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Federico Tobar
Aunque la mayor atención se dirige al precio por los medicamentos, esta no es la única, ni tal
vez la más relevante de las variables a ser contempladas al definir un modelo de adquisición.
Porque poco aporta comprar barato aquello que no sirve por no ajustarse a los requerimientos
operativos de los servicios y profesionales. Tampoco si la calidad es heterogénea y genera
grandes desperdicios. O incluso, si se consigue adquirir productos adecuados en precio y forma
pero el mecanismo de adquisición no garantiza que los mismos estén disponibles en el
momento adecuado.
El gasto final en medicamentos será función directa tanto del precio como de la cantidad
adquirida. Pero resulta clave quién fija cantidad adecuada y cómo la fija. He visto casos en los
que para saber cuánto comprar las autoridades sanitarias terminan consultándole a la propia
industria proveedora cuanto ha suministrado en años anteriores. En conclusión, no se trata
solo de reducir el precio de compra. Se trata fundamentalmente de comprar cada vez mejor.
Esto es comprar lo justo y necesario. Si se está comprando a precios más baratos
medicamentos que no se utilizan se dilapidan oportunidades.
En conclusión, proponemos que una compra inteligente debe satisfacer tres grandes objetivos:
eficacia, eficiencia y transparencia.
La eficacia consiste en lograr que los medicamentos adecuados estén disponibles en el tiempo
y forma necesarios para producir salud tanto a nivel de cuidados ambulatorios como de
internación. Tanto la eficacia como la calidad no son preocupaciones exclusivas de esta
instancia (la compra) e involucran también fases previas en el ciclo de gestión de suministros
tales como la selección racional (a partir de la cual deben surgir especificaciones técnicas claras
y precisas de lo que debe ser adquirido), y la programación de requerimientos (que debe
definir cuáles son las cantidades necesarias de cada ítem y en qué momento es imprescindible
que los mismos estén disponibles).
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Publicado en. World Bank. Más Allá de las recetas, comunidad de práctica. Diciembre de 2010
que aunque los requerimientos de insumos son variables (en función de la cantidad de
productos), también hay costos fijos y costos hundidos que comienzan a tener una
incidencia menor en la formación del precio final del producto a medida que el
volumen de unidades aumenta. Por estos motivos, cuanto mayor sea una compra en
volumen menor debería resultar el costo final. Ello justifica la búsqueda de agregar
demanda en las compras. Mientras las compras locales y de pequeñas cantidad suelen
obtener precios apenas inferiores a los de los revendedores minoristas, las compras
regionales (que agregan mayor volumen) obtienen precios menores y las que agregan
escala a nivel nacional consiguen precios aún menores.
b) Niveles de competencia. Cuantos más oferentes participan cotizando ofertas hay una
mayor probabilidad de obtener precios menores. Al analizar una serie de compras del
programa Remediar de Argentina se consiguió cuantificar cómo incide sobre el precio
de adquisición un incremento en la cantidad de oferentes. Cuando se controlan las
otras variables que interfieren (como escala, lugar y plazos de provisión, requisitos
técnicos, administrativos y financieros, etc..) se verifica que cada vez que se duplica la
cantidad de oferentes se consigue adquirir a un precio 12.7% menor.
Pero cuando se revisan y debaten experiencias de adquisición de medicamentos se
suele asumir que lo que detenta mayor capacidad de conquistar eficiencia son las
características de la convocatoria o tipo de proceso. Se estima que el precio promedio
de la oferta del oferente local (que incluye firmas tanto nacionales como
internacionales) está 9.3% por encima del precio promedio de la oferta de una
oferente internacional comparable, para idénticos valores para el resto de las
variables. Esto es relativamente consistente con regulaciones que buscando favorecer
el compre nacional otorgan una preferencia de entre el 10% y el 20% a los oferentes
nacionales.
Por último, se puede considerar que una adquisición es adecuada si, además de los
requisitos anteriores, el proceso resulta transparente. La transparencia es función de
la medida en que se haga disponible información de los procesos de adquisición y sus
resultados a los actores involucrados y a la comunidad en su conjunto. Las instancias
para ello son:
a) la publicación de llamados y adjudicaciones en medios gráficos y electrónicos,
b) la publicación de los precios, cantidades y calidades de los insumos adquiridos y su
destino final,
c) la participación formal de organismos de control externo tanto estatales como no
gubernamentales y agencias internacionales, en la revisión de todo el proceso de
adquisiciones.
Por este motivo, los mecanismos de compulsa que reducen asimetrías de información entre
oferentes como la subasta invertida (o en reversa) ya sea presencial o por medios electrónicos,
constituye un mecanismo de adquisición que es a la vez transparente y competitivo. Además,
mantener esquemas de compras por licitaciones abiertas internacionales exige perfeccionar de
forma sostenida la planificación de requerimientos. Como los sistemas de información y
planificación en nuestra región son aún muy débiles (con algunas excepciones), las
modalidades que se adaptan mejor a las compras rápidas aparecen como soluciones
adecuadas en la mayoría de los casos. Esto induciría a considerar que cada vez habrá más
compras a proveedores acreditados a través de mecanismos de subasta electrónica. En ese
caso, es fundamental apoyar los procesos con mecanismos de transparencia. Una medida
interesante en ese sentido son los bancos de precios que se están desarrollando en algunos
países de la región.
Conclusiones
No parece haber una fórmula perfecta y universal para comprar medicamentos. Se trata de
desarrollar inteligencia de compra y esto se hace de forma progresiva, continuada y, en
especial, articulando la fase de compras con las demás fases del ciclo de gestión de
suministros. Sin embargo, se pueden inferir algunas premisas:
1. Antes de analizar precios es importante lograr seguridad respecto a que se
esté comprando lo adecuado en tiempo, forma y cantidad. La cuantificación
de los requerimientos de insumos debe ser perfeccionada de forma progresiva.
No alcanza con lograr una correcta selección racional si los productos no son
disponibilizados en las cantidades necesarias. Para ello resulta conveniente
partir de métodos que combinen la estimación de la morbilidad en las
patologías cubiertas, con las estadísticas de producción de servicios (consultas
e internaciones) de modo que se pueda partir de un estándar de cantidades
requeridas de cada insumo para atender cada patología durante un período de
tiempo determinado.
2. Agregar demanda es una forma muy poderosa de influir sobre el precio. Las
economías de escala son fundamentales para obtener mejores precios. Siempre
se obtienen precios mejores cuando se realizan compras centralizadas y para
cubrir operaciones por períodos de al menos un año. Cuando cada servicio
adquiere los insumos por su cuenta, se consiguen precios bastante superiores a
los que se obtienen cuando se compra de forma centralizada para toda la red.
Además, la concentración de compras también implica concentración de
información de mercado (inteligencia) y mayor poder de negociación.