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Aproximación a la esencia del sufrimiento

The essence of suffering

F. Torralba

RESUMEN ABSTRACT
En este artículo, se pretende explorar la esencia This article explores the essence of suffering on
del sufrimiento a partir de la filosofía de santo Tomás the basis of the philosophy of Saint Thomas of
de Aquino. El autor plantea la definición de sufrimien- Aquinas. The author sets out the definition of suffering
to y, posteriormente, los tipos y formas de padeci- and, subsequently, the types and forms of suffering
miento que puede sufrir el ser humano. that the human being can undergo.
Palabras clave. Sufrimiento. Tristeza. Santo Tomás. Key words. Suffering. Sadness. Saint Thomas.

An. Sist. Sanit. Navar. 2007; 30 (Supl. 3): 23-37.

Institut Borja de Bioètica. Universidad Correspondencia:


Ramon Llull. Barcelona. D. Francesc Torralba
Institut Borja de Bioética
C/ Santa Rosa, 39-57, 3ª planta
08950 Esplugues (Barcelona)
Tfno. 936 006106
e-mail: ftorralba@ibb.hsjdbcn.org

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F. Torralba

DIFÍCIL DEFINICIÓN Toda definición es, a pesar de todo,


limitada. El contacto con quienes sufren
Médicos, biólogos y científicos no se pone de manifiesto el inmenso vacío que
ponen de acuerdo cuando se trata de defi- separa el discurso sobre el dolor y los
nir qué es el sufrimiento. Es curioso que un enfermos que lo sufren en propia carne.
hecho tan banal y universal como el dolor, Hechas estas consideraciones propedéuti-
al que todo el mundo considera conocer y cas, adoptamos la definición de un pensa-
poder identificar, sea tan difícil de definir dor del siglo XIII, santo Tomás de Aquino.
satisfactoriamente. En un diccionario con-
siderado para muchos una autoridad se
puede leer que el sufrimiento es una sen- APROXIMACIÓN FILOSÓFICA.
sación penosa causada por una excitación COMENTARIO A SANTO TOMÁS
violenta de las terminaciones cutáneas o Santo Tomás considera que el dolor
viscerales de fibras nerviosas especializa- exige dos cosas: «alcanzar un mal –que es
das. Como podemos ver, esta definición de mal porque nos priva de un bien– y la per-
dolor se ciñe al ámbito fisiológico del indi- cepción de este logro» (S. Th., I-II, 1. 35 a.
viduo. 1). En efecto, todo sufrimiento para ser
La IASP (Internacional Association for sufrimiento necesita cumplir dos condicio-
the Study of Pain) ha adoptado la siguiente nes: en primer lugar el logro de un mal y en
definición: «Sensación y emoción desagra- segundo lugar la percepción de este logro
dables asociadas a lesiones de los tejidos, (coniunctio alicuius mali et perceptio huius-
presentes o potenciales, o presentadas en modi coniunctionis). Ambas condiciones
tales términos». A pesar de su extensión y son necesarias y suficientes.
la evidente intención de no restringir el El mal, en la metafísica de santo Tomás,
campo semántico, esta definición continúa es un ente de razón y no un ente real (S. Th.,
estando centrada en el carácter desagra- I 1. 48 a. 2 ad 2), cosa que significa que no
dable del dolor, y no en el hecho esencial y tiene realidad ontológica, sino que es una
característico de este factum. privación de bien (S. Th., I q. 13 a. 10), una
imperfección. El mal no es algo existente, es
Se podría describir el sufrimiento como decir, una naturaleza, o un espíritu, ni está
el efecto del dolor, aunque las exigencias en las cosas existentes como una parte de
del lenguaje nos obligan a utilizar ambas su perfección, más bien al contrario, está
palabras indistintamente para evitar reite- como privación de bien, como privación de
raciones frecuentes. Algia sería un sinóni- ser (S. Th., I q. 48 a. 1).
mo perfecto, pero esta palabra ha tomado
un carácter ligeramente pedante y se utili- Así lo expresa en el Compendio de Teo-
za para denominar dolores muy localiza- logía: «Tenemos que considerar que, así
dos, como la cefalgia para los dolores de como con el nombre de bien entendemos
cabeza. la perfección del ser, con el nombre de mal
no entendemos nada más que la privación
Uno se pregunta: ¿qué es exactamente de esta perfección. Ahora bien, como que
el dolor? ¿Una sensación, o una emoción? la privación propiamente dicha es la priva-
¿Una emoción relativa a una sensación?, o ción de un bien debido a que le pertenece
más bien, recuperando la fórmula de la en un tiempo y de una manera determina-
IASP, ¿una sensación y una emoción? La da, es evidente que denominamos mala
pregunta queda sin respuesta. una cosa porque está falta de una perfec-
Nuestra intención es aportar aquí una ción que debe tener. Por ejemplo, si a un
definición de carácter general y no exclusi- hombre le falta el sentido de la visión, es
va, una definición esencial, de carácter un mal para él, pero no lo es para una pie-
filosófico, no médico, ni fisiológico, una dra, porque la visión no es propia de ésta».
definición que incluya las aproximaciones (& 223).
científicas, éticas y religiosas. A partir de El mal no tiene una realidad física, ni es
esta definición podremos inserir todas las un principio autónomo que se opone al
formas posibles de sufrimiento: externas e bien, como defendían los maniqueos, sino
internas, físicas y anímicas. que es justamente ausencia de bien. Como

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APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

