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A caso clínico renal

1- Clasificación de patologías según su etiología

RIÑON

Síndrome nefrótico: es una enfermedad de los riñones causada por la eliminación excesiva de
proteína en la orina, esto se denomina proteinuria y puede ser causada por varias enfermedades
incluyendo la diabetes mellitus, lupus eritematoso, sífilis y hepatitis viral. En personas con
riñones sanos la perdida de proteína en la orina es mínima, consideramos normal a perdidas con
máximo de 150mg por día.

La pérdida de proteína se clasifica de la siguiente forma:

–Proteína en la orina menos de 150 mg al día = normal.


– Proteínas en la orina entre 150 mg y 500 mg al día = proteinuria discreta.
– Proteínas en la orina entre 500 mg y 1000 mg al día = proteinuria suave.
– Proteínas en la orina entre 1000 y 3500 mg al día = proteinuria moderada.
– Proteínas en la orina por encima de 3500 mg al día = proteinuria severa (proteinuria nefrótica).

Las personas que presentan proteinuria nefrótica pierden más de 3500mg (3,5g) por día y esto es
signo de enfermedad de los glomérulos del riñón. El glomérulo es una estructura microscópica
dentro de los riñones que se encarga de filtrar la sangre. Cada glomérulo tiene una membrana que
actúa como un filtro o un tamiz, separando lo que se eliminará por la orina y lo que permanecerá en
la sangre. Cuando los glomérulos están sanos no filtran las proteínas presentes en la sangre, esto es
normal ya que las proteínas son sustancias importantes y no deben ser filtradas de nuestro cuerpo.
Existen diversas enfermedades, las cuales serán mencionadas más adelante, pueden causar lesión en
los glomérulos facilitando la aparición de la proteinuria. El síndrome nefrótico es una
glomerulopatía, ya que es un problema causado por los glomérulos enfermos del riñón.

Este síndrome se manifiesta con exceso de espuma en la orina además de edemas (hinchazón),
comenzando en las piernas, pero pueden evolucionar para todo el cuerpo, dentro de un cuadro
llamado anasarca, bajos niveles de proteínas, principalmente de albúmina, que es la principal
proteína de la sangre, altos niveles de colesterol debido a la creciente producción de lipoproteínas
por el hígado en respuesta a la disminución de los niveles de proteínas de la sangre. Estos cambios
descritos anteriormente son los que definen la existencia del síndrome.

La falta de proteínas puede causar otras alteraciones en una persona, tales como:

–Aumento de la incidencia de infecciones, ya que los anticuerpos son también un tipo de


proteína inapropiadamente excretada en la orina.

–Aumento de la incidencia de trombosis, ya que algunas proteínas que actúan impidiendo la


coagulación.

–Desnutrición por pérdida de proteínas esenciales en la orina.


–Reducción del volumen de agua en el torrente sanguíneo, la reducción del volumen de sangre
se llama hipovolemia.
–insuficiencia renal aguda

El síndrome nefrótico no es una enfermedad en sí, es el resultado de una enfermedad que causa
daños en el riñón.

El síndrome nefrótico se clasifica en dos grupos: primario y secundario.


Síndrome nefrótico primario: este ocurre por una única enfermedad del riñón llamada
glomerulopatía primaria, las glomerulopatías que puede cursar con proteinuria relevante son:

– enfermedad con cambios mínimos, que es la principal causa del síndrome nefrótico en niños.
– Nefropatía por IgA.
– Nefropatía membranosa.
– Glomerulonefritis membranoproliferativa.
– Glomerulosclerosis segmentaria y focal (GESF).
– Glomerulonefritis postestreptocócica.

Síndrome nefrótico secundario: ocurre debido a una enfermedad sistemica que tambien ataca a los
riñones, por ejemplo, las diabetes mellitus, esta es una enfermedad que ataca a varios organos del
cuerpo, incluyendo los riñones. Una de las primeras lesiones que la diabetes causa en los riñones es
una lenta y progresiva agresión de la membrana glomerular. El paciente desarrolla proteinuria, que
empeora a lo largo de los años y puede llegar hasta una proteinuria nefrótica.

