Vous êtes sur la page 1sur 196

CAPITULO I

EL LIBRO I DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.


"DISPOSICIONES COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO"

I.- CONTENIDO.
En el libro I del Código de Procedimiento Civil, que comprende XX Títulos y abarca
los artículos 1° a 252, se contienen las "Disposiciones Comunes a todo
Procedimiento".
En ese Libro I, denominado "Disposiciones Comunes a todo procedimiento", el
legislador se encarga de regular las siguientes materias:
En su Título I, denominado "Reglas Generales", el legislador nos señala la
aplicación del Código de Procedimiento Civil, la clasificación de los procedimientos
en ordinario o extraordinario y establece el carácter general y la aplicación
supletoria del procedimiento ordinario.
En su Título II, denominado "De la comparecencia en juicio", se regula la
Comparecencia en juicio, que debemos entender complementada por la normas
contenidas en la Ley 18.120, que se incluye en el Apéndice del Código de
Procedimiento Civil.
En su Título III, denominado "De la Pluralidad de Acciones y de Partes", se
regula la pluralidad de acciones, la pluralidad de partes y los terceros.
En el Título IV, denominado "De las cargas pecuniarias a que están sujetos los
litigantes", se regula las cargas pecuniarias y se establecen las personas responsables
de ellas.
En el Título V, denominado "De la formación del proceso, de su custodia y de
su comunicación a las partes", se regula la forma en cual se forma materialmente el
proceso, los escritos y su presentación, la custodia del proceso y la forma en que
puede ser consultado.
En el Título VI, denominado "De las Notificaciones", se contemplan los
requisitos específicos de esta actuación judicial y se regulan las diversas clases de
éstas.
En el Título VII, denominado "De las Actuaciones Judiciales", se contemplan los
requisitos generales que deben cumplir las actuaciones judiciales, los plazos y los
exhortos.
En el Título VIII denominado "De las Rebeldías", se regula la rebeldía y los
incidentes especiales de nulidad procesal de falta de comparecencia por fuerza
mayor y falta u errónea de notificación personal del demandado.
En los Títulos IX a XVI, se regulan los incidentes ordinarios y los incidentes
especiales de acumulación de autos, las cuestiones de competencia, las
implicancias y recusaciones, el privilegio de pobreza, las costas, el desistimiento de la
demanda y el abandono del procedimiento.
En el Título XVII, denominado "De las Resoluciones Judiciales", se contempla
no sólo la clasificación de las resoluciones judiciales en atención a su naturaleza
1
jurídica y los requisitos formales que deben cumplirse en su dictación, sino que
también se contienen normas destinadas a regular la vista de la causa en los
tribunales colegiados, la Cosa Juzgada (Arts 175 a 180), el Recurso de Reposición
(Art.181), el Desasimiento del Tribunal, y la Aclaración, rectificación y enmienda de
las sentencias,
En el Título XVIII, denominado "De la Apelación", se regula este recurso.
En el Título XIX, denominado "De la ejecución de las resoluciones judiciales", se
regula el procedimiento de ejecución de las resoluciones pronunciadas por
tribunales chilenos y de las resoluciones pronunciadas por tribunales extranjeros.
Finalmente, en el Título XX, denominado "De las Multas", se regula el
procedimiento de pago de las multas.

II.- IMPORTANCIA.
Las disposiciones comunes a todo procedimiento contenidas en el Libro I del Código
de Procedimiento Civil revisten gran importancia práctica por cuanto:

a) Tienen una aplicación general dentro de los diversos procedimientos y


asuntos que reglamenta el Código de Procedimiento Civil en sus Libros II, III y IV, salvo
norma expresa en contrario.
Es así por ejemplo, que cada vez que nosotros debemos determinar que norma rige
una notificación que deba efectuarse dentro de cualquiera de esos procedimiento
o la forma que debe tener una sentencia definitiva que ha de pronunciarse dentro
de alguno de esos procedimientos, a falta de una norma especial establecida en
ellos, deberemos aplicar las disposiciones contenidas en el Libro I.
Excepcionalmente, no recibirán aplicación las disposiciones comunes a todo
procedimiento contenidas en el Libro I en aquellos casos en que el legislador dentro
de los procedimientos contenidos en los Libros II, III y IV haya contemplado alguna
norma especial diversa a aquellas contenidas en este Libro I.
Ello ocurre, por ejemplo, con la notificación del artículo 44 en las querellas
posesorias, en que dicha notificación puede practicarse de acuerdo a lo previsto en
el artículo 553 del C.P.C., aún cuando el querellado no se encuentre en el lugar del
juicio, o con la forma de las sentencias definitivas que debe dictar el árbitro
arbitrador, la que no se rige por el artículo 170 del C.P.C., sino que por la norma
especial del artículo 640 de ese Código.

b) Tienen aplicación en los procedimientos civiles especiales reglamentados


en leyes especiales fuera del Código de Procedimiento Civil.
Es así como esas normas reciben aplicación por ejemplo en el procedimiento sobre
juicio de arrendamiento de predios urbanos regulado en la Ley 18.101, en el nuevo
procedimiento del trabajo, en los Procedimiento ante los Tribunales de Familia, en los
Procedimientos antes los Jueces de Policía Local, salvo que en ellos se contemple
una norma especial diversa.

2
Sin embargo debe tenerse presente que el CPC regula procedimientos escritos a
diferencia de los nuevos procedimientos orales que se contemplan respecto de los
Tribunales de Familia y Laborales, de ahí que las disposiciones comunes a todo
procedimiento establecidas en el Código de Procedimiento Civil sean aplicables en
lo no regulado en esos cuerpos legales, a menos que ellas resulten incompatibles
con la naturaleza de los procedimientos o con los principios que informan los
procedimientos.

c) Tienen aplicación por remisión en los procedimientos penales.-


En el sistema procesal penal, dispone el artículo 52 del Código Procesal Penal,
titulado Aplicación de normas comunes a todo procedimiento, que serán aplicables
al procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este Código o
en leyes especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el
Libro I del Código de Procedimiento Civil.

3
CAPITULO II:
EL PROCESO

I.- NOCIONES GENERALES.

A) CONCEPTO GENÉRICO DE PROCESO.


Toda actitud para llegar a un fin sigue un proceso.
Desde este punto de vista genérico, el proceso es el estado dinámico de cualquier
fenómeno (químico, biológico, histórico, social).

B) CONCEPTO ETIMOLÓGICO.
Significa avanzar, desenvolvimiento, acción de ir hacia adelante. Una secuencia.

C) CONCEPTO PROCESAL.
El proceso es la secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente,
con el objeto de resolver, mediante un juicio de la autoridad, el conflicto sometido a
su decisión.
El proceso es de acuerdo con esa definición, una institución de carácter teleológico,
es decir, persigue a través de su secuencia un fin, que consiste en obtener la
dictación de una sentencia por parte del tribunal que resuelva el asunto sometido a
su decisión.

De la definición dada respecto del proceso se desprende:


a) Que él se vincula con el ejercicio de la función jurisdiccional.
b) Constituido el proceso se produce una circunstancia jurídica diferenciada,
cuya naturaleza depende de la doctrina que respecto de él se acepte.
De acuerdo con la evolución histórica acerca de la naturaleza jurídica del proceso,
se han sostenido las siguientes teorías:
1. Contrato: Contratactualista.
2. Cuasicontrato: Cuasicontractualista (cuasicontrato de "litis contestatio").
3. Relación jurídica: Relación jurídica procesal (Von Bulow, Chiovenda,
Kohler, Hellwig, Wach,etc)
4. Situación Jurídica: Goldschmidt.
5. Proceso Institución: Jaime Guasp.
6. Relación Jurídica compleja: Camelutti. Eduardo Couture.

c) Su finalidad normal es la solución del litigio.


d) La decisión constituye un acto jurisdiccional que debe emanar del órgano
adecuado y establecido por la Constitución y la ley.

4
D) TERMINOLOGÍA.
La voz proceso desgraciadamente se utiliza por la legislación, doctrina y
jurisprudencia con diversos alcances, los cuales es necesario precisar para
determinar y aclarar el exacto alcance de éste.

1. PROCESO Y LITIS O LITIGIO:


La litis o el litigio es el conflicto intersubjetivo de intereses, jurídicamente
trascendente, reglado o reglable por el derecho objetivo, caracterizado por la
existencia de una pretensión resistida.
Si bien un proceso supone un litigio o litis que se pretende solucionar, es posible un
proceso sin litigio (jurisdicción no contenciosa).

2. PROCESO Y JUICIO:
Juicio se refiere fundamentalmente al "Acto de Juicio", a la sentencia. Pero en el
proceso no sólo hay actos de juicio, sino que también actos de parte y de terceros,
e incluso un proceso puede terminar sin "acto de juicio" como ocurre en el
desistimiento de demanda y abandono del procedimiento.
La expresión Juicio se acerca más a "procedimiento" que a proceso.
Ahora bien, por influencia española en Códigos Chilenos la expresión juicio es igual
a procedimiento.
Es así como se nos habla del Juicio Ordinario en el Libro II del C.P.C., del Juicio
Ejecutivo en las obligaciones de dar, hacer y no hacer en los Título I y II del Libro III
del C.P.C., del Juicio arbitral en el Titulo VIII del Libro III del C.P.C., del Juicio Oral en el
Titulo III del Libro II del Código Procesal Penal, para identificarlo con una etapa del
Procedimiento Ordinario,etc.

3. PROCESO Y PROCEDIMIENTO:
El procedimiento es el sistema racional y lógico que determina la secuencia de
actos que deben realizar las partes y el tribunal para obtener los fines del proceso
Procedimiento: Es el conjunto de formalidades externas que organiza el desarrollo
del proceso hasta el cumplimiento de su fin.

Paralelo entre el proceso y el procedimiento.


a) Proceso: Conjunto de actos unidos hacia un fin común, que el
procedimiento organiza para el mejor cumplimiento de su fin.
Procedimiento: Conjunto de ritualidades, de elementos formales.
b) Proceso: Denota la idea de unidad: Uno. -
Procedimiento: diversidad: varios.
c) Todo proceso supone un procedimiento, un sistema para el debate
dialéctico en que aquel se devuelve. Pero puede existir - especialmente
en otras ramas - un procedimiento sin proceso (normas científicas,
técnicas o de experiencia).
5
"El proceso como entidad abstracta también es representado como una sucesión
temporal de actos, pero actos que son iniciados, impulsados y ejecutados por
sujetos relacionados entre sí por relaciones, vinculaciones o situaciones jurídicas.
Desde otro punto de vista todo proceso se exterioriza en un procedimiento dado, en
una suerte de encarnación positiva; pero naturalmente no todo procedimiento
realiza un proceso jurisdiccional, ya que aquél puede ser de orden administrativo o
legislativo, e incluso comprender etapas o pre-etapas de un proceso, como los
procedimientos cautelares, incidentales o impugnativos.
A modo figurado el procedimiento representa los cauces naturales de un río cuya
forma existe independientemente de su contenido. El agua que escurre según su
caudal irá cubriendo cauces menores o mayores, cauces centrales o alternativos
para desembocar normalmente en el mar. El agua constituye la actividad de los
sujetos del proceso que conducen su conflicto o litigio a través de un cauce formal
en función de un resultado final. Ambos elementos componen el río. Sin cauce éste
no podría escurrir. Así el proceso necesita el procedimiento para que los sujetos
obtengan un pronunciamiento jurisdiccional; es decir, el procedimiento está al
servicio del proceso. Sin procedimiento el proceso sería sólo una idea; con el
procedimiento el proceso es una realidad. (Profesor Mario Mosquera)

4. PROCESO Y EXPEDIENTE:
Proceso: Una abstracción, un concepto, una idea, un objeto jurídico ideal
Expediente: Expresión material del proceso, un objeto físico, una cosa. Legajo de
papeles en que se registran los actos de un juicio. (art. 29 Tituló V, Libro I).

5. PROCESO Y AUTOS:
La expresión "Autos" es usada en múltiples sentidos por la ley: Como sinónimo de
proceso en la acumulación de autos (art. 92 C.P.C.); como sinónimo expediente (art.
161 C.P.C.) y como una especie de resolución Judicial (art. 158 C.P.C.).

II.- EL DEBIDO PROCESO LEGAL.

A.- Orígenes históricos.


La legislación, los tribunales y la doctrina procesalística de todos los países han ido
elaborando durante el curso de muchos siglos una serie de reglas o principios
fundamentales del proceso civil; que representan al mismo tiempo las garantías
fundamentales de la parte frente al juez, al adversario y a los terceros.
Bastará recordar los principios milenarios de la acción de parte ("nemo judex sine
actore"), de la imparcialidad del juez ("nemo judex in re sua"), del contradictorio
("auditur et altera pars‖).

6
Otros principios constituyen conquista menos antigua, como el de la independencia
de los jueces frente al ejecutivo y la garantía del juez natural preconstituido por ley,
o el principio de carácter abierto y público del procedimiento.
Finalmente otros tienen naturaleza menos general- y aparecen como típicos
solamente de algunos ordenamientos, como por ejemplo la garantía de motivación
de las sentencias, el derecho de impugnar una sentencia desfavorable ante una
corte (tribunal) superior o ante la Corte Suprema, la participación de los jueces
populares y la administración de la justicia. 4
El "due process of law "se trata de una institución de origen y desarrollo anglosajón.
Es comúnmente aceptado y así ha sido demostrado que la frase "due process of
law" es una variación de la contenida en la Carta Magna de 1215 "per legem
terrae", "by de law of tha land".
En el capítulo 39 de la Carta Magna el rey promete "No free man shall be taken or
imprisioned or disseided or outlawed or exiled or in any way ruined, nor wil we go or
send againt him, except by tha lawful judmendt of his peers or by the law of the
land".
Este texto constituyó en su momento, el apotegma de la libertad civil. Pero juzgado
con el espíritu de nuestro tiempo y tratando de medir su justo significado técnico, se
advierte el carácter procesal de sus dos garantías principales.
El "legale iudicium suorum" configura la garantía procesal del juez competente.
Nuestros textos actuales que obligan al actor a acudir, en las acciones personales, al
juez del fuero del demandado, tienen que inclinarse, como un remoto predecesor
histórico, ante ese derecho configurado políticamente , de ser juzgado solamente
por el juez natural, el de la misma condición.
El '"iudicium per legem terre" constituye en el derecho moderno, la garantía de la ley
preexistente. La ley de la tierra es la ley preestablecida, aquella a la cual el individuo
ajusta su conducta en la vida. Solo por infringir esa ley se puede sufrir castigo.
Cuando nuestros textos procesales dicen hoy que el juez en su sentencia aplicará las
disposiciones legales vigentes, lo único que hacen es reglamentar la garantía
política de ser juzgado tan sólo a la luz de ese derecho.
La garantía procesal constituida por la necesidad de aplicar la ley de la tierra, fue
recogida en las primeras constituciones anteriores a la Constitución federal de los
Estados Unidos. Las constituciones de Maryland, de Pensylvania y Massachusetts
recogieron en una disposición expresa el concepto de que nadie puede ser privado
de su vida, libertad o propiedad sin el debido proceso legal ("due process of law")
Más tarde las enmiendas V y XIV, a la Constitución de Filadelfia habrían de recoges
ese texto expreso.
Enmienda V : "... nadie será privado de su vida, libertad o propiedad, sin el
debido proceso legal"
Enmienda XIV: "Ningún Estado privará a persona alguna de su vida, libertad o
propiedad sin el debido proceso legal, ni denegará dentro de su jurisdicción, a
persona alguna, la igual protección de las leyes."
7
Hoy no se habla del juicio de los pares y de la ley de la tierra: se habla de un
"debido proceso legal# como de una garantía que involucra el derecho material
de la ley preestablecida y el derecho procesal del juez competente.

El ―Due Process of Law‖ (en adelante DPL), pese a tratarse de una institución cuya
vigencia se extiende a lo largo de varios siglos , y pese a ser constante objeto de
estudio y aplicación tanto de la doctrina como por la jurisprudencia, se ha resistido a
una definición en el sentido al que estamos acostumbrados en los ordenamientos
continentales. Ello puede deberse a que las ideas políticas y jurídicas fundamentales,
de la misma manera que las grandes obras de arte, se resisten a una definición final,
e incluso y posiblemente a una definitiva comprensión.
Si existe sin embargo entre los autores un sustrato básico de común aceptación que
atribuye al DPL unos determinados contenidos, que, como mínimo, deben concurrir
para que efectivamente se dé. En este sentido se concibe el DPL como una válvula
reguladora entre la libertad individual y las previsibles imposiciones de la autoridad,
asumiendo la existencia de conflictos entre los ciudadanos y aquella y encauzando
la resolución de los mismos por medio de procedimientos legales. Es el concreto
alcance de esa legalidad el que, y en la práctica, ha ofrecido sucesivas versiones
del DPL, dependiendo de las oscilaciones de conceptos indeterminados tales como
interés general, arbitrariedad, injusto o desleal.

Una primera acepción del DPL que, no por obvia, debemos dejar de tratar es la que
considera el mismo como "aquél proceso que es debido — entendido como
derecho subjetivo- cuando los poderes de la administración se movilizan con el
objetivo de privar a un individuo de su vida, libertad o propiedad". El mismo lo
constituyen las salvaguardas para la protección de los derechos individuales que
han sido establecidos por la Constitución de los EEUU e interpretadas por la
jurisprudencia norteamericana para la aplicación y protección de los derechos
privados; DPL implica el derecho fundamental de una persona a ser libremente
escuchada, el derecho a la tutela jurisdiccional "day in court".
Aparece el concepto en el sistema norteamericano para significar la fundamental
protección de la libertad individual, la Justicia. El DPL se fundamenta doblemente en
la United States Code, Enmiendas Quinta y Decimocuarta, cada una de cuyas
cláusulas dispone que la vida, la libertad o la propiedad no pueden ser objeto de
privación sin un proceso debido.

En la práctica, las mencionadas previsiones constitucionales junto con los preceptos


también constitucionales que las determinan, incluyen dos garantías distintas, según
se deduce de una inicial aproximación al tema:
"1°.- El DPL dispone lo que es conocido como "Due Process procesal", lo que
significa que ningún órgano jurisdiccional puede privar de la vida, libertad o
8
propiedad, a ningún sujeto de derecho, excepto a través de procesos ajustadas a la
United States Code. Así, una persona no podrá ser expropiada sin ser notificada de
ello y oídas sus alegaciones, ni puede ser privado nadie de su libertad sin un juicio
limpio ("Fair Trial").
2° La cláusula de DPL garantiza el "Due Process sustantivo", lo que significa
que la administración no puede limitar o privar arbitrariamente a los individuos de
ciertos Derechos Fundamentales, como aquellos contenidos en la United States
Code, sin disponer de un motivo que así lo justifique., se trata en definitiva de una
forma de autocontrol constitucional, de la dliscrecionalidad en la actuación de la
administración pública en general (v.gr. el Due Process sustantivo prohíbe a los
poderes públicos la aplicación de leyes restrictivas a la libertad de expresión,
excepto si pueden, los poderes públicos, demostrar que tales leyes son necesarias
por un apremiante — y por tanto superior - interés público).

La finalidad del DPL procesal lo constituye en esencia la garantía de un juicio limpio


para las partes en cualquier proceso y en especial para las partes en un proceso
penal, ya que la función jurisdiccional aplicada de acuerdo a sus características
minimiza el riesgo de resoluciones injustas. Ello no supone la obligación para todos los
estados de circunscribirse a un exclusivo tipo de procedimiento, ya que cualquiera
que respete su finalidad, especialmente que evite el ejercicio arbitrario del poder,
será perfectamente válido.

Varias de las garantías que constituyen los elementos irrenunciables del "Fair trial" y
por lo tanto manifestaciones propias del DPL procesal, están recogidas a modo de
catalogo en la Sexta Enmienda de la United States Code y son :
a.. Derecho a un proceso rápido ("Justice delayed is justice denied")
b.- Derecho a un proceso público
c.- Derecho a un proceso con jurado imparcial
d.- Derecho a juez natural
e.- Derecho a ser informado de la naturaleza y causa de la acusación formulada
f.- Derecho al careo con testigos
g.- Derecho a la asistencia letrada.

Podemos provisionalmente concluir que en los EEUU la garantía del juicio limpio no es
un concepto simple, sino una combinación de elementos que aseguran una
determinada forma de proceso en tomo a los valores equidad, imparcialidad,
independencia, igualdad, publicidad, racionalidad, certeza y universalidad,
estando todos ellos incluidos y presentes en la cláusula DPL que además incorpora
otros requisitos específicos contenidos en otras partes de la United States Code.

La extraordinaria trascendencia que tiene el debido proceso para la adecuada


protección de los derechos de la persona humana generó la incorporación de este
9
concepto como uno de los trascendentales derechos que posee en todos los
tratados de derechos humanos que sobre la materia se han celebrado a nivel
internacional a partir de la mitad del presente siglo.
Al efecto, podemos reseñar como los principales tratados internacionales de
derechos humanos en los cuales nuestro país es parte y que contemplan la
existencia del debido proceso corno una de las principales garantías - por no decir
la principal garantía- para los derechos de la persona humana, los siguientes:

Declaración Universal de Derechos Humanos :


-Artículo 8: Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los
tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o la ley.
- Artículo 10: Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad,
a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial,
para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella en materia penal.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos :


- Artículo 14.1: Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de
justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la
ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada
contra ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones de carácter civil.
La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por
consideraciones de orden moral, orden público o seguridad nacional en una
sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes
o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por
circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar los intereses de
la justicia ; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública,
excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en
las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.

Declaración Americana de los derechos y deberes del Hombre


- Artículo XVIII: Derecho de justicia. Toda persona puede concurrir a los
tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un
procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de la
autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales
consagrados constitucionalmente.
- Artículo XXVI: Derecho a proceso regular. Se presume que todo acusado es
inocente, hasta que se pruebe que es culpable.
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a ser oída en forma
imparcial y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de
10
acuerdo con leyes preexistentes y a que no se le imponga penas crueles, infamantes
o inusitadas.

Convención Americana de Derechos Humanos.


Artículo 8. Garantías judiciales.
1.- Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantía y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la substanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal, o de cualquier otro carácter.

B.- EL DEBIDO PROCESO EN NUESTRA CONSTITUCIÓN.


El artículo 19 N° 3 de la Constitución Política de 1980 establece "que toda sentencia
de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías
de un procedimiento y una investigación racionales y justos".
Encontramos aquí varios requisitos para la validez de la sentencia de cualquier
órgano que ejerza jurisdicción.
Aclaremos primero que se trata de un texto aplicable a cualquier autoridad,
expresión sinónima de órgano en la constitución, que ejerza jurisdicción, o sea, que
deba cumplir funciones o ejercer atribuciones que afecten derechos de las
personas.
Además, dejamos establecido que la expresión "sentencia" no se refiere
exclusivamente a la sentencia judicial, sino a cualquier resolución, ya vimos que de
cualquier autoridad, que ejerciendo sus atribuciones afecte derechos
constitucionales o legales.

Para que esa resolución de autoridad sea válida debe reunir los siguientes requisitos :

1) Que exista un proceso previo, legalmente tramitado. Luego, la


resolución es nula si no existe una tramitación anterior a ella, en que el afectado
haya sido oído en sus defensas y sus pruebas.
De acuerdo con ello, no sería legítimo que se ejerciera la función jurisdiccional para
la solución de cualquier conflicto si no emana ella de un proceso previo legalmente
tramitado.

2) El proceso debe desarrollarse para los efectos de permitir la dictación


de la sentencia dirigida a resolver el conflicto siempre a través de un procedimiento
racional y justo, correspondiendo al legislador su establecimiento.
Al efecto, se ha señalado que para la validez de la resolución de autoridad es
necesario que "la ley haya establecido un racional y justo procedimiento. Si la ley no
lo ha establecido, corresponde que la autoridad que va a aplicar una sanción o
11
que de alguna manera va a afectar derechos, antes de resolver cumpla con la
exigencia del "racional y justo procedimiento".
Si así no sucede, la sanción aplicada y el acto de autoridad son nulos (art. 7° de la
Constitución) y así debe declararlo la justicia ordinaria.

Las Garantías que deben contemplarse por el legislador para que la sentencia
emane de un proceso previo, desarrollado según un racional y justo procedimiento:

En primer lugar, debemos recordar que el Derecho Procesal, así como sus principales
instituciones como la acción, la jurisdicción y el proceso, conforman una unidad,
reconociendo la diversidad que pueden existir entre los procedimientos civiles y
penales para el desarrollo de un proceso en atención al conflicto que debe
resolverse mediante él.
En consecuencia, las garantías para que el procedimiento sea racional y justo y
permita el desarrollo del proceso destinado a la dictación de la sentencia destinada
a resolver el conflicto deberán ser comunes tanto para el proceso civil como para el
proceso penal.
Sin embargo, ello no obsta a que en atención a la diversa naturaleza del conflicto
que se debe resolver luego del desarrollo del proceso, se contemplen respecto del
procedimiento penal garantías adicionales tanto por parte del Constituyente como
del legislador, las que serán estudiadas en el ramo de Derecho Procesal Penal, más
aún cuando está en actual tramitación una reforma de nuestro procedimiento
penal.

Las garantías mínimas para que nos encontremos ante un procedimiento racional y
justo para el desarrollo de un debido proceso son las siguientes:

a. El derecho a que el proceso se desarrolle ante un juez independiente e


imparcial.
b. El derecho a un juez natural preconstituido por la ley.
c. El derecho de acción y de defensa.
d. El derecho a un defensor.
e. El derecho a un procedimiento que conduzca a una pronta resolución del
conflicto.
f. El derecho a un procedimiento que contemple la existencia de un
contradictorio.
g. El derecho a un procedimiento que permita a las partes la rendición de
prueba.
h. El derecho a un procedimiento que contemple una igualdad de
tratamiento de las partes dentro de él.
i. El derecho a un procedimiento que contemple la existencia de una
sentencia destinada a resolver el conflicto.
12
j. El derecho a un recurso que permita impugnar las sentencias que no
emanen de un debido proceso.

a.- EL DERECHO A QUE EL PROCESO SE DESARROLLE ANTE UN JUEZ


INDEPENDIENTE E IMPARCIAL.
En primer lugar, debemos dejar establecido que la independencia del juez dice
relación con los órganos legislativos y ejecutivos del Estado, base orgánica para el
ejercicio de la función jurisdiccional que se encuentra contemplada en el artículo 76
de la Carta Fundamental y a la cual ya nos hemos referido en cuanto a sus diversos
alcances.
En segundo lugar, a través de la imparcialidad o competencia subjetiva,
básicamente nos estamos refiriendo a la necesidad de que el juez no se encuentre
en una especial relación con una de las partes o con la materia del conflicto de
manera que sea de temer la existencia de influencias y perturbaciones respecto de
la objetividad y serenidad de juicio.
Para que nos encontremos ante un debido proceso de ley, que permita el
pronunciamiento de una sentencia para dar cumplimiento a la garantía de igual
protección de la ley en el ejercicio en los derechos contemplada en el art. 19 N° 3
de la Carta Fundamental, es menester como requisito sine qua non que el órgano
jurisdiccional encargado de ejercer esa función sea imparcial.
Es de la esencia del ejercicio de la jurisdicción, que el órgano encargado de ejercer
la función sea imparcial, puesto que éste se sitúa supra partes para los efectos de
imponerles la solución del conflicto.
De allí, que el juez que ejerce la jurisdicción debe ser impartial, es decir, debe ser
una persona distinta a las partes del conflicto , e imparcial, es decir, no debe poseer
ninguna vinculación con las partes que le motive un designio en favor o en contra
de alguna de las partes.

Por otra parte, es menester tener presente que en los tratados internacionales
suscritos por Chile sobre los derechos humanos se diferencia claramente la
independencia de la imparcialidad.

En caso que concurra una causa que le reste imparcialidad al juez para la solución
del conflicto se dice que éste no posee una competencia de carácter subjetiva.
Al efecto, el artículo 194 del C.O.T. establece que "los jueces pueden perder su
competencia para conocer determinados negocios por implicancia o recusación
declaradas, en caso necesario, en virtud de causas legales."
Nuestro legislador celoso de resguardar la efectiva imparcialidad de los jueces ha
establecido una serie de casos que pueden generan o pueden generar la
inhabilidad de un juez para los efectos de conocer un determinado proceso, no
obstante poseer por el tribunal del cual forma parte competencia objetiva en virtud
de las reglas de la competencia absoluta y relativa.
13
Los medios a través de los cuales se pueden hacer valer las inhabilidades de un juez
por carecer de la imparcialidad necesaria para conocer de un determinado
proceso son las implicancias y recusaciones.

b.- EL DERECHO A UN JUEZ NATURAL PRECONSTITUIDO POR LA LEY.


Para que nos encontremos ante un debido proceso, no basta con que el juez sea
independiente e imparcial, sino que además es menester que el tribunal se
encuentre predeterminado por la ley y no nos encontremos en presencia de un
tribunal que sea designado especialmente para la solución de un determinado
conflicto.
Este principio se encuentra contemplado en el inciso 4° del N° 3 del art. 19 de
nuestra Carta Fundamental al señalarnos que "nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales, sino por un tribunal que señalare la ley y que se hallare
establecido con anterioridad a la perpetración del hecho."
"La disposición guarda perfecta concordancia con el artículo 73 (hoy 76) que al
definir la jurisdicción reitera el principio de la legalidad del tribunal, y además, con el
artículo 74 (hoy 77), que establece que una ley orgánica constitucional determinará
la organización y atribuciones de los tribunales que “fueren necesarios para la
pronta y cumplida administración de justicia"
La repulsa por las "comisiones especiales " ya se manifestaba en la Constitución de
1822: "todos serán juzgados en causas civiles y criminales por sus jueces naturales y
nunca por comisiones particulares"

Debemos destacar que el inciso 40 que analizarnos es el único correspondiente al


numeral 3° del artículo 19 que se encuentra tutelado por el recurso de protección.

c.- EL DERECHO DE ACCIÓN Y DE DEFENSA.


Al efecto, nuestra Carta Fundamental establece en su artículo 19 N° 3 inciso primero
que "La Constitución asegura a todas las personas: 3° La igual protección de la ley
en el ejercicio de sus derechos.
Como es natural, no basta con que la ley establezca derechos si ello no va
acompañado de las medidas de protección adecuadas para asegurar que tales
derechos se respeten. Pero hay más, cualquiera que recurra a la justicia a de ser
atendido por los tribunales con arreglo a unas mismas leyes y con sujeción a un
procedimiento común, igual y fijo.
La igualdad ante la justicia supone no solamente un trato igualitario a todas las
personas comprometidas o sometidas a un mismo proceso o juicio, sino también el
derecho de quienes son juzgados en un juicio determinado a recibir el mismo trato
que en otros juicios o procesos han recibido otras personas que estaban en su misma
situación.

14
d.- EL DERECHO A UN DEFENSOR
Al efecto, nuestra Carta Fundamental establece en su artículo 19 N° 3 incisos
segundo que "toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley
señale y ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la
debida intervención del letrado si hubiere sido requerida. Tratándose de los
integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública, este derecho se
regirá en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas
pertinentes de sus respectivos estatutos. La ley arbitrará los medios para otorgar
asesoramiento y defensa jurídica a quienes no puedan procurárselos por sí mismos."

Don Sergio Diez puntualizó que el concepto de "defensa" implica asumir patrocinio y
representación del defendido. El "asesoramiento"o "asistencia" se puede traducir
como consejo, recomendación o informe que se entrega a una persona. (Sesión 103
Pág. 5.)

Sabido es que sin el auxilio del letrado (abogado) todas las garantías de un proceso
justo pueden quedar malogradas. De ahí que, junto con elevarse a rango
constitucional el derecho que tiene toda persona para contar con asistencia
letrada, se asegura a los abogados plena libertad para el desempeño de sus tareas.
La intervención del letrado debe admitirse no sólo ante los tribunales ordinarios de
justicia, sino en cualquier órgano jurisdiccional o ante cualquier autoridad.

e.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONDUZCA A UNA PRONTA


RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO.
El artículo 77 de la Carta Fundamental establece que "una ley orgánica
constitucional determinará la organización y atribuciones de los tribunales que
fueren necesarios para la pronta y cumplida administración de justicia en todo el
territorio de la República."
El tiempo tiene también una especial consideración en relación con el proceso, así
la sexta enmienda de United States Code garantiza el derecho a un juicio rápido
(Speed Trial), de tal manera que un retraso injustificado, imputable a los Tribunales y
que cause perjuicio al acusado supondrá una violación del Due Procees of Law.-
El derecho a un proceso rápido es esencial para la existencia de un debido proceso
de ley, puesto que se ha entendido que la consagración de un procedimiento que
contemple plazos más allá de los necesarios para la resolución del conflicto,
importaría en definitiva una denegación de la justicia .
De acuerdo con lo anterior, y teniendo que el proceso debe conducir como señala
nuestra Constitución a una pronta y cumplida administración de justicia en todo el
territorio de la República, si se estableciera un procedimiento que contemplara
plazos y trámites innecesarios para la resolución del conflicto, dilatando
innecesariamente su solución en el proceso, el referido procedimiento no sería
racional y por ello tendría un carácter inconstitucional.
15
f.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE LA EXISTENCIA DE UN
CONTRADICTORIO.
Esta garantía se manifiesta como la "del día ante el tribunal" en el derecho
anglosajón.
Para que se verifique la existencia del contradictorio respecto del demandado, y
este tenga un efectivo derecho de defensa, es menester que se cumplan respecto
de éste los siguientes requisitos:
i) Que se le notifique de la existencia de una acción en su contra, de manera
de poder ejercer su defensa respecto de ella, en otras palabras, que se le dé un
conocimiento real o presunto de la existencia de existir un proceso en su contra;
ii) Que la noticia que se le de del proceso existente en su contra sea tal que le
permita conocer de la pretensión hecha valer en el proceso, para que pueda
formular su defensa;
iii) Que se contemple la existencia de un plazo razonable para que el
demandado pueda hacer efectivo su desea su derecho de defensa respecto de la
pretensión hecha valer en su contra.
Sin embargo, debemos tener presente que la garantía general del contradictorio
debe ser respetada no sólo al inicio del procedimiento, sino que durante todo su
curso y respecto de todos quienes son partes en el mismo.

g.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE PERMITA A LAS PARTES LA


RENDICIÓN DE PRUEBA.
En esta materia, es menester tener presente que nada se sacaría con la
consagración de un contradictorio en lo que dice relación con la defensa, si no se
otorga a las partes la posibilidad de rendir prueba dentro del proceso para los
efectos de acreditar los fundamentos fácticos de ellas.
De acuerdo con ello, se ha estimado que el debido proceso de ley contempla
respecto de las partes "un derecho garantizado a la prueba, derecho que debería
asegurar a ellas la posibilidad de valerse de los medios de prueba generalmente
reconocidos por el ordenamiento y, al mismo tiempo, impedir al legislador poner
obstáculos no razonables de los derechos hechos valer en juicio".
Sin embargo, es menester tener presente que este derecho no es absoluto como
para permitir rendir de pruebas que hayan sido ilícitamente obtenidas, las cuales no
deberían ser consideradas en el proceso.
Un ejemplo de la inadmisibilidad de estas pruebas ilícitamente obtenidas nos la da
en nuestro derecho el inciso penúltimo del artículo 276 del Código Procesal Penal
que "el juez excluirá las pruebas que provinieren de actuaciones o diligencias que
hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con
inobservancia de garantías fundamentales."
El mismo principio de exclusión de pruebas obtenidas con inobservancia de
garantías fundamentales se contempla expresamente en los artículos 31 de la Ley
que crea los Tribunales de familia.
16
h.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE UNA IGUALDAD DE
TRATAMIENTO DE LAS PARTES DENTRO DE ÉL.
En tanto sea posible dentro de las necesidades técnicas del debate, la ley procesal
primero, y el juez luego, deben propender a que el actor y el demandado actúen
en el proceso en un plano de igualdad. En la etapa de conocimiento esa igualdad
debe consistir en dar a ambos contendientes análogas posibilidades de expresión y
de prueba. En la etapa de ejecución, en admitir dentro de términos más reducidos,
los medios de defensa necesarios para evitar la ruinosa realización de los bienes del
deudor.
Finalmente, se ha estimado que el principio de igualdad en el debate, tiene un
aspecto que, dentro del sistema constitucional, ha adquirido extraordinario
significado: el problema de la igualdad económica ante el litigio. ¿De qué vale una
declaración afirmando la igualdad ante el derecho, si la tal igualdad no existe ante
los hechos? Qué mayor ironía que la de proclamar a todos iguales, si el costo de la
justicia es, por sí mismo, un instrumento de desigualdad.
En consecuencia, es menester para que exista una real igualdad que la parte de
escasos recursos cuente con una asesoría jurídica según ya hemos visto; que el
ejercicio de facultades del proceso no se vea entorpecido por tener que asumir
cargas económicas para ejercer sus derechos procesales antes de la dictación de
una sentencia, lo que se ha tratado de obtener con la eliminación de
consignaciones para deducir los recursos como criterio general y respecto de todos
ellos; y finalmente que la escasez relativa de recursos respecto de determinados
procesos no conduzca a la imposibilidad de rendición de prueba, lo que se
pretende remediar con la concesión del beneficio de privilegio de pobreza, ya sea
legal o judicial.

i.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE LA EXISTENCIA DE UNA


SENTENCIA DESTINADA A RESOLVER EL CONFLICTO.
El proceso tiene una finalidad, que no es otra que la solución del conflicto, por lo
que necesariamente éste debe contemplar la existencia al termino de su
tramitación de la dictación de una sentencia que tenga por objeto dar una solución
al litigio, la que tendrá un carácter inmutable una vez que ella haya pasado en
autoridad de cosa juzgada.
La necesidad de que el proceso termine por la existencia de una sentencia nos lo
revela el propio precepto de la Carta Fundamental que contempla el principio del
debido proceso, al señalarnos que toda sentencia de un órgano que ejerce
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo, legalmente tramitado.-
Por otra parte, el artículo 76 inciso primero de la Carta Fundamental nos señala que
los procesos deben en algún momento pasar a adquirir el carácter de fenecidos, lo
que ocurrirá una vez que hayan precluído los medios de impugnación en contra de
la sentencia dando lugar a la cosa juzgada.
17
Finalmente, pensamos que el debido proceso que contempla nuestra Carta
Fundamental exige como regla general que la sentencia que pronuncian los
órganos jurisdiccionales sea fundada, puesto que ellos necesariamente deben existir,
no obstante que ni el Presidente de la República ni el Congreso Nacional se
encuentran facultados en caso alguno para "revisar los fundamentos o contenido
de sus resoluciones"(artículo 76 inciso primero de la Carta Fundamental).

j) EL DERECHO A UN RECURSO QUE PERMITA IMPUGNAR LAS SENTENCIAS QUE


NO EMANEN DE UN DEBIDO PROCESO.
Finalmente, consideramos que al establecerse la ineludible exigencia para el
legislador de establecer un racional y justo procedimiento, es menester que se
contemple la existencia del recurso de casación para los efectos de impugnar la
sentencia que se dicte con omisión dentro del procedimiento de los tramites y
requisitos necesarios para que nos encontremos ante un procedimiento que dé
cumplimiento a esas principios.
Si no se contemplará la existencia del recurso de casación para impugnar una
sentencia viciada dentro del procedimiento, nos encontraríamos que todos los
principios que resguardan la existencia de un debido proceso carecerían del
instrumento necesario para velar por su efectivo resguardo y existencia.

Finalmente, cabe señalar que para la existencia de un debido proceso penal es


menester que además se dé cumplimiento a una serie de otros principios específicos
que, atención a la especial naturaleza de la pretensión deducida en éste y las
medidas cautelares personales que afectan el preciado bien de la libertad, se han
establecido tanto en los tratados internacionales como en las Constituciones de los
diversos países.

III.- CLASIFICACION DEL PROCESO.

La circunstancia de intentar esta clasificación no contradice en modo alguno la


doctrina de la unidad del proceso. Por lo demás, esta clasificación es más bien de
los "procedimientos" y no del proceso, refiriéndose, por tanto, a una agrupación de
las normas que regulan el desenvolvimiento del proceso.
Veamos ahora las principales clasificaciones sobre las bases recién señaladas:

I. -CIVILES
Debemos recordar que la expresión civil se refiere - como en otras materias - a todo
lo que no es penal o criminal. Se entiende, por lo tanto, como procedimiento civil, el
propiamente tal y, el comercial, el de minas, trabajo, etc.
Dentro de los civiles existen dos grandes categorías:
a) De cognición o conocimiento
b) De ejecución.

18
a) El de cognición: Podemos distinguir a su vez, como especies de él, los
procedimientos ordinarios, especiales, sumarios y cautelares; y a su vez dentro de los
ordinarios fundamentalmente pueden distinguirse entre:
I. Meramente declarativos.
2. Constitutivos, y
3. De condena.

b) De ejecución: También en ellos puede distinguirse entre ordinarios,


especiales, incidentales y supletorios.

II. PENALES
Existen dos órdenes básicos: público y privado.
En Chile se denominan procedimientos por delitos de acción penal pública y
procedimiento de acción penal privada.
Los delitos de acción penal privada son aquellos cuya sanción no puede obtenerse
sin que el ofendido o las personas señaladas por la ley requieran la intervención de
la justicia, comenzando siempre la actuación jurisdiccional respecto de estos delitos
por querella.
Los delitos de acción penal pública son aquellos en que la violación de la ley
interesa a toda la comunidad y en que no es necesario el requerimiento del
afectado para que se inicie y continúe. Más aún, si el afectado no requiere que
continúe o comience, puede iniciarse por otros medios.
Aparte de los delitos de acción privada y pública, en Chile existe una tercera
categoría: los delitos de acción penal mixta, los que en su naturaleza presentan
particularidades de los delitos de acción penal privada y de acción penal pública.
En los delitos de acción penal mixta el procedimiento nace por requerimiento de la
parte que la ley establece, a lo menos a través de una denuncia, con lo cual se
asemeja a los de acción penal privada; pero una vez que se efectúa tal
requerimiento, se considera como un delito de acción pública para su tramitación
posterior.

CLASIFICACION DE LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES.


Desarrollaremos ahora la clasificación civil a que antes nos referimos.
La clasificación del proceso en procesos de conocimiento o declarativos genéricos
y de ejecución responde a las distintas funciones del proceso.
Los procesos de cognición, sean meramente declarativos, constitutivos o de
condena tienen como finalidad la declaración de un derecho, la constitución de
una relación jurídica o la declaración de la responsabilidad a ejecutar una
prestación.
En todos ellos el juez regula un conflicto de singular de intereses, y determina quien
tiene el derecho, es decir, el juez es quien ius dicit.
Son procesos de juzgamiento o conocimiento o declarativos genéricos.
19
Cuando no se trate de una pretensión discutida que implique la necesidad de
declarar quien tiene la razón, sino de una pretensión cuya existencia aparece clara
y determinada en el título que se aduce, pero que no está satisfecha porque el
obligado no ha cumplido una obligación correlativa, estemos en presencia del
proceso ejecutivo.

1.- COGNICIÓN
Los procesos de cognición o declarativos genéricos están destinados a establecer
fundamentalmente la aplicabilidad de una o varias normas jurídicas a un hecho o
hechos que han acontecido. Dentro de este grupo podemos subdistinguir:
a) De declaración de mera certeza.
b) Constitutivo.
c) De condena.

a.-Procedimiento de declaración de mera certeza.


El procedimiento meramente declarativo o de declaración de certeza son aquellos
que tienden a eliminar un estado de incertidumbre a través de un pronunciamiento
que resuelva acerca de la existencia, alcance y modalidad de una relación jurídica
o de un derecho, o sea que se limita a reconocer una situación jurídica existente, sin
que se imponga al demandado ninguna condena ni se le solicite la modificación de
una situación determinada
Su objetivo es establecer que una norma jurídica determinada es aplicable o
inaplicable a un caso concreto persiguiéndose que no haya incertidumbre a su
respecto.
Si el proceso, es de esta clase el tribunal no crea en su sentencia una relación
jurídica nueva.
Esta es preexistente, pero se discute en su alcance por una parte; y la otra, incluso,
discute su existencia.
El tribunal al fallar establecerá la certidumbre de esta relación.

Al respecto se nos ha explicado que "cuando el interesado solicita al juez que


declare la existencia o inexistencia de un derecho o relación jurídica, sin que se trate
de imponer al demandado ninguna responsabilidad, ni de alegar incumplimiento,
nos hallamos en presencia de un proceso declarativo puro, que busca la certeza
jurídica del derecho o la relación jurídica.
"La sentencia de fondo procede: a) cuando se pide la declaración de una
pretensión, cuya existencia discute el supuesto sujeto pasivo demandado en el
proceso, sin pedir condena alguna contra éste y sólo para producir la certidumbre
jurídica; b) cuando aún sin discutirse actualmente una pretensión y no habiéndose,
por lo mismo, manifestado el litigio, exista su posibilidad en el futuro, en razón de
hechos o situaciones objetivas concretas; c) cuando existe interés jurídico en la

20
declaración de un estado civil, y se requiera su certidumbre jurídica mediante la
sentencia.
"Para que proceda hacer en la sentencia la declaración solicitada, debe existir un
interés jurídico actual en el demandante, en que ella se haga y que ese interés
jurídico esté relacionado con algún hecho o acto que pueda originario y no con la
sola apreciación subjetiva del demandante.
"Muy distinto es el caso de lo que podría llamarse demanda interrogativa, que se
formula con el objeto de obligar al demandado a que explique 'qué consecuencia
se propone sacar de tal o cual facultad que le pertenece, o qué pretensiones tiene
en relación con un derecho o título que no se le discute. Esta clase de demandas no
son procedentes.
La sentencia dictada en un proceso declarativo produce cosa juzgada, pero dado
que en ella no se contiene la condena a prestación alguna respecto del
demandado no requiere, al igual que respecto de las dictadas en los procesos
constitutivos, del ejercicio de la acción de cosa juzgada para exigir su cumplimiento,
puesto que ellas satisfacen al actor con su sola dictación.

b.- Procedimiento Constitutivo,


El procedimiento constitutivo es aquel que procura una sentencia que además de
declarar un derecho, produzca la génesis de un nuevo estado jurídico, al innovar
sobre el preexistente, o sea no se limitan a la mera declaración sino que crean,
modifican o extinguen un estado jurídico.
El tribunal en el procedimiento constitutivo cumple dos misiones que lo caracterizan:
1.- Cumple una misión propia del ejercicio de la jurisdicción: jurisdicere;
2.- La sentencia constitutiva establece la modificación de una situación
existente y en consecuencia hace nacer, "constituye" una nueva situación jurídica
en reemplazo de la anterior.
Por ejemplo, sentencia que declara el divorcio. La declaración del divorcio produce
la nueva situación. Otros casos serían las sentencias que declaran estados jurídicos
nuevos, especialmente, estados civiles, como los de hijos matrimoniales o
extramatrimoniales; la separación de bienes, etc.
Las sentencias constitutivas, al igual que las meramente declarativas, no son
susceptibles de ejecución ni la necesitan, puesto que lo perseguido por el actor se
satisface con la sola dictación de la sentencia.

c.- Procedimiento de Condena.


El procedimiento de condena es aquel que el actor procura la dictación de una
sentencia en la que además de declarar un derecho, se imponga al demandado el
cumplimiento de una prestación de dar, hacer o no hacer.
El procedimiento de condena tiene lugar cuando una parte pretende frente a la
otra que esta reconozca la existencia de un derecho de la primera, quede obligada

21
por él y lo satisfaga, o que quede sujeta a las consecuencias del incumplimiento de
una obligación suya y se le imponga la consecuente responsabilidad.
Es decir, cuando se persigue que se imponga al demandado una condena
cualquiera . Por ejemplo: se pide que se declare un hecho ilícito o una obligación y
la responsabilidad del demandado.
La condena del demandado va ligada, por lo tanto, a la declaración de que el
derecho del demandante existe como base de aquella.
La conexión que existe entre la sentencia de condena y la de ejecución radica en
que aquélla declara la sanción a que el obligado debe ser sometido o impone la
prestación que debe cumplir, con lo cual prepara el proceso ejecutivo, pues la
ejecución es la aplicación de la responsabilidad y ésta, a su vez, viene declarada
precisamente en la condena.
La sentencia de condena tiene una peculiaridad fundamental: es siempre
preparatoria: no permite por sí sola la satisfacción del derecho, como ocurre en los
dos procedimientos anteriores. El procedimiento de condena siempre desemboca
en una ejecución posterior para los efectos de obtener la satisfacción de la
pretensión.

2. DE EJECUCIÓN
Es aquel que tiene por objeto satisfacer, para la parte que ha obtenido en el juicio
declarativo de condena o que es titular de un derecho que permite aplicarlo por
constar en un título ejecutivo, la plena satisfacción de lo establecido en la sentencia
de condena o en la fuente de la obligación que ha sido infringida.
El procedimiento ejecutivo es subsidiario del de condena. Nace para llevar a cabo
la sentencia condenatoria que ha establecido alguna prestación. Su objetivo o
propósito es que a través de la acción de cosa juzgada se cumpla íntegramente la
sentencia condenatoria.
Además, se aplica directamente el procedimiento ejecutivo cuando la parte tiene
un derecho que consta en un título ejecutivo; y en tal caso, no opera en forma
subsidiaria de un procedimiento de condena, sino que en forma directa.
Los procedimientos ejecutivos se han clasificado de acuerdo al objetivo perseguido
en :
a.- Procedimientos ejecutivos de dación (o de obligación de dar)
Son aquellos en los cuales el actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte
del ejecutado que se entregue un objeto determinado de éste en pago de la
obligación, que será una suma de dinero en las obligaciones de género o de una
especie o cuerpo cierto que no se encuentra en poder del deudor, o del bien
específico que se adeuda en caso de tratarse de una especie o cuerpo cierto que
se encuentra en poder del deudor: y

22
B.-Procedimientos ejecutivos de transformación (o de obligación de hacer o
no hacer)
Son aquellos en los cuales el actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte
del ejecutado que se ejecute una obra o se deshaga lo hecho indebidamente a su
costa.

Los procesos de cognición se clasifican también, ya dijimos, en ordinarios,


especiales, sumarios y cautelares.

Ordinario: Es aquel que debe aplicarse siempre al desenvolvimiento de un


conflicto, salvo que exista disposición expresa en contrario (artículo 20 del C.P.C.).

Especial: Es aquél que sólo se aplica a los asuntos para los que ha sido
expresamente previsto (art. 2° C.P C.).
Primero, entonces, debe analizarse si acaso la ley ha asignado un
procedimiento especial y si no se así se aplica el procedimiento ordinario.

Sumario: Son los que tienen características comunes con los procedimiento
ordinarios y especiales, pero que tienen vida autónoma y propia separados de ellos.
Su aplicación se produce normalmente, en general, en aquellos casos en que la
acción deducida requiere de una tramitación rápida para ser eficaz.
Los sumarios participan de características del ordinario ya que pueden ser
declarativos, de mera certeza o constitutivos. Además, participan de las
características de los especiales, pues su tramitación es concentrada.
Según el artículo 680 del Código de Procedimiento Civil, el llamado juicio sumario
tiene una aplicación especial en todos aquellos casos en que la ley lo hace
aplicable especialmente y que se encuentran enumerados en dicho precepto y,
además tiene una aplicación general, como antes se expresó en todos los casos en
que la acción (pretensión) deducida, requiera por su naturaleza, de una tramitación
rápida para que la acción sea eficaz como se indica en el inciso primero de ese
precepto.

Cautelares: El demandante tiene la facultad de impetrar medidas que


aseguren el cumplimiento de la sentencia que eventualmente le será favorable.
En Chile las llamadas en doctrina providencias o medidas cautelares son las
medidas precautorias.
Se ha disentido si existe o no un proceso (procedimiento) autónomo de carácter
cautelar. Carnelutti dice que el proceso cautelar constituye un proceso separado.
Pero los autores en su mayoría son contrarios a la tesis de Carnelutti. Por razones
obvias, lo que caracteriza un proceso es su vigencia por si solo. No hay autonomía
en la providencia cautelar, pues el fin de éstas está subordinado completamente al
proceso (procedimiento) propiamente tal. Esto parece claro en la legislación
23
chilena: las medidas precautorias son accesorias al juicio principal y se tramitan
como incidentes.

Clasificación del proceso de ejecución.


En el de ejecución podemos subdistinguir cuatro categorías:
Ordinarios: que equivalen, en Chile, al juicio ejecutivo de mayor y mínima
cuantía (arts. 434 y siguientes y 729 y siguientes C.P.C.).
Especiales: Entre otros pueden citarse en Chile los relacionados con las
prendas (especial, industrial, agraria) y otros que establecidos en el propio
Código de Procedimiento Civil, como el cumplimiento de la sentencia en
juicio de hacienda (mediante decreto supremo).
Incidental: Se sigue ante el mismo tribunal que dictó la sentencia en. única o
primera instancia siempre que su aplicación se solicite dentro de 1 año
contado desde que la prestación contenida en el fallo se hizo exigible (arts.
231 y sgtes. del C.P.C.).
Supletorios: Reciben aplicación en los casos que no hay medios compulsivos,
establecidos por la ley para cumplir la sentencia quedando entregados al
criterio del tribunal, consistiendo principalmente en multas y arrestos (art. 238
C.P.C.).

IV.- NATURALEZA JURIDICA DEL PROCESO.


Determinar la naturaleza jurídica del proceso consiste en establecer si el proceso
puede ser explicado a través de alguna de las figuras jurídicas conocidas por el
Derecho o si por el contrario, constituye una categoría especial de éste.
La determinación de la naturaleza jurídica del proceso reviste importancia porque
con ello se precisa la legislación que debe aplicarse.
De acuerdo con la evolución histórica acerca de la naturaleza jurídica del proceso,
se han sostenido las siguientes teorías:
1. Contrato: Contratactualista.
2. Cuasicontrato: Cuasicontractualista (cuasicontrato de "litis contestatio")
3. Relación jurídica: Relación jurídica procesal (VonBulow, Chiovenda, Kohler,
Hellwig, Wach,etc)
4. Situación Jurídica: Goldschmidt.
5. Relación Jurídica compleja: Carnelutti. Aplicable casi enteramente al proceso
civil, pero trasladadas al penal con algunas características diferenciadoras,
sobre todo en los procesco penales de acción pública.
6. Proceso Institución: Jaime Guasp.

1. TEORÍA DEL CONTRATO.- (Pothier, Aubry y Rau, Demolombe)


A) Esta teoría aplica la figura privatística del contrato para explicar la
naturaleza jurídica del proceso. Esta teoría supone la existencia de un contrato entre

24
el demandante y el demandado, en el cual determinan el conflicto, lo que limita el
poder del juez para su resolución.
Para esta teoría arranca del derecho romano y específicamente del contrato de litis
contestatio, la que supone en forma expresa o implícita un acuerdo de voluntades.
Al comienzo, el proceso se desenvuelve como una deliberación más que como un
debate. Las partes exponen su derecho ante el pretor, hablando libremente tanto
entre sí como con el magistrado. De estas circunstancias y del carácter de la
formula, se infiere que durante esta primera etapa del derecho romano, no puede
existir litis contestatio si las partes de común acuerdo no lo quieren. Más que un
juicio, este fenómeno debe considerarse como un arbitraje ante el pretor.

B) La doctrina francesa de los siglos XVIII y XIX continuo considerando que el


juicio suponía la existencia de una convención entre las partes, en la cual ambos
litigantes se hallaban de acuerdo en aceptar la decisión de su conflicto por el juez.
De acuerdo con ello, se afirmó que el efecto entre las partes de la cosa juzgada no
era otra cosa que la consecuencia lógica del principio que las convenciones sólo
afectan a los contratantes, y que la fuente de la cosa juzgada es la convención,
esto es, el acuerdo entre las partes llamado contrato judicial, por el cual ambos
litigantes aceptan someter a la decisión del juez el litigio que los divide.

C) Esta explicación responde a la idea filosófica de Rosseau del contrato


social, en cuanto la sujeción de la voluntad individual a la autoridad dentro del
proceso deriva de un contrato entre las partes.

D) Esta teoría tuvo el mérito de ser el primer intento de sistematización


respecto de la naturaleza jurídica del proceso, pero ella ha perdido toda vigencia a
la fecha.

E) De lo expuesto aparece que esta teoría no explica el proceso en sí, sino


alude a la institución que lo origina.
En el derecho moderno sabemos que la obligatoriedad de la sentencia emana de
la ley, de modo que carece de sentido justificar el imperio o vinculación del fallo
desde un punto de vista privado. Sólo subvirtiendo la realidad de las cosas se puede
ver en el proceso un acuerdo de voluntades en que conmina al adversario, aún
contra sus deseos, a contestar o defenderse.
El proceso romano era arbitral y no jurisdiccional y de ahí la limitación del juez en la
resolución del conflicto, lo que no se justifica en un proceso en que el juez
desempeña una función pública.
Por otra parte, a través de la teoría del contrato resulta imposible explicar los
procesos en rebeldía, en los cuales no se puede llegar a configurar una convención
judicial para la generación de un proceso, por faltar la existencia de una de las
partes de éste.
25
2.- TEORÍA DEL CUASICONTRATO (DE GUÉNYVEAU)
A) Dejada la figura del contrato para explicar la naturaleza jurídica del
proceso, se procedió ―por descarte‖ a encuadrar la figura del proceso en una de las
fuentes de las obligaciones.

