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hablar de:
Hipoglucemia: Valores bajos de glucosa en sangre. Sus síntomas aparecen cuando el
nivel de glucemia está en 55mg/dl o menos.
Normoglucemia: Valores normales de glucosa en sangre. En ayunas deben estar entre
70-100mg/dl.
Hiperglucemia: Valores anormalmente altos de glucosa en sangre. Superiores a 100mg/dl
en ayunas.
Hay varios tipos de diabetes, los dos más importantes son:
Síntomas comunes
Cuando se eleva el nivel de glucosa de la sangre, aparecen uno o varios síntomas, algunos de
ellos debidos a que el azúcar de la sangre se elimina por la orina. Estos síntomas son los
siguientes:
Los pacientes con el tipo 1 generalmente desarrollan estos síntomas en un plazo de días o
semanas. Los pacientes con el tipo 2 suelen ser asintomáticos (no presentan síntomas) y su
diagnóstico se realiza al encontrar la glucosa elevada en análisis rutinarios.
Ambos tipos tienen un componente hereditario, pero sólo el diez por ciento de los pacientes con
diabetes tipo 1 tienen antecedentes familiares de diabetes. En cuanto al tipo 2, el porcentaje llega
hasta el treinta por ciento. Si presenta con frecuencia o habitualmente alguno de los síntomas
mencionados es importante que lo comente con su médico para que le realicen los análisis
oportunos.
La diabetes tipo 2, que resulta ser la más común, se puede prevenir o retrasarmanteniendo
un estilo sano de vida y un peso acorde a su edad y estatura:
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Conoce qué es la diabetes tipo 1 y todo lo relacionado sobre esta enfermedad crónica.
MERCEDES BENITO ALFONSO
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad muy frecuente que afecta a entre un 6-10% del
total de la población. Se trata de una enfermedad metabólica que se caracteriza por el aumento
de la glucosa (azúcar) en sangre (glucemia). El tipo 1 aparece más frecuentemente en niños o
personas menores de 40 años. Suele tener un comienzo muy brusco y su tratamiento siempre
es con insulina, pues en estas personas el páncreas no fabricas la suficiente cantidad de
insulina. De no controlarse adecuadamente, a largo plazo, la presencia constante de glucosa alta
en la sangre puede provocar alteraciones en la función de diversos órganos, especialmente los
ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos. Te contamos un poco más
acerca de esta enfermedad que cada vez afecta a más personas.
En las personas con diabetes tipo 1 existe una falta absoluta de insulina, ya sea porque las
células insulares del páncreas no producen insulina en absoluto o porque no la producen en
cantidad suficiente. Sin insulina, las células no pueden acceder a la glucosa obtenida de los
alimentos y por tanto ésta se acumula en la sangre, dando lugar a hiperglucemias (niveles de
azúcar en sangre elevados). Además, sin esta hormona el cuerpo no puede almacenar glucosa en
el hígado, y por tanto no permite que este órgano mantenga los niveles de glucosa constante en
el cuerpo entre las comidas o en ayunas.
Las personas con diabetes deben inyectarse insulina una o varias veces al día
Causas
A día de hoy, aún se desconocen las causas exactas que dan lugar a la aparición de esta
enfermedad metabólica. Sin embargo, existen una serie de factores que combinados entre sí,
favorecen su origen. Estos factores son:
- Factor genético: Hay que tener presente que tan sólo se hereda la predisposición a tener
diabetes, no la diabetes en sí. Sólo el 13% de los niños y adolescentes con diabetes tienen un
padre o hermano con esta enfermedad.
- Factor autoinmune: El sistema inmune de nuestro organismo es el encargado de protegernos,
pero en determinadas enfermedades (conocidas como enfermedades autoinmunes) el propio
sistema inmunitario de la persona se vuelve contra ella. En el caso de la diabetes, se produce una
reacción contra las células productoras de insulina.
- Factor ambiental: Este factor puede ser un virus, elemtnos tóxicos, algo en la comida, o
elementos que todavía desconocemos. Se cree que es el nexo de unión entre el factor genético y
la autoinmunidad.
Síntomas
La diabetes tipo 1 puede aparecer de manera gradual o repentina. Una persona puede tener
diabetes y no darse cuenta porque los síntomas no siempre son obvios y pueden tardar mucho
tiempo en manifestarse.
- Poliuria. Al tener una alta concentración de azúcar en la sangre, nuestro cuerpo intenta
eliminarla a través de la orina, pero para poder hacerlo, necesita disolverse en cantidades muy
grandes de agua, por esta razón el diabético orina muchas veces.
- Polidipsia. Para compensar la pérdida de agua el cuerpo pone en marcha un mecanismo de
defensa, por ello, estas personas tienen mucha sed.
- Polifagia. Aunque hay azúcar en la sangre, las células no pueden hacer uso de ella al no
disponer de insulina, que es la encargada de hacer entrar la glucosa en su interior. El cerebro
emite mensajes de falta de comida lo que origina otro síntoma característico, el hambre.
- Pérdida de peso. Aunque se coma más, la glucosa no llega a las células y la persona con
diabetes pierde peso. El cuerpo necesita energía para funcionar y si no la obtiene de la glucosa
empieza a utilizar el combustible de reserva que se encuentra acumulado en forma de grasa, es
decir empieza a quemar grasa para transformarla en glucosa.
