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SEMANA SANTA 2017


CICLO A

MISAL Y GUÍA
VIGILIA PASCUAL
EQUIPO DE LITURGIA

PARROQUIA “NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN DE CUYO”


2

IMPORTANTE: Invitar a la asamblea a salir fuera del templo para iniciar la celebración.

Introducción

ANTES DE COMENZAR LA CELEBRACIÓN PEDIMOS APAGAR LOS CELULARES

GUIA 1: “La Palabra es un don. El otro es un don”. Este es el título del


mensaje que el Papa Francisco nos envió, para ayudarnos a vivir intensamente
la cuaresma de este año, sabiéndonos necesitados del perdón y de la ternura de
Dios Padre.

En él nos decía que el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo
corazón», a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad
con el Señor, recordando que Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona,
porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con
esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar.

Por eso nos hemos reunido en esta noche santa, para celebrar la victoria
de la vida sobre la muerte de Nuestro Señor Jesucristo, quien en Su Persona y
en la obra de la Redención se centra y se alimenta nuestra fe.

El templo está a oscuras, es el abismo del corazón del hombre que se aleja
de Dios, y que recibe de su Corazón de Padre el llamado a vivir en la luz.

SALUDO INICIAL
El celebrante saluda y da la bienvenida

En el nombre del Padre


y del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.

Que la alegría de Cristo resucitado se manifieste en esta


noche y esté con todos ustedes.
3

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

Luego recuerda brevemente el sentido de la vigilia nocturna, diciendo:

Queridos hermanos:

En esta noche santa, en la que el Señor Jesucristo pasó de


la muerte a la vida, la Iglesia invita a sus hijos diseminados
por toda la tierra a que se reúnan y permanezcan en vela
para orar.
Si hacemos memoria de la Pascua del Señor, escuchando
su Palabra y celebrando sus misterios, esperemos con fe
compartir su triunfo sobre la muerte y de vivir siempre con
él en Dios

BENDICIÓN DEL FUEGO

GUIA 2: A continuación, se bendecirá el fuego nuevo, signo de que


Cristo es luz que disipa las tinieblas de nuestro corazón

Celebrante:
A continuación, el sacerdote bendice el fuego y con las manos extendidas dice:

Oremos:

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles

el fuego de tu luz, santifica  este fuego nuevo y

concédenos que, por esta celebración pascual, seamos de


tal manera inflamados con los deseos celestiales, que
podamos llegar con un corazón puro a la fiesta de la luz
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R: Amen.
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MARCACIÓN DEL CIRIO


Concluida la bendición del fuego, un ministro acerca el cirio pascual al sacerdote.

GUÍA 1: El celebrante grabará en el cirio la cruz y las letras griegas alfa


y omega para señalar que el cirio representa a Cristo, principio y fin de todo.

Graba también los números de este año 2017, significando que Cristo
es el Rey del tiempo y de la eternidad.

Celebrante:

El sacerdote frente al cirio, marca en él, con un estilete, una cruz sobre el mismo:

Mientras se marca el cirio se dice:

1. Cristo ayer y hoy,


traza la línea vertical;
2. Principio y fin,
traza la línea horizontal;
3. Alfa
traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega.
traza la letra Omega, abajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo
traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad.
traza el segundo número del año, en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder,
5

traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo;


8. por los siglos de los siglos. Amén.
traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho.

Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote incrusta en el cirio cinco granos de
incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo.

1. Por sus santas llagas


2. gloriosas,
3. nos proteja
4. y nos guarde
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ENCENDIDO DEL CIRIO

GUÍA 2:
El celebrante enciende el Cirio Pascual con el fuego nuevo: El Cirio
encendido desde el fuego nuevo es signo de que Cristo nos trae la luz y la
vida nueva.

Celebrante:
El sacerdote enciende el cirio con la llama del fuego, mientras dice:

Que la luz de Cristo gloriosamente resucitado disipe las


tinieblas de la inteligencia y del corazón.

Después de encender el cirio, el sacerdote impone el incienso.


A continuación, se ordena la procesión: El turiferario con el turíbulo va primero, luego el sacerdote con el
cirio pascual, luego vienen los monaguillos, diáconos y el pueblo que lleva en sus manos las velas
apagadas.
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PROCESIÓN

GUÍA 1: Avancemos detrás del cirio encendido, que es Cristo, Luz


verdadera que ilumina a todo hombre.

