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ARENAS BITUMINOSAS

Las arenas bituminosas son una combinación de arcilla, arena, agua y


bitumen (una sustancia parecida a la brea) que se encuentra en grandes
cantidades en diversas partes del mundo, sobre todo en Canadá, aunque
también en Venezuela, Estados Unidos, Rusia o Madagascar. De estas
arenas se extrae un betún con características similares a las del
petróleo, que al igual que éste puede ser refinado para obtener
diferentes compuestos orgánicos, entre ellos combustible.

Aunque se conocen desde siempre, no ha sido hasta hace relativamente


poco cuando la industria ha fijado su punto de mira en ellas. Y lo cierto es
que pueden resultar unas grandes competidoras frente al petróleo, pues
se estima que sólo las reservas de Canadá podrían ser bastante
mayores que la totalidad de las reservas petrolíferas conocidas en
el mundo, lo que implica que ellas solas podrían cubrir las necesidades
energéticas de Estados Unidos durante décadas.

El principal problema que presentan las arenas bituminosas es que tanto


su extracción como su refinado tienen una gran complicación a
nivel técnico y ambiental. Al contrario que con el petróleo, la extracción
de las arenas bituminosas suele realizarse mediante minería a cielo
abierto, lo que implica excavar la superficie y procesar la materia prima
con calor y químicos in situ para decantar el betún y permitir que este
fluya a través de oleoductos. Sin embargo, el 80% de las arenas
petrolíferas se encuentran a demasiada profundidad para poder
extraerlas de esta forma.
Acceder al betún más profundo requiere de un proceso bajo
tierra para que este sea bombardeado a la superficie a través de un
pozo. Para esto se utiliza una técnica que consiste en la inyección de
vapor de agua en el subsuelo, aunque los resultados no son tan buenos
como a la industria le gustaría, pues el bitumen que se obtiene sigue
siendo demasiado espeso como para fluir por un oleoducto, y necesita
ser parcialmente refinado.

Por lo tanto, la extracción de este producto conlleva un enorme


impacto ambiental, tanto a nivel de destrucción de ecosistemas como
de emisiones de gases de efecto invernadero. Y es que, al contrario que
la minería subterránea, en la que la capa más superficial de la tierra
permanece intacta, la minería a cielo abierto deja tras de sí un paisaje
desértico e inerte. Además, calentar el agua para bombear el petróleo y
el refinado parcial de éste suponen un enorme gasto energético
afrontado a base de quemar gas natural, con las emisiones de CO2 que
eso conlleva.

N-Solv, hacia una extracción más eficiente


Pero no todo iban a ser malas noticias para este sector. Un consorcio de
empresas con sede en Alberta (la región de Canadá con mayor riqueza
en este producto) ha conseguido desarrollar un nuevo método para la
extracción del betún que podría producir más del doble de la cantidad
de petróleo que se extrae en la actualidad, a la vez que reduciría las
emisiones en un 85%.

El proceso de N-Solv necesita menos energía que los métodos de


bombeo tradicionales gracias al uso de un solvente (propano) en vez
de vapor de agua para liberar el betún y sacarlo a la superficie. Esto se
debe a que el propano solo necesita calentarse hasta temperaturas de
unos 50ºC, y además puede reutilizarse una vez realizada la extracción,
que en este caso necesita un menor refinado para fluir por los oleoductos
gracias a que los materiales más pesados permanecen bajo tierra.
Además, como el nuevo método requiere menos energía, el producto
final debería resultar también más barato.Desde N-Solv aseguran que
utilizando este sistema podrían conseguir unos precios de 30 o 40
dólares por barril, mientras que ahora ronda los 50 o 60. Por el
momento el método sólo ha sido probado en laboratorio, pero ya se
encuentra en marcha un proyecto piloto con un coste de 60 millones de
dólares que podría producir hasta 500 barriles de petróleo al día.