- Cansancio y fatiga. Las células de los diabéticos no obtienen la energía necesaria para
funcionar correctamente, pues como ya hemos dicho no se pueden alimentar, por esa razón
siempre están cansados.
- Irritabilidad.
- Visión borrosa.
Los médicos pueden determinar con certeza si una persona tiene diabetes mellitus a través de
exámenes de glucosa en muestras de sangre. Si se sospecha o confirma el diagnóstico, la
persona tendrá que ser valorada por un endocrinólogo, un médico especialista en
enfermedades metabólicas. Él hará un examen exhaustivo del paciente y será el encargado de
llevar un seguimiento, instruir en dieta y cuidados, y pondrá un tratamiento.
Tratamiento
Hoy en día la diabetes es una enfermedad crónica, lo que significa que no existe curación y
precisa de un tratamiento sustitutivo con insulina de por vida. Sin embargo, sí podemos
controlar los síntomas y, por lo tanto, las consecuencias que se derivan del mal control.
Como ya hemos mencionado, el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 es la insulina. En la
mayoría de los casos la administración de esta hormona se hará a través de inyecciones
con agujas subcutáneas. Se administra el medicamento por medio de una aguja en el tejido
subcutáneo (espacio comprendido entre la piel y el músculo), y desde ahí es absorbido por el
organismo. Los lugares de inyección más recomendados son: brazos, abdomen y muslos.
Todas las insulinas son moléculas similares a la insulina humana, tan sólo varía su tiempo de
acción, es decir, cuánto tiempo permanecen en nuestra sangre y cuándo hacen su efecto máximo.
Hoy en día existen en el mercado:
- Insulina rápida. Este tipo de insulina se puede administrar 3-4 veces al día. Se inyecta 20-30
minutos antes de las comidas. Un subtipo de esta insulina son las denominadas insulinas
"ultrarrápidas", que se pueden administrar 5-10 minutos antes de comer. La dosis de insulina
rápida se determina en función de la glucemia que tenemos en el momento de la administración y
de la cantidad de hidratos de carbono que vamos a comer.
- Insulina de mezcla. Se suele administrar dos veces al día. Tiene un pico de acción máximo a
las 5-6 horas tras esta administración. Por este motivo es muy importante hacer una toma de
alimentos 3-4 horas tras la inyección para evitar hipoglucemias.
- Insulina lenta. Se suele poner una vez al día, pero todos los días a la misma hora. Con esta
insulina no tenemos horarios de comida rígidos.´
Existen otras terapias opciones más avanzadas y que sólo son factibles en algunos casos como
son:
Diabetes de tipo 2
Síntomas y causas
Diagnósticos y tratamientos
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Descripción general
Con la diabetes de tipo 2, el cuerpo resiste los efectos de la insulina (una hormona que regula el
movimiento del azúcar en las células), o bien, no produce la insulina suficiente como para
mantener un nivel normal de glucosa.
Más común en los adultos, la diabetes de tipo 2 afecta cada vez más a los niños, debido al
aumento de la obesidad infantil. No existe cura para la diabetes de tipo 2, pero tal vez puedas
controlar la enfermedad si comes adecuadamente, haces ejercicio y mantienes un peso
saludable. Si la dieta y el ejercicio no son suficientes para controlar eficazmente el azúcar en
sangre, tal vez necesites medicamentos para la diabetes o tratamiento con insulina.
Síntomas
Aumento del apetito. Si no tienes suficiente insulina para transportar el azúcar a las células,
los músculos y órganos van perdiendo energía. Esto desencadena un hambre intenso.
Pérdida de peso. A pesar de comer más de lo habitual para saciar el hambre, puede que
pierdas peso. Sin la capacidad de metabolizar glucosa, el cuerpo utiliza combustibles
alternativos almacenados en los músculos y la grasa. Las calorías se pierden a medida que
el exceso de glucosa se elimina en la orina.
Cansancio. Si las células no pueden obtener azúcar, es posible que sientas cansancio e
irritabilidad.
Visión borrosa. Si el nivel de la glucosa sanguínea es muy alto, puede que extraiga líquido
del cristalino de los ojos. Esta falta de líquido puede afectar la capacidad de hacer foco.
Áreas de piel oscurecida. Algunas personas con diabetes de tipo 2 tienen manchas de piel
oscura y aterciopelada en las arrugas y los pliegues del cuerpo; habitualmente, en las axilas
y el cuello. Este trastorno, denominado ancatosis pigmentaria, puede ser un signo de
resistencia a la insulina.
¿Cuándo debes consultar a un médico?
Factores de riesgo
Los investigadores no comprenden del todo por qué algunas personas tienen diabetes de tipo 2, y
otras no. Sin embargo, está claro que algunos factores aumentan el riesgo, incluidos los
siguientes:
Inactividad. Mientras menos activo seas, más riesgo tendrás de padecer diabetes de tipo 2.
La actividad física ayuda a controlar el peso, utiliza toda la glucosa como fuente de energía y
hace que las células sean más sensibles a la insulina.
Raza. Aunque no resulta claro por qué, las personas de determinadas razas, como las
afroamericanas, las hispanas, las indioamericanas y las asiáticoamericanas, presentan un
riesgo mayor de tener diabetes de tipo 2 que las de raza blanca.
