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¿Conoces el Método

de Heinrich para el
cálculo del coste de
un accidente de
trabajo?

Calcular el coste de un accidente de trabajo es una ardua, costosa y compleja tarea que no siempre
estamos en disposición de poder realizar.
La situación ideal sería la de poder realizar un análisis detallado de todos los accidentes producidos en
una empresa determinada en un periodo de tiempo concreto, calculando para cada uno de ellos todos los
elementos de coste que pueden incidir en el accidente con objeto de llegar a determinar costes promedios
para cada tipo de siniestro. Lamentablemente hay pocas empresas que se puedan permitir este esfuerzo
analítico.
Por ello se utilizan los métodos estimativos que, pese a no gozar de la exactitud del método anterior, nos
ofrecen rápidamente una visión muy general de lo que pueden estar costando los accidentes para las
empresas. Existen diversos métodos estimativos, pero hoy queremos destacar el famoso Método de
Heinrich.
Herbert William Heinrich (1886-1962) fue un pionero de la seguridad industrial estadounidense en la
década de 1930. Heinrich era un ingeniero de la división de ingeniería e inspección de la Travelers
Insurance Company, cuando publicó su libro “Prevención de accidentes industriales, un enfoque
científico” (Industrial Accident Prevention, A Scientific Approach) en 1931. Una conclusión empírica de
su libro pasó a ser conocida como la Ley de Heinrich, era la que establecía que por cada accidente de
trabajo que produce una lesión grave o mortal, se producen 29 accidentes que dan lugar a lesiones leves
y 300 incidentes o accidentes sin daños personales.

Además de la conocida Ley, de la que hablaremos en otra ocasión, el ingeniero también estableció un
método sencillo para la estimación de los costes reales de los accidentes de trabajo que sigue siendo
vigente hoy en día.
Heinrich introdujo el concepto de costes directos y costes indirectos y su famosa proporción ¼. Esta
relación ha sido mantenida durante muchos años, pero posteriormente este valor fue actualizado en
1962, obteniéndose la relación 1/8.
El coste total de los accidentes se determina a partir de la siguiente suma:
Coste total = Coste directo + Coste indirecto
El valor del Coste indirecto se obtiene a partir de la expresión Ci = α x Cd, siendo α un valor
dependiente del tamaño de la empresa, actividad, ubicación, etc. adoptando como valor más
generalizado de α = 4, con lo que resulta que Ct = Cd + 4 x Cd = 5 x Cd, lo que permite deducir que el
coste total del accidente equivale a cinco veces los costes directos, permitiendo su cálculo en función
de los factores antes señalados.

El coste total de un accidente de trabajo equivale a


cinco veces los costes directos del mismo
Aunque pueda parecer que es un método muy antiguo, es uno de los sistemas de estimación de los costes
de accidentes más utilizados en España, y ha sido corroborado con posterioridad por expertos en la
materia como Roland P. Blake, que en los años 70 realizó diferentes análisis en distintas empresas
basándose en los mismos criterios que Heinrich, obteniendo unos resultados en los que los costes
indirectos estaban entre el 1:1 y 8:1 de los costes directos, lo que en su opinión coincidía y apoyaba al
promedio obtenido por Heinrich.
Pese a que las teorías de Heinrich han sido cuestionadas con el tiempo, y que incluso años después del
fallecimiento del ingeniero algunos de sus discípulos revelaron que sus cifras eran meras intuiciones tras
las cuales no se albergaba trabajo científico alguno, en lo fundamental las ideas de Heinrich siguen
siendo válidas y la simplicidad de su método hace que se considere como una estimación y a título
orientativo dado las grandes variaciones existentes en la estimación de los costes indirectos.
Al cuadro de costes de Heinrich deberíamos añadir hoy valores relacionados con la RSC y con la
reputación de la compañía tanto para con la sociedad como con sus propios empleados, entre otros costes
indirectos, y en España también tendría cabida como coste directo el ocasionado por el famoso y no
exento de polémica recargo de prestaciones.
El coste total del accidente es:

CT = Cd + Ci

Los costes indirectos se calculan en función de los costes directos, mediante

la siguiente función :
Método Heinrich

Ci = a x Cd
Cd: coste directo
Un valor corriente de "a" es 4 , de ahí que la expresión sería:

Ci: coste indirecto


Ci = 4 x Cd

Por lo que se puede afirmar, que el coste total del accidente sería el

quíntuplo de los costes directos.

CT = 5 x Cd

El coste total es la suma de ambos:

CT = Ca + Cna

Ca es fácil de determinar, sin embargo, para Cna se han de tener en cuenta

las siguientes reglas:


Método Simonds
1. Los accidentes se han de clasificar en determinados tipos: A1, A2, A3, A4,

Ca: coste asegurado etc.

2. La empresa debe llevar una estadística del número de veces que se

Cna: coste no asegurado produce cada clase de accidente.


3. Se ha de calcular el coste medio no asegurable de cada accidente de

categoría “A” que ocurre, expresado en C1, C2, C3, C4, etc.

Se ha de calcular el coste medio de los accidentes para cada tipo de ellos.