Aunque la tecnología de N-Solv reduzca las emisiones de CO2 en la


producción, del mismo modo que en todas las fuentes del petróleo, la
mayoría de las emisiones asociadas provienen de la combustión
del mismo durante su uso en vehículos, calderas, etc. Por eso, aunque
aparentemente pueda parecer una buena noticia, lo cierto es que un
aumento de la producción y una bajada de los precios del podría suponer
un duro varapalo para las energías renovables. Esperemos que el
boom de las arenas bituminosas no se convierta en un impedimento para
el avance hacia una sociedad sostenible y totalmente independiente de
los combustibles fósiles.

Fuente: Technology Review | TecOb


Fotografías: Tarnished Earth
En Tecmovia: La nanotecnología permitirá un futuro eléctrico sostenible | Información oficial
sobre el futuro del automóvil: Algunas ideas de la European Green Cars Initiative

1. Alargará la dependencia a los


combustibles fósiles
Las arenas bituminosas son un tipo de petróleo no convencional al ser una mezcla
de arcilla, arena, agua y bitumen. Este último, una especie de alquitrán muy espeso, es
el elemento que se convierte luego en petróleo. Las arenas bituminosas reciben varios
nombres: arenas de alquitrán, arenas de petróleo, arenas petrolíferas, arenas
aceiteras y en Venezuela, uno de los países con las principales reservas
mundiales, petróleo crudo extra pesado.

La UE importa en la actualidad 4.000 barriles diarios de petróleo de arenas


bituminosas; en 2020 podría llegar a 600.000

Su aprovechamiento alargará la dependencia de los combustibles fósiles y, con ello,


sus consecuencias negativas. El petróleo no convencional no resultaba interesante hace
unos años porque su extracción era más cara y difícil que el convencional. Como este
último es cada vez más escaso, y la tecnología ha avanzado de forma considerable, el
petróleo no convencional gana cada vez más peso. La Agencia Internacional de la
Energía (IEA) estima que la producción no convencional podría cubrir en 2030 el 39% de
la demanda global.

2. Es más contaminante que el petróleo


convencional
En Canadá, otro de los principales países del mundo con este petróleo, el instituto
ambientalista Pembina señala diversos impactos para el medio ambiente y la salud. El
tupido bosque que albergaba la primera mina a cielo abierto para extraer este recurso, hoy
abandonada, se transformó en un gigantesco cráter de varios kilómetros de extensión y
unos cien metros de profundidad. Muchas especies animales, como el caribú, huyeron de
sus lugares habituales.

El sistema de extracción requiere además de grandes cantidades de agua: por cada barril
de petróleo producido se necesitan entre 2 y 4,5 barriles de agua. La mayor parte procede
del río Athabasca, contaminado como muchas aguas de la zona. El bitumen y los
productos químicos peligrosos utilizados son otra fuente de contaminación para el entorno.

Los defensores de este sistema aseguran que cumplen con la normativa ambiental y que,
en la actualidad, utilizan técnicas mucho menos perjudiciales. Sin embargo, un reciente
estudio publicado en la revista científica PNAS por investigadores de la Universidad de
Toronto (Canadá) cuestiona dicha afirmación. El trabajo señala que los niveles reales
de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) emitidos al aire en la explotación de las
arenas bituminosas de Athabasca pueden ser de dos a tres veces mayores de lo estimado.
Los HAP son sustancias peligrosas que pueden producir cáncer y en contacto con el agua
se esparcen por la atmósfera. El estudio pone en entredicho los informes favorables
al proyecto Keystone XL, que pretende llevar unos 830.000 barriles de crudo diarios
desde Alberta a las refinerías al sur de Nebraska (Estados Unidos).

