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INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 1
CAPITULO I: EMPRESA Y COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL ................................................... 2
1.1 EMPRESA .................................................................................................................................... 2
1.2 COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL. ....................................................................................... 2
CAPÍTULO II: MEDIO AMBIENTE ..................................................................................................... 3
2.1. SITUACION AMBIENTAL ACTUAL ....................................................................................... 3
2.2 Crisis ambiental. ............................................................................................................................ 3
2.2. Recursos naturales gravitantes: .................................................................................................... 5
2.2.1. El Agua .................................................................................................................................. 5
2.2.2. Agricultura y Pesca ............................................................................................................... 7
2.2.3. Deforestación – Desertificación ............................................................................................ 7
2.2.4. Diversidad Biológica ............................................................................................................. 8
2.2.5. La Atmósfera ......................................................................................................................... 9
2.2.6. El Litoral Marítimo ............................................................................................................. 10
CAPÍTULO III: EMPRESA Y MEDIO AMBIENTE .......................................................................... 11
3.1. GESTION MEDIOAMBIENTAL EN LA EMPRESA ............................................................. 11
3.1.1. Gestión Energética .............................................................................................................. 12
3.1.2. Auditoría Ambiental ............................................................................................................ 12
3.1.3. Etiquetado Ecológico .......................................................................................................... 13
3.1.4. Las Compras Ecológicas como Factor de Competitividad .................................................. 13
3.1.5. Contabilidad de Eficiencia de Recursos .............................................................................. 14
3.1.6. Innovación Tecnológica ...................................................................................................... 15
3.1.7. La modernización ecológica ................................................................................................ 15
CAPÍTULO IV: LA PROPUESTA DE PORTER ................................................................................ 16
La hipótesis de Michael Porter .......................................................................................................... 16
CONCLUSIONES ................................................................................................................................ 20
Referencias ............................................................................................................................................ 21
INTRODUCCIÓN
En la época actual, los daños causados por la industria moderna al medio ambiente, a la salud
y a la vida en general, han hecho que las organizaciones industriales, sean percibidas como
sistemas económicos antiecológicos, lo cual es consecuencia de que muchas organizaciones
encargadas del cuidado y supervisión del medio ambiente, entren a reflexionar y a exigir
mayores cuidados por parte de las industrias en cuanto a la explotación y manejo de los recursos
naturales.
Desde la década de 1970 se viene incrementando la toma de conciencia ecológica, aunque no
de forma significativa, desde entonces la sociedad comenzó a entender que el origen de los
problemas ambientales se centraba en las estructuras económicas y productivas y que los males
que hoy aquejan al medio ambiente tienen origen en procesos productivos mal planificados e
implementados.
Hoy en día, el sector industrial es muy dinámico y crece de forma más acelerada con respecto
a años anteriores. Este mismo crecimiento ha llevado a las empresas a usar el máximo de su
capacidad instalada, y por lo tanto busquen mayores beneficios de sus recursos, lo cual ha traído
un impacto negativo en el medio ambiente.
Se dice que una empresa es competitiva cuando tenga una rentabilidad sostenible, que implica
mucho más de solo producir bienes y servicios para comercializarlos , sostenibilidad implica
presencia en el mercado pero minimizando el impacto ambiental de las operaciones y
garantizando un desarrollo de sus actividades de forma socialmente responsable.
Para ayudar a la conservación del planeta se deben tomar medidas que ayuden a disminuir la
contaminación. Una valiosa herramienta que nos permitirá la consecución de este fin, es la
gestión ambiental al interior de la empresa que le permita ser más competitiva y mejorar los
niveles de calidad de vida de todos sus grupos de interés.
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CAPITULO I: EMPRESA Y COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL
1.1 EMPRESA
La empresa es una unidad económica que agrupa factores de producción, entendiendo como
tales los elementos necesarios para producir (bienes naturales o semielaborados, factor
trabajo, maquinaria y otros bienes de capital); factores mercadotécnicos, pues los productos
no se venden por sí mismos, y factores financieros, pues, para realizar las otras tareas, es
preciso efectuar inversiones y éstas han de ser financiadas de algún modo. Esto desarrollan las
empresas con el objetivo de satisfacer las necesidades de las personas y del mismo modo
obtener rentabilidad para la empresa.