dice santo Tomás: «El mal no puede existir pio de la naturaleza, como la sordera o la
por sí (per se) dado que no tiene esencia ceguera, sea en la relación respecto al fin,
(S. C. G., III cap. 11). Los entes participan es decir, al fracaso, causa el sufrimiento.
del ser (esse) según su naturaleza esencial.
Hay algunos que participan del ser con Santo Tomás aún hace una segunda dis-
más plenitud ontológica porque están tinción. Las cosas tienden a un fin, que es
dotados de entendimiento y de voluntad. su bien; pero también pueden seguir una
Otros, en cambio, participan muy ínfima- conducta desordenada y no dirigirse al
mente. Existe una cadena jerárquica de los bien que les es propio. Es decir, el sujeto
entes. A cada escalón le corresponde un puede desviarse del fin que le está reser-
determinado grado o nivel de bien. El ente vado, sea de forma natural, sea de forma
tiende a alcanzar este bien que está a su voluntaria o intencional. Por ejemplo, la
alcance, movido por el dinamismo perfec- naturaleza obra mal cuando no conduce la
tivo (J. Bofill). Si no consigue gozar de este cosa engendrada a la disposición y forma
bien que le corresponde por naturaleza, adecuadas, como cuando en la naturaleza
sufre. Esta privación de bien es el mal. nacen monstruos. La percepción de este
mal causa dolor. Pero esta desviación res-
Así lo explica santo Tomás en la Suma pecto al fin puede ser también intencional,
contra los gentiles: «El mal está en la sustan- como, por ejemplo, cuando un médico, en
cia cuando a ésta le falta lo que tiene que lugar de restablecer la salud, conduce un
tener por naturaleza, y por esto no es mal enfermo hacia la muerte. En este caso hay
que un hombre no tenga alas, porque no le un alejamiento del fin de forma intencio-
pertenecen naturalmente; y si no tiene cabe- nal. Es el mal de la culpa. Y este mal tam-
llos rubios, esto no es un mal, ya que, aun- bién produce sufrimiento. Por tanto, todo
que le corresponderían por naturaleza, no es género de mal, sea natural o voluntario,
necesario que tenga. Sería, en cambio, un produce, en último término, sufrimiento.
mal si no tuviera manos, ya que por natura-
leza tiene que tenerlas, si es perfecto; pero Ahora bien, el dolor siempre es dolor
en cambio, esto no sería un mal para un pája- de un sujeto que lo sufre. No existe el sufri-
ro. Toda privación, por tanto, tomada estric- miento en sí mismo considerado, in gene-
ta y propiamente, es de algo que se tiene que re, sino que siempre se refiere a un ente
tener por naturaleza. Así, pues, la privación que percibe el mal. Por tanto, no todo mal
entendida de esta forma, siempre incluye la causa dolor, sino tan sólo el que recae
razón del mal (ratio mali) (L. III, cap. 6). sobre un sujeto capaz de percibirlo como
tal. Una roca no percibe el mal, porque non
Santo Tomás distingue un doble género está dotada de sentidos, ni internos ni
de mal: «Siendo el mal una privación y un externos; por tanto, tampoco sufre. Tan
defecto, según se ha dicho antes, este solo aquel ser capaz de percibir el mal
defecto puede surgir en una determinada puede sufrir. El animal sufre en la medida
cosa no sólo en referencia a su naturaleza, en que siente un determinado mal: una
sino también cuando su relación es orde- indisposición fisiológica, una privación de
nada a un fin. Por consiguiente, el mal se sus facultades… El hombre sufre en la
predica de dos formas, a saber, según un medida en que percibe un mal, que puede
defecto en la propia cosa, como la ceguera ser de diferentes formas: físico (corporal),
es un mal en el animal y según un defecto espiritual (anímico) y puede ser producido
en la acción, como la cojera, que represen- de una manera natural (un dolor de mue-
ta una acción con un defecto» (Compendio, las), o de una forma voluntaria.
& 119). Por tanto, el mal considerado
como privación del bien puede residir en Una cosa puede ser objeto de una
dos lugares: en la propia naturaleza del determinada imperfección, pero no perci-
ente, o bien en su relación con un determi- birla. Para que haya dolor tiene que haber
nado fin. En ambos casos el mal causa mal, y percepción de este mal. El hombre
sufrimiento en el sujeto. puede estar realizando una mala opera-
ción, pero al no percibir esta falta de per-
La percepción de esta imperfección, de fección, no sufre. No todos los entes perci-
esta privación de bien, sea por defecto pro- ben el mal de la misma forma. Hay algunos

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que son más sensibles y perfeccionistas; en que busque el bien y no consiga alcan-
hay otros, en cambio, que son más opacos zarlo, caerá en el sufrimiento. O dicho de
al mal propio o ajeno. El sufrimiento es, en otra forma, cuando la naturaleza apetezca
el fondo, una cuestión de percepción. Una una cosa como bien y sea privada de ésta,
imperfección de la naturaleza, un determi- entonces se resentirá, cosa que provocará
nado desorden o privación de bien se la pasión del dolor en el apetito sensitivo o
puede percibir de forma muy distinta intelectivo (S. Th., I-II q. 35 a. 1).
según el sujeto que lo esté observando o Por tanto, el sufrimiento está íntima-
sufriendo. Hay individuos que tienen más mente vinculado a la búsqueda del bien. Si
tendencia a sufrir porque son más sensi- el hombre no buscara su bien, tampoco no
bles al mal, a la imperfección. Otros, en percibiría la privación de este bien y no
cambio, no matizan tanto, y a veces, come- sufriría. Pero esto es del todo imposible,
ten una acción desordenada, que ni siquie- porque el hombre, por propia naturaleza
ra perciben como tal. (per naturam), tiende a buscar su bien,
Tal y como vemos, pues, el sufrimiento tanto físico como espiritual. Por consi-
siempre se refiere a un sujeto. Pero, ¿en guiente, el hombre, como cualquier otro
qué lugar del sujeto incide el dolor? En el ente capaz de percibir, está totalmente
apetito sensitivo o en el apetito intelecti- abierto a la posibilidad del mal y del dolor.
vo. Depende de la naturaleza del mal. Si el Torras i Bages interpreta la tesis de
mal es corporal, entonces el dolor reside santo Tomás considerando que el deseo
en el apetito sensitivo. Si el mal, en cam- de unidad es la causa del dolor. Dice el
bio, es de origen espiritual, entonces el sabio de Vic: «Los hombres nos sentimos
dolor pertenece al apetito intelectivo. El incompletos, y el amor de la unidad tiene
dolor del animal sólo puede residir en el unas exigencias tan poderosas que siem-
apetito sensitivo porque no tiene espiri- pre que no hallamos desposeídos de ella,
tualidad. cuando echamos a faltar alguna cosa siem-
Dice santo Tomás por lo que respecta a pre que un obstáculo nos impide, experi-
esta cuestión: «Decimos con toda propie- mentamos como una amputación en nues-
dad que el dolor es una pasión, en la medi- tra naturaleza y no sosegamos y sufrimos
da en que es en el apetito sensitivo, de la como a quien le falta una parte de vida…»
misma forma que las molestias corporales (Ciència del patir, p. 15).
son denominadas propiamente pasiones En efecto, el hombre tiende a la unidad,
del cuerpo. En este sentido, Agustín dice a la armonía, a la plenitud. En este caminar
que el dolor es especialmente una enfer- hacia la unidad tropieza con frecuencia
medad (S. Th., I-II, q. 35 a. 1). con obstáculos e inconvenientes que
hacen de su vida un calvario. El deseo de
SUFRIMIENTO Y DESEO DE UNIDAD unidad y de paz es causa del dolor. Si el
hombre no tuviera este anhelo, tampoco
Todos los entes, incluso aquellos faltos
no sentiría su ausencia. Pero esto es impo-
de entendimiento, tienden por naturaleza
sible. El apetito de armonía es, según
al bien (Quomodo appetunt bonum etiam
Torras i Bages, el motor del dolor.
quae cognitatione carent) (S. C. G., III cap.
24). Las cosas tienden a buscar su propio
bien. El ente puede llegar a alcanzar este EXCURSUS SOBRE LA NO-VOLICIÓN
bien, pero también puede no conseguirlo. Algunos pensadores y místicos orienta-
Si consigue el bien y lo percibe como tal, les han considerado que la clave de la feli-
entonces llega al estado de placer, ya que cidad está en el no-desear, en la no-voli-
el placer es, según santo Tomás, alcanzar ción. Si no se desea nada, tampoco no se
el bien y la percepción de este logro. sufre la privación de ningún bien. La clave
Ahora bien, si no consigue alcanzar el de la bienaventuranza humana radica en la
bien, entonces permanece en la privación quietud, en la calma, en el aislamiento del
de este bien y la privación de este bien es mundo, de la praxis y de las pasiones.
el mal. La percepción de este mal es el Lo podemos leer en el Tao te King, de
dolor. Por tanto, el hombre, en la medida Lao Tse: «Es por esto que dice el santo: si

