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MEMORIA - XX Congreso Archivístico Nacional - 2008

LA IMPORTANCIA DE LOS ARCHIVOS PARA EL


CUMPLIMIENTO DE LOS OBJETIVOS DE LA
CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y DE LAS
AUDITORÍAS INTERNAS

Marta Acosta Zúñiga 1

“El Archivista en un mundo cambiante” es el tema general de este vigésimo


Congreso Archivístico Nacional, según la documentación para su convocatoria
dispuesta en el sitio Web de la Dirección General del Archivo Nacional.

A propósito de esa perspectiva, me permito iniciar parafraseándola, para plantear


que la reflexión que gustosamente compartiré con ustedes, bien podemos
considerar que gira en torno a la idea del “control en un mundo cambiante”.
Como se puede notar, eso significa una estrecha sinonimia entre archivística y
control. Creo que el diseño de este Congreso ya lo concibe así, en alguna medida,
cuando reconoce que el tema tiene importancia para los objetivos de la Contraloría
General y de la auditoría interna. La Ley General de Control Interno y las Normas
de Control Interno, además, son claras y contestes con las mejores prácticas de
amplia tradición y aceptación mundial, en incorporar el manejo de la información,
los documentos y los archivos, entre los elementos clave de un sistema de control
interno.

En tal sentido, yo lo que me he propuesto es subrayar doblemente esa


perspectiva; cosa que trataré de hacer con un enfoque general, para traer a cuenta
ideas que es conveniente repasar en aras de fortalecer la cultura del control. Razón
de más para agradecer la oportunidad que este foro da a ese cometido.
Primero, resaltando la importancia intrínseca de los archivos para el
control.
Y segundo, en un sentido derivado, por llamarlo de alguna manera,
remarcando esa importancia en virtud de los objetivos que el control está
llamado a cumplir en un Estado democrático de derecho.

1. Subcontralora General de la República. Auditora Gubernamental certificada por el Instituto Global de


Auditores con sede en Estados Unidos.

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Ambos destacados los haré, además, sin dejar de lado ese “mundo cambiante”
que ya se nos ha vuelto telón de fondo inapelable para la gestión en general; un
cambio que si bien ha caracterizado al mundo desde siempre, tiene en la actualidad
un ritmo y un alcance global implacables; un cambio que viene teniendo desde
hace ya un buen tiempo a la fecha, entre sus impulsores principales, el dinamismo
del avance tecnológico-informático y el impacto casi omnipresente de este avance
en todos los aspectos de la vida, ni qué decir en cuanto a todo lo concerniente al
procesamiento, resguardo y facilitación de información. Tendencias como las del
“Gobierno Electrónico” son una prueba fehaciente de esto.

1. IMPORTANCIA INTRÍNSECA DE LOS ARCHIVOS PARA EL


CONTROL

Antes que todo, dos anotaciones breves para contextualizar:


- Al hablar de documentos me refiero a ellos, por una parte, en su doble
dimensión física de “medio más información consignada en ese medio”, o,
en términos más comunes para los especialistas (estos apenas los tomo
prestados un momento), el documento como sumatoria de “continente y
contenido”.
- Y por otra parte, estamos hablando del soporte documental en el más
amplio sentido del término (papel, audiovisual, fotográfico, electrónico,
etc.); amplitud de significado que ha venido creciendo en dinamismo y
complejidad hasta enfrentarnos hoy a las modalidades más avanzadas de
los documentos digitales y todo lo relacionado con estos. El temario de
estos tres días de Congreso Archivístico da cuenta, enhorabuena, de la
conciencia que al respecto tiene la discusión nacional sobre este tema.
Una ve que hay discusión técnica y seguro hasta filosófica, en cuanto a qué es
lo que hace al documento; por ejemplo, que el continente o medio sin el contenido
no es nada y que por lo tanto lo “realmente valioso” es el contenido, la
información, los datos, etc. Bien, seguramente se podría decir que eso depende del
punto de vista del análisis que se quiera hacer. En lo que a nuestro interés respecta,
para el control ambas cosas han sido relevantes, lo son y lo serán, por mucho
tiempo más (por cierto que digo “por mucho tiempo más”, justo donde quisiera
decir “para siempre”, porque con esto del futuro nunca se sabe). Y esa importancia
es bidimensional porque el control requiere datos e información no en cualquier
estado o condición, sino datos e información en un estado tal que merezcan
credibilidad y confianza a sus diversos usuarios e interesados.