1.2 COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL.
El término competitividad, desde el punto de vista del análisis empresarial y socioeconómico,
es importante ya que interviene positivamente en el crecimiento económico de un país. Visto
de esta manera, se enfatiza en la definición dada por el profesor Michael Porter en este
sentido, cuando afirma que: “la competitividad está determinada por la productividad,
definida como el valor del producto generado por una unidad de trabajo o de capital. La
productividad es función de la calidad de los productos y de la eficiencia productiva”
(Jáuregui, 2001)
El objetivo principal de la competitividad es crear ventajas comparativas que permitan
sostener y mejorar la posición que tenga la empresa en el entorno socioeconómico al que
pertenezca y enfatizar en ellas en el momento de crear y ejecutar iniciativas de negocios. La
competitividad es parte importante en la toma de decisiones gerenciales en la medida en que
se relaciona con la eficiencia y eficacia internas de la organización.
Poder reconocer a tiempo las ventajas comparativas que posee la empresa, por ejemplo
mediante el análisis DOFA (Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas) permite
obtener mejores rendimientos en aquellos aspectos en que la empresa sea más fuerte en
comparación con sus competidores y corregir falencias que puedan afectar su estabilidad en el
corto o largo plazo dentro del mercado.
A la hora de analizar la competitividad empresarial, es conveniente tener en cuenta tanto la
interna como la externa. “La competitividad interna se refiere a la capacidad de organización
para lograr el máximo rendimiento de los recursos disponibles, como personal, capital,
materiales, ideas, y los procesos de transformación. La competitividad externa está orientada a
la elaboración de los logros de la organización en el contexto del mercado, o el sector a que
pertenece. Como el sistema de referencia o modelo es ajeno a la empresa, ésta debe considerar
variables exógenos, como el grado de innovación, el dinamismo de la industria, la estabilidad
económica, para estimar su competitividad a largo plazo”. (Ernesto, 1999)
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la búsqueda de alianzas estratégicas, sino en reestructuraciones laborales con el fin de reducir
los costos, manteniendo constante la tecnología.
Como ya ha sido mencionado antes, la competitividad de una empresa está estrechamente
relacionada con su productividad y si logra o no desarrollar ventajas comparativas sostenibles.
La ventaja comparativa de una empresa estaría en la habilidad, recursos, conocimientos y
atributos de los que dispone dicha empresa, los mismos de los que carecen sus competidores o
que estos tienen en menor medida que hace posible la obtención de unos rendimientos
superiores a los de los otros.
Pero hacer más productiva una empresa no sólo implica aumentar la productividad por medio
de la tecnificación sino además aumentar la productividad laboral. Una forma de lograrlo es la
capacitación, que permite incrementar la eficiencia de los trabajadores y disminuir el tiempo
de los procesos productivos, por otro lado un trabajador capacitado puede influir en la manera
de agregar más valor a los recursos que posee la empresa.
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El uso de los recursos naturales depende del modelo de desarrollo imperante en una sociedad.
El modelo fordista de sociedad - basado en la producción a escala y en el consumo masivo de
bienes - impulsado a partir de la década de los treinta en Estados Unidos y Europa, era
altamente consumidor de energía no renovable, fuertemente consumidor de los recursos
naturales y, consiguientemente, muy depredador y contaminador. Este modelo tiene sus raíces
en la filosofía del progreso, inspirada en la concepción positivista de las corrientes ilustradas
de la modernización decimonónica. Al amparo de este modelo, surge la industria, y en torno a
ella crecen violentamente las ciudades, ocupándose territorio cultivable y echando mano de
manera incontrolada e irracional a los recursos naturales: al suelo, agua, aire, minerales y
recursos energéticos.
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carecen de acceso a agua limpia (30% de la población), y más de 2.500 millones de personas
carecen de saneamiento básico (60%).
• Más del 90% de las aguas servidas del mundo se descargan directamente en corrientes de
agua, alcantarillas abiertas, ríos, lagos y aguas costeras sin tratar. Como consecuencia de la
contaminación prolífera en los países en desarrollo, enfermedades transportadas por agua -
diarreas, disentería, hepatitis, gusanos intestinales -, especialmente entre los pobres. Todos los
años las aguas contaminadas producen cerca de 2.000 millones de casos de diarrea en el
mundo subdesarrollado, provocando la muerte de cerca de 5 millones de personas, entre ellos
3 millones de niños. Las aguas contaminadas provocan además 900 millones de casos de
parásitos intestinales y 200 millones de casos de esquistosomiasis. Si todos tuvieran acceso a
agua limpia y saneamiento básico, se salvarían todos los años dos millones de vidas jóvenes.
• El recalentamiento mundial de la atmósfera, se ha transformado en un grave problema que
amenaza permanentemente arruinar cosechas, inundar grandes superficies de tierra, aumentar
la frecuencia de las tormentas y las sequías, acelerar la extinción de especies y producir
cambios violentos del clima mundial.
