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MORGAN
En este capitulo nos habla sobre un jesuita que decide abandonar el monasterio,
luego se encuentra en su vida con nuevas oportunidades laborales, es así que
llega a la compañía J.P Morgan, donde se busca lograr un verdadero liderazgo, el
empieza hacer una retrospección e de su vida durante su estancia en el
seminario, y empieza descubriendo ciertos parámetros o situaciones que a lo
largo de la historia lograr convertir a la compañía de los Jesusita en referentes
de un verdadero liderazgo.
Crhis apuesta en este libro por la compañía de los Jesuitas, porque la compañía
fue fundada en 1540 por diez jesuitas sin capital ni plan de negocios, Sin tener
ninguna experiencia docente se las arreglaron para fundar treinta universidades
en el curso de diez años. Para fines del siglo XVIII tenían setecientas escuelas
secundarias y universidades esparcidas por los cinco continentes, y sin embargo,
llegó a ser la más influyente del mundo.
• conocimiento de sí mismo,
• ingenio,
• amor y
• heroísmo
Los jesuitas equiparon a sus aprendices para que triunfaran, formándolos como
líderes que
• entendieran sus fortalezas, sus debilidades, sus valores y tuvieran una visión
del mundo;
Es decir, el líder determina adónde necesitamos ir, nos indica el camino acertado,
nos convence de que es preciso ir allá y nos conduce a través de los obstáculos
que nos separan de la tierra prometida.
Por otro lado, Chris sostiene que la mirada de los jesuitas para lograr un
verdadero liderazgo, tiene que ver con :
Pero ¿no es eso de que "todos somos líderes" pura palabrería consoladora para
soslayar una buena definición de liderazgo? No, entendiéndose que no hay "único
grande hombre" todos ejercen influencia, buena o mala, grande o pequeña, todo
el tiempo. Un líder aprovecha todas las oportunidades que se le presenten para
influir y producir un impacto.
Ingenio: "Todo el mundo será nuestro hogar"… Para Ignacio de Loyola el ideal
jesuita es "vivir con un pie levantado", es decir, siempre listo para responder a
las oportunidades que se ofrezcan. Los jesuitas apreciaban la agilidad individual
y corporativa. Eran rápidos, flexibles, abiertos a nuevas ideas. Las mismas
prácticas que fomentaban el conocimiento de sí mismo.
Amor: "Con más amor que temor… Crean ambientes rodeados y activados por la
lealtad, el afecto y el apoyo mutuo… Loyola; aconsejaba a los directores de los
jesuitas gobernar con "todo el amor, modestia y caridad posibles"
Heroísmo: "Despertar grandes deseos"… Los héroes sacan oro de lo que tienen a
mano en lugar de esperar a tener en la mano oportunidades de oro. Es decir,
Loyola animaba a los jesuitas de Ferrara, en Italia, diciéndoles que "trataran de
concebir grandes resoluciones y provocar deseos igualmente grandes”… También
movía a los jesuitas una energía infatigable, expresada en una consigna simple,
magis, que en latín quiere decir "más", siempre algo más, algo más grande.
Los diez jesuitas fundadores constituían un grupo nada común, mucho más
heterogéneo que cuantos dirigían compañías y organizaciones del siglo XVI.
Veinticuatro años mediaban entre el más joven y el más viejo en este mezclado
grupo de españoles, franceses y portugueses. Sus familias y antecedentes
socioeconómicos creaban también un ancho golfo.
Todos son líderes y todos pueden dirigir constantemente. En raras ocasiones los
momentos de liderazgo son dramáticos y obvios; más a menudo son sutiles
oportunidades que, tomadas en su conjunto, pueden formar una vida de positiva
influencia. Y si esto es así, se sigue que el liderazgo más inspirado y motivado
tiene que ser autoiniciado y autodirigido.
• Permanecen abiertos a las ideas nuevas aun en la vejez: a los 73 años Clavius
reprodujo cuidadosamente las observaciones de Galileo.
• Influyen en los demás con el ejemplo, sus ideas y su enseñanza: Clavius inspiró
a Ricci y subsiguientes astrónomos en la China, y los tres, Clavius, de Goes y
Ricci, siguen influyendo hoy en los jesuitas.
• Permanecen abiertos a las ideas nuevas aun en la vejez: a los 73 años Clavius
reprodujo cuidadosamente las observaciones de Galileo.
Quien sabe lo que quiere puede buscarlo enérgicamente. Nadie llega por
accidente a ser un gran maestro, padre, violinista o ejecutivo de una corporación.
Sólo quienes conocen sus debilidades pueden enfrentarse a ellas o incluso
superarlas
• Desarrollar una visión general que lo guíe en el trato con los demás; y
Los ejercicios se diseñaron para ayudar a cada uno a elegir o confirmar una
dirección en la vida. Compañía de Jesús desarrolló y promovió un instrumento
universal para todos sus miembros: los ejercicios espirituales, formulados por
San Ignacio de Loyola con base en su propio viaje en busca de una conciencia
personal y espiritual. Tomó nota no sólo de lo que aprendía sino también de las
prácticas reflexivas que lo condujeron a esas percepciones. Destiló las más
eficaces de esas prácticas en lo que podría haberse llamado un "manual" para el
examen de conciencia.
