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lizando el ahogo y el gesto que suele acompañar a la dificultad para m. Dos corrientes en psicoanálisis de niños
respirar.
Los niños epilépticos dibujan lentamente, apoyando el lápiz con tal
fuerza que pueden llegar a perforar el papel; tienen tendencia a perse-
verar en un mismo trazo o en un cortorno ya dibujado.
Los brazos suelen mostrar una marcada desigualdad, tanto en el
como en el grosor, sirnbolLzando así lo que en la construcción se expresa
con desniveles en los palos.
En la hipocondría están marcados los espacios intercostales, y en los Como hemos señalado, el "Historial de Juanito" 1 fue el punto de
casos extremos, el aparato gastrointestinal. partida de una nueva rama del psieoanálisis y de una nueva psicología
RodoIfo, de 5 años, sufría de asma, anginas a repetición, sinusWs, del niño; fue, además, muy estimulante, no sólo por lo que afirmaba, sino
parasitosis intestinal, era zurdo y deseaba convertirse en mujer. Había su- porque muchos de sus hallazgos -apenas esbozados- abrieron el camino
frido repeLidas agresiones homosexuales por parte de su hermano mayor para huscar una técnica que hiciese posible aplicar a niños el método
y sus padres no parecían haberlo ,apoyado eficazmente para salir de esta rapéutic'o creado para el tratamiento de adultos.
situación,,:En su primera sesión de análisis mostró a través del dibujo BUS Cuando los primeros analistas de niños se encontraron en el
dificultades respiratorias, su sensación de derrumbe y sus fantasías de fe- torio con la experiencia de que un paeiente de cuatro o cinco años era
minización. Expresó la fantasía inconsciente de 10 que eran sus síntomas paz de asociar libremente como lo hace el adulto, se sintieron
al dibujar una casa con una única ventana casi pegada al techo; la imper- dos, sobre todo si comparaban sus resultados con los obtenidos por Freud
fección y destrozo de su cumpo lo simbolizó en los rasgos cortados de las en el "Historial de Juanito". La dificultad con la que se encontraron no se
paredes y en la base; sus dificultades de confirmadas luego había presentado en ese caso, porque el niño hablaba con el padre en su
por la madre, se expresaron en el ,hueco del techo (figura 10). Sus ideas casa .. Tal vez por este hecho los primeros analistas pensaron que la
sohre la diferencia de los sexos eran muy confusas, y sohre todo la función solución a los problemas que se presentaban en el consultorio sería
que cada uno de los sexos tiene en la procreación. Esto lo mostró en la lizar a los niños en sus casas. Pronto vieron que si esta situación era en
figura 11. En efecto, si trazamos una línea media divisoria y apariencia sencilla, complicaba innecesariamente la relación con el paciente
comparativamente el erario'
··'aeT'I'felo, 'el·,·distinto grosor de los 'brazos, la y con la familia. Además, una terapia debía efectuarse en el marco
forma de las manos y especialmente la parte izquierda, doade colocó el cuado y era necesario encontrar una técnica que lo hiciera posible.
pene invaginado con tlefl, puntos, que asoció con las tres semillas que fe-
Fue recién con las obras de Au:na Freud y de M.elanie Klein que se
cundaron a la madre -era el menor de tres hermanos-, vemos que están
pudo hablar de una técnica de análisis de niños. Desde el primer mo ..
representados los dos elementos: lo femenino y lo masculino, elementos
mento se plantearon diferencias fundamentales entre las dos direcciones,
básicos de su conflicto. .
centradas sobre todo en el enfoque de la transferencia, diferencias que
Resumiendo: la hora de juego, la construcción de casas y la repre- implicaban divergencias teóricas sobre conceptos como el de la formación
sentación del cuerpo son métodos de observación que utiliz'1mos en el del yo y del superyó, el complejo de Edipo y la relación de objeto. Sur.
diagnóstico de las neurosis infantiles en niños de más de 5 años; en niños
gieron así dos escuelas en psicoanálisis de niños.
por debajo de esta edad recurrimos sólo a la observación del juego. Una
vez valorada adecuadamente la neurosis se orienta el caso y se indica el Anna Freud 2 considera que los niños no tienen capacidad de trans-
tratamiento, según lo señalaremos en el capítulo VIII. ferencia y, .p'Or lo tanto, es necesaria una labor previa no analítica cuya
finalidad es prepararlos para el trabaj o analítico, dándoles conciencia de
enfermedad, infundiéndoles confianza en el análisis y en el analista y
creando una transferencia positiva que haga interior la decisión exterior
de analizarse. Relata cuál es su método en diferentes casos: en algunos

1 FREUO, SIGMUNO: "Análisis de la fobia de un niño de cinco años", tomo XV,


Historiales clínicos.
