse estudiantes del Buda-dharma?.
También hay otra especie de personas que dice: "Sentarse en zazen y perseguir la
Vía es un mecanismo esencial para los principiantes, pero no es necesariamente la acción
de los patriarcas budistas. Para ellos caminar tambien es zen, hablar o guardar silencio,
movimiento o descanso. El cuerpo está en paz. No es necesario asociar los patriarcas
budistas exclusivamente a la práctica de zazen".
Así habla esta gente. Muchos de ellos, que se dicen seguidores del rinzai, tienen
también esta opinión. Hablan así porque han descendido la recepción de la transmisión, de
la verdadera Vía de Budadharma. Pero: ¿Qué es un principiante?; ¿Dónde colocar a los
principantes?.
El maestro Dogen dice: "El Buda en acción no cuenta con llegar a ser Buda, porque
Buda en acción esta mas allá, en una dimensión más infinita que la de llegar a ser Buda.
Buda en acción es zazen-buda, la postura, pero el verdadero zazen sin equivocación".
Lo que noto desde hace cinco años que vivo aquí, es que hay poca gente que sigue,
que viene cada mañana, no solo un mes, dos meses, no solo un año. Lo que noto es la falta
de conciencia espiritual. Tomáis el zen como una cosa mas de vuestra vida, lo debilitáis con
vuestra practica floja, seguís el mundo del social, del polvo rojo, de la casa, de la familia, y
añadís un poco de zen para poner pimienta, un poco de dificultad.
Buda en acción es este cuerpo y este espíritu que practica zazen conscientemente, la
acción de practicar con el cuerpo, es el cuerpo de Buda. La acción de practicar Hishiryo es
el espíritu de Buda. Es por ello que la repetición es tan importante. El cuerpo de Buda, el
espíritu de Buda no esperan, no cuentan con llegar a ser Buda, así, no hay separación entre
la practica y la vida, hay solo el esfuerzo de practicar zazen, hay solo el esfuerzo de buscar
la Vía.
El buda-zazen esta mas allá de llegar a ser Buda. Es la flecha que da en el blanco,
eso es el buda-zazen; sin meta, el encuentro íntimo, tambien este encuentro íntimo se llama
vía de la perfección, porque no tiene meta, existe en sí mismo, brilla es si mismo, esto es el
zazen.
Si vosotros cogéis la Vía como algo superficial, solo existirá la Vía como algo
superficial, es una pena, una gran tristeza, perder el desarrollo de Buda, perder la propia
existencia.
Cuando uno sabe que otro condiscípulo se equivoca, hay que hablar con él. También
se puede hablar conmigo. Tenéis que tener la fuerza profunda de enseñar la Vía correcta.
Cuando uno enseña a una sola persona, puede enseñar al universo entero. Debeis tener
confianza en vuestra practica, debeis convertiros en los reyes del Samadhi.
El Zazenshin sigue con el mondo entre Baso y Yakusan. Baso era discípulo de
Yakusan, ya había recibido la transmisión y practicaba zazen día y noche. Un día Yakusan
paso y le preguntó: ¿Qué quieres conseguir practicando zazen?. Baso contestó: "Quiero
convertirme en Buda". Entonces el viejo maestro cogió una teja y empezó a pulirla.
¡Maestro! ¿Qué estas haciendo?. Yakusan contestó: "quiero convertirla en espejo". Es muy
famoso.
Entonces Dogen va a comentar cada parte del mondo, cada pregunta. ¿Por qué?
¿Por qué hacemos zazen? ¿Cómo hacemos zazen? ¿Con qué intención? ¿Para conseguir
qué?. Muchas veces las respuestas no son muy profundas, son deseos de la conciencia
ordinaria, entonces uno se agota rápidamente. ¿Cómo convertir en espejo una teja? ¿Cómo
convertir en Buda a un hombre ordinario?. Es la reacción entre nosotros mismos, zazen,
Buda y el yo que persigue zazen, zazen que persigue Buda, Buda que persigue el yo.
Lo que pasa es que no debeis practicar como ciegos, debeis realizar profundamente
lo que estáis haciendo. La certeza, la pequeña estrella que brilla en el lugar donde no se
veía nada, pero en un mundo donde hay miles y miles de estrellas.
El Zazenshin. El punto preciso del zazen. Ahora el maestro Dogen está en el mondo
entre Nangaku y Baso. Baso había recibido la transmisión, el sello de la Ley, del maestro
Nangaku; y seguía haciendo zazen sin parar.
Un día fue Nangaku a verlo y le preguntó, "¿A dónde apuntas cuando haces zazen,
cuál es tu meta al hacer zazen?". Es una pregunta interesante. Digo siempre al principio,
cuando uno viene al dojo, que se tiene una meta en relación con su conciencia. Muy pocas
personas tienen ahora una vida espiritual establecida: buscar la Vía por la Vía, buscar zazen
por zazen.
Venimos para curarnos. Es por eso que el maestro Wanshi emplea también la
palabra aguja para expresar shin, el espíritu. La aguja que cura. Venimos para curarnos;
algunos lo saben, otros no. Curarnos de nuestras enfermedades que poco a poco nos ha
traído la vida cotidiana. Algunas son físicas, otras de malvivir.
Buscar algo, ¿para qué? Para tener más energía, para tener más sabiduría. Zazen, el
Buda último, no es algo para conseguir algo. Es una práctica. El maestro Dogen dice,
"Mejor que querer el dragón esculpido, debemos querer el verdadero dragón". Pero los dos
dragones tienen el poder de las nubes, de la lluvia. El dragón esculpido y el verdadero
zazen es la diferencia entre el sueño y la cosa real. Pero el sueño también es un reflejo de la
cosa real.
