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Sellos en
distribución exclusiva Selección Navidad 2001
(Diciembre 2001)
Los sellos señalados con un ✺ El testamento de Bach
poseen un catálogo gratuito a
disposición de nuestros lectores
EL ARTE DE LA FUGA
Gini, Pandolfo, etc.
Hespèrion XX. Dir.: Jordi Savall
ACCENT ALIA VOX
AGORA✺ Ref.: AV 9810 (2 CD) D10 x 2
BBC LEGENDS✺
BIS✺
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BONGIOVANNI✺
COL LEGNO EL TELETIPO
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CPO✺
DURIAN El sello fetiche de los amantes de las sorpresas líricas anuncia la llegada de dos exquisitos bocados
DYNAMIC✺ que harán las delicias de sus fieles. En primer lugar, Il sibilo –«El susurro»–, cuarto volumen de la serie
Il Salotto, con una selección de canciones de Donizetti, Rossini, Pacini y otros grandes belcantistas;
ENCHIRIADIS por otra parte, y de una muy similar selección de autores, se nos brinda una recolección de emparejamientos líri-
ENSAYO✺ cos de registros anteriores, agrupados bajo el muy descriptivo título de Duets To Die For («Dúos para morirse»),
EUFODA epígrafe que, según explican los propios productores, alude tanto al frecuente destino dramático de los héroes
canoros que los interpretan como a los extremos a los que muchos aficionados estarían dispuestos a llegar para
GLISSANDO✺ hacerse con ellos... en fin, confiemos en que no sea para tanto. Y para los que exigen de OPERA RARA platos autén-
GLOSSA ticamente fuertes, paciencia: en el 2002 el catálogo se expandirá con la llegada de –cuando menos– tres flaman-
tes incorporaciones de pleno derecho: Carlo di Borgogna, de Pacini; Ginevra di Scozia, de Mayr; y una Elisabetta
GOLDEN MELODRAM✺ rossiniana que, sin ser tan novedosa, sí ofrecerá una excelente alternativa de calidad sonora e interpretativa a las
KOCH versiones ya existentes. De todas ellas iremos dándoles cumplida información.
LINDORO Y, sin abandonar el sur, al menos en lo que a autores se refiere, otra auténtica
MYTO✺ rareza: nada menos que Lo spazzacamino («El deshollinador»), ópera de
Marcos Antonio da Fonseca Portugal (Lisboa 1792–Rio de Janeiro 1830) –conocido en la Italia de su época como
NUOVA ERA✺ «Portogallo»– que, bajo la dirección del también portugués Alvaro Cassuto, nos ofrecerá, al decir de los responsa-
OLYMPIA bles del sello, un chispeante ejemplo del mejor clasicismo... italiano, toda vez que la obra se compuso en Nápoles,
ONDINE✺ se estrenó en Venecia y aquí se graba por primera vez al frente de la orquesta de cámara Milano Classica. Y, en
IDIS, una Giovanna d’Arco de 1950 con Tebaldi, Bergonzi y Panerai.
ON STAGE
OPERA RARA✺ Pero sigamos con ópera, y sigamos también con primicias, que parece mentira que aún queden
tantas: el sello boloñés prepara la primera grabación mundial de Gina, ópera de Francesco Cilea
OPERA TRES✺ que dirige Christopher Franklin al frente de la Philharmonia Mediterranea. Junto a ella nos lle-
ORFEO✺ garán un Socrate immaginario de Paisiello dirigido por Giovanni di Stefano y un disco de obras instrumentales y
camerísticas de Gaetano Braga (1829–1907)
PANTON✺
PEARL✺ También CPO aporta su propia curiosidad lírica: La pequeña vendedora de fósforos (de título
original danés tan prolongado como impronunciable), adaptación operística del célebre cuento
PIONEER DVD de Hans Christian Andersen por su compatriota August Enna (1860–1949); a ella se añadirán
PREISER✺ nuevas entregas de diversos autores: obras sinfónicas de Richard Wetz, lieder de Loewe, pági-
REGIS✺ nas camerísticas de Kloecker y canciones de Grieg, así como un disco –las Variaciones Goldberg– que se sale de
la tradicional vocación innovadora del sello. Si hemos de creer lo que nos dicen, la lectura de Markus Becker
RICERCAR –quien ya ha alcanzado renombre internacional con su integral regeriana– merece tal «digresión» y mucho más.
RICORDI
Del baúl de la BBC nos llegarán, en primer lugar, variopintas sonatas para violín y piano (Haydn
ROMOPHONE✺ y Schubert, pero también Debussy) en versión de dos grandes músicos del siglo recién termina-
STRADIVARIUS✺ do: Yehudi Menuhin y Benjamin Britten. También habrá más Beecham (un programa ruso de
Balakirev, Rimsky y Borodin) y un recital Kempff de Schumann y Brahms.
SUPRAPHON✺
SYMPHONIA✺ Y, finalmente, lo que para muchos ha de constituir un esperadísimo regreso. Nos referimos a la reedición,
por parte del sello que dirige Jordi Savall, de uno de los mayores éxitos de la moderna fonografía clásica:
SYMPOSIUM la banda sonora de Tous les matins du monde (¡más de 1.000.000 de ejemplares vendidos!), en una extra-
TESTAMENT✺ ordinaria edición consistente en el registro integral de la partitura –remasterizado con el sistema
TIMPANI✺ 24bit/96kHz–, un lujoso digipak con nueva cubierta, un libreto de fotografías a todo color y una recopi-
lación de nuevos textos debidos a la pluma de dos reconocidos escritores franceses: Pascal Quignard y
WERGO✺ Philippe Beaussant. A ello se añadirá, como oferta especial de lanzamiento, un CD gratuito de 62 minutos de dura-
WINTER & WINTER✺ ción que, bajo el título 10 Years On, incluye músicas procedentes del catálogo ALIA VOX y directamente vincula-
das a la película, con obras de Lully, Marais, Forqueray y Sainte–Colombe.
(2)
ALIA VOX presenta su último disco, Ostinato, con Jordi Savall y Hespèrion XXI
Obstinación contagiosa
E n la música antigua, el término ostinato designa una figura armó-
nica o melódica que se repite incesantemente y sobre la cual el
intérprete o el compositor está llamado a tejer todo tipo de varia-
ción. En los últimos tiempos, este género parece gozar de un interés
creciente por parte de los grupos dedicados a este repertorio.
más suelto y entusiasmado. La
cuarta sección es protagonizada
por la figura de Tarquinio Merula
con dos obras (Ruggiero y
Ciaccona), mientras que la quinta
Chaconas, passacaglias, folías, passamezzi, romanesche y canarios son está ocupada por la figura impres-
algunas de las formas que cada vez van cobrando más presencia en los cindible de Henry Purcell. En efec-
programas de discos y conciertos. Quizá la actual fortuna del género to, el músico inglés destacó sobre
del ostinato guarde alguna afinidad con formas más actuales de músi- todo en la composición sobre
ca repetida, sean éstas el minimalismo, la new age, el rock o el pop. ground, que es el correspondiente inglés del bajo obstinado. De las dos
Sin ir más lejos podríamos recordar el reciente disco de I Suonatori piezas aquí incluidas, Sonata a 2 y 3 Parts upon a Ground – ambas
della Gioiosa Marca (Erato) dedicado a las folías italianas, o la próxima magníficas– la segunda sorprende por sus constantes disonancias.
edición del compacto de Rolf Lislevand, Alfabeto (Naïve). Sin embar- Cierran el disco el conocidísimo Canon y Giga de Pachelbel interpre-
go, también en este género de propuestas Jordi Savall ha desempeña- tado con notable virtuosismo– y una amplia pieza polifónica de com-
do una tarea pionera. A comienzos de los años noventa, publicó un positor inglés anónimo que utiliza como ground el bajo de
disco de arreglos de Folías y Canarios de varios autores. En su nuevo Greensleeves.
sello, ALIA VOX, ha llegado recientemente un disco dedicado a las Tras un largo paréntesis en el que ha concentrado su actividad dis-
folías –premiado por una extraordinario éxito de crítica y público–, del cográfica con Le Concert des Nations, Savall ha vuelto a tomar las rien-
que Ostinato representa ahora una ideal continuación, dedicada a los das de su grupo Hespèrion (ahora XXI), con un equipo de colaborado-
géneros barrocos del ostinato. res renovado pero no menos efectivo. En la nueva fisonomía del grupo
El viaje a través de la amplia gama de los ostinati que nos proponen van cobrando cada vez más presencia y protagonismo los extraordina-
Savall y su Hespèrion XXI se divide en seis etapas. La primera se abre rios violines de los argentinos Manfredo Kraemer y Pablo Valetti, junto
con los humores sureños y populares de la Gallarda napolitana de con el violonchelista francés Bruno Cocset, mientras que la presencia
Antonio Valente y el Pasacalle de Andrea Falconiero, equilibrados por de Sergi Casademunt al violone y Pedro Estevan a las percusiones
la severidad española de la Zarabanda de Ortiz, que en su Passamezzo representa una línea de continuidad con el pasado. Savall y sus com-
moderno se entrega también a la vitalidad de los compositores italia- pañeros de Hespèrion XXI ofrecen versiones cercanas al espíritu origi-
nos (no en vano publicó su obra en Roma). nal de las piezas, sin caer en las exageraciones que se escuchan en
La elegancia de la Ciaccona de Falconiero abre la segunda parte del ciertos arreglos a cargo de otros grupos barrocos y que dan lugar a
disco. Las formas de los ostinati cruzaban entonces las fronteras; la híbridos sin sentido. Un disco que ofrece un repertorio variado, entre-
española Guárdame las vacas se convierte en Italia y Francia en la tenido y espléndidamente interpretado.
Romanesca, que aquí podemos escuchar en versión de Diego Ortiz. El
mismo Ortiz no desdeña el bajo ostinato italiano del Aria di Ruggiero, Stefano Russomanno
explorada también por el mantuano Salomone Rossi. Al Passacalio
[sic] de Biagio Marini que abre la tercera parte, sigue una improvisa- OSTINATO – Obras instrumentales de Valente, Ortiz, Falconiero, Rossi, Marini,
ción colectiva sobre el Canario. Aquí la escucha alcanza su momento Merula, Correa de Arauxo, Purcell, Pachelbel y autores anónimos / Hespèrion XXI.
Dir.: Jordi Savall / ALIA VOX / Ref.: AV 9820 (1 CD) D2
Medée fu
A
unque Uno de los puntos que parecen definir las dernos de música –uno de estilo francés y otro
en nin- composiciones del Ars subtilior es su contexto de estilo italiano– de manos de algún amigo
g ú n polifónico; una polifonía que puede sonar cantor. Mientras ejercitan su arte tratan deses-
momento se disarmónica a oídos poco acostumbrados, ya peradamente de retener en la memoria las can-
hace alusión que cada una de las voces parece proclamar ciones que hay que devolver. Al mismo tiempo
a este término abiertamente su independencia y autonomía recuerdan que deben acudir a una fiesta que
en las notas o de las otras. Otras composiciones medievales amenizarán con unas danzas, y encuentran
en el título, suenan rotundas, sólidas. El Ars subtilior es entre las composiciones de corte profano del
este disco es completamente diferente. La audición de estas cuaderno un Credo de Ciconia que también
un claro obras crea en el oyente la sensación de sentir- interpretan. Quizá estuvieran estudiando las
homenaje al Ars subtilior, uno de los movi- se inmerso en una atmósfera vaga, ligera, éte- posibilidades de la combinación de la voz
mientos más apasionantes y curiosos de la his- rea... y al mismo tiempo increíblemente subli- femenina con una flauta y dos vihuelas de
toria de la música, y también uno de los peor me y fascinadora, como un tornasolado y casi arco. Este disco pretende ser la reconstrucción
entendidos quizá por no haber sido estudiado transparente velo de la mejor seda. Pero como de tal jam session medieval, y el resultado es
con la profundidad y el rigor que el caso mere- ocurre también en las mejores telas, bajo la un hermoso registro que incluye algunos clási-
ce. Se ha acusado a este movimiento de ser apariencia externa subyace una no tan obvia cos del género, como las estampidas Isabella y
«excesivamente académico» y algunos autores trama geométrica de los hilos que la forman; la Tre fontane, Una panthera y un Credo de
han llegado a burlarse de lo que ellos conside- urdimbre de estas voces es matemática. El tra- Ciconia, Che cosa è quest’amor, Fortuna ria y
raban «pura superficialidad intelectual». mado de las voces sigue leyes precisas que el Nella mi vita de Landini, Quant joyne cuer y
Afortunadamente, en los últimos tiempos músi- compositor conoce y que no deja en manos En seumillant de Trebor; Sumite, Karissimi de
cos de la talla de Kees Boeke o Pedro del azar. Del contaste de voces tan diferentes Zacharias y Fumeux fume par fumeé de Solage.
Memelsdorff han rescatado del olvido algunos surge un conflicto expresado armónicamente a También se ofrece Medée fu de Johan Simon
de los más bellos y escasos ejemplos de esta través de cada una de las melodías, y como de Haspre y la chace anónima Très dous com-
música. El trabajo de restauración siempre es consecuencia un escuchamos una suerte de pains.
penoso; en aquella época se reconocía y valo- diálogo alegórico, durante el cual el cantus , el El libreto incluye los textos originales y sus
raba en el músico la capacidad de la improvi- tenor y el contratenor usan los recursos más traducciones al español. Hay que destacar la
sación, por lo que las partituras no reflejan variados para hacerse entender: disonancias, importancia de este hecho, ya que en aquella
detalles que hoy nos serían imprescindibles síncopas, metáforas sonoras del texto poético... época la música y el texto iban ligados indiso-
para una reconstrucción precisa del estilo de Las notas del compacto no entran en estos lublemente.
música que se ejecutaba en esta época. Vaya detalles; en su lugar, nos proponen el ejercicio
por delante este comentario para que se com- lúdico de imaginar las aventuras de tres minis- Rafael del Fresno
prenda la dificultad a la que se enfrentan los triles y una cantora de aquella época que acu-
intérpretes que se deciden a abordar este den a Aviñón a recoger unos instrumentos MEDÉE FU – Ballades & Ballate: Música francesa e ita-
repertorio y sirva como elogio a la valentía de encargados y pagados por su señor. liana de finales del siglo XIV / Obras de Landini, Ziconia,
Zacharias, etc. / Patricia Paz (canto); Fernando Paz (flau-
Tritonus XIV (Fernando y Patricia Paz, Imaginemos también que hubieran recibido en ta); Leonardo Luckert y José Manuel Navarro (vihuela de
Leonardo Luckert y José Manuel Navarro). préstamo y, tan sólo por una tarde, unos cua- arco) / Tritonus XIV / VERSO / Ref.: VRS 2005 (1 CD) D2
(3)
Bella antología de chaconas instrumentales y vocales RICERCAR presenta el volumen VI de
del Seiscientos italiano en SYMPHONIA I Fiamminghi, dedicado a Guillaume Dufay
(4)
Nuria Llopis Areny y VERSO presentan un bello recorrido por el Barroco español
Ramillete oloroso
L a música para arpa en España, sin llegar a la importancia que
tiene la francesa en la edad contemporánea, presenta una
larga y gloriosa tradición que se remonta al menos al siglo XV,
donde ya aparece la figura de Ludovico. La fama de este arpista de
la corte de los Reyes Católicos llega hasta la época de Mudarra, en
podía tocar toda clase de música. Frente a otros arpas europeos de
la época, es éste un instrumento netamente español e ideal para
acometer la interpretación del repertorio aquí ofrecido.
Nuria Llopis lo hace con autoridad, dominio, claridad y belleza
de sonido muy superiores a lo conocido hasta ahora dentro del
pleno siglo XVI. género y las épocas que aborda esta grabación. Llopis ha tenido en
En ese siglo, fray Juan Bermudo preconizaba la necesidad de un cuenta los consejos de uno de los autores grabados, el arpista de la
arpa cromática que permitiese abordar la semi- catedral de Toledo Diego Fernández de Huete
tonía de la música «ficta». Desde entonces (c.1655–c.1712), autor de los dos volúmenes
hasta figuras tan destacadas como Esmeralda del Compendio numeroso de zifras armónicas...
Cervantes (llamada en realidad Clotilde Cerdá (Madrid, 1702 y 1704).
e hija del autor de los planos del Eixample de Tanto Huete, del que figuran cinco piezas en el
Barcelona) en el siglo XIX o Nicanor Zabaleta disco, como el sacerdote castellano Lucas Ruiz
en el XX, el arpa ha tenido y sigue teniendo un de Ribayaz, de quien se incluyen cuatro, adap-
cultivo y florecimiento relevante en la España taron al arpa obras ajenas. Ribayaz, por ejem-
moderna. plo, advierte en su libro haber recogido compo-
Si, como hemos apuntado, fue muy cultiva- siciones de Gaspar Sanz, Andrés Lorente y Juan
da en el Renacimiento, no hay que olvidar la del Vado. Huete presenta influencias afroameri-
importancia que el arpa tuvo durante el perío- canas en su Zarambeque y acude a piezas euro-
do barroco como instrumento destinado a peas, entre ellas la adaptación de la «Entrée» del
reforzar o a intervenir en solitario en la realiza- ballet L’Impatience (1661) de Lully. Ocurre lo
ción del bajo continuo, esencial en la elabora- mismo con ese gran recopilador de danzas y
ción del nuevo estilo monódico surgido a finales del siglo XVI y tonos que fue el reusense Antonio Martín y Coll (c.1680–c.1735),
comienzos del XVII. En esas dos centurias y hasta comienzos del discípulo de Andrés Lorente y monje franciscano en Alcalá de
siglo XVIII se mantuvo la grafía cifrada, es decir, con números Henares y en Madrid. La música recogida por Coll en sus manus-
correspondientes a las notas de la escala diatónica. critos, como esos precisos canarios que incitan a bailar, desprende
De ahí el bonito título del disco que ahora comentamos, Ecos así tocada su añejo perfume «suave y oloroso».
de cifras, grabado en un arpa de dos órdenes, réplica de otra exis- Incluye también Llopis piezas –la mayor parte anónimas– del
tente en el Museo de la Casa del Deán en Ávila, realizada por Manuscrito 816 de la Biblioteca Nacional, que procede de Ávila.
