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RESUMEN
El presente artículo cuestiona la hipótesis tradicional de aparición del tesoro de Sagrajas en el interior de una
estructura interpretada como una cabaña. Se discuten los argumentos que apoyaron tal interpretación, recuperando la
documentación original del hallazgo conservada en los archivos del Museo Arqueológico Nacional (Madrid) y del
Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. La localización del depósito no se encuentra relacionada con un área de
habitación cercana, por lo que debe dejar de asociarse a unos materiales arqueológicos recuperados en una
excavación posterior al hallazgo que sirvieron de apoyo para sostener su vinculación a un poblado. Se plantea su
deposición aislada en el paisaje en relación con uno de los pocos puntos en los que el río Guadiana es vadeable.
RESUMO
O presente artigo põe em causa a tradicional hipótese formulada para o aparecimento do tesouro de Sagrajas no
interior de uma estrutura interpretada com sendo uma cabana. São discutidos os argumentos que apoiaram tal
interpretação, recuperando a documentação original do achado, conservada nos arquivos do Museo Arqueológico
Nacional (Madrid) e do Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. A localização do depósito não está relacionada
com uma área de habitação próxima, pelo que se deve deixar de associá-lo a uns materiais arqueológicos recuperados
numa escavação posterior ao achado e que serviram de base para sustentar a sua vinculação a um povoado. Por fim é
explicada a sua deposição isolada na paisagem em relação com um dos poucos pontos onde o rio Guadiana é vadeável.
ABSTRACT
This paper questions the traditional hypothesis for the appearance of the treasure of Sagrajas, located inland, of a
structure interpreted as a cabin. The arguments that support this interpretation are discussed, recovering the original
documentation of the finding kept in the archives of the National Archaeological Museum (Madrid) and the
Provincial Archaeological Museum of Badajoz. The location of the deposit is not related with a nearby area of
habitation. Therefore, it must stop being associated with archaeological materials recovered during a later excavation
to the finding, which served as a support to maintain its connection to a settlement. Its isolated placement in the
landscape, in relation with one of the few points at which the River Guadiana is fordable, is proposed.
1
El presente artículo es un resumen actualizado del trabajo de investigación de doctorado que con el título, El tesoro de Sagrajas
y el estudio del poblamiento de la Edad del Bronce en la cuenca media del río Guadiana, dirigido por la Dra. María Luisa Ruiz-
Gálvez Priego, defendí en el Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid el 11 de septiembre de 2002.
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sección circular y el «pasador» torsionado de sec- características: Número 1.- Brazalete abierto, sec-
ción circular (Figs. 2-3). ción circular, de 113 gramos. Número 2.- Brazale-
En un documento procedente del expediente del te abierto, sección circular, de 125 gramos.
MAPB firmado por el Delegado Local de Bellas Número 3.- Brazalete en espiral, con remates tor-
Artes de Badajoz, Julio Cienfuegos Linares, con cidos, sección prismática, de 190 gramos. Núme-
fecha de 20 de noviembre de 1969, se puede leer ro 4.- Brazalete abierto, sección circular, de 200
como este recibía de Felipe Tejada Pérez «…cuatro gramos. Que tales piezas fueron halladas por (…)
piezas arqueológicas de orfebrería, de oro, dos de formando parte de otro hallazgo entregado en el
las cuales constituyen los fragmentos de un pasa- día de ayer y que por inadvertencia no entregó, y
dor, con un peso conjunto de 6,90 gramos, otra que que el lugar del mismo fue en la parcela número
al parecer es un brazalete femenino, con un peso de 16 de Sagrajas…».