Edad. Tu riesgo de diabetes de tipo 2 aumenta a medida que envejeces, especialmente
después de cumplir 45 años. Probablemente, esto se puede deber a que las personas, a
medida que envejecen, tienden a hacer menos ejercicio, perder masa muscular y subir de
peso. Pero la diabetes de tipo 2 también está aumentando radicalmente entre los niños, los
adolescentes y los adultos jóvenes.
Síndrome de ovario poliquístico. Para las mujeres, tener síndrome de ovario poliquístico
(una enfermedad común caracterizada por períodos menstruales irregulares, crecimiento
excesivo de vello y obesidad) aumenta el riesgo de diabetes.
Complicaciones
Puede ser muy fácil ignorar la diabetes de tipo 2, especialmente en las etapas iniciales, cuando te
sientes bien. Pero la diabetes afecta muchos de los órganos principales, como el corazón, los
vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los riñones. Si controlas tus niveles de azúcar en sangre,
puedes ayudar a evitar estas complicaciones.
Si bien las complicaciones a largo plazo de la diabetes se pueden desarrollar de forma gradual, en
última instancia pueden conducir a la pérdida de capacidades o, incluso, a la muerte. Las
siguientes son algunas de las complicaciones potenciales de la diabetes:
Daño en los nervios (neuropatía). El exceso de azúcar puede dañar las paredes de los
vasos sanguíneos diminutos (capilares) que alimentan los nervios, especialmente en las
piernas. Esto puede provocar hormigueo, entumecimiento, ardor o dolor, que generalmente
comienza en las puntas de los dedos de los pies y las manos y, gradualmente, se extienden
hacia arriba. Un control deficiente del azúcar en sangre podría causar, eventualmente, que
pierdas toda la sensibilidad de los miembros afectados. El daño en los nervios que controlan
la digestión puede causar problemas con náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. En los
hombres, puede aparecer disfunción eréctil.
Daño renal (nefropatía). Los riñones contienen millones de racimos de vasos sanguíneos
diminutos que filtran los residuos de la sangre. La diabetes puede dañar este delicado
sistema de filtrado. El daño grave puede conducir auna insuficiencia renal o enfermedad
renal terminal irreversible, lo que suele requerir finalmente diálisis o un trasplante de riñón.
Daño ocular. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos de la retina (retinopatía
diabética), que puede conducir a la ceguera. La diabetes también aumenta el riesgo de otras
afecciones graves de la visión, como cataratas y glaucoma.
Daños en los pies. Los daños en los nervios del pie o un flujo sanguíneo insuficiente en los
pies aumenta el riesgo de diversas complicaciones en los pies. Si no se tratan, los cortes y
las ampollas pueden dar lugar a graves infecciones, que tal vez no cicatricen como
corresponde. El daño grave podría requerir la amputación del dedo del pie, del pie o de la
pierna.
Deterioro auditivo. Los problemas de la audición son comunes en las personas diabéticas.
Las opciones de estilo de vida saludable pueden ayudarte a prevenir la diabetes de tipo 2. Aunque
tengas casos de diabetes en la familia, la dieta y los ejercicios pueden ayudarte a prevenir la
enfermedad. Si ya has recibido un diagnóstico de diabetes, prefiere las alternativas de estilo de
vida saludable para evitar complicaciones. Y si tienes prediabetes, los cambios en el estilo de vida
pueden retrasar o detener la transformación de prediabetes en diabetes.
Come alimentos saludables. Elige alimentos con menos contenido de grasa y calorías, y
más contenido de fibra. Prefiere frutas, verduras y granos integrales.
Realizar actividad física. Trata de hacer como mínimo 30 minutos por día de actividad física
moderada. Haz una caminata rápida diaria. Anda en bicicleta. Practica natación. Si no
puedes realizar una sesión larga de ejercicios, divídela en sesiones de 10 minutos o más a lo
largo del día.
Elimina las libras (o los kilos) que tienes de más. Si tienes sobrepeso, perder el 7 % de tu
peso corporal puede reducir el riesgo de diabetes. Para mantener tu peso dentro de un rango
saludable, realiza cambios permanentes en tus hábitos alimenticios y de actividad física.
Motívate recordando los beneficios de bajar de peso, como tener un corazón más sano, más
energía y mayor autoestima.
Algunas veces, los medicamentos también son una opción. La metformina (Glucophage,
Glumetza, otros), un medicamento para la diabetes de administración oral, puede reducir el riesgo
de diabetes de tipo 2, pero las opciones de vida saludable siguen siendo fundamentales.
Diagnóstico
Si la prueba de A1C no está disponible o si tienes ciertos trastornos que pueden hacer que la
prueba de A1C resulte poco precisa (por ejemplo, si estás embarazada o si tienes una forma no
común de hemoglobina, conocida como variante de la hemoglobina), es posible que tu médico
use las siguientes pruebas para diagnosticar diabetes:
Prueba oral de tolerancia a la glucosa. Para esta prueba, debes ayunar durante una
noche, y se mide el nivel de azúcar en sangre en ayunas. Luego bebes un líquido azucarado
y los niveles de azúcar en sangre se analizan varias veces durante las dos horas siguientes.
