Vous êtes sur la page 1sur 4

La generación espontánea

La teoría de la generación espontánea, también conocida como autogénesises una antigua


teoría biológica de abiogénesis que sostenía que podía surgir vida compleja, animal y vegetal, de forma espontánea a
partir de la materia inerte. Para referirse a la "generación espontánea", también se utiliza el términoabiogénesis, acuñado
por Thomas Huxley en 1870, para ser usado originalmente para referirse a esta teoría, en oposición al origen de la
generación por otros organismos vivos (biogénesis). (5)
La generación espontánea antiguamente era una creencia profundamente arraigada descrita ya por Aristóteles. La
observación superficial indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, organismos de los lugares
húmedos, etc. Así, la idea de que la vida se estaba originando continuamente a partir de esos restos de materia orgánica
se estableció como lugar común en la ciencia. Hoy en día la comunidad científica considera que esta teoría está
plenamente refutada.
La autogénesis se sustentaba en procesos como la putrefacción. Es así que de un trozo de carne podían generarse
larvas de mosca. Precisamente, esta premisa era como un fin de una observación superficial, ya que -según los
defensores de esta corriente- no era posible que, sin que ningún organismo visible se acercara al trozo de carne
aparecieran las larvas, a menos que sobre ésta actuara un principio vital generador de vida. El italiano Redi fue el
primero en dudar de tal concepción y usó la experimentación para justificar su duda. El experimento consistió en poner
carne en un tarro abierto y en otro cerrado también puso carne. Las cresas, que parecían nidos de huevos de moscas, se
formaron en el tarro abierto, cuya carne se había descompuesto. El italiano dedujo que las cresas brotaban de los
pequeñísimos huevos de las moscas.
En 1765, otro italiano – Spallanzani -, repitió el experimento de Redi, usando pan, un recipiente abierto y otro
herméticamente cerrado, con pan hervido. Solo brotaron cresas en el pan que estuvo al aire libre. Entonces, como ha
ocurrido muchas veces al avanzar la ciencia, no faltaron incrédulos y alegaron que al hervir el pan, se había destruido ¡un
principio vital!
En 1952, Miller hizo circular agua, amoníaco, metano e hidrógeno a través de una descarga eléctrica y obtuvo Glicina y
Alamina, dos aminoácidos simples. Años después, Abelsohn, hizo la misma experiencia, pero empleando moléculas que
contenían átomos de carbono, oxígeno y nitrógeno, y, en su experimento, Weyschaff, aplicó rayos ultravioletas. Ambos
obtuvieron los aminoácidos que forman las estructuras de las proteínas.
El francés Pasteur fue quien acabó con la teoría de la generación espontánea. Ideó un recipiente con cuello de cisne, es
decir, doblado en forma de S. Puso en el receptáculo pan y agua; hizo hervir el agua, y esperó. El líquido permaneció
estéril. (6)
- Tercera teoría: El origen cósmico de la vida o panspermia
Según esta hipótesis, la vida se ha generado en el espacio exterior y viaja de unos planetas a otros, y de unos sistemas
solares a otros.
El filósofo griego Anaxágoras (siglo VI a.C.) fue el primero que propuso un origen cósmico para la vida, pero fue a partir
del siglo XIX cuando esta hipótesis cobró auge, debido a los análisis realizados a los meteoritos, que demostraban la
existencia de materia orgánica, como hidrocarburos, ácidos grasos, aminoácidos y ácidos nucleicos.
La hipótesis de la panspermia postula que la vida es llevada al azar de planeta a planeta y de un sistema planetario a
otro. Su máximo defensor fue el químico sueco Svante Arrhenius (1859-1927), que afirmaba que la vida provenía del
espacio exterior en forma de esporas bacterianas que viajan por todo el espacio impulsadas por la radiación de las
estrellas. (6)
Dicha teoría se apoya en el hecho de que las moléculas basadas en la química del carbono, importantes en la