167,25 gramos y otra, de forma de torque, con un El brazalete número 3 en forma de espiral, con
peso de 1701 gramos, presentando en los remates la remates torcidos y sección prismática, hoy se iden-
implantación de unas piezas que no se han hallado. tifica como un tipo distinto de torques cuyas carac-
Que tales piezas fueron halladas por el citado (…) terísticas específicas, sección losángica, extremos
el pasado día 17 de los corrientes y que el lugar del acabados en gancho y cierre formado por una pieza
hallazgo es la parcela número 16 de Sagrajas, (…). de alambre o hilo torsionado, encontraría sus me-
De las citadas piezas se hace cargo el que suscribe jores paralelos en el ejemplar decorado de Bélmez
para depositarlas a disposición del Museo Arqueo- y los de reciente publicación de Baleizão5 y Bolho-
lógico Provincial de Badajoz en una entidad ban- Coimbra6. Como han señalado recientemente A.
caria, reservándose el descubridor los derechos que Perea y B. Armbruster7, tal vez, podrían hacerlos
la Ley le concede en la indemnización que corres- constituir un grupo independiente dentro del grupo
ponda con el hallazgo». de grandes torques Sagrajas-Berzocana, pero el
Al día siguiente el descubridor hace entrega hecho de compartir tecnología, espacio y tiempo,
del resto de piezas que formaban parte del hallaz- como subyace de la asociación de ambos tipos en el
go, tres brazaletes más de sección circular y for- depósito de Sagrajas, hace que, sin duda alguna, de-
ma abierta y otro brazalete en espiral y sección bamos considerarlos como pertenecientes a la
prismática (Figs. 4 y 5). De fecha 21 de noviem- misma esfera cronológica.
bre existe otro documento (Expediente MAPB) en
el cual se lee, «…he recibido de (…), cuatro pie-
zas arqueológicas de orfebrería, al parecer de oro, 5
Vilaça y Lopes 2005.
de forma de brazaletes abiertos, sin labor alguna y 6
Vilaça 2006.
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que numeradas arrojan los siguientes pesos y Perea y Armbruster 2008: 513-514.
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2. «PROSPECCIONES» ARQUEOLÓGICAS EN
Fig. 3. Collar o torques doble macizo sin pieza de cierre LA PARCELA 16 DE SAGRAJAS
(Archivo MAPB).
El descubrimiento de tan importante conjunto
de piezas de oro motivó que a principios del mes
de febrero de 1970, más de dos meses y medio des-
pués del hallazgo, se realizara una intervención ar-
queológica en el lugar de aparición del tesoro. Las
razones fundamentales que llevaron a la Comisaría
General de Excavaciones Arqueológicas a realizar
dichos trabajos eran básicamente dos: localizar el
cierre del torques doble y recuperar la vasija que
debía haber servido de contenedor de los mismos,
sin olvidar la posibilidad de poder encontrar nue-
Fig. 4. Conjunto de tres brazaletes de sección circular y
vos objetos áureos9.
torques de sección losángica y extremos rematados en Los trabajos comenzaron el día 5 de febrero y
gancho (Archivo MAPB). fueron dirigidos por José María Álvarez y Sáenz
de Buruaga. En un primer momento, no aparece
8
Extraído del Certificado de Entrega en la sucursal del
Banco de Bilbao de Badajoz (Expediente 1970/30 MAN).
9
Creo oportuno volver a recalcar cómo nuevamente no se
hace alusión a que el recipiente que debía haber contenido el
tesoro pudiera haber estado fabricado en cerámica porque
seguramente se pensaba que podría tratarse de un recipiente
metálico como así había deparado el hallazgo de la pátera de
bronce del tesoro de Berzocana publicada pocos años antes
Fig. 5. Torques de sección losángica (Archivo MAPB). (Callejo y Blanco 1960).
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10 11
Notas sobre las prospecciones en Sagrajas (Expediente Ibídem.
12
1970/30 MAN). Almagro-Gorbea 1974.
