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"ZARAGOZA, Carlos Daniel y otros - Sedición agravada y otros

s/IMPUGNACION EXTRAORDINARIA".-

[Expte. Nº 4707/2016 // Cám. Casac. Penal, Sala Nº 1, Pná.]

AC U E R D O:

En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de Entre Ríos, a los cuatro días


del mes de abril del año dos mil dieciocho, reunidos los señores miembros de la
Sala Nº 1 de Procedimientos Constitucionales y Penal del Excmo. Superior
Tribunal de Justicia de Entre Ríos, a saber: Presidente, Dr. DANIEL OMAR
CARUBIA, y Vocales, Dres. CLAUDIA MONICA MIZAWAK y MIGUEL ANGEL
GIORGIO, asistidos por la Secretaria autorizante, Dra. Noelia V. Ríos, fue traída
para resolver la causa caratulada: "ZARAGOZA, Carlos Daniel y otros - Sedición
agravada y otros s/IMPUGNACION EXTRAORDINARIA".-

Practicado oportunamente el sorteo de ley, el mismo quedó conformado de la


siguiente forma: Dres. CARUBIA, GIORGIO y MIZAWAK.-

Estudiados los autos, la Excma. Sala planteó las siguientes cuestiones a resolver:

PRIMERA CUESTIÓN: ¿Son procedentes las impugnaciones extraordinarias


interpuestas?

SEGUNDA CUESTIÓN: ¿Cómo deben imponerse las costas?

A LA PRIMERA CUESTIÓN PROPUESTA, EL SEÑOR VOCAL DR. CARUBIA,


DIJO:

I.- La Cámara de Casación Penal, en fecha 19/5/2016 resolvió HACER LUGAR


PARCIALMENTE al Recurso de Casación interpuesto por el MINISTERIO
PUBLICO FISCAL y revocó el punto 2 del fallo dictado por el Tribunal de Juicio
y Apelaciones de la ciudad de Concordia -a excepción de la absolución de culpa y
cargo por el delito de INSTIGACIÓN A LA COMISIÓN DE DELITOS (art. 209
del Código Penal), la que se CONFIRMA en relación a todos los imputados allí
mencionados-, revocó el punto 3 y declaró a CARLOS DANIEL ZARAGOZA,
autor material y penalmente responsable del delito de LESIONES LEVES EN
RIÑA; y coautor material y penalmente responsable de los delitos de SEDICIÓN
AGRAVADA y PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD, todo ello en
concurso ideal (arts. 45, 54, 96, 141, 229 y 235, 1er. y 3er. párrs., del Código
Penal).-
Asimismo, declaró coautores materiales y penalmente responsables de los
delitos de SEDICIÓN AGRAVADA y PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA
LIBERTAD, en concurso ideal (arts. 45, 54, 141, 229 y 235, 1er. y 3er. párrs., del
Código Penal) a Manuel Leandro COUTINHO, José María BIDERBOS, Juan
Manuel ROSAS, Daniel Eduardo CHAVEZ, Diego Federico DIFFERDING, Luis
Alberto GOMEZ, Juan Pedro LACUADRA, Alfredo Horacio IMAZ, Luis Roberto
Jesús CARLINO, José Orlando TRONCOSO, Hugo Fabricio TRONCOSO,
Ricardo Hernán PAREDES, Luis Alberto PAREDES, Andrés Maximiliano
PAREDES, Carlos Alcides ROSAS y Romeo Fabián VALDEZ.-

Finalmente, rechazó los recursos de Casación interpuestos por los asistentes


letrados de Carlos Daniel ZARAGOZA, Juan Manuel ROSAS, Alfredo Horacio
IMAZ, Diego Federico DIFFERDING, Ricardo Hernán PAREDES, José Orlando
TRONCOSO, Luis Roberto Jesús CARLINO, Romeo Fabián VAL-

DEZ, Luis Alberto GOMEZ, Luis Alberto PAREDES, Leandro COUTINHO,


Daniel CHÁVEZ, Carlos Alcides ROSAS, Maximiliano Andrés PAREDES, Juan
Pedro LACUADRA, Hugo Fabricio TRONCOSO y José María BIDERBOS.-

II.- Contra esa sentencia, interpusieron la impugnación extraordinaria prevista


en el apartado II del Acuerdo General Nº 17/14 del Superior Tribunal de Justicia
de fecha 3/6/14, punto cuarto (hoy: arts. 524 y ss., Libro Cuarto, Capítulo IV,
Sección II, del Cód. Proc. Penal Ley N° 9754, modif. por Ley N° 10317-) los
imputados: Juan Manuel Rosas (fs. 1675/1682), Hugo F. Troncoso, Romeo F.
Valdez, José O. Troncoso, Ricardo H. Paredes, Horacio A. Imaz y Luis A. Gomez
(fs. 1685/1694vlto.), Carlos Daniel Zaragoza (fs. 1696/1703), Leandro Coutinho,
Daniel Chávez, Carlos Rosas, Maximiliano A. Paredes, Juan P. Lacuadra y José
Biderbos (fs. 1710/1713), representados por sus defensores técnicos Dres.
Alejando María Giorgio y María Lucrecia Sabella; Enrique Oscar Bacigaluppe;
Rubén A. Pagliotto, Guillermo R. Mulet y Damián Petenatti, y Juan José
Buktenica, respectivamente, y el acusado Luis A. Paredes (fs. 1704/1708), bajo
patrocinio letrado -Dr. Gonzalo Martín Cantallops-.-

II.1.- Los defensores oficiales, Dres. Alejandro Maria Giorgio y María Lucrecia
Sabella, articulan impugnación extraordinaria por el imputado Juan Manuel
Rosas; plantean la inadmisibilidad del recurso de casación interpuesto por la
Fiscalía por falta de legitimación para recurrir en virtud de lo normado por el
art. 513 del CPPER. Se refieren a las penas solicitadas por el Ministerio Público
Fiscal al formular su alegato final y a las impuestas por el Tribunal de Juicio y
consideran que, al no haberse aplicado una pena inferior a la mitad de la
pretendida, el Tribunal de Casación debió declarar inadmisible el recurso
interpuesto por el órgano acusador, máxime cuando antes de la resolución
atacada se consolidó en la provincia una doctrina jurisprudencial derivada de
los precedentes "Coronel" y "Favre" contraria a la postura adoptada en
Casación.-
Alegan la violación al principio de congruencia y destacan que, utilizando frases
genéricas, vacías de contenido y sin mayores precisiones los vocales rechazaron
los planteos formulados. Critican la falta de respuesta a los serios y puntuales
cuestionamientos realizados, lo cual demuestra las tremendas falencias e
irregularidades que contiene el fallo, que no puede ser considerado un acto
jurisdiccional válido, ya que se intenta infructuosamente y con censurable
ligereza, conformar una argumentación que, en sí misma, no logra cumplir
siquiera mínimamente, con la obligación constitucional que tienen los jueces de
motivar los fallos.-

Denuncian la vulneración del doble conforme y peticionan la anulación de la


sentencia recurrida, ordenándose el reenvio de las actuaciones a la Cámara de
Casación Penal, a los fines de que, con diferente conformación, se traten
nuevamente los recursos de casación interpuestos por las defensas y se dicte un
nuevo fallo conforme a derecho.-

II.2.-El Dr. Bacigaluppe por Hugo F. Troncoso, Romeo F. Valdez, José O.