composición de las formas de vida que conocemos, se pueden encontrar en muchos lugares del universo. El astrofísico
Fred Hoyle también apoyó la idea de la panspermia por la comprobación de que ciertos organismos terrestres, llamados
extremófilos, son tremendamente resistentes a condiciones adversas y que eventualmente pueden viajar por el espacio y
colonizar otros planetas. A la teoría de la Panspermia también se la conoce con el nombre de ‘teoría de la Exogénesis’,
aunque para la comunidad científica ambas teorías no sean exactamente iguales.
La panspermia puede ser de 2 tipos:
- Panspermia interestelar: Es el intercambio de formas de vida que se produce entre sistemas planetarios.
- Panspermia interplanetaria: Es el intercambio de formas de vida que se produce entre planetas pertenecientes al mismo
sistema planetario.
La explicación más aceptada de esta teoría para explicar el origen de la vida es que algún ser vivo primitivo
(probablemente alguna bacteria) viniera del planeta Marte (del cual se sospecha que tuvo seres vivos debido a los
rastros dejados por masas de agua en su superficie) y que tras impactar algún meteorito en Marte, alguna de estas
formas de vida quedó atrapada en algún fragmento, y entonces se dirigió con él a la Tierra, lugar en el que impactó. Tras
el impacto dicha bacteria sobrevivió y logró adaptarse a las condiciones ambientales y químicas de la Tierra primitiva,
logrando reproducirse para de esta manera perpetuar su especie. Con el paso del tiempo dichas formas de vida fueron
evolucionando hasta generar la biodiversidad existente en la actualidad. (8)
- Cuarta teoría: Teoría de la evolución química y celular.
Mantiene que la vida apareció, a partir de materia inerte, en un momento en el que las condiciones de la tierra eran muy
distintas a las actuales y se divide en tres.
Evolución química.
Evolución prebiótica.
Evolución biológica.
La primera teoría coherente que explicaba el origen de la vida la propuso en 1924 el bioquímico ruso Alexander Oparin.
Se basaba en el conocimiento de las condiciones físico-químicas que reinaban en la Tierra hace 3.000 a 4.000 millones
de años. Oparin postuló que, gracias a la energía aportada primordialmente por la radiación ultravioleta procedente del
Sol y a las descargas eléctricas de las constantes tormentas, las pequeñas moléculas de los gases atmosféricos (H2O,
CH4, NH3) dieron lugar a unas moléculas orgánicas llamadas prebióticas. Estas moléculas, cada vez más complejas,
eran aminoácidos (elementos constituyentes de las proteínas) y ácidos nucleicos. Según Oparin, estas primeras
moléculas quedarían atrapadas en las charcas de aguas poco profundas formadas en el litoral del océano primitivo. Al
concentrarse, continuaron evolucionando y diversificándose.
Esta hipótesis inspiró las experiencias realizadas a principios de la década de 1950 por el estadounidense Stanley Miller,
quien recreó en un balón de vidrio la supuesta atmósfera terrestre de hace unos 4.000 millones de años (es decir, una
mezcla de CH4, NH3, H, H2S y vapor de agua). Sometió la mezcla a descargas eléctricas de 60.000 V que simulaban
tormentas. Después de apenas una semana, Miller identificó en el balón varios compuestos orgánicos, en particular
diversos aminoácidos, urea, ácido acético, formol, ácido cianhídrico (véaseCianuro de hidrógeno) y hasta azúcares,
lípidos y alcoholes, moléculas complejas similares a aquellas cuya existencia había postulado Oparin.
Estas experiencias fueron retomadas por investigadores franceses que demostraron en 1980 que el medio más favorable
para la formación de tales moléculas es una mezcla de metano, nitrógeno y vapor de agua.
Con excepción del agua, este medio se acerca mucho al de Titán, un gran satélite de Saturno en el que los especialistas
de la NASA consideran que podría haber (o en el que podrían aparecer) formas rudimentarias de vida. (9)