2 F'REUD, ANNA: El psicoanálisis del niño, Ed. Imán, Buenos- Aires, 1951.
SI
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neurosis de transferencia, y despliega de nuevo todas sus reacciones anor-
se adapta a todos los caprichos del niño; en otros sigue los vaivenes de males en la relación con el nuevo personaje transferencial, es decir, con
su humor; en otros, le demuestra su superioridad o habilidad, el analista.
mándose en una persona interesante, útil y poderosa, de cuyo auxIllo ya Para Anna Freud nada de esto acontece en el análisis de niños y trata
no pueden prescindir. Su única preocupación en cada caso es un de explicar esta imposihilidad en parte por la estructura del niño y en
vínculo suficientemente fuerte y positivo como para asegurar la parte por el análisis mismo. Considcoo que el análisis de niñ os no es muy
ción del tratamiento. Partiendo de la base de que el niño no tiene con· apropiado para una transferencia fácilmente interpretable porque'- a dife-
ciencia de enfermedad, no titubeaba - por ej emplo-- en despertar esa rencia de lo que acontece en el an álisis de adultos: "El analiste: de niños
conciencia comparando su síntoma con los actos de un enfermo mental puede serlo todo, menos una sombra. Ya sabemos que es para el niño
y señalándoselo de esta manera: "Lo invité a describirme sus arrebatos una persona interesante, dolada de todas las cualidades imponentes y
cada vez que se producían, fingiéndome preocupada y apesadumbrada; le atractivas. Las finalidades pedagógicas que, como veremos, se combinan
pregunté hasta qué punto era dueño y señor de sus actos en tales Con las analíticas, hacen que el niñ o sepa muy bien qué considera con-
y comparaba sus arranques con los de un enfermo mental, al, ,que veniente o inconveniente el analista, qué aprueba o reprueba." ¡s HEs como
mente podría prestársele ya socorro algu_no. Todo esto lo deJO atondo e ei encontrásemos pintado un cuadro en la pantalla sobre la cual se ha
intimidado, pues, naturalmente, ser tenido por loco ya pasaba de lo que de proyectar la imagen. Cuanto más frondoso y colorido sea aquél, tanto
perseguía su ambición. Entonces trató de dominar por sí mismo arre· más contribuirá a borrar los contorllOS de la imagen proyectada. Por tales
batos; comenzó a oponérseles en lugar de provocarlos, como habla ·hecho motivos, pues, el niño no desarrolla una neurosis de transferencia. A pesar
antes advirtiendo así su verdadera impotencia y creciendo con ello sus de todos sus impulsos cariñosos y hostiles contra el analista, sigue des-
sens;oiones de sufrimiento y displacer. Después de algunos intentos plegando sus reacciones anormales donde ya lo ha venido haciendo: en el
fructuosos el síntoma se convirtió por fin, de acuerdo con mis propósitos, umbiente familiar." 6
de un apreciado en un molesto cuerpo extraño, para cuya supresión Se comprende que al no anali:zar las fantasías destructivas del niño
el niño recurrió de muy buen grado a mi auxilio." 3 en el análisis disolviendo la transferencia negativa por medios no analí-
Para Anna Freud, -en el niño no puede hablarse de una neurosis de ticos y fonándoJo a vivir un idilio transferencial, sus pequeños pacientes
transferencia, aunque se establece entre él y su analista una [.elación en Luviesen que actuar fuera del análisis todas las fantasías destructivas que
la cual expresa muchas de las situaciones vividas con sus proplOS padres. iban surgiendo, pues no les eran interpretadas en la situación transferenciaI
Considera que "el pequeño paciente no está dispuesto, como 10 está el y en su relación con los obj etos originarios.
