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TOMA DE DECISIONES ACERTADAS

Nuestro éxito en todos los papeles que desempeñemos, giran en torno a las
decisiones que tomemos.

La capacidad de tomar decisiones afortunadas es una destreza fundamental en


la vida.

La necesidad de tomar una determinación difícil nos acarrea el riesgo de


ansiedad, confusión, duda, error, arrepentimiento, vergüenza y pérdida. El
resultado es una elección mediocre cuyo buen éxito depende del azar.

La única manera de aumentar realmente sus posibilidades de tomar una buena


decisión es aprender a aplicar un buen procedimiento para ese fin: el que le de
el mejor resultado con una mínima perdida de tiempo, energía, dinero y
compostura.

Un proceso de toma de decisiones debe satisfacer los seis criterios siguientes:


1. Se concentra en lo que es importante
2. Es lógico y consecuente
3. Reconoce los factores tanto subjetivos como objetivos y combina el
pensamiento analítico con el intuitivo.
4. Solo exige la cantidad de información y análisis necesarios.
5. Fomenta y guía la recopilación de información pertinente
6. Es directo, confiable, fácil de aplicar y flexible.

MÉTODO PROACT

No le dice qué resolver, pero sí le enseña cómo.

Se desarrolla de paso en paso formando la sigla PROACT, que nos sirve para
recordar que el mejor método tiene que ser proactivo.

Los ocho elementos de una decisión acertada:


1. Problema
2. Objetivo
3. Alternativas
4. Consecuencias
5. Transacciones
6. Incertidumbre
7. Tolerancia del riesgo
8. Decisiones vinculadas

La esencia del enfoque PROACT es dividir para reinar.

Ocho claves para tomar una decisión eficaz

1. Definir el problema con precisión: La manera como se plantee la


decisión desde el principio puede resultar definitiva. Evitando hacer
supuestos que no se justifican y prejuicios que limitan las opciones.

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2. Especificar los objetivos: Una decisión es un medio para llegar a un fin.
Pensar bien en sus objetivos dará dirección a sus decisiones.
3. Crear alternativas imaginativas: si no tuviera distintas alternativas, no se
vería en el caso de tomar una decisión. Recuerde que su decisión no
puede ser mejor que la mejor alternativa.
4. Entender las consecuencias: Las consecuencias nos hacen pensar las
cosas dos veces y a veces son emocionantes. Evaluar francamente las
consecuencias de cada alternativa le ayudará a identificar las que mejor
se ajustan a sus objetivos, a todos sus objetivos.
5. Estudiar las transacciones: en las decisiones más complejas no ha por lo
general una alternativa perfecta. Su tarea es elegir inteligentemente
entre posibilidades que no son perfectas. Para llegar a ello necesita fijar
prioridades, atendiendo abiertamente a la necesidad de hacer
transacciones entre los diversos objetivos contradictorios.
6. Aclarar las incertidumbres: La incertidumbre hace más difícil la decisión,
pero una eficaz toma de decisiones exige que se tenga en cuenta la
incertidumbre, que se juzgue la probabilidad de distintos resultados y se
evalúe sus posibles impactos.
7. Pensar muy bien en su tolerancia del riesgo: tener clara conciencia de
su voluntad de aceptar riesgos hará su proceso decisorio más suave y
eficiente.
8. Considerar decisiones vinculadas: lo que usted decida hoy podría influir
en sus elecciones del mañana, muchas decisiones importantes están
vinculadas en el tiempo. La clave de tratar eficientemente las decisiones
vinculadas es aislar y resolver las cuestiones de corto plazo y al mismo
tiempo ir recopilando la información necesaria para resolver las que se
van a presentar más adelante.

Una buena decisión no garantiza necesariamente un buen resultado, así como


tampoco una mala da necesariamente un resultado malo. Pero una buena
decisión sí aumenta las probabilidades de éxito y al mismo tiempo satisface
nuestro deseo muy humano de controlar las fuerzas que afectan nuestra vida.

Concentre siempre el pensamiento en lo que es más importante. Repase


brevemente los ocho elementos para obtener una amplia perspectiva sobre su
problema.

