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PEDROI;UIS

HERNANDEZ

Ediciones "O Y HA AR"


Fundación "Aómulo Gallegos"
San Fernando· Estado Apure
oq

Pedro Luis Hernández

EL GONFALONIERO
,<

.. -,

Ediciones "ORO Y NACnR"


Fundación "ROMUlO GALLEGOS"
Son Fernando ..Estado Apure
, 1.989
, f
) .
t

La Fundación Rómulo Gallegos de San Fernan-


do de Apure, tiene entre sus proyectos de promo-
ción cultural la edición de libros bajo el rubro de
su colección "Ediciones Oro y Nácar", en homena-
je al poeta lIanero José Vicente Torres del Valle.
El propósito ha marchado lentamente por falta de
dinero. Han aparecido apenas dos libros: una anto-
logía de jóvenes escritores del pueblo de Guaya-
bal, Edo. Guárico, y el libro de versos del poeta
igor Barreto "1 si el amor no llega". Ahora la Edi-
torial "Oro y Nácar" publica su tercer libro, el
cuaderno EL GONFALONIERO del desaparecido
poeta Pedro Luis Hernández Bencomo, en el pri-
mer año de su muerte. Preceden a los versos un
poema de Carlos Augusto León y una prosa perio-
dística de su contemporáneo Víctor Suárez, quien
en CLAUDINA SABRA DEL TESON, hace una bio-
grafía exacta de la obra poética publicada y la obra
inédita de Pedro Luis -"Tres libros publicados y
mll y un poemas inéditos quedan por allí"- al de-
cir de Earle Herrera.

Esperamos que el proyecto editorial de la


FRG marche más de prisa de ahora en lo adelante,
a base del convenio acordado entre nuestra Insti-
tución y la Gobernación del Estado Apure que
permitirá utilizar los modernos talleres de impre-
sión Offset de la Imprenta del Estado, como matriz
de nuestras futuras ediciones.
Copy right 1989 Pedro Luis Hernández B.
San Fernando, Junio de 1.989
Caracas - Venezuela

Diseño de Portada: Víctor Loreto

Montaje • Impresión: Imprenta del Ejecutivo

del Estado Apure

Coordinación: Wilfredo Rivero

)
CLAUDINA SABRA DEL TESON

Vivir es emprender la conquista de algo. Y esa


religión particular -muy íntima- alentará la res-
piración esencial hasta la muerte. Así dijó Pedro
Luis Hernández, el poeta macerado.
PEDRO LUIS HERNANDEZ
La Dirección de cultura de la UCV le publicó
MURIO DE SI en 1976 su primer libro de poemas (Alector y Bet-
hilde). En mayo del 78 imprimió Breves de IG y
ocho años más tarde emprendió la búsqueda ansia
¿Por qué te fuiste?
sa y obsesiva de la letra que le faltaba, por dis-
Ciertamente este es un mundo amargo
criminación manifiesta. al abecedario. La llamó
que te hizo saborear tu amargura Kí( )nesis. letra utópica e idealista de la cual nadie
Pero hay tantas cosas
recuerda su forma. Imaginó Pedro Luis Hernández
la hoja. la flor, el río
que en una remota trifulca esa letra había sido
el hombre, el amor, la amistad desterrada. Comenzó a buscaría, con el mismo
-Te queríamos mucho- afán con que trenzaba las manos para decirte:
cosas que tu cantaste [Varnos, gallo!. Así que hallar la letra era como
y todas las que faltan por cantar encontrarse así mismo; coronar el vacío que nos
Ahora estamos solos de ti acaba, opinaba.
a solas con tus versos
Pedro Luis guerrero había decidido estudiar
Carlos Augusto León
periodismo en la Central a comienzos de los se-
tenta; formó parte de los primeros escuadrones
contestatarios: fundó murales irrepetibles.
(.Confrontación», se llamaba uno); asistió a dis-
El Nacional; 28 de Junio de 1.988
gusto como representante estudiantil ante los
consejos de escuela que se inventaron duran-
te la renovación universitaria. Pero no siguió nun
ca la formalidad académica. Tesón de literatura

