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A Magallanes llegaron hace 4 años 200 ejemplares del arbusto para intentar su adaptación a la
zona. La iniciativa corresponde a una actividad conjunta entre la Universidad de Magallanes y la
Fundación Chile, y su cultivo en la región forma la base de la tesis final con la que el estudiante de
ingeniería agropecuaria Sergio Vidal opta a ese título.
En ese contexto, Vidal y el ingeniero en recursos naturales Julio Yaguello -del Centro Hortícola del
Instituto de la Patagonia- están al cuidado hoy de tres variedades de los arbustos sembrados en
ese lugar. Después de cuatro años y dos temporadas de cosecha, los resultados se ven
alentadores.
Pura vitamina C
El fruto del sanddorn es una pequeña baya de color anaranjado y sabor agridulce.
Los estudios han revelado que 100 gramos de naranja contienen 55 miligramos de vitamina C;
mientras que igual cantidad de gramos del fruto del sanddorn llega a tener 1.300 miligramos de esa
vitamina. Con ese índice también supera la concentración de la vitamina presente en frutas como
el kiwi y el limón. Y sus cualidades alimenticias no terminan allí pues presenta importantes niveles
de carbohidratos y minerales.
Las bayas se pueden consumir directamente o bien se pueden congelar o elaborar puré con ellas.
Según las estimaciones elaboradas por Sergio Vidal y Julio Yaguello, al nivel de producción
mostrado por los ejemplares en estudio esta temporada se puede llegar a unas 3 ó 4 toneladas de
frutos por cada hectárea sembrada.
Pero lo interesante es que el "peack" productivo del sanddorn se alcanza en su cuarta temporada
productiva -es decir en dos años- cuando se estima será capaz de rendir hasta 16 toneladas por
hectárea.
Bondades
Se trata de una especie con potencial comercial porque tiene gran aceptación en los países de
Europa pues es una planta con varias cualidades, que no se reducen sólo al fruto. En el fondo, es
una especie donde todo es aprovechable.
Las hojas, las bayas y la corteza pueden ser usadas, por ejemplo, en la industria farmacológica
para elaborar cicatrizantes y antioxidantes; en cosmetología para obtener aceites y cremas; y en
alimentos como saborizante en yoghurts, jaleas, mermeladas, jugos, vino o champagne, entre una
larga lista de posibles usos.
Por otra parte, los restos de los frutos y las hojas del arbusto también tiene potencial uso como
alimento para animales.
Además, la simbiosis o asociación que se produce entre las raíces del sanddorn y ciertos hongos
que se alojan en ellas contribuye a enriquecer el suelo donde está sembrada, pues permite
capturar el nitrógeno de la atmósfera y fijarlo en la tierra. Desde esa perspectiva la planta es capaz
de mejorar con el tiempo las condiciones nutritivas de tierras áridas y sin condiciones para el
cultivo.
No le resulta difícil hacerlo pues, aparte de pequeños cuidados durante los primeros meses de
plantado, este arbusto no requiere de mayores cuidados y ha demostrado una adaptación óptima a
las condiciones de esta zona. De hecho, los pocos ejemplares en el Instituto de la Patagonia están
a la intemperie desde que fueron sembrados.
Sergio Vidal explicó que la adaptación de los ejemplares ha sido favorable, y se cree que en ello
influye el que las condiciones climáticas de la región son similares a las de la zona de origen del
arbusto.
A diferencia de los otros puntos del país donde se está experimentando con esta planta, la
producción en Magallanes se dio con un año de retraso pero en una época que favorece una
potencial exportación del fruto a Europa. Asimismo, las variedades que aquí han demostrado
mayor productividad son distintas a las que lo han hecho en el norte del país.
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