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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

LA CRONOLOGÍA DEL FORMATIVO,


CLÁSICO Y EPICLÁSICO DE MESOAMÉRICA
1. EL FORMATIVO (7500 a.C. – 1 d.C.)
La transición entre el periodo Arcaico y el Formativo se concentra en grupos de zonas
lacustres, por la intensificación en la explotación de recursos acuáticos. Los
asentamientos de este periodo transicional se pueden seguir a través de los concheros
y en el área maya es la elaboración de un tipo de cerámica más compleja y decoración
sofisticada.

Cerámica del área maya de la fase barra

1.1. Formativo Temprano (7500 – 2500 a.C.)

1.1.1. Sedentarización y aparición de la alfarería


Esta definido por un lento proceso de neolitización basado en cambios en los
modos de subsistencia como de la recolección a la agricultura, formación de
aldeas sedentarias ocupadas por sociedades igualitarias y la aparición de la
alfarería en Puerto Marqués, en la Costa de Guerrero datada con 2440 a.C.;

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otra es la de la fase Purrón de Tehuacán datada con 2300 – 1500 a.C. y la


encontrada en el Complejo Espiridión de San José Mogote en Oaxaca datado
con 1900 – 1400 a.C. con claras semejanzas con la cerámica Purrón.

Cerámica de la fase Purrón de Tehuacán

La primeras poblaciones sedentarias en los que se conoce como “área Maya” o


península del Peten – Yucatán, provienen de la costa del estado mexicano de
Chiapas y de Guatemala, y entre los años 1700 y 1600 a.C. se transformaron
en sociedades cacicales, a las que el arqueólogo John Clark denominó Makaya
que quiere decir “gente del maíz”, esta cultura adopto a un complejo de
ecosistemas circunscritos por una angosta llanura bordeada de pantanos,
lagunas del litoral y una amplia cadena de tierras bajas impracticables; la Fase
Barra (1850 – 1650 a.C.) de Altamira en Chiapas esta caracterizada por la
construcción de pequeños montículos habitacionales y por el cultivo de la
mandioca, este y la sofisticación decorativa en la cerámica sugieren una
conexión con poblaciones de América del Sur.

Hacia los finales del periodo Formativo Temprano varias zonas de


Mesoamérica evolucionaron en formas de vida más complejas incluyendo la
construcción de montículos y elaboración de bienes elitistas.Otras como en el
valle de Teotihuacán durante este periodo fue ocupado por pequeñas aldeas
que tuvieron una baja evolución cultural hasta que en el año 400 a.C. se
construyeron las primeras estructuras públicas.

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Cerámica de puerto Márquez en la


costa de Guerrero.

1.1.2. Fases culturales


1.1.2.1. Purrón
Fase Purrón de Tehuacán (2.300 a 1.500 a.C.), que presenta grandes
semejanzas con la extraída en El Caballo Pintado de Izúcar, Puebla. Los
antecedentes de esta alfarería del centro de México son los cuencos de
piedra utilizados para moler semillas durante el Arcaico. En ambos casos,
las formas básicas son grandes jarras sin cuello y base plana, cuencos
sencillos, tecomates, y amplios platos planos, constituyendo un ajuar básico
que tuvo una amplia distribución. Recientemente Rust y Sharer han datado
el yacimiento de San Andrés, cerca de La Venta, entre el 1750 y el 1150
a.C., el cual estuvo dedicado a la recolección de moluscos y a la
agricultura, según se ha inferido por su ajuar cerámico.
1.1.2.2. Barra
Del sitio de Altamira, Chiapas, caracterizada por la construcción de
pequeños montículos habitacionales y por el cultivo de la mandioca. Tanto
su especialización en este tubérculo, como una producción cerámica más
sofisticada en cuanto a las técnicas decorativas que la encontrada en
Puerto Marqués y Purrón, han hecho pensar a algunos investigadores en la
existencia de conexiones con poblaciones tempranas de América del Sur,
con quienes estos ajuares guardan cierta relación.

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1.1.2.3. Horizonte Ocós


Horizonte Ocós, tal vez de raíces sudamericanas y de amplia distribución
por todas aquellas regiones en las que se instaló la fase Locona. La mayor
parte de los asentamientos Ocós son costeros, próximos a estuarios y ríos;
de ahí que desarrollaran una subsistencia orientada hacia la pesca y la
recolección de moluscos y a la agricultura de las fértiles tierras cercanas a
las fuentes de agua. Las cerámicas Ocós, tales como las encontradas en
La Victoria y Ocós (Guatemala) y en San Lorenzo (México), son jarras
globulares -tecomates-, platos y cuencos planos de paredes abiertas y
decorados con estampado de mecedora, diseños dentados e impresiones
de concha. Este sistema de vida y esta alfarería más sofisticada que
cualquiera de las existentes en otras regiones de Mesoamérica durante
esta etapa, han sido claramente identificadas en las costas de América del
Sur. El principal elemento a tener en cuenta es que una cerámica tan
compleja sólo pudo ser manufacturada por artesanos especializados,
manifestando una incipiente jerarquización de la sociedad; la cual se
trasluce en la aparición de figurillas emparentadas con cultos a la fertilidad
de la tierra que fueron encontradas en algunos suelos de las casas de La
Victoria, y que señalan la existencia de especialistas religiosos, tal vez
shamanes dedicados a la curación y al ritual a tiempo parcial.

1.1.3. Inicios de la Cultura Olmeca (Olmeca I - fase Bari 1750 – 1400 a.C.)
Considerada como “cultura madre” por difundir elementos culturales por
Mesoamérica.El término olmeca deriva del náhuatl “olmecatl uixtotin” que
significa “gente de la región del hule” o “los que viven al borde del agua
salada”.

Mapa de ubicación de los centros olmecas


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Ubicadoen la zona sur del estado de Veracruz en la franja territorial entre las
montañas de Tuxtlas que superan los 500 metros y al oeste del de Tabasco
(Chontalpa), sobre el Golfo de México, donde ocupó un área de 18000
kilómetros cuadrados, donde se encontró más de 30 sitios arqueológicos, esta
zona esta sometida a un alto régimen anual de precipitaciones y su paisaje
alterna entre el bosque tropical y la sabana, la zona geográficamente es
calurosa y húmeda. Su sistema de subsistencia estuvo basado en la agricultura
de tipo tumba y quema, complementado con la recolección intensiva, la caza y
la pesca. La mayor parte de la población habito en chozas de materiales
perecederos, colocadas sobre plataformas de tierra apisonada y agrupadas en
pequeñas aldeas y poblados.

Esculturas “baby face” olmecas

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Los centros en que habitaban estas poblaciones supieron fusionar, desde un


punto de vista arquitectónico, la vida social, económica y política, levantando
inmensas plataformas de tierra y adobe capaces de sostener templos y
edificios administrativos, que estaban organizados en torno a plazas públicas
que se hace evidente en la construcción de sus centros tan impresionantes
como San Lorenzo o también conocido como San Lorenzo Tenochtitlan, La
venta, Laguna de los Cerros, El Manatí, Las Limas o Tres Zapotes (ubicada en
las colinas aledañas del río Hueyapan (Veracruz), tuvo 2 florecimientos, la 1ra
juntamente con La Venta y la 2da al abandono de la misma), y demuestran el
poder alcanzado por los dirigentes olmecas en las distintas etapas de esta
civilización.En su escultura muestran evidencias de una organización teocrática
en la política, economía y en lo militar. Las cabezas colosales hechas de
basalto muestran evidencia de un contacto directo con tribus africanas. Los
“babyface” de terracota, eran representaciones infantiles con el cuerpo
redondeado y de piernas abiertas.
En el periodo Proto-Olmeca u Olmeca I representado por La Venta, es el mayor
centro Olmeca, fundada en una isla de la región pantanosa del río Tonalá
(Tabasco), manejaron espacios en la traza urbana compleja, lo cual demuestra
la complejidad de su sociedad, sus construcciones tuvieron áreas de
habitación, cívico-religiosas con fines rituales, su población se estableció
acerca de la costa del Golfo de México para explotar las salinas.Su monumento
más representativo es la estela de piedra Tío San. A través de su cerámica
podemos conocer sus grupos étnicos, vestido, físico, su simbolismos estuvo
relacionada al jaguar.

Representación del jaguar de los olmecas

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Cabezas colosales olmecas

1.1.4. Inicios de la Cultura Zapoteca (San José Mogote 1150 – 850 a.C.)
El valle de Oaxaca esta situado entre los 1000 y 1500 metros de altitud y
dispone de 1200 kilómetros cuadrados de tierra cultivable, distribuida a lo largo
de las cuencas del rio Etla, al norte, Tlacolula, al este, y Zaachila, al sur. Es
una zona semiárida que recibe entre 400 – 800 milímetros de precipitación
anual.

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La región se ocupo hacia el año 10000 a.C. por bandas de recolectores y


cazadores que alcanzaron un estilo de vida aldeano durante el Complejo
Espiridion (1900 – 1400 a.C.). Durante la fase Tierras Largas (1500 – 1150
a.C.) pequeñas comunidades se distribuyen por todo el valle, en especial en
las márgenes del río Etla. Estas comunidades habitaron en casas de planta
rectangular, hechas de palos y barro, que tenían el hogar fuera del recinto y
una serie de pozos en forma de botella para el almacenamiento que eran muy
frecuentes en todo el altiplano. La homogeneidad social se quebró con la
construcción de un edificio público estucado en San José Mogote, que
alcanzaba entre 4 y 5 metros de altura y tenia un altar en su interior. La
construcción guardaba semejanzas con la arquitectura olmeca.

Mapa Físico de Oaxaca

1.2. El Formativo medio (1500 – 400 a.C.)


1.2.1. Tumbas en Chimenea
En el occidente de México, esta zona abarca los estados Mexicanos de
Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, y Guerrero. Esta
área sufrió una compleja evolución pero el rasgo mas distintivo es la presencia
de tumbas en forma de Chimenea datadas entre los años 1500 y 400 a.C.,
estas tumbas, excavadas en el blando lecho rocoso de origen volcánico, tienen
de 4 a 6 metros de profundidad. Como se reutilizaron durante un largo periodo
temporal, los materiales allí acumulados son ilustrativos del cambio cultural.

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En las cámaras, que son ovales y a las se accedía a través de un pozo que
conectaba con las cavidades excavadas en el suelo que solían estar unidas
unas con otras, se han hallado numerosos esqueletos, muchos de ellos
procedentes de deposiciones secundarias. Se cree que en el caso de las
tumbas colectivas los enterramientos correspondían a miembros de un mismo
clan. En estas tumbas se depositaron excelentes trabajos de cerámica en los
que se representaban aldeas y casas u que tienen un gran valor etnológico,
pues presentan escenas de la vida cotidiana y ritual de los pobladores de
Nayarit como el juego de la pelota, ceremonias y guerras.
El Complejo Capacha, en las zona costera del estado de Colima, data del año
1500 a.C., las cerámicas incluyen tecomates, ollas de boca estrecha, jarras con
asa de estribo y cuencos, figuras de animales y vasijas miniatura, algunas con
gran semejanza con la cerámica del centro de México. En las tumbas de El
Opeño en Michoacán han aparecido también objetos de similares
características.

Cerámica capacha

La cultura Chupicuaro también en Michoacán manifiesta otra variedad ritual de


esta región, esta se basa en la excavación de 390 enterramientos, en los que
se encontraron ofrendas de perros sacrificados y una gran variedad de figurillas

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y piezas de cerámica, en las que destacan la manufactura de figurillas de


terracota que representan a mujeres semidesnudas.

Figurillas de terracota que representan a mujeres semidesnudas

1.2.2. La aparición de Centros Regionales en el Altiplano Central


El valle de México se encuentra a 2236 metros de altitud media y tiene una
extensión aproximada de 7200 kilómetros cuadrados. La topografía de la
cuenca ha hecho que se genere un drenaje interno y una sucesión de lagos,
que cubren una superficie de 1000 kilómetros cuadrados. Los que se
encuentran al norte son salinos (Xaltocan, Zumpango y Texcoco) y los del sur,
de agua dulce (Chalco y Xochimilco).
La vida en la región se recompuso, después de ser devastada por erupciones
volcánicas en tiempos de auge del sitio de Zohapilco (estado de México), hacia
el año 2500 a.C. Unas condiciones ambientales favorables permitieron la
evolución completa mediante poblados como Tlatilco, Zacatenco, El Arbolillo y
Ticomán, en los que se produjo un estilo de figurillas que, con

