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Descubrimiento de las

ondas de Radio: la
confirmación de la Teoría
Electromagnética
28/04/20095 comentarios
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La radiación electromagnética es la energía que se transmite a través del espacio en forma


de ondas, ondas electromagnéticas, formadas por un campo eléctrico y otro magnético
oscilantes y perpendiculares entre si y a su vez a la dirección de propagación como se
ilustra en la Figura 1.

Figura 1. Representación de una onda electromagnética polarizada plana. Los campos eléctricos (E) y
magnético (B) están en fase, perpendiculares entre si y a la dirección de propagación de la onda.

Sabemos que en el vacío estas ondas se propagan a la velocidad de la luz que recorre
2.9979 x 108 metros cada segundo y que su velocidad es inferior si lo hace a través de un
medio material. No todas las radiaciones electromagnéticas tienen la misma longitud de
onda sino que esta se extiende a lo largo de un intervalo muy amplio conocido como
espectro electromagnético cuyas regiones más importantes se representan en la Figura 2.
Figura 2. Esquema general del espectro electromagnético, donde se muestran los distintos tipos de radiación
y algunas de las formas de producir las diversas radiaciones.

Las ondas electromagnéticas dominan nuestro Universo y vida. Para ello basta con mirar a
nuestro alrededor y percibir la luz que emiten las estrellas como el Sol, o escuchar la Radio
o hablar usando el teléfono móvil. ¿Desde cuando conocemos la naturaleza de estas ondas?
¿Cuándo se descubrieron?

Volvamos al siglo XIX y más concretamente a la época final de Faraday. Una de sus
grandes contribuciones, la inducción electromagnética, descrita en un capítulo anterior de
esta colección, también confirmó la convicción de Faraday de la presencia de una simetría
en muchos fenómenos de la naturaleza. Si un campo eléctrico producía un campo
magnético, de manera inversa un campo magnético produciría una corriente eléctrica.
Hacia la mitad del siglo XIX el científico escocés James Clerk Maxwell (1831-1879)
estudiaba fascinado los fenómenos eléctricos y magnéticos descubiertos, entre otros, por
Faraday. Ayudado por la contemplación de las líneas de fuerza del campo magnético, que
de manera ingeniosa había hecho visible el científico Inglés usando limaduras de hierro y
un imán, dedujo un sistema de ecuaciones – las ecuaciones de Maxwell- que describían la
estructura y relación de estos campos eléctricos y magnéticos. Son cuatro ecuaciones que
condensan todo el cuerpo de doctrina del electromagnetismo a nivel clásico. En otras
palabras, todo fenómeno en el que participen la electricidad y magnetismo se puede
describir a nivel de la Física clásica utilizando las ecuaciones de Maxwell. Hoy en día se
considera que la teoría electromagnética de Maxwell y la teoría de Newton sobre el
movimiento y gravedad, constituyen los pilares maestros de la Física clásica.

Maxwell percibió que sus ecuaciones sugerían la existencia de ondas electromagnéticas. Es


decir, de sus ecuaciones se desprendía como un campo magnético variable creaba un campo
eléctrico y como la variación del campo eléctrico originaba a su vez el campo magnético
variable, y que este proceso cíclico originaba por tanto una onda electromagnética
propagándose a lo largo del espacio. También comprobó que se podía calcular la velocidad
con que se propagaban estas ondas y descubrió, no sin cierta sorpresa y placer, que la
velocidad era la medida para la velocidad de la luz. Para Maxwell la luz era también una
radiación electromagnética. ¡Era extraordinario comprobar como su teoría que unificaba la
electricidad y magnetismo también era una teoría de la luz!

En la época de Maxwell no se conocía ninguna carga oscilante que pudiera producir luz.
Esto se consiguió muchos años más tarde. Así pues nadie creyó la teoría de Maxwell hasta
que un físico alemán R. Heinrich Hertz (1857-1894) descubrió las ondas de radio mediante
una serie de experimentos confirmando así la teoría de Maxwell de la radiación
electromagnética.

Antes de que Hertz hiciera sus experimentos se sabía poco más que el espectro visible
acerca del espectro electromagnético. Así en 1800 Herschel descubrió una radiación
invisible más allá del rojo que recibió el nombre de infrarrojo y años más tarde Ritter
descubrió la radiación ultravioleta a partir del hecho de que ennegrecía el cloruro de plata.

Hertz hizo su descubrimiento en 1888 cuando ya era profesor de Física en la Universidad


de Karlsruhe. El montó un circuito eléctrico oscilante tal y como se ilustra en la Figura 3.
Figura 3. Aparato usado por Hertz para producir ondas de radio. Mediante una bobina de inducción
conectadas a las láminas de cobre A y A’ , las dos esferas de latón adquieren un potencial eléctrico
diferente tal que en un momento dado se produce una descarga (chispa) eléctrica.

Mediante una bobina de inducción conectadas a dos placas de cobre A y A' logró producir
una chispa eléctrica entre dos esferas metálicas de latón separadas por un pequeño espacio
de aire. Cuando el potencial eléctrico alcanzaba un máximo tanto en una dirección u otra
saltaba la chispa eléctrica entre las esferas. Era un circuito oscilante que
producía descargas a la frecuencia de resonancia. Según la Teoría de Maxwell cada
oscilación produciría una onda electromagnética que se propagaría a la velocidad de la luz.

Hertz usó como detector una espira de cable conductor donde los extremos terminaban en
unas pequeñas esferas metálicas tal y como se ilustra en la Figura 4.
Figura 4. Esquema simplificado usado por Hertz para descubrir las ondas de radio. Las chispas inducidas
por un circuito eléctrico con una fuente de alto voltaje dan lugar a una corriente oscilante que irradia ondas
electromagnéticas. Las ondas se propagan varios metros hasta llegar a un circuito eléctrico aislado, el
receptor, donde a su vez inducen una corriente. Hertz observó como se producían chispas secundarias de
menor intensidad que las originadas en el transmisor pero a la misma frecuencia. Los espejos parabólicos
ayudaban a enfocar las ondas de radio en el transmisor y receptor.

Cuando la corriente oscilante originaba chispas en el primer circuito, y se emitía radiación


electromagnética, esta producía corriente en la segunda espira saltando pequeñas chispas
entre las esferas de la espira detectora. Hertz usó espejos parabólicos tal y como se ilustra
en la Figura para concentrar y enfocar las ondas en el transmisor y receptor. En su
experimento Hertz pudo mover el detector colocándolo en varias posiciones y distancias del
transmisor y así calcular la longitud de onda de la radiación que resultó ser de 66
centímetros. Con estos experimentos y otros adicionales Hertz demostró que estas ondas
eran pues de origen electromagnético y que su velocidad era la de la luz según había
predicho años antes Maxwell.

Resulta interesante constatar que cuando se le preguntó a Hertz si sus experimentos podían
dar pie al desarrollo de la Radiotelegrafía, el contesto que era imposible dado que ello
requeriría la construcción de reflectores de un tamaño astronómico. Hertz creía que las
ondas de radio tenían que ser enfocadas para que pudieran viajar a cierta distancia, sin
percatarse de que el desarrollo de detectores mucho más sensibles haría innecesario dicho
enfoque. También señalaba el inconveniente de que mientras la Tierra era redonda, las
ondas viajaban en linea recta. En aquel entonces no se sabía nada sobre la reflexión de las
ondas de radio en la Ionosfera.

En honor a Hertz hoy día se usa su nombre como la unidad de frecuencia. 1 hercio (1Hz)
equivale a una vibración por segundo (1Hz = 1 s-1).

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