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Fig. 10. Parcelario del Poblado de Colonización de Sagrajas: a) Parcela 55, excavación de Cleofé Rivero; b)
Parcela 22, hallazgo del lote de hachas pulimentadas; c) Parcela 16, aparición del tesoro.
que mi labor se centre principalmente en el estudio Dentro de los materiales analizados, se observa
del resto del conjunto de materiales que permane- que una parte de los mismos se pueden asignar a un
cen inéditos y en la revisión de aquellos. En térmi- momento anterior, tal vez esto tenga que ver con
nos absolutos, el número de fragmentos cerámicos aquella primera impresión que me manifestara C.
ascienden a 817, de éstos, 776 realizados a mano y Rivero sobre la estratigrafía de la estructura. A
41 a torno, de clara factura romana. pesar de constituir una mínima representación de
El alto grado de fragmentación de la muestra la muestra, son suficientemente elocuentes para
no permite reconstruir los perfiles de la gran plantear su adscripción a un momento de época cal-
mayoría de los materiales, solo en algunos casos colítica. Aparecen así las típicas formas de casquete
se pudo realizar y dieron los siguientes resulta- semiesférico de distinto tamaño acompañadas de
dos: los materiales mejor representados son las los característicos elementos de suspensión o ma-
típicas cazuelas y cuencos de suave perfil carena- melones que aparecen a lo largo de toda la cuenca
do, con un alto predomino de carenas bajas, de del Guadiana25, junto a algún fragmento de vasos
indudable origen en el Bronce Final. De gran cali- de paredes rectas (Figs. 13-14). Esto debe hacernos
dad técnica destacan, por encima de todo, los aca- pensar sobre la fiabilidad del supuesto «fondo de
bados bruñidos que presentan estas piezas y que cabaña»; el no contar con documentación alguna
les confieren un aspecto metálico. El otro gran debe cuanto menos generarnos dudas al respecto, y
grupo lo forman los materiales de uso cotidiano, así plantear la posibilidad de que, probablemente,
cerámicas de mesa o recipientes de almacenaje, estemos ante uno más de los muchos asentamientos
en los que se aprecian los característicos escobi- que se extienden por toda la zona de las vegas del
llados; son escasos los materiales con decoración,
tan solo alguna pieza presenta digitaciones o inci-
25
sión en el borde (Fig. 12). Enríquez 1990; recientemente, Murillo 2008.
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26
Rodríguez Díaz y Enríquez 2001: 132.
27 28
Galán 1993; Ruiz-Gálvez y Galán 1991; Ruiz-Gálvez Vid. nota 2.
29
1988; 1992; 1995a; 1998. Pavón 1998: 69.
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Fig. 12. Materiales pertenecientes al Bronce Final, parcela 55 de Sagrajas (dibujos, Miguel Ángel Díaz Moreno).
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Figs. 13-14. Materiales de época calcolítica, parcela 55 de Sagrajas (dibujos, Miguel Ángel Díaz Moreno).
desprende la idea de que el lugar en la que el colono de cualquier otra zona de la parcela, dado el alto
descubrió el conjunto de piezas no era el sitio grado de rodadura que presentan muchas de ellas
donde fueron depositadas originariamente, sino que (Fig. 9). Por otro lado, si se tratara de un «fondo de
éstas habían sido desplazadas a consecuencia de la cabaña» entendido como un espacio de habitación,
remoción de tierra, hecho que inicialmente no ad- con todas las reservas funcionales e interpretativas
virtió a pesar de constituir un conjunto con un peso que queramos plantear sobre este tipo de estructu-
cercano a los 2,5 kg; sin embargo, una pieza menor ras así definidas, y por más que podamos argüir que
como la que representa la pequeña pieza del cierre los trabajos de INC hubieran desmontado aproxi-
del torques doble macizo sí se mantiene en su po- madamente cerca de medio metro de la superficie
sición original sobre el pavimento de la cabaña. Es de la parcela30, no parece lógico que no se recupe-
realmente arriesgado considerar el lugar de locali- rara el abundante material cerámico, junto a otros
zación del cierre como el de deposición original del elementos arqueológicos, ya sean líticos, faunísti-
conjunto de oros, sobre todo, cuando se observa la cos, […] que suelen recuperarse al excavar estas
profunda alteración a la que había sido sometida la estructuras, tampoco que no se definieran los lími-
superficie de la parcela, como así sugiere el empleo tes del rebaje de la fosa de la estructura, sino que
del arado con tractor. solamente se identificara un suelo irregular inter-
Igualmente, es interesante interrogarse ante la pretado a posteriori como el de una cabaña de
escasa aparición de material cerámico en el interior forma circular.
del «fondo de cabaña». Si recordamos, solo se re-
cogen algunos fragmentos bastante mal conserva- 30
dos que inmediatamente se interpretan como los «Los trabajos del Instituto Nacional de Colonización ex-
plican estos hallazgos tan someros. Por la observación de los
pertenecientes al recipiente contenedor del tesoro. bancales y niveles de tierra inmediatos, se puede calcular que
Este hecho también me genera alguna cuestión; por quitaron aquí unos 60 cm. de tierra». Notas sobre las prospec-
un lado, los fragmentos de cerámica podían derivar ciones en Sagrajas (Expediente 1970/30 MAN).
