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Sumario
Tiempo de Reflexioó n
Antes de empezar…
Ejercicio 1
¿Hay personas que han hecho un impacto en tu vida?
¿Hasta queó punto has incorporado las cualidades que admiraste en ellos en tu propia vida?
Jesuó s habla muy claramente sobre su relacioó n con el Padre y de por queó habíóa venido al mundo.
¿Queó dice el pasaje sobre el amor de Jesuó s? ¿De queó manera mostroó su amor a traveó s del lavamiento de pies?
Reflexión personal
Iain fue la primera persona que fue un ejemplo para mi vida. Otras personas me habíóan impresionado tambieó n y supongo que teníóa la
impresioó n que mi vida seríóa mejor si llegaba a desarrollar algunas de la cualidades que veíóa en ellos.
Pero empeceó a trabajar para Iain en un momento en mi vida cuando, por primera vez me preguntaba lo que define a un buen líóder. Mi
cargo en la organizacioó n me hacíóa responsable por un gran nuó mero de personas, pero soó lo acababa de empezar un periodo de formacioó n
formal para el liderazgo.
Bajo el liderazgo de Iain, la teoríóa y los principios que aprendíóa en el curso cobraron vida porque los veíóa puestos en praó ctica. Iain me
ensenñ oó como funciona un líóder de verdad. El era fuerte y teníóa autoridad, pero guiaba con sabiduríóa y compasioó n. Teníóa claro lo que
queríóa para la organizacioó n y lo que esperaba de las personas en ella. Daba la impresioó n de humildad y no le daba miedo afrontar los
problemas difíóciles.
Atraíóa e inspiraba a la gente. Teníóamos la impresioó n de formar parte del equipo ganador.
Solamente trabajeó allíó durante dieciocho meses antes de que me ascendieran, pero siempre me acuerdo y doy gracias por ese corto
periodo que fue tan formativo para mi vida. Incluso ahora, treinta anñ os maó s tarde, cuando tengo un problema difíócil, pienso, “¿Queó haríóa
Iain?”
Casi todos tenemos modelos como Iain. A medida que empeceó a saber maó s sobre el liderazgo me di cuenta de que muchos de los
principios que se destacan en la literatura secular y en los bestsellers, ya estaban presentes en la Biblia. La Biblia tiene una gran
abundancia de consejos para líóderes principiantes (y tambieó n para los maó s veteranos).
Ejercicio 1
¿Hay personas que han hecho un impacto en tu vida?
¿Hasta queó punto has incorporado las cualidades que admiraste en ellos en tu propia vida?
Los evangelios muestran a Jesuó s como nuestro Senñ or y Salvador, pero al verle hacer la voluntad de Su Padre en cada situacioó n, tambieó n
vemos sus principios de liderazgo en accioó n.
La leccioó n maó s importante sobre el liderazgo que podemos llevarnos de la vida de Jesuó s es que, para poder guiar a otros, debemos poder
guiarnos a nosotros mismos. El liderazgo no es solamente el hecho de saber utilizar ciertas capacidades. Es una continuacioó n de quienes
somos interiormente. Debe de haber una correlacioó n entre nuestras convicciones interiores y nuestro comportamiento exterior. El
liderazgo esta basado en esa integridad.
Jesuó s habla muy claramente sobre su relacioó n con el Padre y de por queó habíóa venido al mundo.
¿Se te ocurren otros pasajes en los que Jesuó s habla de esta relacioó n o propoó sito.
¿Se te ocurren otros momentos en los que Jesuó s demuestra su amor por sus discíópulos?
Blanchard y Hodges observan que Jesuó s da ejemplo del liderazgo de servicio que empieza por la cabeza, sigue al corazoó n y se demuestra
en las manos.
Jesús sabía:
a. Que venía de Dios y volvía a El ( versículo 3)- Jesús entendía el público que le escuchaba.
Jesuó s sabíóa que el mundo era hostil (Juan 15: 18, 19). No le sorprendioó que las autoridades religiosas rechazaran su mensaje y que maó s
tarde le crucificaran. Esto le convencioó de que no debíóa afanarse hacer un impacto en el mundo.
