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4. El problema de lo irracional
Hasta aquí se da el conocimiento por supuesto: no sólo el conocimiento es una
actividad intelectual sino que está además aislada de cualquier otro motivo. El
fundamento del conocimiento en función de una más amplia experiencia; el
sujeto no sólo como sujeto cognoscente.
Lo irracional como aquello inaccesible a la razón humana, abre un campo muy
amplio: ámbitos de la vida (arte, religión , fe), pasiones, instintos,
sentimientos. Además hay múltiples matices: ataque al racionalismo
dogmático, irracionalismo metafísico, irracionalismo epistemológico.
Lo irracional en la historia: el historicismo de la razón. Como concepto
histórico, la razón cambia con la variación de los sistemas filosóficos.
o Griegos: lo que queda fuera de la razón, queda fuera del ser; hay
realidades que carecen de forma:
Límite “inferior”: materia en Aristóteles (como límite del
conocimiento).
Límite “superior”: lo Bueno y lo Uno (Platón y Plotino).
Antropológicamente asentado sobre un “humus” de
irracionalismo.
o Kant: la cosa-en-sí como postulado; aunque es más una incapacidad
del sujeto.
o Si el pensamiento viene determinado por nuestra situacuón de clase, de
nuestro hábitat, de nuestros intereses particulares: Schopenhauer,
vitalismos, etc.
Otras fuentes: más allá del ser humano como ser racional (Spinoza vs. Hume).
o Emotivismo de Hume: razón esclava de las pasiones.
o Lectura idealista de la Crítica de la razón práctica, que hace hincapié
en la voluntad (Schopenhauer).
o Abandono del ser o la sustancia como fundamentos de la realidad para
señalar la vida humana, existencia concreta: que excede el
conocimiento racional (Nietzsche, Ortega); que se concreta en
diferentes “razones” (razón histórica, razón vital).
o Absurdo como categoría preeminente: Kafka, Camus.
o Formalismos lógico-lingüísticos: más allá de las proposiciones de un
lenguaje formal, irracionalidad.
o Teologismos gnoseológicos: el conocimiento fundado en unacto
irracional, o “supra-racional” (Ockham, Kierkegaard).
Autores:
o Schopenhauer:
El mundo como representación pero también como voluntad:
yo soy voluntad, de donde manan las acciones y
manifestaciones del cuerpo.
La clave está en la pregunta no ya por el contenido de la vida,
sino por su significado puramente como vida (Simmel): vida es
continuidad, voluntad de vida.
o Kierkegaard:
Desde la angustia, la desesperación y la conciencia de pecado,
la razón choca con la paradoja y el absurdo de lo eterno y lo
infinito: el acto de fe como sustancia de vida.
La clave está en partir de la angustia de la existencia individual
para cuestionar el rol de la razón desde su profundidad
(Jaspers): vida es angustia.
o Nietzsche:
Crítica de la validez del ejercicio de la razón: intenta explicar
un mundo caótico e irracional desde la razón; la voluntad de
poder es el fondo primordial de la vida.
Crítica a la ciencia: no hay ley natural en el caos; el
conocimiento objetivo no existe. La razón no da cuenta de sí
misma: lógica sobre lo ilógico.
Crítica a la cultura occidental: niega el mundo nouménico,
platónico; la realidad es irracional.
La clave está en partir de la vida como única determinación de
sí misma, así el poder es el poder conservador (y “extensor”) de
la vida, y la razón como impulso de conocimiento y verdad no
lo atiende, no atiende la “verdad” de la vida: lógica sobre lo
ilógico.
o Freud:
Inconsciente como opuesto al consciente: no atiende a
contradiciones lógicas, atemporal, sin abstracciones, primitivo
y ancestral, mágico.
Todas estas visiones comparten un concepto orgánico e intuitivo de la vida,
que servirá de base para los existencialismos y vitalismos posteriores (o
intuicionismo post-ilustrado).
o Heidegger y Ortega:
Preocupación por lo vital: la preocupación por la muerte como
posibilitador de una vida auténtica.
Ser-en-el-mundo y yo y mi circunstancia como existenciarios
previos a lo objetivo y lo subjetivo, al realismo y al idealismo,
previos al conocimiento teórico: vida sobre la razón.
Ser-en-el-mundo: arrojado al cuidado de algo: la vida; que es
auténtica a través de la angustia ante la muerte (Heidegger) y
de la menesterosidad de la existencia (Ortega).
Tenemos, además, las diversas fragmentaciones de la razón; sus límites, no
tanto en lo irracional, como en sus condicionamientos, dispersión y disolución.
o Escuela de Frankfurt:
Crítica a la racinalidad que sirve de base a la subjetividad en
unos tiempos donde colapsan los paradigmas universales;
crítica desde la subjetividad misma. Señala los límites allí
donde se derrumban los paradigmas: teoría crítica (base en
Kant) de la sociedad que denuncia los presupuestos
(¿irracionales?) de la modernidad.
o Posmodernidad:
Base en Nietzsche y su crítica a la validez de lo racional:
verdad como máscara que oculta el relativismo de los
acontecimientos, disolución del sujeto cognoscente, conciencia
como autoengaño, lenguaje como ocultamiento de lo intuido,
voluntad de poder como origen de la acción humana.
o Estructuralismo y posestructuralismo:
Foucault: los problema (como el del hombre) que exigen
intelección surgen de estructuras aisladas y fortuitas, no tienen
justificación sistemática y racional; surgen cuando cambia el
orden a partir del cual se piensa una época concreta desaparece
cuando lo hacen las condiciones que le dieron origen. Así, las
racionalidades quedan reducidas a condiciones y disposiciones
circunstanciales que sólo se dejan describir arqueológicamente
como estructuras aisladas o vinculadas de manera fortuita.
Derrida: deconstrucción de todo concepto o significado hasta lo
“indecible”, pues el sujeto mismo se disuelve en este proceso.
Crítica de Sokal: imposturas intelectuales; confunden lo
irracional con las metáforas de la ciencia. El rechazo a lo
racional no implica que sólo exista lo irracional.
o Límites del lenguaje y (neo-)pragmatismo:
Wittgenstein:
Desde el atomismo lógico: la reducción de todo
lenguaje a lenguaje proposicional excluye un mundo
ilógico; un mundo ilógico no puede ser descrito.
Desde las Investigaciones filosóficas: la perplejidad
surge del abandono de las formas ordinarias del
lenguaje; estudio de esos usos o juegos del lenguaje,
pero sabiendo que no se puede hablar de la estructura de
la realidad.
Rorty: conocer no es algo que tenga ninguna esencia, sino un
derecho a creer; “conversación” a la que se incorporan cada
más descripciones.
o Intencionalidad: ¿racional o emocional?
Dennett y Damasio: los intrincados mecanismos
neurobiologicos que producen lo racional y lo emocional
parecen vincular ambos; su localización biológica no reduce
nuestra capacidad de maravillarnos (Damasio).