A veces también estamos demasiado preocupados con la intimidad de nuestro
cuerpo. Otras veces nuestro cuerpo nos parece demasiado alejado, como un desconocido.
No aprendemos directamente de él; de la misma manera con nuestra conciencia. A veces
somos íntimos con ella, es el verdadero dragón que podemos tocar, otras veces está muy
lejos. Leemos sobre la conciencia, pensamos sobre la conciencia, pero ni la tocamos.
Zazen: sólo sentarse. No hay separación con la meta. La encontramos aquí y ahora,
es la práctica.
Sigo con el Zazenshin del maestro Dogen. Zazenshin, el punto preciso del zazen, lo
que se transmite directamente, el zazen-buda.
Ahora se trata de un mondo entre Nangaku y Baso; Baso no era cualquier monje,
había recibido la transmisión de Nangaku y seguía practicando zazen, mucho, sin parar.
Tenía un gyoji fuerte; es importante la repetición, zazen es difícil. Porque al mismo tiempo
que nos despierta, nos abre los ojos. Al mismo tiempo da también fuerza a nuestro karma, a
lo que somos, a la mezcla de causas y efectos que hacen lo que somos y que pueden
manifestarse o no manifestarse.
Muchas veces, cuando observamos nuestra existencia se repiten las cosas; el karma
se manifiesta, se repite.
Es un poco el punto del mondo entre Yakusan y Baso. Yakusan le preguntó:" ¿Por
qué practicas zazen?"
Así, en la respuesta de Baso hay la meta para llegar a ser Buda, pero también
debemos estudiar lo que significa llegar a ser Buda; si se trata de un Buda que existe aparte
del ego habría que abandonar el ego para llegar a ser Buda. ¿O es un Buda que existe ya en
nuestra naturaleza profunda, que aparece de sí mismo pero en el que pensamos que podría
existir en nosotros y manifestarse?. ¿O es que practicando zazen tenemos en nuestra
conciencia un Buda, u otro Buda podría manifestarse practicando zazen?, ¿o es que llegar s
ser Buda es el abandono del cuerpo-espíritu?
Es muy fácil que aparezcan las complicaciones entre la práctica y la meta. Las
complicaciones son idénticas a las ramas de la encina que se cruzan, se mezclan, no se
puede encontrar la raiz; puede también que cuando llegamos a ser Buda ya no hay meta.
Entre las ramas que se entrecruzan también aparece el karma personal, el espíritu
del despertar. No hay que equivocarse en el esfuerzo del zazen. Porque no puede ser un
esfuerzo sólo para sí mismo, como la ignorancia del andar 100km bajo el sol; el esfuerzo de
zazen se realiza con el universo entero, el zazen-buda. Y el zazen-buda se repite, no se
cansa, la meta se actualiza; muso, no-aspecto, como el kesa
¡Oh Sariputra! Toda existencia tiene el carácter de ku, no hay ni nacimiento ni principio, ni
pureza ni impureza, ni crecimiento ni declinación.
Para el Bodhisattva, gracias a esta sabiduría que conduce al más allá, no existe ni
miedo ni temor. Toda ilusión o apego están alejados, y el puede comprender el fin último
de la vida, en Nirvana.
Todos los Budas del pasado, presente y futuro pueden alcanzar la comprensión de
esta suprema sabiduría gracias a este encantamiento (mantra) incomparable y sin igual,
auténtico, que suprime todo sufrimiento y permite encontrar la realidad del verdadero ku.
"Vayan, vayan, vayan juntos más allá del más allá a la orilla del Satori"
Vajracchedika Prajna Paramita El sutra
del diamante
Traducido desde el inglés por Shi Chuan Fa
1. Esto es lo que he oído. Una mañana, cuando el Buddha estaba cerca de Shravasti, en el
bosque de Jeta, en el estado de Anathapindika, Él y Su congregación de mil doscientos
cincuenta monjes fueron a la ciudad para mendigar el desayuno; cuando regresaron y
terminaron de comer guardaron las túnicas y los cuencos y se lavaron los pies. Entonces el
Buddha tomó Su asiento y los demás se sentaron ante él.
3. "¡Bien Subhuti! -contestó el Buddha- cuando alguien dice, '¡Quiero seguir el Camino del
Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean criaturas que
hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan
observables como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan
milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de pensamientos profundos,
o de ningún tipo de pensamientos; hago el voto de conducir a cada uno de los seres al
Nirvana; y hasta que no estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el
Nirvana.!' entonces, Subbhuti, debes recordar como uno-que-ha-tomado-los-votos, que
incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría
sido liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una individualidad separada, una
entidad egótica o una identificación personal. En realidad no hay "yo" que libere, ni "ellos"
que sean liberados.
4. “Además, Subhuti, un Bodhisattva debe estar liberado de todo deseo, ya sea de ver, oir,
oler, tocar o gustar algo, o de conducir multitudes hacia la iluminación. Un Bodhisattva no
alberga ambición. Su amor es infinito y no puede ser limitado por las ataduras personales o
las ambiciones. Cuando el amor es infinito sus méritos son incalculables.
"¿Puedes medir el espacio que se extiende hacia el sur, el oeste, el norte, o hacia arriba o
abajo?"
"No, Señor, no puedo."