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Credibilidad y confianza que, como sabemos, no son requisito exclusivo de la


fase de archivo de los documentos, sino que deben garantizarse desde la
generación y procesamiento de la información, la elaboración y uso de los
documentos, el archivo con todos sus requerimientos y, si es el caso, la
eliminación del documento.
Ciertamente, el medio y el contenido han importado siempre, incluso antes de
las computadoras, del software, de la Internet, etc., pero con estos elementos el
control debe hacerse más acucioso, más sofisticado todavía en todas esas fases de
la gestión documental. Si el control, en la era de la imprenta, se interesaba en
documentos formales, legibles, sin tachaduras, preimpresos en lo que así convenía,
numerados, ordenados, bien custodiados para evitar usos indebidos, bien
archivados para facilitar la búsqueda y consulta, para protegerlos del deterioro
porque se requieren disponibles para consulta durante varios años o para siempre,
etc., esos aspectos siguen siendo necesarios en la era de la informática; aún cuando
esos elementos con el concurso de la tecnología, se revisten de exigencias
adicionales para garantizarlos, siguen, en esencia, presentes.
Por extensión de lo antes dicho, las técnicas de la archivística, antes, ahora y
después, son de sumo interés para el control. Podría agregar, muy brevemente, que
si las decisiones, operaciones, transacciones, etc., de interés para el control, están
y tienen que estar, en gran medida, documentadas, entonces, los documentos y
lógicamente su archivo, son de interés fundamental para el control. No exagero si
afirmo que, en su primera parte, mi intervención refiere a esta simple idea. Sin
embargo, quisiera extenderme un poco más para llamar la atención de que la
relación documentos-control y, por ende, archivos-control, no se limita a eso que
podríamos considerar un lugar común.
Por cierto que al tratar de ordenar el pensamiento para esta exposición, estuve
inclinada a matizar la sinonimia que propongo, aclarando que la archivística es
más que un control; pero desistí de esa suspicacia. Considerarla un control no le
resta nada a su rango de disciplina profesional y, si es el caso, más bien el
parangón contribuye a reconocerle al control la importancia que merece.
Meditando en este tema y aprovechándome del título de la conferencia de apertura
de este distinguido evento el pasado martes 22, según veo en su programa, me
enorgullece reconocer, por ejemplo, que desde las funciones de Control y
Fiscalización Superiores de la Hacienda Pública también contribuimos a ir
“documentando la República”. A manera de ejemplo, se puede citar algunos de los
documentos de esta Contraloría General declarados de valor científico-cultural por
parte de la Comisión Nacional de Selección y Eliminación de Documentos, a
saber:

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- Informes de fiscalización (auditoría y presupuestarios).


- Relaciones de hechos y expedientes probatorios correspondientes.
- Formulación de presupuesto ordinario, modificaciones y presupuestos
ordinarios.
- Liquidaciones presupuestarias.
- Resoluciones de recursos de apelación y de objeción al cartel.
- Expedientes de procesos judiciales ante la Jurisdicción Constitucional y la
Jurisdicción Contencioso Administrativa y Civil de Hacienda.
Habida cuenta de lo anterior, me parece importante y justo reconocer esa
correspondencia de términos y más que de términos de tareas, porque nos recuerda
que el control y mejor aún, el control efectivo en la Administración Pública, no es
solo tarea de algunos órganos o entes especializados, sino que este, en buena
medida, sin detrimento de las especialidades de control del caso, nos corresponde
a todos los que cumplimos funciones en dicha Administración. Algo similar a lo
que se requiere para el funcionamiento efectivo de un Sistema Nacional de
Archivos, que no podría existir sin un conjunto de múltiples archivos
institucionales gestionados con visión de conjunto y en observancia de un
ordenamiento técnico y normativo rector, con las implicaciones y la relación
intrínseca que todo esto tiene para la gestión documental y los sistemas de
información en todas las instituciones.
Y se comprenderá que esa posibilidad de funcionamiento sistémico depende en
gran medida de la disponibilidad de información en las instituciones y de la
facilidad, seguridad y confianza con que puedan intercambiarla. Esa inquietud ha
estado en la base de diversos proyectos que esta Contraloría General ha
emprendido, como los relacionados con el Sistema de Información de
Presupuestos Públicos o el Sistema Integrado de la Actividad Contractual, entre
otros; que, aún cuando no nutren directamente por ahora, al Sistema Nacional de
Archivos, si contribuyen ostensiblemente a la calidad de la información pública
que luego conformará documentos de valor científico-cultural y administrativo.
Así pues, planteo que la Archivística es un control, más aún, es un proceso de
control, toda una disciplina de control, indispensable para cualquier agente o actor
que tenga por objetivo informar sobre el estado de una organización o de aspectos
relacionados con esta. Al respecto, me permito traer a cita el artículo 23 de la Ley
del Sistema Nacional de Archivos y el artículo 3 del Reglamento a esta Ley (Ley
Nº 7202 de 24 de octubre 1990 y Decreto Ejecutivo Nº 24023-C de 1995), en
cuanto me permiten conocer, en ese orden:
- Que el proceso de archivo consiste en “reunir, conservar, clasificar,
ordenar, describir, seleccionar, administrar y facilitar los documentos
textuales, gráficos, audiovisuales y legibles por máquina, pertenecientes a