adulto, a reeditar sus vinculaciones amorOsas porque, por así decirlo, aún Hanna Sega1 7 , en un artículo sobre "Algunos aspectos del análisis
no ha agotado la vieja edición. Sus primitivos objetos amorosos, los pa· de un esquizofrénic"O", describe para el análisis de psicóticos lo que he
dres, todavía existen en la realidad y no sólo en la fantasía, .como en el visto como un peligro en el análisis de niños. Dice que cuando se emplean
neurótico adulto; el niño mantiene con ellos todas las relaCIOnes de la técnicas de tranqailización y el mantenimiento de la transferencia positiva,
vida cotidiana y experimenta todas las vivencias reales de la satisfacción y tal como postulan Anna Freud y su escuela, dando simpatía al paciente y
el desengaño. El analista representa un nuevo personaje en esta situación tranquilizándolo, el analista se convierte por el momento en el objeto
y Can toda probabilidad compartirá con los padres el amor o el odio del nu, pero sólo a costa de una futura disociación entre los objetos malos y
niño. Pero éste no se siente compelido a col'Ocarlo inmediatamente en lugar los buenos y con el refuerzo de las d efensas patológicas del enfermo.
los padres, pues en comparación con estos obj etos primitivos no le Así se manifiestan luego repentinas conversiones de dioses en demo·
ofrece todas aquellas ventajas que encuentra el adulto cuando puede trocar níos y la transferencia negativa se hace difícil de manejar. Aun cuando
sus objetos fantásticos por una persona real".4 esa fase "buena" condujera al progreso del análisis, se ve interferida por
En el curso del tratamiento analítico el neurótico adulto transforma la represión de las fantasías sobre el analista "malo". cuando
paulatinamente los síntomas que lo llevaron al análisis, abandona los viej os analista es mantenido artificialmente "huenu", el paciente elige a otra
objetos a los cuales se aferraron hasta entonces sus fantasías y concentra persona como perseguidor; será generalmente un miembro de su familia
su neurosis en la persona del analista. Sustituye sus síntomas antiguos
por sín tomas transferenciales que convierten su antigua neurosis en una 5 FREUD. ANtiA: El psicoanálisis del niñe o Ed. IrnálJ , Buenos Aires, 1951, pág. 71.
G FREUD, ANNA: Mem, pág. 72.
1 SEGAL, HANNA : "Sorne aspects of Ihe analysis of a schizophrenie". International
a FREUD, ANNA: El psicoanálisis del niño. Ed. Imán, Buenos Aires, 1951, pág. 27. Journal of Psycho>-Analysis, tomo 31, 1950, págs. 268 a 278.
4 FREUD, ANNA: [den!., pág. 69.
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que está mucho menos preparado que el analista pa:a hacer frente a la difíciles y en realidad diametrolblCnte -opuestas : la de analizar y educar a
hostilidad del paciente. la vez, permitir y prohibir al mismo tiempo, librar y volver a coartar
Anua Freud l!ega a la conc.1usión de que. sólo aislando al . su simultáneamente .. . " " .. . pero si p uede lograrlo, corrige con ello toda
medio familiar pod ría conseguirse esa neurOSIS transferencia U"la fase de educación equivo(,:lda y desarrollo anormal, ofreciéndole al
sable para la repetición de los síntomas y su cur aClOD, pero que esto traena niño, o a deben decidir su dl'!stin o, una n ueva QPortunidad para
el riesgo de que el niño luego no pudiese adaptarse a su hogar, o que enruendar sus errl·res".13 Continúa : "Si en estas condiciones completamos
volviendo a él se repitiesen los síntomas. la labor interna con una acción exte:rior, tratando no sólo de modificar po:r
La necesidad de conferir un rol educativo al psicoanalista y su con- influencia analítica las identificaciones ya establecidas, sino también por re..