Troncoso, Ricardo H. Paredes, Horacio A. Imaz y Luis A. Gomez- argumenta
sobre la arbitrariedad del fallo y precisa que la cuestión queda comprendida
dentro del art. 14, inc. 3º, de la ley 48, al contrariarse la validez de un derecho
fundado en una cláusula constitucional.-

Opina que es arbitraria la admisión del recurso de casación incoado por la


Fiscalía, que carecía de legitimación. Por ende, la decisión de la sentencia de
casación es nula de nulidad absoluta, por violar lo dispuesto en el artículo 513
del CPPER; el texto legal es claro y también lo es la doctrina fijada por el STJ en
los casos Coronel y Favre, dictados en fecha anterior al presente caso. -

Precisa que los imputados sufrieron condenas por nuevos delitos y penas más
duras y convalidar la sentencia equivaldría a sostener que mediante un fraude,
se agrava la situación de una persona.-

De manera subsidiaria, critica la condena por sedición agravada por el uso de


armas y la privación ilegítima de la libertad y se agravia de la arbitraria
apreciación de la prueba, que se suma a la ya cometida por el Tribunal de Juicio.
Cuestiona la aplicación de la agravante del uso de armas prevista en el artículo
235, inc. 3º, del C. Penal y subraya que ninguna autoridad cumplió con los
recaudos previstos en el 231 del C. Penal. Se refirió al delito de sedición.-

Habla de la confluencia de los imputados y afirma que el supuesto manejo de los


hechos de manera integral es una creación de los acusadores. En esta causa se
tuvo por acreditado que los imputados han tenido el dominio del hecho,
olvidando que es posible indicar una tercera forma de ejecución del tipo que no
es de propia mano, llamado dominio de la voluntad mediante un aparato de
poder organizado y es el caso de quien sirve a la ejecución de un plan para una
organización jerárquicamente organizada. Acá jamás se determinó quien tuvo el
dominio de los hechos y por ello la solución dada es incoherente y no responde a
los principios mínimos de legalidad.-

Señala que sus defendidos han sido meros protagonistas de hechos distintos,
desprovistos de la unidad que exige el caso, no existió acuerdo; cada cuál hacía
lo que quería, mientras algunos ingresaron a unas horas, otros lo hicieron
después, mientras algunos reclamaban cosas imposibles, otros se han retirado o
no aparecen en escena. Jamás se dijo en qué consistía el pacto y no es lógico
vincular a sus pupilos con lo ocurrido, salvo que se pretenda utilizar un derecho
penal basado en la responsabilidad objetiva, nacida de la sola cercanía, amistad,
compañerismo. Insiste en que se dieron presencias no participaciones- no
esenciales que fueron los pilares sobre los cuales se sostuvo la acusación inicial y
no se han referido a la posible coautoría funcional determinando qué hizo cada
imputado para lograr el éxito atribuido.-

Critica la valoración de las filmaciones que fueron cuestionadas y menciona que


se condena a los imputados en base a los dichos de los jefes a los que de última
se los manda a investigar por haber cometido delitos. Esos testimonios deben
descalificarse pues los jefes solo ejercitaron su derecho de defensa, cargando
sobre el sector más vulnerable de la Policía el total de la responsabilidad, con la
intención de salvaguardar su situación.-

Efectúa la reserva del caso federal y solicita que se haga lugar al recurso
planteado.-

II.3.- Los Dres. Pagliotto, Mulet y Petenatti por Carlos Daniel Zaragoza-
analizan y critican la sentencia, resaltando la falta de fundamentación de la
conclusión relativa a que Zaragoza cumplió con la conducta típica requerida por
el art. 229 del C. Penal de "alzarse en armas" para arrancarle una medida o
concesión al Poder Ejecutivo local.-

Estiman que la condena se desentiende de la obligación de tener por


comprobado el comportamiento criminal conforme al injusto seleccionado por
el Ministerio Público Fiscal, toda vez que no existe una sola prueba que acredite
que Zaragoza haya portado un arma o la haya tenido a su disposición durante
los episodios que se suscitaron en la ciudad de Concordia los días 8 y 9 de
diciembre de 2013. Adicionan que, a lo largo de la sentencia de casación no se
hace ninguna mención particular de su defendido, salvo en lo relativo al
apartado de lesiones leves dolosas; pareciera que la vocal ponente se ha dejado
llevar por la novedosa forma de estructurar la acusación por parte del Ministerio
Público Fiscal, omitiendo su deber de comprobar la conducta concreta y
particular que se endilga su asistido.-
La sentencia cuestionada sólo se expide sobre el agravio relativo al principio de
congruencia que entendía violado el recurrente pero nada dice del agravio
relativo a que ningún testigo ubicó a Zaragoza haciendo uso de un arma; sólo se
hace una mención genérica y abstracta, campeando en la sentencia la íntima
convicción. Los jueces se han remitido cómodamente a las explicaciones dadas
por la fiscalía en una suerte de razonamiento por delegación de un tercero, pero
en la acusación no se menciona a Zaragoza, ni las pruebas que lo tendrían como
coautor del delito de sedición, ubicándolo tan solo en el episodio que desembocó
en la condena por lesiones en riña.-

Consideran que no se respetó el derecho al recurso del imputado, contemplado


en los artículos 8.2.h de la Convención Americana de los Derechos Humanos y
14.5 del PIDC y P.-

Señalan que los tribunales intervinientes dan por acreditada la materialidad del
hecho por testigos que declararon que un conjunto indeterminado de personas
portaban armas en sus cinturas durante la protesta salarial y por mejores y más
dignas condiciones de trabajo, pero sin identificar individualmente a ninguno
de los imputados o, al menos, a su pupilo. Destacan que se afectó el derecho de
defensa en juicio de Zaragoza, por cuanto esa imputación colectiva, amparada
erróneamente en la imputación recíproca es una excusa para justificar la
omisión del tribunal de condenar única y exclusivamente sobre una acusación
detallada, violándose el principio de responsabilidad subjetiva.-

Como segundo motivo de agravio alegan que se privó a Zaragoza de su derecho


de recurrir el fallo condenatorio ante un Tribunal Superior, ya que recibió su
primer sentencia condenatoria por los delitos de privación ilegítima de la
libertad, lesiones leves en riña y sedición agravada en función del artículo 235,
3er. párrafo, del Código Penal, en la instancia de casación.-

Resaltan que la condena en la instancia de casación hace lugar al recurso de la


fiscalía, pero la organización judicial no está adecuadamente reglamentada para
contemplar la posibilidad de que una persona que atraviesa un proceso penal
reciba su primer condena en segunda instancia.-

Opinan que la sentencia debió haber explicitado cómo colaboró Zaragoza en la


privación ilegítima de la libertad de Villalba, cuyo carácter criminal fue
descartado por el Tribunal de Juicio, siendo inconciliable con el sentido común
que todos los imputados hayan participado de idéntica manera. Esa descripción
precisa, detallada y circunstanciada es lo que permitiría defenderse
correctamente, mediante alegaciones de hecho y de derecho y hacerlas valer
ante un tribunal superior en el caso de tener la posibilidad de interponer un
recurso que revise la totalidad de la sentencia. De igual manera, la condena por
lesiones leves pasa por alto que no existe ninguna constancia de que las lesiones
constatadas a Silva hayan sido producidas por Zaragoza, aspecto éste que
merece un profundo análisis fáctico para poder revisarlo y controvertirlo
adecuadamente.-

