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Trastornos de la Conducta
Alimentaria
Recursos y herramientas para su
adecuado manejo clínico
MÓDULO II
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
RECURSOS Y HERRAMIENTAS PARA SU ADECUADO MANEJO CLÍNICO
MODULO II
Presentación
En este módulo daremos un vistazo a la incidencia, la prevalencia, la semiología, los
criterios diagnósticos y las comorbilidades principales de los Trastornos de la Conducta
Alimentaria.
Objetivos
1. Precisar la incidencia y prevalencia de esta patología en la población en general y en
subgrupos específicos en particular
En este módulo iremos construyendo junto a usted, el marco teórico que le permitirá en los
posteriores analizar en forma exhaustiva y fundamentada los casos clínicos que le
presentaremos.
El romancero popular ilustra con agudeza e ironía sobre los trastornos alimenticios.
En forma seguida, continuaremos con su estudio.
Introducción
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) constituyen en sí mismos trastornos
psiquiátricos que algunas veces aparecen como única patología pero, como veremos más
adelante, la mayoría de las veces se presentan acompañados por otros cuadros.
Tal cual vimos en el módulo anterior muchos de los cuadros agrupados dentro de los TCA
se encuentran altamente vinculados e influidos por las pautas culturales reinantes en cada
momento, por lo cual nos detendremos en éste módulo a conocer la epidemiología de
aquéllos en el contexto actual.
Introducimos aquí dos aportes de colegas de años anteriores que, en el foro del
módulo 1 nos decían en relación con los estilos y demandas de la sociedad actual…
"Si no soy delgada no soy atractiva", este es el concepto que pega en los cerebros de
nuestros adolescentes y es difundido por todos los medios de comunicación, las niñas
quieren verse siempre más jóvenes, rechazan el desarrollo de su cuerpo, las madres quieren
parecer hermanas de sus hijas compiten por la figura y para colmo hoy también existe la
anorexia del deporte (doping de peso, sobreentrenamientos), exigencias que ponen en riesgo de
padecer patologías severas a este grupo también.
Me pregunto:
¿Se perdió la fortaleza de la familia para enfrentar estos problemas?,¿no supimos luchar contra
los anti-valores?, ¿los adolescentes carecen de modelos?
Así que aprovechemos para también colocar nuestro granito de arena, que bastante falta que
hace.
"Cada vez es más frecuente que el diagnóstico proceda de la inquietud despertada en la familia
por los medios de comunicación, más que por la apreciación objetiva de la forma de alimentarse
una paciente. La tolerancia social al bajo peso ha aumentado, (Un ejemplo…) la amenorrea de
las anoréxicas no parece despertar mayor recelo en las madres.”
Buscando respuestas…
A nuestro criterio…
La edad de inicio de los TCA se da típicamente entre los 15 y los 17 años de edad, con un
espectro ampliado desde los 13 a los 19 años. Un comienzo anterior a los 13 años es
realmente extraño y altamente improbable antes de los 10. Asimismo un comienzo posterior
a los 20 es extraño y altamente improbable luego de los 30, salvo para el Trastorno por
Atracones, que puede comenzar tanto antes de los 20 años, como entre los 20 y los 30
años, siendo también altamente improbable que comience luego de los 30 años.
Creemos que el paradigma médico general permite pensar a los TCA como a la mayoría de
los cuadros. Para enfermar de algo se tiene que tener una cierta vulnerabilidad a esa
enfermedad y que, sobre ésta vulnerabilidad biológica, se asiente un desencadenante
ambiental que determine entonces que aparezca la enfermedad.
Se conoce que las familiares de primer grado de una paciente con un TCA, tienen un riesgo
estadístico más elevado que la población general, de padecer también un cuadro
alimentario.
Como se observa en otras entidades la concordancia entre hermanas es alta, y muy alta en
gemelas monocigotas.
Considere que:
Más del 95% de las pacientes inicia su cuadro con restricción dietética (una
“dieta”), habitualmente originada en críticas de pares y/o familiares o en imitación de
conductas dietantes, también originadas en pares y/o familiares.
Sin embargo la restricción dietética por sí sola no alcanza para dar cuenta de todo el cuadro,
aunque si quizás pueda ser considerada una situación de estrés que impacta fuertemente a
una persona vulnerable (un alto porcentaje de adolescentes mujeres lo son).
Más todavía si son “muy cumplidoras”!! Y más aún si “bajan muy bien”!!