Loyola tenía razón al denominarlos "ejercicios", puesto que son actos que hay
que practicar, no reglas para leer o estudiar. "Pues así como dar un paseo, viajar
a pie y correr son ejercicios físicos, así el nombre de ejercicios espirituales se da
a todo medio que prepare y disponga nuestra alma para librarse de todos sus
afectos desordenados". La persona que los hace es la persona que se ejercita, no
la que pasivamente lee sobre las experiencias y percepciones de Loyola sino un
atleta espiritual que crea sus propios recursos interiores
Los ejercicios exigen una total dedicación intelectual, emocional y espiritual, por
lo cual monopolizan el foco y la energía durante los 30 días que duran.
Loyola no sólo exhortaba a los aprendices a adaptarse y ser creativos, sino que
los preparaba con los ejercicios para adoptar esas conductas, actitudes y visión
global que hacen posibles la adaptabilidad y la creatividad. En el ingenio jesuita
hay dos ingredientes vitales. La indiferencia los libra de los prejuicios, apegos y
temores, y de la estrechez de criterio que impiden la exploración entusiasta de
nuevas ideas y oportunidades. La meditación final de los ejercicios, la
contemplación para alcanzar el amor, da a los novicios una visión optimista de
un mundo totalmente saturado del amor divino.
Ignacio de Loyola echó por la borda todas las prácticas religiosas tradicionales
que se le atravesaran en el camino, como la oración de acuerdo con la tradición
monástica. Ignacio resolvió crear una compañía moderna, móvil y a gran escala.
San Ignacio de Loyola exhortaba a los directores jesuitas a gobernar "más por
amor que por temor,
Loyola decía: Primero mírate a ti mismo, después a los demás. Nadie percibe a
los otros con certeza sin haber logrado primero un conocimiento saludable de sí
mismo. Aprecia tu potencial y tu dignidad humana. mego mira a los demás: su
derecho de primogenitura es nada menos que la mera dignidad humana.
El liderazgo movido por amor no consiste en forzar a otros a seguir adelante sin
atender a sus aspiraciones, su bienestar o sus necesidades personales. Tampoco
es hacer como el gerente bonachón que deja pasar deficiencias que pueden
perjudicar las perspectivas a largo plazo del empleado. Por el contrario, los líderes
motivados por amor ansían ver que florezca el potencial latente y ayudan a ello
La más poderosa percepción de Loyola acerca del liderazgo fue que éste es
automotivado. Los ejercicios espirituales capacitaban al novicio para personalizar
la misión de la compañía. Invitado a ir "aún más allá" del servicio de todo corazón,
tomaba la decisión personal de responder.
Realizar la misión personal y crear una cultura de apoyo fueron dos ingredientes
de la fórmula jesuita para infundir heroísmo; un tercer ingrediente fue dar a cada
individuo la oportunidad de contribuir de manera significativa
Pero el liderazgo heroico movido por el magis tiene que ver con realizar lo que a
los demás les parece imposible, y el sistema escolar de los jesuitas era imposible
de imaginar para cualquier europeo en aquel tiempo. Pero un sistema más
imposible aún se les escapaba.
"Los pobres, que de ninguna manera podrían pagar maestros, y mucho menos
tutores privados, [progresarán en el aprendizaje]". Ésa sí que era una gran meta
heroica.
CAPITULO 10. ERA INDISPENSABLE UNA OSADIA EXCEPCIONAL
Pocas personas pueden nombrar siquiera una compañía que haya dejado
de funcionar hace 40 años. ¿Qué otra compañía volvió a surgir después de
40 años de suspendida su vida, con sus principios de liderazgo intactos?
Conocerse da origen al amor y al heroísmo… El saberse amados trasformó la Formatted: Font: Verdana
manera como veían a los demás. Que todos fueran creados por el mismo Dios no
fue ya un dogma estéril para ellos: lo hicieron personal. Sintiéndose seguros por
la apreciación de su propia dignidad, desarrollaron aprecio de las aspiraciones, el
potencial y la dignidad del prójimo. Y el conocimiento de sí mismos dio origen al
amor que fomentó los esfuerzos heroicos.
CAPITULO 12 CONCLUSIONES
¿Cómo puede uno ser un líder que deje en el mundo un impacto como el
de San Ignacio de Loyola?
• Apreciando su dignidad y su rico potencial.
• Reconociendo las debilidades y apegos que atajan ese potencial.
• Expresando los valores que sostiene.
• Fijando metas personales. • Formando un punto de vista sobre el
mundo: cuál es su posición, qué busca y cómo se trata con el prójimo.
• Viendo la sabiduría y valor del examen de conciencia y adquiriendo el
hábito de reflexión
Los líderes heroicos se proponen dar forma al futuro en vez de aguantar
con paciencia lo que traiga. Y los líderes movidos por el ingenio descubren
maneras de convertir el potencial humano en realización y la visión del
futuro en realidad, integrando cuatros pilares esenciales.
El conocimiento de sí mismo,
• El ingenio,
• El amor y
• El heroísmo.