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11vo Paso: Determinación de las Necesidades de Agua

El manejo del agua y su aplicación en cultivos en envase, genera una serie de


problemas, debido a que el agua debe ser distribuida en muchos envases, cada uno
de los cuales tiene una planta cubriendo con sus hojas la superficie del suelo. Los
envases son generalmente colocados a diferentes distanciamientos y esto significa
que el agua debe ser aplicada de tal manera que alcance solo a los envases. Debido a
que los envases tienen una relativamente pequeña cantidad de suelo, deben ser
abastecidos frecuentemente con agua.

Otro factor es que los medios de crecimiento usualmente tienen un alto grado de
infiltración, lo que limita el movimiento lateral del agua dentro de la masa del suelo.
Cuando el agua es aplicada con rapidez, gran parte se mueve hacia abajo en un flujo
de saturación a través de los macroporos del medio y solo se logra un
humedecimiento parcial de la masa de suelo. Aplicaciones más lentas (gota a gota)
resultan en un humedecimiento mas completo del suelo.

La cantidad y fluctuación del agua, afecta la velocidad de crecimiento, la incidencia de


enfermedades radiculares, la salinidad del suelo, la eficiencia de laboreo y
eventualmente los costos de producción. El manejo del riego gobierna estas
cantidades y fluctuaciones. Un buen manejo requiere conocer los principios básicos de
las aplicaciones de agua, los movimientos hídricos en el suelo y del diseño de los
sistemas riego, su supervisión y control.

a. Infiltración del Agua

El agua aplicada sobre la superficie del suelo puede entrar al suelo o escurrirse sobre
él. La escorrentía ocurre cuando el agua fluye sobre la superficie mas rápido de lo que
puede penetrar en el suelo. Para prevenir la escorrentía debe haber una barrera física
como la que se obtiene al no llenar completamente un envase, lo que permite que el
agua penetre dentro del medio de crecimiento. La velocidad con la que el agua
penetra en el suelo se llama infiltración y puede ser determinada por el número y
tamaño de los poros del medio. El tipo de cultivo, el tipo de suelo y enmiendas como el
aserrín o la paja, afectan estas aberturas y por lo tanto la capacidad de infiltración del
agua. Para una rápida infiltración, se deben mantener una gran cantidad de
macroporos. La temperatura y la duración del riego también afectan la velocidad de
infiltración. Generalmente la velocidad de infiltración se incrementa con la temperatura,
pero disminuye cuando la duración del riego aumenta.

Una buena estructura del suelo puede ser destruida por la fuerza de las gotas de agua
que golpean el suelo, lo que rompe y dispersa sus agregados, formando una costra de
partículas finas que contiene muchas aberturas pequeñas. Para prevenir la formación
de estas costras, el agua debe ser aplicada lo más suavemente posible sobre la
superficie del suelo. Un buen diseño de riego y el uso de rompegotas para reducir la
velocidad del agua, permitirá que el flujo discurra suavemente sobre la superficie del
suelo.

b. Movimiento del Agua a través del Suelo

El flujo de agua a través de la masa del suelo depende de la gravedad y del


movimiento capilar desde las partículas de suelo húmedas hacia las secas. El suelo
retiene humedad debido a que el agua se adhiere a la superficie de las partículas de
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suelo y es retenida por capilaridad en los microporos. La capilaridad es causada por la


acción combinada de la tensión superficial y la adhesión. La tensión superficial es el
aumento de la cohesión entre las moléculas de agua. La gravedad es la fuerza que
actúa para mover el agua hacia abajo.

En el suelo el agua está casi siempre en movimiento hacia abajo, pero también va
hacia arriba cuando se evapora o hacia los lados cuando va de regiones húmedas a
secas. El agua fluye a través de los macroporos, y es rápido cuando el riego es
abundante.

c. Humedad Disponible

La cantidad de humedad disponible para las plantas es la cantidad que resta en el


suelo después que el flujo libre se detiene y que está por encima del punto de
marchitez de la planta. La textura del suelo, su uniformidad y la profundidad de la
columna del suelo tienen influencia sobre la disponibilidad de agua. La incorporación
de materia orgánica usualmente incrementa la cantidad de humedad disponible. Los
suelos de textura gruesa retienen menos humedad y almacenan una menor cantidad
de humedad que los suelos de textura fina.

