El mayor defecto es no procurar Corregir lo que puede corregirse, Lo que puede enmendarse.
He encontrado en la vida hombres y mujeres así:
Hombres – puerta: No saben cumplir su obligación sin rechinar
Hombres – árbol: Dan sus gajos por cualquier motivo Hombres – río: Cuando salen del lecho causan complicaciones Hombres – papel: Sólo sirven para embrollar complicando lo simple Hombres – espejo: Sólo se ven a si mismos y siempre con lente de aumento Hombres – escoba: Sólo andan donde hay suciedad. Les encanta el mundo de la basura Hombres – romance: Viven fuera de la realidad. Recuerdan las telenovelas Hombres – mariposa: Vuelan de flor en flor Hombres – puesto de gasolina: Sólo viven llenando Hombres – balón: Muy hinchados pero sólo de viento y superficialidad Hombres – trepadora: Se agarran los unos a los otros para subir en la vida Hombres – batería: ¡Cuidado!, no te apoyes en ellos. Puede producir chispas, incendio Hombres – policía de tránsito: Sólo funcionan en la calle Hombres – víctima: Sólo encuentran la felicidad cuando se los compadece Hombres – guitarra moderna: Hablan y gritan con todo en volumen.
Afortunadamente existe también otra clase de hombres y mujeres:
Hombres – cirineo: Ayudan al prójimo a cargar su cruz
Hombres – alegría: Por donde pasan siembran bondad y amor Hombres – esperanza: Creen en los hombres y en un mundo mejor Hombres – comunidad: Trabajan y luchan junto con sus hermanos Hombres – oración: Rezan y dan lo mejor de sí mismos sin hacer publicidad Hombres – puente: Unen las dos márgenes: el tiempo y la eternidad Hombres – perfume: Siembran flores y buenas obras a lo largo de su camino Hombres – velo de Verónica: Enjugan lágrimas y confortan corazones afligidos y atribulados Hombres – cáliz de redención: Llevan a Cristo y su evangelio en el gesto humilde de quien está al servicio y reconoce ser únicamente un instrumento. Nada más