• Los pobres están más expuestos a los ríos contaminados y al humo. De los 2,7 millones de
muertes que se estima que cada año provoca la contaminación del aire, 2,2 millones se debe a
la contaminación en el interior de los hogares, y el 80% de las víctimas son pobres de zonas
rurales de los países del tercer mundo.
• En Lima una familia pobre paga por el agua más de 20 veces lo que paga una familia de
clase media. Los mercados de agua no regulados en el estado indio de Tamil Nadu, provocan
grotescas desigualdades: los propietarios de pozos entubados bombean aguas freáticas, con
frecuencia con electricidad subsidiada, y la venden a los intermediarios, que luego la venden a
los hogares pobres. La diferencia de precio pudo llegar a ser hasta del 1.000%. El estilo de
desarrollo seguido por los países del Norte e imitado por los del Sur, ha provocado una crisis
ecológica
El aumento de la producción y de la productividad basada en la explotación del trabajo y en la
disponibilidad ilimitada de materias primas garantizó importantes tasas de crecimiento
económico. El incremento desmedido en el uso de los recursos naturales y la energía -
primero el carbón y después el petróleo y el gas natural- que constituye el ahorro energético
del ecosistema natural durante millones de años.
Los recursos energéticos, los recursos minerales y muchos de los recursos naturales se
explotan a un nivel que supera en mucho su capacidad de regeneración. Por lo tanto la
tendencia del stock del capital natural es descendente aun cuando la industria moderna y el
desarrollo tecnológico han avanzado en la elaboración de productos que sustituyen a algunos
recursos (Lukasch, 2009).
2.2. Recursos naturales gravitantes:
2.2.1. El Agua
El agua es el compuesto químico (H2O) con mayor presencia en la naturaleza. Sus
propiedades físico-químicas le confieren las cualidades que le significan ser un elemento
fundamental para el desarrollo de la vida. En su seno se originó lo más significativo de la
humanidad, la vida misma, y su presencia sigue siendo imprescindible para su continuidad.
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Por tanto nos encontramos ante un recurso limitado cuya desaparición nos traería a la
humanidad toda, consecuencias graves y nefastas.
Este compuesto líquido tiene como una de sus propiedades más importantes: la capacidad de
poder disolver casi todos los demás compuestos de la naturaleza. En consecuencia, su calidad
estará definida en función de los elementos que lleve en disolución.
El agua es el elemento más importante de todos los recursos existentes. Su preservación
depende de toda la humanidad.
La contaminación del agua se puede definir como "la alteración de su calidad natural por
acción humana, que la hace total o parcialmente inadecuada para la aplicación útil a que se
destina", pero agua natural y buena calidad no son sinónimas. En muchos casos las aguas
naturales pueden ser tóxicas.
El agua que podría ser utilizada para regadío, puede no cumplir los límites exigidos para el
abastecimiento doméstico considerándosela así contaminada.
La mejor manera de luchar contra la contaminación, y en muchos casos la única, es proteger
las aguas subterráneas evitando su contaminación. Por ello, el conocimiento de las fuentes de
contaminación y los procesos contaminantes es de esencial necesidad para poder paliar e
incluso prevenir la contaminación de los acuíferos.
a) Contaminación industrial o minera
La contaminación se produce por las aguas residuales, líquidos residuales, desechos sólidos
vertidos o almacenados, humos, almacenamiento de materias primas, así como su transporte,
accidentes y fugas. Las aguas residuales de las industrias, como son las aguas de refrigeración
vertidas por las centrales térmicas, las aguas de desagüe de las minas, de la industria
alimentaria, textil, curtidos, químicas o petroquímicas. La adecuada gestión de residuos en las
actividades humanas puede significar un importante avance para disminuir la contaminación
de las aguas.
b) Contaminación de origen agrícola y ganadero
Este tipo de contaminación viene dada principalmente por el uso masivo de abonos químicos
y pesticidas en la agricultura. La contaminación que se origina es dispersa, al contrario de la
contaminación urbana, que puede considerarse puntual.
El uso de pesticidas plantea serios problemas en todos los niveles. La contaminación del agua
y el aire constituye un constante factor de riesgo para los trabajadores, los consumidores y las
comunidades locales. A su vez respecto de la producción agrícola, se ocasiona una creciente
resistencia de las plagas. La Organización Mundial de la Salud estima en tres millones los
casos anuales de intoxicación aguda con pesticidas, en todo el mundo. El peor accidente
industrial hasta la fecha ocurrió en Bhopal, India, donde más de 2.500 personas murieron a
consecuencia de los gases letales emanados de una fábrica de pesticidas de la empresa Unión
Carbide.