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APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

yo practico el no-actuar, el pueblo se trans- cap. 3). El ente natural tiene, pues, un con-
forma a sí mismo. Si yo amo la quietud, el natus hacia el fin. Puede tender hacia él
pueblo se corrige a sí mismo. Si yo no ali- solamente per natura, como los entes irra-
mento ningún deseo, el pueblo vuelve de sí cionales, que no están dotados de entendi-
mismo a la simplicidad». (& LVII). Y añade miento, o puede tender hacia el fin por
en otro lugar: «Alcanza la suprema vacui- naturaleza y además de forma voluntaria,
dad y permanece en quietud; frente al hor- como es el caso del hombre. Pero en
migueo airado de los seres no contemples ambos casos, la realidad siempre es teleo-
otra cosa que su retorno. Los seres diver- lógica, es decir, va orientada hacia un fin,
sos del mundo volverán a su raíz. Volver a hacia un puerto.
la raíz es instalarse en la quietud; instalar- Por tanto, el sufrimiento es inherente a
se en la quietud es volver a encontrar el la vida, no sólo por causa de las privacio-
orden; volver a encontrar el orden es cono- nes naturales, sino por causa del fin. Si hay
cer lo constante; conocer lo constante es un fin, existe, inevitablemente, el sufri-
la iluminación (& XVI). miento.
En la tradición occidental, la tesis de la
no-volición y la quietud de las pasiones SUFRIMIENTO, FILOSOFÍA Y VIDA
han sido defendidas por la escuela estoica.
Si bien es cierto que uno y otro plantea- Es interesante ahondar en esta concep-
miento no pueden identificarse, sí es cier- ción del dolor y compararla con otras con-
to que existe una afinidad de ideas por lo cepciones. Según santo Tomás, el dolor no
que comporta a la figura del sabio. El sabio es el elemento esencial ni definitorio de la
estoico es el ideal de humanidad, el para- vida, como postulaban los románticos ale-
digma de la tranquilidad, representa la cul- manes y el propio F. Nietzsche. A pesar de
minación de la apatheia. Los estoicos pen- ello, Santo Tomás reconoce que el vivir
saban que la última felicidad del hombre comporta sufrimiento por sí mismo. La
consistía en la tranquilidad de espíritu, en vida no es un campo en el que todo trans-
apaciguar las paciones, en amortiguar los curre con suavidad. Nada de eso. La vida
instintos, en definitiva, en la no codicia de está llena de dolor y santo Tomás no olvi-
un fin. da este componente vital. Por eso describe
el dolor como la percepción del mal que
Dice nuestro Séneca: «El hombre tiene hay en la vida.
que ser incorruptible y no debe dejarse
Ahora bien, el mal no es un elemento
vencer por las cosas externas, tiene que
única y exclusivamente negativo. Sí que es
estar atento en sí mismo, seguro de sus
un elemento privativo, pero su ser es el
fuerzas, preparado para la suerte y la des-
bien. La razón del sufrimiento no radica en
gracia, tiene que ser artífice de la propia
él mismo sino que radica en un bien. El
vida, su confianza no tiene que estar falta
mal, y por tanto, el dolor no tienen ser real,
de ciencia, ni su ciencia, de firmeza: tiene
sino que es un ente mental que indica falta
que ser constante en sus propósitos…»
de ser, falta de plenitud. A través del dolor
(De la brevedad de la vida, & 8).
nos damos cuenta de que no somos per-
A pesar de admitir el noble valor de la fectos, que no todos los fines están a nues-
ética estoica y, también, su carga aleccio- tro alcance. Nos damos cuenta, al fin y al
nadora, hay que decir que esta negación cabo, de que la vida es algo más serio que
del deseo que predica es contraria a la un juego de pulsiones (Freud), o una estra-
naturaleza, sea humana, sea animal. Todo tegia de intereses (Baudrillard). El dolor
ente, por el mero hecho de ser ente, tiende pone de manifiesto que no somos dioses,
a un fin y este fin es su bien. La dinámica sino individualidades que tendemos a un
teleológica es intrínseca al mismo ser natu- determinado fin que cuesta alcanzar.
ral. La planta busca la luz, el animal busca Como dice Torras i Bages comentando a
el alimento, el hombre busca su conserva- santo Tomás: «el sufrimiento o la contrarie-
ción y su perfección espiritual. dad son un ingrediente tan íntimo en la pre-
Todo agente natural busca su bien sente vida terrenal, que sin él se vuelve
(Omne agens agit propter bonum) (S.C.G., III asquerosa e incluso insoportable. No habría

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nada peor, si esto fuera posible, que un hom- existir nada que sea un mal en grado sumo,
bre que no tuviera ningún problema, ningu- como hay un bien en grado sumo, que es
na contrariedad, que todo fuera a su placer, esencialmente bueno» (Compendio, & 117).
que nadie le contradijera, que todo el Por consiguiente, santo Tomás descri-
mundo le diera la razón, que todo el mundo be un universo fundamentado en el ser y
le obsequiara, que en el momento de tener en el bien. Pero es cierto que en el mundo
un gusto, enseguida experimentara su satis- hay indigencia y sufrimiento. Este sufri-
facción; quien viviera en esta atmósfera, se miento brota de la percepción del mal,
ahogaría; y todos sabemos casos de suicidio pero el mal no se opone al bien, tal como
en hombres asqueados de vivir por no hemos visto, sino que es privación de este
poder soportar una vida en que los gozos se bien. Por tanto, es probable que nuestro
convertían en ascos por la monotonía de la mundo no sea el mejor de los mundos
satisfacción». (Ciència del patir, p. 14). posibles, tal como defendía Leibniz en su
Si bien el hombre rechaza por naturale- Teodicea, y seguramente no es absoluta-
za el dolor y tiende a alejarse de él, cabe mente perfecto, ya que no se identifica con
decir que una vida sin sufrimiento, sin sacri- Dios, como defendía Spinoza en su Ética
ficio, sin esfuerzo, resulta insípida, aburrida (Deus sive natura sive substantia), sino que
y pesada. El sufrimiento es un ingrediente más bien es un mundo que tiende a la per-
íntimo de la vida humana. Una vida sin sufri- fección, que peregrina hacia el Bien. Y esta
miento se convierte en una monótona melo- tendencia no siempre se convierte en acto.
día, en una línea continua e invariable en la La privación de este fin causa sufrimiento.
que no existe ninguna curva, ninguna des- Es el sufrimiento del mundo.
viación. El dolor, por tanto, también tiene Nos encontramos, pues, frente a una
su lado positivo, y a pesar de que el hombre interpretación filosófica que parte de la
se aleje del sufrimiento y trate de evitarlo, plenitud del ser y de la experiencia real y
también hay que decir que el sacrificio es la cotidiana del mal. Es una hermenéutica
sal de la vida. El hombre que lo tiene todo, racional equilibrada y fiel a la realidad de
que no le falta nada, que complace cómo- las cosas. Desde esta Weltanschaaung, el
damente todos sus deseos, que no busca mal no es la razón última del mundo, como
nada porque ya está harto de todo, se defendía Schopenhauer, sino una priva-
ahoga en su mundo autosuficiente y se ción de bien. Y por otra parte, esta cosmo-
hunde en la cueva del tedio. visión tampoco no cae en un optimismo
Esta misma idea la expresa también un ingenuo, tan típico de la mentalidad ilus-
autor actual, Daniel Innerarity. Dice así: trada, que tiende a tapar y oscurecer la
«Un futuro sin riesgo ni azares, una carrera realidad del sufrimiento y a dibujar un uni-
segura, una vida cotidiana exenta de ten- verso armónico en el que cada pieza fun-
sión figuran entre las condiciones más ciona a la perfección. Ambos elementos, la
habituales del aburrimiento. En este perfección del ser y la imperfección del
mundo, quien tiene todo lo que quiere, mal, se encuentran vinculados a la existen-
raya la desesperación» (Libertad como cia, pero cada uno interactúa desde su sta-
pasión, Eunsa, Pamplona, 1992, p. 85). tus ontológico.
Como dice también Jankélévitch, la facili-
dad excesiva aburre tanto como la dificul- SUFRIMIENTO Y TRISTEZA
tad exagerada desanima. A continuación, santo Tomás hace una
Es interesante reiterar la tesis de que el distinción muy acertada entre dos concep-
mal no tiene una entidad propia, sino que tos que, a veces, tomamos como sinóni-
brota del bien. Si no hubiera bien, tampoco mos pero que no son exactamente lo
no habría mal, porque el mal es privación, mismo. El autor de la Suma distingue entre
es negación de bien. Así lo explica santo dolor y tristeza.
Tomás: «No puede existir nada que sea Dice lo siguiente: «El placer y el dolor
esencialmente malo, porque siempre hace pueden tener su origen en una doble apre-
falta que un mal esté fundamentado en hensión, es decir, en la aprehensión de los
otro sujeto bueno; y por tanto, no puede sentidos exteriores o en la aprehensión