El sacerdote dirá tres veces “Luz de Cristo”, respondemos “Demos


gracias a Dios”. Mientras avanza la procesión encendemos nuestros cirios
con la llama del Cirio Pascual.

Celebrante:
Ante la puerta del templo el sacerdote eleva el cirio y canta:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
El sacerdote enciende las velas de las personas que transmitirán el fuego del cirio pascual.
Luego, en medio del templo, el sacerdote se detiene y, elevando el cirio, canta por segunda vez:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
Inmediatamente, todos encienden sus velas con la llama que se transmite, mientras tanto la procesión
avanza hacia el presbiterio.
Cuando llega delante del altar, el sacerdote se detiene y mirando hacia el pueblo, eleva el cirio y canta
por tercera vez:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.

GUÍA 1: Cantemos con fervor: Esta es la luz de Cristo.


(se encienden todas luces del templo).

El sacerdote coloca el cirio pascual en su candelabro situado junto al ambón y se encienden todas luces
del templo, excepto las velas del altar.
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Pregón Pascual

GUIA 2: Dispongámonos a escuchar con atención el “Pregón


Pascual”, uno de los himnos litúrgicos más antiguos y hermosos, que nos
narra las maravillas que el Señor obró en esta noche.

Se apagan los cirios y todos se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote se dirige al pueblo
con estas palabras:

Celebrante:
Hermanos:

Después de haber iniciado solemnemente esta Vigilia,


escuchemos serenamente la Palabra de Dios; meditemos
cómo, al cumplirse el tiempo, Dios salvó a su pueblo y
finalmente envió a su Hijo para redimirnos.
Oremos para que Dios lleve a su plenitud la redención
obrada por el misterio pascual.

Liturgia de la Palabra

GUIA 1: Comenzamos ahora la segunda parte de esta Vigilia Pascual:


la Liturgia de la Palabra. Uno de los compromisos del cristiano es la lectura
y meditación de la Palabra de Dios, que alimenta nuestra fe y que nos debe
llevar a convertirnos volviendo a Él de todo corazón.

GUIA 2: Por ello estemos atentos a las lecturas del Antiguo


Testamento que vamos a escuchar, ya que nos revela al Dios providente
en la creación, al Dios liberador en el paso del Mar Rojo, al Dios que vela
por su pueblo.

Después de terminado cada salmo, el guía dice: Nos ponemos de pie.


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 1º Lectura: Gen. 1, 26-31


 1º Salmo: 103, 1-2a.5-6.10.12-14b.24.35
Todos nos ponemos de pie, el sacerdote dice:

Celebrante:
Oremos:
Se hace silencio por unos instantes, luego se continúa:

Dios todopoderoso y eterno, tú eres admirable en todas tus


obras; te pedimos que quienes hemos sido redimidos por ti
comprendamos que la creación del mundo en el comienzo
de los siglos no es obra de mayor grandeza que el sacrificio
pascual de Cristo, realizado en la plenitud de los tiempos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén

 2º Lectura: Ex. 14, 15-15, 1a


 2º Salmo: Ex. 15, 1b-6.17-18
Todos nos ponemos de pie, el sacerdote dice:

Celebrante:
Oremos:
Se hace silencio por unos instantes, luego se continúa:

Dios nuestro, cuyas maravillas vemos brillar también en


nuestros días, porque lo que hiciste en favor de tu pueblo
elegido librándolo de la persecución del Faraón, lo realizas
por medio del agua del bautismo para la salvación de las
naciones; te pedimos que todos los hombres del mundo se
conviertan en verdaderos hijos de Abraham y se muestren
dignos de la promesa de Israel.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén
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 3º Lectura: Is. 54, 5-14
 3º Salmo: 29, 2.4-6.11-12a.13b
Todos nos ponemos de pie, el sacerdote dice:

Celebrante:
Oremos:
Se hace silencio por unos instantes, luego se continúa:
Dios todopoderoso y eterno, para que tu nombre sea
glorificado multiplica la solemne promesa que hiciste a
nuestros padres en la fe y aumenta con tu adopción los hijos
de la promesa, para que tu Iglesia reconozca, desde ahora,
el cumplimiento de cuanto creyeron y esperaron los
patriarcas.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén

 4º Lectura: Ez. 36, 17a.18-28


 4º Salmo: 41, 3.5bcd; 42, 3-4
Todos nos ponemos de pie, el sacerdote dice:

Celebrante:
Oremos:
Se hace silencio por unos instantes, luego se continúa:

Dios de poder inmutable, cuyo resplandor no conoce el


ocaso, mira con bondad a tu Iglesia, signo de tu presencia
entre nosotros, prosigue serenamente la obra de la
salvación humana según tu proyecto eterno, y haz que
todos los hombres experimenten y vean cómo lo abatido por
el pecado se restablece, lo viejo se renueva y la creación se
restaura plenamente por Cristo, de quien todo procede.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R: Amén
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GUIA 1: Hemos concluido las lecturas del Antiguo Testamento. Dios


cumplió su promesa de enviarnos a su Hijo Jesús.

