Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Matrícula: A7261
Año: 2017
Crash es una novela apocalíptica que narra desde la voz de James Ballard, (el
personaje), la relación de su matrimonio pesadillesco con Catherine, basado en una
perversa relación en la que comparten en sus encuentros sexuales historias que tienen
con otros. Una noche conduciendo a su casa, Ballard tiene un accidente con el auto de la
Dra. Helen Remington, matando al acompañante y esposo de ella. Ya en el hospital,
Ballard conoce a Vaughan mediante la doctora. Con Helen comienza a tener una
relación erótica basada en el incidente acontecido. En esa dinámica empieza a sumarse
la presencia de Vaughan, un personaje siniestro que goza de los accidentes
automovilísticos y comparte sus preferencias con un grupo de fetichistas de los
accidentes, del que forma parte Gabrielle. A partir de allí, los personajes comienzan a
tener diversas relaciones sexuales entre sí, ocupando un primer plano, el sexo, y el
fetichismo por la tecnología automovilística.
Desde esta sinopsis sobre la novela, Ballard aproxima su perspectiva sobre la sociedad
posmoderna y apocalíptica. La posmodernidad está caracterizada por la interacción
entre el armamento tecnológico, la publicidad, la ciencia y la pornografía (Ballard,
1979). “El sexo y la paranoia presiden nuestras existencias” (Ballard, 1979, 7) Este tipo
de manejos de la posmodernidad ha dado por resultado la muerte del afecto, el
abandono del sentimiento y la emoción. Desde allí el sexo y la mutilación pasaron a
ocupar el primer plano: parte de nuestra propia psicopatología. Así define Ballard en su
prólogo que da marco a la escritura de Crash. En esta novela se muestra cómo ese
dominio psicológico, que antes aparecía por ejemplo en el surrealismo, hace que el
mundo exterior de la realidad y el mundo interior de la mente se fundan. En este punto,
Ballard da cuenta de cómo la posmodernidad forma parte de la sociedad y el arte lo
denuncia. Entonces para el autor, frente a este mundo propio del siglo XX donde la
fantasía y lo irracional forman parte de la realidad, la ficción viene a ocupar el espacio
para narrar ese fenómeno. Ahí es donde se ubica su novela: “creo con firmeza que la
ciencia ficción, considerada a menudo un mero retoño, es al contrario la principal
tradición de una respuesta de la imaginación frente a la ciencia y la tecnología (...)”
Bárbara García
Matrícula: A7261
Año: 2017
(Ballard, 1979, 8). Ballard entendió que al escribir Crash necesitaba posicionarse en un
futuro, para poder hablar del presente y no situarse en el pasado.
Laura Cerrato, aplicando su estudio a Beckett, observa una serie de características de lo
posmoderno que podemos observar a lo largo de la novela. La ausencia del tiempo, la
ausencia de lo histórico, la discontinuidad y el erratismo de la acciones generan una
tensión en la relación entre el sujeto y el objeto que da por resultado el derrumbe de las
ideologías, la ausencia de valores, la estética del fracaso. Estos aspectos se pueden ver
marcados en el libro de Ballard por la imposibilidad de tener un hilo conductor sobre la
vida de los personajes. La decadencia de los personajes serán los que marcarán el paso
del tiempo, como por ejemplo la prótesis de Gabrielle. Por todos estos motivos
consideramos que el autor construye una novela distópica. Dentro de esta novela
distópica se provoca una tensión entre la idea de la posmodernidad, el sexo y la
tecnología.