B) Esta teoría emana de la constatación de la ausencia de una voluntad


enteramente libre del demandado para la generación del proceso, por lo que
descarta al contrato como instituto para explicar la naturaleza jurídica del proceso.
Asimismo, usando el método de descarte se excluye al delito y cuasidelito
civil, ya que el proceso no se origina en un hecho ilícito.
Acontecido ello, sólo resta explicar el proceso por la fuente cuasicontrato.

C) La existencia de una voluntad coaccionada explicaría al proceso como


un cuasicontrato judicial, entendido como un hecho voluntario, lícito y que genera
obligaciones.
Existe un hecho voluntario y licito del demandante al acudir a los tribunales para la
solución del conflicto, y también de parte del demandado, quien en forma
voluntaria concurre a defenderse en éste.
Sin embargo, esta teoría del cuasicontrato tampoco nos puede explicar la
existencia de los procesos en rebeldía, puesto que el demandado, que se encuentra
en la situación de rebelde, no efectúa ningún acto voluntario destinado a
manifestar su voluntad de aceptar los resultados del proceso que se sigue en su
contra.

D) Esta teoría también pretende explicar el origen del proceso y no el proceso


mismo. La cuestión se centra en explicar, desde un punto de vista civil y por la vía de
descarte de las diversas fuentes de las obligaciones.

E) Esta teoría imperó en España y en América, y por consiguientemente en


Chile hasta la década del 1950. Hasta esa fecha, es posible de examen de nuestra
Jurisprudencia encontrar diversos fallos en los cuales se hace referencia a la
explicación del proceso como un cuasicontrato de litis contestatio, teoría que se
puede reconocer también en los antecedentes legislativos, y específicamente en el
art. 19 del proyecto de Vargas Fontecilla del Código de Procedimiento Civil.

F) En este método de descarte, lamentablemente, no se tuvo en cuenta que


en el propio Código de Napoleón las fuentes de las obligaciones no eran cuatro sino
que cinco, omitiendo considerar la ley para los efectos de determinar la naturaleza
jurídica del proceso. De acuerdo con ello, se señaló que el proceso es una relación
jurídica específica regida por la ley.

26
3.- EL PROCESO COMO RELACIÓN JURÍDICA (BULOW, 'MOLER, WACH, HELLWIG, STEIN)
A) Esta teoría fue enunciada por el insigne procesalista alemán Oscar von
Bullow, profesor de la universidad de Giessen en el año 1868 en su obra "La teoría de
las excepciones y presupuestos procesales", de quienes la tomaron los autores de
más prestigio en Italia, formados en las enseñanzas de los maestros alemanes, y
especialmente por Giuseppe Chiovenda, discípulo de Adolfo Wach.

B) Por relación jurídica debe entenderse toda vinculación intersubjetiva


regulada por la voluntad de la ley.
Una especie de esta relación jurídica es la relación jurídica procesal, que es el
vínculo o ligamen regulado por la ley que une a los sujetos del proceso, generando
poderes y deberes en relación con los actos procesales.
De acuerdo con ello, se ha definido la relación jurídica procesal como "el vínculo
jurídico, creado a petición de parte, en razón de la actuación del Estado a través
de sus órganos jurisdiccionales que impone a todos sus intervinientes una forma de
actuar regulada, según la naturaleza del asunto, para la obtención de la solución
del conflicto a través de una sentencia que produzca cosa juzgada. (Mario
Mosquera R).

C) Entre los sujetos del proceso (actor, demandado y juez) se crean vínculos o
ligámenes, que los unen entre sí, constituidos por poderes y deberes que pueden
ejercerse en los diversos actos procesales previstos en la ley.

D) La relación jurídica crea derechos y obligaciones recíprocas, como la


obligación del juez de proveer y sentenciar, y de las partes de comparecer, ejercer
sus facultades y de acatar las resoluciones del Tribunal.-

E) En cuanto a la forma y los sujetos entre los cuales se generaría la


vinculación subjetiva del proceso se han formulado diversas teorías:

E.1.- KOHLER
Sostiene que la relación jurídica procesal se concibe como vínculos
recíprocos entre demandante y demandado a modo de dos líneas paralelas,
excluyendo al juez como sujeto de dicha relación.

E.2.1:1ELLWIG
Afirma que la relación jurídica procesal no puede admitirse sin involucrar al
juez ante quien las partes formulan sus peticiones y quien, a su turno, dicta
resoluciones que impulsan la actividad procesal. Al mismo tiempo observa que la
relación no se da directamente ente las partes sino a través del juez, por su
intermedio a modo de ángulos.

27
E.3.WACH
Esta tercera posición considera la relación en forma triangular, en la cual no
se dan sólo relaciones de partes a juez y de juez a partes, sino que también de las
partes entre sí, las que vienen a cerrar el triángulo.

F) Esta relación jurídica procesal se caracteriza por una relación jurídica de


Derecho Público, autónoma, unitaria, compleja, dinámica, formal, y heterogénea.

G) Es una relación de Derecho Público, puesto que está destinada a regular


el ejercicio de la función pública que debe ejercer-el juez, como lo es la jurisdicción,
destinada a mantener la paz social y a solucionar los conflictos que se presentan
entre los miembros de ella

H) Es autónoma del derecho substancial, por cuanto existe


independientemente de la relación jurídica material, observando un contenido e
intervinientes diversos de aquella.

I) Es unitaria, en el sentido de que las relaciones recíprocas que se traban


entre los sujetos en forma bilateral se enlazan y coordinan en función de un fin
común. El proceso se presenta como una unidad, porque a pesar de que las
relaciones jurídicas que en él se producen son varias, todas ellas están orientadas a
la consecución de un mismo fin, como institución teológica que es el proceso: la
solución del conflicto o litigio.

J) Es compleja en la medida que comprende un conjunto de derechos y


obligaciones de los sujetos del proceso. La complejidad del proceso es la resultante
de la multiplicidad de derechos y obligaciones que la constituyen, sin perjuicio de
estar todos ellos vinculados a una finalidad común, los que le otorgan un carácter
unitario y no de diversidad.

K) Es dinámica, en cuanto todos los hechos, actos y negocios procesales


inherentes a la relación jurídica procesal presentan idéntico carácter (son públicos);
se verifican en forma continuada y constante, moviéndose progresivamente a un fin.
La relación jurídica procesal se desarrolla, se desenvuelve, y se extiende en forma
sucesiva en el tiempo cubriendo diversas etapas y fases. Se trata de una relación en
movimiento hacia una meta precisa: la decisión jurisdiccional, y opera, por ende,
con eficacia de cosa juzgada, permitiendo la resolución del litigio.
Esta relación es dinámica y continua por cuanto debe encontrarse en movimiento y
atravesar distintas etapas que lo conforman (instancias, recursos, ejecución).
Durante su desenvolvimiento la relación jurídica procesal supone un estado de
incertidumbre para las partes, que da su tónica al proceso: durante el proceso no se
sabe quien tiene la razón. Solamente la sentencia final, resolviendo la cuestión
28
controvertida, pone término a dicha incertidumbre. De ahí deriva la necesidad de
dar a las partes los medios para hacer valer sus razones y los fundamentos de los
derechos y obligaciones que eventualmente, pudieren corresponderles o a que
pudieren estar sujetas.
La relación jurídica no supone la necesaria comparecencia o intervención del
demandado, ya que éste es parte con o sin su voluntad o concurso. Es el
emplazamiento válido el instante que marca su vinculación necesaria a la relación
procesal.
Desde el punto de vista de su existencia depende de la voluntad manifestada en
forma legal por el actor, y presupuestada por la ley.
Desde el punto de vista de su desarrollo depende en el juicio civil también del
impulso indispensable del actor, si bien puede éste sustituido por el demandado
ante la inacción de aquel. De modo que si bien para su nacimiento depende de la
voluntad del actor, su pasividad no detiene la relación la que puede desenvolverse
a instancia del demandado, salvo que aquel se desista. Además, es necesario tener
presente que esta relación puede terminar en cualquier momento, aún antes de
que se llegue a una sentencia, toda vez que durante su transcurso puede
presentarse un equivalente jurisdiccional.

L) Es formal, por cuanto encuentra su fuente en la ley.-


Debe desarrollarse en forma continua a través de una serie sucesiva de actos de las
partes y el tribunal que la conforman hasta la solución del conflicto, todos los cuales
deben ejecutarse en la forma preestablecida por la ley.

M) Es una relación heterogénea.- La relación jurídica sustancial se caracteriza


por la homogeneidad del vínculo que lo crea. Así, en un contrato, existe un solo
vínculo entre dos personas, generador de derechos y obligaciones de eminente
carácter estático.
En la relación jurídica procesal existe multiplicidad de vínculos que están
constantemente variando y combinándose. El vínculo contiene estructuras comunes
y estructuras diversas para llegar al fin: facultades, preclusiones, plazos fatales, plazos
no fatales, etc.

N) En Chile, se ha aceptado la teoría de la relación jurídica procesal tanto por


un sector de nuestra doctrina como la mayoría de nuestra Jurisprudencia.
La determinación del momento en que se constituye la relación jurídica procesal
reviste particular importancia, puesto que a partir de ella es posible solicitar medidas
precautorias, solicitar alimentos provisionales, promover incidentes, se genera el
estado de litispendencia, etc.

Respecto al instante en el cual se traba la relación jurídica procesal se han


sustentado dos teorías:
29
a) Para algunos, la relación jurídica procesal se constituye con la
notificación valida de la demanda.
Esta teoría encuentra su respaldo legal en los artículos del Código Civil: Art. 1.603
inc.5, sobre pago por consignación, y art. 1.911 relativo a la cesión de derechos
litigiosos.
Los detractores de esta teoría sostienen que se trata de preceptos específicos y que
no poseen alcances generales para la determinación del momento en que debe
existir juicio, sino que tienen por objeto proteger intereses de terceros (art. 1911) o de
evitar la existencia de situaciones poco claras. (1.603)
b) Para la mayoría, la relación jurídica procesal se constituye una vez que
se ha verificado el emplazamiento, en que se configura en la primera o única
instancia por la concurrencia de dos elementos: la notificación válida de la
demanda y el transcurso del término de emplazamiento, aún cuando el
demandado no conteste la demanda.
El segundo elemento se encuentra constituido por el transcurso del término de
emplazamiento. Notificada la demanda nace para el demandado la posibilidad de
defenderse, lo que debe hacer en término fatal o no fatal, según sea el
procedimiento preestablecido en la ley.
El termino de emplazamiento, entendido como el plazo fatal para que el sujeto
pasivo del proceso se defienda varía según el procedimiento civil que se trate. Por
ejemplo, en el juicio ordinario es termino de emplazamiento para contestar la
demanda es de 15 días, ampliable en tres días si la notificación se verifica fuera de
la comuna que sirve de asiento al tribunal pero dentro de su territorio jurisdiccional, y
ampliable más los días que contempla la tabla de emplazamiento si la notificación
al demandado se verifica fuera del territorio jurisdiccional del tribunal (arts 258 y 259
del C.P.C.).

En caso que no se hubiere cumplido con estos requisitos de la notificación valida de


la demanda y el transcurso del término de emplazamiento el procedimiento será
nulo, y en contra de la sentencia definitiva que se dicte para resolver el conflicto
podrá deducirse el recurso de casación en la forma. (arts 768 N° 9 en relación con el
art. 795 N° 1 del C.P.C.).

O) A esta teoría de la relación jurídica procesal se le han formulado dos


objeciones.
En primer lugar, que no hay realmente verdaderos derechos y obligaciones
procesales.
En segundo lugar, que los derechos y obligaciones procesales, aunque existan, por
el hecho de ser múltiples, exigen la formulación de un concepto superior que los
sintetice y que sirva para designar la unidad procesal.
La primera de estas objeciones da lugar a la teoría de la situación jurídica procesal;
la segunda, a la teoría de la institución jurídica procesal.
30
4.- EL PROCESO COMO SITUACIÓN JURÍDICA (JAMES GOLDSCHMIDT)
A) La teoría de la situación jurídica fue creada por el autor alemán James
Goldschmidt en su obra "El proceso como situación jurídica" como una reacción
frente a la teoría de la situación jurídica.

B) El proceso no es una relación jurídica, porque el juez no está obligado para


con las partes y porque entre los litigantes no existe ninguna obligación.
La obligación del juez de dictar una sentencia no es una obligación procesal, sino
una obligación ex officio que, como funcionario público corresponde al juez frente
al Estado. E1 juez no dicta sentencia porque esté obligado para con las partes, sino
que porque como funcionario público tiene ese deber.
Las partes tampoco tienen verdaderos deberes ni derechos; sólo sumisión como
ciudadanos al cumplimiento de deberes o, en su caso, ejercicio de derechos
públicos al margen del proceso.
En el proceso no hay, pues, una relación jurídica, sino una mera situación, la cual se
define por oposición a la correlación de deber y derecho que caracteriza a la
relación jurídica, como un complejo de meras posibilidades de obrar, expectativas y
cargas.
N0 existen obligaciones entre las partes entre sí, sino que sólo un estado o posición
de cada una de las partes frente a una sentencia que se espera obtener dentro del
proceso.

C) El proceso como situación jurídica procesal representa el conjunto de


expectativas, posibilidades, cargas y liberaciones de cargas de cada una de las
partes y que significa el estado de una persona desde el punto de vista de la
sentencia judicial que se espera con arreglo a las normas jurídicas,.
Se entiende por expectativas la esperanza de obtener ventajas procesales futuras
de obtener una sentencia favorable, sin tener la necesidad que realizar un acto
propio. P. Ej. El demandado rebelde tiene la expectativa que se rechace la
demanda por no estar debidamente fundada, que el actor se desista de la
demanda, etc.
Se entiende por posibilidades el mejoramiento de la posición para obtener una
sentencia favorable en cuanto mediante un acto propio que la parte realiza en el
proceso, puede proporcionarse una ventaja procesal. P. Ej, El actor que fundamenta
adecuadamente su demanda aumenta las posibilidades de obtener una sentencia
favorable.
Se entiende por carga procesal el ejercicio de un derecho para el logro del propio
interés.
El concepto de carga procesal es el principal aporte de la teoría de la situación-
jurídica procesal, el que se diferencia claramente de la obligación de acuerdo a lo
siguiente:

31
a) La carga es una facultad que conlleva un riesgo para su titular, siendo
voluntario el sobrellevarla. En la obligación la realización de la conducta es
necesaria, puesto que en caso de incumplimiento puede ser forzado a cumplirla.
b) En la carga, el interés que se tutela cuando ella es sobrellevada es el
interés propio. En la obligación, cuando el obligado realiza la conducta el interés
que se tutela es el ajeno.
c) En la carga, el incumplimiento no genera un derecho para la otra parte. La
contraparte en caso que una parte no sobrelleve su carga no tiene derecho para
exigirle compulsivamente que realice el acto procesal en beneficio de su propio
interés. Así por ejemplo, cuando el demandado no contesta la demanda, el
demandante no puede solicitar al tribunal que compulsivamente lo obligue a
cumplir con ese deber; o cuando el demandante no rinde prueba para acreditar su
pretensión no puede el demandado pedirle al tribunal que compulsivamente
obligue a ello a la contraparte.
En la obligación, en caso de incumplimiento se genera el derecho para la otra parte
de exigir el cumplimiento compulsivo de la prestación.
Con el concepto de carga se puede explicar fundadamente la situación de la
rebeldía del demandado en la contestación de la demanda.

Las principales cargas que podemos apreciar en el proceso es la carga de la


afirmación que pesa sobre el demandante; la carga de la defensa que recae en el
demandado; y la carga de la prueba, que es donde mayor aplicación de ha dado
a este concepto como podremos apreciar el próximo año al estudiar la teoría de la
prueba.
Liberación de carga se verifica cuando una parte es libre de no cumplir con cierto
acto, sin que de esta omisión se le pueda generar un perjuicio procesal.- Así por
ejemplo, si el demandado opone una excepción, el actor queda liberado de la
carga de probar los hechos en que fundamenta su pretensión, puesto que en tal
caso ella se traslada al demandado.

F) La crítica mayor formulada a esta tesis es la de haber considerado una


visión empírica y sociológica, muchas veces defectuosa o apartada de lo que debe
ser el proceso. Según sus críticos es preciso buscar la naturaleza jurídica del proceso
no en su realidad práctica, sino en su estructura jurídica de carácter teleológico o
finalista. La situación jurídica nos indica como puede tener lugar el proceso en la
vida del foro, pero no nos indica como debe ser el proceso.
Además, se señala que ella no es aplicable al derecho procesal penal, en el cual si
es posible apreciar la existencia de derechos y obligaciones, con lo cual se rompe
con el concepto de la unidad del proceso.
Es por ello, se señala que esta teoría sólo persigue destruir la teoría de la relación
jurídica procesal, pero no establece una visión unitaria respecto del proceso.

32
No se justifica la exclusión del juez como parte del proceso y sometido en cuanto a
sus deberes solo a las normas constitucionales y administrativas, puesto que las
partes poseen los medios para exigir dentro del proceso el cumplimiento de los
deberes por parte del juez.
Finalmente, se ha señalado que la situación jurídica nos puede conducir a la ley de
la selva, puesto que el proceso aparece concebido como un medio para hacer
aparecer y valer como derecho lo que no es derecho.

5.- EL PROCESO COMO ENTIDAD JURÍDICA COMPLEJA (CARNELUTTI, ROCCO,


FOSCHINI)
A) El proceso es una entidad jurídica de carácter UNITARIO y COMPLEJO.
La característica principal es la PLURALIDAD de sus elementos estrechamente
coordinados entre s.

B) Dicha pluralidad puede examinarse desde un punto de vista normativo en cuyo


caso el proceso es relación: jurídica compleja; desde un punto de vista estático, el
proceso es situación jurídica compleja; y desde un punto de vista dinámico el
proceso es un acto Jurídico complejo.

C) Como el proceso es una combinación de actos, se negó la existencia de una


relación jurídica única.
Cada conflicto que se plantea durante su desarrollo implica una relación jurídica,
porque el proceso es un CONJUNTO DE RELACIONES.

D) A esta tesis se le formula como crítica que decir que el proceso es un fenómeno
complejo es sólo un punto de partida. Se trata de constatar que estamos ante un
instituto más complejo que lo habitual.

6.- EL PROCESO COMO INSTITUCIÓN (GUASP)

A) El proceso es un complejo de actividades relacionadas entre sí por una idea


común objetiva, a la cual se adhieren las voluntades particulares de las partes.

B) Se funda esta teoría en las siguientes ideas:


 El proceso es una realidad jurídica permanente, ya que la idea de actuación
estatal siempre existe no obstante el nacimiento o la extinción de procesos
concretos.
 El proceso tiene carácter objetivo, ya que su realidad trasciende las
voluntades individuales.
 El proceso se sitúa en un plano de subordinación jerárquica.
33
 El proceso no es modificable en su contenido por la voluntad de los sujetos
procesales.
 El proceso es adaptable a las necesidades del momento por la ley.
 Las actividades procesales están vinculadas entre sí por una idea común y
objetiva, independientemente de la finalidad concreta que persigan los
distintos sujetos intervinientes.

C) A esta tesis se le formula como crítica:


 Decir que el proceso es una creación del Derecho para lograr sus fines
significa apuntar más que a su naturaleza jurídica a un aspecto jurídico-
sociológico.
 Esta tésis no excluye la aplicación de las otras teorías.
 El concepto "institución" tiene diversas acepciones: establecimiento,
fundación, organización, materias principales del Derecho. Esa imprecisión es
incompatible con una respuesta precisa y adecuada.

V.- LOS FINES DEL PROCESO.


En un sentido Genérico el fin del proceso es dirimir un conflicto de intereses sometido
a los órganos de jurisdicción.

Este fin satisface imperativos privados y públicos.


A.- FUNCIÓN PRIVADA DEL PROCESO
El Derecho sirve al individuo, satisface sus aspiraciones; por ello, el proceso es
una garantía individual. El proceso ampara al individuo y lo defiende del "abuso de
la autoridad del juez, de la prepotencia de los acreedores o de la saña de sus
perseguidores".
Esa garantía no sólo favorece al actor, sino en términos equivalentes al demandado.
En este segundo aspecto especial relevancia tiene en el orden penal en que
aparece con énfasis el principio de la legalidad o del "debido proceso".

B.- FUNCIÓN PÚBLICA DEL PROCESO


Como institución el interés de la comunidad es la declaración y/o la realización del
Derecho.
Ello constituye un afianzamiento de la paz jurídica.

C.- FIN Y FINES PROCESALES DEL PROCESO


En verdad los fines apuntados en los párrafos precedentes no pueden ocultar los
fines del proceso como método o instrumento:

34
1) EL fin del proceso es posibilitar un acto de conocimiento del juez, tanto por
la reconstrucción histórica de los hechos alegados, como por la ubicación,
interpretación y aplicación del derecho; y
2) Su finalidad estrictamente procesal es posibilitar la declaración y/o la
realización del derecho material.

VI.- LOS ELEMENTOS DEL PROCESO.


En el proceso pueden distinguirse dos clases de elementos: los subjetivos y el
objetivo.

Los elementos subjetivos: Pueden considerarse tales las partes y el juez, sin perjuicio
que existan otros intervinientes subjetivos del proceso que pueden llegar a ser partes
en él, especialmente, en el orden penal: Ministerio Público, el denunciante -si se
transforma en querellante- y el el imputado, quien es a quien se atribuyere
participación en un hecho punible y que puede ejercer sus facultades y hacer valer
sus derechos y garantías que la Constitución Política de la República, el Código
Procesal y otras leyes le reconocen desde la primera actuación del procedimiento
dirigido en su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia.
Las partes pueden ser directas o indirectas.
El elemento objetivo del proceso es el conflicto sometido a resolución del tribunal,
que se integra por dos instituciones procesales trascendentes: la pretensión que
hace valer el actor y las excepciones que opone el demandado.

LOS ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL PROCESO.

1.- LOS SUJETOS DEL PROCESO:


A.- Las partes y el juez.-

i) El Juez:
La calidad de sujeto en el proceso del juez dependerá de la doctrina que sobre la
naturaleza jurídica del proceso se acepte.
Si es la de la relación jurídica, dependerá a su vez de la variante que se acoja.
En la variante de Kohler el vínculo es sólo entre el demandante y el demandado;
aquí el juez no es sujeto.
En la de Wach se reconoce plenamente al juez como sujeto: la relación jurídica se
traba entre partes y el juez.
La variante de Hellwigh considera que, la relación se traba entre las partes a -través
del juez; el juez es sujeto indirecto.
El juez tiene un papel decisivo y vital dentro del proceso.

35
La relevancia varía según si en el procedimiento prima el principio dispositivo o
inquisitivo. Si prima el dispositivo es más pasivo que las partes. Si prima el inquisitivo el
juez pasa a ser el sujeto trascendental en la tramitación del procedimiento.

La misión del juez como elemento subjetivo:


a. Recibe las presentaciones de las partes; esto como la aplicación de un
principio casi sin variación: la bilateralidad de la audiencia. Debe verificar la
exactitud de las peticiones de las partes por examen de las pruebas. Aquí
intervienen los principios de mediación o inmediación.
b. El juez resuelve o provee las presentaciones de las partes como medio de
hacer avanzar el proceso. Lo hace a través de las resoluciones judiciales que
no tienen carácter de sentencia definitiva.
c. Tiene la gran misión de ponderar el valor de la prueba rendida por las partes
(sistema de la prueba legal o reglada, sistema de la libre convicción y sistema
de la sana crítica).
d. La gran misión del juez como elemento subjetivo es fallar, originar el acto
jurídico procesal sentencia.

ii) Las partes mismas:


2.1. Concepto
Partiendo de la base de la doctrina que explica el proceso como una relación
jurídica, partes son los sujetos de la relación procesal.
Es diferente el enfoque del concepto de partes en la relación sustancial al concepto
de partes en la relación procesal. No es lo mismo parte en un contrato de
compraventa, que el de parte como sujeto de la relación procesal.
Importa determinar con exactitud el concepto, porque la sentencia que se dicte va
a afectar sólo a los que han sido parte en el juicio.

En el sentido procesal, parte "es cualquiera que promueva o en cuyo nombre se


promueva un proceso y el que sea llamado o provocado por el hecho de otro a
tomar parte en ese proceso o contreñido a someterse a él".
Otro concepto que podemos dar desde un punto de vista procesal es: "todo aquél
que pide o frente al cual se pide en juicio la actuación de la ley en un caso
concreto".
Demandante: "Es quien promueve o en cuyo nombre se promueve el proceso".
Demandado: "El que es llamado o provocado a tomar parte en el proceso, por
hecho de otro ".

36
2.2 Clasificación de las partes.
Las partes se clasifican:
a) Partes directas u originarias: que son el demandante o actor y el
demandado o reo.
b) Partes indirectas o derivadas: que son los terceros.

2.3. Capacidad de las Partes:


La ley procesal requiere, para ser parte en un litigio, de una determinada
capacidad, y en el derecho procesal a diferencia del derecho civil, hay que
distinguir 3 situaciones:

a) Capacidad para ser parte en juicio: Para ser parte como titular de una
relación jurídica procesal basta tener la capacidad de goce que reglamentan en el
Código Civil y en el código de comercio, y en general en las leyes de carácter
sustantivo. La cual es la aptitud legal para adquirir derechos, luego todo hombre es
persona y como tal puede ser parte en el proceso desde su nacimiento hasta su
muerte, sin que haya problemas en esto, salvo el caso del naciturus ( el que esta por
nacer).
En el C.P.C., no hay ninguna regla que se refiera a la capacidad procesal, para ser
parte, y por ende se aplican todas las reglas y normas sobre la capacidad que se
contienen en el C.C. o en el Código de Comercio, en general en todas aquellas
leyes de carácter sustantivo. De ahí que pueden ser parte en juicio todas las
personas naturales o jurídicas, comprendiendo a los plenamente capaces y a los
absoluta y relativamente incapaces.

b) Capacidad para comparecer en juicio o capacidad procesal: Es


correlativa a la capacidad de ejercicio, en efecto es la aptitud que se requiere para
realizar los actos procesales válidamente, demandando una capacidad superior, lo
cual se dice que esta capacidad procesal es la aptitud legal que se requiere para
comparecer ante los tribunales o para actuar en juicio por si mismo.
Poseen esta capacidad para comparecer en juicio todas aquellas personas que
según la ley sustantiva son capaces de ejercitar derechos por sí mismos sin el
ministerio o autorización de otra, es decir, aquellas personas que tienen capacidad
de ejercicio. De allí que no van a tener esta capacidad procesal las personas que
indica el art. 1447 C.C., las que deben suplir esa incapacidad de acuerdo a las
normas materiales contenidas en el C.C. o en la ley respectiva. Lo que implica que
ellas deberán comparecer ante los tribunales por medio de intermediarios, de sus
representantes o autorizados por ellos en el caso de los relativamente incapaces, o
a través de sus representantes legales en el caso de los absolutamente incapaces.

37
Cuando estos incapaces actúan por medio de sus representantes se dice que están
representados y esa representación recibe el nombre de representación judicial y se
rige por las normas del C.C.
Cuando una persona que no tiene esta capacidad procesal inicia un litigio,
asumiendo el rol de demandante, de actor, el demandado puede oponer una
excepción dilatoria y se consagra en el art. 303 nº2 C.P.C., por falta de
representante. En cambio, si es el demandado quien carece de esta capacidad
procesal, no obstante se le notifica la demanda y se sigue el juicio con él, en todos
sus aspectos, esa sentencia que se dicte al término de esa contienda va a poder ser
impugnada por alguno de los siguientes medios que plantea la ley procesal:
A través del recurso de casación en la forma, por falta de emplazamiento.
Impugnarse por el demandado, por una excepción dilatoria, art. 303 nº 6 (contiene
una regla general).
Promover por el demandado un incidente de nulidad de todo lo obrado según el
art. 83 C.P.C.
El propio juez puede corregir de oficio, este vicio, por el uso de una facultad
otorgada por el arte 84 C.P.C.

c) Capacidad para pedir en juicio o ius postulandi: Para intervenir en un juicio,


durante su desarrollo, en el proceso haciendo peticiones o solicitando diligencias al
tribunal se requiere de una capacidad especial.
Es el carácter técnico y la materia sobre las cuales versan, cada vez que ven
afectados el interés de las partes, así como también el Estado requiere señalar que
los actos procesales no los pueden realizar las partes por si solas, sino que necesitan
de alguna persona, que posea ciertos conocimientos del derecho para que actúe
por ella, por ende se está ante una capacidad especial, técnica, típica del derecho
procesal y que está reglamentada en el derecho procesal.
Las personas que carecen de ese ius postulandi necesitan buscar el ministerio de
ciertas personas para actuar en el proceso, so pena de que si no lo hicieren se
declaran improcedentes sus peticiones, luego suplen esta incapacidad técnica con
esta representación especial llamada representación procesal regulada en leyes
procesales. Gozan de esta capacidad de postulación las personas indicadas en la
ley 18.120 art. 2°.

El representante se llama procurador


El representado poderdante,
La fuente de la representación es un poder o un mandato judicial,

Diferencia entre la representación legal y procesal


- La representación legal tiene por fin permitir la comparecencia en juicio,
sus normas están contenidas en el C.C. y otras leyes sustantivas y su fuente
es la voluntad de la ley.
38
- La representación procesal que proviene del ius postulandi permite la
actuación de ciertas personas en el proceso, se rige por leyes procesales y
su fuente es un acto convencional llamado mandato judicial.

LA COMPARECENCIA
Aquella persona que debe comparecer en juicio al tenor de lo que se establece en
el art. 4 C.P.C., debe hacerlo en la forma que determine la ley regulada en la ley N°
18.120 de 18 de mayo de 1982, sobre la “comparecencia en juicio”.
Si bien el legislador, habla de la comparecencia en juicio, en realidad se refiere al ius
postulandi, a esa capacidad especial para pedir en juicio, para realizar
personalmente ciertos procedimientos.
Es esta ley 18.120 a la que debe ajustarse quien desee comparecer en juicio, la que
determina esa forma.
Excepcionalmente el legislador permite la comparecencia personal de una persona,
la cual no va a estar obligada a constituir un mandato judicial, y será suficiente para
esta persona tener la capacidad para comparecer en juicio.

¿Qué personas pueden ser mandatarios o procuradores judiciales?


Son personas técnicas del derecho y que van a asumir una representación de la
parte que va a comparecer en juicio.
Pueden serlo aquellas personas que según la ley 18.120 tienen ius postulandi y es el
art. 2° de esta ley la que se encarga de indicarlos:

a) Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión:


Se entiende por tal aquel que no está suspendido del ejercicio profesional, que
no ha sido objeto de una medida disciplinaria.
Antes, además se entendía que implicaba estar al día en el pago de la patente
profesional. En la actualidad, a partir de la resolución de 8 de agosto de 2008, de la
Excma. Corte Suprema en que se pronunció acerca de la petición formulada por el
Colegio de Abogados AG., no se debe exigir el pago de patente municipal para el
ejercicio de la profesión para autorizar el poder, alegar en estrados o efectuar
alguna gestión ante los tribunales de justicia. La calidad de abogado se deberá
acreditar, en caso de duda, exhibiendo la cedula de identidad en que conste la
identificación profesional o consultando el Registro de Abogados que lleva el poder
judicial.
En consecuencia, abogado habilitado es aquél que no se encuentra afectado por
alguna sanción que le impida ejercer sus funciones.

b) Procurador del número, están consagrados en el art. 394 y siguientes del


C.P.C. y son auxiliares de la administración de justicia, y su finalidad es justamente
representar a las partes.
39
c) Aquellos que designe la corporación de asistencia judicial.
La corporación de asistencia judicial es una corporación de derecho público
encargada de velar porque que puedan tener representación ante los tribunales de
justicia y defensa jurídica, las personas que carecen de los medios necesarios para
contratar un abogado, lo que se logra principalmente a través de la práctica de los
egresados de derecho, los postulantes a abogado para obtener el título profesional,
es decir con los licenciados.

d) Estudiantes de derecho de 3° a 5° año, se refiere a los estudiantes


actualmente inscritos en 3°, 4° o 5° año de derecho de las facultades de ciencias
jurídicas y sociales de alguna de las universidades autorizadas.

e) Egresados de derecho, se refiere a los egresados de estas mismas


facultades hasta tres años después de haber rendido los exámenes
correspondientes.

Comparecencia ante las Cortes de Apelaciones: Art 398 COT


Las disposiciones del art. 2° de la ley 18.120 se refieren al ius postulandi ante los
tribunales de primera instancia, sean ellos ordinarios, arbitrales o especiales, así lo
dice el art. 1° de la ley 18.120.
Pero esto no rige igualmente tratándose de las Cortes de Apelaciones y la Corte
Suprema.
Ante las Cortes de Apelaciones se puede comparecer y litigar personalmente,
representado por un abogado o representado por un procurador del número, pero
lo alegatos deben hacerse siempre a través de abogados habilitados o por los
postulantes de la corporación de asistencia judicial.
Pero si ese litigante ha sido declarado rebelde en la segunda instancia, se le priva
de esta facultad de comparecer personalmente y solo puede comparecer y litigar
en ella a través de un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión o por un
procurador del número.

Comparecencia ante la Corte Suprema: Art. 398 COT


En cuanto a la Corte Suprema, en ella solo se puede comparecer por medio de un
procurador del número o a través de un abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión.
No hay comparecencia personal.
La ley no solamente impone a los litigantes la carga de conferir su representación a
un procurador para que actúe en su nombre, sino que también les exige designar
una abogado patrocinante en su primera presentación, así lo establece el art. 1° de
la ley 18.120.
40
Estas personas que tienen ius postulandi van a representar a las personas en juicio,
pero sólo una de ellas, el abogado habilitado para el ejercicio de la profesión
puede asumir el patrocinio de estas gestiones ante cualquier tribunal de la
República.

EL PATROCINIO
Es un contrato solemne por el cual las partes o interesados en un asunto,
encomiendan a un abogado la defensa de sus pretensiones ante los Tribunales de
Justicia.
Es un mandato; hay un vínculo y un encargo, cuyo objeto es la defensa de los
intereses.
El art. 528 del COT. Se refiere al mandato, pero es aplicable al patrocinio. Pero no se
puede confundir el patrocinio con el mandato.
La exigencia de patrocinio está señalada en el art. 1° de la Ley sobre
comparecencia en juicio, en relación con el art. 4 del C.P.C..

A) REQUISITO PARA SER PATROCINANTE:


Sólo puede ser patrocinante un abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión, es decir, una persona natural que posea el título de abogado y no está
inhabilitado (no olvidar que antes se exigía haber pagado la patente municipal
respectiva)

B) FORMA DE CONSTITUIR EL PATROCINIO.-


Es un contrato solemne que se constituye sólo de la manera señalada por la ley.
Dice el art.1° de la Ley 18.120, en su segundo inciso que se entenderá
cumplida la obligación de constitución del patrocinio, cuando en la primera
presentación de cada parte o interesado en asuntos contenciosos o no
contenciosos, "el abogado ponga su firma indicando además su nombre, apellidos y
domicilio".
Con la firma en el escrito se configura el patrocinio.
Habitualmente esto se cumple en forma mixta. En un otrosí del primer escrito, se
señala el nombre, apellidos y domicilio del abogado, y la firma se estampa al final
del mismo escrito.
Sin embargo, hay profesores que estiman que el patrocinio es un contrato
consensual ,que se perfecciona por la sola aceptación entre el abogado y su
cliente, el cual se configura al margen de los tribunales y por esta razón que el inc. 2°
del art. 1° sólo establece cuando se entiende cumplida esta obligación. Sólo para
los efectos de constancia en autos y para el ejercicio de los derechos procesales, en
relación a esta institución, es que se exige la obligación mencionada en el art. 1° inc.
2° de la ley 18.120.

El patrocinio se exige en una etapa determinada del asunto.


41
No se exige durante el curso del juicio y respecto de cada escrito que se presente,
sino al momento de hacerse la primera presentación en un juicio que se sigue ante
los tribunales de la República.

C) SANCIONES:
Si el patrocinio no se cumple en la forma señalada, la sanción es gravísima.
Si la primera presentación se efectúa sin contener el patrocinio, el incumplimiento de
este requisito provoca que el escrito no podrá ser proveído y se tendrá por no
presentado para los efectos legales. (art.1° inc.2° Ley 18.120).
Las resoluciones que al respecto se dicten no serán susceptibles de recurso alguno.

Este patrocinio que se constituye en la primera presentación cubre todo el juicio,


hasta el cumplimiento de la sentencia.
No obstante, excepcionalmente existen recursos que a pesar de presentarse en el
proceso con posterioridad a la primera presentación requieren del patrocinio
específico de un abogado.
En primer lugar, hay un recurso que no debiera tener un patrocinio especial, y sin
embargo la ley lo exige, como si se tratara de una nueva presentación: este recurso
es el de queja, que debe contar con el patrocinio de un abogado, porque se
estima que es un asunto separado al que está siendo conocido por el tribunal que
dictó la resolución con" falta o abuso. Puede ser el mismo abogado, ya antes
designado en el proceso en que se dictó la resolución que motiva la interposición
del recurso. (Art. 548 inc. 2° del C.O.T y N°1 Autoacordado sobre tramitación y fallo
del recurso de queja).
En segundo lugar, el escrito de presentación de los recursos de casación en la forma
y en el fondo, debe ser patrocinado por abogado habilitado que no sea procurador
del número. (art.772 inc. final C.P.C.).

D) DURACION DEL PATROCINIO.


El Patrocinio dura mientras en el expediente no hay testimonio de su cesación. La
cesación del patrocinio puede darse por diferentes modos de extinguir: muerte,
renuncia, revocación, etc.

E) FACULTADES DEL PATROCINANTE.-


Unidas a ellas está su responsabilidad. El patrocinio significa defensa, del asunto. La
realización de las defensas se manifiesta:
- En primera instancia. En el hecho la defensa la realiza el mandatario; él firma
los escritos en que se realiza la defensa, pero orientado por el abogado
patrocinante.
- Ante los tribunales colegiados: el concepto de defensa nace en plenitud.
Las defensas orales ante las Cortes las hacen los abogados. Hasta hace poco
tiempo solo podían alegar los abogados; hoy también pueden hacerlo los
42
egresados que están haciendo su práctica en favor de las personas patrocinadas
por las Corporaciones de Asistencia Judicial, pero sólo respecto de esas causas y
ante las Cortes de Apelaciones y Marciales y no ante la Corte Suprema. (art. 527
C.O.T.).
En cuanto a la facultad del patrocinante de asumir la representación de la parte
debemos distinguir varias situaciones:
1)En ciertos casos, la ley exige la actuación personal de la parte, y en ellos el
patrocinante no podrá asumir jamás la representación de ella. P. Ej. La absolución
de posiciones o confesión de la parte pedida para que se preste por ella en
persona.
2) En los casos en que la ley dispone que el acto jurídico se realice
precisamente por el apoderado, tampoco podrá el patrocinante asumir la
representación.

F) FACULTADES DE REPRESENTACIÓN DEL PATROCINANTE:


La defensa o sea el patrocinio no significa por si misma representación, la misión del
defensor o sea del patrocinante no es sustituir la persona del litigante o interesado,
sino tener la dirección superior del negocio judicial, esbozar las presentaciones,
preparar las acciones y excepciones, en definitivo acomodar el derecho abstracto
al caso concreto.
Como dice Carnelutti el abogado patrocinante es el técnico del derecho, mientras
que el procurador o mandatario judicial es el técnico del proceso.
El art. 1° inc. 3° de la ley 18.120 señala además que el abogado patrocinante puede
tomar la representación de un patrocinado en cualquiera de las actuaciones,
gestiones o trámites de las diversas instancias del juicio o asunto.
Así, si se designo un abogado patrocinante, este defenderá sus derechos en juicio,
pero la ley autoriza para que ese abogado tome también la representación de
dichas personas, constituyéndose así en mandante o procurador.

G) TÉRMINO DEL PATROCINIO.-


Él patrocinio Puede terminar:
1) Por el desempeño del encargo: es la forma normal de terminar.
2) Por revocación:
Es la manifestación de voluntad del mandante en el sentido de no continuar con el
mismo patrocinio.
Esa revocación puede ser expresa o tácita:
Es expresa cuando el mandante manifiesta de manera explícita su voluntad de
poner término al vínculo que lo liga con el patrocinante.
La revocación es tácita cuando proviene de la ejecución de ciertos actos que
manifiestan de manera implícita la voluntad para terminar con el patrocinio.
3) Por renuncia:

43
"Señala en el inciso 4° del art.1° de la Ley 18.120, que la renuncia del abogado
patrocinante debe ser puesta en conocimiento del patrocinado junto con el estado
del asunto. La renuncia no produce efectos por el solo hecho de presentarse al
tribunal: se debe comunicar al cliente. El patrocinante mantiene su responsabilidad
por todo término de emplazamiento (entre la notificación y el transcurso del término
del emplazamiento), salvó que antes se haya designado otro patrocinante.

4) Por muerte o incapacidad del abogado patrocinante.


En caso de muerte o incapacidad del abogado patrocinante debe nombrarse otro
en la primera presentación posterior a este evento. (la muerte del otorgante no
termina con el patrocinio).
El art. 529 del C.O.T. se refiere al mandato, pero se aplica también al patrocinio.
Esto ocurre, porque cuando se dictó esa ley, aún no existía la institución del
patrocinio separadamente.

EL MANDATO JUDICIAL

A) CONCEPTO.-
Es un contrato solemne por el cual una persona otorga a otra facultades suficientes
para que la represente ante los Tribunales de Justicia.
Este concepto está insinuado también por el art.528 del C.O.T., al decir "que este
mandato se rige por el Código Civil, con las modificaciones introducidas por el
C.O.T. y por el C.P.C.", pero este mandato judicial es solamente otorgado para
actuar ante los tribunales de justicia y no para usarse en otros efectos.

B) DIFERENCIAS ENTRE MANDATO CIVIL Y JUDICIAL.-


1.a) Mandato civil: Es generalmente consensual
b) Mandato judicial: Es siempre solemne.

2.a) Mandato civil: Se extingue generalmente con la muerte del mandante.


b) Mandato judicial: No se extingue por la muerte del mandante.

3.a) Mandato civil: Puede ser mandatario cualquier persona; incluso los incapaces,
porque la voluntad del mandante perfecciona el acto.
b) Mandato judicial: pueden ser mandatarios sólo las personas enumeradas en el
art.2° de la Ley 18.120.

4.a) Mandato civil: Pueden designarse cualquier número de mandatarios.


b) Mandato judicial: Se discute si puede haber uno o varios mandatarios, lo lógico
es que haya uno solo.

44
Esto es solo una distinción doctrinal, en la práctica, en ambos casos pueden
haber varios mandatarios.

5.a) Mandato civil: La representación es un elemento de la naturaleza, pudiendo


concebirse el mandato sin representación.
b) Mandato judicial: La representacióri es dé la esencia del mandato, puesto que
siempre el Mandatario actúa dentro del proceso en representación de su
mandante.

C) REQUISITO PARA SER MANDATARIO.


Las personas que pueden ser mandatarios judiciales están señaladas en el art.2° de
la Ley 18.120 y ellos son:
1) Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión;
2) Procurador del número;
3) Personas que designen las Corporaciones de Asistencia Judicial (egresados
de la Escuela de Derecho que se encuentren haciendo su práctica, sin importar el
tiempo de egreso);
4)Estudiantes actualmente inscritos en 3°, 4° o 5° año de las Escuelas de
Derecho de las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de algunas de las
Universidades autorizadas (debe entenderse acomodado al régimen curricular); y
5)Egresados de las Facultades de Derecho, que hubieren cursado 5° ario y
hasta tres años después de haber rendido los exámenes correspondientes (También
entendido según el régimen de estudios vigentes).
La autoridad universitaria competente certificará, a petición verbal del interesado, el
hecho de estar vigente la matrícula o la fecha del egreso, en su caso.
La exhibición del certificado respectivo habilitará al interesado para su
comparecencia.

D) FORMA DE CONSTITUIR EL MANDATO JUDICIAL


Como es un contrato solemne, su nacimiento sólo puede producirse en algunas de
las formas contempladas por la ley, contenidas en el art. 6 del C.P.C. y en el art.29
de la Ley 18.092. (art.4°del C.P.C.).

Las formas de constituir el mandato judicial son las siguientes:

1)Art. 6° N° 1 C.P.C. Por escritura pública.


No sólo puede otorgarse ante notario, también puede otorgarse ante un Oficial de
Registro Civil, que tenga facultades para ejercer esta función específica, (tiene este
funcionario esta facultad especial en el ámbito territorial donde no hay notario).
En los mandatos con administración de bienes que se otorgan por escritura pública
puede conferirse al mandatario la facultad de comparecer en juicio, pero si este no
es abogado habilitado para el ejercicio de la profesión o procurador del número,

45
deberá delegarlo en caso necesario, en persona que posea alguna de estas
calidades.
La Jurisprudencia ha entendido de acuerdo con esta norma, que no es posible
otorgar por escritura pública a una persona que no sea abogado habilitado un
mandato especial que comprenda sólo la representación judicial, siendo posible
conferir el mandato judicial a las personas que no son abogados o procurador del
número sólo en los mandatos generales de administración de bienes.

2) Art. 6, N° 2 C.P.C. Acta extendida ante Juez de Letras o Arbitro y suscrita


por todos los otorgantes.
En el caso de los juicios de partición de bienes se usa generalmente esta forma de
constituir el mandato en el acta que se levanta del primer comparendo.

3) Art. 6, N° 3, C.P.C. Declaración escrita del mandante autorizada por


secretario del tribunal.
Es la forma habitual. Consta en una declaración escrita del mandante, autorizada
por el secretario del tribunal que está conociendo del asunto.
Presentado ante el tribunal, el primer escrito de la parte debe cumplir con la
"constitución efectiva del mandato".
Se cumple con ella cuando el secretario del tribunal autoriza la declaración escrita
del mandante.
El secretario escribe "autorizo" o "autorizo el poder", fecha, firma (Ley 18.120).
El secretario para autorizar el mandato debe cerciorarse previamente que el
mandatario reúne alguna de las calidades previstas en la Ley de Comparecencia
en Juicio (art. 4° Ley 18.120).
En las causas seguidas ante los Juzgados de Garantía o Tribunales Oral en lo Penal,
tal autorización la realiza el jefe de la unidad administrativa que tenga a su cargo la
administración de causas del respectivo Tribunal. (art 389 G COT)

4.-Art. 29 de la Ley sobre letra de cambio y pagaré (Ley 18.092).


Endoso en comisión de cobranza de letra de cambio y pagaré.
Normalmente al cobrarse una letra de cambio, ésta se endosaba al abogado, lo
que impedía que pudieran oponerse excepciones representadas en la letra de
cambio; dado que la letra de cambio es un instrumento autónomo que nada tiene
que ver con las obligaciones contenidas en el contrato que la haya originado.
Esto creó graves problemas éticos por lo que se ideó un sistema en el cual con el
endoso de la letra se diera por constituido eI mandato con todas las facultades que
requieren mención expresa.
Al efecto, el inc. 2° de la Ley 18.092 estableció que "el endosatario en cobranza
puede cobrar- y percibir judicialmente y tiene todas las atribuciones propias del
mandatario judicial comprendidas también aquellas que conforme a la ley

46
requieren mención expresa. Con todo el mandatario sólo puede comparecer ante
los tribunales en la forma que exige la ley".
Esta última forma de constitución se materializa a través de las cláusulas "valor en
cobro'', "en cobranza'', "en comisión de cobranza" o cualquiera otra mención que
indique siempre mandato.

Debe tenerse presente que esta forma de constituir el mandato judicial.


1) Solo se aplica con respecto de la letra de cambio y pagaré (también se
aplica con respecto del cheque, aunque algunos lo discuten).
2) Este mandato judicial puede otorgarse a cualquier persona, pero debe
comparecer en juicio en la forma establecida en la ley y a través de las personas
facultadas al efecto.

Por el solo hecho de endoso, se entienden conferidas al mandatario todas las


facultades especiales que en los demás casos requieren ser otorgadas
expresamente.

E) EXCEPCIONES DE LA LEY DE COMPARECENCIA EN JUICIO A LA CONSTITUCION DEL


MANDATO.

La excepción es doble:
a) Hay asuntos en que puede comparecer la parte personalmente.
b) Para la iniciación y secuela del juicio podrá solicitarse autorización para
comparecer y defenderse personalmente. El juez podrá concederla atendida la
naturaleza y cuantía del litigio o las circunstancias que se hicieren valer, sin perjuicio
de exigir la intervención de abogados, siempre que la corrección del procedimiento
así lo aconsejare. Las resoluciones que se dictaren en esta materia solo serán
apelables en el efecto devolutivo. (art. 2° inc. 3° Ley 18.120).
Estas excepciones son comunes también al patrocinio.
En estos casos no será necesario constituir mandato judicial ni patrocinio, siendo
facultativo para el juez aceptar la petición.

Además, no se requiere un mandato judicial ni patrocinio, en los siguientes casos:


Primer caso: Se refiere al territorio y al número de abogados que ejercen la profesión
en ese territorio. (art 2 Ley 18.120 inc. 9°)
La obligación del mandato judicial y del patrocinio no se aplica en los
departamentos en que el número de abogados en ejercicio sea inferior a cuatro (en
la actualidad debemos entender hecha la referencia a la Comuna); hecho que
determinará la Corte de Apelaciones respectiva.

47
Segundo caso: Se refiere a la materia y a la cuantía de un asunto:
a) Las solicitudes sobre pedimentos de mina. (Ley 18.120 art.2° inc.10).
b) Casos del art.2° inc.11 de la Ley 18.120

En las ciudades donde se aplican los arts.1° y 2° de la Ley 18.120, y no existen


entidades públicas o privadas que presten asistencia jurídica gratuitas los
necesitados serán representados y patrocinados gratuitamente por el abogado de
turno.
Con ello se insiste en no permitir mandatarios que no tengan conocimientos legales y
que no cumplan los requisitos legales.

F. SANCION A LA NO CONSTITUCION DEL MANDATO


La sanción en el patrocinio es drástica, el tribunal no provee el escrito y se tiene la
solicitud por no presentada para todos los efectos legales.
En el mandato, la ley establece una sanción menos drástica, puesto que se da una
oportunidad al que omite el mandato, pero puede llegar a tenerse por no
presentado la solicitud. (inc.4° art.2° Ley 18.120).
Se da una posibilidad por el tribunal para que dentro de un plazo máximo de tres
días se constituya el mandato legalmente. Pasado el plazo, la solicitud se tiene por
no presentada para todos los efectos legales.
Estas resoluciones (sobre patrocinio y mandato) no son objeto de recursos de
ninguna clase.
Esta sanción se aplica a cualquiera de las formas de constitución del mandato,
aunque en la práctica recibe su máxima aplicación en el caso de falta de
autorización por el secretario del tribunal, cuando los abogados o procuradores
constituyen los mandatos por esa vía.

Entonces, si ocurre que cuando se presenta la solicitud, no está legalmente


constituido el mandato, acontecerá que:
a) No se provee el escrito;
b) Se ordena la constitución legal del mandato por el tribunal bajo
apercibimiento en el plazo que él determine y que no puede ser superior a de tres
días.
c) Si no se constituye el mandato dentro del plazo fijado por el tribunal en el
apercibimiento, se tiene por no presentada la solicitud.

Contra la resolución que se dicte en este sentido, sólo se puede intentar el recurso
de queja, si hubo falta o abuso.

48
G) FACULTADES QUE EMANAN DEL MANDATO JUDICIAL.-
Las facultades que emanan del mandato judicial se encuentran contempladas en
el artículo 7 del C.P.C. y se clasifican del mismo modo que los elementos de los actos
jurídicos. Las facultades otorgadas pueden ser:
1.- Esenciales u Ordinarias.
2.- De la Naturaleza.
3.- Accidentales o Especiales.

1.- FACULTADES ESENCIALES U ORDINARIAS.


Son aquellas que nacen por la sola circunstancia de otorgarse un mandato judicial,
y que no pueden ser limitadas de modo alguno.
El sólo hecho de darse un mandato judicial involucra de pleno derecho y en forma
inmodificable el otorgamiento de ciertas facultades, que no pueden limitarse por la
voluntad de las partes. Por eso son esenciales.
Ellas son las que autorizan al procurador para tomar parte del mismo modo que
podría hacerlo el que da el mandato, en todos los trámites e incidentes del juicio y
en todas las cuestiones que por vía de reconvención se promueven, hasta el
cumplimiento completo de la sentencia definitiva.
Estas facultades nacen aún cuando en el poder no se diga nada acerca de ellas.
Estas facultades esenciales normalmente se individualizan como las facultades
contempladas en el inciso primero del art.7 del C.P.C.

Caracteres.
a) Nacen aún sin que se diga nada con respecto a ellas. El solo hecho de
darse el poder, aunque no se mencionen, les da vida. Basta con que se diga
"Confiero poder judicial a ...", para que se entiendan otorgados automáticamente
estas facultades.

b) No pueden limitarse de modo alguno por las partes, como lo señala el


art.7, inc.1° del C.P.C.: "Las cláusulas en que se limiten o nieguen las facultades
esenciales, son nulas". .

Hay situaciones en que es discutible la plenitud de la representación. Hay tres


procedimientos que comienzan por un juicio preparatorio. No se trata de demandas
judiciales propiamente tal. Ellos son:
1) Cualquier juicio que empiece por medida prejudicial;
2) En ciertos casos, el juicio ejecutivo, puede empezar por gestiones
preparatorias de la vía ejecutiva.
3) Juicio contra terceros poseedores de la cosa hipotecada: comienza
cuando se le notifica al tercer poseedor del juicio en su contra.

49
Si se da poder para estos tres procedimientos preparatorios, ¿cubre el poder la
demanda correspondiente del juicio como tal, o es necesario volver a dar mandato
en la demanda misma?.
El mandato es concedido para la representación judicial, comprende
también lo vinculado a la gestión que se realiza; abarca el juicio preparatorio y el
juicio como tal hasta su sentencia definitiva. El poder es amplio.
Hay un antecedente que corrobora lo anterior: una de las excepciones a la
distribución de causa, está constituida por estos casos. "iniciar el juicio principal por
medida previa": Si orgánicamente se considera todo como un mismo asunto, es
absurdo pensar, por la compatibilidad entre el mandato y las normas del C.O.T., que
el mandato no sea amplio.

Otra duda surge en relación a la ejecución. En efecto, en el caso en que se deba


seguir un nuevo juicio para ejecutar la sentencia definitiva que se ha dictado por el
tribunal, cabe preguntarse si el procurador necesita un nuevo mandato para
continuar el nuevo juicio o si bastan las facultades ordinarias ya conferidas.
La jurisprudencia es vacilante, se puede decir que por un lado como el mandato
para el juicio se entiende conferido hasta la ejecución completa de la sentencia
definitiva, debe entenderse entonces comprendido el procedimiento de apremio
que sea necesario para exigir el cumplimiento con o contra el mandatario
constituido en la medida que ese cumplimiento se solicite dentro del mismo juicio y
en la forma que indica el art. 233 inc. 1° del C.P.C., pero la situación no es tan clara
cuando el cumplimiento de la sentencia definitiva requiere que se inicie un nuevo
juicio. Autores como Alessandri y Cassarino estiman que el mandatario constituido
tendrá las facultades suficientes para iniciar ese nuevo juicio sin necesidad de un
nuevo mandato, en la práctica eso si para evitar problemas por falta de personería
se otorga un nuevo mandato judicial.

Una vez otorgado el poder, todas las diligencias y actuaciones se realizan con o a
través del procurador. El mandante desaparece de la vida procesal durante todo el
curso del procedimiento y sólo vuelve a ser considerado en los casos en que por la
naturaleza de la actuación o la expresa disposición de la ley deba o pueda actuar
personalmente. Ej: absolución de posiciones, cuando se solicite que ella sea
prestada personalmente por la parte.
Como consecuencia de lo anterior, todas las notificaciones durante el
procedimiento se deben hacer al mandatario judicial, siendo nulas las que se
practiquen al mandante.

2) FACULTADES DE LA NATURALEZA.
Son aquellas que se suponen incorporadas a un poder aunque las partes nada
digan de ellas, pero se pueden modificar por acuerdo expreso de las partes.

50
Reviste tal naturaleza la que mira a la delegación del mandato. Si el mandatario no
tiene prohibición expresa de delegar el mandatario puede hacerlo. Para que no
proceda la delegación, el mandante debe en el mandato expresamente prohibirla.
Esta delegación obliga al mandante. (art.7, inc.1° del C.P.C.).
No existe inconveniente para otorgar un mandato puro y simple, y antes de
producida la delegación, efectuar la limitación a la delegación del mandato.

Finalmente, se debe tener presente que la delegación de delegación no vale. La


segunda delegación no produce efectos; lo actuado en virtud de la segunda
delegación es nulo.
El C.P.C. solo se refiere a la primera delegación, la cual tolera. Se termina la
posibilidad de delegar, cuando se ejercita la facultad de delegar por primera vez.
Esto es importante cuando se puede producir la comparecencia ante tribunal
superior a través de procurador del número. Acá el poder debe darlo el mandante y
no el delegatario, porque se produce en caso contrario, automáticamente, la
segunda delegación con los efectos señalados.
La delegación del mandato sólo puede ser efectuada en las personas habilitadas
legalmente para desempeñarse como procuradores (art. 2° inc. 5° Ley 18.120) y
reviste el carácter de solemne, puesto que la delegación debe efectuarse en
alguno de las formas contempladas en el inciso 2° del artículo 6° del Código de
Procedimiento Civil.