Después de la última lectura del Antiguo Testamento con su salmo responsorial y la correspondiente
oración, se encienden los cirios del altar. Se tocan las campanas y se canta el Gloria.

Gloria Solemne

GUIA 1: Entonemos junto al sacerdote el himno “Gloria a Dios en el


Cielo”, que nos recuerda el canto de los ángeles.
(Mientras se canta el Gloria suenan las campanas)

Luego, el sacerdote reza la oración colecta, del modo acostumbrado.

Oración Colecta:
Oremos:

Dios nuestro, que iluminas esta santísima noche con la


gloria de la resurrección del Señor; acrecienta en tu Iglesia
el espíritu de adopción de hijos para que, renovados en el
cuerpo y en el alma, te sirvamos con plena fidelidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

R: Amén

Introducción Lecturas NT

GUIA 2: Tomamos asiento.


La salvación que el Hijo de Dios ofrece al mundo por medio de su
Muerte y Resurrección ilumina y enriquece toda la realidad temporal.
Al descubrir a Cristo, todo hombre encuentra el misterio de su propia vida.
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 Epístola: Rom. 6, 3-11


 Salmo Aleluyático

GUIA 2: Nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio.

 Evangelio: Mt. 28, 1-10

GUIA 2: Podemos tomar asiento.

 Homilía

Liturgia Bautismal

GUIA 1: Hermanos, comienza la tercera parte de esta solemne Vigilia


Pascual: la Liturgia Bautismal. La redención de Cristo la vivimos a través de
los sacramentos, de los cuales el Bautismo es el fundamento y el que nos
hace hijos de Dios.

Nos ponemos de pie.

EL sacerdote bendice la fuente bautismal desde el altar e introduce el canto de las letanías con la siguiente
oración:

Celebrante:
Queridos hermanos:
Invoquemos la gracia de Dios Padre todopoderoso sobre
esta fuente bautismal, de manera que cuantos renazcan en
ella sean incorporados a los hijos adoptivos en Cristo.
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Letanía de los Santos

GUIA 2: La Iglesia peregrina implora la intercesión de los Santos que


reinan con Cristo en el cielo. Recemos con fervor.

Después de las letanías, el sacerdote con los ministros, se dirigen a la fuente bautismal.

Bendición del agua bautismal

GUIA 1: El sacerdote procede a la bendición del agua bautismal. Utiliza


el Cirio Pascual, signo de la luz de Cristo que nos hace pasar de las tinieblas
a la luz verdadera.

Podemos tomar asiento.

El sacerdote bendice el agua bautismal con las manos extendidas diciendo:

Celebrante:
Señor Dios, que por medio de los signos sacramentales
realizas obras admirables con tu poder invisible, y de
diversas maneras has preparado el agua para que
significara la gracia del bautismo.

Señor Dios, cuyo Espíritu aleteaba sobre las aguas en los


orígenes del mundo para que ya desde entonces
concibieran el poder de santificar.

Señor Dios, que en las aguas torrenciales del diluvio


prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres, para que
el misterio de la misma agua pusiera fin al pecado y diera
origen a la santidad.
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Señor Dios, que hiciste pasar por el mar Rojo como por
tierra firme a los descendientes de Abraham, para que el
pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen del
pueblo de los bautizados.

Señor Dios, al ser bautizado en las aguas del Jordán, tu Hijo


fue ungido por el Espíritu Santo y, suspendido en la cruz,
hizo brotar de su costado sangre y agua, y después de su
resurrección mandó a sus discípulos: “Vayan e instruyan a
todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo”: mira a tu Iglesia y abre para
ella la fuente del bautismo.

Que esta agua reciba por el Espíritu Santo la gracia de tu


Hijo unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, por
medio del sacramento del bautismo sea purificado de todos
los pecados y merezca resurgir como nueva creatura del
agua y el Espíritu Santo.

