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Artículo de reflexión

,•
Estéti ca e nterpretacion
i nterpretac ión
en el discurso literario
La cueva de Montesinos de "Don Quijote"
Enrique Rodríguez
Docente del Départamento de Literatura de la Universidad Nacional de Colombia

RESUMEN ABSTRACT •
Este artículo muestra la experiencia de lectura del discurso .This article shows the reading experience of the narrative
narrativo; en este caso, de la aventura de Don Quijote en la discourse; in this case, this one of Don Quijote's adventure
Cueva de Montesinos. Consta de dos partes: la primera es in Montesinos Cave. It consists of two parts: The first one is
una exposición sobre los aspectos estéticos de la lectura del a presentation on the aesthetic aspects of the text reading
texto y la segunda lleva a cabo un recorrido textual por la and the second carries out a textual route by the adventuré
aventura a través de una propuesta de secuencias narrati- through a proposal of narrative .sequences. The intention is
vas. Debido a que la aventura produce un efecto de simulta to emphasize in the reading experience. since the adventure
neidad y de multiplicidad de planos que fúsionan realidad - produces an effect ,of simultaneity and multiplicity of plans
y ficción e historia y ficción, en el proceso de la lectura toma (aspects) that puts into play aesthetic elements which inte-
relevancia el diálogo entre el texto y ellector. grate the reader with the relation between fiction and real-
ity as well as history and fiction. In this sense, emphasis is
Durante la lectura se muestra una proximidad de la visión made in the.dialogue between the text and the reader in
de Cervantes con las estéticas y la teoría literaria actua- relation to the adventure reading process.
les que rompen con la concepción metafísica del lenguaje
y lo abordan cono discurso que deviene escritura, es de- While the reading experience is being spun, other authors'
cir, huella que se borra cada vez que se lee, en un proceso ideas apear related to those of Cervantes and allows the
deconstructivo, determinado por la experiencia del tiempo reader to pose theoretical- reflexive issues from the aes-
humano. Esta caracterización exige una transformación en thetic and the literary theory that break up the metaphys-
las estrategias pedagógicas para la lectura y la escritura en ical vision of the language and approach it as a discourse
el aula a partir del texto literario. that beconies writing. It means, as a print that is erased
once it is read, in a deconstructive process, determined by
the experience of the human time. This characterization de-
mands a transformation in the pedagogical strategies for
the reading and the writing in the classroom from the lit-
erary text.

PALABRAS CLAVE KEY WORDS


Discurso, lectura, ficción, narración, Words spe ech, reading,
interprétación, deconstrucción, Quijote. interpretation, deconstruction, Quijote .

RECIBIDO: MARZO 2006 • ACEPTADO: ABRIL 2006

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enunciación
Artículo de reflexión

lar, el mundo del espectáculo y la televisión, es


Introducción muy poco lo que se ha dicho sobre la cultura en
la prensa o, de modo más preciso, sobre lo que la
ay varios modos de entender la noción prensa ha etiquetado como cultura: las "páginas
de cultura. Como "cultivo": un ideal culturales", propósito del presente estudio.
cultural que debe ser perseguido según Salvo críticas hechas al periodismo cultural
la valoración de los bienes culturales (legítimos (Martín-Barbero, 1991; Moreno-Durán, 1993;
vs. ilegítimos); como "ácción": la posibilidad que Zaid, 2006) o indagaciones teóricas sobre el ofi-
tienen los actores sociales de renovar sus percep- cio y la misión del periodismo cultural en un sen-
ciones del mundo mediante la creación y el cam- tido normativo (Rivera, 1995; Barei, 1999; Villa,
bio; como "orden": la capacidad de la estructura 2000; Esteinou, 1998), es difícil encontrar in-
social para mantener la regularidad del mundo vestigaciones que se apoyen en la recolección de
mediante la preservación de una tradición y un material empírico. Sobresale en ese campo deso-
patrimonio; como "estructuradora de la identi- lado un interesante estudio de García Canclini
dad", como "fuente de diversidad", como "recur- (2000) en el que se señala que aunque el tema de
so" económico y social, l a cultura es un concepto
_
la cultura tiene cada vez más cabida en los dia-
de difícil aprehensión. rios mexicanos, esa "expansión de la cultura no
A pesar de tal dificultad no resulta extraño ocurre del mismo modo en las distintas seccio-
que, dependiendo de la empresa, se construya su nes de los periódicos" debido a los "diversos mo-
Concepto según los fines a alcanzar: lasa riolíticás dos de organizar lo local, lo nacional y lo global
culturales apelan hoy en, día a la democracia y la en distintos campos culturales": lo global en es-
diversidad, la economía de la cultura a la renta- pectáculos, economía e informática; lo nacional
bilidad empresarial y el crecimiento económico y lo local en la sección titulada "cultura", dedica-
de las naciones, la escuela a la preservación de la da en gran parte a los bienes culturales de la "alta
cultura y el cultivo de lo sancionado como cultu- cultura". No obstante lo interesante de los resul-
ralmente legítimo. Por esa misma vía, el propó- tados, resulta inquietante la utilización de las va-
sito de este estudio es indagar cómo sé construye riables "alta cultura" y "cultura popular", después
ese concepto en las páginas culturales de los pe- dé que el autor ha teorizado sobre hibridaciones
riódicos y revistas de circulación nacional: ¿Qué (1990) y ha llamado a la reserva frente a las con-
bienes simbólicos son divulgados en la prensa? cepciones jerárquicas de la cultura (2004). Ahí la
¿Qué se omite y a qué se le da visibilidad en las distancia entre- teoría y categoría empírica hace
páginas culturales? Es decir, ¿cuál es la represen- cortocircuito.
tación que los periódicos y revistas colombianas
construyen sobre la cultura?
Aunque la prensa ha sido uno de los me- Multiplicidad y simultaneidad
dios de comunicación más estudiados, gran parte de la ficción
del análisis se ha concentrado en algunas áreas:
editorial, política, conflicto armado, seguridad y
economía. No resulta extraño que- lo -s-<éstudios La apertura de la caverna como
se interesen por las zonas duras de la prensa, es- una experiencia de lectura
pecialmente en contextos como el nuestro. No
obstante esa concentración, debe indicarse que
los estudios culturales han ido desplazando las Contextos y perspectivas
preguntas sobre la prensa hacia las zonas blandas,
en particular si se piensa en los estudios sobre los Se ha elegido esta aventura del Quijote porque
sectores populares y la llamada prensa sensacio- dentro del conjunto de la obra tiene un carácter
nalista. Los nombres de Sunkel y Fiske vienen integrador y permite pensar la problemática del
a la memoria en casos como éstos. Sin embar- diálogó entre el texto y el lector como aconteci-
go, y a pesar del interés creciente por lo popu- miento interpretativo desde el discurso narrativo.

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enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

La narración de este evento en el texto cervanti-


no genera una lectura múltiple y simultánea que
transforma la concepción lineal de lo históricos:
Esto significa que el discurso narrativo. rompe la
secuencia temporal y pone en juego una perspec-
tiva del tiempo de carácter abierto circular que
articula el pasado, el presente y el futuro en el ins-
tante2. Este asunto es central para las reflexiones
contemporáneas sobre el lenguaje y la literatura.
La intención es mostrar cómo, al seguir erdiscur--
len a su encuentro. Entonces, los personajes de la
so, se abre esta simultaneidad temporal que a su
historia, Don Quijote, Sancho y el primo, *como
vez configura relaciones entre diversos planos de
ficciones de la obra, entran a un ámbito en el que
realidad. El espacio y el tiempo se diseminan por
encuentran otros personajes ficticios del pasado.
muchos espacios y tiempos que a la vez emergen
Entonces, allí, los tiempos se fusionan y se pro-
a medida que se sigue la trama de los aconteci-
duce una trama de realidades simultáneas. A su
mientos. La prioridad está en la manera como en
vez, el lector, en su proceso de lectura, se encuer-
la conciencia del lector va surgiendo este tejido, de
tra en ese mundo de ficciones entrelazadas y, a
planos espacio temporales que exigen un lector de
través de las marcas del texto, ingresa también
lo simultáneo y lo múltiple; entonces, la estructu-
como ficción a ese universo de simultaneidades.
ra narrativa se "historizá".
Este acontecimiento tiene que ver con una
Este efecto de lectura 'muestra la impor-
poética de la lectura que se va generando a me-
tancia del Quijote en las reflexiones contempo-
dida que el lector fenoménicamente va imagi-
ráneas sobre el lenguaje y la cultura porque da
nando la acción, los personajes, los lugares, los
indicios sobre cómo se fue desbordando la visión
símlolos. "Cervantes crea el espacio de la cue
metafísica del mundo. En Cervantes, ese mun-
va de Montesinos, un espaciO donde lo verosímil
do ideal que fundamenta este mundo ilusorio
tiene una importancia estética independiente de
del devenir pierde su carácter de permanencia
la historia, de la fábula y de la metafísica. El sim-
y se resquebraja debido a que también se vuel-
bolismo propio de ese espacio genera en el lector
ve ilusorio en la trama narrativa de orden ficticio
el escenario en el cual transcurren las complejas
que logra construir el autor. Este hecho provoca
interrelaciones entre personajes" (Núñez, 2003).
un giro significativo respecto de la concepción
Esto sucede porque el texto cervantino crea
metafísica del lenguaje que sólo lo asume como
un ,entramado que provoca dicha ambigüedad y
instrumento para expresar lo que sucede en la in-
porque el lector responde a dicha ilación discur-
terioridad ideal de un sujeto.
siva. Por tanto, la hipótesis es que desde la ac-
Este mismo efecto lo padece el lector quien,
tualidad se lee con mayor fluidez este texto de
al entrar en la cueva de Montesinos, siente la con-
Cervantes, porque está .escrito precisamente para
fusión de los mundos que simultáneamente sa-
lectores contemporáneos', quienes están inmersos

1 El artículo: "Genre Definition and Multiplicity in Don Esto, además, significa que los niños y los jóvenes, a di-
Qüxote", de Anthony J. Cascardi, desarrolla algunos ferencia de las apreciaciones generalizadas- que circulan
aspectos de esta problemática. en la escuela, tienen mayor disposición cultural a esta
2 Ricoeur, con el apoyo en Heidegger, establece la relación obra y, por tanto, a las obras clásicas, porque en ellas
entre tiempo y narratividad; en consecuencia, el tiem- siempre se da un juego de multiplicidad, equivalente, en
po humano se despliega en tres dimensiones profundas: ciertos rasgos a la hipertextualidad e intertextualidad
temporalidad, historicidad e intratemporalidad (1999a y contemporánea. En consecuencia, es decisivo atender
1996). Del mismo modo, en el texto sobre triple mime- a estas implicaciones pedagógicas cuando llevamos los
sis, en la que expone los tres momentos de la lectura: textos literarios al aula. El artículo quiere impulsar el
prefiguración, configuración y refiguración, se experi- proceso fenomenológico, vivencial, de la lectura, porque
menta esta multiplicación del tiempo cuando tiempo y ahí se fortalece el gusto por la lectura, la comprensión y
narración interactúan (1987a). la crítica en los niños.

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enunciación
Artículo de reflexión

en elmundo- de los hipertextos, de la textualidad y ficticio, se produce una destrucción de la expe-


de la intertextualidad. Lo sucedido en la obra, an- riencia platónica del mundo en la caverna de las
tes y después de esta aventura, acentúa este carác- sombras. En el caso del Quijote, el lector se va
ter múltiple, puesto que al despertar, Don Quijote
. perdiendo en ellas y no necesita buscar la luz fuera
no resuelve la ambigüedad porque no dice si fue un de la caverna. El proceso se invierte y cada vez el
sueño o un hecho real aquello que vio en la cueva. lector se ve más abrumado por las sombras, pero
De otro lado, no sabernos si lo contó Don también por la iluminación de lo eterno que se
Quijote, Cervantes, Cide Hamete, Alonso Qui- trasluce en la historia de Durandarte, de Merlín y
jano(esto provoca un juego de simultaneidad del de Belerma, sin necesidad de salirse de esa oscuri-
discurso, llevádo a su máxima expresión en este dad porque todo se halla en el juego sensible de la
episodio, que hace necesario un replanteamien- ficción. Como allí vuelve a aparecer Dulcinea, el
to de las concepciones de lo real, del pasado y del lector debe agudizar sus sentidos para reconocer-
presente y, por tanto, del lenguaje, de la lectura la interpenetración de planos. En estás condicio-
y del lector. De esta forma, el lector actualiza el nes ni el lector ni el Quijote encuentran un mun-
texto desde su propia experiencia cotidiana. Esta do distinto al de la caverna para explicar dichas
proximidad de la obra lo impulsa, a su vez, a leer experiencias. Con esto se ha iniciado otro modo
su propio entorno mundano con intenciones es- de leer que es de carácter dialógico porque a la vez
téticas, políticas y éticas propias. En suma, puede que deja al lector inmerso en el mundo de la fic-
afirmarse que la obra de Cervantes, a la luz de la ción lo envía hacia su experiencia en el mundo de
lectura de esta aventura, produce lectores críticos la vida, pero con una mirada ampliada para re-
que lograri construir su propia perspectiva cuan- conocer la multiplicidad y la simultaneidad en la
do reconocen las múltiples perspectivas de mundo propia cotidianidad de su devenir.
que hoy se entretejen en simultaneidad, sean de
orden cultural, religioso, político, artístico, en fin. Estética y fenomenología de la lectura