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2.2.2. Agricultura y Pesca
Agricultura
Durante muchos siglos, las sociedades humanas han ido modificando su medio ambiente con
sus actividades agrícolas. Los sistemas de cultivo, sin excepción alguna, desplazan a las
especies naturales, llegando incluso a alterar ecosistemas enteros (en muchos casos por
deforestación). Sin embargo en las últimas décadas la producción masiva basada en el uso
generalizado de productos químicos y en un alto grado de mecanización ha causado daños
ambientales de magnitud desconocida en siglos anteriores.
Los problemas actuales de la agricultura son:
- El uso de pesticidas ha producido una relativa resistencia de los parásitos, lo que ha llevado
a un aumento de la frecuencia y costo del tratamiento y al surgimiento de nuevos problemas
de contaminación de suelos y aguas.
- Cada año se pierden grandes cantidades de tierra fértil (humus) debido a la erosión.
- Las enfermedades del ganado son cada vez más difíciles de tratar debido a la concentración
de animales en espacios reducidos.
- Los excrementos y desechos procedentes de la ganadería crean nuevos problemas de
contaminación del agua y el suelo.
- Los fertilizantes nitrogenados y fosfatados contaminan el agua.
La agricultura moderna depende de la sobreexplotación y degradación de sus propios recursos
vitales, es decir agua, clima, suelo, y la base genética.
Pesca
La significativa reducción de las capturas de peces y productos del mar en los últimos años, es
debido, entre otros factores, a:
- Sobreexplotación de los caladeros por parte de las flotas internacionales.
- Captura de tallas no permitidas, con lo cual la especie no se recupera.
- Nuevas tecnologías que posibilitan aumentar la captura.
- Contaminación de zonas pesqueras en el ámbito local.
Es indispensable revertir este proceder para evitar la desaparición de especies, lo cual
significaría la reducción de uno de los recursos alimentarios más importantes del planeta.
2.2.3. Deforestación – Desertificación
Consideramos la deforestación como la pérdida de masa forestal (árboles, plantas, etc.) de un
territorio determinado.
Uno de los procesos principales que ha llevado a la deforestación de ciertas zonas del planeta
ha sido el requerimiento de madera, como combustible, en determinadas épocas y como
material de construcción para casas, barcos, etc., en otras. Actualmente los bosques son los
principales productores de papel.
Han sido los bosques tropicales los que más han sufrido los niveles mayores de deforestación
al realizarse las talas indiscriminadas.
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Causas y Efectos de la Deforestación
Podemos citar entre otras causas:
- Tala masiva e incendios para convertir los bosques y selvas en pastos para la ganadería y
tierras dedicadas al cultivo agrícola.
- Sobreexplotación de maderas tropicales. Los propios madereros destruyen enormes
cantidades de madera con el uso poco cuidadoso de maquinaria.
- Extracción de combustible. El 70 % de la madera tropical se emplea como combustible.
- Apertura de pistas y carreteras.
- Explotación de bosques para industria papelera.
Todo este proceso de la deforestación viene íntimamente relacionado con el proceso de
desertificación. Una vez comenzada la deforestación, casi paralelamente, se está produciendo
la desertificación del suelo mismo, es decir, el terreno sobre el que antes existía un bosque,
ahora se transforma en estado desértico, o casi desértico. Una vez que un terreno ha llegado a
la fase final de desertificación este proceso es irreversible, es muy difícil, o casi imposible
recuperarlo.
Causas de la desertificación:
- El hombre. Las actividades del hombre constituyen un agente de desertificación muy
importante ya sea directa o indirectamente. (Cultivos inadecuados, extracción de madera,
apertura de pistas para vehículos,
etc.).
- El clima se puede convertir en una de las causas de desertificación. Fenómenos como las
lluvias torrenciales y los incendios por causas naturales, hacen que muchas del planeta
pierdan su capa vegetal.
- La erosión del agua y del viento influye mucho en la desertificación, sobre todo en las zonas
donde se ha iniciado el proceso de pérdida de vegetación por la acción del hombre.
En dichas zonas el suelo carece de raíces que lo sujeten, las aguas arrastran los nutrientes, y el
suelo se va empobreciendo poco a poco hasta perder su fertilidad.
La acción del hombre es la causa principal de la deforestación en las zonas verdes más
grandes del planeta.
2.2.4. Diversidad Biológica
La cantidad de especies biológicas, vegetales y animales, que se encuentran en una
determinada región se conoce como diversidad biológica.