Un nivel de azúcar en sangre menor que 140 mg/dl (7,8 mmol/l) es normal. Un valor de entre
140 mg/dl y 199 mg/dl (7,8 mmol/l y 11,0 mmol/l) indica prediabetes. Un valor de más de
200 mg/dl (11,1 mmol/l) o mayor después de dos horas puede indicar diabetes.
Los análisis para la detección se recomiendan para las personas menores de 45 de años y que
tengan sobrepeso, si existe otro factor de riesgo de enfermedad cardíaca o diabetes; como, por
ejemplo, un estilo de vida sedentario, antecedentes familiares de diabetes de tipo 2, antecedentes
personales de diabetes gestacional o una presión sanguínea por encima de 140/90 milímetros de
mercurio (mm Hg).
Si te diagnostican diabetes, es posible que el médico realice otras pruebas para distinguir entre
diabetes de tipo 1 y de tipo 2; ya que las dos enfermedades, por lo general, requieren tratamientos
diferentes.
Es necesario controlar los niveles de A1C entre dos y cuatro veces por año. La meta de A1C
objetivo puede variar según tu edad y otros factores. Sin embargo, para la mayoría de las
personas, American Diabetes Association (Asociación Estadounidense de la Diabetes)
recomienda un nivel de A1C de menos del 7 %. Pregunta a tu médico cuál es tu A1C objetivo.
En comparación con las pruebas diarias repetidas del nivel de azúcar en sangre, la prueba de
A1C es un indicador más preciso del grado de eficacia que tiene tu plan de tratamiento de la
diabetes. Un nivel de A1C elevado puede indicar la necesidad de cambiar la medicación, el plan
de comidas o tu nivel de actividad.
Además de la prueba de A1C, el médico tomará periódicamente muestras de sangre y orina a fin
de verificar los niveles de colesterol y las funciones tiroidea, hepática y renal. Por otra parte, el
médico evaluará tu presión arterial. También son importantes los exámenes periódicos de los ojos
y los pies.
Tratamiento
Alimentación saludable
Estos pasos ayudarán a mantener tu nivel de azúcar en sangre más cercano al normal, y esto
puede retrasar o evitar complicaciones.
Alimentación saludable
En contra de la creencia popular, no existe una dieta específica para la diabetes. Sin embargo, es
importante que la base de tu dieta esté centrada en los siguientes alimentos de alto contenido de
fibra y bajo contenido de grasa:
Frutas
Verduras
Granos integrales
Además, deberás comer menos productos de origen animal, hidratos de carbono refinados y
dulces.
También puede ser útil consumir alimentos de bajo índice glucémico. El índice glucémico es una
medida que indica con qué rapidez un alimento provoca aumento del nivel de azúcar en sangre.
Los alimentos con alto índice glucémico elevan rápidamente el azúcar en sangre. Aquellos con
bajo índice glucémico pueden ayudarte a mantener un nivel de azúcar en sangre más estable. Los
alimentos que tienen bajo índice glucémico son, típicamente, los que tienen un alto contenido de
fibra.
Actividad física
Todos necesitan hacer ejercicio aeróbico con regularidad, y los diabéticos con diabetes de tipo 2
no son la excepción. Obtén la aprobación de tu médico antes de comenzar un programa de
ejercicios. Luego elige actividades que disfrutes, como caminar, nadar y andar en bicicleta. Lo
más importante es que incorpores la actividad física en tu rutina diaria.
Plantéate el objetivo de realizar al menos 30 minutos de actividad aeróbica cinco días por
semana. Los ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento también son importantes. Si no has
estado en actividad durante un tiempo, comienza despacio y aumenta gradualmente.
Una combinación de ejercicios (ejercicios aeróbicos, como caminar o bailar, la mayoría de los
días, combinados con entrenamiento de resistencia, como levantamiento de pesas o yoga, dos
veces por semana) suele ayudar a controlar el nivel de azúcar en sangre de manera más efectiva
que cualquier otro tipo de ejercicio solo.
Recuerda que la actividad física reduce el nivel de azúcar en sangre. Controla tu nivel de azúcar
en sangre antes de cualquier actividad. Es posible que necesites comer un refrigerio antes de
ejercitar, para prevenir un nivel bajo de azúcar en sangre, si tomas medicamentos a fin de reducir
este nivel.
Según tu plan de tratamiento, quizá debas controlar y anotar tu nivel de azúcar cada tanto, o bien,
si estás usando insulina, varias veces al día. Pregunta a tu médico con qué frecuencia desea que
controles tu azúcar en sangre. Un control catento es la única manera de asegurarte de que tu
nivel de azúcar en sangre se mantenga dentro de tu rango objetivo.
En ocasiones, los niveles de azúcar en sangre pueden ser imprevisibles. Con la ayuda de tu
equipo de tratamiento de la diabetes, aprenderás cómo cambia tu nivel de azúcar en sangre en
respuesta a los alimentos, el ejercicio, el alcohol, las enfermedades y los medicamentos.