3. Supone una amenaza en la lucha


contra el cambio climático
La producción de petróleo es una de las principales causas de emisiones de dióxido de
carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero implicado en el cambio climático. El
petróleo de arenas bituminosas es incluso peor: según un reciente estudio del Natural
Resources Defense Council (NRDC), supone un 23% más de emisiones de CO2 de
media que el petróleo convencional.
4. Podría llegar de forma masiva a
Europa
El informe del NRDC sostiene que las empresas canadienses de petróleo de arenas
bituminosas presionan a la UE para introducir su producto de forma masiva. Los autores
del estudio estiman que se podría pasar de los 4.000 barriles diarios que llegan en la
actualidad a la UE a unos 600.000 en 2020. La UE incumpliría así sus propios objetivos
ambientales y de reducción del 6% de las emisiones de CO2 por los combustibles para
dicho año. En junio se espera la decisión de los ministros europeos de Medio Ambiente.

Coalición Clima, que agrupa en España a las principales ONG ecologistas y diversas
asociaciones ciudadanas, ha denunciado la posición favorable del Gobierno a dicha
introducción masiva de petróleo bituminoso. Ecologistas en Acción recuerdan que la UE y
Canadá trabajan en un acuerdo económico y de libre comercio (CETA) y que este
combustible es una de las partes importantes de la negociación.

5. Frena el avance de las energías


renovables
El alargamiento del uso del petróleo es un freno para el desarrollo de las energías
renovables. El de arenas bituminosas, en concreto, perjudica el avance de
los biocombustibles de segunda generación, como han apuntadodesde el sector.

ARENAS BITUMINOSAS
También llamadas arenas de alquitrán, arenas de petróleo o petróleo crudo
extra pesado. son una combinación de arcilla, arena, agua y bitumen (una
sustancia parecida a la brea) que se encuentra en grandes cantidades en
diversas partes del mundo, sobre todo en Canadá, aunque también
en Venezuela, Estados Unidos, Rusia o Madagascar. De estas arenas se
extrae un betún con características similares a las del petróleo, que al igual que
éste puede ser refinado para obtener diferentes compuestos orgánicos, entre
ellos combustible.
Formación
Aunque el origen de las arenas bituminosas sigue siendo controvertido, la
mayoría de los geólogos del petróleo creen que este recurso se formó de la
misma manera que los otros combustibles fósiles: el petróleo convencional,
el gas natural y el carbón. La materia orgánica antigua murió y estuvo cubierta
por capas de sedimentos que ejercieron suficiente presión y temperaturas para
transformar la materia en petróleo. El aceite de las arenas petrolíferas se formó
a partir de los organismos marinos que cayeron al fondo del vasto mar. A
medida que la tierra misma cambió y se volvió a formar, ese petróleo quedó
atrapado en las enormes cantidades de arena de cuarzo que dejaron atrás los
ríos que alguna vez drenaron en el antiguo mar. Dentro de estos depósitos,
los hidrocarburos más ligeros se evaporaron o fueron consumidos por las
bacterias, dejando betún espeso y viscoso. A medida que los glaciares se
movían sobre los lechos de arena, los escombros quedaban atrás, y las arenas
petrolíferas estaban oscurecidas por capas de roca, arcilla y almizcle, dejando
solo los afloramientos para revelar las riquezas escondidas debajo.
En promedio, la arenas se forman con:

 10.6 % de betún o bitumen, arena, residuos.


 85.4 % de hidrógeno.
 4 % de residuos.

Localización
Los depósitos de arenas petrolíferas se encuentran en decenas de países de
todo el mundo. Los principales depósitos se encuentran en las rocas
del Período Cretácico en Arabia Saudita, Canadá y Venezuela. Las arenas
bituminosas de Canadá se encuentran casi exclusivamente en el norte
de Albertaen tres depósitos que se encuentran en la Formación McMurray, una
capa de arenisca, arenisca y arena de aceite, formada durante el período
Cretácico.
Industria
Aunque se conocen desde siempre, no ha sido hasta hace relativamente poco
cuando la industria ha fijado su punto de mira en ellas. Y lo cierto es que
pueden resultar unas grandes competidoras frente al petróleo, pues se estima
que sólo las reservas de Canadá podrían ser bastante mayores que la totalidad
de las reservas petrolíferas conocidas en el mundo, lo que implica que ellas
solas podrían cubrir las necesidades energéticas de Estados Unidos durante
décadas. El principal problema que presentan las arenas bituminosas es que
tanto su extracción como su refinado tienen una gran complicación a nivel
técnico y ambiental. Al contrario que con el petróleo, la extracción de las arenas
bituminosas suele realizarse mediante minería a cielo abierto, lo que implica
excavar la superficie y procesar la materia prima con calor y químicos in situ
para decantar el betún y permitir que este fluya a través de oleoductos. Sin
embargo, el 80% de las arenas petrolíferas se encuentran a demasiada
profundidad para poder extraerlas de esta forma.
Impacto ambiental
Uno de los mayores problemas con el desarrollo de las arenas bituminosas es
el impacto ambiental asociado a la extracción, procesamiento y mejora del
bitumen. Algunas de las preocupaciones incluyen:

 Clima y aire : las emisiones de la producción de arenas bituminosas son


intensivas en gases de efecto invernadero, ya que se necesitan más
esfuerzos para hacer que el bitumen sea utilizable, y estas emisiones son
un problema creciente a medida que aumenta la producción de arenas
bituminosas.
 Agua : la extracción de arenas bituminosas, especialmente a través de la
minería de superficie, utiliza una gran cantidad de agua incluso con los
esfuerzos de reciclaje.
 Relaves : A medida que los volúmenes de relaves continúan creciendo, los
problemas asociados con ellos aumentarán. Estos estanques pueden ser
tóxicos, pueden filtrarse y pueden resultar peligrosos para los organismos
acuáticos.
 Tierra y vida silvestre : aunque se están promoviendo más esfuerzos de
restauración y recuperación, la restauración completa de los humedales
nunca puede ocurrir y el bosque boreal no puede restaurarse a su estado
nativo después del cierre de una mina. La alteración de los ecosistemas
con una mayor producción de arenas bituminosas puede dañar a las aves y
otros animales salvajes.

EXTRACCION DEL BITUMEN

No toda la extracción de petróleo es igual ya que en ciertas zonas es más


fácil y un poco menos dañina para el medio ambiente que en otros lugares.

La explotación de petróleo de arenas bituminosas es la más difícil


técnicamente y que produce mayor daño ambiental. Ya que requiere de realizar
minería a cielo abierto, usar gran cantidad de recursos naturales
como energía y agua además de productos químicos peligrosos.

En Alberta, Canadá se prevé comenzar a extraer petróleo de las arenas


bituminosas por lo que genera una importante oposición de ambientalistas y
otros grupos sociales del país.
El proceso de extracción de este tipo de petróleo es mucho más contaminante
que el extraído en los pozos de los países árabes o de Venezuela. El crudo de
las arenas de bitumen o betún se debe lavar enormes cantidades de agua y
químicos para separar el betún de la arena y la arcilla.

Luego este betún se procesa para convertirlo en combustible pero requiere


más energía que el convencional.

El problema en Canadá además de la contaminación que producirá es que


estas arenas bituminosas se encuentran debajo de miles de km de bosques por
lo que serán deforestadas para la extracción de petróleo.

Además una vez que es convertido en combustible este crudo se ha


comprobado que genera más emisiones cuando es quemado por lo que
incrementara aun más la contaminación ambiental.

En la Unión Europea y en EEUU hay una fuerte oposición a importar este


petróleo proveniente de las arenas de betún por el gran impacto ambiental que
produce.

Los gobiernos de China y Canadá son los que anunciaron la explotación de


este tipo de crudo en los próximos años.

La extracción de petróleo ya en si es una actividad que genera un negativo


impacto ambiental pero aún más cuando se realiza en arenas de betún.

Esto demuestra que a las empresas petroleras y a los gobiernos les interesa
más el negocio que cuidar el medio ambiente y la salud de las personas al
autorizar este tipo de explotación tan perjudicial.