cepción sobre la transferencia que hemos _en lo que lación o influencia humana, los obj efos reales que rodean al paciente, en-
ella considera la diferencia fundamental entre el a n a]¡SIS de TImos y el de tonces el esfuerzo 'será rotundo y sorprendente." 14
adultos, y que surge de la inmadurez del superyó infantil: "En el Aunque piensa que la neurosil5 del niño, como la del adulto, es el
el superyó ha alcanzado ya su y no es a los mflu- resultado de un conflicto interno entr e la vida instintiva, el yo y el superyó,
jos del mundo exterior. .. " " ... En el nmo, en cambIO, aun se. en el niño la influencia del mundo exterior sobre su neurosis es diferente
al servicio de sus inspiradores -los padres y educadol'es- aJ ustandose porque: "Está muy lejos del desprendimiento de los primeros objetos ama-
a sus exigencias y siguiendo todas las fluctuaciones de la relación con la dos y subsistiendo el amor objetal, las identificaciones sólo se establecen
persona amada y todos los camb.ios de sus propias 8
lenta y parcialmente." 15
Dice: " También aquí trabajamos como en el analisls de adultos, en Aunque acepta el fu ncionamiento de un superyó infantil y que las re·
forma puramente analítica, mientras se trate de liberar de lo laciones entre el yo y el superyó son en muchos aspectos análogas a las
los sectoTes ya reprimidos del dIo y el yo. En la lab?,r a del adulto ya desde etapas muy tempranas, dice que es evidente también
en el superyó infantil es doble: analítica, en la deslDt:graclOn ·h istenea la relación entre este superyó y los objetos a 109 cuales debe su estableci-
llevada desde el interior, en la medida en que el superyo ya ha miento, comparándola con la que se establece entre dos vacos comunicantes.
su independencia; pero,..tarnbién pedagógica, influyedndo desde .el Señala la influencia del superyó en la evolución de la exigencia de la limo
modificando la relación co n los educadores, crean o nuevas lmpreSlOnes pieza en los primeros años. "Esta rige en efecto, pero sólo mientras en
y revisando las exigencias que el mundo exterior al 9
el mundo exterior subsista, en calidad de objeto, la persona responsable
Para justificar la misión educadora del analIsta dlCe: SI de un establecimiento. En cuanto el niño pierde esta relación objetal,
mos que las potencias contra l;s. cuales en la de aparece también todo el placer que le procura el cumplimiento de la
las neurosis infantiles no son umcamente mten ores, smo tambIen en parte exigencia."16
exteriores tenemos derecho a exigir que el analista de niños sepa valorar Esta situación del superyó de dependencia de los objetos originarios
con j la situación exterior en la que el niño se encuentra, tal como se mantiene segú!! ella durante el período de latencia y prepubertad. La
le exigimos que sepa captar también la interior.': debilidad del yo y su dependencia de la, exigencias impuestas por el ideal
El analista debe entonces tener conOCImIentos pedagogIcos teóricos del yo explican para ella la doble moral del niño cuando actúa en el
y prácticos y "si las circunstancias lo hiciesen necesario asumir las fun· mundo de los adultos o en el de los niños de su edad; por eso ciertas
ciones de educador durante tod-o el curso del análisis".l1 El analista debe cosas les causan repugnancia estando con adultos y no cuando están con
asumir la dirección del niño para asegurar la conclusión feliz de ese análi- otros niños. Estas características de dependencia del superyó infantil y de
sis debe enseñarle a dominar su vida instintiva y la opinión del analista doble moral la conducen a pensar que el análisis del niño no es como
qué parte de los impulsos infantiles ha de suprimida ? el del adulto. "Aquél ha dejado de ser un asunto personal que se lleva
nada, qué parte puede satisfacerse, cuál debe conducnse a. sublimaclOD. o cabo entre dos personas exclusivamente : el analista y su paciente. En
"Es preciso que el analista logre ocupar dur,ante todo el anahsls el del efecto, los objetos del mundo exterior seguirán desempeñando importante
ideal del yo infantil."12 "Así el analista reune en su persona dos mlSiOneS papel en el análisis y particularmente en su última fase, o sea en el
vechamioentl) los impulsos instintivos liberados de la represión, mientras
,8 FREUD, ANNA: El psicoanálisis del niño, pág. 120.