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transformaciones, perduraría hasta la época azteca. Los volcanes aportaron los


materiales básicos para el desarrollo de las diferentes culturas. Algunas
cerámicas tempranas, como las de Tlapacoya (1360 a.C.), muestran
correlación con la fase Tierras Largas de Oaxaca, y con sitios de la tradición
Ocós del estado de Chiapas y de Guatemala.
Hacia el año 1300 a.C. se inicia la arquitectura pública de arcilla en Tlatilco.
Este sitio, oculto bajo la actual Ciudad de México, fue una pequeña comunidad
agrícola, cuyos residentes perforaron en el lecho rocoso pozos acampanados
para almacenar sus cosechas. La complejidad que alcanzo durante el periodo
formativo se evidencia por los más de 375 enterramientos documentados,
algunos de los cuales se acompañan de gran cantidad de cerámicas, figurillas
(estatuillas de cerámica maciza conocidas como “mujeres bonitas”), máscaras,
instrumentos y ornamentos muy variados.
Un centro de especial relevancia en el Formativo medio fue Cuicuilco,
caracterizado por la presencia de una estructura circular de varios niveles
construida hacia el año 400 a.C. sin embargo, este asentamiento fue destruido
por una erupción volcánica hacia el año 150 a.C. por el volcán Xide, los
habitantes se refugiaron en el valle del río San Juan, donde mas tarde surgiría
la gran ciudad de Teotihuacán. A lo largo del Formativo, las comunidades de la
cuenca de México se habían jerarquizado tanto, que algunos asentamientos se
transformaron en importantes centros regionales, como Loma Terrenote,
Tlapacoya o el mismo Tlatilco.
Algunos sitios del actual estado mexicano de Morelos tuvieron un desarrollo
similar al que se produjo en la cuenca de México, con la que se mantuvieron
estrechas relaciones. Chalcatzingo fue en la fase Amate (1500 – 1100 a.C.) un
pequeño poblado que se caracterizo por levantar una estructura de tierra
cubierta por losas de piedra de 2 metros de altura y por convertirse
posteriormente en un centro regional, con áreas públicas delimitadas por una
arquitectura de carácter monumental. Sus habitantes decoraron el acantilado
sobre el que se emplazaba su asentamiento con grandes bajorrelieves de
influencia olmeca, que muestran algunas de las manifestaciones ideológicas y
religiosas más importantes del área cultural mesoamericana.
También Teopantecuanitlan (Guerrero) cuenta con muestras de arquitectura
pública: 2 juegos de pelota y un largo acueducto, datadas entre los años 1400
– 600 a.C. varios monolitos tallados y otros rasgos de escultura monumental
documentan la importancia de este centro, situado en una zona estratégica

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para la obtención de materias primas como el cobre, la plata, el oro, y el jade,


que tan alto valor tuvieron en la Mesoamérica Prehispánica

1.2.3. Auge y Decadencia de los centros Olmecas de San Lorenzo y La


Venta (Olmeca II) 1150 – 400 a.C.
En San Lorenzo, su arquitectura pone en evidencia su sociedad jerarquizada y
alto nivel de organización, en este sitio las cabezas colosales son mas
abundantes (10 ejemplares) que representaban a otros tanto gobernantes y
estas fueron colocadas en las zonas centrales del sitio, una de las esculturas
que ha dado la base para definir la función del Dios del Jaguar entre los
olmecas es el Señor de las Limas (sacerdote en actitud de éxtasis, con un
bebe de rasgos felinos en los brazos). Entre sus glifos mas frecuentes se
encuentra la cruz de San Andrés en forma de “X”, representación abstracta del
cosmos de los 4 puntos cardinales y el centro es la escritura. Hacia el año 900
a.C. el centro fue saqueado y las esculturas monumentales mutiladas y
enterradas, hecho que indica la existencia de problemas de naturaleza política
y religiosa.

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Señor de las limas

La compleja evolución de La Venta es posterior a San Lorenzo y abarca desde


el año 900 al 400 a.C. periodo en el que alcanzo una superficie de 200
hectáreas, con unos 18000 habitantes. Como San Lorenzo y La Venta tienen
una orientación de norte-sur, y se compone de 10 complejos ocupados por 111
estructuras. La Venta fue destruida hacia el año 400 a.C. La mitad de sus
monumentos fueron mutilados intencionalmente, aunque algunos estaban en
proceso de reutilización.

1.2.4. Auge del centro Zapoteca de San José Mogote


En la fase San José (1150 – 850 a.C.) aumenta el numero de asentamientos, y
San José Mogote se transforma en un lugar de integración político religiosa,
artesanal y económica, donde se concentran de 80 a 120 edificios capaces de
albergar casi 700 personas. El centro se organiza alrededor de un edificio

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público construido con piedras, adobe y losas talladas que representan un


jaguar y un ave de rapiña. En la excavación de algunas viviendas afloraron
cerámica, objetos de jade, espinas de manta raya y conchas, que indicaban la
existencia de intercambios con San Lorenzo Tenochtitlan y sitios olmecas,
donde los intercambiaban por espejos de magnetita e ilmenita con otras
comunidades zapotecas.
Durante las fases Guadalupe (850 – 600 a.C.) y Rosario (600 – 500 a.C.), San
José Mogote continuo siendo el centro principal, aunque surgieron otros mas
pequeños con arquitectura pública incipiente, como San Martín Tilcajete,
Tomaltepec y Tierras Largas. Algo mas al norte, en Huitzo, se levantaron
plataformas alargadas de adobe con elucido exterior y escaleras de acceso. El
Montículo I de San José Mogote alcanza los 15 metros de altura y esta
coronado por una estructura construida con bloques de piedra caliza. En su
entorno se encontró el Monumento 3, donde se tallo la figura de un “danzante”
que incluye entre sus piernas un grupo glífico con su nombre “I Terremoto”, del
calendario ritual de 260 días y constituye el ejemplo más temprano del uso de
la escritura y del calendario ritual en Mesoamérica. Un complejo de residencias
de élite, construidas cobre cimientos de piedra, donde se halló la Tumba 10,
atestigua la complejidad social.

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Monumento 3 danzante “I Terremoto”


2.

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Escritura
3. zapoteca

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Escultura Zapoteca llamada Hombre ave

1.2.5. Inicios y consolidación de los rasgos de la Cultura Maya


Ocupo un territorio cercano a los 325000 kilómetros cuadrados repartidos
actualmente en los diversos países: los estados de Campeche, Yucatán,
Quintana Roo, Tabasco y Chiapas en México, Guatemala, Belice y parte de
Honduras y de El Salvador, todo el territorio abarca el trópico de cáncer, las
variaciones entre regiones son muy profundas y vienen determinadas
fundamentalmente por las diferencias de altitud. Así mismo en primer lugar, la
llanura de la costa del Pacifico y la boca costa constituyen una región marcada
por las altas temperaturas y un elevado índice de pluviosidad, con suelos muy
fértiles, poblados por una flora y una fauna típicamente tropicales, y surcados

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por numerosos y costos ríos, que nacen en las cercanas montañas de Los
Altos.
En el Altiplano, emplazado inmediatamente al norte, es la zona donde se
localiza, en primer lugar, el altiplano volcánico, cuyos volcanes de formación
muy reciente y altitudes superiores a los 4000 metros, aportaron los materiales
básicos para el desarrollo tecnológico de las diferentes culturas
mesoamericanas como la obsidiana, que se utilizaba para cortar o la andesita
que sirvió para fabricar instrumentos de moliente. A una cota de altitud superior
se sitúa el altiplano metamórfico, un área geológicamente mas antigua
enmarcada por los valles de los ríos Motagua y Grivalja, el la cual también se
encontraban materiales, como la jadeíta, serpentina y el gabro, muy apreciados
en las culturas mesoamericanas. Los bosques de coníferas son su
vegetaciónmás característica, en donde habitan una fauna relativamente
limitada integrada por venados, conejos, roedores y diferentes especies de
reptiles y aves.
Sin duda, en las calurosastierras bajas fue donde la civilización maya, de forma
sorprendente alcanzo su mayor esplendor. Existen en esta área diferencias
que delimitan tres regiones bien caracterizadas. En Primer lugar las tierras
bajas del Sur con el rio Usumacinta y sus tributarios, el Bajo Motagua y el lago
Izabal, como líneas esenciales de desarrollo y de relaciones comerciales, que
incluyen El Peten, una región con lagos y pequeños ríos en superficie y una
abundante vegetación típica de la selva tropical lluviosa, de cuya multitud de
especiesdestacan la caoba, la palmera, el cedro, el ramón y la ceiba, y cuya
rica fauna asociada esta compuesta principalmente por pisones, venados,
jaguares, tapires, armadillos, manos araña y aulladores, amén de una gran
variedad de reptiles y aves como las garzas, tucanes, loros y guacamayos.
En el formativo temprano hubo el desarrollo de la agricultura y la aparición de
la cerámica, las primeras evidencias de aldeas, cerámica y agricultura
proceden de la costa del pacifico y se remontan al periodo comprendido entre
los años 1650 y 1650 a.C. estas están vinculadas a desarrollos culturales con
el istmo de Tehuantepec y los olmecas.
Entre los años 1000 – 400 a.C. surgieron los indicios de lo que mas tarde
serian los cimientos de una sociedad compleja como las construcciones
públicas y ofrendas funerarias diferenciadas. En algunas zonas, esta
transformación pudo deberse a una fuerte relación con el mundo olmeca, como
se aprecia en la costa del Pacifico y lugares cercanos con elmundo olmeca,
como se aprecia en la costa del Pacifico y lugares cercanos, que ya poseían

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escultura monumental e incluso escritura jeroglífica muy temprana (monumento


1 de El Portón). Esta comunicación intercultural no se limitó, con todo, a las
áreas del Golfo mas próximas a los olmecas, como certifica el hecho de que
numerosos objetos de jade y cerámicas, pertenecientes al estilo olmeca, hayan
aparecido diseminados por buena parte de la zona maya y, en general, por
toda Mesoamérica.
De gran importancia durante este periodo fue el incipiente establecimiento de la
población en las tierras bajas, que se inicio en lugares de tanto carisma como
Tikal, Ceibal, Uaxactún, Nakbe y Copán. Sin duda, sus pobladores eran
originarios de las tierras altas mayas y exportaban a estas nuevas áreas
patrones culturales que permanecieron inalterables a lo largo de la historia, y
que guardaban relación con la dieta alimentaria, la forma de las viviendas, la
utilización del espacio o los tipos de enterramiento.
Investigaciones arqueológicas como las practicadas en Nakbe y El Mirador, en
Guatemala, han revolucionado el concepto que se tenia de cuales fueron los
inicios de la civilización maya. Con ellas se ha documentado que el antiguo
patrón de sociedades igualitarias, organizadas en torno a pequeñas aldeas
campesinas, fue sustituido por el de centros de integración social. Política y
económica de mayor tamaño. Entre los años 600 y 400 a.C., en diversos
lugares de las tierras bajas centrales hubo una arquitectura pública que
construyó complejas plataformas y pirámides, con funcionalidades que iban
desde la meramente cultural y dedicatoria hasta la posible actividad religioso –
astronómica, como en el caso de los complejos de Conmemoración
Astronómica.

1.3. Formativo Tardío (400 a.C. – 1 d.C.)

1.3.1. Consolidación del poderío de Teotihuacán 100 a.C. (Chimalhuacán


y Tzacualli)
Ubicado en el valle de México, esta civilización tiene problemas en la
determinación de su historia por la confusión entre Toltecas y Teotihuacanos.
Según tradiciones recogidas por los historiadores Torquemada e Ixtlilxochitl, el
imperio Tolteca parecía tener a Tula como capital política, mientras
Teotihuacán vendría a ser la capital religiosa (Teotihuacán es una ciudad de
mucho mayor brillo y grandiosidad que Tula); esta tradición no concordaba con
los descubrimientos arqueológicos, así Herman Beyer al compara los estilos

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toltecas de Teotihuacán y de Chichen Itzá, llegaba a la conclusión de que, no


habiendo nada de semejante entre ellos, debía pensarse que los creadores del
estilo mexicano de Chichen Itzá serian quizá, otros pueblos posteriores a los
Toltecas. El hecho de que Teotihuacán se relacionaba, por los hallazgos de
Kaminaljuyú en Guatemala, con la cerámica maya del viejo Imperio, mientras
que con la cerámica tolteca aprecia otra de reflejos plomizos, de fecha muy
posterior, después del año 1000. Y así como otra serie de indicios, llevaron el
pensamiento de los especialistas a la conclusión de que Teotihuacán y los
toltecas eran dos cosas totalmente distintas.
La historia de las excavaciones y estudios realizados en Teotihuacán ha sido
realizada con detalle y perfección por Armillas (1950). Wigberto Jiménez
Moreno (1942) supone que los constructores de la ciudad de Teotihuacán y de
la cultura teotihuacana precedían de la región de Veracruz y eran
probablemente antiguos totonacos. Se basa para hacer tal suposición de
ciertas tradiciones totonacas recogidas por Torquemada, así como en
relaciones directas de tipo estilístico, tanto en lo referente a las figuritas de
arcilla como en ciertos elementos decorativos que aparecen en ambas culturas.
Así mismo Herman Beyer, quien pensaba que el origen de Teotihuacán había
de buscarse entre los olmecas, totonacas o mayas de la costa del golfo.
La influencia se observa en casi todas las áreas de Mesoamérica, desde la
Huasteca hasta Guatemala donde el yacimiento Kaminaljuyú representa casi
una verdadera colonia; hasta tal punto es importante su influjo y abundante el
número de ejemplares de sus productos manufacturados encontrados allí.