si I esta experiencia Ésta es una experiencia de lectura que parte de dos


e ue recorre el principios interpretativos: el encuentro estético,
sensible, con el texto y el ir recorriéndolo tejido a
Iscurso narrativo es de orden tejido. Por tanto, ésta és una interpretación propo-
enornenoló o es dear sición tras proposición, secuencia a secuencia. La
na e intención es ir abriendo en el discurso el significa-
do y las conexiones con otros textos y otras ideas,
mun o e a vi a el lector. en particular con las teorías interpretativas y las
estéticas contemporáneas. En este sentido, el texto
Para explicitar este efecto de lectura se tie- de Cervantes, y particularmente el capítulo XXIII
nen en cuenta los siguientes aspectos: la relación de la segunda parte, deja realizar esta experiencia
entre estética y fenomenológía en el proceso de de lecturá porque produce una ruptura de la con-
lectura, la relación entre el tiempo de la narra- tinuidad a medida que abre la multiplicidad des-
ción y el tiempo experimentado por el lector y la de cada detalle: objeto descrito o hecho narrado.
destrucción de la dicotomía que Platón establece Este modo de recorrer el texto exige un lector de
en el mito de la caverna. lo simultáneo como ha de ser el lector de hoy. Por
En síntesis, esta experiencia de lectura que eso, el propósito aquí es seguir el texto como si se
recorre el discurso narrativo es de orden fenome- entrara en una caverna donde la penumbra vuelve
nológico, es decir, experiencial y se origina en el impreciso y ambiguo todo. Lo que se halla allí pa-
mundo de la vida del lector. De otro lado, en esta rece ilusorio pero materializado y entrelazado por
aventura de Don Quijote, la lectura fluye en el una invisibilidad y una transparencia que se im-
tiempo que corresponde al tiempo del lector, pero pregna en las huellas oscuras de la página blanca.
como el acontecimiento se va tejiendo desde lo En este sentido, María Gracia Núñez, en "Ilusión

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enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

y realidad en la cueva de Montesinos del Quijo- carácter poético del texto cervantino: un juego
te", afirma: "Es así que podemos observar que el irresoluble que hace ver lo que no es y hace de
autor juega con la verosimilitud de los personajes lo que es pura aparición. En esta interacción se
y también = con la verosimilitud referida al lectot'. ha roto la dicotomía entre ser y apariencia me-
Por ejemplo, mientras Cervantes proporciona da- diante el sueño y la locura. El entrelazamiento
tos aparentemente contradictorios, pregunta acer- de realidad y sueño y de locura y razón despejan
ca de si se trata de un sueño o de una invención lo el abismo de lo inconsistente; de ahí surge la es-
acontecido dentro de la cueva; él lector deberá
, ave- critura borrada que se lee por entre los resquicios
riguar si es cierto o no, lo que le sucede a don Qui- de lo blanco'. El.más mínimo detalle, como la
jote dentro de la cueva de.Montesinos7 4. apariencia nervosa de la mano derecha de Du-
En esta manera de leer se nos va el tiempo', randarte o los dientes separados de la señora
o nos vamos en el tiempo, corroídos -por la des- Belerrna7, recoge el destello fugitivo de la eter-
proporción de la palabra del poeta ; en este caso nidad. Por tanto, mirar lo sensible es experimen-
- de Cervantes. El tiempo y la narración (Ricoeur, tar lo inteligible. Esta dialéctica poética rompe
pe el
1999) van coincidiendo en un paralelismo que se discurso- cartesiano y, por tanto, pone en parén-
aproxima y aleja. Todos los tiempos se funden con tesis, como lo dice la fenomenología de Husserl
el tiempo del lector. Incesantemente se crea y se (1985), la racionalidad moderna occidental.
destruye la tempofalidad en el discurso narrado.
En este pasaje se ha producido tina inver-
sión histórico-estética. La caverna platónica gira
en un sentido contrario, de ahí que la tempora-
lidad también se transforma. La contemplación
se vuelve percepción, lo inteligible pierde su fun-
damento y se vuelve eternidad efímera, ilusión de
ilusión, sombra de sombra. El filósofo no necesita
ascender para reconocer la luz de la verdad; más
bien, transformado en personaje de la ficción, en
Don Quijote, desciende , al espacio cristalino de la
"eternidad móvil" (Borges I, 2001), al lugar de la
muerte que se mueve permanentemente murien-
do. Un descenso que cada vez se vuelve ascenso, Esta desconexión del mundo de lo dado
una desmaterialización en la materia. Por estos abre el universo de la imaginación, pero sin
motivos, la cueva de Montesinos es la hendidura desprenderse de las cosas mismas, porque ellas
de la obra de Cervantes, por tanto, la quebr'adura emergen en el sueño tal y como son, como som-
de la modernidad.

bras y, por tanto, como realidades. En este efecto
fenoménico de irrealización se fractura la his-
Las contradicciones . toria pórque la separación entre lo imaginario y
y las ambigüedades de las sombias lo real desaparece. Se produce una ambigüedad
que consiste en que en el "aparecer" de lo que
En la apariencia que deja traslucir la esencia, el existe se trasluce lo que "es". En consecuencia,
sueño provoca alucinacionés precisas. Este es el

6
Éste es el carácter no metafísico de la escritura, desarro-
llado por Derrida en sus textos: una marca escritural que
4 © María Gracia Núñez 2003. Espéculo. Revista de es- sé ensordece, una Différance (1989).
tudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. Meter N. Dunas hace algunas apreciaciones sobre la fi-
El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/ sonomía de la 'Señora Belerma y sus relaciones con lo
espéculo/numero24/cervante.htmle onírico, lo histórico y el carácter moral del personaje.
5 Heidegger y RiCouer lo denominan "intratemp .oralidad": También -es importante el texto de Helena Persas sobre
contar con el tiempo, estar en el timpo. este personaje.

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enundiación
Artículo de reflexión

Cervantes prefigura la época posmetafísica de la desde su propia perspectiva que es distinta a las
diferencia y de la iniertéxtualidad en la que la es- otras y que se configura desde su propia interre-
critura libera al libro de la metafísica de la pre- lación con el mundo que ahora ha tomado dis-
sencia y de la teología del fundaniénto. Aquí la tancia de lo dado.
dicotomía entre ser y apariencia y entre lenguaje Este efecto textual produce la diferencia
y concepto se anula. Esto significa que el mundo que rompe la dicotomía de la dialéctica racional.
de la eternidad se fragmenta deja .de ser prin- El juego de interrelación entre lo real y lo imagi-
cipio explicativo de este mundo de lo sensible. nario se produce mediante el juego de diferencias:
Por tanto, experimentar esta fractura es leer es- lo real es real e imaginario a la vez y lo imagina-
tos mundos como escritura duplicada. rio es, del mismo modo, real e imaginario a la vez.
Entonces, situarse en lo imaginario es correspon-
la escritura, la imaginación der a lo real y corresponder a lo real -es situar-
y la eternidad se en lo imaginario. En este sentido, se produce
una ambigüedad como si el mundo fuera un juego
Esta aventura del Quijote permite comprender la de sombras. En el las cosas son ellas mismas, las
ruptura contemporánea. 0'1h-ro" de la metafí- sombras, y las sombras, las cosas. Ninguna pro-
sica se ha resquebrajado y sus fragmentos se in duce la otra, la sombra es de por sí imaginaria,
terconectan en una dispersión_atenuada en la que pero es de lo' real y lo real produce sombras, pero
todo se entrecruza. Como se ha perdido la jerar- es imposible ver sombras de algo que no sea real
quía entre lo soñado y lo real, todo aparece en si- y al contrario. De esta forma, se ha diferido la
multaneidad, pero bajo una figuración concreta. dicotomía platónica que separa mundo sensible y
Las cosas se entrechocan y conforman mundo, mundo inteligible, mundo de la opinión y mun-
tejido, conexión. Lo que las une se esfuma en ese do de la verdad, y con ello la concepción platónica
aparecer, como una huella que se silencia: "Siem- de signo como relación entre significante y signi-
pre difiriendo, la marca no está nunca como tal ficado se ha deconstruido. Así, esta diferencia se
en presentación de sí. Se borra al presentarse, se vuelve escritura. Esto lo muestra Derrida en De
ensordece resonando, como la A (de la palabra la gramatología:
Différance) al ¿scribirse, que inscribe su pirámi-
El advenimiento de la escritura es el ad-
de en la -diferencia" (Derrida 1989,57).
Todos los planos de la realidad instauran venimiento del juego: actualmente el juego va
hacia sí mismo borrando el límite desde el que
un juego de reflexión especular. Se cruzan unos
se creyó poder ordenar las circulación de los
sobre otros, unos detrás de otros, unos dentro de
signos, ,arrastrando consigo todos los significa-
otros. Todo deviene texto narrado, texto de fic-
dos tranquilizadores, reduciendo todas las for-
ción que a su vez se funde con el texto real. Y .

talezas, todos los refugios fuera-de-juego que


esos nodos de conexión multiplican las difereri-
vigilaban el campo del lenguaje. Esto equivale,
cias. Se genera una ambigüedad que se reprodu-
con todo rigor, a destruir el concepto de signo
ce en el infinito. Esta es la experiencia poética
y de toda su lógica. Sin lugar a dudas, no es por
de lectura de esta aventura del Don Quijote; en
azar que este desbordamiento sobreviene en el
ella todo emerge en simultaneidad y desde múl-
momento en que la extensión del concepto de
tiples perspectivas. En consecuencia, para hacer
lenguaje borra todos sus límites (12).
una lectura consistente, es necesaria la toma de
distancia. Al hacerlo, el lector reconoce que está
entrelazado textualmente con la obra e históri- Se genera la diseminación textual. La aven-
camente determinado por la realidad. De modo tura es un significante de un significante, es la
que esta obra, como toda obra de arte, prodiice, escritura de Don Quijote que se vuelve texto am-
ella misma, el distanciamiento: el lector se ve in- biguo ni significante ni significado. El sentido se
merso en medio de lo simultáneo, de lo múltiple disemina por todas las regiones del texto como
y de lo diferente, pero reconoce que interactúa sombras que se escriben cada vez indefinidamen-
te. El libro se rompe, pierde su autonomía, y se

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enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

crea el tejido de diferencias'. De modo que en un Montesinos, donde unas sombras ambiguas se te-
efecto de diseminación la eternidad se vuelve mó- jen como escritura simultánea.
vil, como si en cada situación o en cada instan- Bajo estos presupuestos, el rastreo sobre los
te se creara esa eternidad y a la vez se destruyera. artículos10 que hacen referencia a esta aventura
En consecuencia, no 'es una eternidad perdurable ha servido para afianzar aún más esta perspecti-
sino instantánea, rota, quebrada, inestable, en úl- va. Eftas propuestas de lectura se centran en el
timas, móvil. Esto quiere decir que el libro se ha libro de Cervantes, en sus problemáticas y en las
,- diluido como texto, que el lenguaje se ha diserni- conexiones que allí se dan, pero no se orientan
nado corno marca de escritura. En estas condi- hacia el proceso de lectura textual y el efecto de
ciones no es posible distinguir el significado' del irrealización del lector cuando se enfrenta a esta
significante9 porque han recobrado su_ proximi- aventura, que. es un ejemplo magistral del dis-
dad y su diferencia. curso literario como juego textual. Por ello, en
A su vez, la lectura debe corresponder a esa estos autores aún no aparece una reflexión signi-
diseminación textual. Al revés que en la caverna ficativa sobre este encuentro entre el mundo del
platónica, en: esta caverna imaginaria la escritu- texto y el mundo del lectora. Por eso es necesa-
ra no es simulacro de simulacro no verdadero, ni rio recurrir a la estética contemporánea y a las
está alejada cuatro veces de la realidad eterna de las tendencias interpretativas y deconstructivas ac-
ideas; más bien, integra en su diseminarse las ideas tuales que abordan el texto literario desde una
como acontecimientos instantáneos, a manera de perspectiva que rompe con la metafísica plató-
discurso, como simulacro de simulacro que no de- nica en la que la escritura es apenas impresión
pende de su verdad o de su esencialidad. Por tanto, sensible mentirosa que no porta en sí la verdad
la experiencia que sigue muestra un recorrido por de las ideas, sino que es puro reflejo de un mo-
las diseminaciones de la eternidad en la cueva de delo eterno y perfecto que se halla en el mundo
iluminado por la idea de las ideas o que depende
del libro cerrado que las sustenta y de la subjeti-
vidad del personaje o del autor.
8
Para Derrida, la interconexión infinita es como un haz
de relaciones: "Por otra parte, la palabra haz parecemás
propia para ponerde manlesto que la agrupación propuesta
tiene la estructura de una intricación, de un tejido, de un
cruce que dejará partir de nuevo los diferentes hilos y las dis-
tintas líneas de sentido (o de fuerza) igual que estará lista
para anudar otras" (1989, 40). lo Los artículos que se refieren a la aventura dedican pocas
9
De ahí los visos metafísicos del capítulo de Helena Per- reÉcrencias a este tópico de la lectura. Pero ideas como
cas sobre la cueva de Montesinos en Cervantes y su con- las de multiplicidad, intertextualidad y efectos estéticos
cepto de arte; se mantiene una concepción del lenguaje están presentes en estos textos. Algunos de ellos han sido
como expresión de un estado metafísico del sujeto: "Del tomados de la base de datos de Jstor, son: "Un momento
episodio de la cueva de Montesinos, Cervantes hizo un cre -la creatividad cervantina en el Quijote: los capítu-
espejo de la vida interior. Su invención genial fue cons- los XVIII =XXIII de la segunda parte", de Rairnond R.
truir una alegoría de la naturaleza humaná, libre de la Maccurdy, Alfred Rodríguez; "La cueva de Montesinos
limitación o desvirtuación del punto de vista, el cual por fuera y por dentro: Estructura épica, Fisonomía",
parte de un arsenal de precomprensiones. El arte... pro- de Meter N. Duna; "Literary Time in the "Cueva de
yecta realidades interiores si coincide con la naturaleza Montesinos". Harry Sieber. "La cueva de Montesinos"
humana" (1975, 446). Desde otra perspectiva, aquí se y "Unas palabras más sobre Belerma (Quijote II, 23)",
insiste en la ruptura de ese mundo interior subjetivo a de Helena Percas de Ponseti; "Syrnbolic Action in the
través de una visión del lenguaje que desborda la dico- Episode of the Cave ofMontesinos from "Don Quijote",
tomía y que se vuelve discurso que es leído por un lector de Gloria M. Fry; "'The Cave of Montesinos", de Joseph
qiie lo actualiza en su temporalidad y que entra en juego G. Fusilla.
con la simultaneidad temporal de la aventura. La idea Algunos artículos hacen referencia a esta.relación, pero
de texto, tanto de Gado:n-1er como de Ricouer, desarrolla no en particular sobre esta aventura del Quijote, por
esta visión:diferente. Sin embargo, esto no significa que ejemplo, en "José María Paz Gago's, Semiótica del Chji-
la lectura de Percas no sea válida, se hace bajo otro enfo- jote: Teoría y práctica de la ficción narrativa", de James
que. En mi libro Ensoñ aciones, escrituras, tejidos. Debates A. Pan; en "Ring Around the Hermeneutic Circle", de
BachelaraLDerriala. (2003), amplío esta problemática so- Edward Dudley o4 en "Narrador, - the reader and Don
bre la escritura. Quijote , de John J. Men,