3) FACULTADES ACCIDENTALES O ESPECIALES.


Estas facultades sólo se entienden incorporadas al mandato judicial, cuando
expresamente han sido concedidas al mandatario.
Si se concede un mandato judicial sin aludir a estas facultades, el mandatario no
puede ejercer ningún acto que las lleve envuelta.
Su origen no es la voluntad de la ley sino la voluntad de las partes contratantes
quienes la consignan en forma expresa al momento de otorgar el mandato.
Se pueden entregar limitándolas o en forma amplia, dando todas o algunas de ellas.

¿Son Taxativas?
La mayoría piensa que sí, pues no habría facultades extraordinarias más allá de las
que se mencionan, enumerados en el art. 7 inc. 2° del C.P.C..
Sn embargo algunos autores estiman que no es así, porque hay actos que no están
comprendidos en esta enumeración, y requieren de una mención especial, así
acontece, por ejemplo con la conciliación.

Las facultades extraordinarias según lo señala el art. 7 inc. 2° son las siguientes:
"Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador sin expresa mención, las
facultades de:
51
a) Desistirse en primera instancia de la acción deducida.
Esto se confunde con el desistimiento de la demanda. O sea, es el acto por el cual el
demandante decide no continuar el juicio, decide dejar sin efecto las peticiones
formuladas al tribunal. Este acto tiene gran importancia: produce cosa juzgada, con
respecto de las pretensiones hechas valer. Si existe desistimiento, no pueden volver a
promoverse nunca más la pretensión. Por eso se exige mención expresa, porque el
desistimiento extingue para siempre la pretensión hecha valer en la acción
deducida.
Se puede decir también que el fundamento de esta facultad especial se haya en
que el legislador estima que si el poderdante dio mandato para litigar lo ha sido con
el ánimo que este juicio termine normalmente mediante la dictación de una
sentencia y resuelva el litigio. Si por el contrario el mandatario tuviera esta facultad
en forma ordinaria no se vería entonces el objeto de haberle conferido tal mandato.

Esta facultad extraordinaria presenta algunas observaciones o comentarios:


¿Puede el mandatario desistirse de la acción en segunda instancia?
Se podría pero no por lo que establece el art. 7 inc. 2°, sino que por lo que establece
el art. 148 del C.P.C. que reglamenta el incidente de desistimiento de la demanda
señalando que procede esta facultad en cualquier estado del juicio ante el tribunal
que conozca del asunto. Pero no se podría hacer esto ante el tribunal de casación
puesto que este no constituye instancia.
¿Es necesario que el procurador tenga facultad expresa para desistirse en segunda
instancia?
Se ha concluido que el procurador para desistirse de la acción en segunda instancia
necesita mención expresa porque el ejercicio de esta facultad importa una
extralimitación absoluta del mandato pues imposibilita para llevar a efecto el
negocio que el poderdante encomienda al procurador.
No obstante esta redacción del art. 7 inc. 2° ha permitido a algunos autores concluir
lo contrario y estimar que no se requiere mención expresa.

d) Para aceptar la demanda contraria.


La aceptación es lo que se llama "allanamiento a la demanda", que es
esencialmente un acto de disposición (art.313 del C.P.C.).
Se requieren facultades expresas para que disponga el mandatario, de parte del
mandante, la aceptación de la demanda por ser un acto de disposición.

e) Absolver posiciones, o sea, confesar en juicio.


Es la confesión provocada o absolución de posiciones.
Las posiciones son las preguntas hechas por escrito y dentro de un sobre cerrado por
una parte a la otra, para que las conteste en una audiencia que el tribunal fija
especialmente para ese efecto.

52
Para dar el mandatario judicial de una parte respuesta a esas posiciones se requiere
que no se hubiere solicitado que se den las respuestas personalmente por la parte y
que al mandatario judicial se le hubiere conferido la facultad de absolver posiciones
expresamente, porque puede llegar a ser un acto de disposición.
Por ejemplo, a través de la confesión y del reconocimiento de los hechos por parte
del demandado puede acogerse la demanda contra él (art.1.713 Cód. Civil y 402
del. CPC.).
Esta facultad no impide que en un litigio pueda absolver posiciones el mandatario -
aún cuando carezca de esta facultad especial- sobre hechos personales del mismo;
porque esta facultad extraordinaria se refiere a confesar sobre hechos personales
del mandante y no del mandatario según lo ordena el art. 396 del C.P.C.

f) Renunciar a los recursos o a los términos legales:


No se debe confundir la renuncia de los recursos con el desistimiento de ellos,
renuncia es la dejación o abandono del derecho que se tiene pero que aún no se
ha ejercitado, por el contrario se desiste del recurso cuando se manifiesta la
voluntad de abandonarlo después de interponerlo.

Esta facultad se refiere a renunciar anticipadamente a éstos en forma expresa


posibilitando el éxito de la contraparte.
Para esto también se requiere manifestación expresa.
La renuncia se refiere a una renuncia expresa. No puede cubrir la circunstancia de
que no se haga uso del plazo o que no se interponga el recurso en el plazo
correspondiente. De otro modo, es trastocar todo el sistema del mandato judicial.
Este es el criterio de la jurisprudencia chilena.
Por otra parte, una vez interpuesto el recurso, el mandatario judicial puede desistirse
de él, puesto que la ley exige facultades especiales para desistirse de la demanda y
no de los recursos que se hayan hecho valer.

e) Transigir:
La transacción es un acto de disposición, porque se hacen concesiones recíprocas.
No se puede someter a la sola voluntad del mandatario judicial. (art. 2.246 del Cód.
Civil).
Como en el texto del art. 7° no aparece comprendida la facultad de celebrar
avenimiento y conciliación, al conferirse el poder para transigir si ellas quieren ser
otorgadas debe dejarse expresa constancia que las facultades de transar
comprende la de avenir y aceptar conciliación. Con ello se salva toda discusión que
pudiere presentarse acerca de sí en el caso de otorgamiento de poder con las
facultades de ambos incisos del art.7° se encuentra comprendidas o no las de avenir
y celebrar conciliaciones.

53
f) Comprometer.
Tampoco se entiende incorporada, sin expresa mención, la facultad de
comprometer, es decir celebrar un acto por el cual se designa un árbitro para que
resuelva un asunto. Se sustrae un asunto de la justicia ordinaria para someterlo a
conocimiento y resolución de un juez árbitro.

g) Otorgar a los árbitros facultades de arbitradores:


Tampoco puede hacerlo el mandatario, sin expresa mención en el mandato, ya
que ello significa alterar las reglas generales de la ley da al respecto. (art.223 del
C.O.T.).

h) Aprobar convenios:
Cuando alguien pasa a ser insolvente, puede ocurrir que los acreedores pidan su
quiebra.
Este no es el único medio de poner término a la insolvencia. La ley ha creado otro
institución: Los convenios: Las dos clases de convenios reglamentados por la ley son:
Convenios preventivos: Es aquel que el deudor propone a sus acreedores para
impedir la declaratoria de quiebra. Pueden ser: - Extrajudiciales. - Judiciales.
Hay también convenios judiciales, que operan durante la quiebra y en que el fallido
cita a los acreedores con la misma finalidad de los convenios preventivos. Los
convenios son autorizados, asimismo, por la junta de acreedores.
Los convenios son excepcionales desde todo punto de vista. En el acto de
suscribirlos, se manifiesta una facultad de disposición en que se renuncia a una
cuota del crédito por vía directa o indirecta.
Por vía indirecta, se pagan los acreedores a prorrata del resultado de la liquidación
de bienes.
Por vía directa, se puede estipular, por ejemplo, que se paga sólo un 75% del crédito.
En los convenios va envuelta una alteración de las reglas generales, por lo cual la
facultad de suscribirlos debe ser expresamente mencionadas en el mandato. (art.
178 Ley de Quiebras).

i) Percibir:
Es la operación mediante la cual los productos, frutos o rentas de una cosa son
objeto de apropiación o cobro por parte de la persona calificada para gozar de
ellos. (Capitant)
En el Código Civil no es tampoco una facultad común.
En lo procesal se requiere que aunque sea una facultad que normalmente va en
beneficio del mandante (percibir frutos y rentas), se tenga especificación con
respecto de ella, porque puede tener implicancia en asuntos monetarios.
El legislador no quiere crear el problema de restitución entre mandante y
mandatario. No se quiere que el mandatario cobre y no reintegre. Por eso debe
expresarse esta facultad.
54
De allí que si el mandatario judicial no posee esta facultad, todos los dineros que
correspondan a su mandante no se le pagaran al mandatario judicial. En este caso,
los cheques que se giren en el proceso deberán extenderse en forma cruzada y
nominativa a nombre del mandante y no del mandatario judicial, quien sólo podrá
efectuar el retiro material del documento para su posterior entrega al mandante.

Nota: Esta facultad se entiende conferida por el solo ministerio de la ley en el caso
del endoso de letras de cambio con cláusula "valor en cobro" u otro semejante; no
siendo necesaria ninguna otra especificación en esta forma especial de constituir el
mandato para que se entienda ella comprendida. (art.29 de la Ley 18.092).

¿Cómo debe otorgarse el mandato judicial para que se entiendan incorporadas las
facultades especiales?
El C.P.C. en el art.7°, inc.2°, dice: "no se entenderán concedidas al procurador las
siguientes facultades, sin expresa mención...."
Por largo tiempo la doctrina y la jurisprudencia sostuvieron que se entendían
otorgadas al enumerarlas una a una; se las debía señalar en forma específica y
casuística.
Hoy no es así. Se acepta como válida la forma de otorgar el mandato judicial, con
las facultades especiales incluidas, por esta sola mención de carácter general:
"confiero poder judicial a NN, con las facultades de ambos incisos del art.7° del
C.P.C. que el mandante declara conocer y da por expresamente reproducidas una
a una".
Ello es factible porque el art.7° es una ley. Como tal se presume conocida de todos y
al establecerse en el mandato la cita de la ley y el hecho de darse por
expresamente reconocidas estas facultades del mandato es suficiente resguardo
para el mandante.
En el caso que la parte NO hubiere conferido al mandatario judicial todas o algunas
de las facultades especiales del inciso 2° del artículo 7° del Código de
Procedimiento Civil, la parte deberá firmar con el mandatario judicial los escritos que
digan relación con esas facultades ante el secretario del tribunal o jefe de la unidad
de administración de causas (art. 2° inciso 6° Ley 18.120).

H.- EFECTOS DEL MANDATO JUDICIAL.


Se produce el efecto básico del cual emanan el resto de las consecuencias: Al
otorgarlo desaparece del proceso la persona física del mandante, y todas las
actuaciones deben entenderse a partir de su otorgamiento con el mandatario. Al
no cumplirse este efecto, lo actuado es nulo.
Por ejemplo, si en vez de notificarse al mandatario la sentencia, se notificara a la
parte, tal notificación es nula.
Sin embargo, es menester tener presente que existen casos en que la ley, en forma
expresa, requiere la intervención de la parte, como ocurre por ejemplo en la
55
absolución de posiciones, en las cuales se puede solicitar que ellas sean prestadas
personalmente por la parte y no por el mandatario judicial, aún cuando tenga
conferidas facultades para ello.

Tampoco juega el mandato cuando la ley requiera la intervención de otra persona


distinta de la parte y del mandatario, como sucede en la comparecencia que
debe efectuarse a través del procurador del número o de abogado habilitado ante
la Corte Suprema.

I.- TERMINO O EXTINCION DEL MANDATO JUDICIAL


Se puede extinguir por distintas causas.
1) Por el cumplimiento del encargo:
En un caso normal se extingue por la ejecución completa de la sentencia definitiva.
El mandatario puede representar al mandante hasta la ejecución completa de la
sentencia.

2) Anormalmente puede pedir el mandante la terminación del mandato en


los casos en que el juicio no llegue a sentencia.
El desistimiento de la demanda pone término al mandato judicial cuando tiene un
carácter específico y no general.- El mandato general, otorgado por escritura
pública, no tiene limitación en el tiempo ni en los diversos asuntos para los cuales se
ha otorgado.

3) Revocación: que puede ser expresa o tácita.


a) Expresa: cuando en forma explícita se manifiesta la voluntad de revocar, se
deja sin efecto el mandato judicial.
b) Tácita: cuando sin aludir al mandato anterior se confiere uno nuevo.

La revocación se reglamenta en el art.10 del C.P.C. que establece la exigencia de


existir constancia en el expediente de la revocación: "Todo mandato legalmente
constituido es tal mientras en el proceso no haya testimonio de su expiración o de su
revocación".
Si no se acompaña al expediente la revocación, todas las diligencias se siguen
haciendo con el mandatario. La revocación no es oponible a la contraparte,
mientras no haya constancia de ella en el proceso.

4) El mandato puede extinguirse por renuncia del mandatario.


La revocación es un acto unilateral del mandante; la renuncia un acto unilateral del
mandatario.
La renuncia se debe poner en conocimiento del mandante junto con el estado del
juicio.

56
Para que la renuncia desafecte al mandatario del juicio, debe cumplir
copulativamente los siguientes requisitos:
a) Poner en conocimiento del mandante el hecho de la renuncia y el estado
del juicio.
b) Debe transcurrir el término de emplazamiento desde la notificación de la
renuncia a la parte. Durante todo este término (15 días) el procurador conserva la
responsabilidad de mandatario. Transcurrido el plazo deja de serlo.
Si se designa nuevo mandatario antes de transcurrido el término de emplazamiento,
será con este mandatario con quien se entenderá la contraparte, porque ya habrá
constancia de ello en el proceso.
La renuncia debe ser expresa. Si no se notifica, no opera y en este caso, si el
mandatario no actúa, es responsable de lo ocurrido por su culpa o dolo y comete
delito o cuasidelito civil.

5) La muerte como causa de extinción.


El mandato judicial, con respecto a la muerte, difiere con el mandato civil.
a) La muerte del mandante no extingue el mandato judicial (arts. 396 y
529 del C.O.T.).
b) El mandato judicial se extingue por muerte del mandatario. La muerte
del mandatario es un hecho no regulado en forma general en sus efectos
procesales por el C.P.C. Por tratarse de un hecho público y notorio (la muerte consta
en un registro público) toda actuación hecha a través de mandatario muerto es
nulo, aunque no haya constancia de la muerte en el proceso. Esta nulidad la puede
hacer valer la parte que estuvo asistida por el fallecido, acompañando certificado
de defunción (se suspende el proceso, se aplican las normas civiles).

J) RESPONSABILIDAD DEL MANDATARIO.


Por regla general, el abogado patrocinante no está afecto a ninguna
responsabilidad por el pago de honorarios, costas y demás cargas pecuniarias que
se produzcan en el procedimiento. La responsabilidad del patrocinante es causada
por la defensa del juicio, respondiendo civil, criminal y disciplinariamente. La
responsabilidad pecuniaria es excepcionalísima. Así, por ejemplo, en el recurso de
casación rechazado existe una solidaridad legal en el pago de la multa.
Situación distinta es la que afecta al procurador o representante judicial del
mandante. En efecto, de acuerdo al art.28 del C.P.C., "los procuradores judiciales
responderán personalmente del pago de las costas procesales generadas durante
el ejercicio de sus funciones, que sean de cargo de sus mandantes, sin perjuicio de
la responsabilidad de éstos".
El legislador ha establecido una responsabilidad solidaria del procurador y del
mandante respecto de las costas procesales.

57
K) PARALELO ENTRE EL PATROCINIO Y EL MANDATO.
Con el fin de precisar en mayor forma las diferencias y semejanzas que existen entre
uno y otro, podemos efectuar entre el patrocinio y poder las siguientes
comparaciones:
1.- Naturaleza Jurídica.
Tanto el patrocinio y el poder revisten la naturaleza jurídica de un mandato solemne.

2.- Objetivo
Patrocinio: Defensa de los derechos, teniendo el patrocinio una representación más
bien de carácter esporádica a pesar de las facultades que al respecto establece el
inc.3° del art.2 de la Ley 18.120.
Poder: Representación de una persona en las diversas gestiones dentro del proceso.

3.- Casos en que se exige y exenciones a esa obligación.


Son comunes tanto el patrocinio y poder según lo establecido en los arts. 1° y 2° de
la Ley 18.120.

4.- Personas que pueden asumirlo


Patrocinio: Sólo abogados habilitados para el ejercicio de la profesión.
Poder: Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, más las otras personas
señaladas en el inc.1° del art.2° de la Ley 18.120.
Un abogado puede ser patrocinante y apoderado a la vez.

5.- Forma Constituirlo.


Patrocinio: Por el sólo hecho de poner el abogado su firma, indicando además su
nombre, apellido y domicilio.
Poder: En cualquiera de las formas establecidas en el art.6° del C.P.C. de la Ley
18.092. o mediante un endoso en comisión de cobranza.

6.- Oportunidad.
Ambos deben constituirse en la primera presentación que haga cada parte en
asuntos contenciosos o no contenciosos.

7.- Sanciones a la no Constitución.


Patrocinio: Se tiene por no presentado el escrito para todos los efectos legales.
Poder: Se tiene por no presentado el escrito, si no se cumple con la debida
constitución del poder dentro del plazo en que el tribunal lo hubiere ordenado, el
que no puede ser superior a tres días.

8.- Responsabilidad
Patrocinio: La responsabilidad del patrocinio es causada por la defensa del juicio y
responde civil, criminal y disciplinariamente y sólo eventualmente el patrocinante
58
tiene una responsabilidad pecuniaria directa por las costas procesales del juicio. (Ej.
Recurso de Casación rechazado).
Poder: El mandatario tiene responsabilidad civil y criminal. Además siempre tiene
una responsabilidad pecuniaria directa por las costas procesales del juicio.

9.- Ejercicio ilegal


Tanto el que ejecute actos de abogados a que se refiere la Ley de Comparecencia
en Juicio, como el que sin poseer las calidades que establece la Ley represente a
otro en un escrito contencioso o no contencioso que no sea de los expresamente
exceptuados, comete el delito de ejercicio ilegal de la profesión sancionado con la
pena de reclusión menor en su grado mínimo a medio (art. 3° Ley 18.120).

10.- Pluralidad
Para algunos puede haber varios patrocinantes o apoderados. Se basan en la
normas contenidas en el C.C., relativas al mandato civil; ya que de acuerdo al art.
2126 del C.C. puede haber uno o más mandantes y uno o más mandatarios.
Otros en cambio estiman que tratándose del mandato judicial la pluralidad es
improcedente, y la razón de no aceptarlo es la discrepancia que puede
presentarse en la actuación de varios mandatarios y considerando la naturaleza del
juicio que requiere de una sola mano, sin divergencias ni discrepancias y para evitar
estos problemas no se acepta la mentada pluralidad. Por el contrario, si permiten
estos autores que las partes en un juicio puedan ser defendidas por más de un
abogado patrocinante ya que no se opone a la economía procesal, además los
patrocinantes son solamente los encargados de cómo se va a efectuar una
defensa.

IV.- SITUACIONES ESPECIALES CON RELACION A LA REPRESENTACION


Respecto de la representación es Menester analizar las situaciones siguientes:
1) Agencia oficiosa procesal o comparecencia con fianza de rato.
2) Procurador común.
3) Representaciones especiales.
4) Representación del ausente.

1) AGENCIA OFICIOSA:
A) CONCEPTO
Lo normal es la exigencia de la ley de cumplir estrictamente con el ius postulandi, o
sea, en la primera presentación de cada parte, debe constituirse mandato judicial.
Pero puede ocurrir un caso de emergencia en que la parte que debe realizar un
acto jurídico procesal no se encuentre. (Ej. una persona es válidamente notificada

59
media hora antes de irse al extranjero). Esto se salva por la agencia oficiosa procesal
(art.6° inc.finales del C.P.C.).
El mandatario debe exhibir el título en virtud del cual representa al mandante. La
agencia oficiosa permite comparecer en juicio sin exhibición de título, sin acreditar
la existencia de mandato judicial de parte del mandante.
La agencia oficiosa consiste en que una persona determinada comparece ante un
tribunal asumiendo la representación de otra y ofreciendo la ratificación posterior de
lo actuado de parte del que normalmente debió ser su mandante.

B) REQUISITOS.
1°) Que el que actúa sin poder sea persona habilitada para comparecer en
juicio o en caso contrario, se haga representar en la forma que la Ley 18.120
establece (art.6° inc.4° del C.P.C.).
2°) Se debe invocar por parte del agente oficioso las causas calificadas que
impiden al directamente afectado comparecer.
3°) Se debe ofrecer por la agente oficioso una garantía de que lo actuado
por él va a ratificarse. Si no se ratifica, la garantía se hace efectiva. Esta garantía se
denomina "fianza de rato"o "fianza de ratificación".

El tribunal deberá calificar las circunstancias del caso y lo hace libremente.


Establece si lo expuesto es motivo suficiente para que la parte no haya podido
comparecer directamente. Si le parecen adecuados, califica la garantía y si la
acepta, señala un plazo razonable para que se efectúe la ratificación por parte del
que ha sido representado sin poder. Las circunstancias que se exponen configuran
la imposibilidad de comparecer de la parte. La garantía que normalmente se ofrece
es una fianza simple. Lo que el Tribunal hace es calificar los bienes del fiador; se
aceptan mínimas garantías y normalmente no se exigen depósitos en dinero o
hipotecas.

El plazo de ratificación dependerá de las circunstancias invocadas. El representante


debe; en todo caso, cumplir en el momento de su comparecencia con los requisitos
corrientes de la comparecencia (Ley 18.102).

Si la ratificación no se produce, hay efectos procesales y civiles:


a) Efectos procesales: Se tiene por inexistente todo aquello en que ha
intervenido el represente (todo es nulo). Como el plazo es judicial, puede ser
prorrogado a petición de parte las veces que estime conveniente el tribunal.
b) Efectos civiles: Se indemnizan los perjuicios causados de los que
responde el fiador.

60
Si la ratificación se produce dentro del plazo establecido, se confirma todo lo
actuado por el agente oficioso, se alza la fianza y continúa la tramitación del juicio
con el correspondiente mandato judicial debidamente constituido.

2°) PROCURADOR COMUN.


Su modo de designarse, sus facultades y sus modos de actuación se establecen en
los art.12 a 16 del C.P.C.

A) CONCEPTO.
Es aquel mandatario que obligatoriamente debe designarse para la representación
conjunta por dos o más demandantes o demandados que dentro de un proceso
hacen valer idénticas pretensiones o excepciones.

De acuerdo con lo previsto en los artículos 19 y 23 del C.P.C. se exige la designación


de procurador común :
- Cuando se deducen las mismas acciones por los demandantes.
- Cuando se oponen las mismas excepciones o defensas por los
demandados.
- En el caso de intervención de tercero coadyuvante.

En estos casos, el procurador común deberá ser nombrado de común acuerdo por
las partes a quienes éste haya de representar de acuerdo a lo establecido en el
inciso 1° del artículo 12 del C.P.C.-
El nombramiento deberá hacerse por las partes dentro del término razonable que
señale el tribunal.
Si por omisión de todas las partes o por falta de acuerdo entre ellas no se hace el
nombramiento del procurador común dentro del término establecido por el tribunal,
deberá él hacer la designación, con la limitación de que en este caso ella deberá
recaer el nombramiento en un procurador del número o en una de las partes que
hayan concurrido al proceso de acuerdo a lo previsto en el artículo 13 del CPC.
Si la omisión es de alguno algunas de las partes, el nombramiento hecho por la otra
u otras valdrá respecto de todas

Designado el procurador común por las partes o el tribunal, este nombramiento


puede ser revocado en las condiciones previstas en el artículo 14 del C.P.C.-
De acuerdo con ese precepto legal, este procurador común designado por las
partes o el tribunal no podrá revocarse sino que por el acuerdo unánime de las
partes o por el tribunal a petición de una de ellas, siempre que existan motivos
justificados que hagan procedente la revocación.
Los procedimientos a que dé lugar esta medida se tramitarán en cuaderno
separado y no suspenderán el curso del juicio.

61
La revocación, sea que se acuerde por las partes o se decrete por el tribunal, no
producirá efectos mientas no quede constituido el nuevo procurador.
Sus facultades son las de un mandatario judicial: es un representante de las partes
que lo han designado o para las cuales ha sido designado.
Debe ajustarse en su actuación a lo que le indiquen las partes. (art.15 del C.P.C.).
El procurador común designado deberá obrar ajustándose en su actuar a las
instrucciones y voluntad de las partes que representa; y en los casos en que éstas no
estén de acuerdo, podrá proceder por sí solo y como se lo aconseje la prudencia,
teniendo siempre en mira la más fiel y expedita ejecución del mandato (Art. 15 del
C.P.C.).-

Cualquiera de las partes representadas por el procurador común que no se


conforme con el procedimiento adoptado por él, podrá separadamente hacer las
alegaciones y rendir las pruebas que estime conducentes, pero sin entorpecer la
marcha regular del juicio y usando de los mismos plazos concedidos al procurador
común. Podrá, asimismo, solicitar dichos plazos o su ampliación, o interponer los
recursos a que haya lugar, tanto sobre las resoluciones que recaigan en estas
solicitudes, como sobre cualquier sentencia interlocutoria o definitiva. (Art.16 del
C.P.C.).-

No obstante, no es necesaria la designación de procurador común en los casos en


que exista pluralidad de partes en los casos contemplados en el artículo 20 del
C.P.C., en los que ellos podrán actuar separadamente en el juicio . Dichos casos son:
- Cuando son distintas las acciones de los demandantes
- Cuando son distintas las defensas de los demandados.
- Cuando habiéndose comenzado el proceso con una acción o defensa
común actuando las partes representadas por un procurador común, surgen en el
curso del proceso incompatibilidades de intereses entre las partes que litigan
conjuntamente.

3) REPRESENTACIONES ESPECIALES
Representación de las personas jurídicas: (ART.8 DEL C.P.C.).
¿Quién representa en juicio a determinadas personas jurídicas?
El C.P.C. distingue entre Sociedades, Corporaciones y Fundaciones, con
personalidad jurídica.
El art. 8 se refiere sólo a las personas jurídicas de Derecho Privado, persigan o no,
fines de lucro.
Quedan sustraídos:
a) Personas jurídicas de Derecho Público.
b) Instituciones de Administración, Instituciones Autónomas, Instituciones semi-
fiscales, etc.
62
O sea, queda excluidas todas aquellas en que el Estado está en su organización.

Normas globales de acuerdo con la naturaleza de la persona jurídica:


1) Personas jurídicas de Derecho Público: no hay reglas en cuanto a su
representación en juicio. Es necesario consultar a la ley que las crea y reglamenta.
Ej: Al Fisco, lo representa el Presidente del Consejo de Defensa del Estado. A los
municipios los representa el Alcalde.

2) En el ámbito privado: Es distinto si se trata por un lado las corporaciones


y fundaciones o por otro de asociaciones que persiguen fines de lucro.
A las corporaciones y fundaciones las representa su presidente (art.8 del C.P.C.).
A las asociaciones con fines de lucro los representa su gerente o administrador.

Aquí hay dos modalidades:


a) En cuanto a la protección de la persona jurídica: La representación
sólo comprende las facultades ordinarias del mandato judicial. Debe haber una
expresa manifestación de voluntad para el otorgamiento de facultades especiales.
b) En cuanto a la protección del tercero litigante: Aunque las partes
alteren o limiten esta representación, esta limitación contenida en su estatuto, no
produce efectos de ninguna especie (art.8 C.P.C).

Representación de las personas ausentes (Art 11 CPC)


Tal materia está reglamentada en el artículo 11 del CPC, aunque en realidad, dicha
norma aislada no basta.
La situación de los ausentes está reglamentada en los artículos 11, 285, 844, 845 y
846 del C.P.C. y el art. 367 del C.O.T.

Hay que ver tres situaciones:


1) Si se teme la ausencia de la persona y quiere el demandante emplazarla
para un juicio Posterior.
Se aplican los arts.284 y 285 del C.P.C. que regulan una medida prejudicial, en la
cual es posible pedir que se constituya en el lugar en que se desarrollará el proceso,
un apoderado que represente a la persona cuya ausencia se tema y que responda
por las costas y multas en que sea condenado, bajo apercibimiento de nombrársele
un curador de bienes.

2) El ausente ha partido del país sin dejar mandato constituido. Hay que
distinguir dos situaciones:
a) Si se sabe del paradero del ausente en el exterior.
En este caso se le notifica por exhorto. También existe la posibilidad que el defensor
público asuma su representación; pero, en este caso en que se conoce el paradero

63
del ausente, es una facultad, no una obligación, para el defensor público asumir
esta representación. (art.367 del C.O.T.).
b) Si no se conoce su paradero en el exterior:
Es necesario designarle un curador de ausentes (curador de bienes): art.473 del Cód.
Civil y 844 y siguientes del C.P.C.

3) El ausente ha dejado mandatario constituido antes de irse o de iniciarse el


juicio: Hay que subdistinguir tres situaciones:

a) El apoderado tiene facultades generales para actuar en juicio:


Se le aplica el art.11 del C.P.C. en sus incisos 1° y 2°. El mandatario es capaz de
recibir notificaciones y de contestar la demanda. A él se notifica y con él sigue el
juicio.
b) El apoderado tiene facultad para un negocio determinado solamente.
Se le aplica el art.11 inciso 3° del C.P.C. Sólo podrá ser emplazado válidamente si el
asunto se refiere a ese negocio determinado.

c) El apoderado no tiene facultad para contestar nuevas demandas. Hay


que distinguir dos situaciones:

i) Si se sabe el paradero del ausente. Se le notifica por exhorto.


ii) Si no se sabe el paradero del ausente: Se aplican los arts. 367 inciso 2° del
C.OT. y 846 del C.P.C. El defensor público debe asumir la representación del ausente
obligatoriamente. Esta representación no es permanente; dura el tiempo necesario
para que el mandatario que carece de facultades, obtenga que se otorguen; o
que se nombre un nuevo mandatario; o que se nombre un curador de ausentes.
CESACIÓN DEL MANDATO LEGAL DE ALGUNA PERSONA.
Esta tratada en el art. 9 del C.P.C. el cual nos señala que "si durante el curso del juicio
termina por cualquier causa el carácter con que una persona representa por el
ministerio de la ley derechos ajenos, continuará no obstante la representación y
serán válidos los actos que ejecute, hasta la comparecencia de la parte
representada o hasta que hay testimonio en el proceso de haberse notificado a este
la cesación de la representación y el estado del juicio. El representante deberá
gestionar que se practique esta diligencia dentro del plazo que el tribunal designe,
bajo pena de pagar una multa de un cuarto a un sueldo vital y de abonar los
perjuicios que resulten".
El representante legal de otro deja de serlo tan pronto como suceden aquellos
hechos que en concepto de la ley sustantiva ponen término a la representación.
Un caso típico es el del padre cuando el hijo llega a la mayoría de edad. Pero en
materia procesal se precisa algo más que la simple ocurrencia de aquellos hechos
para que termine la representación procesal.

64
Según el art. 9 así se requieren que el representado comparezca al juicio ya sea
personalmente o a través de un mandatario, además se requiere que en el
expediente conste que se haya notificado a ese representado la cesación de la
representación y el estado del juicio, por su parte el representante está obligado a
gestionar para que se practique esa notificación dentro del plazo que el tribunal
dispone bajo sanción de pagar una multa y de abonar los perjuicios que resulten.
El art. 9 no se refiere a la situación del fallecimiento del representante legal.

LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO:


Está regulado en el artículo 5 del CPC, para el caso de la persona que litiga
personalmente
Son dos los efectos que produce el citado artículo:
a) Se produce la suspensión de pleno derecho de la tramitación del juicio el
día y la hora exacto en que la persona murió, aún cuando no lo sepa ni el
juez ni la contraparte.
b) Se debe pedir que se notifique a los herederos de la parte fallecida la
existencia y el estado del juicio, que deben comparecer a hacer uso de su
derecho en un plazo igual al de emplazamiento para contestar demanda
que conceden los arts. 258 y 259 del C.P.C.

Todo aquello que se realice en ese juicio con posterioridad al fallecimiento de la


parte que litiga personalmente es nulo.
Si la parte estuviera litigando a través de un procurador o mandatario judicial su
muerte es irrelevante para todos los fines procesales pues el mandato judicial no se
extingue por la muerte del mandante.

REGLAMENTACION DE LAS PARTES


EN EL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.

A.- LA PLURALIDAD DE PARTES O LITISCONSORCIO.


La intervención de las partes en el proceso y en especial el número de partes que
pueden intervenir en él se reglamenta en los artículos 18 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil.
La regla general es que en un proceso intervenga una persona detentando la
calidad de demandante y otra persona detentando la calidad de demandado.
No obstante, el legislador contempla también la posibilidad de que haya más de un
demandante o más de un demandado en el proceso; en cuyo caso nos
encontramos ante un "litisconsorcio" o relación procesal múltiple.

El litisconsorcio puede ser clasificado desde distintos puntos de vista:


a.- Según la posición que ocupan los varios sujetos de la relación procesal que
actúan en una misma calidad de parte.
65
El litisconsorcio, en cuanto a los sujetos respecto de los cuales se pueden dar, se
clasifica en: Litisconsorcio activo, en caso de pluralidad de demandantes;
Litisconsorcio pasivo, en caso de pluralidad de demandados; y
Litisconsorcio mixto, caso en el cual hay pluralidad de demandantes y
demandados dentro de un mismo proceso.

b.- Según su origen


El litisconsorcio, en cuanto al instante en que se genera, se clasifica en:
Litisconsorcio originario o inicial, que es aquel que nace con la demanda misma que
se puede interponer por uno o más demandantes contra uno o más demandados; y
Litisconsorcio subsiguiente o sobreviniente, que es aquel que se origina con
posterioridad a la interposición de la demanda y durante el curso posterior del
proceso.

c.- Según la necesidad de la presencia de varios sujetos en el proceso.


Nos encontramos en presencia de un litisconsorcio necesario si es obligatoria la
presencia de varios sujetos para poder pronunciarse el tribunal respecto del
conflicto; y en cambio, estaremos en presencia de un litisconsorcio facultativo o
voluntario cuando la presencia de varios sujetos no es indispensable para la solución
del conflicto, sino que ella se genera con motivo de la forma en que se decide
presentar la demanda por el actor.

El litisconsorcio voluntario o facultativo, presenta las siguientes características:


a) El litisconsorcio facultativa o voluntaria, se encuentra regulada en los artículos
18 y siguientes del C.P.C., ubicados dentro del Libro I de ese Código, por lo que
tienen el carácter de reglas de aplicación general al estar tratada dentro de las
disposiciones comunes a todo procedimiento y son aplicables a toda clase de
juicios: ordinarios, sumarios y especiales.
b) La generación del litisconsorcio es facultativo, puesto que podrá producirse la
relación procesal múltiple a voluntad del sujeto activo en la relación procesal.
c) Los requisitos para que pueda generarse el litisconsorcio son:
1) La existencia de una pluralidad de acciones interpuesta por el actor;
2) Que las acciones afirmadas no sean incompatibles entre sí y
3) Que todas las acciones se tramiten conforme a un mismo
procedimiento.

El objeto del litisconsorcio o relación procesal múltiple es:


1) Evitar la duplicidad de litigios,
2) Evitar el desgaste de la actividad jurisdiccional,
3) Evitar el mayor costo para las partes y
4) Evitar la posibilidad de dictación de sentencias contradictorias.

66
El legislador no ha reglamentado esta materia en forma muy completa, limitándose
a establecer los casos en que procede el litisconsorcio.
Estos casos están enumerados en el artículo 18 CPC, que no es una norma amplia
sino de restricción. Lo normal es que se acepte sólo un demandante y un
demandado y sólo en los casos señalados taxativamente por el mencionado
precepto legal se acepta lo contrario.
Los casos de pluralidad de partes o litisconsorcio activo o pasivo, inicial voluntario, se
contemplan por el legislador en el artículo 18 del C.P.C.
"En un mismo juicio podrán intervenir como demandantes o demandados
varias personas siempre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen
directa e inmediatamente de un mismo hecho, o que se proceda conjuntamente
por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la ley"

De acuerdo con ese precepto legal, los casos en los cuales es posible que se genere
un litisconsorcio activo o pasivo inicial son:
a) Cuando varias personas deducen la misma acción.
Como ejemplo de esta situación se ha señalado por la doctrina el caso en que
cinco personas entablan una acción reivindicatoria respecto de un predio que
dicen haber obtenido por herencia; cuando varios herederos ejercen la acción de
petición de herencia; etc.
b) Cuando varias personas deducen acciones que emanan directa e
inmediatamente de un mismo hecho.

En las Actas de la Comisión Revisora del Código de Procedimiento Civil, el señor


Urrutia observa que nacen directa e inmediatamente de un mismo hecho la acción
reivindicatoria que fluye de la nulidad, resolución o rescisión de un acto o contrato; y
asimismo la del arrendador contra el arrendatario directo para la terminación del
arrendamiento y a la vez contra el subarrendatario, a fin de que éste restituya la
cosa arrendada. Personales, las acciones rescisoria, de nulidad y resolución, se
dirigen contra el contratante con el fin de terminar los efectos o anular los actos
contractuales; pero como de la infracción declarada hay derecho para deducir
acción real contra terceros, como lo establecen especialmente los artículos 1490,
1491 y 1689 del Código Civil, es útil en todo concepto que ambas acciones puedan
tramitarse en un mismo juicio. De este modo la sentencia sobre la acción personal
empecerá al poseedor contra quien se reivindica. Igual cosa puede decirse de las
acciones que se dirigen contra el arrendatario y subarrendatario."
La Jurisprudencia ha señalado que puede deducirse en un solo juicio, contra cinco
compañías de seguros diferentes, la acción de cobro de pesos derivada de un
mismo incendio.".
La Doctrina ha señalado como ejemplo de este caso, cuando diez personas
entablan una acción de indemnización de perjuicios en contra de una empresa de

67
transportes por lesiones sufridas con motivo de un accidente ocurrido durante el
viaje".
c) Cuando la ley autoriza para proceder por muchos o contra muchos,
como en el caso de las obligaciones solidarias.
De acuerdo a lo señalado en las Actas de la Comisión Revisora esta "parte final del
artículo se refiere especialmente a los juicios que surgen de las obligaciones
solidarias e indivisibles; acciones de comuneros o contra comuneros, pago de
deudas hereditarias o testamentarias, etc.".
La doctrina ha señalado como ejemplo de esta situación, cuando tres acreedores
solidarios demandan el cumplimiento de su obligación al deudor; o a la inversa, un
acreedor demanda el cumplimiento de una obligación a diversos deudores
solidarios.

El hecho que exista pluralidad de partes puede ser un elemento disociador en el


juicio, por lo que para evitar esta situación se ha contemplado por el legislador los
casos en que las partes que actúan en litisconsorcio deben proceder a designar
procurador común.
Esta regla de designación de procurador común es aplicable tanto a los
demandantes y demandados.
De acuerdo con lo previsto en el artículo 19 del C.P.C. se exige la designación de
procurador común :
a) Cuando se deducen las mismas acciones por los demandantes.
b) Cuando se oponen las mismas excepciones o defensas por los
demandados.

No obstante, no es necesaria la designación de procurador común en los casos en


que exista pluralidad de partes en los casos contemplados en el artículo 20 del
C.P.C., en los que ellas podrán actuar separadamente en el juicio. Dichos casos son :
a) Cuando son distintas las acciones de los demandantes
b) Cuando son distintas las defensas de los demandados.
c) Cuando habiéndose comenzado el proceso con una acción o defensa
común actuando las partes representadas por un procurador común, surgen en el
curso del proceso incompatibilidades de intereses entre las partes que litigan
conjuntamente.

El litisconsorcio necesario no se encuentra regulado en el Código de Procedimiento


Civil, no obstante que este es aceptado en el derecho comparado y por nuestra
jurisprudencia.
" El litisconsorcio necesario puede ser de dos tipos, a saber: propio e impropio.
En el litisconsorcio necesario propio la ley señala expresamente cuando los varios
sujetos de una relación jurídica sustancial deben actuar obligatoriamente en una
misma relación procesal, ya sea activa o pasivamente. No obstante lo anterior, en
68
nuestro derecho, hasta donde hemos podido investigar, no se presentan casos de
litisconsorcio necesario propio.
Por el contrario, las típicas manifestaciones apuntadas en la doctrina procesal como
ejemplos de esta figura en nuestro ordenamiento o están tratadas como supuestos
de litisconsorcio voluntario v.gr. las obligaciones indivisibles; o bien, los preceptos
donde se contienen no son claros en orden a su reconocimiento, debiendo
reconducirse tales hipótesis a supuestos de litisconsorcio necesario impropio.
Por su parte, el litisconsorcio necesario impropio se caracteriza por no estar
establecido expresamente por la ley, sino que viene condicionado por la naturaleza
de la relación jurídica deducida en juicio. En este caso, una determinada relación
de derecho sustancial obliga a constituir la relación procesal con todos los sujetos a
quienes pueda afectar la sentencia que sobre el fondo se pueda dictar, pero a
diferencia del litisconsorcio necesario propio, el legislador no indica expresamente
los casos en que se debe conformar la relación procesal necesariamente plural.
Esta figura nace de la imposibilidad que tiene el legislador para fijar de manera
anticipada y nominativa los supuestos en que se debe configurar obligatoriamente
un proceso con pluralidad de sujetos, que actúen en una misma posición de parte (
activa o pasiva).Por lo mismo, la determinación de este tipo de litisconsorcio es una
cuestión que debe calificarse atendiendo a la situación de derecho sustancial
deducida en juicio, determinando si ella exige para la producción de sus efectos
iniciar una relación procesal con todos los sujetos que, activa o pasivamente, allí
deben ser parte. (Alejandro Romero Seguel. La acumulación inicial de Acciones.
Páginas 23 y 24.Editorial Jurídica Conosur Ltda. Septiembre 2000. Santiago. Chile.)
" La presencia de una pluralidad de sujetos que actúan en un proceso en una
misma posición de parte no produce por sí una pluralidad de acciones. Por el
contrario, la doctrina coincide en señalar que en el litisconsorcio necesario el objeto
del recurso está compuesto por una única acción o una única pretensión, sin que
obste a ello la pluralidad de sujetos que intervienen.

"Esta unidad de acción que se aprecia en el litisconsorcio necesario explica los


diferentes efectos procesales que se verifican en comparación con el denominado
litisconsorcio voluntario, los que se pueden resumir de la siguiente forma:
a) Los actos de disposición del objeto del proceso ( desistimiento,
allanamiento, transacción) sólo producen efectos cuando concurren todos los
litisconsortes necesarios;
b) Se debe pronunciar una sentencia única para todos los sujetos que
necesariamente deben ser parte de la relación procesal;
c) Las defensas o excepciones favorecen a todos los litisconsortes necesarios;
y
d) Al tratarse el litisconsorcio necesario de una única acción desaparece la
base de toda acumulación de acciones, que es la existencia de una pluralidad de
las mismas afirmadas en un mismo proceso. Por lo mismo, en esta situación no es
69
aplicable la facultad de separar la tramitación de los litigios que reconoce el
artículo 172 del C.P.C. ya que la sentencia que se pronuncie en el litisconsorcio
necesario debe ser única para todos los sujetos.

"Aunque nuestra doctrina procesal prácticamente no se ha ocupado mayormente


del problema del litisconsorcio necesario, en la jurisprudencia se ha sancionado la
existencia de esta figura en varias ocasiones. Se trata de situaciones vinculadas
preferentemente con las sentencias constitutivas de nulidad de un acto o contrato
(entre partes y respecto de terceros); con las sentencias declarativas que se
pronuncian sobre una situación que afecta a varias personas ( v.gr. la resolución de
un contrato) y con algunas situaciones vinculadas al ejercicio de acciones en
materia de comunidades. En la doctrina civil se apunta como hipótesis de un
litisconsorcio de esta clase el que se puede generar en relación al ejercicio de la
acción de demarcación, cuando ella va a producir efectos entre distintos
propietarios de predios colindantes. (Alejandro Romero Seguel. La acumulación
inicial de Acciones. Páginas 26 y 27.Editorial Jurídica Conosur Ltda. Septiembre 2000.
Santiago. Chile.)

Finalmente, debemos tener presente que en el derecho comparado es reiteradísima


la jurisprudencia que sustenta que la excepción de litisconsorcio puede ser
apreciada de oficio por los tribunales, porque a ellos incumbe cuidar que el litigio se
ventile con todos los que claramente pueden resultar afectados por las
declaraciones de la sentencia, ya que el principio de orden público de la veracidad
de la cosa juzgada, exige la presencia en el proceso de todos los que debieron ser
parte de él, y la posible apreciación de oficio de la existencia de litisconsorcio
impide que se incurra en incongruencia. (María Encarnación Dávila Millán.
Litisconsorcio necesario. Concepto y tratamiento procesal. Pág.230. Segunda
edición. Bosch.1992. Barcelona)

B.-LA INTERVENCION FORZADA DE PARTES.


Uno de los caracteres básicos del ejercicio de las acciones es su voluntariedad por
parte del demandante que cree ser afectado en algún derecho para concurrir a los
tribunales.
Sin embargo, excepcionalmente existen en nuestra legislación casos de intervención
forzada de partes, sean demandantes o demandados; en los cuales no nos
encontramos ante un caso de compulsividad para forzar su presencia ante los
órganos jurisdiccionales, sino que ante situaciones en que las partes tienen la
necesidad de comparecer en un proceso so pena de tener que soportar las
consecuencias que genera su incomparecencia, es decir, la pérdida del derecho
de accionar o de defenderse y evitar así los efectos de una sentencia contraria a sus
intereses.

70
Los casos de intervención forzada de partes que contempla nuestra legislación son
los siguientes:
a) Cuando una acción corresponde a otras personas que el
demandante. (Art. 21 del C.P.C.)
b) La jactancia
c) Citación de evicción
d) Citación de acreedores hipotecarios en el juicio ejecutivo
e) Verificación de créditos en el juicio de quiebra.

B.1.- Artículo 21 del Código de Procedimiento Civil.


El referido precepto legal establece que "si la acción ejercida por alguna persona
corresponde también a otra u otras personas determinadas, podrán los
demandados pedir que se ponga la demanda en conocimiento de las que no
hayan concurrido a entablarla, quienes deberán expresar en el término de
emplazamiento si se adhieren a ella."
"Si dichas personas adhieren a la demanda se aplicará lo dispuesto en los artículos
12 y 13; si declaran su resolución de no adherirse, caducará su derecho; y si nada
dicen dentro del término legal, les afectará el resultado del proceso, sin nueva
citación. En este último caso podrán comparecer en cualquier estado del juicio;
pero respetando todo lo obrado con anterioridad."
Este precepto legal se refiere a la circunstancia en que una determinada acción
interpuesta en el proceso corresponda también a otras personas distintas a la
persona que ha demandado.
Este es un derecho que el legislador contempla sólo en favor del demandado para
que otras personas comparezcan al juicio como demandantes y reviste para él un
carácter facultativo, puesto que puede hacer uso discrecionalmente de él.
El fundamento de este precepto es que el demandado no tenga que sufrir la
interposición de diversas y sucesivas demandas sobre una misma materia y evitar
que se dicten sentencias contradictorias.

Esta solicitud del demandado de ponerse la demanda en conocimiento de las otras


personas que no hubieren demandado deberá formularse en el término para
contestar la demanda y antes de evacuar ese trámite.
Esta solicitud podría ser una forma de excepción dilatoria; pero no es posible
otorgarle esa naturaleza al ser válido el procedimiento que se sigue contra el
demandado. Simplemente es una facultad procesal que debe ejercitarse
previamente a cualquier defensa sobre el fondo del asunto.

Dicha petición debe ser tramitada como un incidente de previo y especial


pronunciamiento, por lo que se tramitará en el cuaderno principal y se suspenderá el
procedimiento mientras el tribunal no se pronuncie acerca de la solicitud.

71
Accediéndose por el tribunal a la solicitud del demandado, ella debe ser puesta en
conocimiento de las personas a quienes les corresponde la acción y no hubieren
demandado, suspendiéndose el procedimiento hasta que la demanda sea
notificada a los demás titulares de la acción para que se adhieran a la demanda
dentro del término de emplazamiento.

Las actitudes que pueden asumir los notificados de la demanda dentro del término
de" emplazamiento pueden ser las siguientes:
1.- Declarar que adhieren a la demanda.
En este caso pasan a adquirir el carácter de demandantes y estaremos en
presencia de un litisconsorcio activo de partes, debiendo aplicarse las normas sobre
designación de procurador común contempladas en los artículos 12 y 13 del C.P.C..-
2.- Declarar que no se adhieren a la demanda.
En este caso caducarán los derechos del potencial demandante y si demanda con
posterioridad se opondrá a esa demanda la excepción de cosa juzgada. Esta
resolución de no adherirse a la demanda importa un verdadero desistimiento a la
demanda.

3.- Dejar transcurrir el término de emplazamiento sin manifestar voluntad


alguna.
En este caso, los notificados no adquieren el carácter de parte, pero tampoco
pierden el derecho de comparecer posteriormente en el juicio, pero respetando
todo lo obrado con posterioridad.
En todo caso, sea que comparezcan o no con posterioridad durante el curso del
juicio, les afectará el resultado del proceso sin nueva notificación, por lo que la
sentencia que se dicte producirá respecto de ellos cosa juzgada, la que se podrá
oponer en el juicio posterior que ellos pretendieren iniciar mediante la interposición
de una nueva demanda.
El término de emplazamiento contemplado en el precepto legal es el del juicio
ordinario civil de mayor cuantía, cualquiera sea el procedimiento en que el
demandado pretendiera ejercer este derecho.

B.2.- La jactancia. (Artículos 269 y siguientes).


La Jactancia puede ser definida como la acción y efecto de atribuirse, por persona
capaz de ser demandada, derechos propios sobre bienes de otro, o asegurar ser su
acreedor. (Couture).
Es la situación en que se encuentra una persona que dice tener derecho del que no
está gozando, es decir, cuando una persona se atribuye tener un determinado
derecho, puede ser obligado por aquel a quien la jactancia afecta a interponer la
demanda correspondiente a los derechos de que se jacta.

72
De acuerdo a lo previsto en el artículo 270 del CPC, se puede deducir demanda de
jactanciaen los siguientes casos:
a) Cuando la manifestación del jactancioso conste por escrito.
b) Cuando la manifestación del jactancioso se haya hecho de viva voz, a lo
menos, delante de dos personas hábiles para dar testimonio en juicio civil
c) Cuando una persona haya gestionado como parte un proceso criminal
del cual puedan emanar acciones civiles contra el acusado, para el
ejercicio de esas acciones.

Aquel a quien la jactancia puede afectar, puede deducir una demanda en contra
del jactancioso para que se declare la obligación de éste de demandar el derecho
que dice poseer y que no está gozando.
Esta acción de jactancia prescribe en el plazo de 6 meses, contados desde que
tuvieron lugar los hechos en que pueda fundarse de acuerdo a lo establecido en el
artículo 272 del C.P.C..-

Dicha demanda que se deduce en contra del jactancioso se debe someter a los
trámites establecidos para el juicio sumario.(Art. 271 inc.1° del C.P.C.).-

En dicho procedimiento sumario, la sentencia que se dicte puede resolver dar lugar
a la demanda de jactancia, en cuyo caso el jactancioso tiene el plazo de 10 días
para entablar la demanda, plazo que puede ampliarse por el tribunal hasta 30 días
por motivo fundado.
Si el jactancioso entabla la demanda dentro del plazo, se inicia el juicio
correspondiente, que se tramitará de acuerdo al procedimiento que corresponda
aplicar según la naturaleza del derecho que se haya atribuido el jactancioso.
Si el jactancioso no deduce la demanda dentro de ese plazo, debe la parte
interesada solicitar al tribunal declarar que el jactancioso no será oído después
sobre el derecho que se jactaba. Esta solicitud del interesado se tramita como
incidente de acuerdo a lo establecido en el inciso 2° del artículo 271.

Una vez que el tribunal dicte la sentencia que declara que el jactancioso ha
incurrido en el apercibimiento legal, no puede éste deducir demanda sobre el
derecho que se jactaba con posterioridad.

B.3.- Citación de evicción.


Uno de los elementos de la naturaleza del contrato de compraventa es la
obligación de saneamiento del vendedor, la que comprende dos objetos:
a) Amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa
vendida,
b) Responder de los defectos ocultos de ésta, llamados vicios redhibitorios.

73
En el contrato de compraventa, una de las obligaciones de la naturaleza es
la de saneamiento de la evicción por parte del vendedor, que es la privación de la
cosa vendida, por sentencia judicial, en virtud de causa anterior a la venta.
Dado que el vendedor tiene la obligación de la naturaleza de amparar al
comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida, el comprador a
quien se demanda la cosa vendida, por causa anterior a la venta, debe citar al
vendedor para que comparezca a defenderla.
Esta facultad del comprador de citar al vendedor para que comparezca en el juicio
a defenderlo respecto de las acciones judiciales deducidas en su contra destinados
a privarlo de la cosa vendida por causa anterior a la venta, es la denominada
citación de evicción que se regula en los artículos 1843 y 1844 del código Civil y 584
del C.P.C. y que da lugar a la intervención forzada de parte.-

El comprador para hacer efectiva la obligación de saneamiento debe citar al


vendedor para que comparezca en el juicio a defender la cosa, la que debe
efectuarse antes de la contestación de la demanda.
Si el comprador no cita al vendedor, este no responderá por la evicción que
se produzca.
Si el comprador cita al vendedor y concurre éste al juicio, el proceso se sigue
con él como parte demandada, pero conservando el comprador el derecho a
intervenir en el juicio para defender sus derechos sobre la cosa.
Si el vendedor citado no comparece, es responsable de la evicción, salvo
que el comprador haya dejado de oponer una defensa o excepción propia y en
virtud de ello, la sentencia fuere desfavorable y la cosa evicta.

B.4.- Citación de los acreedores hipotecarios en el juicio ejecutivo.


La hipoteca es un contrato de garantía y genera un derecho real que otorga la
facultad de perseguir la cosa sin importar las manos de quien se encuentre.
Si en un juicio ejecutivo se embarga una propiedad hipotecada, el que concurre a
adquirirla la adquiere con todos sus gravámenes hipotecarios. Sin embargo, existe un
sistema de intervención forzada en virtud del cual la propiedad queda libre de la
hipoteca.
La norma pertinente está señalada en el artículo 2.428 del Código Civil, en relación
con el artículo 492 del Código de Procedimiento Civil y establece la citación de los
acreedores hipotecarios a los que debe notificárseles personalmente el remate de la
propiedad, remate que se realiza una vez transcurrido el término de emplazamiento.
El silencio de un acreedor hipotecario debe interpretarse según lo establecido en el
artículo 492 del Código de Procedimiento Civil, es decir, se entiende que optan por
pagarse sobre el precio de la subasta.

74
B.5.- Verificación de créditos en los juicios de quiebra.
Se refiere esta materia a los acreedores del fallido que tienen la obligación de
verificar sus créditos en la oportunidad que la ley señale.
La Ley de Quiebras señala que la Quiebra es un juicio que afecta a todo el
patrimonio del fallido. Al declararse la quiebra quedan afectos a ella todos sus
bienes. El pasivo se determina mediante el procedimiento de verificación de
créditos.
Todos los acreedores para tener derecho a concurrir en el pago de los créditos
tienen que verificarlos, ante el tribunal que conoce de la quiebra.
Si no lo hacen en la oportunidad que señala la ley, para lo cual se les cita mediante
una notificación en el Diario Oficial, no participan en el dividendo de la quiebra y sus
créditos no se satisfacen.
Existe, sin embargo una posibilidad extraordinaria de verificar los créditos fuera de la
oportunidad ordinaria que establece la ley.

DOS INSTITUCIONES VINCULADAS AL CONCEPTO DE PARTE.


Estas dos instituciones, que tienen vinculación y efectos en el proceso son : La
substitución procesal y la sucesión procesal.

1.- La Substitución procesal.

a.- Concepto.-
Es la institución que faculta a una persona para comparecer en juicio en su propio
nombre, haciendo valer un derecho que pertenece a otro, adquiriendo el carácter
de parte para todos los efectos legales.
Puede ocurrir que un patrimonio (y todo lo que con él diga relación) interese a un
tercero, y que el sujeto titular de ese patrimonio no tenga interés en que se incorpore
a él un determinado derecho. El interesado, entonces, hace uso de esta facultad
para incorporar el derecho al patrimonio del indolente para hacer efectivos sus
créditos.
No es un caso de representación, pues no se actúa aquí a nombre de otro sino en el
propio nombre; Se actúa en el propio interés, sin perjuicio de que este interés esté
vinculado con el interés del que no ejercita sus derechos (el sustituido).

b.- Casos de substitución procesal en nuestro derecho.


1.- Artículo 2.466 del Código Civil.
Se refiere a la acción oblicua o subrogatoria.
2.- Artículo 2.468 del Código Civil.
Se refiere a la acción pauliana o revocatoria, la cual está tratada también en
la ley de quiebras, en forma más completa y detallada.
3.- En la citación de evicción.
75
En la citación de evicción, cuando el vendedor asume la defensa. Artículo
1844 del código civil.

2.- La Sucesión Procesal.


En este caso, los cambios en la relación jurídica procesal pueden producirse durante
el curso del proceso.