Toda esta variedad de especies son imprescindibles para el desarrollo de la vida en el planeta.
La continua presión a que se ven sometidas estas especies, por parte del hombre, hace que se
condicione el futuro de la propia especie humana.
Más de 5 millones de especies se calcula que habitan en la tierra, de ellas, solo 1.4 millones
han sido clasificadas.
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Estos recursos biológicos que son destruidos por el hombre continuamente, a pesar de que el
40 % de los productos farmacéuticos del mundo dependen de especies animales o vegetales.
La acción del hombre transforma los ecosistemas naturales, extinguiendo sus recursos,
contaminando suelos y aguas, de forma tal que las especies, pierden la capacidad de vivir en
él.
Muchos países han elaborado legislaciones específicas para la conservación de sus propias
especies e impedir el comercio de otras. Grandes zonas de una riqueza biológica importante
están siendo declaradas como zonas de interés natural con un grado de protección importante.
La política de parques nacionales, parques naturales y reservas biológicas pueden ayudar a
solventar el problema, ante el convencimiento de la importancia biológica, económica y
cultural de las especies amenazadas y en peligro de extinción, lo que lleve a los gobiernos a
tratar en profundidad el problema.
2.2.5. La Atmósfera
Dentro de los recursos naturales, la atmósfera constituye el recurso sobre el cual los
problemas ambientales se hacen más palpables. La degradación de la atmósfera está siendo
uno de los problemas ambientales que más repercusión está teniendo entre todos los
habitantes del planeta. La magnitud de los problemas que esta contaminación puede acarrear
en un futuro a la humanidad, debe ser considerada como alarmante.
El aire es el recurso natural que más utiliza el ser humano. La cantidad de aire que ingiere una
persona al día es alrededor de los 20 kilos. Para más, se trata de un aire que no podemos
seleccionar y tampoco podemos prescindir de él.
El último siglo se ha caracterizado por el extraordinario desarrollo industrial alcanzado,
acompañado de una enorme cantidad de gases tóxicos, entre otros agentes contaminantes,
liberados a la atmósfera. Estas emisiones contaminantes se concentran principalmente
alrededor de zonas industriales y urbanas.
Los efectos que estos gases pueden producir en toda el planeta son muy diversos, tanto a
escala local (lugar donde se produce la emisión) como a escala global.
Entre los efectos y consecuencias más perjudiciales, se destacan:
a) Agujero de ozono
En capas altas de la atmósfera, ozonósfera, abunda el gas ozono (O3), este gas es el encargado
de la protección de la tierra ante la radiación ultravioleta. El ozono se forma de manera natural
entre la interacción del oxígeno atmosférico y la luz solar.
b) Efecto invernadero
Uno de los gases naturales que se encuentra en mayor proporción en la atmósfera es el CO2,
este gas es imprescindible para el desarrollo de la vida, y junto con el vapor de agua
atmosférico son los encargados de absorber la radiación infrarroja del sol.
El aumento de la cantidad de CO2, debido a la combustión de depósitos fósiles, emisiones
industriales, escapes de motores de vehículos, etc., hace que la radiación infrarroja emitida
por la tierra hacia capas altas de la atmósfera, no llegue a estas, sino que quede acumulada en
zonas bajas. El efecto que esto produce es un calentamiento global del planeta, se produce el
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aumento de temperatura media de la tierra. Como consecuencia se produce un deshielo de las
zonas polares, aumentando el nivel medio de mares y océanos, lo que tendrá graves
consecuencias en determinadas zonas del planeta.
Durante los próximos 100 años se producirá un calentamiento medio de la tierra del orden de
los 4º C, superior a cualquiera de los registrados en los últimos 4 millones de años.
A juzgar por el incremento actual de los denominados "gases invernadero" es probable que la
temperatura de la atmósfera aumente a una velocidad 100 veces superior a cualquier
incremento experimentado hasta ahora.
El recalentamiento de la superficie de los mares conlleva un mayor grado de evaporación y
calentamiento de la atmósfera, lo que favorece la formación de ciclones que pueden devastar
áreas litorales en todo el planeta.
a) Lluvia ácida
Dentro de las emisiones de gases a la atmósfera, se encuentran compuestos de azufre (SO2) y
de nitrógeno (NO).
Estos gases son emitidos generalmente por establecimientos industriales, y en la atmósfera se
produce su mezcla con vapor de agua, formándose los correspondientes ácidos. Estos
compuestos ácidos caen sobre la tierra en forma de lluvia, produciendo la acidificación de los
suelos, pérdida de las zonas de cultivo, muerte de árboles, destrucción de los bosques, etc.
