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Objetivo General
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LA PRELACION DE CREDITOS
Concepto
Son el conjunto de normas de nuestro ordenamiento jurídico que estipulan cómo y en qué orden
debe de pagarse los créditos en caso de existir un concurso de acreedores, es decir que estas
normas aplican en el momento en que hay dos o más pretensiones sobre el patrimonio del deudor.
Lo normal y natural es que el deudor cumpla las prestaciones que adeuda satisfactoriamente y ello
sucede cuando conserva liquidez. Sin embargo, el mundo de los negocios es muy contingente, y ese
deudor que en el desempeño de sus actividades económicas ha sido diligente, prudente, cuidadoso,
observador de la ley, puede de un momento a otro verse en dificultades para cumplir con sus
obligaciones ante los acreedores, con plazos ya vencidos, los cuales empiezan a presionar para que
se les pague.
Ese deudor en condiciones apremiantes para cumplir, por decir algo, a unos acreedores adeudará
obligaciones representadas en títulos valores (letras de cambio, cheques, pagarés, facturas), a
menores obligaciones causadas por alimentosa, a trabajadores por prestaciones originadas en una
relación laboral, o impuestos del orden nacional, departamental, municipal, o parafiscales, o
prestaciones garantizadas con hipoteca, prenda o fianza.
Ante tal situación de crisis económica del deudor, se podrían presentar cualquiera de estos eventos:
b) Que el deudor ofrezca pagar haciendo uso del pago con beneficio de competencia;
c) Siendo uno solo el acreedor, promoviendo ejecución, o acumulando los diversos procesos
ejecutivos por las diversas deudas insolutas del deudor;
d) Siendo varios los acreedores, que estos formulen por separado sendas ejecuciones, o que
procedan acumulando los proceso de ejecución;
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Partiendo del supuesto de la suficiencia de bienes del deudor para responder, los acreedores en
virtud del derecho personal tienen la facultad de agredirlos jurídicamente, pues se dice que los
bienes del deudor constituyen la prenda común de sus acreedores, por cuanto al obligarse,
compromete sus bienes, quedando afectados por consiguiente al pago de sus deudas. Así lo
dispone el artículo 2,212 del Código Civil de El Salvador.
Ante la ley los acreedores gozan del principio de la igualdad frente al deudor para hacer efectivos
sus créditos por vía de la ejecución forzada, todos tienen una garantía general, constituida por los
bienes que componen el patrimonio económico del deudor, y concurren en iguales condiciones
sobre dicho patrimonio. No obstante, al concurrir sobre dichos bienes que son la prenda general,
para algunos créditos el legislador ha establecido excepcionalmente prelación en cuanto al modo de
satisfacerse, disponiendo de un orden para que unos sean pagados primero que otros, de tal modo
que si hay suficientes bienes en el patrimonio del deudor aún los créditos que no tienen prelación,
tienen la posibilidad de cubrirse, y si hay déficit de bienes quedarán insolutos.
Se dice entonces que hay unos créditos de mejor familia que otros, diferencia que el legislador hace
teniendo en cuenta las causas que los originan, o bien las garantías especiales con las cuales se
aseguran para su pago.
Las causales de prelación son de orden legal y excepcional, por tal razón en cuanto a sus reglas no
permite analogía o sea aplicable a casos no contemplados por el legislador así guarden semejanza,
es decir, son de aplicación restrictiva. En consecuencia los particulares no pueden por el imperio de
sus voluntades acordar otras causas de prelación (art. 2,227 C.C).
A su vez aclara que los motivos de prelación le pertenecen a los créditos que la tienen
independientemente de la persona del acreedor. De tal manera que si el acreedor se desplaza por
cesión, o por subrogación, la prelación (preferencia) pasa junto con el crédito a su nuevo titular, es
decir al cesionario, o al subrogatorio según el caso. La prelación en otras palabras hace compañía
inseparable al crédito más no a la persona.
Cuando concurren varios créditos frente a un patrimonio en liquidación, puede suceder que
coincidan dos o más créditos privilegiados cuyo ejercicio sea incompatible. Para resolver estos
casos de colisión de privilegios, se establece legalmente un orden entre dichos créditos que se
denomina prelación de créditos o normas prelativas. La regla fundamental de esta prelación
establece la preferencia absoluta del privilegio especial sobre el privilegio general. En consecuencia,
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si la colisión se produce entre créditos preferentes, con privilegio especial unos, y con privilegio
general otros, tendrán prioridad los créditos de privilegio especial.