"Tampoco puedes medir los méritos de un Bodhisattva que ama, trabaja y da sin deseo o
ambición. Los Bodhisattvas deberían prestar una atención particular a esta enseñanza."
5. "Subhuti, ¿qué piensas? ¿Es posible describir al Tathagata? ¿Puede ser reconocido
mediante características materiales?"
Entonces dijo el Señor, "Subhuti, en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente
consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna diferenciación es posible.
No se puede describir al Tathagata.
"Aquel que comprende que todas las cualidades no son de hecho cualidades determinadas,
percibe al Tathagata."
7. "Dime Subhuti, ¿ha logrado el Tathagata la Iluminación Perfecta que Trasciende las
Comparaciones? De ser así, ¿hay algo sobre ella que el Tathagata pueda enseñar?
8. Entonces el Señor preguntó, "Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros -
oro, plata, lapislázuli, cristal, perlas rojas y cornalina- y lo diera todo como regalos de
caridad, ¿obtendría mucho mérito?"
Subhuti respondió, "Señor, en efecto adquirirá gran mértio, aunque en verdad, no tiene una
existencia separada a la que el mérito pueda acumularse."
Entonces dijo el Buddha, "Suponte que alguien haya comprendido solamente cuatro líneas
de nuestro Discurso, pero a pesar de eso se ve movido a explicárselas a otro; entonces,
Subhuti, su mérito será mayor que el de aquel que pratica la caridad. ¿Por qué? ¡Porque este
Discurso puede producir Buddhas! ¡Este Discurso revela la Iluminación Perfecta que
Transciende las Comparaciones!"
9. "Dime, Subhuti, ¿un discípulo que comienza a cruzar la Corriente se dirá a sí mismo,
'soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-entra-en-la-Corriente'?"
"¿Un adepto que está sujeto a tan solo un renacimiento más se dirá a sí mismo, 'soy
merecedor de los honores y recompensas de uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez'?"
"¿Un Venerable que no volverá a renacer como mortal se dirá a sí mismo, 'soy merecedor
de los honores y recompensas de uno-que-no-va-a-volver.'?"
"Dime Subhuti, ¿se dirá un Buddha a sí mismo, 'he alcanzado la Iluminación Perfecta.'?"
"No, Señor. No hay una Iluminación Perfecta que alcanzar. Señor, si un Buddha
Perfectamente Iluminado se dijera, 'así soy yo', estaría admitiendo una identidad individual,
un yo y una personalidad independientes, y en tal caso no sería un Buddha Perfectamente
Iluminado."
"Subhuti, date cuenta también de que si un Bodhisattva dijera, "crearé un paraiso", estaría
hablando falsamente. ¿Y por qué? Porque un paraiso no puede ser creado ni no creado.
"Date cuenta entonces, Subhuti, que todos los Bodhisattvas, grandes o menores,
experimentarán la mente pura que sigue a la extinción del ego. Una mente como esta no
discrimina haciendo juicios sobre sonido, sabor, tacto, olor, o cualquier otra cualidad. Un
Bodhisattva debería desarrollar una mente que no forme ataduras ni aversiones hacia nada.
"Suponte que un hombre estuviera dotado de un cuerpo grande, tan grande como el de
Sumeru, rey de las montañas. ¿Sería grande su cuerpo?"
"Sí, Señor. Sería grande, pero 'cuerpo' es tan solo un nombre. En realidad, él ni existiría ni
no existiría."
11. Subhuti, si hubiese tantos ríos Ganges como granos de arena hay en el lecho del
Ganges, ¿serían muchos los granos de arena de todos ellos?"
"Sí, muchos, Honorado-por-todo-el-mundo. ¡Sería imposible contar todos los ríos Ganges,
y mucho más sus granos de arena!"
"Subhuti, te diré una gran verdad. Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros
por cada grano de arena de todos esos ríos Ganges, y las diera como caridad, ¿obtendría un
gran mértiro?"
12. "Además, Subhuti, en cualquier lugar que sean pronunciadas estas cuatro líneas, ese
lugar debería ser venerado como un Santuario del Buddha. ¡Y la veneración debería ser
mayor cuanto mayor fuera el número de líneas explicadas!
"Alguien que comprenda y explique este Discurso en su totalidad alcanza la más alta y más
maravillosa de todas las verdades. Y dondequiera que la explicación sea dada, allí, en ese
lugar, deberías conducirte como si estuvieras en presencia del Buddha. En ese lugar
deberías hacer reverencia y ofrecer flores e incienso."
14. En ese momento el impacto del Dharma provocó lágrimas en Subhuti. Entonces,
mientras se limpiaba la cara, dijo, "¡Señor, qué precioso es que vos pronunciéis este
profundo Discurso! Hace tiempo que se abrió mi ojo de la sabiduría por primera vez; pero
desde entonces hasta ahora nunca había escuchado un explicación tan maravillosa sobre la
naturaleza de la Realidad Fundamental.
"Señor, sé que en años venideros habrá muchos hombres y mujeres que, aprendiendo de
nuestro Discurso, lo recibirán con fe y entendimiento. Serán liberados de la idea de una
identidad egótica, liberados de la idea de un alma personal, liberados de la idea de un ser
individual o una existencia separada. ¡Qué memorable logró será esta libertad!"
16. "Subhuti, aunque en este mundo ha habido millones y millones de Buddhas, y todos
merecedores de gran mérito, el mérito más grande de todos le corresponderá al hombre o
mujer que, al final de nuestra Época Búdica, en el último periodo de quinientos años, reciba
este discurso, lo considere, ponga su fe en él, y entonces se lo explique a otro, salvando así
nuestra Buena Doctrina del colapso final."