Los principales casos de sucesión procesal son:


a.-Fallecimiento de la parte que actúa personalmente en el juicio.
El artículo 5 del C.P.C., que tiene en la actualidad poca aplicación debido a que la
comparecencia personal de la parte implica no tener que cumplir con el requisito
del jus postulandi (necesidad de abogado patrocinante y de apoderado),
establece que si muere la parte que estaba litigando personalmente, el juicio se
suspende y para continuarlo es necesario notificar a los herederos del fallecido y
esperar después de la notificación el transcurso del término de emplazamiento. Sólo
así el juicio se reinicia procesalmente. La ley, en todo caso, no exige que se
comunique la muerte de la parte a la contraparte.

b.- Cesión de derechos litigiosos.


Art 1911 y sgtes del C.Civil.

c.- La subrogación.
El pago es el principal modo de extinguir las obligaciones. Una de las formas de
realizar el pago es mediante la subrogación en que una persona paga por otra
produciéndose una traslación de los derechos y obligaciones que recaen en la
persona que paga por el otro. La subrogación puede ser legal o convencional.
c.1.- Subrogación Legal.
Contemplada en el artículo 1.610 del Código Civil opera por el solo hecho del pago
en las situaciones que ese artículo contempla.

c.2.- Subrogación Convencional.


Establecida en el artículo 1.611 del Código Civil, por expresa disposición del artículo
anterior produce el efecto de traslación de los derechos y obligaciones del
subrogado. El que paga ocupa el lugar procesal del acreedor antiguo por la
subrogación convencional; se produce una alteración de la parte en el juicio.

76
LOS TERCEROS.

A.- CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN.


Hemos visto hasta el momento que existen dos clases de partes:
Las partes directas: Demandantes y demandados.
Las indirectas: Los terceros.

Los Terceros son aquellas personas que no están vinculadas expresa y directamente
a un conflicto promovido ante el órgano jurisdiccional.

Dentro de este concepto general, pueden clasificarse en:


1.- Terceros Indiferentes.
2.- Terceros Interesados.

Terceros Indiferentes son todos aquellos a quienes no va afectar de modo


alguno ni el proceso, ni la sentencia dictada en él.
El proceso sólo tiene efectos relativos y la sentencia sólo afecta a las partes que han
intervenido en el procedimiento del cual emana. Normalmente, los que no han sido
demandantes ni demandados no son afectados por la sentencia.

Terceros interesados son todos aquellos que, sin ser partes directas en un
proceso, ven afectados sus derechos a causa de ese proceso.

Hay tres maneras de intervenir como tercero interesado en el proceso:


a.- Por Vía Adhesiva. (Tercero Coadyuvante)
b.- Por Vía Principal. (Tercero Independiente)
c.- Por Vía de Oposición. (Tercero Excluyente).

Cuando un tercero interviene en un asunto, su intervención se llama tercería.

Tercero interesado es pues, aquel que teniendo interés en los resultados del
juicio, no ha sido parte originaria en él y llega a serlo por afectarse un derecho
propio.
La intervención de terceros se rige por las normas generales contempladas en
los artículos 22, 23 y 24 del Código de Procedimiento Civil.
Sin perjuicio de ello, es menester hacer presente que el legislador se ha encargado
de regular especialmente la intervención de los terceros en el juicio ejecutivo a
través de las tercerías que en él se contemplan, siendo ellas de acuerdo con la
Jurisprudencia de nuestros tribunales la única forma que puede revestir la
intervención de los terceros en ese proceso.
Las tercerías que se contemplan en el juicio ejecutivo son la tercería de dominio, en
la cual un tercero persigue la exclusión del embargo de diversos bienes
77
atribuyéndose el carácter de propietario; la tercería de posesión, en la cual un
tercero persigue la exclusión del embargo de diversos bienes atribuyéndose el
carácter de poseedor; la tercería de prelación, en la cual un tercero sostiene su
derecho a ser pagado preferentemente respecto del ejecutante en el juicio
ejecutivo con el producto de la liquidación de los bienes por poseer un crédito
privilegiado; y la tercería de pago, en la cual un tercero solicita concurrir como
valista a pagarse a prorrata con el ejecutante de su crédito con el producto de la
liquidación, por no poseer el ejecutado otros bienes.

B.- REQUISITOS PARA INTERPONER UNA TERCERÍA.


Los requisitos que deben concurrir para interponer una tercería son:
1.- Debe estar investido de la calidad de tercero.
El carácter de tercero es sumamente fácil de determinar, pues tercero es todo aquel
que no ha sido parte originaria en el litigio.
2.- Debe existir un proceso en tramitación. El concepto de juicio en
tramitación está en estrecha vinculación con el de relación procesal. Hay juicio en
tramitación cuando se ha constituido una relación procesal. Para que exista relación
procesal válida deben concurrir los requisitos:
a) Que se haya notificado válidamente la demanda
b) Que haya transcurrido el término de emplazamiento.

3.- Debe tenerse un interés actual en el resultado del juicio.


El interés actual en el resultado del juicio se entiende que debe existir en el momento
de la intervención. No puede tratarse de un interés eventual o condicionado. (Art.
23 del C.P.C.).
El interés será actual cuando haya comprometido un derecho y no una mera
expectativa en el momento de la intervención del tercero. Sin embargo, en ciertos y
determinados casos, la ley autoriza la intervención de un tercero que no tenga un
interés actual comprometido.
La ley al hablar de terceros se refiere a los que tienen posibilidad de ser parte en él.

C.- CLASES DE TERCERÍA.


Las clases de tercerías que pueden hacer valer los terceros o las formaS en que ellos
pueden llegar a intervenir en relación con las partes son:

a.- Por Vía Adhesiva. (Tercero Coadyuvante)


b.- Por Vía Principal. (Tercero Independiente)
c.- Por Vía de Oposición. (Tercero Excluyente).

a.-Tercería Coadyuvante o intervención por Vía Adhesiva.


Es aquella intervención en el juicio de las personas que tienen un interés actual en su
resultado, defendiendo pretensiones armónicas y concordantes con los de una de
78
las partes directas. Los terceros coadyuvantes pasan a ocupar prácticamente un
lugar de colaborador del demandante o demandado.

La doctrina ha señalado que a la solicitud de intervención en el juicio por parte del


tercero coadyuvante debe conferírsele la tramitación de un incidente para dar a la
otra parte la oportunidad de hacer valer las objeciones que le pudiere caber esa
intervención.
El tercero puede intervenir en el carácter de coadyuvante en cualquier estado del
juicio, ya sea en primera instancia, segunda instancia y aún en los recursos de
casación deducidos para ante la Corte Suprema.
Al existir una identidad de defensas y posiciones del tercero con una de las partes, el
tercero deberá actuar conjuntamente con esa parte a la que adhiere a través de
un procurador común de acuerdo a lo previsto en el artículo 23 del Código de
Procedimiento Civil, sin perjuicio de hacer separadamente las alegaciones y rendir
las pruebas que estimare conducentes, cuando no se conformare con el
procedimiento adoptado por el procurador común.
La Jurisprudencia ha señalado que poseen este carácter los acreedores de una de
las partes, los cesionarios de una cuota de derecho de herencia, los accionistas de
una sociedad anónima en un juicio que se sigue en contra de la sociedad, el sindico
de la quiebra del marido en los juicios de separación de bienes seguidos por la mujer
contra el marido, el comunero; etc.

b.- Tercería Independiente o intervención por Vía Principal.


Son aquellos, como su nombre lo indica, que sostienen un interés independiente del
que han hecho valer las partes en el juicio.
Estos terceros independientes de acuerdo a lo señalado por la doctrina y
jurisprudencia, no obstante lo establecido en el inciso final del artículo 23 del C.P.C.,
debe obrar separadamente y no a través de un procurador común.
De acuerdo a la Jurisprudencia tendría este carácter el tercero que compra un bien
raíz afecto a una medida precautoria.

c.-Tercería Excluyente o intervención por Vía de Oposición.


Son aquellos que intervienen en el juicio sosteniendo una pretensión incompatible
con las de las partes. Es un juicio distinto inserto en el proceso originario.
Estos terceros no actúan conjuntamente con alguna de las partes a través del
procurador común, sino que en forma separada y sin sujeción al procurador común.
Un ejemplo típico de tercería excluyente son las tercerías de dominio y de posesión
dentro del juicio ejecutivo.

79
Efectos de las resoluciones dictadas en los juicios en que intervienen terceros.
Las resoluciones que recaen en los juicios en que intervienen terceros, cualquiera sea
la clase de éstos, producen respecto de ellos los mismos efectos que respecto de las
partes principales de acuerdo a lo previsto en el artículo 24 del C.P.C

LAS PARTES EN EL PROCESO PENAL.

En el nuevo sistema procesal penal, el artículo 12, titulado Intervinientes,


dispone que para los efectos regulados en este Código, se considerará intervinientes
en el procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima y al querellante,
desde que realizaren cualquier actuación procesal o desde el momento en que la
ley les permitiere ejercer facultades determinadas.
Como sujeto activo de la pretensión penal se encuentra el Ministerio Público, a
quien le corresponde ejercer y sustentar la acción penal pública en la forma prevista
por la ley (art, 77), para lo cual deben practicará todas las diligencias que fueren
conducentes al éxito de la investigación y dirigirán la actuación de la policía, con
estricta sujeción al principio de objetividad consagrado en la Ley Orgánica
Constitucional del Ministerio Público, formalizar la investigación, cerrar la
investigación, acusar y asistir al juicio oral rindiendo las pruebas que fueren
necesarias.
Asimismo, constituye un deber para los fiscales durante todo el procedimiento
adoptar medidas, o solicitarlas, en su caso, para proteger a las víctimas de los
delitos; facilitar su intervención en el mismo y evitar o disminuir al mínimo cualquier
perturbación que hubieren de soportar con ocasión de los trámites en que debieren
intervenir, pudiendo con tal objeto realizar las actividades contempladas en el
artículo 78 del Código Procesal Penal...
La víctima ( art. 108 del C.P.P), puede participar en el proceso ejerciendo los
derechos que le confiere el artículo 109 de ese Código.
Sin embargo, la victima podrá ser parte activa del proceso penal si ejerce la
respectiva querella criminal (art. 111), quien podrá acusar particularmente o
adherirse a la acusación, y presentar la demanda civil en contra del imputado,
ofreciendo pruebas (art. 261) , y asistir al juicio oral para sustentar la pretensión penal
que hubiere hecho valer por vía de adhesión a la formulada por el Fiscal o en forma
principal, rindiendo las pruebas necesarias para tal efecto y que se hubieren
aceptado en la audiencia preparatoria de juicio oral.
En el nuevo sistema procesal penal, sólo la victima puede ejercer la acción
civil, debiendo todo otro tercero que hubiere experimentado algún daño proceder
a demandar ante los tribunales civiles competentes según las reglas generales.
En cuanto al sujeto pasivo, el imputado es la persona a quien se atribuyere
participación en un hecho punible desde la primera actuación del procedimiento
dirigido en su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia.( art. 7° Código
Procesal Penal.)
80
Para este efecto, se entenderá por primera actuación del procedimiento cualquiera
diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie,
que se realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el ministerio
público o la policía, en la que se atribuyere a una persona responsabilidad en un
hecho punible.
Durante todo el procedimiento debe intervenir el defensor, que es el abogado que
debe asesorar al imputado para ejercer su derecho a ser defendido desde la
primera actuación del procedimiento dirigido en su contra.(art 102)

EL EMPLAZAMIENTO
I.- CONCEPTO.
El emplazamiento es el llamamiento con plazo hecho por el juez, citando a alguna
persona para que comparezca en un proceso o instancia a manifestar su defensa o
a cumplir con lo que se mandare.(Couture)
Es la notificación que se le hace a la parte para que dentro de un determinado
plazo haga valer sus derechos.

2.- ELEMENTOS.
El emplazamiento siempre se encuentra compuesto de dos elementos:
1.- Existencia de una notificación.
2.- Transcurso del plazo para que se hagan valer los derechos.
Para analizar el emplazamiento dentro del proceso es menester distinguir entre el
emplazamiento de la primera o única instancia y el emplazamiento de la segunda
instancia.

3.- ELEMENTOS DEL EMPLAZAMIENTO EN LA PRIMERA O UNICA INSTANCIA.


El emplazamiento en la primera o única instancia se encuentran compuestos de los
siguientes dos elementos:
I.-NOTIFICACIÓN VÁLIDA DE LA DEMANDA Y DE LA RESOLUCIÓN QUE RECAIGA
EN ELLA.
La notificación de la demanda y de la resolución que en ella recaiga debe
notificarse en forma personal al demandado, puesto que normalmente la demanda
constituye la primera gestión judicial que se realiza dentro del proceso, de acuerdo
a lo previsto en el artículo 40 del Código de Procedimiento Civil.
Excepcionalmente, al demandado no deberá notificársele personalmente la
demanda y la resolución que en ella recaiga en caso que el proceso se hubiere
iniciado con anterioridad a su presentación por una medida prejudicial
propiamente tal, probatoria o precautoria notificada al futuro demandado o
mediante una gestión preparatoria de la vía ejecutiva.
En estos casos, la notificación de la demanda y de la resolución del tribunal que en
ella recaiga podrá efectuarse al demandado por el estado diario, o por cédula si el
tribunal así lo ordena. En el caso del juicio ejecutivo que se hubiere iniciado por una
81
gestión preparatoria esta situación se regula específicamente en el inciso segundo
del N° 1 del artículo 443 del C.P.C..-
Al actor o demandante, siempre se le notifica la resolución que recaiga en la
demanda por el Estado Diario de acuerdo a lo establecido en el inciso final del
artículo 40 del C.P.C..-

II.-TRANSCURSO DEL PLAZO QUE LA LEY OTORGA AL DEMANDADO PARA HACER


VALER SUS DERECHOS FRENTE A LA DEMANDA DEDUCIDA EN SU CONTRA.
El término de emplazamiento o plazo que el demandado tiene para comparecer a
hacer valer sus derechos respecto de la demanda interpuesta en el proceso se
cuenta desde la notificación de ella y su extensión varía de acuerdo a la naturaleza
del asunto.
No existe un plazo o término de emplazamiento único, sino que el varía en los
diversos procedimientos que contempla el legislador.,
Dentro del juicio ordinario civil de mayor cuantía, el término de emplazamiento para
que el demandado oponga las excepciones dilatorias o presente su escrito de
contestación de la demanda puede ser:
-De 15 días si el demandado es notificado en la comuna donde funciona el
tribunal.
- De 15 días, más 3 días, si el demandado es notificado dentro del territorio
jurisdiccional, pero fuera de los límites de la comuna que sirve de asiento al tribunal
-De 18 días, más los días de aumento contemplados en la tabla de
emplazamiento que cada cinco años confecciona la Corte Suprema si el
demandado es notificado fuera del territorio jurisdiccional del tribunal, sea dentro o
fuera del país.
Este término de emplazamiento del juicio ordinario contemplado en los artículos 258
y 259 del C.P.C. tiene importancia, puesto que el que deberá aplicarse en todos los
casos en que el legislador se refiere en sus disposiciones al término de
emplazamiento sin señalar su extensión. Esta situación es la que se produce por
ejemplo en los casos contemplados en los artículos 5, 21 y 492 del Código de
Procedimiento Civil.
No obstante, es menester tener presente que el término de emplazamiento no
siempre tiene la extensión que se contempla dentro del juicio ordinario, sino que este
varía de acuerdo a los diversos procedimientos.
En el juicio sumario, el término de emplazamiento se cuenta desde la última
notificación, que normalmente es la del demandado, y es de:
- De 5 días, si el demandado es notificado en el territorio jurisdiccional del
tribunal.
- De 5 días, más los días de aumento contemplados en la tabla de
emplazamiento que cada cinco años confecciona la Corte Suprema si el
demandado es notificado fuera del territorio jurisdiccional del tribunal, sea dentro o
fuera del país.
82
Este plazo en el juicio sumario es para que las partes comparezcan ante el tribunal a
un comparendo de discusión en el cual el demandante ratifica su demanda, y el
demandado, debe proceder a efectuar la contestación de la demanda.

En el juicio ejecutivo, el término de emplazamiento, que se cuenta desde el


requerimiento de pago que tiene el carácter de plazo individual y para que el
demandado presente su escrito de oposición de excepciones, tiene la duración
siguiente:
- De 4 días si el demandado es requerido de pago en la comuna donde
funciona el tribunal.
- De 8 días, si el demandado es requerido de pago dentro del territorio
jurisdiccional, pero fuera de los límites de la comuna que sirve de asiento al tribunal.

- De 8 días, mas los días de aumento contemplados en la tabla de


emplazamiento que cada cinco años confecciona la Corte Suprema si el
demandado es requerido de pago fuera del territorio jurisdiccional del tribunal, sea
dentro o fuera del país.

El emplazamiento en la primera o única instancia constituye un trámite esencial para


la validez del procedimiento (Art. 795 N° 1 del C.P.C.), por lo que la omisión de los
elementos que lo configuran en el proceso posibilita que en contra de la sentencia
definitiva o de las interlocutorias que pongan término al juicio o hagan imposible su
continuación que en él se dicte se interponga el recurso de casación en la
forma.(art. 768 N° 9 del C.P.C.).-

Por otra parte, el artículo 80 del C.P.C. posibilita al demandado rebelde para solicitar
que se declare la nulidad de todo lo obrado en caso de acreditar que no se le ha
hecho llegar las copias de la demanda y resolución recaída en ella o que ellas no
son exactas en su parte substancial.

4.- ELEMENTOS DEL EMPLAZAMIENTO EN LA SEGUNDA INSTANCIA.


El emplazamiento en la segunda instancia se encuentran compuesto por los
siguientes dos elementos:
I.-N0TIFICACIÓN VÁLIDA DE LA RESOLUCIÓN QUE CONCEDE EL RECURSO DE
APELACIÓN.
El emplazamiento para la segunda instancia se encuentra relacionado con la
interposición, conocimiento y fallo del recurso de apelación.
El primer elemento del emplazamiento para la segunda instancia acaece ante el
tribunal de primera instancia, y se configura por la notificación de la resolución que
pronuncia ese tribunal concediendo un recurso de apelación deducido ante él para
ante el tribunal que ha de conocer de la segunda instancia.
83
La notificación de la resolución que concede el recurso de apelación se notifica a
las partes ante el tribunal de primera instancia por el estado diario.
En consecuencia, el primer elemento para la segunda instancia se encuentra
configurado por la notificación de la resolución que concede el recurso de
apelación y este trámite se debe efectuar ante el tribunal de primera instancia.

II.-TRANSCURSO DEL PLAZO QUE LA LEY ESTABLECE PARA COMPARECER ANTE EL


TRIBUNAL DE SEGUNDA INSTANCIA.
El segundo elemento del emplazamiento para la segunda instancia se encuentra
configurado por el transcurso del plazo que la ley establece para comparecer ante
el tribunal de alzada. (art. 200 CPC)
Este plazo comienza a correr desde el hecho material consistente en el certificado
del secretario del tribunal de alzada de haber ingresado los antecedentes
correspondientes al recurso de apelación.
El plazo fatal para que las partes comparezcan ante el tribunal de segunda
instancia, que se cuenta desde el certificado de ingreso, varía de acuerdo a la
ubicación del tribunal de primera instancia en relación con la del tribunal de alzada,
pudiendo ser éste a saber:
- De cinco días, si el tribunal de primera instancia funciona dentro de la
comuna del tribunal de alzada.
- De cinco días, más un aumento de tres días del inciso 2° del artículo 258 del
CPC, si el tribunal de primera instancia funciona fuera de la comuna, pero dentro del
territorio jurisdiccional del tribunal de alzada
- De cinco días más tres días, más el aumento de la tabla de emplazamiento si
el tribunal de primera instancia funciona fuera del territorio jurisdiccional del tribunal
de alzada.

Este caso por regla general no es posible de ser concebido. En efecto, el actual
artículo 55 del COT establece el territorio jurisdiccional de las diversas Cortes de
Apelaciones y todos los Tribunales de primera instancia que de ellas dependen
funcionan dentro de este territorio jurisdiccional, por lo que no es posible concebir el
otorgamiento de esta ampliación. Excepcionalmente, sólo podría darse esta
situación en caso de subrogación de una Corte de apelaciones por otra para
conocer del recurso.-
Los efectos que genera la falta de comparecencia de las partes ante el tribunal de
segunda instancia son muy disímiles según si las falta de comparecencia se refiere al
apelante o al apelado.
Si quien no comparece dentro de plazo es el apelante, se debe declarar la
deserción del recurso de apelación, generándose el término de éste.
En cambio, si quien no comparece dentro del plazo es el apelado, no se produce la
deserción del recurso de apelación, sino que éste continúa con su tramitación
teniéndose al apelado por rebelde por él solo ministerio de la ley respecto de todos
84
los trámites posteriores hasta su comparecencia, sin ser necesario notificarle las
resoluciones que se dicten, las que producen efectos respecto del apelado rebelde
desde que se dicten.
Este segundo elemento para el emplazamiento de la segunda instancia se debe
efectuar ante el tribunal de la segunda instancia.
En consecuencia, en el emplazamiento para la segunda instancia que se abre con
motivo de la interposición del recurso de apelación, el primer elemento del
emplazamiento que es la notificación de la resolución que concede el recurso de
verifica ante el tribunal de la primera instancia; pero el segundo elemento
consistente en el transcurso del plazo para comparecer ante el tribunal de segunda
instancia se verifica ante éste.
El emplazamiento en la segunda instancia también constituye un trámite esencial
para la validez del procedimiento (Art. 800 N° I del C.P.C.), por lo que la omisión de
los elementos que lo configuran en el proceso posibilita que en contra de la
sentencia definitiva o de las interlocutorias que pongan término al juicio o hagan
imposible su continuación que se dicten en la segunda instancia se interponga el
recurso de casación en la forma. (art. 768 N° 9 del C.P.C.).-

EFECTOS DE LA NOTIFICACION VALIDA DE LA DEMANDA.-


A partir de la notificación válida de la demanda se configura el primer elemento del
emplazamiento, y con ella se generan importantes efectos de carácter procesal y
civil.
1.- DE CARÁCTER PROCESAL.
a) El proceso pasa a tener existencia legal, creándose un vínculo de las
partes entre sí y de estas con el tribunal. De acuerdo con ello, las partes
permanecen ligadas ante ese tribunal para la resolución del conflicto y el tribunal se
encuentra obligado a dictar sentencia para su resolución, a menos de producirse un
término anormal del procedimiento durante su tramitación.
b) A partir de la notificación de la demanda se produce la radicación de
la competencia para el conocimiento del asunto ante el tribunal.
c) A partir de la notificación de la demanda precluye la facultad del
demandante de retirar materialmente la demanda deducida ante el tribunal.
El demandante, a partir de la notificación de la demanda, sólo puede desistirse de
la demanda, y la resolución que acoge el desistimiento extingue la pretensión
hecha valer, pudiendo oponerse la cosa juzgada respecto de cualquier otro
proceso posterior en el cual se quiera hacer valer la pretensión desistida.
d) Las partes tienen la obligación de realizar las actuaciones necesarias
para que el procedimiento avance.
Si las partes del proceso civil permanecen inactivas sin realizar actuaciones útiles
para darle curso al procedimiento por más de seis meses contados desde la última
resolución recaída en una gestión útil, el demandado podrá solicitarle al tribunal que
declare el abandono del procedimiento.
85
El abandono del procedimiento no extingue las pretensiones que se hubieren hecho
valer dentro de él, pero genera la pérdida de todo lo obrado en el procedimiento,
incluida la notificación de la demanda con las trascendentales consecuencias que
ello puede tener para la interrupción civil de la prescripción.
e) La sentencia declarativa produce efectos desde que se notifica la
demanda La sentencia constitutiva produce efectos erga omnes desde que se
notifica la sentencia misma.
f) A partir de la notificación de la demanda se genera el estado de litis
pendencia, pudiendo el demandado oponer la excepción dilatoria del mismo
nombre en caso que el demandante pretenda con posterioridad iniciar un nuevo
proceso respecto del cual concurra la triple identidad respecto de aquel que se
encuentra pendiente.

2.- DE CARÁCTER CIVIL.


A partir de la notificación de la demanda, se han contemplado en el Código Civil
los siguientes efectos:
a.- Se constituye en mora al deudor, puesto que la notificación de la
demanda es la interpelación necesaria que se contempla al efecto en el artículo
1551 N° 3 del C.C..
b.- Se transforman en litigiosos los derechos para los efectos de su cesión
de acuerdo a lo previsto en el artículo 1911 del C.Civ.
c.- Se interrumpe civilmente la prescripción adquisitiva y extintiva de
acuerdo a lo establecido en los artículos 2.503 y 2.518 del C. Civil.
d.- La prescripción extintiva de corto tiempo se transforma en prescripción
de largo tiempo conforme a lo previsto en el artículo 2.523 del C. Civil.
e.- Impide que el pago por consignación sea calificado de suficiente por
el tribunal en la gestión voluntaria, debiendo ella efectuarse en el juicio que se
hubiere iniciado o se encontrare pendiente al efecto de acuerdo a lo previsto en el
artículo 1.603 del C. Civil.

LA ACCIÓN, LA PRETENSION,
LA DEFENSA Y LA CONTRAPRETENSION.

I.- INTRODUCCION.
El elemento objetivo del proceso lo constituye el conflicto, cualquiera sea la
naturaleza jurídica que se acepte respecto de aquel.
Se entiende por litigio el conflicto intersubjetivo de intereses jurídicamente
trascendente, reglado o reglable por el derecho objetivo, y caracterizado por la
existencia de una pretensión resistida.(Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de
Derecho Procesal. Página 91).
86
El proceso está destinado a resolver el litigio, el cual adquiere su existencia sólo en
virtud de la afirmación de su existencia que realiza el actor, puesto que basta su sola
postulación para los efectos que se genere el proceso necesario para los efectos de
obtener su solución.
De acuerdo con ello, es menester para que el proceso se origine que se ejerza una
acción para a poner en movimiento la jurisdicción destinada a obtener la solución
del conflicto promovido.
Debemos tener presente al respecto que respecto de la función jurisdiccional rige el
principio de la pasividad, según el cual los tribunales no pueden ejercer su ministerio
sino a petición de parte, salvo en los casos en que la ley los autorice para proceder
de oficio.(Art. 10 C.O.T.). En consecuencia, la acción aparece como un presupuesto
para que se ponga en movimiento el ejercicio de la función jurisdiccional, los que se
manifiesta en el aforismo "nemo iudex sine actore"
Ante la prohibición del ejercicio de la autotutela, y la imposibilidad de auto
componer el conflicto, se dota al ciudadano del derecho de la acción para poner
en movimiento la jurisdicción y obtener en el proceso la solución del conflicto.
De acuerdo con lo anterior, tenemos que la acción va dirigida al Estado, que es su
destinatario, y no al adversario, respecto de quien el ejercicio de ella opera
únicamente la sujeción, presupuesto lógico para que la decisión del órgano
jurisdiccional despliegue su eficacia con relación al demandado o acusado,
creándose así las relaciones jurídicas entre los diversos sujetos del proceso.

II.- ACEPCIONES.
La voz acción ha sido utilizada a lo largo del campo del derecho en los más
variados significados.
En Derecho mercantil se usa para referirse a la parte o cuota en que se divide
el capital de una sociedad anónima.
En Derecho penal, ha sido tomada en el sentido de conducta constitutiva de
un tipo penal.
En el orden procesal, la expresión acción se utiliza bajo las s iguientes
tres acepciones:
a) Como sinónimo de derecho (así, se suele decir que el actor ―carece de
acción‖, para significar la ausencia del derecho cuya tutela se invoca)
b) Como similar a pretensión, hablándose entonces de "acción fundada o
infundada", de "acciones reales o personales", de "acciones mobiliarias o
inmobiliarias", "de acción triunfante" y de "acción desechada"; y
c) En el sentido de "potencia o posibilidad de provocar la actividad
jurisdiccional", que es el sentido técnico procesal auténtico de la palabra
mencionada, constituyendo la base para la elaboración dogmática del instituto.
(Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de Derecho Procesal. Páginas 94).

87
III.- EVOLUCION HISTORICA DEL CONCEPTO DE ACCION.
Respecto de la acción han existido diversas teorías a través de la evolución histórica,
las que se han clasificado en cuanto a la identidad o diversidad existente entre la
concepción de la acción en relación con el derecho material en monistas y
dualistas.
Respecto de las dualistas se han subclasificado esas teorías en concretas, abstractas
y abstractas atenuadas.

I.- TEORÍA MONISTA DE LA ACCIÓN.


Esta teoría parte de la existencia de una identidad entre la acción y el derecho
material. De acuerdo con esta teoría, la acción es el derecho sustancial deducido
enjuicio.
La acción no es sino el derecho de perseguir en juicio lo que nos es debido. La
acción es el derecho en movimiento o el derecho con casco y armado para la
guerra.
De acuerdo con esta identidad entre la acción y el derecho sustancial, nos
encontraríamos con que no hay acción sin derecho sustancial.
Esta teoría no es admisible en la actualidad, puesto que no permite explicar diversas
situaciones que se presentan, como son a saber:
-En primer lugar, no nos explica la existencia en el ordenamiento jurídico de
derechos sin acción, como ocurre en el caso de las obligaciones naturales.
-En segundo lugar, no nos explica los casos en que existe el ejercicio de una
acción sin derecho, como ocurre con todas las demandas que son rechazadas en
la sentencia definitiva por ser ellas infundada.
- En tercer lugar, no nos explica las acciones insatisfechas no obstante
haberse acogido en proceso, como ocurre en los casos de insolvencia del deudor.-
- Tampoco esta teoría logra explicar las situaciones en las que se contempla
su ejercicio sin que exista un derecho, sino quela acción se ejerce para los efectos
de proteger un hecho como es la posesión, y para cuyos efectos es posible ejercer
las diversas acciones posesorias.

2.- TEORÍAS DUALISTAS DE LA ACCIÓN.


La teoría monista de la acción aparece hoy universalmente desechada, y son en
cambio, las concepciones pluralistas de la acción, esto es, las que sostienen la
diferencia entre la acción y el derecho material, las que dominan en este terreno,
después de una lenta y progresiva evolución que ha ido poniendo de relieve
distintos puntos de vista a este proceso.
Las teorías dualistas parten de la escisión o separación en un binomio conceptual de
la acción con el derecho material.
Lo más importante de este nuevo concepto de acción fue, más que un concepto
jurídico nuevo, constituyo la base de la autonomía del derecho procesal del

88
derecho civil, deja de ser dependiente del derecho civil, ya que antes había estado
adscrito a esta rama.
Como se ha dicho, esta teoría postula que la acción y el derecho subjetivo son
cosas distintas y separan estas nociones, sin embargo no todos los seguidores de
esta teoría están de acuerdo en cuál es la relación entre la acción y el derecho
subjetivo, distinguiéndose tres corrientes dentro de las teorías dualistas, cada una de
las cuales trata de determinar qué relación hay entre la acción y el derecho
subjetivo.

a) Teorías dualista concretas, estas teorías conciben a la acción como un


derecho a la tutela jurisdiccional. Parten por postulan que la acción es un derecho
subjetivo público y de un contenido distinto del derecho y privado, no se trata
simplemente de un derecho al proceso, si no a la tutela jurisdiccional, favorable a su
titular, como también se sostiene el derecho a que se preste por los órganos
jurisdiccionales la tutela jurisdiccional pretendida.
Esta teoría se llama concreta, por que el objetivo de la acción, no es el proceso, sino
la obtención de una sentencia de un contenido determinable y favorable a alguien.
Se le critica pues si se entiende de ese modo el derecho a la acción, la existencia de
ese derecho es dudoso y lo es, hasta que se emita la correspondiente la sentencia,
es decir estas teorías no da una explicación a la eficacia y validez del acto de
iniciación procesal que existe con anterioridad y con independencia de la
certidumbre del derecho.
Tampoco explican los casos en que el litigante ejerce una acción sin poseer las
condiciones necesarias para obtener una sentencia favorable.
A esta crítica se le suma Chiovenda, quien no concibe y no admite que la acción se
defina como un derecho frente al Estado, sino que la acción es un derecho contra
el adversario que consiste en producir frente a él, el efecto jurídico de la actuación
de la ley.

b) Teorías dualista abstractas, contiene ciertos aspectos comunes con la


concreta. De acuerdo con ellas, los que las propugnan sostienen que la acción
compete tanto al que tiene derecho como al que no lo tiene y que no existe
ninguna relación entre el derecho subjetivo y la acción.
Se sostiene la existencia de un derecho o interés de carácter auxiliar o secundaria a
la actividad del Estado. Y que surge como una consecuencia de la prohibición de la
autotutela, es decir acción es el derecho al proceso. El derecho a la actividad
jurisdiccional del Estado es independiente de la existencia de una derecho materias
subjetivo.
El objeto de la acción no es una sentencia favorable a quien solicita la tutela
jurisdiccional
El autor italiano Carnelutti manifiesta que la acción es un derecho subjetivo procesal
y público que se dirige contra el Estado y que persigue la justa composición del
89
litigio, concibe la acción por ende no como un derecho al juicio favorable sino que
simplemente como un derecho al juicio.

c) Teoría dualista abstracta atenuada, ésta sostiene que el derecho a la acción,


no puede concebirse en forma total e independiente de la afirmación de una
determinada situación de hecho jurídicamente relevante y objeto de la actividad
jurisdiccional; que es indispensable encontrar un nexo, una relación que una al
derecho material con el derecho procesal y más concretamente al derecho
subjetivo y a la acción, y para ellos este nexo se encuentra en la afirmación por
parte del accionante de estar asistido de un derecho subjetivo, es este derecho el
que le sirve de fundamento a la pretensión.
El derecho a accionar para los partidarios de esta teoría no exige ser titular de un
derecho, sino que exige sólo afirmar la existencia de un hecho o de determinados
requisitos.
Además, se diferencia del derecho de acción abstracto, en que no basta para
accionar ejercer un derecho de petición, sino que es menester además que a través
de él se formule una pretensión, esto es, un reclamo de un bien de la vida frente a
otro sujeto distinto de un órgano jurisdiccional.
La pretensión es el derecho a invocar un derecho a su favor sea que se tenga o no y
ese es el nexo entre el derecho subjetivo y la acción.

LA ACCIÓN EN NUESTRA LEGISLACIÓN:


Los códigos procesales latinoamericanos del siglo XIX, y parte del siglo XX, contienen
disposiciones que dan una definición de lo que se debe entender por acción y que
normalmente son coincidentes con la teoría romanistas o clásica.
Nuestro código de enjuiciamiento civil, no participó de esta tendencia, no contiene
ninguna definición de lo que se debe entender por acción, pero en su articulado
puede deducirse que los redactores de nuestro Código de procedimiento civil
tuvieron presente el concepto de acción como un elemento del derecho sustancial,
del derecho subjetivo, es decir, participaron de la teoría monista o clásica de la
acción.
Así en diversos artículos del Código se puede observar que ese fue el sentido que se
le da, por ejemplo: artículos 17, 19, 21, 271, 290 C.P.C. todos ellos se refieren
claramente a la teoría monista, pues hablan de asegurar la acción. Debiendo
destacarse lo que se manifiesta en el art. 290 “para asegurar el resultado de la
acción...”
Siendo estos ejemplos típicos sobre como se configura el derecho subjetivo como
parte de la acción, siguiendo la teoría monista.
Cabe destacar que en materia de competencia, se puede clasificar acciones
muebles - inmuebles, acciones personales – acciones reales. De manera que la

90
redacción del C.O.T., también se tuvo presente esta idea clásica de acción o
civilista, al no hablar de pretensiones.
Hay autores que opinan que el artículo 254 del C.P.C. indicaría tangencialmente
que nuestro derecho se acoge una concepción abstracta atenuada, pues dicha
norma nos estaría demostrando al establecer los requisitos de la demanda, que no
basta con el mero accionar para que se inicie un proceso, sino que es menester que
se haga valer una pretensión (parte petitoria), la que debe encontrarse fundada en
los hechos y en el derecho, precisándose quien la ejerce, respecto de quien se
ejerce y el tribunal ante el cual se hace valer.

CLASIFICACIONES DE LA ACCION.
La acción es un concepto único y común a todas las formas de enjuiciamiento, con
diferencias mínimas entre la acción civil y penal provenientes de la distinta
naturaleza de los conflictos que procesan en uno y otro campo.
Más que hablar de una clasificación de la acción, concebida ella como el derecho
de poner en movimiento el ejercicio de la función jurisdiccional, lo que procedente
es referirse a la clasificación de las pretensiones que se hacen valer mediante el
ejercicio de ésta.
Sin embrago se suele clasificar las acciones desde distintos puntos de vista:
a.- De acuerdo a la pretensión que se hace valer, se suele clasificar en
acciones civiles y penales.
b.- De acuerdo al objeto que se persigue a través de la pretensión civil que se
hace valer, se suelen clasificar en acciones muebles, inmuebles y mixtas.
c.- De acuerdo con el contenido de la pretensión hecha valer se clasifican en
acciones civiles petitorias, cuando el bien protegido es el dominio de un bien u otro
derecho real; y posesorias, cuando lo que se pretende es la protección de la
posesión respecto de inmuebles. Esta clasificación reviste particular importancia
para el procedimiento aplicable, puesto que se contemplan procedimientos
especiales respecto de las acciones posesorias.
d.- En cuanto al objetivo de la pretensión hecha valer, se clasifican en:

1. Pretensiones declarativas, y dentro de ellas:


a) Declarativas puras, con ellas se pretende obtener la simple declaración de un
derecho o situación jurídica determinado, por ejemplo la declaración de
nulidad de un contrato. Su particularidad es que a través del ejercicio de
esta, no se obtiene una condena a dar, hacer o no hacer.
b) Constitutivas, con ellas se persigue que mediante una sentencia se
constituyan estados jurídicos nuevos modificando uno existente, por ejemplo,
la nulidad de matrimonio (las acciones).
c) De condena, con ellas se pretende que el actor pida que se imponga al
demandado el cumplimiento de una determinada prestación, es decir, que
sea condenado a una determinada prestación, por ejemplo, pagar el precio,
91
que se imponga al demandado la acción de restituir un bien (acción
reivindicatoria).
2. Pretensiones ejecutivas, ellas tienden a obtener el cumplimiento forzado de una
obligación que consta en un titulo ejecutivo o que lleva aparejada su ejecución.
Tienden a obtener coactivamente lo que es debido o su equivalencia en
dinero.
3. Pretensiones precautorias o cautelares, tienen por finalidad conseguir una
resolución judicial de carácter provisional que garantice la efectividad se la
sentencia que recaiga en el juicio.

EJERCICIO DE LA ACCIÓN
La acción es un derecho meramente potestativo, es un derecho cuyo ejercicio
depende exclusivamente de la voluntad de su titular, de manera que nadie puede
en términos generales estar obligado a ejercitar una acción, que está en su
patrimonio, de la cual es el titular.
Sin embargo, pese a esta característica, hay ciertos casos en que la acción debe
ejercitarse en una oportunidad o termino preciso, dentro de un plazo, o de lo
contrario se pierde la acción, o también de sufrir ciertos efectos que se derivan de la
inacción y que van en perjuicio de ese titular , tales casos ya los analizamos al hablar
de la intervención forzada de las partes.

CONCEPTO, REQUISITOS Y EFECTOS DE LA PRETENSION.

A. CONCEPTO DE PRETENSIÓN.
La pretensión es la manifestación de voluntad destinada a exigir la subordinación
del interés ajeno al interés propio.
La pretensión procesal es una declaración de voluntad por la que se solicita una
actuación de un órgano jurisdiccional frente a persona determinada y distinta del
autor de la declaración. (Jaime Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I. Página. 206.
Civitas.4a edición. 1998).

La pretensión es una declaración de voluntad:


La pretensión es una declaración de voluntad porque en ella se expone lo que un
sujeto quiere y no lo que sabe o siente. Es una manifestación de voluntad petitoria
que se valida por su referencia que ella contiene respecto al derecho, sosteniendo
su autor que lo reclamado coincide con lo establecido en el ordenamiento jurídico.
Para alcanzar fuerza de derecho le basta a la pretensión con esta referencia,
subjetiva y externa, sin necesidad de que la coincidencia exista o no, o incluso, se
crea o no en ella; hay tanto pretensiones fundadas y sinceras como pretensiones
infundadas o insinceras.

92
La pretensión no es un derecho, sino que un acto, algo que se hace, pero no que se
tiene.
La pretensión reclama una cierta actuación del órgano jurisdiccional que el actor
especifica.

La pretensión se interpone siempre frente a una persona determinada distinta del


actor, pues en otro caso, carecería de la dimensión social que el derecho exige
para concederle el tratamiento adecuado,

B. ESTRUCTURA.
La pretensión procesal requiere la concurrencia de encuentran configurados por:
a) El órgano jurisdiccional, que debe contar con jurisdicción y competencia
objetiva y subjetiva ;
b) El actor, que es quien formula la pretensión y debe contar con la
capacidad para ser parte, capacidad procesal, ius postulandi y con la
legitimación activa para obrar; y
c) El demandado, que es la persona frente a quien se dirige la pretensión y
debe contar con la capacidad para ser parte, capacidad procesal y con
la legitimación pasiva para obrar, sin requerirse para formular la pretensión
respecto de éste que se determine quienes actuarán por el sujeto pasivo
dando cumplimiento a los requisitos del ius postulandi.

El elemento objetivo de la pretensión se encuentra configurado por el bien


litigioso que se pretende, el que puede consistir en una cosa corporal o en una
conducta de una persona. El objeto de la pretensión debe ser física y moralmente
posible, idóneo en cuanto se debe hacer valer en un proceso que permita formular
de esa pretensión, y con causa, esto es, con la existencia de un fundamento legal o
motivo que la justifica, o cuando hay por lo menos, un interés personal legítimo y
directo en el que la plantea.

C. EFECTOS DE LA PRETENSIÓN.
La pretensión constituye el elemento objetivo del proceso y representa el núcleo
central de éste. La pretensión es la declaración de voluntad del actor cuya
existencia determina que se origine, mantenga y concluya un proceso.
La pretensión procesal engendra un proceso, en el sentido que normalmente esa
manifestación de voluntad ha de constituir su acto primero e inicial. Sin embargo,
nada se
opone a que un proceso comience sin pretensión procesal, si lo hace siempre con
vistas a una pretensión futura, como ocurre en el en el proceso civil con la medidas
prejudiciales preparatorias, probatorias y precautorias, en las cuales solo es

93
necesario señalar "la acción que se propone deducir y someramente sus
fundamentos".(Art. 288 del C.P.C.).
La pretensión procesal determina el mantenimiento del proceso, hasta que el
mantenimiento que a la pretensión debe darse haya alcanzado su finalidad. La
pretensión procesal mantiene funcionalmente en vida al proceso. Tampoco quiere
esto decirse que el proceso haya de conservar una armadura rígida durante todo su
desarrollo, guardando siempre dentro de sí un núcleo inconmovible que no pueda
sufrir la variante más ligera. Por el contrario, nada se opone a que la pretensión
procesal, conservando su existencia, experimente un cierto desarrollo durante la
pendencia procesal, lo que explica las modificaciones que puede experimentar a lo
largo de la pendencia, que permiten hablar metafóricamente desde luego, de una
biología de la pretensión procesal. El cambio de los sujetos de la pretensión
mediante la transmisión de la titularidad de la misma de una a otra persona,
fenómeno que cabe llamar transmisibilidad de la pretensión; el cambio en el bien
de la vida a que la pretensión se refiere; el cambio en la petición o en los
acaecimientos de hecho que le sirven de título, son todas las vicisitudes que
pueden, evidentemente, producirse en el proceso y que no afectan a su existencia
en tanto perdure el núcleo esencial de la pretensión a que debe la vida. Cabe
hablar, pues, de un efecto de la pretensión conservatorio del proceso, sin perjuicio
del principio de transformabilidad, que lleva consigo por la misma razón, una
modificación del pr6ceso en que la pretensión se deduce.
La pretensión procesal determina la conclusión de un proceso, puesto que cuando
esta reclamación de parte deja de existir por algún acaecimiento jurídico que tenga
asignada esa eficacia el proceso debe terminar. Cuando la pretensión desaparece,
el proceso queda eliminado. Si la pretensión se satisface, entonces el proceso ha
llegado a su fin normal, y concluye mediante la decisión judicial, ya que la decisión
judicial no quiere decir otra cosa que satisfacción de una pretensión o, en palabras
más amplias, expresión de una voluntad que decisoriamente examina y actúa o
deniega la actuación de una pretensión procesal. Si la pretensión procesal, sin llegar
a quedar satisfecha, desaparece del mundo del derecho, por ejemplo, porque,
considerada como objeto de un acto de disposición, se admite la posibilidad de
revocarla íntegramente, entonces el proceso se extingu6 igualmente, sin que resulte
justificada su ulterior continuación, lo que explica que 1os actos de disposición de la
pretensión, característicamente, el desistimiento, lleven consigo una verdadera
terminación
anormal del proceso, esto es, una extinción en sentido técnico del mismo. (Jaime
Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I. Página. 222 y 223. Civitas.4a edición.1998).

94
D. PARALELO ENTRE LA ACCIÓN DEMANDA. LA PRETENSIÓN Y LA DEMANDA:

La acción es un concepto previo al proceso, y consiste en la facultad de recurrir a la


jurisdicción para los efectos de formular una pretensión que debe ser resuelta
mediante un proceso.
La pretensión es una petición fundada formula por el actor y que pretende la
subordinación del interés ajeno al interés propio.
La demanda es el acto material que da nacimiento al proceso. Es una actividad
procedimental de iniciación que marca el comienzo cronológico del proceso y que
encierra dentro de sí a la pretensión procesal.

La demanda es el vehículo para introducir la pretensión al proceso. La acción es


una facultad de poner en movimiento la jurisdicción que se diferencia del derecho
material.

E. PRETENSIONES MÚLTIPLES.
Lo normal es que el proceso tenga por objeto la satisfacción de una sola pretensión.
Sin embargo, el legislador por razones de armonía y de economía procesal admite
que dentro de un proceso se pretenda la solución de no una sino que de una
pluralidad de pretensiones. En virtud de la armonía procesal, se impone evitar
decisiones contradictorias, lo que podría ocurrir si, ventilándose cada una de las
pretensiones que tienen elementos comunes en procesos diferentes, llegara el
órgano jurisdiccional a resultados distintos y opuestos entre sí; y la economía
procesal, aconseja unificar el tratamiento de dos o más pretensiones entre las que
existe una comunidad de elementos para reducir el costo de tiempo, esfuerzo y
dinero que supondría decidirlas por separado.

Se distinguen los siguientes tipos de pluralidad de pretensiones:


a.- Por razón de tiempo, se distingue la pluralidad de pretensiones inicial
sucesiva.
La pluralidad inicial de pretensiones es la que se produce desde el inicio del
proceso al contenerse en la demanda la formulación de dos o más pretensiones.
La pluralidad sucesiva es aquella que se genera no con motivo de la
interposición de una demanda, sino que con posterioridad y luego de haber
comenzado el proceso. Esta pluralidad sucesiva puede ser por inserción, que se
produce cuando la pretensión no se ha hecho valer procesalmente y ella se añade
a otra pretensión que ha originado ya un proceso el que se encuentra pendiente
(ampliación de demanda, reconvención) o por acumulación, que se produce
cuando dos o más pretensiones que sean hecho valer en procesos distintos se
acumulan de forma tal de pasar a formar parte de un solo proceso (acumulación
de autos).

95
b.- Por razón de forma, hay tres tipos de pluralidad de pretensiones: la simple, la
alternativa y la eventual o subsidiaria.
La pluralidad simple es aquella en que las diversas pretensiones reunidas se
reclaman todas de modo concurrente, o sea que, para satisfacer al titular de la
pretensión, debería el órgano jurisdiccional actuarlas todas frente al sujeto pasivo de
la misma.
La pluralidad alternativa es, por el contrario, aquella en que el titular, si bien
reclama dos o más actuaciones distintas, no pide que sean realizadas una y otra,
sino que la verificación de cualquiera de ellas basta para satisfacerle. El Juez o
Tribunal no podrá entonces, por lo tanto, sin incurrir en incongruencia (ultrapetita),
condenar al demandado, a la realización de todas las prestaciones debidas.
La pluralidad eventual o subsidiaria es, finalmente, aquella en que el actor
pide al órgano jurisdiccional, en primer término, una sola actuación; pero en
segundo lugar, subordinadamente, para el caso que la primera petición sea
denegada, formula otra pretensión.

La pluralidad inicial de pretensiones se contempla expresamente en el


artículo 17 de nuestro Código de Procedimiento Civil, al señalarnos que "en un mismo
juicio podrán entablarse dos o más acciones con tal que no sean incompatibles”.

Sin embargo, podrá proponerse en una misma demanda dos para que sean
resueltas una como subsidiaria de la otra".
En nuestra legislación, se permite la formulación de diversas pretensiones en una
misma demanda, con la sola limitación que no sean incompatibles entre sí.
Se estima que no son incompatibles entre sí todas las pretensiones que no son
contradictorias entre sí, esto es, que pueden ser cumplidas en forma simultánea.
Dos o más pretensiones son materialmente incompatibles cuando los efectos
jurídicos o los simples efectos económicos que tienden a producir no pueden subsistir
simultáneamente, sino que se oponen entre sí. Así son incompatibles las pretensiones
en que un vendedor pide la resolución del contrato y el pago del precio. Pero es
evidente que este supuesto de incompatibilidad se refiere tan sólo a la acumulación
simple no a la alternativa, ni mucho menos a la eventual o subsidiaria, donde puede
existir perfectamente esta posibilidad de simultanear. (Jaime Guasp Derecho
Procesal Civil. Tomo I. Página. 231. Civitas.4" edición.1998).
Si las pretensiones son incompatibles materiálmente entre sí, ella puede ser salvada si
la petición se formula respecto de ellas en la demanda en forma subsidiaria.

Sin embargo, es menester tener presente que la pluralida de pretensiones exige para
que puedan hacerse valer simultáneamente en una misma demanda que el tribunal
sea competente para conocer de todas ellas y que las pretensiones deban hacerse
valer y tramitarse de acuerdo a un mismo procedimiento y no una de acuerdo con
un procedimiento y las otras de acuerdo con otro procedimiento
96
Si no concurre la competencia del tribunal y la identidad del procedimiento a
aplicarse para la tramitación de todas las pretensiones, ellas no podrán hacerse
valer en forma simultánea, presentándose en este caso una incompatibilidad
procesal de carácter insalvable.

LA DEFENSA DEL DEMANDADO.

1.- CONCEPTO.
En sentido lato, la defensa del demandado no es más que el poder jurídico del
demandado de oponerse a la pretensión que el actor ha formulado frente a él y
ante el órgano jurisdiccional.
Tanto el actor, mediante la acción, como el demandado mediante la excepción
tienen un derecho al proceso.

2. LA DEFENSA DEL DEMANDADO.


Ante la acción ejercitada por el demandante, formulando una pretensión mediante
la interposición de la demanda, el sujeto pasivo o demandado puede inaccionar o
reaccionar.
De acuerdo con ello, el sujeto pasivo frente a la demanda deducida en su contra
haciéndose valer en ella una pretensión, puede adoptar las siguientes actitudes:

A.- REBELDÍA O CONTUMACIA.


La rebeldía o contumacia es aquella situación que se produce en el proceso
cuando el demandado asume una actitud pasiva manteniéndose inactivo sin hacer
nada.
La rebeldía no importa una aceptación por parte del demandado de la pretensión
hecha valer por el actor en su demanda, sino que por el contrario, implica una
contestación ficta de la demanda en la que se tienen por negados genéricamente
los fundamentos de la pretensión.
De acuerdo con ello, la inactividad del demandado importa que el actor deberá
necesariamente probar los hechos en que funda su pretensión.
El artículo 318 del C.P.C., reconoce en su inciso primero está situación al señalarnos
que "concluidos los trámites que deben preceder a la prueba, ya se proceda con la
contestación expresa del demandado o en su rebeldía, el tribunal examinará por si
mismo los autos y si estima que hay o puede haber controversia sobre algún hecho
substancial y pertinente en el juicio, recibirá la causa a prueba y fijará en la misma
resolución los hechos sub tanciales y controvertidos sobre los cuales debe recaer".
Además, en la primera instancia el demandado rebelde debe ser considerado
respecto de todos los trámites, notificándole las diversas resoluciones que se dicten,
y debe acusársele las rebeldías respecto de cada trámite cuando ello sea
procedente por contemplarse plazos no fatales para que realice sus actuaciones.
97
En cambio, en segunda instancia, el apelado rebelde adquiere esta situación por el
sólo ministerio de la ley si no comparece ante el tribunal de alzada dentro del plazo
contemplado para ese efecto, no siendo necesario notificarle de las resoluciones
que se dicten, las cuales producen sus efectos respecto del apelado rebelde desde
que se pronuncien. Sin perjuicio de ello, el apelado rebelde puede comparecer en
cualquier estado del recurso, pero ya no en forma personal, sino que representado
por un procurador del número o abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión. (Arts. 202 del C.P.C. y 398 inc.2° del C.O.T.)

B.- REACCIÓN.
En cambio, si el demandado comparece al proceso puede asumir respecto de la
pretensión hecha valer en su contra en la demanda, alguna de las siguientes
actitudes:

B.1.Allanamiento.
El allanamiento importa una aceptación o adhesión que presta expresamente el
demandado a la pretensión que ha hecho valer el sujeto activo en su demanda.
Para que un mandatario judicial se allane a la demanda requiere de contar con un
poder con facultad especial para ese efecto de conformidad con lo establecido en
el inciso 2° del art.7° del C.P.C., al señalarnos que "no se entenderán concedidas al
procurador, sin expresa mención, la facultad de aceptar la demanda contraria",
El allanamiento, cuando es total, esto es, importa la aceptación de todos los
fundamentos de hecho y de derecho de la pretensión contenida en la demanda,
no conlleva a la terminación del proceso en nuestro derecho, sino que sólo libera al
tribunal de la obligación de recibir la causa a prueba luego de concluido el periodo
de discusión del juicio de conformidad a lo establecido en el art.313 de C.P.C.-
Cuando el allanamiento es parcial, sólo se genera la omisión de la prueba respecto
de los fundamentos de hecho y de derecho de la demanda que son aceptados,
debiendo recibirse la causa a prueba respecto del resto de los hechos sobre los
cuales no hubiere recaído el allanamiento del demandado

B.2.-Oposición a la pretensión,
La oposición a la pretensión consiste en la declaración de voluntad del demandado
por la que se reclama del órgano jurisdiccional frente al actor la no actuación de la
pretensión formulada por éste. En la oposición a la pretensión, el demandado
solicita la desestimación por parte del tribunal de la pretensión hecha valer por el
actor.
La oposición a la pretensión puede revestir las siguientes formas:

a.- La defensa negativa.


En un sentido estricto, la defensa consiste en la contestación de la pretensión que
hace el demandado y en la que procede a negar el elemento de hecho o de

98
derecho que sirve de fundamento a la pretensión. Consiste en una mera negativa
que no lleva consigo ninguna afirmación respecto de un hecho nuevo.
La contestación de la demanda en la que el demandado se limita a formular meras
alegaciones o defensas y no a formular excepciones en relación con la pretensión
formulada en la demanda, implican que la carga de la prueba recaerá en la parte
demandante, puesto que con aquellas el sujeto pasivo no introduce en el proceso
un hecho nuevo que tenga por objeto destruir la pretensión hecha valer.
Además, el tribunal no tiene que hacerse cargo de las alegaciones o defensas para
su resolución en la parte dispositiva del fallo, sino que ellas pueden ser analizadas por
parte del tribunal en la parte considerativa de éste.

b. Las excepciones.
Las excepciones son aquellas peticiones que formula el demandado, basadas en
elementos de hecho y de derecho que tienen eficacia extintiva, impeditiva o
invalidativa del efecto jurídico afirmado como fundamento de la pretensión.
Las excepciones se clasifican en nuestro derecho en:

b.1.- Excepciones dilatorias.


Las excepciones dilatorias son aquellas que se refieren a la corrección del
procedimiento sin afectar el fondo de la acción (pretensión) deducida, de
conformidad a lo prescrito en el N°3 del artículo 303 del C.P.C..-
Las excepciones dilatorias son aquellas que versan sobre vicios del procedimiento y
no se refieren a la pretensión que se ha hecho valer por parte del actor.
Las excepciones dilatorias tienen un carácter taxativo, puesto que ellas se
encuentran enumeradas en el art. 303 del C.P.C., pero genérico, atendido a que se
pueden comprender en el número 6 todos los vicios del procedimiento cuya
corrección es posible solicitar del tribunal por esta vía, los cuales no se especifican.
Así por ejemplo, es posible solicitar por esta vía la nulidad del procedimiento por
falta o defectuosa notificación de la demanda, la falta de capacidad del
demandado o personería o representación legal de quien ha sido emplazado en su
nombre; etc.

Las excepciones dilatorias deben hacerse valer todas en un mismo escrito, antes de
la contestación de la demanda y dentro del término de emplazamiento. Las
excepciones dilatorias suspenden la tramitación del juicio y deben ser resueltas por
el tribunal una vez concluida la tramitación del incidente que ellas genera.-

b.2.- Excepciones perentorias.


Son aquellas que tienen por objeto destruir el fundamento de la pretensión e
importan la introducción al proceso de un hecho nuevo de carácter impeditivo,
modificativo o extintivo de la pretensión del actor.

