El lenguaje y la música tienen un origen similar, ambos surgen de la necesidad
humana de comunicarse con el otro. Con el Homo Musicus, que crea, interpreta y escucha música, entendemos que el hombre hacía música antes de darle explicación a los fenómenos naturales ni conocía de matemática. La historia del desarrollo de ese sentido musical más analítico en el ser humano comienza con el Homo Sapiens, que gracias a su mayor capacidad cerebral tenía la habilidad de imitar los sonidos de la naturaleza, distinguirlos de la estructura del lenguaje, reconocer diferentes alturas de sonido y la facultad de ordenarlos. La música apareció relacionada a los eventos de las colectividades, rituales, ceremonias, haciéndose parte de la cotidianidad de las comunidades.
Los primeros instrumentos de los que se tiene rastro surgieron en el paleolítico
inferior, cuando se comenzaron a elaborar las primeras herramientas de piedra, hueso y asta. De estas se derivaron instrumentos que producían diferentes sonoridades por el material del que estaban hechos y por la forma de uso, por ejemplo soplando a través de un bisel tallado de hueso, o el choque de instrumentos como el sonajero, creados a partir de cráneos o frutos secos y rellenos de semillas. Este desarrollo de los instrumentos de “choque” están directamente asociados al ritmo. De ese periodo también se conoce el rombo, un aerófono de hueso o piedra utilizado por lo general de forma ritual.
Un instrumento reconocido por sus apariciones en la pintura rupestre es el Arco
Musical, que curiosamente surgió en el mismo momento cultural que la danza y del que se derivan instrumentos como el harpa y la lira. Esta influencia se puede ver no solo en esas primeras manifestaciones, a través de la migración de los humanos este instrumento se diversificó y llegó a otros lugares, es posible ver por ejemplo el arco musical en nuestro contexto nacional y ver cómo está relacionado a otros instrumentos antiguos, como el Chapareke en México.
Otros materiales de construcción de instrumentos eran los huesos, las pieles de
animales y los caparazones de tortuga. También suponemos que la música prehistórica sería vocal ya que la naturaleza dotó al hombre de un instrumento que le permite emitir sonidos (la voz). Hay varias teorías sobre la aparición del canto humano, una de ellas supone que el canto por parte de el hombre nació como una intención de imitar con la voz los sonidos de la naturaleza (pájaros etc.. ).
Sabemos que la música en la prehistoria no tenía un sentido artístico (como tiene
hoy) sino que era una actividad próxima a la magia. Las pinturas de animales en los yacimientos del cuaternario significaban un deseo de dominio sobre los animales representados. Del mismo modo, la ejecución de ritmos repetitivos con unos "instrumentos" fabricados con madera, huesos y pieles de los animales de su entorno suponían un acto de posesión anticipada sobre aquellos animales. Tras los instrumentos de percusión aparecieron los instrumentos de viento. Estos "instrumentos" de viento que han llegado hasta nosotros están fabricados con huesos de animales y en un principio serían utilizados como simples silbatos. Sabemos que también fabricaban instrumentos de viento con cañas y cuernos de ciertos animales. Del último periodo glaciar o incluso antes provienen las flautas de orificio hendido hechas con huesos de reno.