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originariamente en el artículo 170 de la Constitución Centenaria de 1886,
que ya la consagraba. En ese contexto, el fuero penal militar es una
institución jurídica con una larga tradición en el constitucionalismo
colombiano, la cual, bajo la actual Constitución Política, encuentra pleno
reconocimiento en el ya citado artículo 221, con las modificaciones
introducidas por los Actos Legislativos 02 de 1995 y 01 de 2015, a su vez
complementado por los artículos 116 y 250 del mismo ordenamiento Superior.
Conforme con dichas disposiciones, la figura del fuero penal militar se
constituye en una prerrogativa especial de juzgamiento, a través de la cual se
busca que las conductas punibles cometidas por los miembros de la Fuerza
Pública “en servicio activo, y en relación con el mismo servicio”, sean de
competencia de las cortes marciales o tribunales militares, “con arreglo a las
prescripciones del Código Penal Militar”; organismos éstos que, a su vez,
“estarán integrados por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo o
en retiro”. De ese modo, aun cuando la propia Constitución tenga previsto,
como regla general, que el “juez natural” para investigar y juzgar a los
autores o partícipes de las conductas punibles son las autoridades judiciales
que hacen parte de la jurisdicción penal ordinaria, la circunstancia de que
también contemple la existencia de cortes marciales o tribunales militares,
constitutivos de la denominada Justicia Penal Militar, comporta sin lugar a
dudas una excepción a esa regla general y, por tanto, la implementación de
un régimen penal de naturaleza especial que, bajo un determinado contexto,
investiga y juzga las conductas delictivas cometidas por los miembros de la
Fuerza Púbica en servicio activo y en relación directa con el servicio.
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los derechos y libertades públicas (C.P. arts. 217 y 218). Para el
cumplimiento de dichas atribuciones, el mismo ordenamiento Superior, al
tiempo que delega en la Fuerza Pública el monopolio exclusivo de la fuerza y
la posibilidad de portar armas, prerrogativas a las que de ordinario no tienen
acceso los civiles, también le restringe a sus miembros el ejercicio de ciertos
derechos, como ocurre en el caso de los derechos políticos, los cuales si son
plenamente garantizados a los demás ciudadanos (C.P. art. 220).
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activa cuando concurran dos elementos básicos: (i) que el agente pertenezca
a la institución castrense y sea miembro activo de ella (elemento subjetivo); y
(ii) que el delito cometido tenga relación directa con el servicio (elemento
funcional). Consecuencia de lo anterior, es que el fuero penal militar se
extiende a los miembros de la Fuerza pública en servicio activo que cometan
delitos relacionados con el servicio, y a los miembros de la fuerza pública en
retiro que hayan cometido delitos cuando se encontraban en servicio activo y
el mismo encuentre relación con el servicio. De ese modo, no le corresponde a
la jurisdicción penal militar, en ningún caso, y por ningún motivo, juzgar a
los civiles, ni tampoco a los miembros de la fuerza pública en retiro o en
servicio activo que cometan delitos no relacionados con el servicio, esto es,
delitos que se aparten de las funciones misionales que en su condición de tal
ejecutan de acuerdo con el ordenamiento jurídico, los cuales serían de
competencia de la jurisdicción ordinaria. Tratándose de los civiles, el artículo
213 de la Carta establece expresamente que “[e]n ningún caso los civiles
podrán ser investigados o juzgados por la justicia penal militar”.
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JUSTICIA PENAL MILITAR-No hace parte de la rama
judicial/JUSTICIA PENAL MILITAR-Integra la Rama Ejecutiva del
Poder Público
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JUSTICIA PENAL MILITAR-Desarrollo de la estructura y
funcionamiento con arreglo a las prescripciones del Código Penal
Militar/JUSTICIA PENAL MILITAR-Facultad del Legislador de
incluir modificaciones e introducir otras regulaciones/CODIGO PENAL
MILITAR-No existe disposición constitucional que le haya reconocido o
consagrado una especie de “reserva de código”
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Ordenamiento Superior reconoce a todos los ciudadanos - también a quienes
forman parte de la fuerza pública”.
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vinculación a la planta de personal de los órganos de la Justicia Penal
Militar y Policial
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OPERATIVIDAD EN LA JURISDICCION ESPECIALIZADA
PENAL MILITAR-Regulación de las modalidades de preacuerdos y
acuerdos
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Considera la Corte importante aclarar, en plena correspondencia con la
posición de la demanda y algunos intervinientes, que la protección de los
derechos de las víctimas que se predica de los procesos ordinarios, se
extiende también a todas las actuaciones que se surtan al interior de la
Justicia Penal Militar y Policial, pues las garantías procesales en general, y
en particular las de las propias víctimas, deben aplicarse en cualquier
procedimiento, sin importar su naturaleza y especialidad, con el fin de
garantizar el ejercicio legítimo de los derechos en ellos involucrados y que
pueden resultar afectados. Como ha sido señalado por la jurisprudencia en
forma reiterada, aun cuando orgánicamente la justicia Penal Militar y
Policial no hace parte de la estructura de la Rama Judicial, le resultan
igualmente aplicables a dicha jurisdicción especial, todos aquellos derechos y
garantías que conforman la noción de debido proceso, así como también los
principios constitucionales que rigen la administración de justicia, en
particular los de acceso a la justicia, derecho a la defensa y respeto por los
derechos (Ley 270 de 1996. Arts. 2, 3 y 9).
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DAÑO-Concepto/DAÑO-Modalidades
VICTIMA-Concepto
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DERECHO DE LAS VICTIMAS A RECIBIR INFORMACION
POR LA FISCALIA GENERAL PENAL MILITAR-Sustracción de
materia por carencia actual de objeto ante inoperancia del principio de
oportunidad en el procedimiento penal militar y policial
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CODIGO PENAL MILITAR FRENTE A LA PLURALIDAD DE
VICTIMAS EN PROCESO PENAL MILITAR-Inexequibilidad del
numeral 4 del artículo 299 de la ley 1407 de 2010 al privar la posibilidad
de intervenir
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SISTEMA NACIONAL DE DEFENSORIA PUBLICA-Dispuesto para
garantizar el derecho a la defensa técnica de personas que no cuentan con
recursos para designar un abogado de confianza/SISTEMA NACIONAL
DE DEFENSORIA PUBLICA-Finalidad/SISTEMA NACIONAL DE
DEFENSORIA PUBLICA-Cobertura/SISTEMA NACIONAL DE
DEFENSORIA PUBLICA-Dirección está en cabeza del Defensor del
Pueblo
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad
contra los artículos 2 (parcial), 3
(parcial), 7, 8, 9, 11, 14, 15, 16, 18, 19,
20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29,
30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 41,
42, 43, 44, 48, 50, 54 (parcial), 58, 65,
71, 72, 74, 75, 83, 90, 109 (parcial) y
110 de la Ley 1765 de 2015; y contra
los artículos 294 (parcial), 298 y 299
(parcial) de la Ley 1407 de 2010.
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Demandante:
Luz Marina Bernal Parra y otros.
Magistrado Sustanciador:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1 El ciudadano Germán Navas Talero aparece en el encabezado de la demanda pero no suscribe el texto ni
diligencia de presentación personal y reconocimiento de contenido de firma.
2 La ciudadana Angélica María Chaparro no aparece en el encabezado de la demanda ni suscribe el texto de
la misma. Sin embargo suscribe la diligencia de presentación personal y reconocimiento de contenido de
firma ante la Secretaría General de la Corte Constitucional.
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demanda a los Ministerios de Interior, Justicia y Defensa Nacional, a la
Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República, a la Fiscalía General de la
Nación, a la Defensoría del Pueblo, al Director de la Academia Colombiana de
Jurisprudencia y a los Decanos de las Facultades de Derecho de las
Universidades Javeriana, Rosario, Libre, Nacional y Atlántico, para que, de
considerarlo conveniente, intervinieran en el proceso con el propósito de
impugnar o defender la constitucionalidad de las disposiciones acusadas.
(julio 23)
Diario Oficial No. 49.582 de 23 de julio de 2015
CONGRESO DE LA REPÚBLICA
EL CONGRESO DE COLOMBIA
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DECRETA:
(…)
(…)
1. Consejo Directivo.
2. Director Ejecutivo.
(…)
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PARÁGRAFO. La competencia territorial de cada despacho se definirá por
acto administrativo emitido por la Dirección Ejecutiva de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial.
(…)
1o. No obstante lo dispuesto en este artículo, los cargos de Juez Penal Militar
y Policial de Control de Garantías y Juez Penal Militar y Policial de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad podrán ser desempeñados por
civiles y no uniformados, siempre que acrediten los demás requisitos para el
desempeño del cargo.
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PARÁGRAFO 2o. Su selección será por meritocracia mediante evaluación
de sus competencias por el Departamento Administrativo de la Función
Pública (DAFP), la Escuela de Administración Pública (ESAP), o cualquier
otra entidad que pueda adelantar dicha evaluación.
(…)
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buen retiro de la Fuerza Pública y acreditar una experiencia mínima de
cuatro (4) años en el desempeño de cargos como funcionario en la Justicia
Penal Militar y Policial.
(…)
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Corresponde a la Fiscalía General Penal Militar y Policial, en desarrollo de
atribuciones constitucionales y legales, la dirección, coordinación, control
jurídico y verificación técnico-científica de las actividades que desarrolle la
policía judicial en los términos previstos en el Código Penal Militar.
(…)
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2. Coordinar dentro del ámbito de su competencia con la Dirección Ejecutiva
de la Unidad Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial,
la creación de unidades especializadas cuando la necesidad del servicio lo
exija o la gravedad o complejidad del asunto lo requiera y asignar a ellas
fiscales especiales.
3. Dirigir, coordinar y controlar el desarrollo de la función investigativa y
acusatoria contra los presuntos infractores de la ley penal de conformidad
con el ámbito de su competencia, directamente o a través de sus delegados,
para lo cual deberá tener en cuenta la especificidad dentro de lo militar o
policial del miembro de la Fuerza Pública investigado.
4. Coordinar con otros organismos que ejerzan funciones de policía judicial,
la definición e implementación de mecanismos que racionalicen y eviten la
duplicidad de esfuerzos en el desarrollo de las investigaciones.
5. Hacer parte del Consejo Nacional de Policía Judicial, función que podrá
delegar en el Coordinador Nacional del Cuerpo Técnico de Investigación de
la Justicia Penal Militar y Policial.
6. Hacer parte del Consejo Superior de Política Criminal y Penitenciaria.
7. Crear comisiones especiales de fiscales delegados de conformidad con las
atribuciones de estos, designando un coordinador, cuando la gravedad,
importancia o trascendencia pública del hecho lo ameriten, para lo cual
podrá desplazar del conocimiento al Fiscal Penal Militar y Policial
Delegado. En este evento el fiscal coordinador de la comisión será quien
actúe ante el Juez Penal Militar y Policial de Control de Garantías y ante el
Juez Penal Militar y Policial de Conocimiento.
8. Elaborar el manual de funciones de la Fiscalía General Penal Militar y
Policial y del Cuerpo Técnico de Investigación de la Justicia Penal Militar y
Policial, para su respectivo trámite de adopción ante la Dirección Ejecutiva
de la Unidad Administrativa Especial.
9. Proponer a la Dirección Ejecutiva de la Unidad Administrativa Especial de
la Justicia Penal Militar y Policial, la reglamentación de los Centros de
Servicios Judiciales, dentro del ámbito de su competencia.
10. Expedir los reglamentos, órdenes, circulares y manuales de procedimiento
y de normas técnicas conducentes al eficaz desempeño de la Fiscalía General
Penal Militar y Policial y del Cuerpo Técnico de Investigación de la Justicia
Penal Militar y Policial, en materias de su competencia.
11. Presentar al Director Ejecutivo de la Unidad Administrativa Especial de
la Justicia Penal Militar y Policial, las necesidades y requerimientos de la
Fiscalía General Penal Militar y Policial y del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial.
12. Ser el vocero de la Fiscalía General Penal Militar y Policial ante los
estamentos del Estado y la sociedad.
13. Diseñar y coordinar con el Director Ejecutivo de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, la
implementación de un sistema de gestión y control de la Fiscalía General
Penal Militar y Policial y del Cuerpo Técnico de Investigación de la Justicia
Penal Militar y Policial.
14. Proponer a la Dirección Ejecutiva de la Unidad Administrativa Especial
de la Justicia Penal Militar y Policial, estímulos para los servidores de la
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Fiscalía General Penal Militar y Policial y del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial.
15. Coordinar con el Director Ejecutivo de la Unidad Administrativa Especial
de la Justicia Penal Militar y Policial, el apoyo logístico requerido para el
funcionamiento de la Fiscalía General Penal Militar y Policial y del Cuerpo
Técnico de Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial.
16. Adelantar las gestiones para lograr cooperación internacional en materia
de investigación criminal con sus pares.
17. Las demás funciones que le señale la ley o los reglamentos.
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(6) meses para concluir el mismo. Si faltaren seis (6) meses o más para el
vencimiento del periodo, la designación le corresponde al Presidente de la
República.
(…)
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durante todo el período, salvo que antes de su vencimiento incurran en una
falta absoluta. Los uniformados que sean designados para ocupar estos
cargos, permanecerán en servicio activo hasta concluir el periodo.
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desempeño de cargos como funcionario de la Justicia Penal Militar y
Policial.
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12. Interponer y sustentar los recursos ordinarios y extraordinarios y la
acción de revisión en los eventos establecidos en el Código Penal Militar.
13. Solicitar las nulidades y demás actuaciones procesales de su competencia
y disponer las que le señale la ley.
14. Aplicar el principio de oportunidad en los términos y condiciones
establecidos en la presente ley.
15. Las demás que le señale la ley.
(…)
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ARTÍCULO 33. FUNCIONES. El Cuerpo Técnico de Investigación de la
Justicia Penal Militar y Policial tiene las siguientes funciones generales:
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POLICIAL. La Coordinación Nacional del Cuerpo Técnico de Investigación
de la Justicia Penal Militar y Policial tiene las siguientes funciones:
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PARÁGRAFO. Si el cargo fuere desempeñado por un miembro activo o en
uso de buen retiro de la Fuerza Pública, deberá ostentar un grado no inferior
al de Capitán o Teniente de Navío.
ARTÍCULO 37. COORDINACIÓN REGIONAL DEL CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN DE LA JUSTICIA PENAL MILITAR Y
POLICIAL. Las Coordinaciones Regionales del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial tendrán las siguientes
funciones a dicho nivel:
(…)
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(…)
(…)
(…)
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3. Implementar las políticas, planes, programas y proyectos de la jurisdicción
especializada.
4. Administrar y conservar el archivo de la jurisdicción especializada.
5. Las demás que le señale la ley.
(…)
(…)
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1. Implementar las políticas y ejecutar los planes, programas, proyectos y
decisiones adoptadas por el Consejo Directivo.
2. Adoptar y proponer según su competencia, las decisiones necesarias para
que la Justicia Penal Militar y Policial se imparta oportuna y eficazmente.
3. Administrar de conformidad con las normas vigentes el talento humano, y
los bienes y recursos destinados para el funcionamiento de la Justicia Penal
Militar y Policial, desarrollando adecuados sistemas de información y
control.
4. Impartir las directrices para mantener actualizada la plataforma
tecnológica y de comunicaciones de la Unidad.
5. Elaborar y presentar al Consejo Directivo de la Unidad Administrativa
Especial de la Justicia Penal Militar y Policial el informe de gestión anual y
los que este solicite.
6. Diseñar planes, programas y proyectos que propendan por el
comportamiento ético del personal de la Justicia Penal Militar y Policial.
7. Elaborar e impulsar programas de capacitación y formación del personal
de la Justicia Penal Militar y Policial.
8. Adoptar los mecanismos de control de rendimiento y gestión de los
funcionarios y empleados de la Justicia Penal Militar y Policial y tomar las
decisiones necesarias para su buen funcionamiento y descongestión.
9. Determinar la distribución, ubicación territorial y lugar de funcionamiento
de los despachos judiciales de acuerdo con las necesidades del servicio.
10. Presentar al Consejo Directivo el mapa judicial y sus modificaciones.
11. Crear y organizar los grupos internos de trabajo necesarios para el
funcionamiento de la Unidad Administrativa Especial de la Justicia Penal
Militar y Policial y designar sus coordinadores.
12. Expedir manuales, de funciones y requisitos, procesos y procedimientos,
circulares, directivas, instructivos, reglamentos, resoluciones y demás actos
administrativos necesarios para el adecuado funcionamiento de la Justicia
Penal Militar y Policial.