Otras enfermedades que pueden provocar lesión renal y síndrome nefrótico son:

– Lupus eritematoso sistémico


– Hepatitis B.
– Hepatitis C.
– Sífilis
– VIH
– Amiloidosis

TRACTO URINARIO

Pielonefritis: La pielonefritis, por regla general, está causada por una infección de la vejiga que a
través de la uretra puede llegar a la pelvis renal y los riñones. Esta patología se diagnostica
principalmente en las mujeres de edad joven. Esta es una infección urinaria alta, que afecta al riñón
y las vías urinarias, existen de dos formas:

Pielonefritis aguda: es una infección bacteriana, esta infección comienza en el tracto urinario y
luego se propaga a uno o ambos riñones. El riesgo de contraer esta patología aumenta si se presenta
un embarazo, diabetes, cálculos renales o cáncer. Esto se debe a que el sistema inmunológico es
incapaz de combatir una infección.

Las manifestaciones de esta patología son: dolor abdominal; parte inferior de la espalda o los lados,
dolor o ardor al orinar, deseo de orinar frecuentemente, pero se presenta escases de orina, sangre
en la orina, fiebre, escalofríos, cansancio, náuseas y vómitos.

Pielonefritis crónica: es la infección del riñón que provoca la inflamación aguda o crónica de la pelvis
renal y el tejido de los riñones, esta se puede presentar por un periodo largo de tiempo sin síntomas,
en los casos extremos puede causar insuficiencia renal Suele ser más habitual en mujeres que en
hombres y su origen puede ser desde una infección que asciende desde las vías urinarias al riñón, a
directamente una infección del riñón por un cálculo, traumatismo o estenosis del uréter. El riesgo es
que evolucione a una insuficiencia renal que ya es una enfermedad muy grave.

causas de esta patología son: infecciones del tracto urinario por vía ascendente; el 75% de los casos
se debe a la bacteria E.coli, el otro 25% es causado por otros bacilos, Gram-negativos, Klebsiella,
Proteus, Enterobacter, Pseudonomas, Serratia y Citrobacter.
Las posibles molestias son: agotamiento, dolor de espalda, trastornos gastrointestinales como
náuseas y vómitos, pérdida de peso.

Cistitis: inflamación de la vejiga urinaria la mayoría de las veces es causada por una infección
bacteriana llamada infección urinaria, si la infección se propaga puede provocar infección renal. La
cistitis se origina por las bacterias que están fuera del cuerpo entran en el tracto urinario a través de
la uretra y comienzan a multiplicarse. Las mujeres son especialmente susceptibles a experimentar
esta infección debido a que la zona genital femenina a menudo alberga una bacteria que puede
causar cistitis. Puede aparecer, en muchos casos, como resultado de las relaciones sexuales, ya que
la flora vaginal puede verse afectada.

Los síntomas son: sangre en la orina, molestias pélvicas, sensación de ardor al orinar, orina frecuente
en pequeñas cantidades, orina turbia y de fuerte olor, sensación de presión en la parte inferior del
abdomen.

2- Farmacoterapia indicada

Síndrome nefrótico: En pacientes con glomerulopatía primaria, generalmente se realiza el


tratamiento con fármacos inmunosupresores, como glucocorticoides, ciclofosfamida, ciclosporina,
azatioprina o micofenolato mofetil. En algunos casos, la enfermedad responde bien al tratamiento y
el paciente puede quedarse curado después de algunos meses. Sin embargo, el resultado no siempre
es tan bueno y la evolución para una insuficiencia renal terminal después de unos años es
relativamente común. Para los pacientes con diabetes el tratamiento de la proteinuria generalmente
no es muy eficaz, se obtienen mejores resultados con pacientes con glicemia y niveles de presión
controlados. Medicamentos como los inhibidores de la ECA (captopril, enalapril, ramipril, lisinopril,
etc.) o los antagonistas receptores de angiotensina II (losartán, olmesartán, telmisartán, irbesartana,
candesartana, etc.) ayudan a reducir el grado de proteinuria y se indican en casi todos los pacientes
con proteinuria.

Pielonefritis: Dado que es una enfermedad de causa infecciosa, el tratamiento fundamental de la


pielonefritis aguda se basa en la administración de antibióticos, bien por vía oral o bien por vía
intravenosa, dependiendo de cada caso. La duración del tratamiento debe ser de 14 días en las
pielonefritis no complicadas, y de 14-21 días en las complicadas.