Algunas personas que tienen diabetes de tipo 2 pueden alcanzar sus niveles objetivo de azúcar
en sangre únicamente con dieta y ejercicios; no obstante, muchos necesitan también
medicamentos para la diabetes o tratamiento con insulina. Decidir cuál es el medicamento más
adecuado depende de numerosos factores, como tu nivel de azúcar en sangre y otros problemas
de salud que tengas. Incluso, el médico puede combinar medicamentos de distintas clases para
ayudarte a controlar tu nivel de azúcar en sangre de varias maneras.
Entre los tratamientos posibles para la diabetes de tipo 2 se cuentan los siguientes:
Algunos posibles efectos secundarios de la metformina son náuseas y diarrea. Estos efectos
secundarios suelen desaparecer a medida que tu cuerpo se acostumbra a la medicina. Si la
metformina y los cambios en tu estilo de vida no son suficientes para controlar tu nivel de
azúcar en sangre, es posible agregar otros medicamentos que se inyectan o se toman por
vía oral.
Meglitinidas. Este tipo de medicamentos actúa igual que las sulfonilureas, mediante la
estimulación del páncreas para que secrete más insulina, pero su acción es más rápida y la
duración del efecto en el cuerpo, más breve. También presenta riesgo de provocar niveles
bajos de azúcar en sangre; sin embargo, es menos riesgoso que las sulfonilureas.
El aumento de peso también es una posibilidad con esta clase de medicamentos. Algunos
ejemplos son la repaglinida (Prandin) y la nateglinida (Starlix).
Inhibidores de la SGLT2. Estos son los medicamentos para la diabetes más nuevos del
mercado. Actúan evitando que los riñones reabsorban azúcar en la sangre. En lugar de esto,
el azúcar se excreta en la orina.
Tratamiento con insulina. Algunas personas con diabetes de tipo 2 necesitan, además,
recibir tratamiento con insulina. Anteriormente, el tratamiento con insulina se utilizaba como
último recurso; pero, gracias a sus ventajas, actualmente se receta mucho antes.
Debido a que la digestión normal interfiere con la insulina administrada por boca, la insulina
se debe inyectar. Según tus necesidades, tu médico puede recetarte una combinación de
tipos de insulina para que uses durante el día y la noche. Con frecuencia, las personas con
diabetes de tipo 2 comienzan a utilizar insulina con una inyección de acción prolongada por
la noche.
Para las inyecciones de insulina se usa una jeringa y una aguja fina o una pluma inyectora
de insulina; un dispositivo que parece una pluma de tinta, salvo que el cartucho está relleno
con insulina.
Existen muchos tipos de insulina, y cada uno actúa de manera diferente. Algunas opciones
son:
Analiza con tu médico las ventajas y las desventajas de los diferentes medicamentos. Juntos
pueden decidir cuál es el medicamento adecuado en tu caso, teniendo en cuenta muchos
factores, como los costos y otros aspectos de tu salud.
Además de los medicamentos para la diabetes, el médico podría recetar un tratamiento con dosis
bajas de aspirina, junto con medicamentos para reducir el colesterol, con el fin de prevenir
enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos.
Cirugía bariátrica
Si tienes diabetes de tipo 2 y tu índice de masa corporal (IMC) es mayor que 35, puede que seas
candidato a una cirugía para perder peso (cirugía bariátrica). Los niveles de azúcar en sangre
vuelven a su valor normal en el 55 % al 95 % de las personas con diabetes, según el
procedimiento que se realice. Las cirugías que derivan una porción del intestino delgado tienen
efectos más contundentes en los niveles de azúcar en sangre que los de las demás cirugías para
perder peso.
Algunas de las desventajas de la cirugía son su alto costo y los riesgos que implica, incluido el
riesgo de muerte. Además, demandan cambios drásticos en el estilo de vida, y las complicaciones
pueden incluir deficiencia nutricional y osteoporosis.
Embarazo
Las mujeres con diabetes de tipo 2 quizá necesiten alterar su tratamiento durante el embarazo.
Muchas mujeres requieren tratamiento con insulina durante el embarazo. Los medicamentos para
bajar el colesterol y algunos fármacos para la presión sanguínea no pueden utilizarse durante el
embarazo.
Si tienes signos de retinopatía diabética, esta puede empeorar durante el embarazo. Visita a tu
oftalmólogo durante el primer trimestre del embarazo y un año después del parto.
Debido a que existen tantos factores que pueden afectar tu nivel de azúcar en sangre, algunas
veces surgen problemas que requieren atención inmediata, como los siguientes:
Nivel alto de azúcar en sangre (hiperglucemia). Tu nivel de azúcar en sangre puede subir
por muchas razones, como comer demasiado, estar enfermo o no tomar suficientes
medicamentos para bajar la glucosa. Controla tu nivel de azúcar en sangre con frecuencia y
presta atención a signos y síntomas de un alto nivel de azúcar en sangre (ganas frecuentes
de orinar, aumento de la sed, boca seca, visión borrosa, cansancio y náuseas). Si tienes
hiperglucemia, tendrás que realizar ajustes en tu plan de comidas, en tus medicamentos o en
ambos.
Este síndrome es provocado por un nivel de azúcar en sangre sumamente elevado, que
hace que la sangre se vuelva espesa y melosa. Tiende a ser más frecuente en personas de
mayor edad con diabetes de tipo 2 y suele estar precedido por una enfermedad o infección.
