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Unidad 7 Geohidrología

7.1 Conceptos básicos


La Geohidrología estudia la textura y la estratificación de las rocas y los suelos, ya
que son estos los que forman los receptáculos y conductos por donde el agua se
infiltra.

La Geohidrología también tiene que ver con las fuerzas que actúan sobre el agua
subterránea y provocan su movimiento. En este aspecto queda dentro del campo
de la Mecánica de Fluidos.

Con respecto a la Geohidrología, la porción superficial porosa de la corteza


terrestre puede ser divida en dos zonas: la de saturación y la suprayacente o de
aeración.

La zona de saturación es aquella cuya superficie superior está limitada por el nivel
de aguas freáticas o por una formación impermeable. La zona suprayacente o de
aeración, comprende desde el nivel de aguas freáticas hasta la superficie.

El agua que se encuentra en la zona de saturación se llama generalmente agua


del subsuelo; al agua de la zona de aeración se le denomina agua vadosa o queda
incluida en la designación de humedad del subsuelo.

Infiltración y recarga de acuíferos

Un acuífero es una roca que contiene agua. Los movimientos del agua en las
rocas y en los suelos forman parte del ciclo hidrológico.

Nivel de aguas freáticas y faja de capilaridad

Inmediatamente arriba del manto freático se encuentra la faja de capilaridad, en la


cual el agua se halla colgada, como si hubiera tubos capilares irregulares.
El manto freático es una superficie imaginaria que señala el nivel hidrostático al que
se encuentra el agua subterránea bajo la presión atmosférica. La superficie real del
agua es irregular en la parte superior de la faja de capilaridad.

Cuando el manto freático baja por causas naturales o por bombeo, la faja capilar
también desciende y el agua que llenaba los intersticios es evacuada parcialmente.

Movimiento del agua subterránea

El agua subterránea en la zona de saturación generalmente se encuentra en


movimiento muy lento y continuo, por lo menos hasta la profundidad donde el agua es
dulce.

La energía que gasta el agua subterránea en su movimiento, por la fricción interna


debida a su propia viscosidad, es proporcionada por la diferencia de cargas entre el
lugar de entrada y el de salida de un acuífero.

La permeabilidad de las rocas

La permeabilidad de las rocas puede diferir grandemente aún en una misma


formación. Frecuentemente las rocas poseen cierta estructura, y el flujo del agua es
controlado por la alteración de capas permeables e impermeables, por los echados y
pliegues, por discordancias, por fallas, diques, mantos y otras muchas estructuras.

Relaciones entre agua dulce y agua salada

La relación entre el agua dulce y la salada es siempre complicada, aun cuando el


agua se mueve con la ley de balance de las aguas de diferentes densidades, excepto
cuando existen barreras tales como formaciones confinantes o estructurales.

En algunos lugares el agua subterránea se encuentra a poca profundidad y buscarla


más abajo es tiempo perdido; sin embargo en otros sitios los verdaderos acuíferos se
encuentran a varios miles de metros y su posición puede predecirse con un límite de
error razonable a través de estudios de geología.

Bombeo e interferencias

Cuando el agua es sacada de un acuífero por flujo artesiano o por bombeo, el


régimen de las aguas subterráneas se altera inmediatamente, afectando la carga, la
dirección y la velocidad de su movimiento en las cercanías del pozo, extendiéndose
gradualmente esos cambios a mayores distancias.

En muchos lugares en que se explotan aguas subterráneas, se bombea de algunos


pozos en tan grandes cantidades, que la razón de bombeo no puede ser mantenida
por mucho tiempo, aunque el área en general no haya sido explotada totalmente y sea
capaz aún de proporcionar grandes volúmenes de agua.
7.2 Ciclo Hidrológico
El ciclo hidrológico es el proceso que mueve al agua a través de los océanos, el
cielo y la tierra. Este proceso funciona gracias a la energía del sol.

Todas las aguas circulantes de la Tierra se encuentran interrelacionadas en un


sistema complejo que es conocido con el nombre de ciclo del agua o “ciclo
hidrológico”. Las aguas subterráneas no representan más que una parte del ciclo
total del agua, pero aun así en Hidrogeología se deben tener presentes todos los
demás aspectos del ciclo hidrológico.

Los océanos son los inmensos depósitos de los cuales procede toda el agua del
ciclo hidrológico y a los cuales retorna, aunque bien es verdad que no todas las
partículas de agua recorren el ciclo hidrológico de una manera completa.

El agua en el suelo puede ser absorbido por las plantas y luego se transfiere a la
atmósfera por un proceso llamado transpiración. El agua del suelo se evapora hacia la
atmósfera; estos procesos son colectivamente conocidos como evapotranspiración.

De esa agua en el suelo, algo se filtra hacia abajo en una zona de rocas porosas que
contienen agua subterránea. Los acuíferos son una capa de roca permeable, capaz
de actuar como reserva, transmisor, y proveedora de cantidades significativas de
agua.
Infiltración y recarga de acuíferos

El primer paso en la etapa subterránea del ciclo es la infiltración, el agua percolada puede
seguir dos caminos. Uno, permanecer en el suelo hasta ser devuelta a la atmósfera por
evaporación directa, por transpiración de las plantas o bien ir hacia abajo hasta llegar al
nivel de aguas freáticas a juntarse con el resto del agua del subsuelo.