En los hombres además de los mencionados, existen otros factores de riesgo, como la
obesidad y la homo y bisexualidad, estos dos últimos factores sobre todo en la Anorexia
Nerviosa. (Por favor, no consideren esto último como un prejuicio de los autores, es solo una
descripción de los datos estadísticos). Podría pensarse a los Trastornos de la Conducta
Alimentaria como enfermedades de “lo femenino”, aún en hombres, aunque esto resulte
difícil de definir.
Los familiares de las pacientes con TCA tienen una mayor prevalencia de trastornos
psiquiátricos y clínicos que la población común.
En los familiares cercanos a pacientes con Bulimia Nerviosa podemos observar una
tendencia a presentar Trastorno Relacionado con Sustancias (particularmente
Alcoholismo), Trastornos Afectivos, intentos de suicidio y dentro de los cuadros
clínicos, Obesidad y conductas dietantes
Entre los familiares de pacientes con Anorexia Nerviosa Restrictiva encontramos alta
incidencia de Trastornos de Ansiedad, y de Trastorno Obsesivo Compulsivo de la
Personalidad, el cual es un cuadro dentro del Eje II del DSM IV-TR de características
típicamente emparentadas con la sintomatología ansiosa para algunos autores.
Varias veces, ante una consulta de un familiar o allegado a una supuesta paciente,
uno se ve en la necesidad de diferenciar si hay o no presente un Trastorno de la
Conducta Alimentaria. Allí los criterios de trastorno psiquiátrico son fundamentales
para ello, cobrando especial énfasis la necesidad de presencia de sufrimiento
junto a alteración de algún área (social, laboral, etc.) cuando no es la paciente
quien consulta por sí misma.
Para realizar el diagnóstico nos basaremos en la clasificación más extendida, la del DSM IV-
TR (en inglés Diagnostic Statistic Manual IV) a pesar de que, como expondremos más
adelante (y como ya estuvimos insinuando), no acordamos conceptualmente con ella en su
totalidad.
Para leer la clasificación que encontrará seguidamente le sugerimos que tome nota de
sus características y plantee dudas o dificultades para “encuadrar” dicha
clasificación entre los pacientes que ha atendido.
Es decir cuánto siente usted que “escapa” en la propuesta y cuánto le “falta” para ser
una taxonomía que lo ayude para el diagnóstico.
Recuerde que como todo objeto de estudio, debemos ponerle “cercos cognitivos”
para poder entenderlos… pero la vida… ¿es más que eso no?
Anorexia nerviosa:
4. En mujeres amenorrea
Bulimia nerviosa:
Este diagnóstico está reservado para aquellos pacientes que tienen un TCA pero que
no reúnen los criterios para las formas completas de Anorexia Nerviosa o Bulimia
Nerviosa. Es importante que conozcan que se llega a diagnóstico de TANE en más del
50% de las pacientes que presentan un TCA. En esta categoría se incluye por ejemplo
el Trastorno por Atracones (o según su nombre en inglés Binge Eating Disorder, BED),
el cual se caracteriza por presentar episodios recurrentes de descontrol alimentario
(atracones), asociados a un sentimiento culposo, depresivo o de disgusto con uno
mismo una vez finalizado el episodio, sin conducta compensatoria regular. Es común
también que muchos de los pacientes con BED sean clínicamente obesos.
1) un trastorno psiquiátrico,
Una vez presentes estos dos criterios, que llamaremos criterios mayores, uno puede
abocarse a diagnosticar el tipo de trastorno de la conducta alimentaria que padece el
paciente (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o TANE).
Las pacientes con Anorexia Nerviosa Restrictiva, además de los criterios duros presentan
habitualmente bajos niveles de impulsividad general, una tendencia a la retracción social
(parecen aisladas e introspectivas), no se caracterizan por ser inestables anímicamente
sino que, por el contrario, por momentos parecen apagadas en este sentido. Son rígidas y
perfeccionistas, ya desde la infancia. No se caracterizan por ser personas que abusen de
sustancias psicoactivas. Son en general personas ansiosas, temerosas y preocupadas.
Estas características son coherentes con su
cuadro alimentario: hace falta tener mucha
conducta o dedicación (autocontrol) para poder
sostener un control tan estricto para no saciar el
hambre que padecen. No hay que confundirse,
estas pacientes no tienen abolido el hambre,
como puede ocurrir en algunos pacientes con
depresiones graves, sino que ejercen un estricto
control sobre él. Están constantemente
relacionadas con la comida, preparan platos
elaborados, dan de comer a su familia, pero ellas
no prueban bocado.