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Pero vayamos un poco más allá, porque a mi atrevería a considerar que la estructura en cuyo in-
parecer, no solo la asociación del conjunto de oros terior se recuperaron los oros, ni tan siquiera parece
al supuesto «fondo de cabaña» ya genera dudas ra- el pretendido lugar de habitación que la bibliogra-
zonables con solo leer los informes de los expe- fía se ha encargado de presentar; si esto puede cues-
dientes, sino que también los aspectos que se han tionarse, quedaría definitivamente superada la
considerado como válidos para aceptar el «fondo hipótesis que sigue considerando el tesoro de Sa-
de cabaña» no se sostienen firmemente. grajas como el único depósito áureo recuperado en
Si observamos la foto del hallazgo del cierre del contexto arqueológico, lo que no priva a este tipo
torques de aro doble (Fig. 8), salvo un pequeño re- de conjuntos de poseerlo.
baje más profundo en la tierra que presumiblemente En trabajos ya clásicos E. Galán y M. Ruiz-Gál-
ocupaba el recipiente cerámico en el que fue depo- vez32 se encargaron de llamar la atención sobre la
sitado el tesoro, no se alcanza a apreciar el pavi- recurrente aparición de este tipo de hallazgos áu-
mento que conformaría el suelo del «fondo de reos en zonas relacionadas con puntos naturales de
cabaña». Este hecho, unido a la somera descripción paso obligado; y en el caso concreto que analiza-
que se realiza del pavimento, apoyan la idea de que mos este planteamiento parece confirmarse, ya que
esta estructura asimilada como un «fondo de ca- el lugar de aparición del tesoro se encuentra a pocos
baña» podría encontrar explicación en la formación metros de una de las tres calzadas romanas regis-
geológica de la zona, concretamente en el tipo de tradas en el Itinerario de Antonino, Iter Alio ab Oli-
suelos que caracteriza la franja comprendida entre sippone Emeritam33 que con inicio en Mérida,
las poblaciones de Sagrajas y Gévora del Caudillo. recorría todo el margen derecho de las Vegas Bajas
En esta zona se encuentran un tipo de suelos de- del Guadiana hasta llegar a Olissippo, la actual Lis-
nominados franco arcillosos rojos cuya caracterís- boa. Esto, sin duda, avala el que también fuera un
tica principal viene determinada por una capa importante camino transversal en época prehistó-
arcillosa de color rojo (greda roja) compacta de es- rica, convirtiendo así Sagrajas en un importante
pesor variable. En ocasiones, debajo de la capa ro- punto de paso y control de una de las rutas más fre-
jiza aparece una capa de piedras calizas, pero en cuentadas durante todo el Bronce Final a lo largo
otras ocasiones el caleño no existe y por debajo de del curso medio del río Guadiana.