La mayoría de las veces el tratamiento de la pielonefritis aguda es empírico; es decir, se inicia el


tratamiento con antibiótico a ciegas, sin conocer realmente qué germen es el causante de la
infección. Los antibióticos empleados de forma empírica deben tener las siguientes características:
ser activos frente a más del 95% de las cepas de Escherichia coli, alcanzar concentraciones elevadas
y mantenidas en la vía urinaria y en la sangre, y respetar la flora vaginal y rectal (si no lo hacen,
aumenta el riesgo de que haya recurrencias).

antibióticos para la infección: cefixima, amoxicilina.

AINES para reducir inflamación, dolor o fiebre: paracetamol(acetaminofeno)

Cistitis: Penicilinas, Cefalosporinas, Trimetoprima-sulfametoxazol, Nitrofurantoína, Fenazopiridina,


Quinolonas, Tetraciclinas, Aminoglucósidos.

3- Mecanismo de acción

IECA: ejemplos de IECA; Enalapril, Ramipril, lisinopril, captopril, losartan, y sus derivados.
Captopril: es un antihipertensivo inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) que
conduce a una disminución en los niveles de angiotensina II y aldosterona, con la consiguiente
reducción de la resistencia vascular periférica y reducción de la retención de sodio y agua; todas
estas acciones conducen a una disminución de la presión arterial, evita la conversión de angiotensina
I en angiotensina II por medio de la inhibición de la ECA, un peptidildipéptido carboxihidrolasa.

Antibióticos: Los antibióticos actúan inhibiendo diversos procesos metabólicos que son esenciales
para la supervivencia de los microorganismos. Muchos antibióticos van dirigidos a bloquear la
síntesis, exportación, organización o formación de la pared celular, específicamente los enlaces
cruzados del peptidoglicano, el principal componente de la pared celular, sin interferir con los
componentes intracelulares como la maquinaria intracelular permanece intacta, ello aumenta la
presión interna sobre la membrana hasta el punto en que ésta cede, el contenido celular se libera al
exterior, y la bacteria muere. También permiten la entrada de otros agentes antimicrobianos que no
pueden atravesar la pared celular.

4-precauciones y contraindicaciones

IECA:

contraindicaciones en el embarazo, Estenosis bilateral de arterias renales o de estenosis unilateral


en riñón único o con un aclaramiento de creatinina, hiperpotasemia.

Precauciones:

Lactancia

Insuficiencia hepática, ya que su metabolismo se produce básicamente por el hígado.

Hipotensión severa

Hipersensibilidad al fármaco.

Estenosis de la válvula aórtica o mitral / Miocardiopatía hipertrófica.

Antibióticos: amoxicilina.

contraindicaciones en el embarazo, lactancia, gastritis y ulcera gástrica, enfermedades hepáticas.


Problemas digestivos.

Precauciones: como toda penicilina, se ha de tener presente la posibilidad de aparición de


reacciones alérgicas; hay autores que sostienen que Amoxicilina provoca menor incidencia de rash y
diarrea que la ampicilina.

No se han establecido plenamente los riesgos que puedan suscitarse al administrar Amoxicilina a
mujeres embarazadas, aunque se sabe que las penicilinas atraviesan la placenta. Amoxicilina se
excreta en la leche materna, algunas a bajas concentraciones. Aunque no se han descrito problemas
significativos en humanos, el uso de penicilinas en madres nodrizas puede dar lugar a sensibilización,
diarrea, candidiasis y rash cutáneo en el lactante. Como todas las penicilinas, con Amoxicilina se
debe tener en cuenta la posibilidad de una sobreinfección con patógenos micóticos o bacterianos
durante la terapia. Si se presenta una sobreinfección, generalmente causada por Enterobacter,
Pseudomonas o Cándida, la droga debe ser discontinuada y/o instituir la terapia apropopiada.
5- Reacciones adversas típicas:
IECA: cefalea, fatiga, diarrea, alteraciones del sentido del gusto, ronquera, erupciones cutáneas con
enrojecimiento.

Antibióticos: vómitos, náuseas, irritación gástrica o estomacal, diarrea, constipación, dolor


abdominal, erupciones cutáneas, mala coagulación, inapetencia, adicción, síndrome de abstinencia.

6-Posibles efectos por sobredosificación

IECA: dolor en el tórax, inflamación de la cara, ojos, labios, lengua, brazos o piernas, urticaria, ronquera,
dificultad para respirar o tragar, desmayos, sarpullido, erupciones en la piel, picazón, lesiones en la boca,
hipotensión.

Antibióticos: vómitos, diarrea, espasmos musculares, somnolencia.

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