Afirman que la condena en segunda instancia por sedición agravada en razón


del 3er. párrafo del artículo 235 del Código Penal, implica afirmar un plus de
conducta en los hechos, que también quedan ajenas a ser discutidas en una
ulterior instancia revisora.-

Asimismo, mencionan como motivo de agravio, que la pena impuesta a su


pupilo fue superior a la mitad de la requerida por el Ministerio Público Fiscal y
con ello se activó la restricción recursiva que impone el artículo 513 del CPPER.
La Cámara de Casación debió haber declarado mal concedido el recurso y evitar
el dispendio jurisdiccional que significa entrar a tratar los planteos de la Fiscalía
cuando no tenía legitimación para agraviarse.-

Destacan que este tema ya fue tratado por el Superior Tribunal de Justicia en las
causas "Coronel" y "Favre"; la Cámara de Casación ha pasado por alto esos
precedentes sin esgrimir el menor justificativo que la condujeran a apartarse de
tal doctrina judicial.-

Denuncian la afectación del ne bis in idem. El recurso de casación del Ministerio


Público Fiscal no recayó sobre las absoluciones que a su entender concurrían
idealmente con la figura de sedición, sino que su exclusivo interés era que estas
figuras privación ilegítima de la libertad, lesiones, instigación a cometer
delitos- se traduzcan en una mayor gravedad de injusto y de pena, su interés era
aumentar el quantum de la pena asignada por el Tribunal de Juicio. Efectúan la
reserva del caso federal.

II.4.- El imputado Luis Alberto Paredes, con patrocinio del Dr. Cantallops,
peticiona la nulidad de la sentencia de la Cámara de Casación Penal, por
incumplimiento de la restricción prevista en el art. 513 del CPPER. Se refiere a
los precedentes Coronel y Favre , que el Superior Tribunal de Justicia
de la Provincia dictó en el mes de abril de 2016.-

Alega la violación del principio de congruencia e indica que varias personas que
declararon como testigos, fueron luego consideradas partícipes del hecho. Ello
conlleva a que, quien depone como testigo y debería ser imputado, pueda
realizar una versión de los hechos que lo coloquen en una mejor situación.-

Señala que la sentencia de la Cámara de Casación es nula porque la Fiscalía no


estaba legitimada para recurrir y opina que se debió receptar el recurso de
casación incoado en su nombre, por resultar afectado el debido proceso legal y
el principio de congruencia. Interesa que se haga lugar a la impugnación
extraordinaria y se deje sin efecto la sentencia.-
II.5.- El Dr. Buktenica esgrime que, en virtud de lo dispuesto en el artículo 513,
el Ministerio Público Fiscal no podía recurrir en casación la sentencia dictada
por el Tribunal de Juicio y cita los precedentes Coronel y Favre
dictados por el Superior Tribunal de Justicia. Solicita se decrete la nulidad del
fallo impugnado por violación del código de procedimientos.-

III.- La Cámara de Casación Penal en fecha 1º de julio de 2016 concedió las


impugnaciones extraordinarias interpuestas por los Dres. Giorgio y Sabella;
Bacigaluppe; Pagliotto, Mulet y Petenatti; Buktenica, y la deducida por el
imputado Luis Alberto Paredes, con patrocinio letrado.-

IV.- Celebrada la audiencia prevista en el artículo 515 del Cód. Proc. Penal,
aplicable por expresa remisión del artículo 525 del citado digesto, concurrieron:
por el Ministerio Público Fiscal, el señor Procurador General de la Provincia, Dr.
Jorge Amilcar Luciano García, y la señora Procuradora Adjunta, Dra. Cecilia
Goyeneche; el señor Defensor de Pobres y Menores, Dr. Alejandro Maria
Giorgio, defensor técnico de Juan Manuel Rosas; el Dr. Guillermo Mulet,
defensor de Carlos Daniel Zaragoza; el Dr. Enrique Oscar Bacigaluppe, defensor
técnico de Alfredo Horacio Imaz, Ricardo Hernán Paredes, José Orlando
Troncoso, Romeo Fabián Valdez y Luis Alberto Gómez; el Dr. Gonzalo Martín
Cantallops, defensor técnico de Luis Alberto Paredes, y el Dr. Juan José
Buktenica, defensor técnico de Leandro Coutinho, Daniel Chávez, Carlos Alcides
Rosas, Maximiliano Andrés Paredes, Juan Pedro Lacuadra, Hugo Fabricio
Troncoso y José María Biderbos.-

IV.1.- En primer término el Dr. Giorgio planteó la arbitrariedad de la sentencia


dictada por el Tribunal de Casación.-

Analizó la restricción a la capacidad recursiva del Ministerio Público Fiscal


estipulada en el artículo 513 del CPPER, que torna inadmisible el recurso de
casación interpuesto por esa parte, toda vez que la sentencia dictada por el
Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad de Concordia es condenatoria y las
penas impuestas a los enjuiciados no son inferiores a la mitad de la solicitada
por la acusación pública en los alegatos.-

Mencionó como hechos nuevos el dictado de los fallos Bredis y


Capovila por la Cámara de Casación Penal, en los cuales se recepta la
postura ya adoptada por el Superior Tribunal de Justicia de nuestra Provincia
en relación a la validez de la limitación procesal del artículo 513 del CPPER.
También comentó el rechazo del Recurso Extraordinario Federal interpuesto
por el Procurador General de la Provincia en los autos Favre .-

Asimismo, consideró arbitrario el rechazo de los recursos de casación


articulados por las defensas de los imputados y reiteró los agravios relacionados
con la violación del principio de congruencia y la falta de idoneidad de la
conducta endilgada a los acusados para consumar el delito de sedición,
puntualizando que la presencia de los diecisiete acusados en la Jefatura de
Concordia no impidió el funcionamiento del resto de la fuerza policial.-

Afirmó que la sentencia no es un acto jurídico válido, no se respondieron los


agravios planteados por la defensas técnicas y se conculcó la garantía del doble
conforme.-

Solicitó que se haga efectivo el efecto extensivo de los recursos en favor de todos
los acusados.-

IV.2.- El Dr. Mulet sostuvo y ratificó los términos de la impugnación


oportunamente articulada y adhirió a lo alegado por el Dr. Giorgio.-

Reiteró el planteo respecto a la infracción de lo dispuesto en el artículo 513 del


CPPER y opinó que no se respetó el doble conforme, consagrado en el artículo
8.2.h del Pacto de San José de Costa Rica y 14.5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.-

Adicionó que el fallo atacado contiene una valoración aparente de las


circunstancias y pruebas en relación a Zaragoza y con la excusa de la acusación
colectiva, se obvió analizar y determinar la conducta precisa de cada uno de los
imputados. Resalta que no se puede atribuir a diecisiete personas las conductas
realizadas por ochenta y tres.-

Peticiona la anulación de las sentencias dictadas por el Tribunal de Juicio y


Apelaciones y por la Cámara de Casación Penal, ordenándose la realización de
un nuevo juicio oral.-

IV.3.- El Dr. Buktenica adhirió también a lo planteado por sus colegas e insistió
en la violación de lo dispuesto en el artículo 513 del CPPER. Citó el fallo
Capovila de la Cámara de Casación Penal.-

Afirma que es imposible que diecisiete personas impidan el funcionamiento de


toda la fuerza policial de la ciudad de Concordia y peticiona se decrete la nulidad
de la sentencia puesta en crisis.-

IV.4.- El Dr. Cantallops mantuvo la impugnación extraordinaria deducida y


adhirió a lo expresado por los defensores que le precedieron en el uso de la
palabra.-