Pedro Llopis y Juana Delgado. El instrumento original data del año Es hermosa y llamativa la titulada San Juan de Lima, ejemplo sor-
1704, y la réplica construida por Llopis y Delgado se ha basado, prendente de la presencia sudamericana en un manuscrito español
aparte de los estudios sobre el instrumento conservado en el Museo de tiempos de Carlos II. En el Instituto Nacional de Musicología de
de Ávila, en los datos ofrecidos por Pablo Nasarre en su libro Barcelona se encuentra el llamado, por su procedencia,
Escuela Música según la práctica moderna (Zaragoza, 1724). Manuscrito de Jaca. Nuria Llopis ha elegido de él una Tocata apa-
Todo el disco, dedicado a música española para arpa de los rentemente anónima, pero que es adaptación al arpa de la «corren-
siglos XVII y XVIII, ha sido grabado por Nuria Llopis Areny, en la te» y la «giga» de la Sonata, op. 2/7 de Arcangelo Corelli, para dos
actualidad arpista de la Orquesta Nacional de España. De ella son violines y continuo.
también los interesantes y documentados comentarios que acom- En fin, excelente disco por contenido y realización y por su cui-
pañan al disco. Suele ser frecuente que la amplia cultura musical dada presentación en texto e ilustraciones. Sólo por ese precioso
de un intérprete sobre el instrumento que practica o su historia ángel barroco del cultísimo pintor vallisoletano Diego Valentín
corresponda a una ejecución, si no virtuosa, profunda. Pero en el Díaz (1586–1660) merece la pena adquirir este disco si no fuera
caso de Nuria Llopis se dan ambas cosas a la vez. Comenzando por por otras cosas que lo hacen imprescindible.
la elección del instrumento, del que ya Lucas Ruiz de Ribayaz pre-
sentó un dibujo con las cifras sobre cada cuerda en su volumen Andrés Ruiz Tarazona
teórico–práctico Lux y norte musical (Madrid, 1677) bajo el preci-
so título Demostración del Arpa en dos ordenes, y forma de practi- ECOS DE CIFRAS – Música española para arpa de los siglos XVII y XVIII / Obras de
Ruiz de Ribayaz y Fonseca, De Zala y Galdiano, Fernández de Huete, Martín y Coll y
car el Diapaçon. Ribayaz mostraba o «demostraba» un tipo de arpa autores anónimos / Nuria Llopis Areny (arpa de dos órdenes) / VERSO / Ref.: VRS 2004
con un orden diatónico y otro cromático en el que, por tanto, se (1 CD) D2
(5)
Integral de las Fantasías y otras piezas orquestales de Henry Purcell (1659–1695) por el London Baroque
Consort de violines
E n el verano de 1680, mientras la corte
residía en Windsor, Purcell desplegó
una importante actividad creativa,
componiendo buena parte de su música
(esta vez, el modelo era Jenkins), esa danza
que, pasada ya de moda, se había converti-
do prácticamente en un ejemplo más de
música abstracta. Sólo la chacona era una
y de su «sorprendente habilidad para trans-
mitir los más sutiles matices y sorpresas
armónicas» (R. King).
La mayoría de estas obras suelen inter-
orquestal independiente. Trabajó cierta- danza todavía en vigor –había llegado a la pretarse, siguiendo los modelos en que se
mente deprisa, ya que siete de las fantasías inspiraron, con el clásico consort de violas
estuvieron listas en tan sólo veinte días. y hay acuerdo bastante generalizado (den-
Pero no llegó a culminar el plan que tenía tro de lo que en esta materia se dan tales
in mente: en la pulquérrima copia que hizo acuerdos) en que así tratadas es Jordi Savall
de las citadas fantasías dejó espacio en quien ha firmado la versión de referencia.
blanco para incluir otras que quedaron en Pero Charles Medlam, al frente de su sem-
mero proyecto. Y cosa curiosa, cuando los piterno London Baroque, que en este caso
gustos imperantes en la corte apuntaban cuenta con ocho componentes, hace en
hacia la música más ligera y preferiblemen- este disco de BIS una interesante propuesta:
te con ritmos de danza, Purcell, trabajando sabiendo que en torno a 1660 los aficiona-
sólo para sí mismo y no para los demás, dos de Oxford preferían ya los violines a las
decidió mirar hacia atrás y escribir una violas, ha optado por interpretarlas con ins-
serie de obras en la vieja tradición inglesa, trumentos de la familia del violín. Y, sin que
dejando los últimos ejemplos conocidos de pierdan ni un ápice de su carácter, las fan-
un género que tenía sus grandes momentos tasías, los In nomine y las danzas adquieren
anteriores en las fantasías de Orlando aires nuevos que les sientan muy bien.
Gibbons (de 1625, aproximadamente) en el Seguiremos fieles a la interpretación de
caso de las piezas a tres partes y en el corte inglesa procedente de Francia– y, sin Jordi Savall, faltaría más, pero a su lado ten-
Consort of Four Parts de Matthew Locke renunciar a su ritmo característico, lo recu- dremos esta otra de London Baroque, que
(1660) en las de a cuatro. También miraba bre de un cromatismo ciertamente original. en nada desmerece de aquélla. Es la músi-
hacia atrás al recrearse en la compleja Clausuraba géneros, pero como sólo los ca, en definitiva, la beneficiada.
estructura (siete voces) de los dos arreglos grandes maestros pueden hacer, llevándo-
del In nomine (los últimos habían visto la los a la cima y haciendo, de paso y con sólo M.A.R.
luz, aproximadamente, cuarenta años 21 años, una elocuente demostración «de
antes) y al escribir la pavana en sol menor [su] consumado dominio del contrapunto» H. PURCELL: Fantasías para diversos instrumentos /
London Baroque / BIS / Ref.: BIS 1165 (1 CD) D2
Coronación en Praga
J an Dismas Zelenka, el eterno segundón de Dresde, vivió su
particular momento de gloria durante los festejos que tuvie-
ron lugar en Praga en septiembre de 1723 con motivo de la
solemne coronación como rey de Bohemia, bastantes años des-
Porque el compositor, dando lo mejor de sí mismo, preparó una
obra italianizante en la forma, con una orquestación brillante,
detalles de sólida polifonía (coro «Fortitudo mea») y espléndidas
arias a las que dotó de bellísimos acompañamientos instrumen-
pués de su acceso al trono, del empera- tales con chalumeau («Ave Deus, ave
dor Carlos VI. Los poderosos jesuitas redite»), violoncelo («Huc coeli
participaron en las ceremonias con una Principes») o la combinación de flautas
disputa académica celebrada en el dulces y traveseras («Veni, Auster lux
Collegium Clementinum. Desarrollada, perennis»). Pero su gloria fue tan efímera
como todo acto académico, en latín, como la propia fiesta, volviendo de inme-
tenía un título tan pomposo como Sub diato a la soledad de Dresde, donde de
olea pacis et palma virtutis conspicua vez en cuando y posiblemente con nos-
orbi regia Bohemiae Corona (Bajo el talgia, aprovecharía fragmentos de aque-
olivo de la paz y la palma del valor res- lla partitura para otras composiciones (Te
plandece para el orbe la corona real de Deum, alguna cantata navideña...).
Bohemia) o Melodrama de San Casi tres siglos después (julio de 2000),
Wescenlao. Y el tema, obligado, era el Praga recuperó la música de Zelenka. Y
enaltecimiento del trono checo y la como perdurable testimonio de dicha
dinastía austríaca que lo ocupaba, resurrección ha quedado este álbum gra-
remontándose hasta el santo fundador y bado poco después que ahora comenta-
sin olvidar al primer titular Habsburgo, mos. Está a su frente uno de los más con-
aquel Fernando I nacido en Alcalá de sistentes valores de la interpretación his-
Henares. Integraba retórica, música y danza, debiéndose aqué- toricista centroeuropea, Marek Stryncl. Que, tratando de apro-
lla a la pluma de un padre de la Compañía, M. Zill; el ballet ximarse a las fuerzas del estreno, ha sumado a su grupo Musica
(que no ha sobrevivido) era de un maestro vienés de apellido Florea el eslovaco Musica Aeterna y el galo Ensemble Philidor,
(latinizado) Thiringus y el núcleo músico–vocal se encargó a logrando un sonido pleno, suntuoso, vibrante, que sostiene y
Zelenka, antiguo alumno del colegio, que asumió también la arropa magistralmente al competente sexteto de solistas (dos
dirección. Fue un espectáculo magnífico, en el que participaron sopranos, contratenor, dos tenores y bajo) y al coro juvenil Boni
150 personas, y que satisfizo sumamente al emperador y su Pueri. Un álbum cautivador.
esposa, Elisabeth Christina. En la corte se comentó con insisten-
cia que la música superaba en calidad a la de Costanza e M.A.R.
Fortezza, la ópera que el Kapellmeister imperial J.J. Fux había
preparado para la ocasión. J.D. ZELENKA: San Wenceslao (Melodrama) / Kiss, Hlavenková, Forster, Brezina,
etc. / Musica Florea, Musica Aeterna, Ensemble Philidor y Boni Pueri. Dir.: Marek
No es de extrañar el impacto causado por la obra de Zelenka. Strynd / SUPRAPHON / Ref.: SU 3520–2 (2 CD) P.V.P.: 5.990 ptas.-
(6)
Cinco bellas cantatas de cámara de Reediciones de conciertos para violín y clave de J.S. Bach en SUPRAPHON
G.B. Pergolesi en BONGIOVANNI
celos y mitos ditar una grabación de los Conciertos para violín de J.S. Bach realizada en
1965–66 por Josef Suk –nieto y bisnieto de eminentes músicos–, acompañado por la
Orquesta Sinfónica de Praga bajo la dirección de
N
o encontramos sorpresas formales en las Václav Smetácek. En la era de los instrumentos ori-
cinco cantatas de cámara de Pergolesi que ginales, cuando hasta «los de siempre» se esfuerzan
presenta el sello BONGIOVANNI. por adaptarse a los criterios de los historicistas,
Conservada una de ellas en manuscrito (y graba- ¿puede decirnos algo esta antigualla? Podríamos
da aquí por primera vez) y publicadas las cuatro apelar al interés de conocer la evolución de los esti-
restantes hacia 1736 en Nápoles, están estructu- los interpretativos y otros argumentos de este tipo.
radas en la serie de recitativos y arias da capo Pero tal vez sea mejor recordar lo que no hace
que consagró Alessandro Scarlatti como canóni-
muchos años escribía J.C. Hoffelé en la prestigiosa
ca para el género. Hay, eso sí, variaciones de
detalle: ausencia del primer recitativo en una de
Guide de la musique ancienne et baroque editada
ellas, inclusión de recitativos acompañados en por la revista Diapason.(1) Decía el crítico francés:
varias, alteración del orden habitual en otra ... «Es por la simplicidad por lo que Suk llega a reali-
Los textos, anónimos, siguen los senderos de la zar con un violín moderno una lectura tan vigorosa
literatura arcádica, con sus ambientes pastoriles, rítmicamente y perfecta musicalmente».
paisajes estilizados, artificiosos protagonistas y Continuaba afirmando que «el acompañamiento de
lamentos por el amor perdido emanados de un Smetácek, roborativo, sostiene a los solistas
corazón (masculino o femenino, tanto da) infla- [Ladislav Jásek es quien acompaña a Suk en el BWV 1043] en sus menores volunta-
mado de des expresivas manteniendo un tactus imperturbable». Y concluía: «A nuestro parecer,
pasión por por su agógica perfecta, esta versión domina la discografía de los tres conciertos toca-
otro (conse- dos con instrumentos modernos». ¿Que es demasiado personal y arriesgada esta ulti-
cuentemen- ma apreciación? Tan personal como todas las opiniones de los críticos. Sobre su ries-
te, femenino go... atrévanse y juzguen ustedes mismos. Puede ser un (re)descubrimiento. Y ya zam-
o masculi- bullidos en la noche de los tiempos, dejamos igualmente constancia de otra reedición:
no), que, la de tres conciertos para clave del cantor interpretados por Zuzana Ruzickova –que,
ingrato, hace ciertamente, no vuela tan alto como su compatriota Suk–, acompañada por los Solistas
las delicias de Cámara de Praga y el gran Václav Neumann a la batuta.
de un rival
(«gelosia
M.A.R.
crudele»,
«empia furia (1) París, Robert Laffont, 1993, pág. 238.
spietata»,
«non ho per J.S. BACH: Conciertos para violín en la menor, mi mayor y re menor, BWV 1041, 1042, 1043 y 1060) / Josef
mio consolo Suk y Ladislav Jásek (violín); Jan Adamus (oboe) / Orquesta Sinfónica de Praga. Dir.: Václav Smetácek /
ch’il solo Orquesta de Cámara Suk. Dir.: Josef Vlach / SUPRAPHON / Ref.: SU 3567–2 (1 CD) D5
lagrimar»... ¿les suena?). En la última aparecen J.S. BACH: Conciertos para clave BWV 1052, 1055 y 1057 / Zuzana Ruzicková (clave) / Solistas de Cámara
–tampoco es novedad– Orfeo y Euridice. de Praga. Dir.: Václav Neumann / SUPRAPHON / Ref.: SU 3569–2 (1 CD) D3
Pero, por tópicos que fueran, dichos textos
daban pie al compositor para describir senti-
mientos y estados de ánimo... Lo que Pergolesi
aprovechó magníficamente, dejando una mues-
tra más de cómo las cualidades que apuntó
desde muy temprano empezaban a cuajar en
jugosas y hasta espléndidas realidades cuando la
Parca se lo llevó precozmente, dotando a estas
obritas de unas bellísimas melodías (de alguna de
ellas se serviría Stravinsky para Pulcinella) y unos
delicados acompañamientos instrumentales,
construyendo unos dramáticos recitativos acom-
pañados, explotando sagazmente las posibilida-
des expresivas de los diálogos voz–instrumento y
desplegando una capacidad para conmover al M.A. CHARPENTIER: Te Deum / Le Concert
Spirituel. Dir.: Hervé Niquet / GLOSSA / Ref.:
alcance sólo de un reducido puñado de elegi- GCD 921603 (1 CD) D2 [20% descuento ~
dos... Cobran vida en una sugerente interpreta- Precio especial de lanzamiento]
ción de Fabio Maestri, al frente de un Complesso
barocco In Canto algo más nutrido de lo que
piden las partituras (los porqués se explican en el
folleto) y, en primer plano, la contralto Gloria
Banditelli, bien conocida y apreciada por los
amantes de la música barroca, y la soprano
Susanna Rigacci, cuya hermosa y distinguida voz
se ve ligeramente ensombrecida por cierto abuso
del vibrato que, sin embargo, no resta interés al
disco.
M.A.R.
M. D’AGINCOUR: Piezas para clave / Hervé
G.B. PERGOLESI: Cantatas de cámara – Questo è il piano e Niquet (clave) / GLOSSA / Ref.: GCD 921702 (1
questo è il rio [1ª grabación mundial]; Dalsigre, ahi! Mia CD) D2 [20% descuento ~ Precio especial de
Dalsigre; Luce degli occhi miei; Chi non ode e chi non lanzamiento]
vede; Nel chiuso centro / Susanna Rigacci (soprano); Gloria
Banditelli (contralto) / Complesso Barocco In Canto. Dir.:
Fabio Maestri / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2185–2 (1 CD)
D2
(7)
Selección de cantatas sacras de Josef Leopold Václav Dukát (1684–1717) en SUPRAPHON
Magia vivaldiana
V ivaldi compuso un total de 22 conciertos de cámara, canti-
dad no demasiado significativa dentro del corpus de más de
500 conciertos que aparece en su catálogo de obras. Se
trata de conciertos para tres, cuatro o seis (RV 97) partes obligadas
caso del célebre concierto con láud RV 93. La sustancia musical de
todos ellos es, en cualquier caso, espléndida, y hace gala de la pro-
verbial creatividad de Vivaldi, inagotable inventor de melodías y
contrapuntos. Aunque es cierto que el arrojo de estos conciertos da
que presentan una prescripción de una sola voz por parte –con la camera es menor que el de los conciertos para orquesta, en ellos
excepción del bajo continuo, que dobla la hallamos unos movimientos rápidos de irresisti-
parte más grave–, en oposición a los conciertos ble magnetismo, plasticidad y animación,
«normales» con orquesta, en los que las partes mientras que en los tiempos lentos comparace
de rigor pueden ser dobladas por los instru- una bucólica poesía expresiva. Prueba de su
mentos del ripieno (relleno) orquestal. Estos talla musical es el hecho de que Vivaldi reela-
conciertos de cámara vivaldianos suponen una borara varios de ellos para convertirlos en con-
tipología camerística rara en la Italia barroca, ciertos orquestales, algo especialmente notable
pues no se conocen otros ejemplos concertísti- en el caso de cinco de los seis conciertos para
cos transalpinos de esta naturaleza. De hecho, flauta travesera, cuerdas y continuo que forman
las composiciones italianas intrínsecamente el Op. X vivaldiano. Destacable es también el
camerísticas –caracterizadas por un orgánico inmenso conocimiento del lenguaje específico
reducido que no contempla duplicaciones– se de cada instrumento demostrado por Vivaldi,
adscribían normalmente al campo de la sonata, que logra extraer la más inmediata elocuencia
y no al del concierto, algo que sí ocurría con expresiva de todos los medios sonoros partici-
más facilidad en Alemania o Francia. Con este pantes, ya sean de viento o cuerda. El conjunto
original procedimiento –una prueba más de la La Pastorella presenta una significativa selec-
inconfundible extravagancia del prete rosso– Vivaldi consumó la ción de siete conciertos de cámara –curiosamente no han grabado
pretensión de llevar el muy libre estilo de sus conciertos orquesta- el concierto RV 95 La Pastorella, al que evidentemente se sienten
les al terreno da camera –algo que también llevó a cabo en sus tan allegados–, en los que siempre comparece la flauta de pico
sonatas, aunque más moderadamente– y así experimentar su fanta- –tocada por el director Frédéric de Roos–, unas veces por destina-
sioso genio musical en medio de una textura compleja pero al ción original y otras por elección – musicalmente convincente– de
mismo muy transparente. La destinación instrumental de estos con- los intérpretes, que la utilizan en lugar de la travesera prescrita en
ciertos observa casi siempre la presencia de uno o dos instrumen- los casos del RV 88, RV 99, RV 106; –por otra parte hay que seña-
tos de viento –traverso, flauta de pico, oboe, fagot y hasta trompas lar que el concierto RV 94 aparece en el CD erróneamente nume-
de caza en el caso del RV 97–, que suelen contar con la compañía rado como RV 217–. Y como no podía ser de otra forma en unos
de uno o dos violines, además de los instrumentos del bajo conti- especialistas de la talla de los que forman La Pastorella, la graba-
nuo. Se da por seguro que Vivaldi los compuso –en la década de ción resulta una lección de interpretación historicista, por el domi-
1720– para el Ospedale della Pietà, el veneciano orfanato de niñas nio del estilo, la excelencia técnica, la claridad discursiva y el vigor
en el que ejercía de maestro di violino y que contaba con una muy expresivo de los ejecutantes, virtudes limpiamente recogidas por la
nutrida orquesta formada por las propias muchachas –figlie di toma sonora de un CD que debe figurar en lo más alto de las refe-
coro–, que eran consumadas virtuosas de toda la gama de instru- rencias camerísticas vivaldianas.
mentos barrocos; también es posible que algunos fueran escritos
para la corte de Mantua, donde por esos años Vivaldi trabajó igual- Pablo Queipo de Llano Ocaña
mente al servicio del Gobernador de la ciudad –el príncipe Filippo
d’Assia–Darmstadt–, o para compradores particulares, como es el A. VIVALDI: 7 Conciertos de cámara para diversos instrumentos / Varios solistas /
Ensemble La Pastorella / RICERCAR / Ref.: 233492 (1 CD) D2
(8)
Música vocal religiosa de Selección Navidad 2001
J.C.F. Fischer (1656–1746)
en rigurosa primicia de SUPRAPHON
M.A.R.
