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EVALUACIÓN ESCRITA
INSTITUCIÓN EDUCATIVA DEPARTAMENTAL SAN GABRIEL Versión 1 – 15/07/2016
TEXTO: CUENTO: A LA DERIVA. AUTOR. HORACIO QUIROGA El hombre pisó algo blancuzco,
y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento
vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque. El hombre echó
una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó
el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro
mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras. El hombre
se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló.
Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie.
Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho. El
dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre
sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la
herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica
sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento. Llegó
por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta
desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada
y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco
arrastre de garganta reseca. La
sed lo devoraba. -¡Dorotea! -
alcanzó a lanzar en un estertor-.
¡Dame caña1! Su mujer corrió
con un vaso lleno, que el
hombre sorbió en tres tragos.
Pero no había sentido gusto
alguno. -¡Te pedí caña, no agua!
-rugió de nuevo-. ¡Dame caña! -¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.-¡No,
me diste agua! ¡Quiero caña, te digo! La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana.
El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre
gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una
monstruosa morcilla. Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y
llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear
más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo
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mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo. Pero el hombre no
quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Se sentó a palear hasta el
centro del Paraná. En la popa y
comenzó Allí la corriente del río,
que en las inmediaciones del
Iguazú corre seis millas, lo llevaría
antes de cinco horas a Tacurú-
Pucú. El hombre, con sombría
energía, pudo efectivamente llegar
hasta el medio del río; pero allí sus
manos dormidas dejaron caer la
pala en la canoa, y tras un nuevo
vómito -de sangre esta vez- dirigió
una mirada al sol que ya trasponía
el monte. La pierna entera, hasta
medio muslo, era ya un bloque
deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón
con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y
terriblemente dolorosas. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucu
y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban
disgustados.
PREGUNTAS DE SELECCIÓN MÙLTIPLE CON ÚNICA RESPUESTA
Lea atentamente el texto “A la deriva “del escritor Horacio Quiroga .Cada pregunta consta
de un enunciado y varias alternativas de respuesta. Seleccione la respuesta que según la
lectura corresponda al enunciado
1. El tema central o de lo que trata el texto es:
a. El viaje de un hombre en canoa
b. La mordedura que hizo una víbora a un hombre
c. La muerte de un pescador
d. La ignorancia de Dorotea que le dio agua a Paulino en vez de caña
d. Hierba curativa
3. El total de párrafos que tiene el texto es
a. Diez párrafos
b. B. Once párrafos
c. C .Doce párrafos
d. D. Trece párrafos
4. Según el texto yaracacus es:
a. Un río
b. B. Una población
c. C. Una víbora
d. D. Un machete
5. Según el texto. Paulino, el protagonista del cuento
a. Muere por la picadura de una serpiente
b. B. Viaja en canoa en busca de auxilio
c. C .Se envenena al tomar la caña
d. D. Muere ahogado al volcarse la canoa en la que viajaba
TEXTO
“-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame
caña! Su mujer corrió con un vaso lleno, que el
hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido
gusto alguno -¡Te pedí caña, no agua! -rugió de
nuevo-. ¡Dame caña!-¡Pero es caña, Paulino! -
protestó la mujer, espantada.-¡No, me diste agua!
¡Quiero caña, te digo! La mujer corrió otra vez,
volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada
en la garganta.
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Tenía cara de caballo y cofia y delantal. "Vengo por el aviso", dije. "Ya lo sé", ella y me dejó
en el zaguán, mirando las baldosas. Estudié las paredes y los zócalos, la araña de ocho
bombitas y una especie de cancel. Después vino la señora, impresionante. Sonrió como una
Virgen, pero sólo como. "Buenos días." "¿Su nombre?" "Celia." "¿Celia qué?" "Celia Ramos."
Me barrió de una mirada. La pipeta. "¿Referencias?" Dije tartamudeando la primera
estrofa: "Familia Suárez, Maldonado 1346, teléfono 90948. Familia Bórrelo, Gabriel Pereira
3252, teléfono 413723. Escribano Perrones, Larrañaga 3362, sin teléfono." Ningún gesto.
"¿Motivos del cese?" Segunda estrofa, más tranquila: "En el primer caso, mala comida. En
el segundo, el hijo mayor. En el tercero, trabajo de mula." "Aquí", dijo ella, "hay bastante
que hacer". "Me lo imagino." “Pero hay otra muchacha, y además mi hija y yo ayudamos. "
"Sí señora." Me estudió de nuevo. Por primera vez me di cuenta que de tanto en tanto
parpadeo. "¿Edad?" "Diecinueve." "¿Tenes novio?" "Tenía." Subió las cejas. Aclaré por las
dudas: "Un atrevido.
Nos peleamos por eso." La Vieja sonrió sin entregarse. "Así me gusta. Quiero mucho juicio.
Tengo un hijo mozo, así que nada de sonrisitas ni de mover el trasero." Mucho juicio, mi
especialidad. Sí, señora. "En casa y fuera de casa. No tolero porquerías. Y nada de hijos
naturales, ¿estamos?" "Sí señora." ¡Ula Marula! Después de los tres primeros días me
resigné a soportarla. Con todo, bastaba una miradita de sus ojos saltones para que se me
pusieran los nervios de punta. Es que la vieja parecía verle a una hasta el hígado. No así la
hija, Estercita, veinticuatro años, que me trataba como a otro mueble y estaba muy poco
en la casa. Y menos todavía el
patrón, don Celso, un bagre con
lentes, más callado que el cine
mudo, con cara de malandro y
ropas de Yriart, a quien alguna vez
encontré mirándome los senos por
encima de Acción.