17. "Señor, ¿cómo deberíamos entonces instruir a aquellos que desean tomar los votos de
Bodhisattva?"
Decidles que si desean alcanzar la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones
deben ser resueltos en sus actitudes. Deben estar decididos a liberar a cada uno de los seres
vivos, aunque en realidad comprendan que no hay seres individuales o separados.
"Sí, Honorado-por-todo-el-mundo."
32. "Y por último, Subhuti, date cuenta de nuevo de que si un hombre da todo lo que tiene -
tesoro suficiente para llenar innumerables mundos- y otro hombre o mujer despierta al
pensamiento puro de la Iluminación y toma solamente cuatro líneas de este Discurso, las
recita, las considera, las comprende, y entonces, para el beneficio de los demás, da a
conocer estas líneas y las explica, su mérito será el mayor de todos.
"Ahora, ¿cuáles deberían ser las formas de un Bodhisattva cuando explica estas líneas?
Debería estar desprendido de las cosas fraudulentas del Samsara y debería morar en la
verdad eterna de la Realidad. Debería saber que el ego es un fantasma y que tal engaño no
tiene que seguir existiendo.
* Una versión abreviada. Las secciones de la 19 a la 31 han sido omitadas debido a que
repiten secciones previas. El capítulo 17 ha sido omitido por el traductor, Edward Conzen
porque, según sus palabras: "En el capítulo 17 el sutra se repite. La pregunta del capítulo 2
se formula de nuevo, y lo mismo sucede con la respuesta del capítulo 3. 17-a-d considera
sucesivamente tres etapas de la vida del Bodhisattva, tal como sucede en los capítulos del 3
al 5, y de nuevo en el 10. Con la ausencia de una entidad real como idea principal, el
capítulo 27 vuelve una vez más sobre materia ya vista. 17a corresponde al 3; 17b al 10a;
17d al 7; 14g al final del 8; 17e al 10c; y 17g al 10b."
SAN DO KAI
del Maestro Sékito (700 - 790)
Sin embargo, si hay una fosa, por muy estrecha que sea, la Vía queda tan alejada
como el cielo de la tierra. Si se manifiesta la menor preferencia o la menor antipatía, el
espíritu se pierde en la confusión. Imaginad a quien se pavonea de comprender y que se
hace ilusiones de su propio despertar, entreviendo la sabiduría que penetra todas las cosas,
une la Vía y clarifica el Espíritu y hace nacer el deseo de escalar el cielo mismo. Esta
persona ha emprendido la exploración inicial ilimitada de las zonas frontales pero está
todavía de forma insuficiente sobre la Vía vital de la emancipación absoluta.
Poned entonces la mano derecha sobre la pierna izquierda y la mano izquierda dirigida
hacia arriba sobre la mano derecha; los extremos de los pulgares se tocan.
Tened cuidado de que las orejas estén en el mismo plano que los hombros y que la
nariz esté en la misma línea vertical que el ombligo.
Poned la lengua pegada al paladar; la boca está cerrada; los dientes se tocan.
Los ojos deben quedarse siempre abiertos, y debéis respirar suavemente por la nariz.
Además, la apertura a la iluminación en una ocasión dada por un dedo, una bandera,
una aguja, un martillo, el cumplimiento de la realización gracias a un cazamoscas, un puño,
un bastón, un grito, todo eso no puede ser asido totalmente por el pensamiento dualista del
hombre. En verdad, esto no puede ser mejor conocido mediante el ejercicio de los poderes
naturales. Eso está más allá de lo que el hombre escucha y ve - ¿no es un principio anterior
a los conocimientos y a las percepciones? -.
Dicho esto, importa poco que seamos o no inteligentes. No hay diferencia entre el
tonto y el listo. Cuando uno concentra su esfuerzo en un solo espíritu, eso en sí mismo es
negociar la Vía. La práctica-realización es pura por naturaleza. Adelantar es un asunto de
cotidianeidad.
En conjunto, este mundo y los otros, a la vez en India y en China, respetan el sello
de Buda. La particularidad de esta escuela prevalece: devoción a la meditación sentada todo
sencillamente, sentarse inmóvil en un compromiso total. Aunque se dice que hay tantas
almas como hombres, todos negocian la Vía de la misma manera, practicando zazen. ¿Por
qué abandonar el lugar que os está reservado en la casa para errar en las tierras polvorosas
de otros reinos? Un solo traspiés, y os escapáis de la Vía trazada toda recta delante de
vosotros.
Habéis tenido la suerte única de tomar una forma humana. No perdáis vuestro
tiempo. Lleváis vuestra contribución a la obra esencial de la Vía de Buda. ¿Quien cogería
un placer vano de la llama que surge del silex? Forma y sustancia son como el rocío en la
hierba, el destino semejante a un relámpago - desvanecido en un instante.
Un día de sesshin comienza a las 4:00 a.m. y termina a las 9:30 p.m. Hay diez horas
de zazen formal cada día, y se promueve el zazen informal durante los períodos de
descanso. Otros elementos del sesshin son: meditación ambulante, cantos, postraciones,
trabajo, períodos de descanso, ejercicios y comidas vegetarianas. Se ofrece dokusán
(instrucción privada con el Sensei) tres veces al día, y hay teishos diarios (comentarios
zen).