99
Nuestra Jurisprudencia ha definido la excepción perentoria como todo título o
motivo jurídico que el demandado invoca para destruir, enervar y, más propiamente
dicho, para hacer ineficaz la acción del actor, como por ejemplo, la prescripción, el
pago de la deuda, etc. (Corte Suprema.18.8.1964.R.D.J. T.61.Sec.1 pág. 252.)
Las excepciones perentorias normalmente se confunden con los modos de extinguir
las obligaciones que se nos señalan en el Código Civil, sin perjuicio de tener presente
que nuestra jurisprudencia ha otorgado también ese carácter a excepciones de
carácter procesal como sucede con la falta de jurisdicción, la falta de legitimación
para obrar, la cosa juzgada, etc.
La contestación de la demanda en la que el demandado formula excepciones en
relación con la pretensión formulada en la demanda, implican que la carga de la
prueba recaerá en el demandado y no el demandante (reus in exceptione actor
fit), puesto que con ellas el sujeto pasivo introduce en el proceso un hecho nuevo de
carácter impeditivo, modificativo o extintivo que tiene por objeto destruir la
pretensión hecha valer.
Finalmente, el tribunal tiene que pronunciarse acerca de las excepciones hechas
valer por el demandado en la parte dispositiva de la sentencia definitiva, debiendo
contener las consideraciones de hecho y de derecho en las que se basa para emitir
pronunciamiento.(Art. 170 N°6 del C.P.C.)

b3.-.- Excepciones mixtas.


Son aquellas excepciones que no obstante tener el carácter de perentorias, el
legislador posibilita al demandado hacerlas valer como excepciones dilatorias antes
de la contestación de la demanda.
Las excepciones de carácter perentorio que el legislador posibilita hacerlas valer
como excepciones dilatorias son las de cosa juzgada y transacción.
Formuladas las excepciones de cosa juzgada y transacción como dilatorias el
tribunal puede fallarlas luego de concluida la tramitación del incidente que ellas
generan, o estimarlas que son de lato conocimiento, en cuyo caso mandará
contestar la demanda y se reservará el fallo de esas excepciones para la sentencia
definitiva. (Art. 304 Del C:P.C.).

b.4.- Excepciones anómalas.


Son aquellas excepciones perentorias que el legislador posibilita al demandado
para deducirlas por escrito con posterioridad a la contestación de la demanda
durante todo el curso del juicio, hasta la citación para oír sentencia en primera
instancia y hasta la vista de la causa en segunda instancia. (Art. 309 Del C.P.C.).
Revisten el carácter de excepciones perentorias que anómalamente se pueden
hacer valer durante el curso del juicio con posterioridad a la contestación de la
demanda las de: prescripción (extintiva), cosa juzgada (excepción de),
transacción, y pago efectivo de la deuda, siempre que se funde en un antecedente
escrito.
100
Estas excepciones anómalas si se formulan en primera instancia, después de
recibida la causa a prueba, se tramitarán como incidentes, que pueden recibirse a
prueba, si el tribunal lo estima necesario, y se reservará su resolución para definitiva.
Si se deducen en segunda, se seguirá igual procedimiento, pero en tal caso el
tribunal de alzada se pronunciará sobre ellas en única instancia.

C.- LA RECONVENCIÓN.
La reconvención es una contrademanda del demandado frente al demandante,
que se deduce utilizando el procedimiento judicial originado por iniciativa de este
último.
En términos más simples, se dice que la reconvención es la demanda del
demandado en contra del demandante.

El demandado puede en el proceso no solo adoptar una actitud defensiva para los
efectos de obtener el rechazo de la satisfacción de la pretensión hecha valer frente
a él, sino que además puede adoptar una actitud agresiva haciendo valer el
demandado una pretensión en contra del demandante, quien pasa a ser sujeto
pasivo respecto de ella.
Si el demandado deduce una reconvención amplía el ámbito objetivo del proceso,
puesto que introduce en él una nueva pretensión.
La razón por la cual se permite al demandado deducir la reconvención obedece a
un principio de economía procesal, puesto que se permite que mediante un mismo
procedimiento se resuelva tanto la pretensión del demandante hecha valer en su
demanda como la pretensión del demandado hecha valer en su r convención.-

La oportunidad en la cual el demandado debe deducir su reconvención es en el


escrito de contestación de la demanda.(art. 314 del C.P.C.) De acuerdo con ello,
dicho escrito se sumara: En lo principal : contesta la demanda. En el Primer otrosí:
Deduce demanda reconvencional.

La reconvención se substanciará y fallará conjuntamente con la demanda principal


(art. 316 del C.P.C.), por lo que ella deberá ser notificada al demandante, quien
podrá asumir respecto de la reconvención las mismas actitudes que el demandado
respecto de la demanda.

Los requisitos que se contemplan para que el demandado pueda deducir su


reconvención en contra del demandante en nuestro Código de Procedimiento Civil
son:
a.- Que el tribunal tenga competencia para conocer de la reconvención
estimada como demanda.(Art. 315 del C.P.C. y 111 y 124 del C.O.T.)

101
b.- Que la contra pretensión se encuentre sometida en su tramitación al
mismo procedimiento de la demanda y que se admita la formulación de ella de
acuerdo con el procedimiento según el cual se tramita la demanda.
Para los efectos de deducir la reconvención no se ha contemplado por parte de
nuestro legislador en el Código de Procedimiento Civil un vínculo de conexión entre
la demanda y contestación de la demanda diferente a la conexión subjetiva, en
cuanto a que la reconvención sólo puede ser deducida por el demandado en
contra del demandante y no de un tercero.

LOS PRESUPUESTOS
PROCESALES
1.- CONCEPTO.
Los presupuestos procesales son aquellos antecedentes necesarios que deben
concurrir para que el juicio tenga una existencia jurídica y validez formal.
De acuerdo con esta definición, nos encontramos en que es posible distinguir los
presupuestos procesales de existencia, esto es, aquellos antecedentes que deben
concurrir para que nos encontremos ante un proceso para que tenga una existencia
jurídica, y presupuestos procesales de validez, esto es, aquellos antecedentes que
deben concurrir para que un proceso no obstante poseer una existencia jurídica,
tenga una validez formal.

2.- PRESUPUESTOS PROCESALES DE EXISTENCIA.


Los presupuestos procesales que deben concurrir para que nos encontremos ante
un juicio que tenga existencia jurídica son los siguientes:
a.- La existencia de un juez que ejerza jurisdicción
b.- La existencia de partes
c.- La existencia de un conflicto o litigio.

En caso de faltar alguno de tales presupuestos de existencia de un proceso, se


generan las siguientes situaciones:
 El proceso es inexistente y los actos realizados en él no generan efecto
alguno
 El tribunal no está obligado a proveer la demanda para dar inicio a un
proceso si constata la falta de concurrencia de un presupuesto de
existencia del proceso.
 No se genera el estado de litispendencia, puesto que no existe un
proceso que lo genere
 No se produce una vez firme la sentencia la cosa juzgada, sino que
estamos en presencia de solo una cosa juzgada aparente

102
 Las partes pueden desconocer en cualquier momento el fallo por
cualquier vía, sin que exista un plazo para que se pueda sanear la
inexistencia
 No se puede producir la convalidación del acto inexistente ni por
voluntad de las partes ni por transcurso del tiempo
 No es procedente interponer recursos, puesto que ellos están
destinados a impugnar una sentencia que tenga una existencia
jurídica.
 Nuestra Jurisprudencia ha señalado que la vía para alegar la falta de
presupuestos de existencia es la formulación de una excepción
perentoria. Sin embargo, se ha sostenido por la doctrina que la
inexistencia sólo requiere ser constatada por el juez tan pronto
compruebe que el negocio jurídico que se invoca le falta un
presupuesto de existencia.

3.- PRESUPUESTOS PROCESALES DE VALIDEZ.


Los presupuestos procesales que deben concurrir para que nos encontremos ante
un juicio que tenga existencia jurídica son los siguientes:
a.- La existencia de un tribunal competente
b.- La capacidad de las partes
c.- El cumplimiento de las formalidades legales contempladas para el desarrollo
del procedimiento.
En caso de faltar alguno de tales presupuestos de validez de un proceso, se generan
las siguientes situaciones:
- El tribunal se encuentra facultado en diversos preceptos legales para, apartándose
del principio de la pasividad, adoptar diversas medidas de oficio durante el curso
del procedimiento para prevenir o declarar la nulidad de un proceso por la falta de
un presupuesto de validez de éste, siendo las principales de ellas las siguientes:
a.- No dar curso a la demanda en caso de no cumplir con alguno de los
tres primeros requisitos contemplados en el art.254 del C.P.C. (art. 256)
b.- No proveer la primera presentación en juicio en que no se contenga la
constitución del patrocinio y no proveer apercibiendo de tenerse este por no
presentado si no se ha constituido el poder.
c.- Declarar de oficio su incompetencia absoluta
d.- Declarar de oficio la nulidad procesal (art. 83 del C.P.C.)
e.- Corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso.
(Art. 84 inc. Final del C.P.C.)
f.- Casar de oficio la sentencia en la cual concurre un vicio que hace
procedente el recurso de casación en la forma.(art. 775 C.P.C.)

103
- Las partes pueden durante el curso del proceso alegar la nulidad procesal que
afecta al proceso o a un acto específico de este mediante alguna de las siguientes
vías:
a.- Deduciendo una excepción dilatoria
b.- Formulando un incidente de nulidad procesal
c.- Deduciendo un recurso de casación en la forma
d.- Ejerciendo la acción de revisión en los casos excepcionales que la ley
contempla.

-El proceso nulo y los actos realizados en él generan todos sus efectos jurídicos
mientras no sea declarada la nulidad.

-El proceso nulo genera el estado de litispendencia, y este permanece vigente con
todos sus efectos mientras no se declare la nulidad.

-La nulidad procesal debe ser declarada, salvo disposición expresa de ley en
contrario, sólo en el caso que el vicio irrogue un perjuicio a las partes que sea
reparable sólo con la invalidación del fallo.

-La sentencia dictada en un proceso una vez firme produce cosa juzgada, puesto
que han precluído los medios de impugnación para reclamar del vicio.
Excepcionalmente, se puede pretender la declaración de nulidad en los casos
específicos que se contemplan en el llamado recurso de revisión.

-Las partes sólo pueden alegar la nulidad dentro del proceso y antes de que se
encuentre ejecutoriado el fallo, puesto que la cosa juzgada produce el
saneamiento de los vicios de nulidad procesal.

-El acto nulo puede ser convalidado por voluntad expresa de las partes y por
transcurso del tiempo, en caso de no ejercerse los medios para reclamar la nulidad
dentro del término establecido en la ley.
-El recurso contemplado en la ley para alegar la nulidad procesal por haberse
dictado una sentencia viciada o emanar de un procedimiento viciado es el recurso
de casación en la forma.

4.- LA OPONIBILIDAD PROCESAL.


Para el desarrollo de la inoponibilidad procesal se ha acudido a la obra del profesor
Juan Colombo Campbell, denominada "los Actos Procesales", quien en el Tomo II de
ellas, páginas 522 y siguientes, ha abordado por primera vez en forma orgánica en
nuestro ramo dicho tema, debiendo para profundizar los conceptos aquí
extractados acudirse al estudio de ella.
104
Como claramente nos señala el profesor Colombo, además de la inexistencia y de
la
nulidad del proceso, se contempla en la doctrina la sanción de ineficacia de la
inoponibilidad del proceso.
El acto procesal es oponible cuando produce efectos con relación a las personas a
quienes está destinado; es inoponible en todos los demás casos. La inoponibilidad
debe examinarse dentro del esquema de los actos procesales, puesto que impide
que el acto produzca sus efectos normales.
La inoponibilidad tiene su fundamento en los efectos relativos del proceso y de la
sentencia que en él se dicte y, como consecuencia, la protección de los terceros
que no pueden verse afectados por lo decidido por el órgano jurisdiccional.
La ineficacia puede tener diversos grados. Es necesario distinguir de pronto, de la
nulidad en sus diferentes aspectos, la inoponibilidad. El acto declarado nulo, en
principio, no produce, respecto de nadie, los efectos a que estaba destinado, ya
sea desde el origen o a partir de la declaración judicial de nulidad. Pero a veces un
acto es ineficaz sólo respecto de los terceros o de ciertos terceros, conservando su
validez para regir las relaciones entre las partes. Se trata entonces de una simple
inoponibilidad. En otros términos, entre las partes el acto es válido y eficaz, pero no
es oponible a los terceros: éstos pueden considerarlo como no celebrado.
El termino inoponibilidad ha nacido con la doctrina moderna, que ha dado este
nombre a la sanción que priva de efectos a un acto contra terceras personas que
no han concurrido a su celebración.
Para el análisis de la oponibilidad e inoponibilidad de los actos procesales debe
distinguirse entre la oponibilidad del proceso y de la sentencia y recordar el
concepto de parte y de terceros.
En cuanto al proceso, recuerde que éste se forma al vincularse el juez, las partes y el
conflicto.
En tomo a la relación procesal que genera oponibilidad, ella se genera a partir de la
constitución de la relación procesal. La del actor surge con el juez cuando el juez
acoge el ejercicio de la acción y abre el proceso, y la del sujeto pasivo cuando es
debidamente emplazado conforme a las reglas precisas que contienen los Códigos
de Procedimiento.
En cuanto a las partes la inoponibilidad procesal está fuertemente vinculada a los
efectos de las sentencias jurisdiccionales. Concordante con este presupuesto, el
artículo 177 del Código de Procedimiento Civil, que contiene los requisitos de la cosa
juzgada, establece que la sentencia sólo afectará a las personas en cuanto hayan
litigado en un proceso con un objeto y con una causa determinados. En otras
palabras, es el conflicto cometido a proceso y los sujetos vinculados a él lo que
hace que los efectos de la sentencia les sean oponibles.
Por el contrario, lo resuelto por la sentencia será inoponible al resto de las personas y
conflictos. Los actos procesales ejecutados en un proceso no son oponibles a los

105
terceros absolutos, entendiéndose por tales a todos aquellos a que no vincula la
relación procesal.

Este fenómeno jurídico se presenta fundamentalmente cuando el sujeto pasivo no


ha sido emplazado de manera alguna en el proceso. No se trata aquí de que haya
sido mal emplazado, sino que no haya sido emplazado. Igual situación se presenta
con la extra petita en función del conflicto. En tales situaciones, no estamos frente a
un problema de inexistencia o de nulidad procesal, sino de una posición de
inoponibilidad de la sentencia y de todos los actos del proceso, con relación a
quienes no fueron vinculados en tiempo y forma en él

En los casos en que nos encontremos ante la concurrencia de la falta de


presupuestos de oponibilidad de un proceso, se generan las siguientes situaciones:
-La inoponibilidad debe hacerse valer por un tercero en contra de quien se
pretende hacer valer un acto procesal o una sentencia.
-La inoponibilidad se puede hacer valer en contra de toda persona que pretenda
prevalerse del acto o de la nulidad afectada de ineficacia.
-La inoponibilidad puede oponerse generalmente como excepción o defensa del
proceso.
-La inoponibilidad no es una sanción que tenga por objeto atacar el acto mismo,
sino sus efectos.
-La inoponibilidad da eficacia al debido proceso al permitir a los terceros
defenderse respecto de la eficacia de actos de un proceso o de una sentencia del
cual no han sido partes.
-Para reclamar la inoponibilidad no hay plazos y los actos no se convalidan por el
transcurso del tiempo
-Los actos inoponibles pueden ser ratificados por las partes
-La inoponibilidad está vinculada a los limites subjetivos y objetivos de la cosa
juzgada.
-La inoponibilidad procesal se encuentra reconocida en nuestro ordenamiento
jurídico en relación a los efectos de la sentencia en relación a las partes y el
conflicto (art. 30 inc 2° C. Civ, arts. 177, 254 N' 2, 303 N° 2, y 170 N° 1 del C.P.C.), la
inoponibilidad en el cumplimiento del fallo (art.234 inc. 20 del C.P.C.) y en la agencia
oficiosa procesal (art.6 del C.P.C.).

106
LOS ACTOS JURIDICOS PROCESALES.

L-GENERALIDADES.
Los miembros de una comunidad civilizada saben anticipadamente que el proceso,
cuando no tenga cabida la autodefensa o no se haya arribado o no sea admisible
la autocomposición, constituye el medio normal para la resolución de los conflictos
jurídicamente trascendentes que se susciten dentro de la sociedad.
Todos los actos que configuran el proceso constituyen una unidad, que tiene un
carácter teleológico, cuyo fin es la decisión del conflicto mediante un juicio de
autoridad que adquiera el carácter de cosa juzgada.
Sin embargo, el proceso es una idea de carácter abstracta y por ello era menester
que se estableciera una forma externa que canalizara su desarrollo o avance para
arribar a su fin propio. La forma externa destinada a canalizar este desarrollo del
proceso para arribar al fallo del conflicto es el procedimiento. Por procedimiento
entendemos.; "el sistema racional y lógico que determina la secuencia o serie de
actos que deben realizar las partes y el tribunal para obtener los fines del proceso."
Es así como el proceso es la totalidad, la unidad. El procedimiento es la sucesión de
los actos en su sentido dinámico, de movimiento. Cada acto se encuentra
vinculado y coordinado a un grupo más o menos numeroso de actos procesales
que se suceden en el tiempo y forman una serie continua, como los anillos de una
cadena: el grupo forma unidad que toma el nombre de procedimiento, y los actos
singulares son, respecto de esta unidad, los elementos constitutivos.
Los actos están, ante todo, vinculados por la unidad del fin, entendido en sentido
formal, en cuanto están dirigidos a provocar y preparar el acto final que cumplirá y
cerrará el procedimiento. Cada acto tiene, desde luego, una finalidad inmediata
propia, que lo califica en su individualidad, pero esta finalidad inmediata no tiene
otra razón de ser que la de representar un paso hacia un objeto más lejano, que es
común a todos los actos y es la formación del acto final, que resumirá el entero
procedimiento y constituirá su resultado. (Liebman).
Es así como los actos procesales son los actos jurídicos del proceso, el cual se
compone, como hemos dicho, de una sucesión de actos tendientes a un fin. La
relación procesal significa una combinación de estos actos. (Vescovi), siendo la
oportunidad, forma y lugar en que ellos deben ser llevados a cabo establecida por
el procedimiento. Corno señala el profesor Colombo, el proceso vendría a ser una
secuencia de actos ligados por la relación procesal; podría compararse con una tira
cinematográfica en que los actos procesales representan cada uno de los cuadros
de la misma; éstos aisladamente, carecen de sentido, pero vistos y proyectados en
el tiempo y en el espacio tienen un contenido y un fin.

II.- CONCEPTO GENERAL


Se llaman hechos jurídicos procesales a aquellos acontecimientos o aquellas
circunstancias de hecho relevantes, a los cuales o a las cuales el derecho procesal
107
objetivo vincula efectos jurídicos procesales, esto es, el nacimiento, la modificación
o la extinción de las relaciones jurídicas procesales. (Rocco)
Dentro de los hechos jurídicos procesales se distinguen los hechos jurídicos
procesales propiamente tales (hechos jurídicos involuntarios o hechos naturales) y los
hechos jurídicos procesales voluntarios (actos jurídicos procesales).}
El acto jurídico procesal no viene a ser más que una especie del acto jurídico,
diferenciándose de éste fundamentalmente en que está destinado a producir sus
efectos en el proceso.
Es por ello, que los actos jurídicos procesales se rigen por las disposiciones del
derecho sustancial y cuando corresponda por ciertas disposiciones especiales
establecidas por el Derecho Procesal modificatorias de los requisitos y efectos
establecidos por aquel.
En nuestro Derecho Procesal no existe una regulación orgánica y específica de la
teoría de los actos procesales, debiendo por ello aplicarse siempre en forma
supletoria la teoría del acto jurídico desarrollada en los artículos pertinentes del
Código Civil según lo previsto en el art. 4 de ese cuerpo legal. En consecuencia, se
deberán aplicar los artículos 1445 a 1469 y 1681 y sgtes. del Código Civil al acto
jurídico procesal en todas aquellas materias de éste no reguladas por nuestros
Códigos Procedimentales y que no pugnen con la naturaleza del proceso.

CONCEPTO DE HECHO JURIDICO PROCESAL.

El hecho jurídico propiamente tal es aquel suceso de la naturaleza que produce


consecuencias de derecho.
El hecho jurídico es procesal cuando éste produce efectos en el proceso.
Desde el punto de vista del derecho procesal, es evidente que existen hechos en sí
mismos jurídicamente indiferentes y otros que pueden afectar el proceso, por lo cual
son regulados por nuestra ciencia.

Así, el transcurso del tiempo adquiere en el proceso - en determinados casos -


excepcional trascendencia, al punto que se le ha catalogado como el hecho de la
naturaleza más importante desde el punto de vista del proceso (Alsina). Existen
también otros, como el terremoto, la inundación, etc, que pueden influir, por
ejemplo, para imposibilitar a una parte o tercero concurrir al tribunal para realizar un
acto. Por otro lado, están los hechos humanos (como un parto, el nacimiento, la
muerte) que también pueden influir. (Vescovi)
Por su parte, Couture nos señala como ejemplos de hechos jurídicos procesales la
pérdida de la capacidad de una de las partes, la amnesia de un testigo, la
destrucción involuntaria de una o más piezas de un expediente.
Dentro de nuestro Código de Procedimiento Civil nos encontramos con la mención
de los siguientes hechos jurídicos procesales:

108
a) La fuerza mayor (art.79 CPC);
b) La cesación de la representación legal (Art 9 C.P.C.);
c) La ausencia física del país (Arts 11,284 y 285 C.P.C.y 367 C.O.T.);
d) La muerte (Arts 77, 396, 529 del COT;5,165 N° 3 y 6 CPC; 1377 C.Civ.)
Finalmente, cabe mencionar el transcurso del tiempo, que tiene gran
importancia en el derecho procesal, puesto que el proceso consta de una serie de
hechos y actos regulados en las formas y el tiempo por las normas procesales.

IV.- CONCEPTO DE ACTO JURIDICO PROCESAL.


Los hechos humanos voluntarios que crean, modifican o extinguen relaciones
jurídicas son los actos jurídicos, y si éstos son realizados con la intención de producir
efectos respecto del proceso se denominan actos jurídicos procesales.
Couture nos da una definición sin pronunciarse acerca de la naturaleza jurídica del
proceso, por lo que ella tiene un carácter mas general y es ampliamente aceptada
por la doctrina nacional y extranjera."Por acto procesal se entiende el acto jurídico
emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción o aun de los terceros
ligados al proceso, susceptible de crear, modificar o extinguir efectos procesales".

Los elementos del acto jurídico procesal de acuerdo con su definición, son los
siguientes:
1.- La existencia de una o más voluntades destinadas a producir efectos
en el proceso.
Normalmente en los actos procesales, la manifestación de voluntad se efectúa en
forma unilateral, sin que con ello se descarte la posibilidad que la manifestación de
voluntad para generar el acto sea de carácter bilateral.
2.- La voluntad debe manifestarse, expresarse o exteriorizarse.
El acto jurídico procesal se diferencia del resto de los actos jurídicos en que
normalmente la exteriorización de la voluntad deberá manifestarse en forma
solemne o formal y no en forma consensual.
En efecto, el acto jurídico procesal debe realizarse según las formas procesales,
entendidas éstas como las condiciones de lugar, tiempo y medios de expresión a la
que deben someterse los actos procesales. (Chiovenda).
3.- Debe existir la intención de producir efectos en el proceso.
Para definir un acto jurídico procesal el énfasis se pone no en que éste se haya
realizado dentro del proceso, sino en que necesariamente, cualquiera sea el lugar e
instante en que se realice, él está destinado a producir efectos en el proceso.
Lo normal será que el acto jurídico procesal se realice dentro del proceso, pero
existen actos procesales que se realizan fuera del proceso o antes incluso de su
constitución que están destinados a producir efectos a su respecto. Así podemos
mencionar a título meramente ejemplar el compromiso, la cláusula compromisoria,
la prórroga expresa de la competencia, la transacción, etc.-

109
V.- CARACTERISTICAS DE LOS ACTOS PROCESALES

En primer lugar, son actos esencialmente solemnes.


Se puede escoger cualquier acto jurídico procesal para comprobar ese aserto. Así,
v,gr., la demanda (art.254 C.P.C.), la contestación de la demanda (art.309 C.P.C.);
la sentencia definitiva (art.170 C.P.C.), etc. En todos estos preceptos el legislador
indica una serie de requisitos, los que son imperativos, dada la redacción de todos
ellos al contemplar las formas verbales "debe", "contendrán", etc.
Nuestro legislador establece permanentemente sanciones a la omisión de las
solemnidades. Así, v.gr., la ineptitud del libelo (art.303, N°4 C.P.C.), la inadmisibilidad
del escrito de oposición de excepciones del juicio ejecutivo (arts. 465 y 466 C.P.C.),
la inadmisibilidad en el incumplimiento de los requisitos para interponer el recurso de
casación, etc.

En segundo lugar, los actos procesales son mayoritariamente unilaterales, es


decir, la manifestación de voluntad es generada por un solo sujeto para producir los
efectos en el proceso.
Esta unilateralidad de los actos se rompe excepcionalmente cuando la ley
exige la concurrencia de la voluntad de dos o más sujetos. Ejemplo: el compromiso,
la cláusula compromisoria, la prórroga expresa de la competencia, la transacción, la
conciliación, etc. La doctrina denomina negocios jurídicos procesales a estos actos
procesales en que concurre la voluntad de las partes litigantes en el proceso.

En tercer lugar, cualquiera sea la teoría de la naturaleza del proceso que se


sustente, los actos jurídicos procesales se integran de tal manera al proceso que lo
suponen (no pueden existir sin él) y lo crean (el proceso se configura por una serie de
actos jurídicos procesales). Sin ellos, el proceso no existe.

En cuarto lugar, se trata de actos autónomos, pero esta autonomía se debe


determinar comparando un acto jurídico procesal con otro. Una prueba de testigos
se basta a sí misma, una prueba confesional, una demanda, etc. Pero, si definimos al
procedimiento como sistema racional y lógico que determina la secuencia de actos
que deben realizar las partes y el tribunal para obtener los fines del proceso, esta
autonomía comparativa no puede ser jamás apreciada en términos absolutos.
La unidad del proceso y del procedimiento es la que permite llegar al fin.
Ejemplo una confesión se puede pedir una vez que esté contestada la demanda,
siendo autónoma respecto de los hechos no se extiende al fallo del asunto.

Finalmente, el principio de la autonomía de la voluntad se encuentra, en esta


materia, absolutamente restringido. Sólo existen mínimas manifestaciones de este
principio en la solicitud de que dicte sentencia sin más trámite evitando una etapa

110
de prueba (art.313, inc.2° C.P.C.); en materia de convención de compromiso y
contrato de cláusula compromisoria.

VI.- CLASIFICACIONES
Los actos jurídicos procesales admiten una serie de clasificaciones. Tales son:
a) Desde el punto de vista de la voluntad necesaria para la existencia del
acto, se clasifican en actos jurídicos procesales unilaterales y actos jurídicos
procesales bilaterales.
Los actos jurídicos unilaterales son la regla general y nos da una idea de que los
actos principales del procedimiento siempre tienen esta naturaleza. así, v.gr., la
demanda, la contestación, el ofrecimiento de prueba, la apelación, la sentencia,
etc.
En doctrina, se reserva la denominación de "acto jurídico procesal para referirse a los
actos jurídicos unilaterales. En cambio, la nomenclatura cambia en el caso de los
actos bilaterales, los que se denominan "negocios jurídicos procesales".

b) Desde el punto de vista del sujeto que origina el acto, éstos se


clasifican en:
1.- Actos del tribunal (resoluciones judiciales; actos de proveimiento, y
decisión);
2.- Actos de las partes, y
3.- Actos de terceros, entendiendo por tales a las personas que son ajenas
al litigio, pero vinculadas al proceso y que no son parte del mismo.
En un sistema procesal fundado en el principio dispositivo, la regla general estará
constituida por los actos de parte. El tribunal tiene una situación de pasividad
respecto de la voluntad de las partes.
Algunos actos son esenciales para la iniciación del procedimiento.
Es esencial en primera instancia civil la demanda; puesto que sin ella no puede
haber ejercicio de actividad jurisdiccional (art.10 C.O.T.).
En segunda instancia es esencial el recurso de apelación, ya que sin él la alzada
nunca puede existir, salvo, claro está, que se contemple el trámite de la consulta.

c) Desde el punto de vista de las partes, los actos procesales se clasifican en:
1.- Actos de impulso procesal;
2.- Actos postulación,
3.- Actos probatorios, y
4.-Actos de impugnación.

1.- Los actos de impulso procesal son aquellos que realizan las partes para
dar curso al procedimiento. Estos constituyen peticiones que cada parte dirige al
tribunal para que éste proceda, según corresponda, a dejar afinado el proceso
para sentencia.
111
2.- Distintos son los actos de "postulación" de las partes, en que éstas
pretenden no sólo dar curso al procedimiento sino que también formular cuestiones
de fondo o que se vinculan con el asunto que ha sido objeto del juicio. Entre estos
destacan la demanda, la réplica, el desistimiento de la demanda, las excepciones
perentorias, las defensas, la contestación de la demanda, etc.

3.- Los actos probatorios se explican por sí mismos. Se refieren a aquéllos


que las partes realizan para acreditar los hechos fundantes de sus respectivas
pretensiones y oposiciones.

4.- Los actos de impugnación son aquellos que, indistintamente utilizados


por las partes, pretenden atacar resoluciones o actos del tribunal por defectos de
forma o de fondo, o bien, porque tales actos producen un agravio o un gravamen
irreparable. Los principales actos de impugnación son los recursos procesales.

d) Desde el punto de vista de los terceros, los actos que éstos realizan se
clasifican en:
1.- Actos probatorios de terceros;
2.- Actos de certificación de terceros, y
3.- Actos de opinión de terceros.

1.- Los actos probatorios de terceros son., fundamentalmente, el informe


de peritos y la declaración de testigos. En ambos medios, los terceros se desvinculan
del litigio y carecen de todo interés en el asunto; la imparcialidad es el requisito
necesario para que sus actos puedan tener algún valor en el procedimiento. Ambos
medios de prueba están sometidos a un examen de imparcialidad (preguntas de
tacha y tachas, tratándose de los testigos; y las implicancias y recusaciones,
tratándose de los peritos).

2.- Los actos de certificación de terceros están entregados a los ministros


de fe, que son auxiliares de los tribunales que dan fe o acreditan la realización de un
hecho o de un acto, o lo materializan.
Dos son los típicos ministros de fe, dentro del procedimiento, que se encuentra
presentes a lo largo de toda nuestra legislación procesal: el receptor y el secretario.
La presencia y realización de los actos de certificación importan para los efectos de
que ellos, normalmente, son esenciales para la validez de ciertos actos jurídicos
procesales.

En efecto, prescribe el art.61, inc.3° C.P.C. que "la autorización del funcionario a
quien corresponda dar fe o certificado del acto es esencial para la validez de la
actuación".
112
En seguida, los actos de certificación pueden tener una finalidad bastante clara:
dejar constancia en el expediente de lo que en el proceso ha ocurrido. Esta
modalidad hace aplicable el Principio de la protocolización y se traduce en dejar
constancia de una circunstancia que sea relevante en el Derecho positivo chileno.
Así, v.gr., la constancia de las búsqueda estampadas de acuerdo al art.44 CPC.; la
certificación que hace el secretario del tribunal para los efectos de determinar el
momento en que una resolución se encuentra ejecutoriada (art.174 CPC.); el
certificado de haberse acompañado dinero suficiente para compulsa (art.197,inc.2°
CPC.); etc.

Las partes, para efectos de seguridad jurídica, siempre deben estar atentas a
solicitar por sí actos de certificación, aunque la ley no los exija.
Finalmente, existen actos de certificación con consecuencias probatorias. En efecto,
en nuestra legislación existe un caso en que el certificado de un ministro de fe es un
medio de prueba: "Sin perjuicio de las demás circunstancias que, en concepto del -
tribunal o por disposición de la ley, deban estimarse como base de una presunción,
se reputarán verdaderos los hechos certificados en el proceso por un ministro de fe,
a virtud de orden de tribunal competente, salvo prueba en contrario". (art.427, inc.1°
C.P.C.).
Esta finalidad es una novedad dentro del ordenamiento jurídico nacional,
permitiendo mejorar la prueba rendida.

3.-Los actos de opinión de terceros son todos aquellos que el tribunal está
obligado o queda facultado para recurrir al informe de un tercero.
En el Código Orgánico, los funcionarios públicos que pueden o deben intervenir en
éstos son el Ministerio Público y los Defensores Públicos.

REQUISITOS DE EXISTENCIA Y DE VALIDEZ DE


LOS ACTOS JURIDICOS PROCESALES. ENUNCIACION

Hemos afirmado que el acto jurídico procesal no es más que una especie dentro del
género acto jurídico que se contempla en el derecho sustancial. Es por ello que los
requisitos de existencia y de validez de estos actos, en principio, son los mismos. Sin
embargo, existen ciertas peculiaridades que los diferencian y que pasamos
someramente a esbozar a continuación.
El orden del análisis será el siguiente:
1) La voluntad y sus vicios;
2) La capacidad procesal;
3) El objeto;
4) La causa, y
5) Las solemnidades.

113
1) LA VOLUNTAD Y SUS VICIOS.-
Elemento primario de todo acto jurídico es la voluntad, entendida como "la facultad
que nos permite hacer o no hacer lo que deseamos".
En los actos jurídicos procesales, la voluntad también puede manifestarse expresa o
tácitamente. La voluntad expresa será la regla general. ¿Cómo se manifiesta esta
voluntad expresa? A través del cumplimiento de las formalidades legales.
La voluntad expresa en los actos jurídicos procesales debe producirse a través del
exacto cumplimiento de las formas que señala la ley. El ejemplo más claro de este
requisito es el acto jurídico procesal de presentación de un recurso de casación: el
escrito debe señalar expresa y determinadamente la ley o leyes que se suponen
infringidas, la forma en que se ha producido la infracción y la manera cómo ésta
influye en lo dispositivo del fallo (recurso de casación en el fondo);o la mención
expresa y determinada del vicio o defecto en que se funda y la ley que concede el
recurso por la causal que se invoca (recurso de casación en la forma), etc.
En la demanda, la contestación, el ofrecimiento de prueba, la sentencia, etc. y en
todos los actos vitales dentro del procedimiento, la voluntad debe manifestarse en
forma expresa y cumpliendo solemnidades.
La manifestación tácita de la voluntad ha de ser vinculada con el silencio,
encontrándose éste regulado estrictamente en nuestra legislación.
Si en el Derecho Civil los requisitos exigidos para dar valor al silencio son de por sí
minuciosos y excepcionales; en el Derecho Procesal el legislador es
extraordinariamente riguroso. En ningún caso se requiere que el juez deduzca, por sí,
alguna orientación de la voluntad en el silencio de alguna de las partes.
La voluntad tácita se producirá existiendo una previa declaración de rebeldía más
otros requisitos particulares.
Sin perjuicio de lo que posteriormente diremos sobre la rebeldía, hemos de tener
presente que en primera instancia, ésta nunca produce efectos generales, sino que
debe ser solicitada en cada trámite en que el silencio y la inactividad se presente.
En ningún caso, la sola rebeldía implica reconocimiento de hechos, sino que para
ello se necesita la existencia de algún tipo de apercibimiento legal.
En segunda instancia, la rebeldía tiene efectos más amplios. Si el apelado no
concurre en la alzada, el legislador prescinde de él y a su respecto las resoluciones
judiciales tendrán efecto desde que se pronuncian.
Nuestra jurisprudencia ha señalado que no procede en nuestro derecho la
aceptación tácita de la demanda, y que la rebeldía en el trámite de la
contestación equivale a una contestación ficta de la misma con negación de todo
lo que en ella se ha expresado.
Hay casos en que el silencio de la parte produce consecuencias jurídicas
importantes en el procedimiento. Así, por ejemplo, en la confesión judicial tácita, el
absolvente con su silencio reconoce los hechos que se contengan en preguntas que
se han redactado en forma asertiva, siempre y cuando la rebeldía se produzca en la
segunda audiencia y bajo el apercibimiento legal (art.394 C.P.C.); otro tanto ocurre
114
con la prórroga tácita de la competencia (art.197 C.O.T.) y con la notificación tácita
(art.55 C.P.C.), etc.
En materia procesal, los vicios de la voluntad son el error, la fuerza y el dolo. Estos
aparecen en Derecho Procesal más atenuados en su regulación y efectos que en
materia sustancial civil.

A.- ERROR
Manifestaciones de este vicio del consentimiento encontramos en la posibilidad de
revocar una confesión, tanto en materia civil (art.402, inc.2° C.P.C.).-
El error no sólo puede estar presente en los actos de las partes, sino que también en
los del tribunal. Así por ejemplo, el error de derecho es causal del recurso de
casación. (art.767 C.P.C.).
En general, se puede afirmar que todo el régimen de recursos de nuestra legislación
tiene por finalidad reparar los errores que los jueces pudieren cometer en la
calificación de los hechos o en la determinación del derecho.
Otro error imputable al tribunal se relaciona con el recurso de apelación. En efecto,
de acuerdo al art.211 C.P.C., el recurso de apelación puede terminar por la
declaración de prescripción del mismo, y, de acuerdo al art.201 C.P.C., por la
declaración de deserción del mismo. En ambos casos, empero, la parte afectada
por tales declaraciones puede pedir reposición de la misma dentro de tercero día
"cuando se funde en un error de hecho".

B.- LA FUERZA:
Este vicio de la voluntad, en realidad, está menos reglamentada en los Códigos
procesales que el error. Cuesta encontrar alguna disposición precisa en que el
legislador se haya puesto en el caso de que exista fuerza en el procedimiento. Es por
ello que todas las disposiciones sobre fuerza del Código Civil deben entenderse
incorporadas al Derecho Procesal, en lo que sean aplicables.

C.- EL DOLO
Con este vicio de la voluntad pasa lo mismo que con la fuerza. El dolo no fue
considerado, dentro del Código de Procedimiento Civil, como vicio de la voluntad.
En materia civil sustancial, el dolo vicia el consentimiento cuando es obra de la
contraparte (art.1458, inc.1° c.c.). En materia procesal, eI dolo debe ser obra de una
de las partes, aunque no se trate de actos bilaterales. Esto hace difícil la aplicación
del dolo en esta sede, ya que la gran mayoría de los actos son unilaterales y la
voluntad de la otra parte es independiente de la primera.
Existe una situación en que el dolo no es ya un vicio del consentimiento o de la
voluntad, sino que una fuente de responsabilidad. En efecto, las medidas
prejudiciales precautorias tienen o presentan un riesgo en el procedimiento
nacional, el que dice relación con la oportunidad para presentar la demanda: "Si no
se deduce demanda oportunamente, o no se pide en ella que continúen en vigor
115
las medidas precautorias decretadas, o al resolver sobre esta petición el tribunal no
mantiene dichas medidas, por este sólo hecho quedará responsable el que las haya
solicitado de los perjuicios causados, considerándose doloso su procedimiento".
(art.280, inc.2° C.P.C.).
Empero, en la actualidad se ha ido configurando las figuras del "proceso
fraudulento" y de la "cosa juzgada fraudulenta o colusoria", concepto en que el
dolo, el fraude o la malicia están presentes atentando contra el principio de la
buena fe.
En nuestra legislación existe un mecanismo destinado a atacar las sentencias
ejecutoriadas que han sido ganadas injustamente, utilizando dolo o malicia. Es el
recurso o acción de revisión. Se refieren indirectamente al dolo los N° 1 y 2 del
art.810 C.P.C.; y, en forma directa, el N°3 del mismo precepto: ("Si la sentencia firma
se ha ganado injustamente en virtud de cohecho, violencia u otra maquinación
fraudulenta...").

2.-LA CAPACIDAD PROCESAL


La capacidad debe analizarse desde el punto de vista del tribunal y desde la
perspectiva de las partes.
Desde el punto de vista del tribunal, la capacidad está constituida por su
competencia. La jurisdicción no es requisito de validez, sino que de existencia
Un tribunal es tal desde que tiene jurisdicción, esto es, desde que ha sido nombrado
y ha jurado en el cargo el juez.
La competencia del tribunal le permite actuar válidamente en el procedimiento y
en el proceso. Un juez incompetente puede conocer de un asunto, porque tiene
jurisdicción, pero todo lo que haga será ineficaz y nulo. El juez debe ser absoluta y
relativamente competente.
Respecto de las partes, por regla general, toda persona tiene capacidad, salvo
aquellos que son incapaces por expresa disposición de la ley. La capacidad
procesal se completa con el ius postulandi.
La parte plenamente capaz y la incapaz debidamente representada, al igual que
en materia civil sustancial (art.1447 C.C.), pueden ejecutar válidamente actos en el
procedimiento. En Derecho Procesal son capaces todos aquellos que la ley no
declara incapaces.

3.- EL OBJETO
Asimismo, no debe ser ilícito o contrario a la moral, a las buenas costumbres o al
orden público.
En materia procesal, la idea de "objeto" se vincula con el concepto de beneficio
jurídico que con un acto procesal se pretende obtener.

116
4.- LA CAUSA
Nuestra legislación sustancial señala que la causa es "el motivo que induce al acto o
contrato"(art.1467, inc.2° C.C.) Esta idea se vuelve a hacer presente tratándose de
los actos procesales. En efecto, "la causa de un acto jurídico procesal es un motivo o
por qué en cuanto jurídicamente relevante, pero no el principio a que obedece, los
rasgos con que se exterioriza o el fin que lo inspira".
En todos los actos jurídicos procesales siempre existe un causa. Así, v.gr., en la
apelación es el agravio, en el patrocirlio es tener un debate de alto nivel jurídico , en
el mandato es tener buenos representantes, etc.
Asimismo, la causa de todo acto debe ser lícita. Su opuesto se vincula con el dolo y
con la colusión procesal, con los testigos falsos, etc. (art.810 C.P.C.), etc.
Este elemento, referido al contenido y finalidad de los actos, no ha sido hasta ahora,
en general, considerando debidamente por la doctrina, en virtud del carácter
formalista que se asigna a nuestra disciplina.
Sin embargo, en ella no se prescinde totalmente de los fines, de la causa o motivo
de los actos procesales.

5.- LAS SOLEMNIDADES


Los actos jurídicos procesales, hemos visto, son eminentemente formalistas. La
voluntad expresa se manifiesta a través de ciertas formas cuya omisión acarrea la
nulidad del acto o su ineficacia (solemnidades).
No por el formalismo en sí, sino como manera de expresión de voluntad, del
contenido del acto, las formas adquieren en esta rama del derecho una
importancia fundamental. Es que solo mediante el respeto a las formas establecidas
legalmente, es como puede obtener la verdadera garantía del debido proceso.
Esto tiene especial relevancia en algunos procesos (el penal, por ejemplo), aunque
es aplicable a todos.
Es cierto que el primer impulso es anti formalista y nos lleva a aborrecer las formas
por encontrarlas como un obstáculo a la realización de la justicia que debe mirar el
fondo de las cosas. Pero, luego, la meditación y la experiencia nos hacen considerar
dichas formas como indispensables para la función jurisdiccional misma.
Naturalmente que nos referimos a las formas necesarias como garantías de los
derechos de las partes en el proceso e indispensables para el mejor cumplimiento
del fin público de aquel, mientras que rechazamos todo formalismo vacío e inútil.
Debemos señalar que, en razón de la propia estructura del proceso ("conjunto de
actos formales..."), en general las formas deben ser observadas y que su
apartamento provoca invalidez (nulidad) o consecuencias perjudiciales para el que
las infringe (p.ej., el que no cumple con la "carga"). Esto acaece por la violación de
las formalidades externas, que son las que realmente importan en el procedimiento,
no el fondo, los motivos. En ese sentido, el propio COUTURE, estudiando la "causa" en
los actos procesales, señala que ni la ausencia de ella, ni el error, vician el acto
procesal.
117
Por supuesto que el predominio del principio dispositivo hace que, en ciertos casos,
las formas estén establecidas para cumplir la voluntad de las partes, por lo que éstas
pueden apartarse de ellas. Así sucede con el propio proceso, que las partes pueden
iniciar o no, sustituirlo por el juicio arbitral, desistir de él, etc. Así ocurre con la
posibilidad de prorrogar la competencia, de minorar los plazos de prueba, de
renunciar a las excepciones del juicio ejecutivo pero, como cualquiera que sea se
trata de normas expresas estatuidas en leyes, que son, como sabemos, las que
pueden establecer el orden y la formalidad de los juicios. Además, son casos
limitados e instituidos expresamente por las leyes.
En otros casos, el acto se halla establecido en interés de una de las partes
(apelación.) y esta puede no cumplirlo. Por lo demás, la mayoría de las nulidades
procesales quedan convalidadas durante el propio proceso, si no se reclama de
ellas inmediatamente. Este principio, estatuido para sanear el procedimiento y evitar
que se hagan reclamaciones tardías, no implica renunciar a las formas, sino imponer
otros valores necesarios (certeza, no necesidad de anular si no hay perjuicio, etc.).
O sea que, en definitiva y fuera de las formas que las partes están autorizadas para
alterar por expresa disposición legal, existe la posibilidad de prescindir de algunas de
ellas, establecidas solo en interés de las partes.
Por forma de actos procesales debe entenderse no solo el mecanismo
(procedimiento) por el que se exterioriza el hecho jurídico, sino también su ubicación
en el tiempo y en el espacio. Esto es, que fuera de la manera como se debe actuar,
hay que considerar también el lugar y el plazo o término fijado para su realización.

LA INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS


PROCESALES
A.- GENERALIDADES
El acto jurídico procesal que se ajusta en su realización a todos los requisitos
contemplados por el ordenamiento jurídico es eficaz.
Sin embargo, no siempre es observado el derecho objetivo para la ejecución de los
actos, motivo por el cual se sigue de ello la ineficacia del acto realizado.
El acto jurídico es ineficaz en sentido amplio cuando no genera sus efectos propios o
deja de producirlos por cualquier causa, sea intrínseca o inherente a la estructura
del acto mismo, sea que dicha causa consista en un hecho extrínseco o ajeno a él.
Las sanciones que se establecen respecto al acto que no respeta en su realización
el derecho objetivo, no sólo son aquellas que se contemplan en el derecho común,
sino que existen también otras contempladas especialmente en el derecho
procesal.

B.- LA INEXISTENCIA.
La inexistencia es la sanción que tienen los actos jurídicos procesales ejecutados con
omisión de los requisitos exigidos para que ellos tengan existencia jurídica.
118
Formando el acto jurídico procesal parte del proceso, necesariamente la falta de los
presupuestos procesales de existencia de este conllevará la inexistencia del acto
procesal. "El concepto de inexistencia se utiliza para denotar algo que carece de
aquellos elementos que son de la esencia y de la vida misma del acto; un quid
incapaz de todo efecto. (Couture)".
La doctrina nacional y extranjera ha señalado como casos de inexistencia respecto
del acto jurídico procesal, los siguientes:
a) La falta de jurisdicción (inexistencia de tribunal).
Así, la sentencia dictada por quien no es juez no es una sentencia sino una "no
sentencia". Ni siquiera es un acto; es frente al proceso un simple hecho de terceros.
b) La falta de parte.
En el caso que se trabará una relación procesal para resolver un conflicto, sin que
existiera sujeto activo o sujeto pasivo, en los casos en que no puede procederse de
oficio.
Jamás podría acogerse en materia civil una demanda que no se dirigiera respecto a
alguna persona, como tampoco podría iniciarse un proceso sin que existiera un
actor.

c) La falta de proceso.
El acto jurisdiccional tiene que emanar de un proceso, por lo que su inexistencia sólo
lo hace consistir a éste en meras opiniones carentes de toda eficacia.

El reconocimiento de la inexistencia procesal tiene relevancia por cuanto:


a) Si el proceso es inexistente, no hay sentencia ni cosa juzgada real. Sólo
existe una mera apariencia, que para desconocerla no es necesario deducir recurso
alguno ni efectuar gestiones dentro del pseudo proceso.
b) El tribunal no tiene obligación de pronunciarse acerca de la
inexistencia de un acto, puesto que no puede resolver sobre algo que no existe. La
acción carecería de objeto y de causa.
c) No existe plazo alguno para desconocer los supuestos efectos que
genera un acto inexistente.
d) El acto inexistente no necesita ser convalidado sea por la voluntad de
las partes o el transcurso del tiempo.
e) El acto inexistente no requiere ser invalidado.

C.- LA NULIDAD
La nulidad es una sanción de ineficacia respecto de los actos jurídicos del proceso
por el incumplimiento de algunos de los requisitos que la ley prescribe para su
validez.
La nulidad procesal se caracteriza por cuanto:

119
a) La nulidad procesal es autónoma en su naturaleza, en sus
consecuencias, en su configuración jurídica.
La nulidad del acto jurídico procesal se rige por normas procesales y que no aplican
directamente respecto de ellas las normas sobre la nulidad civil.
La jurisprudencia es la que se ha encargado de sentar la teoría acerca de la nulidad
procesal en nuestro Derecho, puesto que ante la legislación inorgánica e
incompleta han sido las sentencias dictadas a propósito de la casación en la forma
y el incidente del art.84 del C.P.C. las que han configurado en la esencia esta
institución.
El legislador mediante las últimas reformas se ha limitado básicamente a introducir
en los códigos del ramo los principios ya sustentados por la Jurisprudencia.
b) La nulidad procesal no es clasificable.
La nulidad procesal es una sola, no es ni absoluta ni es relativa.
Sin embargo, en doctrina se distingue ante la nulidad y anulabilidad procesal.
La nulidad es aquella que puede ser declarada de oficio a petición de parte por
haberse infringido normas que emanen del interés público, es decir, se refieren a la
relación procesal o que tengan por finalidad el orden público. Son casos de nulidad
procesal los de incompetencia absoluta, implicancia, nulidad incidental del art.84
del C.P.C. y la casación de oficio.
La anulabilidad es aquella que puede ser declarada por el juez sólo a petición de
parte por haberse infringido normas que miren al orden privado. Son casos de
anulabilidad las excepciones dilatorias la incompetencia relativa. Ello es así se ha
señalado por cuanto el juez no está en su intervención en el proceso destinado a
reemplazar a las partes en el cumplimiento de sus obligaciones, sino que para velar
por el respeto de todo aquello que es
trascendente para la existencia de un debido proceso.
c) La nulidad procesal requiere para que opere de una causal.
En nuestro Derecho, para los efectos de la nulidad procesal se contemplan causales
genéricas y causales específicas.
Las causales genéricas son aquellas contempladas en el art.84, relativas a vicios que
anulen el proceso o circunstancias esenciales para la ritualidad o la marcha del
juicio; la contemplada en el N°9 del art.768 del C.P.C. y la causal de casación en el
fondo en materia civil.
Las causales especificas son las contempladas en los 8 primeros números del art.768
del C.P.C. y las nulidades especificas señaladas en los arts.79 y 80 del C.P.C. a
propósito del litigante rebelde y la fuerza mayor.

d) La nulidad procesal requiere para que opere de la dictación de una


resolución judicial que la declare.
El acto que adolece de un vicio produce todos sus efectos mientras no es
declarada la nulidad procesal que lo afecta.

120
El tribunal que debe dictar la resolución para declarar la nulidad procesal y el
procedimiento que debe de seguirse para obtener esa declaración dependerá del
medio que se utilice para hacerlo valer. (P.Ej. incidente nulidad; casación en la
forma, casación en el fondo; recurso de revisión.).

e) La nulidad se aplica solamente a los actos jurídicos procesales


realizados dentro del proceso.
Es por ello que los actos procesales que se hubieren realizado fuera del proceso (P.Ej.
La -transacción) no deben ser anuladas por vía de la nulidad procesal.
Además, la nulidad procesal se sanea en la mayoría de los casos si ella no es
alegada dentro del proceso y jamás podrá en un juicio ordinario posterior
pretenderse anular un acto jurídico procesal realizado en un proceso afinado. Es así
como el legislador ha señalado categóricamente en el mensaje del C.P.C. que "se
desconoce de un modo expreso la acción ordinaria de nulidad para invalidar
sentencias, no admitiéndose otro camino que el de la casación para lograr este
resultado".

f) La nulidad procesal genera la ineficacia específica del acto viciado y


en algunos casos, también la de los actos realizados con posterioridad en el proceso
por existir una dependencia directa entre todos ellos.
Por regla general, la nulidad de un acto procesal sólo afecta a éste y no al resto de
los actos realizados en el proceso. En tal caso, la doctrina nos habla de nulidad
propia. P.Ej. La nulidad de la declaración de un testigo.
Ello se contempla expresamente en la actualidad en el art.83 inc. Final, al
establecerá que "la declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de
todo lo obrado".
Por otro lado, existe la nulidad extensiva o derivada, que es aquella que se produce
cuando la nulidad de un acto jurídico procesal no afecta sólo a éste, sino que a
todos aquellos que se hubieren realizado con posterioridad en atención a la
vinculación existente entre ellos en el proceso.
Ello se produce por el denominado efecto extensivo de la nulidad procesal.
El acto procesal nulo derivativamente, en sí, es perfectamente ajustado a derecho,
no adolece de vicio alguno intrínseco, y su falta de eficacia proviene de haber sido
contaminado, valga la frase, por la nulidad del que le precedió.
Ejemplo típico en nuestro derecho de nulidad extensiva o derivada es la que
proviene de la falta de emplazamiento, puesto que declarada la nulidad de la
notificación de la demanda el proceso se retrotrae al estado de la notificación de
ella de pleno derecho y todos los actos que se hubiere ejecutado con posterioridad
son nulos. A quien la corresponde determinar el efecto extensivo de la nulidad es al
tribunal; y así se establece a propósito del incidente de nulidad procesal en el inciso
final del art.83 del C.P.C.; a propósito del recurso de casación en la forma en el inciso

121
primero del art.786 del C.P.C. y a propósito del llamado recurso de revisión en inciso
segundo del art.815 del C.P.C.

g) La nulidad procesal se sanea.


En nuestra legislación se han contemplado diversas causas o maneras de sanear la
nulidad. En primer lugar, la nulidad procesal de sanea mediante la resolución que la
deniega.
Ejecutoriada que sea la resolución, y que normalmente tiene el carácter de
sentencia interlocutoria, ella va a producir el efecto de cosa juzgada y con ello se
producirá la máxima purga de la nulidad procesal.
En segundo lugar, la nulidad procesal se sanea por la preclusión de la facultad
establecida por la ley para hacerla valer. Debe promoverse dentro del plazo de 5
días desde que se tuvo conocimiento del vicio. Transcurrido dicho plazo se extingue
la facultad de hacerla valer, a menos que se trate de la incompetencia absoluta.
En tercer lugar, la nulidad se purga cuando la parte ha originado el vicio o
concurrido a su materialización. Con ésta disposición contemplada en el inciso 2°
del art.83 del C.P.C. se ha consagrado la existencia de una circunstancia impeditiva
para hacer valer la nulidad semejante a la contemplada en el art.I.683 del Cód.
Civil, la que establece que no se puede alegar la nulidad por aquel que contrató
sabiendo o debiendo saber el vicio que invalidaba el acto o contrato.
En cuarto lugar, la nulidad se purga por la convalidación expresa o tácita del acto
nulo. (art.83 inc.2° del C.P.C.) El principio de la convalidación es aquel que
establece que toda nulidad se convalida con el consentimiento expreso o tácito del
afectado.
Existe una convalidación expresa o por confirmación cuando se ejecuten
actuaciones que manifiesta e inequívocamente demuestran, aunque sin decirlo que
el perjudicado con el acto irregular prescinde de invocar la nulidad. Sería en caso
de la notificación tácita del art.55 y de la prórroga de la competencia del art.187
del C.O.T.
La convalidación tácita se produce cuando la parte legitimada para solicitar la
nulidad deja pasar las oportunidades prescritas por la ley para hacerla valer.
Es así como en un fallo de muchos años atrás de don Rafael Fontecilla se declaró
valida la ratificación de un mandato judicial no autorizado por el secretario del
tribunal sobre la base de la falta de perjuicio y de haberse tolerado por largo tiempo
por la parte contraria el que ese mandatario interviniera en el juicio.

h) La nulidad procesal debe ser declarada sólo en el caso que el vicio que la
genera hubiere causado un perjuicio.
En doctrina, se ha establecido respecto de la nulidad procesal el principio de la
tracendencia o protección. Este se enuncia en una forma muy simple y escueta,
pero tremendamente categórica: No hay nulidad sin perjuicio (pas de nullité sans
grief), esto es, la nulidad sin perjuicio no opera.
122
Este principio se explica por el profesor Colombo señalado que el proceso no es un
fin; es un medio que la ley coloca a disposición de las partes para que hagan
efectivo sus derechos y al juez para que puede ejercer la función jurisdiccional.
Por tanto, si se comete un vicio que en nada altera los resultados finales, o sea, que
no produzca un perjuicio, no se podrá pedir la nulidad aun cuando el vicio exista".
Este principio se reconoce expresamente por el legislador en el art.768 inciso
penúltimo en el recurso de casación en la forma, al establecer que "el tribunal podrá
desestimar el recurso de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de
manifiesto que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la
invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo del mismo".