89
enunciación
Artículo de reflexión

El camino lectura van apareciendo diversos horizontes inter-


pretativos y algunas referencias a otros textos, sean
de la interpretación textual de orden teórico, filosófico o literario. Se trata de
mostrar cómo la lectura de esta aventura produce
Desde estos criterios estéticos se hace esta inter- estas aperturas hacia lo múltiple en las que se in-
pretación .de la aventura de la Cueva de Monte- terconectar otros textos. Otro lector puede seguir
sinos de Don Quijote momento a -momento. Al otro camino.
seguir la aventura, el lector entra ende ámbitode
lo múltiple, proposición tras proposición, escritura
tras escritura; se hunde en el devenir del discurso Segunda parte del ingenioso caballero
que es el mismo devenir del lector y el mismo de- don Quijote de la Mancha
curso de la acción. Ricoeur lo define de este modo:
"Considero que la temporalidad es una estructu- Capítulo XXIII
ra de la existencia —una forma de vida— que acce-
de al lenguaje mediante la narratividad, mientras
que ésta es la estructura lingüística —el juego de De las admirables cosas que el extremado
lenguaje— que tiene como último referente dicha don Quijote contó que había visto en la profunda
temporalidad. La relación, por tanto, es recípro- cueva de Montesinos, cuya imposibilidad y grandeza
ca" (1999, 183). De este modo, el.lector prefigu- hace que se tenga esta aventura por apócrifa.
ra, configura y refigura el texto y se deja ir en su
propia temporalidad. Lo que sigue es un ejercicio El comienzo de la aventura
expositivo que indica cómo se va experimentando
esa temporalidad discursiva. En primer lugar, es La aventura comienza con una ubicación espacio-
necesario determinar las secuencias narrativas de temporal:
la aventura para ir avanzando en la experiencia de
lectura, guiados por la arquitectura del texto: Las cuatro de la tarde serían, cuando el sol,
entre nubes cubierto, con luz escasa y templados
Las secuencias narrativas rayos dio lugar a don Quijote para que sin calor
y pesadumbre contase a sus dos clarísimos oyen-
Este texto puede dividirse en las siguientes se tes lo que en la cueva de Montesinos había visto;
secciones narrativas, que en secuencia son: y comenzó en el modo siguiente (590):

1. Comienzo de la aventura La caverna de la imaginación:


2. La caverna de la imaginación la ruptura del mundo inteligible
3. Enigma y eternidad del encantamiento
4. La canción del encantado Los sucesos de esta primera sección son en su or-
5. Encuentro de historias, aproximación de den: Se describe la caverna como una mazmorra con
planos y personajes: Belerma y Dulcinea luz escasa, el narrador expresa la certeza de sí como
6. Entre la realidad y la ficción, entre la men- soñador, la acción sucede en el palacio de cristal, ahí se
tira y la verdad, entre lo actual y lo pasado ve el corazón de Durahclarte y el puñal,-finalmente el
7. Las labradoras: el encuentro de las ficciones primo invita a proseguir la historia.
8. Dulcinea encantada Se abre el texto y se despliega la página
9. Entre la locura y el sentido corno u=na puerta, ya el lector ha comenzado la
10. Retorno al plano de la narración primaria aventura. El relato toma un tono irreal y sub-
terráneo. El olor a eternidad irrumpe e inva-
Esta propuesta de estructura narrativa res- de la respiración y las imágenes se cuelan como
ponde a:un criterio generado en el diálogo entre sombras. Con la rememoración de las aventuras
el texto y el lector. A medida que Ase avanza en la previas, y dispuesto a asombrarse, el lector se de-

90
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

tiene en medio de. esta grieta textual: la aventu- Sin embargo, ya presentimos que se trata
ra de la cueva de Montesinos. Una elección que de un descenso y no de un ascenso; de un ex-
desde el punto de vista estético produce un senti- travío en el mundo sensible. ¿Acaso Cervantes
miento de lo sublime por lo abismal e imaginario no hace desde su tiempo la ruptura posmetafí-
del suces9. Las facultades del entendimiento y la sica? Le ha dado vuelta a la caverna platónica y
razón entran en choque. Esta conmoción aními- los mundos se han trastocado. ¿Acaso no ha sido
ca que se padece al leer esta aventura se experi- nietzscheano antes de Nietzsche y ha tomado,
menta durante la lectura de todo el Quijote. La en una misma época, un camino distinto al de
primera visión de la caverna confunde y desesta- Descartes? Por esto, Cervantes es centro de las
biliza el espíritu. Se advierte lo que dice Kant: rupturas históricas en el pensamiento y la litera-
tura de Occidente; por un lado, provoca la inver-
...en cambio, lo que despierta en noso- sión de la caverna platónica y, a la vez, a partir
tros, sin razonar, sólo en la aprehensión, el sen- de ello, aproxima narración y pensamiento. Es-
timiento de lo sublime, podrá parecer, según tos dos aspectos son los que hoy caracteri z an el
su forma, desde luego, contrario a un fin para pensamiento contemporáneo: la ruptura con el
nuestro Juicio, inadecuado a nuestra facultad platonismo y la aproximación entre el pensar y
de exponer y, en cierto modo, violento para la el poetizar (Heidegger). Desde estas considera- .
imaginación; pero sin embargo, sólo por, eso ciones, Cervantes parece adelantarse al aforismo
será juzgado tanto más sublime (1984, 164). de Nietzsche "De cómo el 'mundo verdadero' se
convirtió en fábula", de El crepúsculo de los ídolos:

La luz que penetra por la hendidura es la Nos deshicimos del mundo verdadero.
señal de que ha comenzado el viaje por la arqui- ¿Cuál nos queda? ¿Quizás el aparente? ¡No, no!
tectura ficticia del lenguaje de Cervantes: "Entra- ¡Con el mundo verdadero nos deshicimos tam-
le una pequeña luz por unos resquicios o agujeros, bién del mundo aparente! (III, 1190).
que lejos le responden, abiertos en la superficie de
la tierra". Hay una extraña semejanza con la ca- Ahora el camino hacia arriba es el camino
verna platónica: hacia abajo, entre sombras, entre simulacros. Lo
aparente es, tanto lo inteligible como lo sensible,
la luz y la oscuridad, la vida de arriba y la vida de
—Ahora represéntate el estado de la abajo. No se puede diferenciar esta duplicidad de
naturaleza humana, con relación a la ciencia mundos. Don Quijote desciende, pero este des-
y a la ignorancia según el cuadro que te voy censo le aproxima lo que se halla arriba.
a trazar. Imagina un antro subterráneo, que ¿Cuál es ese hilo de conexión de los dos
tenga en toda su longitud una abertura que dé mundos?: una soga. Y en mitad del descenso
libre paso a la luz, y en esta caverna hombres Don Quijote se recoge para pensar su propia caí-
encadenados desde la infancia,- de suerte que da, se halla al borde de una frontera que lo con-
no puedan mudar de lugar ni volver la cabeza a ducirá a la más próxima eternidad. El hilo de luz
causa de las cadenas que les sujetan las piernas ,
platónico se vuelve -una burda y delgada cuerda
y el cuello, pudiendo solamente ver los objetos de sostenimiento.
que tienen enfrente. Detrás de ellos, a cierta La sensación de descenso es pavorosa, Don
distancia y a cierta altura, supóngase un fuego Quijote no sabe si ir al fondo, se siente suspendido
cuyo resplandor los alumbra, y un camino es- en un vacío incomprensible. Se despliega en el rela-
carpado entre este fuego y los cautivos. Supón to un sentimiento terrorífico de soledad: un hom-
a lo largo da este camino un muro, semejante bre colgando de una cuerda frágil, próximamente
a los tabiques que los charlatanes ponen entre mortal. Sin embargo, en el momento más riesgoso
ellos y los espectadores, para ocultarles la com- y peligroso se hunde en el sueño y en un lapso bit-
binación y los resortes secretos de las maravi- ve de la narración, en un instante imperceptible y
llas que hacen (Platón 1984, 205). sin duración, despierta inmediatamente.
91
enunciación
Artículo de reflexión

La escena aparece con un tono renacentis- mol'. Como se ve, la elección de Cervantes des-
se ve un prado, un locos amenos cfue crea un arregla el razonamiento cartesiano. En el tex-
ambiente apacible y onírico. Pero la voluntad de to no hay mediación: de un momento a otro se
ficción del Quijote y la estratega- del narrador traspasa el umbral de lo real y todo sucede como
y de Cervantes hacen despabilar los ojos al lec- un estar despierto en el sueño. En este momen-
tor. Para saber si está despierto o dormido, Don to el mundo moderno ioma dos direcciones: el
Quijote se limpia los ojos; de inmediato, la dife- atajo de la razón, de la ciencia, del pensamien-
rencia entre lo real y lo soñado se pierde mági- to y el de la imaginación, de la poesía, de la fic-
camente en el texto: sueño y realidad se funden. ción. ¡Cuánto rato habrá que esperar para que
Esta situación se parece suficientemente. a las de nuevo los dos caminos se junten, para que la
meditaciones cartesianas: filosofía y la poesía se encuentren! Sólo después
de esta modernidad racional aparecen Menard
Sin embargo, voy a considerar aquí que y Borges, como un sobresalto histórico. Por eso,
soy hombre y, por consiguiente, tengo costum- una lectura cuidadosa de esta aventura ayuda a
bre de dormir y de representarme en sueños las comprender el problema. De ahí que, con este
mismas cosas o incluso menos verosímiles que modo de leerla, se deconstruye el mundo carte-
esos insensatos cuando sueñan. ¿Cuántas veces siano y se rompe la linealidad del tiempo: surge
me ha sucedido soñar por la noche que estaba el Quijote de Menard que vuelve a la literatura
en este lugar que estaba vestido, que me encon- tejido simultáneo:
traba junto al fuego, aunque estuviese desnudo
en mi lecho? En este momento me parece que Menard (acaso sin quererlo) ha enrique-
no es con ojos dormidos como miro este papel, cido mediante una técnica nueva el arte dete-
que esta cabeza que muevo no está dormidá -, nido y rudimentario de la lectura: la técnica del
que es con intención y •con un propósito deli- anacronismo deliberado y de las atribuciones
berado como extiendo esta mano y la siento:»lo erróneas. Esa técnica de aplicación infinita
que acontece en el sueño no parece tan claro y nos insta a _recorrer la Odisea como si fuera
distinto como esto. Mas, pensándolo con" dete- posterior a la Eneida y el libro Le jardín du
nimiento, me acuerdo de haber sido a menudo Centau* re de madame Henri Bachelier como si
engañado durante el sueño por tales ilusiones fuera de madame Henri Bachelier. Esa técni-
y, deteniéndome en este pensamiento, veo tan ca puebla de aventura los libros más calmosos
manifiestamente que no hay indicios ciertos (Borges I, 450).
por los que se pueda distinguir netamente la
vigilia del sueño que me quedo sorprendido, En este momento de la lectura, el lector
y mi sorpresa es tal que es casi capaz de per- habita con plenitud el mundo de lo imagina-
suadirme de que estoy durmiendo (Descartes, rio, en un horizonte infinito en el que todos los
1987, 45). personajes de la ficción simultáneamente se en-
cuentran. De esta forma, todos los horizontes se
Sin embargo, Descartes busca la salida a juntan: el primer plano del lector ha abierto la
la confusión y encuentra la certeza racional en el puerta del libro; el segundo, del autor que ha in-
estar despierto y razonando, mientras que Don ventado la ficción; el tercero, del personaje que
Quijote encontrará la certeza en el sueño mis- está contando la historia; el cuarto, de los per-
sonajes que vuelven de la leyenda; el quinto, de
Alonso Quijano; el siguiente, de Cervantes, y si-
gue. En fin, no hay manera de retornar porque
12 La lectura de Peter N. Dunn- muestra que el pasaje y
los acontecimientos del pasado, que incluyen el viaje de
Ulises y Eneas quedan determinados, congelados en el
pasado. Aquí en cambio interesa el proceso de actuali- 13 Anthony J. Cascardi, en "Cervantes and Descartes on
zación que el lector realiza y el efecto de simultaneidad the Dream Argument", desarrolla estas relaciones desde
de las épocas que se produce. esta aventura e incluye el capítulo 22 y el 24.