Tanto la infiltración como la recarga del agua del subsuelo, se ven afectadas de manera
complicada por las variaciones en la precipitación y por las diferencias que hay en las
rocas en cuanto a las facilidades de infiltración.

Bajo condiciones de precipitación y clima comparables, la infiltración y recarga de los


acuíferos difieren grandemente de un lugar a otro de acuerdo con las diferencias en la
facilidad de infiltración.

Esas diferencias son debidas a la morfología, litología, estratigrafía, estructura, textura,


espesor del suelo y a la cubierta vegetal.

Balance hidrológico

Todo fenómeno cíclico implica una igualdad de pérdidas y de ganancias, de entradas y de


salidas en el sistema, por lo que el balance del agua podrá representarse por la siguiente
igualdad:

P = Ev + R + I P = precipitación
P = Totalidad de las precipitaciones ET = evapotranspiración
Ev = Evapotranspiración Esup = escorrentía superficial
R = Escorrentía superficial Esub = escorrentía subterránea
I = Infiltración ΔV = almacenamiento (negativo o
positivo)

P = ET + Esup + Esub + V

La infiltración representa la cantidad de agua que penetra en el subsuelo, donde pasa a


alimentar las aguas subterráneas. Esta infiltración puede ser directa a partir de las
mismas precipitaciones o indirecta a partir de los ríos, embalses y de otras aguas
superficiales. La infiltración está condicionada por:

- Tipo de rocas: Permeabilidad y estructuras de los acuíferos


- El clima: Pluviometría de la región, evaporación, etc…
- Topografía
- Vegetación
- Extensión de la cuenca receptora o de recarga

En Hidrogeología, la infiltración media interanual (recarga) es el factor más importante del


ciclo del agua y también el más difícil de evaluar. Puede medirse por métodos directos,
sumando los caudales medios anuales de las fuentes de drenaje y de las captaciones de
una cuenca hidrogeológica (descarga), o bien, por métodos indirectos una vez conocidos
los demás elementos hidrológicos: Precipitaciones, escorrentía y evapotranspiración.

Dentro de estas rocas el agua infiltrada alcanza grandes profundidades, dependiendo de


su espesor y su estructura, constituyendo un acuífero o embalse subterráneo cuyas aguas
pueden quedar retenidas, lateralmente y en profundidad, por rocas impermeables que
impiden la infiltración a otros niveles más profundos o la circulación lateral a otros
acuíferos.

Nivel de aguas freáticas y faja de capilaridad

El agua subterránea circula a través de las cavidades de las rocas permeables con una
velocidad proporcional al tamaño de los conductos y a la presión a que se encuentre
sometida, finalmente se almacena saturando todos los orificios y alcanzando un cierto
nivel próximo a la superficie llamado “nivel freático”.

El nivel freático local se acomoda al relieve topográfico, de tal forma que no debe ser
considerado como una superficie plana totalmente horizontal, situándose a mayor
profundidad en las elevaciones del terreno y aflorando en los valles por donde circula el
agua superficial: Por lo general, el nivel freático local coincide con el nivel del agua de los
pozos, lagunas y de los ríos próximos.

Recursos y reservas hidrológicos

Se considera como recurso de un acuífero al caudal medio (en litros/seg.) que sale por
sus desagües naturales (manantiales) al cabo de un año. Es decir, la recarga hidrológica
interanual que el acuífero saturado descarga de modo natural. Se trata de un recurso que
es renovable con las precipitaciones anuales y que se puede extraer sin producir una
sobreexplotación del acuífero.

Se llaman reservas, en sentido amplio, al volumen total de agua (en Hm3.) existente en
un acuífero y que se puede extraer, desde uno o varios pozos, produciendo una
sobreexplotación y deprimiendo el nivel freático del mismo.
Relación entre agua superficial y agua subterránea
7.3 Tipos y clasificación de acuíferos
Se denomina acuífero a aquellas formaciones geológicas que almacenan y liberan agua,
con la particularidad, del carácter móvil y renovable de las aguas que llegan y saturan el
medio permeable, permitiendo que el hombre pueda extraerla y aprovecharla en
cantidades económicamente apreciables para sus necesidades.

En general, se conoce como acuífero a aquellas formaciones geológicas, que estando


completamente saturadas, son capaces de almacenar y transmitir cantidades importantes
de agua. Por lo tanto los acuíferos, se caracterizan por poseer una permeabilidad
significativa así como por una extensión y espesor considerables.

Clasificación de acuíferos

Las diferentes formaciones geológicas se pueden clasificar en función de su capacidad de


almacenar y transmitir agua. De esta forma se habla de:

a) Acuíferos: Son aquellas formaciones geológicas capaces de almacenar y transmitir


agua.
b) Acuitardos: Son aquellas formaciones semipermeables que, conteniendo agua
incluso en grandes cantidades, la transmiten muy lentamente.
c) Acuicludos: Consiste en aquellos estratos o formaciones porosas pero
impermeables y que por lo tanto, pueden almacenar agua pero no transmiten a su
través.
d) Acuifugos: Serian rocas con porosidad nula, y por lo tanto, incapaces de
almacenar y transmitir agua

Es más correcto referirse a los acuifugos y acuicludos como formaciones de baja o muy
baja permeabilidad en lugar de como formaciones impermeables.