la greda aparecen gravas cementadas con arcilla, Por otro lado, es necesario reseñar su relación
tan compactas que parece piedra31. Tal vez, lo que con respecto a una zona de confluencia de varios
se interpretó como un posible «fondo de cabaña» ríos; parece fuera de toda duda su cercanía al arroyo
sea solo una bolsada compactada de gravas, arci- de Quebrada de Sagrajas, y a la confluencia de este
llas, arena y limos de forma irregular y extensión en el arroyo de la Cabrera poco antes de que ambos
variable que se ocasionan en las terrazas aluviona- vayan a morir al río Guadiana; pero, sobre todo,
les de las zonas próximas de la cuenca sedimenta- destaca por su posición con respecto a la confluen-
ria del Guadiana, formadas por el arrastre de cia del río Guerrero en el Guadiana en una zona en
materiales finos que van quedando depositados a la que este es fácilmente vadeable. Situado sobre
ambos márgenes del curso fluvial. una suave loma en un territorio de extensas zonas
llanas que le confieren un amplio dominio visual
sobre el territorio circundante, el terreno desciende
5. CONSIDERACIONES FINALES progresivamente a través de fértiles zonas de vega
hacia el lugar en el que ambos ríos terminan por
La tesis tradicional, generalmente aceptada, confluir; se trata de una zona de continuas «que-
consistente en considerar que el tesoro de Sagrajas bradas» y cambios de orientación del río que ha
apareció en el interior de una cabaña de forma cir- propiciado la creación de amplias islas en ambos
cular con un suelo pavimentado, presenta tan débi- lados del mismo, facilitando así su paso. Por esta
les argumentos a favor que provoca que éstos sean razón, era necesario controlar el vado del río. Un
cuanto menos discutibles. vado, es un punto de cruce, un lugar de paso, de
¿A qué responde, entonces, la deposición in- transición, un sitio de carácter neutral34 (Fig. 15).
tencionada de un importante conjunto de objetos de
oro en una zona que, como vengo manteniendo, no
se encuentra asociada a un hábitat cercano? Me 32
Vid. nota 28.
33
Roldán 1975: 65-67; Fernández Corrales 1988: 40-41,
mapa 1, 58-59.
31
Hernando et al. 1962: 56. 34
Ruiz-Gálvez 1995b: 22-25, 30-31.
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Fig. 15. Fotografía aérea actual de Sagrajas con la localización de los diferentes lugares mencionados en el texto:
Camino romano, Iter Alio ab Olisippone Emeritam; a) Parcela 55; b) Parcela 22; c) Parcela 16.
Esta misma relación con respecto a lugares des- del río Caya y el Guadiana. Algo similar podría
tacados en el paisaje es la que parece repetirse en apuntarse para el hallazgo de un collar de oro apa-
los sitios donde aparecen otros tesoros. recido en la dehesa de Esparragalejo36, localizado al
Uno de estos ejemplos, lo encontramos en el co- norte de la ciudad de Badajoz, posiblemente rela-
nocido como tesoro del Olivar del Melcón35. Com- cionado con el vado más al norte del río Gévora.
puesto por tres espirales, dos tobilleras y una pulsera
o brazalete de oro, su hallazgo se produjo en 1893
en un olivar río abajo de la ciudad de Badajoz en la 36
En el periódico local La Coalición, año III, nº 308 de 19
dehesa o cortijo de Benavides, lugar de confluencia de diciembre de 1893, junto a la noticia de la aparición del te-
soro del Olivar del Melcón, se cita el hallazgo de «… un collar
de oro, que se consideró céltico, en el propio término municipal
de Badajoz, en la Dehesa de Esparragalejo…» hoy desaparecido
35
Enríquez 1995. (Enríquez 1995: 130).
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37
Galán 1993: 74; Ruiz-Gálvez 1992: 235; 1995b: 23.
41
38
Ruiz-Gálvez 1995b: 23. Celestino y Blanco 2006: 13-18.
42
39
Ruiz-Gálvez 1992: 235-236. Armbruster 1995; Perea 1991.
43
40
Ruiz-Gálvez 1995b: 23 y 32. Celestino y Blanco 2006: 20.
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uno de los pocos puntos en los que el río Guadiana ALMAGRO-GORBEA, M. (1977): El Bronce Final y
es vadeable; en este sentido, mantiene una rela- el Período Orientalizante en Extremadura.
ción directa con una zona de paso o de cruce del Bibliotheca Praehistórica Hispana XIV.
río, de la misma manera que parece observarse Madrid.