92
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

a la vez, el primer plano es el último y todo se El acontecimiento se vuelve más complejo


proyecta hacia el infinito. Como en un entrela- de lo esperado. Esa levedad luminosa que se co-
zamiento de reflejos, el discurso ha conducido al laba por una hendija pequeña se ha dipersado
lector a esta fusión de horizontes. como un aire mágico. El lector experimenta el
encantamiento de un encantamiento; la ilumina-
ción despeja las sombras, pero sumerge todo en
el misterio. En el aparente desencantamiento de
Don Quijote surge el encantamiento de otro per-
sonaje, Montesinos:

Apenas me dijo que era Montesinos,


cuando le pregunté si fue verdad lo que en el
mundo de acá arriba se contaba, que él había
sacado de la mitad del pecho, con una pequeña
daga, el corazón de su grande amigo Duran-
darte y llevádole a la señora Belerma, como él
se lo mandó al punto de su muerte (591).

El espacio adquiere un ambiente mágico; un


halo fantasmagórico se despliega por todo el aire
y el lector no alcanza a percibir la "realidad" del
papel, la "realidad" del libro, la "realidad" de Don
Quijote: se halla abrazado por lo irreal. El libro
rompe sus márgenes e irrealiza al lector y lo vuelve

texto, ficción, encantamiento. Este efecto decons-
Ahora aparece un personaje en la cueva.. tructor no metafísico lo expone Jacques Derrida
inicialmente vemos su exterioridad, su vestidu- y es semejante a la propuesta borgiana. Estas ca-
ra. Se siente como el vestido es da frontera de lo racterísticas textuales muestran la proximidad de
aparente, esa máscara visual que deja entrar y sa- Cervantes con el pensamiento contemporáneo:
lir de los distintos planos de realicfad. En este Pero —y en esto está el fondo del asunto—,
caso, el personaje, de quien no sabemos su nom- toda _exterioridad con relación al libro , toda esta
bre, viene cubierto con una capa. Al detalle se negatividad del libro se produce en el libro. Se
ve un contraste entre esta capa oscura y pesada dice la salida fuera del libro, se dice lo otro y el
y la transparencia del palacio. Esto produce una umbral, en el libro. Lo otro y el umbral no pue-
indiferenciación simultánea: el vestido oculta, den otra cosa sino escribirse, reconocerse de nue-
el palacio desoculta o transparenta porque es de vo en el libro. Sólo en el libro se sale del libro,.
cristal, entonces, en la transparencia cristalina se puesto que para Jabas el libro no está en el mun-
ve el cuerpo pesado y en esa ocultación se ve la do sino el mundo en el libro (1989, 103).
levedad espiritual. Se oye la voz que saluda a Don Quijote. ¿De
Sólo ahora, el narrador, Don Quijote, ca- dónde sale la voz? ¿Qué es la palabra, el lengua-
racteriza espiritualmente al personaje a partir de je? ¿Acaso también proviene de la magia y por la
su imponente presencia física que revela su ca- _costumbre lo hemos olvidado? Pero lo, particular
rácter interno. Inmediatamente, Don Quijote de este instante de la narración es que hasta ahora
siente admiración y estremecimiento al abrazar sabemos quién es el extraño: es Montesinos.
a •ese personaje fantasmal. Aquí se tocan y entre- Hay que observar que en el vestido, en la
tejen los dos mundos, que ya son ficticios de por voz, en el nombre se hallan los rasgos de la eter-
sí; se diluye la separación entre el presente y el nidad. Montesinos es ese símbolo de lo impere-
pasado, entre la leyenda y la novela. El lector se cedero; la edad de la caballería retorna a escena.
encuentra siempre entre los límites. Bajo la apariencia se resguarda esa eternidad que

93
enunciación
Artículo de reflexión

ya no es platónica, sino que se hace historia en el de arriba. Hace una aclaración sobre el puñal,
instante, como lo expone Borges en "Historia de pero para el Quijote no importa a quién perte-
la Eterriidad" (2001). Al ir hacia atrás, guiados nezca el arma. Esto muestra que hay una indi-
por el texto narrativo, los lectores sé -tropiezan con ferenciación entre lo particular y lo general al
esa permanencia que se esfuma en lo sensible. En caracterizar las cosas desde el plano de la ficción
este sentido, la lectura percibe esa eternidad que que es el universo del personaje. Es decir, es otra
se desvanece en la simultaneidad del tiempo: marca de ambigüedad que somete al lector a un
estado intermedio, indefinido y complejo porque
Ninguna de las varias eternidades que allí las cosas fluctúan como en la región de lo im-
planearon los hombres —la del nominalismo, preciso, de la duda, de lo incierto: se han vuelto
la .de Ireneo, la de Platón— es una agregación ficción, discurso.
mecánica del pasado, del presente y del por-
venir. Es una cosa más. sencilla y más mágica.
Es la simultaneidad de los tiempos (Borges I,
2001, 354).

Montesinos ha sido encantado, no sabemos


hasta ahora por qué o por quién. El hecho es que
ahí está. Se ha armado otra trama textual. El na-
rrador, el Quijote en este momento, se siente to-
cado por la historia, por la leyenda y de inmediato
reconstruye los hechos contados y le pregunta a
Montesinos si fue él quien le sacó el corazón a
Durandarte para llevárselo a su amada Belerma.
Pero aclara que esa es la historia del mundo de
arriba. Sin embargo, abajo también todo se hace
lenguaje, -narración dentro de la narración y los
mismos personajes se vuelven escritura o rasgo
gráfico; sólo que en el mundo de la ficción de aba-
jo. De este modo, palabra y ser, nombre y perso-
naje se confunden, como lo afirma Foucault:

Ahora bien, él mismo (Don Quijote) es


a semejanza de los signos. Largo grafismo flaco
como una letra, acaba de escapar directamente Don Quijote reitera que lo que importa es
del bostezo de los libros. Todo su ser no es otra la verdad narrada y no la existencia de los he-
cosa que lenguaje, texto, hojas impresas, histo- chos. Borges lo reafirma' en Arte poética:
ria ya transcrita. (2001, 53).
Ya no estoy —y espero que esto les parez-
El Quijote quiere reconfirmar la historia; ca una herejía— demasiado seguro de las aven-
hay un detalle vago que luego se precisa, se trata turas de Don Quijote. Désconfío de alguna
del arma con que Montesinos le sacó el corazón a de ellas. Creo que probablemente algunas son
Durandarte: es un puñal y no una daga. Este ele- exageradas. Estoy casi seguro de que, cuando
mento descriptivo acentúa el carácter de veracidad el caballero habla con el escudero, no urdía
de la historia, a pesar de que es ficticia, para que el aquellos largos yestereotipados discursos. Sin
leCtor "no dude" en qué plano se encuentra. embargo, esas cosas no importan; lo verdade-
ramente importante es el hecho de qúe yo creo
Sancho por fin interviene. Como veremos, en el propio don Quijote... Mientras que yo
él parece ser un lazo de conexión con el mundo creo realm6ite en el propio caballero. Incluso

94
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

si alguien me dijera que jamás han sucedido como encadenamiento. Paul Ricouer sugiere que
esas cosas, yo seguiría creyendo en don Quijo- esos puntos de anclaje pueden ser aperturas del
te como creo en la personalidad de un amigo texto para que se potencie la historia desde la ex-
(2001a, 114). periencia cotidiana del lector:

Este es el elemento es tético de la literatura Sin abandonar la experiencia cotidiana,


y particularmente del Quijote. Es decir, la im- ¿no somos propensos a ver en tal encadena-
precisión provoca qué lo real se asuma como fic- miento de episodios de nuestra vida historias
ticio, pero, a la vez, como concreto, determinado «no narradas (todavía)», historias que piden ser
y físicamente visible. Es decir, el personaje ficti- contadas, historias que ofrecen puntos de an-
cio irrealiza todo y desdibuja los límites entre lo claje ala narración? No ignoro lo incongruente
real y lo imaginario. El lector se deja conducir que es la expresión «historia no narrada (toda-
por ese efecto, pero a su vez se distancia crítica- vía)». La historia, ¿no es, por definición, algo
mente del texto porque al confundirse, comienza narrado? Ciertamente si hablamos de historias
a pensar. El desconcierto lo conduce a la diferen- efectivas. Pero ¿es inaceptable la noción de his-
ciación simultánea. toria potencial? (1987a, 148).
Finalmente, interviene el primo y solici-
ta a Don Quijote glife continúe la historia. Aquí
se entrecruza de nuevo el texto conia realidad. Enigma y eternidad
Este personaje estará presente, junto con San- del encantamiento
cho, a modo de conciencia del mundo de arriba
para Don Quijote; pero, conciencia desde la fic- En esta sección de la narración suceden estos acon-
ción, para que la configuración de la trama tenga tecimientos: Se refiera la leyenda, Montesinos está
verosimilitud. De esta forma, el libro se trans- junto el sepulcro de mármol, aparece Merlín y se cuen-
forma en texto; esto significa que se rompe como ta cómo le sacó el corazón a Durandarte. Finalmente,
unidad autónoma y se disemina para que el lec- se describen las señales que indican que está vivo:
tor quede entrelazado en su tejido a la hora de
leer. De cierta manera, el lector se vuelve perso- No con menor lo cuento yo —respon-
naje, se transparenta en el primo o. en Sancho; dió don Quijote—, y, así, digo que el venerable
a la vez que mira el mundo desde Don Quijote; Montesinos me metió en el cristalino palacio,
entonces, consigue jugar con todas las tramas, se donde en una sala baja, fresquísima sobremodo
convierte en lector de lo múltiple y de lo simultá- y toda de alabastro, estaba un sepulcro de már-
neo, es decir, en conciencia ficcionalizada. mol con gran maestría fabricado, sobre el cuál
Entre tanto, el primo invita a Don Quijote vi a un caballero tendido de largo a largo, no de
para que reanude la historia. El primo es el en- bronce, ni de mármol, ni de jaspe hecho, como
lace textual entre las leyendas del pasado", los los suele haber en otros sepulcros, sino dé pura
acontecimientos de la aventura, todas las aven- carne y de puros huesos. Tenía la mano derecha
turas del texto de Cervantes y la historia en la (que a mi parecer es algo peluda y nervosa, señal
que el lector se sitúa. Este mecanismo textual se de tener muchas fuerzas su dueño) puesta sobre
repite varias veces en esta aventura como en toda el lado del corazón; y antes que preguntase nada
la obra. Es una forma de entrelazar los episodios a Montesinos; viéndóme suspenso mirando al
para que el lector no se pierda totalmente, sino del sepulcro, me dijo: «Este es mi amigo Du-
que siga la secuencia narrativa y sienta los efec- randarte, flor y espejo de los caballeros enamo-
tos del texto sobre él y lo reconozca como texto, rados y valientes de su tiempo. Tiénele aquí en-
cantadó, como me tiene a mí y a otros muchos y
muchas, Merlín, aquel francés encantador que
14 Algunos críticos muestran las conexiones con la leyenda dicen que fue hijo del diablo; y lo que yo creo es
de Ulises y Eneas, pero indican que en la aventura se que no fue hijo del diablo, sino que supo, como
hacen referencias veladas a personajes que conocía Cer-
vantes. dicen, un punto más que el diablo. El cómo o