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Otra vez trató de enlazar un alma gemela me-
y trajín tribunal icio (secretario de un tribu~a~); diante un ensayo de correo del corazón, se citaron
Era poeta. Hizo a su hijo Emiliano. Se despidló en una iglesia con la contraseña de una bolondrona
de todos y con sus andares s~ internó en ~n mun- verde (él) y un sueter rojo (ella). Ese día la misa
do deletreado, hacia un universo de símbolos se cubrió de mujeres encorsetadas de- rojo y el cu-
anónimos que al transitarlo se van formando,se ra tuvo que lIamarle la atención porque le había
excusaba Pedro Luis, el sobrino de Carlos Augusto estado enseñando la canica a media iglesia.
León El Grande.
En el 86 culminó en imprenta su primer Cua-
Odio visceral y sudoroso a la letra estatuida y
derno (me dijo que había terminado una serie
estatuaria. Objetaba: Tienes que -escabulllrre
grandiosa). Lo llamó «Kí( lnesls-, lo tintó en talle-
con alarde de esas manos que ya te tienen en las
res sin pie, con papeles de su propio esfuerzo
mismas puertas de los templos funerarios».
-Kí( )nesis pujaba arrastrándose. Con trabajo-
Se negaba, aún con ansias de romper otra can-
sa emoción hablaba de la proximidad de una le-
cela a frecuentar los santuarios de la cultura,
tr~. Sus ma,nos parecían tocar algo. «Estoy a su
apo~entos de la molicie palaciega. Por eso huía
orrlla -decla- en la delicada sensualidad de las
despavorido de las barras ilustres: Allí se entre-
líneas que la trazan ... » Pero por el excesivo esfuer-
gan favores a los triunfadores que tienen los ojos zo entregó el sentido.
de amarilla arcilla, repetía.
Era su propio advenimiento, era el momento
cu)minante, decía de este parto, al fín aparecerá
Se alejaba, se perdía en la búsqueda de su
su forma y doblará con armonioso ritmo su sonl-
Kí( )nesis abortada al mundo de los ensueños. Se do.
escondió de sus propios temores y de los ojos
perseguidores.
De los versos íntimos, de la absoluta austeri-
dad, frisados en sus dos primeras obras Pedro
Aparecía una noche, lanzaba un poema por la
Luis Hernández entregó así su primera prosa poé-
ventana (<<Claudina») y se hundía en el erial de la tica.
madrugada.
El miércoles pasado, en la oscuridad de una
Una vez inven tó la toma de un cayo desierto,
pieza escondida, murió Pedro Luis Hernández. a
frente a las costas de Carabobo. Escribió el ma- los 39 años de edad.
nifiesto, recabó las firmas de sus amigos, pasó
platillo y publicó media página en los perlódicos.

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5
Ya lo había dicho:

-Moriré I primero
dentro.lentre varios] bostezosly los heraldoslru- EL GONFALONIERO

biosjqirarán I en la vitrlnajde las copas ...


Pedro Luis Hernández
, "

Víctor Suárez

El Nacional Domingo 12 de Junio de 1.988

6 7
Gonfaloniero: El que lleva la Es él quien riega el

bandera en la batalla. ,. maicillo que al amanecer bajan a

picar las palomas.

9
8
Es el que espolvorea

pan en el camino -migas honestas- Fue él quien enseñó

por los que se han quedado sin co- / ", a las cigarras a cantarle al sur.

mida.

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Decía que el polen de
Cuida el llanto de las
mariposa entre los dedos aletea
adivinas recienacidas y les trae
el aliento de vivir.
leche tibia del ordeño para reirse I .

luego de sus bigotitos blancos.

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Para investirlo, lo hicie-

Por su bondad sincera, ron jurar por el licor de las espi-

porque en sus ojos brilla la si- gas y el fuselaje del relámpago. Por

miente. Porque ha perfilado su ins- la esencia en el espejo y el estío

tinto en la paciencia y por el cla- del mediodía. Así fue consagrado Gon-
, -,
1"0 misterio de su risa nueva, fue faloniero -sobre el nivel del mar-

designado Gonfaloniero. abanderado del ideal humano y en el

deber de sembrar el pendón en la coli-

na.

14 15
.1

La gloria -le dijeron- El Gonfaloniero se


sólo llegará para los hombres dispone a sembrar la bandera
cuando puedas colocár el estan- sóbre el área de triunfo. Pero
darte. Esta insignia ondeará como la penosa real idad no ofrece
I '.

una ofrenda mitigando la pasión victorias. sino mas bien ruina.


de sus contiendas. desolación inerte .

16 17
".

Una feroz conflagra-

ción 'ha incinerado lo existen- Ahí estan las catedrales

te. El fratricidio lo había calcinas, todavía humeantes. Co-

exterminado todo. Remolinos de locar el estandarte sobre ese uni-

polvo es lo que queda del paso verso chamuscado, mas que una vic-

de los días. toria era humillación.

