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El 1978 Edward Said publicó su primer libro -y quizás el más trascendente en su carrera-

Orientalismo. En el abarcó la temática de la formación del pensamiento europeo en época


colonial. Desde este punto Said se encargó de explicar cómo el orientalismo ha contribuido
de forma imperialista en la formación del <<otro>> y tal como lo aclara Hobson (2006) en
su libro el orientalismo o también llamado eurocentrismo es la cosmovisión que posee
Europa con respecto a Oriente, en aquella se afirma tajantemente la superioridad europea
respecto a oriente y “concretamente el orientalismo construye una imagen permanente de
un occidente superior (el <<yo>>) que se define en negativo frente al otro” (Hobson, 2002,
p.25). Esta imagen de Oriente se consolida a partir del S. XVIII con la expedición a Egipto
encabezada por Napoleón Bonaparte, aun que según Nour Eddine Affaya existieron dos
grandes momentos anteriores al ya mencionado, por una parte se encuentran las Cruzadas
y por otra la caída del reino árabe musulmán (1492). Estos tres momentos según Affaya
serían imprescindibles para la formación del pensamiento occidental sobre oriente y a su
vez para la conciencia del mundo árabe. Pero volvamos a la expedición de Napoleón de
1798, está significó sin duda el inicio de una nueva etapa del mundo árabe, ya que en dicha
expedición Napoleón se ocupó de llevar una serie de académicos que se encargaron de dar
génesis al imaginario oriental en el europeo, esto fue producto de la ilustración y su anhelo
de conocer las cosas en su totalidad, es por esto que se crea una Enciclopedia que habla
sobre la vida que se lleva en ese entonces en Egipto. Ya en este tiempo el recurso de
“conocimiento” (conocer es poder) sirve para dominar y gobernar Egipto. Esto nos lleva a
la primera dimensión de orientalismo descrita por Said, la dimensión << académica>>, la
cual es particularmente el estudio de Oriente. Está dimensión es fundamental para
comprender las otras dos dimensiones restantes, debido a que, el conocimiento que se
produce permite un acercamiento de la comprensión del fenómeno –en este caso Oriente-
lo que permitirá posteriormente tomar decisiones respecto a este. Además se agrega que el
conocimiento académico posee un mayor grado de legitimidad por lo tanto, posee mucho
más poder, lo que proporcionará mayor facilidad de expansión del discurso hegemónico.
Lo que da paso a la segunda dimensión descrita por Said (2002) << la más general>> “un
estilo de pensamiento que se basa en la distinción ontológica y epistemológica que se
establece entre Oriente y –la mayor parte de las veces- Occidente” (p.2) O sea, se produce
un estilo de pensamiento con respecto a la diferenciación entre la esencia y el estudio, para
así ahondar en el acercamiento a Oriente y a su vez acrecentar la brecha existente entre
estos. En último lugar encontramos la tercera dimensión descrita por Said, que antes de
explicarla cabalmente quisiera sin duda alguna, hacer un barrido panorámico de la época.
Siguiendo la línea de la expedición de Napoleón, ya hacía fines del S. XVIII se sitúa el
desarrollo europeo: “el boom de las revoluciones”, entre ellas la revolución industrial, la
revolución del transporte, además se encuentra la expansión del comercio y el crecimiento
demográfico debido al surgimiento de la clase proletaria, todo lo anterior propulsó la
penetración colonial por parte de las dos potencias que se disputaban Europa. A lo anterior
se suma el hecho que entre fines del siglo XVIII y principios del XIX (pero sobre todo el
S.XIX) el imperio Otomano sufre un declive , por diversas crisis económicas y conflictos
internos.

