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GERMÁN ANÍBAL TOVAR CORTÉS

TALLER DE BÍBLIA
RESUMEN DE LECTURA

1. LA BIBLIA, PATRIMONIO HISTÓRICO Y CULTURAL DE UN PUEBLO


 VALOR LITERARIO
La Biblia es la colección de muchos libros. Esta tiene un valor literario muy diverso por lo
que se le puede catalogar como una obra de valor universal; de ahí que, reduciéndola a un
plano puramente material, pueda considerársele como una muestra de la literatura
universal. Se puede evidenciar como la narración colectiva que trae la Biblia fluye de
manera serena y límpida en cualquiera de los escritos, es por esto que se ha convertido en
modelo para estructuras literarias posteriores. Se puede identificar, por ejemplo, en el
Pentateuco una tradición Yavista que contiene narraciones emocionantes, los Salmos con
composiciones liricas que contiene un espíritu religioso muy amplio que permite expresar
sentimientos, el Cantar de los Cantares enmarcado en un encendido lirismo, Job e Isaías
enmarcados en sentimientos desgarradores, profecías y denuncias, entre otros. Sin
embargo, este análisis literario de la Biblia solo ha venido a desarrollarse en las décadas
más recientes.

 LIBRO FUNDACIONAL
La Biblia se enmarca en una narración generacional de un pueblo y una religión. Se muestra
el origen, desarrollo y vicisitudes del pueblo hebreo, enmarcándose en aspectos históricos
y geográficos. Frente a los aspectos históricos se pueden resaltar la Creación, la propia
historia y relevancia del pueblo elegido, las figuras de Abrahán, Isaac, Jacob, José y Moisés;
la Tierra Prometida, las batallas con pueblos vecinos, invasiones, el Exilio, las dominaciones
de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. En la Biblia se recoge un espectro histórico
que abarca desde el siglo XIX a. C hasta finales del siglo I d. C. Es evidente, por lo tanto,
que en muchas situaciones los escritores de los diferentes libros de la Biblia no hayan
acompañado los acontecimientos desde el principio de los mismos, en parte porque el
pueblo hebreo fue, ante todo, un pueblo de tradición oral que se trasmitía de generación en
generación; apenas los primeros escritos llegaron a encontrarse en los tiempos del rey
David, otro muchos llegaron luego del exilio en Babilonia motivados por el afán de generar
un sentido de unidad e identidad entre los judíos que retornaron a su patria. Por lo tanto, se
evidencia un triple proceso: una tradición oral que conllevó a la redacción de unos
fragmentos escritos para que con ello se diera una redacción definitiva, un proceso que
llevó un poco más de 1.100 años (entre los siglos X a.C. y I d.C.).
Frente al aspecto geográfico, el mundo bíblico se sitúa en Palestina principalmente, pero
también recoge hechos acaecidos en Egipto, Babilonia, en los lugares de la Diáspora y el
Imperio Romano, con la expansión del cristianismo. La constitución del pueblo hebreo no
gozó desde un principio de unidad política, de ahí que no tuviese límites geográficos claros,
pero se puede identificar un pueblo con una extensión aproximada de 25.000 km2 con un
territorio muy diverso que abarcaba costas, zonas montañosas, desérticas, depresiones,
etc. Un pueblo tan diverso que tampoco tuvo una denominación única; fueron conocidos
como hebreos (por ser Abrahán descendiente de Heber), israelitas (hijos de Israel) y judíos
(descendientes de Judá).
2. ¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
 LA BIBLIA, LIBRO RELIGIOSO
Es claro identificar la Biblia como nuestro libro religioso, el libro del cristiano ya que, entre
otros, nos cuenta la religiosidad de un pueblo y las relaciones mantenidas por un pueblo
con su Dios a lo largo de muchos siglos, de ahí que el Dios de la Biblia no se considera
como un Dios mudo sino Uno que habla y por ende allí se puede descubrir la presencia de
Dios.

 AUTORES DE LA BIBLIA
La Constitución Dei Verbum afirma la doble paternidad de los libros sagrados a través de
los cuales Dios eligió a los hombres para que Él, obrando en ellos y por ellos, escribieran
los textos sagrados. Son libros escritos por hombres, sobre los que el Espíritu de Dios
estuvo ejerciendo una acción especial.

 EL HOMBRE, AUTOR DE LA BIBLIA


Los hagiógrafos (hombres) son los autores de los libros sagrados, auténticos responsables
de lo que escribieron y en ellos se puede encontrar la impronta de cada uno de ellos. Son
personas concretas que, condicionadas por un carácter social, genera la autoría personal
de los textos.

 DIOS, AUTOR DE LA BIBLIA


Existe una conciencia muy clara dentro de los textos sagrados de que el mensaje trasmitido
no era producto de la elaboración personal, sino que tenía un origen divino; es por esto que
todo lo que se encuentra contenido en la Escritura debe cumplirse porque es Palabra de
Dios. La concepción de que Dios es autor se entiende desde un sentido analógico, dado
que Dios es causa de los libros sagrados, no porque Él los haya escrito, sino porque Él ha
sido causa para que el hagiógrafo los escribiese.