CARACTERÍSTICAS DE LA HUMEDAD DEL SUELO EN ENVASES

Colocar suelo en un envase afecta fundamentalmente al movimiento del agua, la


cantidad de agua disponible y el desarrollo de la planta. Una parte del agua aplicada
sobre la superficie del suelo es retenida en los poros capilares y sobre la superficie de
las partículas, otra parte filtra a través de los poros no capilares.
Cuando el agua alcanza el fondo del envase, el flujo vertical cesa. Solo cuando las
fuerzas de gravedad de la columna de agua son mayores que las fuerzas de adhesión
y cohesión, se reinicia el flujo. Por lo tanto, por encima de la interfase suelo / aire en el
fondo del envase habrá una zona saturada de suelo. La zona de saturación depende
en gran medida de la textura del suelo y no de la altura de la columna de suelo. Por
ejemplo, cualquiera sea la profundidad de la columna de suelo, la cantidad de agua en
los 15 cm finales del envase será la misma. (Cuadro 35)

Cuadro 35. Contenido de Agua en la Mezcla de Suelo, Expresado en Porcentaje del


Volumen a Varias Profundidades, después de la Detención del Flujo Libre (drenaje)

Profundidad de la Columna de Suelo


Altura por encima
de la superficie
inferior 30 cm 60 cm 90 cm

0 – 15 58.6 54.8 59.5


15 – 30 34.4 34.7 36.4
30 – 45 - 29.1 31.4
45 – 60 - 26.9 29.8
60 – 75 - - 28.0
75 – 90 - - 26.8

Fuente: Davis,W.D., Besemer, S. y Close, D., 1964. Landscaping in Planters


without Natural Drainage. UC. Agr. Ext. Serv. AXT – 124
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Sin embargo, la disponibilidad de humedad para el crecimiento de la planta depende


de la altura de la columna del suelo. Esta columna necesita no ser vertical debido a
que es una conexión entre la superficie y la base del suelo.

En un volumen igual de suelo, hay una menor humedad disponible en un envase


profundo y estrecho que en uno superficial y amplio. Después del drenaje, el contenido
total de agua en 0.085 mt3 de una mezcla de arena y musgo en una columna de 0.91
mt de altura y de 0.09 mt2 de área es aproximadamente 0.03 m3. El mismo volumen de
suelo extendido en un envase de 0.15 mt altura y 0.55 mt2 de área, contiene 0.05 mt3
de agua cuando se detiene el drenaje. Esta diferencia se da por el efecto de
capilaridad marginal, donde el suelo por encima de la interfase de aire y suelo esta
esencialmente saturado. Por encima de esta zona, la retención de agua en el suelo
disminuye en la superficie del suelo.

En envases pequeños donde la profundidad del suelo es menor de 25 cm, el cambio


del fondo del envase no tuvo influencia en la cantidad de agua en el suelo.

MEDICION DE LA HUMEDAD DEL SUELO

Al margen del sistema de riego a utilizar, el productor debe decidir cómo y cuanto debe
regar. La frecuencia de riego está determinada por el tipo de planta, el tamaño del
envase y la retención de humedad del medio de crecimiento. La planta nunca debe ser
dejada sin agua disponible, pues puede retrasar su crecimiento o lo que es peor
causar la muerte del tejido radicular o la muerte de toda la planta. Además, muchos
medios, particularmente aquellos que contienen musgo, son difíciles de humedecer
una vez que se han secado.

Hay diversas maneras de decidir cuándo y cuanto regar en un vivero:

a. Método Visual y de Tacto

Este método necesita de la observación directa de la planta, poniendo particular


atención en los problemas de caída y cambios de color del follaje, que ocurren cuando
el cultivo comienza a deshidratarse. Se debe seleccionar uno o dos envases para
medir su peso o introducir un dedo dentro del medio de crecimiento para intentar sentir
que cantidad de agua ha sido removida. Para determinar con exactitud el contenido de
humedad, se necesita de mucha experiencia y es virtualmente imposible hacerlo
consistentemente, especialmente en operaciones a gran escala.

A pesar que este método puede afinarse para lograr una adecuada programación de
riego basado solo en el tiempo, existen numerosos problemas. Uno es que el sentido
del tacto no es una buena medida de la tensión o contenido de humedad. Cualquiera
que sea la agua disponible uno puede sentirla, mientras que la ausencia de agua se
siente solo cuando las tensiones no son buenas para el crecimiento de las plantas. En
general, la tensión de humedad está muy por debajo de las que coinciden con la
marchitez o el cambio de color previos a la marchitez deben ser mantenidos para un
optimo crecimiento. Si el riego está basado solamente en la apariencia de la planta o
la sensibilidad del suelo, las plantas estarán considerablemente sujetas al stress. Si
las plantas se adaptan al stress, será menos notorio aun cuando permanezca por
debajo del crecimiento óptimo.

