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FIEBRE REUMÁTICA

La fiebre reumática aguda es una enfermedad multiorgánica causada por una reacción
autoinmunitaria a la infección por estreptococos del grupo A. Aunque resultan afectadas
muchas partes del organismo, casi todas las manifestaciones desaparecen en su totalidad.
La mayor excepción es la lesión de las válvulas cardiacas que puede persistir después de la
desaparición de otras manifestaciones.

Más frecuente en mujeres.

Se debe de forma exclusiva a la infección Complicada de la parte alta del aparato


respiratorio por estreptococos del grupo A, (estreptococo pyogenes) faringoamigdalitis,
amigdalitis pultácea

El Streptococcus B hemolítico grupo A (S. pyogenes ) es una bacteria aerobia, coco Gram positivo,
que frecuentemente coloniza la nasofaringe y la piel. Está envuelto por una cápsula de ácido
hialurónico que retarda la fagocitosis por parte de polimorfonucleares y macrófagos, lo que le
confiere un factor de virulencia. La proteína M de la pared celular constituye el mayor factor de
virulencia. Las cepas con abundante proteína M se multiplican rápidamente, ya que pueden eludir
la fagocitosis a través de la inhibición de la cascada del complemento. Su capacidad tóxica está
dada por la toxina eritrogénica y las estreptolisinas O y S.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Hay un periodo de latencia de una a cinco semanas (en promedio tres semanas) entre la
infección por estreptococo del grupo A desencadenante y la aparición de las
manifestaciones clínicas de la fiebre reumática aguda. Las excepciones son corea y carditis
indolente, que pueden presentarse tras periodos de latencia prolongados que persisten
hasta por seis meses.

AFECTACIÓN CARDIACA

Hasta 60% de los pacientes con fiebre reumática aguda evoluciona a la


cardiopatía reumática. El endocardio, el pericardio o el miocardio resultan
afectados (PANCARDITIS). La lesión valvular es el dato distintivo de la carditis reumática.
La válvula mitral casi siempre está comprometida, algunas veces junto con
la válvula aórtica; la alteración aislada de la válvula aórtica es rara.

La infamación del miocardio puede afectar las vías de conducción eléctrica y prolongar el
intervalo P-R (bloqueo auriculoventricular de primer grado o en raras veces un bloqueo
de mayor grado), y amortiguamiento del primer ruido cardiaco.

AFECTACIÓN ARTICULAR
La forma más común de afectación articular en la ARF es la artritis, es decir, signos
objetivos de infamación, con articulaciones calientes, hinchadas, enrojecidas, dolorosas al
tacto, o todos ellos, y la afectación de varias articulaciones (esto es, poliartritis). Este
último signo casi siempre es migratorio y se desplaza de una articulación a otra en un
lapso de horas. Por lo general, la ARF afecta a grandes articulaciones, muy a menudo
rodillas, tarso, caderas y codos, y es asimétrico. El dolor es intenso y muchas
veces discapacitante, hasta que inicia la administración de fármacos antiinflamatorios.

Las manifestaciones articulares de la fiebre reumática aguda responden


muy bien a los salicilatos y a otros antiinflamatorios no esteroideos. En realidad, es
improbable que la Afectación articular que persiste más de uno o dos días después de
iniciar la administración de salicilatos se deba a fiebre reumática aguda

COREA

La corea de Sydenham se presenta sin alguna otra manifestación, aparece


tras un periodo de latencia prolongado después de una infección por estreptococos del
grupo A y se encuentra sobre todo en mujeres. Los movimientos coreiformes afectan en
especial la cabeza (lo cual produce movimientos característicos de la lengua) y las
extremidades superior. Éstos pueden ser generalizados o estar restringidos a un lado del
cuerpo (hemicorea). A menudo se acompaña de vulnerabilidad emocional o rasgos
obsesivos-compulsivos que pueden durar más que los movimientos coreiformes (por lo
regular muestran resolución en término de seis semanas, pero en ocasiones duran seis
meses)

MANIFESTACIONES CUTÁNEAS

El exantema típico en la ARF es el eritema marginal el cual comienza como máculas


rosadas que tienen un aspecto claro en la parte central y que dejan un borde difuso
serpiginoso. El exantema es evanescente, aparece y desaparece ante los ojos del
examinador. Por lo general se presenta en el tronco, algunas veces en las extremidades,
pero casi nunca en la cara.
Los nódulos subcutáneos consisten en masas indoloras móviles y pequeñas (0.5 a 2 cm)
bajo la piel superpuesta a prominencias óseas, en particular en manos, pies, codos,
occipucio y, en ocasiones, vértebras; constituyen una manifestación tardía que aparece
dos a tres semanas después de iniciada la enfermedad, dura sólo algunos días a tres
semanas y casi siempre se vincula con carditis.
OTRAS MANIFESTACIONES, Si bien la fiebre elevada (≥39°C) es la regla, no son
infrecuentes las elevaciones de menor cuantía en la temperatura. En la mayor
parte de los casos se encuentran elevados los reactantes de fase aguda.

EVIDENCIA DE UNA INFECCIÓN PREVIA POR ESTREPTOCOCOS DEL GRUPO A

Es esencial el dato de una infección previa por estreptococos del grupo A para establecer
el diagnóstico de fiebre reumática aguda. Dado que en la mayor parte de los casos no se
dispone de un cultivo positivo de frotis faríngeo o una prueba de antígeno rápida, por lo
general se requieren datos serológicos. Las pruebas serológicas más comunes
son las concentraciones de antiestreptolisina O (ASO) y anti-DNasa B
(ADB).

CONFIRMACIÓN DEL DIAGNÓSTICO

PARA LA fiebre reumática se manejan los criterios de Jones. Se requieren dos criterios
mayores, o uno mayor más dos menores, y la evidencia de infección estreptocócica.

Criterios de Jones actualizados 2015 para el tratamiento de la fiebre reumática

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