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Ataduras Que Te Impiden Avanzar

By Gonzalo DominguezNovember 4, 2015UncategorizedNo Comments

“Más los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y


le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese
en la cárcel”. Jueces 16:21
Una persona puede experimentar ataduras en una, varias o todas las áreas de su vida. Existen
diferentes géneros y tipos de ataduras. Ataduras viejas y nuevas, propias y generacionales,
voluntarias e involuntarias, visibles e invisibles. Una atadura existe dentro

Una persona puede experimentar ataduras en una, varias o todas las áreas de su vida. Existen
diferentes géneros y tipos de ataduras. Ataduras viejas y nuevas, propias y generacionales,
voluntarias e involuntarias, visibles e invisibles. Una atadura existe dentro de uno de estos seis
grupos: ataduras físicas, emocionales, espirituales, culturales, sociales y económicas. Cuando una
persona está cautiva por una atadura, experimenta lo que Sansón experimentó en Gaza: girar en
círculos en un molinete, dando vueltas en el mismo sitio sin poder avanzar, derrochando esfuerzo y
energía para el beneficio de otro. Siempre habrá alguien que se beneficia de una atadura: el infierno
y las personas que operan bajo las tinieblas. La persona que ha tenido una atadura por mucho
tiempo, muchas veces no es conciente de esa atadura, hasta que es expuesta por la luz y el poder de
Dios. A Sansón le arrancaron los ojos; esto proféticamente nos dice que donde no hay visión no hay
avance, pero además predomina una ataudura. Las ataduras traen ceguera espiritual, falta de visión,
de entendimiento y de esperanza.

Si has estado experimentando todo esto ¡necesitas un urgente rompimiento que acabe con todas esas
ataduras! Este artículo no ha llegado a tus manos por casualidad, sino porque ¡Dios hoy quiere
comenzar un proceso de liberación para que experimentes su Presencia en el ahora y entres a su
propósito!

1. ¿QUÉ ES UNA ATADURA?


Una atadura o una ligadura, es un elemento espiritual que impide el movimiento y el avance,
aislando y destruyendo la libertad de una persona o una nación. Todo aquello que amarra a un punto
fijo es una atadura. Las Escrituras utilizan diferentes figuras proféticas para ilustrar cómo opera una
atadura: yugos, cuerdas, pesadas cargas, molinetes, grilletes y cadenas. Todos tienen algo en común:
oprimen y atormentan.

Toda atadura o ligadura, con el paso del tiempo termina desarrollando un hábito y una conducta, que
luego generan más hábitos y más conductas destructivas. Una atadura es también un ámbito
espiritual de destrucción en donde se aceleran el deterioro físico, espiritual y moral de la persona. El
alimento de las ataduras son el pecado contra Dios y la ausencia de Él. Es decir, cuando alguien no
lidia a tiempo con una atadura, esta irá echando
raíces hasta establecer otra atadura, y luego otra atadura en otra área, hasta que la persona queda en
completa cautividad. En cambio cuando existe una comunión intima con Dios y

y una obediencia a su visión, propósito y diseño, día a día Dios va limpiando, sanando, liberando y
rompiendo las ataduras cuando estas recién quieren arraigarse.
Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y van creciendo y arraigándose al
punto de convertirse en fortalezas y luego en maldiciones. Toma tiempo y rebelión que una atadura
inicial se transforme en una maldición generacional.
Por ejemplo, las ataduras físicas tienen que ver con la manifestación demoníaca en el ámbito del
cuerpo y la influencia que ejercen sobre el, aunque la raíz esté en el alma. Algunos ejemplos de
ataduras en el ámbito físico se manifiestan en forma de vicios y son: uso de drogas, dependencia
innecesaria de fármacos, alcoholismo, hábitos y conductas sexuales desordenadas y desenfrenadas,
falta de higiene u obsesión por la misma, desordenes alimenticios que se manifiestan en la obesidad,
la bulimia o la anorexia. Sansón había desarrollado una seria conducta viciosa y un estilo de vida
desordenado en su sexualidad, en su llamado y en su identidad. Eso provocó que una atadura llevara
a una fortaleza, y finalmente a la destrucción. Normalmente una atadura física tiene un equivalente
en una atadura emocional y espiritual. Es decir, lo físico es reflejado en lo emocional.