Este fenómeno se puede dar a mucha distancia del foco emisor, con lo que la zona afectada
resulta ser muy grande.
2.2.6. El Litoral Marítimo
Durante años hemos considerado a los océanos como el basurero de la superficie terrestre.
Los problemas de contaminación marina no han variado mucho en la última década, pero lo
que sí ha variado es la percepción que el hombre tiene de ellos.
Es en las zonas costeras, la actividad humana es mayor, y en consecuencia los efectos de la
contaminación es aquí mayor. Se calcula que aproximadamente 20.000 millones de toneladas
de materia en suspensión y sales disueltas llegan al mar a través de los ríos. Solamente el 10
% de todas estas sustancias llegan al océano profundo. El resto se acumula en los sedimentos
costeros, y es justamente aquí donde se captura el 90 % de la pesca mundial.
Las zonas costeras generalmente están sometidas a interferencias humanas que a escala global
van en continuo aumento. Un gran número de actividades se concentran en las zonas costeras
porque es allí donde están los recursos o porque son más fácilmente explotados: arena, grava,
extracción de minerales, explotación de petróleo y gas, pesquerías, etc.
Varios millones de toneladas de desechos industriales se vierten anualmente al mar, aunque
ha habido una disminución constante en los últimos años.
Durante miles de años consideró el hombre a los mares y océanos como los grandes basureros
de la humanidad. (Lukasch, 2009)
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CAPÍTULO III: EMPRESA Y MEDIO AMBIENTE
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3.1.1. Gestión Energética
Los efectos ambientales del uso de energía constituyen un tema sumamente importante.
Existen amplias posibilidades de mejorar el aprovechamiento energético y ahorrar energía en
la industria, en los transportes, y en el sector de servicios, posibilidades pueden llevarse a
cabo desde el interior de la empresa.
Esta gestión de la energía puede tener un beneficio claro para el usuario, al igual que para
toda la comunidad en general.
Cada empresa industrial debe contar con un plan de gestión energético, como base para la
determinación de ahorros instrumentales. Llevar a cabo una serie de pasos o procesos como
ser:
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3.1.3. Etiquetado Ecológico
Las compras ecológicas se están convirtiendo en un factor de decisión importante para las
empresas, y en particular para las pequeñas y medianas empresas (PYME) de los países en vía
de desarrollo. Las empresas que ignoran esta realidad están poniendo en peligro su
supervivencia a largo plazo, en particular si se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
b) Reducción de costos
Algunos de los costos propios de la provisión de insumos son "visibles" (precio, transporte,
etc.), mientras que otros se consideran "invisibles" (pérdidas derivadas del uso ineficiente de
los recursos, grado de confiabilidad del producto,
etc.). Las compras ecológicas pueden ayudar a reducir los costos generales ya sea en el corto
y principalmente en el mediano y largo plazo, gracias a la introducción de una perspectiva y
visión de "ciclos de vida del producto".
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Suele invocarse erróneamente que:
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áreas donde la creatividad, la comunicación y la cooperación entre empleados, y con
frecuencia la estructura administrativa cambia casi por sí misma.
Una encuesta realizada en Bélgica indica la escasez de esta estrategia de innovación, tal como
los factores favorables y desfavorables para su adaptación 15). Resultados empíricos muestran
que la innovación es vinculada a la presión de la reglamentación pública y que la tecnología
integrada se desarrolla en empresas que anticipan las tendencias de sus mercados.
Otros estudios comparativos de programas de I+D en países desarrollados insisten en el
carácter de integración de dimensiones técnicas, económicas y sociales en el diseño de
innovaciones favorables al desarrollo sustentable.
Por otro lado, otros autores reconocen que la productividad de la tecnología integrada será
siempre más alta que la productividad de las cuales se sustituyen, efecto que no redundará en
la creación de puestos de trabajo en las empresas que la utilizan, sino más bien como efecto
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indirecto. En esa aproximación, el criterio de sustentabilidad no se aplica a una tecnología
individual, más bien a una política de innovación.
En las últimas décadas los efectos del cambio climático se han evidenciado con mayor
intensidad a épocas pasadas, uno de los principales causantes de esto son las industrias y todo
el sistema económico actual basado en la producción a grandes escalas y la extracción de
recursos naturales para sustentarlos, entonces hoy más que nunca es necesario equilibrar la
búsqueda de competitividad de las empresas con el cuidado y uso responsable del medio
ambiente, una gestión ecoeficiente de las empresas ayudará al medio ambiente y a la empresa,
ya que con la innovación, renovación o mejoramiento de procesos, productos y servicios más
ecológicos se ahorraran recursos lo que es beneficiosos para la empresa pues no solo estará
ayudando a disminuir los efectos de la contaminación en sus operaciones sino que también se
beneficiará con menores costos y ahorro de recursos.