1.3.2. Auge y decadencia del centro olmeca Tres Zapotes (olmeca III) 400
– 100 a.C.
Ubicada en las colinas aledañas del río Hueyapan (Veracruz) es el centro
menos conocido de la cultura olmeca aunque fue contemporáneo de los
anteriores e incluso les sobrevivió (1000 – 50 a.C.), tuvo 2 florecimientos, la 1ra
juntamente con La Venta y la 2da al abandono de la misma, la 1ra ocupación
de esta zona se dio en el 900 a.C. desde el cual creció las construcciones y
esculturas monumentales. Sus restos arquitectónicos son más dispersos y de
menos tamaño que los de La Venta. En su zona central se encontraron 50
montículos de tierra, una cabeza colosal y el vestigio arqueológico más
importante es la “estela C” por contener la inscripción calendárica más antigua
de Mesoamérica, contiene una fecha de estilo maya, que corresponde al 3 de

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setiembre del año 32 a.C., la segunda fecha más temprana después de la


hallada en Chiapa de Corzo, que corresponde al 8 de diciembre del 36 a.C.
El principal medio de expresión ideológica de la civilización olmeca fue la
escultura monumental, trabajada en bulto redondo y en bajorrelieve. El motivo
mas relevante fue el retrato de los gobernantes representados mediante
grandes cabezas de piedra basáltica. Los troncos de piedra presentan temas
cíclicos, que documentan la visión del mundo de las divinidades y las prácticas
rituales de este pueblo del Golfo de México. En los troncos prevalece la imagen
de un niño jaguar que es representado por medio de un adulto que sale de una
cueva, escena que `puede estar relacionada con los dioses de la lluvia.
Los olmecas crearon un sofisticado arte portátil en jade, pirita e ilmenita.
Algunos de sus elementos destacados son la imagen del niño-jaguar, junto con
hachas, en las que se grabaron figuras humanas, perforadores para
ceremonias auto sacrifícales y mascaras funerarias, así como animales del
entorno ambiental. Existen también numerosos símbolos abstractos, que
confieren al arte olmeca, unos rasgos muy personales y distintivos. Una
reciente investigación arqueológica en Cerro de Manatí ha puesto al
descubierto una serie de estatuas de rasgos olmecas, elaboradas en madera,
lo cual permite deducir la importancia que en el pasado tuvieron los objetos
realizados con materiales orgánicos. También existe una pequeña muestra de
pintura mural, aunque se encuentra fuera del área central. En las cuevas de
Oxtotitlan y Juxtlahuaca (Guerrero) existen escenas que representan posibles
ceremonias elitistas con simbología olmeca.
Las relaciones del pueblo olmeca con los de otras zonas has sido objeto de
una amplia controversia. Tal ves la expansión de esta cultura por el resto de
Mesoamérica pudo estar relacionada con la demanda de artículos exóticos y
estratégicos de regiones alejadas. Hecho que explicaría que sus miembros
articulasen una enorme red de intercambio. En su momento culminante esta
red alcanzó desde el México hasta el territorio de la actual Costa Rica. Sitios
como Tlapacoya y Tlatilco (mexico D.F.); Las Bocas y Chalcatzingo (Morelos);
Oxtotitlan y JUxtlahuaca (Guerrero); Tierras Largas y San José Mogote
(Oaxaca); Pijijiapán, Batehon, Xoc, Tonalá, AbajTakalik, Monte Alto y El baúl (
en el estado de Chiapas y en Guatemala): Chalchuapa (El Salvador) e incluso
costa Rica, mantuvieron contactos con los olmecas.

1.3.3. Creación del centro zapoteca Monte Albán

Arqueología Mesoamérica Comparada Página 21


Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

En la fase de la cultura Zapoteca que se conoce como Monte Albán I (500 –


200 a.C.) tuvo lugar a la creación del centro homónimo sobre una colina
artificialmente aplanada. Que a finales de esta fase contaba con unos 17000
habitantes. La afluencia de gentes de diversas partes del valle ha hecho pensar
que su fundación pudo ser el resultado de una confederación regional que
supuso la decadencia de San José Mogote.
La arqueología del sitio señala la fundación de tres barrios de torno a la Plaza
Principal, donde se levantó la Estructura L, que dispone de una Galería
decorada, el templo de los Danzantes, con 320 losas talladas en las que se
representan personas bailando. Estas tallas contienen escenas de individuos
en actitudes grotescas, desnudos, algunos con tocados y orejeras, pero todos
ellos con la boca entreabierta, los ojos cerrados y cuerdas atadas al cuello.
Ciertos motivos de volutas y flores en el lugar de órganos genitales revelan un
antiguo o patrón de mutilación genital y de auto sacrificio. Algunos de estos
danzantes están acompañados de glifos, en los cuales se aprecian numerales
con barras y puntos combinados con símbolos, en un sistema de escritura
integrado por signos fonéticos e ideográficos.
La construcción pública de Monte Albán se intensifica en la Plaza Principal,
donde se levantan nuevos edificios como el J, las primeras versiones de los G,
H e I o el Montículo X. con algunos de estos edificios se relacionan diversas
estelas, cuyos textos aluden al calendario. El edificio J, es una estructura poco
usual, de planta pentagonal, cámaras interiores estrechas y carentes de vanos
exteriores. Aunque algunos estudiosos han sugerido que pudiera tratarse de un
observatorio astronómico, se carece de evidencias que lo demuestren. En su
interior hay algunas losas de “danzantes” reutilizadas a partir de construcciones
anteriores.
La población general del valle de Oaxaca se mantuvo estable, aunque se
concentró en la región de Etla, la mejor irrigada, y dio así lugar a una
revitalización de San José Mogote, que se convirtió en un centro secundario
con una estructura similar a la de Monte Albán. En el área de Tlacolula, el
asentamiento más importante fue Dainzú. Incluye una gran plataforma de 75
metros, decorada con unas 50 losas que representan jugadores de pelota y
sacerdotes. Yagul, Mitla y Abasolo definen la tercera jerarquía se
asentamientos.

1.3.4. Gestación de los rasgos distintivos mayas.

Arqueología Mesoamérica Comparada Página 22


Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

El periodo de 400 a.C. y 100 d.C., coincidió con la época en que se perfilaron
con mayor claridad los rasgos que definirían la civilización maya clásica. La
población aumento considerablemente, se construyeron grandes plataformas
que sustentaban templos decorados con mascarones de estuco de complicada
iconografía, un fiel reflejo del poder adquirido por los gobernantes, así como
calzadas, que unían conjuntos arquitectónicos significativos de una misma
ciudad. Los enterramientos de elite se completaban por bienes de lujo
importados. Los objetos de jadeíta, las conchas marinas, las espinas de
mantarraya y la cerámica ritual se acumulaban en los enterramientos de los
grandes señores. Esta práctica funeraria indicaba la existencia de una
sociedad con un notable grado de jerarquización. También durante el periodo
Formativo Tardío se desarrollaron 2 aspectos especialmente diferenciadores a
nivel cultural: la escritura jeroglífica (recurrían a la simbolización de las
representaciones verbales, es decir el símbolo representaba a la idea) y una
escultura cuyo estilo artístico anuncia el que seria propio del periodo clásico.
A pesar del progresivo engrandecimiento de ciertos lugares como Tikal, El
Mirador, Cerros y Lamanai en las tierras bajas donde se construyeron algunas
de las pirámides mas espectaculares de toda la historia maya, la mayor
concentración de poder político y económico en aquel momento no se localizo
en esta región, sino mas al sur, en lugares como Kaminaljuyú (Guatemala),
Izapa y Chiapa de Corzo (Chiapas), AbajTakalik (Guatemala) y Chalchuapa (El
Salvador), todos ellos en la franja meridional del área Maya.

2. EL CLÁSICO (1 – 1000 d.C.)

2.1. Periodo clásico temprano (1 – 550 d.C.)

2.1.1. Auge zapoteca en el valle de Oaxaca


Durante el periodo clásico, en el valle de Oaxaca se produjo el auge de una
tradición bien reconocible, que cabe calificar como zapoteca. Las
características mas marcadas de esta cultura afectan tanto a la persistencia de
las tradiciones heredadas de Monte Albán II como a influencias de
Teotihuacán, evidentes por el uso en arquitectura del talud-tablero con
modificaciones zapotecas, pues ya no es cerrado sino abierto y presenta doble
enmarcado. También los murales, que decoran las tumbas y ciertos

Arqueología Mesoamérica Comparada Página 23


Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

monumentos grabados en piedra, muestran gentes teotihuacanas que, quizás,


fueran emisarios. La cerámica se basa en la tradición zapoteca de Monte Albán
II de pasta gris, hecha con molde, incisa y pulida, aunque incluye formas
teotihuacanoides: floreros y cilindros trípodes de patas-losa, y la vajilla “Naranja
Delgada”. El barrio de Oaxaca, en Teotihuacán, indica la relación tan estrecha
que hubo entre ambos centros. La región norte del valle de Oaxaca, el rio Etla,
pierde importancia, y los asentamientos descienden de sesenta a veinte,
mientras que, en el sudeste, Jalieza alcanza 12000 habitantes distribuidos en
unas 700 terrazas, aunque poseía escasa arquitectura pública y pocos
monumentos tallados. En un tercer término jerárquico estarían Zaachila y
Cuilapan.

Durante el periodo clásico Monte Albán alcanzo una superficie de 6.5


kilómetros cuadrados, su zona de abastecimiento superaba los 40 kilómetros
cuadrados, e incluía unas 2300 terrazas habitacionales ocupadas por cerca de
30000 individuos. Además, el Estado controlaba 80 centros importantes y
muchos otros menores, distribuidos por el valle de Oaxaca. Este centro alcanzo
su fisonomía definitiva entre los años 500 y 700 d.C., cuando conformo un
núcleo dispuesto según un eje norte-sur con dos plataformas situadas una a
cada extremo de la Plaza Principal. El conjunto arquitectónico mas habitual fue
el templo-patio-adoratorio, que parece haberse dedicado al ritual, aunque se
respetó en el centro de este inmenso espacio el edificio J, un antiguo
monumento decorado con danzantes y dedicado a las conquistas militares.

La población se había jerarquizado por completo, y así mientras la elite residía


en complejos especiales en la parte alta de la ciudad y en el cercano cerro de
Atzompa, el resto habitaba en terrazas agrupadas en torno a pequeños recintos
cívico-ceremoniales. Catorce vecindades o barrios estaban representadas en la
Plaza Principal. Hay claras distinciones tanto en al escala de las edificaciones
como en la cantidad y calidad de artículos de lujo que se han encontrado en los
diferentes contextos jerárquicos. Según se ha calculado, a la nobleza, que
habitaba en palacios y era inhumada en tumbas que se caracterizan por su
gran elaboración y decoración de las cuales se han hallado unas 170,
representaba solo entre el 2 y el 4 por ciento de la población. En cambio, al
gente del pueblo, que vivía en chozas de adobe y era enterrada bajo sus
propias viviendas o en pozos, constituíaentre el 96 y 98 por ciento. De este
último porcentaje, se ha evaluado que entre un 10 y un 15 por ciento fueron

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

artesanos dedicados a la manufactura de la cerámica, a la lapidaria o al trabajo


en piedras preciosas, conchas u otros materiales.

Los murales y las urnas funerarias han permitido identificar 39 dioses, la


mayoría con nombres calendáricos y agrupados en conjuntos de carácter
funcional. Por ejemplo, los complejos del dios de la lluvia y de la luz diurna,
entre los que destaca Cocijo; el conjunto del dios del maíz, Pitao Cozobi; el
dios supremo, creador del orden cósmico y del universo, PijeTao; además de
otras divinidades, como Quetzalcóatl y XipeTotec.

2.1.2. Auge de Teotihuacán en el valle de México (Xolalpan y


Tlamimilolpa)
El valle de Teotihuacán tiene una extensión de unos 500 kilómetros cuadrados
y esta rodeado por volcanes, que han depositado sus materias en las llanuras
aluviales. De ellos, los teotihuacanosobtuvieron las materias primas necesarias
para su subsistencia; entre otros, la obsidiana del cerro Soltepec, el basalto y el
tezontle (piedra volcánica) para la construcción, el cinabrio para la
pigmentación de los murales, y las arcillas y la ceniza volcánica para la
confección de cerámicas.

En el inicio de nuestra era, Teotihuacán concentro la mayor parte de la


población de la cuenca de México, donde solo quedaron escasas áreas
campesinas agrupadas en aldeas y poblados. La afluencia masiva de gente
obligo a que los dirigentes planificaran la ciudad de manera muy centralizada,
mediante dos grandes avenidas: la “calzada de los muertos”, que se divide en
centro de norte a sur, y la Avenida este-oeste, que lo hace de levante a
poniente. En torno a estos ejes básicos se organizaron los conjuntos
arquitectónicos denominados por los templos piramidales del Sol y de la Luna.

Entre las causas probables que originaron la aglomeración de poblaciones en


torno a Teotihuacán, la perspectiva de prosperidad económica que ofrecía la
ciudad, debió de atraer a muchos campesinos. El éxito de la ciudad se cimento
en una base agrícola intensiva, apoyada, por una parte en la gran cantidad de
manantiales existentes en la zona y en un elaborado sistema de canales y
Chinampas, y por otra, en el desarrollo de artesanías especiales como la
cerámica y el trabajo de la obsidiana. Además, esta impresionante metrópoli
estaba situada estratégicamente, hecho que permitió establecer contactos
entre la costa del Golfo y la cuenca de México, dos regiones de elevada

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

concentración de habitantes y de especial atractivo comercial. Por ultimo, cabe


destacar que Teotihuacán pudo ser un centro de integración religiosa y de
peregrinaje, al que llegaban flujos de población muy cosmopolitas.

Si bien se desconoce el origen étnico de los teotihuacanos, algunos


investigadores creen que pertenecían al tronco uto-azteca y que hablaban la
lengua náhuatl. Otros estiman que pudieron hablar totonaco. Finalmente, un
tercer grupo de especialistas sostiene que su lengua pertenecía al tronco
otomangue. Los conjuntos multifamiliares, que en el momento de máximo
esplendor llegaron a ser más de 2000, fueron el sistema básico de ocupación.
Las construcciones estaban rodeadas de altas paredes, que tenían una sola
puerta de entrada y albergaban habitaciones orientadas a uno o varios patios
con áreas de vivienda, de actividades artesanales y rituales. Muy a menudo, en
el centro o debajo del altar del patio principal del conjunto, se disponía un
importante enterramiento, destinado a los restos del antepasado fundador del
grupo familiar de habitaba el conjunto.

Cada edificio multifamiliar estuvo ocupado por unidades corporales de familias


que estaban emparentas entre sí y tenían una función, una ideología y una
especialización económica similares. El tamaño y la condición social de los
conjuntos fueron variables, de modo que la localización, la extensión, los
materiales de construcción, la decoración y los otros objetos evidencian la
existencia de estratos sociales diferentes.