9 FREUD, ANNA ldem. pág. 120. 13 FREUD, ANNA El psicaafwíüsis del niño, pág. 99.
10 FREVD, ANNA Idem. pág. 125. 111 FREUO. ANNA Idem, pág. 102.
11 F'REUD. ANNA ldem, pág. 126. le: FREUD, ANNA ldem, pág. 83.
12 FREUD, ANNA Idem. pág. 91. J6 FREUD, ANN A J dem, pág. 85.
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el superyó infantil aún no se haya convertido en el representante resulta sumamente escaso. No está de acueldo con la técnica de juego
sonal de las exigencias <le1 mundo exterior y mientras perma- de Melanie Klein, en la cual se equipara la actividad lúdica infantil
nezca orgánicamente vincHiado a éste." 17 Cf1n la asociación libre del adulto, ni con la interpretación que hace
Anna Freud, una lograda la transferencia positiva por la labor de dicha actividad. Para esta lescuela dice: "El libre curso asociativo
previg nr¡ analítica a la que ;105 hemos referido, evita cuidadosamente la corresponde al desarrollo tranquilo del juego; las interrupciones e inhibi·
.'lparicion de la transferencia negativa, y cuando no lo consigue la disuelve c.Íones en su transcurso equivalen a los trastornos de la asociación libre .
por medios no analíticos similares a los que ha utili;.;ado durante la labor Por consiguiente, el análisis de las perturbaciones del juego las descubre
urevla. Sostiene que las tendencias 'Jgresivas que el niño manifiesta con- como una medida defensiva del yo, comparable a la resistencia en la aso-
tra el no son índices de transferencia negativa y por el ciación libre." 22
cuntrario: "Cuanto más cariñosamente esté vinc1llado el niño pequeño con Para Anna Freud el juego --como una técnica complementaria- es.
5'U madre! menos impulsos amisto 'Sos tenJrá pa!.8 las personas extrañas." 18 clarece los impulsos del ello pero no nos permite ver cómo funciona el
'"En cuanto a sus expresiones negativas, las llegamos a sentir cada vez que Propone recurrir a métodos sustitutivos capaces de informarnos sobre
!ratamos de liberar del inconsciente una parte del material reprimido) des· el funcionamiento del yo, y cree que esto se logra con el examen de las
pertando así la resistencia del yo. En tales momentos el niño nos con· transformaciones de los afectos. "'El análisis y la conducción a la c'Oncien-
"idera como un seductor peligroso y terrible, dedicándonos por eso todas cia de los diversos modos de estas defensas contra los afectos -trátese de
expresiones de odio y rechazo, que en general dirige hacia, sus propios conversión en lo contrario, de desplazamiento o de completa represión-
impulsos instintivos condenados." 19 nos informa sobre las técnicas singulans de este yo infantil, asi como el
El Hnálisis de niños exige, según ella, una vincqlación positiva muchí· análisis de las resistencias nos permite inferir acerca de su comporta.
más intensa que la del adulto, porque además de la finalidad analítica miento respecto del instinto y de la naturaleza de la formación de sÍnto·
se persigue un objetivo pedagógico y el éxito pedagógico siempre depen. mas. Es por supuesto de suma importancia que en la observación de los
derá de la vinculación afectiva del educando con el educador. Por lo tan· procesos afectivos en el análisis infantil no dependamos de la voluntaria
lo, la transferencia cuando aparece, aunque es útil para conocer cooperación del niño ni de la sinceridad o falsedad de sus comunicaciones.