J.C. F. FISCHER: Archivo praguense de los caballeros de la Cruz –
Concertus de Sancta Cruce; O Crux Venerabilis; Offertorium de J.S. BACH: Las 6 Suites para cello, BWV
Dedicatione Templi; Missa Inventionis Sanctae Crucis / Hlavenková, 1007-1012 / Transcripción e interpretación:
Eibenová, Forster, Brezina, Pospísil / Musica Florea. Dir.: Marek Stryncl Paolo Pandolfo (viola da gamba) / GLOSSA /
/ SUPRAPHON / Ref.: SU 3534–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.- Ref.: GCD 920405 (2 CD) D2 x 2
(9)
GLISSANDO presenta una integral de la Op. 2 Quintetos para cuerda de Michael Haydn
de Michel Blavet (1700–1768) por el Noname por el Concilium Musicum Wien
S
e dice que Michel Blavet, como consecuencia de un vocado una carencia hiriente de grabaciones que nos ha impedido conocer
aprendizaje autodidacta con los instrumentos fabri- hasta fechas muy recientes la gran calidad de su interesante obra.
cados por su padre, tocaba el traverso inclinado Posiblemente sea la producción camerís-
hacia la izquierda. Pero, eso sí, lo hacía con un virtuo- tica del Haydn de Salzburgo la menos
sismo excepcional. Así que, todavía joven, abandonó su atendida de todas las facetas que, como
Besançon natal para probar fortuna en París. Y no le fue compositor, cultivó durante su vida. Los
mal en la France de la France. Tras estar fugazmente al cinco quintetos que ahora se nos presen-
servicio de ciertos tan, compuestos entre 1773 y 1784, y en
aristócratas, halló los que es más que patente la influencia
pronto acomodo con de su gran amigo W.A. Mozart –quien, tal
el conde de vez en sincero homenaje, escribiera su
Clermont, un curioso, célebre Quinteto, KV 174 en la estela de
melómano y manirro- Michael–, atestiguan la gran maestría
to personaje que lle- contrapuntística, la brillante combina-
vaba su manía –más ción y el delicado tratamiento que Haydn
que gusto– por la otorga a cada una de las voces, caracte-
música hasta el extre- rísticas que sin duda evidencian la des-
mo de elegir prefe- treza que también quedaría plasmada en
rentemente a sus su abundante obra sacra, destinada a los servicios litúrgicos de distintas ins-
numerosas amantes, tituciones eclesiásticas de Salzburgo, entre ellas la Catedral, para las que tra-
con quienes gastó un bajó como organista desde 1777 hasta el momento de su muerte, en 1806,
fortunón, entre las después de una vida realmente enigmática y, en cierto modo, extravagante
cantantes de ópera. Y (rechazó un importante puesto como maestro de capilla en Eisenstadt y uti-
aunque recibió tenta- lizaba un lenguaje secreto para escribirse con uno de sus pocos amigos,
doras ofertas, incluida una del flautista y príncipe here- Benedik Hacker), marcada por las desgracias personales (además de pade-
dero de Prusia Federico, nunca abandonó a su patrón, cer un fuerte alcoholismo sufrió la pérdida de su única hija cuando ésta con-
con quien permaneció hasta su muerte y para cuyo tea- taba tan sólo un año) y el estudio de los clásicos latinos y de la meteorolo-
tro privado escribió algunas obras escénicas de modes- gía.
tas dimensiones –¿adivinan quiénes eran sus intérpretes Son los miembros de la formación Concilium Musicum Wien, dirigidos
femeninas?–. Pero fueron sus regulares apariciones en el por el violinista Paul Angerer, los encargados de recrearnos, con gran acier-
Concert Spirituel y sus composiciones para flauta los to y resuelta calidad técnica, esta música sensual y brillante, repleta de
fundamentos de su fama. Sus cualidades como intérpre- inmensas sutilezas y deslumbrantes armonías; bellísimos sonidos que en los
te merecieron elogios, por ejemplo, de Quantz y instrumentos dieciochescos utilizados para la grabación adquieren su ver-
Telemann. De su producción no nos ha llegado sino un dadera y auténtica dimensión.
solitario concierto para flauta y orquesta y tres coleccio-
nes de sonatas. De ellas es la Opus 2, publicada en F.P.C.G.
1732, la preferida por estudiosos y flautistas. Porque pre-
senta indicaciones precisas sobre respiración y otros M. HAYDN: Los Quintetos para cuerda / Concilium Musicum Wien. Dir.: Paul Angerer / KOCH /
Ref.: 367592 (2 CD) D2 x 2
interesantes detalles pedagógicos. Y ante todo, por la
riqueza de su inspiración y la belleza de sus melodías,
por la habilidad con que funde aromas italianos y fran- Josef Vlach dirige dos obras clásicas
ceses, por su exigente virtuosismo... de Mozart y Tchaikovsky para SUPRAPHON
Los buenos aficionados no han olvidado que allá por
1979 Bartold Kuijken grabó una de estas sonatas (Op. 2
nº 2). Y tal vez recuerden otras dos grabadas por Dan
Laurin (BIS) y las antologías algo más amplias de
Música del aire
O
Allain–Dupré y Arita en sellos que por aquí se distribu- bras suficientemente conocidas las ofrecidas en el disco de refe-
yeron muy mal. Nos la ofrece ahora completa, lo que es rencia, aunque no por ello faltas de atractivo. En este caso, y
muy de agradecer, un joven Trío Noname integrado por fechadas en 1960 y 1964, versiones de brillante ejecución por la
veteranos intérpretes: Peter Holtslag (traverso), Rainer Orquesta de Cámara Checa dirigida por
Zipperling (viola de gamba y violoncelo) y Ketil su antiguo primer violín, Josef Vlach,
Haugsand (clave). Aunque asociamos más a Holtslag quien se incorporaría al mando de
con la flauta dulce que con la travesera, hay que decir dicha formación desde 1957, una vez
que domina ésta igualmente y está muy bien secundado abandonada ésta por su antiguo funda-
por sus compañeros, firmando conjuntamente una inter- dor Václav Talich.
pretación elegante y exquisita. Pero si alguien cree que Serenatas y Divertimentos son obras
hasta las exquisiteces pueden mejorar con un toque instrumentales en varios movimientos
excitante de especias y otros aditamentos cuyo secreto que se constituyeron, ya en el siglo
sólo poseen algunos chefs, no debería olvidar a Barthold XVIII, como música de placer o entrete-
Kuijken. Que en su grabación (Accent, 67909) no haya nimiento, siendo tocadas como música
sino una solitaria sonata de Blavet no debe importarle: vespertina y en su mayor parte al aire
va engarzada en el más maravilloso CD de música libre. Al mundo cortesano Mozart apor-
barroca francesa para traverso que ha conocido la histo- ta no sólo una inspiración que rebasa
ria del disco. con mucho lo puramente «ornamental»,
sino también esas intuiciones prerro-
M.A.R. mánticas por las que supera el mundo en torno.
La Pequeña música nocturna nos suministra uno de los más bellos
M. BLAVET: 6 Sonatas para flauta y bajo continuo / Trio Noname /
GLISSANDO / Ref.: 779035–2 (1 CD) D2 ejemplos de inspiración y de estética mozartiana. Aquí no falta ni sobra
( 10 )
3 Divertimentos, op. 16, de Luigi Boccherini, por el Piccolo Concerto Wien
una nota, no hay un solo sonido falso, Cuartetos de Gaetano Brunetti (1744–1798) para Carlos IV de Borbón, en CPO
inorgánico o forzado. Aquí, decíamos,
todo ocupa el lugar adecuado, todo se
desarrolla orgánicamente: las modulacio- En la corte de España
nes del primer movimiento, la técnica de
R
imitación en la Romanza, las modifica- esulta notorio, a la par que gratificante, el imparable interés que la música española
ciones del impulso rítmico. La impresión del siglo XVIII ha suscitado en los últimos 3 o 4 años tanto entre los intérpretes como
de simplicidad infantil, indiscutible, que entre algunos sellos discográficos independientes. Sin duda estamos ante un atracti-
se desprende de la música constituye vo, excelente e inexplorado repertorio musical que
también, sin duda, la razón de la sin igual todavía debe arrojar a la luz muchas de las obras que
popularidad de esta Serenata. ¡Cuántas brillaron con luz propia en la Corte de España, y tam-
delicadezas encierra la partitura, cuántas bién en otros ámbitos como el eclesiástico o nobiliario,
dificultades ofrece para una descripción a finales del Antiguo Régimen. Buena prueba de este fas-
analítica! El arte de la composición ha cinante mundo por descubrir son los cuartetos del ita-
sido impulsado hasta los más altos nive- liano Gaetano Brunetti (1744–1798) que ahora presen-
les. tamos. De virtuosa formación violinística a cargo de
Qué mejor que la inclusión con estas Carlo Tessarini, fue adscrito, desde su misma llegada a
páginas de Mozart de la Serenata para Madrid en 1767, al servicio del Príncipe de Asturias don
cuerda de Tchaikovsky, conexión progra- Carlos de Borbón, personaje del que ya no se separaría
mática acertada, por su consagrada vene- hasta su prematura muerte, acaecida repentinamente en
ración y amor hacia el músico de 1798 cuando tan sólo contaba 44 años de edad, después
Salzburgo. En el año 1880 nacieron tres de haber formado parte de la Real Cámara, conjunto ins-
obras que figuran hoy día entre las más trumental formado por don Carlos al subir al trono en
célebres del maestro ruso: el Capricho diciembre de 1788, y haber compuesto para su augusto
italiano, la patriótica Obertura 1812 y la patrón una gran cantidad de música camerística y orquestal en la que sobresalen sus más
Serenata en do mayor, Op. 48, obra que de 60 quintetos para cuerdas (uno de los géneros preferidos por el Rey), 50 cuartetos (algu-
por su expresión exaltada y sus medios nos de ellos escritos para la Casa del Duque de Alba), 39 sinfonías, un Gran Concierto y
sonoros más íntimos, contrasta con la rui- un buen número de piezas destinadas a los bailes de gala celebrados en la Corte Real. Las
dosa Obertura. Tchaikovsky estaba con- obras aquí grabadas fueron compuestas entre los años 1774 y 1792 para ser interpretadas
vencido del valor artísticos de su en los círculos privados de don Carlos (él mismo interpretaba las partes del segundo vio-
Serenata, escrita por auténtica inspira- lín) y reflejan el proceso de madurez seguido por el compositor durante sus años de tra-
ción, nacida de una necesidad interior, bajo en España, discurriendo su estilo por un proceso evolutivo que va desde los aires
absorto en los pensamientos de la «bie- haydnianos de sus primeras composiciones camerísticas al sello personal e inconfundible
namada ausente». Es bien sabido que de Brunetti, patente en su Cuarteto en la mayor, que abre el compacto y que sería escrito
muchos críticos y amantes de la música para celebrar la subida al trono del Príncipe de Asturias con el nombre de Carlos IV, o en
indican que la primera parte de esta par- los opus 2 de los que aquí se recogen los números 1 y 2.
titura constituye un homenaje a Mozart y El Schuppanzigh–Quartett, que toma su nombre de Ignaz Schuppanzigh (1776–1830),
que había encontrado, en el primer movi- uno de los mejores violinistas de finales del siglo XVIII, además del creador en 1796 del
miento, el estilo de éste. Permítaseme primer cuarteto de cuerda estable de la historia, fue fundado en 1996 con motivo del
discrepar o dudar de tal opinión. bicentenario de la creación de su predecesor. Esta joven y dinámica formación de instru-
Disco de hermoso contenido al que mentos originales tiene la virtud de mostrarnos, en primicia mundial, algunas de las pági-
puede añadirse que goza de una excelen- nas más hermosas de la música que inundó los salones cortesanos de la borbónica España
te toma de sonido. de la Ilustración, pero también la de regalarnos una interpretación llena de poesía y encan-
to, en la que el equilibrio y la serenidad del sonido de los instrumentos dieciochescos nos
Manuel García Franco devuelven en estado casi original la frescura de una música que nunca debería haber per-
manecido tanto tiempo en silencio.
W.A. MOZART: Eine kleine Nachtmusik;
Divertimento en re mayor – P.I. TCHAI-
KOVSKY: Serenata en do mayor / Orquesta de F.P.C.G.
Cámara Checa. Dir.: Josef Vlach / SUPRAPHON
/ Ref.: SU 3565–2 (1 CD) D5 G. BRUNETTI: 4 Cuartetos para cuerda / Cuarteto Schuppanzigh / CPO / Ref.: 999780–2 (1 CD) D5
( 11 )
BIS prosigue ambiciosa su integral de música para teclado de C.P.E. Bach
Y van siete...
C
on la aparición del este séptimo –y hasta la fecha último– increíble belleza (en especial el Andante de la sonata en sol mayor
volumen, la excelente integral de la obra para tecla sola de Wq. 65/22 o el Adagio de la sonata en fa mayor Wq. 62/8) con el
C.P.E. Bach que el sello sueco BIS inauguró hace ya algunos expresivo dinamismo de los rápidos en los que Bach pone de mani-
años, alcanza su mayoría de edad y comienza fiesto su deslumbrante técnica a la hora de
a ser una referencia indiscutible para los aman- dotar a estas composiciones de estructuras
tes del repertorio para tecla del siglo XVIII. El polifónicas que las convierten, además de en
balance de la colección, a la que hay que unir un auténtico regalo para el oído, en obras que,
las 10 entregas editadas hasta ahora de sus con- sin paliativos, deben ser calificadas como
ciertos para teclado, no ha podido ser más hala- mayores.
güeño. Críticas favorables y considerables ven- A estas alturas poco es lo nuevo que se puede
tas sobre la base de excelentes músicas poco decir de Miklós Spányi. Este extraordinario
conocidas, arropadas, a su vez, por un intérpre- músico húngaro, afincado en Finlandia e inte-
te de excepción como es Miklós Spányi, cata- grante de la joven generación de grandes
pultan este importante proyecto hacia uno de teclistas que en la actualidad están remozan-
los lugares más destacados de la edición disco- do el mundo de la interpretación historicista,
gráfica reciente en el mundo de la música culta. está llamado a ser en breve espacio de tiempo
Las 5 Sonatas que ahora se presentan serían uno de los herederos de las grandes glorias de
compuestas entre los años 1748 y 1749 para la Leonhardt o Koopman y no sólo por su bri-
estricta Corte de Federico II el Grande de llante técnica interpretativa, sino también por
Prusia. Son obras que responden perfectamente a los patrones el estudio exhaustivo y riguroso al que somete las obras grabadas y
musicales imperantes en la Alemania ilustrada de mediados del la elección de los instrumentos a utilizar, siempre contrastada con
siglo XVIII, en la que todavía convivían algunas influencias del esti- fuentes originales de las que hace un uso inteligente y científico.
lo barroco tardío con los nuevos aires del Stil Galant que habría de
dominar el gusto musical de Europa durante algunas décadas. En F.P.C.G.
estas composiciones volvemos a encontramos, una vez más, con la
elegancia omnipresente en toda la obra del Bach de Berlín, en la C.P.E. BACH: Integral de la obra para teclado (Vol. 7) – Sonatas W.65/22, W.65/25,
W.62/8, W.65/23 y W.62/10 / Miklós Spányi (clave) / BIS / Ref.: BIS 1086 (1 CD) D2
que se alternan con genial magisterio los movimientos lentos, de [Anteriores volúmenes también disponibles: consulte catálogo y precios]
( 12 )
Pequeñas obras para cámara SUPRAPHON presenta un recital «napolitano» de Peter Dvorsky
de Alessandro Rolla (1757–1841)
E
l nombre de Alessandro Rolla no es des- tado por estos temas melancólicos o patéticos, vitales
conocido para las páginas de este bole- y extravertidos, ostentosamente varoniles y sensuales,
tín. Ya en fechas anteriores nos ocupába- llenos de luminosidad y colores mediterráneos.
mos de presentar y comentar un álbum con Ahora se ha sumado a esta lista de tenores «napolita-
numerosas piezas para música de cámara nos» el eslovaco Peter Dvorsky, cantante bien cono-
grabadas para el sello SYMPHONIA durante cido en los escenarios operísticos internacionales,
el año 1997. Ahora es DYNAMIC quien nos donde lleva bregando desde hace un cuarto de siglo,
ofrece otros atractivos Dúos y Caprichos y que en septiembre de este año cumplirá sus cin-
cuya grabación se efectuó el pasado año en cuenta años. Dvorsky ha elegido el repertorio más
la ciudad de Génova. competitivo, abarcando desde hasta los archifrecuen-
Lo que no cabe la menor duda es que tados «Cor ´ngrato», «Torna a Surriento» y «O sole
Rolla está considerado como el compositor mio» –además de «Lolita», «Vivere», «A vuchella»,
más prolífico de dúos para instrumentos de «Mamma», etc.–, añadiendo como propina final una
cuerda en la historia de la música. Su impre- canción hispanomexicana que, por su lenguaje
sionante obra (211 composiciones de las que ostentoso y su osadía interpretativa, se codea bien
hay publicadas 163) prueba no sólo una apti- con sus hermanas italianas: «Granada» de Agustín Lara. Dvorsky tiene el timbre latino
tud para asociado con este repertorio cancioneril, y a esa voz limpia y brillante se añade el tem-
compo- peramento generoso que corresponde. Así surge este bonito disco de fácil y agradable
ner, sino escucha, como el repertorio que contiene, convenientemente acompañado por una
también, buena orquesta como es la Praga Filarmonía que dirige el joven Rastislav Stúr.
después
de un Fernando Fraga
profundo
RECITAL PETER DVORSKY – Vivere [Célebres «canzonettas» italianas] / Obras de Bixio, Tosti, Gastaldon, etc. /
análisis, Filarmonía de Praga. Dir.: Rastislav Stúr / SUPRAPHON / Ref.: SU 3577–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.-
el talento
creativo
en el ORFEO D’OR publica la Ifigenia en Táuride del Festival de Salzburgo 2000
autor y su
experien-
cia a la
hora de
Emociones a flor de piel
sacar el
E
l Festival de Salzburgo del año 2000, que tuvo como tema central la reinterpreta-
máximo provecho del instrumento. Los Seis ción de los mitos clásicos, anunció a bombo y platillo las nuevas producciones de
dúos para flauta y violín –los tres primeros Los troyanos de Berlioz y La bella Helena de Offenbach a cargo de Herbert
«concertanti», publicados en 1828 por Wernicke, así como las reposiciones del Tristán e Isolda de Klaus Michael Grüber y
Francesco Lucca y los tres siguientes en los Eduardo Arroyo y del Don Giovanni de Luca Ronconi. Sin embargo, la gran sensación
que la flauta juega un rol principal, publica- fue un montaje de pretensiones mucho más
dos entre 1831–32 por Carulli y Ricordi en modestas, pero que consiguió como ninguno de
Milán– son composiciones de carácter neo- los citados llegar directamente al corazón. Claus
clásico y presentan una escritura elaborada, Guth presentó en el patio de la Residencia de los
bien estructurada, armoniosa y sólida, fresca, antiguos arzobispos una Ifigenia en Táuride que
fluida y rica en virtuosismo. Similares e era una admirable transposición moderna de los
incluso superiores son los tres magníficos ideales estéticos de Gluck. La tragedia de los átri-
Capricci para viola, cuyo título original es das adquirió una dimensión freudiana con la utili-
Exercizio I e II para las dos primeras piezas y zación de unos dobles de los personajes corona-
Exercizio e Arpeggio para la tercera, en los dos por unas cabezas descomunales que les daban
que se muestra el extremo virtuosismo violi- un aspecto entre naïf e inquietante, reflejando toda
nístico del maestro pavesano. Si los dos pri- la fuerza dramática de la extraordinaria música.
meros son más reflexivos y polifónicos, el Incluso un director como Ivor Bolton, muy correc-
tercero es una verdadera lección de destreza to pero que difícilmente roza la genialidad, pare-
instrumental que obliga al intérprete a un cía sacar chispas de una magnífica Orquesta del Mozarteum.
esfuerzo técnico considerable. Es una com- Pero lo que elevó las veladas a la altura de lo irrepetible fue la interpretación de
posición en la que se nos hace presente el Susan Graham. Difícilmente asistimos a una compenetración tan absoluta entre un can-
fenómeno Paganini. Algunas enciclopedias tante y su personaje como la alcanzada por esta estupenda mezzo norteamericana, sin
señalan a Rolla como maestro del violinista duda uno de los mayores temperamentos operísticos de hoy. Con un timbre bellísimo
genovés. en toda la tesitura, una impecable adecuación estilística y una musicalidad a flor de piel
El lombardo Rolla, en definitiva, manten- nos hace sufrir con ella de todo el destino de la infortunada hija de Agamenón, pero lo
dría en Italia el modelo al estilo de Mozart y logra con una dulzura y una naturalidad absolutamente conmovedoras. A su lado, Paul
Haydn, aunque estilizado y simplificado, y si Groves es un Pílades que sabe aunar delicadeza y resolución, y Thomas Hampson (que
sus creaciones fueron clasificadas y cataloga- resultaba un tanto excesivo en el plano gestual) un Orestes de inequívoca energía,
das en 1981 por Luigi Alberto Bianchi y a mientras Philippe Rouillon logra plasmar la brutalidad del rey Toas sin caer en el arque-
Luigi Inzaghi, aquí, tanto Bianchi como tipo.