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la Nación, que constituyan el patrimonio documental nacional, así como la


documentación privada y particular que le fuere entregada para su
custodia”.
- Y que los archivos institucionales son “las entidades y unidades
administrativas que reúnen, conservan, clasifican, ordenan, describen,
seleccionan, administran y facilitan la documentación producida, tanto con
valor administrativo como con valor científico-cultural”.
Espero que ustedes sabrán disculpar que, ante tantos especialistas aquí presentes,
cite este ABC de la Archivística, tal vez incluso todo lo que he dicho hasta ahora
les resulte básico, pero es que me sirve, a mí que no soy archivista, para resaltar,
en la perspectiva del orden de ideas de esta charla, que la República se documenta
tanto para generar valor científico-cultural, como para generar valor
administrativo. Y con esto resumo y concluyo el interés principal de la primera
idea que me propuse:
Subrayar que la importancia intrínseca para el control radica en que
los archivos, al gestionar los documentos, que son insumos clave del
control, comportan valor administrativo y científico-cultural; y
generar ese aporte es, me parece, otra forma de expresar, en términos
sintéticos, objetivos del control.
Se trata, según lo veo, de un círculo virtuoso. De ahí que me haya otorgado la
licencia de subrayar la afinidad entre archivística y control en el sentido expuesto;
lo cual me permite pasar al segundo cometido que me fijé, en cuanto a resaltar la
importancia de los archivos para el control en cuanto participan de la relevancia
de los objetivos del control para el desarrollo sostenido de las naciones.

2. IMPORTANCIA DE LOS ARCHIVOS DERIVADA DE LA


RELEVANCIA DE LOS OBJETIVOS DEL CONTROL

Hasta este punto hemos resaltado y confirmado la vital importancia de los


archivos para el control y, aunque ya algo adelantamos al mencionar que los
archivos permiten “documentar la República”, no hemos entrado a valorar más
puntualmente la relevancia de los objetivos del control.
Pues bien, estimo válido afirmar que los objetivos del control confluyen en uno
solo, cual es el de dar garantía razonable de que se está logrando una buena gestión
pública, con todo lo que esto significa. No abundaré sobre artículos clave como el
11, 183 y 184 Constitucionales, o el 11 de la LOCGR, o los artículos 8 y 16 de la
LGCI. Basta con señalar que todos comparten la aspiración que diversos
legisladores han manifestado, en distintas ocasiones, en cuanto a lograr una
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gestión efectiva y eficiente -lo cual incluye al control mismo que debemos
considerar intrínseco a la gestión y las operaciones-; por un patrimonio protegido
con denuedo; por un ordenamiento legal y técnico respetado; y por información
confiable y oportuna para la toma decisiones, la evaluación y la rendición de
cuentas; todo en aras del bienestar común, del desarrollo integral y sostenido del
país de frente a la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.
Tomando prestadas las palabras introductorias del Manual de lineamientos,
funciones y procesos del Archivo Central de la Contraloría General:

