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¿Cómo comprar medicamentos?

Federico Tobar

Un ministro, un secretario de salud, el director de un seguro de salud en algún momento se


enfrenta al dilema de cuál es el mecanismo más adecuado para realizar adquisiciones de
suministros médicos, entre los cuales los medicamentos suelen llevar la mayor parte del
presupuesto. También para los directivos de hospitales y establecimientos de salud esto
constituye una preocupación, pero probablemente de menor escala. Mientras la adquisición
de medicamentos representa alrededor del 8% dentro del total del presupuesto hospitalario
para los sistemas de salud en su conjunto duplica y en algunos casos (como el argentino)
triplica esta proporción.

Aunque la mayor atención se dirige al precio por los medicamentos, esta no es la única, ni tal
vez la más relevante de las variables a ser contempladas al definir un modelo de adquisición.
Porque poco aporta comprar barato aquello que no sirve por no ajustarse a los requerimientos
operativos de los servicios y profesionales. Tampoco si la calidad es heterogénea y genera
grandes desperdicios. O incluso, si se consigue adquirir productos adecuados en precio y forma
pero el mecanismo de adquisición no garantiza que los mismos estén disponibles en el
momento adecuado.

El gasto final en medicamentos será función directa tanto del precio como de la cantidad
adquirida. Pero resulta clave quién fija cantidad adecuada y cómo la fija. He visto casos en los
que para saber cuánto comprar las autoridades sanitarias terminan consultándole a la propia
industria proveedora cuanto ha suministrado en años anteriores. En conclusión, no se trata
solo de reducir el precio de compra. Se trata fundamentalmente de comprar cada vez mejor.
Esto es comprar lo justo y necesario. Si se está comprando a precios más baratos
medicamentos que no se utilizan se dilapidan oportunidades.

En conclusión, proponemos que una compra inteligente debe satisfacer tres grandes objetivos:
eficacia, eficiencia y transparencia.

La eficacia consiste en lograr que los medicamentos adecuados estén disponibles en el tiempo
y forma necesarios para producir salud tanto a nivel de cuidados ambulatorios como de
internación. Tanto la eficacia como la calidad no son preocupaciones exclusivas de esta
instancia (la compra) e involucran también fases previas en el ciclo de gestión de suministros
tales como la selección racional (a partir de la cual deben surgir especificaciones técnicas claras
y precisas de lo que debe ser adquirido), y la programación de requerimientos (que debe
definir cuáles son las cantidades necesarias de cada ítem y en qué momento es imprescindible
que los mismos estén disponibles).

La eficiencia de la compra consiste en lograr que los medicamentos adecuados se adquieran al


menor costo posible, o al menos a un costo que resulte sostenible para los presupuestos
sanitarios. Hay dos determinantes de la eficiencia en las compras de medicamentos que son: a)
las economías de escala y b) los niveles de competencia logrados. Hace falta pensar en las
economías de escala no solo en términos del precio de adquisición sino también del control
que se ejerce sobre el proceso de compra.

a) Economías de escala. Los medicamentos son bienes transables de producción


industrial. Su costo de producción resulta proporcional al volumen de la misma. Puesto

1
Publicado en. World Bank. Más Allá de las recetas, comunidad de práctica. Diciembre de 2010
que aunque los requerimientos de insumos son variables (en función de la cantidad de
productos), también hay costos fijos y costos hundidos que comienzan a tener una
incidencia menor en la formación del precio final del producto a medida que el
volumen de unidades aumenta. Por estos motivos, cuanto mayor sea una compra en
volumen menor debería resultar el costo final. Ello justifica la búsqueda de agregar
demanda en las compras. Mientras las compras locales y de pequeñas cantidad suelen
obtener precios apenas inferiores a los de los revendedores minoristas, las compras
regionales (que agregan mayor volumen) obtienen precios menores y las que agregan
escala a nivel nacional consiguen precios aún menores.
b) Niveles de competencia. Cuantos más oferentes participan cotizando ofertas hay una
mayor probabilidad de obtener precios menores. Al analizar una serie de compras del
programa Remediar de Argentina se consiguió cuantificar cómo incide sobre el precio
de adquisición un incremento en la cantidad de oferentes. Cuando se controlan las
otras variables que interfieren (como escala, lugar y plazos de provisión, requisitos
técnicos, administrativos y financieros, etc..) se verifica que cada vez que se duplica la
cantidad de oferentes se consigue adquirir a un precio 12.7% menor.
Pero cuando se revisan y debaten experiencias de adquisición de medicamentos se
suele asumir que lo que detenta mayor capacidad de conquistar eficiencia son las
características de la convocatoria o tipo de proceso. Se estima que el precio promedio
de la oferta del oferente local (que incluye firmas tanto nacionales como
internacionales) está 9.3% por encima del precio promedio de la oferta de una
oferente internacional comparable, para idénticos valores para el resto de las
variables. Esto es relativamente consistente con regulaciones que buscando favorecer
el compre nacional otorgan una preferencia de entre el 10% y el 20% a los oferentes
nacionales.