Por lo general, el síndrome hiperosmolar se desarrolla a lo largo de días o de semanas. Si
tienes signos o síntomas de esta afección, llama a tu médico o busca atención médica
inmediata.
Presta atención para detectar sed o la boca muy seca, ganas frecuentes de orinar, vómitos,
dificultad para respirar, cansancio y aliento con olor a frutas. Puedes controlar el exceso de
cetonas en la orina con un equipo de prueba de cetonas de venta libre. Si tienes un exceso
de cetonas en orina, consulta a tu médico de inmediato o busca atención de emergencia.
Este trastorno es más común en personas con diabetes de tipo 1, pero en ocasiones se
manifiesta en personas con diabetes de tipo 2.
Bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia). Cuando tu nivel de azúcar en sangre cae
por debajo de tu rango objetivo, se conoce como nivel bajo de azúcar en sangre
(hipoglucemia). Tu nivel de azúcar en sangre puede bajar por muchos motivos, como
saltearte una comida, tomar accidentalmente más cantidad de medicación que lo usual o
realizar más actividad física que lo normal. Es más probable que se produzca un nivel bajo
de azúcar en sangre si tomas medicamentos para bajar la glucosa que promueven la
secreción de insulina, o si usas insulina.
Si tienes signos o síntomas de un nivel bajo de azúcar en sangre, debes beber o comer algo
que lo eleve rápidamente; como, por ejemplo, jugo de frutas, tabletas de glucosa, caramelos
duros, gaseosa común (no dietética) u otra fuente de azúcar. Repite la prueba a los 15
minutos para asegurarte de que los niveles de glucemia se hayan normalizado.
Mantén tus vacunas al día. Un nivel alto de azúcar en sangre puede debilitar tu sistema
inmunitario. Vacúnate contra la gripe todos los años. Tu médico probablemente te
recomiende también la vacuna contra la neumonía. Los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC) también recomiendan colocarse la vacuna contra la
hepatitis B si no te has vacunado anteriormente, y eres un adulto de entre 19 y 59 años con
diabetes de tipo 1 o de tipo 2. Los CDC recomiendan la vacunación lo antes posible después
de recibir un diagnóstico de diabetes de tipo 1 o de tipo 2. Si tienes 60 años o más, tienes
diabetes y no te han administrado la vacuna anteriormente, pregunta a tu médico si es
adecuada para ti.
Cuida tus dientes. La diabetes puede hacer que estés más propenso a sufrir infecciones
más graves en las encías. Cepíllate los dientes al menos dos veces por día, usa hilo dental
una vez por día y programa exámenes dentales periódicos. Consulta a tu dentista de
inmediato si tus encías sangran, o se ven rojas o inflamadas.
Presta atención a tus pies. Lávate los pies con agua tibia todos los días. Sécatelos
suavemente, en especial entre los dedos, y aplica una loción humectante. Controla tus pies a
diario para ver que no tengas ampollas, cortes, llagas, enrojecimiento o hinchazón. Consulta
a tu médico si tienes alguna llaga en los pies u otro problema que no cicatriza.
Si fumas o usas otros tipos de tabaco, pídele a tu médico que te ayude a dejar este
hábito. Fumar aumenta el riesgo de presentar diversas complicaciones de la diabetes. Habla
con tu médico acerca de formas de dejar de fumar o de usar otros tipos de tabaco.
Si bebes alcohol, hazlo de manera responsable. El alcohol, al igual que las mezclas para
preparar bebidas, puede producir un nivel de azúcar en sangre alto o bajo, según cuánto
bebas y si lo haces mientras comes. Si bebes alcohol, hazlo con moderación y siempre junto
con las comidas.
La recomendación es no consumir más de una bebida una vez por día en el caso de las
mujeres; no más de dos veces por día en el caso de los hombres de 65 años o menos y una
sola bebida por día para hombres mayores de 65 años. Si usas insulina u otros
medicamentos que reducen el nivel de azúcar en sangre, controla este nivel antes de irte a
dormir para asegurarte de que tengas un nivel seguro.
Medicina alternativa
Si decides probar un tratamiento alternativo, no dejes de tomar los medicamentos que te recetó el
médico. Analiza con tu médico el uso de cualquiera de estos tratamientos para estar seguro de
que no provocarán reacciones adversas o que no interactuarán con tus medicamentos.
Ningún tratamiento (alternativo o convencional) puede curar la diabetes. Por lo tanto, es esencial
que las personas que reciben tratamiento con insulina para la diabetes no dejen de usar insulina,
a menos que sus médicos se lo indiquen.
Hablar con un asesor o un terapeuta puede ayudarte a lidiar con los cambios de vida que implica
un diagnóstico de diabetes de tipo 2. Puede que encuentres aliento y comprensión en un grupo de
apoyo para personas con diabetes de tipo 2. Si bien los grupos de apoyo no son para todo el
mundo, pueden representar buenas fuentes de información. Los miembros del grupo suelen estar
al tanto de los últimos tratamientos y tienden a compartir su propia experiencia o datos útiles;
como, por ejemplo, dónde encontrar información sobre la cantidad de hidratos de carbono de las
comidas que pides en tu restaurante favorito. Si te interesa, el médico tal vez pueda recomendarte
un grupo en tu área.