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APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

interior de la inteligencia o de la imagina- capaz de pensar, meditar y reflexionar


ción. La aprehensión se extiende a más sobre su vida y sus actos tampoco sentiría
objetos que la aprehensión exterior, dado tristeza. La tristeza solamente es posible
que lo que es objeto de la aprehensión en un ser inteligente e imaginativo. La
exterior lo es también de la interior pero aprehensión externa del dolor es universal
no al revés. Denominamos alegría sola- a todos los animales dotados de sentidos.
mente el placer causado por una aprehen- La aprehensión interior del dolor, en cam-
sión interior, como ya hemos dicho. Igual- bio, sólo es propia del ser inteligente,
mente, denominamos tristeza solamente al racional e imaginativo. Este dolor interior
dolor causado por una aprehensión inte- que es la tristeza afecta a cualquier sujeto
rior». (S. Th., I-II, q. 35 a. 2). globalmente considerado y produce en él
El dolor, tal como lo hemos visto con unos efectos mucho más graves y proble-
anterioridad, es la percepción de un mal. máticos que el dolor externo.
La aprehensión del dolor puede ser de dos Dice santo Tomás a continuación: «Los
tipos: interior o exterior. La aprehensión sentidos exteriores sólo perciben lo que es
exterior es la que tenemos a través de los presente. La facultad cognoscitiva interior,
sentidos externos, básicamente del tacto en cambio, puede percibir el presente, el
(una quemada, un pinchazo…). La apre- pasado y el futuro. Por eso puede haber tris-
hensión interior, en cambio, viene propi- teza del presente, del pasado y del futuro,
ciada por las facultades internas del suje- mientras que sólo podemos sentir dolor cor-
to, la inteligencia y la imaginación. Es poral de lo que es presente». (ibidem).
aquel dolor que se origina por el pensa- En efecto, un pinchazo, un dolor de
miento, por la reflexión, por la meditación, riñones, un dolor de cabeza, dura mientras
por el recuerdo o la simple imaginación. dura el dolor, y cuando el mal deja de inci-
Santo Tomás considera que la aprehensión dir sobre el órgano en cuestión, entonces
interior tiene un alcance más amplio que la también desaparece el dolor. El dolor que
aprehensión exterior. Es cierto, ya que la aprehendemos por los sentidos exteriores
aprehensión interior incluye la exterior (en dura lo que dura el mal y basta. El dolor
la medida en que la recordamos o simple- interior, en cambio, non tiene límites de
mente la pensamos) y contiene otras que duración. El pasado puede ser objeto de
no vienen motivadas por los sentidos tristeza. Un mal ocurrido hace mucho
externos. La aprehensión interior de un tiempo puede aflorar de nuevo en la cons-
dolor es lo que denominamos tristeza. Una ciencia y producir tristeza e incluso remor-
persona está triste cuando aprehende inte- dimiento. La anciana recuerda la tragedia
riormente un dolor. de la guerra civil, la muerte de su hija y de
Por tanto, dolor y tristeza no se identi- su marido. El dolor que sufrió en aquel
fican totalmente. El dolor es siempre la tiempo tan lejano vuelve a Omar forma en
aprehensión de un mal, pero esta aprehen- su presente histórico y le produce tristeza.
sión puede ser únicamente externa y éste El miedo a un mal que con toda probabi-
es el caso del dolor propiamente dicho, o lidad tiene que suceder en el futuro también
quizás también interior y en este caso esta- produce tristeza. El hombre está triste cuan-
mos tratando de la tristeza. Por eso, con- do su futuro es incierto, sea por causas labo-
cluye santo Tomás diciendo que la tristeza rales (dado que tiene un contrato basura y
es una especie de dolor (tristitia est que- le despedirán), sea por causas de salud (por
dam species doloris). el desarrollo de una enfermedad incurable),
o por razones afectivas (el inminente viaje
TRISTEZA, SUFRIMIENTO INTERIOR del esposo). En todos estos casos, el hom-
La tristeza se refiere más propiamente bre tiene la capacidad de avanzar mental-
a un dolor interior. Una persona que ha mente el futuro y de preverlo. Esta previsión
sufrido una desgracia familiar está triste, y de un futuro negro entristece el hombre y le
en cambio, no sufre ningún dolor externo. causa dolor interior.
La tristeza está motivada por la inteligen- De todos los acontecimientos que le
cia y la imaginación. Si el hombre no fuera aguardan en el futuro hay uno inevitable y

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universal que le preocupa de forma alar- su vecino o su compañero. Él quiere tener


mante: es el misterio de la muerte. La este bien, pero no le es posible. La envidia
muerte, que significa la privación definiti- causa en él tristeza. En tercer lugar, existe
va y total de la vida y del bien, causa una la tristeza del angustiado (Ética a Nicóma-
profunda tristeza. Y es profunda porque co 4, 2). El angustiado es aquel hombre que
significa el aniquilamiento integral de todo teme perder un bien, o teme que le será
bien, de toda naturaleza, de toda vida. tomado en un futuro próximo. La incerti-
Como dice M. Horkheimer, «la muerte es el dumbre del bien le produce angustia y la
último acto de la vida». Mientras hay vida, angustia genera, a la vez, tristeza.
hay posibilidad, hay esperanza, hay futuro. Santo Tomás delimita los tipos de triste-
Con la muerte se acaba cualquier posibili- za en base a diferentes criterios. El primer
dad de realización. Sólo con la creencia tipo de tristeza es la que es producida por
religiosa o moral (como en el caso de I. un mal propio (a. 35 a. 8). De hecho, el obje-
Kant) en una vida post mortem el hombre to propio de la tristeza es un mal propio, es
puede aliviar este dolor interior. decir, por una privación que nos afecta per-
El animal por otra parte, no tiene capa- sonalmente. Estamos tristes cuando sufri-
cidad de avanzar su futuro y por esto no se mos un determinado mal. Pero la tristeza
inquieta por la muerte ni por su aniquila- también puede tener otro origen, a saber, el
ción. Vive inmerso en la temporalidad y en mal ajeno. Desde este punto de vista, pode-
la inmediatez de la vida instintiva. El hom- mos hablar de tres tipos distintos de triste-
bre, en cambio, es un animal histórico y za. Podemos estar tristes por el mal que
esto significa que tiene consciencia de su sufre una persona que conocemos y ama-
pasado, de su presente y de su futuro. A mos, y esta tristeza recibe el nombre de
través de la inteligencia, de la memoria y compasión. La compasión es la tristeza por
de la imaginación puede viajar a los tres el mal ajeno pero considerado como propio.
vértices del tiempo y configurar ideas Pero también podemos pensar que este mal
sobre estos estadios. no nos es propio y que no es ningún mal
En consecuencia, el vínculo entre dolor sino un bien ajeno; un bien ajeno, sin embar-
y tristeza puede formularse de la siguiente go, que nosotros estimamos como un mal
forma: «Si por dolor entendemos el dolor propio. Esta especie de tristeza es el caso de
corporal, como suele hacerse, entonces, la envidia. Y por último, el efecto propio de
de acuerdo con la distinción entre apre- la tristeza consiste en hacer que el apetito
hensión interior y exterior, el dolor se dife- huya de algo. Aparece así la ansiedad que
rencia de la tristeza oponiéndose a ella; acapara totalmente el ánimo que no halla
aunque, por lo que se refiere a los objetos, refugio en ninguna parte, por cuya razón se
el placer le atañe más que no el dolor cor- denomina también angustia. Este efecto
poral. En cambio, si damos el dolor un sen- puede ser tan grande que paralice incluso
tido amplio, el dolor es un tipo de tristeza, los miembros exteriores. Éste es el caso del
como se ha dicho». (Ibídem). desánimo.
En definitiva, podemos diferenciar,
FORMAS DE TRISTEZA siguiendo a santo Tomás, cuatro formas de
tristeza. La primera, producida por un mal
Hay diferentes especies de tristeza. propio, la segunda (la compasión), y la ter-
Santo Tomás considera cuatro formas cera (la envidia) causadas por un mal
posibles, de las que tres, aunque de forma ajeno, y la última causada por el efecto que
dispersa, ya habían sido analizadas por el mal produce en el apetito (la ansiedad).
Aristóteles. El estagirita distinguía, en pri-
mer lugar, la tristeza por lo que es misera-
ble. Esta tristeza se produce por la miseria, LAS RAÍCES DEL SUFRIMIENTO
es decir, por la escasez de bondad, sea Siguiendo el hilo discursivo de la filoso-
espiritual, sea material (Retórica 2, 8). Exis- fía de santo Tomás, vamos a ver, a continua-
te, en segundo lugar, la tristeza del envi- ción, las diferentes causas del sufrimiento.
dioso (Ética a Nicómaco 2, 7). El envidioso Todo agente tiene una determinada causa.
está triste porque le falta un bien que tiene Aristóteles y santo Tomás describen el uni-

