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Exposición de motivos

La invitación a reflexionar por escrito trae un espacio al joven de expresarse y desarrollar sus ideas

y propuestas ante las situaciones que hace falta trabajar. El ser escuchado por aquella gente que

influye en el país y ser tomado en cuenta es parte de la participación política de la que desarrollo

mi ensayo. Es indispensable que aquellos que tenemos la oportunidad de expresar lo que

queremos y no queremos para nuestro país, nos expresemos libremente y actuemos en

consecuencia.

“México, creo en ti”, es un poema de Ricardo López Méndez, el cual describe a un México

atrapado en sí. Una de las estrofas inicia así:

“México, creo en ti,


Sin que te represente en una forma
Porque te llevo dentro, sin que sepa
Lo que tú eres en mí; pero presiento
Que mucho te pareces a mi alma
Que sé que existe pero no la veo.”

Como inspiración en esta obra, me gusta pensar y he comprobado a través del tiempo que México

tiene todo el potencial de crecer económicamente, políticamente y socialmente. Solo es cuestión

de creer en México. “Confío en mi” es la segunda parte del título que considero nos falta hace

nuestro. El país somos todos y como parte esencial de él necesitamos actuar y movernos para

cambiar la realidad en beneficio de este nuestro hogar.

“México, creo en ti,


Porque si no creyera que eres mío
El propio corazón me lo gritara,
Y te arrebataría con mis brazos
A todo intento de volverte ajeno,
¡Sintiendo que a mí mismo me salvaba!”

Ya es hora de que los jóvenes tomemos las riendas de nuestro destino y de aquel en el que

vivimos, de activarnos y eliminar la apatía de nuestro vivir, de criticar y también proponer, de luchar

y dejar de huir. Seamos el México que queremos ver, por que México somos nosotros.
¿Qué podemos hacer por el México actual?

Tenemos el reto de ciudadanizar a los jóvenes, quienes viven en el mundo a corto plazo e

informados en sus decisiones. Las instituciones siguen usando los recursos tradicionales para

“renovar el poder político como su más alto interés, con lo cual muestran su nula sensibilidad para

captar un momento histórico-social de disyuntivas que podría abrir la puerta a dos

escenarios.” (Ramos, 2009)

Necesitamos la democratización en la sociedad que crezca a la par de una cultura cívica y la

posibilidad de espacios que impulsen el recurso del diálogo y de la negociación entre ciudadanos y

gobierno que legitimen su administración. Necesitamos tomar posturas ante los sucesos que nos

acontecen y criticar, proponer y movilizarnos para que no se quede en letra muerta. Necesitamos

votar. Por lo que es importante reforzar el área de influencia en los gobiernos de manera

propositiva.

Como ciudadanos responsables, hay un caso grave en la falta de toma de posturas, tanto de

personas adultas como de jóvenes. Si no nos involucramos y no creemos en el verdadero impacto

que tiene nuestra participación ciudadana en nuestro contexto, estamos deteniendo el mismo

proceso democrático al que tanto apelamos.

Como gobierno comprometido, es primordial la rendición de cuentas y crear un sistema de

contrapesos que faciliten la negociación entre poderes y se lleguen a resoluciones que beneficien a

todos los sectores. Dejar atrás los intereses personales y ver que hay mucho por hacer apelando a

los intereses de la comunidad que representan. Quitar las barreras del diálogo a la población que

gobiernan para fortalecer la confianza y establecer vínculos en donde refuercen la representación

Como mexicano cargado de tradiciones y costumbres, lleno de orgullo y esplendor, conscientes

que todos los cambios los operan e inician las personas en su sociedad. Somos los

transformadores de nuestro propio medio, por eso comencemos por perfilar cuáles

deberían de ser las características del Mexicano 2010, que ayudarán a cambiar el país por

completo: trabajar en equipo, ser puntual, constante y responsable, honesto, proactivo, buscador

de retos, ahorrador, crítico, educado, saludable y perfeccionista. Dejemos de ser el mexicano de

Vasconcelos, que nos plasmó con un estereotipo que actualmente es mundialmente conocido, el

indio desanimado, siempre dormido y con su característico jorongo, huaraches y maguey.

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