El coste total es:


CT=Ca + C1 * A1 + C2 * A2 + C3 * A3 +...+ Cn + An

Se basa en 5 factores en la producción:

1. Mano de obra.

2. Maquinaria.

Método de los
3. Material.
elementos de

producción. 4. Instalaciones.

5. Tiempo

El coste total es la suma de los costes o pérdidas producidas en cada

elemento de producción, a causa del accidente.


En la actualidad,
metodologías
múltiples factores.
de debido
cálculo amucho
las carencias
más desarrolladas
que presentan
y que
loscuentan
métodoscon
anteriores,
la valoración
se emplean
de
Accidentes laborales aumentan en México

Los hombres sufren más accidentes que las mujeres

Los accidentes laborales son un problema que se incrementa en México. De


acuerdo con las cifras anuales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
en 2010, 406 mil 802 personas sufrieron un percance de esta naturaleza, contra
399 mil 125 de un año antes.

Sólo en lo que respecta a accidentes, que van desde luxaciones, quemaduras,


heridas y fracturas hasta amputaciones, en 2010 se reportaron 403 mil 336 casos,
es decir que por cada 100 trabajadores, 2.8 se vieron expuestos a uno de estos
percances.

Los datos muestran que los trabajadores del sector autoservicios fueron los más
afectados, frente a otros como los de la construcción o preparado y servido de
alimentos.
Otro sector con altos índices de accidentes fue el de preparación y servicio de
alimentos y bebidas, es decir, los restaurantes. En esta actividad 4.3% de los
empleados se vio afectado, con un total de 20 mil 897 reportes.

Según los datos del IMSS del total nacional de accidentes de trabajo, 283 mil 709
fueron hombres, mientras que 119 mil 627, mujeres.

El incidente más común fueron los traumatismos superficiales con 108 mil 96
casos, luego las luxaciones, esguinces y desgarros, con 92 mil 246, y las heridas
con 73 mil 537 incidentes.

No obstante, existen accidentes que pueden resultar fatales. De acuerdo con los
datos del IMSS hubo mil 122 defunciones a consecuencia de accidentes de
trabajo, esto significa que 0.8 trabajadores por cada diez mil tuvieron un final
trágico mientras se ganaban la vida.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo


mueren diariamente seis mil 300 personas como consecuencia de lesiones o
enfermedades relacionadas con el tema laboral.
El personal de transporte terrestre fue el más afectado en 2010, con 3.5 muertes
por cada diez mil trabajadores, equivalentes a 140 defunciones.

Por otra parte, durante 2010 se reportaron tres mil 466 personas con alguna
enfermedad laboral en nuestro país, siendo el síndrome del túnel carpiano
(padecimiento que según los especialistas afecta a quienes utilizan mucho el
mouse de la computadora y los teléfonos inteligentes) el que más se registra.

El síndrome del túnel carpiano ocupa el sexto puesto como uno de los
padecimientos laborales más frecuentes.

En el primero se ubica la hipoacusia conductiva y neurosensorial (pérdida de la


audición temporal o irreversible), con 37.5% de los casos. Luego está la
neumoconiosis (problemas pulmonares por respirar polvo, común en minas de
carbón), con 18.5% de participación del total.

x
Por su parte, las afecciones respiratorias a consecuencia de inhalación de gases,
vapores y sustancias químicas ocupan el tercer lugar en el conteo de las
enfermedades laborales más comunes con 10.5 % de los afectados.

Posteriormente, en el cuarto escaño están la sinovitis, tenosinovitis y bursitis


(inflamación en los tendones de varias partes del cuerpo), con 6.1% de los casos
totales, mientras que en el quinto está la dermatitis de contacto (reacciones en la
piel) representan el 4.1%.

Otras enfermedades laborales comunes, aunque con un menor peso son las
entesopatías (inflamaciones de las áreas en que los huesos se unen con los
tendones), lesiones del hombro, tensiones en la columna, intoxicaciones, entre
otros.

Mueren mil 412 personas al año por accidentes laborales


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Los cargadores y trabajadores de tiendas de autoservicio son quienes registran más accidentes
laborales. EL UNIVERSAL
o Los hombres duplican a las mujeres

Manos y muñecas, así como tobillos y pies son los que presentan mayor daño por
los percances de trabajo

CIUDAD DE MÉXICO.- En un año ocurrieron en México mil 412 defunciones por riesgos laborales,
y 411 mil accidentes de trabajo, los cuales son la primera causa de incapacidad temporal en el país
y representan 81% de los riesgos registrados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó, por separado, en el marco de la


conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que cada día mueren en el
orbe cerca de seis mil 300 personas como resultado de lesiones o enfermedades relacionadas con
el trabajo.

Esto corresponde a más de 2.3 millones de muertes al año. Además, cada año ocurren cerca de
337 millones de accidentes en el trabajo que resultan en ausencias prolongadas.

El IMSS dice que considera accidente laboral, “toda lesión orgánica o perturbación funcional
inmediata o posterior; o la muerte producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del trabajo,
cualquiera que sea el lugar y el tiempo en que dicho trabajo se preste”.