Jesuó s tambieó n sabíóa que la gente era veleidosa (Juan 2:23-25). No consintioó que le hicieran rey (Juan 6:15). No estaba controlado por un
deseo de impresionar ni atraer a la gente.
Jesuó s sabíóa que El es el Hijo del Padre (Juan 13:1). Eligioó vivir para agradar al Padre en todo (Juan 4:34, 8:29). Jesuó s teníóa claro que el
uó nico puó blico que importaba era Su Padre. La uó nica aprobacioó n por la que lucharíóa era la de Su Padre.
Jesuó s comprendíóa cual era Su objetivo en la vida. Conocíóa la razoó n por la que estaba allíó (Lucas 2:49, Juan 17:4). Hablaba a menudo del
trabajo que Su Padre le habíóa confiado y decidioó que la voluntad de Dios gobernaríóa Su vida.
El conocimiento empieza en la cabeza, pero debe continuar hacíóa el corazoó n, como vemos en el versíóculo 1.
El amor de Jesuó s hacia Dios resultoó en una vida de total obediencia. Su amor y compasioó n por las personas resultoó en una vida de
servicio.
Los evangelios muestran a Jesuó s como un hombre de gran compasioó n, indignado ante la pobreza y las injusticias, llorando al lado de una
tumba, conmovido por la afliccioó n de las personas sin pastor.
Los discíópulos habíóan estado discutiendo sobre quieó n era el mayor y, cuando llegaron al cuarto sin duda habíóan visto el barrenñ o y la
toalla. Pero esto era un trabajo sucio y nadie queríóa rebajarse para lavar los pies de otro. Ya podemos imaginar su sorpresa cuando Jesuó s
cogioó la toalla y tomoó la posicioó n de siervo.
El gesto de Jesuó s es un ejemplo (vv. 12-15). El que quiera hacerse grande entre vosotros seraó vuestro servidor (Mateo 20:25-28). Esto es
aun maó s importante en el contexto de liderazgo.
Conclusiones
En Marcos 10:43-44 Jesuó s dice que la verdadera grandeza soó lo se puede encontrar en la humildad y en el servicio. Toda su vida
demuestra el principio del liderazgo de servicio. Primeramente, Jesuó s sabíóa quieó n era. Jesuó s teníóa las ideas claras desde el principio de su
ministerio. El era de Su Padre y soó lo era responsable delante de Su Padre.
A veces, en el servicio del Senñ or, creemos que tenemos que ganar a todo el mundo. Como resultado, nos involucramos en todo y
conseguimos muy poco. A veces queremos agradar a todo el mundo, y finalmente los demaó s acaban decidiendo las cosas por nosotros.
Esto es un error fundamental. Estate atento a no caer en ello.
El Espíóritu Santo condujo a Pablo a hacer soó lo tres viajes misioneros, todos dentro de la misma zona. Pero hay pocas personas en la
historia que han afectado tanto al mundo como eó l lo hizo. Jesuó s nunca salioó de Palestina, pero nadie ha llegado a tener el mismo impacto
sobre el mundo como El. El ministerio de Jesuó s fue eficaz porque se limitoó a hacer la voluntad de Dios.
Jesuó s se sometioó a la voluntad de Dios. En Juan 5:30 Jesuó s dice: “no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envioó .” No se
trata de construir nuestro propio imperio ni reputacioó n, pero de hacer la voluntad de Dios.
Jesuó s era sensible al tiempo de Dios. El evangelio de Juan repite en varias ocasiones que la hora de Jesuó s no ha llegado todavíóa (cf. 2:4;
7:30; 8:20; 12:27; 13:1; 17:1). Jesuó s llevaba a cabo su ministerio consciente del tiempo de Dios. Se negaba a hacer las cosas hasta el
momento correcto.
Jesuó s teníóa la mira puesta en el pueblo de Dios. Sabíóa que soó lo podíóa darse a unos cuantos hombres. Del grupo maó s grande de sus
seguidores, escogioó a los doce y pasoó la mayoríóa de su tiempo con ellos. Incluso entre los doce, pasoó maó s tiempo con Pedro, Jacobo y Juan
que con los demaó s.
