Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
HERNANDEZ
EL GONFALONIERO
,<
.. -,
)
CLAUDINA SABRA DEL TESON
2
3
Otra vez trató de enlazar un alma gemela me-
y trajín tribunal icio (secretario de un tribu~a~); diante un ensayo de correo del corazón, se citaron
Era poeta. Hizo a su hijo Emiliano. Se despidló en una iglesia con la contraseña de una bolondrona
de todos y con sus andares s~ internó en ~n mun- verde (él) y un sueter rojo (ella). Ese día la misa
do deletreado, hacia un universo de símbolos se cubrió de mujeres encorsetadas de- rojo y el cu-
anónimos que al transitarlo se van formando,se ra tuvo que lIamarle la atención porque le había
excusaba Pedro Luis, el sobrino de Carlos Augusto estado enseñando la canica a media iglesia.
León El Grande.
En el 86 culminó en imprenta su primer Cua-
Odio visceral y sudoroso a la letra estatuida y
derno (me dijo que había terminado una serie
estatuaria. Objetaba: Tienes que -escabulllrre
grandiosa). Lo llamó «Kí( lnesls-, lo tintó en talle-
con alarde de esas manos que ya te tienen en las
res sin pie, con papeles de su propio esfuerzo
mismas puertas de los templos funerarios».
-Kí( )nesis pujaba arrastrándose. Con trabajo-
Se negaba, aún con ansias de romper otra can-
sa emoción hablaba de la proximidad de una le-
cela a frecuentar los santuarios de la cultura,
tr~. Sus ma,nos parecían tocar algo. «Estoy a su
apo~entos de la molicie palaciega. Por eso huía
orrlla -decla- en la delicada sensualidad de las
despavorido de las barras ilustres: Allí se entre-
líneas que la trazan ... » Pero por el excesivo esfuer-
gan favores a los triunfadores que tienen los ojos zo entregó el sentido.
de amarilla arcilla, repetía.
Era su propio advenimiento, era el momento
cu)minante, decía de este parto, al fín aparecerá
Se alejaba, se perdía en la búsqueda de su
su forma y doblará con armonioso ritmo su sonl-
Kí( )nesis abortada al mundo de los ensueños. Se do.
escondió de sus propios temores y de los ojos
perseguidores.
De los versos íntimos, de la absoluta austeri-
dad, frisados en sus dos primeras obras Pedro
Aparecía una noche, lanzaba un poema por la
Luis Hernández entregó así su primera prosa poé-
ventana (<<Claudina») y se hundía en el erial de la tica.
madrugada.
El miércoles pasado, en la oscuridad de una
Una vez inven tó la toma de un cayo desierto,
pieza escondida, murió Pedro Luis Hernández. a
frente a las costas de Carabobo. Escribió el ma- los 39 años de edad.
nifiesto, recabó las firmas de sus amigos, pasó
platillo y publicó media página en los perlódicos.
4
5
Ya lo había dicho:
-Moriré I primero
dentro.lentre varios] bostezosly los heraldoslru- EL GONFALONIERO
Víctor Suárez
6 7
Gonfaloniero: El que lleva la Es él quien riega el
9
8
Es el que espolvorea
por los que se han quedado sin co- / ", a las cigarras a cantarle al sur.
mida.
10
11
Decía que el polen de
Cuida el llanto de las
mariposa entre los dedos aletea
adivinas recienacidas y les trae
el aliento de vivir.
leche tibia del ordeño para reirse I .
12
13
Para investirlo, lo hicie-
porque en sus ojos brilla la si- gas y el fuselaje del relámpago. Por
tinto en la paciencia y por el cla- del mediodía. Así fue consagrado Gon-
, -,
1"0 misterio de su risa nueva, fue faloniero -sobre el nivel del mar-
na.
14 15
.1
16 17
".
polvo es lo que queda del paso verso chamuscado, mas que una vic-
18 19
El abanderado comenzó a Salamandras ulceradas
la pesadumbre.
20 21
Desde el grupo de sombras Piensa sobre el hom-
no.
22 23
Las ruinas tienen el po-
25
24
El Gonfaloniero aprie-
26 27
Así, lentamente se le
Pero los espectros co-
acercan. y ya próximos, sacu-
nocen de artificios. Súbitamen-
28 29
Ahí, en la neblina,
bandera y él, dan ciertamente una' simo anillo de oro. Todo se ilu-
brante.
30 31
El Gonfaloniero tiembla.
Trastabillando, logra
El oro le ha dejado un precioso
liberarse de ese vaho idigno.
tono ictericia. Pero en la últi-
Sigue adelante, embebido en el
ma instancia de sus fuerzas, re-
tónico milagroso que alimenta su
cuerda que está aferrado a la vo- , -,
causa.
cación de un antiguo juramento.
32 33
Tanteando, el Gonfaloniero
34 35
Mas allá no había mas
dera y él se sembraron en la
tierra germinales.
36
v,
, . "
. ,
/,
Cumpliendo con lo que ha .sido política
constante en la fflosofía editorial de fa Fun.dación •~
Rómulo Gallegos, presentamos ,al. poeta . Pedro
Luis Hernández (Vénezuela" 1949) con su Obra
EL GONFALONIERO. '