Debido a las exigencias de los sesshines, sólo deben solicitar participación aquellas
personas que han estado sentándose con regularidad. Para asistir a un sesshin son requisitos
la participación en un taller y en un día de zazen. También es aconsejable participar en un
sesshin corto antes de solicar participar en uno de mayor duración.
En el Sutra del Loto, Shakyamuni Buda dice: "los Budas solos, junto con todos los
Budas, son directamente capaces de realizar que todos los fenómenos son la forma real".
Así, durante Zazen, la forma real es nuestro cuerpo y nuestro espíritu, aquí y ahora.
Incluso la enseñanza, o los libros, o los Sutras expresan la cosa real. El mundo
invisible es solo el mundo del espíritu, que a veces divaga.
Ananda fué el que abrió la Sangha a las mujeres. Pidió al Buda que también las
mujeres practicasen. Su nombre, Ananda, significa alegría porque, en primer lugar, a causa
de su buen karma pasado, Ananda era muy guapo, causando alegría tan sólo al verlo.
Cuando el Buda debía mandar a un discípulo a la corte del rey para enseñar, las princesas
pedían siempre a Ananda. Era tan guapo que tenía el derecho de cubrirse los dos hombros
con el vestido para ocultar un poco su belleza. Cuando entraba en las casas para pedir
comida, siempre le ocurrían aventuras con las chicas.
Ananda había hecho el voto de ser el primero de ser aquel que más oyera la
enseñanza. Pero a veces oír mucho es ser como una persona que cuenta el tesoro de otro sin
tener un duro en el suyo.
También Ananda era el secretario del Buda, y así, no era Arhat, ya que los Arhat,
habiendo cumplido el Gran Asunto - la destrucción de las pasiones - se quedan sentados
junto al Buda sin hacer nada.
Ananda ponía su karma al servicio del Buda, de la Vía, pero durante 20 años sirvió
al Buda, y después, durante 20 años sirvió a Makashyapa, el cual le transmitió la verdadera
ley.
La enseñanza del Maestro Deshimaru era bastante libre: postura correcta. Después,
cada cual es responsable de sí mismo. A veces no se hace de modo natural, pero está bien
detener un poco las palabras, el karma de la boca, de los labios.
El Maestro Dogen dice: "una persona que es capaz de creer en Anutarra - Samiak -
Sambodhi es un Arha. Desear y perseguir el despertar universal es jugar con el ojo - tal
como se entiende en el Shobogenzo - el Ojo del Tesoro de la verdadera Ley. Desear y
perseguir el despertar universal es sentarse haciendo frente a la pared. La pared nos está
haciendo frente y nos está haciendo abrir el ojo. Es el mundo entero, y al mismo tiempo, los
dioses que aparecen y los demonios que se desvanecen. Es el mundo todo entero y los
Arhat rechazándose a sí mismos en un instante".
El maestro Kokukon dice: "cuando las personas de los tiempos antiguos habían
alcanzado la esencia, entraban en la montaña profunda, y vivían en chozas lejanas y
oscuras, comiendo arroz cocido en calderos rotos durante 20 años. Olvidaban totalmente el
mundo humano y decían adiós para siempre a los polvorosos asuntos humanos. En mi
época no deseo una situación igual, sino solo ocultar mi nombre, cubrir mis huellas y
continuar mi trabajo. Convertirme en un viejo monje, con su cara austera, y sus huesos de
guerrero de la Vía, que se pone de acuerdo naturalmente con el estado experimentado por
todos los Budas. Recibir y utilizar el estado dado por mi propia competencia. Dejar mi
karma pasado derretirse y adoptar la costumbre de una práctica larga. Si me sobra energía,
la extenderé hacia los demás, estableciendo las condiciones para Prajna, e intentando
perfeccionar nuestras mismas piernas y nuestros pies.
Juntos conoceremos la existencia y juntos seremos libres de la vida y de la muerte,
creando más y más beneficios para el futuro, y reembolsando la profunda conversión de los
Budas. Si el hielo y el rocío no pueden estar parados para que madure el fruto, me
armonizaré con las circunstancias. Me abriré y cultivaré los seres humanos y los dioses.
Pero nunca daré media vuelta a mi espíritu hacia el provecho. Dependeré aún menos del
poder social. Tampoco me convertiré en un maestro vulgar, que desafía a los santos con su
comportamiento, uno que persigue las ganancias y los éxitos, produciendo la llama del
infierno. Aunque me falten elementos esenciales y también buenas condiciones, si solo
puedo ir por el mundo así, y ser sin efectos kármicos, ¿podré yo ser un verdadero Arhat,
más allá del polvo?". Sale el sol. Es muy importante hacer Zazen por la mañana. Seguir la
naturaleza.
La vía de la transmisión del Zen es diferente de las otras tradiciones. Ananda había
oído mucho; había tenido un largo aprendizaje con el Buda, pero el Buda no le había dado
su aprobación. Transmitió a Makashyapa a través de una sonrisa, girando la flor en el Pico
del Buitre.
En este momento Ananda no podía entrar en la habitación del Tesoro. Dije que
Ananda había sido rechazado por la Sangha después de la muerte del Buda, pues no era
Arhat. Un día, todos los discípulos menos Ananda, se reunieron. Todos estaban tristes. Su
problema era no recordar las palabras de su Maestro. Ananda no podía entrar en el lugar de
la reunión. Practicó Zazen. Entró en Samadhi profundo. Tocó Anutarra Samyak Sambodhi.
Makashyapa le dijo: "ahora utiliza tus poderes para entrar en el sitio de la reunión". Ananda
se hizo minúsculo y entró a través de la cerradura.
