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Unidad 2
ÍNDICE
OBJETIVO ESPECIFICO
INTRODUCCIÓN
Durante el primer apartado, pudiste revisar “Una creencia prevaleciente entre los
definiciones, historia, teorías e impacto del investigadores es que las culturas corporativas
liderazgo en la actualidad, en esta unidad sólidas mejoran el desempeño al facilitar la
lograrás identificar los ámbitos relacionales con consistencia del comportamiento interno”.
los cuales interactúa el liderazgo. (Lussier & Achua, 2011: 369). Toda
organización se caracteriza por tener una
Al hablar de ámbitos relacionales, identidad propia, valores subyacentes,
comprenderás que el fenómeno del liderazgo comportamientos, creencias, etc., lo cual las
como tal, no se desarrolla en aislamiento frente hace ser inimitables, es decir, cada una en estas
a las diversas variables que componen a una características es totalmente distinta a otra,
organización, sino que depende de las aunque pertenezcan a un mismo rubro, pues
características e historia de la organización en serán las creencias, historia de fundación,
la cual se encuentra inserto, personas y personas que la componen, la dinámica que se
relaciones al interior de ella, es por ello que al genera al interior de ellas, las hará ser únicas y
revisar la literatura existente, verás que el distintas unas de otra.
concepto del liderazgo se asocia a términos
organizacionales, como lo son la cultura y el Cuando existe un líder que es capaz de
clima que determinan a cada institución, ya sea comprender las variables propias de la
pública o privada, sin fines de lucro, etc. Pero organización en la cual participa, se aumenta la
para comprender esta vinculación, la unidad posibilidad del trabajo de alto desempeño y del
iniciará revisando las dimensiones del logro de los objetivos organizacionales.
liderazgo, las cuales te permitirán comprender
como este fenómeno se relaciona Asegurarse de que la cultura de una
directamente con los equipos y estrategia que organización esté alienada con sus estrategias,
sustentan a cada entidad. se halla entre las responsabilidades más
desafiantes del liderazgo. Durante esta unidad
La cultura organizacional, los valores y la se revisarán conceptos y teorías relacionadas
diversidad, sin duda, son elementos que están con la cultura organizacional y su nexo con el
directamente relacionados con un liderazgo liderazgo, además de revisar una variable no
efectivo, puesto que como se describía en la menos importante y que forma parte del
primera unidad, el liderazgo hoy se encuentra sistema organizacional, el clima organizacional,
con una serie de desafíos, que implican el el cual es una evidencia clara de que si la
poder adaptarse a las características de los cultura que desea inculcar la organización ha
colaboradores (características generacionales sido aceptada e incorporada por quienes la
que presentan frente al trabajo). componen.
Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo
está hecho y su meta cumplida, ellos dirán: Lo hicimos nosotros.
Para varios autores se centra en la habilidad que tiene la persona para gestionar sus propios
procesos de aprendizaje y de toma de decisiones, siendo capaz de manejar y reconocer sus
sentimientos sin interferir en la dinámica del equipo de trabajo.
Este tipo de liderazgo también alude a la capacidad de reconocer fortalezas y debilidades y ser
capaz de desarrollarse y mejorar, es decir, “auto-gestionarse”, entendida como la capacidad de
decidir y ejecutar de un profesional en su trabajo, siendo capaz de organizar su trabajo y proponer
nuevas ideas, siendo su modo característico de trabajo la proactividad y no la reactividad.
Cuando se habla de liderazgo personal, se entiende como la capacidad que tiene el líder de dirigirse
a sí mismo, siendo capaz de criticarse y proponerse oportunidades de mejora.
Cuando se habla de liderazgo individual o liderazgo personal, se habla de los cimientos del
liderazgo, pues si un líder no es capaz de liderarse a sí mismo, desde la capacidad de autoanalizarse
y tratarse sus propias metas de superación, será difícil que este sujeto pueda liderar a un equipo,
proponer proyectos que les permitan crecer, y, más aún, pueda liderar masas; entonces un
adecuado manejo personal, es decir, un adecuado liderazgo personal, es un sujeto que asegura
para él y para su equipo, el constante crecimiento y aprendizaje.