Tal como los explica Marzuca (2005) gracias a la figura del europeo y el <<no europeo>>
se logra dominar y colonizar. La empresa francesa y británica impregnan Oriente llenos de
intereses económicos y políticos, lo que buscan es introducir al sistema capitalista mundial
el espacio árabe, para así poder consolidar su imperio. Según el autor, existen tres
objetivos de fondo: el primero de ellos es “la adecuación de la economía de la colonia a las
necesidades de la metrópoli”, esto se traduce a que gracias a la Revolución industrial que
vivía Europa, surgió la necesidad de una explotación rapaz de los recursos naturales y
materias primas. La segunda es “la prohibición de la acción industrializadora con el fin de
mantener formas atrasadas de actividad económica”, cualquier tipo de avance a ojos de los
europeos significaría inmediatamente una amenaza para la consolidación de su imperio, es
por esto que muchas veces Europa reniega que posee una multi-culturalidad y un origen
proveniente de Oriente – de hecho eso podremos analizarlo más adelante, hablando de la
globalización oriental o la teoría de Peter pan levantada en torno a Oriente- para poder
alzar una relación de poder que permitirá el dominio total de este. Por último se encuentra
“la represión de los movimientos de oposición y de las tentativas de emancipación nacional
y social”, obviamente a los europeos no les convenía bajo ninguna circunstancia que
movimientos nacionalistas surgieran en contra del imperialismo, esto suponía nuevamente
una amenaza a los principios imperiales, es por esto que se toma la decisión de prestar
apoyo a los círculos dominantes tradicionales. Es bajo esta lógica se denomina la tercera
dimensión de orientalismo, que “se puede describir y analizar como una institución
colectiva que se relaciona con Oriente, relación que consiste en hacer declaraciones sobre
él, adoptar posturas con respecto a él, describirlo, enseñarlo, pretende dominar,
reestructurar y tener autoridad sobre Oriente” (Said, 2002, p.3) . Es sin duda alguna la
dimensión más profunda y trascendental del concepto orientalismo, debido a que es visto
como un género discursivo que pretende funcionar como instrumento para subordinar la
conciencia occidental y también oriental. Said (2002) dice que es necesario comprender
que el orientalismo no sólo se trata de una estructura de mitos y mentiras, es mucho más
valioso como signo de poder europeo, por sobre oriente, para entender lo que hay por
encima de este discurso, hay que entender el interior de este y sus lazos con las
instituciones socioeconómicas y políticas. Es por esto que se toma el concepto de
hegemonía de Gramsci, el cual habla de una supremacía cultural, a través de un consenso
por parte de la sociedad civil (intelectuales, académicos, etc.) y una coerción por parte de
la sociedad política (estado, policía, ejército, etc.) a causa de esto Europa va ensalzando su
identidad y se produce una noción colectiva sobre el europeo como ente superior al
<<otro>>. Bajo la naturaleza del discurso hegemónico del orientalismo se construyen
criterios o teorías que mitifican la imagen de oriente. Una de ellas es << la teoría de Peter
pan>>, en la cual occidente se presenta como un ser racional y maduro, en contraste
Oriente se presenta como un ser o más bien dicho un niño, inocente e incapaz de crecer por
sí sólo por ende es dependiente de la figura mayor de Europa, ya que sólo podrá alcanzar
dicha madures, gracias a la experiencia que el imperialismo le puede brindar , con esto
Europa se jacta de estar realizando una misión civilizadora y a su vez una labor moral
ayudando al otro, similar como ocurre con la conquista de América en el año 1492.

Cuando Cristóbal Colón desembarca en el continente americano, la primera impresión que


surgió de éstas fue la de un lugar paradisiaco y deslumbrante1, apreciándose la abundancia
en cada rincón. Desde ahí en adelante fue descubriendo y conquistando cada lugar junto
con sus habitantes, que al paso del tiempo llamo “salvajes”2 puesto que, en su mayoría
andaban desnudos por lo tanto, eran hombres y mujeres “incivilizados”.

1 Es importante destacar que Cristóbal Colón no era consciente del nuevo territorio en el que se hallaba. Puesto que, creía
en primera instancia que había llegado a las indias. Desde ésta perspectiva, se relata cómo se van dando inicio a mitos que
giran en torno a Oriente, como por ejemplo El mito del dorado.
2 Con esto se agregan crean mitos en torno a la gente que habitaba América, como por ejemplo: Amazonas, la figura del

buen salvaje, caníbales, etc.


Podemos apreciar que ya desde el siglo XV los europeos levantaban un discurso
hegemónico creando mitos y levantando prejuicios, para atribuirse rasgos de superioridad
negando la identidad de otro, lo que les permitiría utilizar la excusa de que debían civilizar,
a aquellos hombres inferiores culturalmente, lo que nos lleva a una visión completamente
paternalista por parte de Europa.

Otro elemento importante que proporcionara mayor legitimidad al orientalismo será la


necesidad de clasificar al oriental según su clima y temperamento. Los académicos dicen
que existe una relación directa entre clima, temperamento y la civilización que reside bajo
estas condiciones, aquellos que pertenecen a un clima frío y húmedo, son personas más
racionales y activas (clima correspondiente a Europa), de hecho el clima más equilibrado
tal como lo dice Curtin en Hobson (2006) corresponde a la zona templada de Gran
Bretaña. No es de extrañar que exista está descripción ya que, es una de las potencias
hegemónicas del siglo XIX. Sin embargo, los habitantes del norte de áfrica y oriente
poseían un clima árido o tropical, lo que se traduce en una menor actividad cerebral y
también a nivel moral. Es así como se constituyo una jerarquía de razas a nivel implícito y
explicito, lo que posteriormente llevo a desarrollar una serie de clasificaciones y prejuicios
absurdos en torno a Oriente.

Es por esto que a causa del orientalismo, se torna difícil poder derribar la concepción que
se tiene de Oriente, este afecta totalmente la libertad de pensamiento que se puede producir
sobre él. El discurso a subordinado de tal manera el subconsciente de las personas
perteneciente a Occidente que se posee una imagen definida, acota y acabada de este, sin
duda alguna preestablecer está visión ha consolidado la superioridad europea y hoy en día
la de EE.UU.

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