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El abanderado comenzó a Salamandras ulceradas

caminar por los escombros. Las por el fuego asoman su estructu-

chimeneas horizontales dan la cla- .. ora de anacrónicos lagartos. Asom-

ra visión del desastre. Las aves bradas esgrimen un pestañeo inte-

habián perdído el vuelo, daban rrogante indagando imprecisas so-

saltos ridículos. agitando aún mas bre ese incendio elaborado.

la pesadumbre.

20 21
Desde el grupo de sombras Piensa sobre el hom-

fracturadas llegó al Gonfaloniero bre, lo construido. El mundo

una misteriosa sensación de miedo.' sólido que había fabricado y

Pero no ese miedo pánico, sino ese el edificio espiritual ideali-

miedo triste que enternece y nos zado ...

lleva a reflexionar sobre lo huma-

no.

22 23
Las ruinas tienen el po-

dor de idiotizar lo cierto. Así, Fue entonces. con la

la materia trás el humo desapare- sensualidad de las hogueras

ce y una realidad deforme se hace { -, del desastre, que aparecieron

paralela a la existencia. los espectros.

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El Gonfaloniero aprie-

Los fantasmas, con ta contra su pecho el estandar-

máscaras de dolor, risas y te. No va a dejarse arrebatar

sentimientos, fingiéndose bai- I .


la bandera por esa comparsa de

larines se le acercan. muecas estáticas.

26 27
Así, lentamente se le
Pero los espectros co-
acercan. y ya próximos, sacu-
nocen de artificios. Súbitamen-

te dejan de ser bailarines y pa- den homogeneos sus capas polvo-


t '.

san a una serena clemencia. Pare- sas dejando al Gonfaloniero hun-

cen el desfile de una religión dido en la neblina. •


depuesta.

28 29
Ahí, en la neblina,

El Gonfalonlero está los espectros hacen el último

confundido ante ese folclore de intento por deponerlo. Buscan

espanto. Dentro de la niebla, la seduclrlo, regalándole un bellí-


, '.

bandera y él, dan ciertamente una' simo anillo de oro. Todo se ilu-

nueva estimación a la tristeza. mina repentino: mágico y deslum-

brante.

30 31
El Gonfaloniero tiembla.
Trastabillando, logra
El oro le ha dejado un precioso
liberarse de ese vaho idigno.
tono ictericia. Pero en la últi-
Sigue adelante, embebido en el
ma instancia de sus fuerzas, re-
tónico milagroso que alimenta su
cuerda que está aferrado a la vo- , -,
causa.
cación de un antiguo juramento.

32 33
Tanteando, el Gonfaloniero

se acercó al último paredón de la


Sabía que eventualmente
s Ó:

hecatombe y garabateó al carbón"


alguien leería su mensaje ...
unas palabras.

34 35
Mas allá no había mas

nada. Sólo el pendón, él y lo

que ardía. Entonces comenzó a


.; '.

tararear u~ himno que nunca ja-

más se había cantado y la ban-

dera y él se sembraron en la

tierra germinales.

36
v,
, . "

. ,

/,
Cumpliendo con lo que ha .sido política
constante en la fflosofía editorial de fa Fun.dación •~
Rómulo Gallegos, presentamos ,al. poeta . Pedro
Luis Hernández (Vénezuela" 1949) con su Obra
EL GONFALONIERO. '

.Su trabaja es -una dramática metáfora de


la- angustía. El' ser humano vive sumergido en la
incertidumbre. de' su destino. La capacidad des'
tructlva a la que ha .llegado el hombre des orda
los criterios más' fantásticos,
..
.. El halaqo ideológico o mercantil lo abando-
na a una indigna circunstaneia existencial. •

El poeta nos revive la noble y heroica fiqu-.


ra del Gonfaloniero, el soldado con el deber de: •
sembrar la bandera como sírnboló de victoria. Tal
vez es .el personaje más hermoso de las batallas,
y en este caso, 'del conflicto humano. Lo conrno-
verdor.perdura en la esencia del poema pero fin, 1-
mente, es compensado con un claro llamado de
esperanza, al' cíclico retorno en la confianza hu-
mana.

Este cuaderno se inc'uye en una se-le don-


de 'el autor recrea diversos emas de orden tras'
cendente. Pedro Luis Herr.ández ha publicado
"Alector y Bethilde" y "El árbol de Milodas" edi-
tados por la Dirección de Cultura de la Unjversidad
Central de Venezuela. Con el presente cuaderno
rendimos un homenaje más a la fecha aniversaria
del natalicio del' Ilustre Maestro Don Rómulo
Gallegos.
r

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