13. Regular los trámites de los títulos judiciales y demás aspectos
administrativos que se adelanten en los despachos judiciales y cuando lo
considere necesario establecer servicios administrativos comunes para ellos.
14. Conceder estímulos, reconocer los méritos y otorgar las menciones
honoríficas al personal que se distinga por los servicios prestados a la
Justicia Penal Militar y Policial.
15. Ejercer la facultad nominadora de los servidores públicos de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, salvo de los de
periodo.
16. Designar y terminar la designación de los miembros de la Fuerza Pública
del Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial.
17. Definir las situaciones administrativas de los servidores públicos de la
Unidad Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial y de
los miembros de la Fuerza Pública del Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal
Militar y Policial, de acuerdo con la Constitución y la ley.
18. Ubicar y distribuir los servidores públicos de la Justicia Penal Militar y
Policial de acuerdo con la planta disponible y las necesidades del servicio.
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19. Celebrar los contratos, convenios y acuerdos que se requieran para el
eficaz funcionamiento de la Justicia Penal Militar y Policial.
20. Ser ordenador del gasto para el cumplimiento de las funciones que le
correspondan.
21. Representar a la entidad judicial y extrajudicialmente y nombrar los
apoderados especiales que demande la mejor defensa de los intereses de la
entidad.
22. Ejercer la función de control disciplinario en los términos de ley, sobre los
servidores públicos que ejerzan funciones administrativas y de apoyo a los
despachos judiciales, así como sobre los Jueces de Conocimiento
Especializado; Conocimiento, Garantías, Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, Fiscales Delegados ante los Jueces de Conocimiento
Especializado, Conocimiento y servidores del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial, en relación con
conductas distintas a las derivadas de su función judicial y de policía judicial.
23. Presentar el proyecto de presupuesto al Consejo Directivo para su
aprobación.
24. Elaborar el proyecto de plan de desarrollo de la Justicia Penal Militar y
Policial con su correspondiente plan de inversiones y someterlo a la
aprobación del Consejo Directivo.
25. Suscribir convenios y acuerdos institucionales con entidades nacionales e
internacionales.
26. Administrar la Escuela de Justicia Penal Militar y Policial que por esta
ley se crea, presidir su Consejo Directivo y nombrar su director.
27. Las demás que le asigne la ley y los estatutos.
(…)
(…)
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Penal Militar y, Policial, la Dirección Ejecutiva de la Unidad Administrativa
Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, solicitará a las Fuerzas de
acuerdo con las necesidades del servicio, el envío de listas de candidatos de
oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares y oficiales, suboficiales,
miembros del nivel ejecutivo y patrulleros de la Policía Nacional, para
desempeñar cargos en la Jurisdicción Especializada, listas de las cuales la
Dirección de la Unidad seleccionará de acuerdo con el procedimiento interno
y designará a los funcionarios y empleados judiciales e investigativos
requeridos para el servicio.
(…)
(…)
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5. El funcionario judicial de mayor antigüedad y grado de las Fuerzas
Militares, integrante del Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y
Policial, cuando se trate de ascensos de las Fuerzas Militares.
6. El funcionario judicial de mayor antigüedad y grado de la Policía
Nacional, integrante del Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y
Policial, cuando se trate de ascensos de la Policía Nacional.
(…)
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JUECES PENALES MILITARES Y POLICIALES Y DE LOS
SERVIDORES DEL CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN DE LA
JUSTICIA PENAL MILITAR Y POLICIAL. La evaluación de desempeño de
los fiscales penales militares y policiales delegados ante los jueces penales
militares y policiales y de los servidores del Cuerpo Técnico de Investigación
de la Justicia Penal Militar y Policial, corresponde al Director Ejecutivo de
la Unidad Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, al
Fiscal General Penal Militar y Policial y a los Fiscales Penales Militares y
Policiales Delegados ante el Tribunal Superior Militar y Policial, de
conformidad con los siguientes criterios:
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de ser presentado el escrito de acusación, la fiscalía y el imputado podrán
llegar a un preacuerdo sobre los términos de la imputación. Obtenido este
preacuerdo, el fiscal penal militar y policial delegado lo presentará ante el
juez penal militar y policial de conocimiento o de conocimiento especializado
como escrito de acusación.
El fiscal penal militar y policial delegado y el imputado, a través de su
defensor podrán adelantar conversaciones para llegar a un acuerdo en el
cual el imputado se declarará culpable del delito imputado, o de uno
relacionado con pena menor, a cambio de que el fiscal penal militar y policial
delegado:
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PARÁGRAFO. Cuando el acusado, previo acuerdo con la Fiscalía colabore
eficazmente para evitar que continúe el delito o se realicen otros, o aporte
información esencial para la desarticulación de bandas de delincuencia
organizada, tendrá derecho a una rebaja de hasta la mitad de la pena a
imponer.
(agosto 17)
Diario Oficial No. 47.804 de 17 de agosto de 2010
CONGRESO DE LA REPÚBLICA
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
1. Organizaciones a las que puede dirigirse para obtener apoyo y de qué tipo
puede ser este.
2. El lugar y el modo de presentar una denuncia o una querella y su papel en
las actuaciones subsiguientes.
3. El modo y las condiciones en que puede pedir y obtener protección.
4. Las condiciones en que de modo gratuito puede acceder a asesoría o a
asistencia jurídica, asistencia o a asesoría psicológica u otro tipo de asesoría.
5. Los requisitos para acceder a una indemnización.
6. Los mecanismos de defensa que puede utilizar.
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7. El trámite dado a su denuncia o querella.
8. Los elementos pertinentes que le permitan, en caso de acusación o
preclusión, seguir el desarrollo de la actuación.
9. La fecha y el lugar del juicio oral.
10. El derecho que le asiste a promover el incidente de reparación integral.
11. La fecha en que tendrá lugar la audiencia de dosificación de la pena y
sentencia.
12. La sentencia del juez.
III. LA DEMANDA
De acuerdo con la demanda, las normas acusadas desconocen los artículos 1º,
2º, 29, 93, 113, 114, 115, 116, 117, 121, 150, 152, 189-3, 213, 216, 217, 218,
228, 229, 230, 235, 237, 241, 246, 250, 251-4 y 256, de la Constitución
Política; así como también el preámbulo y los artículos 8 y 10 de la
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Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), el artículo 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), los artículos 1º,
8, 24 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) y el
artículo IX de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas.
2. Fundamentos de la demanda
2.1. Cargo contra toda la Ley 1765 de 2015 por vicio de procedimiento
derivado de la presunta violación de la reserva de ley estatutaria
2.1.2. En relación con dicho cargo, exponen los actores que, de conformidad
con reiterada jurisprudencia constitucional, la reserva estatutaria en materia de
administración de justicia se predica de aquellas leyes que se refieren a los
elementos estructurales esenciales de la función pública de justicia, esto es, a
la determinación de los principios que informan la administración de justicia,
así como a los órganos encargados de ejercerla y sus competencias generales.
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Siendo ello así, aducen que el proyecto que dio paso a la expedición de la Ley
1765 de 2015 ha debido surtir el trámite más riguroso y especializado de las
leyes estatutarias, pues, mediante su texto, se regulan “elementos esenciales
de la administración de la justicia penal militar” tales como: “los principios
rectores de la administración de justicia que son de obligatorio cumplimiento
en la Jurisdicción Penal Militar y Policial; su ámbito de aplicación; la
estructura de la Justicia Penal Militar y Policial; los órganos jurisdiccionales
que la conforman; la competencia asignada a los funcionarios que ejercen la
función jurisdiccional; los requisitos para el desempeño de cargos en la
justicia penal militar y policial; la estructura de la Fiscalía General Penal
Militar; la composición del Cuerpo Técnico de Investigación de la Justicia
Penal Militar y Policial; la administración de la Justicia Penal Militar y
Policial; se crean la Escuela de Justicia Penal Militar y Policial y el Cuerpo
Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial; se establece el régimen de
personal aplicable a los miembros de la fuerza pública que conforman el
Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial; se fijan
disposiciones para garantizar la operatividad del sistema acusatorio en esta
jurisdicción, así como los casos en los que se aplicará el principio de
oportunidad”.
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Constitucional y las normas que hacen parte del bloque de
constitucionalidad”.
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“es la naturaleza de la actividad exclusivamente militar la que se constituye
como factor determinante para que una conducta se considere como delito
militar y sea posible atribuir competencia al juez penal militar”.
2.2.2. Sobre esa base, afirman que las disposiciones contenidas en los
artículos 8 y 9 de la Ley 1765 de 2015, “desconocen los principios de
funcionalidad y especificidad que deben regir la atribución de competencias
en cabeza de la jurisdicción penal militar”, pues las mismas “no contienen
esa necesaria relación de conexidad entre los delitos cuya competencia se
atribuye a los jueces penales militares y las actividades propias del servicio
activo”. Aducen que los delitos a que hacen referencia las citadas normas, en
realidad, buscan tutelar bienes jurídicos, como son los derechos humanos, la
seguridad y la administración pública, “cuya protección no guarda estrecha
relación de conexidad con el servicio militar activo, y por lo tanto, la
competencia para el juzgamiento y sanción de las conductas que les vulneren
deben estar radicadas en la jurisdicción penal ordinara”.
2.2.4. Sobre los delitos contra los derechos humanos, como es el caso del
homicidio (art. 8-1), los delitos contra la población civil (art. 8-7) y las
lesiones personales (art. 9-5), estos “no pueden ser juzgadas por tribunales
militares en la medida en que tales actos, por su propia naturaleza, no
corresponderían al ámbito de las funciones ejercidas por el personal militar”,
por lo cual, tales delitos “quebrantarían el fuero funcional de carácter
restringido que impone la jurisdicción penal militar, que se encuentra
limitado en razón de la materia (delito estrictamente militar)”. Citando
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
concretamente la fijada en el caso de la Masacre de la Rochela Vs Colombia,
los actores sostienen que, según lo dicho por el referido tribunal en el caso
citado, el juzgamiento de miembros de la fuerza pública “por el delito de
homicidio en la jurisdicción penal militar implicó una violación al principio
del juez natural y, consecuentemente, al derecho al debido proceso y acceso a
la justicia, dado que dicha jurisdicción carecía de competencia”.
2.2.5. En punto a los delitos contra la administración pública, que según los
demandantes “comprende el conjunto de delitos consagrados en los
numerales 3 y 4 del artículo 8 y los numerales 6 y 7 del artículo 9 y cuyo
contenido comprende la violación de distintos bienes jurídicos, como la fe
pública, el patrimonio económico y la administración pública en general”,
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aducen que “estos delitos no se encuentran en relación directa con la
prestación de servicio activo por parte de los miembros de las fuerzas
armadas”, por no ser “propio de sus competencias, relacionadas con la
seguridad y el ejercicio de la fuerza”. Al respecto, señalan que “[l]a defensa
de la integridad de la fe pública, de la administración o del patrimonio
económico no son funciones propias del servicio militar activo en el sentido
de que su garantía y protección no requiere la intervención de los miembros
de la fuerza pública sino de la intervención del Estado a través de las
autoridades administrativas instituidas legal y constitucionalmente en cada
caso para proteger diferentes bienes jurídicos”.
2.2.6. Tratándose de los delitos contra la seguridad del Estado, como es el caso
de los “delitos contra la protección y la información de los datos (art. 8 núm,
2), delitos contra la seguridad pública (art. 8 Núm. 5), delitos contra la
seguridad de la fuerza pública (art. 8. Núm. 6) y delitos contra la existencia y
la seguridad del Estado (art. 8 Núm. 8)”, señalan que, en principio, los
mismos no son “incompatibles con las normas relativas a la independencia e
imparcialidad de la judicatura, razón por la cual, los tribunales militares que
reúnan las características de independencia, imparcialidad y competencia,
podrían conocer de este tipo de violaciones”. Sin embargo, manifestando
apoyarse en decisiones de los tribunales de derechos humanos, destacan que
“los tribunales penales militares no satisfacen los requisitos de un tribunal
independiente e imparcial aplicable a aquellos procesos que se alejan de la
sanción de los actos castrenses así su propósito fundamental sea mantener el
orden y la seguridad”. Por esa razón, concluyen que los tribunales penales
militares “no pueden juzgar violaciones relacionadas con la seguridad del
Estado, cuando la misma no es consecuencia del servicio militar y no es
cometida por funcionarios que pertenecen a las fuerzas de seguridad del
Estado, es decir, que se aplica la interpretación restrictiva del delito militar y,
en particular, del delito de función”. Considerar la contrario, sostienen,
“podría generar consecuencias graves en la protección de los derechos
humanos y el respeto a las garantías constitucionales, toda vez que se le
estaría dando alcance a la jurisdicción militar sobre asuntos que son de
resorte exclusivamente civil”.
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2.2.7. Finalmente, los demandantes se refieren a los delitos sin asignación
especial de competencia, que “[c]omprende el conjunto de delitos
consagrados en el numeral 9 del artículo 8 y el numeral 8 del artículo 9 y
cuyo contenido se refiere a la competencia general radicada en la
jurisdicción militar para todos aquellos delitos que no tengan asignación
especial de competencia”. Ello, para sostener que la asignación general de
competencia a la jurisdicción penal militar “desconoce a todas luces la
jurisprudencia constitucional, la jurisprudencia interamericana, tratados y
principios internacionales y doctrina que han establecido el alcance
restringido de la competencia de la jurisdicción penal militar, pues su
ampliación injustificada atentaría contra el debido proceso, el derecho al juez
natural y contra la democracia misma”.
47
condición de civiles- y el personal civil al servicio de la fuerza pública deben
ser juzgados por la justicia ordinaria.
Sobre esa base, sostienen que la “jurisdicción penal militar constituye una
excepción constitucional a la regla del juez natural general”, razón por la
cual, “su ámbito debe ser interpretado de manera restrictiva, tal como lo
precisa la Carta Política al establecer en su artículo 221 que la justicia penal
militar conocerá ´de los delitos cometidos por los miembros de la fuerza
pública en servicio activo, y en relación con el mismo servicio´”. En ese
sentido, destacan, el Constituyente, “al plantearse la existencia de la Justicia
48
Penal Militar y a través de ella desarrollar el Fuero, reconoce que la
existencia de este solo puede cubrir los delitos meramente relacionados con el
ejercicio del servicio y evidentemente señala que esta debe estar limitada”, lo
cual “es un reconocimiento de que dicha jurisdicción no cumple con los
estándares de independencia y autonomía para tener el conocimiento de todos
los delitos cometidos por los militares y policiales”.
Aplicando el referido test a las normas acusadas, los actores concluyen que la
reforma estructural a la Justicia Penal Militar representada en la ley
demandada, “no supera la falta de independencia, autonomía e imparcialidad
que reiteradamente se ha señalado para esta jurisdicción”. Precisan, al
respecto, que, “si bien la Justicia Penal Militar es una entidad importante
para el desarrollo de las funciones de las fuerzas militares, presenta serios
problemas en cuanto a la independencia e imparcialidad judicial, pues se
trata de un organismo que estructuralmente depende del poder ejecutivo,
cuestión que no es superada por la Ley 1765 de 2015 y que por el contrario
profundiza nuevas formas de asegurar la dependencia de todos los
funcionarios de dicho sistema judicial de las políticas y visiones que
desarrolla el Ministerio de Defensa y en general el poder ejecutivo”.
49
visión y orientación que dicha selección tendría del poder ejecutivo”,
situación que “nos muestra que la independencia de esa jurisdicción se
mantiene en nivel[es] muy bajos” (art. 15). Esa tendencia se ve
fortalecida, además, con la transformación de la Dirección Ejecutiva de
la Justicia Penal Militar en la Unidad Administrativa Especial de la
Justicia Penal Militar y Policial, “la cual continuará dependiendo
estructuralmente del Ministerio de Defensa y hará parte del sector
descentralizado de la Rama Ejecutiva del Orden Nacional” (art. 44).
50
- La forma como se regula el sistema de ascensos del personal del
Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial, y el hecho de
“que un ente de la justicia penal militar [el Comité de Ascensos del
Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial] t[enga] la
función de calificar las condiciones y posibilidades para los ascensos
militares, a los operadores judiciales, (…) constituye un amarre de
intereses muy grave para la independencia judicial”. Las funciones
asignadas al Comité de Ascensos del Cuerpo Autónomo de la Justicia
Penal Militar y Policial, “dan cuenta de un poder muy importante, pues
determinan la continuidad de la carrera profesional militar, la cual
según el contenido normativo de la ley 1765/2015 es la principal”;
circunstancia que, a su vez, “hace que los funcionarios del sistema de
justicia penal militar, dependan de los máximos dirigentes de dicha
jurisdicción para poder continuar su carrera profesional en sus dos
aristas, tanto en la carrera como funcionarios judiciales y al mismo
tiempo como militares”. Tal situación, “mantiene o coloca a los
integrantes de la Justica Penal Militar en permanente situación de
presión, lo cual hace suponer que no es factible que la voluntad y
visión libre de estos funcionarios les permita ejercer adecuadamente y
con independencia sus funciones judiciales” (arts. 70, 71, 74, 75).