los conflictos del niño, debe disolverse inmediatamente -aunque no sea por Sus afectos se traicionan a sí mismos contra su propósito." 2'3
medios analíticos--, debe reconquistarse al niño. Anna Freud y su escuela consideran que aunque en análisis de niños
En cuanto a la posibilidad de acceso al inconsciente sostiene que no se transfieren síntomas y defensa, la neurosis permanece centrada en los
es posible sobrepasar la barrera que impone el dominio imperfecto del objetos originarios y sólo se extiende al análisis con un propósito defen-
l"!nguaje y no cree que el juego pueda ser un instrumento técnico para Eivo -cuando el niño percibe el peligro en la labor terapéutica, que para
el análisis del niño comparable con las asociaciones libres del adulto. él es un peligro real- y no necesita transferir al analista sus afectos
En trabaj os posteriores 2{l modifica en parte la técnica de una fase porque los objetos originarios existen todavía. Considera que el acting out
previa para introdueir directamente al niño en la situación analítica, abre· es muy frecuente y peligroso en el análisis de niños, tomando la caracte-
vianda o eliminando esa fase. El estudio de los mecanismos de defensa rística de volver a vivir la neurosis en el medio familiar. Marianne Kris 24
marca la segunda época de la obra de Anna Freud, y la considero un presentó un caso de un niño de 4 años en el que describe el desarrollo
valioso aporte. La mayor dificultad en el análisis de niñDs sigue siendo de una neurosis de transferencia similar a la del adulto, pero la opinión
para ella el hecho de que no pueden asociar libremente; dice que si bien general era que el niño, aunque da signos evidentes de transferencia, no
el niño no es capaz de dar asociaeÍones libres, " ... los sueños y Jos ensue· hace una neurosis de transferencia y también ella sigue sosteniendo, en
ños de los niños, la fantasía manifestada en el juego, dibujos, etc., revelan consecuencia, la necesidad de un papel educativo del analista y la colabo-
los impulsos del ello sin disfraces y de un modo más accesible que en los ración de los padres para la curación del niño.
adultos ... " 21. Acepta, sin embargo, que el conocimiento del yo infantil Resumiendo, para Anna Freud: 1) la capacidad de hacer transferen-
17 FREUD, ANNA: El psicoanálisis del niño, pág. 88.
18 FREUD, ANNA: Idem, pág. 70. 22 FREUD, ANNA; El yo ')" los mecanismos de defensa. Ed. Paidós. Buenos Aires,
19 FREUD, ANNA: Idem, pág. 65. 1949, pág. 57.
20 FREVD, ANNA: El yo y los mecanismos de defensa. Ed. Paidós, Buenos Airefl, 23 FREUD, ANNA: ldem, pág. 53.

1949. 24 En la discusión sobre prohlemas de lleul'O&is infantiles: "The p ..ychoanalytic


21 FREUD, ANN A: 1¿em, pág. 56. ;·tudy of the child", tomo XIV, Imagt! Co. Ltd" Londres, 1959.
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cia no es espontánea en el niño; 2 ) aunque evidencia reacciones transfe- que estos objetos exciten o alivien su ansiedad, y este mC(;anismo está en
renciales positi vas y negativas, no hace una verdadera neurosis de la base de la situación en que se repite la relación con los
f-erencia, en parte por las condiciones inherentes al niño y en parte porque objetos originarios.
estas condiciones obligan al analista a realizar !l1l3 labor 3) el Las primeras defensas en la relación del niño con los objetos surgen
nino no puede hacer una segu nda edición antes de haber agotado la pri- de sus tendencias agresivas y 50n la proyección en cuanto al sujeto y la
mera y el ana lista debe ser educador porque el superyó del niño todavía destr ucción en lo que se refiere al objeto. Desde el primer momento pro·
depende de los objetos exteriores que l o originaron y no está aún maduro; yecta en el analista y en los juguetes sus tendencias destructivas, así como
4) la transferencia :negativa no debe ser interpretada sino disuelta por las de amor, con una intensidad que variará de acuerdo con el grado de
medios no analíticos, y S) sólo con transferencia positiva puede realizarse fusión que hayan logrado los instintos de vida y muerte.
una labor útil con el niño. El .niño cuando juega asigna al analista los más variados papeles,
Pa.ra Melanie Klein, en canibio, la capacidad de transferencia es es- puede personificar su ello y en esta proyección dar escape a sus fantasías
pontánea en el niño; debe interpretarse la transferencia positiva y la sin despertar demasiada ansiedad; cuando ésta ha disminuido será capaz
negativa desd e el primer m omento y el analista no debe tomar el papel de personificarse él mismo en ese pa:peI.