Aquellos que desean tener un ministerio realmente eficaz deben aprender la importancia de ponerse líómites. Si nos concentramos en la
profundidad de nuestro ministerio, Dios se ocuparaó de su envergadura. Si no aprendemos esta leccioó n primordial estaremos
continuamente bajo estreó s, siempre corriendo con demasiados compromisos y sin suficiente tiempo.
La tarea de Jesuó s era mucho mayor que la nuestra, pero su vida siempre estaba bajo control. Siempre estaba en el sitio correcto en el
momento correcto, haciendo lo que teníóa que hacer.
Piénsatelo …
Muchos libros sobre el liderazgo se centran en el comportamiento del líóder e intentan mejorar las capacidades y los meó todos de
liderazgo. Esto procura cambiar el liderazgo desde fuera, pero lo que se necesita en realidad es un cambio desde el interior. Debemos
hacernos líóderes-siervos como Jesuó s.
Esta seccioó n os invita a pensar y a orar. Necesitamos dejar claro algunas cuestiones en lo referente a nuestro propio liderazgo. El hecho
de dirigir como Jesuó s tendraó un gran impacto en tu vida. Es un compromiso a dirigir de una forma diferente y, para que esto sea eficaz, se
necesita un cierto tiempo.
a. ¿Para quién trabajo?¿A quién intento agradar? La respuesta a estas preguntas es fundamental. Lo que pensamos sobre esta
cuestioó n afectaraó todo lo que hagamos.
¿Lo hago por míó mismo? Por ej. por poder, por una posicioó n, por reconocimiento. El egoíósmo es el mayor obstaó culo para un liderazgo que
imita a Jesuó s.
¿Lo hago para agradar a otros o para caer bien a la gente? Hay gente que piensa que el liderazgo de servicio significa intentar agradar a
todo el mundo y desvivirse para satisfacer las necesidades de todos. Jesuó s se dedicaba enteramente a agradar a Dios y a el soó lo.
¿Es mi uó nico motivo agradarle a Dios? Jesuó s vivíóa y trabajaba para una sola persona: Dios. Toda su vida estaba enfocada en conseguir la
aprobacioó n de Dios. Nadie maó s importaba.
El liderazgo de servicio empieza desde el interior. Por esta razoó n necesitamos responder a las preguntas maó s arriba. Debemos concluir
que nuestro trabajo como líóderes no es agradar a la congregacioó n ni a la gente con la que trabajamos. Fundamentalmente, nosotros
tambieó n tenemos a una sola persona delante, y si ponemos a Dios primero y buscamos agradarle, debemos dejar que El se haga cargo de
las reacciones de los demaó s.
A veces los líóderes gastan tanto tiempo y energíóa intentando mejorar las cosas a un nivel administrativo, sin cuidar su propia relacioó n
personal con Dios. Una cosa va con la otra y si no cuidamos nuestra relacioó n espiritual con Dios, todo lo demaó s se derrumbaraó .
En su libro “The Search of Significance” Robert McGhee dice, “Si Satanaó s tuviera una foó rmula para la auto-estima, le encantaríóa que
invirtieras en ella. Seríóa algo asíó: Auto-estima = Rendimiento + La Opinioó n de Otros.” Esta es la foó rmula claó sica para buscarse problemas.
Los líóderes-siervos comprenden que su tarea consiste en edificar a otros, buscar su bienestar, incluso a su propia costa. Debemos estar
preparados a que no nos comprendan, a que nos molesten y hasta a salir perdiendo por ayudar a otra persona. No se trata de promoverse
a si mismo, ni de conseguir poder, ni de hacer que la gente te siga: se trata de asegurar la edificacioó n de aquellos a quienes dirigimos.
Lo maó s importante en el liderazgo de servicio, es nuestra propia actitud. Lo importante es quieó n eres, y no tanto lo que haces. La clave
para tener la actitud correcta es tener la motivacioó n correcta para estar en el ministerio.