Las arenas bituminosas también son conocidas como arenas de petróleo, arenas de
alquitrán o, como en Venezuela, “petróleo crudo extra pesado”. Se componen de
una mezcla de arena y otras sustancias como el alquitrán u otros residuos de
antiguos brotes de petróleo.
Sin procesar, las arenas bituminosas prácticamente carecen de uso. En cambio, una
vez procesadas pueden convertirse en una especie de petróleo sintético que en parte
ya es utilizado para cubrir las necesidades de hidrocarburo en el mundo. Los
mayores yacimientos de arenas bituminosas se encuentran en Canadá, pero
también hay grandes mantos en Venezuela, Estados Unidos, Rusia o Madagascar.
Canadá es también el mayor país exportador de crudo extra pesado del mundo.
Peligros en el procesamiento
La producción de petróleo sintético a partir de arenas bituminosas requiere dos
fases básicas: la extracción y el procesamiento a base de gas natural. Dicha forma de
explotación ha sido criticada por activistas a favor del medio ambiente. Se dice, por
un lado, que la extracción consume grandes cantidades de energía y agua. Por otra
parte, durante este proceso se producen sustancias altamente tóxicas como las
dioxinas.
En España, el movimiento Ecologistas en Acción denunció la llegada a Europa del
primer gran cargamento de arenas bituminosas.

El procesamiento de arenas bituminosas afecta el medio ambiente.


La organización señala que “estas arenas provocan graves daños ambientales
durante su extracción y traslado y se convierten después en combustibles que
emiten un 23 por ciento más de gases de efecto invernadero que los carburantes
convencionales”.
Por otra parte, en México se anunció recientemente una inversión de 150 millones
de dólares en un instituto destinado a mejorar los procesos de exploración y
explotación de crudo extra pesado, tanto en lo ambiental como en lo industrial.
Petróleo, economía y política
Pero no todas las consideraciones son de orden ambiental. Para Canadá y
Venezuela, e incluso para Estados Unidos, la exploración y explotación de arenas
bituminosas es de importancia estratégica. Según el medio especializado Oil and
Gas Journal, las reservas petrolíferas de Canadá son estimadas en 175.000 millones
de barriles, de los cuales el 97 por ciento correspondería al petróleo extra pesado.

Organizaciones civiles se oponen al oleoduco Keystone XL.


En otras palabras, para Canadá la explotación de arenas bituminosas representa la
diferencia entre ubicarse como el tercer país con las mayores reservas petrolíferas,
solo detrás de Arabia Saudí y Venezuela, o no figurar en la lista.
Venezuela ha invertido grandes recursos en la explotación de petróleo extra pesado
en la Franja Petrolífera del Orinoco, calificada por el gobierno bolivariano como “el
motor mas grande para el desarrollo económico del país”.
Para Estados Unidos, en la mesa está el proyecto del oleoducto Keystone XL,
promovido por TransCanada y el cual es calificado por la misma empresa como
“crucial para la seguridad energética de Estados Unidos, así como para fortalecer la
economía estadounidense.”
Organizaciones ambientalistas como Friends of the Earth se oponen al proyecto. Si
este prospera, dicen, traerá consigo polución y desperdicio de agua, deforestación,
desplazamiento de pueblos originarios, y fugas de crudo altamente contaminante,
entre otros efectos.

Petróleo en Bolivia, liviano y difícil de obtener


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Energy Press / Cristina Chilo


Históricamente, Bolivia ha sido un país productor de petróleo liviano, lo cual ha sido una
desventaja a la hora de satisfacer la demanda de diesel y de obtener otros derivados adicionales,
señala Asterio Ayaviri, descubridor del megacampo Margarita y uno de los más destacados
geólogos bolivianos que hoy forma parte de la empresa Repsol Bolivia.

El petróleo producido en Bolivia tiene una densidad entre los 50º y 60º API (una medida
internacional de densidad), que en la escala de petróleos es considerado como liviano. En
algunos campos más antiguos actualmente en declive, como el Camiri, La Peña, Surubí y
Paloma, (descubiertos en la década de los 60), se obtiene petróleo con 38º API, que resulta ser el
más pesado del país.