51
militar sean personal de confianza de las fuerzas militares que garantice
la debida comprensión de las razones militares y policiales, y tengan
profundo conocimiento de los pensamientos y principios de acción de
militares y policiales”. En ese sentido, lo que se persigue es “asegurar
la selección de un determinado sector poblacional que puede tener
sesgos concretos sobre los asuntos que se pondrán a su conocimiento”
(arts. 14, 16 y 79).
2.5. Cargo contra los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015 y 294, 298
y 299 de la Ley 1407 de 2010, por la vulneración de los derechos de las
víctimas
2.5.1 Acusación contra los artículos 109 y110 de la Ley 1765 de 2015
Para estructurar dicho cargo, los actores parten de considera que “[l]os
derechos de las víctimas representan una condición indispensable para la
implementación del sistema penal acusatorio en Colombia”. Sobre esa base,
en la demanda se hace un breve recuento del sistema penal acusatorio,
instaurado en Colombia por el Acto Legislativo 03 de 2002 y desarrollado por
la Ley 906 de 2004, y sobre los derechos que se les reconoce a las víctimas en
el proceso penal del sistema acusatorio, cuyo amplio reconocimiento ha tenido
lugar por vía jurisprudencial.
52
En ese contexto, los actores sostienen que los artículos 109 y 110 de la Ley
1765 de 2015, al enunciar formas de terminación del proceso que son propias
de la justicia ordinaria, particularmente en la modalidad de preacuerdos y
negociaciones entre el imputado o acusado y el fiscal, “están tomando
atribuciones que según el artículo 250 superior le corresponden
exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación, quien está obligada a
adelantar el ejercicio de la acción penal y a realizar la investigación de los
hechos que revistan las características de un delito que llegue a su
conocimiento por medio de denuncia, petición especial, querella o de oficio,
siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que
indiquen la posible existencia del mismo”.
En ese sentido, entienden los demandantes, los artículos 109 y 110 de la Ley
1765 de 2015, implican una “contradicción con la obligación constitucional
de protección y garantía de las personas víctimas de violaciones a los
derechos humanos a la verdad, justicia, reparación integral y garantías de no
repetición”. De ese modo, configuran una violación de los artículos 1, 2, 29,
228 y 229 de la Constitución Política, y de los tratados internacionales de
derechos humanos, pues los mismos “sustituyen un principio fundamental, al
determinar que en las investigaciones dirigidas contra los miembros de la
fuerza pública podrán celebrarse acuerdos con el investigado que dejarán
como consecuencia la terminación del proceso de juzgamiento y por
consiguiente la cesación de la investigación de las faltas cometidas en contra
de las víctimas”.
2.5.2. Acusación contra los artículos 294, 298 y 299 de la Ley 1407 de 2010
Los demandantes sostienen igualmente, que los artículos 294, 298 y 299 de la
Ley 1407 de 2010, también vulneran los derechos de las víctimas.
Concretamente, afirman, “[n]os referimos a la expresión ‘directo’ contenida
en el artículo 294, al artículo 298 y a los numerales 4 y 5 del artículo 299, los
cuales igual que como ocurrió con los artículos 109 y 110, son
transcripciones idénticas de contenidos de la ley 906 de 2004 que reproducen
53
contenidos que ya fueron declarados inexequibles por la Corte
Constitucional”. Precisan que, “[e]n el caso del artículo 298 se elimina un
numeral que resulta fundamental para las víctimas”.
Con respecto al artículo 294 de la Ley 1407 de 2010, afirman que el mismo
reprodujo el contenido del artículo 132 de la Ley 906 de 2004, del cual, la
Corte declaró inexequible la expresión “directo” en la Sentencia C-516 de
2007. Señalan que, en dicho fallo, la declaratoria de inexequibilidad de la
expresión “directo”, parte del hecho de que la Corte “afirma que la calidad
de víctima no puede estar restringida tan solo a aquellas que han padecido un
daño directo dado que esto afecta el concepto amplio de víctima establecido
por la jurisprudencia de la Corte, y restringe notablemente los derechos de
las víctimas”, con lo cual, “[e]l calificativo directo frente al daño restringe la
posibilidad de intervención de las víctimas en el proceso penal”.
Con respecto al numeral 4 del artículo 299 de la Ley 1407 de 2010, este
coincide con el numeral 4 del artículo 137 de la Ley 906 de 2004, declarado
inexequible por la Corte en la Sentencia C-516 de 2007. A respecto, señalan
que la razón de su inconstitucionalidad está en que “la citada sentencia
manifiesta que la intervención de las víctimas en la etapa investigativa no
representa una carga desproporcionada en contra del procesado, sino que al
contrario puede contribuir a la búsqueda de la verdad y al ejercicio pleno de
los derechos de las víctimas en el proceso penal acusatorio”.
Con respecto al numeral 5 del artículo 299 de la Ley 1407 de 2010, que es
reproducción según los actores del numeral 5 del artículo 137 de la Ley 906 de
2004, los mismos manifiestas que “hace expreso un factor que se encuentra
particularmente contrario a la Constitución, pues contempla que será el ente
investigador de la jurisdicción castrense quien designará un representante a
las víctimas que llegaren a necesitarlo”, lo que “significa que para esta
representación se acudirá a la estructura administrativa de dicha jurisdicción
y será entonces un militar o civil al servicio de esta [institución] quien
defienda los intereses de las víctimas en la actuación penal; subrogando
entonces las funciones otorgadas constitucionalmente a la Defensoría del
Pueblo para asignarlas quizás a la Defensoría Técnica Militar creada por la
ley 1765 de 2015”. De ese modo, sostienen, el numeral 5 del artículo 299 de la
Ley 1407 de 2010, “se encuentra en clara contravía con los derechos al
debido proceso, asistencia jurídica, acceso a la justicia, igualdad y otros,
contenidos en los artículos 29, 229, 93 de la Constitución Nacional, pues
niega la posibilidad de representación debida a aquellas víctimas que no
cuenten con los recursos para pagar un abogado de confianza”.
54
En relación con el artículo 298 de la Ley 1407 de 2010, los accionantes
consideran que el mismo reproduce el artículo 136 de la Ley 906 de 2004,
“salvo por el numeral 11 que fue excluido de su redacción”. Destacan que el
referido artículo 136 de la Ley 906 de 2004, que se ocupa de regular lo
referente al derecho de las víctimas a recibir información, preveía en el
numeral 11, excluido de la redacción del artículo 298 de la Ley 1407 de 2010,
que la Fiscalía General Penal Militar debía suministrar información a quien
demuestre sumariamente la calidad de víctima, sobre “[l]a posibilidad de dar
aplicación al principio de oportunidad y a ser escuchada tanto por la Fiscalía
como por el juez de control de garantías, cuando haya lugar a ello”.
2.6. Cargo contra los artículos 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 42 y 43 de la Ley
1765 de 2015 por la violación de la prohibición constitucional expresa de
atribuir funciones de policía judicial a las fuerzas militares y
desconocimiento del diseño constitucional para la Fiscalía General de la
Nación
55
funciones (la militar y la de policía judicial), e imponer una correlativa
dualidad de jerarquías (el superior en el rango y la Fiscalía General de la
Nación), pues tal situación desvertebraría su estructura, quebrantaría la
necesaria unidad de mando y no aseguraría que, de presentarse conflicto entre
las dos funciones, prime la de policía judicial.
Finalmente, señalan que las normas acusadas violan de manera flagrante los
artículos 249 y 250 de la Carta, que establecen como función de la Fiscalía
General de la Nación la de dirigir y coordinar las funciones de policía judicial
-que en forma permanente cumple la Policía Nacional-, en cuanto dicha
función “es sustituida por la actuación de la Fiscalía General Penal Militar,
que no tiene asidero constitucional alguno, sino que es una creación del
legislador en un ejercicio que excede la libertad de configuración
legislativa”, con lo cual, además, se están entregando funciones de policía
56
judicial “a un cuerpo que queda totalmente por fuera de la coordinación de
la Fiscalía General de la Nación y en otra rama del poder público”.
IV. INTERVENCIONES
57
conocidos por esa jurisdicción especial, ii) los procedimientos especiales que
debe regir los juicios y, en general, iii) todo lo relacionado con los órganos
específicos que la integran y con su régimen de personal, lo cual incluye la
creación y suspensión de cargos, la forma de provisión, permanencia y retiro,
la fijación de los requisitos y calidades requeridas para el ejercicios de los
mismo.”
En cuanto a la aplicación del fuero militar, cita, entre otras, las Sentencias: C-
878 de 2000 y C- 677 de 2002, en las cuales se sostiene que para verificar la
competencia del Fuero Penal Militar, se debe acudir a dos factores: i)
subjetivo, que acude a la calidad de miembro de la fuerza pública en servicio
activo del procesado al momento de la comisión del delito y ii) el criterio
funcional, el cual se refiere a la relación existente entre el delito con el
servicio mismo, de tal sentido que la comisión del delito sea consecuencia del
ejercicio desviado del miembro de la fuerza pública. En virtud de lo expuesto,
advierte que son de competencia de la jurisdicción castrense los delitos que
únicamente pueden ser cometidos por miembros activos de la fuerza pública y
aquello que delitos comunes que se relacionen directa y sustancialmente con
las funciones que constitucionalmente está llamado a cumplir el miembro de
la fuerza pública.
4 Folio 138.
58
juez natural de un delito cometido por militares en servicio activo; si no como
atrás se dejó dicho, el fuero se colige cuando las circunstancias de tiempo,
modo y lugar que gravitan en la comisión del punible, permitan concluir
racionalmente que dicha conducta tiene relación física con el servicio militar
y se explica como consecuencia de una extralimitación, desvío o abuso del
poder”5. Así mismo, se refiere a la Sentencia C-561 de 1997, la cual estudió la
constitucionalidad del Código Penal Militar de 1988 y estableció que “[e]s
claro que el código penal militar consagra no sólo hechos militares sino
también ordinarios o comunes en lo que pueden quedar incurso los miembros
de la fuerza pública, al cumplir la misión o servicio que les ha sido asignado.
Estos último delitos, como lo ha sostenido la Corte, no pueden tener penas
inferiores a las establecidas en el Código penal para los de su misma clase,
pues en caso de que así sucediera, tales normas serían inconstitucionales por
infringir el derecho a la igualdad”.
Finalmente, con base en los argumentos anteriores, concluye que “salvo los
delitos taxativamente excluidos como los de lesa humanidad, el fuero militar
si puede cobijar todos los ilícitos sin consideración de su gravedad, ni a la
mayor o menor lesividad de los bienes jurídicos, sólo a los dos factores que se
ha hecho alusión en la presente intervención”.6
5 Follio 162.
6 Folio 161.
7 Folio 165.
59
(iv) La vulneración de los principios de independencia, autonomía e
imparcialidad de la administración de justicia. Considera el interviniente que
los argumentos presentados por los demandantes con respecto a este cargo,
están sustentados en las consideraciones que hizo la Corte Constitucional en la
Sentencia C-141 de 1995, que declaró la inconstitucionalidad del inciso 2 del
artículo 656 de Decreto 2550 de 1988, cuyo proceso de enjuiciamiento penal
militar estaba compuesto por los Consejos Verbales de Guerra conformados
por oficiales en servicio activo que no se desempeñaban de manera exclusiva
en la jurisdicción penal militar, comprometiendo los principios de
independencia y autonomía en la administración de justicia. Sin embargo, los
inconvenientes puestos de presente en el referido examen de
constitucionalidad fue corregido con el avance legislativo del país hasta el
punto que, con la Ley 1765 de 2015, se estructuraron las políticas para
enmarcar la separación del Mando Institucional de las funciones propias de los
jueces y fiscales y se ha avanzado considerablemente para garantizar la
autonomía de la Justicia Penal Militar, implementando para los ascensos de
funcionarios de la jurisdicción, un comité donde no tiene injerencia el mando
militar, que se encargue de verificar el desempeño a nivel jurisdiccional y un
cuerpo autónomo compuesto por oficiales de las Fuerzas Militares y de la
Policía Nacional que se encargue de verificar el desempeño militar o policial.
Lo anterior, con el fin de verificar que “los seleccionados a ocupar los cargos
de juzgamiento en la Justicia Penal Militar, sea personal de confianza de las
Fuerzas Militares y Policiales que garantice la debida comprensión de las
razones militares y tenga profundo conocimiento de los pensamientos y
principios de acción de militares y policías”8.
8 Folio 175.
9 Ibídem.
60
considera el interviniente que el análisis de fondo de los artículos referidos ya
fue objeto de estudio constitucional a través de la Sentencia C-516 de 2007,
cuando se evaluaron los artículos 350 y 351 de la Ley 906 de 2004, razón por
la cual solicita que, por identidad normativa, se declare la exequibilidad
condicionada. En igual sentido, solicita a la Corte que se excluya del análisis
de constitucionalidad la expresión “directo”, contendida en el artículo 294 y
del numeral 4 del artículo 299 de la Ley 1407 de 2010, por existir cosa
juzgada, al ser valorado previamente por la Corte los artículos 132 y 131
numeral 4 de la Ley 906 de 2004, en la Sentencia C-516 de 2007.
A su turno, señala, que la Ley 1765 de 2015 logra cumplir con el mandato del
legislador de 2010, el cual es el de reglamentar a la Fiscalía General Penal
Militar y al Cuerpo técnico de investigación. Asimismo, asegura que lo
61
afirmado por el demandante es contrario a la realidad legislativa, pues esta, no
se encarga de atribuirle funciones de policía judicial a las fuerzas militares ni
de recaudar evidencia física y elementos materiales probatorios frente a
conductas típicas cometidas por civiles, debido a que la ley objeto de censura
constitucional no reglamenta ni organiza la estructura de las funciones de las
fuerzas militares, sino que organiza el cuerpo técnico de investigación
atendiendo a los límites previstos en el artículo 221 de la Constitución
Política. Sobre el particular, Manifiesta la necesidad de precisar que, de
acuerdo con los artículos 274, 275, 276 y 363 de la Ley 1407 de 2010, las
laborales de policía judicial “son dentro del ámbito de competencia de la
justicia penal militar y policial y no para el nivel operacional y operativo de
la fuerza pública, no es y es un exabrupto entenderlo así, para la
investigación de personal civil por parte de las fuerzas militares, pues ello
está prohibido desde el artículo 213 de la Constitución política” 10. En
sustento de lo anterior, cita la sentencia C-215 de 2001, que declaró la
inconstitucionalidad de la Ley de Defensa Nacional, la cual permitía que las
Fuerzas Militares ejercieran funciones de policía judicial y en ejercicio de
dicha función, pudieran recaudar elementos materiales probatorios con el fin
de enfrentar la delincuencia común, la criminalidad organizada, el conflicto
interno.
10 Folio 183.
11 Folio 187.
62
entendido que el ejercicio de la competencia asignada está regulada por
el Código Penal Militar y por las reglas establecidas por la Corte
Constitucional frente a la justicia penal militar.
[La entidad cita los artículos los artículos 20, 23 numeral 4º, 23
numeral 10º, 30 numerales 2º, 3º y 4º, 33 numerales 1º y 5º, 39 y 42 de
la Ley 1765 de 2015]. [No obstante, como petición principal, en
relación con el cargo contra dichas normas, la Fiscalía le solicita a la
Corte inhibirse por ineptitud sustantiva de la demanda].
63
(i) Cargo relacionado con el reproche a los artículos 8 y 9 de la Ley 1765 de
2015, por ampliar la competencia de la Justicia Penal Militar y Policial a
delitos que no se relacionan necesariamente con el ejercicio de la función
de los militares en servicio. La entidad no comparte la posición de los
demandantes, aunque considera que las disposiciones acusadas deben ser
declaradas condicionalmente exequibles, toda vez que, en sus distintas
interpretaciones, requiere de una delimitación por parte de la Corte
Constitucional. Al respecto, indica que las normas acusadas solamente
realizan una distribución de competencias entre los Juzgados Penales Militares
y Policiales de Conocimiento y los de Conocimiento Especializado, y que, si
bien establecen un amplio catálogo de delitos, dentro de los cuales se incluyen
tipos aplicables tanto en la justicia penal militar, como en la jurisdicción penal
ordinaria, tales disposiciones deben ser leídas de manera sistemática,
conforme a la Constitución y al Código Penal Militar, de donde se deriva que
la jurisdicción penal militar, en todo caso, solamente conoce de aquellas
conductas que se hayan originado con ocasión de la prestación del servicio.