La hipótesis de Michael Porter
Michael Porter formula que una estricta regulación ambiental aumenta la eficacia e
innovación empresarial, mejorando la competitividad; algo que se desea en términos
generales en el país.
Porter expone que la contaminación suele estar asociada con el uso inadecuado de los
recursos, con una escasa eficiencia en los factores de producción o con pérdidas energéticas.
En consecuencia, la contaminación comporta un despilfarro económico y una explotación
innecesaria o incompleta de los recursos. Reducir la contaminación a menudo coincide con
mejoras en la productividad (Porter, 1995).
Tomando esto en consideración, la adopción de unas políticas medioambientales más estrictas
y flexibles (por ejemplo, los impuestos ambientales o el intercambio de derechos de emisión),
presentaría efectos beneficiosos socialmente, puesto que impulsaría la innovación
empresarial.
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Porter sostiene que unas políticas medioambientales más rigurosas pueden dar lugar a
innovaciones que reducirán ineficiencias, lo que, a su vez, puede suponer una disminución de
los costes en largo plazo. Este procedimiento puede llevar algún tiempo.
Porter encontró que el desempeño ambiental de un país está intrínsecamente relacionado con
su PBI per cápita. En ese sentido, la evidencia preliminar sugiere que los países con
regulaciones ambientales estrictas pueden esperar un aumento más rápido de su productividad
y, por lo tanto, mayores niveles de ingreso y mayor competitividad. Un aspecto por destacar
es que Porter halló este efecto positivo en la mayoría de sectores económicos y encontró
también que es especialmente importante para los países en desarrollo.
¿Cómo se explica esta situación?
La hipótesis Porter sostiene que una adecuada regulación ambiental puede generar
innovaciones en las empresas. Este hecho, por sí mismo, cubre parcial o totalmente los costos
de la regulación ambiental, pues las empresas innovadoras se hacen más competitivas, lo cual
redunda en la competitividad del país entero.
Ahora, ¿cómo se puede saber si un esquema regulatorio ambiental tiene las características
necesarias para impulsar esta mejora?
Porter sugiere evaluar tres características.
La primera de ellas se denomina flexibilidad: la regulación ambiental debe estar enfocada
más en los resultados que en los medios para alcanzarlos. Así, las decisiones no estarán
basadas en las tecnologías disponibles o accesibles, lo cual permitirá innovar en esta materia.
Las metas, sin embargo, deben ser graduales, para alentar el logro de resultados que puedan ir
legitimando la gestión ambiental.
La segunda de las características que debe tener la regulación ambiental es una legislación
estricta; en otras palabras, disposiciones que establezcan obligaciones claras, metas
ambientales altas y sanciones (e incentivos) lo suficientemente importantes para alentar su
cumplimiento. Esto exige una coherencia al interior de la propia legislación y respecto de
otras áreas de la gestión pública como la política comercial y las políticas sectoriales, entre
otras. Del mismo modo, es necesario sincronizar estas metas con las exigidas en otros países,
hacerlas equivalentes o incluso más exigentes.
Por último, la tercera característica está relacionada con el ente regulador, y es su capacidad
de enforcement, es decir, su capacidad de hacer cumplir las reglas. Los países con buena
regulación se caracterizan por niveles altos de cumplimiento y aplicación de las leyes, lo cual
implica el desarrollo de capacidades tecnológicas sólidas y eficientes en los reguladores. En
general, una buena política ambiental se concentra en lograr que el proceso regulatorio sea
más estable y predecible. En tal sentido, se debe conseguir que los propios sectores cuyas
actividades serán reguladas participen en el proceso de definición de las normas ambientales,
lo cual no quiere decir que sean ellos quienes decidan: el Estado debe mantener su capacidad
de definir las normas, inclusive, si ello se opone a los intereses de algún sector en particular.
En resumen, el modelo debe lograr un uso eficiente de los recursos y asegurar, al mismo
tiempo, la eficacia de la política ambiental.
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¿Cómo podemos contribuir a la competitividad de largo plazo?