95
enunciación
Artículo de reflexión

para qué nos encantó nadie lo sabe, y ello dirá Meditaciones de Descartes porque de algún los
andando los tiempos, que no están muy lejos, textos se encuentran:
según imagino: Lo que a mi me admira es que
sé, tan cierto como ahora es' de -día,
, que Du- Yo supondría, pues, no que Dios —que
randarte acabó los de su vida en mis brazos, y es muy bueno y que es fuente soberana de ver-
que después de muerto le saqué el corazón con dad—, sino que cierto genio maléfico, no me-
mis propias manos; y en verdad que debía de . nos astuto -y falaz qué poderoso, ha empleado
pesar dos libras, porque, según los naturales, toda su industria en engañarme; pensaría que el
el que tiene mayor corazón es dotado de mayor cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los
valentía del que le tiene. pequeño. Pues siendo sonidos y todas las demás cosas exteriores no
esto así, y que realmente murió este caballero, son nada más que ilusiones y ensueños de que
¿cómo ahora se queja y sospira de cuando en ha servido para tender trampas a mi credibili-
cuando como si estuviese vivo?» (592). dad; consideraría que yo mismo carezco de ma-
nos, de ojos, de carne, de sangre;que no poseo
Este segundo momento de la narración tie- ningún sentido, pero que creo falsamente tener
ne que ver con las precisiones que se hacen sobre todas esas cosas; permanecería obstinadamente
la historia. Desde un plano inferior, "en una sala ligado a ese pensamiento; y si con ese medio
baja", se construye la perspectiva de los aconteci- no está en mi poder el llegar al conocimiento
mientos. Hay una correspondencia pérfecta en- de verdad alguna, al menos sí está en mi po-
tre el descenso y la muerte, que es como llegar der el suspender mi juicio. Por ello tendré buen
al lugar de la eternidad misma", pero encantada, cuidado de no dar crédito a ninguna falsedad y
poetizada. En un sepulcro de Mármol, más aba- prepararé mi espíritu para todas las asechanzas
jo, se encuentra Durandarte. La ficción se haCe de ese gran engañador tan bien que, por pode-
eternidad; el lenguaje y el texto han interconec- roso y astuto que sea, no podrá nunca imponer-
tado los tiempos. Hemos descendido al lugar de me nada. (Descartes, 1987, 49).
la muerte.
La fantasía revive los personajes: muerte En Descartes, el genio maligno que hace ver
y vida se conjugan. Con asombrosa precisión, el los fantasmas es expulsado por el razonamiento;
narrador, "Don Quijote", en una aclaración en- en Cervantes es recreado como el mago Merlín.
tre paréntesis, caracteriza la mano del personaje: De nuevo, la proximidad de los dos textos pro-
es peluda y nervosa, es decir que desde su per- duce una duplicación en un espejo, sólo que esta
cepción le hace mirar al lector los rasgos físicos contigüidad genera el distanciamiento de las dos
de la fuerza del héroe medieval. Este proceso de
materializar lo espiritual y de espiritualizar la
materia se va intensificando paulatinamente. En 16 Estas afirmaciones de Manuel Durán en su artículo
este instante, a través de esos detalles del caba- "Perspectivismo en un capítulo del Quijote", aclaran es-
llero dormido en la eternidad, se van fusionando tas relaciones con Descartes: "Para Descartes, los obje-
tos son objetos de"pensamiento, y con su hipótesis sobre
las dimensiones más opuestas: el cuerpo ya está la existencia de un "genio maligno" nos sume en graves
muerto, pero se ha hecho espíritu. En su ador- &das que no podemos resolver sin recurrir a Dios. A
mecimiento se conjugan, a través de estas apa- partir de este momento, el perspectivismo aparece una y
riencias, eternidad y materia. otra vez en el pensamiento europeo y desempeña impor-
tante papel en Leibniti y en Ortega.... El tipo de pers-
Enseguida, la historia de Merlín es el nexo pectivismo que encontramos en el Quijote nos produce
que teje la ficción. El ha encantado a los persona- una impresión distinta: un animado diálogo, una serie
jes. Este elemento hace pensar, de nuevo, en las de acciones y reacciones, ponen en contacto a los perso-
najes guiados por distintas visiones de mundo, los obli
gan a evolucionar constantemente, a aceptar o rechazar
los puntos de vista afines o contrarios, a habérselas con
1 En el artículo "The Literary Time in the Cueva de Mon- varios tipos de existencia, humana y figurada, (la de los
tesinos, de Harry Sieber, se amplía esta problemática, libros y los relatos leídos o comentados en el curso de la
pero no bajó la perspectiva del proceso de lectura o de la obra), y el lector, por su parte, tiene que hacer frente a
ruptura con el tiempo metafísico. tres tipos, por lo menos, de existencia..."

96
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

vías de comprensión del mundo en la moderni- tendemos ahora como el nombrar fundador de
dad: la razón y la imaginación. La visión fantásti- los dioses y de la esencia de las cosas. «Habitar
,-
ca se queda en Dori Quijote. Entonces, Cervantes poeticamente» significa: estar en la presencia
insinúa a través de los comentarios del narrador de los dioses y ser tocado por la cercanía esen-
que aquel mago está por encima de Dios y por en- cial de las cosas. Holderlin y la esencia de la
cima del diablo. Así es como la perspectiva poéti poesía (1983, 62).
ca desborda la mirada racional y dicotómica.
De otro lado, no interesan las explicacio- Ocurre un estallido desocultante en el que
nes de cómo y para qué el mago los encantó por- todas las esferas de lo divino, lo humano, los dio-
que la historia se teje desde la dimensión poética ses y- los seres humanos se tocan. Don Quijo-
del lenguaje. Por esta vía se logra multiplicar la te y Durandarte, Dulcinea y Belerma, la luz y
mirada y hacer simultáneo el estar en el mundo., la oscuridad, se entrecruzan. En estas condicio-
Esta manera de ver deja un margen inexplicado, nes, la eternidad fluye como historia disuelta en
precisamente, por esa disposición de orden esté- el- tiempo. No se puede determinar que urja di-
tico que no es racional. mensión, el mundo de las ideas o eternidad, se
En este sentido, afirma Borges, la, poesía es imponga sobre la otra, el devenir, el mundo sen-
la expresión más concreta de las cosas: Montesi sible. Todo subsiste en simultaneidad. El mun-
nos cuenta que él mismo tomó el corazón, que pe- do inteligible se vuelve inconsistente, el alma de
saba como dos libras y afirma convencido qué así Durandarte queda en el mundo de lo corrupti-
fue. Este es un momento de intensidad poética ble, el corazón - se deshace en la tierra y es saca-
porque todos los planos se tocan: lc; espiritual y lo do del cuerpo como obsequio para la amada. De
corporal (el corazón y el espíritu del encantado), este modo retorna a lo espiritual. Por tanto, cada
lo permanente y lo fugaz (la eternidad imagina- vez que se lee la historia de Durandarte, se re-
ria de la edad de la caballería que se disuelve en el pite incesantemente la escena: el corazón se des-
sepulcro de mármol), lo particular y lo universal líe en el tiempo, pero también se vuelve ofrenda
(un caballero encantado que es como todos los ca- perdurable para la amada; así, restituye su con-
balleros encantados), la realidad y la imaginación dición espiritual como símbolo del amor que no
(Don Quijote, Durandarte, Merlín y Montesinos cesa nunca. Esto significa que todas las dimen-
en un texto fabulado), la literatura y la historia (la siones de lo existente se tocan; ninguna se impo-
Edad Media, la edad . moderna y. la contempora- ne sobre otra; al contrario, se multiplican en sus
neidad del lector), en fin, el pasado, el presente y diferencias. Lo que "es" está ahí, entre lo que se
el futuro, la fabulación y la historia. Esta simulta- deshace; sin embargo, perdura cohesionado en lo
neidad de horizontes acaba con la dicotomía de la diverso, sin cerramiento, sin fundamento. Y lo
caverna platónica: no hay que salir arriba de ella que existe .se resguarda, escrito en un texto de
para contemplar las ideas y la eternidad; aquí mis- ficción de ficciones que destruye y recrea el es-
mo, abajo, entre sombras se da el contacto con lo cenario para ún nuevo lector. Este es el tejido de
ideal; más aún, en ese acontecimiento inmediato y diferencias de una escritura diseminada entre lo
fugitivo en que se lee el texto. Al estar en lo inme- sensible y lo inteligible, a la manera derridiana:
diato del entorno, aquí abajo, se experimenta una
experiencia poética del mundo que, como dice Si distinguimos el texto del libro, dire-
Heidegger, es un morar entre la cercanía esencial mos que la destrucción del libro, tal como se
de las cosas y la proximidad .de los inmortales. Es anuncia actualmente en todos los dominios,
lo que se experimenta en este momento del relato: descubre la superficie del texto. Esta violencia
una conjunción misteriosa entre la eternidad de lo necesaria responde a una violencia que no fue
lejano y la proximidad de los cuerpos que yacen menos necesaria. (2003, 25).
ahí, detenidos en el tiempo:
Por tanto, el libro de Cervantes se rasga
Ésta (la existencia), en su fundamento, como texto: conjunción simultánea de tiempos,
es «poética». La poesía, sin embargo, la en- espacios, épocas, lenguajes. Se hace superficie .

97
enunciación
Artículo de reflexión

textual que discurre por la palabra e hilvana el es ni hermano ni no hermano de alguien, crea un
sentido diseminado. Provoca una apariencia de lazo intermedio. Esto muestra que las historias y
eternidad que se despliega por esa superficie tex- los person.ajes se van duplicando. De otra parte, se
tual con la que el lector también senrecruza.. Se vuelve a evidenciar en el poema la relación entre el
ve el corazón de Durandarte de nuevo inmortal- alma y el corazón. Parece corresponder a una con-
mente putrefacto cada vez que se lee la aventura. cepción platónica del ser humano, pero, más bien,
Esta intensidad poética se va cerrando en se trata de una duplicación de realidades que no
esta parte de la historia como una "sima" narra- es una oposición excluyente. Al contrario, deja ver
tiva, Poco a poco el caballero encantado comien- la simultaneidad de los dos ámbitos: el alma y el
za a quejarse y a moverse, Ante el lector sucede corazón perviven juntos en el encantamiento. Fi-
la conjunción entre mortalidad e inmortalidad y nalmente, el canto termina con una ambigüedad:
el vínculo entre palabra y silencio. Así como la para sacar el corazón usaron o una daga "o" un pu-
soga no se rompió cuando descendió don Qyijo- ñal. Sancho y Don Quijote ya han discutido esto ,

te, que parece rememorar el desprendimiento del pero también queda sin resolver. De éste modo, a
cordón um.bilical, en este momento se anuda una través de la interpretación de este canto se confir-
cuerda invisible entre la muerte y la vida, entre el man las conexiones de las historias y de los géne-
nacimiento y el fin, entre la eternidad y el cuerpo ros expresivos en este texto complejo.
muerto. Se oye una canción.
Encuentro de historias, aproximación
La canción del encantado de planos y personajes
El corazón como si fuera el alma. Comienza la quinta sección en la que las his-
torias, los planos narrativos y los personajes se
La voz de Durandarte es una marca discursiva confunden. Éstos son los acontecimientos sobre-
en verso que determina el tono de la queja. Para salientes de esta parte de la narración:
destacar este instante de confluencia expresiva ,

se ha dejado como una sección independiente. Historia de cómo Montesinos llevó a Francia
El poema reconcilia el mundo de la eternidad y el corazón, cómo Merlín convirtió en lagunas a unas
el de la muerte: mujeres y cómo surgió la leyenda del río Guadiana;
de otro lado, se indica a Durandarte la presencia de
- Esto dicho, el mísero Durandarte, dan- don Quijote, aparece la procesión de doncellas, y con
do una gran voz, dijo: ellas llega Bekrrna, la amada de Durandarte; final-
¡Oh!, mi primo Montesinos mente, Montesinos la compara con Dulcinea y Don
Lo postrero que os rogaba, Quijote se enfurece.
que cuando yo fuere muerto •
y mi ánima arrancada, En esta quinta secuencia se reiteran los en-
que llevéis mi corazón cuentros textuales. En este nodo del discurso se
adonde Belerma estaba, siguen configurando las relaciones entre histo-
sacándomele del pecho, ria e imaginación, entre eternidad y materia, en-
ya con puñal, ya con daga (593). tre poesía y naturaleza, entre eternidad y ficción.
Del mismo modo, puede mostrarse cómo. la obra
La palabra sentimental irrumpe corno can- de Cervántes fluctúa entre la estética hegeliana y
ción que refleja el dolor del amor. Extrañamente, su desbordamiento en la estética contemporánea.
la canción dice que Montesinos es primo de Du- Sobresale aquí el tratamiento del tiempo como
randarte. He aquí otro contacto narrativo: Sancho hilo conductor, como soga que amarra los mo-
y Don Quijote también están acompañados del mentos que se deslizan por la historia. •
primo. Hay una conexión velada, una familiaridad Montesinos vuelve a relatar la historia de
escondida entre estos dos personajes. Un primo no cómo llevó el corazón a Durandarte y la triste-