Los créditos que tienen la investidura de la prelación, diríase que derecho de primogenitura, son de
cuatro clases:
Tercera Clase La tercera clase de créditos comprende los hipotecarios: Art. 2,224 C.C
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PERSONAS QUE INTERVIENEN EN LA PRELACION
Deudor
Acreedor o Acreedores
Prelación contractual
Suele ocurrir a veces que durante el curso de las negociaciones previas a la celebración de un
contrato, una de las eventuales partes se obligue frente a la otra, para el caso de que llegara a
decidirse a realizar el negocio, a preferirla respecto de otros eventuales interesados.
Mediante este pacto, el promitente no se obliga a celebrar ningún contrato, simplemente se obliga,
para el supuesto de que eventualmente decidiera celebrarlo, a dar la preferencia al otro pactante o a
un tercero previsto en el acuerdo.
Para algunos, respecto de la naturaleza del pacto de prelación, de trata de una especie o modalidad
de la opción, en tanto que para otros es una especie de contrato preliminar unilateral. Una tercera
opinión ve en dicho pacto un contrato sui generis, preparatorio de un futuro y eventual contrato, pero
distinto de los anteriores.
El incumplimiento de ella origina, simplemente, una obligación de resarcir los daños. Se diferencia
del contrato preliminar porque no existe obligación de contratar, Fontanarrosa lo entiende como un
contrato autónomo, con objeto, sujetos y causa propios y distintos de los otros contratos.
Derecho Fiscal
La preferencia o prelación del crédito tributario es doble, pues se establecen una prelación general y
una prelación especial en la siguiente forma:
a) Prelación general: la Hacienda pública gozará de prelación para el cobro de los créditos tributarios
vencidos y no satisfechos en cuanto concurra con acreedores que no lo sean de dominio, prenda,
hipoteca o cualquier otro derecho real debidamente inscrito en el correspondiente registro con
anterioridad a la fecha en que se haga constar en el mismo el derecho de la Hacienda.
b) Prelación especial de los tributos que graven periódicamente los bienes inscribibles en un
Registro público o sus productos (hipoteca legal tácita): en estos tributos el Estado, las Ciudades y
los municipios tendrán preferencia sobre cualquier otro acreedor o adquirente, aunque éstos hayan
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inscrito sus derechos, para el cobro de las deudas no satisfechas correspondientes al año natural en
que se ejercite la acción administrativa de cobro y al inmediato anterior.
Si frente a un patrimonio en liquidación concurren varios créditos que gozan de una preferencia
general sobre el referido patrimonio deudor, se satisfarán por el orden indicado para los créditos con
privilegio general. Los créditos que sean preferentes por fechas, se satisfarán por el orden de éstas;
y los créditos que tengan igual fecha, se pagarán a prorrata.
BASE LEGAL
TITULO XLI
DE LA PRELACION DE CREDITOS
Art. 2212.- Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución sobre
todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente
los no embargables, designados en el artículo 1488.
Art. 2213.- Sobre las especies identificables que pertenezcan a otras personas por razón de
dominio, y existan en poder del deudor insolvente, conservarán sus derechos los respectivos
dueños, sin perjuicio de los derechos reales que sobre ellos competan al deudor como usufructuario
o prendario, o del derecho de retención que le concedan las leyes; en todos los cuales podrán
subrogarse los acreedores.
Podrán asimismo subrogarse en los derechos del deudor como arrendador o arrendatario, según lo
dispuesto en los artículos 1753 y 1756.
Sin embargo, no será embargable el usufructo del padre o madre de familia sobre los bienes del hijo,
ni los derechos reales de uso o de habitación.
Art. 2214.- Son nulos todos los actos ejecutados por el deudor relativamente a los bienes de que ha
hecho cesión, o de que se ha abierto concurso a los acreedores.
Art. 2215.- En cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes o la apertura del concurso,
se observarán las disposiciones siguientes:
1ª Los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y las hipotecas,
prendas y anticresis que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, estando de mala fe el
otorgante y el adquirente, esto es, conociendo ambos el mal estado de los negocios del primero;
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2ª Los actos y contratos no comprendidos bajo el número precedente, incluso las remisiones y
pactos de liberación a título gratuito, serán rescindibles, probándose la mala fe del deudor y el
perjuicio de los acreedores;
3ª Las acciones concedidas en este artículo a los acreedores expiran en un año contado desde la
fecha del acto o contrato.
Art. 2216.- Los acreedores, con las excepciones indicadas en el artículo 1488, podrán exigir que se
vendan todos los bienes del deudor hasta concurrencia de sus créditos, inclusos los intereses y los
costos de la cobranza, para que con el producto se les satisfaga íntegramente si fueren suficientes
los bienes, y en caso de no serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir ciertos
créditos, según la clasificación que sigue.