14 Folio 291.
15 Folio 295.
64
Lo anterior lo sustenta a partir de tres argumentos. En primer lugar, la Fiscalía
hace referencia a la competencia de la justicia penal militar, la cual solamente
se activa cuando concurre el elemento subjetivo, respecto a una persona que es
miembro de la fuerza pública, y el funcional, en razón de que el delito se
cometa en relación “directa y próxima con el mismo servicio”16, lo que
excluye de su aplicación a los civiles. En segundo lugar, la entidad propone
una interpretación histórica del artículo 2 de la Ley 1765 de 2015, con base en
los apartes que cita de la exposición de motivos y de los debates adelantados
en el Congreso para la aprobación del proyecto de ley, en los que se permite
entender que la intención del legislador era excluir a los civiles de la
aplicación de la justicia penal militar y policial, y, en concreto, que la
disposición estaba dirigida a los servidores públicos que hicieran parte de la
jurisdicción especializada en lo relativo a las disposiciones de carácter laboral-
administrativo. Todo ello, aduce la interviniente, es confirmado por “la
adición que los legisladores hicieron al texto de la disposición demandada,
esto es, por la expresión ´en lo pertinente´ que fue incorporada al artículo 2
durante el debate que condijo a la aprobación de la ley”17. Por último, la
Fiscalía General de la Nación se refiere a la interpretación sistemática de la
disposición acusada, la cual debe entenderse en conjunto con el resto del
contenido de la Ley 1765 de 2015. Así pues, la entidad afirma que desde el
encabezado de la ley se puede inferir que “no se refiere únicamente al
procedimiento y elementos propios del derecho penal y del sistema penal
acusatorio, sino que también regula aspectos administrativos sobre el
funcionamiento de los distintos órganos que compondrán esta jurisdicción
especializada”18.
(iii) Cargo en el que se reprocha que los artículos 109 y 110 de la Ley 1765
de 2015 y los artículos 294, 298 y 199 de la Ley 1407 de 2010, violan los
derechos constitucionales de las víctimas dentro del proceso penal militar.
Para ello, analiza los argumentos relacionados con cada una de las
disposiciones acusadas.
16 Folio 296.
17 Folio 299.
18 Folio 300.
19 Folio 304.
65
consagración de los mecanismos de terminación anticipada en el proceso
penal militar y policial que se desarrolla en los artículos 109 y 110 de la Ley
1765 de 2015, y que, en términos de la demanda, significa que estas
disposiciones atribuyen competencias a la justicia penal militar en relación
con la posibilidad de realizar preacuerdos y negociaciones, lo que, de
conformidad con el artículo 250 Superior, corresponde exclusivamente a la
Fiscalía General de la Nación. Para abordar el cargo, la entidad presenta unas
consideraciones generales a partir de la jurisprudencia constitucional
relacionada con: (i) el amplio margen de configuración normativa de la que
dispone el legislador en relación con la estructura y funcionamiento de la
justicia penal militar y, en particular, para incluir figuras del sistema penal
acusatorio; y con (ii) los acuerdos y preacuerdos como posibles formas de
terminación anticipada del proceso penal. Con base en lo anterior, pasa a
explicar su desacuerdo con los planteamientos de la demanda, en el sentido
que el mismo artículo 250 de la Constitución exceptúa de la competencia
investigativa de la Fiscalía los delitos cometidos por miembros de la fuerza
pública, en servicio activo y en relación con el mismo servicio. Esto, en su
criterio, se desarrolla en las disposiciones acusadas a partir del amplio margen
del legislador para configurar los procedimientos de la justicia penal militar.
66
parcialmente, pues considera que deben advertirse las diferencias que, en todo
caso, se presentan entre la justicia penal ordinaria y la justicia penal militar, y
que requieran tratos diferenciados por el legislador, por lo tanto es necesario
“acreditar los requisitos que la Corte Constitucional ha determinado para la
existencia de una cosa juzgada material, pues su declaratoria significa en
este caso sacar los apartes demandados del ordenamiento jurídico, por
razones que se alejan de un estudio de fondo, requerido en esta caso para
determinar si en el régimen excepcional de la Justicia Penal Militar, caben
las restricciones que imponen los artículos 294 y 299 en su numeral 4.[Ley
906 de 2004]”.
20 Folio 334.
21 Folios 334 y 335.
67
(iv) Cargo que plantea una vulneración del artículo 250 Superior por parte
de las normas acusadas pues, a partir de ellas, se atribuyen funciones de
policía judicial al Cuerpo Técnico de la Investigación de la Justicia Penal
Militar y Policial para la investigación de delitos de competencia de tal
jurisdicción especial. Tal oposición se fundamenta, primeramente, en que la
Fiscalía encuentra que no se satisfacen cabalmente los requisitos de
procedibilidad de la acción de inconstitucionalidad, pues, si bien satisface el
de claridad, “frente a los requisitos de certeza, pertinencia y suficiencia, la
argumentación de los accionantes presenta deficiencias”22. Lo anterior por
cuanto los demandantes (i) no demuestran que la Constitución prohíba de
manera expresa “que la fuerza pública pueda contar con funciones de policía
judicial para la investigación de los delitos de competencia de la justicia
penal militar”23; (ii) su argumentación parte de interpretaciones propias, tal
como sucede al dar por hecho que las normas demandadas permiten que
personas civiles sean investigadas por militares; además (iii) el cargo se centra
en “una serie de consideraciones subjetivas acerca de la inconveniencia de
que integrantes de la fuerza pública tengan atribuciones de policía judicial,
pero no desarrolla la forma en la que las normas acusadas contradicen la
Constitución”.
22 Folio 335.
23 Folio 336.
24 Folia 337.
68
membresía del Fiscal General Penal Militar y Policial al Consejo Nacional
de Policía Judicial, implica que está bajo la coordinación del Fiscal General
de la Nación, tal como los demás funcionarios que en Colombia ejercen
funciones de policía judicial”25.
25 Folio 343.
69
de la referida ley, tras considerar que “no incluir a la Defensoría del Pueblo
como órgano de dirección del Sistema de Defensa Técnica y Especializada de
los miembros de la fuerza pública se encontraba justificado porque este
presta un servicio exclusivo de defensa técnica voluntario, exclusivo,
restrictivo y accesorio para militares y policías que puede funcionar de forma
paralela al SNDP…”.
4. Universidad Libre
70
fuerzas militares y el desconocimiento del diseño constitucional para la
Fiscalía General de la Nación. En ese contexto, el interviniente se refiere a los
aspectos mencionados de la siguiente manera:
(i) reserva de ley estatutaria frente a la Ley 1765 de 2015. Inician por señalar
que la Corte Constitucional, desde diferentes perspectivas, “ha establecido
que la justicia penal militar no hace parte de la rama judicial del poder
público pues no ha sido prevista como tal en el Título VIII de la Carta”, lo
cual “no significa que la justicia penal militar no deba cumplir con los
principios estructurales de la administración de justicia, pues dicha
obligación está constitucionalmente establecida en os artículos 116 y 229
superiores”. Acorde con ello, destacan que también la Corte Constitucional
“determinó que en temas de administración de justicia procedía la
reglamentación por vía estatutaria cuando (I) afecten la estructura general de
la administración de justicia, (II) establezcan y garanticen la efectividad de
los principios generales sobre el tema o (III) desarrollen aspectos
sustanciales de la Rama Judicial del Poder Público; y como la ley en cuestión
no desarrolla integralmente los temas referidos no genera la
inconstitucionalidad solicitada por los demandantes”.
Por tal razón, entienden que, en relación con el cargo por violación de la
reserva de ley estatutaria, “la pretensión principal de los demandantes no
debe prosperar”.
(iii) juzgamiento de civiles por parte de la justicia penal militar (art. 2).
Sobre dicha acusación, afirman que el artículo 2 de la Ley 1765 de 2015, en la
71
medida que extiende la aplicación de la justicia penal militar y policial a los
miembros de la fuerza pública en retiro, así como al personal civil o no
uniformado que desempeñe cargos en dicha justicia, viola el derecho a la
independencia judicial, a la igualdad, al juez natural, a la prohibición de juzgar
civiles en tribunales militares, toda vez “que no resulta constitucionalmente
admisible que personas definidas dentro del Estado colombiano como civiles,
tengan un régimen de enjuiciamiento penal especial, solo por haber
pertenecido a la fuerza pública o estar trabajando con ella”. A su juicio,
“resulta lesivo, como lo enuncian los demandantes, de diversidad de
instrumentos constitucionales e internacionales, atribuir a un tribunal militar
y policial la investigación y juzgamiento de conductas penales de civiles,
violando garantías como imparcialidad, la libertad, el juez natural, la
presunción de inocencia, entre otros aspectos que los demandantes acotan”.
Conforme con lo dicho, le solicitan a la Corte que declare inexequible la
expresión “o en retiro, así como al personal civil o no uniformado que
desempeñe cargos en la Justicia Penal Militar y Policial”, contenida en el
artículo 2 de la ley acusada.
(iv) violación de los derechos de las víctimas (art. 294). Consideran que la
expresión “directo”, que hace parte del artículo 294 de la Ley 1407 de 2010,
en el que se define la condición de víctima para efectos del Código de Justicia
Penal Militar y Policial, debe declarase inexequible, “ya que a la luz de la
jurisprudencia constitucional, la expresión es una regresión en materia de
derechos de víctimas que no puede continuar vigente en el ordenamiento
jurídico colombiano, ya que su permanencia restringe a diversas personas
vinculadas indirectamente con el conflicto, de su calidad legítima de víctima
y del reclamo judicial para la satisfacción de sus derechos”.
72
(vi) violación de la prohibición constitucional de atribuir funciones de
policía judicial a las fuerzas militares y el desconocimiento del diseño
constitucional para la Fiscalía General de la Nación. Sobre el punto, ponen
de presente que el mismo se analizará de dos perspectivas. Por un lado, “en
relación con la atribución de funciones de policía judicial a las fuerzas
militares”, y por el otro, “en relación con la posición de inconstitucionalidad
de la creación de la Fiscalía Penal Militar”. Frente a lo primero, consideran
que “la creación de un cuerpo de investigación que cumpla funciones de
policía judicial en cabeza de los miembros de la fuerza pública, es una
cuestión que además de aparatarse de los postulados del Estatuto Superior y
la jurisprudencia constitucional, es una de las novedades legislativas en
punto al fuero militar, que tal vez, desconocen con mayor notoriedad el
principio de autonomía e independencia que debe regir la administración de
justicia como función pública, razón por la cual se pide a la Corte declare la
INEXEQUIBILIDAD”. Sobre lo segundo, es decir, lo relacionado con la
creación de un nuevo ente investigador y titular de la acción penal militar,
entienden los intervinientes que no existe quebranto constitucional “puesto
que los accionantes conciben la creación de la Fiscalía General de la Nación
por la Carta Política de 1991 como único ente titular de la acción penal en
Colombia indistintamente de la jurisdicción a la cual apoye, y para el caso
concreto, la justicia penal militar al tener jueces independientes, debe por
cohesión, tener un ente acusador independiente y contextualizado en el marco
del régimen castrense, razón por la cual, de cara a la libertad de
configuración legislativa que le concede el constituyente en este materia en el
artículo 221 de la Carta, la creación de esta nueva Fiscalía no se aparta de
los postulados constitucionales”.
73
penal militar y policial, según los estándares internacionales lo imponen, las
mismas resultan insuficientes.
26 Folio 217.
27 Artículo 104 del Decreto 1790 de 2000, declarado exequible en la Sentencia C-179 de 2006.
74
En tercer lugar, señalan que el ascenso en la carrera de los miembros de la
fuerza pública pertenecientes al Cuerpo Autónomo, se encuentra sometido a la
discrecionalidad propia de la línea de mando y no atiende únicamente a un
factor meritocrático, lo que haría pensar que el sentido de las actuaciones
judiciales de dichos miembros pueda estar influencia por el interés que puedan
tener en el ascenso.
(i) Cargo por violación del principio de ley estatutaria. En relación con dicho
cargo, sostiene la interviniente que el mismo debe ser evaluado en relación
con la totalidad de la Ley 1765 de 2015, por ser este el alcance dado a la
acusación en la demanda. En ese contexto, afirma que “la Corte
75
Constitucional se ha pronunciado en sentido negativo sobre la posibilidad de
someter a la reserva de ley estatutaria la estructura de la justicia penal
militar, al declarar inexequible mediante la Sentencia C-368 de 2000 la
norma que así lo exigía…”. Conforme con ello, citando las reglas fijadas por
la Corte para definir cuando una ley relativa a la administración de justicia
debe ser objeto de ley estatutaria, precisa que “la materia regulada por la
Ley 1765 de 2015 trata de normas procesales por medio de las cuales se
establecen las reglas de procedimiento a las cuales se someten las
actuaciones judiciales adelantadas por la Justica Penal Militar y Policial”,
razón por la cual no infringe la reserva de ley estatutaria, pues “no son
disposiciones encaminadas a afectar el núcleo esencial o básico de la
estructura, organización y funcionamiento de la administración de justicia”.
76
Acorde con lo dicho, destaca que, tanto el Ministro de Defensa como los
comandantes de las fuerzas militares y de policía nacional ejercer cargos de
mando y, en virtud de la Ley 1765 de 2015 (arts. 48, 51 y 54), “también
ejercen funciones administrativas, para las cuales en principio no están
formados y menos aún en el ámbito judicial”, de manera que “el ejercicio de
dos funciones distintas pero relacionadas y siendo capaz de generar
intromisiones negativas en el ámbito de la otra, son ejercidas por unas
mismas personas y por tanto es imposible que exista independencia, pues el
interés de los funcionarios al diseñar administrativamente la jurisdicción
penal militar y policial (a través de políticas, reglamentos internos, sistemas
de evaluación, y entre otras funciones conferidas a estos órganos) será
favorecer judicialmente el entendimiento de las instrucciones militares
brindadas anteriormente por ellos mismos”.
77
ordenamiento jurídico respecto del contenido de la categoría ‘población
civil’, se abre un campo demasiado amplio en el cual caben incluso ‘delitos
comunes’ como las violaciones graves a los derechos humanos o los crímenes
de lesa humanidad”. Según su entender, “[e]l conocimiento de estos delitos
excede el criterio material de competencia de la Justicia Penal Militar la cual
está llamada a juzgar únicamente los delitos militares o castrenses (por
ejemplo, insubordinación, desobediencia, ataque al superior y al inferior,
abandono del puesto, entre otros) cometidos por los miembros de la fuerza
pública y en relación con el servicio”.
78
Declarar la EXEQUIBILIDAD CONDICIONADO del numeral 2º del
artículo 48 de la Ley 1765 de 2015, de tal forma que los magistrados,
jueces y fiscales de la Justicia Penal Militar y Policial no estén bajo el
control de la Unidad Administrativa de la Justicia Penal Militar y
Policial.
(i) Cargo relacionado con la reserva de ley estatutaria. Señala que ya tuvo
oportunidad de pronunciarse en el concepto rendido ante la Corte dentro del
expediente D-10987, en el que en su momento se solicitó declarar exequible la
Ley 1765 de 2015, tras considerar que “debido a que ‘la estructura orgánica
de la Justicia de la Justicia Penal Militar no afecta la rama [judicial] del
poder público, se le está excluyendo en su parte orgánica del objeto de la
reserva de Ley Estatutaria, toda vez que dicha fuente normativa especial está
reservada para el diseño del aparato de administración de justicia
universal’”.
79
(ii) Cargo contra los artículos 8 y 9 por ampliación indebida de la
competencia de la Justicia Penal Militar. Resalta que en la demanda “sólo se
formularon acusaciones contra las normas que definen las competencias para
conocer de determinados delitos pero no se incluyeron las disposiciones
normativas que contienen los tipos penales que los accionantes consideran
que no deben estar dentro de la JPMP”. Tal situación “hace que sea
imposible efectuar un verdadero análisis de fondo puesto que, de una parte,
no se cuestiona el reparto de competencia que hacen los artículos 7, 8, 9 de la
Ley 1765 de 2015 y, de otra, los reparos formulados no recaen sobre las
normas que sí tipifican los delitos”. Con base en ello, le solicita a la Corte que
se declare inhibida para proferir decisión de fondo, por considerar que el cargo
no cumple los requisitos de certeza, “porque de las normas demandadas no se
derivan las acusaciones hechas en la demanda”, y pertinencia, en razón a que
“los argumentos aducidos no están encaminados a demostrar la
inconstitucionalidad de las normas demandadas”.