Opinó que la sentencia valoró absurdamente la prueba y que se acreditó que la


entrada a la Jefatura fue una reacción ante la acción de Villalba.-
Habló del contexto en el que se produjo el hecho endilgado a los acusados y
relató pormenores en relación a la firma del acuerdo con el Gobernador de la
Provincia.-

Indicó que el fallo contiene una absurda valoración de la prueba y que es


imposible la configuración del delito de sedición. Planteó la afectación de la
congruencia y concordó con sus colegas en lo relativo a la aplicación al caso de
la restricción establecida en el artículo 513 del CPPER.-

IV.5.- El Dr. Bacigaluppe ratificó la impugnación incoada y adhirió a lo


manifestado por el Dr. Giorgio.-

Criticó la calificación legal de los hechos juzgados y consideró que esta causa
tiene carácter institucional; afirmó que se condenó a la parte más vulnerable de
la policía de la Provincia, porque el Ministerio Público Fiscal desestimó la
posibilidad de que se investigue a los jefes policiales.-

IV.6.- A su turno, por el Ministerio Público fiscal, la Dra. Goyeneche aclaró que
no se ha interpuesto recurso por el imputado Differding, por lo que la sentencia
está firme con respecto a él.-

Contestó el planteo -que estimó genérico- referido a la exclusión de la


legitimación del Ministerio Público Fiscal para recurrir y destacó que, recién en
esta instancia, los defensores alegan la inadmisibilidad del recurso de casación
interpuesto por la parte que representa.-

Analizó el artículo 513 del código de rito y expresó que la limitación a la facultad
recursiva del Ministerio Público Fiscal no rige cuando existe una absolución.
Precisamente, en este caso, el recurso fiscal se dirigió a cuestionar las
absoluciones decretadas por el Tribunal de Juicio y esto habilita el recurso,
determinando que la relación jurídica procesal haya sido debidamente
conformada, lo que se puede revisar en cualquier etapa del proceso penal,
conforme la doctrina expuesta por el Superior Tribunal de Justicia Provincial en
la causa Gromenida .-

Efectuó la reserva del caso federal y estimó que los recursos de la defensas no
satisfacen la regla de autosuficiencia y fundamentación autónoma.-

Precisó que el recurso incoado por el Dr. Buktenica se circunscribe a la


inadmisibilidad del recurso fiscal, sin cuestionar los hechos ni la calificación
legal. Su adhesión al resto de los recursos no respeta los requisitos del artículo
490 del CPPER, porque no tiene motivación suficiente y autónoma.-

Consideró que los recursos interpuestos por los Dres. Giorgio, Mulet,
Bacigaluppe y Cantallops contienen planteos contradictorios.-
Respondió el agravio basado en la presunta incongruencia y sostuvo que,
desde la apertura del debate, todas las partes procesales conocieron el contexto
fáctico imputado y se acusó a los diecisiete imputados, que actuaron en el marco
de un proceso colectivo en el que participaron más funcionarios policiales.
Explica que la acusación se dirigió contra los aquí imputados porque fueron
quienes realizaron individualmente las actividades más relevantes para la
consumación del hecho.-

Se refirió a la reconstrucción fáctica de los sucesos y puso de relieve que no está


controvertido que los policías ingresaron intempestiva y violentamente a dos
lugares cruciales: la Jefatura y el Comando Radioeléctrico de Concordia. Adujo
que el planteo de incongruencia es contradictorio con el de la falta de idoneidad
de los diecisiete acusados para consumar el delito de sedición. Agregó que los
argumentos de la defensa desatienden las reglas básicas de atribución de
responsabilidad en los casos de coautoría.-

Remarcó que se acreditó la ultraintención que requiere el tipo penal de sedición


-la obtención de una mejora salarial- que se efectivizó con la firma del acuerdo
con el Gobernador de la provincia.-

Con relación a la impugnación articulada por el Dr. Bacigaluppe estimó que el


recurso no satisface el requisito de autosuficiencia, se acreditó el uso de armas y
ese extremo no fue cuestionado por los letrados recurrentes. El Tribunal de
Casación reinterpreta la misma facticidad para tener por comprobada la
ostentación de armas. Citó, en apoyo de su postura, los precedentes Vela y
Recondo , de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.-

A continuación, abordó el recurso interpuesto por el Dr. Mulet, quien a su


criterio, impugna cuestiones fácticas que no habían planteado los anteriores
defensores de Zaragoza.-

Analizó las reglas de la coautoría y precisó que no debía indicarse el aporte


concreto de Zaragoza.-

Expresó que el recurso del Dr. Cantallops se vincula con la pretensión del Dr.
Giorgio y que el resto de las alegaciones efectuadas por el mencionado letrado
son inaudibles, su hipótesis ya fue contestada y descartada por el Tribunal de
Juicio y el de Casación y no resultan revisables en esta instancia extraordinaria.-

Por su parte, el señor Procurador General de la Provincia, Dr. García, habló de


la gravedad institucional del hecho juzgado en estas actuaciones y consideró que
fue el más grave desde la recuperación democrática, la condena de los
funcionarios policiales responsables sirve como una especie de nunca más .
Afirmó que es un absurdo arrancarle así a un mandatario provincial una
concesión salarial y ese acuerdo era inviable, atento lo dispuesto por el artículo
4º de la Constitución de Entre Ríos.-

Opinó que los hechos probados se corresponden con la verdad real, todo lo
ocurrido durante la sublevación policial quedó filmado, como bien se explica en
la sentencia del Tribunal de Juicio.-

Relató el caos en el que quedó sumida la ciudad de Concordia, los saqueos que
existieron y destacó que los funcionarios policiales quebrantaron un deber
positivo; señaló que los ciudadanos entregamos el monopolio de la fuerza
armada a la policía. Citó a Roxin y explicó que lo importante no es el dominio
material del hecho y, cuando se trata de una infracción a deberes extrapenales,
todos los que quebrantan su deber positivo resultan coautores.-

Lo expuesto, a su criterio, demuestra la absurdidad de los planteos de las


defensas recurrentes y aclaró que los policías que no fueron acusados y
participaron del hecho no eran los más importantes, una sola vez se traspasa el
riesgo permitido y entra a jugar la prohibición de regreso. Agregó que ello no
tiene nada que ver con la responsabilidad individual, sobre todo cuando quienes
deciden cómo y a quién investigar son los miembros del Ministerio Público, no
los defensores.-

Señaló que todos los argumentos en los que se fundan las impugnaciones
defensivas son falaces y mencionó que, desde un primer momento se les imputó
la comisión del delito de sedición. Los acusados deben asumir las consecuencias
de su accionar ilícito, para evitar que otro Gobernador soporte otra rebelión
como la acaecida en Concordia.-