Un punto interesante de observar es cómo los personajes se relacionan con el cuerpo del
otro. Señala Barthes:
“Algunas partes del cuerpo son particularmente apropiadas para esta
observación: las pestañas, las uñas, el nacimiento de los cabellos, los
objetos muy parciales. Es evidente que estoy entonces en vías de
fetichizar a un muerto. La prueba de ello es que si el cuerpo que yo
escruto sale de su inercia, si se pone a hacer algo, mi deseo cambia; si ,
por ejemplo, veo al otro pensar, mi deseo cesa de ser perverso, vuelve a
Bárbara García
Matrícula: A7261
Año: 2017
narración del protagonista conocemos que existe un orador sobre el evento y que éste es
Vaughan. En esa misma escena mientras que aquel presenta el accidente que se va a
representar, Helen y Ballard dialogan sobre él. Mientras que en la novela el diálogo es
corto y se completa la información a través del monólogo interno, en el film parte de ese
monólogo se transfiere al diálogo. Helen expresa la curiosidad de no poder ubicar en
una profesión a Vaughan. Esto es funcional para suplir la sensación por parte del
protagonista de la novela de estar frente a un director de cine. A su vez, Wolf (2001)
señala que los relatos construidos en primera persona podrían derivarse al cine mediante
la voz off, pero este recurso, agrega, no es efectivo necesariamente. Cronenberg, al
trasponer la novela de Ballard, elije no utilizar este recurso, en cambio plantea gran
cantidad de planos detalle, paneos sobre el cuerpo de los personajes, cual voyeur. De
esta manera genera una mirada focalizada que varía desde el protagonista y los otros
personajes. Así dirige el punto de vista del espectador. Por su parte, la novela posibilita
la identificación mediante el recurso de la descripción de los cuerpos a través de la
palabra del narrador que es el personaje principal. Consideramos que la palabra en
Ballard es más potente que la imagen producida en el film. Sostenemos este supuesto
porque la novela tiene la posibilidad de extender sus descripciones mientras que la
película, en su necesidad de sintetizar o transponer en forma sintética, ve cercenados sus
recursos. Sobre el monólogo interior, acordamos con Wolf (2001) que se produce una
asimetría entre la novela y lo cinematográfico. Mientras que el dispositivo literario se
nutre del lenguaje escrito y consigue una identificación con el personaje en la
utilización de la primera persona, en el cine, si bien se podría utilizar la voz off, este
recurso distancia al espectador del narrador. De esta manera, la imagen es lo que prima
en lo cinematográfico. Por ejemplo, en la escena del hospital donde Ballard reconoce a
la Dra. Helen Remington y ve por primera vez a Vaughan se pueden percibir estas
diferencias de recursos expresivos. Mientras que la novela apunta a reconstruir lo que
siente Ballard sobre Helen y sobre el fotógrafo a través de descripciones físicas y
gestuales, la película trabaja con planos detalles y primeros planos sobre las acciones
físicas y los gestos. Cronenberg elije presentar en esta escena al personaje Vaughan a
través de su composición: a lo largo de varios planos vemos la pierna herida de Ballard,
las fotografías que lleva el supuesto médico y la expresión de su rostro sobre la pierna
del herido apreciándolo como un objeto. A partir de esto entendemos que Vaughan es un
fetichista al igual que todos los personajes que se irán presentando a lo largo del film. El
Bárbara García
Matrícula: A7261
Año: 2017
Plantea entonces la pornografía como la forma narrativa más interesante a nivel político
porque denuncia cómo el hombre objetiva al otro en vez de relacionarse con él. He aquí
el dilema entre el sujeto y el sujeto objetivado. Por ejemplo, la descripción que Ballard
realiza sobre la relación que mantiene el protagonista con Gabrielle se propone narrar la
preferencia de él por las máquinas y las prótesis que contienen el cuerpo de ella. En ese
capítulo se entremezcla justamente la pornografía con la tecnología como metáfora
total. Cronenberg lo resuelve mediante un conjunto de planos que destacan el interés de
Ballard por la pierna herida de Gabrielle. De este modo, se juntan el film y la novela en
tanto que la intención es mostrar que en la sociedad posmoderna el sujeto deviene en
objeto.
Conclusiones
A lo largo del texto pudimos ver que la transposición entre la novela y el film, si bien
contiene los conflictos propios de llevar un lenguaje hacia otro dispositivo, mantiene en
la película la intención poética de Ballard. Hace hincapié en cómo la sociedad
Bárbara García
Matrícula: A7261
Año: 2017
Bibliografía