80
funcionarios de esta jurisdicción que ejercen funciones de administración de
justicia”. En consecuencia, le solicita a la Corte un condicionamiento del
numeral 2º del artículo 48 de la Ley 1765 de 2015, para que se entienda que
los magistrados, jueces y fiscales no estén bajo el control de la Unidad
Administrativa de la Justicia Penal Militar.
(v) Cargos contra los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015 por
vulneración de los derechos de las víctimas en la consagración de los
mecanismos de terminación anticipada del proceso. Con respecto al artículo
109, considera que el mismo reproduce el numeral 2 del artículo 350 de la Ley
906 de 2004, respecto del cual la Corte declaró la exequibilidad condicionada
en la Sentencia C-1260 de 2005, “en el entendido que el fiscal, en ejercicio de
esta facultad, no puede crear tipos penales y de que en todo caso, a los
hechos invocados en su alegación no les puede dar sino la calificación
jurídica que corresponda conforme a la ley penal preexistente”; criterio que,
según su entender, debe ser extendido a la norma acusada.
En relación con el cargo sobre la violación de los derechos de las víctimas por
no permitir su participación en los mecanismos de negociación anticipada,
imputado al artículo 110 de la Ley 1765 de 2015, señala que el mismo fue
estudiado por la Corte al llevar a cabo el control de constitucionalidad del
artículo 351 de la Ley 906 de 2004, a su vez reproducido por la norma ahora
acusada, declara exequible “en el entendido que la víctima, también podrá
intervenir en la celebración de acuerdos y preacuerdos entre la Fiscalía y el
imputado o acusado…”. Sostiene que el análisis de constitucionalidad que se
hizo en la Sentencia C-516 de 2007 cobra plena vigencia respecto de la norma
demandada, “ya que no tiene ninguna justificación privar a las víctimas cuya
reclamación está bajo la JPMP de la posibilidad de intervenir en la
celebración de acuerdos y preacuerdos entre la Fiscalía y el imputado o
acusado, mientras que esta medida si le es aplicable a las víctimas cuyas
reclamaciones son conocidas por la Justicia penal ordinaria”.
1. Competencia
81
2. De la aptitud sustantiva de la presente demanda
2.4. Con base en ello, esta Corporación ha consolidado una doctrina sobre los
elementos básicos que se requieren para examinar la aptitud de la demanda, la
cual parte de exigirle al actor la formulación de por lo menos un cargo concreto
de inconstitucionalidad en contra de la norma acusada, que se entiende
debidamente estructurado solo cuando el mismo está sustentado en razones
“claras, ciertas, específicas, pertinentes y suficientes” 28. Ello, bajo la
consideración que a partir de la observancia de tales presupuestos es posible
plantear una verdadera controversia de tipo constitucional, propia del control
abstracto cuando el juicio es activado mediante la modalidad de demanda
ciudadana.
82
2.5. La doctrina constitucional sobre la materia, recogida y sistematizada en la
Sentencia C-1052 de 200129, explica el alcance de las razones de claridad,
certeza, especificidad, pertinencia y suficiencia que se deben tener en cuenta en
la formulación de los cargos de inconstitucionalidad, de la siguiente manera:
29En la Sentencia C-1052 de 2001, la Corte sistematizó los lineamientos fijados por la jurisprudencia en
torno a la aptitud de las demandas de inconstitucionalidad, y definió las circunstancias a partir de las cuales un
cargo se entiende debidamente estructurado. Dicho fallo ha sido reiterado por la Corte en innumerables
pronunciamientos constituyéndose en un precedente consolidado.
83
para iniciar el estudio de constitucionalidad de la norma demandada. La
suficiencia del razonamiento se basa en el alcance persuasivo que debe
tener la demanda, mediante la presentación de argumentos que, aunque
no logren prime facie convencer al operador jurídico sobre la
contrariedad de la norma acusada con la Carta, si despierten una duda
mínima en torno a su inconstitucionalidad, de forma tal que permita
iniciar un proceso dirigido a desvirtuar la presunción de
constitucionalidad que ampara a toda norma legal, haciendo de ese
modo necesario un pronunciamiento por parte del órgano de control.
84
2.9. En la presente causa, los actores agrupan las acusaciones formuladas en
contra de la Ley 1765 de 2015 y de la Ley 1407 de 2010, en seis cargos
básicos: (i) la presunta violación de la reserva de ley estatutaria (vicio de
procedimiento); (ii) la ampliación indebida de la competencia de la justicia
penal militar; (iii) la posibilidad del juzgamiento de civiles por parte de la
justicia penal militar; (iv) el desconocimiento de los principios de
independencia, autonomía e imparcialidad de la administración de justicia; (v)
la vulneración de los derechos de las víctimas; y (vi) la violación de la
prohibición constitucional expresa de atribuir funciones de policía judicial a
las fuerzas militares y desconocimiento del diseño constitucional para la
Fiscalía General de la Nación.
2.11. Por su parte, La Fiscalía General dela Nación considera que el cargo
formulado contra los artículos 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 42 y 43 de la Ley
1765 de 2015, por la violación de la prohibición constitucional expresa de
atribuir funciones de policía judicial a las fuerzas militares y desconocimiento
del diseño constitucional para la Fiscalía General de la Nación, no cumple con
los requisitos de certeza, pertinencia y suficiencia, pues en la demanda no se
muestra que la Constitución prohíba a la fuerza Pública ejercer funciones de
policía judicial, ni tampoco se explican las razones por las cuales se
desconocen las funciones atribuidas a la Fiscalía General de la Nación.
2.12. Adicional a lo anterior, sobre los cargos relacionado con (i) la presunta
violación de la reserva de ley estatutaria en el trámite de la Ley 1765 de 2015,
y (ii) el aparente desconocimiento de los principios de autonomía,
independencia e imparcialidad de la administración de justicia, la Corte
advierte ciertas falencias en su estructuración que ponen en duda el análisis de
procedibilidad llevado a cabo en el auto admisorio de la demanda,
particularmente, frente al cumplimiento de los requisitos de especificidad,
suficiencia, certeza y pertinencia.
85
desvirtúen su pertinencia para ser objeto de pronunciamiento de fondo en esta
sentencia.
3.2. Para mostrar que la Ley 1765 de 2015 se ocupa de aspectos estructurales
de la administración de la justicia, concretamente en el campo de la justicia
penal militar, los actores aducen que la misma contiene materias tales como:
“sus principios, al establecer y regular la aplicación del principio de
oportunidad en su procedimiento; los órganos encargados de ejercer la
jurisdicción penal militar, los cuales robustece; y los asuntos que serán
competencia de esta jurisdicción”.
86
tales como (i) órganos que la integran, competencias a cargo de los mismos,
requisitos para el desempeño de los cargos de esta justicia especial; (ii)
estructura, competencia, funciones y requisitos de los servidores públicos que
conforman la Fiscalía General Penal Militar; (iii) composición, funciones y
requisitos del Cuerpo Técnico de Investigación de la Justicia Penal Militar y
Policial; (iv) administración, gestión y control de la JPMP; (v) escuela de
Justicia Penal Militar; y (vi) disposiciones que garantizan la independencia y
autonomía de la Justicia Penal Militar y Policial; era necesario concretar el
cargo de constitucionalidad contra cada una de las normas demandadas,
explicándose las razones particulares, de acuerdo a su temática, de por
qué debían surtir el trámite legislativo cualificado”. (Subrayas fuera de
texto original).
3.9. En complemento de lo anterior, este Tribunal fue claro en señalar que “la
categoría que deben tener las normas que regulan la estructura, organización y
funcionamiento de la Justicia Penal Militar, conforme a la jurisprudencia de
esta Corporación, no es necesariamente la de ley estatutaria, pudiéndose
regular estas materias a través de una ley ordinaria”. En sustento de dicha
32 Sobre la naturaleza jurídica de la justicia penal militar se pueden consultar, entre otras, las Sentencias C-
361 de 2001, C-1262 de 2001, C-178 de 2002, C-407 de 2003 y C-457 de 2003.
87
afirmación, la Corte se refirió a lo expresado por la Corporación en la
Sentencia C-676 de 2001, en la que sostuvo que la facultad de regulación de
los aspectos atinentes a la estructura y funcionamiento de la Justicia Penal
Militar ha sido reservada por el artículo 221 de la Carta Política al “Código
Penal Militar”, de manera que “[e]l sentido obvio de la norma indica que el
legislador está facultado para regular, mediante código 33, la estructura y
funcionamiento de las cortes marciales y tribunales militares; lo cual, por
supuesto, incluye el catálogo de las conductas criminalmente reprochables, el
sistema procedimental al que deben ajustarse los juicios que ante ellas se
adelanten y el régimen del personal que tiene a su cargo el ejercicio de la
función jurisdiccional…”. Aclarándose en el mismo fallo, “que también
mediante legislación complementaria, entiéndase leyes ordinarias, el
legislador puede incluir modificaciones e introducir regulaciones a la
Jurisdicción Penal Militar”.
3.10. Acorde con ello, concluyó la Corte que “es indispensable que cuando se
demande la inconstitucionalidad de una disposición legal por haber infringido
la reserva de ley estatutaria en materia de administración de justicia, el
ciudadano indique de manera clara, expresa, cierta, específica y suficiente,
porqué cada una de las disposiciones legales que impugna tienen la categoría
estatutaria y por lo tanto requería someterse al procedimiento especial previsto
en el artículo 153 de la Constitución.”
88
relacionadas con la administración de justicia, concretamente, en el escenario
de la justicia penal militar, debía tramitarse por el procedimiento especial de
las leyes estatutarias. El alcance de la acusación quedó expresado en la
demanda en los siguientes términos: “¿Por qué razón decimos que al
proyecto de ley debía dársele el trámite propio de las leyes estatutarias?
Porque las materias en él reguladas están relacionadas con la administración
de justicia, que como quedó antes anotado exigen que sean discutidas bajo un
procedimiento más riguroso que el de las leyes ordinarias.”
89
una oposición objetiva y verificable entre la ley acusada y la Constitución
Política.
90
siguiente manifestación al respecto: “la cuestión problemática que surge de
los artículos 8 y 9 de la Ley 1765 de 2015 consiste en establecer si una
autoridad de carácter militar es la competente para juzgar a civiles o para
juzgar a militares que han cometido delitos constitutivos de violaciones de los
derechos humanos de civiles…”. De igual manera, sostienen que:
“[s]iguiendo el orden metodológico enunciado al principio de este escrito, a
continuación se analizarán los delitos consagrados en los artículos 8 y 9 de la
ley 1765 de 2015 desde cuatro categorías generales”.
4.3. En ese orden de ideas, a pesar de que el artículo 7 de la Ley 1765 de 2015
es citado en la demanda como una de las normas impugnadas, en la medida en
que contra el mismo no se formula materialmente acusación alguna, entiende
la Corte, en virtud del principio pro actione, que, en relación con el segundo
cargo, las normas demandadas son, en realidad, los artículos 8 y 9 de la Ley
1765 de 2015, dado que es contra ellas que se esgrimen las razones de
inconstitucionalidad.
4.7. Al respecto, cabe mencionar que los artículos 8 y 9 acusados, hacen parte
del Título II de la Ley 1765 de 2015, en el que se regula lo relacionado con la
“Estructura de la Justicia Penal Militar”. En el marco de lo que comprende
dicho título, las citadas normas se integran, a su vez, al Capítulo II que
desarrolla lo referente a los “Órganos Jurisdiccionales”. Dentro del capítulo
referente a los “Órganos Jurisdiccionales”, se incluye: en el artículo 4, a la
Corte Suprema de Justicia; en el artículo 5, al Tribunal Superior Militar y
Policial; y en el artículo 7, a los Juzgados Penales Militares y Policiales de
91
Conocimiento Especializado y de Conocimiento, creados directamente por la
citada Ley 1765 de 2015.
92
4. Delitos contra el honor.
5. Lesiones personales.
6. Delitos contra el patrimonio económico.
7. De los siguientes delitos contra la administración pública: delitos de
peculado sobre bienes de dotación, peculado culposo, abuso de
autoridad, abuso de autoridad especial y omisión de apoyo.
8. Delitos que no tengan asignación especial de competencia, siempre y
cuando su pena mínima sea igual o inferior a tres (3) años de prisión.”
4.9. Por su parte, los artículos 20 y 171 del Código Penal Militar (Ley 1407 de
2010), a los que remiten las normas acusadas, establecen que: “Los delitos
cometidos por los miembros de la Fuerza Pública son los descritos en este
Código, los previstos en el Código Penal común y en las normas que los
adicionen o complementen” (art. 20); y, en plena concordancia con ello, que:
“Cuando un miembro de la Fuerza Pública, en servicio activo y en relación
con el mismo servicio, cometa delito previsto en el Código Penal Ordinario o
leyes complementarias, será investigado y juzgado de conformidad con las
disposiciones del Código Penal Militar” (art. 171).
93
no cumple con los requisitos de certeza, especificidad y suficiencia. A Juicio
de la Sala, la demanda adolece de certeza, en la medida que los cargos en ella
propuestos no son predicables directamente de las disposiciones impugnadas,
sino de otras normas que no fueron identificadas ni vinculadas al escrito de
impugnación y cuyo contenido específico, por sustracción de materia, no fue
considerado ni tenido en cuenta para efectos de la estructuración de la
demanda. Sobre esa misma base, tampoco se cumple el requisito de
especificidad, pues los argumentos a partir de los cuales se construye la
aludida acusación, no se dirigen a demostrar la inconstitucionalidad de las
normas demandadas, con lo cual, no existe en realidad un cargo concreto de
inconstitucionalidad en su contra, que permita verificar una oposición objetiva
entre las mismas y las disposiciones de la Constitución y del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que fueron citadas como
violadas. Finalmente, la inobservancia del requisito de suficiencia tiene lugar,
en cuanto los cargos esgrimidos, al no guardar relación concreta y directa con
las disposiciones que se acusan, no tienen la entidad suficiente para generar
una duda mínima en torno a la presunción de constitucionalidad que las
ampara y que se predica de toda norma legal.
94
5.3. En esa misma dirección, en otro aparte de la demanda se afirma: “[e]n
ese sentido es muy importante señalar que la reforma estructural a la Justicia
Penal Militar representada en la ley demandada, no supera la falta de
independencia, autonomía e imparcialidad que reiteradamente se ha señalado
para esta jurisdicción. Si bien la Justicia Penal Militar es una entidad
importante para el desarrollo de las funciones de las fuerzas militares,
presenta serios problemas en cuanto a la independencia e imparcialidad
judicial, pues se trata de un organismo que estructuralmente depende del
poder ejecutivo, cuestión que no es superada por la Ley 1765 de 2015 y que
por el contrario profundiza nuevas formas de asegurar la dependencia de
todos los funcionarios de dicho sistema judicial de las políticas y visiones que
desarrolla el Ministerio de Defensa y en general el poder ejecutivo. (Negrillas
y subrayas fuera de texto original).
95
5.8. Considerando que la impugnación de la Ley 1765 de 2015, es, como se ha
dicho, por un aparente vicio de fondo atribuible a cada una de sus normas, la
demanda no puede estructurarse a partir de la formulación de un cargo
general, precisamente, porque en la citada ley se regula diversas materias y sus
disposiciones tiene contenidos normativos distintos, los cuales, al estar
amparados por la presunción de constitucionalidad, requieren que se
cuestionen directamente, mostrando de qué manera cada uno de ellos violan
los principios de autonomía, independencia e imparcialidad judicial.
5.11. En relación con lo anterior, cabe agregar que, aun cuando los
demandantes, en la formulación del cargo general, mencionan algunos temas
que estarían vinculados al presunto desconocimiento de los principios de
autonomía, independencia e imparcialidad judicial, como son los relacionados
con: la designación y elección de magistrados y jueces; la transformación de la
Dirección Ejecutiva en la Unidad Administrativa Especial de la Justicia Penal
Militar y Policial; y la regulación y control administrativo, en todo caso, no se
96
presentan acusaciones específicas y directas contra las normas que desarrollan
tales temas, ni tampoco se exponen las razones por las cuales cada uno de
ellos desconocen los principios de autonomía, independencia e imparcialidad
judicial, circunstancia que le impide a la Corte, a partir del cargo imputado,
establecer si realmente existe una oposición objetiva y verificable entre la ley
acusada y la Constitución Política.