98
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

za con que lo hizo. Lo histórico se repite en el na la exterioridad: el río Guadiana - es inmenso


relato, se ficcionaliza. El relato se configura en porque refleja la tristeza de Guadiana, el escu-
el devenir, a través de la repetición de sucesos dero de Durandarte. Y toda la obra, por tanto,
que recrean la eternidad. Con el mismo proc e. di- es una espiritualización del mundo desde la in-
miento borgiano, como en el relato "Pierre Me- terioridad infinita de Cervantes que se desdobla
nard, autor del Quijote", la escritura reconstruye en Don Quijote, en Sancho, en Montesinos, en
el pasado en el texto narrativo con una exactitud Guadiana... Entonces, la naturaleza es reflejo
poética mediante la ruptura del tiempo lineal. del estado de ánimo de los personajes que su-
A su vez, detalles como lavar el corazón pera las contradicciones del sujeto y las Idealiza.
con un pañuelo y echarle sal para que no se dañe Sin embargo, en la lectura contemporánea de la
muestran que el prosaísmo del mundo, que Hegel obra, esa sentimentalidad se fracciona en la exte-
nombra en sus Lecciones de Estética, se integra a lo rioridad, se dispersa y se disemina; por tanto, no
ideal en la obra de arte, en la novela de Cervantes, se concentra en la subjetividad ideal. Est9s ras-
como poético y repetible. Esos gestos cotidianos gos de la obra, vistos desde la - estética idealista ,

e insignificantes provenientes de la costumbre y prueban que la obra de Cervan-tes es un punto de


la sabiduría popular se tornan esencialmente fu- ruptura entre la estética moderna y la contem-
gaces. El problema surge cuando este prosaísmo poránea. A la vez, cierra uni época y abre otra.
ha desbordado la obra poética y se establece la Por ejemplo, desde la lectura de Don Quijote la
oposición entre lo prosaico y lo poético: siguiente afirmación de Hegel sobre el arte ro-
mántico queda relativizada, con ello el idealismo
Este es el prosaísmo del mundo, según pierde su fundamentación:
aparece la propia conciencia y la de los otros;
un mundo de finitud y transformación, de El espíritu, que tiene como principio el
mezcla en lo relativo y de opresión de la: ne- acuerdo de sí consigo, la unidad de su`concep-
tesidad, al que el individuo no puede sustraer- to y de 'su realidad, puede hallar su existen-
se. Por tanto,' cada viviente aislado permanece cia correspondiente sólo en su propio y 'nativo
en la contradicción de ser para si mismo esta mundo espiritual del sentimiento, del ánimo,
unidad cerrada, pero que a la vez depende de en suma, de la interioridad. Así llega el espíri-
otros, mientras la lucha por la -solución de la tu a la conciencia de tener su opuesto, es decir,
contradicción no va más allá del - intento y la su existencia, como espíritu para él y en él, y
continuidad de la guerra permanente (Hegel, sólo por elfo gozar de su infinitud y libertad.
1983, 98). (1985b, 20).

Pero ahora se hace una lectura distinta a De algún modo, Don Quijote recoge todo
la de Hegel. En una dialéctica que no idealiza, el idealismo moderno y al mismo tiempo lo frac-
sino que duplica y multiplica las realidades, este tura.". Es decir, el hecho de que en Don Quijote
prosaísmo del mundo no determina la muerte del
arte, sino el surgimiento de la novela mo_derna.
,

La escritura reconstruye la prosa del mundo. La 17 La ambigüedad de Don Quijote corresponde a la ambi-
obra de arte perdura debido al poder inmortali- güedad de la estética de Hegel, pues ambos, bajo ciertos
rasgos, se sitúan en el punto de quiebre entre lo moderno
zante del encantamiento. Se lee esta historia in- y lo posmetafísico. Por ello, estos comentarios de Hegel
mersa en una región encantada que eternamente sobre el Quijote resultan inquietantes: "Don Quijote en
se deshace; con personajes fantasmales, pero de su locura es un temple (anímico) por completo seguro
carne y hueso, irreales, pero corruptibles y condi- de sí mismo y de su causa, o más bien sólo es esto: su
locura, por la que permanece tan seguro de sí mismo y
cionados por una realidad prosaica. de su objetivo. Sin esta tranquilidad carente de reflexión
El carácter sentimental de esta obra de respecto del contenido y la consecuencia de sus acciones,
Cervantes es otro aspecto de la relación con la, él no seria auténticamente romántico, y esta autocerteza,
en relación con lo sustancial de sus disposición aními-
estética idealista. Hegel muestra que en la for- ca es, en efecto, grande y genial, adornada mediante los
ma del arte romántico la interioridad determi- más bellos rasgos de carácter" (1985b, 128).

99
enunciación
Artículo de reflexión

se exprese esa idealidad subjetiva del arte, provo- grimas saladas; por tanto, la historia no parece
ca una lectura de la obra desde la estética contem- creíble sino una metáfora:
poránea que es prioritariamente antihegeliana. Si
se sigue esta caracterización, toda fariaturaleza es
Guadiana, vuestro escudero, plañendo
un "espejo" de la interioridad humana porque hay
asimesmo vuestra desgracia, fue convertido en
una intimidad entre una y otra, entre lo interior y
un río llamado de su mesmo nombre, el cual
lo exterior. En ella el sujeto pierde su consistencia
cuando llegó a la superficie de la tierra y vio el
ideal. La geografía es un espacio espiritual e inte-
sol del otro cielo, fue tanto el pesar que sintió
rior en el que se ve lo exterior:- el río y las lagunas.
de ver que os dejaba, que sé sumergió en las
Sumado a esto, los personajes son convertidos en
entrañas de la tierra; pero, como no es posible
ríos y la realidad se poetiza. Atrás resuena el río
dejar de acudir a su natural corriente, de cuan-
Acanto de Aquiles en la Iliada.
do en cuando sale y se muestra donde el sol y
Pero éste ya no es el mundo mítico, por lo
las gentes le vean (593).
tanto, hay que leer la obra desde la teoría de la no-
vela de Lukacs que no es idealista en ciertos sen
tidos. La recomposición del mundo no la hace el La narración continúa y Montesinos anun-
héroe mítico sino el carácter imaginante de Don cia la presencia de Don Quijote. De nuevo se
Quijote, quien a través de la fantasía reconstruye tocan las historias en medio de la escritura de
la relación entre la naturaleza y lo humano. El hé- ficción. El discurso narrativo funde los tiempos.
roe se vuelve abstracto frente al mundo y se lan- - Comienza un segundo momento de in-
za a la aventura, en este caso a la caverna; pero su tensidad poética. Dos personajes novelados se
decisión lo desacomoda, por eso su relación con encuentran. Eternidad y poesía pierden sus di-
el mundo exterior ser vuelve compleja y conflicti- ferencias, confluyen mediante la escritura en un
va. Sin embargo, (antes que retraerse en un mun- tejido en simultaneidad. No se sabe, como dice,
do ideal, Don Quijote recorre el paisaje sin dioses, Bórges, quién fue primero y quién después, si
afantasmado por el encantamiento de Merlín; en- Don Quijote o Durandarte. El hecho tiene al-
tonces la relación entre Vla naturaleza y lo humano cances insospechados; incluso el lector se queda
se transforma: absorto ante la escena porque actiden todas las
épocas de la historia a su horizonte mundano. El
Que Dios ha abandonado el mundo, hecho es que los tres (Don Quijote, Durandar-
lo vemos en la inadecuación entre el alma y
, te y el lector) están frente a frente. Idénticos, los
la obra, entre la interioridad y la aventura, en textos salen a la luz como históricos y en este en-
el hecho de que ningún esfuerzo humano se cuentro se reacomoda el lector. La obra vuelve a
inserte ya en un orden trascendental. Esa in- escribirse exactamente igual, la historia se repite
adecuación presenta, grosso modo, dos tipos: como en un espejo, la verdad y el tiempo se hacen
según que sea más estrecha o más amplia que discontinuos:
el mundo exterior que le es asignado como tea- Es una revelación cotejar el Don Quijote
tro y como substrato de sus actos, el alma se de Menard con el de Cervantes. Este, por ejem-
estrecha o sé amplía. El idealismo abstracto. plo, escribió (Don Quijote, primera parte, nove-
(Lukacs 1985, 363). no capítulo):

Esta relación se sigue precisando en la na- ... la verdad, cuya madre es la historia,
rración: la imagen hiperbólica que surge ahora émula del tiempo, depósito de las acciones,
muestra la intimidad entre la naturaleza y lo hu- testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo pre-
mano como algo fabulado, hecho leyenda pero sente, advertencia de lo por venir.
sin la fuerza idealista del sujeto, porque en la na- Redactada en el siglo XVII, redactada
rración se ha desvanecido. En el río, los peces por el «ingenio lego» Cervantes, esa énumera-
son feos y desabridos por que sus aguas son pro- ción es un mero elogio retórico de la historia.
ducto de la tristeza de un hombre que llora lá- Menard, en cambio, escribe:

100
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

...la verdad, cuya madre es la historia, circular". Un tiempo que vuelve cada vez que se
émula del tiempo, depósito de las acciones, va, un lamento que se oye cada vez que se calla,
testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo pre- una escena que retorna cada vez que se lee. Es
sente, advertencia de lo por venir. como el rito de la lectura y la escritura. Al abrir
La historia, «madre» de =la verdad; la el texto, en cada ocasión, la escena surge de nue-
idea es asombrosa. Menard, contemporáneo de vo y queda escrita en la experiencia del lector.
William James, no define la historia como una La fealdad de Belerma se debe al dolor por
indagación de la realidad sino como su ori- su amante. Sin embargo, Montesinos la compara
gen. La verdad histórica, para él, no es lo que con Dulcinea.- Este elemento también entrelaza
sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Las las historias: tia personaje, Montesinos, estable-
cláusulas finales –ejemplo y aviso de lo presen- ce el paralelo para que los _textos se junten. Dul-
te, advertencia de lo por venir– son descarada- cinea tiene una fealdad externa a la idealización
mente pragmáticas (Borges 2001, 449). de Don Quijote, es una labradora que no apa-
rece tal. La historia del Belerma es igual, pero
De nuevo se oye la voz de Durandarte, el en sentido inverso, ha idealizado a su héroe. -De
encantado, el muerto, el vivo. Habla a media voz, ahí que las historias de Don Quijote y Duran-
debido a su ubicuidad temporal inmortal: darte tengan semejanzas y diferencias. Pero en
Don Quijote se destruyen los principios ideales
«Y cuando así no sea —respondió el con un tono irónico que se irriga por todo el tex-
lastimado Durandarte con voz desmayada y to, por eso la situación es contraria en la histo-
baja—, cuando así no sea, ¡oh primo!, digo, pa- ria de Montesinos. Sin embargo, al ser novelada
ciencia y barajar » (594)*. por Don Quijote, se actualiza y adquiere nuevas
connotaciones. Es una idealización multiplicada
Se calla. Retorna al silencio de la muerte, en la ficción, pero sin principios fundamentales
donde se resguardan las palabras.- El silencio se ni verdaderos que las sostengan, por tanto, se na-
rompe con los alaridos y los cantos de las donce- rra como una no idealización.
llas que se lamentan en procesión. Vienen ves- Dulcinea es incomparable. Don _Quijote
tidas de negro en medio de la transparencia del reitera la diferencia. Este efecto es poético por-
castillo. Se produce un contraste de luminosi- que logra evidenciar en la diversidad, en la dife-
dad que parece un claroscuro entre la muerte y rencia, el encuentro. Estas son dos historias que
la vida„ eternamente se encuentran, pero sus personajes
Sobresale mi personaje femeninó. No se son diferentes y a la vez semejantes. ¿Acaso esa
sabe quién es. Su vestido es blanco y negro, trae no es la relación más auténtica entre la caballería
en sus manos un corazón momificado. La des- ideal y la novela moderna que_ se volverá novela
cripción física es muy precisa: po§moderna?
Mediante una adulación enmascarada,
Su turbante era mayor dos veces que el Montesinos se disculpa y exagera al comparar a
mayor de alguna de las otras; era cejijunta, y la Dulcinea sólo con el cielo. De esta forma, la ten-
nariz algo chata; la boca grande, pero colorados sión entre Don Quijote y Montesinos, debido a
los labios; los dientes, que tal vez los descubría, esta comparación, termina. Así finaliza esta sec-
mostraban ser ralos y no bien puestos, auilque ción del relato.
eran blancos como unas peladas almendras;
traía en las manos un lienzo delgado, y entre
él, a lo que pude divisar, un corazón de carne
18 Borges, Heidegger y . Ricouer han hablado de esta cir-
momia, según venía seco y amojamado (594). cularidad temporal. Más que una repetición circular ce-
rrada, se trata de un movimiento circular en espiral que
La mujer es Belerma y tiene un aspecto feo. se prolonga sin fin y se guarda en la memoria. El texto
narrativo, al momento de ser leído, recrea esta tempora-
Las mujeres están llorando al caballero muerto lidad. Por eso es posible la cercanía entre el tiempo del
en un ritual eterno. Esta escena es una repetición relato y el tiempo del lector.