30 An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3


APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

verso como un conjunto de entes regidos causas del mal, ya que el sufrimiento, tal y
por un orden causal en el que todo lo que como lo hemos definido anteriormente, es
sucede tiene una razón concreta, tiene una la percepción del mal. ¿Por qué hay mal en
finalidad específica. El mundo es un conjun- el universo? ¿Qué lo hace posible? ¿Cuál es
to ordenado de elementos, no una simple la causa del mal? ¿Cuál es su naturaleza?
multiplicidad, sino una multiplicidad unifi- ¿Qué lugar ocupa en el orden del universo?
cada. En la Suma contra los gentiles, santo Tomás
La inteligencia humana descubre en el defiende que el mal no tiene una causa pro-
mundo no una diversidad caótica de cosas pia sino que tiene una causa accidental
o fenómenos, sino un cosmos, un inmenso (non habeas causam per se, cuiuslibet
conjunto de seres escalonados según su tamen mali oportet esse causam per acci-
perfección, trabados los unos a los otros dens) (III cap. 13). Para probar esta tesis,
según diversas relaciones causales, que santo Tomás ofrece varios argumentos.
tomadas conjuntamente ofrecen una ima- En términos generales se pueden des-
gen unitaria y armónica. La unidad es ante- cribir de la siguiente forma: el mal es una
rior a la pluralidad y constituye su origen. cierta privación. La privación es un princi-
Pero la diversidad no emana de la unidad pio accidental en las cosas mudables, dife-
como diversidad pura, sino constituyendo rente de la materia y la forma, que son
un ordo, una compositio o síntesis. Todo principios propios. Un principio propio
orden implica una distinción, implica que tiene una causa propia, un principio acci-
los seres se acomoden de diferente manera dental debe tener una causa accidental.
a un prototipo ideal que constituya su medi- Por tanto, el mal es causa accidental de las
da. La multiplicidad indiferenciada, lo que cosas.
es meramente cuantitativo no puede ser O dicho de otra forma: un mal es un
sujeto de un orden, sino que el orden exige, defecto de la causa, una falta de causa. A
constitutivamente, una jerarquía, es decir, pesar de ello, no puede ser causa por si
el establecimiento de grados o clases. mismo, porque una cosa no es causa por lo
Existe una ordenación de los seres en que tiene de deficiente, sino por lo que
virtud de su mayor o menor perfección tiene de entidad, ya que si fallara total-
que viene en gran medida definida no sólo mente, no sería causa de nada. Por esta
por los esquemas de un finalismo inma- razón, el mal no tiene causa propia, sino
nente, sino también y muy en especial por que tiene una causa accidental.
un finalismo trascendente (Jaume Bofill). Según santo Tomás, la causa del mal es,
En el mundo cada ente tiene su lugar y su en último término, el bien (causa mali est
fin. Este orden no se refiere solamente al bonum) (S.C.G., III cap. 10). El mal es priva-
orden estático, sino que tiene que enten- ción y, desde este punto de vista, no es
derse como el resultado de la finalidad y nada, no tiene entidad. Lo que no existe no
por consecuencia, como un orden dinámi- puede ser causa de nada. Ahora bien, toda
co. En el mundo todo sucede por una causa tiene que ser alguna entidad. Si el
determinada razón. «Natura nihil facit frus- mal no es entidad, entonces no puede cau-
tra», la naturaleza no hace nada en vano, sar nada. Por tanto, si el mal tiene una
dice santo Tomás, siguiendo al estagirita. causa pero no es entidad, esta causa no
Desde esta perspectiva, también el puede estar en él mismo, dado que él no es
sufrimiento, como cualquier otra realidad, nada, sino que tiene que estar en la enti-
debe tener una determinada causa. Si bien dad, en el bien.
el dolor no tiene una realidad física, onto- Santo Tomás añade aún otro argumen-
lógica, en la medida en que es la percep- to muy claro: «Todo lo que propia y natu-
ción del mal y por tanto, la percepción de ralmente es causa de algo tiende a produ-
una privación, también es lícito determi- cir su propio efecto. Si el mal fuera causa
nar una causalidad que lo propicia o lo de algo, tendría que producir su efecto, es
hace posible. decir, el mal. Y esto es falso, porque todo
Investigar las causas del sufrimiento agente intenta el bien. Por tanto, el mal no
significa investigar, en último término, las es causa propia de nada, sino que lo es