Un discípulo dijo: "Ananda ha oído mucho como secretario del Buda. Es como agua
pasando de un recipiente a otro sin que se pierda una gota. Ananda posee la enseñanza del
Buda. Por favor, te pedimos que repitas esta enseñanza". Makashyapa le dijo: "los monjes
te han elegido. Entonces, siéntate y repite lo que te ha dicho el Buda".
Ananda significa alegría. Hay gente que practica Zazen y siempre pone una cara
rígida, mala, severa, austera, sin sonrisas. La alegría también forma parte de la práctica.
Alegría de practicar. Es uno de los caracteres del Samadhi. De la unión entre concentración
y observación aparece el Samadhi.
Esto es importante: no parecer como una puerta de cárcel. Ser feliz, estar feliz de practicar,
de despertarse, aunque cueste.
En la India antigua, cuando había un mondo entre dos grupos, cada grupo tenía una
bandera que se ponía en un asta flotando en el cielo. En la India les gustaba discutir sobre la
Vía. A los Chinos les gustaba también. Cuando uno de los dos había fallado, bajaba su
bandera; la derrota estaba indicada sin palabras. En este momento, entre Makashyapa y
Ananda no había ni victoria ni derrota, solo una bandera que descendía y otra que aparecía.
El secreto de la transmisión que buscaba Ananda íntimamente, era lo uno sin más
discusión, sin más secreto. Automáticamente el Kesa dorado apareció en la cabeza de
Ananda. Makashyapa y Ananda se encontraron como una sola persona, como uno.
Todo el mundo tiene una buena postura, Incluso los principiantes. Hay fuerza en el
Dojo. Está bien.
SUTRA ZEN
PURIFICACION
VANDANA
NAMO TASSA BHAGAVATO ARAHATO SAMMASAMBUDDHASSA.
TI-SARANA
SHIGUSEIGANDO
Oh Shariputra, todos los Darmas son formas del vacío, no nacen, no son
aniquilados.
Sin mancha, sin pureza, sin pérdida, sin ganancia.
Todos los Budas pasados, presentes y futuros viven en Prajna Paramita, y por
consiguiente alcanzan Anuttara-Samyak-Sambodhi.
Sepan pues, que Prajna Paramita es el Gran Mantra, el Mantra vivo, el mejor
mantra, el Mantra insuperable; que completamente alivia todo dolor; esta es la verdad, no
una mentira.
Ha Ra Gya Tei
Ha Ra So Gya Tei
Bo Ji So Wa Ka
Han Nya Shin Gyo
Al recitar...
Que nuestros votos sinceros de lograr el camino de Buda, se hagan realidad para
todos juntos.
Entre los seres humanos hay hombres sabios y hay tontos, pero en el camino no hay
patriarca del Norte o del sur.
Todas y cada una de las esferas objetivas y subjetivas están relacionadas, al mismo
tiempo son independientes.
Cada uno es independiente de otro; causa y efecto tienen que retornar a la gran
realidad.
Cada cosa tiene su propio valor en sí misma y está relacionada, a todo lo demás en
función y posición.
Pero engañado, estás montañas y ríos alejado de él, digo respetuosamente a quienes
deseen ser luminados:
BODHIDHIARMA DAIOHSO
HARA HA EI SHU TAN NO TON SHA NAMU SHIKI RI TOI MO ORI YA BORYO
KI
MO KO FUJI SA TO SA BO SA BO MO RA MO RA MO KI MO KI RI TO IN
KAN ZE ON KANZEON
KANNON GYO
MYOHORENGEKYO KAZEON
BOSATSU FOMONBON DAI NIJUGO
NI JI
MUJINI BOSA
SOKU JU ZA KI
HENDAN U KEN
GASSHO KO BUTSU
NI SA ZE GON.
SESON
KANZEON BOSA
I GA INNEN
MYO KANZEON
ZENNAN SHI.
NYAKU U MURYO.
SOKU JI KANGO ON JO
KA FU NO SHO.
SHO GO MYO GO
I GU KON GON
RURI SHAKO ME NO
SAN GO KO NAKU
SHIN JU TO HO
KE SHI KOKU FU
SUI GO SEN BO
HYO DA RA SE KI KOKU
ZE SYO NIN TO
I ZE INNEN
MYO KANZEON.
NYAKU BU U NIN
RIN TO HI GAI
HI SYO SHU TO JO
NI TOKU GE DATSU
KYO BU KA GAI.
SETSU BU U NIN
NYAKU U ZAI
NYAKU MU ZAI
CHU KAI KA SA
KEN GE GO SHIN
SAI JI JU HO
KYO GA KEN RO
SA ZE SHO GON
MOTSU TOKU KU FU
NYO TO O TO ISSHIN
NO I MU I SE O SHU JO
O SHI ON ZOKU
TO TOKU GE DATSU.
SHU SHO
NIN MON
SHO MYO GO
MU JIN NI
GI GI NYO ZE
NYAKU U SHU JO
TA O IN YOKU
NYAKU TA SHIN I
NYAKU TA GU CHI
MU JIN NI
KANZEON BOSA
ZE KO SYO JO
JO U SHIN NEN.
MY JIN NI
KANZEON BOSA
U NYO ZE RIKI
NYAKU U SHU JO
FUKU FU TO EN.
ZE KO SHU JO
KAI O JU JI
MU JIN NI
NYAKU U NIN
JU JI ROKU JU NI
BU JIN GYO
KUYO ON JIKI
O NYO I GUN GA
ZA ZE NAN SHI
ZE NYO NIN
KU DOKU TA FU
NYAKU BU U NIN
SHO TO MU I
FU KA GU JIN.