Alguna gente piensa que la motivacioó n correcta llega sola. No es verdad. Decidimos servir a otros. Aunque es difíócil describir o definir los
motivos, no es difíócil percibirlos. Las personas tienen un sentido innato de los motivos de sus líóderes.
Hay varias cosas que podemos hacer para mantener los pies en la tierra.
Haz una tarea desagradable. Un forma de averiguar cuaó les son tus motivos es hacer una tarea que nadie maó s quiere hacer.
Haz algo de forma anónima. Trabajar sin que reconozcan tu trabajo es una buena oportunidad para crecer espiritualmente. No le digas
a nadie lo que estaó s haciendo.
Haz algo por un rival. Jesuó s dijo, “Ama a tus enemigos”. Siempre hay gente que se opone o que critica a los líóderes. Algo espiritualmente
profundo acontece cuando servimos a alguien que se opone a nosotros.
Haz que otra persona tenga éxito. Haz algo para que otra persona se sienta valiosa y aseguó rate que ellos, y no tu, reciban el
reconocimiento.
Alguien ha dicho “no hay limites en cuanto a lo que Dios puede hacer con un hombre o una mujer que no busca su propia gloria”.
El liderazgo de servicio concierne el corazoó n. Sobre todo concierne los motivos. Un líóder-siervo esta motivado por su amor por Dios y por
las personas. El liderazgo de servicio es una cuestioó n de caraó cter. Si tienes eó xito en tu ministerio, la tentacioó n de depender de uno mismo
y a servirse a si mismo crece. Para dar un buen ejemplo de liderazgo, tu servicio tiene que estar basado en los motivos correctos.
Jesuó s teníóa la misioó n de salvar al mundo. En comparacioó n, nuestra tarea es muy pequenñ a. Pero a menudo corremos de aquíó para allaó sin
tiempo para afrontar todas las presiones y tareas que tenemos. Jesuó s, en cambio, siempre parecíóa tener todo controlado, haciendo lo
correcto en el momento correcto.
La seccioó n anterior ha destacado la importancia de ser líóderes-siervos. Orar por esta seccioó n puede ayudarnos a encontrar una solucioó n a
la pregunta “¿Quién soy yo?” Si nos tomamos en serio nuestro servicio para Dios, como lo hizo Jesuó s, debemos de tener las ideas claras,
estar centrados, y estar entusiasmados por quien Dios quiere que seamos, y lo que quiere que hagamos.
Muchos creyentes han descubierto que pueden permanecer centrados sobre una tarea durante mucho tiempo, gracias a una declaracioó n
de propoó sito personal que identifica sus prioridades y organiza su tiempo en funcioó n a esas prioridades.
a. Hacer una declaración de propósito personal.
En una encuesta reciente se preguntoó a un nuó mero de personas acerca de su capacidad para sobrellevar sus vidas y hacer planes para el
futuro
Una declaracioó n de propoó sito es algo que no cambia, reflejando los principios subyacentes que gobiernan tu vida. Si haces un esfuerzo
consciente por tomar las decisiones de cada díóa en funcioó n de tus objetivos, podraó s vivir de forma consistente e íóntegra. Una declaracioó n
de propoó sito, nos ayuda a definir quieó nes somos.
El apoó stol Pablo teníóa una declaracioó n de propoó sito: “Para míó el vivir es Cristo” (Fil. 1:21). Pablo teníóa muy claro el propoó sito de su vida –
era glorificar a Cristo y promover Su causa. Cristo era el primero, el uó ltimo y su todo. ¿Cuaó l es el deseo maó s profundo de tu corazoó n?
Algunos podríóan decir “Quiero ser una estrella de futbol internacional”, otros “Quiero ser millonario”, o “Quiero ser una estrella de
muó sica”, o “Me contento con ir a la playa y pasaó rmelo bien con mis amigos”.
¿Coó mo podemos saber cuaó les son los deseos maó s profundos de nuestro corazoó n?