Cree sus propias oportunidades de decisión. Tome la iniciativa. Busque nuevas


maneras de formular el problema. Busque activamente objetivos escondidos,
nuevas alternativas, consecuencias no reconocidas y transacciones
apropiadas.

EL PROBLEMA

La manera como se exprese el problema enmarca la decisión, determina las


alternativas que hay que considerar y la manera como se deben evaluar.
Plantear el problema correctamente impulsa todo lo demás. La manera de
plantear el problema representa en sí misma una elección crucial. Si es
equivocada, uno marchará en una dirección equivocada. Si es correcta, estará
en camino hacia donde realmente quiere ir.

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Ser creativo en la definición del problema
El gran peligro en la formulación de un problema de decisión es la pereza. Pero
la manera fácil no es necesariamente la mejor. Para asegurarse de exponerlo
adecuadamente, es preciso salirse de lo convencional y pensar creativamente.

Convertir los problemas en oportunidades


Si el problema se plantea en forma creativa, se puede transformar, por lo
general, en una oportunidad, abriendo nuevas alternativas útiles y atractivas.
“En medio de las dificultades está la oportunidad”.
Todo problema de decisión tiene un detonador (la fuerza principal que lo
impulsa). Los detonadores son de muchas formas. La mayor parte procede de
otras personas o de circunstancias que están fuera de su control. Crear
situaciones de decisión para uno mismo es una gran manera de crear nuevas
oportunidades antes de que se presente el problema.

Definir el problema de decisión


Empiece por anotar su evaluación inicial del problema básico, luego
cuestiónelo, póngalo a prueba, refínelo.
Preguntarse qué hizo detonar esa decisión. Debe plantear el detonador de la
manera más clara posible, incluyendo:
1. Lo que se supone que es su problema decisorio.
2. La ocasión del detonador
3. La conexión entre el detonador y el problema.

Cuestionar las limitaciones en su presentación del problema


Las definiciones del problema incluyen por lo general supuestos que limitan la
gama de alternativas que se podrían considerar. Muchas de tales limitaciones
son útiles puesto que concentran la elección y evitan que se pierda tiempo con
opciones que no son pertinentes. Pero hay ocasiones en que le tapan a uno de
los ojos y le impiden ver las mejores opciones.

Identificar los elementos esenciales del problema


Dividiendo primero el problema en sus partes componentes uno se puede
asegurar de que su definición del mismo se concentre en la correcta.

Entender qué otras decisiones dependen de ésta o la afectan.


Rara vez se da el caso de una decisión aislada. Analizar todo el alcance de un
problema decisorio le ayudará a mantenerse en buen camino.

Dar a la definición del problema amplitud suficiente pero manejable.


Hay que contrapesar una definición comprensiva, amplia, con una más
estrecha y fácil de manejar. Una solución ideal para un problema demasiado
estrecho puede ser inadecuada para un problema definido con mayor amplitud
y precisión.

Obtener nuevas ideas preguntando a otros cómo ven la situación.


Según sea la naturaleza del problema, se puede pedir consejo. Las ideas de
tales personas permiten ver el problema bajo una nueva luz y quizá revelen
oportunidades o expongan limitaciones innecesarias impuestas por uno mismo.

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Volver a examinar la definición del problema
Recuerde que definir el problema es en sí un problema de decisión, cuya
solución influirá grandemente en su elección final. Por eso es importante no
sólo considerar desde el principio varias posibles definiciones sino también
detenerse en el camino y volver a examinar la que se haya escogido.
Un problema decisorio mal formulado es una trampa. No caiga en ella.

Conservar la perspectiva
Formular una buena decisión requiere tiempo, el esfuerzo que se le dedique
tiene que contrapesarse con otras consideraciones, tales como: tiempo,
importancia, urgencia y energía emocional. Conceder tiempo extra a definir el
problema trae su propia recompensa.

Pensar expansivamente genera mejores definiciones del problema y éstas a su


vez amplían la gama de soluciones creativas.