V.- Ingresando al examen de las pretensiones esgrimidas en torno de las


impugnaciones extraordinarias articuladas, debo aclarar que, sin perjuicio de
que la sentencia dictada por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concordia
también fue cuestionada por los defensores Dr. Alejandro María GIORGIO, por
los imputados Carlos Daniel ZARAGOZA y Juan Manuel ROSAS; Dr. Enrique
Oscar BACIGALUPPE, por Alfredo Horacio IMAZ, Diego Federico
DIFFERDING, Ricardo Hernán PAREDES, José Orlando TRONCOSO, Luis
Roberto Jesús CARLINO y Romeo Fabián VALDEZ; Dr. Edelmiro DIAZ VELEZ,
por Luis Alberto Gómez; Dr. Gonzalo Martín CANTALLOPS, por Luis Alberto
PAREDES, y Dr. Juan José BUKTENICA, por Leandro COUTINHO, Daniel
CHÁVEZ, Carlos Alcides ROSAS, Maximiliano Andrés PAREDES, Juan Pedro
LACUADRA, Hugo Fabricio TRONCOSO y José María BIDERBOS; emerge
claramente de la sentencia de Casación impugnada que su esencial sustento
radica casi excluyentemente en el acogimiento del recurso de casación incoado
contra aquella sentencia por el Ministerio Público Fiscal, razón por la cual
abordaré, en primer lugar, los planteos relativos a la cuestión de la
admisibilidad de ese recurso de casación, en función de la expresa previsión
contenida en el art. 513 del Cód. Proc. Penal.-

En cumplimiento de ese cometido, cabe recordar que todos los recursos fueron
declarados formalmente admisibles (resolución de fecha 29/2/15, fs. 1259) por
la Sala Nº 1 de la Cámara de Casación Penal que, en la sentencia obrante a
fs.1642/1668vlto., hizo lugar parcialmente al Recurso de Casación interpuesto
por el Ministerio Público Fiscal y, luego de confirmar la absolución de culpa y
cargo por el delito de INSTIGACIÓN A LA COMISIÓN DE DELITOS (art. 209
del Código Penal), declaró a CARLOS DANIEL ZARAGOZA autor material y
penalmente responsable del delito de LESIONES LEVES EN RIÑA; y coautor
material y penalmente responsable de los delitos de SEDICIÓN AGRAVADA y
PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD, todo ello en concurso ideal (arts.
45, 54, 96, 141, 229 y 235, 1er. y 3er. párrs., del Código Penal), y a Manuel
Leandro COUTINHO, José María BIDERBOS, Juan Manuel ROSAS, Daniel
Eduardo CHAVEZ, Diego Federico DIFFERDING, Luis Alberto GOMEZ, Juan
Pedro LACUADRA, Alfredo Horacio IMAZ, Luis Roberto Jesus CARLINO, José
Orlando TRONCOSO, Hugo Fabricio TRONCOSO, Ricardo Hernán PAREDES,
Luis Alberto PAREDES, Andrés Maximiliano PAREDES, Carlos Alcides ROSAS
y Romeo Fabián VALDEZ, los condenó como coautores materiales y penalmente
responsables de los delitos de SEDICIÓN AGRAVADA y PRIVACIÓN
ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD, en concurso ideal (arts. 45, 54, 141, 229 y 235,
1er. y 3er. párrs., del Código Penal) y ordenó remitir las actuaciones al Tribunal
de origen para que, en audiencia celebrada al efecto, individualice y determine
la pena que resulte adecuada según la nueva calificación legal establecida, y
rechazó los recursos de Casación interpuestos por los señores defensores
técnicos de los imputados Carlos D. Zaragoza, Juan M. Rosas, Alfredo H. Imaz,
Diego F. Differding, Ricardo H. Paredes, José O. Troncoso, Luis R. J. Carlino,
Romeo F. Valdez, Luis A. Gómez, Luis A. Paredes, Leandro Coutinho, Daniel
Chávez, Carlos A. Rosas, Maximiliano A. Paredes, Juan P. Lacuadra, Hugo F.
Troncoso y José M. Biderbos.-

VI.- En el referido contexto situacional, al haberse controvertido puntualmente


la legitimación del Ministerio Público Fiscal para impugnar la sentencia del
Tribunal de Juicio, resulta necesario recordar lo que expresé ante supuestos
similares, en las causas Coronel (resuelta por este Tribunal en sentencia del
6/4/16) y Favre (14/4/16), respecto de que no es posible desconocer el
expreso marco de legitimación impugnativa que otorga nuestro Código Procesal
Penal vigente al Ministerio Público Fiscal respecto de la sentencia condenatoria
que, extendiendo infraconstitucionalmente al órgano de la acusación estatal el
derecho -convencional y constitucional- de la persona condenada penalmente
de someter esa sentencia a la revisión de un tribunal superior, lo habilita para
recurrir las sentencias definitivas y resoluciones equiparables (art. 511, C.P.P.)
que importen el dictado de sobreseimiento, sentencia absolutoria o sentencia
condenatoria, cuando la pena aplicada sea inferior a la mitad de la pena
pretendida (cfme.: art. 513, C.P.P.) imponiéndole, en este último supuesto, un
específico límite que no admite distinción alguna en orden al motivo de la
impugnación fiscal de que se trate, toda vez que este puntual extremo del texto
de la norma exhibe acabada claridad, resultando categórico e incontrovertible;
en tales condiciones es de aplicación al caso la tradicional pauta de
hermenéutica que establece que, cuando una ley es clara y no exige mayor
esfuerzo interpretativo, no cabe sino su directa aplicación (cfme.: C.S.J.N.;
Fallos, 218:56).-

Resulta así imprescindible, al resolver acerca de la admisión de un recurso de


casación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal, verificar el monto de pena
solicitado y confrontarlo con la impuesta en la sentencia de condena, ya que
solamente en el caso que esta última sea inferior a la mitad de la peticionada por
aquél será viable la impugnación.-

En el presente caso, la señora Procuradora Adjunta, solicitó en el Juicio


(cftr.: fs. 1042/1044 y 1045/1047) la imposición de 7 años de prisión efectiva,
inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por el doble de la condena y
accesorias legales para Zaragoza, al considerarlo autor de los delitos de sedición
agravada, privación ilegítima de la libertad, instigación pública a cometer
delitos y lesiones leves en concurso ideal; propició se condene a Manuel
Leandro Coutinho, Luis Alberto Gómez, Juan Manuel Rosas, Diego Federico
Differding, José María Biderbos, Juan Pedro Lacuadra, Daniel Eduardo Chavez,
Alfredo Horacio Imaz a cumplir la pena de 6 años y 6 meses de prisión,
inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por el doble de tiempo de la
condena y accesorias legales como autores materiales y responsables de los
delitos de sedición agravada, privación ilegítima de la libertad e instigación
pública a cometer delitos, y para los imputados Hugo Fabricio Troncoso, Romeo
Fabián Valdez, Ricardo Hernán Paredes, Maximiliano Andrés Paredes, José
Orlando Troncoso, Luis Alberto Paredes, Carlos Alcides Rosas y Luis Roberto
Jesús Carlino, peticionó la pena de 5 años de prisión e inhabilitación especial
para ejercer cargos públicos por el doble de tiempo de la condena por la
comisión de los delitos de sedición agravada, privación ilegítima de la libertad e
instigación pública a cometer delitos.-