Por otra parte, el art.767 requiere para interponer un recurso de casación en el fondo
no sólo que exista una infracción de ley, sino que ella además hubiere causado un
perjuicio por haber influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Finalmente, es menester hacer presente que el legislador a propósito del incidente
de nulidad recogió este principio de la protección y trascendencia ya sustentado
con anterioridad en numerosos fallos de nuestros tribunales, al prescribir en el inciso
primero del art.83 que "la nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a
petición de parte, en los casos que la ley expresamente lo disponga y en todos
aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio
reparable sólo son la declaración de nulidad".

i) La nulidad procesal puede hacerle valer por diversos medios.


Los medios directos son aquellos que atacan directamente el acto que se pretende
invalidar. Revisten este carácter la declaración de nulidad de oficio por el tribunal
(art.84 C.P.C.);la casación en la forma de oficio por el tribunal (art.776); la casación
en el fondo de oficio (art.785); el incidente de nulidad; las excepciones dilatorias; el
recurso de casación en la forma; el recurso de casación en el fondo y el recurso de
revisión.
Los medios indirectos son aquellos que sin perseguir directamente la nulidad,
pretenden que ella sea declarada. Revisten este carácter el recurso de reposición;
el recurso de apelación; el recurso de queja.
La elección del medio dependerá de la naturaleza del acto viciado, la
trascendencia de la irregularidad y/o la oportunidad en que se genere la nulidad.

D.- LA INOPONIBILIDAD
La inoponibilidad es la ineficacia del acto jurídico procesal respecto de terceros por
no haberse cumplido con un requisito para que este produzca efectos a su
respecto.

123
En la inoponibilidad nos encontramos con un acto jurídico procesal que tiene
existencia y es válido, pero que no produce efectos respecto de terceros.
La regla general es que el acto procesal es sólo oponible a las personas vinculadas
con el proceso en que produce o que hayan tomado parte en la celebración de un
acto jurídico procesal extrajudicial.
Es así, como el acto jurídico procesal más importante que emana del proceso como
es la sentencia, sólo produce sus efectos respecto de aquellos que hubieren sido
parte en el proceso. (art.177 del C.P.C.).
Si pretendiere ejecutarse un fallo respecto de quien no ha sido parte en el proceso
del cual éste emanado, se podrá oponer la excepción de no empecerle la
sentencia.
Por otra parte, el art.185 del C.O.T. establece que la prórroga de jurisdicción
(competencia) sólo tiene efectos entre las personas que han concurrido a otorgarla,
mas no respecto de otras personas como los fiadores o codeudores; en otras
palabras, la prórroga expresa de competencia es inoponible respecto de quienes
no hubieren concurrido a convenirla.
Finalmente, la celebración del compromiso sólo es oponible a las partes litigantes
que hubieren convenido, y es inoponible respecto de terceros (art.234 N°2° del
C.O.T.).

E.- LA PRECLUSION
En los procesos inspirados por el orden consecutivo legal es posible concebir la
preclusión (extinción) de la facultad de impetrar la nulidad procesal si no se respeta
el orden y las oportunidades establecidas para tal efecto por el legislador.
Respecto de la preclusión nos remitimos a lo señalado en los apuntes acerca de los
principios formativos del procedimiento.
Claros ejemplos de preclusión de la nulidad procesal son los contemplados en el
inciso 2° del art. 83; 85 y 86 del C.P.C.
Además, debe tenerse presente que la sentencia ejecutorida produce la cosa
juzgada (suma o máxima preclusión), momento a partir de la cual se extingue la
facultad de impetrar la nulidad procesal en el proceso de cualquier acto.

E.- OTRAS SANCIONES


Por otra parte, dentro del derecho procesal se establecen otras sanciones para el
incumplimiento de una carga u obligación dentro del proceso.
Podemos citar a título meramente ejemplar las siguientes: La condena en costas; las
consignaciones; la deserción; prescripción de los recursos; el apercibimiento al no
acompañarse copia de los escritos; la inadmisibidad como incumplimiento a
requisitos formales de escritos de defensa o recursos, etc.

124
LOS PRINCIPIOS FORMATIVOS DEL PROCESO:

Existen ciertos principios conforme a los cuales el proceso siempre debe


configurarse de modo que ellos sean efectivos y respetados. Donde el proceso se
sujeta a ideas o principios centrales y básicos.
Para lograr la finalidad social y colectiva del proceso, en los distintos sistemas
procesales, se han ideado diversos regímenes que abarcan tanto lo relativo a la
organización de los tribunales como a lo concerniente a los principios básicos del
enjuiciamiento.
El valor de los principios no es solo teórico, doctrinario, tienen gran
importancia practica, en diversos campos, por ejemplo, pueden servir como
elemento auxiliar de la interpretación o como elemento integrador de la analogía
en los casos en que haya lagunas o vacíos legales, y como marco jurídico para las
discusiones de la formación de la ley.
Estos principios sean cual sean, no se realizan siempre en los procesos
concretos de forma absoluta, en forma pura, lo normal es que las leyes no sean el
reflejo de un principio, sino un compromiso entre el principio y la realidad social en
que deba aplicarse.
Los sistemas de enjuiciamiento surgen entonces de la mezcla, asociación o
agrupación de diversos principios rectores de la actividad procesal. Puede entonces
decirse que se entiende por principios formativos del proceso. ―los conceptos
fundamentales que concurren consciente o inconscientemente a la formación y
caracterización de los sistemas procesales”.

Estos principios formativos del proceso son los siguientes:


1. La contradicción también llamada bilateralidad de la audiencia.
2. La igualdad.
3. Principio dispositivo e inquisitivo.
4. Instancia de parte e impulso oficial.
5. Oralidad y escritura.
6. La mediación o mediatividad, y la inmediación o inmediatividad.
7. La continuidad o dispersión y la concentración.
8. La publicidad y el secreto.
9. El formalismo y el aformalismo.
10. La fundabilidad e infundabilidad.
11. La preclusión y la libertad o elasticidad.
12. La economía procesal.
13. La buena fe procesal.

125
1.- Principio de la Contradicción o Bilateralidad de la audiencia

Se encuentra a la cabeza de los principios procesales, porque es común a


todo tipo de proceso, no sólo en el campo del derecho procesal, sino en todo el
derecho.
Puede tener diversas configuraciones, pero siempre está presente, y es propio
de la noción del Debido Proceso, que consiste en la efectiva posibilidad de que
toda persona que pueda ser afectada por una resolución de carácter judicial
puede influir en el contenido de la misma, que tenga derecho a reclamar de esta,
cuando se infringe la ley, e implica también la circunstancia de otorgar a una parte
la posibilidad de intervenir en un acto procesal que le pueda afectar (es una carga:
puede o no realizar, asumiendo el riesgo)
Ejemplo uno no tiene la obligación de contestar la demanda, y tampoco tiene
la obligación de probar, pero puede hacerlo.
Para que un acto procesal sea válido no requiere necesariamente la presencia
del afectado, pero si la posibilidad que concurra, porque sin su concurrencia, no se
paraliza la actividad jurisdiccional llamada proceso, con la posibilidad, se da una
oportunidad, aunque el juicio sigue en su ausencia, teniendo que atenerse a los
resultados del mismo
En consecuencia el contenido de este principio consiste:
En la posibilidad real y efectiva de tomar conocimiento del contenido material y
jurídico del proceso.
La igual posibilidad de formular alegaciones y peticiones.
Implica la posibilidad de probar las alegaciones y de intervenir en la práctica de las
pruebas.

2.- Principio de la Igualdad

Petro Castro dice que la igualdad significa que los derechos, cargas y las
responsabilidades que nacen durante el desarrollo un proceso recaen o se imponen
respectivamente sobre las partes sin ningún tipo discriminación entre ellas de modo
tal que el resultado que aspira cada una de ellas a obtener, deberá ser siempre
imparcial, no puede ser favorecido por privilegios a favor, ni gravámenes en
perjuicio.
Este principio, tiene su origen en el principio constitucional de la igualdad de
todas las personas ante la ley. Esto, primero que nada se traduce en el igual trato en
cuanto a la concesión de los derechos tanto de acción y de defensa, y se traduce
también en que las partes están frente a un juez imparcial, y que a ellas se les
conceden iguales posibilidades y derechos, y se les somete a las mismas cargas.

126
3.-Principio dispositivo e inquisitivo

Estos principios se relacionan con la preponderancia de la iniciativa de las


partes o del juez en el aporte, reconstrucción y comprobación de los hechos
trascendentes para la resolución final del juicio.
Se puede hablar de principio dispositivo para aludir al sistema en que la
iniciativa en la proposición y en la producción de las pruebas queda reservada
principalmente a las partes, limitándose la intervención del juez a la ordenación
ritual de la prueba, es decir, a su dirección formal.
Por el contrario, el principio inquisitivo implica que la labor de construcción y
comprobación de los hechos transcendentes, corresponde tanto a las partes como
al juez, es decir, corresponde a todas las partes del proceso, donde este aporte
afecta a todos los sujetos de la relación procesal, donde se mantiene subsistente
además el principio de la carga de la prueba como dice Wach en la teoría
triangular.
La tendencia dominante en el campo del derecho procesal actual, es el
principio inquisitivo, así sucede por ejemplo en el ámbito de familia o laboral

4.-Principio de la Instancia de Parte o Impulso Oficial

Don Aniceto Alcalá Zamora y Castillo, dice que el proceso es un mecanismo


esencialmente libre, y que se requiere de motores de fuerza que lo hagan avanzar y
como los protagonistas del proceso son únicamente: el juez o las partes, estos
motores o impulsos no pueden venir más que de ellos.

De ahí que se define el impulso procesal como la fuerza o actividad que pone
en movimiento el proceso y lo hace avanzar hasta su fin una vez iniciado.
Si esa fuerza o actividad procede de los litigantes, se habla de impulso o de
instancia de parte.
Si esa fuerza o actividad proviene del tribunal o del juez se habla, de impulso
oficial o de oficio.
En nuestro país se concibe el proceso civil como el campo propio de la actividad de
las partes, del impulso o instancia de parte, en tanto que se reserva el impulso oficial
a por ejemplo los Juzgados de familia.
El C.P.C. tiene como fundamento la concepción absolutamente privatista del
proceso civil y allí que las partes potestativamente tiene la facultad de ejercitar la
acción y también la facultad que una vez instaurado el proceso pueden ponerle fin,
cuando lo estimen conveniente. Aquí el proceso está totalmente dominado por las
partes, ellas son dueñas del juicio, ejemplo los actos de desistimiento de la demanda
o la renuncia de los recursos.

127
5.-Principio de la oralidad y la escritura

Es oral el proceso en que las alegaciones, la prueba y las conclusiones se


presentan al juez por regla general de viva voz.
Por el contrario, el principio de la escritura es aquel con arreglo al cual la resolución
judicial ha de basarse solo en el material procesal manifestado por escrito en la
causa.
Se va a estar ante este principio cuando la forma literal constituya lo normal,
para que las partes se manifiesten.
Es difícil encontrar un sistema absolutamente oral o absolutamente escrito, en su
forma pura, de manera que lo que existe es una combinación de estos 2 principios, y
para saber si un proceso está formado por el principio de la oralidad o escritura, hay
que atender a la tendencia dominante en el proceso de que se trate.
El proceso oral según se señala, da una marcha más acelerada al proceso
evitando así retrasos, que se pueden dar por la interposición de incidentes, o de
recursos que solo sirven para dilatar la tramitación causa.
Desde luego por estos motivos se intenta seguir el principio de la oralidad, en
Chile con la reforma procesal penal, pero implantar un sistema puramente oral
implica proporcionar a la administración de justicia de los recursos económicos
necesarios que le permitan disponer tanto de los medios humanos como materiales
que la oralidad presupone.
Se reconoce en doctrina que las bondades de la oralidad no derivan tanto
de este principio en si mismo, sino que ellas son el resultado de la concurrencia de
otros principios que se han asociado al de oralidad y que son los de inmediación y
concentración.

Estos dos principios, inmediación y concentración son connaturales de la


oralidad, y por eso se dice que la oralidad no tiene prácticamente vida sino es con
estos 2 principios.
De ambos principios, oralidad y escritura hay manifestación en nuestro
sistema.
El procedimiento ordinario de mayor cuantía, contenido en el C.P.C., es
esencialmente escrito, pero dentro de él hay una serie de actuaciones que se
realizan en forma oral, así por ejemplo, en el campo probatorio, la producción de
pruebas de los testigos declaran oralmente, lo mismo ocurre con la absolución de
posiciones, con la prueba confesional.

En los procedimientos de menor y mínima cuantía se permiten actuaciones


orales y lo mismo ocurre en leyes especiales como las relativas al juicio sumario en
que incluso se permite que la demanda se pueda presentar oralmente, y que
contempla en su tramitación la oralidad, pero que en la práctica se ha

128
transformado en un producto de la escrituración, pero en el tenor de la ley debiera
ser oral.
De manera que aunque predomine la escrituración hay también
manifestaciones de la oralidad e incluso ciertos recursos como el de apelación, de
casación se emplea la oralidad, a través de los alegatos, ante la Corte.
Por regla general, en todos los procedimientos este comienza por una
demanda, y esta demanda es normalmente escrita de manera que las actuaciones
posteriores a ella, serán orales, en una audiencia o en un comparendo, donde se va
a contestar esa demanda, en forma oral, pero su inicio comienza de forma escrita.
En los tribunales de familia, también hay manifestaciones de la oralidad,
donde el procedimiento es esencialmente oral.

6.- Principio de Mediación o Mediatividad y el Principio de la Inmediación o


Inmediatividad
La inmediación es el principio en virtud del cual se procura asegurar que el
juez o tribunal se halle en permanente e intima vinculación personal con los sujetos y
elementos que intervienen en el proceso, llevando a cabo directamente las
alegaciones, así como las aportaciones probatorias, para que pueda conocer en
toda su magnitud, el batallar de la causa, desde el principio de ella hasta su
término, oportunidad en que se debe dictar sentencia que resuelva el litigio.
Este principio de la inmediación tiene consagración legal en nuestro sistema
procesal, así se indica por ejemplo que los testigos serán examinados por el juez, y
que el juez está facultado para tomar la prueba confesional. Esto quiere decir que
hay un contacto entre el órgano y las partes o 3º.
En cambio el principio de la mediación o mediatividad es aquel en virtud del
cual el juez o tribunal no se haya en permanente e intima vinculación personal con
los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, así como tampoco con
aquellos elementos que intervienen en el mismo, sino que ese contacto o
vinculación se logra a través de un agente intermediario.
En los hechos aunque nuestro proceso, sigue el principio de la inmediación en
nuestro proceso civil, el juez por distintos motivos delega sus facultades en
funcionarios subalternos y son estos los que muchas veces van a intervenir en la
práctica, en algunas diligencias o actuaciones y el juez no va a tener ese contacto
directo con la partes no con los testigos, ni peritos.

7.-Principios de la continuidad o dispersión y de la concentración

El principio de la continuidad o dispersión, también llamado principio


consecutivo obligatorio, consiste en que la causa se desarrolla a través de diversas
etapas constituidas cada una de ellas por una serie de actuaciones que deben
desenvolverse separada y sucesivamente abarcando el procedimiento un lapso

129
relativamente prolongado. Requiere este principio la resolución previa de las
cuestiones accesorias que se puedan plantear durante el curso del juicio.
En nuestro sistema existe este principio, todos los procedimientos que se
contemplan dentro del C.P.C., aplican este principio, por que en cada uno de estos
procedimientos el legislador ha ido indicando los trámites, los actos que las partes
deben realizar o debe realizar en una oportunidad determinada con ciertas
formalidades, y si no se cumplen esas etapas indicadas por el legislador, pueden
llegar a no tener ningún valor jurídico.
Por eso se llama consecutivo obligatorio, porque está prescrito en la ley, y las
partes deben someterse a esta tramitación y so pena que si no lo hacen sus
diligencias, van a carecer de eficacia. Este principio requiere para su eficacia que
se resuelvan en forma previa todas las cuestiones accesorias que se pueden suscitar
durante el curso del juicio, donde estas cuestiones accesorias constituyen lo que se
llama Tramites de Incidentes, donde hay incidentes que se deben resolver
necesariamente de forma previa, para continuar el juicio y hay otros que no afectan
la marcha de la causa principal.
El principio de la concentración por su parte tiene por finalidad reunir o
concentrar, sin demora, tratando de abreviar los plazos y de concentrar en una sola
audiencia o en el menor número de audiencias el desarrollo total del proceso, o las
diligencias que sean menester realizar.
Este principio de la concentración se opone al de la dispersión, que es el que
predomina en el C.P.C. A través de este principio, se precisa la no admisión de
excepciones dilatorias, los que en caso de hacerse valer, van a ser resueltas al igual
que las perentorias en la sentencia definitiva
Este principio de la concentración requiere para poder existir de otros
principios como son el de la oralidad y el de la inmediación.
En nuestro C.P.C. hay una tendencia al principio de la concentración en el
juicio sumario en que una vez presentada la demanda al tribunal, el tribunal cita a
un comparendo a verificarse el quinto día hábil después de la última notificación en
donde debe contestarse la demanda o poner excepciones dilatorias e incidentes
cualquiera que sea su naturaleza, para que puedan resolverse en la sentencia
definitiva.

8.-Principio de la publicidad y el secreto

Según el diccionario de la RAE, publicidad es la calidad o estado de público,


y público es aquello notorio, patente, conocido por todos.
Dando una idea es posible manifestar que este es aquel que requiere que el
procedimiento mismo, que se persigue por las partes asesoradas por sus abogados
quede abierto no solo a las partes, sino que también a cualquier persona, que se
puedan imponer a ellas, sea que tenga interés directo en la causa o no.

130
Cabe señalar que para las partes es connatural que se produzca la
publicidad para ellos de manera que para las partes necesariamente deben estar al
tanto de lo que ocurre en la causa, es decir donde radica entonces este interés es
en el aspecto de los 3º ajenos a la litis, extraños a la condena, a los curiosos por así
decirlo, que pueden o no tener interés, es aquí donde se manifiesta este principio.
Esta publicidad del proceso se concibe como un medio para garantizar
dentro del sistema democrático, la defensa de los derechos del imputado, en este
caso en el proceso penal, en especial del Debido Proceso, frente a jueces o policías
arbitrarios, o frente a procedimientos injustos.
La publicidad es establece fundamentalmente es los procesos penales,
ejemplo de esto la Reforma Procesal Penal, en el cual se pretende que las
actuaciones de los jueces sean transparentes, no de cómo lo están haciendo, sino
de que están haciendo, para observar si se ajustan a la realidad a la legalidad del
proceso y eso es porque se sostiene que en el proceso inquisitivo no existía esto en el
obrar de los jueces.
Se está por el contrario en presencia del secreto cuando el procedimiento no
puede ser conocido por los interesados y mucho menos por terceros ajenos. Este
principio del secreto existía en nuestro país tratándose del proceso penal en la
etapa sumaria. En el Código de Procedimiento Penal, en su art. 78, establece que el
sumario es secreto.

9.- Principio del formalismo y el aformalismo

El principio del formalismo es llamado también principio de la legalidad de


forma, y el principio del aformalismo es conocido también como antiformalismo,
libertad de forma o desformalismo (como se ha denominado en la reforma procesal
penal).
De acuerdo al principio del formalismo las actuaciones procesales deben
acomodarse a las prescripciones que en cada caso determina el legislador, en
cambio el aformalismo se limita a mencionar los correspondientes actos procesales
dejando su realización al buen criterio, a la experiencia proporcional de los que
intervienen en la administración de justicia.
Cuando la ley no señala un procedimiento especial para la realización de un
acto deben reputarse admitidas todos aquellas formas que tienden a lograr los
objetivos del mismo. En el sistema del aformalismo se deja a las partes que acceden
a un órgano jurisdiccional en libertad para dirigirse al mismo en la forma que
consideren más oportuna y persuasiva, sin necesidad de seguir un orden
preestablecido.
El formalismo, se dice que es necesario, e indispensable, ya que sólo una
forma preestablecida y expresa evita el arbitrio judicial, pues su ausencia determina
la confusión, incertidumbre y desorden. Ya que la forma es la consecuencia
necesaria para la certeza, es el precio que se paga por la seguridad.

131
Lo que es criticable eso si es un formalismo excesivo cuando la forma pierde
su objetivo de garantía procesal y se convierte en un obstáculo para el normal
desenvolvimiento de la actividad jurisdiccional. Ejemplo de esto son los recursos de
casación, los cuales son rechazados por la Corte Suprema, en la gran mayoría no
por su trasfondo sino por su forma, como no indicar un art., o no constituir un
abogado patrocinante, y lo mismo ocurre con la nulidad procesal del proceso
penal.

10.- Principio de la fundabilidad e infundabilidad

En toda contienda judicial no basta que las partes intenten la protección


judicial y que el juez se limite a decidir, a fallar, tanto unos como otros deben
exponer las razones o motivos que hacen atendibles sus pretensiones o decisiones.
Por eso el principio de la fundabilidad reviste una serie de manifestaciones, y
desde el punto de vista de los litigantes se traduce en la necesidad de que sus
peticiones se asienten en una exposición de los hechos y en una alegación de los
motivos que la justifican. Así se establece por ejemplo en el art. 254 n°4 del C.P.C.
que indica que la demanda debe contener una enumeración precisa y clara de los
hechos y de los fundamentos de derecho en que se acogen.
Mirado desde el punto de vista del juez se requieren iguales fundamentos
jurídicos respecto de su sentencia, donde se debe fundar en los hechos y en el
derecho, así el art. 170 n°4 del C.P.C. indica que las sentencias definitivas deben
contener las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a
la sentencia.
Este principio de la fundabilidad se impone también a otros personajes
secundarios del proceso como son por ejemplo los testigos y los peritos, así los
testigos deben dar razón de sus dichos, y los peritos deben sujetarse a las reglas de la
ciencia, arte u oficio conforme a la cual emiten su peritaje o pericia.

11.- Principio de la preclusión y de la libertad o elasticidad

Según Couture, este principio es aquel “que importa la perdida, extinción o


consumación de una actividad procesal”.
Por su parte Chiovenda señala que es aquel “en que cada actividad procesal
destinada a una finalidad determinada tiene establecido un periodo en el proceso,
transcurrido el cual la actividad no puede realizarse”
Así entonces se puede decir que la preclusión consiste en la pérdida de una
facultad procesal por haberse llegado a los límites fijados por la ley para el ejercicio
de esa facultad en el juicio o en una fase del juicio. A través de la preclusión se
produce el efecto que tiene una etapa procesal de clausurar la anterior la que
permanece firme, el proceso luego puede avanzar pero no retroceder.

132
Se habla de preclusión y de elasticidad como características generales de un
procedimiento según si el orden de procedencia de los distintos actos procesales
esta o no prescrito de un modo preciso y rígido, de manera que si el acto no se
realiza en ese momento o dentro de la fase prescrita la parte pierde el poder de
realizarlo. En cambio a través del principio de la elasticidad se va a dar a la parte
que debe llevar a cabo tal acto una cierta libertad para escoger el momento más
oportuno sin tener señalados lazos perentorios de caducidad.
La preclusión es un concepto puramente negativo, ella no crea nada, solo
impide que en una determinada situación jurídica se intente de cualquier manera
sustituirla por otra, donde esta extinción puede obedecer a distintos causas, a
distintos motivos.

Manifestaciones de la preclusión
a) El plazo, el transcurso del tiempo sin haberlo aprovechado para cumplir con una
determinada actividad precluye la oportunidad para llevar a efecto dicho acto
en beneficio de la parte que debía realizarlo. Ninguna actuación procesal puede
realizarse más allá del plazo fijado por la ley para su ejercicio, todo plazo fatal
constituye un termino preclusivo, y un plazo no fatal llega a serlo por la
declaración de la correspondiente rebeldía.
b) La consumación procesal, se dice que una facultad procesal se extingue por un
trámite, se consuma con su ejercicio, así por ejemplo, el demandado que ha
evacuado el trámite de contestación de la demanda no puede pretender, con
pretexto que ha omitido alegaciones de interés para su defensa, realizar una
nueva contestación. En síntesis se dice que la consumación se traduce en el
impedimento que existe de pretender cumplir por segunda vez una actividad
procesal ya ejercitada válidamente con anterioridad.
c) La eventualidad procesal, de acuerdo con este motivo la parte tiene la
necesidad de deducir conjuntamente todos los medios de ataque o de defensa
de que dispone en previsión de que uno o varios de ellos sean desestimados, si así
no lo hace precluye su derecho a hacer uso de aquellos medios de ataque o
defensa que no adujo en su oportunidad, el interesado debe deducir en forma
simultánea o sucesiva diversas pretensiones o defensas, aún cuando sea
incompatibles entre sí para el evento de no ser acogido alguno de ellos y puedan
tener éxito los restantes, un ejemplo son las excepciones dilatorias que deben
deducirse todas y conjuntamente en un escrito, y las excepciones perentorias,
que deben formularse todas al contestar la demanda, excepciones perentorias,
por regla general deben formularse al constar la demanda.
d) Incompatibilidad, tiene lugar en aquellos casos en que una disposición legal
brinda a un litigante dos o más vías para la consecución de un determinado
objetivo, pero con la condición de que solo pueda hacer uno de uno de ellos, de
manera entonces que la utilización de una de esas vías descarta
automáticamente a las otras y por lo tanto precluye el derecho de hacerla valer,
133
por ejemplo para hacer valer la incompetencia relativa de un tribunal se puede
alegar la vía declinatoria o inhibitoria, pero nunca se puede alegar por ambas.
e) La cosa juzgada, la preclusión se vincula con la cosa juzgada formal, que implica
que la vía procesal se agota en un determinado momento impidiendo su
prosecución, puesto que ella se traduce en la prohibición de volver a discutir lo ya
decidido, la doctrina la llama suma preclusión o preclusión máxima. No obstante
la preclusión y la cosa juzgada tienen diferencias:
La cosa juzgada produce efectos fuera del proceso, en cambio la preclusión
produce efectos dentro del proceso y para ese proceso.
La cosa juzgada supone un proceso terminado, en cambio la preclusión sólo
produce efectos en un proceso en desarrollo.
No obstante estas diferencias, ambas tienen en común que impiden una nueva
discusión.
La cosa juzgada versa sobre toda la materia del proceso, en cambio la preclusión
versa sobre materias especificas, particulares.

12.-Principio de la economía procesal


Este principio persigue que el proceso se desenvuelva en el menor tiempo, con
el menor número de actuaciones y con los menores gastos posibles, luego son tres
las finalidades que se persiguen con este principio:
Ahorro de actuaciones.
Ahorro de tiempo.
Ahorro de gasto.
El proceso como medio que es no puede exigir un gasto superior al valor de
los medios que están en debate, siempre debe existir una proporción entre el fin y los
medios, así por ejemplo los procesos de mínima cuantía deben ser objeto de
trámites más simples. Por otro lado el proceso no puede demandar gastos
excesivos para los litigantes por que se estaría entrabando el derecho que tiene
todo individuo a pedir la tutela jurisdiccional del Estado.
Según el autor Eduardo Couture aplicación de este principio de economía
procesal son la simplificación de las formas del debate, también se aplicaría así
mismo en la limitación de ciertas pruebas, por ejemplo el peritaje que es muy
oneroso. Se aplica también este principio en una economía pecuniaria, por ejemplo
las costas, los gastos generalmente son menores en los asuntos más modestos e
incluso en algunas legislaciones como la nuestra, el Estado colabora con la
economía procesal eximiendo de todo tributo a las actuaciones o gestiones que se
practican ante los tribunales.

134
13.-Principio de la buena fe procesal

Este principio también se llama principio de la moralidad, de la probidad o


principio de la inmaculación del proceso.
Se puede definir como el poder de ser veraces y proceder de buena fe de todos
cuantos intervienen en el proceso con el sincero convencimiento de hallarse asistido
de la razón. Este principio busca impedir abusos de las partes que tengan por
objeto dilatar u oscurecer el proceso, desvirtuando de este modo sus fines
característicos de ahí que corresponde a todos los que intervienen en el desarrollo
de un litigio hacer primar la buena fe y la lealtad procesal en todos sus actos. Este
principio no tiene oponente o contradictor, no existe el principio de la mala fe.
Nuestra legislación procesal en algunas disposiciones como por ejemplo el art. 88
inc.2° y 4°, 724, 561 inc. 3° del C.P.C. hacen referencia a la mala fe procesal para
sancionar conductas reñidas con la buena fe procesal.

EXTERIORIZACIÓN DEL PROCESO.-

El proceso a través del cual se persigue la solución de conflictos es una


relación jurídica que importa derechos y obligaciones para las partes y para el juez.
Pero ese proceso en cuanto es una relación jurídica es un fenómeno
intemporal, en definitiva no es más que una abstracción, y esta abstracción hay que
traerla a la realidad física, es decir, que se pueda materializar; esta materialización
se logra a través de actos procesales, de los cuales debe dejarse constancia
material y que está constituido por los papeles y escritos que consignan los actos
judiciales de las partes y de los órganos de la autoridad, así por lo demás lo indica el
art. 29 del C.P.C.
Sin embargo hay que tener presente, que el C.P.C., confunde el expediente
con el proceso en el inc. 1 del art. 29 al decir “Se formara el proceso...”
Estos actos procesales representan el desenvolvimiento de los diversos actos
procesales, y este cuerpo de escritos materiales recibe el nombre de autos, causa y
comúnmente el nombre de expediente.
El expediente forma un conjunto unitario y numerado de documentos, así por
lo demás lo indica el art. 34 del C.P.C.
Suele acontecer además que para facilitar el manejo del expediente se
divida materialmente en 500 fojas y esta división puede ser en razón:
A la Cantidad: en cuyo caso pasan estas divisiones a llamarse Tomos,
formados por 500 fojas
A la Calidad: se habla entonces de cuadernos o piezas, los cuales se forman
de manera independiente, por separado y posteriormente, pueden unirse al
cuaderno principal o conservar cierta separación. Pero tendrá relación con el
cuerpo principal.

135
Respecto a estos últimos, nos encontramos con ciertos asuntos accesorios a la
cuestión principal llamados Incidentes, que se reconocen en el C.P.C., los que
pueden tramitarse en cuadernos separados, los que no influyen en la cuestión
principal, y se sigue desenvolviendo independientemente; los que necesariamente
deben ir en cuadernos separados, y otros que deben ir conjuntamente con la
cuestión principal, ejemplo las medidas precautorias.

LA MATERIALIZACIÓN DEL PROCESO:


Se lleva a efecto de dos formas, debiendo para ello distinguirse si se trata de actos
procesales orales o escritos:
En actos procesales orales, se debe proceder a su transcripción por escrito, y
se debe dejar constancia de ellos reduciéndolos a un escrito, o a una acta, es decir
documentándolos. Esta materialización recibe el nombre de documentación.
Ejemplo un testigo a viva voz, ante un juez o ministro de fe.
En actos procesales escritos basta unirlos al expediente de un modo
permanente, lo que se conoce con el nombre de incorporación.
Así se verifica la materialización del proceso y en la práctica en los tribunales se
produce cosiendo el documento al expediente con aguja e hilo de volantín, y
dividido muchas veces en tomos.
Hay que tener en cuenta que el expediente ocupa un lugar en el espacio y así el
propio C.O.T. lo entiende, al crear auxiliares para la mantención de estos.
Hay que considerar que todo vuelve a la escritura por su constancia y veracidad.

LA FORMACION DEL PROCESO (EXPEDIENTE)

I.- CONCEPTO DE EXPEDIENTE Y FORMACION DE EL


La formación del proceso se encuentra regulada en el Título V del Código de
Procedimiento Civil, el que se denomina "De la formación del proceso, de su
custodia y de su comunicación a las partes", comprendiendo los artículos 29 a 37 de
ese cuerpo legal.
En dicho Título al emplearse por el legislador la voz proceso, más que estarse
refiriendo a éste alude a la materialidad en la cual se deja constancia de las
diversas actuaciones judiciales que se van realizando durante el desarrollo de un
procedimiento.
De acuerdo con ello, podemos señalar que proceso en el sentido de expediente en
que se utiliza en dicho Título, es el conjunto de escritos, documentos y actuaciones
de toda especie que se presentan o verifican en el procedimiento.(art. 29 del
C.P.C.).

136
Las reglas que deben respetarse para la formación del expediente son las siguientes:
a.- Todas las piezas que deben formar el proceso se deben ir agregando
sucesivamente en el orden de presentación.
b.- El secretario, debe al agregar una pieza al expediente numerar cada
foja en cifras y en letras, lo que en la práctica se verifica en la parte superior
derecha de cada pieza del expediente.
Sólo se exceptúan del cumplimiento de esta obligación las piezas que por su
naturaleza no pueden agregarse al proceso o que por motivos fundados se manden
reservar fuera del proceso.(Art. 34 del C.P.C.)
c.- Ninguna pieza del proceso podrá retirarse sin que previamente lo
decrete el tribunal que conoce de la causa.(Art. 29 inc. 2° del C.P.C.)

En caso que el tribunal mediante resolución autorice el retiro de una pieza del
expediente (p.ej. una escritura que se hubiere acompañado en parte de prueba),
es posible desglosar una o más fojas del proceso, deberá colocarse en su lugar una
nueva foja con la indicación del decreto que ordenó el desglose y del número y
naturaleza de las piezas desglosadas. No se alterará, sin embargo, la numeración de
las piezas que queden en el proceso, y se conservará también la de las que se
hayan separado, en el nuevo expediente de que pasen a formar parte,
agregándose la que en éste corresponcla. (Art. 35 del C.P.C.).

II.- LOS ESCRITOS.


La forma natural en la cual las partes se comunican con el tribunal para los efectos
de formular sus diversas peticiones en nuestro procedimiento en el cual predomina el
principio de la escrituración es mediante la presentación de escritos.
De acuerdo con ello, un escrito es el acto solemne que contiene las solicitudes que
presentan las partes al tribunal y que debe reunir los requisitos contemplados en la
ley.

Los requisitos que deben cumplirse respecto de la presentación de cada escrito son
los siguientes:
a.- En cuanto al papel que se debe utilizar para formular la solicitud nada
se establece en la actualidad.
Antiguamente, la Ley de Timbres y Estampillas establecía que los escritos debían
presentarse en papel sellado, que era un papel impreso por la Casa de Moneda
que tenía un valor determinado por cada hoja y que contenía 30 líneas por cada
foja para ser utilizados en su escritura. Con posterioridad, se eliminó la existencia de
dicho papel y la costumbre hizo que se reemplazara por papel proceso. Sin
embargo en la actualidad, por el uso de la computación la mayoría de los escritos
son presentados sólo en papel blanco, sin importar el tamaño de éste.

137
b.- En cuanto a la forma o contenido, el legislador sólo se establece que el
escrito debe encabezarse con una suma que indique su contenido o el trámite de
que se trata.(art. 30 del C.P.C.)
En general, podemos señalar que en todo escrito podemos diferencias tres partes:
La suma, el contenido y la petición.
La suma del escrito es la parte en la cual se contiene un resumen del
contenido de éste o de las peticiones que se formulan al tribunal, pudiendo ser ellas
una (P.Ej. Patrocinio y poder) o varias, debiendo en tal caso diferenciarse en la
práctica mediante el señalamiento de las diversas peticiones que se formulan
señalándose la petición principal (En lo principal) de las otras que se contienen
mediante otrosíes, que en nuestro idioma significa "además". (P.Ej. En lo principal:
Deduce demanda en juicio ordinario. En el primer otrosí: Acompaña documentos,
con citación. En el segundo otrosí: Patrocinio y poder.)
El contenido del escrito es aquella parte de éste en el cual se individualiza el
tribunal, con posterioridad la parte que efectúa la presentación, el proceso en el
cual se dicta la resolución, el que se individualizará con el número de rol que se le
debe asignar por el tribunal en la primera resolución que pronuncie (art.51 del
C.P.C.) y con el nombre de las partes que figuran en la carátula del expediente, y
después corresponde el desarrollo del escrito para lo cual no existen términos
sacramentales, terminando el contenido con él POR TANTO, en el cual se señalan las
normas legales que fundamentan la petición formulada.(P.Ej. S.J.L.Civil, S.L.J. del
Crimen, S.J.L. de Policía Local, S.J.L. de Menores, etc. XXX, por el demandante, en el
juicio ordinario Rol 1-2008, caratulado "S00 con ZZZ", a US. respetuosamente digo:
Designo abogado patrocinante y confiero poder a don NNN, abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión, patente al día de la L Municipalidad de Santiago,
domiciliado en calle Huérfanos 11 Oficina N° 12 , Primer Piso, de esta ciudad POR
TANTO, de conformidad a lo establecido en los artículo s 6 y 7 del.C.P.C. y 1 y2 de la
Ley 18.120).

Debemos recordar que para dirigirse al tribunal la Corte Suprema tiene el


tratamiento de Excelencia (Excma. Corte), las Cortes de Apelaciones tienen el
tratamiento de Señoría Ilustrísima (Iltma Corte) y cada uno de los miembros de estos
mismos tribunales y los jueces de letras tienen el tratamiento de Señoría (S.J.L., US,
S.S.;) de conformidad a lo establecido en el artículo 306 del C.O.T..-
Finalmente, el escrito termina con una petición, que no es otra cosa que la
solicitud que se le formula al tribunal. (En el caso del patrocinio y poder: Ruego a US.
se sirva tenerlo presente).

En todo caso, es menester tener presente que además de estas reglas


generales existen determinados escritos en los cuales el legislador se ha encargado
de regular en forma expresa y específica otros requisitos que deben ser cumplidos
respecto de ellos, corno ocurre por ejemplo con la demanda (art. 254 del C.P.C.), la
138
contestación de la demanda (art. 309 del C.P.C)., el recurso de apelación (art. 189
del C.P.C.), el recurso de casación en la forma y en el fondo (art.772 del C.P.C.)

c.- En cuanto a su forma de presentación, junto con cada escrito deben


acompañarse en papel simple tantas copias cuantas sean las partes a quienes
deba notificarse la providencia que en él recaiga por el Estado Diario.
Las copias del escrito una vez presentadas deben ser confrontadas con los
originales por el secretario y se dejarán en secretaría a disposición de las partes a
quienes deba notificarse la resolución recaída en el escrito. En caso de tenerse que
notificar la resolución que recaiga en el escrito personalmente o por cédula no es
menester dejar copia del escrito, puesto que en tal caso debe entregarse al
momento de notificarse copia del escrito al momento de la notificación así como de
la resolución recaída en él, gestión que por regla general es cumplida por parte del
Receptor, salvo en la notificación personal en el oficio del secretario en que esa
actuación es realizada por éste.
Excepcionalmente, se exceptúan de la obligación de presentarse los escritos
con copia cuando ellos se refieren a:
1.- Apersonarse en el juicio
2.- Acusar rebeldías
3.- Pedir apremios
4.- Pedir prórrogas de términos
5.- Señalamiento de vistas
6.- Suspensión de vistas
7.-Cualquiera otra diligencia de mera tramitación.
Sin perjuicio de estas excepciones contempladas en la ley, creemos que lo ideal
como una muestra de deferencia profesional hacia el abogado de la otra parte
sería que se presenten siempre los escritos con copia, puesto que con ello se
facilitará a todas las partes del proceso llevar una reproducción los más fiel respecto
de él. Además, con ello se evita incurrir en cualquier discusión respecto a la
procedencia de aplicar el apercibimiento que contempla la ley en caso de no dar
cumplimiento a esa obligación.

Si no se entregan las copias de un escrito o si las acompañadas resultan


disconformes substancialmente con el escrito original, la ley establece las siguientes
consecuencias:
1°.- No le correrá plazo a la parte contraria
2°.- El tribunal, de plano, debe imponer a la parte una multa de un cuarto a
un sueldo vital
3°.- El tribunal debe ordenar que la parte acompañe las copias dentro de
tercero día, bajo apercibimiento de tener por no presentado el escrito.
Las resoluciones que se dicten en esta materia serán inapelables.(art. 31
C.P.C.)
139
d.- En cuanto al lugar de presentación, se establece que todo escrito debe
ser presentado al tribunal por conducto del secretario respectivo.(art 30 C.P.C.)

e.- En cuanto a la formalidad de la recepción del escrito, se establece que


entregado un escrito al secretario, deberá éste en el mismo día estampar en cada
foja la fecha y su media firma o un sello autorizado por la respectiva Corte de
Apelaciones y que designe la oficina y la fecha de presentación, timbre que se
posee en cada secretaría de un tribunal y cuya labor es realizada por un oficial de
sala, es obligación del secretario dar recibo de los documentos que se le entreguen,
siempre que lo exija la parte que los presenta, sin que pueda cobrar derecho alguno
por los servicios a que este artículo se refiere.(art. 32 C.P.C.)
Recepcionado que sea el escrito por el secretario, éste debe ser presentado al juez
para su despacho el mismo día en que se le entrega o al día siguiente hábil si la
entrega se hace después de la hora designada al efecto. En casos urgentes podrá
el interesado recabar su despacho aun después de la hora designada.
Excepcionalmente, debemos tener presente que algunos escritos no corresponden
que sean presentados al juez para su despacho por parte del secretario, puesto que
corresponde a éste esa misión. En efecto, el inciso final del art. 33 del C.P.C.,
establece que los secretarios letrados de los juzgados civiles dictarán por sí solos los
decretos, providencias y proveídos, resoluciones que serán autorizadas por el oficial
primero. La reposición que se deduzca en su caso en contra de esos decretos, será
resuelta por el juez.

LA CONSULTA DEL EXPEDIENTE.


De conformidad a lo establecido en el artículo 9° del C.O.T., los actos de los
tribunales son públicos, salvo las excepciones expresamente establecidas en la ley.
De acuerdo con ello, se contempla como una de las funciones de los secretarios la
de dar conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los procesos que
tengan archivados en sus oficinas y de todos los actos emanados de la Corte o
juzgado, salvo los casos en que el procedimiento deba ser secreto en virtud de una
disposición expresa de la ley.(art 380 N° 3 del C.O.T.).

IV.- LA CUSTODIA DEL EXPEDIENTE.


El proceso se mantendrá en la oficina del secretario bajo su custodia y
responsabilidad. (Art. 36 C.P.C.).Esta obligación de los secretarios se reitera en el N° 4
del art. 380 del C.O.T., según el cual son funciones de los secretarios guardar con el
conveniente arreglo los procesos y demás papeles de su oficina, sujetándose a las
órdenes e instrucciones que la Corte o juzgado respectivo les diere sobre el
particular.
En la práctica, se contempla en virtud de los preceptos antes citados la facultad de
disponer la custodia especial de ciertos expedientes, los que son mantenidos en
140
forma separada al resto de los expedientes por parte del Secretario para impedir su
extravio.
Además, se contempla una custodia especial respecto de ciertos documentos,
como los títulos de crédito, los que en caso de mantenerse en custodia especial,
deberían acompañarse en fotocopia para los efectos de agregarse ésta al proceso
y facilitar así la consulta de ellos, sin tener que recurrir al original.

El expediente o los autos como señala el Código, no podrán retirarse de la


secretaría, sino por las personas y en los casos expresamente contemplados en la
ley.(art. 36 del C.P.C.)
El expediente puede ser retirado de secretaria:
a) Por el oficial del Ministerio Público Judicial o el defensor público siempre
que los tribunales lo pidan o hayan por mandato de la ley tener que oír el
dictamen de éstos, en cuyo caso el secretario les entregará el proceso,
exigiéndoles en correspondiente recibo. Si estos funcionarios a quienes se
pide su dictamen retardan la devolución del proceso, podrá el tribunal
señalarles un plazo razonable para que la efectúen y ordenar a su
vencimiento que se recojan por el secretario los autos. (art. 37 incisos 1° y
2° del C.P.C.)
b) Por los receptores. Los otros funcionarios que se encuentran autorizados
por ley para retirar el expediente de la secretaría del tribunal son los
receptores, quienes sólo deberán hacerlo respecto de las piezas del
expediente que sean estrictamente necesarias para la realización de la
diligencia que deban efectuar. El expediente o respectivo cuaderno, en
su caso, deberán devolverse a la secretaría del tribunal dentro de los dos
días hábiles siguientes a la fecha en que practicó la diligencia, con la
debida constancia de lo obrado. Todo incumplimiento a estas normas
constituirá falta grave a las funciones y será sancionado por el tribunal,
previa audiencia del afectado, con alguna de las medidas contempladas
en el artículo 532 COT.
c) Por los relatores, para los efectos de revisar los expedientes y hacer la
relación de conformidad a los establecido en los N° 3 y 4 del art.372 del
C.O.T.

V.- LA REMISION DEL EXPEDIENTE A OTRO TRIBUNAL.


El Artículo 159 N° 6 del Código de Procedimiento Civil establece como una medida
para mejor resolver la presentación de cualquiera otros autos que tengan relación
con el pleito.
La regla general que contempla el legislador en este caso, es que el trámite se
cumpla remitiendo a costa del peticionario o de la parte que hubiera interpuesto el
recurso o realizado la gestión que origina la petición, copias o fotocopias del

141
expediente. Estas deberán ser debidamente certificadas, en cada hoja, por el
secretario del tribunal.
Excepcionalmente, se contempla el envió del expediente original, en caso que
haya imposibilidad de sacar fotocopias en el lugar asiento del tribunal, lo que debe
certificar el secretario. Además, se contempla la remisión del expediente original, en
casos urgentes, o cuando el tribunal lo estime necesario, por resolución fundada, o
cuando el expediente tenga más de 250 fojas. (Art. 37 inciso final).
El secretario del tribunal que remite las fotocopias u el expediente original debe
exigir el correspondiente recibo del secretario del tribunal que recepciona el
expediente.(art 37 inc. 1° del C.P.C.).

VI. EXTRAVIO DEL EXPEDIENTE Y SU RECONSTITUCION.


El Código de Procedimiento Civil no contempla normas para los efectos de regular
el procedimiento que ha de seguirse en caso de extravío de un expediente y su
posterior reconstitución.
En la práctica se ha procedido a dar una aplicación acomodaticia a normas que
estaban contenidas en el Código de Procedimiento Penal, para lo cual reviste
particular importancia la conservación de las copias de los escritos y actuaciones
realizadas ante el tribunal, debidamente timbradas por el Secretario de éste.
Extraviado un expediente, lo que debe realizarse es presentar un escrito al tribunal
solicitándole que ordene al secretario del tribunal que certifique el extravío del
expediente.
Certificado el extravío del expediente por el secretario del tribunal, debe procederse
a la reconstitución de éste.
En tal caso, la parte que desee reconstituir el expediente debe presentar un escrito
solicitando que este se tenga por reconstituido con el mérito de las copias simples
de los escritos y actuaciones del proceso que acompañe, en lo posible
encontrándose ellas timbradas por el secretario del tribunal, puesto que el artículo
669 inc. 2° del C.O.T. reconoce a éstas como auténticas para éstos efectos.
Nuestros tribunales generalmente proceden en este caso a dictar una resolución
teniendo por reconstituido el expediente con el mérito de las copias acompañadas
por parte del solicitante con citación, disponiendo la notificación de dicha
resolución por cédula.
En caso que se formule oposición, el tribunal al resolver el incidente generado por
ella determinará las piezas con el mérito de las cuales debe tenerse por
reconstituido el expediente.

142
LA SUSPENSION, PARALIZACION Y EXTINCION DEL PROCEDIMIENTO.

A.- LA PARALIZACIÓN DEL PROCEDIMIENTO.


Las partes, desde la notificación de la demanda, en los procedimientos en
que recibe aplicación el principio de la instancia de parte, tienen la carga de dar
curso progresivo a los autos para obtener que este llegue al estado de fallo y se
proceda por el órgano jurisdiccional a la dictación de la resolución que decida el
conflicto sometido a su decisión.
El proceso puede paralizarse durante su tramitación por la inactividad de las
partes y de los órganos de la jurisdicción.
En la paralización nos encontramos ante una inactividad de hecho de las
partes y el tribunal, sin que exista ninguna resolución o disposición legal que les
impida actuar dentro del procedimiento.
Si las partes nada hacen, el procedimiento permanecerá paralizado, puesto
que en ellos radica el impulso procesal de acuerdo con el principio ya señalado.
Esta inactividad de las partes en el procedimiento, si se prolonga por más de
seis meses contados desde la fecha de la última resolución recaída en una gestión
útil, puede dar origen sólo a petición del demandado a que el tribunal dicte una
resolución declarando la sanción denominada abandono del procedimiento, y que
se contempla en los artículos 152 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Esta
sanción produce la pérdida de lo obrado en el procedimiento, pero no de la
pretensión hecha valer en él.

B.- LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO.


ES posible la suspensión del procedimiento en su tramitación por acuerdo de
las partes.
De acuerdo a lo previsto en el inciso segundo del artículo 64 del Código de
Procedimiento Civil, las partes, en cualquier estado del juicio, podrán acordar la
suspensión del procedimiento hasta por un plazo máximo de noventa días.
Este derecho sólo podrá ejercerse por una sola vez en cada instancia, sin
perjuicio de hacerlo valer además, ante la Corte Suprema en caso que, ante dicho
tribunal, estuvieren pendientes recursos de casación o de queja en contra de
sentencia definitiva.
De acuerdo con ello, tenemos que la suspensión tiene su origen en una
convención de carácter procesal, puesto que ella sólo puede operar por el acuerdo
de ambas partes.
Ese acuerdo se encuentra acotado en cuanto a su procedencia por parte
del legislador, puesto que sólo puede ser ejercido por, una sola vez y hasta por un
plazo máximo de noventa días, en la primera instancia y en la segunda instancia,
cualquiera sea el estado de ellas, y ante la Corte Suprema, pero sólo si ella se
encuentra avocada al conocimiento de recursos de casación y queja y siempre
que esos recursos se hayan interpuesto en contra de sentencias definitivas.
143
En consecuencia, no procederá la suspensión ante la Corte Suprema en caso
que ella se encuentre conociendo recursos de casación y de queja deducidos en
contra de otras resoluciones que no tengan el carácter del sentencia definitiva.
El efecto que genera el acuerdo de las partes, que se debe materializar
generalmente mediante la presentación de un escrito de común acuerdo al
tribunal, consiste en que los plazos que estuvieren corriendo se suspenderán al
presentarse el escrito y continuarán corriendo vencido el plazo de suspensión
acordado.
Ello significa que el período que media entre la presentación al tribunal del
escrito de suspensión de común acuerdo por las partes y el del vencimiento del
plazo de suspensión acordado no debe ser considerado en el computo de ningún
plazo dentro del procedimiento, puesto que se establece expresamente la
suspensión de ellos dentro de ese período.

Sin perjuicio de la suspensión del procedimiento por acuerdo de las partes, es


posible también que ella se produzca con motivo de la dictación de diversas
resoluciones por parte del tribunal que conoce la causa o del tribunal superior de
aquel.
En efecto, la tramitación de un asunto ante el tribunal de primera instancia se
suspende en caso que se conceda en contra de una resolución dictada por él un
recurso de apelación que comprenda el efecto devolutivo y suspensivo. En ese
evento, la causa se suspenderá en su tramitación ante el tribunal de primera
instancia hasta que no notifique el cúmplase de la resolución pronunciada por el
tribunal de segunda instancia que hubiere resuelto el recurso de apelación, puesto
que el efecto suspensivo suspende la competencia del tribunal inferior para seguir
conociendo de la causa desde la concesión del recurso hasta su resolución de
acuerdo a lo previsto en el artículo 191 del C.P.C.
Tratándose de los recursos de casación, la regla general establecida en el
artículo 774 del C.P.C. es que la concesión de ellos no suspende la tramitación del
procedimiento ante los tribunales inferiores.

Por otra parte, los tribunales superiores de aquel que conoce de un proceso
pueden ordenarle al inferior la tramitación de uña causa mediante la orden de no
innovar en los recursos de apelación concedido en el sólo efecto devolutivo y en el
recurso de queja.

Finalmente, es posible que la suspensión del procedimiento se produzca


también por la muerte de la parte que obre por si misma (art. 5° C.P.C.)..

144
C.- LA EXTINCIÓN DEL PROCEDIMIENTO.
La forma normal de terminación del proceso, dado su carácter teleológico,
será mediante la dictación de una sentencia definitiva, a través de la cual una vez
firme o ejecutoriada se resuelve en forma irrevocable e inmutable el conflicto
sometido a la decisión del tribunal.
Sin embargo, existen otros medios o manera anormales de poner término al
proceso, como la transacción (Art. 2.460 C.Civ.), el avenimiento y la conciliación
total (Art. 267 C.Civ.), el desistimiento de la demanda (Art.148 del C.P.C.), el
abandono del procedimiento (Art. 152 y siguientes del C.P.C.).

LOS PLAZOS
I.- REGLAMENTACION

Las disposiciones más importantes que se contemplan en nuestra legislación para la


regulación de los plazos se encuentran en los artículos 48 a 50 del Código Civil, 64 a
68 del Código de Procedimiento Civil.

II.- CONCEPTO.

El plazo o término procesal es el espacio de tiempo fijado por la ley, el juez o las
partes para el ejercicio de una facultad o la realización de un acto jurídico procesal
dentro del proceso.

Hay quienes efectuaban una distinción entre el plazo, que era el período
establecidas para cuestiones derivadas del cumplimiento de obligaciones civiles y el
término, que era el período establecido para cuestiones procesales. En nuestra
legislación, doctrina y jurisprudencia no se efectúa esa distinción, siendo ambas
expresiones sinónimas.

III.- CÓMPUTO DE LOS PLAZOS.

La forma de computar los plazos se encuentra establecida en el artículo 48 del


Código Civil.
De acuerdo con ese precepto legal "todos los plazos de días, meses o años de que
se haga mención en las leyes o en los decretos del Presidente de la República, de
los tribunales o juzgados, se entenderá que han de ser completos y correrán además
hasta la medianoche del último día del plazo.
El primero y el último día de un plazo de meses o años deberán tener un mismo
número en los respectivos meses. El plazo de un mes podrá ser, por consiguiente, de
28, 29, 30 o 31 días, y el plazo de un año de 365 o 366 días según los casos.

145
Si el mes en que ha de principiar el plazo de meses o años constare de más días que
el mes en que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriere desde alguno de los días
en que el primero de dicho meses excede al segundo, el último día del plazo será el
último día de este segundo mes.
Se aplicarán estas reglas a las prescripciones, a las calificaciones de edad, y en
general a cualesquiera plazos o términos prescritos en las leyes o en los actos de las
autoridades chilenas; salvo que en las mismas leyes o actos se disponga
expresamente otra cosa".

De acuerdo al artículo 49 del Código Civil, "Cuando se dice que un acto debe
ejecutarse en o dentro de cierto plazo, se entenderá que vale si se ejecuta antes de
la medianoche en que se termina el último día del plazo; y cuando se exige que
haya transcurrido un espacio de tiempo para que nazcan o expiren derechos, se
entenderá que estos derechos no nacen o expiran sino después de la medianoche
en que termine el último día de dicho espacio de tiempo."

Según estas normas contenidas en el Código Civil, dos son los principios que se
establecen respecto del cómputo de los plazos:
1°.- Los plazos han de ser completos.
2°.- El plazo corre hasta la medianoche del último día del plazo, si este es de
días, meses o años.

De acuerdo con ello, si se confiere traslado para responder un incidente, y la


resolución se notifica por el Estado diario el día Lunes a las 14:00 horas, el plazo de
tres días para evacuar ese trámite se extingue a la medianoche del día Jueves.

IV.- CLASIFICACIONES DE LOS PLAZOS PROCESALES.

Los plazos son susceptibles de ser clasificados desde diversos puntos de vista:

a.- En atención al sujeto que los establece.


desde este punto de vista los plazos se clasifican en plazos legales, judiciales y
convencionales.

b.- En atención a su extensión.


desde este punto de vista se clasifican en plazos de horas, días, meses y años.

c.- En cuanto a la forma de extinción de una facultad por su no ejercicio en el


plazo.
desde este punto de vista se clasifican en fatales y no fatales.

146
d.- En cuanto a la posibilidad de extender el plazo más allá de su vencimiento
una vez que hubiere comenzado a correr.
desde este punto de vista los plazos se clasifican en prorrogables e improrrogables.

e.- En cuanto al instante a partir del cual comienza el computo del plazo.
desde este punto de vista se clasifican en comunes e individuales.

f.- En cuanto a su suspensión por la interposición de días feriados.


Desde este punto de vista se clasifican en continuos y discontinuos.

Estas clasificaciones son importantes por los diversos aspectos en atención a


los cuales se establecen y porque ellas deben ser relacionadas entre sí para
establecer los efectos que genera el transcurso de uno u otro plazo, su forma de
computo o la forma de extinción de la facultad por su transcurso.
Además el establecimiento de una u otra clase de plazos en un
procedimiento permite establecer la preponderancia de los diversos principios
formativos dentro de él.

V.- PLAZOS LEGALES, JUDICIALES Y CONVENCIONALES.

Plazos legales son aquellos establecidos por la ley.


Los plazos legales constituyen la regla general dentro de nuestra legislación y a
través de ellos se establece la aplicación dentro de los procedimientos nacionales
de los principios formativos del procedimiento del orden consecutivo legal y de la
preclusión.
Ejemplos típicos de los plazos legales son todos aquellos que se establecen
dentro de los diversos procedimientos para los efectos de evacuar el o los trámites
que se comprenden en el período de discusión, el término probatorio y los plazos
para deducir los diversos recursos legales.
Plazos judiciales son aquellos fijados por el juez cuando la ley lo autoriza
expresamente para ello.
Como ejemplo de plazos legales tenemos el plazo en que debe comparecer
a absolver posiciones en el juicio ordinario, el plazo para comparecer a confesar
deuda o reconocer firma como gestión preparatoria de la vía ejecutiva, etc.
El tribunal sólo puede fijar un plazo para la realización de actuaciones
judiciales en los casos en que la ley lo hubiere facultado para ello.
Plazo convencional es aquel fijado de común acuerdo por las partes o por
aquel que debe concurrir a realizar un acto jurídico unilateral.
Como ejemplo de plazos convencionales, que importan la aplicación dentro
del procedimiento del principio formativo del orden consecutivo convencional,
podemos señalar el procedimiento ante árbitros arbitradores en el cual las partes

147
pueden de común acuerdo establecer el procedimiento para la resolución del
conflicto.