Y sumergiendo, el cirio pascual en el agua prosigue:

Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo descienda


sobre el agua de esta fuente el poder del Espíritu Santo,
Y manteniendo el cirio en el agua prosigue:

Para que, por el bautismo, sepultados con Cristo en su


muerte, resucitemos con él a la Vida.

Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y


es Dios, por los siglos de los siglos.

R: Amén

Se retira el cirio del agua. Luego, se renuevan las promesas bautismales. Para ello nos ponemos de pie.
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Renovación de las promesas bautismales

GUIA 2: Nos ponemos de pie.


Esta Pascua nos invita especialmente a la renovación interior para dar
testimonio de bautizados, remontarnos a los orígenes de nuestro
nacimiento en la fe.

Por eso a continuación vamos a renovar nuestras promesas


bautismales. A cada pregunta respondemos: ¡Sí, renunciamos!

Celebrante:
¿Renuncian al demonio?

Todos: Sí, renunciamos

Celebrante:
¿Renuncian a todas sus obras?:

Todos: Sí, renunciamos

Celebrante:
¿Renuncian a todos sus engaños?:

Todos: Sí, renunciamos

GUIA 2: Ahora respondemos: ¡Sí, creemos!

Celebrante:
¿Creen en Dios padre todopoderoso, creador del cielo y de
la tierra?

Todos: Sí, creemos


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Celebrante:
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que
nació de la Virgen María, padeció y fue sepultado, resucitó
de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Todos: Sí, creemos

Celebrante:
¿Creen en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la Vida eterna?

Todos: Sí, creemos

Celebrante:
Y Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, y
nos ha perdonado los pecados, nos conserve con su gracia
en Jesucristo, nuestro Señor, para la Vida eterna.

Todos: Sí, creemos

Aspersión al Pueblo

GUIA 1: La aspersión con el agua bautismal, sella nuestro compromiso


y renueva la gracia que un día recibimos. Lo hacemos cantando.

Ahora, el sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita mientras se entona el canto. Al finalizar el
sacerdote regresa a la sede y omitiendo el credo comienza la oración universal.
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Oración de los Fieles

Celebrante:
Queridos hermanos:

Llenos de alegría por la santa resurrección del Señor y


renovado nuestro espíritu, supliquemos con la confianza al
Señor.

GUIA 2: A cada intención respondemos: “Cristo, nuestra Pascua,


escúchanos”

1. Por el Papa, los obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos para que,


iluminados por el Espíritu, sepan vivir y transmitir la bondad del Padre.
Oremos

2. Por los gobernantes de todos los pueblos, para que comprendan que su
gran compromiso es procurar el bien común, la seguridad, la lucha contra
el hambre, por encima del bien personal. Oremos

3. Por todos los hermanos que sufren, para que la Pascua del Señor
infunda en ellos renovada fortaleza y profunda paz espiritual. Oremos

4. Por nuestras familias, para que sean bendecidas con los dones
pascuales de la paz, la esperanza, la unidad y el amor. Oremos

5. Por nuestra comunidad de Luján, para que todos juntos y en comunión


honremos esta Pascua dando testimonio de vivir una vida nueva.
Oremos
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Celebrante:
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los
ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado
por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu resurrección te
pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu
misericordia sobre este pueblo que tiene toda su esperanza
puesta en ti.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R: Amén

Presentación de las Ofrendas y Colecta

GUIA 1: Comenzamos ahora la última parte de esta solemne Vigilia


Pascual: La Liturgia Eucarística.
Que, al acercar el pan y el vino, dejemos también en la patena,
nuestros esfuerzos cuaresmales por volver a Dios, para que toda nuestra
vida se transforme en ofrenda.

GUIA 2: Junto a las ofrendas que llevamos al altar, ofrecemos también


nuestro esfuerzo generoso de querer compartir nuestros bienes materiales.
Cantamos.