Los acuerdos internacionales acerca de comercio reconocen la importancia del desarrollo
sostenible y del cumplimiento de las regulaciones ambientales. Del mismo modo, en muchos
tratados comerciales bilaterales se establece que las partes cumplirán sus políticas
ambientales. Cuando una de las partes no cuenta con un adecuado modelo regulatorio, las
consecuencias del incremento del comercio pueden ser perjudiciales para su capital natural,
con lo cual su senda de crecimiento y competitividad puede verse comprometida. Si, como
muestra Porter con su evidencia empírica, el crecimiento no está reñido con la regulación,
sino que, por el contrario, son dos caras de la misma moneda, un adecuado modelo regulatorio
contribuirá con el desarrollo del país y de su competitividad. Claramente, una única política,
como por ejemplo la ambiental, no podrá lograr el crecimiento o el incremento de la
competitividad. Se trata de un conjunto de políticas, pero todas ellas deben complementarse
en el logro de estos fines.
En el Perú, la regulación ambiental está fragmentada según sectores. El Consejo Nacional del
Medio Ambiente (Conam) ha realizado un trabajo de largo aliento para articular estas
políticas, al tiempo que cada sector invierte recursos humanos y financieros en esta tarea. A
pesar de ello, los resultados no son los mejores. Por un lado, hay importantes subsectores sin
regulación ambiental específica (pesquería, infraestructura de saneamiento, actividades
agropecuarias); contaminantes específicos que no se encuentran normados (arsénico, cadmio,
PM 2,54 , en el caso del aire); e instrumentos que no han sido desarrollados (reglamentos de
evaluación de impacto ambiental y de fiscalización) o que podrían ser mejorados. Por otro
lado, las capacidades de aplicación de las normas que existen son limitadas, mientras que en
general los recursos asignados para esta tarea son insuficientes. Para implementar un buen
modelo regulatorio se requieren objetivos claros, una estructura organizativa adecuada e
instrumentos de gestión ambiental eficaces. La dación de la ley 28611, Ley General del
Ambiente, marcó un primer paso, pero no es suficiente. Es necesario avanzar en las reformas
y, para ello, es necesario redefinir la organización de la regulación ambiental. Una posibilidad
está en concentrar las funciones reguladoras de las actividades de relevancia nacional –
actualmente distribuidas en varios ministerios y entidades– en un conjunto de organismos
públicos no dependientes de los ministerios y con autonomía del poder político.
Al mismo tiempo, debemos mejorar la capacidad de los gobiernos regionales y de las
municipalidades para regular las actividades de alcance regional y local, con lo cual, además,
el mismo proceso de descentralización se vería reforzado. Sobre esta base será posible
impulsar proyectos productivos y montar la infraestructura que el Perú necesita para
desarrollarse equitativa y sosteniblemente. Sin ella, muchas inversiones generarán a la larga
más costos que beneficios. Sin embargo, urge convencer a las autoridades y líderes de opinión
que el cuidado ambiental y la competitividad no son ideas contrapuestas sino mutuamente
dependientes. De lo contrario, no habrá voluntad para generar las reformas, muchas de ellas
especialmente difíciles por los intereses particulares que podrían verse afectados.
Estas tareas requieren, sin embargo, el desarrollo de detalles precisos. Cada uno de los
sectores, en especial el minero y el energético, requiere propuestas específicas. El Perú es uno
de los tres países más vulnerables frente al fenómeno del cambio climático global, dada su
historia de desastres naturales y la cantidad de vidas humanas que se han perdido por esta
causa. Por ello, es tan importante que se enfrente el desafío ambiental, pero, para hacerlo, se
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necesitan herramientas muy exigentes de coordinación de políticas. Los cambios en la
estructura institucional del país en materia ambiental requieren ser sintonizados con la
reforma del Estado. Los compromisos asumidos en materia de comercio internacional, en
especial, el reciente Acuerdo de Promoción Comercial con Estados Unidos (TLC), exigirán
algunas medidas puntuales. Del mismo modo se debe articular el papel del sector privado y de
las instituciones internacionales. Los artículos y entrevistas de esta actualización de Palestra
avanzan en cada uno de estos puntos.
Afortunadamente, cada día más autoridades gubernamentales, congresistas, empresarios y
líderes de la sociedad civil toman conciencia de la conexión entre competitividad y adecuadas
políticas ambientales. Debemos seguir trabajando para convencer a los que faltan.
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CONCLUSIONES
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REFERENCIAS
PNUD. (2008). Informe sobre Desarrollo 2007-2008. Nueva York: Programa de la Naciones Unidas
para el desarrollo.
Porter, M. E. (1995). Hacia una nueva concepción de la relación entre el medio ambiente y la
competitividad. The Journal of Economic Perspectives, 97-118.
Vilanova, S. (1994). Empresarios verdes para un planeta azul. La estrategia ambiental de la empresa
del siglo XXI. PONFERRADA: Blume.
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