Mario Carbotta nos obsequian con una Con una magnífica toma sonora en vivo, esta Ifigenia se sitúa a la altura de las mejo-
memorable interpretación. res versiones discográficas de la obra. Y, sin duda, una de las más veraces.
M.G.F. Rafael Banús Irusta
A. ROLLA: 6 Dúos para flauta y violín; 3 Caprichos para
viola / Mario Carbotta (flauta); Luigi Alberto Bianchi (vio- G.W. GLUCK: Ifigenia en Tauride / Graham, Hampson, Groves, Rouillon, Schalaeva / Orquesta del Mozarteum
lín y viola) / DYNAMIC / Ref.: CDS 371 (1 CD) D2 de Salzburgo. Dir.: Ivor Bolton (2000) / ORFEO / Ref.: C563012I (2 CD) D4 x 2
( 13 )
40 grabaciones legendarias, acústicas y eléctricas, L’impresario in angustie, una comedia musical
de escenas y arias de Vincenzo Bellini de Cimarosa, en BONGIOVANNI
E
l mejor homenaje discográfico dedicado a Vincenzo Bellini,
con motivo de los doscientos años de su nacimiento, es el que oratorio Il sacrificio d’Abramo, le siguieron Il Credulo, com-
publica Lebendige Vergangenheit. El sello ha buceado en sus media per musica en 3 actos representada durante los carnavales,
archivos históricos y ha seleccionado páginas esenciales de su dis- seguido de Le trame deluse, otra brillante commedia per musica
cografía realizadas entre 1905 , con el «A te, o cara» de Alesandro también en tres actos y, finalmente, la desenfadada farsa
Bonci, y 1949 con «Qui la voce sua suave», uno de los primeros L’impresario in angustie, todas ellas con libreto de Giuseppe
registros de Maria Callas. Por los dos discos de grabaciones acústi- Diodati y representadas en el
cas y eléctricas se pasean Teatro Nuovo de aquella misma
algunas grabaciones ya míti- ciudad de Nápoles en la que un
cas de nuestros antepasados público entusiasta y completa-
cantores, permitiéndonos mente entregado comenzaba a
poder admirar los trinos ina- ver en Cimarosa, a la sazón de
cabables y la pureza tímbrica 37 años, una de las grandes
de Amelita Galli–Curci com- figuras operísticas que habrían
pitiendo como Amina con la de marcar los gustos del género
austriaca Selma Kurz, el ini- bufo de finales del siglo XVIII
gualable Elvino de Tito (todavía tendría que estrenar
Schipa (junto a la citada con un espectacular éxito, en
Galli–Curci o la angélica Toti febrero de 1792, ante la corte
Dal Monte), los caprichos de imperial de Viena, su gran obra
Fernando de Lucia (que se maestra Il matrimonio segreto)
come los agudos de Elvino), y principios del XIX, y que en
la línea de canto y el legato buena medida prepararía, junto a Paisiello, el camino por el que
impecable de Ezio Pinza pocos años después caminaría el gran genio de Rossini.
(pese a que, como se sabe, cantaba de oído), las Normas pre–calla- L’impresario es una de esas obritas en un acto que nos muestran
sianas de Ester Mazzoleni, Celestina Boninsegna o Giannina Russ, la frescura, inteligencia y ágil pluma de Cimarosa a la hora de
la original agilidad de la aniñada Amina de Maria Ivogün en la dotar a cada uno de los personajes de la trama teatral de una psi-
cabaletta final de la obra, la clase de Giuseppe de Luca en una cología musical propia y característica que los hace extremada-
página baritonal que parece hecha a medida, la cavatina de mente atractivos para el oyente actual. La savia italiana de todo el
Riccardo de Puritani, la energía de Hipólito Lázaro, la autoridad del entramado dramático queda perfectamente reflejada en sus diver-
barítono de barítonos Titta Ruffo, la elegancia de Mattia Battistini, la tidos recitativos, pero además, la elegancia, el lirismo y virtuosis-
fuerza de Claudia Muzio en el ya legendario «Sorgi o padre» o en mo de sus arias y un bellísimo tratamiento de los conjuntos voca-
la no menos admirable «Ah non credea mirarti» (con esa capacidad les, del que es un magnífico ejemplo el Finale, de más de diez
de aclarar las vocales y subrayar las consonantes que supo asimilar minutos de duración, hacen de L’impresario uno de esos momen-
y ampliar Callas), la pudibundez de Lina Pagliughi, la opulencia ins- tos culminantes del teatro musical cómico del Siglo de las Luces.
trumental de Rosa Ponselle (también Norma que, se aprecia, supo Fiel a su larga tradición el sello BONGIOVANNI nos ofrece un
asimismo «escuchar» Maria Callas), el buen hacer del bajo valen- registro efectuado en directo, en esta ocasión durante las repre-
ciano Andrés Perelló de Segurola, la virginalidad de la exótica Elvira sentaciones celebradas en el Teatro Sociale di Amelia en noviem-
rusa de Antonina Nezhdanova, el Oroveso incalificable de Feodor bre de 1997 y en las que la Associazione Sinfonia Umbra y la
Chaliapin, la osadía de acentos de Giacomo Lauri–Volpi en extre- Orchestra In Canto, dirigidas por un Fabio Maestri excelente junto
mos como son Pollione y Arturo, la solidez y autenticidad de una a un conjunto de solistas entre los que destacan con luz propia un
gran mezzo como Irene Minghini–Cattaneo (un registro casi extin- virtuoso Angelo Romero como don Crisobolo, una soberbia Paola
guido hoy, donde abundan las sopranos cortas disfrazadas de tal), Quagliata como Merlina (verdadera revelación en el mundo de la
etc. Un disco sin desperdicio en el que el oyente, a lo largo de más ópera dieciochesca: recuerden su gran papel de Condesa en el
de dos horas y media, tiene la obligación de no distraerse, de no Don Chisciotte de Paisiello recientemente editado por DYNA-
perder ni un momento de la audición, so pena de dejar pasar algu- MIC) o una deslumbrante Patrizia Zanardi en el papel de
na genialidad o cualquier detalle único de estas personalidades irre- Fiordispina, nos devuelven, y con verdadero acierto, una obra
petibles. que desde luego merecería figurar en la discoteca de cualquier
aficionado a la buena ópera del siglo XVIII.
F.F.
F.P.C.G.
EN ALAS DEL BEL CANTO – Vincenzo Bellini en 40 grabaciones legendarias, acústicas
y eléctricas (1905–1949) / Registros de Galli–Curci, De Lucia, Chaliapin, De Luca, D. CIMAROSA: L’impresario in angustie / Romero, Zanardi, Zarrelli, Quagliata,
Battistini, Pinza, Lázaro, Schipa, Siepi, Pasero, Lauri Volpi, Ponselle, Callas, Tagliabue, Codeluppi / Assciazione Sinfonica Umbra – Orquesta In Canto. Dir.: Fabio Maestri /
etc. / PREISER / Ref.: 89240 (2 CD) D2 x 2 BONGIOVANNI / Ref.: GB 2255–2 (1 CD) D2
( 14 )
Don Chisciotte della Mancia, «commedia per musica» en tres actos de Giovanni Paisiello (1740– 1816), en DYNAMIC
Haciendo el indio
E n setenta óperas censadas, Donizetti tuvo ocasión de ambien-
tar sus músicas espacialmente en lugares tan remotos como
Livonia o Santo Domingo, y temporalmente desde la antigua
Roma o Mitilene al París contemporáneo (suyo). España figura bien
inquietante y sana juventud, y luego tiene su expansión amorosa en
el bellísimo dúo del acto segundo con el tenor Idamore, que en el
larghetto «La mano tua, deh vedi» encuentra su momento de irre-
sistible y acariciadora afectuosidad, con la cuerda aguda haciéndo-
representada en su producción, en acciones que ocurren en Toledo, se eco de la línea vocal mientras la grave introduce un preocupan-
Granada, León o el País Vasco. En ninguna obra recoge la música el te colorido anunciando el descalabro final. Neala fue pensado para
colorido ambiental porque nadie se lo pedía ni lo esperaba. A lo la soprano Adelaida Tosi e Idamore, como ya fue escrito, para el
más, puede haber pequeñas alusiones tímbricas o rítmicas. En la tenor Rubini (de ahí que el tenor deba ascender a algún que otro re
India ambientó Alina, regina di Golconda e Il sobreagudo), a quien se le destinó un desprendi-
Paria. Esta última, felizmente, acaba de recupe- do momento solista, «Là dove il cielo s’estolle»,
rar una posición que apenas había ganado tras donde se combina depurado belcanto y energía
su estreno en Nápoles nada más comenzar el de acentos. El cuarteto «Da sì caro e dolci istan-
año 1829, celebrando la ciudad con este estreno te» (del que se acordará después el músico para
la onomástica de un regio representante local. Marin Faliero) es un remate espléndido para la
Donizetti creía en el valor de esta música y la obra, en lugar de una escena solista para la
reutilizó en partituras posteriores, aunque siem- soprano como podría ser previsible.
pre adaptándola y variándola conforme a las Entre los solistas del equipo napolitano que
necesidades de la nueva situación dramática. estrenó Il Paria se encontraba un cantante de la
Incluso en el dúo del final del acto primero, categoría de Luigi Lablache, encargado del
entre padre e hijo, ambos parias, cuya baja cate- papel de Zarete el padre paria de Idamore. Con
goría social da lugar al conflicto escénico, se un intérprete de este rango, es lógico que el
pueden descubrir una fugaz cita al magnífico compositor le destinara una gran escena (la
terceto rossiniano de La donna del lago. cuarta del segundo acto): «Notte, ch’eterna a me
Franco Piva, responsable de no pocas restau- parevi», un expresivísimo recitativo, seguido de
raciones de partituras que el tiempo archivó en el olvido, y BON- un aria esplendorosa, rematada por una solemne cabaletta con
GIOVANNI, siempre atento a dar cuenta de cualquier rareza que coro. Un instante inmenso de canto italiano que el intérprete de la
programe un teatro italiano, son los que de nuevo nos facilitan el velada de Faenza, el barítono Marcin Bronikowski, saca adelante
conocimiento de este título donizettiano, ofrecido en el Teatro con brillante disposición.
Masini de Faenza. (Masini por el famosísimo tenor Angelo, uno de El resto de los intérpretes es holgado en los casos de la soprano
los herederos directos del mítico Giovanni Battista Rubini, uno de Patricia Cigna-Neala (nada que ver con su homónima Gina, muerta
los cantantes que intervinieron, por cierto, en el estreno de Il Paria.) recientemente a los 101 años) y de Alessandro Verducci–Akebare,
Il Paria, con un cuidadoso texto de Domenico Gilardoni (que le un interesante bajo cantante, ya conocido entre otros papeles por un
escribiría diez más al prolífico bergamasco, entre ellos uno tan inte- Conde Rodolfo de una Sonnambula bellinina protagonizada por
resante como el de Fausta), es como se adelantó de enero de 1829; Mariella Devia. El tenor Filippo Pina Castiglioni ofrece el lado más
por lo tanto, está situada entre Gianni di Calais e Il giovedí grasso, fino y cordial del personaje por encima del otro aspecto canoro de
todas obras napolitanas, haciendo el número veinticuatro del catá- Idamore, el arrebatado o de fuerza.
logo donizettiano. Puede decirse, siguiendo la opinión del músico, No es raro encontrar alguno en la producción donizettiana (por
que es una de las mejores obras escritas antes de Anna Bolena, por ejemplo, el del acto primero de Lucia di Lammermoor), pero el
la riqueza expresiva de sus recitativos de acompañamiento muy intermedio orquestal de Il Paria, situado entre el dúo de la soprano
detallado, por la exuberancia de muchos de sus ariosos y, especial- y el tenor y la escena del barítono, es de los más justificados del
mente, por la belleza melódica de sus páginas cantables que, ade- músico bergamasco y queda muy bien aprovechado por Marco
más de producir ese disfrute sonoro, sirven de soberano soporte a la Berdondini, al frente de una orquesta y coros (con momentos mag-
situación dramática que vienen a describir. níficos de lucimiento) provincianos pero no por ello negligentes o
La imaginación musical de Donizetti parece aquí no detenerse insensibles.
nunca, en un derroche de exhibición tal que cada página que se
llega parece mejor y más bella que la anteriormente escuchada. La F.F.
soprano Neala comienza su tarea con «Parea che mentre l’àloe»,
página solista con coro y pertichino del sumo sacerdote Akebare G. DONIZETTI: Il Paria / Verducci, P. Cigna, Bronikowski / Orquesta «Pro Arte
Marche». Dir.: Marco Berdondini / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2300/1–2 (2 CD) D2 x 2
(una especie de Oroveso oriental), ideal para retratarla en toda su
F.F.
RECITAL BRUCE FORD – El Rossini serio / Extractos de Ricciardo e Zoraide, Armida, Mosè in Egitto, Otello y Ugo re d’Italia / Philharmonia Orchestra y Academy of St.
Martin–in–the– Fields. Dir.: David Parry / OPERA RARA / Ref.: ORR 218 (1 CD) D1
( 16 )
Grandes obras de Dvorák y Novák, SUPRAPHON dedica dos registros a una de sus sopranos más afamadas
en una reedición de SUPRAPHON
S
e reedita este viejo álbum, y podríamos
culo. Cuando más entusiasmado andaba el crítico con el contenido de su últi-
decir que con honores de estreno. Los
mo compacto – un estupendo concierto de arias de óperas checas grabado
honores que merece. Se trata de tres viejos
durante una memorable gala celebrada el 10 de diciembre de 2000 en la Sala Smetana
LPs de 1961 (Dvorák) y 1956 (Novák) que pasa-
de Praga– los melómanos cacos de Bayreuth forzaron el 7 de agosto el coche del cro-
ron a formato CD hace unos siete años y que
nista y arramplaron con todo: desde la Tetralogía de Knapertsbusch del 56, al Parsifal
encierran bellezas innumerables. Por lo pronto,
del idem del 62 o los Maestros cantores de Furtwängler del 53. El profanado y wagne-
hay que decir que La novia del espectro (Las
riano santuario móvil comprendía también este disco de la Urbanová que, finalmente,
camisas de boda, en la versión checa) es una de
junto a otras joyas del atracado tesoro, fue repuesta por el siempre dadivoso y diver-
las obras más importantes y más bellas de
diano Monseñor.
Dvorák, una pieza que está a mitad de camino
La verdad es que los chorizos alemanes –¿o quizá se llamen allí salchichen?– mos-
entre la cantata y la ópera, que tiene acción
traron un gusto exquisito al seleccionar el botín. Nada de cedés de Tamara o de
dramáti-
Enrique Iglesias. Ni siquiera de la Pantoja, que tanto gustan a los tironeros sevillanos
ca, situa-
vecinos del crítico. En Alemania son más finos, casi habría que hablar de cleptómanos
ciones,
más que de salchichen. ¡Wagner y fragmentos de óperas checas! Los pájaros se fueron
persona-
a lo mejor. Porque este compacto con fragmentos de óperas de Smetana, Dvorák,
jes y
Fibich y Janácek es una maravilla por contenidos e interpretación. La poderosa voz de
narra-
soprano spinto con ribetes dramáticos de la Urbanová cautiva por el inteligente y sen-
ción, casi
sible uso que de ella hace su dueña, una artista de
como si
enorme atractivo y poder de seducción, que es
fuera una
encauzado por una naturaleza musical de primer
obra pen-
orden.
sada para
La grabación en vivo recoge además la suma tea-
el teatro
tralidad y realismo de la actuación, que se comple-
lírico. La
mentó con la implicada y solvente participaron de
obra parte
diversos cantantes checos, entre los que figuran la
de uno de los textos del inagotable legado de
soprano Martina Bauerová, los tenores Leo Marian
Karel Jaromír Erben (1811–1870), el mismo que
Vodicka y Jaroslav Brecina, el barítono Dalibor Tolas
inspiró los cuatro poemas sinfónicos de la etapa
y el bajo Richard Novák. El auditorio aplaude con
final del mismo compositor (Paloma, Duende,
entusiasmo y con verdadero fervor cada interven-
Rueca y Bruja), el autor de Kytice (1853), el
ción de la Urbanová. Desde los primeros momentos
despliegue floral en pleno renacimiento checo
del compacto, con el impresionante recitativo de la
que ha inspirado a varias generaciones de
quinta escena del acto III de Libuse hasta la inter-
compositores de esa nación. Durante casi hora
vención de Jenufa que cierra el recital, el cualificado
y media estamos prendidos de esos personajes,
público praguense se vuelve loco con su diva. Probablemente, usted, yo y hasta los
de esa acción, de esa leyenda, del acecho de la
malditos salchichen de Bayreuth también hubiéramos aplaudido de lo lindo de haber
muerte y la pelea por la vida, de la historia de
tenido la fortuna de estar en Praga aquel 10 de diciembre.
amor y del odio de la muerte al amor. Si hay
Más popular y placentero, también menos dramático y ambicioso, es el gustoso
algún aficionado que desconozca esta obra de
disco de antiguas canciones populares checas de los siglos XVIII y XIX grabado por Eva
luminosa belleza, que no lo piense más, porque
Urbanová en el año 2000. Delicioso intimismo melódico, y un cuidado acompaña-
aquí tiene su oportunidad. Ha habido algunas
miento instrumental son las bases de estas hermosas canciones reflejo del inagotable
lecturas posteriores, pero ésta es de lejos la de
sustrato musical que subyace en la cultura sonora del pueblo checo. La voz poderosa
superior nivel en todos los sentidos, incluidos
de la Urbanová se repliega al mundo intimista de la canción popular, del lied en su
los puramente emotivos: voces de la edad de
más genuino estrato, para transmitir la suave belleza de los quince títulos que integran
oro de la lírica checa, como las de Tikalová y
el compacto, que cuenta con el lujazo del acompañamiento instrumental de virtuosos
Blachut, una orquesta y un coro en su mejor
tan prominentes como el formidable violinista Václav Hudecek o el sabio órgano posi-
momento y uno de los grandes directores de
tivo de Jaroslav Tuma.
ese maravilloso país de músicos y artistas,
¿quién puede dar más?
Justo Romero
Svatopluk Cech, el mismo poeta que le apor-
justito@arrakis.es
tó a Janácek su Broucek es el autor del poema
La tempestad, que Vitezslav Novák puso en EVA URBANOVÁ – Arias checas / Obras de Ryba, Brixi, F. Benda, Flies, Gruber, Führer, Kuchar y Macha /
música en 1910 para celebrar los cincuenta Václav Hudecek y Jaroslav Tuma / SUPRAPHON / Ref.: SU 3525–2 (1 CD) D3
años de la Asociación Filarmónica de Brno. Es EVA URBANOVÁ – Célebres dúos de la ópera checa / Con Leo Marian Vodicka y Jaroslav Brezina (teno-
una obra grandiosa, tardorromántica, vertida res), Martina Bauerová (soprano), Dalibor Tolas (barítono) y Richard Novák (bajo) / Dúos de Libuse, La
hacia el pasado. La interpretación de solistas, novia vendida y Dalibor [Bedrich Smetana], Jakobín y Rusalka [Antonín Dvorák], Sarka [Zdenek Fibich]
y Jenufa [Leos Janácek] / Orquesta Filarmónica Janácek de Europa. Dir.: Frantisek Preisler (hijo) /
coro y orquesta es inmejorable en su dramatis- SUPRAPHON / Ref.: SU 3555–2 (1 CD) D3
mo, en su garra, en su expresividad y musicali-
dad. Grabada en 1956, el sonido es algo menos
brillante que en el caso del despliegue de La
novia del espectro que la acompaña. Selección
En resumen: un doble disco que hará las Navidad 2001
delicias de cualquiera, porque contiene muchí-
sima belleza en sus casi dos horas de musicali-
dad desbordante.