Podemos responder a esta pregunta con algunas otras como ¿En queó piensas cuando estaó s soó lo? ¿A queó dedicas la mayoríóa de tu tiempo
libre? ¿En queó gastas tu dinero? ¿Coó mo te ves en tus suenñ os?
Los pensamientos de Pablo siempre se volvíóan hacia Cristo. Cristo era la persona maó s importante en su vida. Cada díóa Pablo se
despertaba dando gracias por otra oportunidad de seguir a Cristo.
Si el resultado del ejercicio anterior es que otra cosa u otra persona es el centro de nuestra atencioó n y nuestros deseos, tenemos que
cambiar nuestro norte interior para que apunte hacíóa Cristo.
Una declaracioó n de propoó sito personal podríóa ser algo asíó: “Mi objetivo es glorificar a Dios en cada aó rea de mi vida”, o, “ Hoy vivireó
conforme a mi fe en casa, en el trabajo, en la iglesia y en mi tiempo libre”, o “Me comprometo a ser obediente a Dios mediante su palabra
para conocerle maó s y asíó ayudar a otros.”
Puedes hacer tu propia declaracioó n de propoó sito respondiendo a preguntas como:
“¿Queó es lo que maó s quiero hacer con mi vida para Dios?”
“¿Coó mo quiero que la gente se acuerde de mi?”
“¿Queó quiero que Dios me diga cuando esteó delante de su trono?”
Se puede tardar semanas o meses en escribir una declaracioó n de propoó sito, y a menudo requiere varios intentos. (Hasta que formules
una declaracioó n personal puedes basarte en la de Pablo “Para mi el vivir es Cristo”). Te animo a formular tu propia declaracioó n de
propoó sito. Piensa en ella por la manñ ana y por la noche y intenta vivir conforme a ella cada díóa. Esto te ayudaraó a mantenerte enfocado en
la tarea que Dios te ha dado.
Ejercicio 3 Toma un tiempo ahora para escribir tu propia declaracioó n de propoó sito.
Identificar nuestras prioridades nos ayudaraó a definir ‘lo que debemos hacer’. Puede que nuestras prioridades cambien a medida que
Dios nos dirija hacia nuevos campos de ministerio, pero al intentar vivir nuestras vidas conforme a nuestras prioridades,
desarrollaremos un sentido de propoó sito.
¿Coó mo podemos identificar las prioridades que Dios tiene para nuestras vidas? Cada uno de nosotros tiene obligaciones en diferentes
aó reas - la familia, el trabajo, la iglesia etc. Cada una de estas obligaciones reclama nuestro tiempo y nuestras energíóas.
El ejercicio 4 es una herramienta uó til para poner nuestras obligaciones en perspectiva. En este ejemplo, se han seleccionado cinco aó reas
de obligaciones. Puedes pensar en otras que se aplican a ti.
Ejercicio 4
La hoja de trabajo a continuacioó n identifica algunas des las aó reas claves en nuestras vidas en las que tenemos obligaciones y
responsabilidades. Para cada una de estas aó reas anota una o dos (Max. 3) cosas que te gustaríóa conseguir durante los proó ximos uno a dos
anñ os.
AREA NO. PRIORIDADES
1
2
FAMILIA 3
1
2
TIEMPO LIBRE 3
1
2
PERSONAL 3
1
2
TRABAJO 3
1
2
IGLESIA 3
El hecho de identificar nuestras prioridades nos ayudaraó a concentrarnos en lo que es realmente importante, pero esto no valdraó de
mucho si es lo uó nico que hacemos. Necesitamos concretizarlo y describir lo que vamos a hacer en la praó ctica. Para esto tendremos que
pensar en teó rminos especíóficos (tiempo, recursos). Por ejemplo, si una de tus prioridades es leer la Biblia maó s, piensa en cuaó nto tiempo
pasaraó s leyendo y cuaó ndo lo haraó s.
Para la mayoríóa de nosotros, coó mo pensamos utilizar nuestro tiempo, y coó mo lo utilizamos en realidad, son dos cosas muy diferentes. Si
queremos llevar a cabo las tareas que Dios nos ha encomendado debemos utilizar nuestro tiempo eficazmente.
