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Isabel María Hernández Robles Filosofía de la cultura – 13/03/2018

im.hernandezrobles@um.es

Comentario de texto: García Marqués, A., “Giambattista Vico: El mundo civil hecho por los
hombres” en Armando Segura Naya (dir.), Historia universal del pensamiento filosófico, Liber,
Bilbao 2007, vol. III, pp. 239-264.

Debido a su pluralidad temática, la filosofía de Vico ha sido interpretada en muchos sentidos


diferentes. Sin embargo, en su propia autobiografía marca su intención primera que marcará todas
sus obras: hallar un principio que uniese todo el saber humano y divino. Es decir, la búsqueda de la
unidad del saber, a través del hallazgo de un principio unificante. Con esto quiere superar las
limitaciones de la filosofía imperante (cartesianismo, empirismo, otros reductivismos…). Este
intento formal de sistematización y fundamentación de todo el saber humano lo consigue a partir de
su principio verum esse factum (lo verdadero es lo hecho). Así, una de sus principales obras, el De
antiquissima puede considerarse como una teoría sobre los límites y alcance del conocimiento
(equilibrio entre el escepticismo y el dogmatismo).
El verum factum refiere a la unidad del saber, y más en profundidad a la reciprocidad o
convertibilidad de lo verdadero con lo hecho. En la historia de su pensamiento pasa por dos
concepciones distintas del principio:
En el De antiquissima sostiene la reciprocidad entre lo verdadero y lo hecho; así como una
concepción constructiva del saber. Es decir, para Vico en esta época el conocimiento seria pasivo
sino que sería una actividad que se dividiría en el hallazgo o posesión de los elementos y, después,
su estructuración para dar origen a los objetos.
Por otro lado, en la Scienza nuova, le da matices distintos al principio. El hombre no sería ya
una mente pura independiente del cuerpo al estilo platónico o cartesiano sino que poseería una
mente modificada por su conexión con el cuerpo que conoce de diferentes maneras (poética y
reflexiva) y cuya actividad no es puramente mental sino que interviene con lo real físico. Lo más
relevante en esta segunda argumentación de Vico es que sostiene que la actividad propia del ser
humano es reflexiva. En las primeras obras no estaba presente el doble paso en el proceso
cognoscitivo (y ontológico) humano. Habrían dos pasos: un primer paso creador, activo, en el que
hacemos los objetos o incluso cosas reales, y un segundo paso reflexivo por el que reconstruimos
los objetos de modo crítico en el orden gnoseológico. No serían dos partes sino dos momentos.
Vico, sostiene en este sentido la superioridad de la la mecánica puesto que es capaz de hacer
cosas semejantes a las de la naturaleza. Es decir, de conocer haciendo (verum factum).
La segunda parte del texto es un análisis de la polémica de Vico contra Descartes, que
apoyándose en el verum factum, va a argumentar contra el cogito. Para ello, distingue entre dos
formas de conocimiento: conciencia y ciencia. Admite que somos conscientes de que dudamos pero
ignoramos las causas y, por tanto, no tenemos ciencia.
El cogito da certeza de la existencia pero no es conocimiento riguroso ya que “no es causa
de mi ser y, por tanto, no da ciencia del ser”. Nos sirve pues para encontrar signos ciertos e
indubitables de mi ser, pero no para encontrar razones. En este sentido, necesitaremos un nuevo
criterio que guíe al juicio (la segunda operación de la mente): apela a un sentimiento que llama
"sentido común", como un criterio que permite establecer los principios. La deducción cartesiana ya
no nos sirve y, por ende, necesitamos un nuevo mecanismo para llegar a los principios. Como
sentido común entiende
"el criterio que se usa es que lo que es sentido como justo por todos o la mayor parte de los
hombres debe ser la regla de la vida social; […] en este criterio coincide la sabiduría vulgar de
todos los legisladores y la sabiduría reflexiva de los más reputados filósofos. Estos deben ser los
confines de la razón humana, y quien quiera desbordarlos, atienda a no irse fuera de toda la
humanidad".
Recuerda, en cierto sentido, a la virtud de los antiguos cuando la identificaban con actuar
por la recta razón (P.ej.- el texto antes comentado de Tomás Moro). De hecho, más adelante
podremos ver como en el texto el autor alude a principios fundamentales basados en la religión.
Así, para Vico el sentimiento del sentido común es algo así como "un juicio sin reflexión alguna,
comúnmente sentido por todo un orden, por todo un pueblo, por toda una nación o por todo el
género humano".
Establece posteriormente en la Scienza nuova tres principios fundamentales que regirían la vida
humana: la providencia divina, la libertad como autodominio y la inmortalidad del alma. Esas tres
costumbres o creencias serían constantes en los pueblos. De ellas nacería la humanidad, el proceso
de humanización y de vida en sociedad frente a un estado de fieras salvajes.
Lo principal del texto es el resaltar que el pensamiento de Vico es una nueva
fundamentación y reconstrucción del mundo humano en todas sus facetas, incluida una nueva
concepción del hombre. Por ello atiende especialmente a las dimensiones sociales e históricas. En
este sentido, el pensamiento de Vico fue un intento, distinto del racionalismo (la Ilustración), por
fundar una civilización.

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