La liberación animal.

Los derechos básicos de los animales, un tema que ha sido de mucha

controversia y cuyo auge se remonta a apenas unas pocas décadas atrás. Peter
Singer nos muestra su postura frente al especismo y refutaciones a argumentos
por otros autores que reniegan de este tópico.

Peter Singer primero se refiere a los animales en cuestión como animales no

humanos, afirma que son seres capaces de sentir y, por ende, sufrir dolor, por lo
tanto, argumenta que poseen un instinto e interés como nosotros por la vida.

Sin embargo, muchas personas lo contradicen al proponer al otro animal como un

ente con capacidad intelectual menor y sin capacidad de raciocinio a diferencia del
ser humano y como intuye Peter Carrutherss, tampoco poseen la reciprocidad que
es el contrato social en el que sostiene que, si no te hago daño, tu tampoco lo
harás conmigo. Pero Singer argumenta que este hecho no tendría lógica pues no
tendríamos fundamentación alguna para cuidar de nuestros niños, puesto que
estos por su pronta edad no poseen la misma capacidad intelectual y tampoco
están conscientes del contrato social anteriormente mencionado, aunque con ellos
sí seria un escándalo si se llegase a violar sus derechos.

Por otra parte Roger Scruton analiza que por las capacidades de algunos
animales similares a las de nosotros daría los cimientos para sus derechos
básicos, pero inversamente a lo que se dice, cuando tenemos a un “vegetal
humano” y en su favor es asesinado por su profunda capacidad intelectual, así
entonces no damos los mismos derechos a personas normales que a las
enfermas, así tampoco deberíamos reconocer a los animales no humanos y
mucho menos tener obligaciones con ellos. Como el típico caso del argumento
marginal entra en contraste con Singer por el simple hecho de que el ser “vegetal”
es incapaz de concientizar mientras que los no humanos como el ejemplo que
citan en el texto, el zorro es capaz de aprender y concientizar.

Por último, Peter cita a Paola Cavalieri y argumentan sobre la meseta igualitaria,
así como creemos en los derechos humanos así también obtenemos una creencia
que nos compromete con los derechos que van mas allá de los humanos que no
nos limita el derecho básico a todos por igual y nos hace responsables del cuidado
en pro de los que no pueden argumentar por ello.

Lo defendido por Singer no es más que una realidad que está tomando fuerza
cada día más. Si los animales son capaces de sentir y de sufrir como nosotros,
¿por qué debemos tratarlos como si fueran menos? Como cualquier ser vivo
merecen respeto, cuidado y los derechos básicos que les corresponden. Aunque
ellos no sean capaces de pedirlos por sí mismos, es nuestra responsabilidad
reconocer y darnos cuenta que ellos no son un medio o un objeto que podemos
utilizar a nuestro antojo y para lograr nuestros fines.

Si bien hemos avanzado mucho, mediante campañas a favor de los derechos

animales, falta que nos concienticemos todavía más en lo que respecta al
bienestar de los mismos. Debe ser compromiso de todos mejorar su calidad de
vida, respetar su entorno, no maltratarlos ni usarlos, pero para ello primero
debemos dejar de verlos como algo material. Debemos olvidar la crueldad con la
que se los trata a diario y comenzar a verlos como seres vivos, semejantes a
nosotros, y que no se merecen ser tratados como inferiores.