“Vivimos en la era de la información, las instituciones dependen de la


información, necesitan la información, se nutren de la información que
producen y reciben. Esta se ha hecho imprescindible en el quehacer de las
instituciones y del manejo seguro y correcto de esta, depende la oportuna
toma de decisiones y la buena marcha de ellas. /Todas las entidades tienen
necesidad de documentos que reflejen sus funciones para continuar con
sus operaciones y para tener un valor probatorio, un documento debe ser
considerado confiable y auténtico, ligado al hecho de que el documento
está autorizado y es digno de fe (es decir que corrobora los hechos). La
autenticidad se refiere a que el documento es lo que pretende de acuerdo
con el contenido, la estructura y el contexto en el que se genera el
documento, según lo establece el ordenamiento jurídico vigente.2 / Los
Archivos Centrales, como custodios y administradores de todo lo
relacionado con el acervo documental de una organización, se han
convertido en parte esencial de los nuevos procesos de transformación del
Estado y especialmente de la Contraloría General de la República y le
“corresponde a la administración establecer los procedimientos y los
lineamientos que deberán observarse en la creación y el mantenimiento de
sus archivos, con base en las disposiciones técnicas y jurídicas atinentes,
en apoyo a los demás elementos del sistema de control interno”.3 Estos
Archivos Centrales son los responsables de la gestión y conservación de
los documentos generados en la administración pública con el fin de
asegurar que la información que ellos contienen sea confiable, pertinente,
suficiente y oportuna. Una adecuada gestión documental es fundamental
para garantizar la transparencia administrativa, el derecho de acceso a la
información, pronta respuesta y la rendición de cuentas”.4

2. Directriz con las regulaciones técnicas sobre la administración de los documentos producidos por medios
automáticos, emitida por la Junta Administrativa del Archivo Nacional publicado en La Gaceta Nº 221 del 11
de noviembre del 2004.
3. Manual de Normas Generales de Control Interno para la Contraloría General de la República y las entidades
y órganos sujetos a su fiscalización.
4. Ver nota 2.

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Y esto que aplica a lo interno de una organización, aplica también para el


funcionamiento integral del Sector Público. Sin pretender una aplicación estricta
al tema que nos ocupa, el criterio de la Sala Constitucional que citaré a
continuación (Resolución Nº 5090 del 11 de junio del 2003), me permite reforzar
esta idea de procurar una visión y funcionamiento integrado allí donde sea posible
y pertinente, en aras del bien común. Dice esa Resolución:
“...Debe tomarse en consideración que el combate frontal y directo de la
corrupción y la búsqueda de un mayor grado de transparencia y
publicidad en la gestión administrativa, requiere de una acción
transversal, concertada y coordinada de todos los entes y órganos
públicos que componen el universo administrativo de un ordenamiento
jurídico determinado, por lo que debe propiciarse la constitución de un
sistema y de una organización que procure esos fines... Este órgano
colegiado estima que el combate de la corrupción en el sector público y la
búsqueda de altos niveles de transparencia no riñen con el principio
aducido (separación de poderes), puesto que, el mismo fue concebido para
garantizar una eficiente y eficaz gestión pública a través de la
especialización de las funciones y, desde luego, contener la arbitrariedad
de los poderes públicos tan propensos a quebrantar los Derechos
Fundamentales de los administrados. El sistema de garantía de la
transparencia y de la ética en la función pública debe establecerse a partir
de la acción transversal, concertada y coordinada de todos los entes y
órganos públicos, la circunstancia legal y coyuntural de asignárselo a uno
o varios en específico, aunque no se trate de órganos constitucionales o de
relevancia constitucional, no atenta contra el principio de separación de
poderes”. (La anotación entre paréntesis se agregó).
Además, para que no quede únicamente sobreentendido, conviene recordar que
el control de cuentas interesa no solo a los agentes institucionales del sector
público, sino también a los sujetos no-institucionales en la rendición de cuentas,5
como los describe el Dr. Rodolfo Saborío:
“…Los sujetos reseñados en este aparte despliegan su actividad como
resultado del ejercicio de garantías individuales reconocidas en la
Constitución Política: la libertad de asociación (art. 25), la libertad de
reunión y manifestación (art. 26), la libertad de expresión (art. 28), la
libertad de prensa (art. 29), el derecho de petición (art. 27) y el derecho
de información (art. 30). A pesar de no ser titulares de competencias
públicas, ejercen un papel efectivo en la puesta en práctica de la rendición

5. Rendición de cuentas en Costa Rica: Diagnóstico y propuesta de sistematización. Dr. Rodolfo Saborío
Valverde, con el auspicio de esta Contraloría General y financiamiento del BID. 2003. Págs. 20-38.

