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Articulo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una
limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas
pagadas.

La persona que realiza ciertas actividades que no son el trabajo ni las actividades
domésticas esenciales, en algún tiempo debe tener cierto sentido motivador. El
descanso es una interrupción del trabajo para reposar, los dos son
fundamentales para la salud física y mental de las personas, existen tres tipos
de descanso dentro de la jornada de trabajo, el descanso semanal y el feriado
anual; todos reponer las fuerzas físicas e intelectuales gastadas después de un
período determinado. El derecho al descanso requiere que se cuente con ciertas
condiciones, como lugares adecuados en el centro de trabajo y lugares públicos,
en los que se pueda disfrutar el tiempo libre con seguridad. Pero pensemos en
las mujeres en el área rural cuya jornada empieza en horas de la madrugada
cuyas actividades de extienden hasta horas indefinidas, las mujeres que tienen
doble jornada, una fuera de casa y otra en el hogar o que tienen dos empleos
además del trabajo hogareño. Además, las mujeres se dedican al cuidado de
personas dependientes (personas con discapacidad física y mental) a quienes
dedican las 24 horas del día, sin tener el más mínimo tiempo libre, lo que es
normal en muchas culturas, donde el cuidado de los demás es un papel exclusivo
de las mujeres. En nuestra sociedad quienes trabajan no tienen suficiente tiempo
libre para descansar y, cuando lo tienen no cuentan con los recursos para
disfrutarlo sanamente o con espacios adecuados para compartir tiempo con la
familia o las amistades. La inseguridad rodea en todo lugar: en el centro
comercial, en el parque, en las calles del barrio, lo que contribuye al aislamiento
social.

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