Dentro de esta dimensión, se encontrarán y deberán trabajar habilidades personales tales como el
autoconocimiento, la empatía, la tolerancia a la frustración, etc.
Al hablar de esta dimensión, se debe ser capaz de visualizar que la habilidad que debe tener el líder
es la de fomentar un trabajo en equipo, una dinámica relacional colaborativa, siendo capaz de
incorporar a todos los integrantes de su equipo, distinguiendo habilidades propias de cada uno de
ellos, con el propósito de estimular el trabajo de cada colaborador.
El liderazgo social implica tener una mirada analítica, siendo capaz de observar el trabajo de cada
colaborador, para así generar procesos de retroalimentación que estimulen el desarrollo de la
persona, no se debe olvidar que este es uno de los objetivos del liderazgo efectivo.
Esta tercera dimensión da cuenta de la relación sistemática que tiene que tener el líder con
respecto al entorno, los negocios, la estrategia, las necesidades, la globalidad, etc.
Existen autores que plantean que el ejercicio propio del liderazgo debiese desarrollarse como una
estrategia, buscando ideas innovadoras que permitan hacerse cargo de la mejor forma posible de
los objetivos de la organización.
Cuando se habla de liderazgo estratégico, se habla del desafío del líder de mirar más allá del
entorno interno de la organización, de ser capaz de vincularse con cada uno de los entes que
pueden ser parte de la dinámica relacional de la institución, siendo entonces el responsable de
conocer e identificar los stakeholders, proveedores, posibles clientes, etc., que permitan la
sustentabilidad y el crecimiento de la institución.
Si se estudian los inicios del liderazgo en las organizaciones, se determinará que en un inicio la
figura del líder era vista como peligrosa, debido a su poder informal, el cual movilizaba y generaba
una adherencia a una figura, que al momento de salir de la organización, generaba un quiebre en el
equipo, alterando la dinámica relacional y el clima existente, desencadenando síntomas
organizacionales, tales como la baja en la productividad, ausentismo, rotación, licencias médicas,
accidentes laborales, etc.
Hoy, las organizaciones logran visualizar al liderazgo como una ventaja competitiva, pues un
liderazgo realmente efectivo logrará una adhesión de los integrantes a la institución, generando
una participación activa y de colaboración, donde los trabajadores no son dependientes de esta
figura de líder, sino que son seres autónomos que pueden gestionar los procesos ante la ausencia
del líder, pues este sujeto de poder, desde la efectividad de su rol, será capaz de formar y entregar
las herramientas necesarias a sus colaboradores para que puedan realizar las tareas de la mejor
manera posible, velando por el éxito, la eficiencia, la productividad y el bienestar.
“Esta comprende el patrón general de conductas, creencias y valores compartidos por los
miembros de una organización”. (Salazar & cols, 2009).
Estas y otras definiciones sobre cultura organizacional poseen elementos en común con la
definición que presenta Edgar Schein, señalando que la cultura es el conjunto de “presunciones
básicas y creencias que comparten los miembros de una organización, los cuales operan
inconscientemente y definen la mirada que la organización tiene de sí misma y de su entorno”
(1986: 6).
Al momento que se menciona la “cultura” de una organización, se está hablando del “alma” o de la
“esencia” de la organización.
La cultura es lo que se habla y piensa, los comportamientos que tienen los empleados, los tratos,
las leyes y reglas que muchas veces son invisibles y no están declaradas.
2. Estructura: corresponden a las normas, reglas y supervisiones que se utilizan para vigilar el
comportamiento de los empleados.
3. Apoyo: corresponde a la ayuda que prestan los altos directivos a sus colaboradores.
5. Desempeño: variable que se atribuye a las recompensas que reciben los colaboradores
acorde al desempeño presentado.