An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3 31


F. Torralba

accidentalmente. Pero toda causa acciden- cosas desean (bonum est quod omnia appe-
tal se reduce a la causa propia, y única- tunt), tal como dice Aristóteles en la Ética
mente el bien puede ser causa propia, pero (I, 1, 1094ª) se identifica con la perfección
el mal de ninguna forma. Así, pues, el mal del ser. El mal, en cambio, se relaciona con
está causado por el bien». (Ibidem). la privación de esta perfección. La pérdida
Entendido el mal de esta forma, como de un bien quiere decir, por tanto, la priva-
causa impropia o accidental, es compren- ción de una determinada perfección, sea
dido también perfectamente porque el mal de naturaleza física, espiritual o moral. La
sumo no puede existir (non est summum falta de una virtud o propiedad o capaci-
malum) (S.C.G., III cap. 15). Lo que existe dad del sujeto genera siempre sufrimiento.
accidentalmente es posterior a lo que exis- Esta privación, que no tiene entidad real, sí
te por si. El mal existe accidentalmente, tiene entidad de razón.
porque no tiene una intencionalidad ni una En cierta forma la pérdida de un bien y
razón específica; por tanto, el mal no el advenimiento de un mal son las dos
puede ser el primer principio ya que caras de una misma moneda. El mal no es
depende ontológicamente del bien. El mal algo extrínseco que se engancha al sujeto.
sumo tendría que ser mal por propia esen- No es, tal como hemos dicho anteriormen-
cia, como el bien es bueno por su esencia. te, una realidad física, ni espiritual. Es un
Pero esto es imposible porque el mal no ente mental. Por esto es lícito afirmar que
tiene ninguna esencia. Así pues, es imposi- la pérdida de un bien y el advenimiento de
ble suponer un mal sumo que sea principio un mal son dos cosas exactamente iguales.
de todos los males. Pero el sujeto percibe esta pérdida del
Así lo expresa santo Tomás en el Com- bien como una contrariedad, que significa
pendio de Teología: «No puede existir nada con una cierta oposición. Por esto dice
que sea esencialmente malo, porque siem- santo Tomás que el mal, aunque no tenga
pre es necesario que un mal esté funda- realidad ontológica, se comporta a la
mentado en otro sujeto bueno y, por tanto, manera de un contrario.
no puede existir nada que sea un mal en Un hombre pasea por la calle, tropieza
grado sumo, como hay un bien en grado con una valla y queda paralítico. La paráli-
sumo, que es esencialmente bueno». (cap. sis es la pérdida de un bien, este bien era la
117). capacidad de moverse, de trasladarse. Esta
Hecha esta distinción esencial entre pérdida genera sufrimiento. Por otra parte,
causalidad propia y la causalidad acciden- la parálisis también se puede interpretar
tal, vemos ahora las diferentes causas que como un mal adventicio, como un mal que
hacen posible el mal. El autor de la Suma le ha caído encima sin buscarlo. En cual-
Teológica dedica un breve espacio de su quier caso, la pérdida de un bien o el adve-
magna obra a estudiar especulativamente nimiento de un mal producen siempre sufri-
las diferentes causas del sufrimiento (S. miento. Y produce sufrimiento porque
Th., I-II q. 36 a. 1-4). Distingue cuatro, que significa la falta de una perfección que el
son las siguientes: en primer lugar, la pér- sujeto tenía en si mismo y que ahora, por un
dida de un bien o el advenimiento de un motivo accidental, ha perdido.
mal (bonum amissum vel malum coniunc-
tum); en segundo lugar, la concupiscencia Cuando el bien que perdemos es de
(concupiscentia); en tercer lugar, el apetito carácter espiritual, como la virtud, el
de unidad (appetitus unitatis), y finalmente, honor, la honestidad, la amistad u otros
una potencia irresistible (potestas cui non valores, tenemos un sufrimiento interior.
potest resisti). Este dolor, también denominado tristeza,
incide particularmente sobre el pathos
humano y acapara también los sentidos y
La pérdida de un bien la capacidad de gozar, de amar y de cono-
La pérdida de un bien (bonum amis- cer. Cuando el bien que perdemos, en cam-
sum) que el sujeto goza en propiedad es bio, es de carácter físico, como es el caso
siempre causa de sufrimiento (S. Th., I-II q. de la parálisis, entonces el sufrimiento es
36 a. 1). El bien, que es lo que todas las doble: es exterior, por causa de la materia,

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APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

es decir, de los sentidos que experimentan lo que priva esta culminación del deseo,
la privación de una forma violenta, y ade- todo lo que se interpone en el camino de la
más es interior, ya que los sentidos se plenitud, causa sufrimiento y entristece el
refieren al espíritu. El hombre tiene la espíritu.
capacidad de reflexionar y meditar sobre Así lo expresa santo Tomás con fineza
su dolor físico. El sujeto se preocupa por intelectual: «Pero la misma concupiscen-
su futuro y por las consecuencias que com- cia, considerada según su propia razón de
portará un determinado mal. Por tanto, el ser, a veces es causa de dolor. En efecto,
mal físico tiene una doble incidencia, a todo lo que impide que el movimiento
nivel de sentidos y a nivel reflexivo, espiri- alcance su término es contrario al movi-
tual. miento. Y todo lo que es contrario al movi-
miento del apetito entristece. Por consi-
El anhelo de plenitud guiente, la concupiscencia se convierte en
causa de la tristeza, en la medida en que
La segunda causa del dolor que nues-
nos entristecemos por la tardanza del bien
tro autor analiza es la concupiscencia.
anhelado o por su total supresión». (I-II q.
Pero, ¿Qué es la concupiscencia? Santo
36 a. 2).
Tomás dice que es un movimiento del ape-
tito hacia el bien (concupiscentia autem est A pesar de esto, santo Tomás conside-
motus quidam appetitus in bonum) (I-II q. 36 ra que la concupiscencia no puede ser la
a. 2). En efecto, la concupiscencia es el causa universal del sufrimiento, ya que
deseo de posesión de bien, el movimiento nos duele más la desaparición de los bie-
del apetito hacia el bien, la tendencia del nes presentes, en los que ya encontramos
agente hacia el bien. Toda criatura por el placer, que no en los futuros, que anhela-
mero hecho de serlo es concupiscente, en mos. En este sentido, tiene razón Juan
la medida en que tiende hacia el bien y Damasceno, cuando dice que la concupis-
desea abrazarlo y gozarlo. cencia no es causa de tristeza ni de dolor
porque el dolor se refiere al presente,
Santo Tomás asume la idea de san mientras que la concupiscencia se refiere
Agustín de que la concupiscencia es la al futuro (Fide Orth. 2, 12). Santo Tomás
causa universal del sufrimiento. El hom- responde diciendo que lo que ansiamos,
bre, como toda criatura del universo, aunque sea futuro, ya es presente en un
anhela el bien, anhela poseerlo, tenerlo, cierto sentido, en la medida en que es
gozarlo. Este deseo le inclina hacia el bien esperado. También se puede decir que,
y por consiguiente, repudiar el mal contra- aunque el bien anhelado sea futuro, existe
rio. El principio de este movimiento apeti- un impedimento.
tivo es el amor, que es la primera inclina-
ción del apetito a alcanzar el bien. El bien
es la causa objetiva del amor en su con- EL PESO DEL SUFRIMIENTO
cepción más amplia, dado que actúa como Hemos visto, en el capítulo anterior, las
causa final: el amor siempre se dirige hacia diversas causas que motivan el sufrimien-
un bien, ya que el bien es el objeto per se to. A continuación estudiaremos los efec-
del amor. El bien y la perfección son el tos del dolor en el sujeto que lo sufre. El
motivo y el objeto del amor, pero no sola- dolor tiene una implicación importante en
mente en el sentido que todo ser tiene la la vida de la persona. No es un fenómeno
inclinación natural a adquirir o conservar accidental ni pasajero, sino que acapara
el propio bien, sino que bondad o perfec- integralmente al sujeto. El dolor deja mella
ción de un sujeto puede ser también para en el alma de la persona que lo ha vivido
él su razón de amar, en la medida en que La persona se ve afectada por el dolor, se
los seres tienen la tendencia a difundir el ve alterada tanto a nivel interior como
propio bien comunicándolo a los otros. exterior, tanto en el ámbito intrapersonal
Ahora bien, el hombre no siempre como en el espacio interpersonal.
alcanza el bien. Hay dificultades, trabas, Hay diferentes grados y tipos de sufri-
fronteras que ponen en peligro la satisfac- miento. El dolor puntual no tiene la misma
ción del anhelo, la plenitud del amor. Todo incidencia ni los mismos efectos que el