OBJETIVOS

Antes de precipitarse a tomar la decisión, deténgase un momento a pensar a


fondo en sus objetivos. ¿Por qué son importantes los objetivos? Porque
constituyen la base de las alternativas que se le presentan a uno. Son los
criterios de la decisión. Si logra identificar todos sus objetivos evitará tomar una
decisión desequilibrada.

Dejarse guiar por los objetivos


El proceso de pensar bien sus objetivos y ponerlos por escrito lo puede guiar
directamente a la decisión acertada, sin tener que hacer mucho análisis
adicional.

Aun en los casos en que la solución no es tan obvia, los objetivos que fije le
permitirán guiar todo el proceso decisorio, desde definir alternativas desde el
principio hasta analizarlas y justificar la decisión que finalmente tome.
Específicamente:
- Los objetivos le permiten determinar qué información buscar.
- Los objetivos le ayudan a explicar su elección a otros.
- Los objetivos determinar la importancia de una decisión y, por tanto,
cuánto tiempo y esfuerzo merece.

Cuidado con estas trampas


A menudo los tomadores de decisiones adoptan un foco demasiado limitado.
Su lista de objetivos se queda corta y superficial y se omiten consideraciones
importantes que solo se vienen a ver después de haber tomado la decisión. Se
concentran en lo tangible o lo cuantitativo a expensas de lo intangible y lo
subjetivo.

Dominar el arte de identificar objetivos


Identificar objetivos siguiendo cinco pasos:
1. Anotar todo lo que se espera solucionar con su decisión
2. Convertir sus inquietudes en objetivos sucintos.
3. Separar los medios de los fines al formular sus objetivos fundamentales.

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4. Aclarar que significa cada objetivo
5. Poner a prueba los objetivos a ver si captan sus intereses.

Consejos prácticos para puntualizar sus objetivos


Los objetivos fundamentales se pueden identificar con mayor facilidad teniendo
en cuenta las consideraciones siguientes:
- Los objetivos son personales
- Diferentes objetivos convienen a diferentes problemas de decisión.
- Los objetivos no deben limitarse por la disponibilidad de la información.
- A menos que las circunstancias cambien mucho, objetivos
fundamentales bien pensados para problemas similares deben
permanecer relativamente estables.
- Si una decisión que proyecta le parece muy buena, es posible que haya
pasado por alto un objetivo importante.

ALTERNATIVAS

Las alternativas son la materia prima de la decisión. Nunca se puede elegir una
alternativa que no se haya tenido en cuenta. Por más alternativas que tenga, la
que elija puede no ser mejor que la mejor de ellas. Muchas decisiones se
toman a base de alternativas demasiado estrechas o mal configuradas.

Uno de los errores más comunes es seguir la costumbre. Seguir la costumbre


es el resultado de la pereza y de fiarse demasiado del hábito. Con sólo un
modesto esfuerzo se pueden encontrar generalmente nuevas alternativas
atractivas.

Muchas malas decisiones resultan de acogerse a una alternativa de reserva.


Recuerde que todo problema de decisión tiene múltiples alternativas aun
cuando al principio no lo parezca. Crear alternativas nuevas exige
concentración deliberada.

Escoger la primera solución posible es otro error. Adquiera un nuevo hábito:


una vez que encuentre una solución posible, investigue más, genere
alternativas que puedan conducir a una solución mejor aún.

Escoger entre alternativas presentadas por otras personas puede llevar


también a malas decisiones. Recuerde: las decisiones importantes hay que
tomarlas pronto. Hay que dominar la situación.

Claves para generar mejores alternativas

Ensaye algunas de estas técnicas:


- Usar sus objetivos. Preguntarse ¿cómo?
- Desafiar las limitaciones
- Fijarse altas aspiraciones
- Primero pensarlo uno mismo, antes de consultar.
- Aprender de la experiencia
- Solicitar sugerencias de otros, después de pensar en su decisión.
- Mantenga la mente abierta durante estas conversaciones.