Esta clasificación, que se efectúa atendiendo al origen del establecimiento del


plazo, tiene importancia para los siguientes efectos:
a.- Para establecer el carácter de fatal o de no fatal del plazo.
Los plazos que establece el Código de Procedimiento Civil son fatales, salvo
que se refieran a actuaciones propias del tribunal (Art. 64 del C.P.C.).
Los plazos judiciales revisten el carácter de no fatales. (Art. 78 del C.P.C.).

b.- Para establecer la posibilidad de prórroga del plazo.


Los términos legales no son prorrogables.
Los plazos judiciales son prorrogables en el evento de darse cumplimiento de
los requisitos que establece la ley.
Los términos convencionales son prorrogables de común acuerdo por las
partes.

VI.-PLAZOS DE HORAS, DIAS, MESES Y AÑOS.

En cuanto a la extensión del término es posible distinguir dentro del procedimiento el


establecimiento de plazos de horas, de días, meses y años.
La regla general dentro de nuestro procedimiento la constituyen los plazos de días.

Excepcionalmente se contemplan dentro de nuestro procedimiento los plazos


de meses, como ocurre con el plazo de inactividad de 6 meses que se requiere para
que a petición del demandado se pueda declarar por el tribunal el abandono del
procedimiento (art.152 del C.P.C.); con el plazo de inactividad de tres meses si se
trata de una sentencia definitiva o de un mes si se trata de otra resolución para que
se pueda declarar a petición de parte la prescripción del recurso de apelación
(Art.211 del C.P.C.), etc.-
Finalmente, excepcionalmente también es posible encontrar dentro de
nuestro procedimiento el plazo de años, como ocurre con el plazo de un año
contado, desde que la prestación contenida en la sentencia se hizo exigible, para
poder solicitarse el cumplimiento de una sentencia a través del procedimiento
incidental (Art. 233 del C.P.C.), con la facultad el tribunal para denegar de oficio la
ejecución si el titulo ejecutivo presentado en la demanda ejecutiva tiene más de
tres años contados desde que la obligación se hizo exigible (Art. 442 del C.P.C.), con
el plazo de un año contado desde que la sentencia adquirió el carácter de firme o
ejecutoriada para los efectos de deducir el recurso de revisión en materia civil (Art.
811 del C.P.C.).-

148
La distinta extensión con la cual se contempla el establecimiento del plazo
tiene importancia en los siguientes aspectos:
a.- En cuanto a su computo, dado que el carácter de computo completo
de un plazo, en el sentido de extenderse éste hasta la medianoche del día en que
éste vence, sólo se aplica a los plazos de días, meses y años, pero no respecto de los
plazos de horas de acuerdo a lo establecido en el artículo 48 del Código Civil.
b.- En cuanto a su carácter de continuo o discontinuo, puesto que sólo los
plazos de días y que se encuentran establecidos en el Código de Procedimiento
Civil se suspenden durante los días feriados. (Art. 66 del C.P.C.)

VII.- PLAZOS FATALES Y NO FATALES.

Plazos fatales son aquellos en que la posibilidad de ejercer un derecho o la


oportunidad para ejecutar un acto se extingue o precluye al vencimiento del plazo
por el sólo ministerio de la ley y sin necesidad que se dicte resolución alguna que
declare extinguida la facultad.
En nuestro derecho se encuentra contemplada la existencia de los plazos fatales en
los artículos 49 del Código Civil y en el inciso primero del artículo 64 del Código de
Procedimiento Civil.

Al efecto, establece el mencionado artículo 49 del C.Civ, que "cuando se


dice que un acto debe ejecutarse en o dentro de cierto plazo, se entenderá que
vale si se ejecuta antes de la medianoche en que se termina el último día del plazo;
y cuando se exige que haya transcurrido un espacio de tiempo para que nazcan o
expiren derechos, se entenderá que estos derechos no nacen o expiran sino
después de la medianoche en que termine el último día de dicho espacio de
tiempo."
El artículo 64 del C.P.C., establecía ―los derechos para cuyo ejercicio se
conceda un término fatal o que supongan un acto que deba ejecutarse en o
dentro de cierto término, se entenderán irrevocablemente extinguidos por el
ministerio sólo de la ley, si no se han ejercido antes del vencimiento de esos
términos."
En consecuencia, de acuerdo con esos preceptos para los efectos de poder
establecer cuando un término tenía el carácter de fatal era menester que se
señalara por el legislador su carácter de fatal o se utilizara por éste las expresiones en
o dentro de cierto plazo.

No obstante, mediante la dictación de la Ley 18.882 de 20 de Diciembre de


1989, se modificó el artículo 64 del Código de Procedimiento Civil, estableciéndose
en el inciso primero de ese precepto actualmente que "los plazos que señala este
Código son fatales cualquiera sea la forma en que se exprese, salvo aquellos
establecidos para la realización de actuaciones propias del tribunal. En

149
consecuencia, la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para ejecutar
el acto se extingue al vencimiento del plazo. En estos casos el tribunal, de oficio o a
petición de parte, proveerá lo que convenga para la prosecución del juicio, sin
necesidad de certificado previo."
A partir de esa modificación legal, la regla de la fatalidad de los plazos se
extendió a todos los términos que el legislador establece en el Código de
Procedimiento Civil, sin importar la expresión que se utilice para su establecimiento.
En consecuencia, en la actualidad se puede establecer como regla general
que revisten el carácter de fatales todos los plazos establecidos por el legislador en
el Código de Procedimiento Civil, cualquiera sean la expresiones que éste utilice y la
extensión que ellos tengan.
Dada la extensión de esta regla a todos los plazos establecidos en el Código
de Procedimiento Civil, algunas disposiciones de éste carecen en la actualidad de
trascendencia, puesto que sólo reiteran para situaciones específicas la fatalidad del
plazo. Ello ocurre por ejemplo en el artículo 463 del C.P.C. al señalar la fatalidad de
los plazos para oponer excepciones por el ejecutado en el juicio ejecutivo.

Excepcionalmente, no revisten el carácter de fatal, no obstante tratarse de


términos contemplados en el Código de Procedimiento Civil, aquellos establecidos
para la realización de actuaciones propias del tribunal. En estos casos, si el tribunal
no ejerce la facultad dentro del plazo establecido en la ley, ella no se extingue y
puede ser ejercida con posterioridad, sin perjuicio de la sanción disciplinaria que
podría imponerse a éste. Es así por ejemplo, que si un tribunal no dicta en el juicio
ordinario sentencia definitiva dentro del término de 60 días contados desde que la
causa quede en estado de sentencia, ella podrá ser dictada con posterioridad, sin
perjuicio de poderse deducir por el retardo en la dictación una queja disciplinaria
de acuerdo a lo previsto en el N° 1 del artículo 545 del C.O.T..-

Sin perjuicio de lo anterior, existe una contraexcepción en la cual no obstante


tratarse de términos establecidos para la realización de actuaciones propias del
tribunal, el transcurso de éste impide que produzca efectos la resolución que dicte
transcurrido ese plazo. Esta situación es la que se presenta en las medidas para
mejor resolver, puesto que de acuerdo a lo previsto en el artículo 159 del C.P.C. "los
tribunales sólo dentro del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio
medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este plazo se tendrán por
no decretadas."

El efecto que se produce por el sólo ministerio de la ley y sin necesidad de


dictación alguna por parte del tribunal al transcurso de un plazo fatal es la extinción
de la facultad procesal. Al efecto, se señala por el legislador en el citado artículo 64
del C.P.C. que "la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para ejecutar
el acto se extingue al vencimiento del plazo."
150
La extensión por la modificación legal de la fatalidad de los plazos a todos los
términos que establece el Código de Procedimiento Civil, con la excepción de
aquellos establecidos para la realización de actuaciones propias del tribunal,
permitió que adquiriera una mucho mayor aplicación dentro de nuestro
procedimiento civil el principio de la preclusión, puesto que una de las cuatro
modalidades para que éste opere es precisamente el no ejercicio de una facultad
en el procedimiento dentro del plazo establecido por el legislador y que trae como
consecuencia que la facultad precluya o se extinga por el sólo ministerio de la ley.
Extinguida la facultad por el solo ministerio de la ley al sólo transcurso del
plazo sin haberse ella ejercido, debe el tribunal de oficio o a petición de parte dictar
la resolución pertinente para dar curso al procedimiento, sin necesidad de
certificado previo acerca de haber transcurrido el plazo y no haberse ejercido la
facultad. Al efecto, el mencionado artículo 64 del C.P.C. establece que "en estos
casos el tribunal, de oficio o a petición de parte, proveerá lo que convenga para la
prosecución del juicio, sin necesidad de certificado previo."
Así por ejemplo, si el demandado no contesta la demanda dentro del término
de emplazamiento del juicio ordinario, deberá el tribunal de oficio o a petición de
parte, conferir traslado al demandante para replicar.

Plazos no fatales son aquellos en que la posibilidad de ejercer un derecho o


para ejecutar un acto no se extingue al vencimiento del plazo por el sólo ministerio
de la ley, sino que es necesario para ello que se dicte una resolución por el tribunal,
de oficio o a petición de parte, teniendo por evacuado el trámite en rebeldía de la
parte.

En la actualidad, sólo revisten el carácter de no fatales en nuestra legislación


los plazos judiciales.
Al efecto, el artículo 78 del C.P.C. establece que "vencido un plazo judicial
para la realización de un acto procesal sin que éste se haya practicado por la parte
respectiva, el tribliunal de oficio o a petición de parte, declarará evacuado dicho
trámite en su rebeldía y proveerá lo que convenga para la prosecución del juicio, sin
certificado previo del secretario."
En un plazo judicial que reviste el carácter de no fatal, mientras no sea
declarada la rebeldía por el tribunal una vez transcurrido el plazo, ya sea de oficio o
a petición de parte, la parte respectiva no ve extinguida su facultad procesal y
puede practicar la actuación judicial.
De allí, que los plazos fatales se encuentren estrecha e indisolublemente
vinculados con la institución de las rebeldías, puesto que mientras ella no sea
declarada por el tribunal, no obstante haber transcurrido el plazo, la facultad no se
extingue y puede ser ejercida por la parte.

151
De acuerdo con ello, para que una facultad procesal se extinga por la rebeldía de
la parte respectiva en su ejercicio es menester que concurran los siguientes
requisitos.
a.- Que se haya establecido un plazo judicial para el ejercicio de la
facultad por la parte respectiva
b.- Que haya transcurrido el plazo judicial sin haberse ejercido la facultad
por la parte respectiva
c.- Que el tribunal, de oficio o a petición de la otra parte, acuse la
rebeldía teniendo por evacuado ese trámite, proveyendo lo que convenga para la
prosecución del juicio.
d.- Que se notifique la resolución que declare tener por evacuado el
trámite en rebeldía, puesto que esa resolución no produce efectos mientras ella no
sea notificada de acuerdo a lo establecido en el artículo 38 del C.P.C..-

De lo expuesto se desprende que esta clasificación tiene importancia para


determinar el instante en que se extingue la facultad para realizar una actuación
dentro del procedimiento.
En los plazos fatales, la facultad para realizar la actuación se extingue por el sólo
ministerio de la ley al transcurso del plazo; en cambio, en los plazos no fatales es
necesario para que se extinga la facultad que, además del transcurso del plazo, se
proceda a declarar la rebeldía mediante una resolución judicial y que ella sea
debidamente notificada a las partes.

VIII.- PLAZOS PRORROGABLES E IMPRORROGABLES.

Plazos Improrrogables son aquellos que pueden extenderse más allá de su


vencimiento natural o primitivo.
En materia civil, revisten siempre el carácter de improrrogables los plazos
legales.(P.Ej. El plazo para contestar la demanda en el juicio ordinario; el plazo para
oponer excepciones en el juicio ejecutivo; etc).
Plazos Prorrogables son aquellos que pueden extenderse más allá de su vencimiento
natural o primitivo.

En materia civil, pueden prorrogarse los plazos judiciales siempre que se de


cumplimiento a los requisitos que al efecto contemplan los artículos 67 y 68 del
código de Procedimiento Civil.

Para los efectos de obtener una prórroga de un plazo judicial es menester


que se cumplan copulativamente con los siguientes requisitos:
1° Que se trate de un plazo judicial;
2° Que se pida la prórroga antes del vencimiento del término.

152
En consecuencia, nunca será prorrogable un plazo judicial si la prórroga se
solicita una vez transcurrido el término judicial, sin perjuicio de poder ejercer la
facultad si no se hubiere acusado la rebeldía.
3° Que se alegue justa causa, la que será apreciada prudencialmente por el
tribunal.
En todo caso, la prórroga que se conceda por el tribunal nunca podrá
comprender una ampliación del término más allá de los días asignados por la ley de
acuerdo a lo previsto en el artículo 68 del Código de Procedimiento Civil.

IX.- PLAZOS INDIVIDUALES Y COMUNES.

Plazos Individuales son aquellos que empiezan a correr separadamente respecto de


cada parte desde el día de la notificación efectuada a cada una de ellas.-
Los plazos individuales constituyen la regla general dentro de nuestra legislación.
Constituyen ejemplos de esta clase de plazos el que establece el legislador para los
efectos de deducir el recurso de apelación conforme a lo previsto en el artículo 189
del C.P.C. y por interpretación jurisprudencial el plazo del ejecutado para oponer
excepciones dentro del juicio ejecutivo.

Plazos Comunes son aquellos que corren conjuntamente para todas las partes a
contar de la última notificación.
Los plazos comunes constituyen la excepción dentro de nuestro derecho, y en
consecuencia, su consagración requiere de texto expreso de ley.
Constituyen ejemplos de plazos comunes el que tienen los demandado para
contestar la demanda en el juicio ordinario de acuerdo a lo previsto en el artículo
260 del C.P.C., el término probatorio en el juicio ordinario según lo prescrito en el
artículo 327 de ese Código y el plazo para la realización de comparendo de
discusión en el juicio sumario de acuerdo a lo establecido en el artículo 683 del
citado cuerpo legal.
Esta clasificación de los plazos individuales y comunes se encuentra
contemplada en el artículo 65 del código de Procedimiento Civil y ella tiene gran
importancia para los efectos de determinar el instante a partir del cual comienza a
correr el plazo para la realización de una actuación dentro del procedimiento.

X.- PLAZOS CONTINUOS Y DISCONTINUOS.

Plazos Continuos son aquellos que corren sin interrumpirse por la interposición de días
feriados.
Esta clase de plazos constituye la regla general dentro de nuestra legislación.
En materia del derecho común, el artículo 50 del Código Civil establece que "en los
plazos que se señalaren en las leyes o en los decretos del Presidente de la República
o de los tribunales o juzgados, se comprenderán aún los días feriados, a menos que

153
el plazo señalado sea de días útiles, expresándose así, pues en tal caso no se
contarán los feriados",
En consecuencia, todos los plazos establecidos por el Poder Ejecutivo, Legislativo o
Judicial, son continuos, puesto que se comprenden en su cómputo todos los días,
incluidos los feriados.
Para que nos encontremos en los actos que emanan de esos Poderes ante un plazo
discontinuo es menester que expresamente se le otorgue ese carácter.

Plazos Discontinuos son aquellos que se suspenden en su cómputo durante los días
feriados.
De acuerdo a lo previsto en el artículo 66 del Código de Procedimiento Civil, "los
términos de días que establece el presente Código, se entenderán suspendidos
durante los feriados, salvo que el Tribunal, por motivos justificados, haya dispuesto
expresamente lo contrario”

En consecuencia, excepcionalmente en nuestro ordenamiento jurídico, revisten el


carácter de plazos discontinuos aquellos respecto de los cuales concurren los
siguientes requisitos copulativos:
a.- Que se trate de un plazo de días; y
b.- Que ese plazo de días se encuentre establecido en el Código de
Procedimiento Civil.
La suspensión de los plazos para su computo se produce durante todos los
días feriados (Domingos y festivos) y además durante los días comprendidos durante
el feriado judicial que se extiende desde el 1 de Febrero hasta el primer día hábil de
Marzo de acuerdo a lo previsto en el artículo 313 del C.O.T..-
Excepcionalmente, no se suspenden los plazos de días del Código de
Procedimiento Civil durante los días hábiles que se encuentren comprendidos en el
feriado judicial respecto de los asuntos comprendidos en el inciso segundo del
artículo 314 del C.O.T.-

De acuerdo con ello, no tendrán el carácter de plazo discontinuo en el


procedimiento civil:
1.-Los plazos de meses y años que se encuentran establecidos en el Código
de Procedimiento Civil.
2.-Tampoco tendrán el carácter de plazos discontinuos, los plazos de días si
ellos no se encuentran establecidos en el Código de Procedimiento Civil, sino que en
otro cuerpo legal, a menos que en este se contemple expresamente la interrupción
del plazo durante los días feriados como ocurre por ejemplo en el procedimiento
ante los Jueces de Policía Local (Art.27 Ley 18.287) .
3.-Los plazos de días establecidos en el Código de Procedimiento Civil,
cuando el tribunal por motivos justificados hubiere dispuesto la no suspensión del
plazo durante los feriados.
154
Esta clasificación tiene importancia para los efectos de establecer los días
que no deben ser considerados en el cómputo de un plazo.

LAS ACTUACIONES JUDICIALES.

I. REGLAMENTACION.
Las actuaciones judiciales se encuentran reglamentadas en el Título VII del Libro I del
Código de Procedimiento Civil, que comprende los artículos 59 a 77 de éste.

II. CONCEPTO
Debemos recordar que el proceso es la secuencia o serie de actos que se
desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver mediante un juicio de
autoridad, el conflicto sometido a su decisión.
En un sentido genérico, la actuación judicial vendría a ser todo acto jurídico
procesal realizado por las partes, el tribunal o terceros que conforman el proceso
que ha de existir para la resolución de un conflicto.
Sin embargo, en la reglamentación de las actuaciones judiciales el legislador sólo se
refirió con esa denominación "a las resoluciones y demás actos de proceso en que
interviene el tribunal que conozca de la causa y para cuya validez se exige la
correspondiente autorización del funcionario llamado a dar fe o certificado de su
existencia” (arts 61 inciso 3° y 70 del CPC)
De acuerdo con ello, las actuaciones judiciales son los actos jurídicos procesales,
más o menos solemnes, realizados por o a través de tribunal, por las partes, los
terceros o auxiliares de la administración de justicia, de las cuales se deja testimonio
en el expediente y que deben ser autorizadas por un ministro de fe.

III.- REQUISITOS GENERALES DE VALIDEZ DE LAS ACTUACIONES JUDICIALES.


El Código de Procedimiento Civil contempla normas especiales para la realización
de determinadas actuaciones judiciales (P. Ej. Las Notificaciones se regulan en el
Titulo VI del Libro I y Las Resoluciones Judiciales en el título XVII del Libro I).
A falta de normas especiales para la realización de actuaciones judiciales se deben
aplicar las reglas generales que se contemplad en el Título VII del Libro I del Código
de Procedimiento Civil.

Los requisitos que deben concurrir copulativamente para la validez de una


actuación judicial son los siguientes:
1.- Deben realizarse ante o por orden del tribunal que conoce de la
causa;
2.- Deben realizarse en días y horas hábiles;
3.- Debe dejarse constancia escrita de ella en el expediente;
155
4.- Debe practicarse por el funcionario que indica la ley;
5.- Debe ser autorizada por el Ministro de Fe o funcionario competente.

En consecuencia, pasaremos a analizar a continuación específicamente


cada uno de estos requisitos generales que deben concurrir para la realización
válida de una actuación judicial.

1.-Las actuaciones judiciales deben realizarse ante o por orden del tribunal
que conoce de la causa;
En el procedimiento le corresponde al juez dirigir el debate, por lo que todas las
actuaciones que se realizan deben ser efectuadas previa orden o ante el tribunal.4
Una actuación judicial que se realiza por orden del tribunal será por ejemplo el
comparendo de discusión en el juicio sumario.
Por otra parte, será una actuación judicial que se realiza ante el tribunal la rendición
de una prueba de testigos (art.365 del C.P.C.), la confesión judicial provocada o
absolución de posiciones (Art. 388 del C.P.C.), etc.
Excepcionalmente, las actuaciones no se realizan ante el juez o por orden del juez
que conoce de la causa en los casos en que se encomienden expresamente por la
ley a los secretarios u otros ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus
funciones, o en que las actuaciones hayan de practicarse fuera del lugar en que se
siga el juicio. (Art 70 CPC)
La forma en la cual el tribunal delega su competencia en otros tribunales es a través
de los exhortos, la que tiene un carácter específico dado que el tribunal exhortado
no puede más que ordenar su cumplimiento en la forma que indique el exhorto, y no
podrá decretar otras gestiones que las necesarias a fin de darle curso y habilitar al
juez de la causa para que resuelva lo conveniente. (art 71 CPC)

2.-Las actuaciones judiciales deben realizarse en días y horas hábiles;


De acuerdo a lo establecido en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, "las
actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles"
"Son días hábiles los no feriados". Es decir, son días hábiles a los cuales la ley no le
haya conferido el carácter de feriados o se encuentren comprendidos dentro del
feriado judicial, que comienza el 1 de febrero de cada año y se extiende hasta el
primer día hábil de Marzo inclusive.(Art.313 del C.O.T.)
"Son horas hábiles las que median entre las ocho y las veinte horas”.
No obstante, dicha regla general respecto de los días y horas en que deben
practicarse las actuaciones judiciales puede experimentar modificaciones a través
de la habilitación de día u horas de acuerdo a lo establecido en el artículo 60 del
C.P.C.
Según ese precepto legal, "los tribunales pueden, a solicitud de parte, habilitar para
la práctica de actuaciones judiciales días u horas inhábiles, cuando haya causa
urgente que lo exija.
156
Se estimarán urgentes para este caso:
- Las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a los
interesados
- Las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a la buena
administración de justicia
- Las actuaciones cuya dilación pueda hacer ilusoria una actuación judicial.
El tribunal apreciará la urgencia de la causa y resolverá sin ulterior recurso.

En el nuevo proceso penal, el artículo 14 del Código Procesal Penal prevé que todos
los días y horas serán hábiles para las actuaciones del procedimiento penal y no se
suspenderán los plazos por la interposición de días feriados.

3.- De las actuaciones judiciales debe dejarse constancia escrita en el


expediente;
De acuerdo a lo previsto en el artículo 29 del C.P.C., el proceso se forma con los
escritos, documentos y actuaciones de toda especie que se presenten o verifiquen
en el juicio.
El juez debe pronunciar la sentencia de acuerdo con el mérito del proceso según lo
previsto en el artículo 160 del C.P.C., por lo que necesariamente debe dejarse
constancia de las actuaciones que se practiquen en el expediente.
El artículo 61 del C.P.C. se encarga de establecer la forma en que debe dejarse
constancia en el proceso de las actuaciones que se realicen.
Al efecto, prescribe ese precepto que "de toda actuación deberá dejarse
testimonio escrito en el proceso, con expresión del lugar, día, mes y año en que se
verifique, de las formalidades con que se haya procedido, y de las demás
indicaciones que la ley o el tribunal dispongan.
A continuación y previa lectura, firmarán todas las partes que hayan intervenido; y si
alguna no sabe o se niega a hacerlo, se expresará esta circunstancia".

4.-Las actuaciones judiciales deben practicarse por el funcionario que indica


la ley;
La regla general, de acuerdo a lo previsto en el artículo 70 del Código de
Procedimiento Civil, "todas las actuaciones necesarias para la formación del
proceso se practicarán por el tribunal que conozca de la causa."
Excepcionalmente, las actuaciones judiciales no se realizarán ante el tribunal que
conoce de la causa en los siguientes casos:

- Cuando se encomienden expresamente por la ley a los secretarios u otros ministros


de fe.
Así por ejemplo, corresponde a los secretarios autorizar los poderes judiciales,
autorizar la firma del juez estampada en la resolución (Art 380 N° 2 del C.O.T.);
corresponde a los Receptores practicar las notificaciones personal o por cedula en
157
los lugares hábiles que no sean las oficinas de los secretarios, actuar en los procesos
civiles como ministros de fe en la recepción de la prueba testimonial y absolución de
posiciones (Art.390 del C.O.T.); etc.

- Cuando se permita al tribunal delegar sus funciones.


Así por ejemplo, la avaluación de las costas procesales puede ser delegada por el
tribunal unipersonal en el secretario y por el tribunal colegiado en uno de sus
Miembros de acuerdo a lo previsto en el inciso segundo del artículo 140 del C.P.C.; la
dictación de los decretos en los tribunales colegiados que pueden ser dictados por
uno solo de sus miembros de acuerdo al art.168 del C.P.C.; la interrogación de
testigos y absolución de posiciones en los tribunales colegiados puede ser delegada
en uno de los ministros de acuerdo a lo previsto en los artículos 365 y 388 y 389 del
C.P.C. respectivamente; etc.-
El tribunal sólo puede delegar las funciones para la realización de la diligencia sólo
en los casos en que cuente con autorización expresa de la ley.

- Cuando la actuación haya de prestarse fuera del lugar en que se sigue el juicio,
caso en el cual se encomienda la práctica de la actuación a otro tribunal por
medio de un exhorto de acuerdo a lo previsto en los artículos 71 y siguientes del
C.P.C..-

5.-Las actuaciones judiciales deben ser autorizadas por el Ministro de Fe o


funcionario competente.
Este requisito es esencial para la validez de la actuación de acuerdo a lo previsto en
el inciso final del artículo 61 del C.P.C., el cual señala expresamente al respecto que
"la - autorización del funcionario a quien corresponda dar fe o certificado del acto
es esencial para la validez de la actuación."
Así por ejemplo, el secretario o receptor debe certificar haber practicado una
determinada notificación (Arts. 43, 48 y 50 del C.P.C.); el secretario debe autorizar la
firma que el juez estampe en una resolución (Art. 380 N° 2 del C.O.T.); el receptor
debe autorizar el acta de una información sumaria de testigos, de una prueba
testimonial o de una prueba confesional o de absolución de posiciones rendidas en
un procedimiento civil. (Art.390 del C.O.T.).

IV.- REQUISITOS ESPECIALES DE VALIDEZ RESPECTO DE ALGUNAS AC'TUACIONES


JUDICIALES.
Además de los requisitos generales señalados precedentemente, es necesario para
la práctica de determinadas actuaciones judiciales que se dé cumplimiento a
requisitos específicos para la validez de una actuación judicial, consistiendo ellos
básicamente en el Juramento y la intervención de Intérprete.

158
IV. A.- EL JURAMENTO.
El legislador respecto de diversas actuaciones judiciales ha establecido como
trámite necesario para la validez de la actuación judicial que uno de los
intervinientes preste juramento, sea acerca de decir verdad, como en el caso de los
testigos (Art. 363 del C.P.C.) y de los absolventes en la confesión judicial provocada
(Art. 390 del C.P.C.) o acerca de desempeñar un cargo con fidelidad, como los
peritos (Art. 417 del C.P.C.).
La forma y la fórmula en que se debe tomar el juramento, salvo norrna especial
diversa, es la contemplada en el artículo 62 del C.P.C., el cual establece al respecto:
"Siempre que en una actuación haya de tomarse juramento a alguno de los
concurrentes, se le interrogará por el funcionario autorizante al tener de la siguiente
fórmula: "¿Juraís por Dios decir verdad acerca de lo que se os va a preguntar?, o
bien, Juraís por Dios desempeñar fielmente el cargo que se os confía?, según la
naturaleza de la actuación. El interrogado deberá responder: "Si juro".-

IV. B.- INTERVENCION DE INTÉRPRETE.


Excepcionalmente, en algunas actuaciones judiciales se requiere la intervención de
un intérprete, como ocurre por ejemplo con el interrogatorio de un testigo que no
entiende o habla castellano de acuerdo a lo previsto en el artículo 382 del C.P.C., o
en la traducción de instrumentos acompañados al proceso de acuerdo a lo previsto
en el artículo 347 del C.P.C.-
Al efecto, el artículo 63 del C.P.C. establece que "cuando sea necesaria la
intervención de intérprete en una actuación judicial, se recurrirá al intérprete oficial,
si lo hay; y en caso contrario, al que designe el tribunal".
El artículo 1 letra d) del Decreto 738 del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado
en el Diario Oficial de 19 de enero de 1967, establece que "el Departamento de
Traductores e Intérpretes de la dirección de los Servicios Centrales del Ministerio de
Relaciones Exteriores tendrá a su cargo las siguientes funciones:
d) Intervenir en todas aquellas diligencias judiciales en que sea requerida la
mediación de un Intérprete Oficial, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 63 del
Código de Procedimiento Civil".
En todo caso, "los intérpretes deberán tener las condiciones requeridas para ser
peritos y se les atribuirá el carácter de ministros de fe.
Antes de practicarse la diligencia, deberá el intérprete prestar juramento para el fiel
desempeño del cargo.

V.- FORMAS EN QUE SE PUEDE ORDENAR UNA ACTUACION JUDICIAL.


La práctica de las actuaciones judiciales puede ser decretada de cuatro formas
distintas:
Con Audiencia
Con Citación
159
Con Conocimiento
De Plano

La distinción en cuanto a la forma en que puede decretarse la práctica de una


actuación judicial tiene gran importancia para los efectos de determinar el
procedimiento previo y el instante a partir del cual puede llevarse ella a cabo.
En consecuencia, los dos aspectos que deben tenerse claro para diferenciar las
diversas formas de decretar una actuación judicial consisten en determinar la
tramitación que ha de darse a la solicitud y precisar el instante a partir del cual ella
puede practicarse.

V. 1.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON AUDIENCIA.


Esta forma de decretar la práctica de una actuación judicial no se encuentra
expresamente contemplada en el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil.
No obstante, esta forma de decretar una actuación judicial se encuentra
reconocida en nuestro ordenamiento jurídico, constituyendo el ejemplo clásico en
esta materia el de la solicitud de aumento del término probatorio para rendir prueba
fuera del territorio de la República, el cual debe ser decretado con audiencia de
acuerdo a lo previsto en el inciso primero del artículo 336 del C.P.C..-
El que la práctica de una actuación judicial se ordene con audiencia significa que
el tribunal antes de decretarla debe conferir traslado por un plazo fatal de tres días a
la parte que no solicitó la actuación para que exponga respecto de ella lo que
estime conveniente.
En otras palabras, el que se ordene la realización de una actuación judicial con
audiencia importa que la solicitud en la cual se solicita la práctica de la actuación
judicial genera de inmediato un incidente y ella debe ser proveída "Traslado y
autos".
Dicha actuación judicial sólo podrá llevarse a cabo una vez que se hubiere fallado
por el tribunal el incidente que generó la solicitud dando lugar a ella y sea
notificada esa resolución a las partes.
La apelación que se deduzca en contra de la resolución que dispone la actuación
no suspende la realización de ella, puesto que ese recurso debe ser concedido en el
sólo efecto devolutivo de acuerdo a lo previsto en el artículo 194 N° 2 del Código de
Procedimiento Civil.
La solicitud de una actuación judicial que debe decretarse con audiencia importa
que a ella debe dársele la tramitación de un incidente proveyendo la solicitud
"traslado" y que la actuación puede efectuarse a partir de la notificación de la
resolución que falle favorablemente el incidente dando lugar a la solicitud.

160
V. 2.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON CITACION.
A esta forma de disponer la práctica de una actuación judicial se refiere el inciso
primero del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, al establecer que "siempre
que se ordene o autorice una diligencia con citación, se entenderá que no puede
llevarse a efecto sino pasados tres días después de la notificación de la parte
contraria, la cual tendrá el derecho de oponerse o deducir observaciones dentro de
dicho plazo, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta que se resuelva el
incidente "
En otras palabras, ello significa que presentada una solicitud de parte para la
práctica de una actuación judicial que debe decretarse con citación, el tribunal
debe proveer el escrito en que solicita esta "Como se pide, con citación".
La contraparte tiene un plazo de tres días fatales desde la notificación de esa
resolución para oponerse o deducir observaciones respecto de la actuación
solicitada.

Dentro del plazo de esos tres días fatales la parte contraria puede asumir dos
actitudes:
a).- No oponerse o deducir observaciones dentro de ese plazo.
En este caso, la actuación judicial podrá llevarse a cabo inmediatamente de
transcurrido el plazo de tres días contados desde la notificación de la resolución que
dio lugar a su práctica al proveer la solicitud "Como se pide, con citación ".
b).- Oponerse o deducir observaciones dentro del plazo de tres días
respecto de la actuación solicitada.

En este caso, la oposición u observaciones darán origen a un incidente y del escrito


en que ellas se formulen deberá darse traslado a la parte que solicitó la práctica de
la actuación judicial.

La actuación judicial podrá llevarse a cabo en este caso sólo una vez que se haya
fallado y notificado a las partes la resolución que rechace el incidente que generó
el escrito de oposición u observaciones a la solicitud de la realización de la
diligencia.

La apelación que se deduzca en contra de la resolución que rechace el incidente a


que dio lugar la oposición u observaciones formuladas respecto de la actuación
solicitada no suspende la realización de ella, puesto que ese recurso debe ser
concedido en el sólo efecto devolutivo de acuerdo a lo previsto en el artículo 194 Ni
2 del Código de Procedimiento Civil.

La solicitud de una actuación judicial que debe decretarse con citación importa
que ella debe ser proveída de inmediato "Como se pide, con citación"; la que
puede efectuarse luego de transcurridos los tres días de notificada esa resolución si
161
no se deducen observaciones u oposición por la otra parte, o luego de notificado el
fallo que resuelve el incidente a que dan lugar las observaciones u oposición que se
hubiere formulado dentro de esos tres días.

Como ejemplo de esta forma de decretar una actuación judicial podemos citar el
aumento del término probatorio para rendir prueba dentro del territorio de la
República. (Art.336 C. P.C.).-

V.3.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON CONOCIMIENTO.


A esta forma de disponer la práctica de una actuación judicial se refiere el inciso
segundo del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, al establecer que
"cuando se mande proceder con conocimiento o valiéndose de otras expresiones
análogas, se podrá llevar a efecto la diligencia desde que se ponga en noticia del
contendor lo resuelto."
En otras palabras, para la práctica de la actuación no se requiere dar tramitación
alguna a la solicitud que requiere su realización proveyéndose ella "como se pide" o
"como se pide con conocimiento" y se podrá llevar a cabo la actuación apenas sea
notificada a las partes la resolución que la dispuso_

V. 4. ACTUACION JUDICIAL DECRETADA DE PLANO.


Esta forma de decretar la práctica de una actuación judicial no se encuentra
expresamente contemplada en el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil.
Se ordena o autoriza de plano una actuación, cuando el tribunal la decreta de
inmediato, sin mayores formalidades ni espera de términos y notificaciones.
En otras palabras, la actuación no recibe tramitación alguna y se puede llevar a
cabo de inmediato una vez ordenada por el tribunal, sin requerirse siquiera la
notificación a las partes de la resolución que dispuso su práctica.

Debemos advertir que esta forma de decretar de plano las actuaciones judiciales
no se encuentra contemplada en nuestro ordenamiento jurídico y que no sería
posible darle aplicación a menos de existir disposición legal expresa, puesto que las
actuaciones siempre deben a los menos ser ordenadas por una resolución judicial, la
que para producir efectos requiere, como regla general y salvo norma expresa
especial en contrario, ser siempre notificada a las partes de acuerdo a lo previsto en
el artículo 38 del C.P.C.-

162
LAS NOTIFICACIONES
I.- GENERALIDADES
A.- REGLAMENTACION.-
Se rigen por las reglas del Título VI del Libro I del C.P.C. (art.38 y sgtes.) y por las
disposiciones comunes referentes a las actuaciones judiciales del Título VII del Libro I
del C.P.C.
A este respecto, es menester precisar que esos preceptos del Código de
Procedimiento Civil regulan normas acerca del procedimiento relativas a las
notificaciones, por lo que ellas son de orden público e irrenunciables. Es por ello, que
las partes no pueden renunciar en un contrato ni prescindir o alterar las formalidades
con las que la ley ha revestido a las notificaciones judiciales. Excepcionalmente, en
los juicios arbitrales se faculta a las partes para que unánimemente acuerden otra
forma de notificación distinta a la personal o por cédula. (art.629 C.P.C.).

B.- CONCEPTO.-
Etimológicamente la expresión notificar proviene del latín notificare, derivado de
notus, que significa conocido, y de facere, que quiere decir hacer. En
consecuencia, notificar significa hacer conocido, poner en conocimiento o hacer
conocer.
Dentro de la doctrina nacional podemos destacar las siguientes definiciones:
La Notificación es la actuación judicial que tiene por objeto poner en conocimiento
de las partes una resolución judicial. (Fernando Alessandri).
La Notificación es la actuación judicial, efectuada en la forma establecida por la
ley, que tiene por finalidad principal dar eficacia a las resoluciones judiciales y
comunicar éstas a las partes o terceros. (Mario Mosquera Ruiz).

C.- IMPORTANCIA
Las notificaciones judiciales son importantes desde un triple aspecto:
1.- Permiten materializar dentro del proceso el principio de la bilateralidad
de la audiencia, puesto que al poner en conocimiento de las partes una resolución
judicial les posibilita ejercer respecto de estas sus derechos; en definitiva, ejercer su
posibilidad a ser oído.
2.- Permiten que las resoluciones judiciales produzcan efectos.
Al efecto, el art. 38 del C.P.C. prescribe que "las resoluciones judicial sólo
producen efectos en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley, salvo los
casos expresamente exceptuados por ella".

Entre las excepciones Que confirman esa regla general, se señalan:


a) Las medidas precautorias, que pueden decretarse y llevarse a efecto
sin previa notificación (art.302 del C.P.C.).
b) La resolución que declara desierta la apelación (art.201 del C.P.C.) y las
resoluciones que se dicten en segunda instancia respecto del apelado rebelde
163
(art.202 del C.P.C.), las que producen sus efectos desde que se dictan y sin requerirse
notificación de ellas;
c) La resolución que ordena despachar o denegar el despacho del
mandamiento de ejecución y embargo, que produce efectos sin audiencia ni
notificación del demandado, aunque este se haya apersonado (comparecido) en
el juicio (art.441 del C.P.C.).
d) La resolución que ordena la suspensión de una obra nueva (art. 566
C.P.C.).

3.- La notificación de una sentencia definitiva o interlocutoria a una de las


partes produce el desasimiento del tribunal (art.182 del C.P.C.).
El desasimiento del tribunal, uno de los más importantes efectos que se
producen respecto de las resoluciones judiciales, es el que impide al tribunal que la
dictó alterarla o modificarla en manera alguna una vez notificada a alguna de las
partes. (art.182 C.P.C.)
De lo expuesto, se desprende que para operar el desasimiento requiere:
i) Que la resolución tenga la naturaleza jurídica de sentencia definitiva o
interlocutoria, y
ii) Que se hubiere notificado la resolución a sólo una cualquiera de las
partes en el proceso.

D.- REQUISITOS.
Las notificaciones son una categoría especial de actuaciones judiciales y como
tales, salvo norma expresa en contrario, deben aplicarse las disposiciones del Título
VI del Libro I del C.P.C.
Las notificaciones, como en general la mayoría de los actos jurídicos procesales, son
actos de carácter unilateral. Ello se ratifica expresamente para las notificaciones por
el art.39 del C.P.C., el cual prescribe que "para la validez de la notificación no se
requIere el consentimiento del notificado".
Al respecto, agrega el art. 57 de ese Código, que "las diligencias de notificación que
se estampen en los procesos, no contendrán declaración alguna del notificado,
salvo que la resolución ordene, o que por su naturaleza, requiera esa declaración".

En consecuencia, legalmente dos serían las excepciones a la regla general de no


contener la diligencia de notificación declaración alguna del notificado, a saber:
1) Cuando la resolución ordene la declaración; y
2) Cuando la resolución, por su naturaleza, requiera tal declaración. (P. Ej.
art.417 inc.2° del C.P.C. designación perito; art.434 N°4 inc.1° del C.P.C. notificación
protesto de una letra de cambio, pagaré o cheque).

164
E.- CLASIFICACION.
Las notificaciones pueden clasificarse fundamentalmente en cuanto a: 1.- La
finalidad que se persigue con su práctica y 2.- En cuanto a la forma en la que se
practican

1.- EN CUANTO A SU OBJETIVO O FINALIDAD INMEDIATA.-


Las notificaciones en cuanto al objetivo o finalidad inmediata que se persigue con
su práctica pueden clasificarse en:
a.- Notificación Citación.
b.- Notificación Emplazamiento
c.- Notificación Requerimiento
d.- Notificación propiamente tal.

LA CITACION es el llamamiento que se hace por el órgano jurisdiccional a una


parte o tercero a fin de que comparezca al tribunal para determinado objeto en un
término determinado, bajo apercibimiento de incurrir en las sanciones que la ley
establece para este caso. Ejemplo: se cita a la parte a prestar confesión judicial
provocada o absolución de posiciones, se cita a la parte a comparendo para
designar perito, se cita al testigo a declarar, etc.

EL EMPLAZAMIENTO es la notificación que se hace a las parte para que dentro


de un determinado plazo haga valer sus derechos, en especial, para que conteste
la demanda o comparezca a proseguir un determinado recurso. De ahí que el
emplazamiento conste de dos elementos: notificación legal y transcurso del plazo.
Este plazo es fatal, por lo que su sólo transcurso genera por el solo ministerio de la ley
la preclusión facultad. Ejemplo: La notificación de la demanda, la notificación de la
resolución que concede el recurso de apelación.

EL REQUERIMIENTO también es una especie de notificación; pero por medio


de él, se apercibe a una parte para que en el acto haga o no haga alguna cosa, o
cumpla o no cumpla con alguna prestación. Ejemplo, se requiere de pago al
deudor en el juicio ejecutivo.

Por último, LA NOTIFICACION PROPIAMENTE TAL es el hecho de poner en


conocimiento de las partes o de un tercero, una determinada resolución judicial,
nada más que con el objeto de que produzca efectos legales y sin el propósito de
que comparezca o se cumpla una determinada prestación o abstención. La regla
general es que las notificaciones sean propiamente tales. Por excepción, la
notificación reviste el carácter de citación, de un emplazamiento o requerimiento.

165
2.- EN CUANTO A LA FORMA.-
El Título VI del Libro I del C.P.C. reglamenta las siguientes especies o formas de
notificación:
1.- Notificación personal
2.- Notificación personal subsidiaria, notificación personal no en persona o
notificación personal art. 44 del C.P.C.
3.- Notificación por cédula.
4.- Notificación por avisos.
5.- Notificación por el Estado Diario.
6.- Notificación tácita.
7.- Notificación ficta
8.- Notificaciones especiales.

II.- NOTIFICACION PERSONAL.-

II. A) NOTIFICACION PERSONAL PROPIAMENTE TAL O EN PERSONA.

A.- CONCEPTO: Es aquella que consiste en entregar a quien se debe


notificar, en forma personal o en persona, copia integra de la resolución y de la
solicitud en que haya recaído, cuando sea escrita. (art.40 del C.P.C.).

B.- REQUISITOS DE VALIDEZ.

B.1.- REQUISITOS COMUNES A TODA ACTUACIÓN JUDICIAL.-


La notificación personal debe dar cumplimiento a los requisitos comunes a toda
actuación judicial siguientes:
1.- Debe efectuarse en días hábiles (art.59 C.P.C.).
2.- Debe efectuarse en horas hábiles;
3. - Debe dejarse constancia escrita en el proceso (art.61 inc.1° del C.P.C.), lo
que se realiza mediante una certificación o acta de haber efectuado la diligencia.

Pasemos a continuación a un breve análisis de dichos requisitos.


La norma general contemplada en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil,
consistente en que las actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas
hábiles; siendo días hábiles los no feriados y horas hábiles las que median entre las
ocho y las veinte horas, ha experimentado modificaciones respecto de la practica
de la notificación personal mediante la dictación de la ley 19.382.-

1.- Debe efectuarse en días hábiles


Respecto de los días hábiles para la práctica de la notificación personal
debemos tener presente que en la actualidad, a partir de la reforma introducida por

166
la Ley 19.382, publicada en el Diario Oficial de 24 de Mayo de 1995, para la practica
de la notificación personal todos los días son hábiles para tal efecto, si ella se
practica en lugares y recintos de libre acceso público, en la morada o lugar donde
pernocta el notificado o en el lugar donde éste ordinariamente ejerce su industria,
profesión o empleo, o en cualquier recinto privado en que éste se encuentre y al
cual se permita el acceso del ministro de fe.(Artículo 41 incisos 1° y 2° del Código de
Procedimiento Civil.)
Sin embargo, debemos tener presente que "si la notificación se realizare en un
día inhábil, los plazos comenzarán a correr desde las cero horas del día hábil
inmediatamente siguiente."(Art.41 primera parte del inciso tercero del Código de
Procedimiento Civil.)
Además, si la notificación personal "se hubiere practicado fuera de la
comuna donde funciona el tribunal, los plazos se aumentarán en la forma
establecida en los artículos 258 y 259 ".(Art.41 segunda parte del inciso tercero del
Código de Procedimiento Civil.)
En consecuencia, en la actualidad no cabe la habilitación de día para la
práctica de la notificación de acuerdo a lo previsto en el art.60 del C.P.C., puesto
que para esos efectos todos los días son hábiles a partir de la vigencia de la Ley
19.382 que modificara en tal sentido su artículo 41.
Por otra parte, existe una expresa constancia que el cómputo del termino de
emplazamiento no puede comprender días inhábiles, por lo que de efectuarse la
notificación en día inhábil, siguiendo a éste otros días inhábiles, el plazo se comienza
a computar sólo a partir del día hábil inmediatamente siguiente.
El legislador, en el inciso final del artículo 41 del C.P.C., no ha señalado los días
hábiles para la práctica de la notificación personal cuando ella se verifique en el
oficio del secretario, la casa que sirva de despacho del tribunal y la oficina o
despacho del ministro de fe que practique la notificación. En consecuencia, en los
casos en que la notificación personal se verifique en alguno de estos lugares deberá
aplicarse la regla general contemplada para las actuaciones judiciales
contemplada en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con
la cual son días hábiles lo no feriados.

2.- Debe efectuarse en horas hábiles.


En relación a las horas hábiles para la práctica de la notificación personal, que a
partir de la dictación de la Ley 19.382, que modificó el artículo 41 del Código de
Procedimiento Civil, para determinar cuáles son las horas hábiles para la práctica de
la notificación personal, es preciso distinguir el lugar en que ella se verifique.

b.l. Horas hábiles para la práctica de la notificación en lugares y recintos de


libre acceso público:
De acuerdo a lo previsto en inciso primero del artículo 41 del C.P.C., "en los
lugares y recintos de libre acceso al público, la notificación personal se podrá
167
efectuar a cualquier hora, procurando causar la menor molestia al notificado”.
Excepcionalmente, en los juicios ejecutivos no podrá efectuarse el requerimiento de
pago en público y, de haberse notificado la demanda en un lugar o recinto de libre
acceso al público se estará a lo dispuesto en el N° 1 del artículo 443.

b.2. Horas hábiles para la práctica de la notificación en la morada o lugar


donde pernocta el notificado o en el lugar donde éste ordinariamente ejerce su
industria, profesión o empleo, o en cualquier recinto privado en que éste se
encuentre y al cual se permita el acceso del ministro de fe:
De acuerdo a lo previsto en inciso segundo del artículo 41 del C.P.C., "la notificación
debe hacerse entre las seis y las veintidós horas en la morada o lugar donde
pernocta el notificado o en el lugar donde éste ordinariamente ejerce su industria,
profesión o empleo, o en cualquier recinto privado en que éste se encuentre y al
cual se permita el acceso del ministro de fe.”- La determinación de estas horas
hábiles para la practica de la actuación judicial notificación personal, que difiere de
las contempladas como regla general en el artículo 59 del C.P.C., es sin perjuicio de
la habilitación de hora inhábil para la práctica de la notificación personal de
acuerdo a lo previsto en el art.60 del C.P.C.

b.3. Horas hábiles para la práctica de la notificación en el oficio del


secretario, la casa que sirva de .despacho del tribunal y la oficina o despacho del
ministro de fe que practique la notificación.
El legislador, en el inciso final del artículo 41 del C.P.C., no ha señalado ninguna hora
hábil para la práctica de la notificación personal cuando ella se verifique en el oficio
del secretario, la casa que sirva de despacho del tribunal y la oficina o despacho
del ministro de fe que practique la notificación. En consecuencia, en los casos en
que la notificación personal se verifique en alguno de estos lugares deberá aplicarse
la regla general contemplada para las actuaciones judiciales contemplada en el
artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con la cual son horas
hábiles las que median entre las ocho y las veinte horas.

3. - Debe dejarse constancia escrita en el proceso (art.61 inc.1° del C.P.C.), lo


que se realiza por el Ministro de fe mediante una certificación o acta de haber
efectuado la diligencia.
Respecto de la notificación personal, es menester "que ella se haga constar en el
proceso por diligencia que suscribirán el notificado y el ministro de fe, y si el primero
no puede o no quiere firmar, se dejará testimonio de este hecho en la misma
diligencia.
Se expresará, además, el lugar en que se verifique el acto y la fecha con indicación
de la hora, a lo menos, aproximada"(art. 43. C.P.C.).
La Ley 19.382 sustituyó el inciso segundo de este artículo 43, disponiendo en su lugar
que "la certificación deberá, además, señalar la fecha, hora y lugar donde se realizó
168
la notificación y, de haber sido hecha en forma personal, precisar la manera o el
medio con que el ministro de fe comprobó la identidad de notificado."

B.2.-- REQUISITOS PROPIOS DE LA NOTIFICACIÓN PERSONAL.


Los requisitos propios que deben cumplirse respecto de la notificación personal son
los siguientes:
1.- Debe efectuarse en lugar hábil (art.41 del C.P.C.).
2.- Debe efectuarse la notificación personal por funcionario competente.
3.- Debe efectuarse la notificación en la forma que establece la ley.
Analicemos a continuación brevemente esos requisitos.
1.- Debe efectuarse en lugar hábil (art.41 del C.P.C.).
Son lugares hábiles para la práctica de la notificación personal los siguientes:
a) Los lugares y recintos de libre acceso público.
b) La morada del notificado, esto es, la casa en la que una persona vive.
c) El lugar donde pernocta el notificado.
d) El lugar donde ordinariamente el notificado ejerce su industria, profesión o
empleo.
e) En cualquier recinto privado en que se encuentre el notificado y al cual se
permita acceso al ministro de fe.
f) El oficio del secretario, esto es la oficina donde el desempeña sus funciones.
g) La casa que sirve de despacho al tribunal, esto es, el edificio destinado al
funcionamiento del tribunal.
Excepcionalmente, los jueces no pueden ser notificados en el local en que
desempeñan sus funciones.
h) La oficina o despacho del ministro de fe que practique la notificación.

Además, cuando la persona a quien se trata de notificar no tenga habitación


conocida en el lugar en que ha de ser notificada, el tribunal puede autorizar que la
notificación se practique en otros lugares. La circunstancia de no tener habitación
conocida en el lugar, hace procedente la habilitación de lugar, lo que se debe
acreditar con un certificado del ministro de fe, en el cual dejara constancia de
haber hecho las indagaciones posibles para tal averiguación (art.42 del C.P.C.). Este
artículo para la habilitación de lugar en el cual puede practicarse una notificación
dejó de tener una real aplicación práctica, dada la amplitud de los lugares hábiles
que actualmente se contemplan para la verificación de una notifica

2.- Debe efectuarse la notificación personal por funcionario competente.


Los funcionarios competentes se determinan según el lugar en que se practique la
notificación y de acuerdo con ello puede señalarse que ellos son:
a) El secretario del tribunal, sólo respecto de las notificaciones personales
que efectúa dentro de su oficio. (art.380 N°2 del C.O.T.); y

169
b) El Receptor, respecto de las notificaciones personales que realice en los
restantes lugares hábiles, pero nunca dentro de las oficinas del Secretario. (art.390
del C.O.T.).
c) El Notario Público u Oficial de Registro Civil que exista en la localidad,
en aquellos lugares en que no exista receptor judicial.(Art.58 inciso segundo del
Código de Procedimiento Civil, incorporado por la Ley 19.382).
d) Un empleado del tribunal designado por el juez como ministro de fe ad
hoc (art 58 CPC)

Al respecto, debemos tener presente además:


i) El Secretario puede delegar sus funciones en el oficial primero (art.58
inciso primero del C.P.C.);
ii) En caso que por ausencia, inhabilidad u otro motivo calificado, los
receptores judiciales no pueden practicar la notificación, el tribunal puede designar
receptor (ad-hoc) a un empleado de la secretaria del mismo tribunal para el sólo
efecto que practique esa determinada actuación (art.392 del C.O.T. e inciso
segundo del artículo 58 del C.P.C.).
iii) Existen organismos públicos que cuentan con funcionarios propios para
la práctica de las notificaciones (P. Ej. Consejo de Defensa del Estado).

3.- Debe efectuarse la notificación en la forma que establece la ley.


En la notificación personal, existe un enfrentamiento físico entre el ministro de fe y la
persona a quien se debe notificar.
En dicho acto, el ministro de fe debe de entregar al notificado personalmente los
siguientes antecedentes:
1.- Copia íntegra de la resolución y
2.- Copia íntegra de la solicitud en que haya recaído la resolución, cuando la
solicitud sea escrita (art.40 del C.P.C.).
Además, debe dejarse constancia en el proceso por el ministro de fe de la
notificación personal en la forma establecida en el art. 43 del C.P.C., habiéndose
incorporado por la reforma introducida por la Ley 19.382 la exigencia de precisar en
el certificado la manera o el medio con que el ministro de fe comprobó la identidad
del notificado.

C.- RESOLUCIONES QUE DEBEN NOTIFICARSE PERSONALMENTE


En primer lugar, la notificación personal por ser la más completa de aquellas que
establece la ley puede ser utilizada en todo caso para notificar cualquiera
resolución judicial, puesto que ella es supletoria a todas las otras que contempla la
ley. AI efecto, se dispone que podrá usarse la notificación personal en todo caso
(art.47 inc. final del C.P.C.).
En otras palabras, si una resolución debe notificarse en una forma de menor entidad
en cuanto a sus requisitos como lo sería la notificación por cédula o por el estado
170
diario, no hay inconveniente que en su lugar se practique en voluntariamente en
forma personal

En segundo lugar, debe siempre utilizarse la notificación en los siguientes casos:


a) En toda gestión judicial, la primera notificación a las partes o personas a
quienes haya de afectar sus resultados debe hacerse personalmente (art.40 del
C.P.C.).
Al respecto, debemos tener presente que la ley nos habla de "la primera
notificación" y no de la notificación de la demanda.
En consecuencia la demanda y la resolución que en ella recaiga se notificaran
personalmente al demandado sólo cuando la demanda hubiere sido la primera
presentación que dio inicio al procedimiento, que será lo normal según lo previsto en
el art.253 del C.P.C.
No obstante, si el proceso se hubiere iniciado por una medida prejudicial, ella y la
resolución que sobre esta recaiga deberá ser notificada personalmente por ser la
primera notificación y no la demanda que se presentará con posterioridad, la que
en tal caso no se encontrará en la situación de ser la primera notificación.
Por otra parte, la primera notificación es personal sólo respecto del sujeto pasivo y
no respecto del actor, a quien sólo se le notifica por el Estado Diario (art.40 inc.2° del
C.P.C.).

b) Cuando la ley dispone que se notifique a alguna persona para la


validez de ciertos actos (art.47 del C.P.C.) como ocurre por ejemplo, en la
notificación de la cesión de un crédito nominativo (art.1.902 del Cód. Civil),
notificación títulos ejecutivos a los herederos del deudor fallecido (art. 1377 del C.
Civil), notificación pago por consignación (1603 inc. 1° C.Civil); etc.

c) La resolución que de lugar al cumplimiento de una sentencia en contra


de un tercero dentro del procedimiento incidental (art.233 inc.2° del C.P.C.).

d) Cuando los tribunales lo ordenen expresamente (art.47 del C.P.C.). 31

En tercer lugar, el legislador establece que en determinados casos puede


emplearse la notificación personal o por cédula:

a) Las notificaciones que se hagan a terceros que no sean parte en el juicio


(testigos, peritos) o a quienes no afectan sus resultados (art.56 del C.P.C.).
b) Las resoluciones que se dicten en el proceso, luego de haber estado éste
paralizado y sin que se hubiere dictado resolución alguna durante un plazo superior
a seis meses, deberán ser notificadas personalmente o por cédula y no se
consideran como notificaciones válidas las que se hubieren hecho por el estado
diario respecto de ellas. (art.52 del C.P.C.).
171
II.B.- LA NOTIFICACION PERSONAL SUBSIDIARIA; PERSONAL NO EN PERSONA O
DEL ART.44 DEL C.P.C.

