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Buenas tardes a todas y todos los y las presentes, soy Maryvel Cruz Olguín,

pertenezco a un grupo de personas interesadas en la defensa de los


derechos de las mujeres, para nosotras este evento representa un triunfo
obtenido a fuerza de perseverancia y trabajo.

Y aunque para muchas y muchos hoy 8 de marzo, no sea más que un día
cualquiera, para las que componen este equipo de trabajo, es un día para
hablar, levantar la voz, gritar, concientizar. Luchar para ejercer e
institucionalizar el derecho que tenemos las mujeres a vivir sin miedo,
violencia, culpa, cargas, angustia e incertidumbre. En general, luchamos por
el derecho que tenemos a vivir con respeto, equidad, tolerancia, salud,
reconocimiento, goce y buen trato.

La actual campaña de conscientización está enfocada hacia la violencia


de género, en ésta exigimos el respeto que merecemos las mujeres al
circular por la calle, al trabajar o desenvolvernos en nuestras actividades
diarias, queremos centrarnos en a la necesidad de recibir un buen trato, de
hombres, mujeres, instituciones, autoridades, servidores(as) públicos,
transeúntes, transportistas, en fin un respeto de la sociedad en general.

Un respeto que se olvida y atropella cada vez que somos victimas de algún
delito, de esos en que más del 90% son sufridos por mujeres por ejemplo:
violencia familiar, abuso sexual, violación, acoso, violencia económica etc.

Estos delitos, la mayor parte de ocasiones, no son reconocidos como tal o


bien son minimizados, ya sea por autoridades, instituciones, personas que
rodean a la victima o, por la misma persona que los sufre, lo cual es
preocupante, indignante e inaceptable, pues al parecer acciones como
mirar de manera irrespetuosa, tocar, agredir verbal o físicamente a una
mujer en la calle, el hogar, la oficina, el transporte, la consulta médica,
durante la prestación de servicios públicos etc. Es un ejercicio considerado
como “natural”, sin serlo, común, sin importancia, en fin una travesura,
aunque nuestras leyes y el sentir de las mujeres que son violentadas diga que
es un delito.
Aunado a lo anterior, tenemos que la
legislación penaliza con más fuerza el robo de un samphoo que tocar a una
mujer en la calle, es un delito considerado como menor, es decir es más
grave robarte unos cacahuates que violentar, insultar y agredir a una mujer.
Además los trámites obstaculizan que se lleve acabo rápida y eficaz mente
un juicio justo, por ejemplo, antes de que el sujeto agresor sea sancionado,
la mujer tiene que comprobar el delito, ¿tienes huellas visibles en el cuerpo?,
¿testigos?, ¿video?, ¿fotos? Etc.

Muchas de nosotras hemos vivido algún tipo de violencia, no estamos aquí


para defender los derechos de gente extraña que vive en Tumbuctú, la
violencia emocional, sexual, física y económica están presentes en nuestra
sociedad y las vivimos todos los días, tu, yo, ella, las calles no son seguras a
ninguna hora del día para las mujeres, nuestros agresores no tienen un
horario único para hacerlo, lo hacen todo el tiempo, no necesitamos salir a
las 11 de la noche con una minifalda para ser agredidas, a las 12 del día y
con el pants más viejo y guango nos han agredido diciéndonos mamacitas
o tocándonos, o en casa nuestro esposo nos ha dicho gorda, fea, fodonga
etc.

En nuestro entorno la violencia parece algo muy natural, sin embargo no lo


es, es un acto conciente y decidido el cual podemos controlar. Sabemos
que forma parte de un problema social; mal de muchos… justificación de
tontos.

Yo defino la violencia como un acto de cobardía, ¿por qué?, porque no te


estas defendiendo de nada, estás atacando por que tu lo decides, y atacas
a alguien que crees inferior y eso es una cobardía, atacas y violentas a
quienes no tienen la posibilidad de defenderse.

Es por eso que hoy venimos a denunciar de manera pública los actos
violentos-cobardes que se cometen en contra de las mujeres. Consideramos
que es nuestro derecho y deber invitar a la denuncia publica ó anónima, la
violencia no debe ser algo que se oculte, pues eso es invisibilizarla y
entonces nos convertirnos en cómplices de ella.

Las que vivimos aquí parecemos estar estáticas pensando que la violencia
contra las mujeres solo existe y se ejerce en CD Juárez, pensar que aquí no
pasa nada es mentirnos y mentir a nuestras próximas generaciones.

La violencia de genero afecta a toda la sociedad, yo quisiera preguntar a


ustedes ¿cuantas veces han tenido que abogar para que su hijo no vaya a
parar a la procuraduría acusado de violentar a una mujer?, ¿cuantas veces
su hija ó ustedes mismas ha pedido ayuda para salir de una situación de
violencia?, ¿cuantas veces han acompañado a sus hij@sal ministerio publico
para presentarse como denunciantes ó denunciados?.

Nosotras no somos un grupo que solo critique y exija, proponemos un


trabajo que comprometa a sociedad y gobierno de manera equitativa,
estamos proponiendo reformas a las leyes, espacios, una nueva sociedad
que no sobre valore a hombres o mujeres, la propuestas es mirar a l@s demás
como personas, seres humanos que sienten trabajan, sufren, lloran, disfrutan,
crecen y viven juntos en armonía.

Las mujeres no deseamos ser victimas de la violencia en las calles, el hogar,


la oficina o en ningún otro sitio.
Las mujeres no queremos ser vistas como mercancía pornográfica, utensilios
del hogar o como objetos sexuales.

Las mujeres no aceptamos toda la carga moral, afectiva y económica de


la familia.

Estamos luchando por vivir en una sociedad renovada y equitativa, estamos


a favor de la familia que respeta, quiere y acepta a las mujeres como
personas.

No estamos dispuestas a seguir sufriendo humillaciones, malos tratos,


vejaciones, abusos, rechazo y violaciones a nuestros derechos humanos,
cívicos y profesionales.

No vamos a tolerar que nuestras hijas, hermanas, sobrinas etc. Hereden una
sociedad discriminativa e injusta.

Las mujeres somos personas independientes, dignas, con deseos,


necedades, gustos y diferencias exigimos ser vistas y tratadas así (con
derechos y obligaciones justas).

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