A su vez, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad de Concordia -


conformado en la oportunidad por los Dres. Jorge Barbagelata Xavier, Silvina
Gallo y Darío Perroud- resolvió imponer a Carlos Daniel Zaragoza, Manuel
Leandro Coutinho y José María Biderbos la pena de cuatro años y seis meses de
prisión efectiva, inhabilitación especial para ejercer funciones públicas por
nueve años y accesorias legales, por el delito de sedición agravada por la
condición de funcionario público (arts. 45, 229 y 235. 1er. párr., del Cód. Penal);
a Juan Manuel Rosas, Daniel Eduardo Chavez, Diego Federico Differding, Luis
Alberto Gómez, Juan Pedro Lacuadra y Alfredo Horacio Imaz, los condenó a
cumplir cuatro años de prisión efectiva, inhabilitación especial para ejercer
funciones públicas por ocho años y accesorias legales, por el delito de sedición
agravada por la condición de funcionario público (arts. 45, 229 y 235. 1er. párr.,
del Cód. Penal); a Luis Roberto Jesús Carlino, José Orlando Troncoso, Hugo
Fabricio Troncoso, Ricardo Hernán Paredes, Luis Alberto Paredes, Andrés
Maximiliano Paredes, Carlos Alcides Rosas y Romeo Fabián Valdez les aplicó la
pena de tres años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo,
inhabilitación especial para ejercer funciones públicas por siete años y
accesorias legales, por el delito de sedición agravada por la condición de
funcionario público (arts. 45, 229 y 235. 1er. párr., del Cód. Penal); además,
absolvió de culpa y cargo a Carlos Daniel Zaragoza, Manuel Leandro Coutinho,
José María Biderbos, José Orlando Troncoso, Ricardo Hernán Paredes, Diego
Federico Differding, Luis Alberto Gómez, Andrés Maximiliano Paredes, Alfredo
Horacio Imaz, Hugo Fabricio Troncoso, Daniel Eduardo Chávez, Carlos Alcides
Rosas, Luis Roberto Jesús Carlino, Romeo Fabián Valdez y Juan Manuel Rosas,
por los delitos de privación ilegítima de la libertad, daño calificado, peculado de
bienes, robo, lesiones leves reiteradas -dos hechos- e instigación a la comisión
de delitos.-

Emerge incontrastable del simple cotejo del monto de las penas solicitadas por
la Fiscalía con las impuestas en el pronunciamiento condenatorio, que estas
últimas son superiores a la mitad de las peticionadas por la representante del
Ministerio Público Fiscal en el alegato acusatorio efectuado en el juicio y, por
ende, el recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público Fiscal resulta
palmariamente inadmisible (cfme.: art. 513, Cód. Proc. Penal).-

En este contexto, cabe reparar que los representantes de la acusación pública


pretenden sortear el señalado obstáculo procesal, alegando que el Tribunal de
Juicio y Apelaciones de Concordia también absolvió a los encausados por los
delitos de daño calificado, peculado de bienes, robo, privación ilegítima de la
libertad, lesiones leves reiteradas e instigación a la comisión de delitos,
resaltando que el artículo 513 del CPPER sólo limita el recurso fiscal en los casos
de sentencia condenatoria, pero no establece límite alguno frente a una
sentencia absolutoria, y se recurrió, precisamente por esas absoluciones.-

Esta argumentación encierra una falacia racionalmente inaceptable, pues el


órgano acusador cuestiona la calificación otorgada a delitos que fueron objeto
de la condena y basa su disconformidad con el fallo dictado por el Tribunal de
Juicio en la supuesta infracción a las reglas del concurso ideal, precisando, en el
libelo obrante a fs. 1233/1249vlto. que se acusó por un solo hecho que resulta
abarcado por una pluralidad de subsunciones o valoraciones típicas y que el
delito de sedición abarca en "abrazadera" a todos los hechos que lo componen,
por lo que se imputó un único sustrato fáctico insusceptible de ser partido o
seccionado como hizo el sentenciante. Mas, durante la audiencia celebrada el
4/4/18 al intentar rebatir el planteo de las defensas relativo a la inadmisibilidad
del recurso de casación, fracciona los sucesos, analizándolos separadamente, en
franca contradicción con la interpretación de los hechos y las normas penales en
juego que propuso en su recurso.-

Pero, además de ello y por sobre todo los argumentos esgrimidos, deviene
incontestable que el recurso de la Fiscalía no se limita a cuestionar las
mencionadas absoluciones, sino que, a través de ellas, critica en esencia la
condena por sedición agravada por la condición de funcionarios públicos de los
encartados, peticionando que se aplique, además, la figura agravada del artículo
235, inc. 3º, del Código Penal, lo que evidencia su subrepticio propósito de
ignorar la concreta y clara disposición del artículo 513 del la ley ritual,
impugnando una condena que, en definitiva, no es inferior a la mitad de la
solicitada.-

La impugnación casatoria de la acusación pública fue receptada -en sus partes


más trascendentes- por el Tribunal de Casación, organismo que agravó las
calificaciones jurídicas otorgadas por el Tribunal de Juicio a las conductas
endilgadas a los imputados, por las cuales dictó condenas, verificándose así la
violación del límite establecido por el artículo 513 del Cód. Proc. Penal.-

A esta altura del análisis, necesario resulta consignar que tal restricción procesal
parte de la idea de que el Estado, como titular del ius puniendi, puede
autolimitar el ejercicio de la acción impugnativa para los casos de mayor
relevancia punitiva, porque el Ministerio Público Fiscal es un órgano estatal y no
una persona (artículo 1º, Convención Americana de Derechos Humanos), su
capacidad recursiva es consecuencia de una atribución normativa y carece de la
jerarquía constitucional otorgada en favor del condenado como derecho al
recurso o al doble conforme. La postura que sustento ha sido avalada por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, armónicamente con lo expresado, en
los casos Giroldi (Fallos, 318:514) y Arce (Fallos, 320:2145).-

No obstante, cabe advertir que aunque se incorpore otro elemento de valoración


y, en términos fijados por el Cimero Tribunal Federal - Strada (Fallos,
308:490) y Di Mascio (Fallos, 311:2478)- la restricción resulte legítima
cuando las objeciones se vinculan con cuestiones de derecho común o de
procedimiento, pero no cuando lo que se pretende es el examen de un agravio
de naturaleza federal, porque si bien las Provincias pueden crear las instancias
judiciales que consideren apropiadas, cuando exista una cuestión constitucional
a resolver no pueden vedar el acceso a la Corte Suprema, intérprete final de la
Constitución Nacional, en el presente caso, el Ministerio Público Fiscal
cuestiona la falta de aplicación de las normas relativas al concurso ideal de
delitos, la violación de las reglas de la coautoría, solicita la subsunción de las
conductas en la figura agravada de sedición (prevista en el artículo 235, inc. 3º,
del Cód. Penal) y la revocación de las absoluciones por los delitos de instigación
a cometer delitos, privación ilegítima de la libertad y que se condene al acusado
Zaragoza también por la comisión del delito de lesiones leves, surgiendo
indubitable de lo expuesto que los planteos se refieren exclusivamente a
cuestiones relativas a la interpretación y alcances de las normas penales
(C.S.J.N., Fallos: 293:677, 294:295, 300:575 y 1170), ajenas por definición a la
competencia excepcional de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y no
surge planteada en debida forma una cuestión que pudiera habilitar en la
especie una excepción a la regla del artículo 513 del Cód. Proc. Penal.-

En torno de esta especial cuestión, es menester resaltar que la propia Corte


Suprema de Justicia de la Nación se expidió sobre el tema planteado en la ya
citada causa Favre , declarando inadmisible el recurso extraordinario
federal incoado por el Procurador General de la provincia (C.S.J.N., sentencia
del 10/8/17), convalidando de ese modo la doctrina jurisprudencial allí fijada y
que resulta aplicable al presente caso.-

Resulta destacable también que la Cámara de Casación Penal en la causa


Capovila , sentencia de fecha 1º/2/18, declaró inadmisible el recurso de
casación interpuesto por el representante del Ministerio Público Fiscal, atento a
que la pena impuesta al imputado era superior a la mitad de la pretendida por la
acusación pública y se descartó la existencia de una cuestión constitucional. Esa
decisión no fue cuestionada por el Ministerio Público Fiscal.-