6. Tolerancia del conflicto: se atribuye a los conflictos que pueden surgir entre compañeros y
el modo en que son abordados.
7. Tolerancia del riesgo: grado en que se alienta al empleado para que sea innovador y se
atreva a proponer nuevas ideas.
“La cultura tiene aspectos denotativos (creencias) que señalan como son las cosas, aspectos
connotativos (actitudes, normas y valores) que señalan cómo las cosas deberían ser y aspectos
pragmáticos que proporcionan instrucciones o reglas sobre cómo hacer las cosas” (Páez y González
en Molero, 2002, 53-75). Dada esta descripción y el modo que estos elementos se vinculan entre sí
con el medio, se pueden encontrar distintos tipos de cultura organizacional, cada cual con sus
particularidades y atributos característicos que dan cuenta de la identidad de una organización,
dichos tipos de cultura organizacional podrán ser compartidas, o no, por todos los miembros que
las componen.
Por lo tanto, más que considerar si una cultura es buena o mala, es importante tener claro que la
cultura variará según el entorno externo de una organización y su estrategia. A partir de esto,
Youngblood (en Lussier y Achua, 2011: 383) ha propuesto cuatro tipos de culturas organizacionales:
que son la cultura cooperativa, cultura adaptable, cultura competitiva y cultura burocrática.
La cultura, ya sea social u organizacional, aborda valores y normas compartidas por sus miembros.
Las personas de una cultura en particular socializan en base a estos y prescriben la forma en que
deben comportarse hacia lo demás, a ello se le denomina “dimensiones básicas que caracterizan a
las culturas”, la cual refiere al modo de interactuar y comportarse de cada persona, frente a
normas, reglas patrones conductuales esperados, teniendo en consideración la historia del sujeto,
personalidad, competencias, etc.
Según Rodríguez (2014), la cultura organizacional está caracterizada por 8 elementos que explican
este efecto, estos son:
2) El cambio que se genera es imperceptible para todos los miembros de la organización: tal
como se señala en el punto anterior, la cultura puede sufrir modificaciones, pero serán
imperceptibles a los colaboradores, pues entre más arraigada sea a los miembros, más
adherencia se generara, incorporándola y haciéndola parte de sí y compartiendo valores.
3) No puede ser cambiada por decreto: la cultura si bien puede sufrir modificaciones, esta no
puede ser cambiada, pues está constituida de hitos, mitos, normas y reglas que dan forma
a una organización.
5) Se transmite a los nuevos miembros: la cultura organizacional será transmitida a los nuevos
miembros a partir de las acciones que darán cuenta los antiguos colaboradores.
6) Es vista a partir de una intervención externa: la cultura organizacional, como tal, podrá ser
vista y definida como tal por un agente externo, quien desde su rol de observador analizará
las conductas y creencias de quienes componen a la organización.
7) Al ser visible (dado el punto anterior), se abre la posibilidad al cambio: esto ocurre una vez
establecida una descripción por parte de un agente externo, que en muchas ocasiones se le
asigna el rol de consultor, quien a partir de observaciones, entrevistas, etc. generará un
diagnóstico, estableciendo posibles vías de cambio, según las necesidades del entorno
(clientes, colaboradores, proveedores, comunidad, etc.).
Hofstede (1980) construyó un modelo acerca de la relación entre cultura y liderazgo. Primero
realizó una macro-encuesta a 116.000 trabajadores, en 64 distintos países en donde se encontraba
la empresa multinacional IBM. Tras el análisis, llegó a la conclusión de que existían valores
compartidos que caracterizan a las culturas y su relación con el liderazgo.
Por ejemplo, en Australia o Nueva Zelanda, una práctica común es que los días viernes los
jefes salgan a un after office con sus subalternos y compartan acerca de temáticas no
relacionadas con el trabajo. En países de alta distancia al poder, los roles suelen estar
diferenciados, los comportamientos se muestran en estatus de los miembros de la
organización. Piense en la relación de las jefaturas con el resto en Japón, o en cualquier país
de Asia: la distancia al poder es muy extensa, inclusive existe un respeto de honor por parte
de los subordinados hacia su jefe.