En general no nos paramos a pensar en coó mo utilizamos nuestro tiempo ni en cuaó nto tiempo malgastamos. Es muy uó til tomar nota de
coó mo utilizamos nuestro tiempo durante varios díóas.
Tenemos muchas obligaciones. Algunas son urgentes, otras no. Algunas son importantes y otras no.
¿Coó mo podemos decidir lo que debemos de hacer en cada circunstancia? Es importante dejar que nuestras decisiones esteó n dirigidas por
nuestra declaracioó n de propoó sito y de nuestra lista de prioridades.
El organigrama maó s abajo muestra diferentes tipos de actividad con una escala urgente /no urgente e importante /no importante.
Mucha gente se da cuenta de que pasan una gran parte de su tiempo en actividades del aó rea 1 ( actividades urgentes e importantes) e.j.
entregar trabajos dentro de plazas fijas, responder a una crisis, etc.
El ocio se encuentra en las actividades de el aó rea 4. E.g. ver la televisioó n, hacer deporte, etc.
TABLA DE ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO
URGENTE NO-URGENTE
Area 1 Area 2
IMPORTANTE Crisis Planificar por adelantado
Problemas urgentes Construir relaciones
Proyectos a realizar dentro de Renovacioó n personal
un plazo fijo Formar a nuevos líóderes
Establecer una visioó n
Area 4
Area 3
NO- IMPORTANTE Ver la televisioó n
Interrupciones Pasar tiempo en el ordenador
Ciertas llamadas Perder tiempo
Cierto correo Ordenar tu mesa
Ciertas reuniones Llamar a amigos
En su libro ‘The Seven Habits of Highly Effective People’1 (de donde este organigrama ha sido adaptada), Steven Covey observa que la
gente que consiguen los mejores resultados en la vida, pasan maó s tiempo haciendo actividades del aó rea 2, (actividades que son
importantes pero no urgentes). Para la gente eficaz, estas actividades son su prioridad. Dado que podemos hacerlas cuando queramos,
vamos aplazando muchas de ellas y al final nunca llegamos a hacerlas.
Líóderes eficaces ponen como su prioridad hacer actividades que son ‘importantes pero no urgentes’.
Si no planificas coó mo vas a utilizar tu tiempo, no tendraó s el control. Otras personas te exigiraó n cosas, y terminaraó s trabajando en funcioó n
de sus agendas.
A veces este ejercicio demuestra que ya tenemos demasiados compromisos o que hay un desequilibrio entre algunas de las aó reas y
aunque tengamos la mejor organizacioó n del mundo, nunca podremos realizar nuestras metas. Cuando esto pasa, debemos tomar
decisiones difíóciles para reorganizar nuestros compromisos conforme a nuestras prioridades. No basta con decir que somos fenomenales
en un aó rea, pero un desastre en otra.
El modelo de liderazgo que nos da Jesuó s, presenta un gran contraste con la actividad freneó tica de hoy en díóa. Necesitamos averiguar coó mo
ralentizar nuestras vidas y vivir de forma maó s dirigida hacia la gloria de Dios.
1
Las Siete Costumbres de Gente Eficaz.
1 Cada semana
Es importante tomar un tiempo cada fin de semana para planificar la semana siguiente. En el Apeó ndice 1 al final de esta unidad hemos
incluido un calendario muy uó til (adaptado de Covey). Tiene la ventaja de mostrar nuestro objetivo y prioridades en la misma paó gina
donde planificamos nuestra semana.
2 Cada día
Cada manñ ana, mira tu agenda para ese díóa. ¿Has dejado tiempo para las cosas importantes? Siempre habraó n cosas inesperadas asíó que
tienes que estar preparado para adaptarte o volver a programar las cosas cuando la situacioó n cambia.
N.B.: Nunca te dejes controlar por tu programa. Es una herramienta para ayudarte a ti. Es nuestra responsabilidad saber cuando
debemos seguirlo y cuando debemos dejarlo de lado. No debemos dejar que nuestro programa nos impida ayudar y acercarnos a las
personas.