An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3 33


F. Torralba

dolor que sufre el enfermo crónico postra- inmediatos del dolor de la siguiente forma:
do en una cama de hospital. Tampoco es el dolor acapara el ánimo, debilita toda
simétrico el dolor que sufre una madre que actividad, disminuye la capacidad de
ha perdido a sus hijos con el de un herido aprender y perjudica el cuerpo más que
de guerra. A pesar de esta diversidad tan cualquier otra pasión (S. Th., I-II, q. 37).
extendida, cabe decir que todo dolor, por Dice santo Tomás que la tristeza se pro-
débil que sea, tiene unos efectos determi- duce a causa de un mal presente, que, por
nados. Los efectos crecen en proporción al el mero hecho de oponerse al movimiento
grado y a la intensidad del dolor. Aún así, de la voluntad, acapara el ánimo en la
hay que tener en cuenta que cada persona medida en que le impide disfrutar de lo
es un mundo, y que reacciona de una que quiere. El dolor interior, la tristeza,
forma propia y específica frente al misterio pesa sobre el ánimo como una lápida de
del sufrimiento. mármol, aplasta psicológicamente a la per-
Aún admitiendo que hay distintos gra- sona, la deja sin ánimo, sin ganas de hacer
dos de sufrimiento, y que cada persona lo nada. La tristeza quita energías e introduce
vive de una forma única y singular, es lícito a la persona en un estado de apatía, de
extrapolar los efectos globales que causa el desgana y de hundimiento espiritual. Nada
sufrimiento en la persona humana. Es lícito le importa, nada tiene importancia, todo es
si tomamos la debida cautela y si aceptamos indiferente. Quien está triste no tiene ini-
de entrada el margen de error que conlleva ciativa, ni fuerza, ni puede tomar decisio-
implícita la generalización. nes, ni se arriesga a emprender ninguna
acción. Quien está triste está muerto por
El sufrimiento cambia las personas,
dentro y por fuera, y queda encerrado en
hace variar los comportamientos, los hábi-
su mundo, en su pena, encerrado como si
tos, los sentimientos, y sobre todo, la con-
habitara dentro de una fortificación.
cepción del mundo y de la vida. El sufri-
miento marca una línea divisoria, marca El dolor interior, que con frecuencia es
una frontera entre el antes y el después. reflejo de un dolor exterior, conduce al
Nadie permanece igual después de haber sujeto a la tristeza. Como dice santo
sufrido gravemente. Tomás, «la tristeza consume al hombre,
cuando la fuerza del mal entristecedor
Hemos distinguido el dolor interior del
afecta completamente al hombre, de tal
dolor exterior, con anterioridad. El primero
manera que quita toda esperanza de huir
incide en el espíritu, el segundo hace refe-
de él. De esta forma acapara a la vez que
rencia en algún miembro del cuerpo, en algu-
consume» (Ibidem). En efecto, la tristeza
na parte de la naturaleza física de la persona.
aumenta en la medida en que disminuye la
Los efectos del dolor exterior son muy diver-
esperanza de huir del mal. Cuanto más
sos y dependen de factores fisiológicos que
intenso y duradero es el dolor, más pro-
la medicina trata de poner de manifiesto.
funda y sentida es la tristeza. Si la fuerza
Nosotros nos centraremos en los efec- del mal crece, hasta tal punto que quita
tos del dolor interior, es decir, la tristeza, cualquier posible esperanza de huída,
que es lo que afecta a la interioridad de la entonces el impulso del alma angustiado
persona, su espíritu. encuentra tantas dificultades que no
Dentro de este ámbito, podríamos dis- puede explayarse en nada. Cuando esto
tinguir dos clases de efectos: unos efectos sucede, la persona se halla completamente
inmediatos o primarios y unos efectos desanimada.
mediatos o secundarios. Los primeros son
aquellos que van íntimamente asociados a LA TRISTEZA
la experiencia del dolor. Los segundos, en El primer efecto del dolor interior o
cambio, son posteriores, son fruto de la tristeza es, pues, el agobio del ánimo. Otro
reflexión y la meditación sobre la expe- efecto íntimamente relacionado con éste
riencia vivida. es el debilitamiento de cualquier tipo de
Siguiendo el planteamiento de santo actividad. Como dice Aristóteles en su
Tomás, se pueden enumerar los efectos Metafísica, el hombre es un ser que puede

34 An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3


APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

realizar tres tipos de actividades: teoréti- reconocer que el dolor, como tal, absorbe
co-especulativa (teoría), práctica (praxis), la capacidad de aprender.
y productiva (poiesis). La tristeza debilita El sufrimiento interior perjudica al
la actividad, sea de naturaleza estricta- cuerpo más que otras pasiones. Existe una
mente teorética o sea de naturaleza prag- relación entre el dolor espiritual y el fun-
mática. cionamiento del cuerpo. La tristeza afecta
Quien sufre, paraliza su actividad, su también a la corporalidad de la persona,
dinámica vital. Tiende a instalarse y a que- influye en la dinámica del cuerpo. La per-
darse quieto. De hecho, la tristeza se sona no es una unión accidental y periféri-
opone al motor que nos fuerza a realizar ca de dos sustancias aisladas (res extensa
una determinada actividad. Así lo explica y res cogitans) como piensa Descartes, sino
santo Tomás: «La tristeza es un impedi- la unión sustancial entre cuerpo y alma.
mento para cualquier actividad, ya que lo Prueba de ello es que un dolor interior per-
que hacemos tristes, nunca lo hacemos judica al cuerpo más que cualquier otra
tan bien como lo que hacemos con placer cosa.
o sin tristeza. La razón es que la voluntad Así lo explica santo Tomás: «De entre
es la causa de la actividad humana y, por todas las pasiones del alma, la tristeza es
tanto, cuando la actividad tiene por objeto la que más daña al cuerpo. La razón es que
algo entristecedor, necesariamente la la tristeza se opone a la vida humana, con-
acción se debilita». trariando lo que de específico tiene el
En efecto, la voluntad es el motor de la movimiento vital y no, como hacen las
actividad humana. Si la voluntad está alte- otras pasiones, contrariándolo cuantitati-
rada por la tristeza, si está desencantada a vamente. En efecto, la vida humana consis-
causa de un mal que afecta al sujeto, te en un cierto impulso que, partiendo del
entonces su potencialidad también dismi- corazón se extiende a los otros miembros;
nuye, y por tanto, pierde ímpetu. Por este impulso que pertenece a la naturaleza
motivo, el dolor debilita toda actividad. humana en una medida determinada. Si
este impulso excediera la medida adecua-
Si el sufrimiento disminuye toda activi- da, se opondría a la vida humana, contra-
dad, entonces también disminuye la activi- riándola cuantitativa, pero no específica-
dad intelectual, la comprensión de la reali- mente. Pero si se opone a la realización de
dad, de uno mismo y de los otros, la su impulso, la contrariaría en lo que tiene
capacidad de aprender cosas nuevas. El de específico».
dolor sensible atrae hacia sí la intención
del alma. El espíritu queda focalizado fren- La tristeza se opone a la vida humana,
te al dolor. El sufrimiento monopoliza a la contrariando lo que tiene de específico.
persona y la arrastra hacia él. Los otros Apacigua el impulso vital, el deseo de exis-
puntos de interés, sean de carácter teórico tir, de ser, de conocer, de amar, de gozar de
o práctico, se difuminan en el horizonte de los sentidos. La tristeza o el dolor interior
la conciencia, de tal manera que el sujeto son un estado que frena el deseo vital. A
solamente presta atención al dolor que un hombre triste le es igual vivir que morir.
sufre. En estas circunstancias, el hombre Cuando la tristeza es muy grande, la per-
no está habilitado para comprender nada, sona cae en la desesperación.
para entender nada. No está capacitado
para hacer el esfuerzo que implica conocer LA DESESPERACIÓN
algo nuevo. El sufrimiento puede ser tan La desesperación es un efecto mediato
intenso que puede impedir, incluso, medi- del dolor interior (S. Th. I-II q. 24 a. 2). En
tar sobre lo que ya se sabe. una primera instancia, la persona confía
En este punto se dan diferentes actitu- que aquel mal que le afecta será eliminado
des. El hombre que siente un gran anhelo con la ayuda de los fármacos, si se trata de
por saber, que siente un intenso amor por un dolor físico, o a través de los amigos, si
la sabiduría, podrá dominar con más sobe- el dolor es de cariz espiritual. Cuando el
ranía la pesadez del dolor y desarrollar mal persiste a lo largo de una temporada,
algún tipo de actividad. Aún así, hay que o aumenta de tono, las esperanzas dismi-