de educadúr. En las personificaciones en el j uego se observa que muy rápidamente
Pir.nsa qu e la ansiedad del niño es muy intensa y que es la presión puede cambiar el objeto de bueno en malo, de aliado en enemigo y como
de estas ansied ades tempranas lo que pone en movimiento la compulsión de el analista asume e interpreta los papeles hostiles requeridos por el juego,
repetición, mecanismo estudiado por Freud en el dinamismo de la trans- así como 105 positivos, hay un constante progreso hacia identificaciones
ferencia y en el jmpulso H jugar 25. Esto lo conduce a simboli zaciones y más bondadosas y uoa mayor aproximación a la realidad. Úna de las fi-
personificaciones en las que reedi ta s us primeras relaciones de objeto, for- nalidades de] análisis es la gradual modificación de la excesiva severidad
mación deJ superyó y adaptación a la realidad, que se expresan en sus del super yó y se logra en parte por la interpretación del juego de roles.
juegos y pueden ser interpretados 20. no siempre ]a tarea del analista es tan simple, ni siempre el niño
En sus primeros trabej'os:27 sostenía Melanie Klein que, mediante el se asIgna papeles que pueden interpretarse fácilmente. El analista que de·
proceso de simbolización, el niño conseguía distribuir el amor en nuevos en las raíces de las severidades del superyó no debe preferfr
objetos y nuevas fuen tes de gratificación. Más tarde afirmó 2S que tamo mngun papel, debe aceptar lo que la situación analítica le ofrece." 29
bién distribuye sus angustias y que por el mecanismo de repartición y . Refiriéndose a la necesidad de interpretar la transferencia negativa,
repetición las disminuye y las domina, alejándose de sus objet'Os origina· dlCe en uno de sus últimos trabajos 30: "Durante el an'álisis, el analista
rios peligrosos. aparece como figura idealizada, pero esta idealización es usada como de.
La sustitución del objeto originario, cuya pérdida es temida y la- fensa contra las ansiedades persecutorias y su corolario." El analista debe
mentada, por otros más numerosos y reemplazables; la distribución de t!:atar que esta excesiva idealización n o persista, y mediante el análisis de
en múltiples objetos y la elaboración de sentimientos de pér- la. y l a ansiedad persecutoria se reduce y
dida a través de la experiencia de pérdida y recuperación - -tal como lo dIsmmuye aSl la IdeahzaclOn. En el curso del tratamiento el analista
vio Freud cuando analizó el juego del carretel- son la base de l a activi- representará en la situación de transferencia una variedad de figuras que
dad lúdica y de la capacidad de transferencia. a las que el niño i ntroyectó en el desarrollo temprano, será
Frente a los objetos - por el mecanismo de identificación proyec- mtroyectado como perseguidor y como figura idealizada con múltiples gra-
tiva- los niños hacen transferencias positivas o negativas, de acuerdo con dos y .matices. El niño pequeño ha dejado atrás una gIao parte de Sil
de Edipo y por la represión y el sentin:tiem.: o'! culpa está muy
alejado de los objetos que deseó originariamente; .sus relaciones con ellos
FREuo, SIGMUND: "Más allá del principio del placer", tomo n, Una teona han sufrido distorsiones y transformaciones de modo que los objetos de
.,e:cual y otros eruayos. amor presentes so n imagos -de los originarios. De ahí que pueda muy bien
26 KLEIN, MELANIE: "Personification in the play oí children". ¡nt. Journal 01
Psychoanalysis, vol. X, 1929. p,roducir una de los objetos que deseó al principio. Sus
KLEIN, MELANIE: "The importance of symbol-foTnlation in the development of 81Dtomns cambIaran, acentuandúse v disminuyendo de acuerdo con la si.
the CiO" (1930) . En Contributions ta Psycho-Analysis, The H ogarth Press Ltd., Londres,
1948. Traducido en la Revista Uruguaya de Psicoanálisis, tomo 1, NQ1, 1956.
:118 KLEIN, MELAl'lIE: "Les origines du transfert"_ Revu,e Franr;aise de Psychoanalyse, 29 KLEt!i, MELA!i IE: "Personification in the play of 'cbildren" ob. cit.
tomo XVI, N°" 1 Y 2, pág. 178. 'S o KLEIN, MELANIE: "Les origines du transfert", ob. cit. '
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TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS
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tuación transferencial; puede suceder que en la casa recaiga en hábitos,
síntomas, pautas de conducta que habían desaparecido .. 3) El progreso en la capacidad de sintetizar prueba que el proceso
La relación conscientewinconsciente en el niño es dIferente que en el de diso:::iación originado en la temprana infancia ha-disminuido.
adulto' el iueonsciente está en un contacto más estrecho y más permeable 4) La actuación de las ímagos con características fantásticamente hue.
con el' consciente de lo que acontece en el adulto. Los niños están más nas o malas que predominan en ]a vida mental es Lm mecanismo
profundamente dominados por el inconsciente y por eso prevalece en ellos general en niños y adultos. Sus variaciones son sólo de grado, fre-
la representación simbólica. . . cuencia o intensidad.