En una cultura de gran distancia al poder, los líderes y los seguidores rara vez interactúan
como iguales, mientras en una cultura de escasa distancia al poder, los líderes y sus
seguidores interactúan en varios niveles como iguales.” (Lussier y Achua, 2011).
Esta dimensión apunta al “grado en que la cultura tolera la desviación de normas y valores
establecidos” (Díaz, 2013: 7). “Una sociedad con alta evasión de la incertidumbre contiene
una mayoría de personas que no toleran el riesgo, evitan lo desconocido y están cómodas
cuando el futuro es relativamente predecible y seguro” (Lussier y Achua, 2011:392).
Posteriormente se ha criticado esta dimensión, ya que no tendría evidencia de la relación
entre esta dimensión y la conducta de líder.
“Cualidades o propiedades del ambiente laboral que son percibidas o experimentadas por
los miembros de la organización y que además tienen influencia directa en los
comportamientos de los empleados.” (Chiavenato en García, 2009: 43-61).
Estas y otras definiciones dan cuenta que el clima organizacional es el conjunto de percepciones
que tienen los individuos que componen la organización del ambiente físico, de las características,
del comportamiento, etc.
El clima organizacional, según algunos autores, tiene influencia en la cultura de una organización
debido a que los miembros, al sentirse parte de una organización (identificación con la cultura),
sienten que el ambiente es tenso y no proporciona un bienestar, por lo tanto comenzarán a sentir
rechazo a las características propias de la entidad, sintiendo aversión a aquellos elementos que
antes consideraban parte de sí.
Es importante tener claridad que, para garantizar un adecuado clima organizacional, son
importantes 5 elementos que deben ser analizados constantemente para asegurar su adecuada
percepción, estas son:
Al igual que la cultura organizacional, el clima de una organización posee características definidas
por algunos autores con el propósito de poder describir y analizar el clima que es propio de la
organización en cuestión, es así como Litwin y Stringer (1968) han definido determinado nueve
dimensiones en las que podría descomponerse:
Responsabilidad: la sensación de ser su propio jefe, o tener que validar todas las
decisiones, cuando tienes que hacer un trabajo que es tu trabajo.
Apoyo: la percepción de que los ejecutivos y compañeros serán una fuente de soporte,
desde arriba y abajo en la organización.
Conflicto: la sensación de que los ejecutivos y otros trabajadores desean oír diferentes
opiniones, abriendo los problemas a discusión antes que ignorarlos o tratar de
mimetizarlos.
Cada una de las dimensiones descritas en el cuadro anterior, dan cuenta de cada elemento que
influye en la percepción que tienen los colaboradores sobre el entorno en el que se desarrollan
profesionalmente.
Si se intenta visualizar la relación del líder con cada una de estas variables, se podrá determinar que
para que estas sean valoradas por cada individuo, se necesitará de su participación activa frente a
cada una de las situaciones que se desprenden de las dimensiones, teniendo claro que su
participación activa no involucra un entrometimiento, por ejemplo, en los conflictos que se
generen, sino que preparando y entregando las herramientas necesarias a su equipo para que logre
abordar y solucionar los posibles inconvenientes.
Profundizando en la relación existente entre cultura y liderazgo. Como contexto histórico, se puede
indicar que, durante los años 80, comenzaron a aparecer los primeros estudios y libros acerca de la
relación existente entre estos términos organizacionales, los cuales afirmaban que había una
relación entre los valores y las culturas organizacionales. Se les nombra “culturas organizacionales”,
pues en cada sistema organizacional, se podrán encontrar subculturas que darán cuenta de las
características propias de las personas que componen a esa unidad, departamento u área.
parte importante de las premisas para su decidir. Esto quiere decir que la cultura
2014: 272).