O bien, puedes visitar la página de American Diabetes Association para ver si hay actividades y
grupos de apoyo locales para personas con diabetes de tipo 2. Además, American Diabetes
Association ofrece información y foros en línea donde puedes conversar con otras personas que
tienen diabetes. El número de teléfono es 800-DIABETES (800-342-2383).
Especialista en nutrición
Si tus niveles de azúcar en sangre son muy altos, el médico puede hospitalizarte para que recibas
tratamiento.
Siempre que puedas, es recomendable que te prepares para las consultas con el equipo de
atención médica. A continuación incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué
puedes esperar de tu médico.
Ten en cuenta las restricciones que debes cumplir antes de asistir a la consulta. Es
posible que debas abstenerte de comer o beber nada, aparte de agua, durante ocho horas,
para realizar una prueba de glucosa en ayunas, o cuatro horas para una prueba antes de la
comida. Cuando solicites un turno para la consulta, pregunta si debes realizar ayuno.
Anota todos los síntomas que tengas, incluso si no parecen relacionados con la diabetes.
Elaborar una lista de preguntas puede ayudarte a aprovechar al máximo tu tiempo con el médico.
Para la diabetes de tipo 2, algunas de las preguntas básicas son las siguientes:
Control de la glucosa
¿Cómo puedo utilizar la información que revela el control de la glucosa para manejar mejor
la diabetes?
Cambios en el estilo de vida
¿Necesitaré insulina?
Tengo otros problemas de salud. ¿Cómo puedo manejar mejor estas enfermedades en
conjunto?
Complicaciones
¿Cuáles son los signos y síntomas del nivel bajo de azúcar en sangre?
¿Cuáles son los signos y síntomas del nivel alto de azúcar en sangre?
¿Tiene folletos u otros materiales impresos que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me
recomienda?
Qué puedes esperar de tu médico
Si tu nivel de azúcar en sangre permanece fuera del rango objetivo, o si no sabes con certeza qué
hacer en una situación determinada, comunícate con tu médico o tu educador de diabetes.
“Según las estimaciones, 422 millones de adultos tenían diabetes en 2014, frente a los 108
millones de 1980”, asegura la OMS. El mayor incremento se produjo en los últimos años y de
forma desigual.
“Es una enfermedad silenciosa, pero su marcha está siendo implacable y tenemos que detenerla”,
dijo Etienne Krug, responsable de los esfuerzos de la OMS en la lucha contra la enfermedad.
De acuerdo con los científicos, “en la última década, la prevalencia de la diabetes aumentó más
deprisa en los países de ingresos bajos y medianos que en los de ingresos altos”. Y los números
se incrementarán mientras no se adopten acciones drásticas, de acuerdo con la OMS.
Si ya tiene diabetes
El doctor Jorge Fiallos, experto en cirugía para diabéticos, resalta la importancia del cuidado del
paciente para evitar la condición pie diabético. Se trata de la afectación a los nervios de las
extremidades inferiores cuando los niveles de azúcar son elevados, lo que provoca distintos tipos
de gangrena. Fiallos es muy concreto al referirse a la prevención de este mal. Él recomienda una
dieta equilibrada, con 50% de hidratos de carbono (carbohidratos, de preferencia integrales), 30%
proteína y 20% grasa, excluyendo comidas fritas. Sumando el ejercicio, para llegar a un peso
ideal. “Mientras tanto, tomar todos sus medicamentos, de por vida”, añade. Se refiere no solo a
las tabletas de control del azúcar, sino de la circulación, de prevención de neuropatías y
vasculopatías. La primera es una serie de enfermedades al sistema nervioso biomotor.
“El paciente diabético puede perder la sensibilidad, si se hace un corte en el talón, por ejemplo, no
lo siente”. La vasculopatía incluye una contracción de los vasos arteriales, “el paciente no puede
caminar dos cuadras pues siente dolor”. Ambas condiciones detonan el pie diabético. Por ese
motivo, el electrocardiograma y ecocardiograma son obligatorios una vez al año, en todo
diabético, igualmente el estudio de ecodoplers de venas y arterias en las extremidades, para
conocer el estado de su circulación. “Hoy en día, con la medicina moderna, todos esas molestias
se pueden prevenir y revertir, si se suma al tratamiento la cámara hiperbárica. Es la introducción
de oxígeno al tejido para eliminar las toxinas en las heridas con gangrena”, indica Fiallos, quien
asegura que el promedio de curación de este mal es de seis meses.
En efecto, los científicos se muestran preocupados sobre la obesidad en el mundo. Pero Krug se
muestra algo más optimista: “Podemos detener la diabetes. Sabemos lo que hay que hacer. Pero
no podemos dejar que evolucione de esta forma porque tiene un impacto enorme en la salud de la
gente, en las familias y en la sociedad”, agrega.
Una de las medidas es reducir el elevado consumo de azúcar. De hecho, los niveles de azúcar en
la sangre triplican el riesgo de sufrir un ataque al corazón y multiplican por 20 las posibilidades de
sufrir una amputación en la pierna. También suben los riesgos de accidentes cerebrovasculares,
ceguera y complicaciones en el embarazo. El asunto es serio: la diabetes es la octava causa de
muerte en el mundo y es culpable de 1,5 millones de muertes cada año. Pero otros 2,2 millones
de muertes están vinculadas a los altos niveles de azúcar en la sangre.