Asegura que los daños al cuerpo derivados de los accidentes de trabajo tienen mayor incidencia en
manos y muñecas, así como en tobillos y pies, seguidos por abdomen, región lumbosacra,
columna lumbar y pelvis. Principalmente se generan heridas, traumatismos, quemaduras, cuerpos
extraños y amputaciones.

Rodolfo Arias Díaz, jefe de la División de Prevención de Riesgos de Trabajo, de la Coordinación de


Salud en el Trabajo del IMSS, menciona que los accidentes ocurren en 62% a hombres y 38% a
mujeres.

Ante la demanda de maquiladoras donde la incorporación de la mujer cada día va en aumento, la


tasa de incidencia supera a la de hombres.

Percances entre jóvenes

De acuerdo con estadísticas oficiales, informó que es preocupante que los accidentes de trabajo
ocurran en la edad productiva, de los 25 a 29 años; con antigüedad en el puesto de uno a cuatro,
es decir, principalmente hombres jóvenes; seguidos en frecuencia de 30 a 34 años y de 35 a 39
años.

Frida Medina, jefe del Servicio de Facturas Expuestas y Polifracturas del Hospital de Traumatología
Magdalena de las Salinas, indicó que ocho de cada 10 accidentes de trabajo tienen como resultado
lesiones músculo-esqueléticas; en su mayoría, se presentan en industrias, oficinas y el hogar.

Medina dijo que se consideran lesiones músculo-esqueléticas aquellas que afectan músculos,
ligamentos, tendones, huesos y articulaciones.

FRASE
"En la industria maquiladora, por la demanda e incorporación de la mujer que va en aumento, la
tasa de incidencia supera a los hombres"
Rodolfo Arias Díaz, jefe de la División de Prevención de Riesgos de Trabajo, de la
Coordinación de Salud en el Trabajo del IMSS.

LAS INCIDENCIAS
Riesgos fatales

-- Según el Instituto Mexicano del Seguro Social, en un año ocurrieron 411 mil accidentes de
trabajo; 62%, hombres y 32% mujeres. La mayoría de los accidentes se da en los jóvenes de 25 a
34 años.

-- Empleos con mayor riesgo desde el punto de vista de la prevención son: cargadores,
trabajadores de tiendas de autoservicio (vendedores, demostradores, de almacenes); operadores
de máquinas y herramientas, oficinas, hospitales, hoteles; y en menor grado, los albañiles.

-- Según la Organización Internacional del Trabajo, cada día mueren en el mundo cerca de seis mil
300 trabajadores.

Especialistas ven lejos la recuperación de empleos

“La recuperación del empleo aún está lejos de ser una realidad aunque las cifras manipuladas del
Gobierno federal y encuestas así lo señalen, pues habría que analizar a fondo el tipo de empleo
que se dice se ha generado, el salario que se ofrece, el tiempo que una persona es contratada y en
qué periodo del año, entre otras cosas”, aseguraron investigadores.

“Una muestra de lo que es verdad, es el incremento de la informalidad, y considerar que se prevé


que apenas se generarán 275 mil empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) para finales de este año; y que la demanda es de 900 mil —sin contar los 500 mil que
emigran a Estados Unidos—, lo cual es insuficiente”, coincidieron los investigadores de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Luis Calva y Enrique Larios, quienes
aseguran que las cifras del Gobierno son mercadotecnia.

Del primero de enero de 2007 al 31 de marzo pasado se habían creado 596 mil 079 empleos con
seguridad social, lo cual no refleja un avance cuando el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI) reporta que a finales de 2009 había dos millones 506 mil 595 personas
desocupadas.

Mientras el INEGI informa que la tasa de desocupación a febrero pasado fue de 5.43% (hombres,
5.55% y mujeres, 5.22%), la empresa Manpower destaca que, de acuerdo con una encuesta que
elaboró, para el segundo semestre de 2010 mejorarán las expectativas, pues 24% de empleadores
en el país dicen que incrementan su fuerza laboral. En tanto que 10% dice que la va a reducir y
65% que no tendrá cambios.

Manpower calcula que de enero a junio de este año se crearán entre 300 mil y 350 mil puestos de
trabajo, lo cual coincide con los pronósticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para
América Latina, donde precisa que la pérdida de fuentes laborales disminuirá en la región
“levemente” hasta cerca de ocho por ciento.
Lizbeth Toscana, gerente de Relaciones Públicas de Manpower, comenta: “Estamos viendo una
tendencia de estabilidad en la recuperación del empleo y no sólo este fenómeno se está dando en
México”.