5.13. Así las cosas, por el aspecto analizado, la demanda no cumple los
requisitos de Certeza y especificidad, en la medida en que no se dirige contra
cada una de las disposiciones impugnadas ni formula en su contra una
acusación concreta de inconstitucionalidad, teniendo en cuenta la materia en
ellas regulada. Tampoco cumple los requisitos de Pertinencia y suficiencia,
pues la acusación, por su contenido general y abstracto, no permite una
confrontación objetiva entre la Constitución Política y la totalidad de las
normas acusadas, y, por tanto, tampoco permite despertar una duda mínima en
torno a la inconstitucionalidad de la Ley 1765 de 2015.
6. Ineptitud sustancial del cargo dirigido contra los artículos 32, 33,
34, 35, 36, 37, 38, 42 y 43 de la Ley 1765 de 2015 por la violación de la
6.1. Como ya fue señalado, a través del presente cargo, los actores cuestionan
la constitucionalidad de los artículos 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 42 y 43 de la
Ley 1765 de 2015, en los que se regula lo referente al Cuerpo Técnico de
Investigación de la Justicia Penal Militar y Policial, y su adscripción a la
97
Fiscalía General Penal Militar. Sostienen que las citadas normas violan la
prohibición constitucional expresa de asignar ese tipo de funciones a las
fuerzas militares (C.P. arts. 216, 217 y 218), y el mandato constitucional que
le asigna la dirección y coordinación de la función de policía judicial a la
Fiscalía General de la Nación (C.P. arts. 249 y 250), así como los principios de
independencia y autonomía judicial.
98
6.7. Asimismo, también cabe resaltar que el fundamento legal acerca de la
existencia de un Cuerpo Técnico de Investigación en el ámbito de la Justicia
Penal Militar y Policial, se encuentra en el artículo 363 de la Ley 1407 de
2010, y no en las normas acusas, las cuales, según se ha anotado, se limitan a
adoptar medidas administrativas y laborales relacionadas con su organización.
En ese sentido, la norma citada dispone, al referirse a los órganos que
intervienen en el proceso de indagación e investigación, que: “[e]l Cuerpo
Técnico de la Justicia Penal Militar apoya la investigación y depende
funcionalmente de los Fiscales Penales Militares”, precisando además que:
[l]a organización administrativa del Cuerpo Técnico de investigación, se
determinará por medio de ley. Los miembros del Cuerpo Técnico de
Investigación serán preferiblemente civiles”.
6.9. De ese modo, en la medida que los actores no muestran que exista una
prohibición constitucional respecto a la posibilidad de crear un cuerpo técnico
de investigación en la Justicia Penal Militar, que ejerza funciones de policía
judicial en los casos que son de competencia de dicha jurisdicción, ni señalan
las razones por las cuales se desconocen las atribuciones de la Fiscalía
General de la Nación, no es posible llevar a cabo el estudio de
constitucionalidad de las normas acusadas, pues no se genera una duda
mínima en torno a su inconstitucionalidad.
6.10. Por lo tanto, frente al cargo contra los artículos 32, 33, 34, 35, 36, 37,
38, 42 y 43 de la Ley 1765 de 2015, por la presunta violación de la
prohibición constitucional expresa de atribuir funciones de policía judicial a
las fuerzas militares y desconocimiento del diseño constitucional para la
Fiscalía General de la Nación, la Corte debe abstenerse de emitir
pronunciamiento de fondo.
99
reserva de ley estatutaria; (ii) la ampliación indebida de la competencia de la
Justicia Penal Militar; (iii) el desconocimiento de los principios de
independencia, autonomía e imparcialidad judicial; y (iv) la prohibición
constitucional expresa de atribuir funciones de policía judicial a las fuerzas
militares y desconocimiento de las funciones de la Fiscalía General de la
Nación, respecto de los cuales la Corte se abstendrá de emitir pronunciamiento
de fondo por ineptitud sustantiva de la demanda.
100
fiscal, en caso de no llegarse a un acuerdo sobre tal designación, para
determinar lo más conveniente y efectivo.
7.3. A continuación, antes de entrar a pronunciarse sobre cada uno los cargos,
y con el fin de orientar las decisiones por adoptar, la Corte considera
importante referirse a dos temas específicos: (i) el fuero penal militar en los
términos en que el mismo ha sido abordado por la jurisprudencia
constitucional; y (ii) el contexto y contenido de la Ley 1765 de 2015.
8.3. Conforme con dichas disposiciones, la figura del fuero penal militar se
constituye en una prerrogativa especial de juzgamiento, a través de la cual se
busca que las conductas punibles cometidas por los miembros de la Fuerza
Pública “en servicio activo, y en relación con el mismo servicio”, sean de
competencia de las cortes marciales o tribunales militares, “con arreglo a las
101
prescripciones del Código Penal Militar”; organismos éstos que, a su vez,
“estarán integrados por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo o
en retiro”.
8.4. De ese modo, aun cuando la propia Constitución tenga previsto, como
regla general, que el “juez natural” para investigar y juzgar a los autores o
partícipes de las conductas punibles son las autoridades judiciales que hacen
parte de la jurisdicción penal ordinaria, la circunstancia de que también
contemple la existencia de cortes marciales o tribunales militares,
constitutivos de la denominada Justicia Penal Militar, comporta sin lugar a
dudas una excepción a esa regla general y, por tanto, la implementación de un
régimen penal de naturaleza especial que, bajo un determinado contexto,
investiga y juzga las conductas delictivas cometidas por los miembros de la
Fuerza Púbica en servicio activo y en relación directa con el servicio.
8.7. Sobre esa base, lo ha expresado esta Corporación, el fuero penal militar
encuentra pleno respaldo institucional en la necesidad de establecer un
régimen jurídico especial, materializado en la denominada Justicia Penal
Militar, que resulte compatible con la especificidad de las funciones que la
Constitución y la ley le han asignado a la fuerza pública, y que a su vez resulte
coherente y armónico con su particular sistema de organización y de
102
formación castrense. A este respecto, en la Sentencia C-457 de 2002, la Corte
destacó que la razón de ser de la Justicia Penal Militar radica, “de una parte,
en las reglas de conducta particulares a que se encuentran subordinados los
miembros de la fuerza pública y, de otra, en la estrecha relación que existe
entre esas reglas particulares de comportamiento, el uso de la fuerza y la
especial índole de las conductas que les son imputables”, las cuales son en
esencia incompatibles con las reglas generales y comunes que el orden
jurídico existente ha establecido para la jurisdicción ordinaria.
8.8. Ahora bien, siguiendo con el mandato previsto en el artículo 221 Superior
y las normas que lo complementan, la Corte ha precisado que el fuero Penal
Militar, desde el punto de vista de los sujetos y del objeto específico que
ampara, no puede ser visto como un simple privilegio, gracia o prebenda en
favor del estamento militar y policial, que suponga una especie de inmunidad
de sus miembros frente a la justicia ordinaria, pues el mismo persigue fines y
propósitos muy claros, derivados únicamente de las especialísimas funciones
asignadas a la Fuerza Pública, con lo cual se descarta que todos los
comportamientos delictivos sean de conocimiento de dicha jurisdicción
especial. Por ello, en aplicación del referido mandato, este Tribunal ha dejado
sentado que a la Justicia Penal Militar se le reconoce un campo de acción
limitado, excepcional y restringido, en la medida que a ella solo le
corresponde juzga a los miembros de la fuerza pública en servicio activo por
los delitos cometidos y relacionados con el servicio. En esa dirección, la
competencia de la Justicia Penal Militar, esto es, de los tribunales militares o
cortes marciales, solo se activa cuando concurran dos elementos básicos: (i)
que el agente pertenezca a la institución castrense y sea miembro activo de
ella (elemento subjetivo); y (ii) que el delito cometido tenga relación directa
con el servicio (elemento funcional). Consecuencia de lo anterior, es que el
fuero penal militar se extiende a los miembros de la Fuerza pública en servicio
activo que cometan delitos relacionados con el servicio, y a los miembros de
la fuerza pública en retiro que hayan cometido delitos cuando se encontraban
en servicio activo y el mismo encuentre relación con el servicio.
8.10. En relación con el elemento funcional que debe concurrir para activar la
competencia excepcional de la Justicia Penal Militar: que el delito cometido
tenga relación directa con el servicio, la Jurisprudencia ha destacado su
especial importancia en la configuración y aplicación del fuero, precisando
que el mismo consiste “en que la conducta punible tenga una conexión directa
103
con el cumplimiento de una función legítima” 36, lo que significa, a su vez, que
si “el comportamiento típico es consecuencia del desarrollo de una tarea
propia del servicio, pero la misma es cumplida de forma distorsionada o
desviada, la acción perderá cualquier relación con la labor legal y será, como
cualquier delito común, objeto de conocimiento de la jurisdicción ordinaria”37.
8.12. Desde ese punto de vista, ha sostenido este Tribunal 38, que la Justicia
Penal Militar no es entonces competente para investigar y juzgar delitos que
en general sean contrarios a su misión constitucional, como ocurre con las
violaciones a los derechos humanos, los delitos de lesa humanidad y las
infracciones al derecho internacional humanitario, pues tal conjunto de delitos,
por su extrema gravedad, son considerados en todos los casos ajenos al
servicio, sin que pueda afirmarse que su ocurrencia está relacionada con la
realización de un fin constitucionalmente válido.
8.14. Caber destacar que, aun cuando la justicia penal militar, en el ámbito
reducido de sus competencias, administra justicia, la misma no hace parte de
la estructura de la Rama judicial y, por el contrario, se encuentra integrada a la
Rama Ejecutiva del Poder Público. Así lo ha señalado esta Corporación, en
104
particular, en la Sentencia C-037 de 1996, donde se llevó a cabo el control
previo y automático de constitucionalidad del proyecto de Ley Estatutaria de
la Administración de Justicia, que posteriormente se convirtió en la Ley 270
de 1996. En dicha oportunidad, la Corte declaró inexequibles aquellas
disposiciones del proyecto que, precisamente, adscribían la jurisdicción Penal
Militar a la Rama Judicial. Dijo sobre el particular que la Jurisdicción Penal
Militar, no obstante que administra justicia, no integra la Rama Judicial del
Poder Público en razón a que no fue incluida en el Título VIII de la Carta
Política, que es el apartado normativo donde se determina la estructura de
dicha rama y donde se definen los órganos que la integran. En el mismo fallo
se precisó que, de acuerdo con el actual régimen constitucional vigente,
existen diferencias entre los órganos e individuos que administran justicia y
los órganos e individuos que hacen parte de la Rama Judicial, con lo cual debe
entenderse que los que no fueron integrados directamente por la Constitución
Política a la estructura de la Rama judicial, como ocurre con la Justicia Penal
Militar, no hacen parte de dicha rama aun cuando en sentido estricto
administren justicia.
105
conforman la noción de debido proceso, y los principios constitucionales que
rigen la administración de justicia, le resultan igualmente aplicables a dicha
jurisdicción especial, en particular, los principios de autonomía, independencia
e imparcialidad “cuya observancia se constituye en pilar fundamental de la
función judicial, toda vez que, por su intermedio, se busca garantizar a los
ciudadanos sometidos al proceso, un juicio libre y autónomo, alejado de
cualquier tipo de presiones e influencias que ponga en entredicho la
objetividad del juzgador”42.
106
diferencias existentes entre la Jurisdicción Penal Militar y la ordinaria son
relevantes, se puedan adoptar regulaciones diferentes, sin que por ese solo
hecho las mismas puedan presumirse inconstitucionales. Lo anterior, sin
perjuicio de que también el legislador, dentro del margen de configuración
normativa de que dispone, pueda introducir instituciones jurídicas propias del
sistema acusatorio ordinario a la Justicia Penal Militar 45, precisamente, sobre
la base de la adopción e implementación del sistema acusatorio en esa
jurisdicción especial, a partir de la expedición de la Ley 1407 del 17 de agosto
de 2010, “Por la cual se expide el Código Penal Militar”.
8.21. Acorde con lo anterior, cabe recordar que son los artículos 217, 218 y
221 del mismo ordenamiento Superior, los que consagran la existencia de un
régimen especial de personal y de carrera para los miembros de la Fuerza
Pública, delegando en la ley la determinación de todo lo relacionado con
dicho régimen, y precisando además que la estructura y funcionamiento de la
Justicia Penal Militar debe desarrollarse “con arreglo a las prescripciones del
Código Penal Militar”.
107
introducir regulaciones a la Jurisdicción Penal Militar” 47. Con esa orientación,
en la Sentencia C-399 de 1995, reiterada posteriormente, entre otras, en las
Sentencias C-676 de 2001, C-737 de 2006 y C-084 de 2016, la Corte dejó
claro que ni el artículo 221 Superior ni ninguna otra disposición
constitucional, le han reconocido a los mandatos del Código Penal Militar, una
fuerza normativa especial o consagrado sobre él una especie de “reserva de
código”, de la cual pueda concluirse que sólo a través del mismo es posible
diseñar la estructura de la justicia castrense. En ese entendido, se sostuvo en el
aludido fallo que el objetivo de la Constitución, particularmente a través del
artículo 221, es consagrar un régimen penal especial para juzgar los delitos
cometidos por los miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en
relación con el servicio, permitiéndole al legislador regular, mediante leyes
ordinarias, asuntos relativos a esa justicia especial, lo cual no significa que,
necesariamente, las referidas medidas deban encontrarse formalmente
incorporadas en el Código de Justicia Penal Militar. Al respecto, señaló que
“la ley ordinaria puede regular asuntos relativos a la justicia penal militar sin
que tales disposiciones tengan que estar formalmente incorporadas en el texto
del Código Penal Militar”, entendiendo “que esas leyes, aun cuando no se
encuentren formalmente en ese código, pueden modificarlo y adicionarlo, sin
que ello implique ningún vicio de inconstitucionalidad ya que, se reitera, se
trata de normas legales de la misma jerarquía.”
9.1. Mediante la Ley 1407 del 17 de agosto de 2010, “Por la cual se expide el
Código Penal Militar”, se adoptó para la Justicia Penal Militar, el Sistema
Penal Acusatorio, siguiendo el modelo que opera en la justicia ordinaria a
partir de la Ley 906 de 2004. Tal y como quedó consignado en la exposición
de motivos del proyecto que dio paso a la expedición de la Ley 1765 de 2015,
la implementación del referido sistema en la jurisdicción castrense, responde a
la necesidad inaplazable de armonizar el procedimiento penal con la evolución
del derecho procesal penal a nivel nacional e internacional, bajo los principios
rectores que rigen la administración de justicia y dentro del marco
108
constitucional especial establecido para los miembros de la Fuerza Pública en
servicio activo, acorde con las funciones constitucionales que cumple y la
especificidad de su forma de organización y funcionamiento50.
9.3. Dentro de ese contexto, tal y como surge de su encabezado, la Ley 1765
de 2015 fue expedida con el fin de reestructurar la Justicia Penal Militar y
Policial, establecer requisitos para el desempeño de sus cargos, implementar la
Fiscalía General Penal Militar y Policial, organizar su administración, gestión,
control, independencia y autonomía, así como fijar lo relacionado con la
evaluación de desempeño de los funcionarios y servidores que la integran.
9.5. En ese contexto, la Ley 1765 de 2015 está conformada por 129 artículos,
los cuales a su vez se encuentran distribuidos en IX títulos, organizados de la
siguiente manera:
50Cfr. Exposición de motivos del proyecto de ley 085 de 2013 Senado que dio paso a la expedición de la Ley
1765 de 2015. Gaceta del Congreso 710 de 2013, Senado.
109
policiales de conocimiento especializado y de conocimiento, los cuales
seguirán conociendo de los delitos previstos en los Artículos 20 y 171 de la
Ley 1407 de 2010, pero según las nuevas competencias asignadas (Arts. 7, 8 y
9); y dispone una solución en caso de concurrencia de jueces por motivos de
competencia (Art. 10).
El título III: se ocupa sobre los requisitos para el desempeño de los cargos
en la Justicia Penal Militar. Conforme con ello, establece los requisitos
generales y especiales para acceder a los cargos de Magistrado del Tribunal
Superior Militar y Policial, Juez Penal Militar y Policial de Conocimiento
Especializado, Juez Penal Militar y Policial de Conocimiento, Juez Penal
Militar y Policial de Control de Garantías y Juez Penal Militar y Policial de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad (arts. 11, 14, 16, 17 y 18), así
como las inhabilidades y faltas absolutas y temporales (Arts. 12 y 13),
definiendo además cuales cargos son de periodo (art. 15).