Medir la humedad levantado algunos envases representativos para sentir su peso es


más real. Sin embargo, si no se tiene en cuenta las características del contenido de
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humedad del medio y no se tiene experiencia en relacionar los diversos contenidos de


agua del medio y su peso, este tipo de medición está sujeta a problemas. Además,
cuando se evalúe el peso del envase, el productor debe restar el peso de la planta y
tener cuidado en el porcentaje de arena, que es relativamente pesada. El peso fresco
de la planta también varía y debe ser sustraído del cálculo.

Figura 111. Método del Tacto

b. Método Gravimétrico

Una manera de determinar qué cantidad de agua tiene un envase es pesarlo, eliminar
el agua y luego pesarlo de nuevo. Desgraciadamente, esto no es posible mientras una
planta este creciendo en el envase, pues el procedimiento la mataría. De hecho, una
manera de eliminar toda el agua del medio es colocarlo en un horno. Mientras que
este método es útil para determinar las propiedades de medio, no puede ser usado
para medir con precisión el contenido de agua durante el cultivo.

Sin embargo, es posible utilizar el peso como una herramienta en la programación del
riego. Generalmente los cambios de peso por el crecimiento de la planta son mucho
más pequeños que los cambios de peso ocasionados por la pérdida de agua en el
envase. Por lo tanto, es posible pesar el envase diariamente y determinar cuánta agua
se pierde. Como se conoce el volumen y la capacidad de retención de agua del medio,
es posible rastrear el uso aproximado de agua. Sin embargo, existen riesgos de
inexactitud. Por ejemplo, cuando las raíces llenan el envase toman parte del espacio
que de otra manera estaría ocupado por agua. Por lo tanto, el volumen del agua
disponible disminuye cuando la planta crece. En plantas con exceso de raíces esto
puede ser significativo.

Existen balanzas especialmente diseñadas para el uso del control de riego. Sin
embargo nos son comúnmente usadas debido a sus ajustes frecuentes e
inexactitudes.
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Figura 112. Método Gravimétrico

c. Control del Reloj

El riego basado en el tiempo, involucra el uso de un reloj programable. Esto nos


permitirá determinar cuándo y cuanto regar. Esto funciona debido a que los sustratos
utilizados en un vivero tienen un alto poder de infiltración, lo que permite que el exceso
de agua drene rápidamente. Bajo estas circunstancias es posible que se riegue con un
programa fijo, sin importar si se hace antes de que lo necesite el cultivo y por más
tiempo del necesario. A pesar que esto genera una gran cantidad de agua
desperdiciada, muchos agricultores consideran que este gasto es un precio pequeño
por la seguridad de que las plantas siempre estén adecuadamente regadas y
fertilizadas.

La programación del riego se facilita con el uso de relojes eléctricos especialmente


diseñados para el control de las válvulas de riego. En cada estación se necesita hacer
ajustes en los tiempos de riego para reflejar los cambios de clima. Los relojes también
pueden ser utilizados en otros métodos de control de riego como el del tacto o el de
sensores.

d. Control a Base de Sensores

Es posible utilizar sensores para medir el contenido de humedad u otras


características relacionadas con el medio de crecimiento y utilizar esta información
para controlar la programación de riego. Existen diversos tipos de sensores, pero
actualmente el sensor más confiable para medir la humedad es el tensiómetro. Los
Tensiómetros son relativamente bajos en costo, y no se van afectados por las sales
(fertilizantes) en la solución de riego.

El tensiómetro consiste en un tubo con una punta de cerámica en uno de los extremos
y un manómetro en el otro. En sistemas automáticos, el manómetro esta abastecido
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con un transductor (dispositivo eléctrico que convierte un tipo de energía a otra) para
convertir la tensión (succión) en una señal eléctrica que pueda ser percibida por una
computadora. El tubo se llena con agua, y el aparato es sellado e insertado en el
suelo, donde la punta de cerámica llegue a la zona de raíces.

Una vez que el tensiómetro ha sido insertado en la zona radicular, se toma una lectura
de saturación. Los puntos altos y bajos de tensión están entre 1 y 5 kPa (kilopascal)
respectivamente. El punto de alta tensión representa la tensión a la cual se inicia el
riego. Durante el riego la tensión cae. Si el riego se hace a través de un sistema de
goteo, el tensiómetro puede ser usado para monitorear la tensión cuando cae. Una
vez que la tensión es de 1kPa por encima del punto de saturación, el sistema se
cierra.