Contrario a ello, José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, afirma:
“Al final de 2010 se va a caer el empleo”, si se toma en cuenta en un análisis de diciembre de 2009
al mismo mes de 2010; y que los 275 mil empleos que se estima se generarán, apenas servirán
para que la economía mexicana logre absorber a sus nuevas generaciones de demandantes de
puestos de trabajo
Accidentes de trabajo aumentan 147%,
pero sólo se protege al 6%
Mineros y herreros son los trabajadores más propensos a sufrir incidentes y enfermedades
de acuerdo a los reportes del IMSS; al año se reportaron 346 mil accidentes de trabajo.
Víctor Chávez
13.04.2015Última actualización14.04.2015
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El Instituto mexicano del Seguro Social, sólo protegió 6 por ciento de los accidentes
laborales. (Cuartoscuro)

CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó a la


Cámara de Diputados que en 10 años los accidentes en los centros laborales crecieron
147 por ciento y los patrones brindaron protección sólo al 6 por ciento.

El reporte explica que la baja protección se debe, principalmente, a que la tabla de


enfermedades y accidentes sujetos a atención no está actualizada, data de hace 45 años, lo
que deriva en que “un gran número de enfermedades de trabajo no se encuentran
contempladas en dicha tabla y circunstancias”.
La falta de atención y la no actualización de las tablas de enfermedades son violaciones
directas a la Constitución, ya que la Reforma Laboral aprobada desde noviembre del 2012
estableció, en su artículo Cuarto Transitorio, que en un plazo no mayor de seis meses
deberían actualizarse esas tablas de enfermedades.

Otra vez el mínimo


Con la ley actual, defraudadores del IMSS habrían ido a la cárcel
Fraude contra IMSS equivale a la compra de 727 ambulancias

El IMSS indica que cada año se registran en promedio 346 mil accidentes de trabajo, que 5
mil personas se enferman a causa de las tareas que realizan y que mil mueren
desempeñando sus labores, o a consecuencia de ellas, y la mayoría de éstos no son
atendidos.

Precisa que, para el caso de los accidentes de trabajo, mientras que en 2004 la cifra fue de
282 mil 469, para 2013 aumentó a 415 mil 660, de los cuales apenas obtuvieron
incapacidad de trabajo 25 mil 625. En torno a las enfermedades de trabajo, la cifra en 2004
fue de 7 mil 418 y para 2013 descendió a 6 mil 364, junto con las defunciones, que en 2004
presentaron una suma de mil 77 en comparación con 2013, que fueron de 982.

La cifra de incapacidades en cambio sí aumentó, pues en 2004 era de 20 mil 753 y para
2013 se registraron 25 mil 625 casos.

El Instituto aclara también que quienes desempeñan funciones en el trasporte terrestre


representan el mayor número de muertes, seguido de los trabajadores de la construcción.
Destaca que el mayor número de personas que sufren accidentes en el trabajo son los que se
desempeñan como vendedores de tiendas de autoservicio, preparación de alimentos y
bebidas.

Asimismo coloca en zona de riesgo a los trabajadores que desempeñan labores en la


industria, como la extracción de minerales (oro, plata, mercurio, antimonio, cobre, plomo y
carbón),y quienes laboran en la fundición de hierro y acero, o se dedican a la fabricación de
yeso, cal, ladrillos y arcilla. Estas personas también presentan una mayor predisposición a
desarrollar alguna enfermedad.

El documento –que dio a conocer la presidenta de la Comisión de Fomento Cooperativo y


Economía Social, Elizabeth Vázquez Hernández– desataca que es importante que se trabaje
en la elaboración actualizada de las tablas, pues existe un gran número de enfermedades de
trabajo que no son contempladas. La legisladora del PRD propuso que la Cámara de
Diputados exhorte a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a expedir, a la brevedad
posible, dichas las tablas de enfermedades de trabajo.
CIUDAD DE MÉXICO — Incapacidad parcial, total o inclusive decesos por accidentes
laborales son contingencias que en la industria no se hacen esperar, debido
principalmente al desconocimiento o incumplimiento de requisitos de seguridad.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a diario ocurren cerca


de 868 mil accidentes de trabajo a nivel global, de los cuales 1,100 suceden en
nuestro país.

Hasta después de que ocurre algún accidente desafortunado, organizaciones de


diversas industrias no solo se ven obligadas a indemnizar al afectado, sino también a
detener su producción por tiempo indefinido, es decir, estas empresas toman en
cuenta la importancia de una certificación en seguridad industrial y salud laboral
demasiado tarde.

En México, todas las organizaciones que manejan maquinaria o equipo industrial


deben garantizar de manera obligatoria la seguridad del trabajador durante su
operación, por lo que la NOM-004-STPS-1999, emitida por la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social (STPS), es la norma que asegura que las organizaciones cumplen
con técnicas, procedimientos y las mejores prácticas de prevención, necesarias para
operar equipo industrial.

Dedos cortados y lesiones en los ojos por proyección de cuerpos extraños, son los
incidentes más comunes en los centros de trabajo de industrias como la
metalmecánica, mismos que pueden generar a la organización en cuestión, un costo
promedio de 20 mil pesos mensuales por toda la vida del trabajador.

Se requiere mayor nivel de conciencia sobre la seguridad y salud laboral

Aunque el cumplimiento de seguridad industrial es obligatorio, su dictaminación o


certificación no lo es, por lo que en México solo 40% de las empresas que manejan
maquinaria, cumplen con ambos requisitos ante la STPS; siendo las industrias
automotriz, de bebidas y metalmecánica, las que más buscan verificar la seguridad en
sus plantas.