A un nivel superior, estos conjuntos se organizaron en sectores, algunos de los


cuales coincidieron con áreas de trabajo especializadas. Ejemplos de esta
organización por sectores son el distrito conocido como “barrio de Oaxaca”,
situado al oeste de la ciudad, que estuvo ocupado por personas de tradición
zapoteca, y el “barrio de los mercaderes”, al este y habitado por poblaciones
procedentes de las costas del Golfo y del área maya.

Estos conjuntos y otros espacios de la ciudad se planificaron en torno a


construcciones públicas organizadas en complejos de tres templos destruidos
alrededor de una plaza, de los cuales se conocen 18. Sin duda, las pirámides
del Sol y de la Luna, así como el templo de la Serpiente emplumada focalizaron
el ritual público en Teotihuacán. En torno a estos edificios se alzaban grandes
construcciones monumentales, como el palacio de Quetzalpapalotl, la
Ciudadela y el Gran conjunto, destinados a la elite dirigente.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

El arqueólogo René Millon analizó la organización social de la ciudad, que


controlaba una elite con funciones políticas y religiosas, y se implicaba en la
guerra y en el comercio a larga distancia. Los gobernantes, que ocupaban el
primer nivel, eran personalidades históricas, sobre todo al final de Teotihuacán,
y en ocasiones se identificaron con los dioses. El segundo nivel, compuesto por
unos centenares de individuos, tal ves estuvo integrado por varios estratos y
abarcó a la jerarquía religiosa y administrativa. Los datos de que se dispone
apuntan a la existencia de amplios conjuntos multifamiliares, muchos de los
cuales estaban emplazados en el Gran Conjunto. Los artesanos y los
especialistas, cuyo número pudo rondar los 25000, ocuparon niveles
intermedios y vivieron en conjuntos multifamiliares agrupados según el
parentesco y el tipo de especialización económica. Se han encontrado más de
cien talleres de obsidiana y zonas en las que trabajaron ceramistas y lapidarios,
que producían máscaras funerarias. Hacia el año 600, la base del cuerpo social
eran unos 100000 campesinos, que habitaban las aldeas y poblados
periféricos.

El centro de Teotihuacán se halla situado a 51 kilómetros de Ciudad de México.


Su nombre significa “lugar donde los hombres se convierten en dioses”. Las
investigaciones referidas a este complejo no han conseguido hasta el momento
establecer que cultura fue la responsable de su fundación. La mayor parte de
los investigadores se inclina a suponer que los supervivientes de la cultura
Cuicuilco a la erupción del volcán Xitle se refugiaron en Teotihuacán donde
propiciaron un nuevo asentamiento. Las huellas del poblado neolítico mas
antiguo se remonta al año 500 a.C., aunque este periodo es considerado como
la fase pre-urbana del centro, que abarcaría desde el año 100 a.C., hasta el
650-700 d.C. Teotihuacán adquirió su máximo esplendor como ciudad sagrada
del Estado, dado que en ella se han hallado sobre todo motivos de carácter
religioso y muy pocos de contenido bélico. La zona principal estaba formada
por el centro cívico ceremonial en el cual se destacaban los dos templos más
grandes, la pirámide del Sol y la de la Luna, situados en la Calzada de los
Muertos. La pirámide del Sol es la mayor estructura del centro y la segunda de
Mesoamérica, después de Cholula, con una orientación que señala el
movimiento del sol desde el amanecer hasta el anochecer y también los
equinoccios. La pirámide de la Luna es menos imponente aunque también se
encuentra entre las más importantes de su tipo en el área.

Calzada de los muertos

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

En Teotihuacán se han identificado tres divinidades principales: la Gran Diosa,


relacionada con el sol, el dios de la tormenta, la lluvia y la fertilidad, y la
Serpiente Emplumada. Pero la religión teotihuacana fue muy variada y afectó a
todas las facetas de la vida del individuo y de la comunidad. Cabe concluir que
al menos hubo dos categorías de divinidades: las dedicadas a los cultos del
linaje y de los antepasados, y aquellas otras generales a la ciudad y comunes a
toda la sociedad. Estas últimas se hallan representadas en los bellos murales
policromos que decoran los edificios multifamiliares. En su mayoría contienen
temas litúrgicos, que se pueden agrupar en torno a cultos específicos.

En la gran metrópoli que fue Teotihuacán se han detectado objetos


procedentes de regiones mesoamericanas alejadas, objetos de Guerrero,
Morelos, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Hidalgo y el área maya, junto con algunos
otros procedentes del norte de México, en su conjunto, estos hallazgos
materiales se consideran un reflejo de las peculiares relaciones que mantuvo la
ciudad con su entorno cultural. Sin embargo, la relación con estas regiones no
fue uniforme, sino diferencial: por ejemplo, abarcaba desde alianzas de tipo
político (Monte Albán y Tikal) al establecimiento de verdaderas colonias
(Kamilaljuyú y Matacapán), pasando por centros con diferente grado de
dependencia como Cholula y regiones con las que los teotihuacanos
mantuvieron estrechas relaciones comerciales (Veracruz y Puebla). En ciertas
áreas, la presencia teotihuacana se ciñió a la explotación de productos de
relevante importancia como el cinabrio en la sierra Gorda de Querétaro,
obsidiana en la sierra de las Navajas (Hidalgo) y en El Chayal (Guatemala).

Además, la cultura teotihuacana estableció relaciones comerciales con las


costas del Golfo y del Pacifico para conseguir coral y conchas, y con el
noroeste de México y el sudoeste de Estados Unidos para obtener turquesas.
En valles anexos a la cuenca central, el dominio fue superior y la explotación
de recursos agrícolas tuvo importancia, como sucedió en los valles de Toluca y
de México, en el de Puebla-Tlaxcala, así como en Morelos.

El calendario teotihuacano conservo sistemas sencillos del cómputo del tiempo,


combino un ciclo de 365 días.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

2.1.3. Proto-clásico y Clásico Temprano de la Cultura Maya


El periodo protoclásico, cuya duración abarca el año 100 hasta el 250, es un
momento no bien definido en la historia de los mayas, en que se produjo un
repentino declive de la civilización de los principales centros de periodo
anterior, que afectó a los centros rectores del área sur y a algunos otros
situados en las tierras bajas como El Mirador y Cerros. Otros lugares, en
cambio, como Holmikl, Barton Ramie y Nohmul, centros situados en el actual
estado de Belice, aumentaron notablemente los efectivos de su población. Al
mismo tiempo, la cerámica adoptó una serie de rasgos característicos, como
los soportes mamiformes en cuencos y fuentes, así como la policromía. Los
objetos cerámicos de este tipo se encontraron especialmente en contextos
funerarios que se hallan distribuidos a lo largo de buena parte del área ocupada
por la cultura Maya.

El periodo clásico, comprendió entre los años 250 y 900, coincidió con una
etapa en que la civilización maya alcanzó tanto sus máximas realizaciones
científicas y técnicas como unos niveles de mayor complejidad social y política.
Hubo un fuerte aumento de población dentro de los centros cívico-
ceremoniales y en torno a ellos, centros que en su mayor parte ya habían
empezado a ser construidos en el periodo Formativo. Aquellas ciudades

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

estaban en gran medida ocupadas por las elites, las cuales controlaban y
centralizaban la vida de los mayas.

Casi todos los autores coinciden en identificar la existencia de cierto grado de


desarrollo de la forma Estado en la organización política de las tierras bajas
mayas, hecho que implica así mismo la existencia de una sociedad
jerárquicamente estratificada, con la fuerza de trabajo consiguientes: aumenta
la producción, dado el avance de las técnicas agrícolas, aparecen
especialistas, como los artesanos que fabricaron objetos destinados a las
elites.

Es evidente que para que este momento llegara fue precisa la existencia de un
alto grado de integración, tanto de los mayas en la multiplicidad de sus
entornos naturales como de los mayas entre sí. Y si bien alcanzar el primer
aspecto integrador requirió siglos de experimentación, cabe suponer que en la
integración social de la población maya desempeño un papel importante la
religión, al ser un rasgo universal de cultura que se desarrolla al mismo tiempo
que lo hacen las necesidades sociales e incluso políticas que van surgiendo en
cada época.

El desarrollo más espectacular del periodo Clásico se localizo en la población


maya asentada en las tierras bajas, aunque alcanzaría su culminación durante
el periodo Clásico Tardío. Los asentamientos fundados en etapas precedentes
crecieron de manera considerable, los templos sobresalieron de entre la
vegetación de los rodeaba, se construyeron palacios, juegos de pelota, se
erigieron estelas y altares, que sancionaban desde su monumentalidad los
distintos linajes reales de las diferentes ciudades mayas.

Las tumbas presentaban ya ajuares mas ricos, el comercio y las relaciones a


largar distancia proliferaron, incluso los diferentes señoríos que componían el
mosaico maya empezaron a competir entre sí, hecho que dio lugar a la
variación de fronteras y dinastías y no obstante, los mayas fueron capaces de
construir un modelo de civilización que extendieron siguiendo el flujo de sus
relaciones comerciales. Y aquel engranaje consiguió funcionar, al menos,
durante siete siglos.

Los mayas llamaban a la tierra de cultivo Milpa, que es un término Mexicano de


origen náhuatl que sirve para designar los campos de cultivo de tierra firme. Su
uso se extendió por todo México y América Central, aunque la palabra maya

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

que los denominaba era “col” y todas las lenguas de esa familia se servían de
palabras similares. Los métodos de acondicionamiento de la milpa eran
idénticos en todos los sistemas de agricultura de las regiones húmedas
tropicales de América por ser los más eficaces al alcance de pueblos con
escasa capacidad tecnológica que habitaban tierras densamente cubiertas de
bosques, con suelos duros y poco profundos. La primera tarea en la
preparación del campo era la “roza” el la cual y por medio de hachas de piedra
se limpiaba la porción del suelo escogido de malezas, arbustos y árboles, que
eran quemados y sus cenizas utilizadas como fertilizantes por su alto contenido
en sales minerales. Los mayas, que conocían la importancia de la renovación
de la selva tanto por las múltiples utilidades de sus árboles como en función del
mantenimiento de los cultivos, orientaban las tareas de desbroce y de roza
mediante ritos precisos celebrados por los propios campesinos o por sus
chamanes. Una ves cumplidos se cavaba la tierra, se removía y así quedaba
preparada para la siembra. Si bien la milpa se asocia al monocultivo del maíz
(incluso, para algunos estudiosos, la propias palabra significa “maizal”), cultivo
predominante por la extensión o rentabilidad que proporcionaba, en realidad,
se trataba de un campo de policultivo puesto que se cosechaban otros
productos que eran facilitados por avanzados sistemas de rotación de los
cultivos, irrigación y drenaje. Cuando la extensión de terreno cultivada se
agotaba, se procedía al desbroce, roza y cultivo de otro nuevo, por lo que la
palabra roza suele utilizarse también para designar toda agricultura de tipo
rotativo o no permanente. El sistema mata actual de cultivo del maíz es, en
muchas ocasiones y muchos lugares, el mismo que se ha practicado en los
últimos 3 milenios.

El periodo Clásico Temprano que se extendió desde el año 250 hasta el 600
coincidió con la merma de población en algunos asentamientos, como El
Mirador o Cerros, que incluso llegaron a desaparecer, mientras que otros,
como Tikal, Yaxchitán, Uaxactún, Becán, Calakmul y Caracol, en las tierras
bajas, o Kamilaljuyú, en la actual capital de Guatemala, y aun otros en el
altiplano y la costa sur, iniciaron un ascenso en todos los aspectos, al que se
siguió posteriormente el de otros centros.

Uno de los fenómenos que mayor interés reviste en este periodo es la conocida
existencia de centros hegemónicos con líneas dinásticas plenamente
constituidas, que hoy se conocen en parte a través de textos glíficos y
enterramientos de elite. Es posible que. En las tierras bajas, Tikal, en el actual

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

estado de Guatemala, aprovechase la debilidad de otros centros hacia finales


del periodo Formativo y se transformara en la principal ciudad de la región
durante mas de 2 siglos como reino independiente al menos desde el siglo III y
que según muestra la Estela 29 de Tikal, que data el año 292, incluyera en sus
dominios otros lugares importantes como Uaxactún y Rio Azul. Esta formación
de carácter estatal no fue única, ya que surgieron otras tan importantes como
Calakmul, Yaxhá o Nakum.

A estos fenómenos culturales internos se debe añadir la existencia de una


compleja red de relaciones con otros lugares de Mesoamérica, como las que
mantuvieron Kaminaljuyú y Tikal con la lejana Teotihuacán, en el centro de
México. Estas relaciones quedan atestiguadas en le registro arqueológico por
la presencia de rasgos teotihuacanos en la cultura material de diversos lugares
del área.

En este periodo comienza a detectarse también algunos sucesos inherentes a


los procesos de civilización, como por ejemplo, las tensiones entre los
diferentes centros de población para hacerse con la hegemonía de amplias
extensiones territoriales. A modo de ejemplo, los textos epigráficos grabados
en monumentos de piedra hablan de una guerra que, en el año 562, sostuvo y
ganó la ciudad de Caracol (Belice) contra Tikal, victoria que le permitió
aumentar su población y lograr una supremacía temporal.

Algunos investigadores sostienen que, a mediados del siglo VI, diversos


centros importantes entraron en decadencia. Entonces se dejaron de erigir
monumentos grabados, la actividad constructiva disminuyó y se empobrecieron
los ajuares funerarios de las tumbas de elite, aunque este no fue un fenómeno
generalizable a toda el área maya.