Es muy importante el lugar de colocación del tensiómetro y la ubicación de la planta. El


principio básico es que el tensiómetro debe proporcionar una lectura representativa del
área. Por lo tanto, la punta de cerámica debe ser insertada correctamente dentro de la
zona radicular y la planta debe ser seleccionada por su alto promedio de consumo de
agua (planta mas grande, mayor área foliar, en una zona con sol, al borde de la cama,
con corrientes de aire, etc.).

Conversor analógico
Transductor digital

Gotero

Tensiómetro

Bateria
6v

Solenoide Tubo de goteo

Computadora
Agua

Switch

Transformador

Figura 113. Método a Base de Sensores

e. Control en Base a Módulos

Es posible calcular cuánta agua a utilizado un cultivo y luego regar para reemplazarla.
Una manera de lograrlo es colocar un tanque de agua (lisímetro) para medir el nivel de
evaporación. La evaporación de agua del tanque puede relacionarse con la
evapotranspiración (ET) del cultivo y desarrollar un programa de riego basándose en
esas medidas.

Evapotranspiración es un término que describe la pérdida de agua del suelo y


significa, en su definición más simple, que después de drenar el agua se pierde de la
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superficie del suelo por evaporación y de la superficie de las plantas por transpiración.
La evaporación adquiere mayor importancia cuando las plantas son pequeñas y la
superficie del suelo no está suficientemente cubierta por el follaje. Cuando la planta
crece, la perdida de agua por transpiración se incrementa notablemente.

Transpiración Riego

Lluvia

Evaporación
Escorrentía

Flujo Zona radicularf


sub-superficial
Flujo
Ascención Percolación sub-superficial
Capilar

Figura 114. Método a Base de Módulos

Existen computadoras que controlan muchas de las características del medio


ambiente de un vivero. Se han creado muchos modelos para el riego de cultivos
utilizando los datos recogidos por estas computadoras. Tan pronto los científicos
desarrollan modelos para el uso del agua en cultivos, los fabricantes de computadoras
implementan estos modelos en sus sistemas, proporcionando a los agricultores con un
amplio abanico de posibilidades de modelos para el riego. Estos métodos intentan
relacionar la cantidad de agua que ha perdido tanto la planta como el suelo con una o
más variables climáticas (temperatura, luz, etc.), para que el riego pueda ser
programado para reemplazar esa agua.

Existen varios métodos para determinar cuanta evapotranspiración ha ocurrido luego


del último riego. Estos métodos son solo posibles con riegos computarizados, debido a
que su estimación requiere del cálculo de una gran cantidad de datos registrados por
sensores. Un método suma las mediciones de luz a intervalos regulares. Una vez que
la suma alcanza un nivel especifico de luz, se inicia el riego. Cada cultivo tiene un nivel
específico de luz, el cual debe ser perfeccionado por cada agricultor.

Otro método estima el déficit de presión de vapor (DPV) en el aire y lo relaciona con la
tasa de evapotranspiración. El DPV mide básicamente cuánta agua puede ser tomada
por el aire. El DPV en conjunción con otras variables puede ser usado para estimar la
tasa de evapotranspiración a través del tiempo. Sin embargo, si se implementa
dejando de lado las variables luz, temperatura, velocidad del viento y área foliar, los
cálculos solo pueden servir como una aproximación gruesa que necesita de
modificaciones constantes.
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Cuando se use un método en particular es importante entender como han sido hechos
los cálculos y que variables han sido utilizadas en los programas. Los métodos que
basan sus cálculos de ET en las medidas de temperatura, luz, humedad relativa y
velocidad del viento tienen un gran potencial, pero se necesita del agricultor para que
el cultivo desarrolle.

En resumen, hay circunstancias bajo las cuales ninguno de los sistemas de riego o de
las estrategias de control funciona adecuadamente. Sin embargo, para cada cultivo o
método de cultivo, existe un sistema que generalmente es el mejor. Las principales
variables que determinan cual es mejor sistema, incluyen los costos de instalación y
mano de obra así como el grado en que cada sistema está capacitado para mantener
el cultivo en condiciones de humedad óptimas.

Antes de 1990 el agua estaba disponible a un costo relativamente bajo, y los


agricultores tenían poca presión para prevenir la polución y el gasto de agua. Por lo
tanto, los sistemas de riego por gravedad, con el consiguiente gasto de agua, eran los
mas prácticos. Sin embargo, hoy en día es factible modificar un sistema de riego por
aspersión por otro de goteo, especialmente para envases que están más espaciados.

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