( 20 )
en la tierra», esto es, quería a la maravillo- la cota de mallas como el velo de tisú y hay asimismo la densidad del bosque orquestal,
sa Maria Jeritza, quien reunía lo jamás visto ocasión para escuchar cinco voces impor- hace justicia a los juegos de luces y colores,
antes y después en los escenarios líricos: tantes: las dos sopranos han de alcanzar el acompaña finamente a los cantantes, tiene
rostro y pelo bellísimos, figura esbelta y ele- Re sobreagudo, Aitra tiene además bellas el instinto de la melodía y de la cantilena
gantísima, atractivo infinito, condiciones de coloraturas; la Concha omnisciente necesi- straussianas. Insisto: su labor sorprende,
actriz sobresalientes y, para colmo de per- ta de la solemne gravedad de las contraltos interesa y convence. ¿Habrá aquí más que
fecciones, una voz y sobre todo una calidad auténticas; Menelao está escrito para tenor una joven promesa?
canora excepcionales. Pero no pudo ser a heroico y el monolítico y un tanto artificial Las dos sopranos verdaderas, Vitalija
causa de las exigencias económicas de la Altair, para un barítono–bajo autoritario y Blinstrubyte (Elena) y Yelda Kodalli (Aitra),
dama, y así a Hofmannsthal se le abrían las despótico.(3) Seguramente merece la pena son cantantes asimismo jóvenes y capacita-
carnes al saber que «su» Elena iba a ser, y llegar a conocer los motivos conductores y das para dar lo escrito por Strauss: cuestión
efectivamente fue, Elisabeth Rethberg, su entramado, descubrir una vez más la distinta es la personalidad de cada una, más
quien cantaba también «como un ruise- archirrepetida falsedad de que Strauss diera atractiva en la primera, aunque la segunda
ñor», pero no era en lo demás la impresio- varios pasos atrás en el camino de la posee una voz más luminosa y fresca; pero
nante Jeritza. Ítem más, Fristz Busch no modernidad después de haber alcanzado el por aquello de las coloraturas, ésta última
estudió a fondo la obra y además apareció territorio de Elektra, y seguir la lujuriosa ha sido escogida seguramente en razón de
por allí Pauline, la mujer de Strauss, a la escritura vocal de la protagonista. También su condición lírica con apuntes de ligera, y
que Hofmannsthal temía más que al demo- puede ser gratificante engarzar a este a mí me parece que Aitra –esposa del dios
nio –sus sarcasmos sobre el libretista eran Hofmannsthal exquisito, arcaizante y un del mar, madre de Teseo y maga– necesita
terribles–, quien, al acabar el ensayo gene- tanto oscuro con el de sus restantes colabo- de un poco más de cuerpo vocal: la cosa no
ral del primer acto, les espetó a todos: «¡No raciones con Strauss, en realidad tan distin- tiene mayor importancia. La contralto, no
hay bastantes truenos! ¡Hacen falta más!», tas entre sí pese a las apariencias aunque soprano, Regina Mauel exhibe una voz
tras lo que Strauss suspiró y susurró a quie- muy grave y oscura; no está mal, pues
nes se hallaban a su lado: «Las mujeres representa a un molusco de las profundida-
están siempre para el tronar» (2). des que, además, es omnisciente (4). El
El estreno en Dresde y los sucesivos en tenor Stephen O’Mara, posiblemente barí-
Viena (Strauss), Múnich (Knapperstbusch) y tono en el origen, no atrae ni por el color ni
otros teatros no constituyeron fracasos por la línea; sin embargo, pertenece al hon-
rotundos, pero tampoco éxitos francos. rado clan de aquellos tenores de hoy que
Fallecido Hofmannsthal en 1929, Strauss se no molestan, que no destrozan una repre-
dejó convencer por el regisseur Lothar sentación. Johannes von Duisburg, quizá
Wallerstein y también por su chambelán, antes bajo que barítono, resulta suficiente-
Clemens Krauss, para que aceptara y reali- mente áspero, sin matices, como Altair.
zara cambios, simplificación de versos, Todos los demás cumplen irreprochable-
retoques e incluso nuevas aportaciones mente. El coro femenino revolotea con la
orquestales. Todo esto afectó sólo al segun- insidiosa levedad de los elfos– mosquitos y
do acto, sin que con ello se consiguiera el coro de guerreros de Aitra posee la nece-
mejorarlo sustancialmente ni tampoco el todas ellas giran alrededor de la mujer saria bizarría. Por último, la técnica que uti-
triunfo buscado con esta segunda versión, como foco o sol que a la vez da la vida al liza DYNAMIC es parangonable a la de
estrenada el día 14 de agosto de 1933 en el hombre y le abrasa. Literariamente, yo veo cualquier sello de campanillas.
marco del Festival de Salzburgo. ahora La Elena egipcíaca como hija tardía Una consideración todavía; ya me daría
Las diferencias no son fáciles de apreciar del jugendstil; es más, imagino el primer yo con un canto en los dientes si, en la
mediante la mera audición, pues tanto las acto, el interior del palacio de Poseidón y hipótesis remota del estreno madrileño de
escasas representaciones como las asimis- Aitra, como una gruta de conchas a la vez La Elena egipcíaca, se alcanzara el nivel de
mo contadas grabaciones de la obra pade- real y simbólica –en el centro de ella o en Cagliari, especialmente en lo que afecta a
cen siempre cortes, que desorientan. Sería lugar destacado la omnisciente– y taracea y la orquesta. Pero para que este sueño dese-
necesario consultar la edición crítica com- mosaicos gaudianos, todo obviamente ado se hiciera, llegado el caso, realidad, ya
parada de ambas versiones. En mi caso dis- curvo, sin rectas ni ángulos. La verdad es lo saben ustedes: «¡Hacen falta más true-
pongo sólo de la partitura que han editado que me apetece familiarizarme más con la nos!» y además, precediéndolos, algunos
en 1996 las casas Schott y obra y que me gustaría tener la ocasión de rayos fulminantes.
Boosey&Hawkes. Hay que deducir que se presenciar una buena representación de
corresponde con la segunda versión, que es esta Elena que no quiere apurar el filtro del Á.-F.M.
la más conocida, pero el libreto de DYNA- olvido de Tristán e Isolda, sino el quizá aún
MIC, sello que anuncia la grabación reali- más peligroso del recuerdo, pues puede tra-
(1) Conste aquí que el actual Cela, el escritor y la
zada en Cagliari como la de la versión de erle la muerte a manos de Menelao y, con persona, no me interesa; pero me ha hecho gra-
1928, es más extenso que el de ORFEO ella, la destrucción de su belleza absoluta. cia que se le acuse de autoplagio por repetir tres
D’OR, sello que recogió una representa- Con todo, lo sorprendente ahora es la veces aquí y allá el mismo discurso.
ción muniquesa de la versión de 1933; sin calidad de la producción del Teatro Lírico (2) La anécdota la cuenta Norman del Mar. No
embargo, este registro supera en unos quin- de Cagliari, insospechada a priori después olvidemos que Pauline Strauss era hija de un
ce minutos la duración del italiano, y esto de conocer los registros de Las Hadas y de general y ella misma una artillera de cuidado.
no parece deberse solo a una cuestión de Roberto el Diablo con la misma proceden- (3) De pasada, conste que Altair y su hijo Da–ud
tempi. Sea como fuere, la obra ligera cia. Las representaciones tuvieron lugar en llevan nombres árabes auténticos. Aquel se
demanda una plantilla orquestal completí- enero del año que ahora se va, este odioso corresponde con la estrella principal de la cons-
telación del Águila y Da–ud significa David. El
sima, que incluye 6 trompetas, un desplie- 2001. En Cagliari se tomaron muy en serio dato procede también de Norman del Mar.
gue de percusión muy considerable, órga- el compromiso contraído con «la más (4) Como la Concha está puesta sobre un trípode,
no, máquina de viento y 29 instrumentos excelsa de las mujeres». Aquí no están, Strauss decía chuscamente que se parecería a un
–viento y percusión– que forman la música claro, Leonie Rysanek, Annelies Kupper, Ira fonógrafo. Además, quería que la voz llegara a
de escena. Además, aunque la acción se Malaniuk, Bernd Aldenhoff, Hermann través de una bocina como la de Fafner en su
desarrolla sólo en dos escenarios, puede Uhde y Joseph Keilberth; pero el trabajo de cueva. Afortunadamente desechó la idea. Lo de
leerse que Rudolf Hartmann, el excelente todos es homogéneo y merece el notable soprano se arrastra de la partitura, donde figura
regisseur de Múnich, exigió en 1956 nada alto. Lo más asombroso procede de la labor como tal en la relación de personajes; pero basta
menos que 240 trajes y dos gigantescas de la orquesta y de su director, el para mí echar una ojeada a la escritura para ver que no
es así.
redes, que tuvieron que ser tejidas en una desconocido Gérard Korsten. Ya al comien-
fábrica de artes de pesca, en Kiel. Quiero zo –el recuerdo del cataclismo o colapso de R. STRAUSS: La Elena egipcíaca / Blinstrubyte, O’Mara,
resaltar así que La Elena egipcíaca es ante Troya– posee auténtica contundencia, y las Kodalli, Von Duisburg, Mauel, Haselsteiner / Orquesta y
todo un espectáculo operístico lujoso, en el plenitudes sonoras no faltarán allí donde Coro del Teatro Lírico de Cagliari. Dir.: Gérard Korsten /
DYNAMIC / Ref.: CDS 374/1–2 (2 CD) D2 x 2
que la orquesta straussiana despliega tanto están prescritas; mas Korsten sabe clarificar
( 21 )
El Teatro del Príncipe Regente, en un excepcional documento de PREISER
( 22 )
Walther en 1942; a Helena Braun, Isolda ese La mezzo Janet Baker, en dos nuevos registros de la BBC
mismo año, que canta una muerte de amor
estupendamente movida desde el íntimo éxta-
sis del absorto comienzo hasta la exaltación Entre el lied y la chanson
del transfigurado final; a Käthe Nentwig, deli-
D
cada Bastiana y auténtica lírica de coloratura; e 1950 para acá, ningún cantante británico ha suscitado el reconocimiento
al excepcional Beckmesser de Wieland internacional de Janet Baker (Yorkshire, 1933). Idolatrada en Inglaterra, sus
Wagner, Karl Schmitt–Walter, quien en 1943 entusiastas son también muy numerosos en España. Aunque estos dos regis-
muestra la calidad real de su voz como tros no aportan gran novedad a su muy amplia discografía (Saga, L’Oiseau Lyre, EMI,
Wolfram; a Karl Kronenberg, Telramund de Philips), el recital Schubert añade, si las cuentas no me fallan, doce lieder no inclui-
carácter fuerte, hombre vigoroso, ambicioso, dos en el conocido doble CD de EMI Forte. Janet Baker fue una excelente liederis-
convencido de su derecho; a Paul Kuën, Max ta, capaz de crear el clima requerido por cada canción con una facilidad intuitiva
Proebstl y Benno Kusche, pilares del Príncipe que es privilegio de los grandes; así fue reconocido por su paisano Gerald Moore y
Regente en los años cincuenta; a Maud Cunitz así lo admite Arturo Reverter en su indispensable estudio sobre los lieder schuber-
y Franz Völker, plenamente convincentes en tianos. A modo de ejemplo, cito y suscribo lo que
el dúo de amor de Otelo; a Elisabeth dice a propósito de Abendstern, D806, versión
Lindermeier, la novia vendida por antonoma- con Moore de 1970 (la muy bella aquí incluida,
sia; y no en último lugar a Lorenz de 1980, es con Geoffrey Parsons): «Baker capta
Fehenberger, quien me ha dejado atónito con como ningún otro cantante el clima sereno y des-
su bellísima romanza de la flor de Carmen. pojado de la pieza, envuelto en una inevitable
Aún quiero dedicar unas líneas a Marianne tristeza». La mezzo era maestra en canciones de
Schech (Elisabeth), August Seider (Tannhäuser) este tipo, que permiten el juego con la media voz
y Franz Klarwein (Walther von der y la sfumatura y que propician la sobriedad y la
Vogelweide). Sus intervenciones están extraí- discreción (el «understatement», tan británico). En
das del viejo Tannhäuser de Urania (1950), El hijo de las musas, D764, cabe preferir el enfo-
que tuvo al frente a Robert Heger. Aunque he que más vivaz y espontáneo de ciertos intérpretes
defendido siempre a la ninguneada Schech, masculinos (Hüsch o Wunderlich) y el mejor arti-
en mi Guía de Wagner considero este registro, culado de una Schwarzkopf. Pero en este CD pre-
en la reedición de Acanta Pilz, «pura rutina dominan –acaso en exceso– los lieder intimistas
alemana». Escuchada ahora la pequeña selec- en que Baker puede lucir esas cualidades, su
ción que hace Lebendige Vergangenheit, me impecable escuela y su rigor estilístico. Los tres
apresuro a rectificarme a la espera de que otra pianistas, excelentes, no necesitan presentación:
firma recupere –quizá circula ya sin que me Geoffrey Parsons, Martin Isepp y Graham
haya llegado noticia– la grabación completa. Johnson. Por ejemplo, escúchese a este último en
El dúo entre la Schech y Seider es muy bueno, La joven monja: realmente memorable. En suma,
en particular la soprano da lecciones de afina- un CD excelente con la única reserva –importan-
ción, articulación y expresión (algunas veces te– de que no figuran los textos cantados.
he insinuado que fue un antecedente de Pilar El segundo CD ofrece una colaboración inha-
Lorengar); en cuanto al omnipotente bitual, la de Janet Baker con Giulini. Su versión de
Klarwein, no se puede sacar más partido a la las Noches de verano de Berlioz es, como cabía
breve intervención del minnesinger. prever, muy hermosa, pero no se llegan a alcanzar
Al final, después de comprobar la riqueza, las cotas de excelencia que uno hubiera anticipa-
la variedad, el elevado nivel medio de casi do. Baker, que ya había registrado magníficamen-
todos los cantantes que aparecen aquí, reuni- te esta obra con Barbirolli para EMI (1968), vuel-
dos en razón de su participación en la historia ve a mostrarse intérprete sutil y matizada de estas
del Teatro del Príncipe Regente desde 1901 a preciosas canciones, pero su voz no tiene las cualidades de otras grandes intérpre-
1963, se agolpan las preguntas, empezando tes: el mordiente equilibrio tímbrico de Eleanor Steber, la carnosidad y el terciopelo
por ésta inevitable: ¿qué ha sucedido para que de Victoria de los Ángeles o Jessye Norman, la sensualidad de Crespin... Además, su
lo que ayer era normal sea hoy excepcional? dicción francesa, blanda y poco contrastada, no es perfecta, lo que limita el resul-
Mas el amable lector no debe hacerme mucho tado final. Giulini colabora con matices exquisitos, pero la orquesta suena con poco
caso, pues «hoy se canta mejor que nunca» y relieve, y la «química» no acaba de establecerse. Por su parte, Svetlanov es un cola-
cosas como ésta, sean testimonio del Bayreuth borador tan imprevisto como notable en el Poema de Chausson, en el que Baker nos
del Norte, del sureño o del verdadero, quedan seduce de nuevo con su calidad vocal, sus matices y su elegancia; pero la dicción
para nostálgicos que –¡pobres infelices!– no francesa sigue dejando que desear. Excelente, en cambio, la vibrante canción de la
han podido o no han querido acomodar su paloma torcaz de los Gurrelieder, grabada en 1963 con Norman del Mar.
paso a la marcha de los tiempos.
Roberto Andrade
Á.-F.M.
JANET BAKER CANTA SCHUBERT – 19 Lieder / Janet Baker (mezzo) / Graham Johnson, Martin Isepp y
Geoffrey Parsons (piano) / BBC / Ref.: BBCL 4070–2 (1 CD) D2
(1) Las fuerzas vivas que firmaron en 1933 la diatri-
ba contra Thomas Mann se expresaban así RECITAL JANET BAKER – E. CHAUSSON: Poème de l’amour et de la mer, op. 19 – H. BERLIOZ: Les nuits
«Múnich–ciudad Richard Wagner». d’eté, op. 7 – A. SCHOENBERG: Lied der Waldtaube / Janet Baker (mezzo) / Diversas orquestas. Dirs.:
Evgeny Svetlanov, Carlo Maria Giulini y Norman del Mar / BBC / Ref.: BBCL 4077–2 (1 CD) D2
(2) Parsifal había quedado reservado para Bayreuth.
Luis II respetó el deseo de Wagner, aunque sus dere-
chos sobre la obra le habrían permitido ignorarlo.
(3) Los asientos son más anchos y tienen brazos aba-
tibles. Sólo hay una galería de palcos al fondo. Las
filas de butacas son veinte. La capacidad es de
1.300 espectadores.
(4) El capital sumaba unos 220.000 marcos de 1972.
Toda la ayuda de Luis II a Wagner a fondo perdido
no alcanzó, en diecinueve años, un tercio de la
deuda oficial. NUNCA MÁS VERÁN MIS OJOS - Música vocal trans-
crita para vihuela / Obras de Valderrábano, Narváez,
Daza, Del Enzina y otros autores - Páginas proceden-
ASÍ CANTARON EN EL PRINZREGENTENTHEATER – tes del Manuscrito de Simancas y de los cancioneros
Documentación para la conmemoración del centenario de Uppsala y Elvas / Alfred Fernández (vihuela) /
(1901–2001) / Grabaciones de 54 voces históricas, inclui- ENCHIRIADIS / Ref.: EN 2004 (1 CD) D2
dos Hann, Hotter, Treptow, Weber, Holm, Böhme, Hopf,
Knote, Feinhals, Morena, Bender, etc. / Diversas orquestas
y directores / PREISER / Ref.: 89305 (3 CD) D2 x 3
( 23 )
Paumgartner, Soudant y Norrington: tres miradas sobre un genio
parte, las tres obras aquí propues- que la ocasión exige, a tempo
tas son novedad. Dos de los tres lento pero fluido. Toda la sección
registros proceden de conciertos final, desde la modulación a do
en Londres, y el tercero, el Idilio mayor (16’22»), es admirable por
de Sigfrido, fue grabado en estu- la perfecta retención del tempo,
dio en Manchester. Y esta es, en mi opinión, la perla que permite a músicos, director y oyentes deleitarse
de este CD. Por descontado, las versiones de Mozart con esta música preciosísima: un episodio mágico.
y Beethoven son muy notables, en particular los dos Buen sonido en las tres obras.
últimos tiempos de la Séptima. Pero los resultados
hubieran sido seguramente mejores con alguna de las R.A.