MU JIN NI
MU JIN NI BOSA
SESON.
KANZEON BOSA
UN GA NI I SHU JO SEPPO
GO JI UN GA
KANZEON BOSA
O I SHOMON SHIN
O I BONNO SHIN
O I BISHAMON SHIN
O I CHOJA SHIN
O I KOJI SHIN
O I SAIKAN SHIN
O I BARAMON SHIN
SHI NI I SEPPO.
MU JIN NI.
KANZEON BOSA
I SHU JU GYO
YU SHO KOKUDO
DO DATSU SHU JO
ZE KO NYO TO
O TO ISSHIN
NO SE MUI
KAI GO SHI
I SE MUI SHA.
MU JIN NI BOSA
SESON. GA KON TO
SOKU GE KYOSHU
NI I YO SHI SA ZE GON.
NINSHA
JI KANZEON BOSA
FU KO JU SHI
MU JIN NI
NINSHA
MIN GA TOKO
JU SHI YO RAKU
NIJI BUTSU
MU JIN NI BOSA
JU ZE YO RAKU
GYO O TENRYU
NINPI NIN TO
JU GO YO RAKU
BUNSA Nl BUN
YU O SHABA SE KAI.
I GE MON WATSU
KANNON GYO
El sutra de la Gran Compasión
As lo he odo:
Después de que el Buda Skakyamuni hubo hablado en el Pico de los Buitres delante
de una inmensa multitud de monjes, bodhisattavas y discpulos laicos, el bodhisattva de la
Perfecta comprensión, Mujini, se levantó pidamente de su asiento, cubrió su hombro
izquierdo con la parte superior de su Keza, hizo Gassbo al Buda en señal de respeto y le
preguntó:
"iOh, Muy Venerable Maestro de este mundo! ¿Por qué Karma el Bodbisattva de la
Verdadera Libertad (Kanjizai) es llamado Kanzeon?
"Mi querido Mujini, los seres sensibles de este mundo son infinitos y todos
experimentan un gran número de sufrimientos. Sin embargo, todos pueden alcanzar la
Verdadera Libertad (Gedatsu: el no-apego) inmediatamente, si pronuncian con una gran
concentración de espíritu (isshin sho myo) el nombre de KANZEON BOSATSU, o si lo
oyen, no solamente con los oídos, sino con todo el espíritu, con todo el cuerpo, con una
gran atencin, en una actitud perfectamente Mushotoku.
"Debis ofrecerle los Ocho Tesoros de este mundo: Diamantes, Mirra, Perlas
Preciosas, Oro, Esmeraldas, Rubíes, Zafiros y Topacios. Esto significa que debéis ofrecerle
vuestro comportamiento justo en la Vía, vuestras palabras justas en la Vía, vuestro
pensamientos justos en la Vía, vuestra sabidura, vuestro desapego al yo y a lo mío, vuestra
práctica santa y vuestro Satori. Ya que, en verdad, estos son los Tesoros más elevados de
este mundo."
3er SERVICIO DEDICACION
AL RECITAR...
Antes de servir
Guía: En medio de los tres tesoros con todos los seres vivientes permitenos recitar
los nombres del Buda.
Desayuno
Guía: Esta comida viene de los esfuerzos de todos los seres vivientes, del pasado y
del presente, y sus diez ventajas nos dan un bienestar físico y espiritual y promueve
la práctica pura.
Comida
Guía: Ofrecemos esta comida de tres virtudes y seis sabores a Buda, Darma, y
Sangha, y a todas las vidas en los mundos del Darma. (terminaron de servir)
Todos: Primero, setenta y dos labores, nos traen esta comida: debemos saber como
viene a nosotros.
Tercero, deseamos el orden natural de la mente: para estar libres de apegos debemos
estar libres de codicia.
Solo comida: A todos aquellos en los mundos espirituales ahora les doy este
ofrecimiento. Que esta comida penetre en todo lugar.
Segundo, es para nuestros maestros, nuestros padres, nuestra nación y todos los
seres vivientes.
Tercero, es para todos los seres en los seis mundos, de este modo comemos esta
comida con todos.
Tomar plato: Comemos para detener el mal, prácticar lo bueno, para salvar a todos
los seres vivientes, y para lograr el camino de Buda.
Después comidas.
Guía: Ojalá que podamos vivir en agua turbia con la pureza de loto.
Paranirvana del Buda (alrededor del 13 de febrero): Dia entero de zazen que
concluye con un servicio especial de cantos que relatan el Paranirvana del Buda.
Jukai (una vez al año): Ceremonia formal de entrada al camino del Buda, que
incluye una ceremonia de arrepentimiento breve; cantos; ofrenda de incienso; toma de los
tres refugios, las tres resoluciones generales y los diez preceptos cardinales.
Vésak: celebración del cumpleaños del Buda (entre abril y mayo): Exhibición de un
bebé Buda, ofrendas de té dulce, flores y regalos pequeños para bebés; cuentos u obra de
teatro sobre el nacimiento del Buda; piñata y regalos para todos los niños.
Día de ayuno Oxfam (dos veces al año): Ceremonia de día de ayuno cuyos
productos monetarios y alimenticios van a organizaciones encargadas de aliviar el hambre.
La gente ayuna de acuerdo con sus deseos y habilidades (por ejemplo, no ingerir comida
sólida por un día o saltarse una comida); zazen seguido de cantos, postraciones y
circunvalación con ofrendas monetarias, de incienso y de comida.