La mayor parte de empresas grandes, llevan a cabo sus procedimientos de


dispositivos y maquinaria, así como su debida dictaminación; sin embargo, muchas
pequeñas y medianas empresas (PyMes) no tienen un análisis de riesgo adecuado y
en consecuencia un procedimiento de operación y mantenimiento para una
maquinaria o equipo correcto o un manual de primeros auxilios y/o equipo protector
apropiado para el trabajador. Derivado de lo anterior, las empresas deben de
considerar que expertos evalúen su nivel de cumplimiento con la normatividad en
México y puedan conocer las áreas en donde requieren su pronta atención para poder
minimizar cualquier riesgo potencial que pueda existir.

Tanto empresas nacionales que buscan regularse en la materia, como industrias


internacionales con gran inversión en México que no saben cómo adecuar y regular
su maquinaria en el país, deben buscar el cumplimiento de con los requisitos
establecidos en México, particularmente aquellos de la NOM-004.

El costo que representa adquirir, mejorar e implementar un plan de prevención de


seguridad industrial y salud laboral de la maquinaria y equipo y que éstos sean
dictaminados es exponencialmente menor con respecto a la cantidad que le cuesta a
una empresa detener su producción, la indemnización, la pérdida de personal
calificado y el daño a la marca que ocasiona un accidente laboral; además de otros
beneficios como: disminuir la prima de riesgo ante el IMSS, estandarizar los
procedimientos y requerimientos necesarios ante la autoridad, mejorar el clima laboral
y por consiguiente, tener mayor confiabilidad en el mercado.

La dictaminación

La STPS destaca que la reforma laboral ha permitido reducir en 3.9% los accidentes y
enfermedades en centros de trabajo de México, cifra que habla de la inquietud
creciente de la industria por regularse y dictaminarse en materia de seguridad.

El proceso de dictaminación comienza por conocer la maquinaria y equipo a evaluar;


se establece una fecha para la visita de verificación a través de la cual se verifica,
documental y visualmente, los requisitos de seguridad en la planta. En este proceso,
el equipo de verificadores utiliza guías de observación y listas de cotejo que quedan
en expediente.

Una vez que se evalúa el adecuado funcionamiento de la maquinaria y equipo se


emite un dictamen por máquina que tiene una vigencia de cinco años, si las
condiciones bajo las cuales fue dictaminada permanecen igual. Dicho dictamen tiene
registro ante la STPS, por lo que la autoridad tiene conocimiento de su cumplimiento.

México registra mil 123 accidentes laborales


diarios
28 de abril de 2015 | 10:55 am | Etiquetas: casalud
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En 2014, 13 mil 472 personas fueron incapacitadas de forma
permanente debido a accidentes de trabajo en nuestro país, sin posibilidad de reintegrase de nuevo al
campo laboral formal.

En México, cada hora se registran en promedio 46.8 accidentes laborales. Esto señala que el número
de incidentes descendió únicamente un 2.7% entre 2013 y 2014, según estadísticas del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El año pasado, 404 mil 566 personas sufrieron algún percance en su centro laboral, mientras que en
2013 el número de accidentes alcanzó los 415 mil 660.

Al día de hoy, fecha en que se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo,
México posee una tendencia de más de mil 123 accidentes diarios.

De acuerdo con Manuel Díaz Vega, coordinador de Salud en el Trabajo del IMSS, en 2014 fallecieron
mil 345 personas, un poco más que en 2013. De esas defunciones, mil 314 fueron derivadas de
accidentes de trabajo.

Refirió que de 542 mil 373 casos de riesgo, 13 mil 472 empleados experimentaron secuelas, quienes
recibieron una indemnización o pensión. “Es 3.5% del total que quedan con secuelas permanentes, el
resto regresan a trabajar”, apuntó.

Comentó que el número de accidentes ha descendido y que se están reforzando aún más las medidas de
seguridad e higiene en los centros laborales, a fin de que al término de 2015 disminuya la cantidad de
incidentes.

René Díaz, obrero de la empresa de herramientas Truper, actualmente padece los efectos derivados de la
pérdida de uno de sus miembros por accidente de trabajo (cortaba en el torno un trozo de madera
cuando, por falta de protecciones en la máquina, perdió el brazo derecho), quien lucha por ser
indemnizado ante la negativa de la empresa de hacerlo.

“He ido con el abogado de la empresa, con el director general, me dicen que le haga como quiera, que
no insista. Entonces no sé qué hacer para que me paguen la indemnización”, declaró el hombre, cuyo
incidente tuvo lugar el 26 de diciembre pasado.

“Quedó ahí mi brazo a un lado, no supe qué hacer. Sí me apoyó la empresa en cuanto a la atención para
llevarme al hospital, pero cuando después de unas semanas les pregunté sobre mi indemnización,
comenzaron las negativas”, añadió.
A sus 40 años, el trabajador desea urgentemente reincorporarse a la vida laboral para poder sostener a su
familia, pero por ahora debe concluir el proceso de rehabilitación y posteriormente conseguir una
prótesis durante el periodo de incapacidad.