Se considera petróleo pesado cuando el hidrocarburo tiene entre 25 a 35 º API. El tipo de


petróleo que se tiene en cada país depende del proceso de formación que ha tenido el subsuelo,
explica el experto.

“De acuerdo a la materia orgánica natural, el petróleo resulta pesado o liviano. Por norma
general, los petróleos más pesados están en sedimentos más modernos, por ejemplo en la era
terciaria o cretácica como sucede en Venezuela, donde se ha formado hace unos 53 millones de
años atrás”, indica.
Venezuela tiene la mayor reserva de petróleo pesado del mundo (ubicado en la franja del
Orinoco), se llega a obtener petróleo de 18 a 25º API lo que es considerado como petróleo muy
pesado. Además de este petróleo existen las arenas bituminosas que son una forma de petróleo
extra pesado cuyos yacimientos se depositan en Alberta, Canadá.

En el caso de Bolivia, el petróleo que se explota actualmente, se ha formado en una capa del
subsuelo mucho más antigua denominada devónico. “Está capa empezó a formarse hace 410
millones de años aproximadamente y se encuentra ubicada a 4000 y 5000 metros de
profundidad, lo que hace muy complicada su extracción” señaló Asterio Ayaviri.

Además de esto, el experto señala que en la franja conocida como la cuenca del subandino
centro y sur, que es donde se ubican los mayores reservorios de Bolivia, existe mayor
posibilidad de encontrar gas natural y el llamado petróleo asociado.

Sucede que cuanto más profundo está el reservorio, hay mayores probabilidades de encontrar
gas y no petróleo propiamente dicho. Sin embargo, este gas, al subir a la superficie se condensa
de acuerdo a lo que se denomina “condensación retrograda”.

“Por eso se dice que somos un país principalmente gasífero”, señala Asterio Ayaviri a tiempo de
explicar que la roca madre en la que se ha formado el petróleo que hoy se encuentra en territorio
nacional ha tenido afluentes netamente terrestres y no marinos (como el de Venezuela), que han
dado como resultado un petróleo más liviano.

Caso Camiri Profundo

El campo Camiri, ubicado en el departamento cruceño, es una estructura descubierta en los


tiempos de la Stándar Oil, donde los pozos inicialmente explotados han sido perforados
solamente entre 1200 y 1800 metros de profundidad.

Sin embargo, luego de algunos intentos fallidos por tratar de ubicar yacimientos más profundos,
la compañía YPFB Andina trata de revivir el prospecto profundo para encontrar el reservorio
que se conecte con el de los campos Margarita, Sábalo e Incahuasi.

“Se trata del mismo reservorio que está distribuido en toda el área del subandino sur”, explica
Ayaviri. Reservorio que se puede encontrar a más de 4000 metros y en el que se espera explotar
gas con condensado de petróleo a diferencia de antaño.
En el contexto regional

La producción de petróleo de Bolivia, situada en el orden de los 40 mil barriles por día, no es
significativa dentro del contexto regional, donde los países de Centro y Sur América suman una
producción de 6685 mil barriles/día y una reserva probada de 123,2 mil millones de barriles que
alcanzarían para los próximos 50 años, según el Statistical Review of World Energy de la
petrolera BP elaborado con cifras hasta 2008.

En este orden, el informe indica que Venezuela tiene el 7.9% de las reservas mundiales de
petróleo que, de acuerdo a su ritmo de producción actual, le alcanzarían para los próximos 100
años, situación que le hace líder en producción de petróleo de la región.

Estados Unidos tiene el 2.4% de las reservas que le alcanzarían para los próximos 12 años, y
Arabia Saudi se constituye en el país con mayores reservas de petróleo en el mundo, con el 21%
que le alcanzaría para los próximos 66 años.

En total, el informe señala que las reservas mundiales de petróleo ascienden a 1258 mil millones
de barriles, cifra que ha caído en 3 mil millones de barriles respecto a 2007, lo que da una
posibilidad de que alcancen para abastecer la demanda de los próximos 42 años.

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