ENY 9740 (1 CD) D10
( 24 )
Dos sellos independientes coinciden en honrar la memoria de Lovro von Matacic Suites, danzas e intermedios:
la mejor música ligera
La granada madurez de un maestro del género
D
e sobra conocemos al Lehár
puestos más altos del escalafón, y cuya discografía no ha alcanzado el «status» de clási- compositor de operetas.
co que les permita sobrevivir, por la vía de las reediciones, a la Menos sabido es su curioso
precaria situación actual del mercado. Uno de ellos es el cro- destino musical, que se inicia
ata Lovro von Matacic (1899–1984), quien se formó en Viena cuando cumple la mili en las tro-
como «niño cantor», luego en Alemania y, más tarde, en su pas del entonces emperador de
Croacia natal (Zagreb), en Ljubljana y en Belgrado. Por los Austria–Hungría y trabaja para un
años cincuenta, ya talludito, conectó por azar con Walter
Legge y fue una de las muchas batutas «todo terreno» que el
sagaz productor inglés supo potenciar y emplear admirable-
mente. Para EMI grabó Bruckner (4ª Sinfonía), diversos con-
ciertos de violín con Oistraj, La viuda alegre y una selección
de Arabella con Schwarzkopf, La fanciulla del West con la
Nilsson, Payasos con Corelli... De entonces data su primera
asociación con la orquesta Filarmonía (1954–62), que se
amplió en un segundo período entre 1977 y 1983. De él pro-
cede esta interesante Tercera de Bruckner que recupera BBC
Legends. Respecto de la edición empleada, puedo confirmar
que no se trata de la versión Nowak habitual (1889) que hemos
escuchado a Szell, Wand o Celibidache. Por la fecha del regis-
tro (1983) bien puede tratarse de la versión original editada por
Oeser. Someto el asunto a la autoridad competente de
Ángel–Fernando Mayo, que acaso disponga de la partitura conjunto de músicos militares. Su
necesaria (yo sólo tengo la Nowak), y que en 1994 fue guía padre quería hacerlo artista formal
excepcional a través del intrincado laberinto de las versiones y él, a pesar de tener buenos tuto-
brucknerianas en el número extraordinario que SCHERZO res, como Antonin Dvorák, prefirió
dedicó a la música sinfónica. En cuanto a la ejecución, es sin ir por libre y ejercer la autodidácti-
duda sobresaliente: la Filarmonía toca segura y confiada en la ca. El resultado es una obra en la
sólida batuta que la gobierna, cuyo gesto conoce y entiende que se mezclan los géneros y
bien, y a la que ha seguido en ensayos que se intuyen genero- donde se alternan las páginas
sos en el tiempo. Excelente sonido digital. serias con las menos serias, todas
SUPRAPHON nos ofrece un estuche con las archipopulares ellas dignas del mejor cuidado téc-
sinfonías Quinta y Patética de Chaikovsky, con Matacic al fren- nico y estético. No es mala refe-
te de la Filarmónica Checa. De nuevo escuchamos a un riguroso constructor que, con tempi rencia el hecho de que Mahler le
movidos, resulta siempre plástico y elegante en su fraseo (Valses de una y otra sinfonías), apa- encargara una música de ballet
sionado (Andante de la Quinta, movimientos extremos de la Sexta) y capaz de arrastrarnos con para la Ópera de Viena, en prueba
su enérgico pulso y su vitalidad en la célebre marcha de la Patética. No pretendo que Von de la estima que le merecía su tra-
Matacic alcance las cimas de los máximos intérpretes de estas obras, Mravinsky y Svetlanov, pero bajo.
con la estupenda colaboración de la Filarmónica Checa y el mágico sonido de la Sala Dvorák En este compacto hay buena
del Rudolfinum de Praga, sus versiones figuran entre las mejores de estas obras inmortales. muestra de su variado ingenio,
aunque siempre ceñido al formato
R.A. orquestal y sin las voces que tanto
A. BRUCKNER: Sinfonía nº 3 en re menor / Orquesta Philharmonia. Dir.: Lovro von Matacic / BBC / Ref.: BBCL 4079–2 (1
le atraía concitar. Hay páginas de
CD) D2 algunas óperas juveniles olvidadas,
una polca de El conde de
P.I. TCHAIKOVSKY: Sinfonía nº 5 en mi menor, op. 64; Sinfonía nº 6 en si menor, Patética / Orquesta Filarmónica Checa.
Dir.: Lovro von Matacic / SUPRAPHON / Ref.: SU 3544–2 (2 CD) D5 x 2 Luxemburgo, diversas escenas y
dos series de danzas, una que res-
ponde al encargo citado y otra,
Suite china de ballet, que nos
RAMILLETE DE CANTIGAS, recuerda la evocación más o
VILLANCICOS, ENSALADAS,
ROMANCES, PAVANAS, GLO- menos chinesca de su famosa ope-
SAS, TONOS E OTROS ENTRETE- reta El país de las sonrisas.
NIMIENTOS - Obras de Alfonso
X, Mateo Flecha, Francisco de En ninguna falta el infatigable
Peñalosa, Luis Milán, Antonio de melodismo lehariano, unido a un
Santa Cruz, Robert Dowland, Joan excelente dominio de los colores
Cabanilles y autores anónimos /
Grupo Sema / DISCOS OBLI- orquestales y con los infaltables
CUOS / Ref.: DO 0003 (1 CD) D2 toques de exotismo que exigen los
temas, así como, hoy, el encanto
de revivir un mundo que desapare-
ció al son de estas páginas, porque
ellas, como si supieran que esta-
A L’OMBRA DEL LLEDONER ban animando un final, lo rescatan
Poesía de Tomàs Garcés / del olvido y la extinción.
Obras de Blancafort, Bonet,
Llongueres, Massià,
Mompou, Montsalvatge, B.M.
Pujol, Serra y Toldrà i Vives /
Ana Ibarra (soprano); Rubén
Fernández (piano) / ENSAYO F. LEHÁR: Suites, Danzas e intermedios
/ Ref.: ENY 9816 (1 CD) D2 / Orquesta Sinfónica de la Radio de
Berlín. Dir.: Michail Jurowski / CPO /
Ref.: 999761–2 (1 CD) D2
( 25 )
Dos magníficos discos schubertianos, en ORFEO y CPO Ludmila Peterková, en un monográfico
SUPRAPHON dedicado al clarinete
¿Un Schubert menor? Elegancia
L a firma muniquesa ORFEO, en con-
junción con la Radio Alemana de
Berlín, se ha decantado por las
Sonatas para violín y piano del vienés.
Realmente nos lleva a pensar en La flau-
ta mágica. Un Allegro vivace en 3/4 con-
cluye en tono de vals.
Con Andrea Duka Löwenstein y
ante todo
L
a idea de volver a grabar piezas «menores» de
Por otra parte, CPO prosigue con su Phillip Moll parece como si escucháse- compositores como Rossini, Mendelssohn o
Edición Klöcker, esta vez haciendo fren- mos al Schubert sinfónico, ya que logran Bruch me parece más que atractiva cuando son
te, apoyado por su Consortium entresacar todos aquellos matices que se Ludmila Peterková y Jirí Belohlávek los responsa-
Classicum, de partituras como el Adagio adentran en esta música, tan sutil, tan bles. En el presente compacto pueden encontrarse
y rondó concertante D campestre, tan dulce. las 2 Piezas concertantes para clarinete y «corno di
487 para piano, violín, CPO, nos ofrece un bassetto», op.113 y 114 (1832) de Felix
viola y violonchelo o volumen más del clari- Mendelssohn, que fueron escritas para su amigo y
los Tres minuetos para netista y director clarinetista Heinrich Joseph Bärmann (1784–1897)
dos oboes, dos clarine- Dieter Klöcker, en un y el hijo de este,
tes, dos trompas, dos registro de 1977 que, Carl, un destaca-
fagotes y trompeta. además de Schubert, do intérprete de
El primero de los incluye una pieza de «corno di basset-
compactos, el que está Anselm Hüttenbrenner to». La primera de
integrado por esas (1794– 1868). ellas, opus 113,
«piezas menores» que Respondiendo a la comienza con un
son las Sonatas para solicitud de su amigo y diálogo entre los
violín y piano, es una violonchelista dos instrumentos
auténtica gozada Heinrich, en octubre solistas, seguidos
desde todos los puntos de 1816 escribió el por la cuerda y un
de vista. Franz Adagio y rondó con- despliegue
Schubert compuso la certante en fa mayor, orquestal que roza
op.137/1 en tres movi- constituyendo un lo beethoveniano.
mientos, a diferencia ejemplo de lo que se El Allegro con
las otras, con un llamó Hausmusik o fuoco da paso a una parte intermedia, un exquisito
Allegro molto en el «música para casa». Andante que culminará con una serie de acrobacias
cual se manifiestan Aquí hay un bitematis- ascendentes y descendentes en el Presto. La opus
igualmente ambos ins- mo, la conexión entre 114, por su parte, se inicia con un acelerado Presto
trumentos. El Andante la cuerda deja al piano al que le sigue un pasaje danzable y juguetón. La
llega a parecernos un papel más solemne, utilización del «corno di bassetto» es todo un acier-
mozartiano, en una que le conduce al luci- to, pues dota a la partitura de sutileza y de ese soni-
yuxtaposición de moti- miento al término de la do acuoso tan cercano al del clarinete.
vos muy interesante, pieza. Giaocchino Rossini (1792–1868) aparece aquí
para en el último tiempo, Allegro vivace, Los tres minuetos (sin número de retratado en sus Variaciones para clarinete y peque-
remontarnos directamente a la Sonata catalogación) son todos para oboes, cla- ña orquesta y en Introducción, tema y variaciones
K.526 de Wolfgang Amadeus. rinetes, trompas, fagotes y trompeta. Son para clarinete y orquesta. Las primeras (1809) tie-
La Segunda sonata dota en el Allegro obras frescas, en absoluto sobresalientes, nen ese algo adolescente, juvenil que queda paten-
moderato al violín de la primacía virtuo- de escasa duración. Lo mismo sucede te en las cinco partes en las cuales está dividida la
sística (dobles octavas en crescendos, con el inacabado Octeto D 72. obra. La melodía es fresca y alegre, y recurre al
decrescendos súbitos…). El Andante está El Allegro del Trío para cuerdas D ritornello que Mozart no dudaría en incorporar a
construido sobre la forma de lied, y el 471, es como sentencia Einstein: «muy sus conciertos para piano. La Introducción, tema y
Menuetto sobresale por su originalidad y gracioso, fluyente y armonioso, pero sin variaciones para clarinete y orquesta (1810) está
diálogo armónico. El final es dramático, más». –como la anterior– fragmentada en cinco variacio-
con un Allegro que pone fin a la D. 385 De Anselm Hüttenbrenner podemos nes, adquiriendo una complejidad progresiva, sin
en la menor. reseñar que fue disc ípulo de Antonio perder el tono vital de la escrita un año antes. Los
Más cercana a Beethoven se puede Salieri y amigo de Beethoven y Schubert. éxitos rotundos le vendrían un poco más tarde, con
situar a la tercera Sonata, sobre todo en También sería kapellmeister del la ópera La pietra del paragone (La Scala de Milán,
el inicio, en el apasionado Allegro gius- Steiermärkischer Musikverein entre 1812) como iniciadora de una larga lista.
to. El Andante toma del anterior el 1825 y 1839. Su Quinteto para dos vio- El CD finaliza con el Concierto para clarinete,
impulso rítmico, consiguiendo con los lines, dos violas y violonchelo es com- viola y orquesta, op. 88 de Max Bruch. Elaborado
silencios una bellísima sonoridad. En si pletamente académico, y no aporta entre 1913 y la fecha de su fallecimiento, este con-
bemol mayor, el Menuetto es brioso, y el novedad alguna: audible y tendente al cierto tiene en la conjunción de la viola y el clari-
Finale, con su aroma de folclore, de estilo de aquellos con los que compartió nete su esencial punto de interés, de novedad, de
popular, «huele» al sordo genial. amistad, no deja de ser curioso. melancolía, aportada por el instrumento de cuerda.
En agosto de 1817, con el nombre de Dieter Klöcker no suele decepcionar, Los tres movimientos tienen un algo en sí mismos:
Dúo (por asignación de Diabelli), ideó sino más bien todo lo contrario, como elegancia. Lo nostálgico se da cita en el primero de
Schubert su Opus 162. Alfred Einstein sucede en este CD, pese a algunos desa- ellos, el segundo adquiere una esencia campestre y
diría: «No pretende descender a regio- justillos del viento, todo parece regula- en el último la brillantez reluce por doquier. Todas
nes muy profundas, pero aspira a una do, con una impecable cuerda. las secciones quedan perfectamente reguladas por
elocución sana y al equilibrio, bien que ese gran maestro que es Jirí Behlolávek, que cuenta
un poco inestable, de los dos instrumen- Jaime Arroyo Moya con una orquesta que he tenido el gusto de poder
tos». jimmysalieri@terra.es escuchar en más de una ocasión, la Filarmonía de
El Allegro moderato se define por la Praga. Todo elogio destinado a Ludmila Peterková
alternancia entre las notas con puntillo F. SCHUBERT: Adagio y Rondó concertante en fa
sería escaso, pues consigue realmente emocionar.
del piano y por la flexibilidad del violín, mayor, D487; 3 Minuetos para viento; Trío para
cuerda D471 en si bemol mayor (fragmentos);
con una repetición temática. En el Presto Octeto inacabado en fa mayor, D72 – A. J.A.M.
se da una mayor fusión entre ambos, es HÜTTENBRENNER: Quinteto para cuerda en do
menor / Consortium Classicum. Dir.: Dieter Klöcker jimmysalieri@terra.es
más cromático, con esa marcha glissée / CPO / Ref.: 999801–2 (1 CD) D5
del instrumento cordófono. Brigitte F. MENDELSSOHN: 2 Piezas de concierto para clarinete,
Massin apunta al Andantino: «Pasan F. SCHUBERT: Sonatas para piano y violín / 3 corno di basetto y orquesta – G. ROSSINI: Introducción, Tema
Sonatas, Op. posth. 137/1–3, D384, D385 y D408; y Variaciones para clarinete y orquesta, Variaciones en do para
como un recuerdo las sombras de Sonata para piano y violín, Op. posth. 162 / D574 / clarinete y orquesta de cámara – M. BRUCH: Concierto para
Mozart y de sus personajes, especial- Andrea Duka Löwenstein (violín); Phillip Moll clarinete, viola y orquesta en mi menor / Ludmila Peterková
mente las de Pamina y Tamino». (piano) / ORFEO / Ref.: C575011A (1 CD) D2 (clarinete) / Filarmonía de Praga. Dir.: Jirí Behlolávek /
SUPRAPHON / Ref.: SU 3554–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.-
( 26 )
Ivan Kusnjer interpreta un disco de canciones de Josef Bohuslav Foerster (1859–1951)
Un pasado venerable
J osef Bohuslav Foerster, compositor checo de Praga que vivió
más de noventa años, es uno de los músicos creadores que
recoge el relevo planteado por los dos grandes fundadores de
la escuela nacional, Smetana y Dvorák; Foerster sigue en edad a
mas son de un contemporáneo de Foerster, Josef Merhaut.
Los Poemas de Pushkin, de 1937, y las Tres canciones termina-
das en 1943, nos muestran a un Foerster tal vez de superior madu-
rez, pero muy cuidadoso en mantener las esencias de una manera
otro músico poco mayor que él y sus compañeros de generación, de componer antigua. Recordemos que 1943 es uno de los años
pero que tiene una especie de primacía entre ellos y que desapa- más horribles para la joven nación checoslovaca, dividida en ese
rece demasiado pronto; se trata de Zdenek momento. El anciano Foerster dedica las tres
Fibich, que sólo vive entre 1850 y 1900; es canciones a amigos viejos, a gentes que signifi-
decir, el propio Dvorák le sobrevive. Foerster, caron mucho; destaca In memoriam Alexandra
por decirlo de una vez, pertenece a la genera- Chvanová, que recuerda a esta soprano dramá-
ción que consolidará las conquistas nacionalis- tica que protagonizó papeles de la importancia
tas, que vivirá la independencia y que aprove- de Jenufa y Rusalka (además de obras del pro-
chará las ventajas materiales que le brindarán pio Foerster). Cuando la Europa Central muere,
tanto aquéllas como ésta. En este grupo de com- cuando la joven nación desaparece, Foerster
positores aparecen, además del propio Foerster: asume su propia muerte; no sabe que aún vivi-
Suk, Novák, Ostrcil y el más grande de todos rá ocho años, y que en ellos verá demasiadas
ellos, el moravo Leos Janácek. cosas inesperadas.
Foerster compuso seis óperas, que a menudo De nuevo da en el clavo ese gran artista que es
llevan nombre de mujer; como Eva, la más Ivan Kusnjer. Kusnjer se mueve muy bien en el
conocida de ellas, con libreto propio a partir de centro, se ve forzado en ocasiones en el agudo
una obra teatral de Gabriela Preissová, (la misma que escribió el (algunos compositores se muestran en ocasiones inmisericordes
drama que dio lugar a la Jenufa de Janácek). Foerster tuvo una incli- con sus intérpretes) y se le ve a gusto en el grave. Pero, sobre todo,
nación especial hacia la voz humana, y así compuso esas óperas, Kusnjer es intérprete de gran capacidad de interiorización. El gran
pero también numerosas obras sinfónico–corales, de carácter tanto pianista Marián Lapsansky, que ha destacado como acompañante
sacro como profano, piezas para coros a cappella y muchos ciclos y como intérprete solitario de ciclos como el de las obras pianísti-
de canciones, entre ellos los tres que presenta este CD. cas de Janácek, se apunta también una importante baza con este
Domina este recital el ciclo de quince canciones, casi todas de recital, que nos trae un repertorio que no por poco conocido y por
pequeño formato, que forman el Cuento de hadas de un largo anclado en un pasado venerable ha de ser objeto de menor interés.
anhelo, obra de 1910, muy anterior a los otros dos ciclos del disco Una vez más, SUPRAPHON consigue un éxito artístico en la causa
y dividida en tres momentos, un Prólogo, un Epílogo y un episodio del repertorio nacional checo.
central de seis canciones llamado Sueños defraudados. Desde
luego, se trata de uno de esos ciclos, tan centroeuropeos, de amo- S.M.B.
res frustrados, de dolor por la amada perdida, de itinerancia como
huida, de comunión con la naturaleza en la medida en que ésta es J.B. FOERSTER: 6 Canciones sobre textos de A.S. Pushkin; Cuento de hadas sobre un
largo anhelo; 3 Canciones / Ivan Kusnjer (barítono); Marián Lapsansky (piano) /
anuncio de muerte, de negación de eros y afirmación de algo más SUPRAPHON / Ref.: SU 3550–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.-
amplio y abarcante que la propia individualidad. Los quince poe-
Enchúfenme el piano
P
rosigue la centelleante integral de la obra sinfónica del genial compositor sueco, auténtica celebridad en su país pero prácticamente
desconocido por nuestras tierras, y por supuesto jamás programado en nuestros conciertos (¿para qué tocar una sinfonía de Atterberg
si ya tenemos Cuadros de una exposición?).
Bien, pues ya sólo nos queda la novena de sus sinfonías por escuchar, así que antes de ese
apoteósico final, Ari Rasilainen (que, por cierto, da miedo: ¿han visto su foto?), con la Orquesta
de Hannover y el pianista Love Derwinger, nos deleita por fin con sus obras para piano y orques-
ta.
La Rapsodia, op. 1 es la primera obra oficial del sueco, aunque a sus 21 añitos ya había com-
puesto entre otras cosas una ópera y una sinfonía. Esta Rapsodia pertenece a un género que
nunca he comprendido, el de los miniconciertos para piano, que exigen a un virtuoso para que
toque y a varios operarios para que saquen un piano de cola a escena y luego lo vuelvan a meter,
total para diez minutitos. A pesar de ello es una pieza digna de mención, brillante mezcla de
tonos nórdicos y exotismos orientales, con un fagot inicial que es todo un homenaje a Rimski.