Factores importantes:

• Capacidad de almacenar agua (porosidad y otros factores)

• Cualidad de transmitir agua (permeabilidad y otros factores)

Capacidad de Capacidad de Formaciones


almacenar transmitir características
Acuíferos Alta Alta Gravas, Arenas,
Calizas
Acuitardos Alta Baja Limos, Arenas
limosas y Arcillosas
Acuicludos Alta Nula Arcillas

Acuifugos Nula Nula Granitos, Gneises,


Mármoles
Según sus características litológicas los acuíferos se clasifican en:

Detríticos: Se localizan en materiales geológicos cuyo origen está en relación con los
procesos de erosión, arrastre y sedimentación. Poseen permeabilidad primaria por
porosidad intergranular, que es función de factores como tamaño y homogeneidad del
grano, grado de compactación, presencia o ausencia de cementación.

En estos materiales la permeabilidad puede verse muy disminuida como


consecuencia de la componente arcillosa, pero aun así, su interés como formación
almacén puede ser muy importante.

Acuíferos en materiales volcánicos: Se trata de formaciones en las que el carácter


predominante es el de su elevada permeabilidad.

Acuíferos en rocas ígneas y metamórficas: Se trata de materiales cuya


permeabilidad primaria es muy reducida. Sin embargo, este carácter de acuífugos se
ve modificado frecuentemente por la presencia de discontinuidades que aportan a las
rocas una permeabilidad secundaria nada despreciable, y que da lugar a acuíferos
heterogéneos, de pequeñas reservas y recursos, pero que pueden resolver
problemas de abastecimiento de pequeños núcleos urbanos.

Acuíferos kársticos: Desarrollados fundamentalmente sobre rocas carbonatadas,


aunque también pueden albergarlos formaciones evaporíticas.

Tipos de acuíferos

1.- Acuífero libre

Los acuíferos libres, son aquellos en el que el nivel superior de saturación se


encuentra a la presión atmosférica. A la superficie piezometrica de un acuífero libre se
denomina superficie freática. Por esta razón, los acuíferos libres son también
conocidos como ‘acuíferos freáticos’.
2.- Acuífero confinado o cautivo

Los acuíferos confinados o (acuíferos cautivos) corresponde a formaciones


geológicas permeables, completamente saturadas de agua, confinadas entre dos
capas o estratos que podemos asumir como impermeables, ya sean acuifugos o
acuicludos. En este tipo de acuífero, el agua que contienen está sometida a cierta
presión, superior a la atmosférica.

Al perforar un pozo en un acuífero confinado, el agua ascenderá rápidamente por


el pozo hasta alcanzar la posición del nivel piezometrico del acuífero en dicho
punto. El nivel que alcanza el agua en el pozo no se corresponde con un nivel
freático, sino con el nivel piezometrico, la cual se puede definir como aquella
superficie ‘virtual’ que nos marca la posición a la que llegaría el agua en los pozos
si estos penetrasen en la formación confinada.

3.- Acuíferos semiconfinados

Los acuíferos semiconfinados corresponden a situaciones similares a las que


presenta los acuíferos confinados pero con la particularidad de que el estrato
confinante corresponde a un acuitardo, en lugar de un acuifugo o acuicludo. Por lo
tanto los acuíferos semiconfinados pueden recibir una cierta recarga, también
llamada goteo, a través de las capas semipermeables que lo confina.

Por último, se habla de acuíferos colgados, para hacer referencia a


acumulaciones de agua subterránea de escasa continuidad lateral situadas por
encima del nivel freático principal. Este tipo de acuíferos deberán corresponder, en
sentido estricto, a alguno de los tres tipos de acuíferos citados anteriormente.

Con cierta frecuencia, estos acuíferos colgados son los responsables de la


alimentación de pequeños manantiales, los cuales, suelen presentar fuertes
variaciones estacionales de caudal.

Según el tipo de permeabilidad:

- Acuíferos de medios porosos:

Se encuentran en los sedimentos detríticos (gravas, conglomerados, arenas y


areniscas), presentan unas excelentes condiciones para almacenar y transmitir el
agua, aunque las velocidades de esta son, por lo general, bajas. Ej. La cuenca del
Alagón, la fosa del Tajo- Tietar, la depresión del Guadiana.

- Acuíferos de medios fisurados:

Se localizan en las fracturas de las rocas metamórficas precámbricas y paleozoicas


(pizarras, esquistos, cuarcitas, etc…), las cuales han sido consideradas como
impermeables, pero actualmente con el avance de las técnicas de perforación en
rocas duras se ha demostrado la existencia de un complejo medio acuífero fisurado
muy anisótropo. Ej. Las rocas de la penillanura extremeña.
- Acuíferos de medios kársticos:

Se trata de grandes embalses subterráneos cuyas aguas circulan y se almacenan


dentro de las cavidades de las formaciones rocosas calcáreas (calizas y dolomías),
las cuales tienen una porosidad secundaria originada por disolución, presentando
canales y cavernas de gran tamaño que cuando se saturan de agua constituyen
acuíferos muy importantes. Ej. El Calerizo de Cáceres, la Sierra de Alconera, etc.