Al igual que Díaz, empleados de diversas empresas creen que es imperativo reforzar las medidas de
seguridad en los centros de trabajo y verificar frecuentemente dichas medidas, así como la
maquinaria, herramientas y equipo en general.

Rafael Avante Juárez, subsecretario del Trabajo, asegura que se han intensificado las inspecciones en
los centros laborales para evitar accidentes, por lo que han disminuido en los últimos tres años.

Expuso que se pretende que los patrones cumplan con sus obligaciones legales y de medidas de
seguridad e higiene, por lo que ante situaciones como la negativa de indemnización, se atiende al
afectado en la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) para brindarle el
apoyo necesario.

Avante Juárez dijo que han detectado algunos casos donde una vez que el empleador lleva al
trabajador al servicio médico, éste manifiesta que el siniestro no fue en el centro de trabajo, sino
en el domicilio del empleado y en día inhábil. Afirmó que lo anterior es grave, pues más allá de que
atenta contra los derechos laborales, afecta la información que nutre las políticas públicas que deben
adoptarse en el tema.

“Necesitamos avanzar en la comunicación, en la capacidad de compartir información entre las


diferentes fuentes que pueden registrar un accidente de trabajo, como el ISSSTE, IMSS y los servicios de
salud de los estados, así como de hospitales privados, para tener una plataforma y compartir la
información y tener los datos precisos, por ejemplo, de los riesgos de trabajo de todas estas
instituciones”, subrayó.

Tan solo en un año, el IMSS registró 542 mil 373 riesgos de trabajo en general. Las incapacidades
permanentes por percances laborales bajaron: en 2013 se notificaron 14 mil 372, mientras que en
2014 sumaron 13 mil 472.

CIUDAD DE MÉXICO, 30 de agosto.-Más allá de que el llamado trabajo excesivo


roba ingresos reales a los empleados por tiempos muertos que nunca se pagan,
además de estrés, fatiga, problemas cardiacos, neurológicos y gástricos, esta
actividad quiebra familias, genera adicciones, ausentismo, trastornos sicológicos y
sociales y, en los hechos, deshace personalidades y comunidades.

Estos turnos que la Organización Internacional del Trabajo rechaza de raíz y que van
desde 12 o 24 horas sin descanso en ámbitos como los de la seguridad y la salud,
hasta 30 días para sectores clave como el energético, siderúrgico o minero, no
siempre ayudan a la productividad de la economía en su conjunto.
En los hechos, estos “procesos productivos continuos” se cobijan en una lógica
patronal impecable: maximizar el rendimiento financiero del capital invertido en
maquinaria, insumos… y mano de obra.

En este contexto, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, tan sólo
en 2013 se registraron en nuestro país un total de 415 mil 660 accidentes de
trabajo y 6 mil 364 enfermedades de trabajo; a la par, en ese ejercicio
perecieron 982 personas por motivos laborales. De todo esto, más del 27 por
ciento obedeció a esas ríspidas, largas y agotadoras jornadas.

En México, los más de 400 mil policías de seguridad pública de los tres niveles de
gobierno —municipal, estatal y federal—, según datos del Secretariado Ejecutivo
del Sistema Nacional de Seguridad Pública, trabajan en turnos hasta de 48 horas
continuas, superiores a las jornadas laborales que establece como estándar para las
corporaciones policiacas la Organización de las Naciones Unidas.

Secuelas

En la realidad, se trata de hombres y mujeres que en su jornada desayunan, comen,


cenan o incluso dormitan. El trabajo es extenuante y agotador porque no se les
respetan las horas convenidas, lo que les genera en lo personal enfermedades
crónico-degenerativas, cansancio y sueño constante.

Aunado a ello, en lo familiar, son permanentes los problemas por la ausencia del
padre o madre proveedora y, en lo profesional, también esto impacta en la
disminución en el estado de alerta, lesiones por accidentes de trabajo e incluso
conductas impulsivas, revelan y confirman estudios en la materia.

En lo que hace a la seguridad pública, ahora que se discute la certificación real de


los cuerpos respectivos, en el Congreso hay una iniciativa que propone modificar la
Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública para que se prohíban las
jornadas de 24 horas de trabajo por 24 horas de descanso para los elementos
policiales.

Desequilibrios

Acorde con el doctor José Luis Vallejo, de la firma Ergonomía Ocupacional, la


relación entre turnos de trabajo y la salud y seguridad es compleja y está
influenciada por características de los turnos, así como las del trabajo en sí, del
trabajador y del medio ambiente laboral. Factores organizacionales, demandas del
trabajo, personalidad de los obreros, características sociodemográficas, localización
geográfica, recursos recreacionales y hasta el denominado soporte social pueden
influir o modular los efectos respectivos, explica.

Los científicos también han comprobado que trabajar de noche origina una
desincronización de las funciones corporales. Los humanos somos seres diurnos que
estamos programados para desarrollar actividades durante el día y recuperarnos de la
fatiga durante la noche. El problema de la rotación por turnos, sobre todo de noche,
es el desarrollo de actividades en contra del reloj biológico interno.