Esta es la secuencia de una atadura:

Primer nivel: Argumento:


Toda atadura comienza con un argumento. Un argumento es un pensamiento contrario a la Palabra
de Dios, a su santidad y a su voluntad. Los argumentos nacen de la carne y la razón. El primero en
argumentar contra Dios fue Lucifer, por lo tanto, una de las primeras semillas que se sembró de
pecado tiene que ver con argumentos. La caída de Adán y Eva fue articulada con una serie de varios
argumentos bien fundamentados, pero falsos, fundamentados en la razón y en el saber, y querer
saber. Lo primero que hizo para llevar a Eva a un plano de argumentos, fue aislarla, seducirla y
tentarla con aquello que no tenía y no podía comer. Los argumentos trabajan en el marco de la
razón, la soledad y la seducción. Esos argumentos del infierno suenan muchas veces coherentes y
hasta justos, pero solamente suenan así. La única paternidad del diablo en la Biblia, es la mentira: y
los argumentos contra Dios son el nivel mas alto de engaño y son el nudo inicial de una gran atadura.
Antes de comenzar a sembar un argumento, el infierno hace lo posible por aislar a la persona, y en
medio de la soledad, comenzar a operar. Por eso, Jesús envió a sus discipulos de “dos en dos”.
Por ejemplo, alguien que no fuma, pero toma en su mano su primer cigarrillo, va a oír una voz suave
que le dice: ¿porqué no hacerlo? ¡Te mereces descargar toda tu ira y frustración con este cigarrillo!
La adicción nunca entra con su rostro más oscuro, sino con la dulzura de los argumentos porque los
argumentos son la antesala a las ataduras. Los argumentos siempre operan en la base del “yo” y del
ego. Cuando una Palabra viene de Dios para romper un argumento, lo primero que mata es el “yo”.

Segundo nivel: atadura inicial y eventual.


Luego que el argumento es sembrado, todo argumento lleva a la acción, entonces esto tiene que ver
con el pecado inicial y primario. El perdón y la liberación son las armas más poderosas para
desterrar y cauterizar el efecto de esta atadura. La atadura inicial es como una semilla que necesita
una tierra preparada en donde crecer y multiplicarse. Cuando una persona maldice, planifica una
venganza, insiste en recordar episodios traumáticos de su vida, o permite que su mente se convierta
en un río de suciedades y basura, la atadura encuentra el terreno ideal en donde establecerse. Si una
atadura encuentra un corazón arrepentido, quebrantado, humillado y dispuesto a la Presencia de
Dios, no puede prosperar.

Tercer nivel: Atadura habitual.


La atadura habitual es el nivel en donde se reproduce una actitud a tal punto que termina formando
un hábito y con el hábito, una conducta. Esto abarca palabras, pensamientos, intenciones y hechos
concretos. La fuerza de la atadura habitual está en la no confesión del pecado. Cuanta menos luz
entre, más oscuridad habrá en el secreto.
Muchas veces guardamos y escondemos lo que hemos hecho o sido, por miedo a la religión o al qué
dirán, pero es justamente ahí donde la atadura se transforma en hábito, donde tiene el beneficio de la
oscuridad. Dios es luz y en Él no hay oscuridad. Cuando una persona llega a este nivel, ya ha
comenzado a dar la primera vuelta del molino de la esclavitud. La atadura habitual termina
generando una dependencia peligrosa en donde la persona pelea por ser libre y romper esa fuerza
que la mantiene atada, pero ya no puede. En el caso del alcohólico o del que tiene un vicio, esto se
da cuando ya no puede controlar ni controlarse en el consumo del alcohól, en el caso del mentiroso,
tiene que ver con que en todo lo que dice o hace, agrega u oculta algo, o tergiversa las cosas de lo
que realmente son y todo lo hace casi sin ser consciente. Todo aquello que escapa de tu control y tu
dominio propio, es una atadura de carácter habitual que ha generado una conducta que necesita ser
liberada.

Cuarto nivel: Atadura de raíz expansiva.


Este es el nivel de atadura en donde la persona comienza a ser contaminada entre un área a otra de
su ser por una raíz. De la misma manera en que una célula cancerígena se expande por el cuerpo y
genera una metástasis, este nivel de atadura es multiactivo y peligroso.
Por ejemplo, la falta de perdón por heridas o una traición, terminan generando un problema de
osteoporosis o artritis degenerativa, o el dolor de una pérdida dolorosa termina convirtiéndose en una
adicción a las drogas. Muchas ataduras espirituales y mentales tienen un triste descenlace en el
cuerpo y una gran cantidad de enfermedades tienen origen en ataduras que se fueron expandiendo.
Todo comenzó con algo simple y puntual, pero que con el paso del tiempo fue ganando lugar y
territorio hasta convertirse en algo que no deja de crecer, intoxicar y matar. Así como un cáncer va
destruyendo a las células buenas, y va empoderando las células malas, una atadura de raíz expansiva
hace el mismo proceso.