2.2. EPICLÁSICO o Periodo Clásico Tardío (550 – 1000 d.C.)


A lo largo del siglo VIII, la decadencia de Teotihuacán y de las principales
ciudades del periodo Clásico, en el centro y el sur de Mesoamérica, abrió una
etapa de reformulación del poder en las áreas que estas ciudades habían
denominado en el pasado. Este proceso se acompañó de la penetración de
pueblos nómadas y seminómadas en la región con grandes movimientos de
población originados por el abandono de las capitales clásicas, además de
intercambios étnicos y transformaciones de las doctrinas religiosas, con un

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

mayor énfasis en la secularización. Estos eventos, cuya naturaleza todavía no


ha sido dilucidada en profundidad, tuvieron lugar entre los años 800 y 1000, un
periodo de tiempo que se ha denominado Epiclásico o Clásico Terminal.
Como consecuencia de tales acontecimientos, surgieron centros muy pujantes
en el comercio y en la guerra que se ubicaron en lugares bien defendidos y
amurallados. Fueron capitales de pequeños estados regionales, ninguno de los
cuales logró centralizar el poder ni mantener su prosperidad durante mucho
tiempo.
Los principales centros en este periodo fueron Xochicalco y Cacaxtla.
Xichiclaco fue un asentamiento emplazado sobre colinas que hacia el año 650,
construyó una fortaleza y abarco en un tiempo inusitadamente breve, 4
kilómetros cuadrados de extensión, habitados por unos 5000 habitantes. Sobre
estas colinas con terrazas se edificaron los espacios públicos. Rodeadas por
profundos acantilados que hacían inexplorables estas colinas solo permitían un
acceso muy restringido y además una sucesión de zanjas, trincheras, murallas
y fosos reforzaba su carácter defensivo. Un ejemplo característico es la colina
donde se levanto la pirámide de Quetzalcóatl, con serpientes emplumadas en
el muro de basamento, que estaba asociada a diversos palacios que sirvieron
de residencia a los gobernantes. La pirámide y las estelas encontradas en los
palacios abiertos combinan elementos propios de Teotihuacán (talud-tablero),
de El Tajín (representaciones de Quetzalcóatl) y del área maya (mediante la
talla de diversos dirigentes que mantienen composiciones y actitudes
características de dicha cultura).
En las laderas de esta colina se habilitaron terrazas que servían para sostener
edificios y conjuntos residenciales. Estas construcciones estaban rodeadas de
campos cultivados donde vivía la población sustentante. Pero la compleja
historia de este asentamiento fue breve y su final, tan abrupto como vertiginoso
había sido su crecimiento. Aunque las causas de su decadencia quedan poco
claras, parece que la fragmentación política fue decisiva.
También Cacaxtla fue un asentamiento fortificado erigido sobre colinas detrás
de las antiguas ruinas de Xochitécatl. Entre los años 650 y 900 Cacaxtla se
transformó en la capital de los olmeca-xicalancas, grupo procedente de la
región maya chontal de Xilango. Se modificaron varias colinas para colocar
inmensas plataformas sobre las que se levantaron edificios públicos rodeados
por paredes defensivas. Debajo de estas terrazas se planificaron otra con
campos de cultivo en las que se habitó el campesinado.

Arqueología Mesoamérica Comparada Página 33


Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Cacaxtla, al igual de Xochicalco tiene un arte ecléctico que refuerza su posición


estratégica en relación con varias culturas de finales del periodo clásico. En
sus murales se combina un estilo procedente del centro de México con rasgos
mayas muy similares a los existentes en Bonampak, en Oaxaca, en la costa del
Golfo, y en algunos jeroglíficos de origen Teotihuacano. No obstante, en
conjunto son murales que pertenecen a la tradición cultural maya.
En las representaciones pictóricas del edificio B de Cacaxtla se enfrentan
grupos de la costa atlántica del Golfo, tal ves mexicas, y un grupo maya. Estas
escenas podrían corresponder a una batalla que se habría librado en la
frontera entre los actuales estados de Veracruz y Campeche, o quizás en le rio
Usumacinta. Los vencedores, los mexicas de la costa del Golfo, llevaban
emblemas y elementos teotihuacanos. Los “caballeros-jaguar” y los
“caballeros-águila”, dos de las órdenes militares de principal importancia
durante el posclásico, se habrían enfrentado en esta batalla presidida por
serpientes emplumadas, jaguares y animales marinos, tal vez en disputa por el
control de este territorio de Puebla. La proximidad del altiplano Central y la
ejecución de estos murales que representaban escenas de las batallas que
tuvieron lugar desde mediados del siglo VII, ponen de manifiesto la debilidad
del dominio teotihuacano en ese periodo. Poco antes del año 1000, la ciudad
de Cacaxtla entró en su ultima fase y fue definitivamente abandonada.

2.2.1. Cultura Chalchihuites en el Occidente de México


La cultura Chalchihuites evoluciono en las faldas orientales de la sierra Madre
Occidental, entre Durango y Zacatecas. Denominada también como
Mesoamérica marginal. Los primeros vestigios de vida sedentaria en la región
proceden del centro de México y datan del periodo Preclásico Tardío. Aquellas
nuevas poblaciones convivieron y compitieron con los pobladores originarios
del área, quienes mantenían modelos propios del periodo Arcaico. Entre las
etnias actuales, tal ves los tepehuanes desciendan de los chalchihuites. Estos
colonos se establecieron en sitios bien defendidos y, a partir del siglo VI de
nuestra era, introdujeron elementos complejos como Izompantlis o altares para
colocar las cabezas de los cautivos inmolados. Esta actividad se mantuvo
hasta bien entrada la época colonial. Centros importantes de esta cultura
fueron Alta Vista y La Quemada, Cerro Afiladero y Cerro del Huistle, que
alcanzaron un notable desarrollo entre los años 550 y 900, en esta etapa se
introdujo el cobre y los objetos de metal procedentes de la costa, así como un
estilo narrativo en la decoración cerámica.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Aunque en algunos centros se encuentran pirámides destinadas a templos así


como juegos de pelota, ninguno de estos centros fronterizos logró controlar una
parte del territorio chalchihuite, a finales del siglo IX se abandono la zona y su
control volvió a manos de las poblaciones nómadas. Estudios realizados a
finales del siglo XX han identificado esta contradicción de la frontera
mesoamericana con la migración histórica tolteca-chichimeca, que estuvo
acompañada por el uso del cobre y de la turquesa y por la introducción del
chac-mool (ara con forma humana, para los sacrificios), el izompantli, las salas
hipóstilas y las escenas de guerra en al escultura. Estos elementos, cuyo lugar
de procedencia parece estar en esta región ignota, se generalizarían a partir de
entonces en el centro del actual México.

Chac mool

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Izompantli

En el noroeste del Mesoamérica, los máximos desarrollos que se alcanzaron


en la sierra de Tamaulipas, en particular en San Antonio Nogalar, pertenecen al
periodo Clásico Temprano; mientras que, entre el año 900 y el 1300 d.C., no se
conoce ningún centro regional en la sierra Madre Orienta. La misma tónica se
observa en las tierras altas de Rio Verde y en la sierra Gorda.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Variaciones del Chac-mool de acuerdo a su localización

2.2.2. Desarrollo de El Tajín, en el Golfo de México


El Tajín fue el mayor centro de integración sociopolítica de la costa del Golfo de
México, una ciudad de 5 kilómetros cuadrados de extensión, cuya planificación
recuerda los centros de población maya y los núcleos ceremoniales de la
época olmeca, como Tres Zapotes o Cerro de las Mesas. En este centro

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

urbano vivieron cerca de 3500 habitantes, aunque su periferia albergo a unas


13000 personas, la ciudad se formó en dos etapas: la primera, El Tajín Chico,
fue concebida con una función predominantemente residencial; la segunda, El
Tajín, centro de integración político religiosa y económica de la región, floreció
entre los siglos VII y XII.
Las soluciones decorativas que se imponen a la arquitectura de El Tajín
confieren a la ciudad un peculiar estilo arquitectónico, en el destaca la
utilización de nichos alojados en tableros y acompañados por cornisas en
voladizo, grecas y otros elementos. Un ejemplo característico es el Edificio de
los Nichos, mausoleo dedicado a uno de los gobernantes más carismáticos de
la ciudad, “13 Conejo”.
En El Tajín se desarrollo en complicado estilo escultórico relacionado con el
juego de pelota, cuyas canchas estaban decoradas con figuras de dioses,
guerreros, jugadores de pelota y escenas rituales, como el sacrificio humano
por decapitación y la ingestión de pulque, una bebida espirituosa que era
extraída de las hojas carnosas de la pita o maguey.
Las catorce estructuras para la práctica del juego de pelota que fueron halladas
en el conjunto de la ciudad, junto con su decoración realizada por medio de
tableros y otros elementos relacionados con este ritual, indican claramente la
importancia que tenia esta practica lúdico ritual para la cultura de El Tajín. Los
jeroglíficos que se han descubierto en algunos tableros de este yacimiento
hacen referencia al soberano “13 Conejo”, quien aparece sentado en un tronco
y rodeado de cautivos importantes; estos, a su vez, podrían ser dirigentes de
otros centros menores que, luego de ser capturados en acciones guerreras,
habrían sido sacrificados en el ritual que se desarrollaba durante el juego de
pelota.
Además de a estos tableros, los veracruzanos de El Tajín concedieron gran
relevancia a un complejo escultórico ligado así mismo al juego, compuesto por
yugos, hachas y palmas, elementos que fueron grabados con restos humanos,
animales y figuras mitológicas. Finalmente, hacia el siglo XII El Tajín entró en
decadencia y, aunque se desconocen las causas de su declive definitivo, los
vestigios de diversos restos de fuego localizados en la ciudad remiten a un final
posiblemente violento.
El juego de la pelota, cuyo origen se remonta a la época de esplendor de la
cultura olmeca, se habría difundido por aquellas regiones del Golfo de México
en que se obtenía el látex. Si bien las más de 18 canchas halladas en El Tajín
permiten suponer que allí se desarrollaban anualmente rituales religiosos y

Arqueología Mesoamérica Comparada Página 38


Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

cultos particulares vinculados al juego de pelota, este juego se disemino por


casi todos los confines de Mesoamérica y el Caribe por lo que puede ser
considerado la ceremonia mas difundida de toda el área cultural ya que aún era
practicada por los aztecas tras la Conquista.
Con todo, el ritual del juego parece haber variado de una cultura a otra. La
mayor parte de las canchas constaban de un espacio rodeado con muros de
piedra, con una zona central en forma de “I” que era completada con dos
campos transversales en los extremos y delimitados lateralmente. Los
espectadores apostaban por uno de los dos equipos en disputa, los cuales
estaban integrados por varones nobles. En su modalidad tolteca el juego
culminaba con la muerte del adversario.

2.2.3. Decadencia de Teotihuacán


La fase Metepec, entre los años 650 y 750, caracteriza una época de cambio e
intranquilidad política, en que la población de la cuenca de México dejo de
concentrarse en Teotihuacán. Durante esta fase surgieron nuevos
emplazamientos que van, según el orden de su estratificación, desde poblados
hasta pequeños centros como Azcapotzalco, los cuales evidencian una
paulatina decadencia. Este fue también un fenómeno interno, a juzgar por las
figurillas hechas con molde, indicativas de que el ritual ya no se llevaba a cabo
en los templos de manera Exclusiva. Al mismo tiempo, el poder económico se
debilito y los contactos entre Teotihuacán y muchos centros de Mesoamérica
se fueron desvaneciendo.
La decadencia de la ciudad fue lenta, hasta su destrucción por el fuego. Los
templos y los edificios públicos, a lo largo de la Calzada de los Muertos y de la
Ciudadela, fueron desmantelados y en el emplazamiento de Teotihuacán no
quedó sino una reducida población de unos 25000 habitantes.