Pero pasemos al Concierto, op. 37. Inspirado directamente en el Primero de Tchaikovsky,
pero con puntitos aquí y allá de Grieg y Rachmaninoff, tras una primera audición nos asalta una
duda existencial: ¿qué mentes maquiavélicas son responsables de que una cosa así no se haya
grabado jamás, y de que nos azoten en cambio miles de versiones del combinado
Grieg/Schumann? Esta electrizante creación exige desde luego un considerable esfuerzo para el
solista, pero éste se encuentra en diálogo cordial con la orquesta en todo momento, sin produ-
cirse el efecto grandilocuente tan habitual de los conciertos postrománticos. De hecho, ni siquie-
ra existe una sola cadencia. Piano y orquesta efectúan un recorrido por temas melancólicos y
elegíacos, exhaustivas danzas y pasiones desgarradas. Resulta peculiar la utilización del tema del Dies Irae en el movimiento central, por
lo visto es uno de los motivos más socorridos de la historia de la música. El resultado final es una obra arrolladora e impactante.
Como complemento, una obra sin piano, la Balada y Pasacalle, que es una muestra más del buen hacer de Atteberg en el arte de la
variación sobre melodías populares del folklore sueco, cuya máxima expresión llegaría con su Balada sin palabras unos cuantos opus más
tarde.
Mel Smith–Window
K. ATTERBERG: Rapsodia para piano y orquesta, op. 1; Concierto para piano, op. 37 en si bemol menor; Balada y Passacaglia, op. 38 / Love Derwinger (piano) / Orquesta
Filarmónica de la NDR de Hannover. Dir.: Ari Rasilainen / CPO / Ref.: 999732–2 (1 CD) D2
( 27 )
Ya disponible el segundo volumen de obras pianísticas tempranas del autor de Finlandia
BIS presenta un nuevo disco de Sally Beamish SUPRAPHON presenta una colección
y acomete una inusual apuesta operística de pequeñas piezas de grandes autores
L
os muy arriesgados suecos de la casa BIS apuestan fuerte por la nueva música, y uno
y las retretas con el
de sus nombres, como se dice ahora supongo que mal dicho, emblemáticos es el de
intimismo de la
la inglesa Sally Beamish (Londres, 1956). Gala Water (1994) está escrita para su mari-
sonoridad camarís-
do, el violonchelista escocés Robert Irvine, con el que protagoniza el disco que aquí se
tica, tan ligada a la
comenta, y es una especie de estudio de emociones en el que los temas se suceden en
sensibilidad de los
una suerte de variación lírica. La Sonata para violonchelo y piano (1999) está influida por
compositores ultra-
el jazz, con ecos de Thelonious Monk, y se mueve con sol-
pirenaicos. El pre-
vencia entre lo lírico y lo dramático. El resto de las obras para
sente compacto no
violonchelo y piano aquí incluidas lo forman Bridging the Day
pretende un exa-
(1998) e Iasg (1993), la primera un trabajo sobre las distintas
men, imposible por
luces del día y su relación con el paisaje; la segunda nada
razones de espacio,
menos que la evocación del viaje y muerte de un salmón río
de la historia traza-
arriba, lo que habla a las claras de la ausencia de complejos
da por el dispositivo
de determinados músicos a la hora de buscar sus pretextos.
mencionado, sino
The Wise Maid (2000) está escrita para violonchelo solo y es
que se reduce a una
una variación virtuosística sobre una canción popular irlande-
buena antología de
sa. El programa se complementa con tres obras muy breves
quintetos para maderas, unidos, a pesar de la dife-
para piano. Entre Chien et Loup (1979) se sirve de un poema
rencia de épocas, por un apego digamos que
de Laurie Lee; Lullaby for Owain (1985) reflexiona sobre el
«nacional» al conjunto en cuestión.
amor de una madre hacia su hijo con síndrome de Down; Kyle
Taffanel es un romántico tardío que trabaja en la
Song es una especie de barcarola, regalo de bodas a unos ami-
línea de Gounod, Pierné y Thomas. Milhaud e Ibert
gos de la autora. Toda esta música fluye con facilidad, es evo-
ejemplifican la estética de entreguerras, con su
cadora y sencilla, está bien hecha y revela a una compositora
retorno a los ecos clásicos y las músicas menores
cuya personalidad parece desarrollarse tan cerca de lo que le
de los tabladillos y fiestas populares, conveniente-
rodea como al margen de cualquier influencia bien visible.
mente sofisticadas por un refinado tratamiento
Garry Fisher nació en Michigan en 1970, pero la vida le llevó
armónico. Françaix, sin alejarse demasiado de la
a lugares como Turquía o Noruega, y sus intereses estéticos
misma línea, le añade algunos acentos de desga-
hacia la música india. Todas esas fuentes se remansan en La
rrado expresionismo.
pasión de Santo Tomás Moro, una ópera que incluye un epi-
Si se puede poner en escena una continuidad
sodio coreográfico y que entrevera en su desarrollo apelacio-
histórica, he aquí un excelente muestrario. La
nes a la música medieval, a la del Oriente Medio y hasta a un minimalismo de rasgos per-
música de una sociedad se aquilata en el tiempo
sonales. Tres cantantes –que interpretan a seis personajes: tres ángeles, Tomás Moro,
conservando ciertas actitudes y actualizándolas
Margarita y Enrique VIII– y cuatro instrumentistas –corno inglés, guitarra, armonio indio
con la sensibilidad de cada momento. Los vientos
y percusión– se bastan para llevar a término una partitura de enorme simplicidad, basa-
de la música soplan en las cuatro direcciones de la
da en una melodía inicial que va desarrollándose a lo largo de una pieza que aúna el
geografía y las incontables del espíritu, pero siem-
drama y la reflexión sobre el mismo. Sin caer en los procelosos mares de la fusión, Garry
pre articulando algún idioma. Por ejemplo, el de
Fisher demuestra la variedad de caminos que puede recorrer la música de nuestros días.
Francia.
Sabela Moure
B.M.
S. BEAMISH: Sonata para violoncello y piano y obras diversas para ambos instrumentos / Robert Irvine
(cello); Sally Beamish (piano) / BIS / Ref.: BIS 1171 (1 CD) D2 P. TAFFANEL: Quinteto para viento en sol menor – D. MILHAUD:
La Cheminée du roi René [Suite para quinteto de viento, op. 205]
G. FISHER: La Pasión de Santo Tomás Moro / Vinten–Johansen, Högman, Persson / Diversos instrumen- – J. IBERT: 3 Piezas breves para flauta, oboe, clarinete, trompa y
tistas / BIS / Ref.: BIS 1158 (1 CD) D2 fagot – J. FRANÇAIX: Quinteto para viento / Quinteto Afflatus /
SUPRAPHON / Ref.: SU 3579–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.-
( 28 )
BIS añade la Tercera sinfonía Francis Poulenc señala un nuevo hito en el viaje
a su catálogo de Nino Rota emprendido por TIMPANI al encuentro de la mélodie
L
a obra de Nino Rota está sig- influenciaron profundamente mi arte, fueron Wanda
nada por la doble herencia del Landowska, Pierre Bernac y Paul Éluard». El estilo aforístico,
neoclasicismo y de la música tan querido de Cocteau, que caracteriza buena parte de la
de inspiración populista, propia de producción de Poulenc alcanza en no pocas de sus más de
la primera posguerra, con algún 150 canciones para voz y piano –desde Toréador (1918) a La
ramalazo expresionista. A través de Courte–Paille (1960)– algunas de las más indiscutibles e impe-
sus trabajos mayores pueden apre- recederas obras maestras de todo su catálogo. Admirador de
ciarse ambas derivas, que irán a Mozart y de Debussy, de Ravel y de Stravinsky, de Chabrier y
desaguar en la personal constela- de Satie pero también, y con no menor intensidad, de Musorgski y de Schubert, Poulenc – como
señala Claire Delamarche (2)– procede por manchas, por impresiones, como Derain o Bonnard,
cuyos óleos tanto admiraba. Desde su adolescencia el autor de Les Mamelles de Tirésias gozó de
un refinado, envidiable y lúcido gusto poético, que abarcaba de los clásicos a sus estrictos con-
temporáneos, especialmente los surrealistas, y que llegaría a arrancar de Claude Rostand el
siguiente y precioso elogio: «Deberán dirigirse a Poulenc quienes no han comprendido por com-
pleto lo que significa la poesía de Max Jacob, Jean Cocteau, Louise de Vilmorin y, sobre todo, de
Guillaume Apollinaire y Paul Éluard. En sus canciones descubrirán todos los misterios». Son, por
tanto, estos dos últimos nombres los polos respecto a los que gira lo mejor de su estro hasta el
punto de que el músico expresó, en 1945, desear como epitafio el inequívoco enunciado: «Aquí
yace Francis Poulenc, el músico de Apollinaire y Éluard».
Tres de los cinco ciclos contenidos en este nuevo volumen consagrado por TIMPANI a su
magna antología de la melodía francesa hallan su inspiración en los versos de ambos y reveren-
ciados maestros. Poulenc, que apenas tendría tiempo de conocer a Apollinaire – quien falleció
en 1918, seis meses después de su primer encuentro– siempre recordaría su timbre de voz, a la
vez melancólico y alegre; y esta dualidad es la que resplandece en las doce canciones que inte-
gran Banalités (1940) y Calligrammes (1948): canción popular, sentimentalidad, melodismo
directo y repetitivo, amargura y humor, lentitud hipnótica... son sólo algunos de los múltiples
ción de sus partituras para el cine y recursos con los que Poulenc reviste para siempre las palabras del poeta y a cuya música per-
su ópera Un sombrero de paja de manecerán ya inseparables. Si las Chansons gaillardes (1925–26) muestran la habilidad del joven
Florencia. músico, la espontaneidad de su inspiración e invención melódica, puestos al servicio de unos tex-
En el presente menú cabe tos anónimos del siglo XVII, sin el menor recurso al pastiche –todo lo más, el empleo de un esti-
observar, en su Tercera Sinfonía lizado aroma arcaizante–, en las encantadoras y delicadas Chansons villageoises (1942). Poulenc,
inspirándose en los poemas de raíz campesina y popular de su coetáneo Maurice Fombeure,
(1957), trabajo de madurez, un
parece confirmar el aserto de Ravel: «Lo bueno de Poulenc es que inventa su folklore». Pero si
homenaje a su querencia neoclási- hubiéramos de destacar uno solo de sus ciclos vocales ése sería sin duda el admirable Tel jour
ca, tanto por ajustarse a los cuatro telle nuit (1936–37), un viaje del día a la noche, de impecable construcción formal, en nueve
movimientos preceptivos como inolvidables canciones sobre poemas de Paul Éluard, extraídos de Les yeux fertiles, que Renaud
por el desarrollo melódico y armó- Machart en su estudio sobre el músico (3) elogia con justicia: «variedad de colores, de modos
nico que el género exige. Pero en prosódicos (del recitativo a la gran curva elegíaca), de invención pianística (de lo más austero a
su concierto para orquesta, en lo más refinado): todo confirma aquí la madurez de Poulenc».
cambio, partitura contemporánea Pocos músicos contemporáneos han colaborado con tal perfección en aras de conseguir la
a la anterior, la libertad formal se reproducción exacta de un legado vocal como es el caso de Francis Poulenc; además de su
inclina del lado más lúdico y bien Journal de mes mélodies (4), donde el compositor expone sus quejas respecto a la interpretación
humorado de Rota. Resulta una de sus canciones y que no son sino –y citamos a Fischer–Dieskau– «una repetición de las máxi-
suerte de suite orquestal con su mas schumannianas sobre el lied, trasladadas al ámbito lingüístico francés» (equiparación del
obertura y unos números cantables acompañamiento pianístico al mismo nivel de importancia que la parte vocal permitiendo que
que evocan el mundo del teatro ambos se relacionen, absoluta identificación del cantante con el texto, etc.), el posible intérpre-
lírico a la vez que el de la suite te de su obra vocal ha de acudir ineludiblemente al citado texto de Bernac en la consecución de
propiamente dicha, sacada del una traducción fidedigna de ese singular y especialísimo matrimonio de música y palabra, lleno
orbe de la danza y llevada a la pla- de sugerencias, que constituyen las canciones de Poulenc.
taforma orquestal. El joven barítono Pierre–Yves Pruvot, cuyo timbre fresco y perfecta dicción le permiten recre-
En 1976, sobre el final de su tra- ar con suficiente variedad la multitud de facetas expresivas requeridas a lo largo de estas 35 bre-
ves (en ocasiones brevísimas) composiciones, parece haber entendido a la perfección la suge-
yecto, el músico italiano recibió
rencia de Bernac –«suplico a los intérpretes que no tiendan la mano al público. Deben perma-
un encargo del coreógrafo Maurice necer en los límites de un estilo clásico, tan lejos de la frialdad como de la exageración»– para
Béjart con motivo del tricentenario la satisfactoria interpretación de este repertorio, repleto de sutilezas de ejecución nada fácil. El
de Molière. El resultado es la suite acompañamiento de Charles Bouisset raya a semejante altura: no en vano en las melodías de
de ballet Le Molière imaginaire, Poulenc se encuentran algunas de las más bellas páginas pianísticas del autor de Les Soirées de
jocunda serie de escenas y bailes Nazelles. Tras Honegger, Milhaud y Auric, a la espera de que Tailleferre y Durey hagan acto de
que nos llevan a los dominios del presencia en el exquisito catálogo «timbalero» y mientras se nos anuncia un próximo registro
barroco francés, los cuadros de dedicado al grandísimo Albert Roussel, disfruten ahora de este magnífico recital Poulenc: aquí se
rápida descripción de Couperin y encuentran algunos de los más bellos «poemas en música» en lengua francesa de todo el siglo
la divertida pompa de Rameau. XX.
Hasta el final, Nino conservó su
peculiar manera de celebrar la Jean Marie Viardot
vida. Se lo seguimos agradeciendo.
(1) Buchet/Chastel, 1978.
B.M. (2) Guide de la Mélodie et du Lied, Fayard, 1994.
(3) Solfèges, Editions du Seuil, 1995.
N. ROTA: Sinfonía nº 3; Concierto para (4) Cicero, 1993.
orquesta en fa mayor, Concerto festivo; Suite
de ballet, Le Molière imaginaire / Orquesta F. POULENC: Mélodies – Banalités; Chanson villageoises; Tel jour telle nuit; Chansons gaillardes; Calligrammes / Pierre–Yves
Sinfónica de Norrköping. Dir.: Ole Kristian Pruvot (barítono); Charles Bouisset (piano) / TIMPANI / Ref.: 1C1061 (1 CD) D2
Ruud / BIS / Ref.: BIS 1070 (1 CD) D2
( 29 )
BONGIOVANNI prosigue su recorrido por el camerismo de Perosi Wigglesworth y la BBC de Gales ofrecen
su visión de la 14º de Shostakovich
Monseñor se entretiene Dmitri y los
poetas muertos
N
o todo en la obra de monseñor Lorenzo Perosi (1872–1956) es de gran apa-
rato oratorial, con asunto grave y de inspiración evangélica. Ciertamente, esta
parte de su obra es la más característica y la que obtuvo mayor circulación,
D
pero vale la pena examinar otras zonas de su catálogo, las que podríamos denomi- e lo que parece que va a ser integral sinfó-
nar laicas o profanas, pues diseñan curiosos aspectos de su personalidad. nica Shostakovich nos llega como nueva
Del presente menú, el título más llamativo es Las cinco horas de Londres (1923), entrega nada menos que la Sinfonía nº 14,
pequeña suite de impresiones de la capital inglesa la penúltima, estrenada en 1969, seis años antes
entre cuyos cinco números el piano, a modo de inter- de la muerte del autor de La nariz. El tema de la
muerte ronda y circula por los textos de estos once
ludio fugaz, hace oír las campanadas del Big Ben.
movimientos cantados por una soprano y un bajo.
Los dos cuartetos son homenajes a la herencia Los dos primeros poemas son de García Lorca, los
brahmsiana, que tan bien cuadra a un músico férrea- seis siguientes de Apollinaire, otro de Wilhelm
mente tradicional y académico, admirador de la gran Küchelbeker y los dos últimos de Rilke. Es decir, se
síntesis clásico–romántica que Brahms representa. En trata de cualquier cosa menos de lo que entende-
cambio, la pequeña sonata para violín y piano, como mos, siquiera
el fragmento para chelo y piano, salda una deuda con aproximada-
el melodismo discreto y la elegancia armónica de rai- mente, por una
gambre francesa. sinfonía. No es
Las fechas de composición de estas obras no exceden la primera vez
el año 1930, aunque el fragmento mencionado en e n
último término es de datación imprecisa. Quizá se Shostakovich,
trate de un elemento significativo, porque Perosi ya que la ante-
abordó la música de cámara muy tempranamente y estuvo en ella, por lo que puede rior es por el
apreciarse, hasta los umbrales de su extrema madurez. El humor que las informa es estilo. En cual-
cambiante. A veces, una serena melancolía permite pensar en ausencias dolorosas; quier caso, se
otras, la alegría del viajero se permite distenderse; el placer de recorrer los paisajes trata de una de
de la creación da lugar a meditativas exaltaciones. Todo es contenido en Perosi, las obras más
como corresponde a la dignidad sacerdotal. Pero sin caer en adustez ni en sequedad. profundas, con-
movedoras y
Monseñor, a fin de cuentas, era italiano.
apasionantes de
este compositor. En cierto modo, es la continua-
B.M. ción de su trabajo de 1962 en la orquestación de
L. PEROSI: Cuartetos núms. 11 y 12; Pequeña Sonata para violín y piano; Obras diversas para violoncello y
los Cantos y danzas de la muerte de Musorgski.
piano / Ensemble L. Perosi / BONGIOVANNI / Ref.: GB 5107–2 (1 CD) D2 Además, el compositor estaba en ese momento
seriamente enfermo y se disponía tal vez a aportar
un auténtico testamento. «Mi sinfonía –declaró
Shostakovich el día del estreno en 1969– es una
Obras camerísticas para cuerda del griego Nikos Skalkottas (1904–1949) protesta apasionada contra la muerte, una llamada
a los vivos para vivir decentemente, consciente-
Sigue el descubrimiento mente, noblemente, para no cometer jamás un
acto innoble […] La muerte nos espera a todos; yo,
por mi parte, no veo nada de bueno al final de
nuestras vidas. La muerte es aterradora, nada hay
Y
a hemos hablado más de una vez en este boletín de la obra de Nikos Salkottas,
tras ella». En consecuencia, no se trata de una obra
el discípulo griego de Schönberg, digno de la exigente confianza de su maestro en la que la muerte inspira bellas sugerencias. Y
pero cuya vida fue demasiado corta. Su Cuarteto nº 1 (1928) es precisamente de no sólo porque trate de la muerte, sino porque
la época de su aprendizaje con aquel y contemporáneo de otros dos, reuniéndose los trata de la muerte infligida por otros. Mucho sabía
tres bajo el título de Música fácil para cuarteto de cuerdas. ¿Rótulo engañoso?, se pre- un ruso como Shostakovich de cierta epidemia
guntará alguien un poco mosqueado por la extraña rela- como el asesinato en masa. Estamos ante el
ción entre el magisterio citado y unos resultados verda- Shostakovich de lo chirriante, de lo violento, de lo
deramente sencillos. No exactamente, podría responder- desasosegado. Lo que no decía Shostakovich –por-
se. Pero sí música clara, muy directa, muy bien trabada que no podía decirlo– es que su Sinfonía nº 14 era
también, hasta apelando a una cierta raíz folclórica en su una obra dedicada a las víctimas de ese tipo de crí-
último movimiento. Las Diez piezas para cuarteto de menes.
cuerdas (1940), conocidas también en el arreglo que Los dos solistas, la soprano Joan Rodgers y el
hiciera el propio autor para orquesta de cuerdas, son a la bajo John Tomlinson (obligado éste a especiales
vez suma de fragmentos y apuntes aislados, y poseen esa profundidades en determinados momentos), dan
doble posibilidad para el oyente, que tiende a unirlas una lección de canto y de dramática. Mark
pero que no puede dejar de lado su autonomía. Es músi- Wigglesworth dirige con hondura, con incisividad,
ca de gran altura, demostrativa de una maestría inapela- con garra, y el resultado total es uno de los discos
ble. El Octeto (1931) es una obra formidable en la que se más inquietantes y estremecedores que podamos
escuchar. A estas alturas, cuando tanto ha variado
advierte con claridad esa idea del autor de utilizar la téc-
el concepto de belleza, cuando tanto se le ha
nica serial como generadora temática y su uso de una
puesto en cuestión, no chocará demasiado esta
serie no de doce sino de once notas, una de ellas repetida. El Trío de cuerdas (1935) propuestas terrible y de una emotividad alejada de
juega con una suerte de muy interesante contrapunto serial opuesto, o mejor com- la tradición sinfónica. Pero todavía puede haber
plementado por una homofonía enriquecida por el trabajo en las dinámicas y en las por ahí sensibilidades dolientes a las que el men-
técnicas requeridas a cada intérprete. La escritura no pierde jamás ni claridad ni inten- saje de Shostakovich y Wigglesworth les resulte
sidad en lo que es un interesantísimo ejercicio de composición. La breve Gero Dimos demasiado cuesta arriba. En resumen: un disco
(1949) está en la línea de las Danzas griegas y procede de una canción de Pavlos espléndido que nos hace desear nuevas entregas
Karrer. Las versiones del New Hellenic Quartet rinden justicia a tan buena música. de esta colección.