101
enunciación
Artículo de reflexión

Entre la realidad y la ficción, De hecho, la temporalidad de la ficción


cohesiona los diferentes tiempos en esta aven-
entre la mentira y la verdad, entre tura y produce un efecto de simultaneidad en el
lo actual y lo pasado que no se distingue el tiempo del encantamiento
del tiempo real. Estas dimensiones temporales
se intercambian y se dispersan en muchas direc-
La sexta secuencia narrativa se desarrolla de la
ciones y niveles y afectan todo el texto cervan-
siguiente manera:
tino. Duración y medición del tiempo (Sieber,
1971) se funden una en otra. Por esto, el primo
Don Quijote evitó luchar con Montesi- traspasa estos planos para lograr que el lector
nos por la comparación que hizo con Dulci- desde su propia temporalidad entre en contac-
nea; más de una hora ha pasado pero el tiempo to con la temporalidad ficticia de Don Quijote,
" para Don Quijote se hace relativo; el primo con la temporalidad del encántamiento de Mer-
pregunta si los encantados comen, si duermen; lín y con la temporalidad construida por el autor.
Sancho dice que no cree la historia y que Mer- Para Don Quijote han pasado tres días, mientras
lín le encantó el. cerebro al Quijote; Don Qvi- que para ellos, sólo más de una hora. Surge, en-
jote replica que lo que cuenta es cierto, lo vio tretanto, la pregunta sobre cómo se funden los
y lo tocó. planos temporales y qué sucede con la tempora-
lidad del lector.
Para desplegar esta confluencia temporal
Esta nueva sección comienza con un re- el mecanismo textual es el diálogo. Por tanto, el
torno al plano general de la obra en el que se diálogo que se encuentra en el relato en los di-
encuentran Sancho y Don Quijote. La historia versos instantes de la aventura es un llamado al
de Durandarte queda como horizonte de fon- diálogo oculto que sucede entre el texto y el lec-
do. Interviene Sancho y se asombra de que Don tor, como lo afirma Ricoeur:
Quijote no le haya pegado a Montesinos por la
comparación. De nuevo,- se enlaza la leyenda de 'En efecto, la relación escribir-leer no es
Durandarte con la historia de Don Quijote, esto un caso particular de la relación hablar-res-
produce una recomposición de los pianos narra- pónder. No es ni una relación de interlocución
tivos. Los diálogos entre Don Quijote, Sancho y ni un caso de diálogo. No basta con decir que
el primo anudan el discurso. la lectura es un diálogo con el autor a través de
La convicción de Don Quijote sobrepasa su óbra; hay que decir que la-relación del lector
cualquier malestar menor, como el de la com- con el libro es de índole totalmente distinta. El
paración que hace Montesinos entre Belerma diálogo es un intercambio de preguntas y res-
y Dulcinea. Esta actitud deja ver una relación puestas, no hay intercambio de este tipo entre
entre lo estético y lo ético porque Don Quijote el escritor y el lector; el escritor no responde al
mantiene una coherencia entre su actitud y su lector; el libro separa más bien en dos vertien-
creencia en que lo imaginario es el sustento del tes el acto de escribir y el acto de leer que no
mundo real. Es decir, cree que lo novelado confi- comunican; el lector está ausente en la escri-
gura un universo autónomo que relativiza los de- tura y el escritor está ausente en la lectura. El
talles y en consecuencia las acciones humanas. texto produce así un doble ocultamiento: del
En este juego ficticio entre los planos na- lector y del escritor, y de esta manera sustituye
rrativos, el primo, su otro oyente, pregunta por la relación de diálogo que une inmediatamente
el tiempo. Sancho reitera este juego imaginario: la voz de uno con el oído del otro. (1999, 61).
"—Verdad debe de decir mi señor —dijo Sancho—,
que, como todas las cosas que le han sucedido Ésta es la relación entre tiempo y narra-
son por encantamento, quizá lo que a nosotros ción de Ricouer: el tiempo se disuelve en -el relato
nos parece una hora, debe de parecer allá tres que es la configuración mimética de la disolu-
días con sus noches" (596). ción temporal del lector, quien en la tercera mi-

102
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

mesis, al tornar distancia del texto, la reconoce darte, Belerma o Montesinos, Don Quijote no
como su temporalidad propia. El lector se des- come, no existe como materia. Estos rasgos de
pliega en el tiempo de la lectura en un juego dia- la narración revelan el proceso de inmaterializa-
lógico con el texto que lo interpela y lo encadena ción que se ha mencionado antes.
el tiempo de la narración. El diálogo es la marca La sutil diferencia entre estos personajes se
textual de esta reciprocidad. Así se va tejiendo ha borrado, , la fantasía los ha transformado bajo
el texto y el entretexto con el lector. Por esto, es una sutil precisión orgánica y su cuerpo puede pa-
significativo atender a estos diálogos que apare- sar de una región a otra sin sufrir alguna mutación.
cen en la aventura. El cuerpo se vuelve ficción y su fisiología también.
El encantamiento produce esta temporali- En un estado irresoluble, su materia biológica que-
dad. Lo que llama la atención es el modo como da suspendida como un espíritu y actúa como tal.
se da el encuentro entre lo encantado y lo des- Sin embargo, Don Quijote es consciente de sus di-
encantado. La secuencia narrativa inadvertida- ferencias con esos personajes cuando reconoce que
mente ha inventado ese tiempo en el que el lector alos muertos les crecen las uñas y el cabello. Al
se disuelve. Sancho y el primo representan el en- darse cuenta de ello, la conciencia de que al mo-
lace con el tiempo del desencantamiento; de ahí rir ocurre este fenómeno biológico desborda el en-
que cuando intervienen en la narración, pregun- cantamiento, entonces, el lector y el mismo Don
ten a Don Quijote por esos detalles que rompen Quijote quedan sin saber si estos cuerpos son ca-
el encantamiento, pero también ellos se encüen- dáveres, invenciones o seres humanos vivos.
tran dentro del tejido de lo fabulado' 9, que en Aquí se llega al punto nodal de la histo-
otro nivel es un encantamiento, el provocado por ria: la relación entre la ficción y la realidad que se
el autor. multiplica en infinitos planos. Sancho es quien
Sin embargo, Don Quijote hace caso omi- pregunta si los encantados duermen. Su amo res-
so del llamado de atención de estos personajes ponde que no. Y se desata la discusión sobre el
y olvida la diferencia entre lo que es ficción y lo estar despierto y el estar dormido. De nuevo, las
que es realidad. De manera que la ficción se so- diferencias desaparecen y el proceso de ficciona-
brepone a los dos planos del tiempo: la duración lización se acentúa, en consecuencia, la ambi-
que es más de carácter relativo y subjetivo y la güedad también.
medición que tiene un carácter objetivo y univer- Don Quijote reflexiona sobre el asunto. En
sal se confunden en el relato. este momento, la cuestión anticartesiana se vuel-
Seguidamente, viene un diálogo con el ve más evidente. Lo imaginario se despliega so-
primo sobre la comida. Del mismo modo, .los bre todos los niveles de existencia: sobre la cosa
procesos biológicos son accidentales frente a una pensante y sobre la cosa extensa. Piensa cómo él
temporalidad esencial imaginaria. Sancho y el ya se parece a ellos, porque ni ha comido ni ha
primo hacen preguntas sobre el comer. La inten- dormido.
ción ahora es comprender cómo se da la relación De inmediato, en este contrapunto en-
entre un cuerpo encantado .y otro que parece no tre Don Quijote y Sancho, viene el cuestiona-
encantado, pero que es producto de otro encan- miento de su escudero. "Pero perdóneme vuestra
tamiento, la obra de Cervantes. Contradictoria- merced, señor mío, si le digo que de todo cuan-
mente, el efecto del encantamiento para Don to aqui ha dicho, lléveme Dios, que iba a decir el
Quijote se manifiesta fisiológicamente en la po- diablo, si le creo cosa alguna" (596). Su escepti-
sibilidad de no comer. Así como ellos, - Duran- cismo prueba que la verdad es ambigua. ¿Cómo
puede cuestionar un personaje ficticio a otro que
está suspendido en la ficción del encantamiento?
9 Ricouer en "La construcción' de la trama" establece una ¿Qviién es más verdadero de ellos? ¿Qpién dice la,
relación complementaria entre mimesis y mythos, es verdad, quien miente? ¿Cuál historia es la verídi-
decir, entre imitación y fabulación, desde la poética de ca, cuál es la imaginaria: la novela de Cervantes,
Aristóteles. Esto ayuda a comprender la relación con el
texto de Cervantes (1987a), Significa que lo mimético se la historia de Don Quijote, la aventura de Mon-
vuelve fábula, apariencia-de verdad narrada. tesinos, la leyenda de Durandarte, en fin?

103
enunciación • •.•.„. .• • .•.•„.
• • • • • • • •. .• • • • • • • • • •_• • • • • • •.• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • .• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • .• • .:• • • • • • • • • • • :• • • ,• • • • ,• • • : • • •. • . •• .•• • • • .• • .•.•. • •. •.• •. • .•. •
Artículo de reflexión

Y el primo no contradice a Don Quijote, lo cia lo posmetafísico, a través del texto borgiano.
que genera aún más duda. De nuevo, el lector se En Pierre Menard se repite exactamente lo mis-
encuentra en medio de una ambigüedad más am- mo: se inventa a Menard como el otro autor del
bigua, es decir, en el ámbito de la poesía, como lo Quijote que es el mismo y otro simultáneamente.
dice Heidegger en De camino-al Habla:•La poesía Como se ha visto, el encantamiento resguarda la
habla desde una ambigüedad ambigua (69). eternidad, entretanto, la escritura abre la caver-
Ni los personajes ni el lector tienen certeza na encantada para que el texto se vea fluyendo
de su ubicación; sin embargo, en ellos confluyen transparente - en un palacio de cristal a la espera
todos los nexos entre irrealidad y realidad. La de un lector. Entonces, al leer el "texto" todo se
hendija inicial que dejaba pasar una tenue luz, escribe exactamente igual, es decir, se crea. En
ahora se ha dispersado por todos los objetos:1os este punto de la historia se tejen todos los ámbi-
personajes, las acciones y el lector. Pero esta im- tos de lo sensible y lo inteligible; sin diferencia-
precisión los determina aún más. Además, San- ción, pero bajo el rigor de las diferencias. Surge,
cho afirma que efectivamente su amo ha dicho la según Gadamer, el texto poético en e 1-que:
verdad. El lector ya no sabe a quién creerle. Que-
da en suspenso. Y Don Quijote replica e insiste La palabra del poeta participa también de
que eso es verídico. De este modo, se ha consti- una ambigüedad semejante. También para ella
tuido el mundo, bajo el principio de la ambigüe- es cierto que es mítica; es decir, que no puede
dad y la simultaneidad. refrendars e- por algo exterior a ella. La multi-
Sancho sigue con dudas y hace un razo- vocidad de la palabra poética tiene su auténtica
namiento semejante al . cartesiano, sólo que la dignidad en que corresponde plenamente a la
conclusión es inversa. Merlín es como el genio multivocidad del ser humano. Todo interpretar
maligno de Descartes que le ha puesto una es- de la palabra poética interpreta sólo lo que la
pecie de máquina en el cerebro a Don Quijote poesía misma ya interpreta. Lo que la poesía
para que vea lo que ve. Puras ensoñaciones, pu- interpreta y lo que ella señala no es, natural-
ras ficciones: "—Creo —respondió Sancho— que mente, lo que el poeta mienta (1996, 79).
aquel Merlín, o aquellos encantadores que en-
cantaron a toda la chusma que vuestra merced
dice que ha visto y comunicado allá bajo, le en- Las labradoras
cajaron en el magín o la memoria toda esa má-
quina que nos ha contado, y todo aquello que Ésta es la séptima secuencia narrativa que se ha
por contar le queda" (596). Pero, en Descartes propuesto y esta conformada por los siguientes
la razón da muerte al genio mientras que para acontecimientos secundarios:
Sancho, Merlín continúa provocando el reen- Don Quijote cuenta cómo Montesinos le mostró
cantamiento del . mundo. tres labradoras y entre ellas reconocieron a Dulcinea,
Sin embargo, Don Quijote reitera que todo Sancho ser ríe y le pregunta cómo reconoció a su ama.
lo que cuenta es verdad. El genio de la escritura,
por tanto, en este caso, es el Merlín que vuelve —Todo eso pudiera ser, Sancho —replicó
todo ficción, siendo él mismo ficción. En con- don Quijote—, pero no es así, porque lo que he
secuencia, Cervantes es el genio maléfico que contado lo vi por mis propios ojos y lo toqué
transformó todos los planos de realidad en fa- con mis mismas manos. Pero, ¿qué dirás cuan-
bulación. Resurge la relación con Borges. Todo do te diga yo ahora cómo, entre otras infinitas
lo que sucede es sueño de sueño, ficción de fic- cosas y maravillas que me mostró Montesinos,
ción. De modo que detrás de Descartes está el las cuales despacio y a sus tiempos te las iré
soñador que a su vez es un sueño. Este es el pun- contando en el discurso de nuestro viaje, por
to más bajo de la caverna en la historia de Cer- no ser todas deste lugar, me mostró tres la-
vantes, pero a su vez, el más alto. Esta ficción bradoras que por aquellos amenísimos cam-
de ficción que produce una ambigüedad irreso- pos iban saltando y brincando como cabras;
luble sobrepasa lo metafísico y se proyecta ha- y, apenas las hube visto, cuando conocí ser la