2.2.4. Auge tolteca en el Altiplano Central (Tula)


La historia Tolteca Chichimeca relata como los toltecas llegaron desde el norte
a la cuenca de México, donde presionaron a las poblaciones autóctonas hasta
que se establecieron en Ixtapalapa guiados por su héroe mítico, Mixcoatl (Nube
Serpiente). Desde este asentamiento se trasladaron a Tula dirigidos por Ce
AcatlTopiltzin, Quetzalcóatl, lo que sucedió hacia el año 960. Poco mas tarde,
una facción encabezada por un sacerdote adscrito al culto de Tezcatlipoca le
disputó el poder, lo venció y los expulso de la ciudad junto con sus seguidores.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Tula inicio entonces un dominio político sobre un vasto territorio, hasta que, en
el año 1156, Huemac decidió el traslado de la capital a Chapultepec, donde
falleció en 1162; con su muerte concluyó la dinastía de reyes toltecas.
La ciudad de Tula esta situada a 60 kilómetros al noroeste de Teotihuacán. El
sitio fue un pequeño asentamiento dependiente de la capital teotihuacana en el
periodo Clásico Temprano. El área que se conoce con el nombre de Tula Chico
comenzó a se modificada con la construcción de montículos y un juego de
pelota hacia el año 650, cuando ya había cesado la influencia Teotihuacana.
Hasta aproximadamente el año 1000 Tula no alcanzo su trazado definitivo, que
abarcó unos 14 kilómetros cuadrados de extensión, en los que vivían entre
32000 y 37000 habitantes.
La ciudad se compone de un Recinto Ceremonial, donde se erigió el templo del
Sol (Tezcatlipoca blanco del Este), y el templo de Quetzalcóatl al norte. Junto a
este templo se construyo el palacio Quemado, una estructura de techo plano
sostenida por pilares. Decorado con talud y tablero, el templo propiamente
dicho estuvo en parte rodeado por un coatepantli (muro de serpientes)
adornado con paneles tallados en los que abundan las representaciones de
jaguares, pumas, águilas que devoran corazones, y coyotes. En la Plaza
Principal se halla emplazado el más importante de los seis juegos de pelota de
la ciudad, en forma de “I” y muy parecido al de Xochicalco. Diferentes grupos
de habitación rodean la colina sobre la que se asienta el centro, y recuerdan
los conjuntos multifamiliares de Teotihuacán. Más allá de la periferia, las casas
aisladas decoradas con ajuares mas sencillos fueron habitadas por
campesinos menos urbanizados del Estado Tolteca.
La arqueología ha desmentido una vieja visión semilegendaria, basada en las
crónicas, que describía a los toltecas como un pueblo poderoso y creador de
un vasto dominio político en las tierras altas del centro de México. Por el
contrario, la expansión tolteca parece que se efectuó hacia la frontera norte de
Mesoamérica, por la sierra Madre Occidental, y hasta el límite con Chihuahua.
Por una ruta que enlazaba el norte de Mesoamérica con la Gran Chichimeca
penetraron productos como la hematita, la calcedonia, el pedernal y las
turquesas, que eran controlados por comunidades del sudoeste de Estados
Unidos. Casas Grandes y Zape se transformaron entonces en prósperos
centros de intercambio de bienes manufacturados y de materiales provenientes
de las culturas hohokam y anasazi de Arizona, además de objetos de cobre,
turquesas, peyote y sal, entre otros productos, así como esclavos.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

A través de las mismas redes llegó el metal desde el Occidente de México, que
luego fue distribuido a otros lugares de Mesoamérica por rutas que controlaban
los toltecas. Actualmente se desconoce aun cuales fueron las relaciones entre
Tula y La Huasteca, pero se sabe que existieron, pues en esta etapa aparecen
en la región objetos de cobre, pipas de arcilla, sellos y figuras con ruedas,
objetos que los huastecos compartían con la capital tolteca. En esta época se
realiza un estilo escultórico de tallas en bajo relieve sobre losas y, sobre todo,
destaca la elaboración de templos redondos en sitios como Las Flores, Pavón
y Tancol.

2.2.5. Periodos Clásico Tardío (600- 800) y Clásico Terminal (800-900) de


los mayas
Los centros de habían sufrido una decadencia en el Clásico Temprano
comenzaron a recuperarse en siglo después. Durante el periodo ClásicoTardío,
entre los años 600 y 800, no hubo ya una ciudad hegemónica, sino que
surgieron multitud de centros regionales, algunos de los cuales se mantuvieron
completamente independientes, mientras que otros se aliaron entre sí y dieron
origen a entidades políticas mas prosperas y fuertes, que estaban sometidas a
continuos cambios y seguían un proceso de segmentación e integración muy
característico de los antiguos estados. El control territorial se diversifico a
través de varios centros regionales: Tikal controlaba solo una porción de El
Petén; Yaxchilan, parte del rio Usumacinta; Calakmul, el norte de El Petén;
Copan, el sudoeste. En Yucatán, la región de Chenes-Rio Bec alcanzó su
apogeo y surgieron, con personalidad propia, ciudades como Uxmal, Kabáh,
Labná y Sayil. Esta independencia superior entre grandes centros se reflejo
claramente en los estilos regionales, que surgieron en arquitectura, escultura,
pintura y otras manifestaciones artísticas.
La población alcanzo su densidad demográfica mas elevada, y la construcción,
tanto de edificios religiosos y administrativos como de plataformas de tipo
habitacional, cubrió amplias extensiones. Lugares como Tikal, Calakmul,
Caracol, Palenque, Copán, Quiriguá, Yaxchilán, Ixkún, Uaxactún, Ceibal,
Piedras Negras o Tonina, por citar solo algunos entre las decenas de sitios de
mayor rango, alcanzaron el momento de máximo esplendor en su desarrollo.
La región norte o yucateca también se había potenciado ya en el periodo
Formativo, aunque con menor espectacularidad, y así, lugares como

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Dzibilchaltún, Cobá y Edazná acogieron asentamientos que serian importantes


en etapas posteriores.
Los establecimientos antes citados destacan a simple vista por la grandiosidad
de sus edificaciones, hecho que contrasta, por lo general, con la menor
elevación de las estructuras ceremoniales halladas en las regiones del
altiplano, la costa y la boca costa del área maya. Lo cierto es que estas zonas
permanecieron en unos niveles provisionales de desarrollo, sin grandes alardes
estructurales, pero con unos grados de integración muy armónicos.
En el periodo Clásico Terminal, entre los años 800 y 900, se sitúa uno de los
temas mas mitificados de toda la historia de la América prehispánica: el
colapso de la civilización maya. Desde luego, en los centros de mayor
importancia de las regiones central y sur de las tierras bajas dejaron de
construirse estructuras ceremoniales, residenciales y administrativas,
decayeron la manufactura y la distribución de los bienes de lujo y de rango, y
se dejaron de erigir monumentos grabados coincidiendo aproximadamente con
el año 790 de nuestra era. Con todo, algunas ciudades de menor rango,
siguieron grabando algunos: el último que se conoce data del año 909 y fue
hallado en el sitio de Toniná (Chiapas), un lugar importante, aunque periférico.
Solo algunas ciudades como Ceibal y Carácol, experimentaron un breve auge y
cierta continuidad, respectivamente, mientras que en el resto la población se
redujo de manera drástica ( a un 10% en el caso de Tikal). Ello no supone que
el área quedara totalmente despoblada, pues existen pruebas arqueológicas de
que, en torno a los lagos de El Peten, se establecieron pequeños
asentamientos que tendrían continuidad en el periodo siguiente. Como
contrapartida, en el norte de la península de Yucatán, en sitios como Uxmal,
Edzná, Oxkintok, Labná, Sayil y Kabáh, que se encontraban en su mejor
momento, se erigieron extraordinarias estructuras y se desarrollo el estilo
arquitectónico Puuc.
Dada la complejidad que alcanzo en aquella época la cultura maya, resulta
difícil suponer que su decadencia haya tenido como desencadenante un único
factor. Se han enunciado diversas hipótesis que otorgan mayor importancia a
factores internos de desestabilización, tales como un excesivo distanciamiento
entre las clases sociales o un aumento desmesurado de la población, son su
repercusión en el nivel de subsistencia general y el descontento que ello
pudiera acarrear. Los factores externos se centrarían, por un lado, en el
derrumbe de las redes tradicionales de comercio, con la pérdida de riqueza,
prestigio y poder consiguiente por parte de la élite gobernante, y por otro, en la

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

irrupción, quizá, de grupos mayas mexicanizados (putun-chontal), que darían


pie a interesantes fenómenos de sincretismo o de mezcla con otras culturas
mesoamericanas.
El hecho de que numerosos centros mayas fueran abandonados no significa
que la cultura maya llegara a desaparecer en ningún momento. Como sucede
en todos los procesos culturales, las nuevas circunstancias hicieron que se
desencadenara una profunda transformación en la sociedad, de modo que
ciertos rasgos quedaran superados, mientras que otros se reconvirtieron y
facilitaron de este modo que la cultura se adaptara a los nuevos tiempos.

3. PERIODO POSCLÁSICO (1000 –1520)


3.1. Periodo posclásico Temprano (1000-1250)
3.1.1. Decadencia de Tula (1168 y 1178)
El declive de Tula estuvo precedido por una espectacular destrucción del
centro causada por el empuje de poblaciones chichimecas del norte de México.
Huemac había trasladado la capital a Chapultepec hacia 1156, y Tula quedo
desprotegida y a merced de las invasiones bárbaras, que se produjeron tan
solo doce años mas tarde. El halo de prestigio y de poder que dejo tras de si,
aunque no respondía a la realidad, sirvió para que los principales linajes del
periodo Posclásico pretendieran estar emparentados con la antigua nobleza
tolteca.
3.1.2. Auge de tarasco en el Occidente de México
El origen del pueblo tarasco es aun un secreto por descifrar, quizás a causa
del difícil encaje que tiene la lengua tarasca en las familias lingüísticas
mesoamericanas, aunque bien podrían proceder de los aucúsechas del área
de Zacapu. La entrada de los tarascos en la región estuvo acompañada por
oleadas de grupos de habla náhuatl y de filiación chichimeca. Las fuentes
escritas, en particular las Relaciones de Michoacán, fijan el primer
emplazamiento tarasco en Pátzcuaro en el inicio del siglo X, por medio de su
héroe fundador Tariacuri. Poco después, y según una tónica ya tradicional en
las historias de la migración en el centro de México, se trasladaron a Ihuatzio, y
de allí a Tzintzuntzán, donde establecieron su capital definitiva y forjaron un
Estado que llego a abarcar unos 70000 kilómetros cuadrados.
Es estado de tarasco estuvo dirigido por una autoridad, conocida por cazonci,
que centralizo el poder político, administrativo, militar y religioso. De esta
autoridad dependían los caciques de los territorios conquistados y una

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

burocracia estatal compuesta por una gran variedad de oficiales y nobles,


quienes se encargaban de mantener las fronteras territoriales y de recaudar las
tasas y los tributos de los distintos grupos sometidos.
Esta administración político territorial guardaba estrechas semejanzas con la
del Estado mexica. En los estratos sociales inferiores se situaban los
campesinos, que mantuvieron la estructura estatal, y los grupos conquistados,
a los que se consideró esclavos.
A comienzos del siglo XVI, la cuenca de Páztcuaro incluía 91 asentamientos
con una población estimada entre 60000 y 120000 personas. En algunos de los
grandes centros tarascos mencionados, los principales edificios, denominados
yácatas, servían como residencia y templo funerario de los reyes, e incluían un
santuario dedicado a la principal deidad tarasca Curicaueri, relacionada con el
fuego y cuyo nombre significa “gran quemador”. Las yácatas son inmensas
plataformas en forma de rectángulo o de “T”, con los extremos redondeados,
en cuya parte superior se alternan estructuras circulares con otras
rectangulares, hasta un total de cinco.
La estructura de asentamiento del Estado tarasco se baso en su capital
Tzintzuntzán,en centros de segundo orden como Ihuatzio, Pátzcuaro, Uruapán
y Zacapán, y, sobre todo, en aldeas y poblados campesinos. A diferencia del
mexica, que cimento su expansión en regiones del centro y del sur, el Estado
tarasco se oriento hacia el norte. Ambos mantuvieron relaciones belicosas
desde mediados del siglo XV, situación que los tarascos resolvieron mediante
la construcción de fortificaciones fronterizas, hasta que, en el año 1522, el
soberano Tangaxoan II permitió la anexión pacifica del Estado de tarasco a la
Corona española.

3.1.3. Posclásico maya (900 – 1500)


Los cambios con respecto a la etapa presente fueron considerables durante el
posclásico, periodo de tiempo que abarca desde el año 900 al 1500. Las
ciudades de la península de Yucatán, una región con un régimen de lluvias
bajo y suelos menos fértiles, y por esta razón con un potencial agrícola mas
limitado, cimentaron su prosperidad en recursos locales, especialmente
marinos como el pescado y la sal, en la producción de fibras esta el algodón y
sisal, frutos, miel y productos animales. En general, los diferentes especialistas
coinciden en que esta fue una etapa de militarismo creciente, similar a la del
resto de Mesoamérica. Es importante indicar que el conocimiento de la parte
final de este periodo, que se suele subdividir en Temprano y Tardío, tiene como

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

fuente la documentación que ha llegado hasta la actualidad y que fue escrita


tanto en lenguas indígenas, utilizando la grafía castellana, como directamente
en español.
Durante el periodo posclásico Temprano, que comprende del año 900 al 1221,
la zona norte de las tierras bajas gozó de una primacía que jamás antes había
alcanzado, y aunque algunas áreas de Belice y El Petén siguieron pobladas, la
mayor complejidad cultural se desplazó al norte de la península de Yucatán. La
ciudad de Chichén Itzá, controlada por los grupos maya putún a chontal en
unión de gentes Itzá, acabaría por dominar durante dos siglos todo el Yucatán,
tanto desde el punto de vista militar como en lo comercial.
Tal como demuestra la iconografía de los murales y as esculturas
distribuidaspor la ciudad, este control no fue pacífico, y aunque centros como
Cobá o Uxmal se resistieron, al final todos cayeron bajo el dominio de Chichén
Itza. Sin duda, el éxito de esta ciudad se debió a una combinación de factores
como el control del comercio costero a larga distancia, su poderío militar, un
sistema de creencias que le permitió convertirse en un centro de peregrinaje
como mínimo regional y, en especial, una innovadora, flexible y a la ves estable
forma de gobierno, que demostró tener mucho mas éxito al administrar un
Estado de conquista de la arcaica organización política propia de los centros
del sur durante el periodo clásico.
Mientras tanto, en el altiplano se mantuvo una clara ausencia de
espectacularidad en las realizaciones arquitectónicas y artísticas, tónica que ya
era característica de periodos anteriores, aunque cabe afirmar que se trato de
una etapa marcada por influencias de tipo mexicano.
Según las crónicas del periodo posclásico tardío, entre los años 1221 y 1500
se inicio con la caída de Chichén Itzá, en 1221, y la ascensión del cercano
centro de Mayapán. Las crónicas no especifican las causas de ese cambio en
la hegemonía, aunque cabe contar entre ellas la intriga política. El gobernante
de Mayapán, HunacCeel, aliado con la ciudad de Izamal, saqueo Chichén Itzá,
destrozo sus templos y sus ofrendas e introdujo un nuevo orden en Yucatán,
además de un poder territorial que, pese a ser mas reducido, consiguió
mantenerse durante dos siglos y medio. Este periodo coincidió con el momento
en que se potenciaron los centros de Tulum, Isla Mujeres, Cozumel, Lamanai y
Santa Rita Corozal, de las costa oriental de la península yucateca, que
mediante el comercio con otras comunidades alcanzaron progresivamente una
gran prosperidad, e integraron en sus manifestaciones artísticas elementos
propios del centro de México como los murales y las cerámicas de influencia

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

mixteca-puebla, desarrollados en Oaxaca. Incluso El Petén tuvo asentamientos


que tendieron a situarse como los posteriores al colapso, en torno a zonas
lacustres como en los lagos de El Petén Itzá y Yaxhá. Destacan entre estos
asentamientos Tayasal, Paxcamá, Macanché y Topoxté.
Las crónicas también refieren que poco después del año 1450, Ah Xupán, un
señor noble del linaje Xiu de Mayapán, organizó con éxito una revuelta contra
la dinastía de los cocom, que había dominado durante mucho tiempo las
instituciones económico-políticas de Chichén Itzá. La ciudad fue saqueada y
abandonada, al tiempo que los centros más importantes de la región
empezaban a declinar y se producía una gran fragmentación política que dio
lugar a diversas provincias autónomas. Esa fue la situación en la que se
encontraron los españoles en 1517 cuando empezaron a adentrarse en el área.