Nivel piezométrico

Nivel piezométrico o Superficie piezométrica (superficie virtual): valor de la cota


que alcanza el agua cuando se libera a la presión atmosférica.
El nivel piezométrico en los tipos de acuífero

Cuencas hidrogeológicas

La geología interviene mediante dos factores en la presencia del agua


subterránea:
-La naturaleza de las rocas, que determina la permeabilidad del acuífero.
-La estructura de los acuíferos que condiciona la circulación subterránea.
La cuenca hidrogeológica es “la unidad estructural que almacena un manto
acuífero “, por consiguiente, de ella dependerá la circulación subterránea y las
reservas.
Ejemplo: Una cubeta sinclinal, sería el típico caso de una cuenca hidrogeológica,
como el Calerizo de Cáceres.
La circulación del agua subterránea en el interior de una cuenca hidrogeológica
queda delimitada por la presencia de las rocas impermeables que constituyen el
substrato regional y por los accidentes geológicos: fallas, estratificación, etc., que
condicionan la disposición y la profundidad del basamento impermeable.

Parámetros hidrogeológicos

Considerando los acuíferos como sistemas que poseen un cierto funcionamiento,


regulado por la recarga y las extracciones, se comprende que deben poseer unas
ciertas características fundamentales de las cuales dependen. Estos parámetros
son: La porosidad, la permeabilidad y la transmisividad.

Porosidad

La porosidad de un terreno se define como la relación (%) entre el volumen de


huecos y el volumen total del terreno que los contiene: P = Vh/Vt x 100.

La porosidad depende de un gran número de factores entre los que cabe destacar:

- Naturaleza del terreno

- La uniformidad granulométrica de sus componentes

- La disposición y forma de las partículas

- Grado de cementación o compactación


- Efectos de la fisuración, disolución, meteorización, etc…

Permeabilidad

Es la capacidad de un terreno de permitir el paso del agua a su través. La


permeabilidad es el factor más importante de las rocas en relación con la
explotación de sus aguas subterráneas. Depende de:

- Tamaño de los huecos interconectados (poros, fracturas, etc.)

- La granulometría de las partículas rocosas

- Naturaleza y rugosidad de la superficie de estas partículas

- La dirección dentro del terreno (anisotropía).

Los materiales granulares bien clasificados (gravas y arenas) tienen unas


elevadas porosidad y permeabilidad; en cambio, en las arcillas y los limos el agua
se adosa a los diminutos poros por atracción iónica y queda retenida, es decir, son
rocas muy porosas pero resultan impermeables.

Clasificación Gravas Gravas Arenas Limos Arcillas


Geológica limpias y arenas finas
gruesas
Clasificación Buen Acuífero Acuífero Acuitardo Impermeable
Hidrogeológico pobre
Transmisividad

El concepto de transmisividad se define como “el caudal que se filtra a través de una
franja vertical de terreno, de ancho la unidad y de altura igual a la del manto permeable
saturado de agua, bajo un gradiente hidráulico unidad y a una temperatura fija
determinada”.

Si E es el espesor saturado de la formación permeable, la transmisividad es igual al


producto de la permeabilidad por dicho espesor: T = P x E.

Desde el punto de vista hidrogeológico, la transmisividad tiene más importancia que la


permeabilidad, porque así como ésta (P) es una característica constante del terreno que
deja pasar el agua, lo que no implica que la contenga, aquella (T) depende de la altura o
espesor del manto acuífero saturado.

Transmisividad = permeabilidad espesor


No solo incluye la permeabilidad sino también la geometría del acuífero.

Coeficiente de almacenamiento Coeficiente de almacenamiento

Coeficiente de almacenamiento S representa el Coeficiente de almacenamiento, S,


representa la capacidad para liberar agua en un acuífero.

S es el volumen de agua que es capaz de liberar un prisma de base unitaria y de altura la


del acuífero, cuando desciende 1 m el nivel piezométrico (ver porosidad eficaz)
piezométrico (ver porosidad eficaz).

Flujo de agua

Ley de Darcy:

v = k ∙ i = k ∙Δh/L

v: Velocidad [m/s]

k: Permeabilidad [cm/s]

i: Gradiente Hidráulico [‐]

Q=v∙A

Q: Caudal [m3/s]

A: área [m2]
Clasificación de las aguas subterráneas

Existen numerosas clasificaciones de las aguas subterráneas: Por su origen,


tiempo de contacto con el acuífero, composición química, etc., que sólo dan una
información general con vistas a su uso doméstico, urbano, industrial o agrícola.

Aguas meteóricas o recientes: Son de origen atmosférico y tienen una


composición isotópica similar a la del agua de lluvia.

Aguas fósiles: Son las que han estado almacenadas durante mucho tiempo en el
interior de los acuíferos cautivos. Tienen, en general, un contenido en sales muy
elevado, por el largo tiempo de contacto con el terreno.