110
Policial (Art. 44); implementa el objetivo y el patrimonio de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial (Arts. 45 y 46);
crea un fondo de cuenta que será administrado por la Unidad Administrativa
Especial de la Justicia Penal Militar y Policial y establece las funciones y
órganos de dirección y administración de dicha unidad (Arts. 47, 48 y 49); fija
la integración y funciones del Consejo Directivo (Arts. 50 y 51); dispone los
requisitos para ocupar el cargo de Director Ejecutivo de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, y las funciones
de la Dirección Ejecutiva de esa unidad (Arts. 52, 53 y 54). En el mismo
título, se advierte a los servidores públicos de la Unidad Administrativa
Especial de la Justicia Penal Militar y Policial, sobre los regímenes de
inhabilidades, impedimentos, recusaciones y faltas absolutas y temporales que
les resultan aplicables, precisando que son las previstas en la Constitución y la
ley (Arts. 55, 56 y 57); se regula lo relacionado con la investigación
disciplinaria de los servidores públicos de la Justicia Penal Militar y Policial
(Art. 58); se señala que la estructura interna de la Unidad Administrativa
Especial de la Justicia Penal Militar y Policial será establecida por el Gobierno
Nacional (Art.59); y, finalmente, se crea la Escuela de Justicia Penal Militar y
Policial, como centro de formación de los funcionarios y empleados al
servicio de esa jurisdicción, institución que hace parte de la Unidad
Administrativa Especial de la Justicia Penal Militar y Policial (Arts. 60 y 61).
111
causales de terminación de la designación y retiro, así como sus efectos (Arts.
81, 82, 83 y 84); prevé la evaluación y clasificación de los miembros de la
Fuerza Pública del Cuerpo Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial
(Art. 85); e implementa el régimen disciplinario de los miembros del Cuerpo
Autónomo de la Justicia Penal Militar y Policial, para lo cual, determina la
titularidad de la acción disciplinaria, las faltas disciplinarias, el procedimiento
y las sanciones, y contempla una remisión legal ante la falta de regulación en
este título (Arts. 86, 87 y 88).
112
10.1. Cargo contra el artículo 2 de la Ley 1765 de 2015
113
miembro activo de ella (elemento subjetivo); y (ii) que el delito cometido
tenga relación directa y próxima con el servicio (elemento funcional).
10.1.6. Siendo ello así, entiende la Corte que el artículo 2 de la Ley 1765 de
2015, estaría desconociendo los principios de igualdad, juez natural e
independencia judicial, así como la prohibición prevista en el artículo 213
Superior, si se establece que, en realidad, el objetivo de la referida disposición
es permitir que la jurisdicción Penal Militar y Policial juzgue a los miembros
de la Fuerza Pública en retiro y al personal civil o no uniformado que
desempeña cargos en dicha jurisdicción. Tal violación se presentaría, en razón
a que la norma estaría ampliando indebidamente la cláusula de competencia,
excepcional y restrictiva, reconocida por la propia Constitución Política a la
Justicia Penal Militar y Policial,
114
términos del artículo 221 de la Constitución Política. En ningún caso se
aplicarán a los civiles”.
10.1.12. Así, se tiene que en la exposición de motivos del proyecto que dio
paso a la expedición de la Ley 1765 de 2015, se hizo expresa referencia al
ámbito de aplicación de la Justicia Penal Militar, destacado su carácter
especial y excepcional. Al respecto, se explicó que: “[l]a Justicia
Penal Militar o Policial encuentra su principal justificación en la voluntad
del Constituyente a lo largo de la historia de nuestro país, al crearla como
una jurisdicción especializada y excepcional, que investiga y juzga conductas
delictivas cometidas por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y
en relación directa con el servicio”, razón por la cual “la Justicia
Penal Militar constituye una excepción a la regla general de competencia que
tiene la jurisdicción ordinaria, indicando que este tratamiento particular que
51 Sobre el tema se pueden consultar, entre otras, las Sentencias C-032 de 1999, C-415 de 2002, C-1200 de
2003 y C-574 de 2011.
115
se despliega tanto a nivel sustancial como procedimental, encuentra
justificación en el hecho que las conductas ilícitas sometidas a su
consideración, están estrechamente vinculadas con el ejercicio de la función,
ya que los sujetos activos que incurren en ellas, están subordinados a reglas
de comportamiento disímiles a las de la vida civil”52.
52 Cfr. Exposición de motivos del proyecto de ley 210 de 2014 Cámara - 085 de 2013 Senado, que dio paso
a la expedición de la Ley 1765 de 2015. Gaceta del Congreso 710 de 2013, Senado.
53 Informe de ponencia para primer debate en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes al
proyecto de ley 210 de 2014 Cámara, 85 de 2013 Senado. Gaceta del Congreso 644 de 2014.
54 Informe de ponencia para primer debate en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes al
proyecto de ley 210 de 2014 Cámara, 85 de 2013 Senado. Gaceta del Congreso 644 de 2014.
116
carrera y clasificación de empleos”55. (Negrillas y subrayas fuera de texto
original).
117
Penal Militar y Policial. (…) Por último el título noveno consagra
disposiciones relativas a la adopción por el Gobierno Nacional de las
plantas de personal de la Unidad Administrativa Especial de la Justicia
Penal Militar y Policial, la incorporación del personal que viene prestando
sus servicios en la Dirección Ejecutiva de la Justicia Penal Militar; la
conservación del régimen prestacional aplicable a los servidores públicos
civiles que desempeñen cargos en la actual Dirección Ejecutiva de la
Justicia Penal Militar y que se incorporen a cargos de la planta de personal
de la Unidad Administrativa Especial; el sistema especial de carrera y
clasificación de empleos de la Unidad Administrativa, estableciendo que se
regirá por lo señalado en el Decreto-ley 091 de 2007 y los que lo modifiquen
o sustituyan.”58
118
relacionados con la investigación y juzgamiento de los delitos de competencia
de la Justicia Penal Militar y de los sujetos sometidos a dicha jurisdicción, en
los términos del artículo 221 de la Carta Política.
59 Exposición de motivos del proyecto de ley 085 de 2013 Senado que dio paso a la expedición de la Ley
1765 de 2015. Gaceta del Congreso 710 de 2013, Senado.
119
de personal, régimen salarial y prestacional, sistema especial de carrera y
clasificación de empleos.
10.1.25. Por otra parte, para la Corte es claro que si bien, en los términos que
se han señalado, los miembros de la fuerza pública en retiro, solo son
destinatarios de la Ley 1765 de 2015 en sus aspectos administrativos y
laborales, sin que en su actual condición estén amparados por, o les resulte
120
aplicable, el fuero penal militar, tal fuero sí se predica de las conductas
delictivas en las que hubiesen incurrido cuando se encontraban en servicio
activo y en relación con el mismo servicio, en los términos del artículo 221 de
la Constitución Política.
10.1.26. Ahora bien, aun cuando es claro que, conforme a una interpretación
histórica y sistemática de la norma acusada, el sentido de la misma no es
ampliar el fuero penal militar más allá de los delitos cometidos por los
miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en relación con el mismo
servicio, no obstante que después hayan hecho uso de buen retiro, la Corte
encuentra necesario condicionar la exequibilidad del artículo 2 de la Ley 1765
de 2015, con el propósito de impedir que se promuevan interpretaciones
contrarias a la Constitución a través de las cuales se busque extender la
competencia de la Justicia Penal Militar y Policial a los miembros de la
Fuerza Pública en retiro y al persona civil o no uniformado.
10.1.27. En punto a este último aspecto, cabe reiterar que, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 221 de la Carta Política, los miembros de la Fuerza
Pública en retiro solo pueden someterse a la Justicia Penal Militar y Policial
por delitos cometidos durante el servicio y en relación con el mismo. De igual
manera, el artículo 213 del mismo ordenamiento Superior prohíbe la
investigación y el juzgamiento de civiles por parte de la Justicia Penal Militar
y Policial. En consecuencia, como se ha explicado, los mandatos de la Ley
1765 de 2015 le resultan aplicables a los miembros de la Fuerza Pública en
retiro y el personal civil no uniformado vinculado a la justicia penal militar,
únicamente, en relación con las medidas de carácter laboral y administrativo
en ella previstas, en cuanto las mismas les sean exigibles por razón de su
vinculación a la planta de personal de los órganos de la Justicia Penal Militar
y Policial.
10.1.28. Sobre esa base, en la parte resolutiva del presente fallo, se procederá
a declarar la exequibilidad de la expresión “La presente ley se aplicará en lo
pertinente, a los miembros de la Fuerza Pública en servicio activo o en retiro,
así como al personal civil o no uniformado que desempeñe cargos en la
Justicia Penal Militar y Policial”, contenida en el artículo 2 de la Ley 1765
de 2015, en el entendido que la competencia de la Justicia Penal Militar y
Policial se circunscribe únicamente al juzgamiento de los delitos cometidos
por los miembros de la fuerza pública en servicio activo y en relación con el
mismo servicio -no obstante que con posterioridad se hayan retirado del
servicio-, con lo cual, la Ley 1765 de 2015 aplica a los miembros de la Fuerza
Pública en retiro y al personal civil o no uniformado solo en relación con las
medidas de carácter laboral y administrativo en ella previstas, en cuanto las
mismas les sean exigibles por razón de su vinculación a la planta de personal
de los órganos de la Justicia Penal Militar y Policial.
10.2. Cargos contra los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015
10.2.1. Según sostienen los demandantes, los artículos 109 y 110 de la Ley
1765 de 2015, al consagrar para la Justicia Penal Militar formas de
121
terminación anticipada del proceso que son propias de la justicia ordinaria,
particularmente en la modalidad de preacuerdos y negociaciones, violan los
derechos de las víctimas y, por esa vía, los artículos 1, 2, 29, 228 y 229 de la
Constitución Política y los tratados internacionales de derechos humanos.
Según su entender la aludida violación se produce por las siguientes razones:
(i) porque se “están tomando atribuciones que según el artículo 250 superior
le corresponden exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación, quien
está obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y a realizar la
investigación de los hechos que revistan las características de un delito”;(ii)
porque se genera como consecuencia directa la terminación del proceso de
juzgamiento y por consiguiente la cesación de la investigación de las faltas
cometidas contra las víctimas y (iii) porque en la aplicación de las formas de
terminación anticipada del proceso no se permite la participación activa de las
víctimas.
10.2.2. Los intervinientes que se pronunciaron sobre este cargo, entre los que
se encuentran el Ministerio Público, la Fiscalía General de la Nación, el
Ministerio de Defensa Nacional y la Universidad Externado de Colombia, aun
cuando consideran que la formas de terminación anticipada del proceso
previstas para la Justicia Penal Militar no son contrarias a la Constitución,
coinciden en solicitarle a la Corte que condicione la exequibilidad de los
artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015, de la misma manera en que se
hizo en la Sentencia C-516 de 2007, en relación con el derecho de
participación de las víctimas en la celebración de preacuerdos y acuerdos.
122
10.2.5.1. Tal y como explicado en el apartado 6 de las consideraciones de esta
sentencia, la jurisprudencia constitucional, atendiendo a lo previsto en los
artículos 125, 150-1-2-23, 217, 218 y 221 de la Constitución Política, ha
dejado sentado que todo lo relacionado con la estructura y funcionamiento de
la Justicia Penal Militar es materia reservada al legislador, quien para el efecto
goza de un amplio margen de configuración normativa para regular, entre
otros aspectos, el procedimiento que debe seguirse para definir la
responsabilidad, y, en general, todo lo relacionado con los órganos de justicia
que integran esa jurisdicción y con su régimen de personal, incluyendo lo
referente a la creación y supresión de cargos, la forma de provisión,
permanencia y retiro, y la fijación de los requisitos y calidades requeridas para
el ejercicio de los mismos.
123
10.2.6.1. La jurisprudencia constitucional ha examinado en distintas
oportunidades el tema de los preacuerdos y las negociaciones, como formas
de terminación anticipada del proceso penal. Las principales decisiones sobre
la materia, tanto en el campo del control abstracto de constitucionalidad,
como en sede de revisión de tutela, han tenido lugar con posterioridad a la
expedición del artículo 2 del Acto Legislativo 03 de 2002, mediante el cual se
modificó el artículo 250 de la Constitución Política y se adoptó el sistema
penal acusatorio en la jurisdicción penal ordinaria.
124
del debido proceso, y que se trata de una decisión libre, consciente,
voluntaria, debidamente informada, asesorada por la defensa, para lo cual es
imprescindible el interrogatorio personal del imputado o procesado así como
que se actuó en presencia del defensor”. En complemento de lo anterior, la
misma sentencia destacó que el debido proceso se respeta “por cuanto
aceptado por el procesado los hechos materia de la investigación y su
responsabilidad como autor o partícipe, y existiendo en el procesos además
suficientes elementos de juicio para dictar sentencia condenatoria, se hace
innecesario el agotamiento de todas y cada una de las etapas del proceso, por
lo que procede dictar el fallo sin haberse agotado todo el procedimiento, a fin
de otorgar pronta y cumplida justicia, sin dilaciones injustificadas, según así
también se consagra en el artículo 29 de la Constitución”.
125
justicia; (iii) propugnar por la solución de los conflictos sociales que
genera el delito;(iv) propiciar la reparación integral de los perjuicios
ocasionados con el injusto; (v) promover la participación del imputado
en la definición de su caso…”.
126
imputado o acusado al juicio público, oral, concentrado y
contradictorio; y los descuentos punitivos derivados del acuerdo.
127
y a la reparación integral; intervención que debe ser compatible con los
rasgos esenciales del sistema de tendencia acusatoria introducido en la
Constitución Política por el Acto Legislativo 03 de 2002.
- Conforme con los derechos que les asisten, las normas que
regulan los preacuerdos y las negociaciones, deben contemplar
mecanismos de participación de las víctimas en estas instancias
procesales.
128
proceso, escenario en el que se deben hacer efectivos sus derechos a la
verdad, a la justicia y a la reparación.
10.2.8.1. Los artículos 109 y 110, acusados en esta causa, hacen parte del
Título VIII de la Ley 1765 de 2015, que contiene disposiciones sobre
competencia para el tránsito al sistema penal acusatorio y para garantizar su
plena operatividad en la Jurisdicción Especializada Penal Militar. Dentro del
mencionado título, a su vez, las citadas disposiciones se integran al Capítulo
129
II, que se refiere a las medidas para garantizar la plena operatividad del
Sistema penal Acusatorio en la Justicia Penal Militar.
10.2.8.3. Cabe destacar que los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015,
reproducen los contenidos de los artículos 350 y 351 del Código de
Procedimiento Penal ordinario (Ley 906 de 2004), salvo en lo que tiene que
ver con las autoridades que en una u otra jurisdicción tienen a su cargo el
proceso de negociación anticipada, los cuales, a su vez, ya fueron objeto de
pronunciamiento por esta Corporación a través de la Sentencia C-516 de
2007.
130
“ARTÍCULO 109. Adicionase el artículo 491A a la Ley 1407 de
2010, el cual será del siguiente tenor:
131
Los preacuerdos celebrados entre fiscalía y acusado obligan al juez
penal militar y policial de conocimiento o de conocimiento
especializado, salvo que ellos desconozcan o quebranten las
garantías fundamentales.
10.2.8.7. En relación con las citadas disposiciones, cabe recordar que los
argumentos de los demandantes para cuestionar su constitucionalidad, parte
de considerar que, con la inclusión de los preacuerdos y negociaciones en la
Justicia Penal militar: (i) se están tomando atribuciones que de acuerdo con el
artículo 250 de la Constitución están reservadas a la Fiscalía General de la
Nación, que es la directamente obligada a adelantar el ejercicio de la acción
penal y a investigar los hechos constitutivos de delitos; (ii) se genera como
consecuencia directa la terminación del proceso de juzgamiento y por
consiguiente la cesación de la investigación de las faltas cometidas contra las
víctimas; y (iii) no se garantiza el derecho de las víctimas a participar en los
procesos de negociación anticipada.
10.2.8.8. Frente a las dos primeras acusaciones, considera la Corte que las
mismas no están llamadas a prosperar, pues, vistas desde una perspectiva
general, las normas acusadas se ajustan a la jurisprudencia constitucional
sobre la materia y no desconocen la Carta Política, en particular, el artículo
150 del citado ordenamiento Superior.
132
introducir instituciones jurídicas que considere adecuadas y necesarias para
los fines de la justicia, como es precisamente el caso de los preacuerdos y
acuerdos.
10.2.8.11. Ahora bien, de manera particular, debe aclarar la Corte que las
normas acusadas no desconocen el artículo 250 Superior, por el hecho de que,
según los demandantes, incluir los preacuerdos y acuerdos en el ámbito de la
Justica Penal Militar, implica una toma de atribuciones que son exclusivas de
la Fiscalía General de la Nación.