3.2. Periodo posclásico Tardío (1250 – 1520)


3.2.1. Auge Mixteca en el valle de Oaxaca
La decadencia de Monte Albán en el periodo Clásico Tardío había dejado el
valle de Oaxaca dividido en pequeños territorios denominados por Lambytieco,
Jalieza, Cuilapan y otros centros que compitieron por el control de la cuenca
hasta que fueron integrados por Mitla y Yagul. Al mismo tiempo, los estados
mixtecos ejercieron presión desde el norte. Hacia el año 1250, Mitla, Yagul y
Zaachila mantuvieron relaciones con los reinos mixtecas, de las que surgieron
matrimonios de elite y alianzas tanto comerciales como políticas entre
dirigentes zapotecos y mixtecos, de forma que la penetración de estos fue
pacifica, hasta llegar a yuxtaponerse ambos grupos a lo largo de la segunda
mitad del periodo posclásico.
La cultura mixteca se desarrollo en una región muy montañosa al oeste del
valle de Oaxca, que incluye numerosos cuencas de alto potencial agrícola,
como Miahuatlán, Nochixtlan y Coixtlahuaca, distribuidas por áreas de
altiplano, tierras bajas y regiones costeras. Durante la etapa tolteca, los cerros
de la región dependieron de Tula. El rey de Tilantongo, “8 Venado”, uno de los
mas carismáticos de la historia de la región, se desplazo a Tula en 1045 para
investirse soberano según los cánones toltecas. Esta información dinástica y
política, junto con otra muy abundante referida a la religión, la escritura y el
calendario, quedo registrada, poco antes de la conquista española de México,
en códices del piel de venado cubiertos por una fina capa de estuco,
manuscritos y pintados con colores muy vivos.

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Cronología del formativo, clásico y epiclásico de Mesoamérica

Alrededor del año 800 d.C., el poder de la ciudad de Monte Albán empezó a
declinar. Dos siglos mas tarde, los mixtecos entraron en los valles de Oaxaca y
ocuparon la ciudad, destinándola a partir de entonces a necrópolis, al tiempo
que la población se asentaba, de manera permanente, en ciudades fortificadas
como Yagul, Zaachila y Mitla. Esta última se convirtió en un centro importante
de Oaxaca, con prevalencia de la arquitectura civil sobre la religiosa. Este
cambio es un indicador de la existencia de un nuevo tipo de sociedad,
gobernada no solo por una nobleza teocrática sino por otra de tipo guerrero-
militar. En Mitla se han identificado cinco grupos de edificios: el palacio de las
Columnas, el grupo de los Adobes. Si bien en cantidad mucho menor, en
comparación con Monte Albán, en este yacimiento se han encontrado un
numero limitado de tumbas construidas bajo los edificios ceremoniales. En
relación a ellas se ha confirmado que los mixtecos, una ves sentados en la
ciudad, utilizaron las tumbas zapotecas para sepultar a sus propios soberanos
y que las mismas fueron reutilizadas hasta el periodo posclásico Tardío y la
conquista española, hecho que dificulta una clara identificación de las
características de las ofrendas funerarias en los enterramientos de elite en una
y otra cultura. Como ocurre con tantos sitios arqueológicos del México antiguo,
en Mitla, un templo católico de la época de la Colonia (san Pablo Apóstol, siglo
XVI) fue construido sobre parte de las ruinas del yacimiento.
Gracias a los códices manuscritos ha sido posible conocer parcialmente la
organización jerárquica de la sociedad mixteca, aunque la mayor parte de la
información recopilada se refiere a la vida del gobernante, su nacimiento, su
acceso al trono, su matrimonio, las batallas que libró y su muerte. No todos los
códices mixtecos contenían información histórica. Algunos, como el Grupo
Borgia, son de naturaleza ritual y el calendárica; otros como el Códice de
Viena, son títulos de propiedad; y un tercer grupo son histórico-geográficos,
como el Lienzo Selden, el Mapa de Teozacualco y el Mapa de Rickards.
La realeza mixteca estaba sostenida por una clase noble organizada según el
parentesco y en consecuencia, también jerarquizada. Aun nivel inferior se
situaban los comerciantes y artesanos, y en ultimo lugar los campesinos, los
sirvientes y los esclavos. Desde el punto de vista político, esta sociedad se
organizo en señoríos muy centralizados, compuestos por unos pocos centros,
poblados, compuestos por unos pocos centros, poblados y aldeas. Tilantongo,
Tlaxiaco y Tututepec fueron algunos de los más importantes ya que
consiguieron formalizar amplias confederaciones políticas.

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La ocupación de los valles centrales por los mixtecos se produjo a finales del
siglo XII a través de matrimonios de elite con integrantes de la nobleza
zapoteca, pero desplazando a la mayoría de los señores zapotecos del
gobierno de las comunidades del valle. En los grandes centros como Cuilapan,
Mitla o Zaachila convivieron ambos grupos étnicos y en ocasiones crearon
expresiones culturales comunes. Sin embargo, en el final del posclásico, las
comunidades zapotecas ocupaban mas de dos tercios de los territorios del
valle de Oaxaca y tenían como centro religioso Mitla, ciudad en la que se
practicaba un culto organizado en torno al Señor y la Señora del Inframundo,
denominados CoquiBezelao y XonaxiQuecuya, respectivamente.
Además de los códices, los mixtecos elaboraron un complejo de estilo de
decoración cerámica, relacionado con aquellos, que se expandió con el arte
mural. Su lugar de origen fue una región comprendida entre los valles de
Puebla, Tlaxcala y las zonas mixtecas, y se distribuyo por muchas regiones de
Mesoamérica en las décadas anteriores a la conquista. Su centro de
distribución pudo ser Cholula. Los murales de los palacios de Mitla, Tulum y
Santa Rita Corozal participan de este estilo, que se complementan con la
elaboración de cerámicas pintadas y con los códices mixtecos
Años antes de que llegaran los españoles a Mesoamérica, los zapotecos se
habían expandido por la llanura costera de Oaxaca y por el istmo de
Tehuantepec, donde construyeron la fortaleza de Guiengola, en la cual además
de edificios administrativos y religiosos, se levantaron dos impresionantes
murallas destinadas a contener los continuos ataques que recibían por parte de
los mixtecas. La documentación escrita informa que, en el año 1497, los
ejércitos del Altiplano Central sufrieron un grave revés en aquel asentamiento
de manera que el territorio zapoteco se mantuvo independiente hasta la llegada
de los españoles a la región en 1521.

3.2.2. Llegada de los aztecas al valle de México (1300)


Los orígenes de los aztecas son algo oscuros. Se cree que llegaron al valle de
México en el siglo XIII integrando grupos nómadas. Por sus cualidades
guerreras, sirvieron a menudo como mercenarios de los pueblos que ya
poblaban la región. Con el tiempo consiguieron un lugar en el asentarse y
crecieron, se emparentaron con sus vecino e hicieron méritos al conquistar
apara sus señores en el siglo XIV, la ciudad ribereña de Azcapotzalco. De su
fama como grandes guerreros, no exentos de crueldad, basta con citar dos
episodios. El primero fue cuando les asignaron para vivir un lugar llamado

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Tizapán, que destacaba por la abundancia se serpientes de cascabel. De este


modo, sus vecinos esperaban deshacerse de un pueblo que les resultaba
molesto. Convencido de que aquello habría bastado para acabar con los
aztecas, al llegar a Tizapán se encontraron con que no sólo ha habían parecido
las serpientes, sino que gozaban de magnifica salud, debida en parte a la dieta
rica en proteínas que supuso para los aztecas alimentarse con serpientes. El
segundo proviene de una de las guerras en las que participaron al servicio de
otra potencia. En el transcurso de la campaña, los aztecas se maliciaron que
les tendían una trampa. Tomaron prevenciones y a cada prisionero que hacían,
le cortaban una de las orejas. Cuando en el recuento de capturas, otros grupos
trataron de adjudicarse las que los aztecas habían hecho, sacaron un saco de
orejas y probaron la bravura de su raza. No hay que olvidar que una forma de
ascender en la jerarquía del mundo mesoamericano era precisamente la
captura de prisioneros en el combate.
En la Segunda carta de Relación escrita el 1520, Hernán Cortes (1488-1547),
el que iba ser conquistador de México, se dirigía a su emperador, Carlos I y le
describía la capital del pueblo al que denominó “azteca”, Tenochtitlán, una
ciudad que por imperativos de la guerra acababa de abandonar, con estas
palabras: “… porque para dar cuenta, muy poderoso Señor, a vuestras real
Excelencia de la grandeza, extrañas y maravillosas cosas desta gran ciudad de
Temixtitán, y del señorio y servicio deste Muteczuma, señor della, y de los ritos
y costumbres que esta gente tiene, y de la orden que en la gobernación,
asíesta ciudad como de las otras que eran de este señor, seria menester
mucho tiempo y ser muchos relatores y muy expertos, no podre yo decir de
cien partes una de las que dellas se podrían decir; mas como pudiere, diré
algunas cosas de las que vi, que, aunque mal dichas, bien se que serán de
tanta admiración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros
propios ojos las vemos no las podemos con el entendimiento comprehender”.
Muchos años después, un compañero de armas, Bernal Díaz del Castillo
(1492-1584), en la Historia verdadera de la conquista de Nueva
Españarememoraba de manera semejante el impacto que la primera visión de
México-Tenochtitlán le había producido: ¡ y después vimos tantas ciudades y
villas pobladas en el agua, e en tierra firme otras grandes poblaciones, y
aquella calzada tan estrecha y por nivel como iba a México, nos quedamos
admirados y decíamos que parescia a las cosas de encantamiento que cuentan
en el Libro de Amadis, por las grandes torres y cues y edificios que tenían
dentro del agua, y otro de calicanto, y aun algunos de nuestros soldados

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decían que si aquello que vian, si era entre sueños, y no es de maravillar que
yo lo escriba aquí desta manera, porque hay mucho que ponderar en ello que
no se como le cuente: ver cosas nunca oídas, ni vistas, ni aun soñadas, como
viamos”. La desventaja de Cortes respecto a Bernal Díaz era que escribía
sobre la marcha, sin saber como iba a acabar su aventura, mientras que Bernal
lo hizo mucho tiempo después, ya anciano, ayudando a su memoria con las
propias cartyas de Cortes y otros textos, entre ello, el de Francisco López de
Gómara (1512-1562) autor de La Crónica de la Conquista de México, todo lo
cual le indujo a anteponer el calificativo de “verdadera” a la historia que
compuso.
Ambos autores denuncian las limitaciones de su descripción, pero dado que el
asedio indujo Tenochtitlán a escombros, lo que hoy no se sabe depende
necesariamente de estos textos y de alguno más que se ha conservado. De
modo que el recorrido por la cultura azteca se abrirá con la descripción de
aquella ciudad, que domino gran parte del territorio actual de México desde
1430-1521.

3.2.3. Fundación de Tenochtitlan (1325)


El valle de México forma una cuenca cerrada de unos 8000 kilómetros
cuadrados y fue ocupada casi totalmente por México Distrito Federal, aunque
en aquella época presentaba un conjunto de lagos de poca profundidad,
rodeados por campos de cultivo y ciudades conectadas por una red de
calzadas, que tenias su centro en la gran metrópoli en Tenopchtitlán-Tlatelco,
situada en la isla en el centro de la laguna de México y fundada hacia el año
1325.
Las mencionadas calzadas cumplían diversos objetivos. El mas visible era el
de comunicar los diferentes centros entre sí, pero también servían de diques
para separar las aguas de los diferentes lagos, que tenían alturas distintas y
diversos grados de salinidad. De cuando en cuando, las calzadas estaban
interrumpidas por aberturas que dejaban pasar las aguas y las canoas, pues el
tráfico acuático era muy intenso. Para superar estos vacíos se utilizaban
puentes de tablas que se podían retirar cuando era conveniente y cumplían la
función de mecanismos defensivos.
Además, la calzada que unía la ciudad con la orilla occidental servía de guía
para el acueducto de Chapultepec, que llevaba el agua potable desde un
manantial a la urbe. Este conducto fue una notable obra, de calicanto y con dos
canales, de modo que uno estaba siempre en servicio mientras el otro era

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limpiado. Así se garantizaba la calidad del agua y se evitaban obstrucciones


que interrumpieran el suministro. En la ciudad, el aporte de agua se hacia de
diferentes maneras. El agua llegaba a los palacios de los señores por
conductos específicos, mientras que el común de la gente podía elegir entre
acudir a los puntos de entrega o recurrir a los aguadores, que llenaban sus
recipientes a pie de acueducto y luego iban a vender el agua por los barrios,
aprovechando los canales para transportarla.
Las calles de la ciudad eran de tres tipos: calles de tierra, “calles” de agua y
calles mixtas, con canal y calzada. Muchas casas tenían acceso directo a estos
canales, lo cual permitía un mejor movimiento de las canoas en una sociedad
que no disponía de animales de carga ni utilizaba la ruda para el transporte. La
alternativa a las canoas era la espalda de los hombres, aunque el peso que se
podía transportar de este modo era muy limitado. Las calzadas procedían de
tierra firme y conducían al punto neurálgico de la ciudad, el centro, donde se
ubicaban el Templo Mayor, el mercado y los palacios de los gobernantes. En
medio, la ciudad se dividía en parcialidades y estas en barrios, con templos,
escuelas y casas en general de una planta. Solo las casas de los señores eran
más altas.

