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“Creo que hay un cambio en el tiempo. No soy un gran creyente en la contribución del
hombre al cambio climático”, afirmó en una entrevista en el 2016. “Acepto que el
cambio climático esté causando algunos problemas: nos hace gastar miles de
millones de dólares en desarrollar tecnologías que no necesitamos”, dijo también en
su libro ‘América lisiada’.
¿Pero es el cambio climático una realidad que pone en riesgo la supervivencia futura
del ser humano? ¿O simplemente un problema económico, como lo reduce Trump?
Vanguardia Liberal habló con el doctor Stefan Kienberger, científico líder del
departamento de Geoinformática - Z_GIS de la Universidad de Salzburgo, Austria, uno
de los mayores investigadores del mundo en esta materia. Kienberger es geógrafo y
desarrolla cálculos de riesgos en el contexto del cambio climático, para informar y
respaldar a quienes toman las decisiones para identificar las medidas apropiadas de
adaptación a lo que está ocurriendo en el planeta.
Preguntas y respuestas
¿Qué tan lejanas están las consecuencias? ¿Algunas partes del mundo estarán
más afectadas?
Ya se pueden sentir y ver algunos de los impactos del cambio climático. Como ya lo
mencioné, el retroceso de los glaciares es un ejemplo. Otro es el impacto en la
hidrología (ríos, inundaciones, sequías, etc.) o la producción de alimentos. Así como
los sistemas sociales y naturales varían en diferentes partes de la Tierra, así también
los impactos serán diferentes.
Para nombrar algunos impactos en América Latina, basado en las conclusiones del
IPCC, hay un incremento en precipitaciones anuales en la Suramérica del sureste,
que contrasta con una tendencia a la disminución en América Central y el centro y sur
de Chile. En toda Sur y Centroamérica se ha detectado calentamiento (0.7°C a 1°C)
desde mediados de la década de 1970, excepto por el enfriamiento de la costa de
Chile de –1 °C. Se ha identificado un incremento de temperaturas extremas en
América Central y en casi toda Suramérica tropical y subtropical, mientras que el
incremento en frecuencia de lluvias extremas en el sureste de Suramérica ha
favorecido incidentes de derrumbes e inundaciones repentinas. Adicionalmente, otras
actividades humanas como la deforestación o usos de la tierra que contribuyen a la
degradación medioambiental empeoran los impactos negativos del cambio climático.
Otros impactos podrán originarse en el aumento del nivel del mar. Además, podremos
ver efectos en la salud como enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como
la cambiante distribución de enfermedades transmitidas por vectores o por el agua.
Lo que es importante es que los diferentes países lleven a cabo evaluaciones para
identificar los riesgos e impactos potenciales del cambio climático, así como las
oportunidades para adaptarse a este.
Si pudiéramos parar ahora las emisiones de CO2, ¿Sería tarde? ¿Qué tan
peligroso puede ser seguir el camino de Trump?
Los científicos desarrollan y usan un número de escenarios hipotéticos para poder ver
cómo reacciona el clima según diferentes suposiciones de emisiones y también de
condiciones socioeconómicas. Es importante entender que esto no son predicciones,
como las del tiempo, sino proyecciones que muestran probabilidades de que algo
suceda. Ayudan a contestar las preguntas del tipo “qué pasaría si...”. Lo que es
importante saber es que el cambio de temperaturas para el futuro cercano (2016–
2035) es similar en todos los escenarios hipotéticos, y será probablemente en el rango
de 0,3°C a 0,7°C. Los diferentes escenarios se empiezan a diferenciar para mediados
del siglo XXI y continúan divergiendo a partir de ahí. Por ejemplo, si empezáramos a
reducir emisiones muy significativamente ahora mismo, algo muy poco realista, para
finales de nuestro siglo el incremento de temperatura será de 0,3 a 1,7°C.
Si las emisiones continúan subiendo a lo largo del siglo XXI, o sea el escenario
hipotético de seguir como hasta ahora, la temperatura aumentaría de 2,6 a 4,8°C.
¡Los impactos que esto tendría serían significativamente diferentes a los del escenario
anterior! Lo que hagamos ahora y las decisiones que tomemos ahora tendrá impacto
en las generaciones por venir.
¿Tiene algún sentido seguir pensando en construir oleoductos o buscando más
petróleo?
Es clave que reduzcamos significativamente las emisiones de gases de invernadero,
como la quema de carbón y petróleo, pues estos no son renovables. Actualmente
contaminamos lanzando a nuestra atmósfera en unos pocos años lo que ha estado
guardado durante millones de años. Sí, necesitamos que nuestra sociedad encuentre
y promocione fuentes alternativas de energía.
¿Nos podría decir algo acerca del estado actual de la Corriente del Golfo y las
consecuencias para Europa si se debilita? ¿Qué dice acerca de la posibilidad de
que el calentamiento global se torne en una nueva era glacial?
No soy experto en este tema. El sistema climático y sus conexiones con otros
sistemas, como por ejemplo el de las corrientes marinas, es muy complejo y en estos
momentos no podemos saber todos los impactos directos, especialmente con
fenómenos como la Corriente del Golfo. Científicos están trabajando en lograr un
mejor entendimiento sobre este tema. Sin embargo, nuevamente, el tema clave es: los
humanos estamos impactando fuertemente el clima actual y los sistemas naturales, y
esto tendrá consecuencias negativas.
¿Qué podemos hacer?
Hay dos maneras de lidiar con el cambio climático. La mitigación, o sea la reducción
de la emisión de los gases de invernadero y la adaptación al previsto cambio
climático. Van de la mano. Personalmente, creo que tenemos que abordar ambos
aspectos a un nivel individual y colectivo. Individualmente podemos pensar en cómo
reducir emisiones en nuestro entorno personal. Esto tiene que ver mucho con
nuestros patrones de consumo, por ejemplo el uso de carros o aviones, pero también
el consumo de carne, entre muchos posibles ejemplos. No tenemos que cambiar
nuestra vida de un momento a otro, pero empezar con pequeños pasos e ir
incrementándolos, esto puede ser clave creo yo. Muchas personas asocian esto con
restricciones. Claro que puede ser un desafío cambiar de costumbres, pero por esto
es importante empezar poco a poco. Por ejemplo comer menos carne no solo tiene un
impacto positivo en el medio ambiente, sino también en la salud personal. La segunda
parte es que hay que enfrentar el cambio climático a nivel colectivo. Los gobiernos
son responsables de proporcionar las condiciones para reducir emisiones y también,
de identificar medidas para la adaptación al cambio climático. Por ejemplo, al fomentar
el transporte público, se podría ayudar a la población a cambiar de costumbres. Es
importante pensar a largo plazo e integrar la adaptación al cambio climático en los
actuales planes de desarrollo. Es nuestra responsabilidad individual que nuestros
descendientes, hijos y nietos, no sufran por lo que estamos haciendo actualmente.
Publicada por
GISELA RUISECO, ESPECIAL VANGUARDIA LIBERAL