Cirugía bariática
El Dr. Raúl Santamaría (foto), director médico de la clínica Santamaría, explica sobre esta
alternativa: “La cirugía bariátrica constituye una serie de procedimientos encaminados al control
del sobrepeso, obesidad y sus complicaciones. El paciente debe iniciar su proceso con un médico
clínico que lo introducirá en el equipo multidisciplinario formado por: endocrinólogos,
nutricionistas, psicólogos, neumólogos, fisioteraupetas y cirujanos especializados en bariatría.
Se recomienda este tipo de cirugías para pacientes cuya obesidad sobrepasa el límite de IMC
(Índice de Masa Corporal) de 30, unido a morbilidades como la diabetes y en pacientes con
obesidad mórbida o severa, por arriba de los 35 de IMC. La ADA (Asociación Americana de la
Diabetes), recomienda la cirugía para el control de diabetes con pacientes con IMC mayor de 25 y
como mínimo 3 años de diabetes tipo II, y que no ha sido posible su control o remisión con
medicamentos. Tras la cirugía, se sugiere un control por un equipo multidisciplinario calificado una
vez al mes por seis meses, para que reciba directrices, el acompañamiento y las pautas que le
ayuden para el éxito en el control de la diabetes”.
Acción conjunta
En cuanto a las posibles soluciones, la OMS considera que “no hay intervenciones o políticas que
por sí solas puedan garantizar que ello (frenar el avance de la diabetes) ocurra”. Y es necesaria,
según el organismo, una acción conjunta por parte de toda la sociedad. “La solución ‘fácil’ para
todos nosotros es hacer ejercicio, comer de forma saludable y no ganar demasiado peso. Y, por
supuesto, no es tan fácil”, dice Krug. De acuerdo con el experto, es necesario que los gobiernos
actúen para regular las cantidades de grasa y azúcar en los alimentos y asegurar que existen
opciones saludables disponibles para la gente. También es esencial una mejor planificación
urbana que motive a los ciudadanos a ir en bici o caminar.
Además, la industria alimentaria debe actuar de forma responsable para reducir el contenido de
grasa y azúcar en los alimentos y dejar de promocionar comida poco saludable, dice Krug. La
única manera de contener el avance de la enfermedad es mantener los niveles de azúcar en la
sangre bajo control. Pero, según el informe, dos tercios de los países de bajos ingresos no
disponen de los sistemas de monitorieo de glucosa, o no pueden proporcionar medicamentos
como la insulina o la metformina a la mayoría de sus habitantes.
“Hay dos cosas que me preocupan: una es que una de cada 11 personas en el mundo tiene
diabetes. La otra, la falta de equidad”, dice Krug. “En la mayoría de los países pobres, las
personas con diabetes no tienen acceso a las medicinas y tecnologías que necesitan”. (I)
Chequeos de rutina
Determinación de la glucosa en ayunas, de glucosa posprandial (2 horas después de una comida
completa), y de insulina y hemoglobina glicosilada, cuando existen factores de riesgo, indica la
doctora Vicenta Cevallos, subdirectora técnica de Interlab.
Indicaciones importantes
La orina también revela la presencia de glucosa, cuando los valores en la sangre sobrepasan el
umbral renal de 260 mg/dL, señala Cevallos. La prueba posprandial y de tolerancia a la glucosa
confirman alteraciones del metabolismo de la glucosa.
Otras pruebas
Una vez que el médico establece el diagnóstico de diabetes mellitus, buscará su tipo y su causa.
Para ello, solicitará exámenes de segunda línea como la evaluación de la producción de insulina y
el índice de resistencia, determinación del péptido C y el índice peptídico. Cuando sospecha
diabetes autoinmune, se busca el origen de la enfermedad, con las pruebas de anticuerpos anti-
GAD, antiinsulina, anticélulas de islotes o antitirosin fosfatasa, anti-zn transportador, entre otras.
Fuente: Vicenta Cevallos, subdirectora técnica de Interlab.
Salud renal
La enfermedad renal crónica (ERC) es el funcionamiento anormal de los riñones por más de 3
meses o la alteración estructural de los mismos. Es una enfermedad que afecta en todo el mundo
al 17% de los individuos mayores de 20 años y frecuentemente no reconocida por el equipo de
salud ni por los pacientes que la padecen, ya que permanece asintomática hasta estadios
avanzados.
hemodiálisis
1. nombre femenino
MEDICINA
Tratamiento médico que consiste en eliminar artificialmente las sustancias nocivas o tóxicas de la
sangre, especialmente las que quedan retenidas a causa de una insuficiencia renal, mediante un
riñón artificial (aparato
¿Cómo evitar las enfermedades de los riñones?
Beber mucho líquido. Se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua por día. El consumo de
líquido ayuda a los riñones a limpiar el sodio, la urea y las toxinas del cuerpo que, a su vez,
reducen el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica.
Alimentación para tener riñones sanos.
No agregues sal a tus comidas. El sodio aumenta la presión arterial y eso no es bueno para tus
riñones. ...
Evita los aceites y las grasas. En lugar de freír los alimentos, elige otras formas de cocción:
Hervido, a la plancha, al horno, etc.
Proteínas, con moderación. ...
Beber agu