3.2.4. Formación de la Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopán,


1430) consolidación del imperio azteca.
Hacia 1430, una coalición compuesta principalmente por Tenochtitlán, la vecina
ciudad de Texcoco y la de Tlacopán, emparentada con la de Azcaptzalco, con
el deseo de cambiar la situación reinante, acabó con el poder de los tepanecas
que hasta entonces habían ostentado la hegemonía en la región. Con esta
Triple Alianza se inició una nueva época, con nuevos mandatarios, al tiempo
que se conservaron las antiguas formas.
Paulatinamente Tenochtitlan amplio su papel en la coalición y cuando llegaron
los españoles en la coalición, y cuando llegaron los españoles, todos los
pueblos tenían a Motecuhzoma Xocoyotzin, el noble azteca (llamado en
España Moctezuma II), como señor de toda la tierra. En menos de noventa
años, el imperio domino el valle y después de una gran hambruna (1450-1454),
se expandió y conquistó los lugares productores de alimentos, el valle de
Toluca, al oeste y la costa del golfo de México, al este, hasta llegar a dominar,
no sin tropiezos, todas las regiones de la Mesoamérica occidental. La Triple
Alianza no contó con un territorio cohesionado, entre otras razones porque las

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relaciones eran fundamentalmente personales, no territoriales. De grado o por


fuerza, los señores locales se veían sometidos a un señor de mayor rango,
quien podía, a su vez, deber obediencia a otro, en un sistema de delegación
que funcionaba bien y era ágil, aunque también tenía sus quebrantos, como
por ejemplo cuando se veía en la necesidad de reacomodar los vínculos y
alianzas al cambiar el señor, sobre todo cuando lo hacia el de Tenochtitlán.
En términos generales, muchos señoríos se sometieron, pero hubo lugares que
resistieron. La presencia de estos señoríos independientes en el interior del
imperio (Huexotzinco, Cholula, Tlaxcala) o en el exterior (los señoríos mayas,
del imperio tarasco en el occidente de México) ha merecido de diversas
explicaciones. Así, Tlaxcala nunca fue conquistada y las fuentes de
procedencia mexica sostienen que fue porque los aztecas no quisieron. La
necesidad que había en Tenochtitlán de efectuar “guerras floridas” una especie
de combates de enfrentamiento, en los que no se trataba de conquistar, sino
en ejercitarse, ayudo a mantener esa encontrada independencia. En dichos
combates, los saldados podían ascender de rango tanto en lo militar como en
lo social y hacían prisioneros destinados al sacrificio.
Desde el punto de vista tlaxcalteca, las cosas tenias otro significado. Para ellos
la guerra era de verdad, luchaban por su supervivencia, y llegaron a sufrir
incluso un bloqueo económico. No es de extrañar, pues que a la llegada de los
españoles los tlaxcaltecas se pusieran de su lado y les proporcionaron
alimentos, cargadores y combatientes. Pero al tomar partido a favor de los
conquistadores, su aportación no se limito solo a la intendencia, también les
facilitaron el conocimiento del territorio y de las costumbre, entre las que se
incluía la forma de hacer nuevos aliados. Estas alianzas tenían un doble valor:
por un lado, reforzaba el bando en que estaban los españoles y por otro
debilitaban a los enemigos comunes. En términos generales cabe afirmar que
la geopolítica mesoamericana, que fue la causa de la caída de Azcapotzalco,
sirvió también para que cayera Tenochtitlán.
Toda la red de ciudades y asentamientos del imperio azteca contribuía al
mantenimiento de la capital, a la que suministraba gran cantidad de productos.
Los libros antiguos, como el Códice Mendoza y la Matrícula de Tributos, que
fueron escritos en el sistema indígena pero que incluyen glosas en caracteres
latinos, tanto en castellano como en náhuatl que era la lengua que hablaban
los aztecas, atestiguan que la división del imperio en provincias era muy
antigua. En estos códices aparece una serie de nombres de pueblos junto a
otra serie, que especifica los productos tributados a Tenochtitlán. Una lectura

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mas detenida ha permitido descubrir la existencia de otras provincias que se


denominan “estratégicas” a las cuales correspondía otro tipo de deberes: la
vigilancia de las fronteras y de los caminos, el mantenimiento de las
guarniciones, etc, lo que permite hacerse una idea mas cabal del mundo
mesoamericano en la época. Los productos tributados por las provincias se
han analizado repetidamente por lo que se conoce su variedad y cantidad
aproximada. Estos tributos que se pagaban a Motecuhzoma Ilhuicamina
servían para sostener el imperio y para que la corte viviera con gran lujo, como
correspondía a tan poderoso señor. La red de pueblos que aparecen en los
códices formaba parte de la trama administrativa. En esos asentamientos
vivían los representantes del imperio y algunos acantonaban guarniciones, que
daban su apoyo a los gobernantes mexicas.

3.2.5. Soberanos aztecas


Motecuhzoma Ilhuicamina (1440-1468) “el viejo” se caso a su hija con el
hijo de su predecesor y tio Itzcóatl (1428 – 1440) y tres de sus hijos llegaron
a gobernar de manera sucesiva, tras la muerte de su abuelo a muy
avanzada edad. Aunque no existen suficientes datos que lo corroboren, es
posible que el salto generacional se debiera al fallecimiento previo del
padre de Axayacatl (1468-1481) y yerno de Motecuhzoma,
respectivamente. No se sabe con exactitud la antigüedad de este sistema
en Mesoamérica, si bien aparece algo similar en inscripciones mayas
anteriores en unos mil años al apogeo azteca. La práctica se renovaba con
los cambios de referencia según evolucionaban las hegemonías, sin que
ello significara cambios reales en la parentesco, pues los señores de
Mesoamérica formaban una gran familia, con estrechas relaciones difíciles
de definir en el sistema de parentesco occidental. Los cambios de
hegemonía obligaban a redefinir las redes, con la primacía de los linajes
que unían a los gobernantes con los nuevos señores, lo que casi siempre
era posible.
Tizoc (1481 – 1486)
Ahuitzotl (1486 – 1502)
Motecuhzoma Xocoyotzin (1502 – 1520)
Guitlahuac (1520)
Cuauhtémoc (1520 – 1525)
3.2.6. Conquista española y fin del imperio azteca (1520)

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Estas alianzas e intrigas para apoyar herederos concretos en detrimento de


otro desempeñaron un papel esencial en 1519. Cuando los españoles llegaron
a tierras de Mesoamérica. Por una parte, Hernán Cortés articuló un movimiento
que aglutino tanto a señores descontentos con el dominio de Tenochtitlan, por
lo general impuesto por la fuerza y que aun no había calado, como a facciones
dentro de las ciudades. Estos descontentos obedecían a diferentes motivos,
como voluntad de oposición a los aztecas o deseo de mando, entre otros.
Un caso paradigmático es el del soberano Ixtlolxochitl de Texcoco, ciudad que
se encontraba en la orilla oriental del lago del mismo nombre, a escasa
distancia de Tenochtitlán, de la que había sido su principal aliada durante la
guerra por su independencia. Ambas ciudades ejercieron un mando conjunto
durante mucho tiempo. Los investigadores aun no han podido dilucidar si la
capitalidad del imperio había pasado por completo a Tenochtitlán o si esta solo
estaba comenzando a predominar, o bien si se tiene esta perspectiva debido a
que la mayoría de las fuentes consultadas son aztecas y muy partidistas. El
caso es que en 1515 había muerto el soberano de Texcoco y uno de los
candidatos, Cacama, hijo de madre tenochca, había alcanzado el poder con el
apoyo de Motecuhzoma Xocoyotzin (Moctezuma II), quien gobernó entre 1502
y 1520. Ixtlixochitl, también hijo de madre tenochca (hermana de la de
Cacama) se opuso, pero finalmente llegó a un acuerdo para no revelarse.
Muerto Cacama en 1520, Ixtlixochitl volvió a ser relegado, en favor esta ves de
Coanacochtzin. En esta ocasión no hubo acuerdo, e Ixtlilxochitl se pasó al
bando español y, como un fiel aliado facilitó provisiones, tropas, trabajadores,
informaciones y relaciones, cortés lo apadrino en el bautismo, en el que recibió
el nombre de don Fernando Ixtlilxochitl. Años mas tarde, el nuevo cristiano se
convirtió en el señor de Texcoco, titulo que transmitió a sus descendientes, uno
de los cuales, del mismo nombre (don Fernando de Alva Ixtlilxochitl), lo hizo
protagonista de varias de sus Relaciones Históricas a comienzos del siglo XVII.
Pero el de Ixtlilxochitl no fue un caso aislado; otro utilizaron así mismo la
llegaba de los españoles como espoleta para la revuelta. En este sentido, a
medida que la conquista avanzaba, el grueso del bando formado por los
españoles y sus aliados crecieron, al tiempo que menguaba el de sus rivales,
Tanto fue así que en el momento del asedio final y la caída de Tenochtitlán, la
ciudad se había quedado prácticamente sola.
Otra característica de la implantación del imperio azteca era la reordenación,
que seguía a todo cambio político de importancia. Tras el triunfo de los
conquistadores, el “linaje” dominante pasó a ser el español y los señores de los

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lugares sometidos procuraron casar a sus hijas con los nuevos señores. De
hecho cortes tuvo descendencia con dos hijas de Motecuhzom y en la misma
línea deben interpretarse las “obsequios” de mujeres que los españoles habían
recibido con anterioridad, en uno de los cuales figuro la gran traductora de la
Conquista, doña Marina (conocida como “Malinche”), con la que Cortés tuvo un
hijo. Dada la desventaja que en este contexto suponía la monogamia, en los
primeros momentos aparecieron muchos hijos ilegítimos. Con todo, una ves
transcurrieron estos primeros tiempos turbulentos el régimen de bastardía que
se había generado logro estabilizarse, y los mesoamericanos se incorporaron
al sistema cristiano en el que la alianzas matrimoniales se hacían a través de
los hijos y no en forma personal por la intervención del padre.
La conquista española aprovecho las ventajas del sistema político
mesoamericano pero hubo de hacer frente también a los inconvenientes y
proceder a una labor similar a la que los vencidos tenochcas había efectuado
un siglo antes: convencer a los demás pueblos de que no habían cambiado las
cosas sino sólo la cabeza. Hubo pues, muchas conquistas es que se
reprodujeron las alianzas y, con el paso del tiempo, paulatinamente se forjó el
mundo colonial. En ese contexto, los matrimonios mixtos ayudaron a que en
muchos casos los señores indígenas se hispanizaran al cabo de pocas
generaciones. Así ocurrió con una nieta de Ixtlilxochitl, hija del señor de
Teotihuacán, que se caso con un español, interprete de la Audiencia. Su hija y
heredera, ya mestiza, también enlazo con un español peninsular y tuvieron
muchos hijos. El heredero, a la muerte se su padre, contrajo matrimonio con
una española y murió si descendencia; le sucedió su hermano, Fernando de
Alva Ixtlixochitl (1575-1648), el cronista, quien fue señor indígena de un pueblo
indígena, legitimo descendiente de los grandes señores de Texcoco,
Nazahualcoyotl y Nezahualpolli, aunque con seis bisabuelos españoles
peninsulares, y solo dos indígenas.
En el transcurso de esas conquistas, los aliados participaron activamente y
viajaron a lugares muy remotos donde, en ocasiones se establecieron. Los
tlaxcaltecas, por ejemplo, fueron de los primeros aliados de Cortés. Una hija
del señor principal, doña Luisa Xicotencatl, se unió a Pedro de Alvarado, unión
de la que nacieron varios hijos, todos fuera del matrimonio. Cuando Alvarado
emprendió la conquista del territorio que hoy corresponde al Estado de
Guatemala, los tlaxcaltecas marcharon con el y algunos se asentaron en la
ciudad recién fundada. Tiempo después, cuando Alvarado marchó al Perú a
participar en la conquista de aquellas lejanas tierras incas, los tlaxcaltecas

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también lo acompañaron y algunos se afincaron incluso en Lima. Cabe suponer


que en Guatemala, los mayas vieron a los tlaxcaltecas como otros
mesoamericanos más pero en Perú debieron de tenerlos por españoles, junto a
los que habían llegado. Alvarado participo en las guerras Chichimeca, que
entre 1550 y 1600 asolo el México septentrional, región en la que se encontró
la muerte 1542, acompañado también por los tlaxcaltecas.

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