Más aún, los obreros que se dedican a trabajar en turnos o quienes trabajan largas
horas (más de 10 horas al día) puede experimentar una considerable disfunción de
las actividades familiares y sociales, ya que muchos de estos ritmos de la población
general están orientados al día.

Diferentes estudios indican que los trabajadores que laboran de noche y los que
rotan por turnos tienen problemas con el sueño. La cantidad de sueño puede ser
reducida en más de dos horas, pero hay también un efecto adverso en la calidad del
mismo.

Tal déficit puede conducir a la somnolencia en el trabajo e incluso la aparición de


“dormitadas” en la jornada con repercusiones importantes en la producción. O en la
seguridad.

Salud en riesgo

En las universidades mexicanas se ha comprobado que los rotadores por turnos


dentro del trabajo excesivo tienen un 40 por ciento de incremento de riesgo de sufrir
una enfermedad cardiovascular, tienen un mayor riesgo de desarrollar altos niveles
de colesterol y triglicéridos e incrementa el riesgo de sufrir hipertensión arterial.

La mayoría de los trabajadores nocturnos se quejan de dispepsia (digestión laboriosa


e imperfecta), acidez estomacal, dolores abdominales y flatulencia. La etiología de
los trastornos gastrointestinales es probablemente multifactorial e involucra factores
dietéticos, estrés sicosocial y pérdida de sueño.
Desde luego, con el numero sucesivo de noches de trabajo nocturno se incrementa el
riesgo de errores y accidentes. Con relación a la primera noche, la segunda tiene un
riesgo adicional de un 13%, la tercera un 25% y la cuarta un 45%, revelan reportes
del mismo IMSS.

Según Juan Antonio Legaspi, jefe de Servicios de Seguridad e Higiene en el Trabajo


del ISSSTE, hoy más que nunca resulta clave garantizar la salud y la seguridad en el
trabajo, en especial en aquellos centros fabriles o de servicios de seguridad, por
ejemplo, en donde necesitamos elevar en los hechos la traída y llevada
competitividad.

Un buen nivel de prevención de la seguridad y salud en el trabajo —advierte el


doctor Legaspi— permite el descenso del ausentismo y de los índices de rotación de
los trabajadores, la disminución del número de accidentes, la reducción de los costos
de los seguros de accidentes y, por fin, el aumento de la productividad.

Todo ello implica decisiones conjuntas entre los empresarios, las autoridades, los
sindicatos y, por supuesto, los trabajadores y sus familias. Del gobierno conviene
saber si en aras de aumentar la producción, que no necesariamente la productividad,
está dispuesto a permitir la manutención de una estrategia que no está ayudando a la
competitividad del país y sí pudiera acrecentar los ya de por sí crónicos problemas
de salud y estabilidad social de gran parte de la clase trabajadora.

“Todo se soluciona con un refresco”

A sus 62 años, José Miranda es un empleado de seguridad investido de su equipo y


uniforme negro, chaleco antibalas con todo y botas, tolete, lámpara sorda y ocarina
que por 7 mil pesos mensuales —incluyendo dobletes y hasta tripletes— tiene que
moverse en el ámbito del sector automotriz y de la construcción.

Tales son ahora sus trastornos fisiológicos que no alcanza a dormir, descansa
epidérmicamente, mientras que la gastritis y colitis le devoran las entrañas que mal
digiere con su bebida preferida de cola que dará gratis, pregona, “el día que me
muera”.

¿La familia? No tan bien, gracias. Su esposa Hilda, 12 años menor, casi pierde la
vista por cataratas atendidas tarde, adelgazada a fuerzas por el azúcar que le
envenena la sangre con pocos, muy pocos, recursos; y sus jóvenes hijos andan
medio dispersos en el mar de concreto citadino sin que tengan el respaldo paterno
que él quisiera darles.

En sus anteriores chambas conjuntas no le iba mucho mejor que digamos. Se


levantaba a las tres y media de la mañana todos los días, hasta los fines de semana,
para ir a recoger pacas de periódico que entregaba en hoteles, restaurantes o el
mismo aeropuerto entre las cinco y seis para después regresar a su base desde donde
repartía el diario asignado entre suscriptores o atendía quejas de los que no les
llegaba a tiempo.

Para después, a la fresca de las dos de la tarde, entrar de chofer-vendedor de coches


usados hasta que la luz se extinguía con la tarde o la operación de su patrón con un
cliente le permitía irse a descansar. Y así la brega diaria.

Hoy día, José se queja y mucho del maltrato de sus superiores, que no empleadores,
los cuales constantemente le revisan su equipo y dispositivos, le imponen horarios
alterados, le prohíben comer en tiempos de labor, le impiden salir a sus horas y si su
relevo no acude, tiene que doblar turno sin protesta alguna, por el pago de uno solo.