De modo que por obediencia a la Señora, y también, no voy a negarlo, conmigo misma, lo
tuve que frenar unas diecisiete veces, pero cuidándome de no parecer demasiado
asquerosa. Yo me entiendo. En cuanto al trabajo...
"Hay otra muchacha" había dicho la Vieja. Es decir, había. A mediados de mes ya estaba
solita para todo rubro. "Yo y mi hija ayudamos", había agregado. A ensuciar los platos,
cómo no.
A quién va a ayudar la vieja, vamos, con esa bruta panza de tres papadas y esa metida con
los episodios. Que a mí me gustase Isolina o la Burgueña, vaya y pase y ni así, pero que a
ella, que se las tira de avispada y lee editoriales en español, no me lo explico, ni me lo
explicaré. A quién va a ayudar la niña Estercita, que se pasa reventándose los granos,
jugando al tenis en Carrasco y desparramando fichas en el Parque Hotel. Yo salgo a mi
padre en las corazonadas, de modo que cuando el tres de junio (fue San Benedicto) cayó en
las mis manos, esa foto en que Estercita se está bañando en cueros con el menor de los
Gómez en no sé qué arroyo ni a mí qué
me importa, en seguida la guardé porque
nunca se sabe. ¡A quién van ayudar!
Todo el trabajo para mí y aguantate
piola. ¿Qué tiene entonces de raro que
cuando Tito (el joven Tito, bah) se puso
de ojos vidriosos y cada día más ligero de
manos, yo le haya aplicado el sosegate y
que habláramos claro? Le dije con todas
las letras que yo con ésas no iba, que el
único tesoro que tenemos los pobres es
la honradez y basta.
TEXTO.
“Después de los tres primeros días me resigné a soportarla. Con todo, bastaba una miradita
de sus ojos saltones para que se me pusieran los nervios de punta”
“Es que la vieja parecía verle a una hasta el hígado. No así la hija, Estercita, veinticuatro
años, una pituca de ocai y rumi que me trataba como a otro mueble y estaba muy poco en
la casa. Y menos todavía el patrón, don Celso, un bagre con lentes, más callado que el cine
mudo, con cara de malandra y ropas de Yriart, a quien alguna vez encontré mirándome los
senos por encima de Acción”
30. “La puerta tenía un gran barrote de bronce y pensé que iba a ser bravo sacarle
lustre después”
Esa expresión significa
a. Que no le abrieran la puerta
b. B. Que no escucharán el timbre
c. C. Que no hubiera nadie
d. D. Que estuviera en el lugar equivocada
1904 en París, ya existía la idea de organizar un evento a nivel mundial que reuniera las
mejores selecciones. Sin
embargo, el hecho tuvo que
esperar el fin de la Primera
Guerra Mundial y fue en 1930,
cuando la república
suramericana de Uruguay
realizó la primera copa
mundial de la historia.
Asistieron invitados de
América, Europa y Asia; al final
de una apretada disputa por el título, el campeón fue el equipo local. Desde entonces, el
torneo se hace cada cuatro años. El siguiente se hizo en Italia en 1934, traslado a Europa,
muchos más equipos buscaron ganar la copa mundial, pero sólo los locales lo hicieron, el
equipo italiano levantó el trofeo por primera vez. Cuatro años más tarde repitió, en 1938,
cuando se realizara el campeonato en Francia.
La Segunda Guerra Mundial impidió que se efectuara en la década de los cuarenta. Hasta
1950, regresó el fútbol. En Brasil, se jugó la copa mundial, un evento inolvidable del que se
recuerda la gran final entre cariocas y charrúas, ganó Uruguay en lo que en toda la historia
se conoce con el nombre de Maracanazo. El siguiente certamen se hizo en Suiza, en 1954;
aquí brillaron los
tanques alemanes y se
quedaron con el primer
lugar, demostrando que
nacía una nueva potencia
del fútbol. En 1958, se
llevó a cabo en Suecia
donde ganó Brasil con el
ejercicio del mejor jugador de todos los tiempos, llamado el rey Pelé; lo mismo hicieron
cuatro años más tarde en Chile 1962, siendo Pelé la máxima figura. El año de 1966 se
trasladó al país que originó este deporte, hablamos de Inglaterra. Por primera vez, el
evento era visto por transmisión de televisión en muchos lugares y también los locales
sellaron la victoria. En adelante, las décadas de los setenta y ochenta ofrecieron un gran
espectáculo y el protagonismo de nuevas figuras: con Pelé, Brasil ganó en México 1970;
Beckenbauer, Alemania ganó en 1974; con Mario Kempes, Argentina en 1978; con Paolo
Rosi, Italia lo hizo en España en 1982; con Diego Maradona, Argentina ganó en México
1986. La década de los noventa ofreció un gran evento a todo el mundo, Alemania ganó en
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35. El texto usa la palabra “fútbol”, para referirse al deporte de usar el pie para hacer
contacto con una pelota. Esta palabra se puede reemplazar por:
a. Soccer.
b. B. Balompié.
c. C. Balonmano.
d. D. Piepelota.
39. Cuando el autor afirma que la Segunda Guerra Mundial impidió la realización de los
cuarenta, está diciendo que:
a. Debido a la guerra no podía haber certamen.
b. B. La guerra es primero que el fútbol.
c. C. El fútbol no era tan importante como para que no hubiese guerra.
d. D. La guerra tuvo influencia en los eventos de fútbol de la época.