Teoría de la panspermia.

A principios del siglo xx, el científico llamado Svante Arrhenius propuso que la vida había llegado a la Tierra en
forma de bacterias, procedente del espacio exterior, de un planeta en el que ya existían. Aunque a esta teoría se le
pueden poner dos objeciones:
· No explica cómo se originó la vida en el planeta de donde provienen las “bacterias”.
· Sería imposibles que cualquier forma de vida puede atravesar la atmósfera de la Tierra sin quemarse debido a que se
ha comprobado que cuando penetran el planeta se alcanzan elevadas temperaturas
Teoría de la generación espontánea o abiogénesis.
“Esta hipótesis plantea la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí misma”.
Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y que gracias a él y a
ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se compara con el concepto de energía,
la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual
dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo
convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente. También se creyó que la basura o
elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se
desarrollan en la basura son larvas de insectos.

Esta hipótesis fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin
de comprobarla. Uno de los científicos que realizó experimentos para comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van
Helmont, quien vivió en el siglo XVII. quien realizó un experimento con el cual se podían, supuestamente, obtener
ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos
roedores. El error de este experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los agentes
externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico hubiese realizado un
experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado
podría haber sido diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente sino que
provenían del exterior
Platón o Aristóteles creyeron en la generación espontánea, y aceptaron la aparición de formas inferiores de vida a partir
de “materia no viva”. Se basaban en la observación natural de la carne en descomposición, de la que al cabo de unos
días, surgían gusanos e insectos.

Francesco Redí (1626-1698) fue un médico italiano que se opuso a la teoría de la generación espontánea y demostró
que en realidad esos gusanos que aparecían, eran las larvas de moscas que habían depositado sus huevos
previamente. Para demostrar su teoría, en 1668 diseñó unos sencillos experimentos, que consistieron en colocar
pequeños trozos de carne dentro de recipientes cubiertos con gasa y otros trozos en recipientes descubiertos, para que
sirvieran como “testigo”. Unos días después, la carne que quedó al descubierto tenía gusanos, mientras que la carne
protegida no los tenía. Además, sobre la gasa que cubría los frascos se encontraron los huevecillos de las moscas, que
no pudieron atravesarla.

En la misma época, Anton Van Leeuwenhoek (1632-1723), un comerciante holandés con una gran afición por pulir
lentes, estaba construyendo los mejores microscopios de su época, y realizó las primeras observaciones reconocidas de
microorganismos, a los que él denominaba “animáculos”.

En 1745, el clérigo inglés John T. Needham (1713-1781), un investigador vitalista intentó, a pesar de los resultados
obtenidos por Redi, demostrar la veracidad de la generación espontánea. Para ello realizó unos experimentos que
consistieron en hervir caldos nutritivos durante dos minutos, para destruir los microorganismos que en ellos hubiera (ese
tiempo de ebullición no es suficiente para matar a todos los microorganismos). A los pocos días volvían a aparecer
pequeños microorganismos que, por tanto, debían haberse creado “espontáneamente”.

Lázaro Spallanzani (1726-1799), un naturalista italiano, no aceptó las conclusiones de Needham. En 1765 preparó
”caldos” en distintas vasijas de cristal con boca alargada (similar a un matraz aforado) y los sometió a ebullición
prolongada. Unas vasijas las dejó abiertas, mientras que otras las tapó herméticamente. Cuando calentaba un caldo en
un frasco abierto, se observaba que al cabo de un tiempo aparecían microorganismos, mientras que cuando lo hacía en
frascos cerrados, éstos no aparecían.

Los resultados de Spallanzani no convencieron a Needham y sus partidarios, quienes alegaron que el calor excesivo
destruía la vida y que los resultados de Spallanzani, únicamente demostraban que la vida se encontraba en el aire y que
sin él no podía surgir (en los experimentos de Needham, los matraces estaban abiertos). Spallanzani repitió el
experimento, hirviendo durante dos horas sus caldos, pero cometió el error de dejarlos semi-tapados como Needham
acostumbraba a hacer, por lo que al observarlos después de unos días encontró que todos los caldos se habían
contaminado con microorganismos que procedían del aire. Al considerarse que las pruebas no eran concluyentes, el
problema quedo sin decidirse otros 100 años, en los que la controversia continuó, hasta que en 1859, la “Academia
francesa de Ciencias” ofreció un premio a quien pudiera demostrar, con suficientes pruebas, si existía o no la generación
espontánea.