Estas causas de preferencia son inherentes a los créditos para cuya seguridad se han establecido, y
pasan con ellos a todas las personas que los adquieran por cesión, subrogación o de otra manera.
Art. 2219.- La primera clase de créditos comprende los que nacen de las causas que en seguida se
enumeran:
Art. 2220.- Los créditos enumerados en el artículo precedente afectan todos los bienes del deudor;
y no habiendo lo necesario para cubrirlos íntegramente, preferirán unos a otros en el orden de su
numeración, cualquiera que sea su fecha, y los comprendidos en cada número concurrirán a
prorrata.
Los créditos enumerados en el artículo precedente no pasarán en caso alguno contra terceros
poseedores.
Art. 2221.- A la segunda clase de créditos pertenecen los de las personas que en seguida se
enumeran:
1º El posadero sobre los efectos del deudor introducidos por éste en la posada, mientras
permanezcan en ella y hasta concurrencia de lo que se deba por alojamiento, expensas y daños;
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2º El acarreador o empresario de transportes sobre los efectos acarreados, que tenga en su poder o
en el de sus agentes o dependientes, hasta concurrencia de lo que se deba por acarreo, expensas y
daños; con tal que dichos efectos sean de la propiedad del deudor.
Se presume que son de la propiedad del deudor los efectos introducidos por él en la posada, o
acarreados de su cuenta;
4º El acreedor hasta concurrencia de lo que se debe con la garantía legal del derecho de retención,
sobre los bienes del deudor que tenga en su poder por razón de ese derecho.
Art. 2222.- Sobre la preferencia de ciertos créditos comerciales, como la del consignatario en los
efectos consignados, y la que corresponde a varias causas y personas en los buques mercantes, se
estará a lo dispuesto en el Código de Comercio.
Sobre los créditos de los aviadores de minas, y de los mayordomos y trabajadores de ellas, se
observarán las disposiciones del Código de Minería.
Art. 2223.- Afectando a una misma especie créditos de la primera clase y créditos de la segunda,
excluirán éstos a aquéllos; pero si fueren insuficientes los demás bienes para cubrir los créditos de la
primera clase, tendrán éstos la preferencia en cuanto al déficit, y concurrirán en dicha especie en el
orden y forma que se expresan en el inciso 1º del artículo 2220.
La hipoteca inscrita da al acreedor el derecho de ser pagado de preferencia con la cosa hipotecada.
Las hipotecas que gravan un mismo inmueble prefieren unas a otras en el orden de su presentación
en el Registro respectivo, si se siguiere inscripción.
Art. 2225.- Los acreedores hipotecarios no estarán obligados a aguardar las resultas del concurso
general para proceder a ejercer sus acciones contra las respectivas fincas.
Art. 2226.- Las preferencias de la primera clase, a que estaban afectos los bienes del deudor
difunto, afectarán de la misma manera los bienes del heredero, salvo que éste haya aceptado con
beneficio de inventario, o que los acreedores gocen del beneficio de separación, pues en ambos
casos afectarán solamente los bienes inventariados o separados.
Art. 2227.- La ley no reconoce otras causas de preferencia que las indicadas en los artículos
precedentes.
Art. 2228.- La cuarta y última clase comprende los créditos que no gozan de preferencia.
Los créditos de la cuarta clase se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada, sin
consideración a su fecha.
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Art. 2229.- Los créditos preferentes que no puedan cubrirse en su totalidad por los medios indicados
en los artículos anteriores, pasarán por el déficit a la lista de los créditos de la cuarta clase, con los
cuales concurrirán a prorrata.
Art. 2230.- Los intereses correrán hasta la extinción de la deuda, y se cubrirán con la preferencia
que corresponda a sus respectivos capitales.
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CONCLUSIONES
Ante la ley los acreedores gozan del principio de la igualdad frente al deudor para hacer
efectivos sus créditos por vía de la ejecución forzada, todos tienen una garantía general,
constituida por los bienes que componen el patrimonio económico del deudor, y concurren
en iguales condiciones sobre dicho patrimonio.
Las causales de prelación son de orden legal y excepcional, por tal razón en cuanto a sus
reglas no permite analogía o sea aplicable a casos no contemplados por el legislador así
guarden semejanza, es decir, son de aplicación restrictiva. En consecuencia los particulares
no pueden por el imperio de sus voluntades acordar otras causas de prelación.
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