Después de entregadas las ofrendas, se inciensa: el altar, el cirio pascual, al celebrante y a la asamblea

Cuando el diácono se acerca con el turíbulo a inciensar a la asamblea el guía dice:


GUIA 2: Nos ponemos de pie.
Al finalizar, dice:
GUIA 2: Podemos tomar asiento.
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Celebrante:
Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y de
ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:

El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria


de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas


Señor Dios, recibe las oraciones de tu pueblo junto con
estas ofrendas, de manera que tu acción sacramental
inaugurada por los misterios pascuales nos sirva de
remedio para la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R: Amén

Prefacio

V. El Señor esté con ustedes.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


Es nuestro deber y salvación
Glorificarte siempre, Señor;
Pero más que nunca en esta noche
En que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero
Que quito el pecado del mundo;
Muriendo destruyó nuestra muerte
Y resucitando restauró la vida.
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Por eso, con esta efusión del gozo pascual,


El mundo entero está llamado a la alegría
Junto con los ángeles y los arcángeles
Que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Plegaria Eucarística III


CP
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas
tus criaturas, ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu
honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta
el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo
Espíritu estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que se convierta en el Cuerpo y la  Sangre de


Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.

que nos mandó celebrar estos misterios.


En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.

Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, y dando gracias te bendijo,


lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
20

Se inclina un poco.

Tomen y coman todos de Él,


Porque esto es mi cuerpo,
Que será entregado por ustedes.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después
prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, dando gracias te bendijo,


y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

Tomen y beban todos de él,


Porque éste es el cáliz de mi sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
Que será derramada por ustedes
Y por muchos
Para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:

Éste es el sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.


¡Ven, Señor Jesús!
CC
Así, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión
salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y
ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y
santo.
21

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce


en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos
tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo
un solo cuerpo y un solo espíritu.

C1
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
Con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los
mártires, y todos los santos, por cuya intercesión confiamos
obtener siempre tu ayuda.
C2
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.

Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en


la tierra: a tu servidor, el Papa Francisco, a nuestro Obispo
Carlos María y su Obispo auxiliar Dante, al orden episcopal,
a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por
ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has
congregado en tu presencia.

En el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y


nos ha hecho partícipes de su vida inmortal.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos


dispersos por el mundo.

 A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu


amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar
todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
22

Junta las manos.

por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo


todos los bienes.

CP o CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.

Rito de Comunión

Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su


divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras


ofensas, como también nosotros perdonamos los que
nos ofenden; nos dejes caer en la tentación, líbranos
del mal.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en


nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
23

Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:


«La paz les dejo, mi paz les doy», no tengas en cuenta
nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


El Pueblo responde:
Amén.

El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


El Pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:

Con el sincero deseo de ser una comunidad unida en la


fe y en el amor, nos damos fraternalmente la Paz.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en
secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos


en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
24

A continuación, el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del


Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la
vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de
tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme
cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que
me separe de ti.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo
muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una


palabra tuya bastará para sanarme.
El sacerdote dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en secreto:

La sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

Comunión

GUIA 1: Que esta cercanía con Cristo Resucitado, manifestado en la


Eucaristía, el Señor encuentre nuestra alma bien dispuesta, para
asemejarnos más a Él en nuestros pensamientos, palabras y actitudes y así
lo reflejemos a nuestros hermanos.

Al término de la distribución de la comunión se realiza la siguiente oración:


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Comunión Espiritual

GUIA 2: Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús


Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente
oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y habiéndote recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti. Amén.

Despedida
Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos minutos de silencio. Luego, de pie en el altar, el sacerdote
dice:
Oremos.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

Oración después de la comunión


Infunde en nosotros, Padre, tu espíritu de amor, para que,
saciados con los sacramentos pascuales, permanezcamos
unidos en la misma fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R: Amén

Celebrante:
El Señor esté con ustedes.
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El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Bendición Solemne de la Pasión:


Dios todopoderoso los bendiga en esta solemne fiesta de
Pascua y, por su bondad, los proteja de toda sombra del
pecado.
R. Amén.

Él, que por la Resurrección de su Hijo los ha renovado para


la vida eterna, les conceda la recompensa de la
inmortalidad.
R. Amén.

Y ya que han celebrado con honda alegría esta pascua, al


terminar los días de la pasión del Señor, les conceda
participar con inmensa alegría de los gozos eternos.
R. Amén.

Y bendice a todo el pueblo:

Y los bendiga Dios todopoderoso,


Padre, Hijo  y Espíritu Santo.
R. Amén.

GUIA 1: Saber que Cristo ha resucitado para darnos vida es el motivo


de alegría para vivir con plenitud la Pascua que hoy comenzamos.

GUIA 2: Regresemos confiados en que la Resurrección de Jesús y la


misericordia del Padre, acompañará nuestros pasos para que podamos vivir
nuestro compromiso a la luz del Evangelio.

Nos despedimos cantando.

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