Stephen Covey dice: “Puesto que no somos omniscientes, no podemos siempre saber de antemano lo que es realmente importante. Por
mucho que organicemos nuestro tiempo, siempre surgiraó n ocasiones cuando tengamos que subordinar nuestros programas a un valor
superior, e.j. construir relacionas con personas. Puesto que son nuestros principios los que nos dirigen, podemos hacer esto con la
conciencia tranquila.
Tenemos que procurar ser eficaces con nuestras agendas pero efectivos con las personas. Puede que tengamos que sustituir la bruó jula
por el reloj.
Organiza rigurosamente
Pensar en coó mo podemos ser efectivos puede ayudar nuestra planificacioó n. Puede ser uó til responder a ciertas preguntas como:
a) La teoría de Pareto
80% de nuestra efectividad viene del 20% de nuestra actividad. Asíó que intenta minimizar o eliminar las actividades en las
que pasas mucho tiempo pero que producen muy pocos resultados. Si piensas no tener tiempo para estar con tu familia,
empieza a eliminar actividades durante la semana que no contribuyen mucho a tu productividad. Asíó tendraó s tiempo para
tu familia y tambieó n haraó s las cosas importantes.” Myron Run
b) La técnica ABC
Esto es un proceso simple de preguntas y respuestas para ayudarte a identificar las tareas que necesitas hacer, y en queó
orden deberíóas hacerlas.
¿Es urgente?
¿Es importante?
¿Cuaó ntas veces hay que hacerlo?
¿Hay otra persona que podríóa hacerlo maó s eficazmente?
¿Es parte de una tarea maó s grande en la que estoy involucrado?
¿Queó pasaraó si nadie la hace?
2 ¿Delego eficazmente?
¿Hay otra persona que podríóa hacer esta tarea? Delegar el trabajo requiere una inversioó n de tiempo al principio pero es muy
importante que estemos siempre atentos a las oportunidades de dar responsabilidades a la proó xima generacioó n. A la larga, produciraó dos
ventajas:
3 ¿Controlo mi agenda?
El programa diario
El programa de la semana
El programa del mes
El programa del anñ o
El programa para míó mismo; la familia; la iglesia; el trabajo; el tiempo libre
¿Incluyo tiempo cada díóa, semana, mes, anñ o para avanzar mis prioridades y realizar mi visioó n?
El peligro es que pongamos las tareas antes de las personas. Cuando alguien viene a nosotros con un verdadero problema debemos saber
dejar de lado nuestros planes, prioridades y programas.
El proceso implica ejercer nuestra voluntad para identificar prioridades, programar y comprometernos con lo que se necesita hacer.
Necesitamos superar nuestra inercia. Tambieó n es bueno darse una recompensa al finalizar la tarea.
“Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazoó n, porque de eó l mana la vida.” Prov. 4:23
“No es cuestioó n de no tener suficiente tiempo, pero de malgastar el tiempo que tenemos. Seamos realistas, todo el mundo tiene la misma cantidad de
tiempo. El presidente de EEUU tiene un díóa de veinticuatro horas, igual que nosotros. Puede que otras personas tengan maó s capacidades, influencia o
dinero que nosotros, pero no tienen maó s tiempo.” Oswald Sanders
TIEMPO LIBRE
CITAS / COMPROMISOS
8 8 8 8 8 8 8
9 9 9 9 9 9 9
PERSONAL 10 10 10 10 10 10 10
11 11 11 11 11 11 11
12 12 12 12 12 12 12
1 1 1 1 1 1 1
TRABAJO 2 2 2 2 2 2 2
3 3 3 3 3 3 3
4 4 4 4 4 4 4
5 5 5 5 5 5 5
IGLESIA 6 6 6 6 6 6 6
7 7 7 7 7 7 7
8 8 8 8 8 8 8
9 9 9 9 9 9 9
10 10 10 10 10 10 10
Tiempo de reflexión
¿Para quién trabajas y a quién intentas agradar? ¿Has resuelto estos temas?
¿Delegas eficazmente?
¿Controlas tu agenda?