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- Dar tiempo al subconsciente para que opere.
- Primero crear alternativas, evaluarlas después.
- No dejar nunca de buscar alternativas

Adaptar las alternativas al problema


Ciertas alternativas son más adecuadas que otras para determinados
problemas. Cuatro categorías de alternativas se adaptan particularmente bien a
tipos específicos del problema.

1. Alternativas de proceso: alternativas de este tipo aseguran equidad en


las decisiones cuando hay de por medio intereses encontrados, y así
ayudan a sostener y fomentar amistades duraderas. Algunas son: la
decisión de la moneda, votación, arbitraje obligatorio, puntajes
estandarizados de pruebas, propuestas selladas, subastas.
2. Alternativas de ganador-ganador: el problema es que su decisión
necesita ser aprobada por otra persona. Hacer que el problema
decisorio de otra persona concuerde con el de uno es como encender
don velas con un solo fósforo. Es económico, satisfactorio y permite
realizar lo que uno busca.
3. Alternativas de reunir información: la información permite disipar
nubes de incertidumbre que envuelven algunas decisiones. Cuando hay
incertidumbres que afectan una decisión, es útil generar alternativas
para reunir información necesaria que las reduzca.
4. Alternativas de ganar tiempo: “no dejes para mañana lo que puedes
hacer hoy” es una regla, pero como toda regla, tiene sus excepciones.
Aplazar una decisión puede darle tiempo adicional para entender mejor
el problema, reunir información importante y llevar a cabo análisis
complejos.

CONSECUENCIAS

Asegúrese de que entiende las consecuencias de sus alternativas antes de


hacer una elección. Si no, seguramente los verá después y tal vez no le gusten
mucho.

Describir las consecuencias con exactitud en forma completa y con


precisión
Si uno no define bien las consecuencias, puede llegar rápidamente a una
decisión, pero probablemente no será la más acertada.

Construir un cuadro de consecuencias


Siguiendo los siguientes pasos:
1. Situarse mentalmente en el futuro
2. Hacer en forma libre una descripción de las consecuencias de cada
alternativa.
3. Eliminar alternativas claramente inferiores.
4. Organizar en un cuadro de consecuencias las descripciones de las
alternativas que quedan.

Comparar alternativas usando un cuadro de consecuencias.

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Dominar el arte de describir consecuencias
Ensaye estas técnicas para mejorar su práctica:
1. Probarse el traje antes de comprarlo
2. Usar escalas comunes para describir las consecuencias.
3. No valerse únicamente de datos exactos.
4. Aprovechar al máximo la información disponible
5. Elegir escalas que reflejen un nivel apropiado de precisión.
6. Afrontar directamente la incertidumbre

TRANSACCIONES

Las decisiones importantes por lo general persiguen objetivos contradictorios y


por eso es preciso hacer transacciones, sacrificar un poco de un objetivo a
cambio de obtener un poco más de otro.

Hacer transacciones acertadas es uno de los retos más importantes y más


difíciles en la toma de decisiones.

Encontrar y eliminar alternativas dominadas


Cuantas menos alternativas queden, menos transacciones habrá que hacer y
más fácil será tomar decisiones. Siga esta regla: si la alternativa A es mejor que
la B en algunos objetivos y no peor que B en todos los demás, B se puede
eliminar.

Hacer transacciones con permutas iguales


Si todavía le queda más de una alternativa, tendrá que hacer transacciones.

Si todas las alternativas se clasifican como iguales para un determinado


objetivo, este objetivo se puede omitir al elegir entre las diversas alternativas.

El método de permuta compensatoria ofrece una manera de ajustar las


consecuencias de diferentes alternativas a fin de hacerlas equivalentes en
función de un objetivo dado.

Mientras que la evaluación de dominación permite eliminar alternativas, el


método de permutas compensatorias permite eliminar objetivos.

Consejos prácticos para hacer permutas


1. Hacer primero las permutas fáciles
2. Concentrarse en la cantidad del canje, no en la importancia que se le dé
al objetivo.
3. Valorar un cambio a base de aquello con que se empezó
4. Hacer permutas consecuentes.
5. Buscar información para hacer permutas con conocimientos de causa.
6. La práctica hace al maestro.

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