“Le tengo mucho pinche miedo al teléfono. La clave privada que me pusieron es
Terrenal. Cuando me reporto para salir, nomás me dicen que me aguante, que ya no
tarda en llegar mi compañero. Pero muchas veces no llega el cabrón. Es un chamaco
que le vale madre lo que hay en el trabajo y, si acaso, tres días después solo me dice
quedito: ‘perdóneme, mi jefe. Es que traigo enferma a mi mamá y la tengo que
llevar al doctor’. Y yo creo que la señora ha de estar enferma todas las semanas
porque siempre me la aplica”.

Entonces, deriva Terrenal, “a pesar de que mi quincena llega a ser de 4 mil 700,
siempre menos que cinco, llega un momento en que ya estoy harto de no poder
descansar como Dios manda”.

Otra cosa que le indigna a José Miranda es que “por no tener gente”, su supervisor,
Lince, le va retrasando su hora de comida. “Veo que nuestro grupo, de unos diez,
normalmente van a comer muy quitados de la pena de 3 a 5 de la tarde. Cuando pido
permiso, me salen de nuez con que no tienen gente. Que los aguante, que los
aguante. ¡Que los aguante su abuela! Y me dan las 8 y ya ni hambre tengo. Y una
vez, de plano, cuando abrí el tóper que me puso mi mujer, ya se había echado a
perder el guisado”, se queja Terrenal.
Luego los dolores de cabeza y el sueño permanente que no alcanzan a paliar las
consabidas cafiaspirinas con la consabida coca. El sobrepeso y los dolores en las
rodillas le abruman a José, la mala vida en la que se adentra con varios años de
experiencia, pero “todo se soluciona con una Coca y cuando me muera: ¡Cocas para
todos!”

En el mar, la vida no es tan sabrosa

Allá en Minatitlán, Veracruz, el joven ingeniero Alejandro de Jesús Vázquez rápido


se dio cuenta que lo suyo, lo suyo, no era estar trabajando en una plataforma
petrolera. Dos semanas en la Sonda de Campeche supervisando gente y trabajadores
del crudo, para que luego le salieran con que debía quedarse 14 días más porque no
había quién le supliera sin pedirle su opinión, literalmente le reventó la paciencia.

En su momento le deshizo el humor cobrizo como el de su piel que el mal tiempo y


las rachas de viento endiabladas muchas veces lo dejara flotando en una nuez sin
destino ni ruta como a todos sus compañeros al menos cinco días más de lo
convenido hasta que se apaciguara un poco el indomable mar del Golfo de México.

Y aunque por seguridad y en las polleras —lanchitas que van de plataforma en


plataforma llevando y trayendo gente, o agua, o comida, o refacciones o
materiales—los llevaban a los floteles para resguardarse un tanto del oleaje y la
marejada, “acabábamos vomitando en todos lados y con fuertes dolores de cabeza”.

Alejandro de Jesús cree mucho en Dios. A él le pide que lo cuide y proteja; que
también lo haga con su mamá y el resto de familia y amigos. Pero allá, en el centro
de la nada, rodeado de azul cielo o azul mar, la soledad reclama volver con los tuyos
y ya no hay poder que te detenga hasta conseguirlo.

Es el caso del ingeniero Vázquez que supervisaba que sus compañeros cumplieran
con todos y cada uno de los requisitos y equipo de seguridad necesarios para trabajar
en una plataforma de crudo, en pleno alta mar, en el pozo Ku Maloob Zaap –por
cierto, el de mayor producción actualmente para Pemex—, al mismo tiempo añoraba
los suyos, su novia, sus amigos, sus cosas.

La paga no era mucha para este profesional, tomando en cuenta que la friega era
tanto o más que la que tenía él para una empresa privada que en el caso de un
ingeniero industrial como él, pero haciendo lo mismo para Petróleos Mexicanos. La
cifra era una vez y media más que la que él ganaba. La responsabilidad propia,
mayor.

No faltaba, en el ínter, aquel compañero que ya resollaba lo mismo por enfermarse


en la plataforma que por presuntos o reales amoríos de su esposa. En tierra, claro. O
el otro al que se le subía la presión a cada rato, el que se angustiaba de tanta soledad
en el cuerpo que no le cabía en el alma.

De la cuadrilla de diez que viajaba en helicóptero y regresaba en lancha a los 14


días, tras cuatro o cinco horas de travesía marítima, no todas las cosas caminaban y
algunos de los trabajadores técnicos se ausentaban conscientemente exponiendo su
certidumbre laboral o, de plano —refiere el ingeniero Vázquez—, ya no regresaban
buscando mejores derroteros. Terrenales.

Llegó el momento para este joven especialista. Tomar la decisión no fue difícil sino
llevarla a cabo. Con toda tranquilidad y sin enfrentarse con nadie llegó a las oficinas
de la empresa, dio las gracias y, a cambio, le ofrecieron las puertas abiertas, a
sabiendas de que su labor la realizó con pulcritud, entrega y profesionalismo. Ya en
tierra, dice ahora orgulloso, tiene nuevas oportunidades de trabajo y no añora mucho
la mar y sus pescaditos. De regreso en casa de Mina, se ufana, de nuevo es feliz.

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