A.- PROCEDENCIA.
Esta forma de notificación personal se aplica cada vez que, intentando el ministro
de fe competente practicar la notificación del art.40 (personal en persona), ésta
no se verifique por no haberse encontrado a la persona que se trata de notificar en
su habitación o en el lugar donde habitualmente ejerce su profesión, industria o
empleo, en dos días distintos (art.44 inc.1° del C.P.C.).
Esta notificación personal siempre se efectúa fuera del recinto del tribunal, por lo
tanto, el único funcionario competente para practicarla es el receptor, y en aquellos
lugares en que no exista éste, el Notario Público u Oficial de Registro Civil que exista
en la localidad.
Teniendo en consideración que en esta materia juega un papel importante la
costumbre, el art.44 ha sido acomodado en la práctica para que ella se lleve a
cabo de la siguiente manera:
1.- Búsqueda.-
2.- Certificación.
3.- Solicitud de notificación personal subsidiaria.
4.- Resolución del Tribunal que ordene la práctica de la notificación.
5.- Notificación.
6.- Aviso.

Pasemos a continuación a analizar brevemente esos trámites.-


1.- Búsqueda.-
El Ministro de fe debe buscar a la persona que se trata de notificar en su habitación
o en el Jugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, a lo
menos en dos días distintos sin ser habida. Esto significa, que deben efectuarse dos
búsquedas Las búsquedas deben efectuarse en dos días distintos de la semana,
según queda de manifiesto en la historia de la ley, puesto que puede suceder que
quien se trata de notificar se encuentre fuera del lugar hábil precisamente los
mismos días de la semana, v.gr., todos los miércoles.

2.- Certificación.
El interesado debe requerir al receptor que estampe en el expediente un certificado
de "búsquedas", en el que se consigna lo actuado por el ministro de fe, según lo
señalado precedentemente.

Además el Ministro de Fe deberá certificar los siguientes hechos:


a) Que la persona que se trata de notificar se encuentra en el lugar del
juicio. Se entiende por lugar del juicio, la ciudad donde el tribunal tiene su asiento.
b) Cuál es la morada de la persona que se trata de notificar.
172
Dos eran los sentidos que se le daban a la expresión morada hasta antes de la
dictación de la ley 19.382 , uno amplio y otro restringido. En la actualidad, el
legislador contempla expresamente en el inciso segundo del artículo 44 del C.P.C.
los lugares en los cuales cabe efectuar la notificación personal subsidiaria o no en
persona, siendo ellos la morada o el lugar donde la persona que se va a notificar
ejerce su industria, profesión u empleo.

3.- Solicitud de notificación personal subsidiaria.


Una vez que el receptor ha devuelto el expediente al tribunal, incluyendo en él la
certificación antes indicada, el interesado debe presentar un escrito, solicitando que
se ordene por el tribunal la práctica de la notificación personal subsidiaria del
art.44,inc.2° del CPC. Ese escrito puede sumarse de la siguiente manera: "Se ordene
la notificación del art.44, inc.2° del C.P.C., con el mérito de la certificación
efectuada por el ministro de fe.".
El tribunal debe proveer "Como se pide, o, practíquese la notificación de acuerdo a
lo previsto en el artículo 44 del C.P.C.”.-

4.- Resolución del Tribunal que ordene la práctica de la notificación.


El inc.2° del art.44 prescribe que establecido que el demandado se encuentra en el
lugar del juicio y cual es su morada o lugar donde ejerce su industria, profesión u
empleo, ordenará el tribunal que la notificación se haga.
Del tenor de dicho precepto legal se colige claramente que para practicarse por el
Ministro de Fe la notificación personal subsidiaria es menester que el tribunal
previamente la ordene dictando una resolución judicial para tal efecto.
Además, dado los términos imperativos del precepto legal, acreditados los supuestos
que hacen procedente la notificación es obligatorio y no facultativo para el tribunal
dictar la resolución ordenando la práctica de la notificación personal subsidiaria.
El tribunal, si encuentra conforme la certificación del ministró de fe, ordena practicar
la notificación sustitutiva del art.44 inc.2° CPC.

5.- Notificación.
Señala el art.44, inc.2° del C.P.C. que una vez que se hayan acreditado los dos
hechos mencionados precedentemente con el certificado del ministro de fe,
"ordenará el tribunal que la notificación se haga entregando (el receptor) las copias
a que se refiere el art.40 a cualquiera persona adulta que se encuentre en la
morada o en el lugar donde la persona que se va a notificar ejerce su industria,
profesión o empleo. Si nadie hay allí, o si por cualquiera otra causa no es posible
entregar dichas copias a las personas que se encuentren en esos lugares, se fijará en
la puerta un aviso que dé noticia de la demanda, con especificación exacta de las
partes, materia de la causa, juez que conoce en ella y de las resoluciones que se
notifican ".-

173
De acuerdo a lo previsto en ese precepto se da por notificada a una persona
que ni siquiera se le ha encontrado no existiendo en este caso un enfrentamiento
físico del Ministro de Fe con una persona para que se entienda perfeccionada la
notificación. La desvinculación entre el "notificado" y la persona a la que se trata de
notificar, es evidente, toda vez que no es necesario notificar a la persona misma que
debe serlo sino que a cualquier persona adulta que recibe del ministro de Fe las
copias que el precepto indica o debe fijarla en la puerta si nadie acude a sus
llamados.
En el inciso final del artículo 44 se establece para facilitar la practica de esta
notificación personal subsidiaria, que "en caso que la morada o el lugar donde
pernocta o el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, se
encuentre en un edificio o recinto al que no se permite el libre acceso, el aviso y las
copias se entregarán al portero o encargado del edificio o recinto, dejándose
testimonio expreso de esta circunstancia."

El receptor debe dejar en la morada de la persona que se trata de notificar o


en el lugar donde ejerce su industria, profesión u empleo o con el portero o
encargado del edificio o recinto al que no está permitido el libre acceso, los
siguientes documentos:
1° Copia íntegra de la solicitud; y
2° Copia íntegra de la resolución que sobre ella haya recaído (Art. 40 del
C.P.C.).-

En la práctica y de acuerdo a lo sostenido por algunos autores, como la


notificación personal subsidiaria requiere para ser practicada de la dictación de una
resolución previa que la ordene y ésta debe ser también notificada; conjuntamente
con las copias de la solicitud que se notifica y de la resolución recaída en ella se
hace entrega también de copia íntegra de la solicitud de autorización para
practicar la notificación personal subsidiaria y de la resolución favorable recaída en
ella.
En el caso que nadie haya en la morada, en la práctica, estos documentos se
tiran por debajo de la puerta, si es posible.

6.- Aviso.
El legislador, por la Ley 18.705, modificada por la Ley 18.804, introdujo el envío de un
aviso por carta certificada para asegurarse que en la notificación del art.44, el
notificado tuviera conocimiento de ella.
Al respecto, se estableció que el ministro de fe deberá dar aviso de la notificación
practicada al notificado conforme al art.44, dirigiéndole para tal efecto carta
certificada por correo, en el plazo de dos días contados desde la fecha de la
notificación o desde que se reabran las oficinas de correo, si la notificación se
hubiere efectuado en domingo o festivo.
174
La carta podrá consistir en tarjeta abierta que llevará impreso el nombre y domicilio
del receptor y deberá indicar el tribunal, el número de ingreso de la causa y el
nombre de las partes.
La omisión en el envío de la carta no invalidará la notificación, pero:
a) Hace responsable al ministro de fe de los daños y perjuicios que se
originen; y
b) El tribunal, previa audiencia del afectado, deberá imponerle al Ministro
de fe alguna de las medidas que se señalan en los números 2, 3 y 4 del art.532 del
C.O.T. (art.46 del C.P.C.).

7.- Acta y devolución de expediente.


Una vez practicada la diligencia, el receptor debe levantar un acta con las
menciones que indica el art.45: "La diligencia de notificación, en el caso del artículo
precedente, se extenderá en la forma que determina el art.43, siendo obligada a
subscribirla la persona que recibe las copias, si puede hacerlo, dejándose testimonio
de su nombre, edad, profesión y domicilio". Además, en ese testimonio deberá
expresarse el hecho del envío de la carta certificada, la fecha, la oficina de correo
donde se hizo y el número de comprobante emitido por tal oficina. Este
comprobante deberá ser pegado al expediente a continuación del testimonio".
(art.46 del C.P.C.).
Son excepcionalísimas las actas en que aparece la firma de la persona que ha
recibido las copias indicadas. En la práctica, y por razones de evidente comodidad,
se suele agregar una cláusula que ha pasado a formar parte de toda diligencia de
esta clase:"... entregué las copias correspondientes a una persona adulta que no
quiso firmar..."
Una vez que el receptor ha puesto certificado de lo por él obrado y firmada que sea
el acta respectiva, debe proceder a devolver el expediente que contendrá el acta
mencionada a la secretaría del tribunal dentro de los dos días hábiles siguientes a la
fecha en que se practicó la diligencia (art.393 del C.O.T.).

III NOTIFICACION POR CEDULA


A.- CONCEPTO
Es aquella que consiste en la entrega que hace el ministro de fe en el domicilio del
notificado de copia íntegra de la resolución y los datos necesarios para su acertada
inteligencia.

B.- REQUISITOS.
Al respecto, debemos señalar que se aplican los requisitos comunes a toda
actuación judicial y que señalamos a propósito de la notificación personal,
debiendo efectuarse en día y hora hábil, puesto que para ella no rigen las
modificaciones que respecto de estas materias se contemplan sólo respecto de la

175
notificación personal; dejarse constancia en el proceso; y ser el acta autorizada y
firmada por el Ministro de Fe.

Además, deben cumplir con los requisitos propios de la notificación por cédula, que
son:
a) Debe efectuarse en lugar hábil (art.48 del C.P.C.).
El lugar hábil para practicar la notificación es "el domicilio del notificado".
El domicilio del notificado es aquel que debe designar todo litigante en la primera
gestión judicial que realice, el que debe encontrarse dentro de los límites urbanos
del lugar en que funciona el tribunal.
Esta designación se considerará subsistente mientras no haga otra la parte
interesada, aunque de hecho cambie su morada.
El inc.2° del art.49 del C.P.C. debemos entenderlo derogado orgánicamente por la
eliminación de los tribunales inferiores (jueces distrito y subdelegación) efectuado
por la Ley 18.776.
La sanción para incumplimiento de la obligación de designar domicilio consiste en
que las resoluciones que deben practicarse por cédula, se notificaran por el estado
diario respecto
de las partes que no hagan la designación de domicilio conocido y mientras ésta no
se haga.
Esta sanción por expresa disposición de la ley, se hace efectiva "sin necesidad de
petición de parte y sin previa orden del tribunal (art.53 del C.P.C.).
La referida sanción no sería aplicable al litigante que no ha comparecido a juicio
(rebelde), puesto que la exigencia de fijar domicilio que establece el art.49 del
C.P.C. se refiere sólo a aquellos que hubieren efectuado alguna gestión en el juicio,
situación en la cual no se encuentra el rebelde. Esta tesis ha sido compartida por la
Jurisprudencia, pero no en forma unánime. Otro sector de la Jurisprudencia ha
sostenido que esta sanción es aplicable también al rebelde, puesto que ella opera
atendiendo únicamente a que no se ha fijado domicilio, puesto que la pasividad del
rebelde no puede llegar a constituir un entorpecimiento para el reaular desarrollo
del procedimiento.
Debemos recordar que en caso de haber designado apoderado o mandatario
judicial la parte en el proceso, la notificación por cédula deberá efectuarse al
primero y no a esta última.

b) Debe efectuarse la notificación por cédula por funcionario competente.


Dado que la notificación por cédula se debe efectuar en un lugar que no es el
oficio del secretario, este nunca podrá practicar esta notificación. La notificación
por cédula debe ser efectuada por el receptor.

176
c) Debe efectuarse la notificación en la forma que establece la ley.
La notificación se práctica por el ministro de fe entregando en el domicilio del
notificado copia íntegra de la resolución y los datos para su acertada inteligencia
en la forma establecida en el inc.2° del art.44. (art.48, inc.1° y 2° del C.P.C.)
Los datos para la acertada inteligencia (el número del Rol del proceso, la
identificación del proceso según la clase de juicio y nombre de las partes, el tribunal
ante el cual se sigue el proceso) generalmente en la práctica son estampados por el
Receptor en el margen superior izquierdo de la copia de la resolución que notifica.
Con posterioridad a la notificación, el Ministro de Fe "debe poner en los autos
testimonio de la notificación con expresión del día y lugar, del nombre, edad,
profesión y domicilio de la persona a quien se haga la entrega". En la práctica, los
receptores certifican que se ha entregado cédula en el domicilio del notificado a
una persona adulta que no quiso firmar o que se fijo en la puerta de éste al no
acudir nadie a sus llamados.

C.- RESOLUCIONES QUE DEBEN NOTIFICARSE POR CEDULA.


En la estructura del Código las resoluciones que se notifican por cédula son:
1) La sentencia definitiva de primera o única instancia (art.48, inc.1° del
C.P.C.). Las sentencias definitivas de segunda instancia se notifican por el estado
Diario (art. 221 del C.P.C.).
2) La resolución que ordena la comparecencia personal de las partes (art.
48, inc. 1° del C.P.C.).
3) La resolución que ordena recibir la causa a prueba en el juicio (art.48,
inc.1° del C.P.C.). La resolución que recibe un incidente a prueba se notifica por el
Estado Diario. (art. 323 C.P.C.).
4) Si transcurren seis meses sin que se dicte resolución alguna en el
proceso, no se considerarán como notificaciones válidas las anotaciones en el
estado diario mientras no se haga una nueva notificación personal o por cédula (art.
52 del C.P.C.).
5) Las notificaciones que se practiquen a terceros que no son parte en el
juicio, o a quienes no afecten sus resultados, se hará personalmente o por cédula
(art.56 del C.P.C.).
6) Cuando el tribunal lo ordene expresamente o en los casos en que la ley
lo establezca (art.48,.inc. final, 211, inc. 2°, 233, 442, 450, 595 y 629 del C.P.C.).

IV.- NOTIFICACION POR EL ESTADO DIARIO


A. CONCEPTO: La notificación por el estado constituye una ficción legal, ya
que nunca se produce un conocimiento directo de la resolución que se notifica. En
los tres casos anteriores, la parte toma conocimiento directo del contenido de la
resolución, porque ella integra la notificación; en cambio en la notificación por el
Estado Diario ella se entiende practicada por el sólo hecho de incluirse en una lista
la noticia de haberse dictado una resolución en un determinado proceso.
177
Señala el art. 50, inc.1° del C.P.C. que "las resoluciones no comprendidas en los
artículos precedentes se entenderán notificadas a las partes desde que se incluyan
en un estado que deberá formarse y fijarse diariamente en la secretaría del
tribunal...".

Este inciso establece dos conclusiones de importancia:


a) Que la notificación por el estado diario es la regla general dentro de la
legislación nacional; y
b) Que existe una ficción legal completa, porque se entiende notificada
una resolución por el mero hecho de incluirse la noticia de haberse dictado ésta en
la lista de notificaciones.

De acuerdo con lo expuesto, podemos señalar que la notificación por el estado es


aquella consistente en la inclusión de la noticia de haberse dictado una resolución
en un determinado proceso, dentro de un Estado que debe contener las menciones
que establece la ley, el que debe formarse y fijarse diariamente en la secretaria del
tribunal.

B. RESOLUCIONES QUE SE NOTIFICAN POR EL ESTADO.


Sin perjuicio de que esta manera de notificar constituye la regla general en esta
materia, existen además casos en que específicamente se establece la notificación
de terminadas resoluciones por esta forma, produciendo sus efectos desde que se
incluyen en el estado. Así, v.gr.,:
1) La resolución que recae en la primera presentación debe notificarse
por el Estado al actor (art. 40 C.P.C.).
2) Las resoluciones que, debiéndose notificar por cédula, no lo son por no
haberse designado domicilio conocido (art. 53 del C.P.C.);
3) La resolución que recibe la causa a prueba en los incidentes (art.323
del C.P.C.);
4) La sentencia definitiva de segunda instancia (art.221, inc.1° del C.P.C.),
etc.

C. SUJETO QUE DEBE PRACTICAR LA NOTIFICACION POR EL ESTADO.


De acuerdo a lo establecido en el N° 2 del art.380 del C.O.T., son funciones de los
secretarios practicar las notificaciones por el Estado Diario. Concordante con ello, el
inciso segundo del art.50 del C.P.C., establece que al estado "se agregará sello y
firma del secretario”.
Además, de acuerdo al art.58 del C.P.C. puede practicar la notificación por el
estado también el oficial primero de la secretaria, pero esa función la desempeñará
bajo la responsabilidad del secretario. En tal caso el estado deberá contener la firma
del oficial primero.

178
D. FORMA DEL ESTADO.
El Estado significa lista, rol o relación. De acuerdo con ello señala el art. 50, inc.2° y
ss.: "Se encabezará el estado con la fecha del día en que se forme, y se
mencionarán por el número de orden que les corresponda en el rol general,
expresado en cifras y en letras, además por los apellidos del demandante y del
demandado o de los primeros que figuren con dicho carácter si son varios, todas las
causas en que se haya dictado resolución en aquel día, y el número de resoluciones
dictadas en cada una de ellas. Se agregará el sello y firma del secretario”.

E. TIEMPO DE FIJACION Y FORMA DE MANTENERSE.


El Estado debe formarse diariamente en la secretaría de cada tribunal.
Estos estados se mantendrán durante tres días en un lugar accesible al público
cubiertos con vidrios o en otra forma que impida hacer alteraciones en ellos; y,
encuadernados por orden riguroso de fechas, se archivarán mensualmente.
De las notificaciones hechas en conformidad a este artículo, se pondrá testimonio
en los autos.
Los errores u omisiones en dicho testimonio no invalidarán la notificación y sólo serán
sancionados con multa de media unidad tributaria mensual, a petición de parte o
de oficio.
La resolución se entiende notificada el día en que ella es incluida en el Estado.
Finalmente, agrega el art. 51, en concordancia con el art. 169 del C.P.C., que "para
los efectos del artículo precedente, a todo proceso que se inicie se asignará un
número de orden en la primera resolución que se dicte y con él figurará en el rol del
tribunal, hasta su terminación".

V.- NOTIFICACION POR AVISOS.-


A.-CONCEPTO: La notificación por avisos es sustitutiva de la notificación
personal del art.40 del C.P.C. o de la notificación por cédula, y se utiliza cuando se
trata de notificar a personas cuya individualidad o residencia sea difícil de
determinar o que por su número dificulten considerablemente la práctica de la
diligencia.

Señala el art.54 del CPC. que "cuando haya de notificarse personalmente o por
cédula a personas cuya individualidad o residencia sea difícil de determinar, o que
por su número dificulten considerablemente la práctica de la diligencia, podrá
hacerse la notificación por medio de avisos publicados en los diarios o periódicos del
lugar donde se sigue la causa cabecera de la provincia, o de la capital de Región,
si allí no los hubiere”.

179
B.- REQUISITOS DE PROCEDENCIA.
Los requisitos que deben concurrir para la práctica de una notificación por avisos
son:
1.- La notificación que legalmente corresponde efectuar es una personal
o por cédula;
2.- La concurrencia de las circunstancias que habilitan para solicitar esta
forma de notificación.
Estas circunstancias se reducen conforme a lo previsto por el legislador a la
concurrencia de a lo menos una de las dos siguientes:
a) se trata de notificar a una persona cuya individualidad o residencia es
difícil de determinar, o
b) se trata de notificar a personas que por su número dificultan
considerablemente la práctica de la diligencia.
Nuestra jurisprudencia ha resuelto que la notificación por avisos sólo es procedente
cuando las personas a quienes haya de notificarse mediante este modo se
encuentren residiendo en el territorio de la República atendido el lugar en que la ley
ordene efectuar las publicaciones.
3.- El tribunal debe apreciar los antecedentes con conocimiento de
causa.
En ningún caso el tribunal puede fallar sin más y de plano la solicitud. En efecto,
prescribe el art.54, inc.2° del C.P.C. que "para autorizar esta forma de notificación, y
para determinar los diarios o periódicos en que haya de hacerse la publicación y el
número de veces que deba repetirse, el cual no podrá bajar de tres, procederá el
tribunal con conocimiento de causa y con audiencia del ministerio público".
Este conocimiento de causa se puede adquirir a través de certificados de
búsquedas; oficios a distintos servicios públicos, especialmente, a Correos, Policía
Internacional, Registro Civil, etc.
4.- Con los antecedentes acompañados, el tribunal debe ordenar
expresamente la práctica de la notificación.
En la resolución que se dicta el tribunal debería autorizar la notificación por avisos,
determinar los diarios en que haya de practicarse y establecer el número de veces
que deben efectuarse las publicaciones, el cual no puede ser inferior a tres.

C.-FORMA DE REALIZARSE.
La notificación por avisos se concreta en las publicaciones que exige la ley. Estas
publicaciones deben realizarse por lo menos tres veces en el diario o periódico del
lugar en que se sigue el juicio y, en caso de no haberlo, se publicaran en el de la
cabecera de la provincia o de la capital de la Región si allí no los hay.
La ley establece que los avisos publicados contienen los mismos requisitos y
menciones que se exigen para la notificación personal y por cédula, pero si la
publicación en esta forma es muy dispendiosa, atendida la cuantía del negocio,

180
podrá disponer el tribunal que se haga en extracto redactado por el
secretario.(Art.54 inc.1° del C.P.C.).-
Agrega el art.54, inciso fmal que "cuando la notificación hecha por este medio sea
la primera de una gestión judicial, será necesario además, para su validez, que se
inserte el aviso en los números del Diario Oficial correspondiente en los días primero o
quince de cualquier mes, o al día siguiente, si no se ha publicado en las fechas
indicadas."
Debemos tener presente, no por requerimiento de la ley sino por razones de
seguridad jurídica, que se debe solicitar al secretario del tribunal que deje
constancia de las publicaciones realizadas a través de la certificación
correspondiente, dando con ello aplicación a lo dispuesto en el artículo 61 del
C.P.C.-
Lamentablemente, el legislador no señaló desde qué momento la notificación por
aviso iba a producir sus efectos. A juicio del Sr. Mosquera, la notificación producirá
sus efectos desde la publicación del último aviso, sea en el Diario Oficial o en los
otros diarios o periódicos.
Finalmente, se ha sostenido que en la notificación por avisos no es procedente el
aumento del término de emplazamiento, puesto que la notificación debe
entenderse practicada en el lugar en que se publicaron los avisos, que será el lugar
en que se sigue el. juicio.

VI.- NOTIFICACION TACITA


A.- CONCEPTO.: La notificación tácita o presunta es aquella que suple u
opera en el caso de existir una notificación defectuosa o ante la falta de toda
notificación de una resolución judicial, por haberse realizado actuaciones por parte
de la persona a notificar que importan un conocimiento de esa resolución, las que
no tienen por objeto reclamar de la falta o el vicio que afecta a la notificación.

Al tratar de esta materia, la ley aplica uno de los más importantes principios
formativos del procedimiento: el de la economía procesal.
El legislador parte de la base de que es absurdo exigir una notificación
cuando quien va a ser notificado demuestra que ya ha tomado conocimiento de lo
que se trata de notificarle.
En esto consiste, precisamente la notificación tácita o presunta: la ley le da
valor de una notificación a una actuación de parte que no es, propiamente, una
notificación, pero que, por el acto realizado, la supone. No es procedente en este
caso declarar la nulidad de la notificación, puesto que el notificado no ha
experimentado un perjuicio con la falta de notificación o con la realización viciada
de ella.

181
Esta forma de notificación produce un sano efecto: evita la nulidad de una
notificación y se aplica para suplir cualquier clase de notificación que no se hubiere
efectuado o que habiéndose practicado lo haya sido en forma defectuosa.
Señala el art. 55 del C.P.C. que "aunque no se haya verificado notificación
alguna o se haya efectuado en otra forma que la legal, se tendrá por notificada
una resolución desde que la parte a quien afecte haga en el juicio cualquiera
gestión que suponga conocimiento de dicha resolución, shi haber antes reclamado
la falta o nulidad de la notificación".

B.- REQUISITOS.
Estos son:
1) La existencia de una resolución que no se ha notificado o habiéndolo
sido se ha efectuado en una forma distinta a la señalada por la ley. Así, v.gr., no se
ha notificado la demanda o se notifica una demanda por cédula, debiendo
haberse notificado personalmente.
2) La parte a quien afecta esa falta o esa nulidad de la notificación, ha
realizado en el juicio cualquiera gestión que suponga el conocimiento de la
resolución. Así, v.gr., se apela de una sentencia definitiva de primera instancia que
no ha sido notificada o ha sido notificada por el estado diario; se asiste a un
comparendo sin haberse practicado la notificación.
3) La parte que realiza la gestión que supone la notificación, no reclama
la nulidad o falta de notificación en forma previa.

VII NOTIFICACION FICTA.


Antes de la reforma al CPC, en la práctica si se anulaba la notificación de la
demanda, se eliminaba un elemento del emplazamiento y debía notificarse
nuevamente a la parte demandada. Ello no era lógico ni necesario, y aparecía
como obra de un mero tecnicismo jurídico, difícil de comprender para quienes no
poseen los conocimientos jurídicos para comprender la extensión de los efectos que
genera la nulidad.
En vista de ello, el legislador introdujo un inc.2° al art.55 del C.P.C, en el cual
estableció con carácter general la oportunidad en que por el sólo ministerio de la
ley debe entenderse notificada de una resolución a la parte que solicita la nulidad
de su notificación cuando se da lugar a ella.
Si la notificación es declarada nula por el tribunal de primera instancia, la
resolución se entenderá notificada desde que se notifique la sentencia que declaró
la nulidad de la notificación practicada.
Si la notificación es declarada nula por el tribunal superior, la resolución se
entenderá notificada desde que se notifique por el tribunal de primera instancia el
"cúmplase"de la resolución pronunciada por el tribunal superior que dio lugar a la
nulidad.
182
Respecto de esta norma debemos tener presente:
a) En primer lugar, que más que una notificación tácita se trata de una
notificación ficta, puesto que la parte afectaba por la nulidad de la notificación
realizó una gestión destinada a impugnar ésta, faltando por ello un elemento
esencial para que nos encontramos ante una notificación tácita.
b) Esta notificación ficta, opera por el sólo ministerio de la ley en las
oportunidades señaladas.
c) Esta notificación ficta opera respecto a toda clase de resoluciones y
cualquiera haya sido la forma en que ella deba haberse notificado;
d) El legislador debió haber señalado que en caso de acogerse la nulidad
debía entenderse notificada no sólo "la resolución", sino que también la solicitud en
que ella recayó, puesto que la notificación personal requiere que ésta abarque
ambos antecedentes.

VIII.- NOTIFICACIONES ESPECIALES


A.- MUERTE PRESUNTA.-
Antes de declarar muerto presunto a una persona desaparecida, es
necesario que los interesados en tal declaración hayan practicado tres
publicaciones en el Diario Oficial, corriendo más de dos meses entre cada dos
citaciones (art.81, N°2 del C.C.).

B. CAMBIO DE NOMBRE.-
Señala el art.2° de la Ley 17.344 que la solicitud en que se pida el cambio de
nombre "deberá publicarse en extracto en el Diario Oficial de las días 1° ó 15 de
cada mes, o al día siguiente hábil si dicho Diario no apareciere en las fechas
indicadas". (inc.2°).

C.- D.L. N°2695.-


Esta norma legal regla la regularización de la posesión de la pequeña
propiedad raíz y la constitución del dominio sobre ella.
La tramitación de la solicitud no es contenciosa y se sigue por la vía
administrativa. La resolución que acepta la petición debe publicarse por dos veces
en un diario o periódico que la autoridad administrativa (Ministerio de Bienes
Nacionales) señale, ordenando, además, fijar carteles durante 15 días en los lugares
públicos que él determine.
Esas publicaciones se hacen los días 1° ó 15 de cada mes, o en la edición
inmediatamente siguiente si el diario o periódico no circula esos días.

183
D.- CEDULA DE ESPERA.-
A ella se refiere el art.443 N°1 del C.P.C., relativo a la notificación del
requerimiento de pago: "Este requerimiento debe hacérsele personalmente (al
deudor); pero si no es habido, se procederá en conformidad al art.44, expresándose
en la copia a que dicho artículo se refiere, a más del mandamiento, la designación
del día, hora y lugar que fije el ministerio de fe para practicar el requerimiento".

E.- JUICIO ARBITRAL.-


En el procedimiento arbitral existen dos modalidades especiales de
notificación.
Respecto del juicio arbitral, señala el art.629 del C.P.C. que las notificaciones
en los juicios arbitrales pueden ser personales o por cédula, a no ser que las partes
unánimemente acuerden otra forma de notificación. Así, por ejemplo, se notifican
por carta certificada, por simple carta, por mail, por teléfono, etc.
En el juicio de partición de bienes, señala el art.663 deI C.P.C.: "Los resultados
de la partición se consignan en un Laudo o sentencia final, que resuelva o
establezca todos los puntos de hecho y de derecho que deben servir de base para
la distribución de los bienes comunes, y en una ordenata o liquidación, en que se
hagan los cálculos numéricos necesarios para dicha distribución".
El artículo que nos interesa, para los efectos de la notificación, es el 664, que
es del siguiente tenor: "Se entenderá practicada la notificación del Laudo y
Ordenata desde que se notifique a las partes el hecho de su pronunciamiento, salvo
el caso previsto en el art.666. Los interesados podrán imponerse de sus resoluciones
en la oficina del actuario y deducir los recursos a que haya lugar dentro del plazo de
quince días".
Aquí, como vemos, existe una ficción legal, cuyo fundamento o razón de
existir es muy sencillo: normalmente dichas sentencias son extraordinariamente
extensas, haciendo gravosa la notificación del texto íntegro a cada uno de los
interesados".

LAS RESOLUCIONES JUDICIALES

A) CONCEPTO.
La resolución judicial es el acto jurídico procesal que emana de los agentes de la
jurisdicción y mediante el cual dan curso al procedimiento, resuelven los incidentes
que se promueven durante el curso de él o deciden la causa o asunto sometido a su
decisión.

184
B) CLASIFICACION.
1) SEGÚN NACIONALIDAD DEL TRIBUNAL DEL CUAL EMANAN.
Se clasifican en resoluciones judiciales nacionales o extranjeras.
Tiene importancia para su ejecución o cumplimiento de acuerdo a las normas
previstas en el Título XIX del Libro I del C.P.C.

2) SEGÚN LA NATURALEZA DEL NEGOCIO EN QUE SE PRONUNCIAN Se clasifican


en contenciosas y no contenciosas.
Tiene importancia en cuanto a los requisitos de forma, recursos y efectos.

3) SEGÚN LA NATURALEZA DEL ASUNTO SOMETIDO A LA DECISIÓN TRJBUNAL.


Se clasifican en civiles y penales. Tiene importancia por el distinto régimen jurídico a
que se hallan sometidas.

4) SEGÚN LA INSTANCIA EN QUE SON PRONUNCIADAS


Se clasifican en sentencias de única, primera o segunda instancia.
Las de segunda instancia se pueden clasificar en confirmatorias, revocatorias y
modificatorias.
Esta clasificación tiene importancia en materia de recursos y en cuanto a los
requisitos de forma que deben cumplir las resoluciones.

5) SEGÚN EL ESTADO EN QUE SE ENCUENTRAN RESPECTO A SU CUMPLIMIENTO.


Se clasifican en Sentencias Firmes o Ejecutoriadas o que causan ejecutoría.
Sentencias firmes o ejecutoriadas. (Art.174 del C.P.C.) De acuerdo a ese precepto
para establecer si una sentencia se encuentra firme o ejecutoriada debemos
distinguir.
a) Si no proceden recursos: La resolución queda firme desde el momento en
que se notifica a las partes.
b) Si proceden recursos se debe subdistinguir:
b.1) Si se han deducido los recursos: queda firme la resolución desde que se
notifique a las partes del decreto que ordena cumplirla (cúmplase) que pronuncia el
tribunal de primera instancia.
b.2) Si no se han deducido recursos: queda firme la resolución desde que
transcurran todos los plazos que la ley concede para su interposición.
Si trata de sentencia definitiva, es necesario que el secretario del tribunal
certifique el hecho de no haberse interpuesto los recursos y que el plazo para ello se
encuentra vencido.
La sentencia firme o ejecutoriada producirá acción para su cumplimiento y la
excepción de cosa juzgada (art.175, 434 N°1 y 231 del C.P.C.).
Sentencias que causan ejecutoria son aquellas que pueden cumplirse a pesar
de existir recursos pendientes deducidos en su contra (art.231 del C.P.C.).

185
Ejemplo típico de esta clase de resoluciones son aquellas respecto de la
cuales se ha concedido el recurso de apelación en el solo efecto devolutivo y
aquellas respecto de los cuales se ha deducido recurso de casación en la forma o
en el fondo y no se encuentra en los casos excepcionales en que procede la
suspensión del cumplimiento del fallo (art.774 del C.P.C.).
El cumplimiento que se lleve a efecto respecto de la resolución se encuentra
condicionado a que se confirme ella al fallarse del recurso.
En este punto, debemos dejar en claro que nuestro legislador utiliza también
en algunas ocasiones la expresión sentencia de término (P. ej. art.98 del C.P.C.).
Sentencia de término es aquella que pone fin a la última instancia del juicio.
Así, son sentencias de término la sentencia definitiva de única instancia y la
sentencia definitiva de segunda instancia.
Los conceptos sentencia ejecutoriada y de término pueden coincidir, pero
ello no siempre es así, puesto que para efectuar la clasificación se toman puntos de
referencia distintos. Así por ejemplo, la resolución dictada en segunda instancia tiene
el carácter de sentencia de término, pero no se encontrará ejecutoriada si respecto
de ella se deduce el recurso de casación.

6) SEGÚN LA FORMA EN QUE RESUELVEN EL ASUNTO. Se clasifican en sentencias


definitivas parciales y totales.
Sentencia definitiva total es aquella que resuelve la totalidad de las cuestiones
planteadas en el proceso.
Sentencia definitiva parcial son aquellas que se pronuncian sólo sobre algunas de las
cuestiones planteadas en el proceso por haber llegado con antelación al estado de
fallo, reservándose la resolución de las restantes hasta que ellas lleguen a ese estado
(art.172 del C.P.C.).

7) SEGÚN EL CONTENIDO DE LAS RESOLUCIONES. Se clasifican en:


a) Sentencias de condena. Son aquellas que imponen el cumplimiento de
una prestación, ya sea sentido positivo (dar, hacer) ya sea en sentido negativo (no
hacer).
En la sentencia de condena hay una labor declarativa ya que el juez va a declarar
el derecho, pero además se produce otro efecto cual es el de imponer una
prestación, siendo este el factor que la caracteriza y distingue de otros tipos de
sentencia. En otras palabras, la sentencia de condena tiene dos funciones, la de
declarar el derecho, pero además se produce otro efecto cual es el de imponer una
prestación, siendo este el factor que la caracteriza y distingue a la sentencia
declarativa. Si no se da cumplimiento a la prestación contenida en ella, servirá de
título para la ejecución forzosa de la prestación contenida en ella.
Ejemplo típico de esta clase de resoluciones son las de condena al pago de una
indemnización de perjuicios.
186
b) Sentencias constitutivas. Son aquellas a través de las cuales se produce
la constitución, modificación o extinción de una situación jurídica.
Lo que caracteriza a esta clase de sentencias es la producción de un estado jurídico
nuevo que con anterioridad a la sentencia no existía; modifica uno existente o
sustituye un estado jurídico existente por otro.
Ejemplo típico de esta clase de resoluciones son las que declaran el divorcio, la
nulidad de matrimonio, la separación de bienes, etc.

c) Sentencia declarativas. Son aquellas que deciden acerca de la


existencia o inexistencia de una situación jurídica.
Lo que caracteriza a esta clase de resoluciones es que la actividad del tribunal se
agota en la declaración y no produce más que ese efecto, a diferencia de las otras
que además de declarar el derecho, producen otro efecto, como el constitutivo o
de condena según el caso,
Ejemplo de esta clase de sentencias son las que declaran la inexistencia de una
obligación, la falsedad de un documento, etc.

d) Sentencia cautelares. Son aquellas que no suponen un


pronunciamiento sobre el fondo del derecho, sino que se dedican a declarar en vía
sumaria una medida de seguridad.
Su necesidad emana del hecho de que desde que se solicita la actividad del juez
hasta que éste dicta sentencia media un lapso de tiempo en el cual pueden variar
las circunstancias haciendo imposible o dificultoso cumplir el fallo que se dictará en
el proceso, y tienen por ello como objeto conservar el estado de las cosas existentes
al momento de solicitarse su dictación.
No tienen en nuestro derecho una calidad de figura autónoma en cuanto a ser el fin
que se persigue en un proceso, sino que aparecen injertadas dentro de él.

Esta clasificación reviste importancia por los diferentes efectos que producen unas y
otras.
Las sentencias de condena dan lugar a la vía ejecutiva posterior y se
constituye en mora al deudor desde la notificación de la demanda.
Las sentencias declarativas no dan origen a ejecución posterior, su finalidad
está en lograr su dictación y el hecho declarado existirá desde el momento en que
se produjo su fuente u origen.

187
8) SEGÚN SU NATURALEZA JURÍDICA DE ACUERDO A LO ESTABLECIDO EN EL
ART.158 DEL C.P.C.

a) SENTENCIA DEFINITIVA
Es sentencia definitiva la que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto
que ha sido objeto del juicio (art.158 inc.2° del C.P.C.).
Para que una resolución revista el carácter de sentencia definitiva es menester que
concurran copulativamente los siguientes dos requisitos:
i) Debe poner fin a la instancia; y
ii) Debe resolver la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio.
La instancia es cada uno de los grados jurisdiccionales que la ley establece
para que los tribunales puedan conocer y fallar los negocios sometidos a su decisión
con facultad soberana para pronunciarse sobre todas las cuestiones de hecho y de
derecho que en ellos se suscitan.
Las sentencias definitivas pueden ser de única, primera y segunda instancia.
De acuerdo con esa definición, no tiene el carácter de sentencia definitiva aquella
que se pronuncia sobre el recurso de casación, puesto que éste no constituye una
instancia.
Por otra parte, las sentencias que declaran el desistimiento de la demanda, el
abandono del procedimiento o la prescripción del recurso apelación en contra de
la sentencia definitiva, no revisten el carácter de sentencia definitiva sino que son
interlocutorias, puesto que no deciden la cuestión o asunto que ha sido objeto del
juicio.

b) SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS
Sentencia interlocutoria es aquella que falla un incidente del juicio, estableciendo
derechos permanentes, en favor de las partes (sentencia interlocutoria de primer
grado o clase ) o resuelve sobre algún trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria (sentencia
interlocutoria de segundo grado o clase ) (art.158, inc.3° del C.P.C.).
Ejemplos de sentencias interlocutorias de primer grado son las resoluciones que
declaran abandonado el procedimiento, aceptan el desistimiento de la demanda,
etc.
Ejemplos de sentencias interlocutorias de segundo grado, en materia civil, son las
resoluciones que reciben la causa a prueba, la que ordena despachar
mandamiento de ejecución y embargo, etc.
Las sentencias interlocutorias se subclasifican en sentencias interlocutorias que
ponen término al juicio o hacen imposible su continuación y sentencias
interlocutorias que no producen estos efectos. Esta subclasificación se formula por el
art.766 del C.P.C. para establecer la procedencia del recurso de casación, el cual
puede interponerse sólo en contra de aquellas interlocutorias que ponen término al

188
juicio o hacen imposible su continuación. (Ej. Resolución que declara el abandono
del procedimiento, declara el desistimiento de la demanda).

c) AUTOS:
Se encuentran definidos en el inc.4° del art.158 del C.P.C. por exclusión de los
efectos que produce el fallo de un incidente respecto de las sentencias
interlocutorias de primer grado.
De la interpretación conjunta de los incisos 3° y 4° del art.158 del C.P.C., podemos
llegar a definir los autos como "la resolución que recae en un incidente, sin
establecer derechos permanentes en favor de las partes".
El concepto de autos no puede hacerse extensivo a las sentencias interlocutorias de
segundo grado, puesto que el requisito sine qua non de los autos es el fallo de un
incidente, lo que no ocurre en esa otra clase de resoluciones que sólo se pronuncian
sobre un trámite que ha de servir de base para el pronunciamiento de una
sentencia definitiva o interlocutoria.
Ejemplo de resoluciones que revisten el carácter de autos según parte de nuestra
jurisprudencia serían la que pronuncian sobre una medida precautoria, la que
designa un curador interino, etc.

d) DECRETO, PROVIDENCIA O PROVEÍDO


Se encuentran definidos en el inc.5° del art.158 del C.P.C.
Sin embargo, el inc.3° del art.70 del C.O.T. nos da una definición más precisa
respecto de ellos al señalar que "se entienden por providencia de mera
sustanciación las que tienen por objeto dar curso progresivo a los autos, sin decidir ni
prejuzgar ninguna cuestión debatida entre partes".
La característica de los decretos, providencias o proveídos es que son resoluciones
que sólo persiguen dar curso progresivo al desarrollo del procedimiento no fallando
un incidente, ni pronunciándose sobre trámite alguno que deba servir de base al
pronunciamiento de una sentencia.
Ejemplo de esta clase de resolución es la que confiere traslado de la demanda al
demandado; la que confiere traslado del escrito de excepciones dilatorias al
demandante, etc.
Esta clasificación de las resoluciones es la que reviste mayor importancia dentro de
nuestra legislación sirviendo para determinar a vía de ejemplo las siguientes
materias:
a) La forma de notificación de las distintas resoluciones (art.48 y 50 del C.P.C.).
b) El número de Ministros que deben pronunciarlas en los tribunales
colegiados (art. 1 68 del C.P.C.).
c) La forma en que deben redactarse (arts.169 a 171 del C.P.C.)
d) Si gozan o no de autoridad de cosa juzgada (art.175 del CPC).
e) La procedencia de los distintos recursos en su contra.

189
f) La determinación del plazo de prescripción del recurso de apelación
(art.211 del C.P.C.).
Para algunos profesores, esta clasificación a pesar de su trascendencia adolece de
defectos, puesto que existen resoluciones dentro de nuestra legislación que resulta
imposible de encasillar en alguno de los tipos de resoluciones que ella contempla.
P.ej. Resolución que se pronuncia respecto del recurso de casación, etc.

C.- FORMA DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES.

A) REQUISITOS COMUNES DE TODA RESOLUCIÓN


De acuerdo a los arts. 61 y 169 del C.P.C. toda resolución debe cumplir con los
siguientes requisitos:
i) Expresar en letras el lugar y fecha en que se expide.
ii) Llevar al pie la firma del juez o jueces que las dictaron o intervinieron en el
acuerdo.
iii) Llevar al pie la firma del secretario, autorizándolas.

B) REQUISITO DE LA PRIMERA RESOLUCION JUDICIAL


Fuera de los requisitos generales, la primera resolución debe asignar a la causa un
número de orden, con el que figurará en el rol del tribunal hasta su terminación
(art.51 del C.P.C.).

C) REQUISITO DE LOS DECRETOS


Fuera de los requisitos generales, los decretos deben indicar el trámite que el tribunal
ordena para dar curso progresivo a los autos.
Así, la resolución que recae sobre la demanda debe cumplir con los requisitos
comunes a toda resolución y deberá ordenar "traslado" para contestar la demanda.

D) REQUISITOS DE LOS AUTOS Y SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS


Además de los requisitos generales, los autos y las interlocutorias de primer grado
deben pronunciarse sobre la condena en costas (art. 144 del C.P.C.).
Por otra parte, de acuerdo al art.171 del C.P.C. las sentencias interlocutorias y los
autos, además de la decisión del asunto controvertido (elemento obligatorio),
pueden, en cuanto la naturaleza del negocio lo permita, contener considerandos
de hecho y de derecho que sirvan de fundamento al fallo (elemento voluntario)
(art.171 del C.P.C.).
La inclusión de consideraciones de hecho y de derecho en esta clase de
resoluciones es una cuestión de hecho que queda entregada a la apreciación del
tribunal, no pudiendo interponer en su contra el recurso de casación en la forma en
caso de omisión.

190
E) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE UNICA O PRIMERA
INSTANCIA.
Estas sentencias definitivas constan de tres partes: expositiva, considerativa y
resolutiva.
Además de los requisitos generales de toda resolución, estas deben cumplir con los
requisitos establecidos en el art.170 del C.P.C. y en el Auto Acordado sobre la forma
de las Sentencias de 30 de septiembre de 1920 contenido en el apéndice de ese
Código.

Las partes de la sentencia deben contener los siguientes aspectos:

a) Parte expositiva:
1.- La designación precisa de las partes litigantes, su domicilio, profesión u
oficio (art.170 N°1 CPC y N°1 auto acordado).
2.- La enumeración breve de las peticiones o acciones deducidas por el
demandante y sus fundamentos y de las excepciones o defensas alegadas por el
demandado (art.170 Nos.2 y 3 del C.P.C. y N°2 auto acordado).
3.- Si ha sido recibida o no la causa a prueba (N°3 auto acordado).
4.- Si las partes fueron citadas a oír sentencia o no en lo casos previstos en
la ley (N°4 auto acordado).

b) Parte considerativa:
1.- Las consideraciones de hecho que sirven de fundamento al fallo
(art.170 N°4 del C.P.C. y Nos. 5, 6 y 7 del auto acordado).
2.- Las consideraciones de derecho aplicables al caso (art.170 N°5 del
C.P.C. y Nos.8 y 9 del auto acordado):
El orden en el cual deben consignarse las consideraciones de hecho y
derecho es el señalado en el N°8 del auto acordado.

c) Parte resolutiva:
1.- La decisión del asunto controvertido (art.170 N°6 y N°11 del auto
acordado).
Excepcionalmente, la decisión no comprende el fallo de todas las acciones y
excepciones hechas valer en el juicio en los siguientes casos:
i) La sentencia definitiva puede omitir la decisión de aquellas acciones o
excepciones que sean incompatibles con las ya aceptadas (art.170 N°6 del C.P.C. y
N°11 auto acordado).
ii) Las declaraciones que de oficio puede hacer el tribunal respecto de
asuntos en que la ley le mande o permita proceder así (art. 160 del CPC.).P.Ej. La
nulidad absoluta de acuerdo al art.1.683 del CPC.
Si no existiera este precepto el fallo adolecería de ultra petita (art.788 N°4 del
C.P.C.).

191
Además dentro de la sentencia definitiva se debe contener la decisión de otras
cuestiones suscitadas en el proceso, pero en esa parte resolución no tiene el
carácter de sentencia definitiva, sino que el de sentencia interlocutoria de primer
grado. Así por ejemplo, en ella se contendrá:
i) La apreciación y resolución sobre comprobación y legalidad de las
tachas deducidas en contra de los testigos que hubieran declarado en juicio
(art.379 del C.P.C.).
ii) Un pronunciamiento sobre la condena o absolución al pago de costas
(art.144 del C.P.C.).

Complementa los requisitos generales que debe contener toda resolución


tratándose de la sentencia definitiva el N°16 del auto acordado. "La sentencia
terminará con la firma del juez o jueces que la hubieren dictado y del secretario, y
éste expresará, antes de la suya, el nombre y apellido del juez o jueces y la calidad
de propietario, interino, suplente o subrogante en virtud de la cual pronuncia el fallo.

F) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE SEGUNDA INSTANCIA


CONFIRMATORIAS DE LAS DE PRIMERA.
Para este efecto, debemos distinguir;
1.- La sentencia de primera instancia a confirmar cumple con todos los
reqUisitos legales.
En este caso, la sentencia confirmatoria no requiere cumplir con ningún requisito
especial.
Deberá solamente expresar la fecha y lugar en que se expida, la firma de los
ministros que las dicten, la autorización del secretario y la declaración de que se
confirma la sentencia apelada.

2.- La sentencia de primera instancia a confirmar no cumple con uno o


más de los requisitos legales
En este caso, nuestro legislador exige que la sentencia de segunda instancia
contenga los mismos requisitos que las sentencias de única o primera instancia
(art.170 inc.2° del C.P.C.).
Nuestros tribunales interpretando este precepto han entendido que la sentencia
definitiva de segunda instancia da cumplimiento a este requisito subsanando sólo el
vicio cometido en la sentencia recurrida. Así por ejemplo, si se omite la
individualización precisa de las partes litigantes en la sentencia de primera, la de
segunda sólo deberá subsanar este vicio y no contener todos los requisitos
contemplados en el art.170 del C.P.C.
Sin embargo, el tribunal de segunda instancia no puede subsanar en tal forma el
vicio contenido por la de primera si ésta ha dejado de fallar una excepción opuesta
en tiempo y forma con arreglo a la ley.
En estas situaciones el tribunal de segunda instancia puede asumir dos actitudes:
192
1) Casar de oficio la sentencia y proceder este tribunal acto continúo y sin
nueva vista, pero separadamente, a dictar la sentencia que corresponde con
arreglo a la ley;
2) Ordenar al tribunal de primera instancia que complete la sentencia
dictando resolución sobre el punto omitido y suspender entretanto el fallo del
recurso (art. 775 del C.P.C.).
Excepcionalmente no recibe aplicación el art.775 del C.P.C., cuando las acciones y
excepciones no fueron resueltas por el tribunal de primera instancia por ser
incompatibles con las aceptadas o cuando el vicio fuere cometido en la sentencia
definitiva dictada en un juicio sumario, habiéndose hecho valer las acciones y
excepciones en el procedimiento y existiendo solicitud de parte al tribunal de
segunda para que la falle. En tales casos, el tribunal de segunda instancia se
encuentra facultado para pronunciarse directamente sobre ellas.

G) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE SEGUNDA INSTANCIA


MODIFICATORIAS O REVOCATORIAS DE LAS PRIMERA
Para establecer la forma que deben revestir estas sentencias de segunda instancia
debemos distinguir:
1.- Si la sentencia de primera instancia reúne los requisitos legales.
En este caso, la sentencia de segunda instancia modificatoria o revocatoria basta
que haga referencia a la parte expositiva de la de primera; exponga los
considerandos de hecho y de derecho que demuestran la necesidad de modificar
o revocar la de primera; y termine haciendo declaración acerca de las acciones , y
excepciones que constituyen el asunto controvertido (art.170 inc.final).
2.- Si la sentencia de primera instancia no reúne uno más requisitos legales.
En este caso, la sentencia de segunda instancia modificatoria o revocatoria deberá
reunir todos los requisitos legales, esto es, deberá constar de parte expositiva,
considerativa y resolutiva.

En las sentencias de segunda instancia si son pronunciadas por un tribunal colegiado


deberá expresarse la opinión del o de los miembros disconformes con la mayoría y el
nombre del Ministro redactor del fallo (N°14 y 15 auto acordado).

D) SANCION A LA FALTA DE CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS DE FORMA.


Para establecer la sanción al incumplimiento de los requisitos de forma debemos
distinguir la naturaleza jurídica que reviste la resolución en que se incurrió en el vicio.
i) Si se trata de un decreto o auto, deberá pedirse al tribunal que dictó la
resolución que subsane el vicio mediante la interposición de un recurso de
reposición (art.181 del C.P.C.).
ii) Si se trata de una sentencia interlocutoria se podrá pedir que se
subsane el vicio mediante la interposición de un recurso de apelación, puesto que

193
las sentencias interlocutorias no deben dar cumplimiento a los requisitos del art.170
del C.P.C.
iii) Si se trata de una sentencia definitiva se podrá pedir la anulación de la
sentencia mediante la interposición del recurso de casación en la forma (art.768 N°5
en relación con el art.170 del C.P.C).

E) EL DESASIMIENTO DEL TRIBUNAL.


El art.182 inc.1° del C.P.C. se encarga de establecer el principio del desasimiento del
tribunal.
Es el efecto que producen las sentencias definitivas e interlocutorias en virtud del
cual, una vez que han sido notificadas a alguna de las partes, no pueden ser
modificadas o alteradas de ninguna manera por el tribunal que las pronunció.

F) LA IMPUGNACION DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES


El recurso es el acto jurídico procesal de parte, realizado con la intención de
impugnar una determinada resolución judicial.
Los recursos están íntimamente vinculados con la naturaleza de la resolución judicial
que se impugna, puesto que atendiendo a este elemento es que el legislador ha
establecido la procedencia de los diversos recursos en contra de las resoluciones
judiciales.
Por otra parte, el establecimiento de un recurso por el legislador en contra de una
determinada resolución judicial nos va a permitir saber la naturaleza jurídica de ella.
La impugnación, elemento esencial para la definición del recurso de acuerdo con la
doctrina, puede perseguir diversos objetivos respecto de las resoluciones judiciales,
siendo estos fundamentalmente los siguientes:

I.- LA ENMIENDA DE UNA RESOLUCION.


Se entiende por enmienda de una resolución judicial, la modificación total o parcial
de ella.
La enmienda de una resolución se persigue obtener por el recurrente a través de la
interposición de los recursos siguientes:

1.- El recurso de reposición:


Procede en materia civil en contra de los autos y decretos.
Excepcionalmente procede en contra de las sentencias interlocutorias que:
i) Recibe la causa a prueba;
ii) Declara prescrito o desierto un recurso de apelación, siempre que se funde
en un error de hecho; y
iii) La que declara inadmisible el recurso de casación.
Se interpone ante el tribunal que dictó la resolución para que lo falle el mismo.

194
2.- El recurso de apelación.
Procede en materia civil en forma directa en contra de las sentencias definitivas e
interlocutorias dictadas en primera instancia.
En forma subsidiaria del recurso de reposición y para el evento de ser éste
rechazado, procede en contra de los autos y decretos que ordenen trámites no
establecidos en la ley o alteren la substanciación regular del juicio.-
Se interpone ante el tribunal que dictó la resolución, para que sea resuelto por el
tribunal superior jerárquico.

II.- LA NULIDAD DE UNA RESOLUCION


Los recursos que persiguen en nuestro derecho la declaración de nulidad o
invalidación de una resolución son:

1.-El recurso de casación en la forma:


Persigue obtener la invalidación de ciertas resoluciones judiciales cuando éstas han
sido dictadas con omisión de las formalidades legales o inciden en un
procedimiento viciado.
Procede en contra de las sentencias definitivas y de las sentencias interlocutorias
que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación. Se interpone
directamente ante el tribunal que dictó la resolución, para que sea resuelto por el
tribunal superior jerárquico.
Nunca procede en contra de los autos y decretos.

2.-EI recurso de casación en el fondo:


Persigue obtener la invalidación de ciertas resoluciones judiciales dictadas con
infracción de ley, habiendo influido ésta substancialmente en lo dispositivo del fallo.
Procede en contra de las sentencias definitivas e interlocutorias que pongan término
al juicio o hagan imposible su continuación, inapelables, dictadas por Cortes de
Apelaciones o tribunales arbitrales de derecho de segunda instancia, en causas que
tengan la cuantía determinada por la ley.
Se interpone ante el tribunal que dictó la resolución para que lo resuelva en forma
exclusiva y excluyente la Excma. Corte Suprema.

3.-El recurso de revisión, persigue obtener que se invalide una sentencia


definitiva o interlocutoria firme o ejecutoriada que ha sido ganada injustamente en
los casos expresamente señalados por la ley. Se interpone directamente ante la
Corte Suprema para que lo resuelva ella misma en forma exclusiva y excluyente.

3.- OTROS OBJETIVOS SEGUN LA NATURALEZA DEL RECURSO


En nuestra legislación se encuentran contemplados una serie de otros recursos que
persiguen determinados objetivos de acuerdo a la naturaleza de cada uno de ellos,
a saber:
195
1.- El recurso de amparo, persigue con su interposición el respeto de la
garantía individual de libertad personal, solicitando el término o modificación de la
forma en que se ha llevado a cabo o se pretende materializar un arraigo, detención
o prisión arbitraria e ilegal. Se interpone directamente ante la Corte de Apelaciones
respectiva, para que lo falle en primera instancia ella misma.
2.-El recurso de protección, persigue que se adopten las medidas necesarias
para brindar la adecuada protección frente a una acción u omisión arbitraria o
ilegal, que constituya una amenaza, perturbación o privación de alguno de los
derechos que la Constitución establece y que son procedentes de resguardar
mediante éste medio. Se interpone directamente ante la Corte de Apelaciones
respectiva, para que lo resuelva ella en primera instancia.
3.- El recurso de queja, el que persigue que el tribunal superior jerárquico
adopte todas las medidas necesarias para poner término a la flagrante falta o
abuso cometida por el tribunal inferior jerárquico en la dictación de una resolución
que tenga la naturaleza de sentencia definitiva o interlocutoria, de aquellas que
pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación, y que no sean
susceptibles de recurso alguno. Ordinario o extraordinario.(Art.545 del C.O.T.) El
recurso de queja no tiene un objetivo específico de enmienda o invalidación de una
resolución, ya sea en forma total o parcial, puesto que el superior jerárquico podrá
adoptar esa o cualquier otra medida dependiendo de la falta o abuso cometida y
de la medida que deba adoptarse para reparar ésta. Si bien es cierto que
actualmente la procedencia del recurso se establece en atención a la naturaleza
jurídica de la resolución y la improcedencia de otros recursos en su contra, la causal
que lo hace procedente es haberse incurrido en una falta o abuso flagrante, la que
de acogerse el recurso, debe además dar lugar a la aplicación de una sanción
disciplinaria en contra del juez o jueces que la pronunciaron.

196

Vous aimerez peut-être aussi