Aguas juveniles: Son aquellas que proceden directamente del interior de la


corteza y que no han estado antes en la superficie. Son de origen magmático y se
desprenden durante las emisiones gaseosas volcánicas. Suelen tener elevadas
temperaturas y por ello, contenidos anormalmente altos de S, F, Li, SiO2 y CO2.

Aguas minerales: Son aguas de composición química muy variada, pero que se
caracterizan por poseer elementos químicos en disolución en grandes cantidades.
Algunas están relacionadas con los fenómenos magmáticos profundos, por lo que
muchas veces son termales y por esta razón tienen gran cantidad de sales
solubles.

Aguas saladas o salmueras: Son de origen marino en su mayor parte, pero su


larga permanencia dentro de las rocas les confiere una composición diferente a la
original. Al atravesar niveles arcillosos muy potentes pierden gran cantidad de sus
sales, aunque conservan todavía una elevada concentración de ellas por lo que no
tienen interés para el consumo humano.

RELACIÓN ENTRE AGUAS SUBTERRÁNEAS Y SUPERFICIALES

Los manantiales:

Un manantial puede definirse como un punto de la superficie del terreno que de


modo natural descarga a la superficie una cantidad determinada de agua,
procedente de un acuífero o embalse subterráneo. La descarga de estos acuíferos
no se efectúa únicamente mediante los manantiales sino que también puede
producirse mediante evaporación al estar en contacto la zona saturada con la
superficie del terreno. En ocasiones, la descarga del embalse subterráneo se
realiza mediante la evapotranspiración de las plantas cuyas raíces alcanzan la
zona saturada.
Los términos fuente y manantial son sinónimos, si bien el primero puede referirse
también a las captaciones subterráneas y el uso del segundo se reduce
exclusivamente a las surgencias naturales.

Clasificación de los manantiales:

Existen numerosos tipos de clasificaciones según el aspecto que sea considerado:


El tipo de materiales geológicos que constituyen el acuífero, la estructura del
terreno, el régimen del caudal o según la composición química y la temperatura de
sus aguas.

Manantiales de ladera: Se producen en el punto donde la superficie inclinada del


terreno intercepta o corta una capa permeable. Suelen encontrarse en las
proximidades de la zona de contacto entre las formaciones permeables e
impermeables. Estos manantiales no proporcionan grandes caudales, dado el
reducido tamaño del embalse subterráneo que drenan.

Manantiales de valle: Se producen en las depresiones o en los valles en los que


el límite superior de la zona saturada (nivel freático) alcanza la superficie
topográfica.

Manantiales intermitentes: Son aquellos en los que su caudal pasa de ser muy
escaso o nulo a ser muy importante durante breve tiempo, debido a que la
descarga se hace a través de un sifón. Estos manantiales son exclusivos de las
formaciones calcáreas carstificadas.

Manantiales de fractura: En las rocas ígneas y metamórficas la circulación y el


almacenamiento de agua se hace fundamentalmente a través de las zonas
fracturadas (fallas y diaclasas). Por lo general estos manantiales son de pequeño
caudal y se extinguen en verano cuando se descarga el agua almacenada a lo
largo del plano de fractura.

Relaciones entre las escorrentías superficial y subterránea.

El agua de los manantiales va a parar, directa o indirectamente, a un curso


superficial. Los caudales que los ríos llevan proceden en gran medida de la
escorrentía de las aguas de lluvia y del deshielo de la nieve, pero también incluyen
las aguas que han circulado por el interior de las rocas del subsuelo sin llegar a
alcanzar la zona saturada de los acuíferos subterráneos.
Para estudiar la aportación de agua subterránea que puede realizar un acuífero a
un río, o al contrario, la recarga que un embalse subterráneo puede recibir de un
curso de agua superficial, es fundamental conocer el tipo de conexión hidráulica
que hay entre ambos. Este vendrá dado principalmente por dos factores:

PROSPECCIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS

Métodos de prospección de aguas subterráneas.

Entendemos por prospección de aguas subterráneas el conjunto de trabajos de


investigación que permiten la localización de acuíferos o embalses subterráneos
de los que se puede obtener agua en cantidad y calidad adecuada para un
determinado fin.

Métodos geológicos

Antes del comienzo de los trabajos de campo, el hidrogeólogo debe consultar la


cartografía geológica de la zona donde se indica la naturaleza litológica de los
diferentes afloramientos rocosos así como sus características estratigráficas y
estructurales.

La interpretación del mapa geológico se basará fundamentalmente en la


identificación de las formaciones rocosas permeables y de las impermeables, sus
límites, las principales unidades hidrogeológicas, fracturas principales, zonas de
recarga y descarga hidrológica, etc…

La realización de perfiles y cortes geológicos son muy útiles para adquirir una
visión adecuada de la geometría de los acuíferos, su espesor y situación del nivel
piezométrico.

El estudio de las fotografías aéreas constituye también un excelente instrumento


para la cartografía geológica porque pone de relieve aspectos difíciles de ver
sobre el propio terreno: Grandes fracturas, zonas de drenaje, la red fluvial, etc.
Métodos geofísicos

La aplicación de la prospección geofísica nos ayuda a conocer la distribución de


los materiales en el subsuelo así como su naturaleza, analizando la variación de
las propiedades físicas de las rocas con la profundidad. Los métodos de
prospección geofísica que se aplican en hidrogeología servirán siempre de apoyo
y colaboración a los estudios geológicos previos, para determinar la existencia y
distribución aproximada del agua en los terrenos permeables.