Asimismo, los cuadros psiquiátricos comórbidos responden a esta misma coherencia: es
común que en el eje I se observen Trastornos de Ansiedad Social, mientras que en el Eje II
podemos encontrar Trastornos del Cluster C (Ansioso para algunos autores) como el
Trastorno Obsesivo Compulsivo de Personalidad, o el Trastorno de Personalidad por
Evitación, sin embargo los Trastornos del Cluster B (caracterizados por la inestabilidad
afectiva), en especial el Trastorno Limite de la Personalidad, no se observa con frecuencia.
Entre los antecedentes heredo familiares de las pacientes anoréxicas restrictivas
encontramos una alta incidencia de Trastornos de Ansiedad entre los vínculos cercanos,
incluso del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad, e índices normales de
abuso de sustancias.
Entre los antecedentes psiquiátricos de los familiares de estas pacientes encontramos que
es frecuente el consumo patológico de sustancias (alcohol sobre todo), los cuadros
depresivos y Trastornos de Personalidad Límite. No es raro encontrar antecedentes de
intentos de suicidio o de suicidio consumado en los familiares de pacientes con
sintomatología bulímica.
Es común (casi es la norma), que las pacientes que padecen un TCA tengan algún cuadro
comórbido, o que el TCA sea un cuadro comórbido de otra entidad de base.
Ahora sí la tabla 1 anunciada. Analícela con detalle, es decir, léala a la luz de los
conceptos presentados con anterioridad…
Impulsividad auto agresiva y Normal o muy levemente Aumentada. Aumentada. Muy aumentada
heteroagresiva (por Ej. auto aumentada. en la Bulimia Multiimpulsiva.
agresiones e intentos de
suicidio).
Peso al inicio de la Menor que en el otro subtipo. Mayor que en el otro subtipo. Siempre es mayor a los otros
enfermedad cuadros por criterio
diagnóstico.
Tendencia a la recuperación Menor que en el otro subtipo. Mayor que en el otro subtipo.
de peso
Un breve recorrido por cada uno de ellos para analizar cómo son afectados ayudará a
la comprensión de los efectos.
Aparato Cardiovascular
Existe disminución de la masa muscular cardíaca con disminución del volumen minuto
cardíaco que puede producir hipotensión y bradicardia. Vasoconstricción periférica como
medida compensatoria para mantener el volumen minuto. Insuficiencia Cardíaca Congestiva
(suponer su presencia cuando aparece taquicardia en reposo en un paciente habitualmente
bradicárdico). La disminución de la masa muscular del ventrículo izquierdo en ocasiones
genera prolapso de la válvula mitral por alteración de la relación entre el tamaño de la
válvula y el volumen ventricular.
Se pueden producir alteraciones en el Electrocardiograma: prolongación del QT, alteración
del intervalo QRS, depresión del segmento ST, aplanamiento o inversión de la onda T y
onda U prominente.
Aparato Respiratorio
Se han constatado casos de neumotórax espontáneo por pérdida de la elasticidad pleural en
pacientes con Anorexia Nerviosa. En las pacientes con sintomatología bulímica puede
producirse Neumonía por aspiración.
Aparato Digestivo
Hay agrandamiento de las glándulas salivales con hiperamilasemia, erosión del esmalte
dentario, esofagitis, Síndrome de Mallory-Weiss, úlcera péptica, hemorragia digestiva alta,
aumento de las enzimas hepáticas, colon catártico, colitis necrotizante, hemorroides y
prolapso rectal.
Sistema Nervioso
La desnutrición tiende a provocar atrofia cerebral y cerebelosa, la cual puede observarse en
una RMN (profundización de los surcos cerebrales y cerebelosos con dilatación ventricular)
y se manifiesta con alteraciones en las funciones cognitivas, sobre todo atención, memoria
reciente y memoria visoespacial. Por otro lado la delgadez extrema deja expuestos a los
nervios periféricos produciendo compresiones que habitualmente se manifiestan como
parestesias, siendo más frecuentes en el territorio del nervio mediano y del nervio cubital.
Además se pueden producir polineuropatías a partir de los déficits nutricionales que
presenta el paciente.
¿Les parece adecuado que se diferencien los cuadros alimentarios por su peso corporal, o
deberían tenerse más en cuenta los aspectos psiquiátricos que los caracterizan?
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