133
10.2.8.15. Como ha quedado definido por la jurisprudencia constitucional
citada en este fallo, de acuerdo con su naturaleza y finalidad, los preacuerdos y
las negociaciones representan una vía judicial encaminada a la simplificación
de los procesos mediante la supresión parcial o total del debate probatorio y
argumentativo como producto del consenso entre las partes. En ese escenario,
tales formas de terminación anticipada del proceso, no son expresión de una
renuncia al poder punitivo del Estado, pues las mismas están guiadas por el
propósito de resolver de manera más expedita el conflicto penal mediante la
aceptación, por parte del imputado o acusado de hechos que tengan relevancia
frente a la ley penal y su renuncia libre, voluntaria e informada, al juicio oral y
público, a cambio de obtener un tratamiento jurídico y punitivo menos severo
por parte del operador judicial competente.
10.2.8.17. Ahora bien, con respecto a la tercera acusación que formulan los
actores contra los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de 2015, consistente en
sostener que en ellos no se garantiza la participación de las víctimas en los
preacuerdos y acuerdos anticipados, pues ninguna de sus contenidos
normativos van en esa dirección, la Corte advierte que, por ese aspecto, las
referidas normas presentan problemas de constitucionalidad.
10.2.8.18. Como ya fue reseñado, los artículos 109 y 110 de la Ley 1765 de
2015, que regulan lo relacionado con los acuerdos y preacuerdos en el ámbito
de la Justicia Penal Militar, reproducen los contenidos de los artículos 350 y
351 del Código de Procedimiento Penal ordinario (Ley 906 de 2004), salvo en
lo que hace referencia a las autoridades que en una u otra jurisdicción tienen a
su cargo el proceso de negociación anticipada; esto es, la Fiscalía General de
las Nación en la jurisdicción penal ordinaria y la Fiscalía Penal Militar y
Policial en la jurisdicción penal especializada.
10.2.8.19. Según quedó también anotado, los artículos 350 y 351 del Código
de Procedimiento Penal ordinario, fueron objeto de pronunciamiento por la
Corte en la Sentencia C- 516 de 2007, en la cual se llevó a cabo su estudio de
constitucionalidad. En dicho pronunciamiento, si bien la Corporación
consideró que tales disposiciones se ajustaban a la Constitución, sobre la base
de que los instrumentos de negociación anticipada no son por sí mismos
contrarios a las garantías superiores, procedió a declarar su exequibilidad
condicionada, precisamente, tras encontrar que las referidas disposiciones no
garantizaban una presencia activa de las víctimas en los preacuerdos y
134
acuerdos celebrados entre la Fiscalía y el imputado o acusado, pues no
contemplaban un mecanismo de participación de aquellas en estas instancias
procesales, ni siquiera un papel pasivo o una intervención mediada por el
fiscal.
135
ellas se adoptan medidas dirigidas a garantizar su conocimiento y participación
en dichos actos procesales.
136
que conforman la noción de debido proceso, así como también los principios
constitucionales que rigen la administración de justicia, en particular los de
acceso a la justicia, derecho a la defensa y respeto por los derechos (Ley 270
de 1996. Arts. 2, 3 y 9).
10.3. Cargos contra los artículos 294, 298 y 299 de la Ley 1407 de 2010
137
10.3.3. Este escenario, conduce a que no opere la figura de la cosa juzgada
material a la que hacen referencia los accionados en relación con la expresión
“directo” contenida en el artículo 294 de la Ley 1407 de 2010, y con el
numeral 4 del artículo 299 de ese mismo ordenamiento, en la medida en que,
como lo sostienen, en la Sentencia C-516 de 2007, la Corte declaró la
inexequibilidad de los mismos textos que ahora se demandan y que estaban
contenidos en los artículos 132, y en el numeral 4 del artículo 137 de la Ley
906 de 2004. Ello, por cuanto la jurisprudencia constitucional ha sido clara al
afirmar, sobre la cosa juzgada material, que “pese a que el texto sea el mismo,
si el contexto normativo en el que se reproduce es diferente, no cabe hablar de
cosa juzgada material”60. Así las cosas, la Corte ha señalado que, aunque la
reproducción del texto normativo pueda ser igual, si del contexto se deduce un
contenido normativo diferente, como ocurre precisamente en el asunto bajo
examen, se entiende que no hay una reproducción de la norma sobre la cual
opere la cosa juzgada material.61
10.3.5. Pues bien, hecha la anterior precisión, cabe también destacar que, en la
medida que las normas acusadas, los artículos 294, 298 y 299 de la Ley 1407
de 2010, tienen un contenido distinto, y a su vez los cargos que se presentan
en su contra son independientes y autónomos, los mismos serán analizados en
forma independiente.
138
amplio de víctima que ha sido definido por la jurisprudencia constitucional, y,
con ello, se menoscaba su participación en el proceso penal militar. En
consecuencia, solicitan a esta Corte que declare la inexequibilidad de dicho
término.
139
manera que, en estos términos, en la Sentencia C-516 de 2007, la Corte se
remitió al Derecho Internacional para plantear, a partir del conjunto de
directrices impuestas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), una
definición amplia, según la cual se considera víctima a toda persona que
hubiese sufrido un daño a consecuencia del delito. En estos términos, indicó
esta Corporación en aquella oportunidad, que en el marco de la
implementación de la justicia transicional por la incorporación del sistema
penal acusatorio, la jurisprudencia constitucional con apoyo en la
jurisprudencia de la Corte Interamericana se ha referido a las víctimas, o
perjudicados, como aquellas personas afectadas por un delito directamente y
sus familiares “sin distinguir, al menos para reconocer su condición de
víctimas del delito, el grado de relación o parentesco”.
140
“(…) se reconoce como víctimas a todas las personas que hubieren
sufrido un daño, como consecuencia de los hechos que el mismo precepto
determina a continuación. Así, pese a que existen también otros criterios
relevantes, el concepto de daño es el más significativo de todos, pues es
de la acreditación de su ocurrencia que depende que las personas
interesadas logren ser reconocidas como víctimas y accedan a los
importantes beneficios establecidos en esta normativa”. (Resaltado del
original).
10.3.6.11. A la luz de lo anterior, cabe advertir que el daño como definidor del
concepto de víctima, no ha sido restringido por la jurisprudencia
constitucional a sus tipologías o manifestaciones, ni tampoco se ha predicado
exclusivamente de la persona directamente afectada, pues, al decir de la
Sentencia C-052 de 2012, “la noción de daño comprende entonces incluso
eventos en los que un determinado sujeto resulta personalmente afectado
como resultado de hechos u acciones que directamente hubieren recaído sobre
otras personas, lo que claramente permite que a su abrigo se admita como
víctimas a los familiares de los directamente lesionados, siempre que por
causa de esa agresión hubieren sufrido una situación desfavorable,
jurídicamente relevante”.
141
garantías que el legislador había creado para situaciones de conflicto armado,
por ello no perdían su condición como tales y, en consecuencia, gozaban de
las protecciones que en su calidad de víctimas en todo caso tenían derecho.
142
10.3.6.18. Así las cosas, la Sala pone de presente que estas consideraciones
resultan enteramente aplicables a la definición de las víctimas en el escenario
de la justicia penal militar, y que de las distinciones comentadas previamente
entre ésta y la justicia penal ordinaria, no se justifica una exclusión en el
concepto de víctima que ha sido desarrollado por la jurisprudencia a la luz de
los principios constitucionales. Es decir que, en la medida en que la
diferenciación en la aplicación de una jurisdicción y otra está dada, en
términos generales, por el sujeto que realiza la conducta punible en relación
con el ejercicio de la función, esta situación no altera la afectación producida a
consecuencia del injusto, y en ningún sentido constituye una justificación
constitucionalmente aceptable para restringir el concepto de víctima en los
delitos contenidos en el Código Penal Militar sólo al daño directo.
10.3.7. En relación con el artículo 298 de la Ley 1407 de 2010, los actores
aducen que el legislador incurrió en una omisión legislativa, toda vez que en la
disposición no incluyó el derecho de las víctimas a recibir información sobre
la aplicación del principio de oportunidad. Lo anterior, indican, desconoce las
garantías que la Constitución reconoce a favor de las víctimas en los artículos
29, 93 y 299, orientadas a que los derechos de las víctimas sean reconocidos
en todas las etapas procesales. Al respecto, además, los accionantes llaman la
atención en que dicha omisión legislativa se hace evidente por cuanto el
legislador, al reproducir el artículo 136 de la Ley 906 de 2004, en el artículo
298 de la Ley 1407 de 2010, excluyó el numeral 11 de aquella ley que hacía
referencia al derecho comentado.
143
Penal Militar debe escuchar y suministrar información relacionada con la
posibilidad de dar aplicación al principio de oportunidad, a quien demuestre al
menos sumariamente la calidad de víctima.
10.3.7.3. Esta cuestión, parte del derecho de las víctimas a recibir información
por parte de la Fiscalía General Penal Militar, sobre los asuntos que enumera
el mencionado artículo 298, a saber:
144
del principio de oportunidad a la política criminal del Estado; (iii) en el
artículo 112, al consagrar la obligación de la Fiscalía General Miliar y Policial
de perseguir a los responsables de los hechos de conductas punibles, excepto
el evento en que se aplica el principio de oportunidad; (iv) en el artículo 113,
al prever la posibilidad de la aplicación del principio de oportunidad para que,
en determinados supuestos, la Fiscalía General Miliar y Policial suspendiera,
interrumpiera o renunciara a la persecución penal; (v) en el artículo 114, al
fijar las causales de aplicación del principio de oportunidad; (vi) en el artículo
115 al fijar como una manifestación del principio de oportunidad, la
posibilidad para que el imputado o acusado solicitara la suspensión del
procedimiento a prueba; (vii) en el artículo 117, al regular el control judicial
en la aplicación del principio de oportunidad; (viii) en el artículo 118, al
consagrar la participación de las víctimas en la aplicación del principio de
oportunidad; (ix) en el artículo 119, al describir los efectos de la aplicación
del principio de oportunidad y, por último, (x) en el artículo 120, al facultar al
Fiscal Penal Militar y Policial para reglamentar la aplicación del principio de
oportunidad, de conformidad con la Constitución y la ley.
145
10.3.7.7. Como consecuencia de la declaratoria de inconstitucionalidad de los
artículos 30 (parcial), 111, 112 (parcial), 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119 y
120 de la Ley 1765 de 2015, en la Sentencia C-326 de 2016, una conclusión
lógica se impone: que el principio de oportunidad dejo de tener vigencia en el
ámbito de la Justicia Penal Militar y Policial, lo que significa que el mismo no
se aplica en dicha jurisdicción especial.
146
procesado, y en cambio podía contribuir a la búsqueda de la verdad y a
garantizar los derechos de las víctimas dentro del proceso.
147
10.3.8.7. Esta situación fue advertida por en la Sentencia C-516 de 2007, en la
que se indicó que “la posibilidad de limitar mediante una regulación
legislativa el número de apoderados de las víctimas que intervienen en
determinada fase del proceso puede cumplir finalidades legítimas tales como
racionalizar los canales de acceso a la justicia; propugnar por una mayor
eficacia de la administración de justicia; evitar la dilación injustificada de los
procedimientos; o impedir la reacción desproporcionada contra el imputado”.
No obstante, a continuación la Corte señaló que “[e]sas finalidades sin
embargo, pueden entrar en tensión con otros intereses también protegidos
jurídicamente como es el derecho de la víctima a la verdad, a la justicia, a la
reparación, y en particular a un recurso judicial efectivo”.
148
víctimas, deben aplicarse en cualquier procedimiento, sin importar su
naturaleza y especialidad, con el fin de garantizar el ejercicio legítimo de los
derechos en ellos involucrados y que pueden resultar afectados. Aun cuando
orgánicamente la justicia Penal Militar y Policial no hace parte de la estructura
de la Rama Judicial, le resultan igualmente aplicables a dicha jurisdicción
especial, todos aquellos derechos y garantías que conforman la noción de
debido proceso, así como también los principios constitucionales que rigen la
administración de justicia, en particular los de acceso a la justicia, derecho a la
defensa y respeto por los derechos (Ley 270 de 1996. Arts. 2, 3 y 9).
149
contraviene los derechos de las víctimas a la igualdad, al debido proceso, a la
asistencia jurídica y al acceso a la administración de justicia, por atribuirle a la
Fiscalía Penal Militar la función de asignarle a la víctima un defensor de
oficio durante la investigación, cuando esta no cuente con los recursos para
nombrar abogado de confianza.
10.3.9.6. Así las cosas, no se encuentra que, prima facie, esta distribución de
competencia que la preceptiva acusada imputa a la Fiscalía Penal Militar, en
150
relación con la representación judicial de las víctimas, suponga un
desconocimiento, per se, de los derechos de las víctimas a la igualdad, al
debido proceso, a la asistencia jurídica y al acceso a la administración de
justicia. De hecho, resulta consecuente que, al órgano al que corresponde el
ejercicio de la acción penal y la investigación de los delitos, y velar por la
protección especial de las víctimas en el proceso, que para el caso de la
Jurisdicción Penal Militar y Policial es a la Fiscalía Penal Militar, se le haya
impuesto también la función de intervenir en la asignación de abogado a las
víctimas que no cuenten con los recursos para nombrar uno de su confianza,
como una manifestación de la garantía de acceso a la administración de
justicia a la asistencia jurídica y al debido proceso.
151
determine el Gobierno Nacional”. El cual, como dispone el artículo 3º se
gobierna, entre otros, por el principio de gratuidad.
10.3.9.11. Para resolver este asunto, la Corte arguyó que “el legislador tiene
competencia, en aras de optimizar la protección del derecho a la defensa
técnica para focalizar su atención en grupos poblacionales que por sus
particularidades, requieran de alternativas de representación judicial
diferenciada, teniendo en cuenta que este tipo de medidas aumentan el
estándar de protección”. Y, en concreto, esta Corporación señaló que resultaba
constitucionalmente admisible la creación de un régimen especial para los
miembros de la Fuerza Pública, “dado que por el riesgo permanente al que
están expuestos sus integrantes en defensa de la independencia nacional, las
instituciones públicas y los derechos de todas las personas (arts. 2 y 221 C.P.),
el Estado está obligado a garantizar su defensa técnica, “teniendo en cuenta
que hay un ejercicio legítimo de la fuerza, en la tarea que desarrollan”, sin que
pueda entenderse como un privilegio”.
152
económicas o sociales se encuentran en circunstancias de desigualdad
manifiesta para proveerse, por sí mismas, la defensa de sus derechos”. Y, por
último, debe llamarse la atención en que la dirección de este SNDP está a la
cabeza del Defensor del Pueblo, pues como dispone el artículo 13: “[e]l
Sistema Nacional de Defensoría Pública es un servicio público que organiza,
dirige y controla el Defensor del Pueblo, en favor de las personas que lo
requieren para asumir su asistencia y representación judicial y garantizar el
pleno e igual acceso a la administración de justicia en materia penal”.
10.3.9.17. Así las cosas, la Corte advierte que la función atribuida a la Fiscalía
Penal Militar, no constituye una vulneración de los derechos de las víctimas en
los términos acusados por los accionantes, toda vez que, dentro de la
autonomía que los artículos 150-1 y 282-4 de la Constitución le otorgan al
legislador para regular el servicio de defensa pública, a la que se hizo
referencia en la Sentencia C- 745 de 2015, resulta constitucionalmente
admisible atribuir a la Fiscalía Penal Militar, en tanto autoridad vinculada con
la protección de los derechos de las víctimas, la función de designarle abogado
a las víctimas que no cuenten con recursos para nombrar uno de confianza, a
la luz de la normatividad vigente para ello.
153
organización, dirección y coordinación del Defensor del Pueblo, por lo tanto
no se produce subrogación alguna de sus funciones. Mientas que si la víctima
es un miembro de la Fuerza Pública, en servicio activo o en retiro, la misma
tiene acceso directo al Sistema de Defensa Técnica y Especializada para la
Fuerza Pública.
10.3.9.20. En relación con esto último, advierte la Corte que, en todo caso, la
norma demandada, el numeral 5° del artículo 299 de la Ley 1407 de 2010, no
hace claridad sobre la condición de la víctima -miembro de la fuerza pública o
civil- para efectos de determinar el sistema de defensoría pública al que puede
acudir, en el caso de no contar con los medios suficientes para contratar un
abogado de confianza que la represente en el proceso. Al respecto, la citada
norma se limita a señalar que “si la víctima no contare con medios suficientes
para contratar un abogado a fin de intervenir, previa solicitud y
comprobación sumaria de la necesidad, la Fiscalía Penal Militar le designará
uno de oficio”.
VII. DECISIÓN
154
Colombia, en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE
155
contra, por ineptitud sustantiva de la demanda.
156
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
Magistrado
157