Los métodos geofísicos más efectivos en la prospección de las aguas


subterráneas son:

El método eléctrico, que mide la variación de la resistividad de las diferentes


rocas con la profundidad. Cuando las rocas son muy resistivas carecen de poros o
fisuras que puedan estar saturados en agua. Sin embargo, cuando existen aguas
subterráneas acumuladas en los huecos de las rocas, la resistividad será mucho
más baja, debido a que el agua, por la presencia de sales disueltas en ella, actúa
como un conductor.

Es decir, a efectos hidrogeológicos, una baja o nula porosidad de las rocas se


manifiesta por una elevada resistividad. Así mismo, si la roca se encuentra sobre
el nivel freático, o no contiene agua, su resistividad será también elevada. Pero si
la resistividad es muy baja, el agua almacenada tendrá un elevado contenido en
sales, o las rocas son arcillosas e impermeables.

El método gravimétrico, estudia las anomalías de la gravedad en la superficie


terrestre a fin de deducir zonas muy compactas e impermeables, con anomalías
positivas, y zonas porosas o fracturadas permeables con anomalías negativas por
defecto de masa. Es útil para determinar la existencia de fallas importantes o de
grandes cavidades kársticas saturadas de agua.

El método electromagnético, estudia la influencia del terreno sobre un campo


electromagnético artificial. Puede aplicarse desde aviones y recientemente,
comienza a utilizarse en estudios hidrogeológicos regionales. Es un método que
tiene grandes posibilidades en un futuro no muy lejano, especialmente para
prospecciones donde no es necesario llegar a profundidades superiores a los
veinte metros.
7.4. Acuíferos en materiales no consolidados
En las zonas alejadas de los grandes cauces fluviales las necesidades de agua se
suelen satisfacer con el aprovechamiento de manantiales o practicando pozos que
permiten el acceso al agua almacenada en las cavidades de las rocas existentes
en el subsuelo. También puede contaminarse, lo cual es indeseable, si entra en
contacto con sustancias ajenas a su composición.

Las fuentes principales de agua subterránea son la lluvia y la nieve que se filtran a
través del suelo. En segundo lugar podemos citar las aguas que se filtran hacia el
subsuelo, procedentes de ríos y lagos situados sobre materiales más o menos
porosos. Durante el proceso de filtración las aguas van recogiendo sustancias
disueltas o en suspensión dependiendo de la naturaleza de los materiales que
atraviesan las aguas, materiales filtrantes.

Las rocas consolidadas son, por lo general, menos porosas que los materiales no
consolidados, aunque, si se encuentran fracturadas, permiten el paso de fases
fluidas (líquidos y gases).

En los sedimentos no consolidados la porosidad depende del tamaño de grano, de


modo que cuanto mayor sea éste, más poroso serán. Como la porosidad es el
porcentaje de espacio vacío entre los granos de un material respecto del volumen
total, cuanto más heterogéneo sea el tamaño de grano, menos poroso será y, en
cambio, cuando todos los granos tengan tamaños parecidos, la porosidad será
máxima.

Rocas sedimentarias no consolidadas:

Las gravas y arenas sin compactar que se encuentran a lo largo y ancho de las
vegas de inundación de los ríos extremeños, son sedimentos muy permeables y
su sistema hidrológico está íntimamente relacionado con el del cauce fluvial que
los origina. Casi sin excepción, será posible obtener caudales del orden de cinco a
diez litros/segundo en casi todos los aluviones de los ríos permanentes
extremeños, con una zona saturada de agua de uno a diez metros de profundidad.

Algunas poblaciones próximas a ellos se abastecen de estos acuíferos, mediante


pozos de drenes radiales, “tipo Fehlmann,” que pueden proporcionar caudales de
hasta cien litros/segundo. Es el caso de Navalmoral de la Mata y Mérida, que se
abastecen de los aluviones de los ríos Tietar y Guadiana respectivamente, aunque
la calidad de sus aguas es muy deficiente debido a su conexión directa con las
contaminadas aguas superficiales de estos dos ríos.
Su permeabilidad es debida fundamentalmente a porosidad primaria intergranular.
Por lo tanto estos acuíferos estarán constituidos por aquellas formaciones
geológicas de carácter detrítico cuyo componente mayoritario son partículas de
tamaño como mínimo arenas. De esta forma, cuando se habla de acuíferos
detríticos no consolidados se está haciendo referencia a depósitos sedimentarios
dominados por arenas, gravas, arcosas, areniscas, conglomerados, etc.

En teoría, cualquier formación sedimentaria no consolidada que cumpla los


requisitos comentados anteriormente es capaz de construir un acuífero. Por lo
tanto cabria hablar de acuíferos en formaciones de origen aluvial y fluvial, glaciar y
periglaciar, deltaico, eólico, etc.