El premio lo ganó Louis Pasteur (1822-1895) quien a pesar de su juventud, en aquella época ya era un reconocido
químico-biólogo. Mediante una serie de serie de sencillos pero ingeniosos experimentos, obtuvo unos resultados
irrefutables, que derrumbaron una idea (la “generación espontánea") que había durado casi 2.500 años. A partir de
entonces se considera indiscutible que todo ser vivo procede de otro (Omne vivum ex vivo), un principio científico que
sentó las bases de la teoría germinal de las enfermedades y que significó un cambio conceptual sobre los seres vivos
y el inicio de laBacteriología moderna.

Teoría de Oparín (abiótica o quimiosintética).


El soviético A. I. Oparin y el inglés J. B. S. Haldane publicaron (en 1924 y 1929, respectivamente) trabajos
independientes acerca del origen de la vida con un enfoque materialista. Sin embargo la obra realizada por Oparin es
más conocida y extensa, este autor concibió una atmósfera primitiva de naturaleza química reductora, formada por
metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno que gracias a la acción de los rayos ultravioleta y otras formas de energía,
las sustancias nombradas anteriormente dieron lugar a diversos compuestos orgánicos. Tales rayos consiguieron
penetrar hasta la superficie de la Tierra porque, con la ausencia de oxígeno en la atmósfera, resultaba imposible la
existencia la existencia de una capa de ozono como la que, afortunadamente, protege al planeta desde hace muchos
millones de años.

Es importante anotar que, en 1952, el estadounidense S. L. Mille demostró experimentalmente que esta de la teoría de
Oparin pudo corresponder con lo ocurrido. Para ello, construyó un aparato donde introdujo una mezcla de metano,
amónico, vapor de agua e hidrógeno y, después de someterla a descargas eléctricas durante una semana, obtuvo, según
lo demostraron los análisis químicos, entre ellos algunos aminoácidos.

Pero la teoría de Oparin no se detiene en la formación de compuestos orgánicos, sino que propone que posteriormente
se formaron amontonamientos o agregados moleculares de constitución química diversa (llamados coacervados),
visualizados como una especie de puente entre los compuestos orgánicos y las células.

Para Oparin, entre los coacervados más estables se produciría una selección natural que permitiría seguir evolucionando
hacia niveles superiores de organización.
La teoría más conocida sobre el origen del universo se centra en un cataclismo cósmico sin igual en la historia: el big
bang. Esta teoría surgió de la observación del alejamiento a gran velocidad de otras galaxias respecto a la nuestra en
todas direcciones, como si hubieran sido repelidas por una antigua fuerza explosiva.
Antes del big bang, según los científicos, la inmensidad del universo observable, incluida toda su materia y radiación,
estaba comprimida en una masa densa y caliente a tan solo unos pocos milímetros de distancia. Este estado casi
incomprensible se especula que existió tan sólo una fracción del primer segundo de tiempo.
Los defensores del big bang sugieren que hace unos 10.000 o 20.000 millones de años, una onda expansiva masiva
permitió que toda la energía y materia conocidas del universo (incluso el espacio y el tiempo) surgieran a partir de algún
tipo de energía desconocido.
La teoría mantiene que, en un instante (una trillonésima parte de un segundo) tras el big bang, el universo se expandió
con una velocidad incomprensible desde su origen del tamaño de un guijarro a un alcance astronómico. La expansión
aparentemente ha continuado, pero mucho más despacio, durante los siguientes miles de millones de años.
Los científicos no pueden saber con exactitud el modo en que el universo evolucionó tras el big bang. Muchos creen que,
a medida que transcurría el tiempo y la materia se enfriaba, comenzaron a formarse tipos de átomos más diversos, y que
estos finalmente se condensaron en las estrellas y galaxias de nuestro universo presente.

Vous aimerez peut-être aussi