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de cuentas./ a) Los ciudadanos./.../ b) Los Partidos Políticos./.../b) (sic)


Grupos de interés./.../ c) (sic) Organismos No Gubernamentales./.../ d)
(sic) Medios de Comunicación”. (El resaltado se agregó)
Apuntado lo anterior, se entenderá mejor que:
Los archivos son importantes para el control de la Hacienda Pública,
porque este control, sea externo o interno, institucional o no
institucional, se refiere al accionar de las entidades u órganos públicos
o de los sujetos privados en cuanto custodien o administren fondos
públicos y ese accionar -que debemos vigilar que sea bueno- los puntos
esenciales de ese accionar, llamados a propósito puntos clave de
control, se registran o deberían registrarse e integrar documentos que
coadyuven al control y por ende, a la toma de decisiones, la evaluación
y la rendición de cuentas para el buen gobierno.

Y la buena gestión pública o el buen manejo de los fondos públicos, requiere que
esos documentos sean, claro está, primero elaborados conforme a los más altos
criterios de calidad de la información, pero de nada serviría que así fueran
elaborados esos registros si, una vez así confeccionados, se los llevara el viento.
La utilidad de la información tanto para la gestión diaria como para el control de
cualquier índole, precisa que haya efectivos, sostenibles y confiables sistemas
de archivo donde poder recurrir para consultar los documentos que sean
necesarios, cuando sea necesario y por parte de quienes así lo requieran, todo
de conformidad con el ordenamiento jurídico aplicable. No puede haber
control, ni evaluación, ni rendición de cuentas efectivas, ni transparencia, ni buen
gobierno, si esta condición no se cumple. De la calidad del soporte documental, es
decir, de la calidad en la elaboración y conservación de ese soporte documental y
de la facilidad y confianza con que puedan ser consultados los documentos y
suministrados como evidencia o prueba de operaciones administrativas y de los
autores y participantes en esas operaciones, de esa calidad depende, en grado
crítico, la calidad del control, es decir, la efectividad del control.
Y aunque los dos valores antes mencionados de los documentos, el científico-
cultural y el administrativo, interesan al control en términos generales, como
objetivos y actividades estatales que forman parte de la Hacienda Pública, yo diría
que el tema que nos ocupa pone el énfasis en el valor administrativo de la
documentación y, por ende, en lo que atañe al manejo científico y técnico de los
archivos institucionales y del Archivo Nacional, hacia el cual confluyen esos
archivos institucionales, todo a efectos de facilitar la buena administración de eso
que llaman la cosa pública.

No en vano distinguidos organismos internacionales, como la Organización de


las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el
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Consejo Internacional de Archivos (CIA), que agrupa a muchos estados alrededor


del mundo, o en el ámbito europeo el Programa IDA de la Comisión Europea
(Interchange of Data between Administrations, por sus siglas en inglés), por
mencionar algunos de los que se hallan al consultar en Internet al respecto, que
seguro muchos aquí conocerán con detalle, refrendan la enorme importancia que
la gestión documental y de archivos tiene para el desarrollo de los países y el
bienestar de la humanidad.
Así por ejemplo, la UNESCO tiene, entre sus objetivos, ayudar a la
conservación, al progreso y a la difusión del saber, velando por la conservación y
la protección del patrimonio universal de libros, obras de arte y monumentos de
interés histórico o científico, para lo cual ha emprendido iniciativas como el
“Programa Información para Todos”, que ofrece una plataforma para el debate y
la acción sobre políticas de información y sobre la salvaguardia de los
conocimientos conservados en forma documental; y el programa “Memoria del
Mundo”, que busca garantizar la preservación del patrimonio documental del
mundo y un acceso universal al mismo; y cuenta con declaraciones como las
“Directrices para la salvaguarda del patrimonio documental” de 2002 y la “Carta
para la preservación del patrimonio digital” de 2003. En tanto que el Consejo
Internacional de Archivos que, según su sitio Web, trabaja en estrecha
coordinación con la UNESCO, se dedica al desarrollo de los archivos a escala
mundial, con lo cual se ocupa de la conservación de la memoria de la humanidad;
y describe a los archivos como garantes de los derechos de los ciudadanos y
de los Estados, y esenciales para la democracia y el buen gobierno.