VII.- En definitiva, necesario es precisar que la ley es clara y, se comparta o no la


limitación que establece o, incluso, que tenga la acusación derecho al recurso
contra la sentencia definitiva, debe ser estrictamente observada y aplicada en
consecuencia, sin distinguir donde ella no lo hace; la impugnación que el
fiscal puede interponer contra la sentencia definitiva no se inscribe en el ámbito
del recurso entendido como garantía judicial a que aluden los instrumentos
elevados a rango constitucional tales como la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Ello
es una consecuencia de la naturaleza misma de esos tratados, donde se
enumeran derechos y prerrogativas reconocidos a las personas como un límite
frente a la autoridad del Estado (cftr.: Fleming, A. López Viñals, P.;
Garantías del Imputado , pág. 414, Edit. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2007).-

VIII.- De conformidad con todo lo precedentemente expresado, no puedo sino


concluir que el fallo casatorio impugnado padece un vicio esencial al centrarse -
básicamente- en el tratamiento y acogimiento del recurso del Ministerio Público
Fiscal que se revela erróneamente admitido por la Cámara de Casación
desconociendo lo inequívocamente establecido en el art. 513 del Cód. Proc.
Penal y resolviendo en contra de lo legislado en dicha norma ritual y si bien se
expide rechazando los restantes recursos articulados por las defensas técnicas
de los imputados, su fundamento y conclusión sobre ellos se revela como una
necesaria consecuencia del resultado al que arriba el pronunciamiento respecto
de la impugnación de la acusación pública; por consiguiente, sintetizo mi
sufragio a esta primera cuestión proponiendo hacer lugar a las impugnaciones
extraordinarias deducidas por los imputados Juan Manuel Rosas, Hugo F.
Troncoso, Romeo F. Valdez, José O. Troncoso, Ricardo H. Paredes, Horacio A.
Imaz, Luis A. Gómez, Carlos Daniel Zaragoza, Leandro Coutinho, Daniel
Chavez, Carlos Rosas, Maximiliano A. Paredes, Juan P. Lacuadra, José Biderbos
y Luis A. Paredes contra la sentencia de fs. 1642/1668vlto., dictada por la Sala
Nº 1 de la Cámara de Casación Penal que, por lo expresado, corresponde anular,
declarar mal admitido a fs. 1259 por el tribunal a quo el recurso de casación
deducido por el Ministerio Público Fiscal y disponer el reenvío de las
actuaciones al tribunal recurrido, a fin de que, debidamente integrado, se
pronuncie acerca de los recursos de casación articulados por las defensas
técnicas de los acusados en aras a salvaguardar su derecho al doble conforme,
deviniendo abstractos los agravios expresados en sus respectivas impugnaciones
extraordinarias.-

Así voto.-

El señor Vocal Dr. GIORGIO, a la misma cuestión, dijo:

Las sólidas razones que ha vertido el distinguido colega en el voto que antecede
conducen necesaria e inevitablemente a la conclusión a la que arriba, motivo
por el cual no puedo más que adherir íntegramente y sin reserva alguna a los
fundamentos y solución que se propone.

Sin perjuicio de ello, a mayor abundamiento, es bueno recordar aquí lo que este
Tribunal -con diferente integración pero en igual sentido- ha resuelto en los
autos "Coronel, Mario Cesar - Abuso Sexual Reiterado - Recurso de Casación -
Impugnación Extraordinaria" (6/4/16) donde se receptó el pronunciamiento de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación vertido en el precedente "Arce" que
cita el colega preopinante.

A riesgo de ser reiterativo, cabe tener presente que en dicho pronunciamiento la


Corte ha dicho a las claras y en forma categórica que "... las garantías emanadas
de los tratados sobre derechos humanos deben entenderse en función de la
protección de los derechos esenciales del ser humano y no para beneficio de los
estados contratantes ..." señalando seguidamente, que "... la garantía del
derecho a recurrir ha sido consagrada sólo en beneficio del inculpado. Cabe
concluir, entonces, que en tanto el Ministerio Público es un órgano del Estado y
no es el sujeto destinatario del beneficio, no se encuentra amparado por la
norma con rango constitucional, sin que ello obste a que el legislador, si lo
considera necesario, le conceda igual derecho...".

En el mismo precedente se dijo asimismo, ante la tacha de inconstitucionalidad


del art. 458 del Código Procesal Penal de la Nación en cuanto no se concede al
Ministerio Público el derecho de recurrir por vía de casación, que "... es preciso
señalar que el derecho a la doble instancia no reviste jerarquía constitucional.
En este sentido, existe reiterada jurisprudencia de esta Corte que afirma que el
adecuado respeto a la garantía del debido proceso sólo exige que el litigante sea
oído con las formalidades legales y no depende del número de instancias que las
leyes procesales reglamentando esta garantía constitucional, establezcan según
la naturaleza de las causas (confr. Fallos: 126:114; 127:167; 155:96; 223:430;
231: 432; 289:95; 298:252 entre otros)...".

No obstante ello, puso especialmente de resalto que "... esta regla ha quedado
limitada por la reforma constitucional de 1994, que consagra expresamente el
derecho del inculpado de "recurrir del fallo ante juez o tribunal superior" (confr.
art. 8°, párrafo 2°, inc. h, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Por consiguiente es voluntad del constituyente rodear a este sujeto
de mayores garantías sin que sea posible concluir que esta diferencia vulnere la
Carta Magna, pues es una norma con jerarquía constitucional la que dispone tal
tratamiento...".

Por último, en el mismo precedente se dijo de igual modo que "... el Estado -
titular de la acción penal- puede autolimitar el "ius persequendi" en los casos
que considere que no revisten suficiente relevancia como para justificar su
actuación. En tales condiciones, el fiscal debe ejercer su pretensión en los
términos que la ley procesal le concede. Por ello, no puede considerarse
inconstitucional la limitación de la facultad de recurrir del Ministerio Público
cuando se verifique un supuesto como el previsto por el art. 458 del Código
Procesal Penal de la Nación en la medida en que, en las particulares
circunstancias del sub lite, no se ha demostrado que se haya afectado la validez
de otras normas constitucionales ..." (conf. fallo citado - 14/10/97).

De acuerdo a este precedente, puede decirse entonces que en el art. 513 de


nuestro Código Procesal Penal existe una indiscutible autolimitación del Estado
al disponer una concreta restricción a las posibilidades recursivas del Ministerio
Público Fiscal, restricción ésta que, en el caso de sentencias de condena, ha sido
establecida en función de una determinada medida de aceptación de la
pretensión punitiva introducida en la etapa de la discusión final. En este
sentido, el legislador ha fijado como límite objetivo y sin que amerite discusión
alguna al respecto, de acuerdo al grado de acogimiento que tenga esa
pretensión, la existencia de una pena inferior a la mitad de lo pretendido, como
única hipótesis válida, para hacer posible la apertura de la vía recursiva.