Iluminación del Buda (8 de diciembre): Sesshin de cinco u ocho días que comienza
con una ceremonia, o una ceremonia que se realiza en una sesión regular de meditación. Se
lee la historia de la iluminación del Buda; cantos; circunvalación; se leen sutras.
Purificación de la casa (finales de diciembre, antes del año nuevo): Los miembros
limpian sus casas en preparación para el año nuevo; ceremonia de cantos, circunvalación
por la casa y ofrendas al altar o los altares. Todos los miembros de la familia pueden
participar en esta ceremonia.
Días de zazen: Comienzan a las 8:30 a.m. y terminan alrededor de las 4 p.m., estos
retiros de un día le dan a los miembros la oportunidad de practicar zazen intensivamente, y
cuando Sensei está en el país se pueden escuchar charlas formales de zen (teisho) y recibir
dokusán o instrucción privada. Los días de zazen terminan con un período de cantos,
después del cual se limpia la casa y se sirve un refrigerio.
Bodisatva: Palabra en sánscrito que significa ser (satva) de sabiduría (bodi). Es una
persona despierta que, por dedicarse a ayudar a que todos los seres vivos alcancen la
iluminación, pospone su propia liberación suprema por el beneficio de los demás.
Buda: Palabra en sánscrito que significa: (1) verdad o realidad suprema; o (2)
alguien que ha despertado a la verdadera naturaleza de la existencia, es decir, una persona
que sabe quién y qué es. La palabra Buda también se refiere al personaje histórico Sidarta
Gautama, que nació alrededor del año 563 A.C. Después de su iluminación a los 35 años
fue conocido como el Buda Shakyamuni.
Darma: Palabra en sánscrito que significa: (1) las enseñanzas del Buda Shakyamuni
y (2) Ley o verdad universal. Con A minúscula usualmente significa los fenómenos o las
cosas de la existencia.
Gassho: El gesto de juntar las palmas de las manos enfrente del cuerpo, indicando
respeto, gratitud, humildad o las tres cosas.
Han: Trozo de madera que se golpea con un mazo justo antes de comenzar el zazen.
En la parte de atrás del han de nuestro centro están escritas las siguientes palabras, que
supuestamente fueron dichas por el Buda:
¡Despierta! ¡Despierta!
No pierdas ni un minuto.
Campana Inkín: Campana utilizada para señalar el inicio y el final de cada período
de zazen y kinhin.
Jukai: Ceremonia en la que se reciben (ju) los preceptos budistas (kai). Esta
constituye una iniciación formal al budismo, lo convierte a uno en un miembro de la familia
del Buda.
Kotsu: Cetro que un maestro Zen ha recibido de su maestro cuando se les ha dado
permiso de enseñar. Tiene una curva en forma de As, similar a la columna vertebral.
No hacer que otros ingieran sustancias que confundan la mente ni hacerlo yo mismo,
sino mantener la mente clara.
No injuriar los Tres Tesoros (Buda, Darma y Sanga) sino respetarlos y mantenerlos.
Rakusu: Prenda de vestir que es utilizada sobre la túnica de meditación por aquellas
personas que han practicado zazen por varios años y que han tomado el Jukai. El rakusu
simboliza la túnica del Buda.
Sanga: Sánscrito. La comunidad de los que practican las enseñanzas del Buda. En
un sentido estricto, los que practican en un centro en particular. En el sentido amplio, todos
los practicantes del budismo.
Sesshin: Un período intensivo de práctica de zazen, que puede durar de dos a siete
días. La rutina diaria comienza a las 4:00 a.m. y termina a las 9:30 p.m. Hay perídos de dos
o tres horas de zazen con kinhin y dokusán, teisho, cantos, comidas, perídos de trabajo y de
descanso. Se dice que una semana de sesshin equivale de uno a tres años de práctica
ordinaria, aunque definitivamente no es sustituto de la práctica diaria.
Estudiante: Alguien que ha hecho un compromiso formal de practicar budismo zen
con un(a) maestro(a) en particular. No necesariamente implica una relación de por vida.
El Zen en India. El Zen en China. El Zen en Japón. El Zen en Occidente. La línea de transmisión
Zen y Civilización.
Ser no es tener. Zen y vida cotidiana. Zen y psicosomática. La figura del Maestro Zen. Zen, aqui y 11
ahora. Zen es conocerse a sí mismo. Zen y psicología. Zen y artes marciales. Karate y Zen. Zen y
calidad de Vida. Zen y creatividad.Zen y educación. Zen y religión. Zen y libertad. El Zen en el
pensamiento occidental. Zen y medicina. Zen y eficacia. Zen y arte.
17
La ansiedad de actuar
22
TEXTOS ZEN 28
ZAZENSHIN
SAN DO KAI del Maestro Sekito (700 – 790) La unión de la esencia y de los fenómenos.
HOKYO ZAN MAI del Maestro Tozan (807 – 869) El samadhi del espejo precioso.
LOS SESSHINES
68
SUTRA ZEN
CEREMONIAS 72
GLOSARIO de terminos budistas Zen 83
BIBLIOGRAFÍA 83
INDICE 85
87
* Textos extraidos del libro ¿Qué es el Zen? de Dokushô Villalba con la autorización
* por la Reverenda Chuan Heng Shakya. Traucido desde el inglés por Shi Chuan Fa
* por el reverendo Chuan Zhi Shakya. Traucido desde el inglés por Shi Chuan Fa
* Arturo Escandón