para los casos del Olivar del Melcón y del desapa- ARMBRUSTER, B. (1995): «Sur la technologie et la
recido de la dehesa de Esparragalejo respecto a los typologie du collier de Sintra (Lisbonne, Por-
vados del Guadiana en el entorno de la ciudad de tugal). Un ouvre d´orfèvrerie du Bronze Final
Badajoz, o los de Alange y Orellana la Vieja en el Atlantique comoposé des types Sagrajas-
curso medio del mismo río. Parece pues intencio- Berzocana et Villena-Estremoz». Trabajos de
nada la deposición de estos tesoros asociados a Prehistoria 52: 157-162.
zonas de fácil paso de los ríos en relación con pun- CALLEJO, C. y BLANCO, A. (1960): «El tesoro de
tos estratégicos de primer orden para el control de Berzocana». Zephyrus XI: 250-255.
un territorio, un alto valor político y territorial que CELESTINO, S. y BLANCO, J.L. (2006): La joyería en
no debe separarse de su valoración social. Todo los orígenes de Extremadura: el espejo de los
ello, debe ponerse, a su vez, en relación con el dioses. Badajoz.
complejo proceso de territorialización de las socie- CELESTINO, S., ENRÍQUEZ, J.J. y RODRÍGUEZ DÍAZ,
dades de finales de la edad del Bronce en el suro- A. (1992): «Paleoetnología del área extre-
este de la Península Ibérica. meña». En M. Almagro-Gorbea y G. Ruiz Za-
patero (eds.): Paleoetnología de la Península
Ibérica. Complutum 2-3. Madrid: 311-327.
AGRADECIMIENTOS ENRÍQUEZ, J.J. (1989-1990): «Sobre algunos pobla-
dos del Bronce Final de la provincia de Bada-
Son muchas las personas a las que debo dar las joz». Norba. Revista de Historia 10: 41-57.
gracias por la colaboración y apoyo mostrado en la ENRÍQUEZ, J.J. (1990): El Calcolítico o Edad del
elaboración de este trabajo. Una parte importante Cobre de la cuenca extremeña del Guadiana.
de este, necesitó de la consulta de expedientes en Publicaciones del Museo Arqueológico Provin-
los archivos de distintas instituciones, en este sen- cial de Badajoz 2. Badajoz.
tido, mi agradecimiento a las siguientes personas: ENRÍQUEZ, J.J. (1995): «El tesoro de la Edad del
Carmen Cacho, conservadora jefe del Departa- Bronce del Olivar del Melcón (Badajoz)». Ho-
mento de Prehistoria del MAN, Pilar Martín Nieto, menaje a la Dra. Dª. Milagro Gil-Mascarell
responsable del Archivo del MAN, Juan Manuel Boscà. Extremadura Arqueológica V. Cáceres-
Valadés Sierra, director del Museo de Cáceres y es- Mérida: 129-136.
pecialmente, a William S. Kurtz, director del FERNÁNDEZ CORRALES, J.M. (1988): El trazado de
Museo Arqueológico Provincial de Badajoz du- las vías romanas en Extremadura. Cáceres.
rante el período en el que este trabajo se desarrolló, GALÁN, E. (1993): Estelas, Paisaje y Territorio en
por las facilidades y el trato que me dispensó du- el Bronce Final del Suroeste de la Península
rante mi estancia en el museo. Eduardo Galán y Ibérica. Complutum Extra 3. Madrid.
Marisa Ruíz-Gálvez realizaron la lectura crítica del HERNANDO, V., JIMENO, L., RODRÍGUEZ, J., GUERRA,
artículo, siempre recordaré su confianza y genero- A. y GARCÍA, J. (1962): Estudio de los suelos de
sidad conmigo. De una u otra manera, también me los nuevos regadíos de la margen derecha de
siento en deuda con Ana Cristina Rojo, José Ma- las Vegas Bajas del Guadiana. Badajoz.
nuel Illán, Miguel Ángel Díaz Moreno, Natalia de MURILLO, J.L. (2008): El asentamiento prehistórico
Isidoro y Carmen Cerro. Por último, agradecer a Ja- de Torre de San Francisco (Zafra, Badajoz) y
vier Jiménez Ávila la invitación a participar en esta su contextualización en la Cuenca Media del
publicación. Guadiana. MArqEx 8. Mérida.
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