Asimismo, quisiera traer a colación que, a propósito del tema que nos ocupó en
el Tercer Congreso Nacional de Gestión y Fiscalización de la Hacienda Pública, el
12 de junio pasado, sobre “Desafíos en la implementación de las Normas
Internacionales de Contabilidad de la Hacienda Pública” -y tratándose de
contabilidad e información financiera, creo que hablamos de uno de los ámbitos
documentales y archivísticos clásicos-, ubicamos el tema en el contexto de los
Objetivos del Milenio declarados por Naciones Unidas, específicamente el
referido a “procurar buen gobierno, transparencia y rendición de cuentas, para
mejorar los niveles de desarrollo de las naciones y la calidad de vida de las
personas” y mencionamos como la ONU plantea que la aprobación del uso de esas
normas tendrá importantes ventajas, entre las cuales consigna que “la presentación
de información sobre los activos, las obligaciones, los ingresos y los gastos de
conformidad con normas financieras independientes contribuirá a mejorar la
gestión financiera; que la información más exhaustiva sobre los costos contribuirá
a mejorar la gestión basada en los resultados; y que, en conjunto, mejorarán la
calidad, la posibilidad de comparación y la credibilidad de los informes
financieros del sistema de las Naciones Unidas y con esto la rendición de cuentas,
la transparencia y la gobernanza”.
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Para ir terminando, quisiera resaltar, muy brevemente y posiblemente ustedes ya


lo han notado, que más que al proceso de archivo tal como lo describen la Ley del
Sistema Nacional de Archivos y su Reglamento (reunir, conservar, clasificar,
ordenar, describir, seleccionar, administrar y facilitar), me he referido, en términos
muy generales, al tema de la gestión de documentos, al agregar la idea de que los
procesos relacionados nacen desde la producción y procesamiento de información
y la generación de documentos, hasta su disposición final, según corresponda. Esto
tiene la única intención de darle integralidad al tema, dentro de la unidad de
funcionamiento de una organización, porque independientemente de los alcances
de las diversas competencias institucionales y de las normativas especializadas
aplicables, la buena gestión, el interés público, demandan, como en otros puntos
lo hemos anotado, que integremos los esfuerzos en la medida de lo posible y
pertinente.
Y así como agregué esa idea, puede que se extrañe que no haya tocado, por el
contrario, temas de control más cotidianos como, por ejemplo, los lineamientos
para el envío, conservación, selección y facilitación de los documentos, que tienen
la finalidad de “que cada entidad, de acuerdo con sus funciones y procedimientos,
identifique los documentos que produce, recibe y debe conservar, con sujeción al
principio de eficiencia que rige la función administrativa, y al de racionalidad, que
rige para los archivos como elementos fundamentales de la administración
pública, agentes dinamizadores de la acción estatal y sustento natural de sus
procesos informativos”, al decir de un documento de la realidad colombiana.
Afortunadamente, con los temas de los días previos y los que prosiguen hoy,
como el relacionado con la valoración de riesgos en torno a la gestión de los
archivos y el de la planificación estratégica en esta materia, así como los ya
mencionados de los retos que la tecnología impone, veo que ha habido y habrá
espacio para abordar esos tópicos que quizás echen de menos en mi exposición. El
tema, sin lugar a dudas, es abundante.
Finalmente, recapitulo las dos ideas de mi reflexión:
Que la importancia intrínseca de los archivos para el control radica en que
estos, al gestionar los documentos, que son insumos clave del control,
comportan valor administrativo y científico-cultural.

Y que la importancia de ese aporte cobra más relevancia cuando se


considera los archivos como “garantes de los derechos de los ciudadanos y de
los Estados, y esenciales para la democracia y el buen gobierno”, al decir del
CIA.

Espero que ambas ideas complementen y enriquezcan la discusión que ya se ha


tenido y la que se tendrá en este distinguido congreso y las iniciativas que de este
surjan para mejorar la gestión documental en el Sector Público.
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