( 30 )
WERGO presenta un nuevo registro monográfico dedicado a John Cage
Diego Minciacchi (n. 1955), una nueva e interesante aportación al catálogo COL LEGNO
Neurologías acústicas
T
he Aforesaid es el título de un ciclo la cinta magnética como continuum cam- asumir un
de piezas que el compositor italiano biante con el que dialogan uno o más solis- papel más
Diego Minciacchi ha escrito entre tas. Así, en Earth Will Have Her Say ..or.. activo.
1990 y 1994. Alumno de Stockhausen, Say What?, el flujo continuo de la cinta se «Westbau»
Nono y Radulescu, Minciacchi elabora sus acopla con el trombón de Barrie Webb y la from «Der
magmas sonoros bajo esta triple influencia. percusión de Laszlo Hudacseck. Se trata de D o m »
Del primero mantiene la violencia icástica obras que nacen de la interacción de mun- resalta las
del sonido; del segundo y el tercero, la pro- dos complementarios (el solista y la cinta), texturas
pensión a ahondar en los pliegues del soni- que evolucionan de forma lenta y gradual. graves del
do, investigación cargada de implicaciones Las mismas coordenadas se encuentran en trombón,
veladamente políticas. En efecto, las obras The Lilliput–août Collection, en donde la el contra-
que conforman The Aforesaid aspiran a una utilización de la viola orienta al compositor bajo y la voz de bajo. Por primera vez en el
doble condición. Por un lado, emerge la hacia estructuras más transparentes y etére- disco, el compositor introduce la voz
metáfora de la «catedral» como fruto de un as. En Ritual for the New Morning se recu- humana. Aquí más que nunca, la obra de
acabado, minucioso y hasta maniático tra- rre a siete flautas (todas interpretadas por Minciacchi manifiesta su aspiración hacia
bajo de selección y superposición de multi- Roberto Fabbriciani) y a sonidos grabados una consistencia de derivación arquitectó-
tudes de sonidos grabados, inspirados en de guitarra para dar forma a atmósferas más nica, al mismo tiempo que adopta los rit-
patrones biológicos y neurológicos eufónicas y distendidas (un oasis placente- mos pausados de un gran ritual laico.
(Minciacchi es también médico). Por otro, ro dentro de la acostumbrada inquietud de
el temperamento a menudo inestable y Minciacchi). Fabbriciani da forma también S.R.
bullicioso de las especulaciones del com- a las sonoridades más estiradas de Cimeli
positor suena como denuncia del «infierno Zoomorfi. Con respecto a los sonidos gra- D. MINCIACCHI: The Aforesaid / Obras para
diversos conjuntos instrumentales / Roberto
colectivo» en el que vivimos. bados (que utilizan sonidos de flauta), el Fabbriciani (flautas); Maurizio Barbetti (viola);
Las cinco piezas de Minciacchi conteni- solista adopta en la primera parte una acti- Stefano Scodanibbio (contrabajo), y otros solistas
/ COL LEGNO / Ref.: WWE 20077 (1 CD) D1
das en el compacto COL LEGNO, utilizan tud de espera y observación, para más tarde
( 31 )
Tres siglos de autores pianísticos brasileros, en las manos de Arnaldo Cohen
Teclados brasileños
B
rasil, con ser un país de los llamados jóvenes, tiene una ya larga historia musical, porque la
conquista portuguesa llevó a tierras americanas, tempranamente, un denso bagaje de arte sono-
ro, tanto litúrgico como profano, que se dispersó por capillas y salones. Luego vinieron otras
influencias y se formó un complejo estético donde confluyeron las técnicas modernas con el aporte
folclórico de distinta procedencia, indígena, afroamericana y urbana cosmopolita.
Este compacto examina tres siglos de pianismo brasileño y es una útil y colorida muestra de lo
que se inventó y escribió en tierras tropicales desde finales del barroco hasta nuestros días. Así,
sumamos a los maestros del XVIII, como Alvares Pinto y Nunes García, los románticos Oswald,
Braga, Levy, Míguez, Gonzaga, Nepomuceno y Nazareth, y los modernos Lorenzo Fernández, Villa
Lobos, Mignone, Guerra, Dutra, Gnatalli, Siqueira y Vianna.
La antología exhibe una variedad muy amplia de soluciones: formas canónicas, piezas de salón, miniaturas líricas, folclorismo refinado
y dramáticas fulguraciones contemporáneas. No se sigue un orden cronológico, de modo que no estamos ante una ilustración histórica de
periodos y tendencias, sino frente a un retrato coral de la música brasileña en formato pianístico.
Un elemento esencial para que esta múltiple galería llegue con eficacia al escucha, es la maestría con que vierte las partituras el solis-
ta Cohen. Es brillante de timbre, límpido de mecanismo, imaginativo como intérprete y de intenso y enérgico fraseo. Merecería un trata-
miento discográfico más importante, porque es un pianista de primera calidad.
B.M.
BRASILIANA – Tres siglos de música brasileña – Obras de Santoro, Guarnieri, Oswald, Mignone, Braga, Levy, Dutra, etc. / Arnaldo Cohen (piano) / BIS / Ref.: BIS 1121 (1 CD) D2
Federico González
MÚSICAS PARA PIANO DE INSPIRACIÓN JAZZÍSTICA – Obras de Debussy, Satie, Auric, Gershwin, Hindemith, Schulhoff, Copland y Burian / Peter Toperczer, Jan Vrána, Emil
Leichner, Jan Marcol y Milos Mikula (piano) / SUPRAPHON / Ref.: SU 3566–2 (1 CD) D5
La soprano Malena Ernman nos asoma al lado más frívolo de cuatro grandes clásicos
B.M.
CABARET SONGS – W. BOLCOM: 12 Canciones de Cabaret Songs – K. WEILL: Cuatro canciones – F. HOLLÄNDER: Cuatro canciones – B. BRITTEN: 4 Cabaret Songs / Malena
Ernman (mezzo); Bengt–Ake Lundin (piano) / BIS / Ref.: BIS 1154 (1 CD) D2
( 32 )
Cuatro bandas sonoras de Alfred Schnittke (1934–1998), en CPO
Fluxus: un nuevo título
parala serie Ars Acustica de WERGO
Kinotheater
Zen de la
L
a dimensión de la genialidad de Schnittke no puede ser valorada en
gran manzana su totalidad sin escuchar también las partituras que escribió para el
cine. Ya apareció tiempo atrás un CD de la marca Olympia que
recogía algunas de sus obras de este carácter. El que edita ahora CPO es
( 33 )
Christmas in Sweden: Nochebuena en el XVII:
músicas navideñas de Suecia, en BIS los grandes maestros del Seicento ante la Navidad
D
icembre acecha, y nos amenaza esa inevitable época del
de afectos más bien sombríos: muerte, aceptación resignada del
año en la que las cabeceras de góndola de las tiendas de
sufrimiento y la fugacidad de la vida. E incluso, más al sur, ¿cómo no
discos se ven abarrotadas de las consabidas recopilaciones
acordarse del bueno de Tarquinio Merula y su «canzonetta spirituale
de música navideña, los niños cant-ores, los tres ten-ores... ¡los sopra alla nanna» Hor ch’è tempo di dormire (1638), esa obra maestra
mil y un horr-ores! ¡Espanto y pavor! Presos del pánico, algunos del sadomaso musical? Una cosa es insertar premonitoriamente la
aficionados nostálgicos seguimos a pesar de todo adorando la melodía del coral de la Pasión
celebración de la Navidad a través de la historia de la música e, en pleno Oratorio de Navidad,
inasequibles al desaliento, continuamos acercándonos a los como Bach llegaría a hacer, y
comercios del ramo por si acaso esta vez alguna compañía dis- otra, espetar al Niño Dios las
cográfica ha tenido a bien mantener su negocio sin renunciar al lindezas siguientes, que no me
buen gusto. Es la ocasión para el coleccionista de hacerse con resisto a transcribir –traducidas–
alguna de esas rarezas imposibles de encontrar el resto del año de Merula: «Oh, mi amor, oh,
«porque ya no es época». mi corazón / canta ninna, ninna,
Seguro que el melómano curioso se sorprenderá si durante su na (...) / Estas manos y estos pies
cacería de discos de esta temporada escucha en alguno de estos / que se ven con gusto y goce /
almacenes Daughter of Sion, rejoice! de Haendel, y al poco rato ¡Ay!, cómo de otra manera / les
una versión de la popular canción traspasarán agudos clavos. / Esta
napolitana Santa Lucia, pero... faz graciosa, / rubicunda más
¡ambas cantadas en sueco! No, no que la rosa, / manchada de sali-
se trata de ninguna banda sonora vazos y golpes / de tormento y
gran dolor. / ¡Ay!, con cuánto
experimental para alguna película
dolor, / única esperanza de mi corazón, / esa cabeza y esos cabellos /
de Ingmar Bergman. Es una encan-
atravesados serán por agudas espinas / (...) Oh, mi amor, mi corazón, /
tadora y extraña recopilación de canta ninna, ninna, na» . A eso se llama expresionismo y talento para el
música navideña sueca del sello contraste. El siglo del claroscuro era, a lo que se ve, propenso a con-
BIS. La compilación no pierde su fundir el portal de Belén con las cuevas del sado. O la Nochebuena con
interés a pesar de que todo el el Viernes Santo, por decirlo con suavidad y corrección.
material sonoro que ha sido aquí En este disco, sin embargo, sólo Pál Esterházy –ilustre apellido–, con
reunido había aparecido ya previa- su sonata [sic] Cur fles Jesu, que mezcla dulces palabras de cuna con
mente en otros compactos de esta reminiscencias de sangre y lágrimas, apunta un poco en esa dirección,
casa. y muy comedido. Nadie más. Los trece «cortes» se reparten entre pie-
Lo de la canción napolitana tiene su explicación: la populari- zas vocales y pastorellas para violín (Schmelzer, Biber, Fux), el interlu-
dad de la fiesta de Santa Lucía en Suecia no tiene parangón en la dio instrumental idóneo para la ocasión. De Buxtehu-de (el conocido
Europa cristiana. A pesar de ser una mártir siciliana, la patrona de Also hat Gott die Welt geliebet) a Rosenmüller, de Bödekker a
la luz se ha hecho con un lugar privilegiado en los corazones de Reichwein o Aufschnaiter, las primeras obedecen grosso modo a esa
los suecos, que tras meses de penumbra celebran el 13 de diciem- fórmula del concierto espiritual, o pequeña cantata de cámara para
bre la próxima llegada del solsticio de invierno (casi en Navidad), canto y –como mínimo– continuo, de ordinario asimismo con un par de
cuando los días comienzan a ser de nuevo más largos. Pronto bri- voces de violín (que tejen filigranas imitativas en las líneas superiores) y
llará el sol durante más tiempo. Las niñas adornan sus cabezas otras tantas de bajo de viola: lo típico en el género. Unidad, por lo
con coronas de velas encendidas y son seguidas en procesión. Es tanto, dentro de una diversidad capaz de alcanzar hasta un «Anuncio»
o Weissagung, excepcionalmente tardío, de Johann Georg Reichard
la fiesta del retorno de la luz.
(1710–1782), diminuta joya narrativa alternando recitativo y arioso en
Entre las delicias del disco encontraremos obras de algunos
la estela de la fabulosa Historia de la Natividad del más grande entre los
autores prácticamente desconocidos en nuestro país: un salmo músicos septentrionales del Seiscientos, Heinrich Schütz, el querido
para coro y barítono de Wennerberg (1817-1901), un Hossiana de Sagitario.
Vogler (1749-1814), piezas corales de Liljefors (1871-1936), El espíritu reinante es el intimista del coral de la tradición reforma-
Riedel (1827-1888), Nordqvist y Lotscher y dos canciones para da, que algunos abordan explícitamente: así, Melchior Schildt
soprano de Almqvist (1793-1866); piezas de compositores más (1592–1667), con el Vom Himmel hoch, el himno navideño por exce-
conocidos como una hermosa canción para coro de Nielsen, Giv lencia, en su Ach mein herzliebstes Jesulein; Tunder, con el «del
mig ej glans, ej guld, ej prakt (op. 1 nº4 de Sibelius para órgano y Vigilante», el celebérrimo Wachet auf!. Aunque hay también un latino
barítono), cuatro corales para órgano de Bach y el bellísimo y Alma Redemptoris Mater, de Georg Christoph Leuttner (1625–1703)
sobrecogedor Mariä Wiegenlied de Reger para piano; piezas ine- –católico, es de suponer–.
vitables como Stille Nacht de Gruber, Joy to the World de Mason, La soprano sueca Susanne Rydén (un nombre habitual entre los intér-
Cantique de Noël de Adam; y también canciones de origen pretes del barroco) pone de su parte toda la ternura y la simplicidad
medieval como In dulci iubilo, Verbum caro o Gaudete en ver- requeridas, pero, lejos de tratarse de una voz blanca –a la británica–, su
siones de los Joculatores Upsalienses color vocal es de una luminosidad más tamizada, que se funde de mara-
Pero lo más interesante del disco son, a mi juicio, las cancio- villa con los timbres del conjunto salzburgués, con el brillo nunca agre-
nes populares suecas; en particular Staffan och Herodes en un sivo de las cuerdas de tripa de los violines y el terciopelo mate de las
arreglo para coro de niños, flauta, contrabajo y percusión violas, mientras en el bajo se dejan oír las puntuaciones delicadas del
¿Es realmente «fría» la música nórdica? Puede ser, pero si me laúd.
Por su suntuosidad, este producto discográfico de Stefan Winter
imagino a mí misma escuchando este compacto en Nochebuena,
–como todos los suyos– parece estar hecho ex profeso para el regalo.
a la luz de las velas, rodeada por la gente a la que realmente quie-
Que naturalmente, bien entendido, empieza por uno mismo. He aquí,
ro, junto a un enorme árbol de Navidad y al amor del fuego de pues, un compacto de música navideña fuera del tópico, ideal para
una chimenea, de repente siento mi alma arropada, y las tragedias regalar (eso sí, no a cualquiera) o regalarse. No encontrará muchos que
de antaño parecen perder su importancia... se le parezcan.
R.F. Jesús S. Villasol
NAVIDAD EN SUECIA – Músicas tradicionales navideñas / Obras de Händel, NOCHEBUENA EN EL SIGLO XVII – Obras de Buxtehude, Rosenmüller, Schmelzer, Tunder,
Vogler, Bach, Nordqvist, Gruber, Nielsen, Sibelius, Reger, etc., así como obras Reichard, Aufschnaiter, Esterhazy, Biber, Böddeker, Fux, Schildt, Leuttner y Reichwein /
tradicionales y de autores anónimos / Diversos conjuntos e intérpretes / BIS / Susanne Rydén (soprano) / Bell’Arte Salzburg. Dra.: Annegret Siedel / WINTER & WINTER
Ref.: BIS 1179 (1 CD) D2 / Ref.: WIN 910078–2 (1 CD) P.V.P.: 2.995 ptas.-
( 34 )
Bedrock, Solitaire y Rio: tres nuevas propuestas de la estrella de WINTER & WINTER
BIS inicia una ambiciosa colección flautística a cargo de la gran Sharon Bezaly
B.M.
DE LA «A» A LA «Z» (Vol. 1) – K. AHO: Solo III – C.P.E. BACH: Sonata en la menor – M. ARNOLD: Fantasía para flauta, op. 89 – J. ANDRIESSEN: Pastorale d’été – E. BOZZA:
Image para flauta sola – J.S. BACH: Partita en la menor, BWV 1013 – L. BERIO: Sequenza I / Sharon Bezaly (flauta) / BIS / Ref.: BIS 1159 (1 CD) D2
( 35 )
000
DONAUESCHINGER MUSIKTAGE
FESTIVAL DE DONAUESCHINGEN
2000
Primeras grabaciones de obras de Ablinger,
André, Ruzicka, Neuwirth, Globokar,
Dohmen, Newman, Billone, Smolka,
Gervasoni y Tsangaris / Diversas agrupa-
ciones e intérpretes / COL LEGNO /
Ref.: WWE 20201 (4 CD) D1 x 4
Nueva
L
a edición del Festival de Música Contemporánea de Donaueschingen del
pasado año, que ahora publica el prestigioso sello alemán en un álbum de
entrega cuatro compactos de larga duración, recoge estrenos absolutos de once talen-
tos musicales europeos en su mayoría del área germana (Ablinger, Ruzicka,
Neuwirth, Globokar, Dohmen, Tsangaris), pero con la participación de dos estu-
del pendos compositores de origen italiano (Billone y Gervasoni), un parisino
(André), un londinense (Newman) y un checo (Smolka). Muy lejos de cualquier
criterio de uniformidad, estas grabaciones suponen la afirmación de fuertes indi-
anuario vidualidades de gran oficio y no deja de ser un muy estimulante muestreo de
ideas, propuestas y sugerencias en torno a los modos de percepción del fenóme-
no contemporáneo y de su consiguiente reflejo sonoro. De manera que dentro de
Donaueschingen este festín musical cada compositor lanza sus cargas de profundidad intelectual,
política, emocional o poética y vertebran sus obras dentro de militancias estéticas
dispares, proporcionando al oyente un viaje de casi cinco horas de variado estí-
en mulo sensorial que interesa sobremanera por la actitud vitalista de cada uno de
ellos, habida cuenta de que, aparte de la solidez y la veteranía de Globokar
el (1934) y Ruzicka (1948), todos son músicos bastante jóvenes que rondan los cua-
renta años.
Caso a destacar es el de Olga Neuwirth (1968), la única representante femeni-
sello na que, a sus sólo 33 años, se interna por los complejos vericuetos que relacio-
nan música, cine, literatura y política en su Long Rain, obra basada en un cuen-
to de Ray Bradbury. Sutiles juegos de percepción y reconocimiento nos propone
COL LEGNO el austríaco Peter Ablinger en la utilización fragmentada, velada, del antiguo
himno de la RDA, y la aceleración de partículas, su colisión, sus descargas de
energía, son modeladas acústicamente por el francés Mark André, lo que da lugar