SOCIALIZACIÓN DE LOS ENSAYOS

Yschel Soto Espinoza

Las condiciones en las que el campo se encuentra actualmente no es nada nuevo;

pareciera que la corrupción, vejación y marginación son los lastres que etiquetan al sector rural
en este país; que la constante condonación de la falta de legislación y apoyos al sector
agropecuario son la cotidianeidad.

Pese a que es una realidad evidente, hoy día se ha tornado parte del diario devenir las
cifras alarmantes producto del cambio climático ambiental, las sequias y el deterioro
ambiental, la falta de poder adquisitivo en las provincias, la falta de oportunidades y la
constante creación de programas emergentes que no subsanan las problemáticas,
independientemente del rubro al que sean asignadas.

Por ello, la educación no es la excepción a esta desafortunada regla ya que pese a ser
algo que pareciera distar de nuestro entorno inmediato, es una realidad más próxima a lo que
se cree pues no sólo guarda relación con el actual programa de estudios que cursamos sino que
va más allá por ser la fuente de alimentos, la base étnico-cultural del país y sus diversidades,
por ser la mayoría de la población nacional; no obstante de ser la mayoría de este grupo legos –
como lo mencionaba en mi primer ensayo- coincidimos en que la educación agrícola es la
alternativa para generar un agente de verdadera transformación e impacto en el sector
agropecuario, que es a partir de la creatividad y el enriquecimiento de los orígenes que los
jóvenes extraídos de sus comunidades de origen puedan encontrar sentido a regresar y
compartir el saber, que es necesario instruirlos en los elementos técnicos y los conocimientos
pero de igual modo en una formación integral que se traduzca en el egreso de jóvenes
propositivos que impacten de manera favorable a su sociedad.

También es evidente que las divergencias se pueden entender a partir de la interacción

que cada uno de nosotros a tenido con estos temas, la propia formación y, porque no, la propia
conciencia social de las responsabilidades y compromisos que nos corresponde asumir, de las
propias experiencias de investigación y las horas de estudio invertidas que nos conducirán, en
un primer intento, para intentar dejar de ser legos…