La cita anterior indica que la cultura organizacional que determina a una entidad en particular no es
inherente a características propias del entorno donde está inserta y, por lo tanto, se influye de
todos los elementos que están en la dinámica que da forma a una organización, es de ahí que se
comprenden los planteamientos de Edgar Schein, el cual señala que “cultura y liderazgo son dos
caras de la misma moneda existiendo de hecho la posibilidad – poco enfatizada en las
investigaciones sobre liderazgo – de que la única cosa realmente importante que los líderes hacen
sea la creación y el manejo de las culturas.” (Schein en Molero, 2002, 53-75). Estos planteamientos
no están exentos de controversia, pues existen autores que señalan que el liderazgo es
contraproducente para la cultura de la organización, debido a que si no se genera un liderazgo
efectivo, el poder del líder puede aferrarse a los seguidores generando dependencia y poca
efectividad frente a la ausencia de este personaje.
Entonces, se puede evidenciar que la cultura influye en el liderazgo y el estilo que predomine en las
figuras de poder. También se señala que el liderazgo puede ejercer influencia sobre la cultura, a
estas interacciones le denominaremos relación bidireccional, en donde los líderes aportan con sus
Las organizaciones no suelen formarse de modo accidental o espontáneo, sino que son
creadas por personas que tienen una visión o proyecto de futuro. El proceso sería: a) una
persona (el fundador) tiene la idea inicial de formar una nueva organización; b) dicha
persona se asocia con otras que comparten su visión o proyecto inicial; c) el grupo así
formado comienza a dar los primeros pasos para constituir lo que será la futura
se pone en marcha y comienza a construirse una historia común (Schein en Molero, 2002:
53-75).
Tal como se mencionaba en la definición de cultura, esta se encuentra constituida por creencias y
valores. Autores, tales como Bass y Gardner mencionan que “los valores generan sistemas de
comportamientos socialmente aceptables. Estos sistemas influyen decisivamente sobre el
rendimiento de los subordinados, su compromiso hacia la organización y los niveles de satisfacción
con el trabajo.” (en Nader & Castro, 2009: 240).
Al analizar el impacto de la cultura en el liderazgo, se deja entrever el impacto que los aspectos
sociales tienen en la figura de poder. Cuando se habla de cultura, se piensa inmediatamente en
símbolos, creencias, mitos, historia, etc., que afectan directamente al líder debido a que en varias
organizaciones se buscarán prototipos de liderazgo; es decir, un conjunto de características que
definirán a un líder “ideal”, lo que puede resultar para el líder beneficioso, si es que logra ajustarse
al perfil esperado, o contraproducente cuando el prototipo esperado no se ajusta a lo real, a las
competencias del individuo, cayendo en comparaciones y críticas que no siempre serán de tipo
constructiva: “cuando mayor ajuste exista entre el posible líder y el prototipo será , más probable
que dicha persona sea percibida como líder.” (Gerstner y Day en Molero, 2002: 53-75).
COMENTARIO FINAL
Un líder efectivo entonces será capaz alinear sus desafíos, los desafíos de su equipo y los desafíos
de la organización a un fin común: alcanzar un alto grado de compromiso, dedicación y
colaboración, cuidando así la productividad, la rentabilidad y el éxito en su totalidad.
A lo largo de esta unidad, pudiste constatar que el liderazgo no es un fenómeno aislado y, como tal,
se asocia a otras variables que componen a la unidad dinámica llamada organización, por lo cual el
estilo de liderazgo presente se verá influido de la cultura organizacional de cada entidad, ya en la
próxima unidad podrás conocer e identificar los distintos tipos de liderazgo existentes y cómo estos
se vinculan con los desafíos estratégicos de las instituciones.
REFERENCIAS
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Vía, F. (2002). Estilos de dirección y género. Universidad Católica Boliviana. Vol. I año I. Recuperada
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http://blogs.uladech.edu.pe/pastillasgerenciales/capacidades-blandas-y-cultura-
organizacional/
http://www.ignaciomoure.com/es/liderazgo-personal-6-tips-muy-utiles/