Quinto nivel: Ataduras con fortalezas.

“Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre


fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y
entonces podrá saquear su casa”. Mateo 12:29
La atadura con fortaleza es cuando alguien ha edificado y establecido su vida en torno a esa atadura,
de manera que al venir el poder de Dios para sanar o liberar, la fortaleza que ha edificado alrededor
de esa atadura, impide el fluír del Espíritu Santo. Donde hay una fortaleza, nadie entra y nadie sale
sin que el hombre fuerte lo decida. Por ejemplo, una persona que sufrió el abuso, y queda marcada
de por vida por ese episodio, asume un papel de víctima, de debilidad o de rechazo hacia el género
de la persona que le abusó, y de esa manera queda edificada una fortaleza alrededor de esa atadura:
“todos los hombres son iguales”, o “donde estaba mi madre en aquel momento”, o “porqué tuvo que
sucederme
a mi y no a mi hermana”.
Donde existe una fortaleza, gobierna un hombre fuerte, y viceversa. En este nivel, la persona está
bajo posesión de un demonio dominante, que mantiene una estructura activa de pecado y tinieblas.
Hay un gobierno con legalidad totalmente contrario a Dios y a su Reino. Si la atadura tiene que ver
con enfermedad, el espíritu enviado es de sufrimiento, autocompasión, dolor y tragedia. Si la atadura
tiene que ver con problemas espirituales, es enviado un espíritu de iniquidad, hechicería y
manipulación que controla y domina la mente de la persona y la lleva a controlar. Muchas fortalezas
están constituídas con mentiras e intrigas para proteger el pecado oculto, es decir, edificar una
fortaleza para salvar las apariencias. Otras fortalezas están constituídas por el aislamiento y la
soledad absoluta. Cuando Jesús habló de atar al hombre fuerte y tomar su palacio, se refería a este
nivel de liberación. En esta instancia, es importante saber que primero hay que derribar esa fortaleza
con ayuno y oración, para luego liberar el alma de esa atadura dominantSexto nivel: Indentidad
basada en la atadura. En este nivel, luego de que la persona haya edificado fortalezas para proteger a
la atadura, la persona asume una identidad absolutamente igual a la atadura que no le deja vivir. La
identidad de Gedeón estaba basada en una atadura: el creía que era un cobarde, él creía que era un
inútil, pero Dios veía por encima de las ataduras de Gedeón a tal punto que le dice: “varón esforzado
y valiente”. En este nivel de atadura, la persona deja de estar en esclavitud para convertirse en un
esclavo, de tener una enfermedad, a ser un enfermo. Que hayas cometido un error, no significa que
eres un error. Que hayas fracasado, no significa que seas un fracaso. El enemigo gana sus grandes
batallas, cuando logra ganar y suplantar la identidad original de la persona por una identidad falsa.
Séptimo nivel: Maldiciones generacionales

El último nivel de atadura, tiene que ver con la herencia de los padres a los hijos hasta la

tercera y cuarta generación. Llega un momento en que la atadura forma parte de la identidad,

y esta se transmite por sangre a las generaciones posteriores. Esto explica porqué hay familias

enteras y naciones enteras atadas y amarradas a un patrón común. Existen naciones marcadas

por la corrupción, otras por la explotación la pobreza y la ignorancia, otras por las masacres y

la extrema brutalidad, otras por el materialismo y la inmoralidad, otras naciones marcadas

por el orgullo y la arrogancia y otras por la envidia y los conflictos permanentes. Las ataduras

del primer Herodes, se convirtieron en maldiciones generacionales hasta la tercera y cuarta

generación. Todos persiguieron a los enviados de Dios, todos siempre estuvieron a un paso de

entregarse y hacer lo correcto, y todos murieron de la forma mas terrible. La peor herencia

que le puedes dejar a tus hijos, es saber que han existido maldiciones y ataduras por

generaciones, pero no hacer nada para cortarlas y detener su avance.

 4. ¿CÓMO PUEDO SER LIBRE DE ATADURAS EN MI VIDA?


 Busca estar donde el poder de Jesús está y se manifiesta.
 No esperes el día perfecto ni el momento perfecto: el día es hoy.
 Poder en la Palabra y en la impartición.

 NO ESCONDAS EL PROBLEMA

ORACION DE LIBERACION

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