 Formaciones de origen eólico forman acuíferos de alta permeabilidad y


extremadamente homogéneos debido a sus características granulométricas
muy bien seleccionadas.
 Formaciones de origen glaciar se puede realizar la misma estimación en
cuanto al alto grado de especificidad.
 En cuanto a los depósitos aluviales y fluviales, y en especial los más
recientes suelen tener un interés especial puesto que suelen estar
conectados con los sistemas fluviales y aluviales funcionales en la
actualidad. Además, las terrazas fluviales de los grandes ríos son zonas
donde han proliferado núcleos de población importante.

Se muestra un bloque diagrama que esquematiza las principales partes de un


sistema aluvial, así como sus facies sedimentarias, tanto en planta como en la
vertical.
Acuíferos en formaciones rocosas: La principal característica de acuíferos es
que su permeabilidad es debida fundamentalmente a porosidad secundaria, ya
sea por fisuracion, por disolución o por ambos motivos. Por lo tanto estos
acuíferos estarán constituidos por aquellas formaciones geológicas consolidadas,
que en ausencia de fracturación significativas los clasificaremos como acuifugos.
Sin embargo, cuando estas formaciones presentan un grado de fracturación y/o
disolución importante constituyen acuíferos que pueden llegar a presentar altas o
muy altas permeabilidades. Ejemplo, formaciones geológicas rocosas susceptibles
de construir acuíferos son las formadas mayoritariamente por calizas, dolomías,
areniscas, granitos y basaltos, entre otras.

Dentro de los acuíferos en formaciones geológicas rocosas podemos distinguir


dos tipos principales:

a) Acuíferos fisurados o fracturados: Que son los que se forman en


formaciones rocosas consolidadas cuya permeabilidad es debida al
desarrollo de un sistema de fisuras o fracturas.
b) Acuíferos Kársticos: Que son aquellos que se forman en macizos
rocosos que presentan un sistema Kárstico (y en especial
endokarstico) bien desarrollados.
7.5. Acuíferos en rocas ígneas
Las rocas volcánicas tienen características muy dispares en cuanto a sus
características hidrogeológicas se refiere. Se pueden encontrar, por poner algunos
ejemplos desde basaltos sumamente compactos a otros muy fisurados, o tobas muy
porosas pero prácticamente impermeables.

Rocas intrusivas, plutónicas o cristalinas

Las rocas ígneas intrusivas (también llamadas plutónicas o cristalinas) se forman a


partir del lento y progresivo enfriamiento de un magma en el interior de la corteza
terrestre. Los minerales más frecuentes son el cuarzo, los feldespatos, las micas, los
piroxenos y los anfíboles. Las tres rocas más comunes de este tipo son: el granito, la
sienita y la diorita.

Estas rocas son permeables en las zonas donde las fisuras están abiertas.
Normalmente el ancho de las fisuras y por lo tanto la permeabilidad decrecen con la
profundidad.

Rocas graníticas:

Aproximadamente una quinta parte de los terrenos extremeños están formados por
rocas cristalinas: granitos, granodioritas, dioritas, gabros, etc. En su conjunto estas
rocas son muy impermeables y no tienen capacidad para almacenar aguas
subterráneas porque carecen de porosidad primaria.

Sin embargo, algunas captaciones construidas en estas rocas suministran caudales


medios reducidos (0,5 l/seg.). El agua procede principalmente de las zonas
superficiales arenizadas (jabre), o bien de fracturas más profundas. Tanto la
meteorización como la densidad de fracturación son más intensas cerca de la
superficie y decrecen progresivamente al aumentar la profundidad, con lo cual no por
mucho profundizar en estas rocas obtendremos más agua.
7.6. Acuíferos en rocas sedimentarias
Según sus propiedades hidrogeológicas, existe una gran variedad de rocas
sedimentarias, y forman los acuíferos más importantes. Pueden presentar varios tipos de
intersticios y poseen un rango muy grande de permeabilidad. La permeabilidad puede ser
anisótropa, de modo que la modelación del flujo subterráneo regional y el movimiento de
los contaminantes y trazadores son muy complicados.

Las rocas sedimentarias presentan notables diferencias entre unas y otras, al tratarse de
materiales consolidados:

Las sedimentarias detríticas (conglomerados, areniscas), originadas a partir de la


compactación de sedimentos sueltos, pueden o no constituir buenos acuíferos
dependiendo del tamaño de las partículas, su grado de compactación y cementación, el
tipo de cemento, etc.

(Conglomerado)

(Arenisca)

Entre las Sedimentarias de tipo químico, las calizas tienen una enorme importancia como
rocas en cuyo seno se sitúan importantes acuíferos. Formadas casi exclusivamente por
carbonato cálcico, las calizas son rocas insolubles en agua y, en principio, muy poco
permeables. Pero poseen frecuentemente numerosas superficies de discontinuidad en
forma de planos de estratificación, diaclasas, grietas y fisuras, a favor de las cuales las
aguas pueden infiltrarse.
7.7. Acuíferos en rocas metamórficas
Las rocas metamórficas son rocas ígneas o sedimentarias que han experimentado
profundas transformaciones físicas y químicas, dando lugar a cambios en la propia
estructura de la roca, ajustándose a las nuevas condiciones de presión, temperatura y
posibles aportes químicos.