En el análisis de niños nos encontramos con resIstenCIas tan marcadas 5) Estas imagos corresponden a estados intermedios entre el superyó
como en el análisis de adultos; se manifiestan como crisis de angustia, terrorífico totalmente alej ado de la realidad e identificaciones
con interrupción o cambios de j llegos, aburrimiento, desconfianza l según que se acercan más al la realidad.
]05 casos y las edades, siendo las crisis de ansiedad y miedc más frecuen- 6) En la medida en que estas figuras intermedias aparecen en el
tes en los niños pequeños. " juego del niño por el mecanismo de la simbolización y personifi-
Al estudiar la angustia en relación con el matenal ofrecIdo tropeza- cación podemos llegar a comprender la formación de su superyó
mos siempre con el sentimiento de culpa, e en su y amortiguar su severidad.
con las fantasías oriO"inarias y las transferenclales es posIble reducn la 7) La transferencia es el jnstrumento principal para conocer lo que
transferencia neO"ativ: en favor de la positiva. La ansiedad transferencial sucede en la mente del niño y también para descubrir y recons-
más intensa es de reviviscencia de las primeras relaciones de objeto con truir su historia temp.rana.
el predominio de las ansiedades paranoides y . 8) El descubrimiento de la fantasía de transferencia v el estableci-
Así como en los niños pequeños la transferencIa negatIva se expresa miento de su relación con las primeras y las
a menudo corno miedo, en los más grandes -especialmente en la laten- ciones actuales constituyen el medio principal de curación.
cia- toma la forma de desconfianza, reserva o simple disgusto. Cuando 9) La repetición de las situaciones tempranas en la transferencia. nos
el niño manifiesta tiIl¡idez, desconfianza, aburrimiento, ansiedad -signos remonta a situaciones de los primeros meses de vida.
de transferencia negativa- la interpretación la reduce haciendo retroceder 10) En sus fantasías con el analista el niño .retrocede a sus primeros
los afectos negativos hacia los objetos o situaciones originarias. días y al estudiar estas fantasías en su contexto y comprenderlas
En su lucha contra el miedo a los obj etos más cercanos, el mno en se obtendrá un conocimiento sólido de 10 que sucedió en
tiende a referir este temor a obj etos más distantes -ya que el desplaza- realidad en su mente en los estadios tempranos. En la
miento es uno de sus modos de enfrentar la ansiedad- y a ver así en ción del análisis, el paciente revive emociones de su época del
eIlosa su madre y padre malos. El niño en el cual predomina el senti- destete y la elaboración del duelo transferencial se logra a través
miento de estar baj'O una constante amenaza de peligro espera siempre del análisis de las situaciones paranoides y depresivas.
encontrarse con el padre o madre "malos" y reaccionará con ansiedad ante
todos los extraños; en la relación con el terapeuta lo sobresaliente será
la transferencia negativa, manteniendo mediante este mecanismo una buena
imago de sus padres reales.
Resumiendo los puntos de vista técnicos expuestos diremos que para
Melanie Klein y su escuela:
1) La misma ansiedad que lleva a la división de imagos, buena y
mala, en la temprana infancia :se revive en el análisis; las ansie-
dades depresivas y paranoides son experimentadas en el análisis,
expresadas en el juego y reducidas por la interpretación.
2) Cuando en el desarrollo normal se disminuye la división entre
ohj etos persecutorios e idealizados, y el odio es mitigado por el
amor, pueden establecerse objetos buenos en el mundo interno, y
mejoran las relaciones con el mundo exterior. En el tratamiento
este logro conduce a la curación.

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