 INSPIRACIÓN
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar. Esta inspiración significa ser
“soplado por Dios” porque es la acción del Espíritu la que alienta la palabra escrita. No es,
por tanto, un dictado por parte de Dios, ni tampoco es su simple visto bueno, es una
inspiración que se encuentra en el autor humano la cual tiene un carácter sucesivo y
dinámico dado que gran parte de los libros de la Biblia se fueron gestando a lo largo de
siglos. Dios esta presente en el hombre, de ahí que, en la Escritura, la palabra del hombre
es el vehículo que nos trasmite la palabra de Dios, Él quiere estos libros lo que lo constituye
como autor real de los mismos.

 VERDAD
Esta relacionada con aquella verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras por
nuestra salvación, la salvación del hombre; por lo tanto, el objeto formal de la revelación es
el misterio de la salvación realizado por Cristo, la verdad bíblica es una verdad que progresa
con su propia dialéctica en donde Dios mismo corrige, integra y completa ciertas
presentaciones que pueden estar incompletas. La verdad de Dios no está más que en toda
la Biblia, es un privilegio que se encuentra en todo el libro.
DISCURSO DE SU SANTIDAD EL PAPA JUAN PABLO II
SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LA BÍBLIA EN LA IGLESIA
En este discurso, San Juan Pablo II indica que la interpretación de la Sagrada Escritura es
de importancia capital para la fe cristiana y la vida de la Iglesia; de ahí que la palabra de
Dios constituya el sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del
alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.
La preocupación por responder a los ataques contras la interpretación católica de la Biblia
encontró dos directrices muy importantes: la primera, en la encíclica Providentissimus Deus
del Papa León XIII, la cual quiere proteger la interpretación católica de la Biblia contra los
ataques de la ciencia racionalista y la segunda, en la encíclica Divino Afflante Spiritu que
defiende la interpretación católica contra los ataques de quienes se oponen al empleo de la
ciencia por parte de los exégetas. Son encíclicas que surgen de situaciones fuertes de
crítica y conmoción en contra de la Iglesia.
Estas encíclicas marcan una respuesta significativa y de fondo a los problemas que
originaron estas controversias: por un lado la Providentissimus Deus exhorta a los exégetas
católicos a adquirir una verdadera competencia científica para que aventajen a sus
adversarios en su mismo terreno, mostrando que la Iglesia no tiene miedo a la crítica
científica, por su parte la Divino Afflante Spiritu muestra el fruto del trabajo de los exégetas
católicos y responde a los ataques que provenían de los partidarios de la exegesis así
llamada “espiritual”, reivindicando la unión estrecha entre exégesis y ciencia, indicando el
alcance teológico del sentido literal y afirmando que para que puede reconocerse con
sentido un texto bíblico, el sentido espiritual debe presentar garantías de autenticidad.
La Divino Afflante Spiritu expresa el vinculo que une a los textos bíblicos con el misterio de
la Encarnación, siendo la lengua de Dios semejante a la lengua humana menos en el error.
Los escritos inspirados de la nueva alianza constituyen un medio verificable de
comunicación y comunión entre el pueblo creyente y Dios Trino. Esta Encíclica recomienda
el estudio de los géneros literarios presentes en la Biblia para comprender su sentido con
mayor exactitud y precisión. Por su parte la Providentissimus Deus indica que la exegesis
católica debe estar atenta a no limitarse a los aspectos humanos del texto bíblico sino
ayudar al pueblo cristiano a captar más nítidamente la palabra de Dios en estos textos y
este trabajo será posible solo si el trabajo intelectual está sostenido de vida espiritual.
En este contexto surge el documento La interpretación de la Biblia en la Iglesia el cual
sugiere el aprovechamiento de todos los métodos de interpretación científica bíblica
evitando el centrar la exegesis en los aspectos humanos de la revelación bíblica o solo en
los aspectos divinos sino recoger en sí de manera integral las partes de la Sagrada
Escritura, de ahí que la tarea primordial de la exegesis sea la de alcanzar el sentido
autentico del texto sagrado, comunicando ese sentido al destinatario de la Sagrada
Escritura que es toda persona humana. Por lo tanto, deben usarse todos los medios
posibles a fin de que el alcance universal del mensaje bíblico se reconozca ampliamente
para hacer resplandecer la verdad.
La interpretación bíblica siempre ha estado en el radar de la Iglesia a lo largo de su historia
y el uso de diversos métodos científicos ha sido uno de los mayores obstáculos a sortear
por su incompatibilidad, en muchos casos, con la doctrina de la Iglesia. Sin embargo, estos
estudios científicos alrededor de la Biblia son necesarios dentro de un mundo de
especialistas, analizando la evolución histórica de los textos o de las tradiciones en el
tiempo. Se debe evitar el hacer de la Biblia un libro cerrado, cuya interpretación
problemática, requiera de técnicas muy refinadas. Es así como el documento La
interpretación de la Biblia en la Iglesia busque examinar los métodos capaces de contribuir
eficazmente a poner de relieve todas las riquezas contenidas en los textos bíblicos, a través
de una descripción de los métodos de interpretación, generalidades hermenéuticas,
determinación de las dimensiones características de la interpretación católica de la Biblia y
el lugar que tienen la interpretación de la Biblia en la vida de la Iglesia.

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