Aquí, en el caso que nos convoca, se ha dictado una sentencia de condena que
recepta en gran medida la pretensión punitiva deducida por el Ministerio
Público Fiscal, es decir, en un monto superior a la mitad de lo pretendido, por lo
que coincido con el Sr. Vocal preopinante en cuanto a que los argumentos que
ha desgranado la Fiscalía en el informe producido en la pasada audiencia
encierran una falacia inaceptable, una ocurrente argucia para tratar de superar
esa barrera infranqueable que impide la apertura del recurso, en cuanto aducen
que están recurriendo la parte absolutiva de la sentencia pero, en definitiva,
están cuestionando la calificación otorgada a delitos que fueron objetos de
condena y disconformándose con una supuesta infracción a las reglas del
concurso ideal, careciendo en este caso por lo que se ha visto de legitimación
para recurrir.

De acuerdo al temperamento que en este caso debe adoptarse, es decir, de


revocarse la sentencia del Tribunal de Casación por el vicio inicial incurrido con
la indebida admisión del recurso del Ministerio Fiscal y al que se dedicó el
mayor tratamiento, los restantes agravios que han deducido los Sres. Defensores
deberán ser tratados por ese Tribunal pero con una nueva integración a fin de
garantizar a los imputados una revisión plena e integral de la sentencia de
grado.

En definitiva, por los argumentos expuestos, adhiero en consecuencia en su


totalidad a los fundamentos y solución que propone el Sr. Vocal preopinante en
su pronunciamiento.

Así voto.-

A su turno, la señora Vocal, Dra. MIZAWAK, a la misma cuestión propuesta,


DIJO:

I.- El Señor Vocal de primer orden -Dr. Carubia- reseñó suficientemente los
antecedentes relevantes del caso y las posturas argumentales de las partes y, a
fin de evitar innecesarias reiteraciones, me remito a lo allí consignado.-

II.- Ingresando al tratamiento de la controversia planteada, no puedo dejar de


resaltar que, la cuestión a dilucidar en el sub lite difiere sustancialmente del
supuesto de hecho planteado en el caso "Favre", resuelto por este Superior
Tribunal en fecha 16 de abril de 2016, en el cual expresé mi postura minoritaria
respecto al límite establecido en el artículo 513 del C.P.P.E.R., porque en esta
causa, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad de Concordia, en la
sentencia dictada el 1º de julio de 2015 resolvió absolver de culpa y cargo a
Carlos Daniel Zaragoza, Manuel Leandro Coutinho, José María Biderbos, José
Orlando Troncoso, Ricardo Hernán Paredes, Juan Pedro Lacuadra, Luis Alberto
Paredes, Diego Federico Differding, Luis Alberto Gómez, Andrés Maximiliano
Paredes, Alfredo Horacio Imaz, Hugo Fabricio Troncoso, Daniel Eduardo
Chávez, Carlos Alcides Rosas, Luis Roberto Jesus Carlino, Romeo Fabián Valdez
y Juan Manuel Rosas, por los delitos de privación ilegítima de la libertad, daño
calificado, peculado de bienes, robo, lesiones leves reiteradas -dos hechos- e
instigación a la comisión de delitos.-

La mencionada absolución habilitó formalmente la capacidad recursiva del


Ministerio Público Fiscal, toda vez que el artículo 513 del digesto procesal no
establece límite alguno cuando la impugnación fiscal se dirige a cuestionar una
sentencia absolutoria.-

III.- Sentado ello, y en relación con la concreta discusión en torno a la


legitimación del Ministerio Público Fiscal para cuestionar la condena por
sedición agravada (arts. 229 y 235, primer párrafo, del C. Penal) resuelta por el
Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concordia en virtud de lo establecido por el
artículo 513 del CPPER (según ley 10.317), al ya estar definida la resolución de
este caso -frente a la coincidencia entre los vocales que me precedieron en la
votación- considero conveniente abstenerme de emitir opinión.-

Así voto.-

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PROPUESTA, EL SEÑOR VOCAL DR. CARUBIA,


DIJO:

Las costas de esta etapa impugnativa deben declararse de oficio (arts. 583 sgts. y
cdts., C.P.P).-

La lectura íntegra de la sentencia cabe concretarla, por razones de posibilidades


en el organigrama de tareas de este Tribunal y sus miembros, el día 4 de mayo
de 2018 a las 12:30 horas.-

Tal es mi voto.-

El señor Vocal, Dr. Giorgio, dijo que adhiere al voto que antecede por análogas
consideraciones, mientras que la señora Vocal, Dra. MIZAWAK, sobre la
cuestión propuesta, manifestó:

Que, existiendo coincidencia de los señores Vocales que me preceden en la


votación, hago uso de la facultad de abstención que me confiere el art. 33,
última parte, de la L.O.P.J. texto según Ley Nº 9234-.-

Con lo cual se dio por terminado el acto, quedando acordada la siguiente


sentencia:

Firmado: DANIEL O. CARUBIA

MIGUEL A. GIORGIO CLAUDIA M. MIZAWAK

S E N T E N C I A:

PARANA, 4 de mayo de 2018.-


Y VISTOS:

Por los fundamentos del Acuerdo que antecede;

SE RESUELVE:

1º) HACER LUGAR a las impugnaciones extraordinarias deducidas a fs.


1675/1682, 1685/1694vlto., 1696/1703, 1704/1708 y 1710/1713 por los
imputados Juan Manuel Rosas, Hugo F. Troncoso, Romeo F. Valdez, José O.
Troncoso, Ricardo H. Paredes, Horacio A. Imaz, Luis A. Gómez, Carlos Daniel
Zaragoza, Leandro Coutinho, Daniel Chávez, Carlos Rosas, Maximiliano A.
Paredes, Juan P. Lacuadra, José Biderbos y Luis A. Paredes, contra la sentencia
de fs. 1642/1668vlto. dictada por la Sala Nº 1 de la Cámara de Casación Penal, la
que, en consecuencia, se anula declarándose mal admitido a fs. 1259 el recurso
de casación deducido por el Ministerio Público Fiscal a fs. 1233/1249vlto.-

2º) REENVIAR las presentes actuaciones a la Sala Nº 1 de la Cámara de


Casación Penal de esta Capital, a fin de que, debidamente integrada, se
pronuncie acerca de los recursos de casación articulados por Carlos Daniel
ZARAGOZA, Juan Manuel ROSAS, Alfredo Horacio IMAZ, Diego Federico
DIFFERDING, Ricardo Hernán PAREDES, José Orlando TRONCOSO, Luis
Roberto Jesús CARLINO, Romeo Fabián VALDEZ, Luis Alberto GOMEZ, Luis
Alberto PAREDES, Leandro COUTINHO, Daniel CHÁVEZ, Carlos Alcides
ROSAS, Maximiliano Andrés PAREDES, Juan Pedro LACUADRA, Hugo
Fabricio TRONCOSO y José María BIDERBOS.-

3º) ESTABLECER las costas de oficio (art. 583, sgtes. y cdtes., C.P.P.).-

4º) DEJAR CONSTANCIA que no se regulan los honorarios profesionales


de los letrados intervinientes por no haberlos peticionado expresamente -art.
97 inc. 1º del Decreto Ley Nº 7046/82, ratificado por Ley Nº 7503-.

5º) FIJAR la audiencia del día 4 de mayo de 2018 a las 12:30 horas para
la lectura íntegra de los fundamentos de la sentencia.

Protocolícese, notifíquese en la forma de estilo y, oportunamente, bajen


mediante atenta nota de Secretaría.-

Firmado: DANIEL O. CARUBIA

MIGUEL A. GIORGIO CLAUDIA M. MIZAWAK

Ante mí: NOELIA VIRGINIA RIOS -SECRETARIA-


***ES COPIA***

NOELIA VIRGINIA RIOS

SECRETARIA

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