Ejemplo: pizarras, esquistos, migmatitas, gneis, mármoles, etc.

Las rocas metamórficas son normalmente permeables en la zona donde las fisuras están
abiertas. Éstas se forman por meteorización a una cierta profundidad. Los gneis ácidos
que contienen cuarzo (por ejemplo, el granito) están sujetos a meteorización, dando lugar
a aluviones arenosos. Las calizas (carbonatos) metamórficas cristalinas son propensas a
sufrir certificación, de manera que suelen contener agua subterránea kárstica.

Las posibilidades de formar acuíferos en estas rocas quedan reducidas a las


zonas alteradas superficialmente o fracturadas por fallas o diaclasas. Las rocas
volcánicas pueden constituir o no importantes acuíferos, su comportamiento está
entre las rocas consolidadas porosas y las fracturadas.

Dimensiones geométricas

Cuando se realiza el estudio de un acuífero, es conveniente conocer, al menos de


forma aproximada, las dimensiones geométricas de la formación geológica que lo
contiene. En las rocas cristalinas suele ser mucho más importante la influencia de
la meteorización y/o la fracturación que las dimensiones de la formación geológica.
En rocas metamórficas, especialmente si han sufrido intensos procesos de
plegamiento, es muy difícil reconstruir su geometría de detalle.
La meteorización

Los procesos físicos (gelifracción, descompresión, expansión térmica) y químicos


(hidrólisis, disolución, oxidación), a los que se encuentran sometidas las rocas y
sus minerales, hacen que los mismos se transformen en fragmentos de menor
tamaño o en otros minerales. La meteorización química no depende sólo de la
litología sino también de las condiciones climáticas, y tendrá mayor influencia
mientras más cálido y húmedo sea el clima. La meteorización química de
feldespatos, piroxenos y anfíboles, conduce siempre a aumentar la porosidad y a
menudo también, la permeabilidad. No obstante, a veces los productos arcillosos
procedentes de la meteorización pueden dar lugar a una reducción de la
permeabilidad.

La fracturación

La fracturación de las rocas puede deberse a fallas o diaclasas, según si los


bloques separados por el plano de fracturación se encuentren o no desplazados
macroscópicamente, uno respecto del otro. A veces lo que separa los dos bloques
no es un plano sino una zona de milonita o de roca machacada.

Porosidad

No existen demasiados datos precisos sobre la porosidad total o eficaz en este


tipo de formaciones geológicas. Con frecuentes los datos sobre la porosidad total
obtenida en laboratorio mediante ensayos en probetas no meteorizadas de
reducido tamaño que indican una porosidad menor del 3% y casi siempre, menor
del 1%.
7.8. Provincias hidrogeológicas de México

1.-Península de Baja California

Localización

La península comprende una superficie de 143,492 km2 y en ella quedan incluidas en su


totalidad los estados de Baja California y Baja California Sur, sus características es estar
constituida por montañas de forma irregular, con una orientación general noroeste-
sureste, y tiene a sus alrededores cuencas rellenas con materiales sedimentarios.

Clima

La temperatura media anual fluctúa de 16 °C en la zona costera a 21 °C en el desierto.

Hidrogeología

Las áreas montañosas, por sus alta elevación y precipitación, son las principales zonas de
recarga y donde se inician las corrientes superficiales más importantes que llegan hasta
las cuencas aluviales más bajas.
Las arenas y gravas aluviales, y la formación salada del Pleistoceno reciente constituida
por areniscas arcillosas, arenas, limos y arcillas de tipo marino, aluvial, eólico y deltaico,
representan los principales acuíferos en explotación.
2.-Planicies Costeras del Pacífico

Localización

Esta provincia hidrogeológica abarca una superficie aproximada de 104,491 km2 y


comprende la porción occidental de los estados de Sonora y Nayarit; limita al norte con el
valle de Yuma en los Estados Unidos, al oriente con la sierra madre occidental, y al sur y
poniente con el océano Pacífico.

Clima

Las condiciones climáticas varían de desérticas a semidesérticas; la temperatura media


anual cambia de 16 °C en la zona costera a 21 °C en el desierto, y alcanza los 38 °C en el
verano.

Hidrogeología

Las rocas que predominan son sedimentarias, metamórficas e ígneas; estas últimas
ocupan una gran área y suprayacen a antiguas superficies de erosión de rocas
sedimentarias y plutónicas, junto a los derrames volcánicos del Cenozoico, constituyen los
mejores acuíferos.

3.- Sierra Madre Occidental

Localización

Cubre aproximadamente 358,845 km2. Esta cadena tiene 1,500 km de longitud y es


esencialmente paralela a la costa occidental de México.
Clima

Las condiciones climatológicas de esta zona varían desde húmedo templado, con lluvias
todo el año en las partes altas de la sierra.

Hidrogeología

Los ríos que descargan en el Pacífico son virtualmente perennes y los cauces en la parte
baja son de gran longitud. Los principales ríos que fluyen hacia las cuencas aluviales del
norte y Mesa central son intermitentes, como el Conchos y el Nazas, con longitudes de
480 km y 400 km.

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