104
enunciación
Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesino de Mon Quijote"

una la sin par Dulcinea del Toboso, y las otras yema, pero ninguna se impone sobre la otra. La
dos aquellas mismas labradoras que venían con experiencia es mucho más ,difícil porque se per-
ella, que hablamos a la salida del Toboso? Pre- ciben todos los planos de la ficción en un mismo
gunté a Montesinos si las conocía, respondió- instante. ¡Ah del lector si no tiene un oído mul-
me que no, pero que él imaginaba que debían tiplicado y una imaginación rota! Por fortuna,
de ser algunas señoras principales encantadas, Sancho nos ha ayudado a construir una perspec-
-

que pocos días había que en aquellos prados tiva que fusiona estas relaciones; pero este efec-
habían parecido; y que no me maravillase des- to textual vuelve más abismal- y estremecedor el
to, porque allí estaban otras muchas señoras proceso de lectura de la novela de Cervantes y de
de los pasados y presentes siglos, encantadas todo texto de ficción.
en diferentes y estrañas figuras, entre las cua- Extrañamente el comentario de Sancho au-
les conocía él a la reina Ginebra y su dueña menta la incertidumbre. La historia nos ha hecho
Quintañona, escanciando el vino a Lanzarote, descender, Sancho dice que su amo está mejor "acá
cuando de Bretaña vino (596). arriba", cuando la historia de Don Quijote ríos tie-
ne acá abajo. ate contrapunto produce mayor im-
En esta sección del relato hay un retorno precisión, es como un juego entre la locura de estar
a la historia dentro de la historia, después de ese abajo y la sensatez de estar arriba; sin embargo, a
momento metapoético del diálogo anterior. El medida que se lee la historia todo se desubica. Esto
lector misteriosamente vuelve al lugar del entan- significa que la dialéctica entre el bajar y el subir
tamiento, ahí se multiplican los planos de ficción se ve realizado desde la ficción. La caverna plató-
y, a su vez, se entrelazan con mayor precisión. nica gira' doblemente y no puede sostenerse ni en
La sección inicia con un momento de concien- el mundo sensible ni en el inteligible, ni arriba ni
cia por parte del narrador, Don Quijote, quien abajo. Con ironía, Don Quijote, fantasma pleno,
expresa que lo que está haciendo es contar, pero hace caso omiso de las reflexiones de su escudero.
que lo que le sorprende es que ve frente a sí tres Sancho sigue cavilando: descree de las pa-
labradoras y una de ellas es Dulcinea; esto le des- labras de su amo. El lector se encuentra entre dos
dibuja los límites. Es decir, se ha perdido.en me- mentiras, entre dos lenguajes: el de Sancho y el de
dio de la ficción de la ficción, corno nosotros, los Don Quijote. Foucault, en cierta forma, al pensar
lectores. , en Don Quijote, se da cuenta de qué la relación
Don Quijote le pregunta a Montesinos si entre la palabra y la cosa se ha transformado. La
la conoce porque es muy- famosa por la historia palabra no se refiere a una cosa y la cosa no es un
que se cuenta de ella. Dulcinea en la dimensión objeto al que se le asigna una palabra. Si se nom-
del encantamiento pierde la diferencia temporal. bra algo, la cosa aparece ahí. Es decir, el lenguaje
La historia se hace simultánea, muchos persona- poético restablece la palabra para que no sea sólo
jes del mundo de Montesinos están junto a ella, instrumento. De manera que el lector no puede
según lo presupone él. El mundo de la eternidad creer ni- en la palabra de uno ni de otro, pero ex-
se disuelve en la magia del encantamiento que ya perimenta el mundo como lenguaje, como seme-
no tiene fronteras. Corno siempre, la conciencia janza, como mundo:
ficticia de Sancho le permite deducir que lo que
ha pasado es que su amo ha perdido el juicio. El Y cada episodio, cada decisión, cada ha-
sabe que Dulcinea fue producto del encantamien- zaña serán signos de que Don Quijote es, en
to. Esta es una especie de desenmascaramiento de efecto, semejante a todos esos signos que ha
la historia; con poco éxito para el lector y para los calcado.
personajes, claro está. - Pero si quiere ser semejante a ellos, tiene
Y le inquieta que por determinación del que probarlos, porque . los signos (legibles) no
destino su. amo haya tenido que bajar hasta esta se asemejan ya a los seres (visibles). Todos es-
caverna, para desquiciarse más. De este rnodo, tos textos escritos, todas estas novelas extrava-
van convergiendo muchas relaciones. El sueño, la gantes carecen justamente de igual: nada en el
locura- y la muerte se han entrelazado en esta ca-
: mundo se les ha asemejado jamás: su lenguaje

105
enunciación
Artículo de reflexión

infinito queda en suspenso, sin que ninguna terasentre lo real y lo fantástico se rompen. En-
similitud venga -nunca a llenarlo; podrían ar- seguida, Montesinos le dice que habrá un tiempo
der por completo,la figura del mundo no-cam- para desencantar a los personajes.
biaría: Al asemejarse a los tex'tbs.,cle los cuales Alguien aparece súbitamente, le trae un
- es testigo, representante, análogo verdadero, recado de Dulcinea pero le produce pena a Don
Don Quijote debe proporcionar la demostra- Quijote porque le manda pedir dinero con una
ción y ofrecer la marca indudable de que di- doncella. Dulcinea queda en un segundo plano
cen verdad, de que son el lenguaje del mundo y en el fondo de la historia, casi inexistente. Con
(Fpucault, 2001, 53). actitud ingenua Don Quijote pregunta a Monte-
sinos si los encantados tienen necesidades. Iró-
Esté moménto de tensión entre el amo y su nicamente, Montesinos le insinúa que le envíe
escudero termina; Sancho le pregunta - si Dulci- el dinero para sus necesidades. Esta caracteriza-
nea le ha dicho algo. Y como ha sucedido repeti- ción de tipo prosaico muestra que no se trata de
damente, este diálogo es otra formá de hilar los personajes ideales, sino de seres de carne y hueso
planos `de la ficción, para que la palabra sea esen- que dependen, de relaciones inmediatas y están
cial. De nuevo, el lector queda ligado al texto de determinados por las circunstancias.
un modo-estético muy particular:
La palabra no r q uarda
La percepción estética así entendida solo el sentido, lo fragmenta ,

puede surgir de una desconceptualización del o vuelve ficción escritura


mundo, con el fin de hacernos divisar las cosas narración.
en- la manifestación liberada de su pura visibi-
lidad (2002,65). Mediante una acotación dirigida a Sancho,
Don Quijote reacciona molesto porque sólo pue-
Dulcinea encantada de darle 4 reales. Este rasgo anímico indica que
el personaje sufre un hondo conflicto: se halla en
el borde de los mundos y se debate entre el ser
Don Quijote reconoce a Dulcinea por los ves- conciente de sus actos y el enamoramiento. El
tidos, quiso seguirla y hablarle pero ella huye. Ella texto deja ver la tensión intérior de un persona-
le manda pedir prestados 6 reales, Don Quijote dice je complejo que lucha con el mundo real y con el
que no tiene y quiere desencantarla para retenerla, mundo imaginario. Don Quijote reconoce ade-
,

le manda cuatro con la doncella para Dulcinea y la más que su propósito es desencantar a Dulcinea
doncella brinca y se va. y que sólo eso le hará retornar a sí mismo y pro-
ducir tranquilidad, porque en este momento ella
Finalmente, la historia se centra en las referencias le ha producido dolor. Quizá alcanza a compren-
a Dulcinea. Don Quijote la reconoce por el vesti- der que ella es una proyección de su imagina-
do. La relación entre la apariencia y la existencia ción. La soga de la cueva se tensa tanto entre los
es ambigua. Lo que aparece es el ser de quien esta dos mundos que parece romperse.
ahí: el vestido foculta el espíritu. Comaen una evo- La doncella recibe el mensaje del Quijote sin
cación de Dante, al llamarla, ella lo ignora y huye. entender la situación. Da un brinco y se va. Esta
Para entrelazar simultáneamente aún más actitud acrecienta el dolor del Quijote. La donce-
los planos de la historia, Don Quijote dice que lla surge dentro: del mundo encantado por Merlín,
Montesinos le advirtió que ya no la siguiera por- pero más bien parece que proviene de un mundo
que debía subir y salir de la caverna, esfumarse desencantado y prosaico que Don Quijote no re-
del encantamiento. Esto indica que los persona- conoce. Este es un juego de espejismos en el que
jes traspasan los planos ficcionales, tienen como los seres humanos se hunden.. Sin embargo, este
una clarividencia cristalina, como si el castillo juego produce en el personaje una toma distancia
transparente les dejara ver el futuro. Así las fron- que le hacer_comprender su propia situación con-

106
enunciación

Estética e interpretación en el discurso literario: La cueva de Montesinos de "Don Quijote"

tradictoria. Don Quijote alcanza cierto grado de estás experimentado en las cosas del mundo,
conciencia a través de estos rasgos prosaicos. Este todas las cosas que tienen algo de dificultad
tono irónico también es un llamado al lector para te parecen imposibles; pero andará el tiempo,
que tome distancia y haga una lectura crítica del como otra vez he dicho, y yo te contaré algunas
texto. Jauss lo explica de este modo: de las que allá abajo he visto, que te harán creer
las que aquí he contado, cuya verdad ni admite
Estos procedimientos pueden agruparse réplica ni disputa (599).
bajo el nombre de identificación irónica: el es-
pectador o el lector que se resiste a la esperada Se cierra el relato con la respuesta del Qui-
identificación con lo representado es rescatado jote frente a la preocupación de su escudero. El
de la inmediatez de su comportamiento es- lector queda en manos de su soñador, inalterado,
tético, con el fin de posibilitar la reflexión de decidido a mantener abierta la puerta de la cueva
la conciencia receptora y liberarla para actuar de Montesinos, a prefigurar en el futuro, en ótra
personalmente. (2002, 84). lectura del texto, uña historia más imaginaria,
por tanto, más creíble y más verdadera.
Éste ha sido el paso por el texto. Ha sido
Entre la locura y el sentido el recorrido por el tejido de la ambigüedad, que
va anudando lo fantástico y lo real y al mismo
Sancho se pregunta qué le ha hecho perder el tiempo -.s;a produciendo un efecto de simultanei-
ju icio al Quijote. dad: entre la mirada de Sancho y el primo, en
mitad de los cristales del palacio de Montesinos
La aventura se cierra con la preocupación de y Durandarte, entre las fronteras entre la vida y
Sancho porque parece que su amo ha entrado en la muerte, por entre la fisura del tiempo, bajo el
la locura. Como en un efecto de salida y entra- movimiento circular en la eternidad del encan-
da en el mundo del encantamiento qúe produce tamiento en el que los cuerpos se deshacen en
un movimiento pendular, el lector también lu- la perdurabilidad de lo fugitivo. Sin dioses, sin
cha entre la locura y la razón, entre el estar fue- mundo inteligible que sustente el mundo de la
ra y dentro del texto simultáneamente: entre esta apariencia se ha construido la caverna de la des-
aventura y todo el texto cervantino, entre el texto trucción imaginaria del lenguaje que se quiebra
del Quijote y todos los textos. en infinitos instantes. La palabra no resguarda el
Hay una súplica a Dios para que regrese el sentido, lo fragmenta, lo vuelve ficción, escritu-
sentido a su amo. Pero se sabe que será inútil. El ra, naHación. El libro de la metafísica de los fun-
efecto desquiciante de la literatura es inevitable. damentos se ha destruido. Se ha dado el juego
múltiple de deconstrucción entre el mundo del
texto y el mundo del lector.
Retorno al plano Esta experiencia de lectura ha mostrado
de la narración primaria que el lenguaje, lejos de ser un sistema autónomo
que explica los acontecimientos del habla, es el
—¡Oh santo Dios! dijo a esté tiempo dando habla . misma y por'ende - escritura y silencio para
una gran voz Sancho—. ¿Es posible que tal hay en la escucha. Sólo como escritura que se lee, como
él mundo, y que tengan en él tanta fuerza los en- diálogo entre lector y texto, el lenguaje sucede.
cantadores y encantamentos, que hayan trocado Este es su carácter discursivo que rompe con la
el buen juicio de mi señor en-una tan disparatada dicotomía entre significante y significado, que lo
locura? ¡Oh señor, señor, por quien Dios es, que vuelve experiencia estética viva, y por tanto, éti-
vuestra merced mire por sí y vuelva por su honra, ca, en un mundo de perspectivas múltiples y si-
y no dé crédito a esas vaciedades que le tienen multáneas. En consecuencia, este modo de leer
menguado y descabalado el sentido! exige transformaciones en las estrategias peda-
—Como me quieres bien, Sancho, hablas gógicas de la lectura de los textos literarios en el
desa manera —dijo don Quijote—; y, como no aula de clase. á

107
enunciación
Artículo de reflexión

. ¿Quién soy yo quién eres tú? Barce-


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enunciación

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