Por último, se puede considerar que una adquisición es adecuada si, además de los
requisitos anteriores, el proceso resulta transparente. La transparencia es función de
la medida en que se haga disponible información de los procesos de adquisición y sus
resultados a los actores involucrados y a la comunidad en su conjunto. Las instancias
para ello son:
a) la publicación de llamados y adjudicaciones en medios gráficos y electrónicos,
b) la publicación de los precios, cantidades y calidades de los insumos adquiridos y su
destino final,
c) la participación formal de organismos de control externo tanto estatales como no
gubernamentales y agencias internacionales, en la revisión de todo el proceso de
adquisiciones.

La búsqueda de transparencia en las adquisiciones públicas es un objetivo en sí mismo, pero


también genera sinergias con los otros objetivos porque cuando se logra una mayor difusión
de los procesos se consigue reunir una mayor cantidad de oferentes. Además, cuantos más
ojos observan los procesos tenderá a haber más recaudos y se evitarán prácticas
anticompetitivas como el dumping o la colusión de precios entre oferentes.

Por este motivo, los mecanismos de compulsa que reducen asimetrías de información entre
oferentes como la subasta invertida (o en reversa) ya sea presencial o por medios electrónicos,
constituye un mecanismo de adquisición que es a la vez transparente y competitivo. Además,
mantener esquemas de compras por licitaciones abiertas internacionales exige perfeccionar de
forma sostenida la planificación de requerimientos. Como los sistemas de información y
planificación en nuestra región son aún muy débiles (con algunas excepciones), las
modalidades que se adaptan mejor a las compras rápidas aparecen como soluciones
adecuadas en la mayoría de los casos. Esto induciría a considerar que cada vez habrá más
compras a proveedores acreditados a través de mecanismos de subasta electrónica. En ese
caso, es fundamental apoyar los procesos con mecanismos de transparencia. Una medida
interesante en ese sentido son los bancos de precios que se están desarrollando en algunos
países de la región.

Conclusiones
No parece haber una fórmula perfecta y universal para comprar medicamentos. Se trata de
desarrollar inteligencia de compra y esto se hace de forma progresiva, continuada y, en
especial, articulando la fase de compras con las demás fases del ciclo de gestión de
suministros. Sin embargo, se pueden inferir algunas premisas:
1. Antes de analizar precios es importante lograr seguridad respecto a que se
esté comprando lo adecuado en tiempo, forma y cantidad. La cuantificación
de los requerimientos de insumos debe ser perfeccionada de forma progresiva.
No alcanza con lograr una correcta selección racional si los productos no son
disponibilizados en las cantidades necesarias. Para ello resulta conveniente
partir de métodos que combinen la estimación de la morbilidad en las
patologías cubiertas, con las estadísticas de producción de servicios (consultas
e internaciones) de modo que se pueda partir de un estándar de cantidades
requeridas de cada insumo para atender cada patología durante un período de
tiempo determinado.

2. Agregar demanda es una forma muy poderosa de influir sobre el precio. Las
economías de escala son fundamentales para obtener mejores precios. Siempre
se obtienen precios mejores cuando se realizan compras centralizadas y para
cubrir operaciones por períodos de al menos un año. Cuando cada servicio
adquiere los insumos por su cuenta, se consiguen precios bastante superiores a
los que se obtienen cuando se compra de forma centralizada para toda la red.
Además, la concentración de compras también implica concentración de
información de mercado (inteligencia) y mayor poder de negociación.

3. Cuanto más competitivo el procedimiento de las adquisiciones mayores son


las probabilidades de obtener los productos a bajo costo. En ese sentido, las
compras por invitación a una lista de proveedores resultan entre un 20% a un
40% más caras que cuando se recurre a licitaciones públicas internacionales.
Cuando se consigue avanzar en la identificación adecuada de requerimientos y
se logra definir escalas importantes, parecería que la forma de obtener los
mejores precios será dependerá de la cantidad de oferentes que se logre
incorporar. Ello indicaría que siempre que sea posible convendría apuntar a
licitaciones abiertas internacionales con la mayor difusión posible.

4. La adquisición sostenida de licitaciones internacionales permite obtener


reducciones progresivas en los precios. Cuando el financiamiento y la demanda
son sostenidos y la captación de oferentes es abierta y amplia, se consigue que
en cada adquisición los precios unitarios resulten más competitivos.

5. Promover la transparencia de los procesos funciona como un potenciador de


la eficiencia y de la eficacia. La transparencia en los procesos otorga
credibilidad al mecanismo de adquisición, refuerza el control social en la
utilización de los insumos (lo que disminuye su desperdicio) y refuerza de forma
progresiva la convocatoria de oferentes.
6. Cuando hay mucha dispersión de precios entre las ofertas los mecanismos de
compulsa que reducen asimetrías de información como la subasta invertida
resultan muy eficientes. En ese sentido vale como lección que cuanto más
transparente resulte el precio adjudicado en los diferentes procesos de
adquisiciones de la región, mayores probabilidades de avanzar hacia sistemas
competitivos que redunden en precios asequibles y sostenibles para nuestros
sistemas de salud.

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