An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3 35


F. Torralba

nuyen y la desesperación gana terreno. La SUFRIMIENTO Y SER PERSONAL


desesperación es la privación de toda
Pero la persona es mucho más rica que
esperanza. El hombre desesperado es
el dolor que sufre. Ontológicamente
aquel que ha perdido toda confianza en el
hablando, la persona es la criatura más
futuro y cree que no saldrá del pozo en el
perfecta de la creación, la criatura más
que se halla.
digna y más noble (S. Th., I q. 29 a. 3c). A
Por tanto, el sufrimiento alcanza las través del espíritu participa con más inten-
cotas más altas de expresividad en la figu- sidad y gravedad del ser, de la realidad.
ra del desesperado. Quien se desespera, lo Desde este punto de vista, el dolor es cla-
ha perdido todo. Ha perdido, incluso, la ramente inferior. La tristeza, que no es otra
poca salud que le quedaba, el calor de los cosa que la percepción subjetiva del mal,
amigos y el sentido de su vida. Desespe- tal y como hemos visto con anterioridad,
rarse frente al dolor crónico es una reac- no tiene ser propio sino tomado prestado
ción humana, propia y exclusivamente de otro. Por esto su naturaleza es incom-
humana. El animal no es capaz de avanzar parablemente más débil y frágil que la de
el futuro, no tiene capacidad prospectiva. la persona. Aún así, su presencia tiene un
La persona que sufre una enfermedad cró- alcance y una influencia muy graves.
nica imagina su futuro y su futuro dolor, y El sufrimiento afecta a la globalidad del
por ello cae en la desesperación. La negru- ser humano, y le deja conmocionado. A
ra que ve le angustia, le desconcierta, le pesar de esto, la experiencia nos muestra
condena a la amargura. que personas que han sufrido grandes
La desesperación es, pues, una parti- dolores a lo largo de su existencia han
cularidad de la persona humana íntima- sabido sacar el máximo rendimiento de su
mente ligada a su espiritualidad. Pero la vida, han sabido convivir con este inquili-
desesperación, como el dolor interior y no incómodo y situarlo en la esfera que le
exterior, tiene remedios. El hombre es pertenece. No hay ninguna duda de que el
capaz de sobreponerse al dolor. Contra la dolor es una privación, es una contrarie-
desesperación existe la virtud de la espe- dad. Pero la persona es mucho más rica,
ranza, de la fortaleza y la grandeza de la mucho más fuerte, y plena que el mal, por-
perseverancia. No todo está perdido para que participa del ser con más intensidad,
quien sufre un dolor crónico, para quien con más penetración ontológica.
ve pasar los días de su vida dentro de las Desde el punto de vista metafísico,
paredes de un hospital. El hombre tiene pues, la persona tiene la posibilidad de
capacidad para enfrentarse al dolor y vencer al dolor y sobreponerlo. El ser es
superarlo. superior al mal, dado que el mal depende
Superarlo no significa eliminarlo, sino totalmente del ser. Allí donde hay mal, hay
aprender a convivir con él y tutelarlo también ser, porque el mal arraiga en el
desde la racionalidad y el sentimiento. El bien, y el bien en el ser. Por tanto, una per-
dolor existe y, en muchos casos, continua- sona puede sufrir un determinado dolor,
rá existiendo. Frente a él, existen dos corporal o interior, pero en la medida en
opciones: la desesperación que conduce a que es, en la medida en que tiene ser,
la amargura, al desánimo, y al aislamiento, entonces tiene más bien que mal, tiene
o la convivencia con él a través de la acep- más perfección que imperfección. Puede
tación. Aceptarlo no significa resignarse, ocurrir que sufra una determinada imper-
sino situarlo dentro de los límites que le fección y, por tanto, que esté tomada de
pertenecen. Pero, ¿cuáles son estos lími- una forma o de una actualidad. Ahora bien,
tes, estas fronteras? Con frecuencia el si es, si tiene presencia real en la existen-
dolor traspasa su ámbito de acción e inva- cia, entonces participa del ser, y por tanto,
de toda la conciencia. La persona que tiene la máxima perfección de todas, la
sufre este dolor queda bloqueada. Es inca- forma de todas las formas (De potentia, q.
paz de ver nada, es incapaz de objetivar y 1 a. 7 ad 9).
de analizar las posibilidades de salida. El Desde este punto de vista, no hay nin-
dolor enclaustra y satura. gún mal que elimine totalmente el bien del

36 An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3


APROXIMACIÓN A LA ESENCIA DEL SUFRIMIENTO

ser. Psicológicamente el mal puede amino- nadie, ni de los familiares, ni de los amigos,
rar el instinto vital de una persona, pero de ni de los analistas.
ninguna manera puede reducirlo a la nada. Hemos visto que desde el punto de
La cultura popular se ha hecho eco de esta vista ontológico, el hombre puede superar
verdad ontológica a través del adagio: el sufrimiento. Tenemos las bases asegura-
«Mientras hay vida, hay esperanza». En das, pero ¿cómo es posible hacerlo reali-
efecto, mientras hay ser, mientras haya dad? ¿Cómo es posible realizar esta opera-
algo, entonces hay perfección, hay unidad, ción? ¿Qué mecanismos tiene la persona
bondad, belleza y verdad. El mal hunde sus humana para fortalecerse frente al sufri-
raíces en el bien, y sólo en el bien puede miento y tomarle medidas?
hacerse presente. Pero su presencia no es
otra cosa que ausencia de bien. Es una pre- No es cierto que todo el sufrimiento
sencia ausente. pueda ser barrido en su totalidad gracias a
los métodos de la ciencia. El hombre no es
La persona, aunque esté faltada de la un simple autómata. Su dolor no se reduce
perfección que por naturaleza le pertene- única y exclusivamente a un dolor orgánico.
ce, como puede ser un órgano corporal, es También es espíritu, y en tanto que espíritu,
la criatura más digna de la creación, la más puede sufrir espiritualmente. Las utopías
bella, la más noble y la más buena. La per- materialistas y mecanicistas han plasmado
sona que sufre tiende a infravalorarse, a un ideal de humanidad vacío de espirituali-
empequeñecerle y a contemplarse en su dad, un ideal que de ninguna manera se
miseria. Ocurre una extraña operación corresponde con la realidad de los hechos.
sicológica, por la que el enfermo siente Hombres perfectamente ajustados desde el
una satisfacción en la insatisfacción, una punto de vista orgánico, sufren intensos
autocomplacencia en el dolor. De esta sufrimientos que la ciencia experimental no
forma, la persona se hunde cada vez más puede curar. Este hecho prueba que el hom-
en su cueva y adopta un comportamiento bre necesita también otros elementos para
alegre y rencoroso. No quiere la ayuda de combatir el dolor y superarlo.

An. Sist. Sanit. Navar. 2007 Vol. 30, Suplemento 3 37

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